PCDH19

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PCDH19
Las mutaciones del gen protocadherina 19 (PCDH19), localizado en el cromosoma X, causan una rara
patología que afecta al sexo femenino. El gen PCDH19 codifica una proteína, la protocadherina 19, que
forma parte de una familia de moléculas que favorecen la comunicación de las células del sistema nervioso
central. Si muta, la protocadherina 19 puede aparecer deformada, reducida en sus funciones o, incluso, puede
no llegar a producirse. La anomalía de la protocadherina 19 determina la aparición de crisis epilépticas en los
primeros años de vida de las niñas. Se trata, sobre todo, de crisis focales en racimos, a menudo acompañadas
de episodios febriles. La epilepsia, en general, pero no siempre, se asocia a un déficit cognitivo de entidad
variable, a disturbios comportamentales o relacionados con rasgos autistas. El mecanismo de base mediante
el cual las mutaciones del PCDH19 causan tal patología rara, no se conoce todavía. Una hipótesis es la
denominada “interferencia celular”. El gen PCDH19 se encuentra en el cromosoma X, del que las niñas
poseen un par. En caso de mutación, pro lo tanto, se crean dos poblaciones celulares: una con PCDH19
mutada y una con el PCDH19 normal. Este mosaicismo natural parece ser dañino para el funcionamiento
regular de las células cerebrales.
Los niños, sin embargo, poseen un solo cromosoma X y, por lo tanto, solo una pareja del gen PCDH19 que si
muta crea una homogénea y única población celular con mutación. Esto no parece ser dañino para el
funcionamiento de las células del cerebro. Tal mecanismo provoca que el PCDH19 tenga una modalidad de
transmisión única: los hombres son portadores sanos y pueden transmitir la enfermedad que se manifiesta en
las mujeres. Sin embargo, muchas de las mutaciones encontradas hasta la actualidad son “de novo”, es decir,
que aparecen por primera vez en la paciente. Por lo tanto, el PCDH19 puede ser familiar, transmitida por
padres portadores sanos, por madres con fenotipo tan leve que no impide tener hijos o puede surgir “de
novo”. Las mutaciones del gen PCDH19 fueron descritas por primera vez en 2008 por un equipo de
investigadores anglo-australianos de la Universidad de Adelaida en algunas familias australianas. Después de
esta primera descripción, se han llevado a cabo estudios en otros países (también en Italia) y se han
diagnosticado mutaciones del gen en niñas de diferentes nacionalidades.
Se están realizando investigaciones en Australia y en Italia para aclarar el mecanismo de base con el que se
determina la aparición de la epilepsia y del retraso.
De modo más general, los científicos observan la familia de los genes PCDH como un área prometedora para
posteriores investigaciones sobre la epilepsia y otros problemas neurológicos, como el autismo y otros
desórdenes obsesivo-compulsivos. “Con 100 proteínas relacionadas relativas a esta familia genética, este
estudio [sobre el PCDH19] puede llevarnos a múltiples nuevas áreas de investigación, con la necesidad de
comprender el papel y la función de cada una de las proteínas” (Dra. Leanne Dibbens, The Times
12/05/2008).
Para las niñas afectadas por las mutaciones del gen PCDH19 la posibilidad de curación espontánea es rara.
El seguimiento clínico de niñas a lo largo de numerosos años sugiere, sin embargo, que la epilepsia tiende a
hacerse menos grave con el tiempo, en particular la frecuencia de las crisis en racimos tiende a reducirse.
Existen, no obstante, madres con mutaciones PCDH19 transmitida a sus hijas que han tenido epilepsia de
niñas, posteriormente “desaparecida”, que tienen hijos y relaciones sociales. Esto sugiere que el cuadro
clínico puede ser también muy leve. En este espectro de posibles manifestaciones clínicas, existen también,
como es obvio, niñas que tienen una epilepsia más fármaco-resistente y un cuadro clínico severo.
En estos casos son muchas las problemáticas que afectan a estas pacientes: es indispensable suministrarles
fármacos antiepilépticos (combinaciones de diversos fármacos, la mayoría de las veces), a menudo necesitan
asistencia relacionada a retrasos de tipo cognitivo y a disturbios comportamentales. Existe también el riesgo
de que las pequeñas pacientes sufran varias formas de marginación, sobre todo social. Los familiares de las
niñas, además de deber enfrentarse a la dolorosa realidad de una enfermedad, para colmo catalogada como
patología “rara”, no siempre tienen puntos de referencia. Las enfermedades genéticas raras son denominadas
“huérfanas” porque debido a su excepcionalidad, son descuidadas por la investigación y por la industria
farmacéutica, que no invierte recursos en la divulgación de posibles curas. Promover iniciativas para ayudar
a conocer mejor la mutación PCDH 19, sensibilizar a la investigación y recoger fondos (haciendo hincapié
en la utilidad de amplio espectro derivada de los descubrimientos relativos al PCDH19) es, en el estado
actual, la única ayuda concreta que podemos ofrecer a nuestras niñas y las futuras neonatas.
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