Antonio Monserrat Valero 4. Legitimación activa I. Artículo 1591 CC 1. Comitente dueño de la obra El art. 1591 del CC legitima activamente al comitente o dueño de la obra. Esta legitimación deriva de que el comitente es parte en el contrato de obra y por tanto puede ejercer una acción derivada del contrato de obra, entendiendo que la responsabilidad del art. 1591 es contractual. Sin embargo la doctrina se ha cuestionado el interés para estar legitimado cuando el comitente ha vendido la obra y ya no es propietario, aunque hubiera sido parte en el contrato de obra y la responsabilidad del art. 1591 fuera contractual186, ya que no ha sufrido ningún perjuicio, los perjuicios los han sufrido los propietarios de los pisos. El TS ha entendido que tiene un interés propio en la reclamación, derivado de su posición en el contrato de obra celebrado, interés de que la prestación sea correctamente cumplida187, o sea que está ejercitando la acción de cumpli- 186.CADARSO (La responsabilidad decenal de arquitectos y constructores, Madrid 1976, p. 181); PASTOR VITA (Los daños cubiertos por la LOE: el concepto de daños materiales en el edificio y su posible justificación, los sujetos dañados; legitimación activa para reclamar la reparación en La responsabilidad civil en la Ley de Ordenación de la Edificación, Granada 2002, p.83). 187.STS 9 junio 1989 (Aranzadi 4417): los promotores...conservan acción para exigir el 93 La responsabilidad civil por vicios de la construcción miento del contrato de obra188. El que es parte de un contrato tiene el derecho de exigir su cumplimiento a la otra parte, sin necesidad de demostrar el beneficio concreto que le proporciona el ejercicio de la acción, aunque la jurisprudencia189 y la doctrina190 han señalado uno: si reclama la reparación de los defectos a los intervinientes en el proceso de la edifica- correcto cumplimiento del contrato con base en el vínculo nacido precisamente del mismo... actúan en defensa del interés propio de que la prestación sea correctamente cumplida, aunque ello redunde en beneficio de los propietarios que también tienen acción en juicio (FD 3º). 188.La STS de 16 septiembre de 1988 (Aranzadi 6692) entiende que las acciones nacidas del contrato de obra originario siguen correspondiendo a quien actuó entonces como comitente, afirmando que como los subadquirentes no se subrogan en las acciones derivadas del contrato de obra, el legitimado para ejercitarlas ha de ser forzosamente el comitente. Las sentencias siguientes entienden que igualmente el promotor está legitimado para pedir la reparación de daños a los intervinientes en el proceso de edificación, pero les basta argumentar que es por ser parte en el contrato, y como consideran, a diferencia de la anterior, que los subadquirentes también están legitimados, añaden que la legitimación de estos no excluye la del promotor comitente: La de 9 junio 1989 (Aranzadi 4417) afirma que la legitimación adquirida por subrogación de los terceros adquirentes no borra la legitimación de los promotores que conservan la legitimación para exigir el correcto cumplimiento del contrato de obra frente a quienes contrataron con él (FD. 3º). En los mismos términos que la anterior se pronuncian las de 7 julio 1990 (Aranzadi 5783, FD 7º), 17 julio 1990 (Aranzadi 5890, FD 2º), 8 junio 1992 (Aranzadi 5168, FD 2º), de 27 abril 1995 (Aranzadi 3259), de 21 junio 1999 (Aranzadi 4390, FD 1º), de 3 julio 2000 (Aranzadi 6877, FD 1º), que cita la de 9 junio 1989). 189.STS 9 junio 1989 (Aranzadi 4417): la postura activa de los promotres no permite pensar en la posible mala fe de quien se adelante para no ser demandado junto con los constructores y técnicos; STS 8 junio 1992 (Aranzadi 5168): Que los promotores no asuman frente a los propietarios de los pisos el ejercicio de las acciones para reparar lo mal hecho puede generar que sean ellos mismos demandados y condenados con el constructor y los técnicos (FD 2º); STS 17 julio 1990 (Aranzadi 5890): legitimación de cualquiera de los propietarios posteriores para reclamar del promotor y constructor la reparación solidaria de los daños; de ahí que el promotor arrendador trate, legítima y legalmente, de eludir esa responsabilidad, demandando anticipadamente al arrendatario-ejecutor material- para que éste se responsabilice de su conducta incumplidora (FD 2º). 190. CABANILLAS SANCHEZ añade que el promotor está interesado para evitar futuras reclamaciones de los propietarios de los pisos, pero basta decir que la parte de un contrato tiene interés en su cumplimiento, sin necesidad de demostrar en qué consiste este interés. 94 Antonio Monserrat Valero ción, antes de que le reclamen a él los terceros adquirentes, actuales propietarios, evita las posibles acciones que en un futuro pudieran interponer contra él los terceros adquirentes. Podemos distinguir dos situaciones: que el promotor ya haya sido reclamado por los propietarios de los pisos y condenado, en cuyo caso estamos, más que ante el ejercicio de la acción ex. art. 1591, ante el ejercicio de una acción de repetición por la que demanda a los culpables de la ruina (arquitectos, constructores…) la recuperación de lo que le costó a él la reparación. También estaríamos ante una acción de repetición si el promotor ha llegado a un acuerdo extrajudicial con los propietarios y les ha indemnizado191 o les ha reparado los daños bien voluntariamente192. Pero si el promotor, antes de ser demandado, pide la reparación de los daños a los responsables estaríamos ante una acción de cumplimiento del contrato (art. 1098 CC). Acción que para algunos puede ser diferente de la del art. 1591193, pero que, en mi opinión, es difícil distinguir 191. Es el supuesto de la STS de 26 noviembre 1984 (Aranzadi 5659) que afirma la legitimación activa del promotor que accedió extrajudicialmente a las reclamaciones de los propietarios y demás adquirentes perjudicados y que llegó a un convenio de pago por ello. 192.Es el caso de la STS de 16 septiembre 1988 (Aranzadi 6692) en que, además de a reparar los defectos, se condena a los demandados a pagar unas 500.000 ptas. (aunque la sentencia no precisa el concepto, se puede presumir que es por reparaciones ya efectuadas por la promotora) y el de la de 7 julio 1990 (Aranzadi 5783) que también condena, además de a reparar, a pagar una cantidad de dinero en concepto de restitución de lo que había costado al promotor la reparación ya efectuada de alguno de los defectos (FD 3º). 193. Voto particular en la STS de 9 junio 1989 (Aranzadi 4417), sentencia que, a petición del promotor demandante no propietario, condenó a los intervinientes en el proceso de la construcción demandados a reparar los vicios de la construcción. Según el voto particular (FD 2º), sostenido por dos magistrados, Alfonso Barcalá y Trillo Figueroa y Franciso Morales Morales, el promotor no se halla legitimado para ejercitar la acción del art. 1591, pues su ejercicio requiere interés jurídico directo que sólo puede tenerlo el dueño del 95 La responsabilidad civil por vicios de la construcción ni conceptualmente -si entendemos el art. 1591 como una responsabilidad contractual- ni prácticamente, pues el comitente puede pedir la reparación de los daños a los intervinientes en el proceso de edificación con base tanto en un artículo como en otro. El tribunal, en virtud del principio curia novit iura o da mihi factum dabo tibi ius, ha de acceder a lo pedido en la demanda siempre que se tenga derecho a ello, aunque la norma invocada por el demandante no sea la adecuada. Podría haber una diferencia: en aplicación del art. 1591 los daños habrían de aparecer dentro de los diez años siguientes a la conclusión de la obra y a partir de la aparición de los daños tendría el comitente quince años para ejercitar la acción, mientras que en aplicación del art. 1098 podría entenderse que el comitente tenía quince años a partir del cumplimiento del contrato -aunque otros entienden, lo que me parece más probable, que el plazo de prescripción se habría de contar desde que el comitente pudo conocer el incumplimiento del contrato, es decir, desde la aparición de los daños-, por tanto, desde la fecha de aparición de los daños, el comitente sólo tendría de plazo para ejercitar la acción el que quedase para completar los quince edificio que es el que se ve directamente afectado por los vicios ruinógenos. Lo hasta aquí dicho no habría impedido que el promotor hubiera podido ejercitar contra el contratista o contra los técnicos las acciones que pudieran corresponderle por incumplimiento de los contratos, lo cual no sucede aquí, pues el promotor, tomando una inciativa que no le corresponde se ha limitado a ejercitar la acción por una responsabilidad (la decenal del repetido art. 1591) de la que siendo o pudiendo ser sujeto pasivo, ha pretendido, tal vez, autoexcluirse haciéndose aparecer como perjudicado o sujeto activo de la misma. Y el voto particular concluye que no ha lugar a la condena de los demandados por falta de legitimación activa. Tal argumentación es más bien formalista y, en mi opinión, es más justo partir del principio da mihi factum et dabo tibi ius. La última argumentación del voto particular también es discutible. El promotor no se excluye de ninguna responsabilidad. Si le demandan los propietarios responderá. Mientras no le demanden no responderá. No hay ningún obstáculo a que mientras no le demanden, interponga una acción pidiendo responsabilidad. ¿Qué más da que lo haga con base en el 1591 –lo que rechaza el voto particular- que con base en el art. 1098 –lo que admite? 96 Antonio Monserrat Valero años desde el cumplimiento del contrato. Pero si aplicamos la doctrina de concurrencia de normas que el TS aplica cuando concurren la responsabilidad contractual y extracontractual194 -el demandante ha de proporcionar los hechos al juzgador para que éste aplique las normas en concurso de ambas responsabilidades que más se acomoden a aquéllos, todo ello en favor de la víctima y para lograr un resarcimiento del daño lo más completo posible; es decir, aunque se pida con fundamento en el art. 1902 se pueden aplicar las normas que rigen responsabilidad contractual y aunque se pida con fundamento en el art. 1101 se pueden aplicar las normas que rigen la res- 194.STS 31. 12. 1997 (Aranzadi 9493): Pero sobre cuanto antecede, ha de rechazarse la excepción porque cuando un hecho dañoso es violación de una obligación contractual y, al mismo tiempo, del deber general de no dañar a otro, hay una yuxtaposición de responsabilidades, contractual y extracontractual, y da lugar a acciones que pueden ejercitarse alternativa o subsidiariamente, u optando por una o por otra, o incluso proporcionando los hechos al juzgador para que éste aplique las normas en concurso de ambas responsabilidades que más se acomoden a aquéllos, todo ello en favor de la víctima y para lograr un resarcimiento del daño lo más completo posible, ocurriendo en el caso que nos ocupa que en la demanda, en sus fundamentos de derecho, se alegan tanto la culpa extracontractual como la contractual (artículos 1101 y siguientes del Código Civil) con carácter simultáneo, aunque alternativo, refiriéndose tanto al arrendamiento de servicios como al de asistencia en hospital, en referencia, igualmente, a la obligación de utilizar los medios adecuados, sin que se haya discutido que la actora estaba asegurada en la Seguridad Social, ni que el hospital estaba gestionado por el Servicio Andaluz de Salud, cosa que ocurre a partir del año 1984, lo que produce su responsabilidad directa, de manera que producida una situación de culpa contractual, la acción para su ejercicio está afectada por el plazo prescriptivo de quince años, asignado para las acciones personales que no tengan señalado término especial a tal fin. El TS condena al Servico Andaluz de la Salud y al cirujano a indemnizar a una señora por los daños sufridos como consecuencia de una operación (extirpación de un pecho) que no se debía haber realizado. Los condenados en instancia recurren al TS alegando que el plazo de ejercicio de la acción –un año- había prescrito. Aunque el TS argumenta que no se da la prescripción, pues aunque el demandante se hubiese fundado en la culpa extracontractual, el TS, al haber concurrencia de culpas, puede aplicar las normas de un régimen y otro, tal argumentación no es la ratio decidendi, pues, por un lado, el demandante ejercitó alternativamente o subsidiaraiamente las dos acciones –de responsabilidad contractual y extracontractual- y por otro, el TS apreció que el plazo de un año no habían transcurrido, pues se computa desde el alta médica y ésta aún no se había producido, pues la demandante había sufrido depresiones como consencuencia de la extirpación indebida del pecho. 97 La responsabilidad civil por vicios de la construcción ponsabilidad extracontractual, siendo quizás la diferencia más importante entre un régimen y otro el plazo de prescripción de la acción- tendríamos que concluir que, aunque la acción del art. 1591 sea distinta de la del art. 1098, se habrá de aplicar, en cuanto al inicio del plazo de prescripción la solución más favorable para el demandante. Y podemos aplicar la teoría del concurso de normas con más razón en este caso si admitimos que la responsabilidad del art. 1591 es contractual, ya que se trataría de concurrencia de dos responsabilidades, la del art. 1591 y la del art. 1098, ambas de origen contractual. Se plantea si el promotor puede demandar al constructor y técnicos, antes de que él hubiera reparado los defectos, mientras se están tramitando los juicios que los terceros adquirentes han iniciado contra él. Así la SAP de Asturias de 24 abril 2000195 desestima la demanda que el promotor interpone contra constructor y técnicos -como hemos dicho mientras se tramitaban los procedimientos iniciados por los terceros adquirentes contra él- en la que pide que se condene al constructor y arquitectos a pagar las indemnizaciones a las que fuera condenado el promotor en los procedimientos entablados contra él. La Audiencia argumenta que lo que se solicita en la demanda es una condena de futuro y que en este caso no es procedente (FD 2º). Pero si el promotor hubiera pedido la reparación de los defectos, ¿tenía que haberse admitido la demanda? Enfoquemos primero el problema desde un punto de vista práctico, con independencia de las normas procesales. Los procedimientos seguidos contra el promotor, como están 195. Aranzadi Civil 232. 98 Antonio Monserrat Valero iniciados antes que el impulsado por él, se acabarán probablemente antes y estará obligado a reparar y habrá empezado a reparar antes de que se acabe el procedimiento iniciado por él, por lo que cuando acabe éste por sentencia condenatoria del constructor y arquitectos, ésta no se podrá cumplir, pues las reparaciones estarán efectuadas o empezadas. Pero si, por un casual, se acaba antes el procedimiento iniciado por el promotor contra constructor y arquitecto y ejecutan estos la condena antes de que se ejecute la del procedimiento iniciado por los terceros adquirentes, se desvanece este obstáculo, y pasa al revés, que ya no tiene sentido que continúe el procedimiento contra el promotor iniciado por los terceros adquirentes, pues no se podrá cumplir la sentencia. Es decir, se plantea si se puede iniciar un procedimiento cuya sentencia es posible que resulte inútil, aunque el demandante tenga acción para iniciarlo. Desde el punto de vista de las normas procesales parece que esta cuestión tiene que ver con la excepción de litispendencia. Pero para que se aplique esta excepción es necesario identidad de partes y que el objeto procesal del proceso primeramente pendiente comprenda el objeto del proceso en que se plantea la defensa procesal196. Parece que el promotor, en el caso de que ejercite la acción antes de que los defectos se hubieran reparado, ha de pedir la reparación in natura y no podrá pedir una indemnización de daños y perjuicios, equivalente a lo que cueste la reparación197, pues nadie controlará si emplea la indemniza- 196. ORTELLS RAMOS (Derecho Procesal Civil, Cizur Menor (Navarra) 2003, p. 347). 197. Las sentencias favorables al promotor demandante condenan a la reparación in natura solicitada en la demanda: SSTS 16 septiembre 1988 (Aranzadi 6692; en ésta 99 La responsabilidad civil por vicios de la construcción ción en reparar o no, con lo que se enriquecería injustamente si los propietarios, cosa extraña, no le piden la reparación; también se enriquecería injustamente durante el tiempo que tuviera el dinero –a través de los intereses que pudiera obtener- hasta que los propietarios le solicitaran la reparación. PASTOR VITA198, admitiendo que el promotor no propietario podría pedir la reparación in natura bajo el régimen del art. 1591199 advierte de un problema: se precisaría de la anuencia de los propietarios actuales para proceder a la ejecución de una sentencia favorable. En efecto, si los propietarios no quieren que se reparen sus pisos –no será lo normal- nadie les puede obligar a ello. MARTINEZ ESCRIBANO200 encuentra criticable que el comitente-promotor que ha vendido la obra tuviera legitimación activa para accionar antes que los propietarios le hubieran pedido responsabilidades. Argumenta que al no haber tenido que responder aún no habría sufrido perjuicio alguno y al perder también se condena a pagar una cantidad –unas 500.000 ptas-, pero no precisa en concepto de qué; quizás sean de reparaciones ya efectuadas por la promotora), 20 febrero 1989 (Aranzadi 1212), 9 junio 1989 (Aranzadi 4417), 7 julio 1990 (Aranzadi 5783; también condena a pagar una cantidad de dinero en concepto de restitución de la cantidad que había costado al promotor la reparación ya efectuada de alguno de los defectos, FD 3º), 17 julio 1990 (Aranzadi 5890), 8 junio 1992 (Aranzadi 5168), 3 julio 2000 (Aranzadi 6877). 198. Los daños cubiertos por la LOE: el concepto de daños materiales en el edificio y su posible justificación, los sujetos dañados: legitimación activa para reclamar la reparación en La responsabilidad civil en la Ley de Ordenación de la Edificación, Granada 2002, p. 84. 199. Admitiendo que se trata de una responsabilidad contractual. 200. Responsabilidades y garantías de los agentes de la edificación, Valladolid 2007, p. 44. 100 Antonio Monserrat Valero la condición de propietario desaparecería el fundamento del ejercicio de la acción decenal entendida como acción desvinculada del contrato de obra y ligada a un interés de protección de quien en cada momento fuera propietario del edificio. Resultaría paradójico que éste se viera privado de la acción decenal contra arquitectos y constructores por haberla ejercitado antes el promotor. Además, accionando el promotor no se tendría seguridad de que las cantidades indemnizadas se entregasen a los adquirentes. A esta crítica cabe oponer las siguientes consideraciones: el promotor que ha vendido la obra está interesado en la reparación para evitar que los actuales propietarios se dirijan contra él; el propietario actual del edificio se ve privado de la acción contra arquitectos y constructores, pero porque ha obtenido la reparación de los defectos vía ejercicio de la acción por el promotor; si, ante la demanda del promotor, se condena a la reparación específica, no existe el peligro de que la indemnización no se entregue a los adquirentes. 2. Los propietarios actuales de la construcción Aunque no han sido parte en el contrato de obra, el TS también reconoce la legitimación activa a los adquirentes del promotor de los pisos y viviendas y sucesivos adquirentes, solución justa, pues son los perjudicados por la ruina. Esta legitimación se reconoce tanto para ejercitar la acción contra el promotor como contra el contratista. La STS de 3 octubre 1979201 parece decir, por un lado, que la acción contra el promotor no sólo la tiene quien adquirió el piso del promotor, 201. Aranzadi 3236. 101 La responsabilidad civil por vicios de la construcción sino los sucesivos adquirentes: los derechos y obligaciones dimanantes del contrato transcienden… a los causahabientes a título particular que penetran en la situación jurídica creada mediante negocio celebrado con el primitivo contratante202. Y, por otro, que los sucesivos adquirentes también pueden dirigirse contra el contratista: y por lo que concierne al contrato de ejecución de obra la legitimación activa del subadquirente de un piso en régimen de propiedad horizontal para entablar las acciones por prestación defectuosa o vicios en la cosa viene reconocida, con diverso fundamento, por la doctrina de los autores y ha sido proclamada por la sentencia de 5 mayo 1961 (Considerando 2º). La STS 1 abril 1977203 considera que esta Sala tuvo que enfrentarse antes de ahora, con el sugestivo problema que hoy se plantea en este recurso consistente en determinar si tiene o no acción contra el constructor o contratista, el comprador que adquiere un piso cuando ya la construcción se había termina-do, y que, por tanto no fue parte en el contrato de ejecución de obra, resolviéndolo en sentido afirmativo. Los que adquirieron los pisos del comitente también se pueden dirigir contra éste exigiéndole responsabilidad no ex art. 1591, sino como vendedor. Para quien la responsabilidad es de naturaleza extracon- 202. La STS de 10 mayo 1995 (Aranzadi 4226) insiste que los subadquirentes de los pisos se pueden dirigir contra el promotor aunque no contrataran directamente con él: es doctrina de esta Sala la de que el causahabiente, a título singular y por acto «inter vivos», de uno de los contratantes y, por lo tanto, el comprador de una vivienda que la adquiere de quien fue comprador de ella al promotor, está legitimado activamente para ejercitar contra éste las acciones derivadas del incumplimiento del primitivo contrato (Sentencias de 3 octubre 1979 (Aranzadi 3236), 20 febrero y 2 noviembre 1981 (Aranzadi 1007 y 4412), entre otras). 203. Aranzadi 1510. 102 Antonio Monserrat Valero tractual no hay ningún inconveniente en conceder la legitimación al adquirente pues es el perjudicado por la ruina como propietario204. Quienes estiman que es de naturaleza legal no tienen reparo en conceder la legitimación a quien no es parte en el contrato, pues la legitimación procede de la ley, el único obstáculo que encuentran es en demostrar que la ley concede la legitimación al tercer adquirente y explican que es una responsabilidad por razón de una cosa que es la que determina mediatamente el titular del derecho de indemnización205. Si estimamos que la responsabilidad del art. 1591 es de origen contractual como los sucesivos adquirentes no han sido parte en el contrato de obra se argumenta que estos se subrogan en los derechos de su transmitente y así sucesivamente hasta subrogarse en los derechos del promotor comitente, como medio para proteger el derecho transmitido al subadquirente. Es la argumentación de la STS de 3 octubre 1979 citada en el párrafo anterior. La STS 5 mayo 1961206 argumenta que estamos ante una responsabilidad legal accesoria del derecho de propiedad. Parece que el TS ha llegado a la legitimación de los adquirentes y subadquirentes por la idea de conseguir la protección efectiva de los derechos de estos, buscando después los argumentos, más que por considerarla una consecuencia del art. 1591. 204. GARCIA CANTERO: La responsabilidad por ruina de los edificios ex artículo 1591 del Código civil, ADC 1963, p.1098. 205. NART (Contrato de obra y empresa, RDP 1951, p. 823). 206. Aranzadi 2310. 103 La responsabilidad civil por vicios de la construcción 3. El presidente de la comunidad de propietarios El TS ha estimado que esta legitimado activamente el presidente de la comunidad de propietarios en régimen de propiedad horizontal. Si se trata de defectos en elementos comunes, como afectan a la comunidad y la representación legal de ésta corresponde al presidente, es clara su legitimación. Pero, además, el TS considera que cualquier condómino está legitimado para entablar litigios en beneficio de la comunidad (STS 31 enero 1995207) y, por tanto, el presidente, en condición de tal, lo estará (SSTS 10 febrero 1989208 y 14 julio 1989209). 207. Aranzadi 292. Dice la sentencia: Que es doctrina reiterada de esta Sala la de que cualquier condómino está legitimado para ejercitar acciones, no tan sólo de aquella parte del espacio comprensivo de su piso o local sobre los que ostenta un derecho singular y exclusivo, sino también en defensa del interés que le corresponde sobre los elementos comunes (SS. 10 junio 1981 –Aranzadi 2519-, 3 febrero 1983 –Aranzadi 801-, 27 abril y 23 noviembre 1984 –Aranzadi 1971 y 5656- y 12 febrero 1986 –Aranzadi 548-), así como que no se da falta de legitimación cuando, aunque no se haya hecho constar en la demanda de una manera expresa que se actúa en nombre de la comunidad y en interés de la misma, se plantea una pretensión que, de prosperar, ha de redundar en provecho de la comunidad (S. 8 junio 1992-Aranzadi 5168-). 208. Aranzadi 826. Dice la sentencia: por lo que a la demandante hace, a que tratándose de reparaciones de defectos del edificio que, en gran medida, afectan a elementos comunes...es innegable la (legitimación) de la Comunidad de Propietarios y, en representación de ella la de su Presidente, tanto si acciona con este carácter como si, en beneficio general, lo hace en su condición de copropietario conforme al art. 12 de la Ley de Propiedad Horizontal y doctrina legal de la que son expresiva muestra las Sentencias de 15 de enero, 9 de marzo y 15 de julio de 1988 (Aranzadi 120, 1609 y 5720, respectivamente). 209. Aranzadi 5617. Dice la sentencia: Sin embargo, la jurisprudencia de esta Sala, que ha venido declarando la especial naturaleza de la representación del Presidente, con un carácter mixto entre la representación voluntaria y la orgánica, sin olvidar tampoco su condición de copropietario, que puede instar lo que sea de interés común a los demás copropietarios, reconoce la legitimación del Presidente para ejercitar las acciones encaminadas a obtener el resarcimiento derivado de defectos constructivos, tanto en las partes comunes, como en aquellas privativas de los condóminos, que derivan de malas instalaciones que se refieren, primariamente, a los elementos comunes, pero que repercuten necesariamente, de modo inescindible, en los individualizados y se comprenden dentro del interés general de la comunidad que se invoca en el art. 13-5.º de la Ley de Propiedad Horizontal -Sentencias 104 Antonio Monserrat Valero ¿Es necesario un acuerdo previo de la junta que autorice al presidente a litigar? Podría parecer que es innecesario plantearse tal cuestión, pues el presidente siempre podría litigar a título individual como cualquier condómino210. Pero obsérvese que si actúa como presidente, en representación de la comunidad, los eventuales gastos del proceso irían a cargo de la comunidad y podría ser que, por la pequeña importancia de los defectos, no compensase entablar un litigio por los gastos que podría acarrear éste y, entonces, la interposición de la demanda es una decisión que parece habría de corresponder a la Junta de propietarios. En cambio si actúa como condómino, a título individual, los eventuales gastos del proceso correrán de su cuenta. En la práctica una solución sería reconocer la legitimación activa siempre que el demandante fuese el presidente, aunque no hubiera habido un acuerdo previo de la junta de propietarios en el sentido de entablar la demanda, pero, en cuanto a los gastos del proceso, considerarlos gastos comunes si ha habido acuerdo previo de la junta y, en caso contrario, gastos del presidente a resultas que éste los pudiera recuperar si se dan los requisitos de la gestión de negocios ajenos sin mandato o un enriquecimiento sin causa. En esta de 29-5-1984 (Aranzadi 280), 30-10-1986 (Aranzadi 6021), 10-2-1989 (Aranzadi 826) y 1-7-1989 (Aranzadi 5278). 210. Así se pronuncia la SAP Huesca de 2 diciembre 1997 (citada por DEL ARCO TORRES y PONS GONZALEZ: Derecho de la construcción. Aspectos administrativos, civiles y penales, Granada 2003, p. 597): Si se entendiera que el Presidente carece de legitimación por no constar con previo acuerdo de la Junta de la comunidad ordenando el juicio, habría que reconocerle esa misma legitimación siempre que la acción fuera en interés de aquella, como aquí ocurre, pues como condueño está también legitimado para la defensa de los intereses comunes. 105 La responsabilidad civil por vicios de la construcción línea la STS 20 diciembre 1996211 mantiene que el presidente puede litigar en beneficio de la comunidad sin necesidad del acuerdo de la junta, pero sin perjuicio de que deba responder ante la comunidad por su gestión. Es decir, si la junta considera que el litigio entablado por el presidente no es beneficioso para la comunidad la forma de exigirle reponsabilidad es que pague los gastos del proceso. Si el presidente litiga sin acuerdo de la junta y la sentencia desestima la demanda, pienso que cualquiera de los comuneros podría entablar un nuevo litigio pidendo la reparación de los elementos comunes, pues al no haber identidad de partes no habrá cosa juzgada. El acuerdo negativo de la junta no impide que el presidente, como cualquier condómino, interponga la acción en defensa de los intereses comunes pese a la oposición de los otros212. 211. Aramzadi 9277. Dice la sentencia: procede declarar que, según el tenor del artículo 12 de la Ley de Propiedad Horizontal, el Presidente, en la representación orgánica correspondiente a lo dispuesto en dicho precepto, está facultado para litigar ...con apoderamiento suficiente para defender en juicio y fuera de él los intereses de la Comunidad, tal como tiene sentado esta Sala, entre otras, en Sentencias de 3 marzo 1995 (Aranzadi 1777) y 5 julio 1995 (Aranzadi 5463), de manera que, según precisa la de 22 febrero 1993, el citado directivo no actúa como un procurador, ni ostenta una delegación «ut lite pendente» en sentido técnico, que exija una suerte de mandato representativo «ad hoc», sino que interviene como un órgano del ente comunitario, que sustituye la voluntad social con la suya individual, con la posibilidad de considerar lo realizado no como hecho en nombre de la Comunidad, sino como si fuera él mismo quien lo hubiere verificado, sin perjuicio de la relación interna entre ambos y, por consiguiente, de la necesidad de responder de su gestión ante la Junta, por lo que no necesita la autorización de ésta para intervenir ante los Tribunales, cuando ejercite una pretensión en beneficio de la Comunidad, salvo en los supuestos expresamente excluidos en la ley. 212. STS 2 octubre 1992 (Aranzadi 7516). Dice la sentencia: pero también esta Sala ha reiterado [vid. Sentencias, entre otras, 3-2-1983 (Aranzadi 801), 23-11-1984 (Aranzadi 5656), 12-2-1986 (Aranzadi 548), 7-12-1987 (Aranzadi 9279) y 9-2-1987] que cualquiera de los comuneros puede comparecer en juicio en asuntos que afectan a la comunidad para defenderlos, en cuyo caso la sentencia dictada aprovechará a todos los cotitulares. Defensa que puede producirse por propia decisión de los comuneros para suplir la desidia del presidente o de los demás comuneros e incluso cuando sean éstos contrarios al litigio. 106 Antonio Monserrat Valero El TS también ha admitido la legitimación activa del presidente si los vicios afectan a elementos privativos cuando los comuneros afectados lo autoricen (SSTS 9 mayo 1983213, 2 octubre 1992214, 22 noviembre 1997215). Como dice el TS así se evitan procesos con innumerables personas. En estos casos no es necesario que cada comunero otorgue un poder de representación al presidente de la comunidad, sino que la autorización constará en el certificado del acta de la junta de propietarios en que se acuerde que se entable la demanda216. La STS 22 no- 213. Aranzadi 2679. La demandada recurrente negaba la legitimación del presidente de la comunidad alegando que los defectos existían en los elementos privativos. El TS consideró que el elemento dañado era común, y añadió que aparte de que a idéntica solución habría que llegar con la tesis del recurrente constando como consta el consentimiento de dichos propietarios individuales, en su totalidad, para que la Comunidad reclamase en su nombre y representación, por lo que es evidente que ésta estaba legitimada para actuar en la forma como lo hizo. 214. Aranzadi 7516. Dice la sentencia: La Ley de Propiedad Horizontal, en aras de una tutela efectiva y de la aplicación eficiente del régimen comunitario con respecto a la propiedad singular y a la colectiva, instauró la figura del presidente, a quien, a pesar de no ser la comunidad persona jurídica, le atribuye la representación y defensa de intereses comunes. Al presidente, además, la jurisprudencia del Tribunal Supremo le ha extendido sus facultades a la defensa de los intereses afectantes a los elementos privativos del inmeble cuando los propietarios le autoricen; sólo así se evitan procesos con innumerables personas a todas las cuales puede representar el Presidente.. 215. Aranzadi 8097. Dice la sentencia: habiendo declarado la jurisprudencia de esta Sala que las facultades representativas del presidente también se extienden a la defensa de intereses relacionados con elementos privativos, cuando los propietarios les autorizan para ello, pues de esta manera se evitan procesos con innumerables personas, a todos los cuales puede representar el presidente de la Comunidad (SS. 2 octubre 1992 (Aranzadi 7516), 22 octubre y 9 noviembre 1993 (Aranzadi 7758 y 9154) y 10 mayo 1995 (Aranzadi 4226). 216. Comenta BERCOVITZ a la STS de 9 mayo 1983: Se trata...de una jurisprudencia de intereses digna de elogio. Con ella se supera la rígida distinción entre propiedad privada y propiedad común, derivando de su necesaria coexistencia en el régimen de propiedad horizontal, la posibilidad de que la representación orgánica (concebida para la gestión y defensa de la propiedad común) pueda extenderse también a una representación voluntaria en la defensa de las propiedades privadas, prescindiendo de un apoderamiento explícito cuando del funcionamiento de aquélla resulta claramente el consentimiento de los propie- 107 La responsabilidad civil por vicios de la construcción viembre 1997217 excluye la representación del presidente cuando se dé una oposición expresa y formal. Por tanto, el presidente no podrá litigar en representación de los condóminos que hayan votado negativamente en el acuerdo de la junta218. ¿Podrá litigar en representación de los condóminos que no hayan asistido a la junta? Quizás podría aplicarse lo establecido en el art. 17. 1ª, cuarto párrafo, de la LPH y entender que se computará como favorable su voto si una vez informados del acuerdo no manifiestan su discrepancia a quien ejerza las funciones de secretario en el plazo de treinta días. Entonces se habría de acompañar a la demanda no sólo el certificado del acta de la junta, sino también el certificado del secretario de que los no asistentes a la junta no se han opuesto en la forma legal. Otra cuestión que se plantea es qué sucede si el acuerdo de la junta autorizando al presidente a litigar para exigir la reparación de los defectos en los elementos privativos es negativo. ¿Podría el presidente litigar en representación de los condóminos que, de forma minoritaria, votaron favorablemente? Es decir, la certificación del acta en que consta el voto favorable, minoritario, de estos condóminos, ¿sería documento suficiente para contener la autorización al presidente para litigar en su nombre o no tarios implicados (CCCJC 1983, p. 599). 217. Aranzadi 8097. Dice la sentencia: Como puntualiza la Sentencia de 3 marzo 1995 (Aranzadi 4237) los presidentes están investidos de mandato suficiente para la defensa en juicio y fuera de él de los intereses complejos de toda la Comunidad, lo que se excluye si se da una oposición expresa y formal, que mermaría el alcance amplio del mandato representativo presidencial. 218. El art. 19. 2 f) de la Ley de Propiedad Horizontal prevé que el acta especifique los nombres de los propietarios que hubieran votado a favor y en contra cuando fuera relevante para la validez del acuerdo 108 Antonio Monserrat Valero les quedaría más remedio que otorgarle un poder explícito, de la misma manera que lo podrían otorgar a otra persona? CABANILLAS SÁNCHEZ219 entiende que para que el presidente esté legitimado activamente ha de tener la condición de propietario y piensa que del hecho de detentar este cargo es problemático deducir que se es propietario. Es perfectamente imaginable que haya sido nombrada presidente una persona que no tenga esta condición. Varias sentencias de nuestros tribunales han rechazado la demanda del presidente de la comunidad, por no haber demostrado que es propietario220. Mas lo normal es que los presidentes nombrados sean, como exige la Ley221, propietarios y, por tanto, bien se puede presumir esta propiedad en el presidente y sólo si la otra parte le niega la condición de propietario, exigírsele la prueba. La STS de 3 octubre 1979222 entiende que la Sala de instancia partiendo... de que está «justificado en las actuaciones que la demandante ostenta la representación de la comunidad en cuyo nombre acciona» como Presidente que es de la misma, concluye con toda lógica que tal cargo lleva presupuesta ex lege la condición de propietario por imperativo del art. 12 de la Ley de 21 julio 219. Comentarios a la STS 3 octubre 1979, ADC 1980, pp. 200 y 201. 220. STS de 6 diciembre 1969¸ SAT de Santa Cruz de Tenerife 31 enero 1971, Sentencia Juzgado núm. 8 de Barcelona de 13 julio 1970 (citadas por FERNÁNDEZ MARTÍN GRANIZO, Código de la Propiedad Horizontal, Madrid 1976, pp. 177-178). 221. El art. 12 LPH, antes de la reforma de 1999, establecía que los propietarios elegirán de entre ellos un presidente y en similares términos se pronuncia el art. 13.2 después de la reforma. 222. Aranzadi 3236. 109 La responsabilidad civil por vicios de la construcción 1960, tanto más que no consta un solo elemento demostrativo en contrario, y tampoco puede olvidarse que la actuación representativa presidencial, colocada por su naturaleza en una zona intermedia entre la representación orgánica y la puramente voluntaria, «lleva implícita la de todos los titulares en juicio y fuera de él, con lo que se resuelve el delicado problema de la legitimación» en palabras del preámbulo de la citada ley, mayorrmente cuando el órgano ejecutivo se atuvo rigurosamente a la voluntad de la Junta de propietarios, según esta Sala tiene declarado en sentencias de 9 junio 1975223 y 5 junio 1979224. 4. Terceros no propietarios del edificio arruinado Se discute la legitimación de terceros no propietarios del edificio arruinado para pedir una indemnización de daños y perjuicios vía art. 1591 (por ejemplo, arrendatarios o propietarios de edificios vecinos al edificio arruinado, o visitantes...) LACRUZ225 señala que para los más la acción compete también a terceros. CADARSO PALAU226 la niega. La STS de 19 de febrero de 1959227 concedió la legitimación activa al arrendatario. De todas formas estos terceros podrían recla- 223. Aranzadi 2346. 224. Aranzadi 2318. 225. Elementos de Derecho civil II-2, Barcelona 1986, p. 292. 226. La responsabilidad decenal de arquitectos y contratistas, Madrid 1976, p. 196. 227. Aranzadi 486. Parece que el Tribunal fundamentó la condena tanto en el 1591 como en el 1909. 110 Antonio Monserrat Valero mar daños y perjuicios, pero vía responsabilidad extracontractual del art. 1909 del Cc que permite a los terceros que sufran daños por la ruina de un edificio reclamar al arquitecto o constructor. Sólo se podría utilizar el art. 1591 si entendemos que la responsabilidad que establece éste es extracontractual. II. Ley de Ordenación de la Edificación En cuanto a la LOE, el art. 17.1 concede la legitimación activa a los propietarios y sucesivos adquirentes. Estos también son propietarios por lo que sobra esta referencia a los sucesivos adquirentes. Dada la redacción del art. 17.1, el promotor que ya no es propietario no tiene legitimación activa en la LOE, pues ésta sólo trata de proteger los intereses de los propietarios y así se pronuncia la generalidad de la doctrina228. En efecto, extraña que la LOE no mencione como legitimado activamente al promotor no propietario si hubiere querido darle esta legitimación. Los promotores, después de vender el inmueble, podrán ejercitar las acciones procedentes del régimen general de responsabilidad contractual de los arts. 1094 y ss. del CC como comitentes de la obra cuya ejecución contrataron con la constructora, no como titulares 228. CORDERO LOBATO (Comentarios a la Ley de Ordenación de la Edificación, Elcano, Navarra 2001, p. 318); PASTOR VITA (Los daños cubiertos por la LOE: el concepto de daños materiales en el edificio y su posible justificación, los sujetos dañados: legitimación activa para reclamar la reparación en La responsabilidad civil en la Ley de Ordenación de la Edificación, Granada 2002, p. 84); SEIJAS QUINTANA (Estudio sobre la nueva ley de ordenación de la edificación, CGPJ, Madrid 2000, pp. 104 y 105); ARNAU MOYA (Los vicios de la construcción (su régimen en el Código civil y en la Ley de Ordenación de la Edificación), Valencia 2004, p. 238); MARTINEZ ESCRIBANO (Responsabilidades y garantías de los agentes de la edificación, Valladolid 2007, p. 164). 111 La responsabilidad civil por vicios de la construcción del edificio229. CABANILLAS230, sin embargo, entiende que el promotor también estará legitimado para reclamar aunque en el momento de entablar la demanda ya no fuera propietario porque sigue teniendo interés en el cumplimiento correcto ya que puede ser demandado por los adquirentes, como hemos visto que mantenía la jurisprudencia para el art. 1591231. Pero, como para dicho artículo, el promotor no podrá pedir una indemnización económica sino que se reparen los daños. En la LOE no cabe plantearse la posibilidad de que terceros reclamen por los daños sufridos como consecuencia de los daños materiales del edificio para pedir una indemnización de daños y perjuicios (arrendatarios, propietarios de edificios vecinos al edificio arruinado, transeúntes...) entre otras razones porque los únicos daños indemnizables son los materiales del edificio. La vía para exigirla responsabilidad será la extracontractual del art. 1909 CC. Algunos autores también añaden la del art. 1591232, pero es dudoso que este artículo esté vigente. En el caso de edificios sometidos al régimen de propiedad 229. SEIJAS QUINTANA (ob. cit. y lug. cit en la nota anterior); CARRASCO-CORDEROGONZALEZ CARRASCO (Derecho de la construcción y la vivienda, Madrid 2005, p. 387). 230. La responsabilidad civil por vicios de la construcción en la LOE, ADC 2000, p. 443. Dice que la posible legitimación activa del promotor se manifiesta en el artículo 6 de la LOE al establecer el régimen de la recepción de la obra, declarando que es el acto por el cual el constructor, una vez concluida ésta, hace entrega de la misma al promotor y es aceptada por éste. El promotor podrá rechazar la recepción de la obra por considerar que la misma no está terminada o que no se adecua a las condiciones contractuales. 231. DEL ARCO TORRES y PONS GONZALEZ también parecen admitir la legitimación activa del promotor en la LOE aun después de enajenado el edificio (Derecho de la construcción. Aspectos administrativos, civiles y penales, Granada 2003, p. 565). 232. DIEZ-PICAZO (Ley de Edificación y Código Civil, ADC 2000, p.14). 112 Antonio Monserrat Valero horizontal vale lo dicho cuando tratamos de la legitimación activa del presidente de la comunidad de propietarios bajo la vigencia del art. 1591 CC. 113