EL FIN DE LA SOCIEDAD POLÍTICA, CAUSA FINAL DEL DERECHO

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EL FIN DE LA SOCIEDAD POLÍTICA,
CAUSA FINAL DEL DERECHO
TOMAS ANTONIO CATAPANO COPIA
Profesor titular de Derecho Político
1.
CONCEPTO DE NATURALEZA
Una primera aproximación para el estudio de la cuestión que nos proponemos, requiere inexcusablemente de la determinación del concepto de
naturaleza, ya que, establecido éste, a su luz podremos alcanzar el conocimiento de la finalidad de la sociedad política y del derecho.
La pregunta por la naturaleza implica inquirir sobre la realidad, desde que
el problema de la naturaleza es una cuestión acerca de la estructura de la
realidad. En efecto, la filosofía, en definitiva, consiste en la respuesta al
siguiente interrogante: ¿Qué son las cosas?, ¿qué es lo que constituye la
naturaleza de las cosas? En suma, estamos en presencia del problema del ser y
del sentido del ser.
Existen varios sentidos y significados respecto del concepto de naturaleza. Panikar encuentra, al tratar el tema, alrededor de veinte sentidos dife1
rentes, luego de realizar un estudio histórico-filosófico del problema .
Dentro del conjunto de sentidos posibles del término, podemos agrupar
cinco significados principales: 1- aquel que designa la esencia de las cosas y el
concepto abstracto expresado en la definición de las mismas; 2- lo que es
propio y constitutivo, que procede de la actividad intrínseca del ser; 3- lo más
profundo del ser, la esencia o la sustancia considerada bajo su aspecto
dinámico, como principio de actividad de los seres; 4- el conjunto, orden y
disposición de los seres que conforman el universo y 5- como sinónimo de
cosmos, mundo físico, en oposición a conciencia y espíritu.
Ahora bien, todo el conjunto de significados se encuentra relacionado de
diverso modo entre sí, por lo que, en realidad, naturaleza es un término
análogo, en cuanto se atribuye a realidades diversas, pero que no obstante
tienen algo en común. Por ello, debemos buscar cuál es el analogado
principal, a fin de lograr así la significación propia y formal, por referencia a la
que los analogados secundarios merecen calificarse con el término.
Entendemos que el analogado principal del concepto de naturaleza es el
_________________________
1. PANIKAR, Raimundo, El Concepto de Naturaleza, Análisis histórico y meta-físico de
un concepto, Ed. CSIC, Instituto de Filosofía "Luis Vives", 2da- Ed., Madrid, 1972, pág. 4, 6 y ss.
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que la considera como principio de vida y de movimiento de las cosas que
existen. Y así, Aristóteles dice que naturaleza "es el principio y la causa del
movimiento y de reposo en la cosa en la cual reside inmediatamente por sí, no
accidentalmente" (Física 11,1, 192 b, 20). Naturaleza es la forma o esencia de la
cosa, en cuya virtud la sustancia misma se desarrolla y resulta lo que es.
Naturaleza es, pues, la esencia de las cosas que tienen el principio de
movimiento en sí mismas, pudiendo todas las significaciones posibles del
término ser reducidas a este concepto.
Conforme a lo expresado, la naturaleza exige dos conceptos correlativos:
el de finalidad y el de inteligibilidad.
El fin es el término del movimiento natural que, puesto como motivo de
atracción, constituye el bien. Como causa, el fin es aquello por lo cual algo se
hace, es la causa por cuya razón o motivo la causa eficiente actúa, toda vez
que sin fin no puede existir ni movimiento, ni tendencia, ni acción.
Por su lado, la acción sigue al ser, es decir, que una cosa no puede actuar
si no es y ella actúa solamente en conformidad con su naturaleza o modo de
ser. La operación es consecuencia del ser y, por ello, primero está el ser y
luego sus manifestaciones. Por eso el primer núcleo de inteligibilidad de
cualquier cosa es su ser.
La operación, el movimiento, no es un trasladarse, sino un llegar a ser y,
entonces, toda operación demanda lo que no se tiene, ya que no se llega a ser
lo que ya se es. Siendo así, al tender la operación del ente al fin, el fin es lo
que lo realiza plenamente, lo que lo acaba y perfecciona. De manera tal que
una íntima relación existe entre naturaleza y fin: el fin es perfectivo de la
naturaleza y es primero en la intención pero último en la ejecución.
2.
NATURALEZA DE LA SOCIEDAD POLÍTICA
La vida en sociedades como la familia, el municipio, el gremio, se
proyecta de un modo natural hacia un ámbito mayor que el de cada una de
ellas. El hombre vive y se perfecciona naturalmente en esas sociedades que se
vinculan y relacionan unas con otras. Efectivamente, dado que una familia
habita en un lugar, existe una relación de vecindad que se establece con otras
familias allí radicadas, existiendo en razón del bien común de esas familias el
municipio; éste participa a su vez con otros municipios, de los intereses
comunes más amplios, que complementan los particulares de cada uno.
También, las personas que son miembros de una familia y por ello
vecinos de un municipio, se comunican con otras, que no son necesariamente
vecinas, por la circunstancia de ejercer una determinada profesión. Así, las
actividades desarrolladas por las personas se interrelacionan y toda la compleja urdimbre de sociedades en las que los hombres participan constituye, en
su unidad y en la particular ordenación de cada una al bien común, esa
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sociedad suprema en su orden, que ha recibido el nombre de "polis" o
"civitas".
La sociedad política no es una estructura superpuesta al conjunto de
sociedades menores ni tampoco es una sociedad de individuos mecánicamente
agrupados, sino que es una sociedad de sociedades. Se participa en ella por
pertenecer a una familia, a un gremio, a un municipio y nunca en forma
directa. De ordinario, al actuar el hombre en orden al bien común de las
sociedades subordinadas, también actúa para el bien común político, ya que
éste es el complemento y la perfección de aquél.
La sociedad política no es un producto artificial de un pacto firmado por
un ser asocial quien, por diversas razones, ya sea debilidad, temor o utilidad,
decide pasar de una situación de soledad a un estado social, sino que consiste
en la concreción del desarrollo de potencias ínsitas en la naturaleza humana.
Por otra parte, en su consideración esencial, la sociedad política es una
unión accidental de hombres, ya agrupados en sociedades, para hacer algo en
común, no por yuxtaposición, sino por la participación en una dirección
intencional común. Ello supone la afirmación de la existencia de un orden y
de un fin, por cuanto el orden es la particular disposición de muchos distintos
y desiguales, que convienen con algo uno y primero, según prioridad o
posterioridad, y el fin, es esa obra común, que afecta a todos y a la que todos
han de contribuir, que no es otra que el bien comunitario, perfectivo del
hombre y de las sociedades infrapolíticas.
Será entonces la sociedad política un todo accidental de orden, práctico y
necesario, que surge de las relaciones establecidas entre las personas humanas,
conforme a su naturaleza, para buscar un fin objetivo que es el bien común
2
político.
3.
FIN DE LA SOCIEDAD POLÍTICA: El bien común político
De la consideración acerca de la naturaleza de la sociedad política
precedentemente realizada, surge sin hesitación alguna cuál es su finalidad, ya
que, como hemos visto, el fin es perfectivo de la naturaleza.
Dado que todo hombre cuando obra lo hace por un fin, indispensable
resulta que cuando él se agrupa en diversas sociedades —inclinación que
proviene de su misma naturaleza, participando por medio de ella de la
sociedad política— lo haga por una finalidad. De otro modo no obraría.
La sociedad política apunta de un modo necesario a la realización de un
fin u objetivo propio, desde que sería absurdo referirse a una realidad
____________________________
2. Cfr. SOAJE RAMOS, Guido, El Grupo Social, Bs. As., UCA, 1969 y Calderón Bouchet,
Rubén, Sobre las causas del orden político. Nuevo Orden, Bs. As., 1976.
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práctica, constituida por la unión accidental de los hombres para obrar en
común, sin tener en consideración la finalidad, pues no se obra si no es por
un fin.
Por lo demás, la sociedad política no puede considerarse prescindiendo
de los fines, por cuanto, de lo contrario, entre otras consecuencias, sucede:
a. Como el fin es la razón de ser de los medios, no se puede explicar
por qué existe la sociedad política, es decir, no se puede dar razón de su
existencia.
b. Como el fin especifica los medios, no se puede distinguir la sociedad
política de otras sociedades, que por cierto tienen otros fines.
c. Queda sin razón suficiente que la justifique la legislación positiva,
dictada para la comunidad política, ya que la ley siempre se sanciona por un
fin.
d. Queda sin solución el problema de los límites que, en el ejercicio del
poder político, tiene el gobernante, por cuanto todo límite a este respecto
proviene del fin de la sociedad política.
e. Queda sin fundamento la exigencia de ciertas prestaciones por parte
del Estado a las sociedades menores y a las personas que la integran, verbigracia, entre otras: el pago de impuestos.
Ahora bien, el fin perseguido es un bien y es común y como se realiza en
la sociedad política y en el orden temporal, recibe el nombre de bien común
político o bien común temporal. Explicitémoslo:
— Es un bien: el bien es aquello a lo que tienden los entes en cuanto
tienden hacia su perfección y no es bueno porque ellos lo apetezcan sino que
lo apetecen por ser bueno. La razón de bien se funda en la perfección del
ente y es ésta la que colma el apetito.
— Es un bien humano: el movimiento de las cosas hacia su fin está
determinado por la apetencia de algo de que se carece, que significa para
ellas un enriquecimiento de su ser. Bien para el hombre será aquello que
contribuya a su perfección y el hombre será más hombre en la medida que
actualice en forma constante en su vida la jerarquía de sus potencias bajo el
orden de la razón, mensurante y mensurada; mensurante de sus actos de
voluntad y de los apetitos y mensurada por la ley natural y por Dios.
— Es un bien social: como todo lo que contribuye a la perfección de
la naturaleza humana es un bien para el hombre, y siendo la naturaleza del
hombre una naturaleza social, el bien común como bien social, consistirá en
la perfección de su vida social.
— Es un bien político: la sociedad política es una especie del género
sociedad y a ella también está ordenado naturalmente el hombre, ya que sólo
esa forma de vida social le permite alcanzar su plenitud. A la sociedad política
le compete, pues, la realización práctica e histórica del bien común político,
que es un bien humano y social y por ello exige tener en consideración los
requerimientos propios de la naturaleza del hombre.
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— Es un bien común: no es el bien individual de alguien, ni es la suma
de los bienes individuales; es el bienestar integral de la sociedad política como
un todo. Es un bien que no es de una parte con exclusión de otras, sino de
todas las partes. Es un bien del todo. El bien común es tal porque es un bien
apto para ser participado por todos y cada uno de los integrantes de la
sociedad política. Es común por ser comunicable y consiste en la perfección
de la vida de los miembros de esa sociedad.
En cuanto al contenido del bien común político, éste comprende el orden,
la concordia política, el derecho, la satisfacción de necesidades materiales, la
3
realización de valores culturales, éticos, políticos y espirituales.
4.
NATURALEZA DEL DERECHO
El término "derecho" es un término análogo y por ello es susceptible de
ser predicado según significaciones parcialmente distintas y a la vez parcialmente iguales.
Originariamente "derecho" se empleó para significar la misma cosa justa;
empero, luego, se derivó para denominar el arte con que se discierne qué es lo
justo; después, para designar el lugar donde se da el derecho, como cuando se
dice que alguien comparece a estar a derecho y también, en fin, se llama
4
derecho a la sentencia dada por el juez .
Asimismo, se utiliza el término derecho para designar a las normas
jurídicas y al poder o facultad de exigir una prestación por parte del sujeto
activo de la relación jurídica.
Lo que ocurre es que el término "derecho" es un término análogo, con
analogía de atribución, cuyo analogado principal es el derecho en el sentido
de "res iusta", lo justo objetivo, la cosa justa, lo debido o conmensurado a
otro. Sólo a partir de esta fundamental significación, puede calificarse como
"derecho" a la ley, a la facultad o poder jurídico, a la sentencia, al lugar donde
se administra la justicia y al arte con que se establece lo justo. Vale decir, que
a los analogados secundarios expresados se les aplica el término sólo por
relación al sentido propio y formal.
El derecho es el objeto de una de las virtudes cardinales, la justicia, desde
que, para la realización del acto de justicia, se requiere un acto anterior por el
que algo se constituya en propio de alguien. Así pues, la justicia presupone el
derecho.
En definitiva, por pertenecer el derecho al orden práctico, es un obrar
__________________________
3.
Cfr. TOMAS DE AQUINO, Santo,Suma Teológica, l-ll, q. 90, a. 2; l-ll, q. 95, a. 1; De
Regno, I, C. XV; C.l. y ARISTÓTELES, Política, L. 7, C. V; C. I.
4.
TOMAS DE AQUINO, Santo, S.T. II - II, q. 57, a.l.
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social rectificado por la justicia al bien común. Las demás realidades que se
denominan "derecho" y que cumplen la función de medios para que los
hombres realicen una vida en común armónica, reciben tal nombre solamente
en virtud de la relación que guardan con el obrar justo objetivo, culminación
del orden jurídico.
Sin la obra justa, la norma, la facultad, el conocimiento, el tribunal, el
arte, la sentencia, el poder jurídico del sujeto, carecen de razón suficiente, sin
elemento que los unifique y especifique. Por ello la auténtica naturaleza del
derecho consiste en ser "la cosa justa".
5.
LA CAUSA FINAL DEL DERECHO: El bien común político
La causalidad del fin reside en la atracción que el mismo despierta en el
agente y es apetecible en razón de su bondad; por eso puede decirse: "el bien
5
en cuanto deseable es lo que da razón de la causalidad del fin" . Nada es
bueno si no es ser y todo ser es bueno en tanto que es capaz de ser apetecido.
Fin y bien coinciden, ya que aquél es aquello por cuya consecución se
mueven los entes hacia su perfección: "Todo ser es bueno, todo lo bueno es
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apetecible y todo lo apetecible es fin" .
El derecho pertenece al orden práctico, no al especulativo, ni al lógico, ni
al poiético; es decir, pertenece al orden que la recta razón establece para el
logro del bien del hombre. Ello así, el derecho, en cuanto conducta que da lo
suyo a cada uno, requiere la presencia de otro, que es el titular de lo suyo; esa
alteridad que implica lo jurídico se expresa en las tres formas de justicia:
conmutativa, distributiva y general. Ahora bien, como el orden práctico, al que
corresponde el derecho, implica la operación del hombre hacia el fin, el orden
que proviene del derecho es orden social y por lo tanto el bien que procura es
común, adecuado a él.
El derecho es una realidad práctica, una perfección que debe realizarse y
así está ligado a un fin objetivo, al que se encuentra ordenada la vida humana
como a su perfección; empero, se trata de un fin que no puede ser perseguido
y conseguido sino por medio del esfuerzo mancomunado de los hombres que
viven en la sociedad política: es un bien común. Se trata de un bien común
temporal humano, ya que el derecho es medida de la vida temporal del
hombre.
Las leyes y las otras normas jurídicas constituyen una ordenación racional al bien común, encargándose de ordenar la vida en la sociedad política,
de modo tal que promueven, conservan y acrecientan su bien que, como se ha
_________________________
5.
6.
JOLIVET, Régis, Curso de Filosofía, Carlos Lohlé, Bs. As., 1957, pág. 263.
DERISI, Octavio, Los Fundamentos metafísicos del orden moral, Bs. As., 458.
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visto, es comunitario y no individual ni sectorial. Y así, "el derecho se define
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por la ley y la ley se define por el bien común" . De suerte que como el
derecho es perfectivo de la vida de los hombres en la comunidad política, ya
que por él se da a cada cual lo suyo, resulta que su finalidad es un bien
común, que es participable por todos.
Por lo demás, dado que el hombre vive y se perfecciona naturalmente en
sociedades, de las cuales la política es la perfecta y autosuficiente, la determinación del derecho que instaura el orden social, no podrá perseguir ni
procurar otra finalidad que no sea el bien común político, bien difusivo y
comunicable a los hombres y a las sociedades, de manera tal que si no lo
fuera, ni sería bien, ni tampoco común.
Con lo expuesto, advertimos que el bien común político es el fin de la
sociedad política y también del derecho, lo cual es demostrativo de la
politicidad del derecho, politicidad que deriva del fin.
6.
LA POLITICIDAD DEL DERECHO
El concepto de juridicidad está íntimamente ligado con el de politicidad.
El derecho se conforma y desarrolla dentro de la sociedad política; "no se le
puede, pues, representar perfectamente, sino concibiéndolo como algo incorporado a una comunidad, dirigido por la ley (natural o positiva) y ordenado
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al bien común" .
Si "el fin en cualquier serie de acciones concatenadas, escribe Lachance,
es la regla suprema, la medida decisiva, el principio que sirve para organizar y
evaluar las reglas que derivan de la acción, es decir, el principio del que todas
las demás reciben su valor normativo, se ve que el derecho, cuya función es
reguladora, recibe, en última instancia, su legitimidad y su fuerza coactiva del
fin". Y, "si se considera que el bien que encarna el fin integral del hombre —el
que se muestra apto para hacer de él un hombre completo— no es el bien
particular, sino el bien común, se ve que dicho bien es aquél en que el derecho
encuentra su justificación, su razón de ser. El derecho no existe por sí mismo,
sino que se ordena a hacer posible y conveniente la vida en sociedad, a hacerla
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efectiva" .
El bien común es, pues, el elemento específico en el orden jurídico y
"ningún título jurídico tiene valor sino por sus relaciones inmediatas o
10
mediatas con el bien común" .
_________________________
7.
SOAJE RAMOS, G., Sobre la politicidad del derecho, en: Boletín de Estudios Políticos, U.N.C.,
Mendoza, 1958, N° 9, pág. 84.
8.
LACHANCE, Louis, Le concept de droit selon Aristote et. S. Thomas, Montreal, 1933, pág. 289.
9.
LACHANCE, Louis, op. cit., pág. 121.
10.
Ibidem, pág. 88 y 377.
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Bien común y derecho no son separables; "decir bien común no es ya
decir únicamente individuo o grupo de personas o familias o sociedades
11
menores, sino politicidad: el derecho" .
Desde una perspectiva diferente Legaz y Lacambra en "La Función
Política del Derecho en Santo Tomás de Aquino", sostiene "que un Derecho
funcionará bien poéticamente cuando responda a lo que la situación demanda
en justicia".
En fin, si la sociedad política procede de la naturaleza humana y el bien
común, que es su finalidad, surge de las propias exigencias de tal naturaleza, el
derecho estará en función de la politicidad, desde que el bien público
temporal así lo exige para la ordenación natural de la vida del hombre y de las
sociedades hacia aquel fin.
Ahora bien, la politicidad del derecho no sólo es manifiesta en razón del
fin. También lo es en virtud de sus causas: material, formal, eficiente y
12
ejemplar .
— La materia próxima del derecho, que es la acción humana, por ser
ella la que propia e inmediatamente está sometida a las reglas jurídicas cuando
se trata de una acción socialmente relevante, referida exteriormente a otro,
ciertamente depende de la ordenabilidad del derecho al bien común.
— De un modo más claro resalta la nota de politicidad del derecho si
nos atenemos a la consideración de la forma ejemplar de él, es decir a la ley
jurídica, que es una ordenación racional cuya finalidad es el bien común, ya
que tal bien es el que primaria y propiamente tiene en miras la ley. La ley es
regla y medida de la actividad de la comunidad, por lo que la medida suprema
del orden comunitario no es otra que el bien común, ya que éste es el fin de
aquélla.
— Atendiendo a su causa formal, es decir a una cierta igualdad de la
acción humana exterior con el título de otro, sea que esa igualdad se funde en
la naturaleza de manera inmediata o bien que derive de una determinación
positiva, la politicidad del derecho queda configurada claramente, ya que la
medida conforme a la que se ha de apreciar el derecho y el título es el bien
común.
— Igualmente desde la consideración de la causa eficiente del derecho,
que es la ley natural jurídica y las normas positivas jurídicas, que ordenan
diferentes obligaciones o débitos de alguien hacia otro, se advierte la politi___________________________
11. OLGIATI, Francesco, El concepto de juridicidad en Sto. Tomás de Aquino, EUNSA,
Pamplona, 1977, pág. 229.
12. Cfr.: SOAJE RAMOS, Guido, op. cit., pág. 79-84; OLGIATI, Francesco, El concepto de
juridicidad en Santo Tomás de Aquino, Eunsa, Pamplona, 1977, pág. 223-230; VIGO, Rodolfo,
Las Causas del derecho, Abeledo-Perrot, 1983, Bs. As., pág. 57-154; y MASSINI, Carlos I., La
analítica de la ley según Santo Tomás, Ethos, Revista de filosofía práctica, Vol. 9, Bs. As., 1981,
pág. 93-101.
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cidad del derecho, ya que el fin inmediato o mediato de las normas jurídicas
es el bien común político.
Sin haber pretendido en modo alguno agotar la investigación, sino aportar algunas reflexiones sobre la naturaleza y el fin de la sociedad política y del
derecho, luego del desarrollo que precede, estimamos estar en condiciones de
sostener que el bien común de la sociedad política es la causa final del
derecho y que, por ello, una nota esencial de éste es su politicidad.
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