BASES PARA LA DISCUSION EN EL AREA DE: POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL BASES PARA LA DISCUSION EN EL AREA DE: POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL I. PRESENTACION GENERAL DEL TEMA .................................................. 3 II. DIAGNOSTICO Y PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA INDUSTRIA................... 3 II.1. PERDIDA DE DINAMISMO Y DE CAPACIDAD DE GENERAR EMPLEO .................................................... 3 II.2. DESINTEGRACION DEL TEJIDO INDUSTRIAL, CONCENTRACION Y EXTRANJERIZACION ........... 4 II.3. MATRIZ INSUMO-PRODUCTO ALTAMENTE IMPORTADORA Y REDUCIDOS INCENTIVOS A LA INVERSION ......................................................................................................................................................... 5 II.4. FALTA DE UN AMBIENTE LOCAL DE DESARROLLO DE CAPACIDADES TECNOLOGICAS ................... 6 II.5. EL ABANDONO DEL REGIMEN DE COMPRAS PUBLICAS ........................................................................ 6 II.6. LA FALTA DE DESARROLLO DE EMPRENDIMIENTOS DE ALTA TECNOLOGIA ................................... 7 II.7.UNA DEMANDA DOMESTICA RESTRINGIDA Y CONCENTRADA EN ESTRATOS DE MAYORES INGRESOS............................................................................................................................................................ 8 II.8. EL PERFIL DEL COMERCIO EXTERIOR BASADO EN COMMODITIES Y DEFICITS SECTORIALES..... 8 III. ACCIONES A ENCARAR PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS SEÑALADOS ......... 9 III.1. LINEAMIENTOS GENERALES ...............................................................................................................10 III. 2. LINEAMIENTOS ESPECIFICOS ..........................................................................................................12 2 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL I. PRESENTACION GENERAL DEL TEMA La industria se caracteriza por ser el sector productivo que en mayor medida genera y difunde el crecimiento económico. Aún cuando en muchos países la industria ha ido perdiendo participación en el conjunto de la economía, sigue siendo el sector de mayor dinamismo en la creación de riqueza. Cuanto más crece la producción industrial, más crece la productividad y toda la economía. La industria continúa siendo el “motor del crecimiento” en un continuo proceso de realimentación entre oferta y demanda. La especialización y las nuevas formas de organización actúan como multiplicadores de la masa inicial de recursos invertidos, promoviendo la división del trabajo, la generación de empleo, mayor demanda y potencialidad de mayor diversificación de productos y procesos. La industria es un lugar privilegiado donde se “aprende haciendo”, y donde se generan externalidades para el resto de la economía, como por ejemplo la capacitación de la mano de obra o la difusión de conocimientos técnicos. La efectividad de estos potenciales impactos depende del tipo de “estrategia” industrial que se adopte. Porque así como la industria arrastra para el crecimiento, también puede hacerlo para la depresión y el desempleo. Simplificar los problemas, planteando en un extremo la apertura comercial para que la industria local se vea “obligada” a competir, o exigir “protección” indiscriminada para garantizarle exclusividad en el mercado interno, no es una forma correcta de encarar el problema. El desarrollo industrial depende de muchos factores, entre los cuales son fundamentales: la competencia entre firmas, la existencia de incentivos a la inversión e innovación que incrementen la productividad, y un patrón equitativo de producción y distribución. II. DIAGNOSTICO Y PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA INDUSTRIA II.1. Pérdida de dinamismo y de capacidad de generar empleo En la pasada década, la abrupta apertura económica, acompañada del desmantelamiento de las barreras arancelarias y para-arancelarias, la privatización de las empresas de servicios públicos, la fijación del tipo de cambio nominal como eje de la política anti-inflacionaria, y el proceso de integración regional, constituyeron un nuevo escenario al que debieron adaptarse las empresas industriales. Como resultado, la industria argentina experimentó transformaciones agudas. 3 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL En primer lugar, disminuyó en forma importante su participación en el producto nacional y en el empleo demandado, al tiempo que aumentó la productividad por ocupado y se produjeron cambios en los patrones tecnológicos y en las estructuras de sus mercados. Si bien las exportaciones de manufacturas (de origen industrial y de origen agropecuario) se incrementaron un 85 % entre 1993 y 2001, el grueso se concentró en sectores de bajo grado de elaboración y en un reducido conjunto de empresas. Una de las características que podrían interpretarse como positivas del período es el incremento de la productividad, pero ello estuvo mucho más relacionado con la importante expulsión de asalariados que con inversiones en capital fijo y tecnología. Entre 1991 y el 2001 la productividad por trabajador aumentó 67 %, pero la ocupación se redujo 34%, mientras que el volumen físico de producción creció hasta el año 1998 y luego cayó fuertemente. Como resultado, cerca de 75% del incremento de la productividad laboral estuvo asociado a la disminución en la cantidad de personal ocupado. Esta reducción del coeficiente de empleo industrial explica dos terceras partes de la pérdida de puestos de trabajo de toda la economía argentina. A pesar de los aumentos en la productividad, el salario real promedio para el conjunto de la industria solo creció hasta 1994 para luego descender de manera persistente. En las grandes empresas, mientras la productividad laboral creció un 50% entre 1993 y 1997, las ganancias se incrementaron casi un 65 % y el salario medio creció apenas un 21%. En síntesis, la mayor parte de los importantes incrementos registrados en la productividad de las firmas no se “derramó” hacia el conjunto de la sociedad. II.2. Desintegración del tejido industrial, concentración y extranjerización La des-industrialización argentina no sólo implicó la pérdida de participación en el producto, sino también la desintegración de la producción fabril. Los casos de reconversión tecnológica se concentraron en pocas empresas y los resultados fueron heterogéneos. Las grandes empresas, en particular las de origen extranjero, canalizaron sus demandas de insumos y equipos a sus centros de compras internacionales, desarmando las ya débiles redes de proveedores nacionales que quedaban de los tiempos de la industrialización sustitutiva. Tanto los fabricantes de bienes de capital, como muchos proveedores de insumos, fueron desplazados del mercado por sustitutos extranjeros. En la década pasada más que integración productiva existió exclusión y, en todo caso, conflicto entre empresas por un mismo mercado. Así, aumentó notablemente el grado de oligopolización global de la industria argentina: cien empresas explican casi 50% de la totalidad de la producción fabril del país, el porcentaje más elevado de los últimos cincuenta años. Este proceso se acentuó porque muchos grupos económicos de capital local acabaron vendiendo sus empresas al capital extranjero, y estos tienen una mayor propensión al uso de insumos, partes y tecnologías importadas que desplaza producción local de Pymes (en muchos casos a través de operaciones intracorporativas 4 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL asociadas al manejo de precios de transferencia). También esta transformación tiene impactos en la balanza de pagos, en tanto las empresas extranjeras generan una continua remisión de utilidades, pago de royalties e intereses al exterior. Incluso, en la pasada década, el grueso de sus inversiones fueron financiadas con endeudamiento externo, parte del cual no fue aplicado productivamente sino que se volcó al circuito financiero, aprovechando el diferencial de tasas de interés internas e internacionales. La contracara de la concentración económica y la extranjerización de la industria, es la desestructuración del entramado industrial, desaparición de Pymes y expulsión de mano de obra. También, el aumento del poder de un grupo reducido de agentes económicos para influenciar el conjunto de la política económica y para aplicar tácticas de ganancias de corto plazo dentro del conglomerado al que pertenecen. II.3. Matriz insumo-producto altamente importadora y reducidos incentivos a la inversión Muchas empresas fabriles adoptaron estrategias “defensivas” basadas en el aumento de la participación del componente importado en la estructura de los costos de producción y ventas, y en la terciarización de distinto tipo de servicios que anteriormente producían las mismas empresas. En bienes de consumo durables para el hogar se incorporó hasta 35 % de partes importadas, y 50% en la producción de electrónicos. La expansión de la industria automotriz se logró en base a un régimen de protección especial que significó una reducción de la exigencia mínima de insumos locales en el valor de los automóviles desde 90% (vigente en la década del 80) a 60 %. Este régimen indujo la promoción de actividades de armado y/o ensamblado de insumos y partes importadas, además de la directa comercialización de vehículos importados por las terminales. Dada la escasa capacidad exportadora, las grandes terminales han registrado importantes déficits comerciales a lo largo del decenio, contraviniendo el objetivo del régimen que buscaba balances comerciales equilibrados. La inversión productiva no solo resultó mediocre, sino que tuvo un sesgo capital intensivo y de origen importado. Además, muchas de estas nuevas inversiones industriales se realizaron “llave en mano”. La mayor parte de la reestructuración industrial se produjo en base a “racionalización”, con ajustes de costos laborales, de estructuras organizativas, de los métodos de trabajo, y de la logística de manejo de inventarios y de aprovisionamiento. El contexto macroeconómico favoreció la búsqueda de ganancias de corto plazo no basados en procesos de reconversión productiva, tecnológica e innovativa. La conjunción de estos factores con la apertura financiera, el tipo de cambio fijo y las altas tasas de interés internas, aumentaron la importancia de la valorización financiera como fuente de ganancia de las empresas, y provocaron una expulsión de aquellas no vinculadas al nuevo circuito de endeudamiento externo, valorización financiera y salida de capitales locales al exterior. 5 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL Como ejemplo, baste citar que, a pesar de la importante expansión de la producción agropecuaria y de la incorporación de nuevas tecnologías durante la década pasada, la industria de insumos y bienes de capital para el agro presentó un magro desarrollo, causado por la creciente importación de paquetes tecnológicos completos. II.4. Falta de un ambiente local de desarrollo de capacidades tecnológicas Si bien algunas empresas modernizaron rápidamente la planta de equipos de capital y mejoraron su acceso al asesoramiento tecnológico en línea desde el exterior, se desarticularon aquellas actividades en las que eran más frecuentes el diseño de productos y el consumo de servicios de ingeniería. Esto, sumado a la falta de un sistema coordinado de innovación tecnológica, redujo aún más las capacidades nacionales de innovación tecnológica y dejó el aparato industrial a merced de las posibilidades de seguir sosteniendo el régimen macroeconómico. Como resultado, se asistió a la paradoja de un aparato productivo que aceleraba su ritmo de modernización y de mejora de la productividad laboral, pero que demandaba menos servicios locales de ingeniería y un flujo menor de esfuerzos de inversión y de desarrollo local. Esto se refleja en los desarrollos sectoriales. Durante los 90 se expandieron ramas industriales basadas en el procesamiento de recursos naturales, con firmas capital intensivas, productoras de commodities y en condiciones de aprovechar economías de escala (como “Alimentos y Bebidas”, “Refinería de petróleo”, “Papel y productos del papel”, “Fabricación de metales comunes” y “Sustancias y productos químicos”). Mientras tanto, las ramas caracterizadas por el uso intensivo de trabajo no calificado, donde se concentra una gran proporción de pymes (como la textil, indumentaria y del calzado), fueron arrasadas por un flujo de importaciones de menor calidad, pero de muy bajo precio internacional. Las ramas que hacen uso intensivo de servicios de ingeniería (como la industria de bienes de capital, la electrónica y otros bienes de consumo durable) también debieron enfrentar con dificultad la oferta externa. La única excepción fue la rama automotriz por su régimen especial. II.5. El abandono del régimen de compras públicas Todos los países cuentan con regímenes que apoyan la producción nacional aprovechando el poder de compra del Estado y sus concesionarios y contratistas. Esto favorece la estabilidad de la demanda para las industrias que producen en el país, favorece la producción, el empleo y la recaudación fiscal. Algunos países adoptan, además, formas más sutiles para defender la producción nacional, que se basan en especificaciones o diseños que sólo puede cumplir la industria local, o trabas administrativas para el ingreso de productos. 6 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL En nuestro país existe un conjunto de leyes que, aunque perfectibles, permiten aplicar el régimen de compras públicas en el Estado Nacional y empresas concesionarias, y en las distintas jurisdicciones del país. Para el ámbito nacional esta vigente la ley 25.551 de “Compre Trabajo Argentino”, reglamentada recientemente por el decreto 1600/02, que es aplicable a las compras y contrataciones realizadas por el Estado Nacional, sus empresas y las sociedades privadas prestadoras, licenciatarias, concesionarias y permisionarias de obras y servicios públicos. Excepto la Ciudad de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y la provincia de Córdoba, que cuentan con regímenes de compras públicas específicos establecidos últimamente, las restantes provincias adhirieron por leyes provinciales a la normativa nacional establecida por las antiguas leyes 5.340 y 18.875, que siguen vigentes en todo lo que no se contradiga con la nueva legislación. Sin embargo, durante los años 90 esta legislación fue sistemáticamente ignorada por el Estado y, en particular, por las empresas públicas que fueron privatizadas. Más aún, se aprobaron leyes y decretos que promovían la no aplicabilidad del compre argentino, como la Ley 23.697/89 “de emergencia económica”, que eliminó los controles y sanciones por incumplimiento. Esto significó la destrucción de líneas de producción y el cierre de firmas, perdiéndose importantes segmentos de la industria de bienes de capital y de empresas Pymes nacionales que realizaban servicios y provisiones de distinto tipo. II.6. La falta de desarrollo de emprendimientos de alta tecnología En Argentina no existe un programa consolidado que promueva proyectos para la conformación de las llamadas “empresas de base tecnológica”. Estas son empresas que se basan en el uso intensivo del conocimiento científico, que aprovechan la microelectrónica y la informática como factor para desarrollar sus mercados. Se insertan en distintas áreas como electrónica, nuevos materiales, biotecnología, y su desarrollo depende de la capacidad para acertar la dirección del cambio tecnológico predominante. Por ejemplo la aplicación de la biotecnología en la generación de productos donde todavía no es utilizada, como algunos alimentos, o medicamentos. El elevado grado de incertidumbre hace que, en las primeras etapas de este tipo de proyectos, casi no existan fuentes de financiamiento privado (tanto en el mercado de capitales como en el mercado de crédito). Este problema se acentúa porque, en diferentes segmentos de punta tecnológica, las empresas innovadoras son pequeñas y desconocidas. Este tipo de empresas requiere un modelo de financiamiento específico que contemple las distintas etapas. El problema de competencia se agrava porque, en los últimos años, la mayoría de los países han lanzado programas de apoyo a la creación de pequeñas empresas de base tecnológica. La elección se basa en el diagnóstico de que las pequeñas empresas son más flexibles en adaptarse a cambios rápidos, exigidos por una economía que se basa cada vez más en la creación y uso de conocimiento. Adicionalmente, son reconocidas por su impacto en la 7 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL generación de empleo y en el aumento de las exportaciones de productos intensivos en tecnología. II.7.Una demanda doméstica restringida y concentrada en estratos de mayores ingresos La demanda de una economía es determinada por diversos factores puramente económicos (como el tamaño del “excedente”, el tipo de tecnología involucrada en la producción, la composición del tipo de bienes que se producen) y otros donde se expresan los valores de la sociedad, su conformación histórico-cultural, y el grado de desigualdad socio-económica. Argentina ha pasado de conformar una sociedad con cierto grado de homogeneidad y estructuras de ingreso más equitativa, a una sociedad donde predomina la desigualdad y la regresividad en la distribución del ingreso y la riqueza. Este patrón de distribución desigual ha generado un mercado doméstico restringido para la producción local y fuertemente dependiente de la demanda de los estratos de ingresos más altos. Ello bloquea la posibilidad de alcanzar economías de escala y desarrollar planes de inversión de mediano y largo plazo. El actual patrón distributivo de la Argentina significa un bloqueo para la demanda de los sectores de bajos ingresos y una mayor transferencia de los incrementos de productividad a los beneficios. Estos mayores beneficios ni siquiera se traducen en mayores niveles de inversión con capital propio sino que, en gran medida, son distribuidos como dividendos y destinados al mercado financiero. Esto también bloquea la inversión por dos vías: la directa, porque los que tienen beneficios no invierten y la indirecta, porque las altas tasas de interés impiden el acceso al financiamiento de los que no tienen capital propio. II.8. El perfil del comercio exterior basado en commodities y déficits sectoriales En Argentina se aplicó una apertura comercial abrupta basada en los supuestos de que el libre comercio beneficia a las naciones en desarrollo: en la medida en que cada uno de estos países se especializara en aquellos bienes para cuya producción cuenta con abundantes insumos en el territorio, los mayores ingresos por exportación permitirían obtener productos de otros países a menor costo relativo. En estos casos, los países con abundantes recursos naturales exportarán fundamentalmente bienes tales como trigo, carne y minerales; y los relativamente dotados con capital y mano de obra calificada exportarán manufacturas. Una inferencia sencilla de este esquema es que el comercio será más frecuente e importante en volumen entre naciones diferentes. 8 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL Sin embargo, lo que se observa es otra cosa. El grueso del comercio internacional involucra transacciones de bienes industriales elaborados por firmas residentes en naciones avanzadas. Más que “trigo contra tractores”, lo que se observa es intercambio de tractores de diversos tamaños, servicios al usuario y calidades, con importantes flujos de comercio intra-industrial más que inter-industrial. Esta configuración del comercio facilita la emergencia de rentas propias de la competencia imperfecta, y está asociada a la presencia de importantes costos fijos, economías de escala, de aprendizaje y especialización en sus tecnologías. El grueso de las exportaciones argentinas todavía se concentra en un puñado de sectores de bajo grado de elaboración y su expansión depende de factores externos: precios de commodities en mercados no controlados, cotización del dólar y la demanda brasileña. Este perfil exportador determinó un permanente déficit del balance externo de divisas durante toda la década. Salvo raras excepciones, el sector industrial sigue demandando más divisas de las que genera. III. ACCIONES A ENCARAR PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS SEÑALADOS Para que la industria se convierta en motor del crecimiento económico y del desarrollo nacional es necesario cambiar el patrón de competitividad basado en la valorización financiera, la apropiación de mercados locales por concentración, el aumento de la productividad por racionalización en el uso de factores y por tecnologías blandas, el privilegio de ganancias de corto plazo. También, es necesario cambiar el patrón de especialización productiva. Un proceso de crecimiento económico sostenido requiere de un sector industrial con un entramado diversificado y una compleja estructura de eslabonamientos productivos. Los denominados “efectos derrame” solo tienen lugar cuando existen canales por donde circulen. Lo que no se tuvo en cuenta en Argentina es que los procesos de competitividad requieren de la formación de culturas innovadoras que son propias de cada sociedad y que esto no puede adquirirse con el simple uso de equipos que fueron desarrollados en países avanzados. El problema es institucional y de tiempo. No se trata de extraerle a algunos equipos un rendimiento máximo sino de establecer un sistema integrado de aprendizaje permanente donde las empresas puedan competir en base a la innovación tecnológica y a la capacidad de generar nuevas marcas y nuevos productos. Esto no se hace contraponiendo el mercado interno con el externo, sino con una adecuada integración entre los mismos. Esto se logra con una clara política industrial en un nuevo ambiente macroeconómico. Para ello se debe tener en cuenta los siguientes principios: 9 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL ! los mercados exhiben importantes niveles de concentración, donde pocas firmas dominantes se caracterizan por fuertes economías de escala en lo productivo, en marketing, en distribución, y en la provisión de financiamiento. Para ingresar a ramas de producción concentradas se requiere un tamaño mínimo de inversión que funciona como barrera a la entrada; ! la actual trayectoria de especialización no garantiza un crecimiento sostenido de largo plazo; ! el sistema de precios sirve para orientar las decisiones de producción corriente, pero no para las decisiones de inversión cuyos frutos están sujetos a períodos de maduración más largos; ! es necesario regenerar eslabonamientos productivos entre sectores y entre los distintos tamaños de empresas, como así también reconstruir ramas productivas que sufrieron un importante deterioro en las décadas pasadas y que son neurálgicas para el crecimiento; ! la prioridad es expandir aquellas ramas caracterizadas por la capacidad para generar mayor valor agregado, mayor empleo y capacidades tecnológicas; ! se requiere del desarrollo de un espíritu empresario diferente, que busque rentabilidades de más largo plazo basadas en la permanente valorización productiva. III.1. Lineamientos generales ! Ambiente macroeconómico favorable: la industria requiere un horizonte de mediano y largo plazo que dé mínimas certidumbres a la inversión de riesgo. Sin embargo este horizonte no se logra con alquimias de represión de precios y fijación de un tipo de cambio inconsistente con los precios relativos. Lo que requiere la industria es una política de sostenimiento de la demanda efectiva con criterios anti-cíclicos. Para ello, en primer lugar se debe definir una clara política de distribución de ingresos que cambie el perfil de la demanda efectiva. En segundo lugar, una política consistente entre política monetaria, fiscal y cambiaria, junto con una recomposición de las funciones normales del crédito en el sistema financiero. Entre otras medidas se destacan: una política de regulación monetaria en base a objetivos de indicadores de precios que otorgue certidumbre a los contratos, una política cambiaria consistente y regulada por mecanismos propios de la regulación del balance de pagos, una política de solvencia fiscal basada en una profunda reforma tributaria que favorezcan la inversión productiva, una política de reconstrucción del sistema financiero que permita retomar líneas de crédito al sector y que sea consistente con la estrategia de promoción de ciertas actividades, regiones y de las Pymes. Todos estos temas son tratados en los Documentos de las áreas específicas. 10 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL ! Política comercial externa favorable a la recomposición del mercado interno y las exportaciones: la industria también requiere de adecuados mecanismos de regulación de las relaciones comerciales con el exterior. Esto implica la definición en torno a una estrategia favorable al MERCOSUR, junto con la consolidación de políticas en organismos multilaterales que recuperen la tradición argentina como un exportador global. En las negociaciones, se dará participación privilegiada a los representantes de los sectores productivos con intereses específicos en la materia. También se modificarán la política arancelaria que, atendiendo a los compromisos internacionales, apunte a promover industrias que permitan cambiar el patrón de especialización, generen eslabonamientos y externalidades positivas y favorezcan la desconcentración de los mercados. Todos estos temas son tratados en los Documentos de las áreas específicas. ! Una nueva legislación antimonopólica: la actual Ley 25.156, sancionada a fines de 1999, es insuficiente en su extensión e inoperante aun en las problemáticas que aborda. Entre otras disposiciones, la nueva ley debería: i) especificar claramente el porcentaje de concentración de mercado a partir del cual las empresas deben informar todo tipo de fusión y/o adquisición previo a su realización; ii) clarificar la definición de “mercado relevante” a los efectos de la aplicación efectiva; iii) unificar los criterios de medición del grado de concentración de los mercados; iv) garantizar el efectivo funcionamiento de un órgano de control que actúe con independencia. ! Insumos de uso generalizado: la privatización de los insumos de uso generalizado provistos tradicionalmente por empresas públicas provocó distorsiones profundas en la estructura industrial. Además de los problemas propios de los contratos, la industria se ha visto afectada por la política de tarifas, el abandono de la red de proveedores locales, la falta de regulación adecuada y en algunos casos claves (como hidrocarburos) por su directa ausencia. Todas estas cuestiones deberán ser revisadas junto con una nueva renegociación de contratos bajo las pautas que se detallan en los Documentos de las áreas específicas. ! Control del impacto ambiental de las industrias: la transferencia al conjunto de la sociedad de los costos de daño al medio ambiente son una forma no genuina de competencia. Se desarrollará una urgente actualización de un mapa de focos contaminantes en el país, estableciendo como prioridad la clausura de su potencial expansión. En materia de contaminación hídrica, se lanzará un plan de construcción de plantas colectivas comunitarias, con especial apoyo a aquellas plantas que agreguen desechos domiciliarios en sectores con ausencia de servicios de cloacas. Para su construcción se habilitarán mecanismos de financiamiento por parte de todas las jurisdicciones involucradas, descargando el costo a largo plazo y con garantías adecuadas en las empresas asociadas. También se lanzarán programas para el reciclaje de productos residuales, se mejorarán los mecanismos de control y promoción a industrias con un probado nivel de calidad ambiental. Con el objetivo de impulsar el uso racional y la sustitución del petróleo por recursos renovables, se lanzará un plan de auditorías energéticas en las industrias, que promueva la disminución del consumo real de energía. Al mismo tiempo se impulsará el uso de GNC en sustitución de las motonaftas y particularmente en los vehículos de transporte público de pasajeros urbanos en 11 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL sustitución del gas oil. También se reglamentarán los estudios de impacto ambiental previos a la ejecución de proyectos de inversión. ! Promoción de Pymes: los procesos de concentración de los mercados, de valorización financiera, extranjerización de la economía y de la matriz insumo-producto importadora de la industria, entre otros, han producido una fuerte mortandad de Pymes y aumentado sus problemas. Por el contrario, el desarrollo en cantidad y calidad de las Pymes es el mejor síntoma de estar transitando una estrategia industrial consistente con los criterios de innovación, generación de empleo e integración. En consecuencia, la estrategia de desarrollo industrial, en todos sus aspectos, tendrá como centro a las Pymes (ver Documento del área Pymes). ! Calificación de la fuerza de trabajo: el insumo más preciado para la industria, y la economía en general, es la educación y la capacitación de la fuerza de trabajo. La educación sirve para presionar sobre el aparato productivo en el sentido de exigir calificación intelectual al empleo de forma tal de motivar la innovación empresaria y la realización personal con la plena aplicación de las capacidades creativas. Esto requiere de un esfuerzo continuo en los niveles de capacitación de los planteles docentes, en la modernización de los planes de estudio, y la incorporación de equipamiento en función del cambio de las tecnologías utilizadas en la enseñanza. También requiere de una correcta articulación entre el desarrollo productivo y el de la investigación. La industria se favorecerá de políticas específicas en todas estas materias. ! Reforma tributaria integral: a favor de los impuestos progresivos, reducción de gravámenes distorsivos y la eliminación de tratamientos discriminatorios o de privilegio. También mejoras de la administración tributaria para combatir de manera efectiva a la evasión y un nuevo compromiso entre las distintas jurisdicciones que permita la baja de impuestos sustitutivos y una efectiva complementación en la responsabilidad de fiscalización (ver Documento del área Política Tributaria). III. 2. Lineamientos específicos ! Agencia pública para la definición de estrategias de inversión: en todas las experiencias exitosas de industrialización siempre hubo un organismo central que concentraba el análisis y la toma de las decisiones más importantes en materia de “estrategia de inversión”. La propuesta es centralizar y racionalizar todas las dependencias del Estado vinculadas con este tema en una agencia que funcione ágilmente en la evaluación de proyectos productivos y en la definición de los instrumentos de promoción. No se trata de proteger firmas individuales sino sistemas de desarrollo de capacidades tecnológicas y productivas. Los programas deben promover la inversión para nuevos productos, nuevas empresas, pero también en las mejoras de productos y procesos. Esto requiere de una burocracia profesional, independiente de los intereses sectoriales y 12 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL que alienten una “ideología del progreso”, coordinando decisiones, promoviendo aquellas actividades que generan externalidades, contribuyendo a construir capacidades tecnológicas y ayudando a las empresas nacionales a capturar rentas en los mercados externos. ! Aplicación del régimen “compre argentino”: el problema principal es que la legislación nacional vigente es débil en materia de controles y sanciones a su incumplimiento. En este sentido, la propuesta se centra en: i) garantizar la aplicabilidad de dicha ley, instaurando los mecanismos de control y sanciones a su incumplimiento; ii) conformar instancias de fiscalización en las que participen cámaras de empresas pymes; iii) reglamentar aspectos vinculados con la aplicabilidad de la ley 25.551 referidos a: la forma de cálculo que debe aplicarse para determinar si el bien cumple con la condición de “origen nacional”; al procedimiento necesario para que las empresas contratantes anuncien sus concursos de precios o licitaciones, y sea de acceso para los posibles oferentes; y a las condiciones que deben cumplirse en los pliegos de especificaciones técnicas, con el objetivo de evitar que la oferta local quede excluida frente a la adopción de alternativas técnicas de imposible cumplimiento para el mercado local; iv) establecer un margen de preferencia mayor para aquellas empresas que comprueben transformaciones recientes en productos y procesos, y presenten las correspondientes normas de calidad, para transformar el mecanismo en una efectiva promoción de la calificación y la capacitación tecnológica. ! Promoción de la re-inversión de utilidades en las empresas extranjeras: esta política se desarrollará mediante cuatro mecanismos: i) una política tributaria que desgrave la reinversión de utilidades y grave la distribución de dividendos, ii) la fijación de un porcentaje mínimo de utilidades que las empresas extranjeras deben reinvertir productivamente en el mercado local; iii) porcentajes mínimo de contenido nacional de insumos en la producción local. ! Cooperación entre empresas: esta estrategia se sustentará en la aplicación de programas específicos para: i) desarrollar las relaciones de tipo proveedor-cliente entre las grandes empresas y las Pymes; ii) promover acuerdos para transferencia o complementariedad tecnológica y para el desarrollo de economías de escala; iii) crear agencias de desarrollo de institucionalidad y asociatividad local, conforme se detalla en el Documento del área Pymes. ! Desarrollar un mercado de “capital de riesgo”: más allá de la recomposición del crédito bancario, es claro que Argentina muestra serias dificultades para avanzar con mecanismos de financiamiento propios del mercado de capitales. La estrategia aquí debería ser la articulación de las políticas de promoción del mercado de capitales con políticas procompetitivas orientadas a favorecer el surgimiento de emprendedores y sectores con capacidad de innovación y difusión de externalidades. Entre otras acciones, se promocionará la incorporación efectiva de Pymes a estos instrumentos, se incentivará la apertura del capital de las grandes firmas (incluyendo a las multinacionales y muy especialmente a las empresas privatizadas), se diseñarán mecanismos de incentivos para que las firmas de mayor tamaño “apadrinen” a sus proveedores en los mercados de capital, 13 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL se promocionarán en el exterior fondos de inversión específicos destinados a la financiación de obras públicas mediante la asociación de capital público y privado, se crearán incentivos para la búsqueda y selección de emprendedores por parte de las instituciones del mercado de capitales (ver Documento del área Sistema Monetario y Financiero). ! Desarrollo de cadenas de valor basadas en recursos naturales: la experiencia internacional indica la efectividad de políticas que promuevan el desarrollo de eslabonamientos asociados a la explotación de recursos naturales, tanto aguas arriba (elaboración de insumos, maquinaria, servicios, institutos técnicos o universidades) como aguas abajo (sucesivas etapas de elaboración del producto primario y derivados) y las actividades de apoyo de almacenamiento, transporte y comercialización. El desarrollo de estas cadenas es positivo porque: i) a medida que aumenta el grado de elaboración disminuye la volatilidad del precio; ii) en las cadenas tienen lugar fenómenos propios de las redes en la medida en que se da la interacción de usuarios y proveedores de insumos especiales y maquinarias, con las consiguientes externalidades tecnológicas, y la posible asociación entre empresas para lograr economías de escala; iii) es un mecanismo efectivo para desarrollar capacidades tecnológicas locales, mediante la interacción de las instituciones del sistema de innovación tecnológica y el sistema productivo. ! Investigación y desarrollo en actidades estratégicas: es difícil, y equivocado, establecer una distinción tajante entre “innovación” y “adaptación”. La difusión tecnológica exitosa comprende mejoras de importancia tanto en la etapa de inversión (cuando la nueva tecnología se está instalando) y en la etapa de vida útil del proyecto (cuando fluye la producción corriente). La inversión en Investigación y Desarrollo supone una incertidumbre mayor que se asocia a la larga maduración y al riesgo del negocio o iliquidez de la inversión. A la incertidumbre comúnmente presente en la decisión empresarial convencional de invertir en bienes de capital, se suma la vinculada al resultado del proceso de invención, donde no solo juega la viabilidad económica sino también la viabilidad técnica. La producción de bienes de capital no constituye la única fuente de cambio técnico, sino que la misma también proviene de una interacción constante entre productores y usuarios en la generación de innovaciones en productos y procesos. El fomento de la iniciativa doméstica en materia tecnológica debería centrarse en aquellos sectores complementarios al actual patrón de especialización industrial y comprender, tanto el estímulo a la adquisición de licencias en el exterior para desarrollos que se juzgaban prioritarios, como la colaboración pública en proyectos tecnológicos de interés del sector privado, y la protección de desarrollos técnicos domésticos de la competencia importada. Para ello, se desarrollarán programas que fomenten la interacción entre las empresas, universidades, institutos públicos y privados de investigación científica y tecnológica., para lo cual: i) se incrementará el presupuesto público destinado a las actividades de investigación y desarrollo haciendo hincapié en el desarrollo de empresas de alta tecnología; ii) se aplicarán programas de fomento a la inversión privada en estas tareas, particularmente a través de la conformación de “alianzas estratégicas” entre empresas de mayor tamaño, con el objetivo de co-financiar inversiones de elevado riesgo. 14 POLITICAS DE DESARROLLO INDUSTRIAL ! Promoción de exportaciones de bienes diferenciados de alto valor agregado: además de las política generales de negociación en los ámbitos bilaterales y multilaterales, para la promoción de este grupo de bienes se potenciarían programas específicos como i) “consorcios de exportación” ; ii) promoción y apoyo comercial, incluyendo el otorgamiento de “certificados de calidad” conforme al origen; iii) ampliación de líneas de crédito para pre y posfinanciación de exportaciones, constituyendo fideicomisos específicos. 15