aposta revista de ciencias sociales Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 ISSN 1696-7348 LA LEY DE TRANSPARENCIA Y LA CORRUPCIÓN. ASPECTOS GENERALES Y PERCEPCIONES DE LA CIUDADANÍA ESPAÑOLA THE TRANSPARENCY LAW AND THE CORRUPTION. GENERAL ASPECTS AND PERCEPTIONS OF THE SPANISH CITIZENRY Víctor Omar Dabbagh Rollán Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) Recibido: 06/07/2015 - Aceptado: 14/10/2015 Resumen En los últimos años la transparencia se ha definido como un arma para combatir dos males característicos de las sociedades actuales: en primer lugar la corrupción y, en segundo, la desafección ciudadana hacia las instituciones públicas. De ahí la continua promulgación de leyes que tratan de regularla en el panorama internacional. En este sentido, desde finales de 2013 España cuenta con la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno. Transcurridos casi dos años desde su aprobación y publicación, se ve necesario el análisis de las repercusiones que la misma ha tenido respecto a la opinión pública. Para ello, desde este artículo se abordarán tanto los aspectos generales que desde la literatura se han señalado de las leyes de transparencia como los apartados más destacados de la Ley española, para después analizar los efectos que la misma haya podido tener respecto de la sociedad. Palabras clave Transparencia, corrupción, desafección, opinión pública, medios de comunicación. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 83 Abstract In recent years, transparency has been defined as a weapon to fight two characteristic ills of modern societies: first the corruption and, secondly, the public disaffection with public institutions. Hence the continued promulgation of laws that try to regulate it on the international scene. In this sense, since the end of 2013 Spain has the Law 19/2013, of December 9, transparency, access to public information and good governance. Almost two years after its adoption and publication, it is necessary the analysis of the impact that it has had regarding public opinion. To do so, from this article both general aspects of the transparency laws that from the literature have been pointed and the most important sections of the Spanish Law will be firstly addressed, to later analyze the effects that it may have had regarding society. Keywords Transparency, corruption, disaffection, public opinion, media. 1. INTRODUCCIÓN A partir de la década de los setenta, y especialmente en la de los noventa, han ido surgiendo en el panorama internacional distintas leyes que han intentado establecer un marco regulador tanto de la Transparencia como del Buen Gobierno por parte de la las instituciones públicas. Este auge no es casual ya que poco a poco se ha implantado en el conocimiento colectivo el convencimiento de que la transparencia es una necesidad para cualquier país desarrollado. Como señala Zafra Díaz (2013: 82), “la ausencia de transparencia será un síntoma de obsolescencia y de carencias tecnológicas para la gestión de la información y su comunicación a la ciudadanía”. Esta necesidad no responde únicamente a una aparente moda exigida a aquellos países que desean estar a la vanguardia del desarrollo. No hay que olvidar que las leyes de transparencia surgen en un momento determinado, en un tiempo “de una profunda crisis de confianza política, institucional y económica […] que colocaron la transparencia en la agenda política de forma no sólo nominal sino efectiva” (Guichot 2014a: 20). Es esta Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 84 situación la que ha provocado una amplia desafección por parte de la ciudadanía española que se ha puesto de manifiesto en los sucesivos Barómetros del CIS y que se ha visto fortalecida principalmente por dos motivos. Uno, por la falta de anticipación y por el posterior tratamiento de la crisis económica (Arenilla, 2014); y dos, por el constante bombardeo en los medios de comunicación de los casos de corrupción, fraude y tráfico de influencias de altos cargos vinculados a la Administración o a los partidos políticos. Es por ello que junto a la situación económica, concretamente el paro, se ha instalado la corrupción entre los principales problemas de los españoles. En este contexto, las leyes de transparencia se han proclamado como una medida, incluso como la principal medida, contra la corrupción y, por consiguiente, como un mecanismo para recuperar la confianza de los ciudadanos. Fruto de estas consideraciones, en España se ha promulgado la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información y buen gobierno (a partir de ahora LTBG) con el objeto de “ampliar y reforzar la transparencia de la actividad pública, regular y garantizar el derecho de acceso a la información relativa a aquella actividad y establecer las obligaciones de buen gobierno que deben cumplir los responsables públicos así como las consecuencias derivadas de su incumplimiento” (art. 1 LTBG). Si bien en dicho objeto, e incluso en todo el texto de la Ley, no se mencionan las palabras “corrupción”, “desafección”, “legitimidad” o “confianza”, es evidente por el momento en el que surge que la Ley que dichas palabras están muy presentes en la mente del legislador. A este respecto, Manuel Villoria (2014: 14) señala lo que a su entender son los tres objetivos esenciales de la LTBG: “En primer lugar, recuperar legitimidad para la acción de gobierno y reducir la desconfianza política e institucional. En segundo lugar, prevenir una corrupción que ha aportado, durante los últimos años, nuevos titulares de prensa diariamente. Y, finalmente, reforzar la eficiencia gubernamental, gracias a los incentivos y desincentivos que la transparencia genera”. Al mismo tiempo, se ha señalado cómo una Ley de Transparencia supone un cambio de paradigma en las relaciones entre las instituciones y la sociedad, los medios de comunicación, el mundo académico, organizaciones no gubernamentales, etc. ya que incorpora una serie de derechos y obligaciones. Ello implica un empoderamiento por Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 85 parte de la población en tanto que la transparencia permite a la ciudadanía hacer un control sobre el ejercicio del poder que ha delegado en las instituciones públicas. A tenor de lo dicho, y dado que ya ha transcurrido un tiempo desde la publicación de la norma, este trabajo pretende analizar los efectos que haya podido tener la misma en la confianza de los ciudadanos. Previamente a ello se abordarán los aspectos generales que implican las leyes de transparencia así como algunos puntos a destacar de la LTBG. 2. LAS LEYES DE TRANSPARENCIA 2.1. Desconfianza y corrupción Son diversos los conceptos que nos remiten a la sociedad actual: Internet, globalización, post-capitalismo, etc. Pero en los últimos años hay uno que va ganando fuerza: la desconfianza. Según Sánchez Fernández (2011: 10), “vivimos momentos en los que la percepción que los ciudadanos tienen de la sociedad y de las instituciones parecen lastradas por la desconfianza. El desasosiego es permanente. Las encuestas y los estudios de opinión reiteran que se acumula la falta de confianza en los gobiernos, en los políticos, en las instituciones, y los mercados, los modernos oráculos, no confían”. Nos hallamos ante una desconfianza generalizada de la cosa pública, hasta el punto de que los valores democráticos se cuestionan y se ponen en duda (Arenilla, 2014). Junto a esto, se observa una extendida percepción de que la corrupción y el fraude dominan el ámbito público, lo cual erosiona aún más la maltrecha confianza en las instituciones públicas, deslegitimándolas a ojos de la sociedad, quien percibe un deterioro institucional que solo aumenta y refuerza la desconfianza y desafección existente. A este respecto, Prats (2007: 15) resume perfectamente los perjuicios directos e indirectos que puede generar a la sociedad una Administración que ha caído en las manos de la corrupción: “los daños que una Administración deshonesta, opaca o irresponsable causa a la democracia son enormes. Para empezar, deslegitima la acción pública, incentiva la desafección política y la apatía cívica, favorece la ineficacia a medio y largo plazo, impide el desarrollo económico, genera inequidad, destruye la confianza y promociona un capital social negativo”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 86 No es de extrañar que desde la literatura existente se haya definido a la corrupción como el cáncer social de nuestra época (Ponce Solé, 2012), enemigo actual de las democracias (Rey Martínez, 2014), y un largo etcétera de nociones, y que se hayan buscado distintas herramientas con las que combatirla. En dicha búsqueda se ha encontrado lo que podría ser el remedio con el que atacar a la corrupción y con el que recuperar la confianza de la ciudadanía hacia la Administración y la política en general: la promulgación de una Ley de Transparencia, si bien se ha advertido que la existencia de una ley per se no implica necesariamente la destrucción de la corrupción (Manfredi, 2013), sino que es necesario una actitud ética y un deseo de acabar con la corrupción que debe llevarse a la práctica. El hecho de que haya varias voces que señalan a la transparencia como el arma indicada para esta lucha contra la corrupción se debe a la relación directa existente entre la transparencia y el control de la corrupción (Gráfica 1). En esta línea Villoria comenta que “la Ley de Transparencia se ha considerado como un buen antídoto contra la corrupción, sobre todo porque permitiría detectar mejor los casos de corrupción existentes y, con ello, desincentivaría las actividades corruptas, especialmente si la persecución y sanción siguen a la detección previa” (Villoria, 2014:17). GRÁFICA 1 RELACIÓN ENTRE TRANSPARENCIA Y CONTROL DE LA CORRUPCIÓN (2004) Fuente: World Bank Institute, 2004 Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 87 Por otro lado, frente a estas voces defensoras de la transparencia, y a pesar de que los estudios reflejen cómo los países clasificados como más transparentes tienden a ser clasificados a su vez como los menos corruptos, “está relación puede no ser causal y por tanto la disminución de la corrupción no depender, al menos únicamente, del nivel de transparencia que se tenga” (Bauhr y Grimes, 2012:23). Incluso podría darse el caso de una relación de dependencia contraria, es decir, de no ser la transparencia lo que permite a los países situarse en una escala con un nivel alto de control de la corrupción, sino que los países con dicho nivel son los que desarrollan una mayor transparencia. 2.2. El empoderamiento de la sociedad Partiendo de la idea de que “si los ciudadanos […] no pueden acceder libremente a la información custodiada por el Gobierno y las administraciones, se crean las condiciones para la arbitrariedad y se abona la corrupción” (Manfredi, 2013: 73), cabría suponer que, en el lado contrario, a mayor conocimiento de la sociedad del funcionamiento de las Administraciones Públicas, esta podrá ejercer un mayor control sobre las decisiones que estas toman. Resulta ilustrativo el Convenio del Consejo de Europa sobre Acceso a Documentos Oficiales [1] que parte de la idea de que el acceso a los documentos oficiales por parte de la ciudadanía constituye una fuente de información que le permite formarse una opinión sobre el estado de la sociedad y las autoridades públicas, afirmando la legitimidad de estas en tanto que se proporcionan herramientas para la rendición de cuentas. Por tanto, se busca una opinión pública formada, con la información necesaria para rendir cuenta y lograr con ello una Administración íntegra, eficiente y eficaz. Teniendo en cuenta este punto, cualquier ley que verse sobre la transparencia debe marcase como objetivo el empoderamiento de la sociedad, entendiendo por tal el “pasar el poder de la información a los ciudadanos para que participen, tomen decisiones y controlen el poder del Estado”. Ello implica disponer de “información pública de calidad, cierta y veraz que efectivamente posibilite una participación ciudadana 1 http://www.coe.int/es/web/conventions/full-list/-/conventions/treaty/205 Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 88 informada” (Luna Pla 2013: 74), y que permita una rendición de cuentas efectiva. A este respecto, se han distinguido dos vías principales. La primera, es el derecho de acceso a la información, calificada como transparencia pasiva (Cerrillo i Martínez, 2011), en tanto que la acción de la información parte de los ciudadanos, quienes deben solicitarla a la Administración Pública. Y la segunda, la difusión de la información, es decir, la transparencia activa, ya que en este caso es la propia Administración quien pone a disposición de los ciudadanos, sin que estos previamente lo demanden, la información a través de tablones, páginas web, etc. Estas dos vías son complementarias en tanto que la información que la Administración no difunde podría ser solicitada. No obstante, el derecho de acceso a la información tiene un claro inconveniente que lo limita: el ciudadano no tiene por qué conocer la información de la que dispone la Administración. Para que el empoderamiento de la ciudadanía sea una realidad, no basta con que las instituciones públicas den el paso de enarbolar la transparencia por bandera y de facilitar la información que poseen. Además es necesaria una sociedad formada e informada que desee involucrarse en la vida pública. Sin lugar a dudas, es el caso de la ciudadanía española actual. En este punto, han desempeñado un papel fundamental las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las cuales han: • permitido que los ciudadanos se informen, formen, creen contenidos, intercambien información, interactúen, etc., • eliminado las barreras físicas de los medios de comunicación tradicionales (prensa escrita, radio, televisión), • proporcionado una comunicación en tiempo real, y • aumentado el alcance y resonancia de los mensajes. Todo ello ha facilitado los mecanismos y conocimientos necesarios para que las sociedades de hoy en día puedan implicarse más en la actividad pública. Por tanto, estamos hablando de sociedades que quieren conocer cómo se gestionan los recursos que se asignan a las Administraciones para su funcionamiento y supervisar y controlar su actividad, con lo que contamos con una ciudadanía que se ve capaz de participar en la cosa pública y quiere hacerlo, y de ahí la necesidad y obligación de informarla. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 89 2.3. La transparencia como indicador económico Dentro de los beneficios que se marcan de la transparencia, además de la ya mencionada reducción de la corrupción o el aumento de la participación ciudadana, se señala su vinculación con la mejora económica. En este nivel, se presupone que un Gobierno transparente que rinde cuentas favorece la economía en tanto que da confianza a los mercados y con ello atrae la inversión, además de permitir un aumento del ahorro y la eficiencia de las Administraciones. A este respecto, diversos estudios han vinculado la transparencia con el desarrollo económico, indicando la existencia de una correspondencia entre ambos. Así, por ejemplo, el World Bank Institute ha señalado la existencia de una relación directamente proporcional entre el nivel de transparencia de un país y los ingresos per cápita de su población (Gráfica 2). En el mismo sentido, Juan-José Ganuza (2013), a partir de los datos de Transparencia Internacional y el Banco Mundial, ha establecido que son los países más ricos quienes tienen menor nivel de corrupción. GRÁFICA 2 RELACIÓN ENTRE TRANSPARENCIA E INGRESOS PER CÁPITA Fuente: World Bank Institute, 2004 Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 90 Por otro lado,, al igual que ocurría cuando se hablaba de la relación entre transparencia y el control de la corrupción, surge una duda razonable: en esta correlación entre nivel de transparencia y nivel económico, ¿cuál es la variable dependiente y cuál es la independiente? En otras palabras, ¿es la transparencia la que favorece el desarrollo económico o, a la inversa, es el desarrollo económico el que propicia una mayor transparencia? Se puede plantear que ambos aspectos se retroalimentan y, por tanto, cada uno de ellos favorece el desarrollo del otro. Es por ello que los resultados en este sentido deben ser tomados con precaución y ser valorados en su justa medida. Existe, así pues, una percepción generalizada, al menos a nivel teórico y en parte práctico, que ha consolidado a la transparencia como herramienta indicada para la resolución de los problemas de mayor importancia para el país (Villoria, 2014). A continuación, tras una breve exposición de algunos aspectos de la LTBG, se analizará cómo ha afectado la misma al caso español. 3. LA LTBG 3.1. Contexto y aspectos más destacables de la Ley La LTBG no surge en un vacío reglamentario. Previamente a la misma ya existía normativa en España que desarrollaba el acceso a la información dentro de la Administración Pública, tanto a nivel nacional como autonómico. El articulado principal sobre esta materia dentro del ámbito estatal sería: • El artículo 105.b) de la Constitución Española. • Los artículos 3, 35.e) y 37 de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (en adelante LRJAP). No obstante este articulado ha sido calificado de insuficiente por la propia LTBG en su preámbulo en tanto que el objeto de derecho no estaba lo suficientemente claro como Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 91 cabría esperar, así como por estar limitada dicha regulación a los documentos terminados y por la limitación en su articulación práctica. Por ello, la Ley ahonda en lo ya conseguido, supliendo sus carencias, subsanando sus deficiencias y creando un marco jurídico acorde con los tiempos y los intereses ciudadanos. Desde una perspectiva comparada con el ámbito de la Unión Europea, España estaba quedándose descolgada en regulación de la transparencia puesto que la mayoría de los países miembros ya contaban con una normativa específica sobre la misma. Además, nuestro país tenía que cumplir con “sus compromisos internacionales, tanto en relación con la Alianza por el Gobierno Abierto (Open Government Partnership), como el Convenio Europeo de Acceso a los Documentos Oficiales (Tromsø, 18.VI.2009) del Consejo de Europa” (Fernández de la Riva, 2014: 5) respecto a este tema. Si bien la transparencia era un tema del que se hablaba a principios del siglo XXI, el Partido Socialista Obrero Español ya lo incluía en su programa electoral en el 2004, no sería hasta el 2011 cuando toma un impulso en el ya mencionado “clima de creciente desapego de los ciudadanos hacia los políticos y de reclamación de una regeneración democrática” (Guichot 2014a: 21). Es en las elecciones generales de 2011 donde el Partido Popular incluye la aprobación de un nuevo marco legal para la transparencia en su programa electoral y, bajo su primer mandato, donde se hace realidad. Dentro del proceso de aprobación de la Ley, cabe mencionar el procedimiento de consulta pública al que se sometió el anteproyecto gracias a las TIC o la creación de grupos de expertos que debatieron diversos puntos conflictivos como el reconocimiento o no el acceso a la información como un derecho fundamental vinculado al de libertad de información, los sujetos incluidos en el ámbito subjetivo de la Ley, “la necesidad de incluir sanciones y, en su caso, incentivos, para fomentar el cumplimiento de la ley; la previsión del silencio como positivo o negativo, la necesidad de garantizar la creación de un órgano de control verdaderamente independiente” (ibíd.: 25-26). Con todo, el martes 10 de diciembre de 2013, se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la LTBG, sobre la cual cabe detenerse brevemente para destacar tres aspectos de la misma. El primero de ellos es, como ya se ha señalado, que en la propia Ley no se Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 92 hace mención en ningún momento a conceptos como “corrupción”, “desafección” “legitimidad” o “confianza”, a pesar de que, como indica Villoria (2014), entre sus objetivos está la recuperación de la confianza de la sociedad y prevenir la corrupción. Por tanto, es al menos curioso, y teniendo en cuenta el contexto en el que surge la LTBG, que el legislador no haga mención a esto ni siquiera en el preámbulo de la Ley. Por otro lado, el legislador no se ha conformado con regular la transparencia y el acceso a la información, sino que ha incluido el buen gobierno, que si bien son conceptos relacionados, el buen gobierno se puede entender como un principio estratégico más amplio y que incluiría dentro de sí a los otros dos. Este aspecto tendrá relevancia cuando abordemos las críticas realizadas a la Ley en el siguiente apartado. Por último, cabe destacar la entrada en vigor de la norma, aspecto que se recoge en la disposición final novena de la Ley. La misma establece tres momentos diferenciados: • Al día siguiente de su publicación en el BOE, para las disposiciones recogidas en el título II. • Al año de su publicación, para las disposiciones del título preliminar, el título I y el título II. • A los dos años, como máximo, para la adaptación de los órganos de las Comunidades Autónomas y Entidades Locales. Este punto es de vital importancia a la hora de analizar los efectos que la Ley pudiera tener sobre la opinión en tanto que los tres momentos de entrada en vigor de la misma requieren de distintos momentos correlativos para el análisis de sus efectos. 3.2. Críticas a la LTBG En general, la LTBG se ha valorado como necesaria y positiva. No obstante, también han surgido voces críticas que han señalado sus aspectos menos afortunados. A continuación se presentan los más destacados. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 93 En primer lugar, se ha calificado a la LTBG como una ley tardía, especialmente si se compara con la legislación ya presente dentro del panorama internacional. No obstante, esta tardanza no suscitaría tantas críticas de no ser porque la Ley no ha aprovechado la oportunidad, teniendo en cuenta la amplia experiencia internacional ya existente, para arriesgar e innovar en cuanto a transparencia se refiere, sino que se ha limitado a sumarse a la corriente ya reinante. A tenor de esto, la LTBG no deja de ser una ley más dentro del conjunto de leyes sobre transparencia y, por tanto, ha desaprovechado la ocasión que se le brindaba para ponerse a la vanguardia. Otro aspecto polémico es haber situado el derecho de acceso a la información al margen del derecho fundamental, en tanto que en el debate sobre esta cuestión pesó más la consideración de vincularlo al artículo 105.b) de la Constitución sobre el acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos que al artículo 20.1d) sobre el derecho de libertad de expresión. Ello ha tenido consecuencias sobre las garantías de este derecho. Según Rey Martínez (2014: 3), esto significa que “le remite a un régimen de menor densidad normativa y a una consecuente menor protección judicial”. Un tercer punto, ya mencionado, es el hecho de que se haya regulado conjuntamente tanto la Ley la transparencia como el buen gobierno, siendo este último un principio más genérico y que abarca, entre otras cosas, la transparencia. “El buen gobierno (y la buena administración) deberían estar en el epicentro de toda estrategia de calidad pública de la que la transparencia no es más que una parte” (Ridao Martín, 2014: 5). Es por ello que Ridao cuestiona la poca profundidad que se le ha dedicado al bueno gobierno, situado en la parte final de la Ley, así como la vaguedad de los principios a seguir por los altos cargos de la Administración y la falta de “mecanismos de garantía de buen gobierno”, como pueden ser distintos códigos sobre la materia (de conducta, éticos, de buenas prácticas, etc.); reglas de selección de los empleados públicos de libre designación; y procedimientos de due dilligence y due care. Por último, se ha resaltado la complejidad existente en cuanto a la entrada en vigor de la norma, ya que la disposición final novena, tal y como se ha mencionado anteriormente, establece una entrada en vigor escalonada, es decir, establece tres momentos diferenciados: al día siguiente, al año y a los dos años de la publicación en el BOE. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 94 Por tanto, si bien la Ley se ha valorado como positiva y necesaria, no han sido pocas las críticas que han surgido en torno a ella, las cuales podrían resumirse en las palabras de Sánchez de Diego (2014: 5): “al final la Ley presenta un carácter más administrativo que constitucional y más propagandístico que efectivo, con una vacatio legis de un año para la transparencia estatal y dos años para la transparencia de las comunidades autónomas y entidades locales… todo ello nos ha dejado una sensación amarga”. 4. EFECTOS EN LA OPINIÓN PÚBLICA En primer lugar, planteándose cómo analizar los efectos que la LTBG ha tenido en la opinión pública, hay que concretar los aspectos a medir. A tenor de lo dicho hasta el momento, cuatro son los aspectos sobre los que podría afectar la Ley: desafección política, confianza institucional, perspectiva económica y percepción de la corrupción. Nos centraremos en la percepción de la corrupción al ser un apartado que afecta en buena medida a la desafección política y a la confianza institucional. Hay que recordar un dato: todavía, a día de hoy, tras casi dos años de la publicación de la Ley, no ha entrado en vigor la totalidad de la norma. Ello, según puede presuponerse, afectará en el nivel de repercusión de la misma, pero dicho efecto no podrá ser analizado hasta que se haya completado los tres momentos marcados en la disposición final novena. 4.1. Percepción de la corrupción A la hora de analizar la percepción de la corrupción por parte de los ciudadanos, es importante tener en cuenta un aspecto de especial relevancia. Como señalan Villoria y Jiménez (2012), los datos disponibles sobre corrupción y fraude son mayoritariamente políticos. No obstante, los ciudadanos tienden a equiparar Instituciones Públicas, Administración, políticos y partidos políticos, por lo que los datos que se puedan tener en un ámbito sobre corrupción tienden a extrapolarse al resto de los ya mencionados. Para analizar este apartado disponemos de dos fuentes: el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), elaborado anualmente por Transparencia Internacional, y los Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 95 Barómetros elaborados por el CIS mensualmente. Cada uno de ellos proporciona información sobre la percepción en relación a la corrupción, ya sea por parte de una opinión pública especializada, como es el caso del IPC, o bien de una opinión generalizada de los ciudadanos de un país, como es el caso del Barómetro del CIS. El IPC [2] es un índice en una escala 0-100 (de muy corrupto a muy transparente) que intenta medir la corrupción/transparencia de los distintos países analizados. Este índice ha sido creado a partir de una serie de encuestas y evaluaciones, llevadas a cabo a instituciones de prestigio, sobre las percepciones en relación a la corrupción de los distintos países [3]. En España, en 2013 hubo un descenso en cuanto a la puntuación conseguida y un alejamiento de los puestos más altos (Gráfica 3). Según Transparencia Internacional, este hecho no se debe tanto a una corrupción sistemática como a una serie de escándalos de corrupción, especialmente a nivel político [4]. Para el 2014 se aprecia una leve mejoría, la cual es relacionada con los “efectos de los decimales en su conjunto”. Por tanto, a partir del IPC se puede extraer como conclusión que no se aprecia un efecto apreciable de la LTBG sobre la percepción de la corrupción, por lo menos en cuanto a opinión pública especializada se refiere. 2 Para una mayor profundización en el IPC se recomienda consultar su nota técnica sobre la metodología, disponible en http://www.transparencia.org.es/ipc__s/ipc_2014/metodologia_ipc_2014.pdf 3 Sólo se han incluido los datos referidos a los tres últimos años disponibles en tanto que en el 2012 se introdujeron cambios metodológicos en el IPC que no permiten la comparación con años anteriores. 4 http://www.transparencia.org.es/ipc__s/ipc_2014/aspectos_destacados_ipc_2014.pdf Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 96 En la Gráfica 4 se aprecia cómo la corrupción y el fraude se sitúan en el segundo lugar entre los problemas que más preocupan a los españoles. Se puede advertir cómo, a pesar de la existencia de altibajos, la tendencia ha sido a la alza, produciéndose un acercamiento al principal problema que señalado durante todo el periodo de crisis económica, el paro, si bien en los últimos meses parece que la preocupación por la corrupción se ha relajado levemente. En esta gráfica, destaca asimismo el hecho de que la promulgación y publicación de la LTBG en diciembre de 2013 no surtió efecto alguno sobre la percepción de la corrupción como uno de los principales problemas. Este hecho es sumamente interesante en tanto que, en un principio, va en contra de toda lógica, puesto que es de suponer que una Ley de Transparencia aporta herramientas para la lucha contra la corrupción y, por tanto, debería suavizar las percepciones negativas de la población sobre este tema. No obstante, para que esta ecuación funcione es imprescindible un Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 97 elemento fundamental: el conocimiento por parte de la población sobre las medidas tomadas en relación a la transparencia y a la lucha contra la corrupción. Al no disponer de datos sobre el mismo se analizarán en este trabajo el papel de los medios de comunicación como medios de transmisión de información y conocimientos y por ser considerados estos los portavoces, o altavoces, de la opinión pública. 4.2. El efecto de los medios de comunicación sobre la percepción de la corrupción Los medios de comunicación tienen “la capacidad de llamar la atención sobre temas y eventos (que se transforman así en objetos de discusión y de opinión)” (Grossi, 2007: 36), convirtiendo a los mismos en temas de la agenda púbica, y marcándolos en el orden del día. Este punto es de vital importancia en tanto que, como nos recuerda Víctor Sampedro (2000), esta agenda de los medios de comunicación, con un discurso concreto, puede modificar las opiniones de la sociedad. Centrándonos en el tema que nos concierne, no hay que olvidar que la ciudadanía no cuenta con datos objetivos en cuanto a corrupción se refiere, puesto que la misma es opaca, está escondida y, por consiguiente, es de difícil acceso. En este oscuro contexto, el papel de los medios de comunicación es vital ya que son los que destapan y entregan a los ciudadanos información sobre la misma. Pero esta información que llega al público desde los medios “no es nunca un registro completo de los acontecimientos y sucesos importantes del mundo. Es más bien una visión muy selectiva y estereotipada de lo que ha ocurrido” (Zaller, 2014: 28). En otras palabras, los medios de comunicación abordan de manera “estereotipada” aquellas noticias con un fuerte carácter mediático y procuran mantenerlas en el tiempo y en la memoria colectiva de la sociedad. Por tanto, la corrupción, como tema mediático que es, suele tener un sitio predominante en los medios de comunicación. “Ello podría haber generado una percepción generalizada de incremento de la corrupción y reforzado la desafección institucional” (Villoria y Jiménez, 2012: 109). Es decir, los medios de comunicación, al tratar los casos de corrupción, confirman las pre-nociones existentes en el mencionado conocimiento colectivo, logrando con ello que aumente la desconfianza tanto hacia los políticos como a las administraciones. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 98 Para poder comprobar este hecho es interesante analizar la dedicación que los medios de comunicación han ofrecido a la corrupción o transparencia desde algunos meses antes a la publicación de la Ley hasta la actualidad. El número de veces que un tema es abordado por los medios de comunicación no es una nimiedad, ya que, como señala Zaller (2014: 204), “cabe sospechar que la capacidad de un mensaje de penetrar en la conciencia de quienes forman el público –lo que entiendo por intensidad- no sea más que una función de la cantidad de tiempo televisado o de espacio en la primera página que le han dedicado los medios de comunicación”. Por tanto, la incidencia de los medios de comunicación sobre un tema influye, o por lo menos es lo que se va a intentar comprobar, en las percepciones de la población, de tal manera que a mayor tiempo de dedicación, mayor repercusión en la creación de opiniones en las personas. Para este análisis se ha optado por contabilizar el número de veces que una noticia ha aparecido en las portadas de los principales medios de prensa escrita a nivel nacional (ABC, El País, El Mundo, La Razón) sobre dos cuestiones: • Noticias sobre actuaciones dedicadas a favorecer la transparencia y la lucha contra la corrupción (acuerdos entre partidos, inauguración del portal de transparencia, etc.). • Noticias sobre tráfico de influencias, corrupción o fraudes de entes públicos y privados vinculados a instituciones públicas o partidos políticos. Se ha optado por analizar únicamente las portadas en tanto que las noticias que aparecen en ella suelen ser las más mediáticas, las que forman parte de la agenda pública y que son extrapolables a cualquier otro medio de comunicación, ya sea tradicional, como la radio o la televisión, o más moderno, como los blogs o redes sociales. La Gráfica 5 recoge el número de noticias media en portada de los cuatro periódicos analizados por meses desde agosto de 2013 hasta febrero de 2015. En dicho periodo analizado sorprende en primer lugar la poca cobertura informativa que las políticas o pactos sobre transparencia y anticorrupción han tenido en los medios analizados. Incluso el mes en el que se publicó la LTBG la prensa dedicó poca atención a la misma. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 99 Solo un momento en la serie temporal destaca, el referente a diciembre de 2014, mes en el que se inauguró el portal de transparencia. No obstante las noticias que aparecían en portada sobre dicho portal no dejaban de ser una comparación de los sueldos de los altos cargos públicos y no se analizaba en profundidad las posibilidades de dicho portal. Si bien ha habido distintos altibajos, como promedio cada uno de los periódicos ha puesto en portada diecinueve artículos mensuales sobre corrupción, destacando el mes de octubre de 2014, con veintiocho artículos de media por periódico. Este hecho no pasó inadvertido a la propia prensa escrita, tanto que el periódico El País lo llamó “el mes de la corrupción” en una de sus primeras portadas de noviembre del mismo año. Así pues, podría entenderse que la población en general dispone de una mayor información sobre casos de corrupción y fraude que sobre medidas de transparencia y anticorrupción, lo cual puede ser un factor determinante a la hora de componer sus Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 100 percepciones sobre dichos temas. Una sencilla forma de comprobar dicha interdependencia es combinando en una sola gráfica dichos datos. En la Gráfica 6 puede apreciarse claramente dicha relación [5], incluso los efectos del llamado mes de la corrupción en las percepciones de la opinión pública. Cabe señalar que para la construcción de esta gráfica se ha optado por relacionar los resultados de los Barómetros con el número de noticias sobre corrupción y fraude del mes anterior, al considerar que, puesto que el trabajo de campo de los Barómetros se realiza en la primera quincena del mes correspondientes, las noticias que disponen los ciudadanos corresponden al mes anterior. 5 Al hacer un análisis estadístico más en profundidad a través de un análisis de correlación bivariado de Pearson, dicha relación se confirma, si bien los datos obtenidos (0,392) nos habla de una correlación media. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 101 Por tanto, a la luz de estos datos, es fácilmente deducible que los medios de comunicación ejercen una influencia “soberana” en la creación de opinión de la ciudadanía, o por lo menos, como señalaban Zaller y Sampedro, en la creación de agendas públicas, que determinan los problemas más apremiantes de la población. 5. CONCLUSIONES Durante el presente trabajo se ha hecho un repaso sobre lo que la literatura existente ha nombrado beneficios respecto a la transparencia de las instituciones públicas. Dichos beneficios se pueden aglutinar en cuatro grupos principales: • Una disminución de la desafección política. • Una recuperación de la confianza a las instituciones por parte de los ciudadanos, permitiendo una reparación de la legitimación de las mismas. • Un aumento de la percepción de transparencia y, por consiguiente, un descenso de la de corrupción pública. • Una mejora en cuanto a perspectiva económica. En cuanto a nuestra LTBG se refiere, se han señalado algunos aspectos de especial interés de la misma así como las principales críticas que se han vertido sobre ella. También se ha advertido de que la Ley, por sí sola, no implica una reducción sistemática de la corrupción en nuestro país. En palabras de Guichot (2014a: 33), “evidentemente, una norma sobre transparencia no depura de la noche a la mañana el funcionamiento de las instituciones públicas si no va acompañada de una mejora en la ética pública (de gobernantes y gobernados, pues el Estado suele ser reflejo de la sociedad) o, al menos, de garantías efectivas de su cumplimiento y de una ciudadanía activa y vigilante (incluyendo a los principales watch dogs, los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales de transparencia). Pero, sin duda, la LTBG es la ley más importante que puede aprobarse para lograr una mejor gestión, una mayor participación y, por ende, un menor grado de corrupción”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 102 Por último, se ha analizado la LTBG para observar los efectos que la misma ha tenido sobre las distintas percepciones de la población españolas. De este análisis se pueden extraer dos conclusiones principales: • La LTBG no ha tenido efecto alguno sobre la percepción de la corrupción como uno de los principales problemas para la población española, de hecho, desde su publicación dicha percepción ha aumentado, por lo que el factor determinante de esta debe desvincularse de la Ley y centrarse en otro aspecto. • En relación al apartado anterior, desde este artículo se ha demostrado cómo sí existe una relación entre la percepción sobre la corrupción como uno de los principales problemas y la dedicación que los medios de comunicación han dado a las noticias sobre este tema. En resumen, no se puede decir que la LTBG haya obtenido en su casi dos años de vida los resultados esperados en cuanto a repercusión sobre la opinión pública se refiere. Ello guarda innegable relación con la escasa dedicación que los medios de comunicación han dado a la misma en beneficio de noticas más mediáticas sobre corrupción y fraude. Por tanto, se ve imprescindible para unos mejores resultados y efectos sobre la población en general que se le dedique una mayor publicidad a la LTBG de tal manera que el conjunto de la ciudadanía llegue a conocer no sólo ya su existencia sino también su funcionamiento y las repercusiones que tiene sobre la vida pública. Para finalizar, hay que recordar que el análisis de esta Ley se ha llevado a cabo cuando la misma no ha entrado en vigor en su totalidad. Así que los efectos de la misma solo podrán ser evaluados en su totalidad una vez que la norma sea implementada plenamente. 6. BIBLIOGRAFÍA Arenilla Sáez, Manuel (Dir.) (2014). Administración 2032. Teclas para transformar la Administración Pública Española, Ministerio de Administraciones Públicas, Instituto Nacional de Administración Pública. Aposta. 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Revista de Ciencias Sociales ISSN 1696-7348 Nº 68, Enero, Febrero y Marzo 2016 http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh2.pdf _______________________________________________________________________________________________ 106