LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA

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* Francisco Ramos Tristán
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA
EN LAS ESCUELAS Y FACULTADES DE DERECHO
I. INTRODUCCIÓN.
Todas las personas con sano juicio –no precisamente jurídico- entendemos, la palabra
investigar porque forma parte de nuestra propia naturaleza humana y de nuestra lógica.
Esto es así, porque todos en alguna ocasión, sin importar las circunstancias de
nuestras vidas nos hemos visto inmiscuidos en la corriente de una duda que nos
impulsa a encontrar una respuesta; tal como se puede constatar en cualquier época de
la historia de la humanidad.
Investigación, según el gran diccionario de la lengua Española, (Larousse), establece:
1. “Intentar conocer unos hechos u otra cosa, examinando los indicios o haciendo las
gestiones para aclararlos: la brigada investigaba el asesinato en serie.
2. Estudiar un tema o una disciplina en profundidad: se dedica a investigar las causas
económicas en las crisis de gobierno”.(1)
De acuerdo a tales conceptos genericos, se deduce “que la investigación permite fijar
de una manera eficaz el aprendizaje sobre pocas cosas”.(2)
Esta idea general, que de forma introductoria hemos expuesto, nos lleva a entender que
la investigación debe ser un alimento para las personas, sin el cual se puede generar el
“aniquilamiento” de la sociedad, por no existir un elemento motivante de la naturaleza
del hombre.
Con el afán de acotar nuestro artículo, es menester, desde luego, precisar el campo de
la investigación jurídica. El maestro FIX ZAMUDIO la define como: “La materia
intelectual que pretende descubrir las soluciones jurídicas adecuadas para los
problemas que plantea la vida social de nuestra época, cada vez más dinámica y
cambiante”.(3)
Según lo refiere Jorge Witker: “la importancia de la investigación jurídica como actividad
científica, es indiscutible”, lo cual eleva su trascendencia en la vida social. (4)
De acuerdo a ésta definición, se desprende de forma palmaria el objetivo y fin de ésta
materia, pues a través de ella se logra un análisis –en ocasiones— exhaustivo de las
diversas Instituciones legales; pero, para ello, se apoya en conceptos filosóficos,
estadísticos y métodos comparativos que concluyen en una mejor indagatoria.
LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA Y OBJETIVOS
“La Ciencia del Derecho, como cualquier ciencia, cuenta con un método que es
sistemático, lógico, coherente, objetivo y universal. La praxis de la ciencia del Derecho
genera todas y cada una de las instituciones jurídicas que dan vida al Estado, pero
también, produce el pensamiento jurídico en forma de doctrina, de propuestas, de
polémicas, de contradicciones, etc.”(5).
Derivado de todas las actividades propias del Derecho, se provoca un impulso
constante a la valoración de las diversas instituciones de éste sistema normativo. A esto
se añade la dinámica de las diferentes conductas y circunstancias en el actuar de los
hombres, lo que indudablemente genera en los doctrinistas, juzgadores, académicos,
etc., las interrogantes sobre el quehacer jurídico. Sin embargo, las aportaciones
trascendentes se derivan de la investigación jurídica.
Precisamente, en esa sensibilidad e inquietud de la investigación jurídica, que
materializan los diversos objetivos del aprendizaje en este campo, tal como diversos
doctrinistas exponen en sus obras que, interesada o desinteresadamente, han
convivido en la exposición de las instituciones jurídicas. El maestro JORGE WITKER,
señala al respecto que en el ejercicio de ésta actividad se obtienen los siguientes
objetivos:
1. Recrea y actualiza los contenidos informativos de las asignaturas que integran el
curriculum jurídico.
2. Estimula al maestro a estar al día en su materia o asignatura.
3. Forma al estudiante en el manejo de métodos y técnicas mínimas de investigación.
4. Desarrolla en el estudiante habilidades y destrezas en el manejo de documentos y
fuentes jurídicas básicas para el ejercicio futuro de la abogacía.
5. Fomenta un autoaprendizaje y autonomía en el estudiante que le servirá para crear
un criterio jurídico amplio, práctico y eficiente que la vida social le demanda en esta
era de la globalización.
6. Según la libre elección de las áreas y temas jurídicos a investigar, permite al
estudiante conocer la realidad social en la cual el derecho se aplica o vulnera por
las autoridades o destinatarios. Contribuye a crear una conciencia de legalidad tanto
en el aula como en la vida extraescolar.(6)
CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA
Es indudable que el objeto de la investigación jurídica se centra en las diversas
dimensiones que se pueden asignar a la norma jurídica y la relación con la conducta del
individuo.
No obstante lo limitado o complejo del objetivo –como se pudiera pensar—, éste no
solamente comprende el contenido de la investigación jurídica, sino que atiende a otros
factores que encontramos en el campo de la praxis, tales como la debida
argumentación jurídica y una correcta redacción técnica en la exposición de las
instituciones jurídicas y en los documentos donde se guardan los productos de la
investigación y el pensamiento jurídico.
Por otro lado, “la investigación jurídica permite el desarrollo de la capacidad de análisis
y de síntesis en el interesado, operaciones mentales necesarias para todo pensador o
argumentista de lo jurídico”.(7)
Es también indudable que esa actividad investigativa e intelectual, se llega a ejercer en
diversos momentos de la función profesional en el ámbito jurídico.
Esta actividad intelectual es desarrollada, de una forma u otra, por todos aquellos que
trabajamos y nos desenvolvemos dentro de las profesiones jurídicas. Investigación
jurídica es la que realiza el juez a fin de resolver el caso concreto que se le presenta; el
administrador o servidor público para fundar el acto de ejecución de la ley; el legislador
en el proceso de creación del derecho; el litigante al formular sus escritos y alegatos; el
docente a fin de ejercer correctamente su magisterio; y el investigador en la generación
de conocimiento jurídico nuevo.
“Quiere esto decir que la investigación jurídica, además de absolutamente necesaria
dada lo imprescindible del Derecho como fenómeno y producto social, obedece a una
pluralidad de propósitos de acuerdo con el actor o agente que la realiza y actualiza”.
(8)
V. LA CRISIS DE LA INVESTIGACIÓN JURIDICA.
Actualmente la investigación jurídica se encuentra en grave peligro por no decir, que
está en etapa terminal. Percibimos lo anterior porque nos encontramos ante una crisis
de credibilidad en las soluciones jurídicas de los problemas del hombre. “Ante un
mundo problemático, resulta indispensable dejar a un lado la vieja concepción del
estudiante repetidor de los códigos y de los conceptos que otros dijeron, sin haber
comprendido y discernido realmente dichos pensamientos”.(9)
A lo anterior se añade el poco valor que otorgamos a verificar si la información que se
ha puesto a nuestro alcance a través de los diversos medios es verídica o si tiene
relación con el punto a indagar. Información que obtenemos por los medios naturales
llámese libros, revistas, folletos, Internet, etc., incluso en ocasiones de forma muy
sencilla y sin dificultad; considerando que ésta es absoluta, a veces sin dudar de la
verdad ahí contenida.
Además, la actividad de la investigación jurídica es de las menos favorecidas por las
Instituciones de Educación Superior que se dedican a la formación de los estudiantes
de Derecho. Esto no es una situación exclusiva de México, sino de toda Latinoamérica.
Esa apatía a la investigación jurídica se ve reflejada en México en el hecho concreto de
que el 45% de ésta actividad la genera una sola Institución educativa: la UNAM.
Es indudable que el cuerpo docente y las propias instituciones educativas tienen alguna
culpa en esta problemática, como se puede apreciar de forma más clara en los
siguientes puntos:
a). La inobservancia del binomio docencia-investigación. “Un docente que no investiga
jamás podrá ser un buen catedrático; un investigador que no realice función docente
jamás tendrá forma de comunicar adecuadamente los avances de la ciencia jurídica ni
se nutrirá el debate y discusión que le deben ser propios”(10)
b). El método de enseñanza del Derecho, pués todo se reduce a la docencia aplicada a
través de actividades memorísticas y fastidiosamente repetitivas. Dicho método impide
el razonamiento del estudiante y la critica, concluyendo en un “manual de cocina”.
c). La limitada y pobre –en ocasiones— participación del alumno en cualquier nivel de
estudio [licenciatura, posgrado, etc.], durante las actividades pedagógicas. Es obvio que
el producto es bajo en calidad.
d).- Los contenidos jurídicos tradicionales de los programas: muchos profesores se
empeñan en enseñar lo que ellos aprendieron antaño, sin darse cuenta y sin dar cuenta
a los alumnos de la evolución constante del Derecho.
c).- La separación de los textos jurídicos y la realidad jurídica que vive la sociedad, de
la bibliografía que se utiliza en las instituciones educativas.
“Además, el entorno actual de nuestra sociedad, y a nivel local, nacional e incluso
mundial, está pasando por una crisis política, una ruptura epistemológica de lo jurídico
que implica una contradicción de la idea ejemplar del Derecho; una deficiente
legislación carente de razonamiento y de cientificidad; una resolución de controversias
plagada de excesos de poder y de ignorancia jurídica; una constante regionalización de
los sistemas jurídicos y otros problemas de índole diversa. Todo lo cual reclama un
cambio necesario y radical en las Facultades y Escuelas de Derecho, instituciones que
han de dar el lugar que se merece la investigación jurídica mediante el diseño de
programas docentes y de investigación que estén presentes a lo largo de la licenciatura
y de los postgrados de Derecho, y que permitan proponer alternativas de solución a las
graves problemáticas de nuestra nación”. (11)
No debe pasar inadvertida la participación –a veces cómplice— de las propias
instituciones educativas, que dentro de su normativa que las rige proponen como
alternativas de titulación medios que impiden la investigación –exámenes de
conocimiento, CENEVAL, etc.— que desde luego, el alumno por comodidad y
conveniencia acepta. Resultan cada día más los alumnos que prefieren estas
alternativas, desperdiciando la oportunidad de llegar a la investigación quizás forzada.
Con ello, se elimina la proyección de lo que pudiera ser un gran estudioso del Derecho.
Lo que encamina al estudiante a repetir la historia de su vida en un posgrado y que
“jamás” sienta la necesidad y la satisfacción de la investigación y, lo que es más
doloroso, no genere una propuesta nueva. Aún cuando en algún momento sienta la
necesidad de proponerla no la va a ejecutar por no tener los elementos para ello. Vgr.
Una iniciativa de ley, una argumentación de inconformidad, un alegato, etc.
VI. Algunas propuestas
Es urgente de proponer a los maestros de las escuelas de derecho e instituciones
educativas que cuenten en sus programas con estudios de derecho, las siguientes
consideraciones:
a) Actualización en el acervo bibliográfico, tanto el que utiliza el maestro para la
preparación de sus clases, como el concentrado en las bibliotecas de las
escuelas
b) La capacitación y actualización en técnicas educativas;
c) La oportunidad de ingresar a planes de educación continua, que culmine con
Diplomados, Especialidades, Maestrías, etc., relacionados con el Derecho. Esto
permitirá al catedrático enterarse de las nuevas corrientes, de las nuevas
legislaciones, de las nuevas interrogantes, etc.
d) Actualizar, sistemáticamente, el curso de la asignatura encomendada,
agregando nuevas actividades, tareas, cambio de horario, etc.
e) Por su parte, la Institución educativa deberá de proponer nuevas técnicas de
evaluación del rendimiento de los maestros, mediante las que no solamente se
tome en cuenta la asistencia, la relación con los alumnos…, sino que se
propongan otras actividades que complementen el aprendizaje de los
educandos.
Por último, es menester aclarar que con estas propuestas no están directamente
relacionadas con la investigación jurídica, pero sí con el docente que deberá motivar al
alumno a ejercer dicha actividad.
___________________
(1) Véase: Gran Diccionario de la lengua Española, España, Edit. SPES, 2001. Pág. 943.
(2) Se recomienda ver: Dra. Guillermina Baena. Manual para elaborar trabajos de investigación documental. 3ª ed., México, Edit.
Mex. Unidos, 1983. Pág. 9.
(3) Véase: Fix Zamudio, Hector, Metodología, docencia e investigación jurídicas, 3ª ed., México, Porrúa, 1988.
(4) Véase: Facultad de Derecho, Universidad de Guanajuato. Investigaciones Jurídicas Vol. IV. México. 1998. Pág. 42.
(5) Véase: Witker Velázquez, Jorge y Lario Velasco Rogelio. Metodología jurídica. Edit. Mc Graw Hill. ed. 1ª. México. 2002.
(6) Jorge Witker. Técnicas de Investigación Jurídica. 1ª ed., Mc. Graw Hill. México. 1996.
(7) Véase: Facultad de Derecho, Universidad de Guanajuato. Op. cit. pág. 44
(8) Véase: Lara Sáenz, Leoncio. Procesos de Investigación Jurídica. Edit. Porrúa. 6ª Ed. México. 2003. Pág. 224.
(9) Véase: Facultad de Derecho, Universidad de Guanajuato. Op. cit. pág. 40.
(10) Véase: Lara Sáenz, Leoncio. Op. cit. Pág. 230.
(11) Véase: Facultad de Derecho, Universidad de Guanajuato. Op. cit. pág. 45.
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