EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR. PROBLEMAS Y CONSECUENCIAS María del Rosario Hernández Borges A la hora de explicar la adquisición del lenguaje natural, J. Fodor asume una posición innatista coherente con su aceptación de la gramática chomskyana y, por tanto, en oposición a los desarrollos constructivistas y evolutivos iniciados por Piaget. El innatismo está a la base de una de las tesis fundamentales de la obra de Fodor: la existencia de un «Lenguaje del Pensamiento» interno que permite adquirir el lenguaje natural; pero los problemas de esta tesis le obligan a postular un mecanismo de «troquelado», igualmente innato, con el que pretende dar cuenta de la influencia del entorno en la adquisición de conceptos. Este trabajo se dividirá en cuatro apartados. En el primero, discutiré cómo entiende Fodor el aprendizaje y por qué necesita formular un Lenguaje del Pensamiento que contenga un gran número de conceptos innatos. En la segunda parte, plantearé cómo el innatismo de Fodor se opone al constructivismo de Piaget. La importancia del entorno en la plasticidad conceptual y la introducción del troquelado como mecanismo que explica la relación entre el concepto y el estímulo constituirán la tercera parte. En la última parte, presentaré algunos otros intentos de Fodor de incluir el entorno sin prescindir de un innatismo máximo; además, estos intentos tratan de favorecer una lectura de la polémica innatismo/empirismo en términos reconciliadores. Concluiré que los problemas que presenta el innatismo de conceptos vistos a lo largo de este trabajo son una razón suficiente para abandonar la hipótesis de Fodor e intentar otras vías de investigación. I. EL «LENGUAJE DEL PENSAMIENTO» Y EL INNATISMO DE LOS CONCEPTOS El punto de partida de Fodor es la búsqueda de una explicación adecuada al proceso de aprendizaje de conceptos. Supongamos que el aprendizaje de conceptos se ilustra con el siguiente ejemplo: en una situación experimental se nos presentan una serie de cartas que tienen objetos dibujados en ellas, estos objetos son figuras geométricas diversas de distintos colores. Se le pide al sujeto que adivine si una carta es «miv» o «no miv» (siendo «miv» el concepto que ha de aprender); para ello sólo dispondrá de la carta y de la respuesta afirmativa o negativa del experimentador según haya acertado o se haya equivocado. El sujeto, al final, aprende el concepto «miv», esto es, ha alcanzado el criterio adecuado para que las respuestas del experimentador siempre sean afirmativas1. 1 Esta idea aparece en varias obras de J. Fodor: El lenguaje del pensamiento, Madrid, Alianza, 1985; «Fijación de creencias y adquisición de conceptos» en M. Piatelli-Palmarini (comp.) 05.pmd 77 22/02/2013, 12:46 78 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES Según Fodor, sólo existe una teoría que explique este experimento: el organismo (niño, adulto, ratón, o cualquier otra cosa) establece una hipótesis donde se especifican los criterios que definen ese concepto. Por tanto, en toda situación de aprendizaje de concepto, la experiencia que ocasiona el aprendizaje está en relación de confirmación con el concepto que se aprende, o lo que es lo mismo, el aprendizaje de conceptos es un proceso de formación y de confirmación de hipótesis2. Ahora bien, aunque ésta parece ser la única teoría disponible sobre el aprendizaje de conceptos, Fodor considera que no nos dice nada acerca del origen de los conceptos. Lo que indica es que para aprender un lenguaje natural se da por supuesta la accesibilidad de estas hipótesis y de los datos de la experiencia. Una lógica inductiva no nos permite explicar la adquisición de conceptos, «[...] es incapaz de explicar cómo se adquiere el concepto de miv, porque presupone la accesibilidad de este concepto admitiendo que miv aparece una vez verificada la hipótesis inductiva»3. Preguntarse por el origen de los conceptos sería aquí lo mismo que preguntarse por el origen de estas hipótesis. Sólo los innatistas, según Fodor, han dado respuesta a esta cuestión: para aprender un lenguaje natural es necesario disponer de un lenguaje previo con el cual formular y comprobar hipótesis. Este lenguaje sería un conjunto de conceptos sobre los que opera la lógica inductiva. Parece surgir una objeción a esta cuestión: el riesgo al retroceso infinito. Si para aprender un lenguaje natural L0 es necesario poseer un lenguaje L1 con el que formular hipótesis, cómo se aprende este otro lenguaje L1 si no es mediante un mecanismo de formulación y comprobación de hipótesis formuladas en otro lenguaje L2, y así en un retroceso infinito. Fodor se plantea este problema en «El Lenguaje del Pensamiento» (1975) y la posición innatista le da la solución. En este sentido, afirma: «Mi opinión es que no se puede aprender un lenguaje a no ser que ya se sepa uno. No es que no se pueda aprender un lenguaje a no ser que se haya aprendido ya uno. Esto último supondría un retroceso hacia el infinito, pero no ocurre eso en el primer caso; [...] el lenguaje del pensamiento se sabe [...] pero no se aprende. Es decir es innato.»4 El problema parece resuelto, o yo diría que más bien disuelto, al establecer Fodor, más motivado empírica que conceptualmente, en su opinión, la existencia de un código interno que se corresponde en todos sus elementos simples (conceptos), que son la mayoría, con los elementos (conceptos) del lenguaje natural. Esta réplica interna de los lenguajes naturales es postulada por Fodor como el lenguaje computacional en el que los humanos procesan la información. Teorías del lenguaje. Teorías del aprendizaje, Barcelona, Crítica, 1983, pp. 187-193; «The Present Status of the Innateness Controversy» en Representations, MIT Press, 1981, pp. 257316. 2 J. Fodor, El lenguaje del pensamiento, cit. 3 J. Fodor, «Fijación de creencias y adquisición de conceptos», cit., p. 190. 4 J. Fodor, El lenguaje del pensamiento, cit., p. 82-83. 05.pmd 78 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 79 El lenguaje del pensamiento se caracteriza por ser enormemente rico. Es capaz de expresar cualquier concepto que el organismo pueda adquirir o tener, y su capacidad representacional está determinada innatamente. Por tanto, tenemos un gran número de conceptos innatos (la mayoría); de ahí que la idea misma de «aprendizaje de conceptos» sea confusa, porque «aprender un lenguaje presupone la capacidad de utilizar expresiones coextensivas en cada uno de los predicados elementales del lenguaje que se está aprendiendo»5. Esto muestra por qué, según Fodor, el aprendizaje de conceptos no mejora la competencia lingüística de un individuo sino su actuación (en términos de Chomsky que son los de Fodor). Este innatismo máximo presenta problemas al oponerse a teorías no innatistas ampliamente aceptadas sobre cómo adquieren los niños el lenguaje; tal es el caso de las hipótesis de la psicología del desarrollo cognitivo, especialmente el constructivismo piagetiano. Asimismo, el innatismo no puede explicar fenómenos donde la influencia del entorno en el aprendizaje de la lengua materna es evidente. El niño puede estar privado de la estimulación social y lingüística adecuada, y por ello no aprender ninguna lengua. Sería el caso de los llamados «niños salvajes» o «niños-lobo». Además, la lingüística, la antropología y la sociología nos describen cómo las diferencias conceptuales y comportamentales dependen de la cultura o clase social de los sujetos. Aunque sin éxito, Fodor intenta introducir la influencia del entorno en la adquisición de conceptos. A estas cuestiones dedicaremos los siguientes apartados. II. LA POLÉMICA CON PIAGET 1 Como defensor del innatismo, Fodor se opone a todos aquellos intentos de ver las capacidades humanas como fruto de la interacción entre ambiente e individuo, como resultado, como construcción y desarrollo de lo que no existía hasta ese momento. De aquí que, al igual que Chomsky, Fodor encuentre en Piaget y en su escuela uno de sus más usuales oponentes. La discusión con Piaget aparece en «Teorías del Lenguaje, Teorías del Aprendizaje», debates recopilados por Piatelli-Palmarini, que tuvieron lugar en 1975 en torno a las figuras de Jean Piaget y Noam Chomsky, pero donde más extensamente se desarrolla es en «El Lenguaje del Pensamiento» (1975). La crítica de Fodor se centra en tres hipótesis defendidas por parte de la psicología del desarrollo, influenciada por L. Vygotsky, J. Bruner y, sobre todo, J. Piaget: 1. El desarrollo de las capacidades cognitivas del niño manifiesta una descomposición en etapas razonablemente ordenadas. 5 05.pmd J. Fodor, El lenguaje del pensamiento, cit., p. 97. 79 22/02/2013, 12:46 80 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES 2. Estas etapas son expresiones de los tipos de conceptos de que dispone el niño, correspondiendo los sistemas conceptuales más débiles a las primeras etapas. 3. El aprendizaje media la progresión evolutiva de una etapa a otra. La discusión, según Fodor, se centra en si las capacidades evolutivas del niño reflejan cambios en la competencia y en la actuación, o sólo en esta última, manteniéndose estable la competencia, en tanto es innata. Piaget describe el desarrollo del niño como la asimilación de una serie de «lógicas» de creciente capacidad representacional que caracterizan cada etapa evolutiva. Lo que le interesa a Fodor es el intento de Piaget de explicar el modelo de capacidades e incapacidades propias de cada etapa por referencia a las propiedades formales del sistema conceptual con que se piensa que está dotado el niño. Según Fodor, aún considerando como posible que las clases de sistemas representacionales que utilizan los niños fueran más débiles que las de los adultos y que se pudiera dar cuenta de las etapas del desarrollo cognitivo a partir del aumento de capacidad expresiva de estos sistemas, no se podría admitir que el aprendizaje de conceptos suministre los mecanismos para las transiciones de una etapa a otra. El aprendizaje de conceptos no es la causa del desarrollo cognitivo. Esto se explica a partir de su concepción del aprendizaje como formulación y confirmación de hipótesis. Como vimos no se podría aprender un lenguaje sin poseer un lenguaje previo con el que formular tales hipótesis. El caso sería el mismo para el aprendizaje de lógicas con mayor capacidad representacional y para el aprendizaje de conceptos. Tendríamos que formular hipótesis codificadas en la lógica más poderosa o desarrollada, usando sólo el vocabulario codificado de la lógica más débil, y esto no es posible. Así, afirma: «Supongamos, por ejemplo, que somos un niño de la etapa uno que intenta aprender el concepto C. Lo menos que tenemos que hacer es aprender las condiciones por las que algo es un caso de (cae dentro de) C. Por eso, es de suponer que tenemos que aprender algo de la forma (x) (x es C si y sólo si x es F) donde F es algún concepto que se aplica siempre que se aplica C. Sin embargo, es claro que una condición necesaria para ser capaces de aprender eso es que el sistema conceptual propio contenga F» (subrayado en el original)6. Lo mismo ocurriría para un concepto de la etapa dos: o bien la extensión del concepto de la etapa dos se puede representar por un concepto de la etapa uno, en cuyo caso serían coextensivos y no se vería cómo el sistema conceptual de la etapa dos es más fuerte que el de la etapa uno; o bien la extensión del concepto de la etapa dos no se puede representar mediante los conceptos de la etapa uno, en cuyo caso el niño de la etapa uno no podría aprenderlos. De aquí se sigue que Fodor afirme que no existe ninguna teoría del aprendizaje, que no podría existir ninguna, ya que la idea misma de un aprendizaje de conceptos es confusa. 6 05.pmd J. Fodor, El lenguaje del pensamiento, cit., pp. 105-106. 80 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 81 2 Piaget no sólo no se reconoce en la interpretación que Fodor hace de sus ideas, sino que esgrime un argumento poderoso y difícilmente rebatible. Piaget ha tratado de demostrar que el desarrollo cognoscitivo en el niño constituye una analogía con lo que ocurre en la historia de la formación de las matemáticas, esto es, que la generalización de una estructura más débil desemboca en una estructura más fuerte, convirtiéndose la primera en un subconjunto de la segunda. Sin embargo, en opinión de Piaget, aceptar la teoría de Fodor e intentar dar cuenta con ella de la historia de las matemáticas en cuento conocimiento humano, «[...] equivale a decir que no se ha inventado nunca nada, que todo está contenido siempre en el estadio precedente y que, por consiguiente, las matemáticas en su totalidad están predeterminadas y son innatas»7. De manera similar a Piaget, Campbell y Bickhard han sostenido que todos los conceptos primitivos necesarios para las matemáticas avanzadas deberían haber estado ya presentes en el hombre de Neanderthal, de la misma manera que los conceptos especiales necesarios para la cualquier ciencia futura deben estar presentes en todos nosotros8. La misma crítica plantea Searle cuando afirma que el innatismo de conceptos de Fodor implica que los hombres de Cro-Magnon tenían los conceptos expresables por la palabra «carburador» o por la expresión «oscilógrafo de rayos catódicos»9. Si bien el origen de los conceptos innatos es una cuestión biológica y no psicológica, el innatismo fodoriano contradice la explicación de la evolución como proceso de variación y selección. Aceptar lo que afirma la biología evolutiva al respecto supondría aceptar (i) que nuestras capacidades cognitivas son adaptaciones, ya que fueron ventajas para nuestros ancestros; (ii) que muchos de los conceptos que empleamos ahora no eran útiles para nuestros ancestros; y, por tanto, (iii) que nuestros conceptos se aprenden, no son innatos. Según Campbell y Bickard, el argumento de Fodor contra el aprendizaje de conceptos se mantendría también para la evolución de conceptos, porque en un primer momento en el desarrollo evolutivo no podríamos aprender conceptos mediante el método de formación y comprobación de hipótesis. Sin embargo, si aceptáramos los tres puntos anteriores, objeciones como las de Piaget se disolverían; pero también se derrumbaría el innatismo extremo de Fodor. 7 Varios autores, «Discusión», en M. Piatelli-Palmarini (comp.), op. cit., p. 194. R.L. Campbell y M.H. Bickhard, «A deconstruction of Fodor’s anticonstructivism», Human Development, 30, 1987, p.52. 9 J.R. Searle, El redescubrimiento de la mente, 1996, nota 8. 8 05.pmd 81 22/02/2013, 12:46 82 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES III. LA INFLUENCIA DE LA EXPERIENCIA: EL TROQUELADO 1 Fodor se encuentra con una cuestión a resolver: si la mayoría de los conceptos son innatos, todos los sujetos deberíamos poner en juego en nuestra actuación los mismos conceptos, es decir, competencia y actuación coincidirían. Como la experiencia muestra que la gama de repertorios conceptuales varía no sólo de unos individuos a otros sino a lo largo de la historia de un mismo sujeto, Fodor ha tenido que hacer un hueco en su teoría para dar cuenta de la influencia del entorno en la plasticidad conceptual. No todos nuestros conceptos innatos se nos presentan disponibles en cualquier momento de nuestra actividad mental. Esto no supone, en opinión de Fodor, la hipótesis piagetiana sobre la existencia de etapas de desarrollo en nuestras capacidades cognitivas, sino que las capacidades que poseemos prefijadas, innatas, surgen o maduran a partir de la intervención de la experiencia. Esto es, mediante la intervención de un proceso de troquelado o «impronta». Este concepto lo toma Fodor de la etología, donde designa el tipo de fenómeno que se da cuando, por ejemplo, los patitos de K. Lorenz nacen con una pauta que los determina a seguir cualquier cosa que se mueva ante ellos (lo que se mueve, el propio Lorenz, sería el «estímulo desencadenante» de la pauta de acción). A partir de este proceso de troquelado, Fodor distingue entre aprender un concepto, como un término técnico que designa la adquisición de un concepto a partir de un proceso mental particular, y adquirir un concepto, como cualquier proceso mental a partir del cual un concepto es disponible para el organismo. La diferencia entre ambos procesos queda claramente explicada cuando afirma: «Mientras que los procesos que ocasionan la disponibilidad de conceptos primitivos son considerados como simplemente causales –es la estructura del aparato sensorial la responsable de que cierto patrón de estimulación dé lugar a cierto concepto primitivo dado–, los procesos que dan lugar a la adquisición de conceptos complejos son considerados típicamente como racionales ya que se da una relación de confirmación entre las experiencias que median en el acceso a tal concepto y alguna hipótesis que especifica la estructura interna del concepto»10. La relación que se establece entre un estímulo o experiencia y el concepto que desencadena no es fruto de un proceso de reflexión racional, sino que es un mero lazo arbitrario, puramente causal. «La estructura del aparato sensorial es tal que ciertos inputs desencadenan la disponibilidad de ciertos conceptos»11. Es decir, la disponibilidad de los conceptos sólo depende de la relación (arbitraria) que se establece entre aparato sensorial y estímulos desencadenantes. Por tanto, qué estímulos sean los 10 11 05.pmd J. Fodor, «The Present Status of the Innateness controversy», cit., p. 272. Ibid., p. 273. 82 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 83 desencadenantes es básicamente un problema biológico, no es explicable en términos cognitivos12. Los estímulos desencadenantes son necesarios y suficientes para la activación de los conceptos innatos. Con este planteamiento, Fodor quiere, por un lado, resolver el problema de la plasticidad conceptual y, por otro, insistir en que la disponibilidad de conceptos, como el mismo stock de conceptos, es algo innato, biológico. «[...] tanto el conjunto de conceptos primitivos potencialmente disponibles como las formas en que su actual disponibilidad depende de la estimulación desencadenante están determinadas por la estructura innata del aparato sensorial»13. De aquí se sigue, como los innatistas defienden, que las diferencias en las historias individuales de los organismos de una misma especie no son tan grandes como se supondría, en tanto lo innato (los conceptos y su accesibilidad) proviene del organismo, no del medio. En otras palabras, el argumento de la pobreza de estímulo (que el medio proporciona una base experiencial muy pobre en relación con los conceptos que adquiere el organismo) origina que se intente dar cuenta de la plasticidad conceptual sin salir del innatismo biológico, haciendo residir conceptos y formas de accesibilidad en los organismos. La hipótesis del troquelado sigue más allá, cuando Fodor, de forma más especulativa, afirma que en la explicación de la maduración conceptual es posible suponer que algunos estímulos desencadenantes de conceptos tienen como precondiciones necesarias otros conceptos. Es decir, que en el proceso de adquisición de un repertorio conceptual cabría suponer una jerarquía de estímulos desencadenantes. Fodor habla de dos tipos de criterios que los conceptos más bajos en una jerarquía desencadenante deberían satisfacer: alta accesibilidad y definición ostensiva. El primer criterio es auto-evidente, y supondría que estos conceptos necesitarían poca mediación de otros conceptos adquiridos previamente; es decir, que los estímulos desencadenantes para los conceptos de niveles más bajos deberían ser en gran medida experienciales. El segundo criterio es, según Fodor, menos evidente. Supone que la definibilidad ostensiva varía inversamente con la mediación conceptual, esto es, que cuanto más fácilmente se introduce ostensivamente un concepto, es menos necesario poseer conceptos previos. 2 Dos cuestiones son objeto de críticas en este planteamiento: por un lado, la naturaleza «arbitraria» de la relación entre el estímulo y el concepto que se adquiere; y, por otro lado, el uso de la noción de troquelado. 12 13 05.pmd Ibid. J. Fodor, «The Present Status of the Innateness Controversy», cit., p. 277. 83 22/02/2013, 12:46 84 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES (1) La relación arbitraria que se establece entre el concepto y el estímulo que lo provoca ha suscitado una gran cantidad de críticas14. (i) Si la relación entre estímulo y concepto fuera arbitraria, los ciegos tendrían los conceptos referentes a colores como conceptos sensoriales; ya que no perciben ejemplares de estos conceptos sensoriales que desencadenen el concepto, un ciego no puede responder a estos ejemplares. Por tanto, no toda experiencia puede dar lugar a cualquier concepto; en este caso es necesario el contacto sensorial con los referentes del concepto. (ii) Además, aún admitiendo que la relación causal puede ser suficiente en el caso de los conceptos sensoriales, cómo se explicaría la relación arbitraria en conceptos como «electrón» o «virus», donde para la mayor parte de los individuos no ha existido impronta o proceso causal alguno. (iii) A la idea de jerarquía de estímulos desencadenantes no sólo se le ha achacado ser una hipótesis ad hoc, no especificada, que permanece estática, sin crecer ni cambiar15; sino que parece ser contradictoria con la idea de arbitrariedad16. Si el desencadenamiento es arbitrario, entonces es sólo un hecho casual que el concepto «pollo» se adquiera antes que el concepto «neutrón». Si Fodor está en lo cierto, el orden de nuestras adquisiciones conceptuales es una contingencia de nuestra historia biológica. Por tanto, podrían existir criaturas que tengan el mismo stock conceptual, pero que lo adquirieran en un orden radicalmente diferente. Esto es poco plausible. No parece ser accidental que no podamos poseer el concepto «neutrón» sin poseer el concepto «partícula», aunque no hay una definición analítica de «neutrón». (2) Son varias las cuestiones problemáticas acerca del concepto de «troquelado». (i) En primer lugar, el uso que hace Fodor de la noción de «troquelado» es incorrecta. Dado que el patito nace con capacidad de desplazamientos y que es necesario para la supervivencia del patito que no camine lejos de la madre en los primeros momentos, la naturaleza le ha provisto de una forma de aprendizaje instantánea, y eso es el troquelado. La pauta del patito de seguir lo primero que se mueva ante él es adaptativa pues por lo general será su madre quien lo haga. Pero esto no quiere decir, y esta es la confusión de Fodor, que el patito que sigue a su madre (porque fue lo primero que se movió ante él) haya adquirido el mismo concepto que el patito que sigue a K. Lorenz (porque fue lo primero que se movió ante él). El patito no aprende conceptos sino a enganchar una pauta de conducta a un estímulo-tipo17. 14 Por ejemplo, K. Sterelny, «Fodor’s nativism», Philosophical Studies, 55, 1989, pp. 119-141; A. Gomila, «El innatismo de Fodor: Consideraciones críticas», Estudios de psicología, 45, 1990, pp. 35-47. 15 R.L. Campbell & M.H. Bickhard, «A deconstruction of Fodor’s Anticonstructivism», art. cit. 16 K. Sterelny, «Fodor’s nativism», art. cit. 17 J.M. Chamorro, Significado, mente y sociedad, mimeografía, 1994. 05.pmd 84 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 85 (ii) Sobre el troquelado se podrían hacer las mismas objeciones que a la arbitrariedad de la relación concepto-estímulo. No cualquier experiencia puede desencadenar un concepto; pero, lo que es más importante, este proceso es complejo y cognitivamente mediado. La introducción del troquelado no parece una forma de mitigar el innatismo de conceptos, por el contrario lo reafirma al localizar el mismo proceso de desencadenamiento a un nivel biológico, igualmente innato. (iii) Por otro lado, el simple contacto con ejemplares adecuados no es suficiente para la adquisición de conceptos18. Esto se ve en casos como: conceptos vacíos (tales como el concepto de «flojisto»); los conceptos que son desencadenados a partir de experiencias ambiguas; la adquisición de conceptos como «neutrino» o «bruja», adquiridos sin experimentar sus ejemplares19. Igualmente contradictorio con la noción de arbitrariedad es el criterio de definibilidad ostensiva que tendrían que satisfacer los conceptos de nivel más bajo. Si la relación entre experiencia y formación de conceptos es arbitraria y no racional, por qué es importante la definibilidad ostensiva20. II. INNATISMO VERSUS EMPIRISMO El propio Fodor reconoce que el único modelo de aprendizaje razonable presupondría un innatismo muy extremo; pero intenta formular ciertas consideraciones que, en su opinión, mejorarían las cosas. Estas consideraciones tienen como objeto incluir la influencia del entorno como un elemento fundamental a tener en cuenta en la adquisición de conceptos. Además, este replanteamiento del tema se relaciona con la idea de que la oposición tradicional entre empirismo e innatismo no es tal oposición en muchos aspectos. 1 En primer lugar, los conceptos complejos (como «aeroplano») se pueden descomponer en conceptos más simples (como «aparato volador»), teniendo que mantener el innatismo sólo con respecto a los primeros21. El aprendizaje de conceptos se podría reformular como un proceso en el que se componen conceptos complejos nuevos mediante los conceptos simples innatos. Esta propuesta, la distinción entre con- 18 K. Sterelny, «Fodor’s nativism», art. cit., p. 129. Si bien para la adquisición de conceptos es fundamental el contacto con los ejemplares, influyen otros factores como creencias, otros conceptos relacionados, etc. 20 Ibid. 21 J. Fodor, El lenguaje del pensamiento, cit., p. 111. 19 05.pmd 85 22/02/2013, 12:46 86 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES ceptos complejos y primitivos, más que resolver el problema del innatismo extremo lo complica más. Esto es así porque en la semántica fodoriana cada concepto innato se descompone en un conjunto de rasgos semánticos, que se corresponden con los nombres de esos rasgos y son, a su vez, definibles mediante rasgos. Por tanto es difícil precisar cuáles son los conceptos elementales que se utilizan primero para la formulación y contrastación de hipótesis. En segundo lugar, el innatismo fodoriano no exige que el sistema conceptual innato deba estar presente al nacer de forma literal, sólo precisa que no sea aprendido. Un caso que ilustra este segundo remedio sería el mecanismo de troquelado que ya vimos. Los problemas que presenta la introducción de este proceso en la adquisición de conceptos ya han sido tratados, y son suficientemente importantes como para dudar de que sea una vía de solución a la cuestión. En tercer lugar, Fodor propone como remedio que el entorno proporcione ejemplares de los conceptos. De esta forma, lo que tenemos que decir de algunos conceptos es que son los conceptos de algo semejante a ciertos ejemplares designados. Por ejemplo, con respecto al concepto «rojo», la inferencia que tendríamos que hacer sería: « (x) x es rojo si y sólo si x es suficientemente semejante a Ei (amapola, una puesta de sol o una nariz cuando hace frío)». El propio Fodor reconoce que este remedio traslada el innatismo sobre los conceptos al innatismo sobre la semejanza, ya que implica que tenemos una noción innata de semejanza que podemos utilizar para hacer inferencias. Lo que ocurre es que, según Fodor, la propia noción de semejanza es problemática. En este sentido, afirma: «si las formas en que las cosas caen dentro de un concepto por ser semejantes a los ejemplares de ese concepto resultan ser prácticamente tan variadas con los mismos conceptos, el recurso a la semejanza no supondrá ninguna reducción considerable de las suposiciones nativistas de la teoría del desarrollo»22. 2 Sus intentos por dar cuenta de la influencia del entorno, le conducen a una visión de la polémica entre innatistas y empiristas lejana de las interpretaciones que tradicionalmente conocemos. En este sentido, las semejanzas entre innatistas y empiristas serían más numerosas que las diferencias. En cuanto a las semejanzas, en primer lugar, ambas teorías distinguen entre conceptos complejos y primitivos, siendo construidos los primeros a partir de los segundos mediante algún tipo de operación combinatoria. En segundo lugar, ambas teorías asumen que a la accesibilidad a los conceptos primitivos se llega a través de la estimulación ambiental, o lo que es lo mismo, que depende de la activación del aparato sensorial que adquiramos o no tales conceptos. 22 05.pmd Ibid., p. 112. 86 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 87 Con esta semejanza Fodor quiere demostrar que, contrariamente a lo que tradicionalmente se piensa, los Innatistas no conciben los conceptos primitivos independientemente de la experiencia; existen experiencias desencadenantes nomológicamente necesarias para la adquisición de conceptos primitivos sensoriales y conceptos primitivos no sensoriales. En tercer lugar, y esta será una interpretación muy libre de la teoría empirista, Fodor cree que ambas teorías asumen que los conceptos primitivos no se aprenden sino que se adquieren, siguiendo la distinción antes señalada entre aprender conceptos y adquirir conceptos, y, por tanto, son innatos. En mi opinión, esta última característica parece clara en los Innatistas, pero no lo parece tanto en los Empiristas. Según Fodor, los Empiristas aceptan que los conceptos primitivos son troquelados por la experiencia, y ese proceso de troquelado no es racional, por tanto, no es un mecanismo de aprendizaje. Tradicionalmente se han interpretado las teorías empiristas de forma contraria debido, en opinión de Fodor, a un error de interpretación al creer que «ocasionado por la experiencia» es lo mismo que «aprendido». De esta semejanza se sigue la última coincidencia que Fodor observa entre Empiristas e Innatistas. Ambos aceptan que el espacio de conceptos potencialmente disponible a cualquier organismo está determinado completamente por la dotación biológica innata de ese organismo. En cuanto a los desacuerdos entre Empiristas e Innatistas, Fodor defiende, aunque no con estos términos, que éstos son más cuantitativos que cualitativos. Fodor parte de la discusión acerca de la naturaleza de la estructura de los conceptos léxicos. Los Empiristas creen que los conceptos léxicos se construyen a partir de los primitivos, por lo tanto los primeros poseen una estructura interna. Sin embargo, los Innatistas pueden sostener que o (i) todos o la mayoría de conceptos léxicos no tienen estructura interna, o (ii) si la tienen, ese hecho no juega ningún papel en la explicación de su adquisición. O lo que es lo mismo, y aquí surge la diferencia cuantitativa, la historia que los Empiristas cuentan acerca de los conceptos sensoriales también se mantiene para un amplio grupo de conceptos léxicos no sensoriales. Los Innatistas consideran que hay muchos conceptos sin estructurar (primitivos) que no son sensoriales. No todos los conceptos considerados complejos pueden ser definidos a partir solamente de conceptos sensoriales que agotan su significado; por ello han de existir conceptos no sensoriales que sean primitivos, no aprendidos. Por tanto, a lo que quiere llegar Fodor es a afirmar que Empiristas e Innatistas sólo se diferencian con respecto a qué conceptos consideran primitivos. Y, en última instancia, la naturaleza de los conceptos primitivos no constituye una cuestión epistemológica, sino un problema biológico. De esta importante conclusión se sigue una consecuencia igualmente relevante y discutible. Innatistas y Empiristas están en desacuerdo sobre en qué medida la adquisición de conceptos léxicos es un proceso racional. Para los empiristas la relación entre un concepto léxico y las experiencias que ocasionan su adquisición es racional, mientras que para los innatistas esta relación entre conceptos léxicos y experiencias desencadenantes es meramente causal, arbitraria. 05.pmd 87 22/02/2013, 12:46 88 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES 3 Si este relato que hace Fodor de la polémica Empirismo /Innatismo fuera cierto, creo que la mayor parte de la bibliografía que ha tratado este tema ha de ser olvidada. Son muchos los aspectos discutibles de esta interpretación. (i) Fodor parece razonar de la siguiente manera: si nuestras impresiones, aquellas percepciones más intensas (Hume) o percepciones en general (Locke), son adquiridas a partir de nuestras capacidades sensoriales innatas, entonces el conjunto de conceptos primitivos a los que llegamos a partir de estas capacidades innatas está definido por los límites de tales capacidades. En consecuencia, estos conceptos son innatos. Creo que es éste, si he comprendido correctamente, el argumento de Fodor. Sin embargo, hay algo erróneo en esta argumentación. El hecho de que poseamos ciertas capacidades sensoriales innatas (como las tiene el resto de los animales) limitadas biológicamente no supone que los conceptos a los que llegamos a partir de estas capacidades sean también limitados y, por tanto, prefijados o innatos. Lo único innato que aceptarían los empiristas serían aquellas capacidades sensoriales que nos vienen dadas por nuestra propia configuración biológica. Creo que cualquier otra interpretación del empirismo en lo que a este punto básico se refiere no tendría sentido. La contundencia de las afirmaciones de Locke no parece dejar lugar para muchas interpretaciones: «Es opinión establecida entre los hombres que en el entendimiento existen ciertos principios innatos, ciertas nociones primarias, A@"\ ¨L<@4"4, caracteres, como si estuvieran estampados en la mente humana, y que el alma los recibe en su origen, trayéndolos al mundo con ella. Para convencer al lector carente de prejuicios de la falsedad de esta suposición, bastaría con mostrar cómo los hombres, por el simple uso de sus facultades naturales, pueden obtener todo el conocimiento que poseen, sin ayuda de ninguna impresión innata. Pueden llegar a la certeza sin tales principios o nociones originarios. Imagino que cualquiera concederá fácilmente que sería impertinente suponer innatas las ideas de color en una criatura a quien Dios ha dado vista y capacidad para recibirlas de objetos externos por medio de los ojos. No menos irrazonable sería atribuir ciertas verdades a impresiones de la naturaleza y caracteres innatos, cuando podemos observar en nosotros mismos facultades adecuadas para obtener un conocimiento de ellas tan fácil y cierto como si estuvieran impresas originariamente en la mente...»23. (ii) La relación que se establece entre un concepto léxico y las experiencias que ocasionan su adquisición es uno de los puntos en los que, como Fodor reconoce, difieren Empiristas e Innatistas. Esta distinción no es otra que aquella que comenté al comienzo de este apartado entre aprender un concepto y adquirir un concepto. 23 05.pmd J. Locke, Ensayos sobre el entendimiento humano, Madrid, Sarpe, 1984, p. 31. 88 22/02/2013, 12:46 EL INNATISMO DE CONCEPTOS EN LA TEORÍA DE FODOR 89 Como vimos, los Innatistas suponen que el número de conceptos léxicos primitivos es mayor que el admitido, según Fodor, por los empiristas, en tanto existían conceptos léxicos primitivos no-sensoriales. Lo que Fodor quiere afirmar con ello es que los conceptos léxicos no son combinaciones de conceptos primitivos, ya que en la formulación de hipótesis no se especifican sus componentes. Al no poder descomponer los conceptos léxicos en primitivos semánticos, Fodor sostiene que la mayoría de nuestros conceptos (exceptuando los compuestos) son innatos24. Parece antiintuitivo creer que poseemos innatamente conceptos tales como «electrón», «democracia», «gobierno», la mayoría, si no todos los conceptos matemáticos y los de la física más avanzada, e incluso muchos conceptos que aún no conocemos y que quizás nunca conoceremos25. V. CONCLUSIONES La teoría innatista como recurso para explicar el aprendizaje de conceptos presenta importantes problemas que quedan sin resolver. En primer lugar, que Fodor no conozca ninguna teoría que explique el aprendizaje del primer concepto (o del primer lenguaje) no justifica que suponga que existe un lenguaje innato. Por otro lado, no hay en la investigación psicológica evidencia ni teoría alguna que apoye la tesis de Fodor. La literatura que defiende experimentalmente la naturaleza adquirida de los conceptos es amplísima. Las investigaciones de L.S. Vygotsky a principios de siglo, que son retomadas hoy en día por numerosos psicólogos y las aportaciones relevantes para la psicología evolutiva que han hecho, entre otros, J.S. Bruner y J. Piaget son buenos ejemplos de hasta donde ha llegado la psicología experimental en la explicación de la naturaleza y aprendizaje de conceptos. Con respecto al innatismo, Fodor no sólo no tiene en cuenta la investigación psicológica (y neurofisiológica), sino que, además, su teoría es infalsable. El hecho de que no observemos en el niño prelingüístico ninguna evidencia que demuestre que posee los conceptos necesarios para aprender la lengua natural no falsa la teoría, ya que el lenguaje innato que defiende no se puede correlacionar con la actuación del niño previamente a la adquisición del lenguaje natural. Si el innatismo de conceptos no viene apoyado ni por el sentido común ni por la investigación empírica y si las consecuencias que se derivan de él no parecen deseables, no se explica que Fodor persista en la defensa del innatismo. La falta de argumentos para defender su hipótesis innatista apunta a que hay motivaciones ideológi- 24 J. Fodor, M.F. Garret, E.C.T. Walker y C.H. Parkes, «Agains definitions», Cognition, 8, 1980, pp. 263-367. 25 Varios autores, «Discusión»; R.L. Campbell y M.H. Bickhard, «A deconstruction of Fodor’s anticonstructivism», art. cit.; K. Sterelny, «Fodor’s nativism», art. cit. 05.pmd 89 22/02/2013, 12:46 90 MARÍA DEL ROSARIO HERNÁNDEZ BORGES cas, platónico-dualistas, determinada concepción de la naturaleza humana como prefijada e inmutable, que le lleva a plantear y justificar su hipótesis. No parece deseable que ciertos presupuestos ideológicos lleven a la especulación filosófica lejos de la investigación psicológica, en particular, y científica, en general, ni en éste ni en ningún otro tema. 05.pmd 90 22/02/2013, 12:46