307-2012 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las doce horas con siete minutos del día ocho de febrero de dos mil trece. El presente proceso de habeas corpus ha sido promovido por el licenciado José Ramiro Parada Díaz a favor de la señora Norma Verónica Preza, en contra de quien se decretó arresto militar, cumplido a la orden del Director del Hospital Militar Central —con sede en San Salvador—. Analizado el proceso y considerando: I. El peticionario en su solicitud plantea lo siguiente: 1. "...la persona privada de libertad por quien abogo, fue detenida el día 12 de noviembre del presente año, en momento que la señorita teniente deseaba salir de las instalaciones del centro hospitalario relacionado, fue informada que no podía salir por orden del señor jefe del departamento de personal (...) [a]ctualmente, la detenida con arresto de 29 días, se encuentra a disposición del Director del Hospital Militar Central, acusada del supuesto delito de simple infracciones de disciplina militar, que son comunes a todos los militares, tipificado por en el artículo 164, 167 No 20 del Código de Justicia Militar. Los señalamientos en la resolución carecen de fundamento legal, y a la vez quien la emitió no es un funcionario u órgano facultado en esa instancia para imponer un arresto los que la dictaron (...) [p]or otro lado, debido a los criterios de competencia de las Leyes Militares, la detenida ha sido sometida a proceso ante una oficina de asesoría jurídica del Hospital Militar Central de San Salvador, es decir, a sido procesada ante un funcionario que carece de todo fuero especial y la revisión de su detención y calidad de imputada no correría a cargo del juez natural del fuero militar ya que esa oficina no a sido creada para realizar procesos militares ni mucho menos para recomendar ningún tipo de arresto, si no que para tal fin ha sido creada la jurisdicción militar o sea una especializada y bajo normativas que establecen un estándar de derechos y garantías (...) pido: (...) se verifique la irregularidad de lo actuado por las autoridades del Hospital Militar Central en la privación de libertad de la persona detenida..." (mayúsculas suprimidas) (sic). 2. "...no existe tanto en el ámbito militar ni común el delito tipo o un hecho tipo, ya que la conducción temeraria según la ley que lo contiene requiere de elementos indispensables como son que el hombre o la mujer que resulte positivo con una cantidad superior al cien mg/dl en la sangre es considerado un conductor temerario (...) para su comprobación existen los métodos científicos para realizarlas los cuales requieren la previa autorización del imputado[a]. Uno de los requisitos del ejercicio de toda acción sea penal o administrativa relacionada con la conducción temeraria es el establecimiento de una posible infracción que produzca daños y deberá ser tratada de acuerdo a la clasificación antes señalada, es decir, el establecimiento argumentativo y mediante elementos de probable verificación de la conexión o nexo causal entre una persona y el hecho reputado delictivo. Tal como se indica en el párrafo previo, las imputaciones en contra de la detenida carecen de una descripción precisa de la individualización de los hechos y responsabilidades personales concretas, lo cual contraviene el requisito básico para el ejercicio de alguna acción penal o administrativa defectuosa no se justifica la privación de libertad de alguien a quien no se pueda asignar de manera precisa y verificable la comisión de un hecho concreto..." (mayúsculas suprimidas) (sic). 3. "...La detenida es imputada bajo los art. 164 y 167 ordinal 20 del Código de Justicia Militar estos en relación con el artículo 5 y 410 de la Ordenanza del Ejercito. La imputación hecha es arbitraria, pues la coherencia constitucional de dicha norma se encuentra en entredicho, ya que data la primera de el año 1964, aunque con sus pequeñas reformas las mas nuevas de 1992, y la ordenanza data de 1934 conteniendo una serie de inconstitucionalidades. La figura que se imputa tiene vicios que atentan contra la claridad que debe regir toda norma sea penales o administrativa para que estas delimiten con precisión el ámbito de juego del ciudadano y para que las autoridades no tengan mayor ejercicio de discrecionalidad y abuso ante los ciudadanos mediante el uso de interpretaciones extensivas por las cuales puedan privarles de libertad u otro de sus derechos. Creemos que una privación de libertad basada en normas militares ambiguas no cumple con los preceptos de legalidad y taxatividad exigidos por la normativa salvadoreña, por lo que dicha detención que aquí se somete a proceso debe ser objeto de verificación constitucional debido a que se han realizado interpretaciones extensivas que sirven para justificar esta detención..."(mayúsculas suprimidas) (sic). 4. "... Esta forma de aplicación de una norma también genera dualidad respecto de otros actos que pueden considerarse delitos, previstos en el Código de Justicia Militar, con lo que se ha justificado esta detención cuando lo que se realizó fue una investigación de tipo Administrativo en la que ni siquiera se respeto el debido proceso ya que ni el derecho de audiencia y defensa se permitió amparándose en las referidas leyes, y con ella se consuma una violación a la integridad física y moral de la imputada mediante una interpretación in malan parte, pues se ha optado por la figura más gravosa y no por la que beneficie a la imputada, como lo establecen los principios del derecho constitucional moderno en caso de conflicto normativo (...) (mayúsculas suprimidas) (sic). II. Se nombró juez ejecutor a José Alberto Mártir Castro quien, una vez realizadas las gestiones encomendadas por este tribunal, informó que la sanción de arresto impuesta a la favorecida "tiene un argumento jurídico suficiente para su aplicación, ya que le fueron aplicados los artículos ciento sesenta y cuatro, siento sesenta y siete ordinal veinte del Código de Justicia Militar, estos relacionados con los artículos cinco y cuatrocientos diez de la Ordenanza del Ejército, ya que los hechos acaecidos tienen una relación con los supuestos establecidos en los artículos antes relacionados" (sic). Asimismo refirió que en la fecha de elaboración de su informe —siete de enero de dos mil trece—, la aludida sanción había cesado, con lo cual el hábeas corpus queda desprovisto de motivos de hecho, al ser inexistente ya la restricción de libertad, por lo que opina que el proceso no debe continuar. III El director del Hospital Militar Central, coronel José Francisco Samayoa Guerrero, rindió informe a esta sala el día siete de enero de este año, en el que indicó: 1. El arresto decretado en contra de la teniente Norma Verónica Preza fue cumplido por esta del trece de noviembre al doce de diciembre de dos mil doce y fue impuesto por haber cometido una infracción a la disciplina militar —no un delito—; sin embargo esta tenía acceso irrestricto a todas las dependencias del hospital y gozaba de su tiempo de descanso en la habitación que se le había sido asignado. 2. La sanción decidida tiene fundamento en el Código de Justicia Militar, al cual la Sala de lo Constitucional ha reconocido como normativa militar vigente (cita la sentencia de amparo 604-2003). Asimismo fue ordenada en virtud de que su cargo le "... concede la facultad de resolver y aplicar las normas disciplinarias al personal de alta en referido Nosocomio y ordenar ante el conocimiento de cualquier irregularidad el debido proceso correspondiente, lo anterior de conformidad al Art. 7 Ord. 150 y 16° del Reglamento del HMC, así como al Art. 186 del Código de Justicia Militar" (sic). 3. En relación con el reclamo del pretensor referido a que no se individualizaron los hechos concretos atribuidos a la favorecida, sostiene que el Código de Justicia Militar regula las faltas así como la clasificación, duración y efectos de las penas disciplinarias y que el comportamiento de la teniente Preza efectivamente encaja en una falta a la disciplina militar. 4. Los derechos de audiencia y de defensa fueron garantizados al efectuarse una entrevista a la señora Norma Verónica Preza, la cual "sin coacción alguna y voluntariamente firmó". 5. El procedimiento en contra de la favorecida inició a raíz de informe del jefe de servicio de ese hospital y de memorando suscrito por el subdirector de dicho nosocomio "... por lo que esta Dirección tuvo a bien girar Orden de Proceder al Departamento Jurídico para que efectuara el debido proceso disciplinario sancionatorio en contra la señorita Oficial Subalterna. De tal manera que a la señorita teniente Norma Verónica Preza, se le hace su entrevista el día cinco de noviembre del presente año, en donde acepta de forma voluntaria que conducía su vehículo bajo los efectos de bebidas embriagantes, producto de las cuales ocasionó un accidente de tránsito (vuelco del vehículo), lo cual quedó establecido en su derecho de audiencia tomado en referido departamento Jurídico, entrevistando posteriormente al personal que directa o indirectamente conoció del caso, incorporando además, pruebas documentales, las cuales fueron valoradas en referido Departamento Jurídico, a efecto de imponerle una sanción por lesionar la imagen, el prestigio, el honor y la disciplina de la institución..." (sic). IV. Se incorporó certificación del expediente administrativo de proceso disciplinario instruido en contra de Norma Verónica Preza, en el cual se advierte, en lo pertinente, que: El director del Hospital Militar Central, coronel José Francisco Samayoa Guerrero, ordenó, mediante resolución de fecha uno de noviembre de dos mil doce, instruir proceso disciplinario en contra de la teniente Norma Verónica Preza, por conducir su vehículo en estado de ebriedad y negarse a ser sometida a pruebas de antidoping y alcotest. Para diligenciar el proceso fue designada la licenciada Ingrid Divanna Zaldaña González. Con fecha siete de noviembre del mismo año, la licenciada Zaldaña González, emitió memorando dirigido al director del hospital, por medio del cual presentó los resultados de la encomienda efectuada por este. En él citó los antecedentes del caso, la entrevista realizada a la favorecida, la base legal que sustenta su dictamen, su opinión respecto a que la teniente Preza había cometido una falta a la disciplina y deberes militares y la recomendación de que se le impusiera la sanción de veintinueve días de arresto y que se incorporara al grupo de Alcohólicos Anónimos del aludido hospital. En acta número 60-2012, de las ocho horas del día trece de noviembre de dos mil doce, se establece "...reunidos el señor TCNEL INF. MEDARDO ANTONIO SÁNCHEZ AMAYA, Jefe de la División Administrativa y Logística, para notificarle en este acto sobre la resolución del señor Director y con Recomendación del Depto. Jurídico del hospital Militar Central a la TTE. TRANS. NORMA VERÓNICA PREZA, que se le imponen VEINTINUEVE (29) DÍAZ DE ARRESTO, comprendidos de las 080013NOV012 a las 080012DIC012..." (sic). V. Antes de decidir los cuestionamientos del pretensor es preciso realizar las siguientes aclaraciones: 1. Según informes del juez ejecutor y del director del Hospital Militar Central, la sanción de arresto impuesta a la favorecida Norma Verónica Preza finalizó el día doce de diciembre de dos mil doce —con posterioridad a la promoción de este hábeas corpus en fecha quince de noviembre del referido año—. No obstante haber cesado el acto de restricción reclamado, por haber finalizado el plazo de la sanción aludida, es de advertir que aquel se encontraba vigente cuando se inició este proceso constitucional, lo cual habilita a esta sala a enjuiciarlo para determinar si existieron las vulneraciones ccostitucionales propuestas (ver respecto a dicho a criterio resolución HC 792008R de 20/8/2010). Por lo cual, contrario a lo sostenido por el juez ejecutor —quien opina que, al cesar la restricción de libertad, el presente proceso constitucional no debe continuar—, de conformidad con la jurisprudencia de esta sala, ello es posible toda vez que en el momento de promover el hábeas corpus dicha restricción haya estado surtiendo efectos. 2. El director del Hospital Militar Central ha reconocido que la señora Norma Verónica Preza cumplió la sanción disciplinaria de arresto desde el día trece de noviembre hasta el doce de diciembre, ambas fechas de dos mil doce, pero expresó que durante el mismo la favorecida podía desplazarse por las instalaciones del Hospital Militar Central y tenía un lugar designado para su descanso. Esta sala, a través del proceso de habeas corpus, protege a las personas cuando existen lesiones a su derecho fundamental de libertad física, entre otros. Este se refiere a la facultad de autodeterminación y autoorganización que implica la capacidad de adoptar y ejecutar libremente las propias decisiones, de forma que la persona determine con libertad su conducta, no pudiendo ser trasladada ni sufrir injerencias o impedimentos sin su expreso consentimiento o habilitación legal, ya sea por parte de terceros o de los poderes públicos, y siempre que aquella sea naturalmente lícita. Las restricciones a dicho derecho pueden consistir en detenciones u otro tipo de medidas que entrañen limitaciones para orientar la propia conducta y para autodeterminarla sin obstáculos provenientes de autoridades. Es así que, no obstante la autoridad demandada expresa que la beneficiada podía moverse dentro de las instalaciones del referido hospital, lo cierto es que el poder de decisión de aquella se encontró limitado al verse obligada a permanecer confinada en un determinado lugar durante veintinueve días, de manera que se trata de un auténtica restricción de libertad cuya constitucionalidad puede ser controlada por este tribunal. VI. Tomando en cuenta los reclamos planteados a esta sala, es preciso realizar las siguientes consideraciones jurídicas, que constituyen el fundamento de la decisión a tomar: 1. El artículo 216 de la Constitución dispone "Se establece la jurisdicción militar. Para el juzgamiento de delitos y faltas puramente militares habrá procedimientos y tribunales especiales de conformidad con la ley. La jurisdicción militar, como régimen excepcional respecto de la unidad de la justicia, se reducirá al conocimiento de delitos y faltas de servicio puramente militares, entendiéndose por tales los que afectan de modo exclusivo un interés jurídico estrictamente militar". El Código de Justicia Militar es el cuerpo normativo que comprende un marco general de los actos y omisiones tipificados como delitos y faltas, las diferentes penas y sanciones disciplinarias, los presupuestos jurídicos-procesales indispensables para llevar a cabo los informativos o procesos sancionatorios en el interior de la Fuerza Armada, así como las atribuciones de los funcionarios que ejercen jurisdicción militar; ello conforme a la regulación que consta en el artículo 216 de la Constitución (resolución HC 136-2005, de fecha 27/9/2005). 2. El aludido código establece un tratamiento diferenciado en caso de comisión de delitos y de faltas. Estas últimas se regulan a partir del artículo 164 y se consideran infracciones que menoscaban la disciplina o el servicio. Por su parte, los artículos 186 y 187 establecen las autoridades a quienes compete decidir sobre la comisión de tales ilícitos y su sanción, según el grado del infractor; en el caso de los oficiales, ello corresponde al Ministro y Subsecretario de Defensa, a los Jefes de Cuerpo y a los Jefes de Oficinas Militares. 3. El procedimiento disciplinario debe comprender, como una actuación previa al pronunciamiento sobre la existencia de la falta, la instrucción de un "informativo" para la formación del sumario que deberá encomendarse, por quien tiene facultades para imponerla, al oficial que estime conveniente —artículo 188—. Aunque en el Código de Justicia Militar no se encuentra reglado el momento ni la forma de participación del supuesto infractor en el procedimiento disciplinario llevado en su contra, siempre deberá tener en cuenta el respeto a los derechos fundamentales de aquel y garantizar el debido ejercicio de sus derechos de audiencia y defensa. A. El derecho de audiencia es un concepto amplio en virtud del cual se exige que a toda persona, antes de limitársele o privársele de alguno de sus derechos, se le oiga y venza en un proceso o procedimiento tramitado de conformidad con las leyes. En ese sentido, el mismo posibilita que las personas hagan valer sus derechos e intereses —de la manera que consideren adecuada— ante las autoridades competentes, por lo que su ejercicio se encuentra estrechamente vinculado con los demás derechos constitucionales y su fundamento es dar a aquellas la posibilidad de pronunciarse en el proceso o procedimiento seguido en su contra, de un modo relevante de cara a su resultado. Así, el derecho de audiencia implica que la función de los tribunales o de las autoridades administrativas de pronunciar conforme a Derecho una decisión definitiva, en un caso concreto, no se puede llevar a cabo sin escuchar a la persona que ha sido acusada o demandada, pues dicha circunstancia constituye un presupuesto para que la decisión emitida sea acorde con la Constitución. Es así que, en virtud del derecho de audiencia, antes de limitar o privar de un derecho a una persona, debe tramitarse un proceso o procedimiento en el que se le permita su intervención, a fin de que conozca los hechos que motivaron la decisión adoptada en su contra y que, de esa manera, tenga la posibilidad de comparecer e intentar desvirtuarlos. Por ello, los procesos jurisdiccionales y no jurisdiccionales deben estar diseñados de forma que potencien la intervención del sujeto pasivo. B. El derecho de defensa presenta tanto una faceta material como una técnica. En su aspecto material, el derecho de defensa se caracteriza por la facultad que posee la persona de intervenir en todos los actos del procedimiento que incorporen elementos de prueba, así como realizar todas las peticion, y observaciones que considere necesarias, de manera que se le facilite hacerse oír y, consecuentemente, hacer valer sus medios de defensa; y, en su aspecto técnico, consiste en la garantía de la persona de ser asistida en el transcurso de todo el proceso por un profesional del Derecho que, en igualdad de condiciones, enfrente tanto las alegaciones como las pruebas de cargo presentadas por la parte acusadora. C. Audiencia y defensa deben hacerse efectivos en procesos y procedimientos, jurisdiccionales y no jurisdiccionales, cuyo resultado pueda limitar un derecho fundamental. Aun en casos en los que no está reglada la oportunidad de intervención en ellos, debe garantizarse la efectiva participación del posiblemente afectado, en aplicación directa de la Constitución que, como orden básico de toda la estructura estatal, debe ser el marco de actuación de las autoridades (ver al respecto sentencia Amparo 153-2009, de fecha 11/1/2012). 4. Una vez realizadas las diligencias pertinentes procede la emisión de la resolución por parte de la autoridad competente. La determinación de la existencia de la falta —para el caso— y su atribución al transgresor implica el señalamiento por parte de aquella de las razones y las pruebas que la llevaron a tener por establecidos dichos aspectos. En la decisión sobre la sanción a imponer, el artículo 175 del Código de Justicia Militar señala que debe tomarse en cuenta que esta sea proporcional a la gravedad de la falta, la importancia y naturaleza del hecho, así como determinadas características del infractor. Es decir que el procedimiento disciplinario no finaliza con la presentación, por parte del oficial a cargo, de los resultados de la investigación encomendada, sino con la emisión de una resolución por parte de aquel que lo designó, quien es el legalmente autorizado para la imposición de la sanción respectiva. 5. En los casos en los que la sanción a imponer implica una restricción a la libertad física, es indispensable, para que sea constitucionalmente admisible, que conste por escrito, ello de conformidad con lo establecido en el artículo 13 de la Constitución que establece "ningún órgano gubernamental, autoridad o funcionario podrá dictar órdenes de detención o de prisión sino es de conformidad con la ley, y estas órdenes deberán ser siempre escritas. Cuando un delincuente sea sorprendido in fraganti, puede ser detenido por cualquier persona, para entregarlo inmediatamente a la autoridad competente". La disposición citada prescribe que la detención de una persona únicamente puede darse bajo los supuestos contemplados en la norma aludida: en primer lugar, siempre y cuando medie una orden escrita de detención; y en un segundo lugar, que la captura de un delincuente puede realizarse por cualquier persona, si es sorprendido en flagrancia —ver al respecto resolución de HC 136-2009 de fecha 20/5/2010—, La garantía constitucional de orden escrita implica que quede constancia material en el proceso o procedimiento de que la autoridad resolvió imponer una restricción y las razones que la motivaron a ello. Lo anterior en virtud que al consignarse por escrito los fundamentos fácticos y jurídicos para decretar una restricción, se garantiza que el afectado tenga conocimiento — por medio de la notificación — de: la autoridad específica que dictó la detención, la fecha de emisión de esta, los motivos que consideró la autoridad para decretarla, lo que permite que aquel tenga certeza sobre su situación jurídica frente al proceso o procedimiento que se sigue en su contra y a la vez la oportunidad de poder controlar dicha decisión mediante los recursos o medios impugnativos previstos por el legislador —si es que existen— (resolución HC 221-2009 de fecha 2/6/2010). VII. Uno de los puntos que constituyen la pretensión propuesta por el licenciado José Ramiro Parada Díaz consiste en que la autoridad que decretó su arresto carece de facultades para ello, pues dicha decisión se tomó por una oficina de asesoría jurídica que no tiene jurisdicción militar. Según lo constatado en el expediente sancionatorio, el director del aludido hospital ordenó la instrucción de sumario en contra de la favorecida y encomendó su diligenciamiento a la asesora jurídica licenciada Ingrid Divanna Zaldaña González Esta emitió una opinión y recomendación, luego de lo cual se informó a la señora Preza que debía cumplir la sanción aconsejada por la aludida asesora. No existe evidencia de que entre la emisión del informe de la licenciada Zaldaña González y la notificación de la sanción a la beneficiada, exista resolución alguna del director del Hospital Militar Central, en la que consten las razones por las que se estimaba que la teniente cometió la falta atribuida y la justificación de la sanción impuesta. Ello a pesar de que en el acta de notificación de la sanción a la señora Preza consta que se debe a "resolución del señor director y con recomendación del departamento jurídico". No obstante lo advertido, es decir pese a no haber orden escrita de la autoridad competente para restringir la libertad física de la señora Norma Verónica Preza, esta cumplió veintinueve días de arresto en el Hospital Militar Central, tal como lo ha reconocido la autoridad demandada en su informe de defensa. Aunque el pretensor señala que el trámite del procedimiento sancionatorio y su decisión estuvieron a cargo de una unidad de asesoría jurídica, que carece de facultades para ordenar el arresto de la señora Preza —lo cual es comprensible en tanto luego del dictamen de la asesora se notificó a la favorecida que debía cumplir la sanción recomendada—, debe decirse que la misma no emitió resolución que ordenara restricción alguna de la supuesta infractora, sino que se limitó a exponer las conclusiones de la investigación practicada y a emitir su opinión respecto al caso, informe que jamás podría sustituir a la decisión correspondiente sobre la existencia de la falta y la imposición de la sanción pues, de conformidad con lo establecido en el artículo 188 del Código de Justicia Militar ya citado, al oficial designado solamente corresponde llevar a cabo la instrucción del procedimiento. Y es que, según el artículo 7 ord. 150 del Reglamento del Hospital Militar Central, compete al director de dicho nosocomio "resolver y aplicar las normas disciplinarias al personal de alta en el Hospital que incurra en faltas", lo cual es coherente con lo dispuesto en el artículo 187 del Código de Justicia Militar ya mencionado; por lo que a quien correspondía la emisión de la resolución respectiva era a tal autoridad que, se insiste, no consta haberla proveído. Es así que el arresto de la señora Norma Verónica Preza no ha tenido sustento alguno, por no existir orden escrita de la autoridad que la ley habilita para ello, lo cual lo tornó inconstitucional pues, al desconocer la exigencia contenida en el artículo 13 de la Ley Suprema, se lesionó el derecho de libertad física de la favorecida. VIII Otro de los aspectos que conforman la pretensión del solicitante consiste en que durante el trámite del procedimiento disciplinario no se respetó los derechos de audiencia y defensa de la favorecida. Al respecto, la autoridad demandada consideró que este se había garantizado, según consta en acta de entrevista que fue suscrita voluntariamente por la señora Norma Verónica Preza. En dicha acta, incorporada a este habeas corpus, se establece que la beneficiada fue convocada al departamento jurídico del Hospital Militar Central "para que aclare lo relacionado al supuesto de conducir su vehículo en estado de ebriedad, ocasionar accidente de tránsito a las tres horas con diez minutos del día veintinueve de octubre del presente año, y por negarse a ser sometida a las pruebas de antidoping y alcotest, las cuales se realizaron tiempo después del accidente" La aludida entrevista, en la que únicamente consta haberse requerido a la señora Preza su versión sobre lo acontecido, no puede considerarse como una oportunidad real en la que se haya garantizado sus derechos de audiencia y de defensa, pues, según se apuntó en el considerando VI de esta sentencia, estos implican algo irás que escuchar la versión de los hechos de la persona en contra de quien se realiza el procedimiento y requieren —sobre todo en casos como el analizado, donde no existe un procedimiento reglado— que se otorgue expresamente la posibilidad de desvirtuar las acusaciones formuladas en su contra, tanto con sus alegatos como con los medios probatorios que estime pertinentes, lo cual no consta que se haya efectuado en el caso en estudio. De manera que también se vulneró los derechos fundamentales de defensa y de audiencia de la favorecida en el trámite del procedimiento disciplinario seguido en su contra, así como su derecho de libertad física, al haberse llevado a cabo su arresto sin otorgarle la oportunidad aludida. IX. Queda por referirse a los reclamos restantes, consistentes en la falta de motivación de la resolución por medio de la cual se impuso el arresto así como la ausencia de descripción precisa de los hechos y responsabilidades personales concretas en los artículos utilizados para ordenar tal sanción. Sobre ellos debe indicarse que todos coinciden en señalar defectos de la resolución que impuso el arresto y que la vuelven inconstitucional. Sin embargo, según se sostuvo, la restricción a la libertad fisica de la favorecida se ejecutó sin existir resolución que así la decidiera. En tales condiciones, esta sala se encuentra impedida para evaluar aspectos de la decisión que impuso el arresto y al no haber tal resolución se está desprovisto materialmente del elemento a controlar, lo cual, según se sostuvo en el considerando precedente, tomó inconstitucional la limitación material que sufrió la favorecida en su derecho de libertad física. Especificamente con relación a la ausencia de motivación es de señalar que, para evaluar tal omisión, es necesario contar con una decisión por escrito que decida la restricción al derecho fundamental, pues de lo contrario no puede enjuiciarse si efectivamente en la misma se hicieron constar las razones para la imposición de la sanción. Respecto a la referida falta de especificación en la ley, es de advertir que este tribunal únicamente podría controlarla en tanto hubiera sido utilizada para imponer el arresto reclamado, lo cual solamente podría ser constatado en la resolución correspondiente. De forma, que al no haberse efectuado la actuación que el pretensor considera inconstitucional —una resolución que decida el arresto—, existe un obstáculo evidente para evaluar cualquier aspecto de aquella y ello genera la necesidad de sobreseer el presente hábeas corpus, por los mencionados cuestionamientos. X. Sobre el efecto de esta sentencia debe decirse que, según informe del juez ejecutor y del director del Hospital Militar Central, la sanción de arresto impuesta a la favorecida Norma Verónica Preza finalizó el día doce de diciembre de dos mil doce. Es así que el acto reconocido inconstitucional en esta sentencia y que restringía el derecho de libertad física de la favorecida —el cumplimiento del referido arresto—, ha cesado en sus efectos y por lo tanto, carece de sentido ordenar la restitución material del derecho vulnerado. Por lo tanto, la señora Preza deberá continuar en la condición jurídica en que se encuentre. De conformidad con los argumentos expuestos y lo establecido en los artículos 2, 11, 13 y 216 de la Constitución; 31 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta sala resuelve: 1. Ha lugar al hábeas corpus solicitado a favor de Norma Verónica Preza, por haberse vulnerado sus derechos de audiencia, defensa y libertad física, por parte del director del Hospital Militar Central, en virtud de: a) obligarla a cumplir la sanción de arresto, pese a no existir resolución alguna que la sustentara y b) no habérsele otorgado una oportunidad real de defensa en el procedimiento disciplinario seguido en su contra. 2. Sobreséese el presente proceso, en relación con los cuestionamientos restantes planteados, en virtud de existir un vicio que impide su enjuiciamiento constitucional. 3. Continúe la favorecida en la condición jurídica en que se encuentre, por haber cesado la restricción a su libertad física determinada inconstitucional 4. Notifíquese. - J.S. PADILLA-------- F. MELENDEZ --------- J.B JAIME---------E.S. BLANCO R-------------------R.E. GONZALEZ--------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.------------ E. SOCORRO C------ RUBRICADAS.------