Nº43-09 Deuda Externa

Anuncio
1
La Deuda Externa en el contexto de la crisis financiera
internacional1
La XII Reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo
Regional del Parlamento Latinoamericano abordará el tema de la deuda externa en
el contexto de la actual crisis financiera internacional. Se presenta aquí una
conceptualización de la deuda externa, se muestra su desarrollo histórico y se dan
luces sobre la realidad regional y nacional en este ámbito.
1
Mauricio Amar D. – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones BCN.
Anexo 1712, [email protected], 08-09-2009. Serie Informes Nº 43-09.
i
Tabla de Contenidos
Introducción .................................................................................................. 1
I.
Qué es la deuda externa............................................................................. 1
1.1. Definición conceptual y desarrollo histórico............................................. 1
1.2. La deuda externa de Chile. ................................................................... 3
II. La deuda externa en el contexto de la crisis financiera internacional ................ 7
III. Los impactos de la crisis financiera en América Latina .................................. 10
Conclusiones ................................................................................................ 11
Bibliografía .................................................................................................. 12
Índice de Gráficos
Gráfico 1. Exceso en gasto del sector privado..................................................... 5
Gráfico 2. Deuda externa del sector privado (Millones de dólares)......................... 6
Gráfico 3. Deuda Externa del Sector Público (Millones de dólares)......................... 6
1
Introducción
La deuda externa se ha convertido en un tema de relevancia para los países
dependientes de créditos internacionales, dado que en muchos casos existe una
situación de dependencia que les obliga a tomar medidas económicas impopulares o
a enfocar los gastos públicos en sectores que no son prioridades sociales.
América Latina es una región en la que las gigantescas deudas externas han sido
una realidad permanente, situación que se vuelve tanto más crítica en la medida en
que aparecen las crisis económicas. Por ello, en la región existen voces críticas
respecto a cuáles son los beneficios y problemas que conllevan las deudas externas.
La XII Reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo
Regional del Parlamento Latinoamericano abordará el tema de la deuda externa en
el contexto de la actual crisis financiera internacional. Se presenta aquí una
conceptualización de la deuda externa, se muestra su desarrollo histórico y se dan
luces sobre la realidad regional y nacional en este ámbito.
I.
Qué es la deuda externa
1.1. Definición conceptual y desarrollo histórico
La deuda externa se define como la suma de obligaciones económicas que asume
un país respecto de otros países u organismos financieros internacionales o
privados. Se compone de dos categorías: la deuda pública, es decir, los préstamos
adquiridos por el Estado y la deuda privada, adquirida por sectores particulares.
Modernamente, este concepto tiene su origen en la crisis del petróleo de 1973,
cuando el precio de este recurso aumentó cerca de tres veces su valor, lo que obligó
a los países del Tercer Mundo a adquirir préstamos a bajas tasas de interés desde
bancas comerciales privadas. En principio, las deudas adquiridas permitieron a los
Estados controlar crisis políticas y económicas con un mayor flujo de dinero
presente, sin embargo, desde 1979 comenzaron a subir las tasas de interés y los
bancos endurecieron las condiciones de las devoluciones, llevando a muchas
economías del Tercer Mundo al colapso en 1982. Aquello fue seguido de una fuerte
apreciación del dólar (o depreciación de las monedas locales), una caída del
comercio mundial y el inicio de los planes de ajuste estructural, que buscaban
reducir el gasto público y aumentar la recaudación fiscal.
La deuda externa se volvió impagable para muchos Estados, los que sin embargo,
muchas veces continúan realizando anualmente el pago de intereses de la deuda,
sin poder invertir ese dinero en el desarrollo local. De esta manera, muchos
economistas ven a la deuda externa como una forma de subordinación de los países
en desarrollo a las potencias económicas. Sin embargo, también es posible ver en la
deuda externa una posibilidad concreta para los países en desarrollo de gastar en
determinados momentos más de lo que producen realmente y, por tanto, invertir en
ámbitos vitales para su propio desarrollo. En tiempos de crisis, como la actual, el
debate sobre la deuda externa de los países reaparece con mucho más fuerza.
2
El concepto de deuda externa se encuentra, por otra parte, muy ligado al de
dependencia. En el contexto actual de la economía internacional se han revitalizado
en los análisis económicos las visiones acerca de la situación de dependencia de
América Latina frente a los grandes centros productivos. En los años 60’s la llamada
Teoría de la dependencia puso de relieve las relaciones de dominación existentes
entre los países desarrollados y los subdesarrollados o en vías de desarrollo. La
dependencia se produce, para Faletto y Cardoso, porque en el momento en que el
capitalismo se expande, primero con el comercio, luego con la industria y ahora
podríamos agregar la globalización neoliberal, este logró vincular a un mismo
mercado de economías a países con grados diversos de diferenciación del sistema
productivo, los que pasaron a ocupar posiciones y funciones distintas “dentro de la
misma estructura definida de relaciones de dominación”2. En otras palabras, la
relación que mantienen los centros productivos con las periferias (léase las grandes
potencias con países de África o América Latina) es de dependencia recíproca, lo
que conlleva a perpetuar la desigualdad, siempre que las sociedades no desarrollen
caminos alternativos al modelo de desarrollo vigente.
La consecuencia más clara de la dependencia es la incapacidad de los países
deudores para tomar decisiones autónomas de los intereses de las grandes
potencias. En efecto, el adquirir una deuda con organismos como el Fondo
Monetario Internacional (FMI) tiene consecuencias de diverso tipo para las
economías locales. Como planteó el director general de este organismo en 1983, el
francés Jacques de Larosière, “…El financiamiento que otorga –el FMI- ayuda a
restablecer la confianza de otros prestamistas y, por consiguiente, permite al país
interesado tener acceso a nuevos recursos externos”3. Desde esta perspectiva,
evidentemente los créditos abren puertas a los países que pasan de tener escasas
posibilidades de aliviar sus demandas internas a contar con el respaldo de
organismos que avalan su capacidad de respuesta a través de las exigencias que
condicionan los préstamos. El mismo Larosière también concluía que el
financiamiento bancario “se podrá concretizar sólo si los bancos tienen la seguridad
de que los países prestatarios aplican efectivamente las políticas de ajuste
suficientemente rigurosas”4.
Desde otra perspectiva, estas obligaciones que adquieren los países pueden ser
vistas críticamente. Las obligaciones son llamadas comúnmente “programa de
estabilización” y aunque varían de acuerdo a las particularidades de los países que
acceden a los créditos, según el economista Jacobo Schatan, siempre tienen
presentes los siguientes elementos:
a. Abolición o liberalización de los controles cambiarios y de importación
b. Mayor hospitalidad a la inversión extranjera
c. Devaluación de la moneda
2
Faletto, Enzo; Cardoso, Fernando, Dependencia y Desarrollo en América Latina, Siglo XXI Editores,
Buenos Aires, 1996, p. 23.
3
Serulle, José; Jacqueline Boin, “Fondo Monetario Internacional: Deuda externa y crisis mundial”,
IEPALA, Madrid, 1984, p. 6.
4
Ibídem.
3
d. Programas antiinflacionarios internos que incluyen: a) control del
crédito bancario, tasas de interés más altas y, a veces, mayores
requerimientos de reserva; b) disminución del déficit fiscal,
restricciones en los gastos públicos, aumentos en los impuestos y en
las tarifas de los servicios públicos, abolición de los subsidios a los
consumidores; c) control del aumento en los salarios, dentro de las
máximas posibilidades del gobierno; d) desmantelamiento de los
controles de precios5.
En todo caso, el FMI también ha desarrollado regulaciones críticas de sus políticas,
en vista de mejorar las oportunidades de préstamos a los países. Recientemente el
organismo ha anunciado importantes reformas que buscan aumentar la
participación de los propios países en la búsqueda de una superación de la crisis. La
llamada “reforma estructural” tratará de generar cambios en las características
básicas de las economías, como el sistema fiscal, la red de protección social y
medidas para incrementar la competitividad y fortalecer el sector financiero.
Concretamente:
“el FMI (…) ha anunciado la creación de una Línea de Crédito Flexible (LCF)
que servirá de garantía para los países con un sólido desempeño económico,
principalmente países de mercados emergentes. El acceso a esta línea de
crédito se restringe a países que cumplan requisitos estrictos; pero, una vez
aprobada, podrán girar recursos sin tener que satisfacer metas de política
específicas, como suele ocurrir en el caso de los préstamos de la
institución”6.
Desde esta perspectiva, vemos que el mundo se encuentra en una posición cada vez
más conciliadora que busca encontrar el punto de encuentro entre las necesidades
de los países en desarrollo y el resurgimiento de la economía mundial. Por otra
parte, las medias del FMI son vitales para gestionar la crisis en un momento en que
se ha puesto en duda la legitimidad de estas instituciones, tal como lo afirma el
estudio encargado por el propio FMI a la Oficina de Evaluación Independiente (OEI)
que concluyó que “la gran cantidad de condiciones es ampliamente percibida como
una intromisión en el proceso de formulación de políticas y como un factor que
menoscaba el sentido de identificación de la sociedad con el programa”7.
1.2. La deuda externa de Chile.
A comienzos de los años 80’s Chile se endeudó con bancas privadas internacionales
para salir de una de las peores crisis económicas que había vivido el país desde
1929. Desde entonces la Deuda Externa pasó a ser tema fundamental de la
economía, tanto así que el Estado, entonces en plena dictadura militar, pidió
5
6
Schatan, Jacobo, “El saqueo de América Latina”, Lom Ediciones, Santiago, 1998, p. 44.
Fondo Monetario Internacional. URL disponible en:
http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/survey/so/2009/pol041309as.pdf. Consultado el 30 de
agosto de 2009.
7
Ibídem.
4
repactar el dinero que debía devolver entre 1985 y 19868. Durante la década de los
90’s la deuda pública fue decreciendo continuamente, pasando de los US$11.792
millones en 1990 a US$5.522 millones en 20009. A este respecto, en una entrevista
al ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle de 2001, este afirmó:
“Chile hizo un gran esfuerzo en la década de los 90 para tener la economía
saneada. Pagamos prácticamente nuestra deuda externa y, en estos
momentos, nuestra deuda externa fiscal es muy inferior a nuestras reservas.
Tampoco tenemos deuda fiscal interior y podemos enfrentarnos a una crisis
económica internacional con mayor solidez y serenidad”.
Sin embargo, la deuda privada creció durante toda esta década, aumentando de
manera creciente la deuda externa total del país. Si en 1990 la deuda privada era
de US$5.633 millones, para 2000 llegó a ser de US$31.327 millones. En efecto la
crisis asiática de 1997 repercutió con gran fuerza en Chile demostrando que el país
no estaba de ninguna manera ‘blindado’. Un informe del Centro de Información y
Documentación Empresarial sobre Iberoamérica mostraba que “la deuda externa
total al 31 de diciembre de 1997 era de 26.775 millones de dólares, con un
incremento del 16,5% (3.796 millones de dólares) respecto a la misma fecha del
año anterior. A 31 de mayo de 1998, ésta había aumentado hasta situarse en
27.895 millones de dólares”10. Desde entonces la Deuda externa chilena ha tenido
vaivenes controlados por un buen manejo macroeconómico.
Las últimas cifras sobre la deuda externa de Chile, publicadas en agosto de 2009
por el Banco Central plantean que a diciembre de 2008 alcanzó un monto de
US$64.768 millones, lo que representó un aumento de 16,3% respecto del año
anterior, debido fundamentalmente a endeudamiento de corto y largo plazo del
sector privado que tuvo un alza en la deuda externa de US$9.492 millones,
mientras que el sector público disminuyó en US$395 millones. El siguiente gráfico
de comparación elaborado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)
muestra a Chile como el país con mayor endeudamiento del sector privado respecto
a su Producto Interno Bruto (PIB).
8
Ver El País, 2 de enero de 1984. URL disponible en:
http://www.elpais.com/articulo/economia/CHILE/Chile/intentara/renegociar/deuda/externa/elpepieco/19
840102elpepieco_6/Tes/. Consultado el 29 de agosto de 2009.
9
Gemines Consultores, “Deuda externa de Chile: Evolución de corto y largo plazo”, Tema Especial Nº
256, enero de 2002. URL disponible en:
http://www.gemines.cl/p4_gemines/antialone.html?page=http://www.gemines.cl/p4_gemines/site/artic/
20031028/pags/20031028174901.html. Consultado el 30 de agosto de 2009.
10
Centro de Información y Documentación Empresarial sobre Iberoamérica. URL disponible en:
http://www.cideiber.com/infoPaises/Chile/Chile-07-05.html. Consultado el 29 de agosto de 2009.
5
Gráfico 1. Exceso en gasto del sector privado
Fuente: Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Tal como lo muestra el siguiente gráfico, la mayor parte de la deuda privada del
sector privado en Chile es contraído por personas y empresas privadas y en menor
medida los bancos. La evolución de los últimos años muestra que ambos han tenido
un crecimiento importante en los últimos diez años.
6
Gráfico 2. Deuda externa del sector privado (Millones de dólares)
Fuente: Banco Central, 2009.
En cuanto al endeudamiento del sector público, la mayor parte corresponde a
compromisos adquiridos por empresas públicas, mientras el gasto del Gobierno
Consolidado (Administración Central y Banco Central) ha tendido a disminuir de
manera importante desde 2006 a 2008.
Gráfico 3. Deuda Externa del Sector Público (Millones de dólares)
Fuente: Banco Central, 2009.
7
II.
La deuda externa en el contexto de la crisis financiera internacional
El mundo entero se encuentra en la actualidad en una profunda crisis provocada por
el rompimiento de la ‘burbuja’ inmobiliaria en Estados Unidos y el desplome del
capital financiero internacional. La llamada ‘crisis financiera internacional’ ha puesto
de relieve la fragilidad de los mercados bursátiles, dada la gran volatilidad de los
capitales que participan en ellos. Como plantea Ricardo Ffrench-Davis “…El actual
escenario corresponde a una globalización de la volatilidad financiera, que es
tremendamente intensa en crisis económicas, bancarias y bursátiles”11. En efecto,
en nuestros días es imposible concebir un derrumbe en la principal economía
mundial sin que esta afecte al conjunto de los países, pero a esto debemos sumar
que no todos los países tienen las mismas capacidades de respuesta frente a una
crisis económica internacional. Los países que se encuentran más abiertos al
mercado de capitales, cuyos marcos regulatorios ponen pocas trabas a la inversión
extranjera, al mismo tiempo que no cuentan con alto desarrollo productivo ni
mercados internos de gran capacidad de consumo, son aquellos que tienen menores
posibilidades de responder a la crisis.
En este sentido, el concepto de dependencia adquiere una importancia fundamental,
ya que la gran mayoría de los países en desarrollo, como es el caso de Chile,
participan del mercado bursátil en una posición desigual respecto a las grandes
potencias, y sus políticas, en búsqueda del desarrollo tal como lo han concebido los
grandes centros asesores internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo
Monetario el Internacional (FMI) (donde la principal influencia la ha ejercido Estados
Unidos desde sus fundaciones en 1944 y 1945 respectivamente), comienzan a ser
incapaces de resistir la caída del comercio mundial.
Lo que estamos viendo en la actualidad es precisamente, por lo menos según lo que
podemos comprender hasta ahora, un entrecruzamiento entre dos tipos de crisis. En
primer lugar parece desarrollarse una crisis de carácter cíclico, cosa inherente al
capitalismo, que ha desarrollado constantemente crisis de las cuales ha logrado salir
para generar épocas de bonanza económica, como lo ejemplifica la crisis asiática de
1997 y el posterior levantamiento de las economías hasta el año 2008. Las crisis
cíclicas, como las ha definido Hugo Fazio, son:
“desajustes en períodos relativamente breves, expresados en la caída de los
más variados indicadores. La recesión, que constituye el momento de inicio
del ciclo, es definido generalmente como un descenso en la producción, en la
renta, en el empleo y en el comercio, que dura habitualmente de seis meses
a un año y que se expresa en contradicciones en muchos sectores
económicos”12.
Esta situación cíclica siempre causa estragos en las economías locales y,
evidentemente, no ocurre lo mismo en las grandes potencias que en los países en
desarrollo, ni tampoco los procesos son exactamente iguales entre estos últimos,
dado que los Estados nacionales todavía tienen un rol importante que jugar en
términos de promover determinados modelos de desarrollo. Ahora bien, la
11
French-Davis, Ricardo, citado por Fazio, Hugo en EE.UU., centro de las crisis globales, Lom Ediciones,
Santiago, 2008, p. 10.
12
Fazio, Hugo, op. cit., p. 11.
8
característica particular de la actual crisis, y que parece hacerla mucho más similar
a la sufrida por la economía mundial en 192913, es que iría acompañada de una
crisis estructural, la que se produce cuando los fundamentos mismos de una
economía entran en colapso. El orden económico internacional que se encuentra en
cuestionamiento es el nacido en 1944 con el Acuerdo de Bretton Woods, donde se
propuso la creación del FMI y el BM, y modificado a partir de 1971 con el fin de la
paridad fija con el dólar. Lejos de las crisis cíclicas los pronósticos de varios
especialistas, como el Michael Hudson, anuncian el mantenimiento de la recesión
por al menos cuatro años, siempre que se tomen las medidas adecuadas, entre las
cuales está la reconfiguración de la arquitectura económica mundial. El economista
filipino Walden Bello ha hecho hincapié en algunos efectos concretos para los países
de la periferia económica que vale la pena tener en cuenta:
“Las exportaciones agrícolas de Argentina y Brasil se hallan en caída libre. En
el este de Asia las exportaciones ya se han desplomado drásticamente. En
China, según el gobierno, 20 millones de trabajadores han perdido el empleo
en los últimos meses. El valor del won coreano ha caído cerca de un 30%.
Las transferencias de dinero de los trabajadores emigrantes del sureste
asiático a sus países de origen declinan espectacularmente; además, los
desempleados indonesios y filipinos tienden cada vez más a regresar a su
patria”14.
El FMI y el BC se han hecho eco de esta visión sobre la economía mundial, de modo
que la crisis ha sido declarada oficialmente como una calamidad mundial en la que
los países en desarrollo, por su situación de dependencia, sacan la peor parte.
Ambos organismos han planteado la necesidad de gestionar correctamente esta
crisis abriendo espacios para la adquisición de nuevos créditos. En un comunicado
conjunto, los organismos plantearon que “La economía mundial se ha deteriorado
notablemente. Los países en desarrollo afrontan consecuencias especialmente
graves a medida que la crisis financiera y económica se transforma en una
calamidad humana y para el desarrollo”15.
Para hacernos una idea de la magnitud de la actual crisis, el propio FMI ha estimado
que la actividad económica mundial sufrirá una contracción de 1,3% en 2009,
convirtiendo a esta crisis en la recesión más profunda desde la Segunda Guerra
Mundial. “El producto per cápita se contraerá en los países que representan las tres
cuartas partes de la economía mundial”16. Pero no sólo eso, sino que el crecimiento
13
Debe recordarse que en la crisis económica de 1929 Chile fue uno de los países más (si no el más)
afectado, debido a su dependencia excesiva de la exportación de salitre natural.
14
Bello, Walden, “La economía mundial es como un submarino que, tocado, se halla en rápida caída
hacia zonas abisales, y las consecuencias para el Sur serán devastadoras”, en Revista Sin Permiso. URL
disponible en: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2445. Consultado el 28 de agosto de
2009.
15
AFP, 27 de agosto de 2009. URL disponible en:
http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jDqjhBPPfn89DV28-8t52Cvqps1w. Consultado el
28 de agosto de 2009.
16
Fondo Monetario Internacional, “Introducción de perspectivas de la economía mundial e informe sobre
la estabilidad financiera regional”, agosto de 2009. URL disponible en:
http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2009/01/pdf/texts.pdf. Consultado el 27 de agosto de
2009.
9
económico retornaría en 2010 y sería por debajo del 1,9% lo que evidenciaría una
recuperación inferior a las ocurridas en las crisis anteriores.
La búsqueda de soluciones del FMI pareciera estar dando sus primeros frutos.
Según un informe del propio organismo internacional “Las autoridades financieras
mundiales afirmaron estar comprometidas a tomar las medidas necesarias para
superar la recesión mundial más profunda desde la Gran Depresión y respaldaron
una amplia expansión de los recursos prestables del Fondo Monetario Internacional
(FMI) para luchar contra la crisis y tender una red de protección social en beneficio
de las poblaciones más pobres del mundo”17. En este sentido los 24 miembros del
Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), órgano que orienta las políticas
del FMI, han destacado el rol central que le
cabe al organismo en el
restablecimiento del crecimiento mundial y para llevar adelante un seguimiento
regular de las políticas adoptadas por todos los gobiernos evaluando la necesidad de
complementarlas.
De esta manera, la actual crisis financiera internacional sería una conjunción de dos
crisis, una cíclica, propia del capitalismo, y otra estructural, que abre la posibilidad
de debatir sobre un cambio de paradigma económico. Tanto las potencias del centro
productivo como los países de la periferia (América Latina, Asia y África) tendrían
las dos opciones que tiempo atrás anunciara el economista egipcio Samir Amin. O
bien se dedican a gestionar la crisis, es decir, continuar con el proceso de
‘desregulación’ de la economía, liberalizando los precios y los salarios, flexibilizando
el empleo, reduciendo el gasto público, privatizando los recursos propios; o buscar
una solución basada en la modificación de: “las reglas sociales que gobiernan el
reparto del ingreso, el consumo, las decisiones de inversión; es decir otro proyecto
social -coherente-, diferente del que se ha fundado sobre la base de la regla
exclusiva de la rentabilidad”18.
¿Cuál es la relevancia de la deuda externa tanto en una posible gestión o cambio de
paradigma económico? Si consideramos que la deuda externa es uno de los
principales factores que posicionan a los países de América Latina de manera
desigual frente al resto de los países del mundo y que necesariamente debe existir
una rearticulación de la economía mundial para poder salir de la actual caótica
situación, también es válido pensar que más que aumentar el endeudamiento, los
recursos que hoy se utilizan para pagar las deudas externas podían servir a
necesidades inmediatas, con la consiguiente repactación de los compromisos
adquiridos. De cualquier modo, el no pago de la deuda externa o su cancelación
momentánea no es un asunto ajeno a la realidad latinoamericana (ni para Chile que
suspendió el pago de la deuda externa luego de la crisis de 1929 y la repactó en
1984) y es uno de los principales obstáculos para su desarrollo. Este es un asunto a
considerar, sobre todo si pasamos a analizar la manera en que la actual crisis
económica está afectando particularmente a nuestra región.
17
Fondo Monetario Internacional, “Los líderes de las finanzas mundiales respaldan medidas para dejar
atrás la crisis”. URL disponible en:
http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/survey/so/2009/pol042609as.pdf. Consultado el 30 de
agosto de 2009.
18
Amin, Samir, “Más allá del capitalismo senil”, Paidós, Buenos Aires, 2003, p. 31.
10
III.
Los impactos de la crisis financiera en América Latina
Como planteamos antes, los países que tienen sus economías abiertas a los
capitales extranjeros con escasas regulaciones, así como los que carecen de
mercados internos, pueden ser los más afectados durante la crisis financiera
internacional. Países con mercados internos fuertes como Brasil y Argentina podrían
estar en mejor pie para tomar medidas paliativas de la crisis, mientras que otros
como México y Chile, cuyas políticas económicas se han orientado sobre todo a la
consolidación de tratados de libre comercio, se encuentran en una situación
complicada. El caso chileno tiene a su favor haber obtenido grandes ganancias por
el alza del precio del cobre en el período anterior al desencadenamiento de la crisis,
las que permitieron la acumulación de importantes activos en fondos de
estabilización y posee, además, un sistema financiero saneado, lo que le permite
mayores defensas ante la crisis mundial que ha alcanzado a la economía real de los
países, crisis ante la cual Chile no es inmune ni está blindado.
La Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (CEPAL), a través
de su secretaria ejecutiva, Alicia Barcena, ha alarmado a la región sobre los
potenciales efectos de la crisis, al tiempo que ha insistido en la necesidad de una
articulación conjunta dado que el carácter global de la crisis implica una rápida
propagación mundial de sus consecuencias, pero así también, “ningún país puede
salir por sí sólo de ella”19. En efecto, la recesión global, unida a la disminución del
comercio global, se encuentra afectando de gran manera los precios de los
productos básicos. CEPAL estima que la caída del intercambio comercial de la región
podría caer hasta en un 15% durante 2009, siendo su efecto mayor para los países
exportadores de hidrocarburos, como es el caso de Venezuela, y de metales, entre
los que se encuentra Chile20.
Por otra parte, CEPAL llama la atención sobre la desaceleración de los flujos de
inversión extranjera directa, lo que tendría un efecto negativo sobre la demanda. La
importancia de estos flujos se encuentra sobre todo en países de Centroamérica y el
Caribe, dada la relevancia que tienen para los PIB nacionales. En Sudamérica, los
países más afectados por esta variable serían Chile, Colombia y Perú.
Las repercusiones serían en diversos ámbitos. El aumento del desempleo (en
Santiago la última cifra a este respecto entregada por la Universidad de Chile,
alcanza al es de 12,8%21) es ya una realidad en la región y CEPAL estima que para
el conjunto de países la tasa llegará a cerca del 9% este año22. El caso de Brasil es
19
Barcena, Alicia, “La actual crisis económica mundial: oportunidades y desafíos para el desarrollo de
América Latina”, Comisión Económica para América Latina (CEPAL). URL disponible en:
http://www.eclac.cl/noticias/paginas/8/33638/ClaseMagistral_UCH-2agosto2009.pdf. Consultado el 28 de
agosto de 2009.
20
Ver Ibídem.
21
Fuente: Departamento de Economía Universidad de Chile. Esta es la mayor tasa de desempleo que se
registra desde septiembre de 2003 y equivale a 363.900 personas desocupadas. URL disponible en:
http://econ.uchile.cl/public/newDetalleNoticia.aspx?IdArea=1&RowId=1. Consultado el 28 de agosto de
2009.
22
Barcena, Alicia, op. cit.
11
sintomático puesto que ya alcanzó esta cifra como país en el mes de marzo23. Chile
acaba de llegar al 9,2%, el mayor nivel de desempleo en cinco años24.
Esta situación conlleva una serie de interrogantes sobre cuáles son las medidas que
se están tomando por los gobiernos a fin de evitar el empobrecimiento masivo de
sus poblaciones. La gobernabilidad de las democracias latinoamericanas depende en
gran medida de la capacidad que tengan los Estados para evitar traspasar los costos
a sus ciudadanos.
En el caso de Chile, el gobierno de Michelle Bachelet ha tomado varias medidas para
enfrentar la crisis las que, sin modificar el modelo de desarrollo, incorporan
importantes medidas de política fiscal, las que, no obstante, no alterarán la
dependencia que tiene el país respecto al destino de las grandes potencias. Más
particularmente, La crisis es un tema que se ha asumido con fuerza en varios
ámbitos como: la política monetaria y financiera (licitación de recursos del fisco en
dólares para la banca local; disminución de la tasa de interés de política monetaria
de 8,25% a 2,25% entre enero y marzo, entre otros), la política fiscal (crecimiento
del gasto social de un 7,8%; crecimiento del gasto en infraestructura de un 8,8%;
bonos por carga familiar, entre otros), junto a políticas sectoriales como apoyo a las
PYMES y políticas laborales y sociales, sobre todo en materia de planes de empleo.25
Conclusiones
La actual crisis económica internacional obliga a los países a repensar el modelo de
desarrollo imperante y abre nuevos debates acerca de la situación crítica que
enfrentan los países deudores, a quienes las crisis afectan de manera más aguda
por su alta dependencia del crédito internacional.
Ahora bien, Chile ha logrado estabilizar, e incluso disminuir, en el último tiempo la
Deuda Externa contraída por el sector público. En gran media aquello se debe a los
años de alza del precio del cobre, previos a la crisis financiera internacional, que
permitieron mantener estables los compromisos adquiridos. Distinto es el caso del
sector privado, que manifiesta una constante alza en el endeudamiento, lo que
puede traer consecuencias futuras para la economía en cuanto esta se fundamenta
en la inversión de capitales.
Finalmente, cabe decir que los tiempos de crisis pueden ser de gran utilidad para
replantear fórmulas que antes se creían inamovibles. Si bien Chile no tiene una
deuda externa preocupante como la de otros países de la región, si debiera
interesarse por las propuestas políticas y económicas de estos, dado que nuestro
23
América Economía, 24 de agosto de 2009. URL disponible en:
http://www.americaeconomia.com/257380-Tasa-de-desempleo-en-Brasil-sube-a-9-en-marzo.note.aspx.
Consultado el 27 de agosto de 2009.
24
La Tercera, 30 de agosto de 2009. URL disponible en:
http://www.latercera.com/contenido/655_123667_9.shtml. Consultado el 30 de agosto de 2009.
25
Un detalle pormenorizado de las medidas tomadas por el gobierno chileno se encuentran en CEPAL,
“La reacción de los gobiernos de las Américas frente a la crisis internacional: una presentación sintética
de las medidas de política anunciadas hasta el 31 de marzo de 2009”, pp. 14-16. URL disponible en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/35768/2009-192-LareacciondelosgobiernosdelasAmericaspos31marzo2009.pdf. Consultado el 28 de agosto de 2009.
12
país es un caso especial de apertura económica y cualquier decisión regional puede
incidir de manera importante en la economía nacional.
Bibliografía
1. Amin, Samir, “Más allá del capitalismo senil”, Paidós, Buenos Aires, 2003.
2. Barcena, Alicia, “La actual crisis económica mundial: oportunidades y
desafíos para el desarrollo de América Latina”, Comisión Económica para
América
Latina
(CEPAL).
URL
disponible
en:
http://www.eclac.cl/noticias/paginas/8/33638/ClaseMagistral_UCH2abril2009.pdf.
3. Bello, Walden, “La economía mundial es como un submarino que, tocado, se
halla en rápida caída hacia zonas abisales, y las consecuencias para el Sur
serán devastadoras”, en Revista Sin Permiso. URL disponible en:
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2445.
4. Banco Central de Chile, “Deuda externa de Chile 2007”, p.7. URL disponible
en:
http://www.bcentral.cl/publicaciones/estadisticas/sectorexterno/pdf/deudaexterna2007.pdf.
5. CEPAL, “La reacción de los gobiernos de las Américas frente a la crisis
internacional: una presentación sintética de las medidas de política
anunciadas hasta el 31 de marzo de 2009”. URL disponible en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/35768/2009-192LareacciondelosgobiernosdelasAmericas-pos31marzo2009.pdf.
6. Departamento de Economía Universidad de Chile. URL disponible en:
http://econ.uchile.cl/public/newDetalleNoticia.aspx?IdArea=1&RowId=1.
7. Faletto, Enzo; Cardozo, Fernando, Dependencia y Desarrollo en América
Latina, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1996.
8. Fazio, Hugo en EE.UU., centro de las crisis globales, Lom Ediciones,
Santiago, 2008.
9. Fondo Monetario Internacional, “Introducción de perspectivas de la economía
mundial e informe sobre la estabilidad financiera regional”, abril de 2009.
URL
disponible
en:
http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2009/01/pdf/texts.pdf.
10. Gemines Consultores, “Deuda externa de Chile: Evolución de corto y largo
plazo”, Tema Especial Nº 256, enero de 2002. URL disponible en:
http://www.gemines.cl/p4_gemines/antialone.html?page=http://www.gemin
es.cl/p4_gemines/site/artic/20031028/pags/20031028174901.html.
13
11. Ministerio de Hacienda, “Informe de estadísticas de la deuda pública”,
Gobierno
de
Chile,
p.
7.
URL
disponible
en:
http://www.hacienda.cl/oficina_deuda/informes_estadisticas.php.
12. Schatan, Jacobo, “El saqueo de América Latina”, Lom Ediciones, Santiago,
1998.
13. Serulle, José; Jacqueline Boin, “Fondo Monetario Internacional: Deuda
externa y crisis mundial”, IEPALA, Madrid, 1984.
Descargar