1 La Deuda Externa en el contexto de la crisis financiera internacional1 La XII Reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo Regional del Parlamento Latinoamericano abordará el tema de la deuda externa en el contexto de la actual crisis financiera internacional. Se presenta aquí una conceptualización de la deuda externa, se muestra su desarrollo histórico y se dan luces sobre la realidad regional y nacional en este ámbito. 1 Mauricio Amar D. – Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones BCN. Anexo 1712, [email protected], 08-09-2009. Serie Informes Nº 43-09. i Tabla de Contenidos Introducción .................................................................................................. 1 I. Qué es la deuda externa............................................................................. 1 1.1. Definición conceptual y desarrollo histórico............................................. 1 1.2. La deuda externa de Chile. ................................................................... 3 II. La deuda externa en el contexto de la crisis financiera internacional ................ 7 III. Los impactos de la crisis financiera en América Latina .................................. 10 Conclusiones ................................................................................................ 11 Bibliografía .................................................................................................. 12 Índice de Gráficos Gráfico 1. Exceso en gasto del sector privado..................................................... 5 Gráfico 2. Deuda externa del sector privado (Millones de dólares)......................... 6 Gráfico 3. Deuda Externa del Sector Público (Millones de dólares)......................... 6 1 Introducción La deuda externa se ha convertido en un tema de relevancia para los países dependientes de créditos internacionales, dado que en muchos casos existe una situación de dependencia que les obliga a tomar medidas económicas impopulares o a enfocar los gastos públicos en sectores que no son prioridades sociales. América Latina es una región en la que las gigantescas deudas externas han sido una realidad permanente, situación que se vuelve tanto más crítica en la medida en que aparecen las crisis económicas. Por ello, en la región existen voces críticas respecto a cuáles son los beneficios y problemas que conllevan las deudas externas. La XII Reunión de la Comisión de Asuntos Económicos, Deuda Social y Desarrollo Regional del Parlamento Latinoamericano abordará el tema de la deuda externa en el contexto de la actual crisis financiera internacional. Se presenta aquí una conceptualización de la deuda externa, se muestra su desarrollo histórico y se dan luces sobre la realidad regional y nacional en este ámbito. I. Qué es la deuda externa 1.1. Definición conceptual y desarrollo histórico La deuda externa se define como la suma de obligaciones económicas que asume un país respecto de otros países u organismos financieros internacionales o privados. Se compone de dos categorías: la deuda pública, es decir, los préstamos adquiridos por el Estado y la deuda privada, adquirida por sectores particulares. Modernamente, este concepto tiene su origen en la crisis del petróleo de 1973, cuando el precio de este recurso aumentó cerca de tres veces su valor, lo que obligó a los países del Tercer Mundo a adquirir préstamos a bajas tasas de interés desde bancas comerciales privadas. En principio, las deudas adquiridas permitieron a los Estados controlar crisis políticas y económicas con un mayor flujo de dinero presente, sin embargo, desde 1979 comenzaron a subir las tasas de interés y los bancos endurecieron las condiciones de las devoluciones, llevando a muchas economías del Tercer Mundo al colapso en 1982. Aquello fue seguido de una fuerte apreciación del dólar (o depreciación de las monedas locales), una caída del comercio mundial y el inicio de los planes de ajuste estructural, que buscaban reducir el gasto público y aumentar la recaudación fiscal. La deuda externa se volvió impagable para muchos Estados, los que sin embargo, muchas veces continúan realizando anualmente el pago de intereses de la deuda, sin poder invertir ese dinero en el desarrollo local. De esta manera, muchos economistas ven a la deuda externa como una forma de subordinación de los países en desarrollo a las potencias económicas. Sin embargo, también es posible ver en la deuda externa una posibilidad concreta para los países en desarrollo de gastar en determinados momentos más de lo que producen realmente y, por tanto, invertir en ámbitos vitales para su propio desarrollo. En tiempos de crisis, como la actual, el debate sobre la deuda externa de los países reaparece con mucho más fuerza. 2 El concepto de deuda externa se encuentra, por otra parte, muy ligado al de dependencia. En el contexto actual de la economía internacional se han revitalizado en los análisis económicos las visiones acerca de la situación de dependencia de América Latina frente a los grandes centros productivos. En los años 60’s la llamada Teoría de la dependencia puso de relieve las relaciones de dominación existentes entre los países desarrollados y los subdesarrollados o en vías de desarrollo. La dependencia se produce, para Faletto y Cardoso, porque en el momento en que el capitalismo se expande, primero con el comercio, luego con la industria y ahora podríamos agregar la globalización neoliberal, este logró vincular a un mismo mercado de economías a países con grados diversos de diferenciación del sistema productivo, los que pasaron a ocupar posiciones y funciones distintas “dentro de la misma estructura definida de relaciones de dominación”2. En otras palabras, la relación que mantienen los centros productivos con las periferias (léase las grandes potencias con países de África o América Latina) es de dependencia recíproca, lo que conlleva a perpetuar la desigualdad, siempre que las sociedades no desarrollen caminos alternativos al modelo de desarrollo vigente. La consecuencia más clara de la dependencia es la incapacidad de los países deudores para tomar decisiones autónomas de los intereses de las grandes potencias. En efecto, el adquirir una deuda con organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene consecuencias de diverso tipo para las economías locales. Como planteó el director general de este organismo en 1983, el francés Jacques de Larosière, “…El financiamiento que otorga –el FMI- ayuda a restablecer la confianza de otros prestamistas y, por consiguiente, permite al país interesado tener acceso a nuevos recursos externos”3. Desde esta perspectiva, evidentemente los créditos abren puertas a los países que pasan de tener escasas posibilidades de aliviar sus demandas internas a contar con el respaldo de organismos que avalan su capacidad de respuesta a través de las exigencias que condicionan los préstamos. El mismo Larosière también concluía que el financiamiento bancario “se podrá concretizar sólo si los bancos tienen la seguridad de que los países prestatarios aplican efectivamente las políticas de ajuste suficientemente rigurosas”4. Desde otra perspectiva, estas obligaciones que adquieren los países pueden ser vistas críticamente. Las obligaciones son llamadas comúnmente “programa de estabilización” y aunque varían de acuerdo a las particularidades de los países que acceden a los créditos, según el economista Jacobo Schatan, siempre tienen presentes los siguientes elementos: a. Abolición o liberalización de los controles cambiarios y de importación b. Mayor hospitalidad a la inversión extranjera c. Devaluación de la moneda 2 Faletto, Enzo; Cardoso, Fernando, Dependencia y Desarrollo en América Latina, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1996, p. 23. 3 Serulle, José; Jacqueline Boin, “Fondo Monetario Internacional: Deuda externa y crisis mundial”, IEPALA, Madrid, 1984, p. 6. 4 Ibídem. 3 d. Programas antiinflacionarios internos que incluyen: a) control del crédito bancario, tasas de interés más altas y, a veces, mayores requerimientos de reserva; b) disminución del déficit fiscal, restricciones en los gastos públicos, aumentos en los impuestos y en las tarifas de los servicios públicos, abolición de los subsidios a los consumidores; c) control del aumento en los salarios, dentro de las máximas posibilidades del gobierno; d) desmantelamiento de los controles de precios5. En todo caso, el FMI también ha desarrollado regulaciones críticas de sus políticas, en vista de mejorar las oportunidades de préstamos a los países. Recientemente el organismo ha anunciado importantes reformas que buscan aumentar la participación de los propios países en la búsqueda de una superación de la crisis. La llamada “reforma estructural” tratará de generar cambios en las características básicas de las economías, como el sistema fiscal, la red de protección social y medidas para incrementar la competitividad y fortalecer el sector financiero. Concretamente: “el FMI (…) ha anunciado la creación de una Línea de Crédito Flexible (LCF) que servirá de garantía para los países con un sólido desempeño económico, principalmente países de mercados emergentes. El acceso a esta línea de crédito se restringe a países que cumplan requisitos estrictos; pero, una vez aprobada, podrán girar recursos sin tener que satisfacer metas de política específicas, como suele ocurrir en el caso de los préstamos de la institución”6. Desde esta perspectiva, vemos que el mundo se encuentra en una posición cada vez más conciliadora que busca encontrar el punto de encuentro entre las necesidades de los países en desarrollo y el resurgimiento de la economía mundial. Por otra parte, las medias del FMI son vitales para gestionar la crisis en un momento en que se ha puesto en duda la legitimidad de estas instituciones, tal como lo afirma el estudio encargado por el propio FMI a la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) que concluyó que “la gran cantidad de condiciones es ampliamente percibida como una intromisión en el proceso de formulación de políticas y como un factor que menoscaba el sentido de identificación de la sociedad con el programa”7. 1.2. La deuda externa de Chile. A comienzos de los años 80’s Chile se endeudó con bancas privadas internacionales para salir de una de las peores crisis económicas que había vivido el país desde 1929. Desde entonces la Deuda Externa pasó a ser tema fundamental de la economía, tanto así que el Estado, entonces en plena dictadura militar, pidió 5 6 Schatan, Jacobo, “El saqueo de América Latina”, Lom Ediciones, Santiago, 1998, p. 44. Fondo Monetario Internacional. URL disponible en: http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/survey/so/2009/pol041309as.pdf. Consultado el 30 de agosto de 2009. 7 Ibídem. 4 repactar el dinero que debía devolver entre 1985 y 19868. Durante la década de los 90’s la deuda pública fue decreciendo continuamente, pasando de los US$11.792 millones en 1990 a US$5.522 millones en 20009. A este respecto, en una entrevista al ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle de 2001, este afirmó: “Chile hizo un gran esfuerzo en la década de los 90 para tener la economía saneada. Pagamos prácticamente nuestra deuda externa y, en estos momentos, nuestra deuda externa fiscal es muy inferior a nuestras reservas. Tampoco tenemos deuda fiscal interior y podemos enfrentarnos a una crisis económica internacional con mayor solidez y serenidad”. Sin embargo, la deuda privada creció durante toda esta década, aumentando de manera creciente la deuda externa total del país. Si en 1990 la deuda privada era de US$5.633 millones, para 2000 llegó a ser de US$31.327 millones. En efecto la crisis asiática de 1997 repercutió con gran fuerza en Chile demostrando que el país no estaba de ninguna manera ‘blindado’. Un informe del Centro de Información y Documentación Empresarial sobre Iberoamérica mostraba que “la deuda externa total al 31 de diciembre de 1997 era de 26.775 millones de dólares, con un incremento del 16,5% (3.796 millones de dólares) respecto a la misma fecha del año anterior. A 31 de mayo de 1998, ésta había aumentado hasta situarse en 27.895 millones de dólares”10. Desde entonces la Deuda externa chilena ha tenido vaivenes controlados por un buen manejo macroeconómico. Las últimas cifras sobre la deuda externa de Chile, publicadas en agosto de 2009 por el Banco Central plantean que a diciembre de 2008 alcanzó un monto de US$64.768 millones, lo que representó un aumento de 16,3% respecto del año anterior, debido fundamentalmente a endeudamiento de corto y largo plazo del sector privado que tuvo un alza en la deuda externa de US$9.492 millones, mientras que el sector público disminuyó en US$395 millones. El siguiente gráfico de comparación elaborado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) muestra a Chile como el país con mayor endeudamiento del sector privado respecto a su Producto Interno Bruto (PIB). 8 Ver El País, 2 de enero de 1984. URL disponible en: http://www.elpais.com/articulo/economia/CHILE/Chile/intentara/renegociar/deuda/externa/elpepieco/19 840102elpepieco_6/Tes/. Consultado el 29 de agosto de 2009. 9 Gemines Consultores, “Deuda externa de Chile: Evolución de corto y largo plazo”, Tema Especial Nº 256, enero de 2002. URL disponible en: http://www.gemines.cl/p4_gemines/antialone.html?page=http://www.gemines.cl/p4_gemines/site/artic/ 20031028/pags/20031028174901.html. Consultado el 30 de agosto de 2009. 10 Centro de Información y Documentación Empresarial sobre Iberoamérica. URL disponible en: http://www.cideiber.com/infoPaises/Chile/Chile-07-05.html. Consultado el 29 de agosto de 2009. 5 Gráfico 1. Exceso en gasto del sector privado Fuente: Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Tal como lo muestra el siguiente gráfico, la mayor parte de la deuda privada del sector privado en Chile es contraído por personas y empresas privadas y en menor medida los bancos. La evolución de los últimos años muestra que ambos han tenido un crecimiento importante en los últimos diez años. 6 Gráfico 2. Deuda externa del sector privado (Millones de dólares) Fuente: Banco Central, 2009. En cuanto al endeudamiento del sector público, la mayor parte corresponde a compromisos adquiridos por empresas públicas, mientras el gasto del Gobierno Consolidado (Administración Central y Banco Central) ha tendido a disminuir de manera importante desde 2006 a 2008. Gráfico 3. Deuda Externa del Sector Público (Millones de dólares) Fuente: Banco Central, 2009. 7 II. La deuda externa en el contexto de la crisis financiera internacional El mundo entero se encuentra en la actualidad en una profunda crisis provocada por el rompimiento de la ‘burbuja’ inmobiliaria en Estados Unidos y el desplome del capital financiero internacional. La llamada ‘crisis financiera internacional’ ha puesto de relieve la fragilidad de los mercados bursátiles, dada la gran volatilidad de los capitales que participan en ellos. Como plantea Ricardo Ffrench-Davis “…El actual escenario corresponde a una globalización de la volatilidad financiera, que es tremendamente intensa en crisis económicas, bancarias y bursátiles”11. En efecto, en nuestros días es imposible concebir un derrumbe en la principal economía mundial sin que esta afecte al conjunto de los países, pero a esto debemos sumar que no todos los países tienen las mismas capacidades de respuesta frente a una crisis económica internacional. Los países que se encuentran más abiertos al mercado de capitales, cuyos marcos regulatorios ponen pocas trabas a la inversión extranjera, al mismo tiempo que no cuentan con alto desarrollo productivo ni mercados internos de gran capacidad de consumo, son aquellos que tienen menores posibilidades de responder a la crisis. En este sentido, el concepto de dependencia adquiere una importancia fundamental, ya que la gran mayoría de los países en desarrollo, como es el caso de Chile, participan del mercado bursátil en una posición desigual respecto a las grandes potencias, y sus políticas, en búsqueda del desarrollo tal como lo han concebido los grandes centros asesores internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario el Internacional (FMI) (donde la principal influencia la ha ejercido Estados Unidos desde sus fundaciones en 1944 y 1945 respectivamente), comienzan a ser incapaces de resistir la caída del comercio mundial. Lo que estamos viendo en la actualidad es precisamente, por lo menos según lo que podemos comprender hasta ahora, un entrecruzamiento entre dos tipos de crisis. En primer lugar parece desarrollarse una crisis de carácter cíclico, cosa inherente al capitalismo, que ha desarrollado constantemente crisis de las cuales ha logrado salir para generar épocas de bonanza económica, como lo ejemplifica la crisis asiática de 1997 y el posterior levantamiento de las economías hasta el año 2008. Las crisis cíclicas, como las ha definido Hugo Fazio, son: “desajustes en períodos relativamente breves, expresados en la caída de los más variados indicadores. La recesión, que constituye el momento de inicio del ciclo, es definido generalmente como un descenso en la producción, en la renta, en el empleo y en el comercio, que dura habitualmente de seis meses a un año y que se expresa en contradicciones en muchos sectores económicos”12. Esta situación cíclica siempre causa estragos en las economías locales y, evidentemente, no ocurre lo mismo en las grandes potencias que en los países en desarrollo, ni tampoco los procesos son exactamente iguales entre estos últimos, dado que los Estados nacionales todavía tienen un rol importante que jugar en términos de promover determinados modelos de desarrollo. Ahora bien, la 11 French-Davis, Ricardo, citado por Fazio, Hugo en EE.UU., centro de las crisis globales, Lom Ediciones, Santiago, 2008, p. 10. 12 Fazio, Hugo, op. cit., p. 11. 8 característica particular de la actual crisis, y que parece hacerla mucho más similar a la sufrida por la economía mundial en 192913, es que iría acompañada de una crisis estructural, la que se produce cuando los fundamentos mismos de una economía entran en colapso. El orden económico internacional que se encuentra en cuestionamiento es el nacido en 1944 con el Acuerdo de Bretton Woods, donde se propuso la creación del FMI y el BM, y modificado a partir de 1971 con el fin de la paridad fija con el dólar. Lejos de las crisis cíclicas los pronósticos de varios especialistas, como el Michael Hudson, anuncian el mantenimiento de la recesión por al menos cuatro años, siempre que se tomen las medidas adecuadas, entre las cuales está la reconfiguración de la arquitectura económica mundial. El economista filipino Walden Bello ha hecho hincapié en algunos efectos concretos para los países de la periferia económica que vale la pena tener en cuenta: “Las exportaciones agrícolas de Argentina y Brasil se hallan en caída libre. En el este de Asia las exportaciones ya se han desplomado drásticamente. En China, según el gobierno, 20 millones de trabajadores han perdido el empleo en los últimos meses. El valor del won coreano ha caído cerca de un 30%. Las transferencias de dinero de los trabajadores emigrantes del sureste asiático a sus países de origen declinan espectacularmente; además, los desempleados indonesios y filipinos tienden cada vez más a regresar a su patria”14. El FMI y el BC se han hecho eco de esta visión sobre la economía mundial, de modo que la crisis ha sido declarada oficialmente como una calamidad mundial en la que los países en desarrollo, por su situación de dependencia, sacan la peor parte. Ambos organismos han planteado la necesidad de gestionar correctamente esta crisis abriendo espacios para la adquisición de nuevos créditos. En un comunicado conjunto, los organismos plantearon que “La economía mundial se ha deteriorado notablemente. Los países en desarrollo afrontan consecuencias especialmente graves a medida que la crisis financiera y económica se transforma en una calamidad humana y para el desarrollo”15. Para hacernos una idea de la magnitud de la actual crisis, el propio FMI ha estimado que la actividad económica mundial sufrirá una contracción de 1,3% en 2009, convirtiendo a esta crisis en la recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. “El producto per cápita se contraerá en los países que representan las tres cuartas partes de la economía mundial”16. Pero no sólo eso, sino que el crecimiento 13 Debe recordarse que en la crisis económica de 1929 Chile fue uno de los países más (si no el más) afectado, debido a su dependencia excesiva de la exportación de salitre natural. 14 Bello, Walden, “La economía mundial es como un submarino que, tocado, se halla en rápida caída hacia zonas abisales, y las consecuencias para el Sur serán devastadoras”, en Revista Sin Permiso. URL disponible en: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2445. Consultado el 28 de agosto de 2009. 15 AFP, 27 de agosto de 2009. URL disponible en: http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5jDqjhBPPfn89DV28-8t52Cvqps1w. Consultado el 28 de agosto de 2009. 16 Fondo Monetario Internacional, “Introducción de perspectivas de la economía mundial e informe sobre la estabilidad financiera regional”, agosto de 2009. URL disponible en: http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2009/01/pdf/texts.pdf. Consultado el 27 de agosto de 2009. 9 económico retornaría en 2010 y sería por debajo del 1,9% lo que evidenciaría una recuperación inferior a las ocurridas en las crisis anteriores. La búsqueda de soluciones del FMI pareciera estar dando sus primeros frutos. Según un informe del propio organismo internacional “Las autoridades financieras mundiales afirmaron estar comprometidas a tomar las medidas necesarias para superar la recesión mundial más profunda desde la Gran Depresión y respaldaron una amplia expansión de los recursos prestables del Fondo Monetario Internacional (FMI) para luchar contra la crisis y tender una red de protección social en beneficio de las poblaciones más pobres del mundo”17. En este sentido los 24 miembros del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), órgano que orienta las políticas del FMI, han destacado el rol central que le cabe al organismo en el restablecimiento del crecimiento mundial y para llevar adelante un seguimiento regular de las políticas adoptadas por todos los gobiernos evaluando la necesidad de complementarlas. De esta manera, la actual crisis financiera internacional sería una conjunción de dos crisis, una cíclica, propia del capitalismo, y otra estructural, que abre la posibilidad de debatir sobre un cambio de paradigma económico. Tanto las potencias del centro productivo como los países de la periferia (América Latina, Asia y África) tendrían las dos opciones que tiempo atrás anunciara el economista egipcio Samir Amin. O bien se dedican a gestionar la crisis, es decir, continuar con el proceso de ‘desregulación’ de la economía, liberalizando los precios y los salarios, flexibilizando el empleo, reduciendo el gasto público, privatizando los recursos propios; o buscar una solución basada en la modificación de: “las reglas sociales que gobiernan el reparto del ingreso, el consumo, las decisiones de inversión; es decir otro proyecto social -coherente-, diferente del que se ha fundado sobre la base de la regla exclusiva de la rentabilidad”18. ¿Cuál es la relevancia de la deuda externa tanto en una posible gestión o cambio de paradigma económico? Si consideramos que la deuda externa es uno de los principales factores que posicionan a los países de América Latina de manera desigual frente al resto de los países del mundo y que necesariamente debe existir una rearticulación de la economía mundial para poder salir de la actual caótica situación, también es válido pensar que más que aumentar el endeudamiento, los recursos que hoy se utilizan para pagar las deudas externas podían servir a necesidades inmediatas, con la consiguiente repactación de los compromisos adquiridos. De cualquier modo, el no pago de la deuda externa o su cancelación momentánea no es un asunto ajeno a la realidad latinoamericana (ni para Chile que suspendió el pago de la deuda externa luego de la crisis de 1929 y la repactó en 1984) y es uno de los principales obstáculos para su desarrollo. Este es un asunto a considerar, sobre todo si pasamos a analizar la manera en que la actual crisis económica está afectando particularmente a nuestra región. 17 Fondo Monetario Internacional, “Los líderes de las finanzas mundiales respaldan medidas para dejar atrás la crisis”. URL disponible en: http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/survey/so/2009/pol042609as.pdf. Consultado el 30 de agosto de 2009. 18 Amin, Samir, “Más allá del capitalismo senil”, Paidós, Buenos Aires, 2003, p. 31. 10 III. Los impactos de la crisis financiera en América Latina Como planteamos antes, los países que tienen sus economías abiertas a los capitales extranjeros con escasas regulaciones, así como los que carecen de mercados internos, pueden ser los más afectados durante la crisis financiera internacional. Países con mercados internos fuertes como Brasil y Argentina podrían estar en mejor pie para tomar medidas paliativas de la crisis, mientras que otros como México y Chile, cuyas políticas económicas se han orientado sobre todo a la consolidación de tratados de libre comercio, se encuentran en una situación complicada. El caso chileno tiene a su favor haber obtenido grandes ganancias por el alza del precio del cobre en el período anterior al desencadenamiento de la crisis, las que permitieron la acumulación de importantes activos en fondos de estabilización y posee, además, un sistema financiero saneado, lo que le permite mayores defensas ante la crisis mundial que ha alcanzado a la economía real de los países, crisis ante la cual Chile no es inmune ni está blindado. La Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (CEPAL), a través de su secretaria ejecutiva, Alicia Barcena, ha alarmado a la región sobre los potenciales efectos de la crisis, al tiempo que ha insistido en la necesidad de una articulación conjunta dado que el carácter global de la crisis implica una rápida propagación mundial de sus consecuencias, pero así también, “ningún país puede salir por sí sólo de ella”19. En efecto, la recesión global, unida a la disminución del comercio global, se encuentra afectando de gran manera los precios de los productos básicos. CEPAL estima que la caída del intercambio comercial de la región podría caer hasta en un 15% durante 2009, siendo su efecto mayor para los países exportadores de hidrocarburos, como es el caso de Venezuela, y de metales, entre los que se encuentra Chile20. Por otra parte, CEPAL llama la atención sobre la desaceleración de los flujos de inversión extranjera directa, lo que tendría un efecto negativo sobre la demanda. La importancia de estos flujos se encuentra sobre todo en países de Centroamérica y el Caribe, dada la relevancia que tienen para los PIB nacionales. En Sudamérica, los países más afectados por esta variable serían Chile, Colombia y Perú. Las repercusiones serían en diversos ámbitos. El aumento del desempleo (en Santiago la última cifra a este respecto entregada por la Universidad de Chile, alcanza al es de 12,8%21) es ya una realidad en la región y CEPAL estima que para el conjunto de países la tasa llegará a cerca del 9% este año22. El caso de Brasil es 19 Barcena, Alicia, “La actual crisis económica mundial: oportunidades y desafíos para el desarrollo de América Latina”, Comisión Económica para América Latina (CEPAL). URL disponible en: http://www.eclac.cl/noticias/paginas/8/33638/ClaseMagistral_UCH-2agosto2009.pdf. Consultado el 28 de agosto de 2009. 20 Ver Ibídem. 21 Fuente: Departamento de Economía Universidad de Chile. Esta es la mayor tasa de desempleo que se registra desde septiembre de 2003 y equivale a 363.900 personas desocupadas. URL disponible en: http://econ.uchile.cl/public/newDetalleNoticia.aspx?IdArea=1&RowId=1. Consultado el 28 de agosto de 2009. 22 Barcena, Alicia, op. cit. 11 sintomático puesto que ya alcanzó esta cifra como país en el mes de marzo23. Chile acaba de llegar al 9,2%, el mayor nivel de desempleo en cinco años24. Esta situación conlleva una serie de interrogantes sobre cuáles son las medidas que se están tomando por los gobiernos a fin de evitar el empobrecimiento masivo de sus poblaciones. La gobernabilidad de las democracias latinoamericanas depende en gran medida de la capacidad que tengan los Estados para evitar traspasar los costos a sus ciudadanos. En el caso de Chile, el gobierno de Michelle Bachelet ha tomado varias medidas para enfrentar la crisis las que, sin modificar el modelo de desarrollo, incorporan importantes medidas de política fiscal, las que, no obstante, no alterarán la dependencia que tiene el país respecto al destino de las grandes potencias. Más particularmente, La crisis es un tema que se ha asumido con fuerza en varios ámbitos como: la política monetaria y financiera (licitación de recursos del fisco en dólares para la banca local; disminución de la tasa de interés de política monetaria de 8,25% a 2,25% entre enero y marzo, entre otros), la política fiscal (crecimiento del gasto social de un 7,8%; crecimiento del gasto en infraestructura de un 8,8%; bonos por carga familiar, entre otros), junto a políticas sectoriales como apoyo a las PYMES y políticas laborales y sociales, sobre todo en materia de planes de empleo.25 Conclusiones La actual crisis económica internacional obliga a los países a repensar el modelo de desarrollo imperante y abre nuevos debates acerca de la situación crítica que enfrentan los países deudores, a quienes las crisis afectan de manera más aguda por su alta dependencia del crédito internacional. Ahora bien, Chile ha logrado estabilizar, e incluso disminuir, en el último tiempo la Deuda Externa contraída por el sector público. En gran media aquello se debe a los años de alza del precio del cobre, previos a la crisis financiera internacional, que permitieron mantener estables los compromisos adquiridos. Distinto es el caso del sector privado, que manifiesta una constante alza en el endeudamiento, lo que puede traer consecuencias futuras para la economía en cuanto esta se fundamenta en la inversión de capitales. Finalmente, cabe decir que los tiempos de crisis pueden ser de gran utilidad para replantear fórmulas que antes se creían inamovibles. Si bien Chile no tiene una deuda externa preocupante como la de otros países de la región, si debiera interesarse por las propuestas políticas y económicas de estos, dado que nuestro 23 América Economía, 24 de agosto de 2009. URL disponible en: http://www.americaeconomia.com/257380-Tasa-de-desempleo-en-Brasil-sube-a-9-en-marzo.note.aspx. Consultado el 27 de agosto de 2009. 24 La Tercera, 30 de agosto de 2009. URL disponible en: http://www.latercera.com/contenido/655_123667_9.shtml. Consultado el 30 de agosto de 2009. 25 Un detalle pormenorizado de las medidas tomadas por el gobierno chileno se encuentran en CEPAL, “La reacción de los gobiernos de las Américas frente a la crisis internacional: una presentación sintética de las medidas de política anunciadas hasta el 31 de marzo de 2009”, pp. 14-16. URL disponible en: http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/35768/2009-192-LareacciondelosgobiernosdelasAmericaspos31marzo2009.pdf. Consultado el 28 de agosto de 2009. 12 país es un caso especial de apertura económica y cualquier decisión regional puede incidir de manera importante en la economía nacional. Bibliografía 1. Amin, Samir, “Más allá del capitalismo senil”, Paidós, Buenos Aires, 2003. 2. Barcena, Alicia, “La actual crisis económica mundial: oportunidades y desafíos para el desarrollo de América Latina”, Comisión Económica para América Latina (CEPAL). URL disponible en: http://www.eclac.cl/noticias/paginas/8/33638/ClaseMagistral_UCH2abril2009.pdf. 3. Bello, Walden, “La economía mundial es como un submarino que, tocado, se halla en rápida caída hacia zonas abisales, y las consecuencias para el Sur serán devastadoras”, en Revista Sin Permiso. URL disponible en: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2445. 4. Banco Central de Chile, “Deuda externa de Chile 2007”, p.7. URL disponible en: http://www.bcentral.cl/publicaciones/estadisticas/sectorexterno/pdf/deudaexterna2007.pdf. 5. CEPAL, “La reacción de los gobiernos de las Américas frente a la crisis internacional: una presentación sintética de las medidas de política anunciadas hasta el 31 de marzo de 2009”. URL disponible en: http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/35768/2009-192LareacciondelosgobiernosdelasAmericas-pos31marzo2009.pdf. 6. Departamento de Economía Universidad de Chile. URL disponible en: http://econ.uchile.cl/public/newDetalleNoticia.aspx?IdArea=1&RowId=1. 7. Faletto, Enzo; Cardozo, Fernando, Dependencia y Desarrollo en América Latina, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1996. 8. Fazio, Hugo en EE.UU., centro de las crisis globales, Lom Ediciones, Santiago, 2008. 9. Fondo Monetario Internacional, “Introducción de perspectivas de la economía mundial e informe sobre la estabilidad financiera regional”, abril de 2009. URL disponible en: http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2009/01/pdf/texts.pdf. 10. Gemines Consultores, “Deuda externa de Chile: Evolución de corto y largo plazo”, Tema Especial Nº 256, enero de 2002. URL disponible en: http://www.gemines.cl/p4_gemines/antialone.html?page=http://www.gemin es.cl/p4_gemines/site/artic/20031028/pags/20031028174901.html. 13 11. Ministerio de Hacienda, “Informe de estadísticas de la deuda pública”, Gobierno de Chile, p. 7. URL disponible en: http://www.hacienda.cl/oficina_deuda/informes_estadisticas.php. 12. Schatan, Jacobo, “El saqueo de América Latina”, Lom Ediciones, Santiago, 1998. 13. Serulle, José; Jacqueline Boin, “Fondo Monetario Internacional: Deuda externa y crisis mundial”, IEPALA, Madrid, 1984.