Estrategia de vinculación internacional de las Entidades Políticas

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 Estrategia de vinculación internacional de las Entidades Políticas Subestatales La Cooperación Descentralizada para el desarrollo local Pablo Casals* *e‐mail: [email protected] Dirección de Relaciones Internacionales Subsecretaría del COPADE Rivadavia 42 - 5º Piso - CP Q8300 HOV Teléfono: 00 54 299 448-5113 Ministerio de Gobierno, Educación y Cultura Pcia. del Neuquén
Estrategia de vinculación internacional de las Entidades Políticas Subestatales La Cooperación Descentralizada para el desarrollo local Pablo Casals Dirección de Relaciones Internacionales de la Subsecretaría del COPADE Resumen: Este trabajo se propone establecer un análisis no exhaustivo sobre la construcción de estrategias de vinculación de las entidades políticas subestatales (provincia y municipios) a partir de su creciente participación en el escenario internacional. La cooperación descentralizada es analizada desde una perspectiva amplia, que la incluye como una dimensión más de la acción internacional de los gobiernos locales para la generación de desarrollo endógeno. Palabras clave: Cooperación descentralizada, desarrollo local, gestión de proyectos, financiamiento. Sumario: 1. Contexto internacional para la acción de las Entidades Políticas Subestatales. 2. Aspectos Jurídicos sobre el accionar internacional. 3. Cooperación Internacional. Del sistema clásico hacia las concepciones más recientes de cooperación al desarrollo. 4. Las Entidades Políticas Subestatales en la Cooperación al Desarrollo. La Cooperación Descentralizada. 4.1. Modalidades, prácticas e instrumentos de cooperación. 4.2. Ámbitos y prioridades temáticas de la cooperación 4.3. Actores y roles de la cooperación descentralizada. 4.4. Instrumentos de la cooperación descentralizada. 4.5. Formas de colaboración. 4.6. Modelos de relación entre las entidades descentralizadas. 5. De la estrategia de Cooperación a los proyectos. 5.1. Elementos de un marco de cooperación internacional (demanda y oferta de cooperación internacional. 5.2. Identificación y priorización de necesidades de cooperación internacional (demanda). 5.3. Identificación de los canales para la cooperación internacional (oferta). 6. Formulación y Gestión de proyectos 7. Financiamiento (de la idea a la acción concreta). 8. Conclusión 9. Anexos 9.1. Diferencias entre hermanamientos y acuerdos de cooperación. 9.2. Pasos propuestos por la Cancillería Argentina para la realización de un Hermanamiento. 9.3. Modalidades de participación ciudadana. 1. Contexto internacional para la acción de las Entidades Políticas Subestatales: Desde fines del siglo XX se ha hecho notorio el aumento de protagonismo que las entidades políticas subestatales han ido incorporando a partir una modificación cualitativa del sistema internacional, caracterizada por una participación mayor de actores distintos a los Estados Nacionales, un variedad en los temas de las agendas, especialmente económicos, sociales y medioambientales (no exclusivas en temas militares y de seguridad), una creciente descentralización de los Estados Centrales hacia sus unidades componentes como así también hacia instancias supranacionales, con el correspondiente aumento de los flujos de las relaciones internacionales y una cada vez mas angosta distinción entre política exterior y doméstica (Keohane 2001). Esta nueva realidad, que suele ser considerada como enfoque global transnacional y de Interdependencia Compleja (Keohane y Nye 1977), se ha visto favorecido por el aumento de los flujos o intercambios comerciales, el avance en las telecomunicaciones y el aumento del conocimiento a través del acceso a la información. En este escenario globalizado, las entidades políticas subestatales han incorporado la capacidad de insertarse de forma inteligente en la nueva economía global, a través de la generación de relaciones con otros entornos productivos, de conocimiento, comercio, turismo, etc. atrayendo factores de competitividad como las inversiones, negocios, radicación de sedes corporativas, etc. Lo que para algunos podría denominarse como acciones de Paradiplomacia (Duchacek, 1986), implica una mayor participación de Gobiernos no centrales en las relaciones internacionales ya sea estableciendo contactos formales o informales, de forma constante en el tiempo o puntual por temas específicos, con contrapartes públicas o privadas como las Ong’s (Cornago, 2001). Otros autores en una desconstrucción del concepto, establecen opciones tales como “junta a”, “al lado de”, pero también, “divergente de”, “opuesto a” la diplomacia (Der Derian, 1987). Sin embargo, ya sea de forma esporádica o con permanencia en el tiempo, las acciones internacionales deben ser el resultado de una estrategia de vinculación internacional, es decir, una jerarquía de objetivos, medios – humanos, físicos, económicos, etc.‐ con los que los actores cuentan para iniciar una acción internacional. A su vez, esta definición de objetivos debe constituirse a partir de procesos participativos que incluyan a los distintos agentes del territorio, conformando un pacto territorial entre una ciudadanía cada vez más demandante e informada y un gobierno local cada vez mas comprometido por los impactos del contexto global. La multiplicidad de objetivos identificados en el pacto territorial (promoción del desarrollo local, mejora del desarrollo económico, mejora de la gobernabilidad, fortalecimiento institucional, etc.), deberán instrumentarse a través de distintas modalidades de actuación (cooperación técnica, política, participación en instituciones de gobierno superior, participación en redes, cooperación al desarrollo, asistencia técnica, etc.), es decir, deberán explicitarse en el marco de una estrategia de acción internacional. Aquellas entidades políticas subestatales que logren optar (de forma individual o de forma mancomunada) por una acción internacional para la búsqueda de un objetivo identificado de manera consensuada como prioritario, por cada uno de los miembros participantes (Gobierno, ciudadanía, organizaciones de la sociedad civil, etc.), podrá proyectarla al exterior ya sea a través de relaciones bilaterales con contrapartes, a través de su participación en espacios de gobernanza superiores, frente a Estados u organizaciones multilaterales, y así generar reconocimiento como una interlocutor en el escenario internacional (Orozco Pereira, 2003). 2. Aspectos Jurídicos sobre el accionar internacional ¿Cuáles son los frenos al ejercicio de la “para‐diplomacia”? La Constitución Argentina sancionada en 1853‐60, y con una reforma de 1994 vigente, establece como facultad exclusiva e indelegable del gobierno nacional ejercer las relaciones exteriores del país, a través de su Poder Ejecutivo, con intervención del Congreso. En este marco, y con vistas a canalizar las crecientes prácticas de cooperación que se verifican entre entidades subestatales y diversos actores internacionales, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Relaciones Exteriores (ambos componentes del Poder Ejecutivo Nacional) coordinan ‐a través de la aplicación de convenios creados a efectos de instrumentar acuerdos entre los múltiples actores políticos de un sistema federal con actores externos‐ la posibilidad de que entidades subestatales (gobiernos provinciales y municipales) puedan efectuar cierto tipo de acciones autónomas (por ejemplo suscripciones de convenios con ciertas entidades externas) en la medida que exista un acuerdo marco entre las partes (Estado nacional‐actor externo) que ampare tal acción. Vale decir que se vela desde el gobierno central por crear un paraguas jurídico que ampare y viabilice de un modo flexible y dinámico (evitando la intervención de actores innecesarios) acciones descentralizadas desde sus componentes gubernamentales locales. Por otro lado, se recuerda que los actores subestatales no son miembros plenos del derecho internacional. Sin embargo, poseen la facultad de crear regiones para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno federal o el crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional (art. 124 CN). A su vez, existen otros factores que inciden sobre el desenvolvimiento de los actores subestatales tales como la sintonía política con el gobierno central, que puede incentivar u obstaculizar las iniciativas de cooperación internacional. Otro factor de gran importancia es el que concierne a los recursos y capacidades (financieras, institucionales, de gestión, de recursos humanos) que las autoridades locales disponen, factor que condiciona no sólo su grado de participación, sino también la generación de acciones de desarrollo local. 3. Cooperación Internacional. Del sistema clásico hacia las concepciones más recientes de cooperación al desarrollo El sistema clásico de cooperación al desarrollo fue concebido hacia fines de la segunda guerra mundial con el propósito de establecer una plataforma de ayuda o asistencia hacia los países menos desarrollados. Esta diferenciación inicial entre países desarrollados y en vías de desarrollo explicitaba el carácter asistencial y unilateral del sistema. Por otro lado, no se contemplaban otros actores que no fueran los Estados Centrales, otorgando a la sociedad civil y al sector privado un rol prescindible. Esta concepción estatocéntrica, asistencialista y unilateral, estaba estrictamente relacionada con los paradigmas de desarrollo de aquel entonces (Desarrollismo), que asignaban al Estado Central de los países del Tercer Mundo, la responsabilidad financiera y política en la generación de desarrollo. Por otro lado, este carácter asistencialista y unilateral en la concepción de cooperación al desarrollo queda reflejado en el nombre con que se definió al organismo creado a tal efecto. La OCDE (1960) ha sido desde entonces la encargada de las cuestiones relativas a la cooperación al desarrollo a través de su denominado Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD). Durante la década de los ’80, esta modalidad establecida para la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), comenzó a ser cuestionada en virtud de sus magros resultados en cuanto a eficacia y eficiencia en el uso de los recursos y el distanciamiento entre la cooperación y el desarrollo. Particularmente, comenzaron a criticarse dos de sus puntos característicos: proyectos concebidos para ser aplicados de manera general (si es bueno para uno, es bueno para todos); y el carácter celosamente estatocéntrico de las prácticas. En los ’90 y paradójicamente mientras se comenzaba a cristalizar el reordenamiento del sistema internacional a partir del paradigma del consenso de Washington, nuevas perspectivas teóricas sobre el desarrollo hicieron su aparición. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acuño el término “desarrollo humano”; la comunidad internacional consensuó políticas comunes a través de la Declaración del Milenio y en el Consenso de Monterrey (Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, 2002) en el cuál organismos de Naciones Unidas (Banco Mundial, FMI, OMC) discutieron sobre el financiamiento al desarrollo. Las conclusiones sobre estos nuevos marcos teóricos e instancias de negociación política puso sobre el tapete la necesidad de generar iniciativas que se alejaran paulatinamente de la unilateralidad hacia la multidireccionalidad, caracterizada por una cooperación entendida como de colaboración en régimen de igualdad (aún entre desiguales) entre agentes y socios activos y no la relación lineal entre donante – receptor. Este concepción reciente sobre la cooperación al desarrollo incorporó tres principios: Interés mutuo, para la solución de problemas comunes y en algunos casos hasta de beneficio mutuo; la complementariedad de las acciones de cooperación y los esfuerzos locales de desarrollo (cooperación descentralizada para proyectos de desarrollo local); y la participación activa de los implicados en la acción de cooperación, tendiente a lograr eficiencia, eficacia, apropiación de los resultados de la misma (gobierno local, sector privado y sociedad civil). Estos tres principios (interés mutuo, complementariedad y participación) implicaron la necesidad de articular nuevos instrumentos. Además de la ya clásica transferencia de recursos (propia de la perspectiva desarrollista de cooperación al desarrollo – OCDE), se incorporaron la asistencia técnica, la transferencia de tecnología, la formación de recursos humanos, el refuerzo de capacidades y el desarrollo institucional, el intercambio de experiencias (todas formas de interacción de la cooperación descentralizada), etc. Por otro lado, esta nueva concepción del desarrollo revalorizó el rol del Estado en todos sus niveles; incluyó al sector privado (relaciones público‐privadas) y sobre todo a la sociedad civil (tercer principio participativo). Es en este contexto en el cuál surge la Cooperación Descentralizada. Ayuda al Desarrollo
Naturaleza
Instrumentos
-
Actores
Unidireccional Transferencia de recursos (subvenciones a fondo perdido o donaciones sin contraprestación) Instancias del Gobierno central
(Estatocentrismo)
Cooperación al Desarrollo
-
Multidireccional Asistencia técnica -
Transferencia de Tecnología
Formación de recursos
humanos
Refuerzo de capacidades
Desarrollo institucional
Intercambio de experiencias
El Estados en todos sus
niveles
El sector privado
La sociedad civil
-
4. Las Entidades Políticas Subestatales en la Cooperación al Desarrollo. La Cooperación Descentralizada. En la actualidad, la redefinición de los marcos teóricos sobre la cooperación internacional, interpretaciones del desarrollo, complejidad de las relaciones internacionales, descentralización, globalización y regionalización han revalorizado el rol de los gobiernos locales en el escenario internacional. De estar subsumidos en la acción de los Estados Centrales, en tanto, catalizadores de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), han pasado a tener una mayor implicación como beneficiarios de iniciativas de cooperación. Esta nuevo rol los proyecta como promotores, líderes y protagonistas de sus propias iniciativas, dando lugar al desarrollo de las prácticas de cooperación descentralizada local. Estas nuevas prácticas no se contemplan de manera aislada, sino como complementarias de las acciones de cooperación internacional que los gobiernos locales puedan incorporar a través de la canalización de dichos recursos por los Estados Centrales (utilización de los puntos focales provinciales). Sin embargo, la ventaja de estar directamente vinculado (cooperación descentralizada), promueve una adaptación de los programas de cooperación a las necesidades y realidades locales (y no al revés); aprehender de las experiencias y sus resultados; sostenibilidad de las acciones en el tiempo; mayor participación y diálogo con los distintos agentes estratégicos del desarrollo local, y sobre todo, el desarrollo de capacidades para la generación de futuras iniciativas locales. 4.1. Modalidades, prácticas e instrumentos de cooperación Sin pretender ser exhaustivo, hay dos modalidades que se han sostenido respecto de las relaciones de cooperación descentralizada: - Gestión directa: iniciativas en el marco de relaciones de cooperación entre autoridades locales del norte y del sur, cuya gestión y ejecución es responsabilidad de los gobiernos locales involucrados (sin intermediarios). - Gestión indirecta: se realiza a través de Ong’s, mediante la subvención de proyectos de desarrollo, ya sea por convocatoria pública o por medio de convenios. Un ejemplo al respecto es la relación entre los gobiernos locales de América Latina y Europa, donde estos últimos limitan su rol al de proveedores de recursos, y las autoridades locales de América Latina no participan de la gestión de las iniciativas. A su vez, la cooperación descentralizada incluye una variedad de prácticas: -
acciones puntuales, normalmente bajo simples transferencias de recursos materiales o financieros, intercambios culturales, o ayuda humanitaria; -
proyectos, que incluyen actividades y acciones, con objetivos y plazos de cumplimiento preestablecidos; -
programas, que definen objetivos generales y líneas de intervención de más largo plazo (proyectos concretos); -
trabajo en red, que posibilita el establecimiento de prácticas de cooperación descentralizada directa y refleja a su vez, refleja la esencia horizontal, participativa y de beneficio mutuo para trabajar los temas de interés local. 4.2. Ámbitos de trabajo y prioridades temáticas de la cooperación Tradicionalmente, las relaciones de cooperación descentralizada, ya sea directa o indirecta, se enfocaban hacia la satisfacción de necesidades de infraestructura y servicios sociales básicos (salud, educación, etc.). A partir de los últimos años, y respondiendo a las nuevas concepciones del desarrollo y de la cooperación, y frente al fracaso del asistencialismo clásico, se comenzó a fomentar el ámbito de la cooperación directa basadas en los principios de multilateralidad con el propósito de: -
aprovechar el potencial de la cooperación de las administraciones territoriales: su experiencia y conocimientos sobre las temáticas que son de su competencia; -
y por otro lado, generar impactos amplios y duraderos en la ciudadanía sobre la importancia de participar en las acciones de cooperación descentralizada, para no sólo legitimar una acción, sino para aprehender de los resultados de dicha acción internacional. Ámbitos de trabajo: -
Fortalecimiento de las estructuras locales de gobierno y del poder local (fortalecimiento institucional en término de aumento de capacidades de las instituciones locales para un mejor desempeño en relación a sus objetivos, recursos financieros y humanos y al entorno en general). -
Ampliación de los espacios de participación y compromiso de los actores de la sociedad civil (apoyo para el establecimiento de mecanismos de concertación y participación ciudadana, como estigma indeleble de la cooperación descentralizada). -
Refuerzo e impulso a las políticas de desarrollo local (sustentado en la noción de desarrollo en términos cualitativos, como derivado de un crecimiento económico pero no garantizado por el mismo). -
Fomento de espacios de colaboración e intercambio mutuo de experiencias entre entidades políticas norte‐sur (comúnmente entre actores Latinoamericanos y de la Unión Europea), es decir, el trabajo en red. También la participación en instancias de gobernanza superiores, como los entes intermunicipales o las redes nacionales e internacionales, ya sean estas redes generales o temáticas. Prioridades Temáticas: -
Promoción de la cohesión social; en tanto ámbito de trabajo ideal para el desarrollo de políticas públicas locales (pacto territorial hacia un proyecto de desarrollo individual o mancomunado), -
Gobernabilidad democrática; a partir de la necesidad de contar con instituciones públicas eficientes y sobre todo participativas sobre las acciones a implementar por las autoridades locales. -
Integración regional; tanto a nivel doméstico como internacional a partir de la complementariedad para potenciar capacidad como así también para morigerar los impactos de los factores externos. 4.3. Actores y roles de la cooperación descentralizada Si bien suele denominarse con el nombre de actor, a todos quienes participan en el ámbito de la cooperación, la distinción de los roles lleva a la necesidad de definir cualitativamente a los participantes de la cooperación descentralizada. -
Actores: Son las entidades políticas subestatales (administraciones políticas territoriales por debajo de los Estados Centrales). Son las que lideran las prácticas de cooperación descentralizada local. A su vez, estos pueden ser Municipios, aglomeraciones urbanas o metropolitanas, departamentos o provincias, regiones o estados federados -
Agentes promotores: Son aquellos que sin liderar la acción de cooperación descentralizada, la promueven a partir de su apoyo técnico y/o financiero. Las asociaciones de poderes locales/regionales (Entes intermunicipales); los Gobiernos Centrales (Nacional) que ofrecen el marco para la implementación de programas de cooperación tales como los programas del PNUD (Ej. ODM); los Gobiernos Provinciales (apoyo técnico y financiero, acompañamiento, etc. de las distintas áreas de la administración pública, ej. el COPADE); y los Organismos Internacionales que si bien han trabajado de manera indirecta con los Gobiernos locales, han comenzado a apoyar la cooperación descentralizada (Comisión Europea, Banco Muncial, Naciones Unidas, etc.). -
Otros agentes: La sociedad civil y el sector privado, eslabones indispensables del nuevo escenario de la cooperación descentralizada, revalorizados a partir de los cambios contextuales de fines de siglo XX (Ong’s, Universidades, Asoc. de empresarios, de profesionales, sindicatos, fundaciones, etc.). 4.4. Instrumentos de la cooperación descentralizada Históricamente, los instrumentos mas desarrollados han sido los hermanamientos y los acuerdos de cooperación (convenios). Estos dos instrumentos precursores conforman el marco jurídico institucional donde se ubican las acciones concretas, es decir son formas vacías sobre las que se vuelca el contenido de los proyectos que dos Gobiernos locales deciden llevar adelante. Esta modalidad de vinculación internacional preponderantemente entre Europa y Latinoamérica data de los años posteriores a la II Guerra Mundial, período en que comenzaron a estimularse las relaciones entre localidades colindantes de Francia y Alemania, tendiente a modificar la histórica concepción mutua de enemigos hereditarios. El conocimiento, la solidaridad y la cooperación mutua, fueron elementos indispensables para la reconstrucción europea. Posteriormente se fue replicando en otros países hasta conformarse en uno de los instrumentos más usados entre Europa y Latinoamérica. ¿Cuáles son las motivaciones de la constitución de hermanamientos entre gobiernos locales de ambos continentes? Uno de los motivos más fuertes ha sido el vínculo histórico. El ejemplo claro es el vínculo entre los gobiernos españoles y los hispano‐hablantes de América Latina. Por otro lado, los gobiernos locales lusitanos con los gobiernos locales brasileños; los movimientos migratorios sobre todo desde fines del siglo XIX, han profundizado las relaciones entre ambos continentes, siendo posible identificar características culturales y políticas comunes, como así también asentamientos (colonias) de inmigrantes en nuestro país que tienen una fuerte vinculación con sus congéneres europeos como es el caso de la localidad de Pigue en la provincia de Buenos Aires con la región de Aveyron en Francia (Cafiero, Ana; Dirección General de Cooperación Internacional de la Cancillería Argentina). Por otro lado, los acuerdos o convenios pueden tener como objetivo la capacitación de la administración municipal y la mejora de algunos servicios. El convenio se presenta así como otra eficaz fórmula de ayuda, con un claro horizonte temporal. Algunas municipalidades comienzan a inclinarse por esta fórmula de cooperación, más adecuada a sus necesidades. En todo caso, el Convenio de cooperación intermunicipal es eficaz cuando reúne a socios con un cierto grado de desarrollo tecnológico y capacidad de gestión; por ello, se presenta como una figura idónea para el intercambio entre municipios de tamaño grande. Además de estos dos instrumentos, se han generado otros a partir de la reformulación teórica e institucional de principios de la década de los noventa. Estos instrumentos son: -
Voluntariado: Para Naciones Unidas el voluntariado es el joven o adulto que debido a su interés personal y su espíritu cívico, dedica parte de su tiempo, sin remuneración alguna, a diversas formas de actividad de bienestar social o en otros campos. Si bien el voluntariado de la sociedad civil sigue su propia lógica, puede vincularse a programas o acciones coordinadas por los gobiernos locales. De esta forma, se amplía la participación ciudadana y se concientiza a la ciudadanía sobre temas de la agenda global y su incidencia en las localidades (protección del medio ambiente, uso racional de la energía, etc.). -
Intercambio Técnico: suelen enmarcarse dentro de los acuerdos de cooperación o hermanamientos con el propósito de transferir conocimientos, información y técnicas de gestión de una actividad, ya sea política, social, económica, cultural, productiva, etc. A diferencia de la “asistencia técnica”, el intercambio asume que la relación se da jerárquicamente entre iguales (por mas que inicialmente se parta de una situación cognoscitiva desigual). El programa URB‐AL es un ejemplo de iniciativas de intercambio técnico entre técnicos de ambos continentes. -
Trabajo en red: A diferencia de los anteriores instrumentos, el trabajo en red implica un salto no sólo cuantitativo (de bilateral a multilateral) sino cualitativo en el marco de la cooperación descentralizada. Posibilitan la interacción entre actores con un alcance geográfico global, permiten el acceso a la información, posibilitan el intercambio de experiencias, el descubrimiento de objetivos diversos, y sobre todo el la ausencia de un mando central, el cuál no implica la anomia, sino la relación horizontal entre sus miembros (la cuál no implica por otro lado, la ausencia de roles y responsabilidades). Actualmente, existen redes regionales de ciudades (Mercociudades, Eurociudades) y globales como Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). 4.5. Formas de colaboración. Al igual que los puntos anteriores, no se pretende ser exhaustivo, sino simplemente orientar las formas de intervenir, las cuáles están incididas por algunos de los siguientes factores: Horizonte temporal: la acción puede ser puntual para un proyecto o programa determinado o a largo plazo para crear espacios de trabajo conjuntos (las redes o los foros). Ámbito de actuación: se puede orientar la acción hacia un sector (convenio con contraparte sobre algún aspecto vinculado a la cultura o intercambio técnico para el proceso productivo) o territorial (un hermanamiento que abre la posibilidad de establecer una relación de dimensiones económicas, sociales, políticas, culturales, las cuáles deben instrumentarse). Actores implicados: según el número, puede ser una relación bilateral de cooperación o multilateral como es el ejemplo del trabajo en redes. A su vez y relacionado con el concepto de gobernanza, puede incluir actores supralocales (otros niveles de administración como la Provincia o Nación) o entre homólogos (ciudad a ciudad, provincia a provincia, etc.). Objetivos de colaboración: establecer una relación a largo plazo que devenga en futuros acuerdos específicos sobre decisiones establecidas de común acuerdo entre las partes, o acciones enfocadas en un proyecto específico. Nivel de compromiso y dedicación de recursos: alude a las distintas posibilidades de relación que pueden darse en ese continuo entre la relación anecdótica por su carácter esporádico o una relación a largo plazo, que se sustenta sobre un análisis de las características de la localidad, participativamente identificadas, y legitimadas por la sociedad civil y el gobierno local en un proyecto de desarrollo a largo plazo. 4.6. Modelos de relación entre las entidades descentralizadas: Intervenciones concretas: las relaciones puntuales ciudad a ciudad o de región a región, para la realización de un proyecto (que también puede derivarse del trabajo en red). Relaciones duraderas: como se dijo anteriormente, se va vía la fórmula del hermanamiento o del convenio de cooperación (pero de larga duración). Redes: la asociación de una multiplicidad de actores para el trabajo específico en un tema o generales (constitución geográfica o sectorial), regional o global. Alianzas y acciones estratégicas: se generan en semejanza con los acuerdos que incluyen a varios actores, pero está pensada en términos de incidencia en cuestiones políticas. Es decir, pensadas para generar lobby sobre aspectos de importancia para las partes que se negocien en agendas nacionales, regionales, etc. Instancias coordinadoras: fondos, federaciones, uniones, etc. creadas como entidad paraguas para la consecución de objetivos comunes, a través del acceso a la información o la relación con otros agentes gracias a la articulación y representación de intereses compartidos. Si bien se ha hecho una distinción entres las alternativas posibles, las relaciones de cooperación deben entenderse en un continuo entre la relación anecdótica y la relación de colaboración integral como ideal posible Relación esporádica (anecdótica) Relación de colaboración integral Mínimo compromiso Alto compromiso Autonomía en las decisiones Pérdida de soberanía a favor del conjunto (refiere a los procesos de integración política que requieren de una cesión de facultades de las unidades componentes). 5. De la estrategia de Cooperación a los proyectos (demanda y oferta de cooperación internacional). ¿Que significa tener una estrategia de cooperación internacional? A los fines de este trabajo, el interés de este punto es brindar algunas pautas a tener en cuenta antes de iniciar acciones de vinculación internacional que signifiquen comprometer recursos escasos con que cuentan tanto la provincia como así también sus municipios y comunas. Una estrategia de cooperación descentralizada, es el resultado de una serie de pasos anteriores que deben tenerse en cuenta. Esos pasos significan concebir a la cooperación internacional como si fuera una política pública. Para dicho efecto, y de manera no exhaustiva, se requiere atravesar por las siguientes etapas: Voluntad y decisión política: sensibilización de las autoridades políticas sobre la necesidad, relevancia y potencialidad de la proyección internacional del territorio y su consecuente decisión política de avanzar en dicha dirección. Análisis de necesidades y de potencialidades: se realiza un análisis de necesidades locales y se ponen en marcha mecanismos para el intercambio de información y la identificación de experiencias interesantes. Definición de líneas de intervención: se definen y priorizan líneas de intervención acordes con el nivel de capacidades y las posibilidades identificadas en el entorno. Institucionalización y creación de una estructura: se institucionaliza progresivamente la política de relación internacional a través de la creación de una estructura básica de gestión (secretaría, oficina, etc.) Articulación de la participación ciudadana: se crean mecanismos para la participación de la ciudadanía. Creación de equipo responsable de la gestión de las relaciones internacionales: creación de un equipo capacitado para la ejecución e implementación de las acciones de relaciones internacionales. Elaboración y ejecución de planes de trabajo: se definen y elaboran planes de trabajo y se institucionalizan los procedimientos, acordes con el quehacer internacional. Seguimiento y evaluación: se hace un seguimiento y se realizan los ajustes en caso de ser necesarios. Se evalúan sistemáticamente las acciones y los resultados se utilizan para retroalimentar los procesos emprendidos. 5.1. Elementos de un marco estratégico de cooperación internacional La cooperación descentralizada debe ser entendida como una herramienta más en el accionar internacional de las provincias y municipios. Estos gobiernos subestatales deben supeditar dicha herramienta a objetivos de desarrollo local, superando los enfoques tradicionales de la cooperación internacional, los cuáles implicaban adaptar los proyectos locales a los condicionamientos de los organismos internacionales. Desde las perspectivas del “desarrollo humano”, y la revalorización del estado en todos sus niveles, los actores locales disponen de herramientas para una inserción coherente e inteligente en el escenario internacional, como un medio para la generación endógena del desarrollo. Es por eso que cobra significado la importancia de elaboración de una estrategia de cooperación internacional, la cuál debe contemplar la multiplicidad de actores locales que intervienen y orientar los esfuerzos de los gobiernos locales hacia la consecución de objetivos identificados como prioritarios para la consecución del desarrollo local. 5.2. Identificación y priorización de necesidades de cooperación internacional (demanda). Este punto implica ni más ni menos que la construcción de la demanda de cooperación internacional, realidad que sólo es posible a partir de los procesos de descentralización político‐
administrativa que han tenido los gobiernos locales a partir de la reforma de la constitución del ’94 y por otro lado, la creciente participación de sectores como la sociedad civil y el sector privado. Demuestra una diferencia cualitativa en la ontología de la cooperación descentralizada. Ya no se está a la “caza” de programas de cooperación internacional, como ha sido históricamente determinado en las relaciones norte‐sur, sino que los miembros intervinientes, además de estar abiertos a la oferta de cooperación internacional (como puntos focales de las Cancillerías) agregan un factor adicional de gran importancia, el cuál orienta dicha oferta, pero supeditada a las necesidades identificadas como prioritarias por los gobiernos locales. Este paso es indispensable para ir hacia la búsqueda de una inserción inteligente en el escenario internacional. Como fue esbozado en otros acápites de este trabajo, el desarrollo local es catalizado a través del proceso participativo. La movilización de la ciudadanía es un proceso de arduo trabajo, y que si no deriva en resultados concretos, puede conducir a la apatía y por ende dinamitar proyectos cuyos resultados requieren del acompañamiento de la sociedad sostenido en el tiempo. Es así como para la “construcción de la demanda de cooperación”, es necesario: -
Adquirir el compromiso político en el marco jurídico/normativo existente (decreto, ley, ordenanza, etc.) que demuestre la orientación del ejecutivo en ir hacia dicha dirección. -
Identificación de las necesidades del gobierno local y definición de estrategias (planificación estratégica). En este caso es aprovechable toda la bibliografía con que se cuente (Bancos de información), sobre cuál ha sido el devenir histórico de las localidades, ya sea a partir de perfiles productivos determinados por factores de crecimiento económico exógeno o no. Por otro lado, las necesidades pueden orientarse hacia la potenciación de recursos locales sean estos naturales, culturales, sociales, deportivos, económicos, etc. Los planes estratégicos de algunas localidades pueden servir como orientativos. Es importante diferenciar, los marcos teóricos que los han precedido (Desarrollismo, Neoliberalismo), ya que los mismos han determinado acciones que han tenido su impacto en el territorio. Han sido lineales, ortodoxos y basados en el crecimiento de la economía como sinónimo de desarrollo. La identificación de las necesidades debe asumirse desde los marcos teóricos del “desarrollo a escala humana” (PNUD), y con la participación necesaria de la ciudadanía y el sector privado (estigma indeleble de la cooperación descentralizada). -
Articulación de la participación ciudadana (en tanto sostén legitimador de la acción política). Es muy fácil advertir la diáspora de acciones que se han propuesto a lo largo de la historia de los gobiernos locales (tanto el provincial como el municipal) y que no han tenido su consecución en el tiempo (excepto aquellos que han sido determinados por los factores de crecimiento económico exógenos = Cutral‐Co/Plaza Huincul). En parte, el famoso “borrón y cuenta nueva” derivado de la alternancia política ha impedido que determinadas políticas públicas se continúen en el tiempo. Una solución (no entendida como la variable independiente pero si como una de ellas) es movilizar a la ciudadanía a través de la participación para que legitime dichas políticas públicas, y así comprometer su continuidad, en la alternancia del poder político, a través de la inclusión en la agenda del futuro gobierno (ver anexo sobre modalidades de participación). -
Presupuesto y estructura de gestión (es indispensable confirmar la decisión política con su respectiva asignación presupuestaria). O redefinición en el aparato estatal de áreas que puedan ser utilizadas para tal efecto (pensando en un uso eficiente de los recursos escasos), es decir, no agrandar el aparato estatal, sobre todo en aquellos gobiernos cuyas finanzas están más que comprometidas. Sin embargo, no puede no haber un espacio en la estructura de gobierno que gestione las acciones de relaciones internacionales (identificar, ejecutar y dar seguimiento sobre todo a las acciones seleccionadas). Si bien hay gobiernos locales que no podrían costear poner en marcha una acción internacional, el Gobierno Provincial a través de organismos tales como la Subsecretaría del COPADE, podría brindar la plataforma para la construcción de estrategias de acción internacional, elaborando y/o capacitando a los gobiernos locales. 5.3. Identificación de los canales para la cooperación internacional (oferta). La búsqueda de los canales mas apropiados para la generación de acciones internacionales sólo debe establecerse una vez definida la “demanda” de necesidades de desarrollo local a través de una estrategia de vinculación internacional. Sino, se estaría adoptando los mismos parámetros que rigen en la concepción tradicional de la cooperación internacional (a la “caza” de cooperación, no sustentada en estrategias de desarrollo, que generalmente se discontinúan con la alternancia del poder político o la falta de respaldo de la ciudadanía). La oferta internacional se compone de varias vías que no necesariamente son excluyentes unas de otras. Sin embargo, cada una establece sus propios criterios para el otorgamiento de financiamiento. De más está decir, que el financiamiento, no es la única forma de cooperación internacional descentralizada, sino una de ellas. -
Vías Multilaterales: como su palabra lo indica, estas iniciativas han sido históricamente constituidas por los estados centrales (Unión Europea, Naciones Unidas, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc.). Todas ellas, a partir de la redefinición del concepto de desarrollo, y del incipiente proceso de descentralización política administrativa y funcional, han comenzado a poner una atención creciente en el desarrollo local, la participación ciudadana (incluida las ONG’s), la gobernabilidad (en tanto articulador de las demandas sociales), la economía, etc. Toda la información sobre estas vías está disponible a través de internet. Debe evitarse: readecuar el proyecto a los requerimientos de estas plataformas multilaterales (analizar las modalidades a partir de las prioridades locales identificadas); cazar financiamiento. -
Vías bilaterales: (agencias nacionales GTZ, AECID, DFID, SIDA, etc.) Como se estableció anteriormente, las vías bilaterales entre dos gobiernos locales o regionales (en alusión a la relación entre provincias) pueden establecerse a través de proyectos conjuntos (Convenios específicos), Hermanamientos, el trabajo en Redes, alianzas, y la participación en instancias de gobernanza multinivel (instancias superiores de coordinación como el Mercociudades). Cada una de estas requiere de una selección cuidadosa de la contraparte y de desarrollar la relación a partir de la construcción de la misma bajo la lógica de suma positiva. 6. Formulación y Gestión de proyectos En este acápite no se pretende más que bosquejar una de entre una miríada de alternativas para la formulación y la gestión de proyectos. Cada organismo, ya sea multilateral o bilateral, establece sus propios criterios para la formulación de proyectos, algunos de gran complejidad como los del Banco Mundial. Estos párrafos tienen la intención de poner sobre el tapete, las distintas etapas por las cuáles se debe atravesar una idea hasta cristalizarse en un proyecto. Para esta selección, se analizaron distintos manuales, todos los cuáles se encuentran disponibles en internet. 6.1. ¿Qué es la gestión del ciclo del proyecto? Por ciclo de proyecto, se entiende a todas las etapas por las que atraviesa un proyecto desde su génesis como idea hasta su evaluación. Mas allá de su financiamiento posterior (sea a través de plataformas de cooperación multilateral, bilateral, no gubernamental (cooperación descentralizada indirecta) o descentralizada (directa, ciudad a ciudad, provincia a provincia), las etapas de un ciclo de proyecto son las siguientes: 1. Identificación: sirve para analizar y priorizar las necesidades y recursos propios y disponibles. Se debe realizar con los beneficiarios del proyecto y sus principales actores (gobierno local con el sector si el proyecto es sectorial o con la comunidad en general si el proyecto está encuadrado en una estrategia general). A su vez, sirve para medir las potencialidades del conjunto (actores y recursos). 2. Diseño/formulación: en el diseño, se toma en cuenta la información del paso anterior para definir cuál va a ser el alcance del proyecto y sus contenidos. En esta etapa se establecen los objetivos (generales y específicos), los resultados esperados, los recursos a implementar (medios e instrumentos), los procedimientos (técnicas y métodos), el calendario de ejecución (marco lógico), la distribución de tareas y como se va a realizar el seguimiento y su evaluación. 3. Instrucción: en este paso, el proyecto formulado se pone a evaluación de las instituciones involucradas (municipales, provinciales y nacionales). Es de recordar, que según establece la Cancillería Argentina, un proyecto debe ser puesto a su consideración para evaluar su incidencia en términos de política exterior o del presupuesto nacional (art. 124 de la Constitución Nacional). 4. Ejecución: es la puesta en marcha del mismo. Cabe destacar, que entre la presentación del proyecto y la posterior adjudicación de los recursos para el mismo, transcurre un período de tiempo que implica que el calendario deba ser reajustado como así también las otras etapas del proyecto en sí (reactualización de los costos de las distintas etapas). 5. Seguimiento: es indispensable para que tenga un funcionamiento correcto. Por otro lado, es necesario hacer una salvedad en esta etapa, característica de la cooperación descentralizada y es considerar al seguimiento de manera auto evaluativa por parte del equipo de gestión del proyecto. Los controles externos (inspecciones) suelen generar desconfianza, y contraste con el valor agregado de los proyectos de cooperación descentralizada, los cuáles se caracterizan por las relaciones de suma positiva sostenidas durante el tiempo. 6. Evaluación: en este punto, se evalúan los resultados a partir de los resultados obtenidos, cotejando con los objetivos propuestos, las necesidades cubiertas, la participación de los intervinientes, la correcta implementación de los recursos, etc. Aún las vías de financiamiento para la cooperación descentralizada se rigen por los criterios de calidad del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (relevancia, eficacia, eficiencia, impacto y viabilidad) y su vinculación con la estrategia local al amparo de los principios de la cooperación descentralizada. 7. Financiamiento (de la idea a la acción concreta). Como se detalló en el apartado sobre la oferta de cooperación internacional, cada organismo, ya sea multilateral o bilateral cuenta con sus propios procedimientos, requisitos, calendario y prioridades para la financiación de proyectos (disponibles en internet). Por otro lado, en el marco de la cooperación descentralizada, hay que recordar que lejos de ajustarse a las condiciones del donante, un buen proyecto debería derivar de las necesidades locales (construcción de la demanda). La síntesis de esta dialéctica es la mejor herramienta para el desarrollo local y es la construcción conjunta entre donante y receptor pero en términos de socios de un proyecto de desarrollo local. Esta construcción del proyecto en términos de socios es lo que suele denominarse como cofinanciamiento el cuál implica que el proyecto debe contar con financiamiento y aportes del parte del beneficiario (esto asegura su compromiso a lo largo del proyecto cuya finalidad es mejorar/solucionar una problemática que mejora las capacidades del público objetivo =sector y/o comunidad). De esta manera, se garantiza la responsabilidad y compromiso de ambas partes. Las formas más comunes de obtener apoyo para un proyecto son: -
Aportes en dinero (donativo no reembolsable o préstamo) -
Asistencia técnica (consultores, expertos, o formación y capacitación) Principales usos de la Transferencia de equipos y materiales para acciones Coop. Descentralizada. -
concretas; apoyo para organización publicaciones, seminarios, etc. de eventos, En el marco para la financiación de proyectos de desarrollo local, en el marco de la cooperación descentralizada, mas allá de las vías de financiamiento multilaterales y bilaterales, se encuentran las líneas horizontales o temáticas las cuáles se encuentran abiertas para financiar acciones de gobiernos locales en fortalecimiento institucional, desarrollo de recursos humanos y técnicos, desarrollo local y urbano, apoyo metodológico, etc. Estas líneas se encuentran en el marco de políticas de la Unión Europea. Otras instancias para el financiamiento es a través de la Ayuda Oficial al Desarrollo (del CAD de la OCDE), la cuál se puede canalizar ya sea de manera bilateral o multilateral (organismos internacionales). En términos bilaterales, cada país al igual que los organismos internacionales establecen sus prioridades de financiamiento, zonas geográficas, áreas temáticas, etc. Un punto importante para el financiamiento de proyectos de desarrollo local es la participación del sector privado. El gobierno local no debe mirar el exterior exclusivamente, sino que a través de la estrategia de desarrollo loca, puede incluir al sector privado para el financiamiento de proyectos cuyos resultados repercutan de manera positiva para todas las partes. En el caso de los municipios pequeños, el trabajo mancomunado puede permitir unir fuerzas para la implementación de proyectos de desarrollo local en términos geográficos inclusivos, mas allá de las delimitaciones territoriales políticas, y basadas en la solución de problemas identificados como prioritarios para la región, o de potenciación de factores de crecimiento económico para la generación de empleo. La misma construcción de una estrategia de demanda (vinculación internacional) refuerza las capacidades si la misma es establecida entre comunidades de municipios que coinciden en la potenciación de determinados recursos (ejemplo los perfiles productivos turísticos en su participación en redes de turismo regionales/internacionales) o en la solución a problemas cuyas consecuencias repercuten directamente (el caso de la solución al problema del tránsito en el aglomerado urbano del Alto Valle de Río Negro y Neuquén). 8. Conclusión: El motivo de este trabajo ha sido plantear el reto interesante de contemplar la dimensión de actuación internacional desde la mirada de los gobiernos locales. A tal efecto, la cooperación descentralizada es una de las tantas herramientas disponibles, es decir, un medio para un fin, el que transcurre desde el proyectar a una localidad o mancomunidad de localidades o a la provincia como un interlocutor en el escenario internacional. Esta alternativa de actuación, que desde ámbitos teóricos se ha denominado como gobernanza multinivel, aporta la posibilidad de interactuar con contrapartes en instancias horizontales o verticales, desde la posición conjunta de objetivos estratégicos. Como ya fuera establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas (1986), el desarrollo es concebido como un derecho inalienable en el cuál todos los “pueblos” están capacitados para participar en un “desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente los derechos humanos y las libertades fundamentales para contribuir a ese desarrollo y disfrutar de él” (Declaración sobre el derecho al desarrollo, artículo 1.1). Esta declaración cimenta el carácter relacional que la cooperación descentralizada debe tener respecto al Desarrollo local. Como resultado de esta interacción dialéctica debe promoverse la construcción y refuerzo de capacidades y competencias de las entidades políticas subestatales, dejando de lado las viejas relaciones verticales entre el sistema internacional, los estados centrales, las provincias y por último, los municipios. Este cambio de mirada, permite que los últimos se transformen en actores preponderantes de su desarrollo, en generadores de factores de crecimiento económico a través de la potenciación de sus perfiles productivos, en la generación de empleo, en definitiva, en la ampliación de las capacidades de sus comunidades a través del desarrollo del capital social. Una vez apropiado este mecanismo de actuación internacional, se logrará cimentar la democracia, a través de una relación tripartita entre gobierno local, sector privado y ciudadanía, en pos de objetivos priorizados de manera conjunta (generales o sectoriales) para la generación de desarrollo. Desde la Subsecretaría del COPADE, debe brindarse el acompañamiento y solidaridad con las entidades subestatales como municipios y comisiones de fomento, para poner a disposición de los mismos, todas las herramientas necesarias que hagan de ellos verdaderos “sujetos de cambio”. No sólo como meros intermediarios de Nación respecto a la oferta de cooperación internacional (punto focal) sino en promover la instancia internacional como una dimensión mas supeditada a una estrategia de desarrollo local, individual o mancomunada. Pablo Casals. 8.1. ANEXO: Diferencias entre hermanamientos y acuerdos de cooperación. ACUERDOS DE COOPERACIÓN EN MATERIAS ESPECÍFICAS • Son aquellos instrumentos que se suscriben generalmente entre dependencias u organismos públicos descentralizados de un estado o municipio, con las instituciones homólogas de otro país; • Se utiliza un formato de acuerdo de cooperación profesional, sin embargo, su rango de acción se limita al área o proyecto específico por el que fue suscrito: educación, cultura, agricultura, etc.; • Los suscribe el titular de la dependencia u organismo involucrado, o bien el titular del ejecutivo local, cuando así se decida o cuando las leyes estatales no concedan atribuciones a los titulares de las dependencias y organismos para suscribir acuerdos a nivel internacional; • Se designa una oficina coordinadora al interior de la dependencia u organismo involucrado, cuya función es fungir como enlace de la contraparte extranjera, así como la de coordinar a las oficinas de la dependencia u organismo para generar e instrumentar las actividades y proyectos de colaboración; • Generalmente tienen una vigencia determinada; • Generalmente se titulan “acuerdos de cooperación en materia… (cultural, educativa, agrícola, etc.)”, aunque también adquieren otras denominaciones: memorandos, convenios, etc. ACUERDOS DE HERMANAMIENTO DE AMPLIO ALCANCE • Son aquellos instrumentos que se suscriben entre entidades homólogas, es decir, entre un estado mexicano y un estado, provincia o región de otro país, o bien entre un municipio mexicano y un municipio de otro país; • Se utiliza un formato de acuerdo de cooperación profesional, donde se indiquen: áreas de cooperación en varios temas y sectores (turismo, desarrollo económico, educación, cultura, etc.), modalidades de operación, compromiso para elaborar un Plan de Trabajo Anual (o POA), entre otros aspectos; • Por su dimensión multitemática y multisectorial, son considerados “acuerdos marco”, dado que las áreas de colaboración o los temas en los que se compromete el gobierno local, permiten la participación de todas las dependencias y organismos descentralizados de la estructura estatal o municipal; • Al comprometer a todo el aparato público del estado o del municipio, se recomienda que los suscriba el Gobernador del Estado o el Presidente Municipal, según corresponda, o bien el funcionario que ellos mismos designen, comunicándolo por escrito a la contraparte extranjera; • Se designa una oficina para fungir como enlace de la contraparte extranjera, cuya función consiste en coordinar a las dependencias y organismos del gobierno para generar e instrumentar las actividades y proyectos de colaboración; • Pueden tener una vigencia indefinida, o bien determinada; • Se titulan regularmente “Acuerdo de Hermanamiento”, aunque también puede nombrarse “Acuerdo de Cooperación General...” Fuente: Secretaría de Relaciones Exteriores: Dirección General de Coordinación Política. PROMEHCID, Programa Mexicano de
Hermanamiento y Cooperación Internacional Descentralizada.
ANEXO: Pasos propuestos por la Cancillería Argentina para la realización de un Hermanamiento 1. Las autoridades municipales/provinciales identificarán a una posible contraparte conforme las pautas expresadas más arriba, y presentarán a esta Cancillería una iniciativa de hermanamiento elaborada conforme los objetivos identificados, contemplando los intereses y expectativas de las áreas intervinientes (institucionales, culturales, comerciales, deportivas, etc.) 2. El gobierno municipal/provincial efectuará la nota de presentación correspondiente ‐
acompañada de material informativo sobre la ciudad/provincia/región‐ a la contraparte extranjera, dando conocimiento a esta Dirección para la pertinente comunicación a la Representación de cuya jurisdicción se trate. 3. En caso de producirse la aceptación por parte de la ciudad/provincia/región propuesta, se suscribirá un breve documento que ‐bajo el título de Acta de Intención de Hermanamiento o Protocolo de Amistad‐ ponga de manifiesto el interés de ambas partes en iniciar el proceso de acercamiento y conocimiento mutuo necesarios a los fines expuestos. Dicho compromiso deberá ser dado a publicidad para conocimiento de todas las fuerzas vivas de la comunidad con el objeto de lograr, además de su adhesión, su activa participación en el cumplimiento de las tareas que se acuerden para el éxito y la continuidad de la iniciativa. 4. Una vez completada esta primera etapa, se efectiviza el intercambio de proyectos de convenio de Hermanamiento con el asesoramiento de esta Cancillería a fin de asegurar el cumplimiento de las condiciones estipuladas por el Art. 124 de la Constitución Nacional respecto de la compatibilidad de los convenios internacionales con la política exterior de la Nación. En esta etapa resulta altamente recomendable la definición de acciones concretas que otorguen contenido a la iniciativa y evidencien la sucesiva consecución de objetivos merced a un detallado cronograma de actividades. Para ello se habrá convocado, con la debida antelación, a la presentación de iniciativas que podrán referirse a los distintos aspectos de la realidad urbana o regional en ámbitos como la administración municipal o comunal, la producción, el comercio, el arte y la cultura, el turismo, los deportes, el desarrollo científico y técnico, la conservación del medioambiente, entre otros. 5. Una vez alcanzado el acuerdo sobre el texto del convenio, se llevará a cabo la ceremonia de su firma en dependencias de uno de los Municipios o sedes provinciales, con la presencia de una delegación representativa de la contraparte. El documento final deberá ser traducido a los idiomas indicados para cada caso. 6. El convenio suscripto deberá incluir un anexo que contenga los datos de contacto de las dependencias u organismos que intervendrán en la puesta en marcha de las acciones que se dispongan para la realización de los objetivos enunciados, asumiendo la responsabilidad de su seguimiento. 7. Las asambleas legislativas de ambas ciudades considerarán la ratificación del convenio suscripto. 8. Las copias del documento firmado serán remitidas a esta Cancillería para su incorporación a la base de datos ‐publicada en esta página‐ y al archivo. 9. Las partes procurarán dar a publicidad al Hermanamiento mediante comunicados de prensa y, en lo posible, a través de la Internet. 10. Es recomendable la utilización de los aniversarios para el intercambio de misiones oficiales o mixtas que permitan una evaluación de lo actuado y la reformulación de los objetivos para el año siguiente, conforme la experiencia adquiridas. Fuente: Secretaría de Relaciones Exteriores: Dirección de Asuntos Federales y Electorales. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio
Internacional y Culto.
ANEXO: Modalidades de participación ciudadana. 1. Comunicación: Transmisión de información a través de sitios oficiales (notas de prensa, mailing de correos electrónicos, boletines, conferencias, espacios de puertas abiertas, etc. 2. Consulta: Abrir espacios para la interacción. Permite incorporar otras perspectivas tal vez no contempladas desde la administración. Si bien la decisión final debe reservarse a la institución por la capacidad de trabajo en otra temporalidad (medio/largo plazo), esa información recibida no prevista puede establecer diferencias de grado en la dirección elegida. 3. Diálogo: como su etimología lo indica, es un intercambio entre actores (gobierno y sociedad civil). Se busca el entendimiento para la construcción de un escenario que contemple el beneficio mutuo y genere sobre todo confianza y receptividad en el otro (intercambio de suma positiva). Ejemplos: paneles de consulta, mesas de diálogo (sea por internet o directa). Cabe destacar que esta participación ciudadana está contemplada en una estrategia amplia de acción internacional. Es de destacar que la elección de una acción internacional sectorial implique de manera directa sólo a aquellos sectores que se ven favorecidos por dicha política. 4. Partenariado: Este palabra que suele ser muy utilizada como una forma de relación entre contrapartes internacionales, está utilizada en este caso en el sentido de acciones de trabajo conjunto público/privado, quienes articulan una relación duradera para el desarrollo local (educativo, productivo, cultural, etc.). El proceso asociativo puede ser interpretado como un ejemplo de esta modalidad de participación ciudadana. 
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