amazonia: agua y vida - Universidad Nacional de Colombia

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CAPÍTULO 5
AMAZONIA: AGUA Y VIDA
Acechando reflejos. Arponero en el cañón de Araracuara.
introduCCión
e
n la sesión anterior tratamos sobre los bosques y selvas
amazónicas y vimos cómo los vientos, el océano, los bosques amazónicos y la cordillera andina funcionan como
un sistema integrado que regula los ciclos del agua continental. Los vientos aportan humedad desde el océano Atlántico y esa humedad en forma
de nubes y lluvia es absorbida y evaporada varias veces por el bosque hasta alcanzar la cordillera andina, una barrera que la condensa y precipita,
y la devuelve al Amazonas en caudales enriquecidos con sedimentos y
nutrientes que van a formar los ríos amazónicos. La posición de Amazonia en la zona de confluencia intertropical ocasiona ciclos de variación
anual de la precipitación y de los niveles de los ríos. Estos pulsos de inundación de los ríos han contribuido a conformar parte del paisaje amazónico en la forma de várzeas y vegas aluviales y crean las condiciones para
la reproducción de una gran riqueza de fauna acuática. Las estaciones de
mayor y menor lluvia tienen un efecto en los periodos de fructificación
de los árboles que a su vez inciden en la reproducción de la fauna terrestre, y todos ellos combinados hacen posible el modo como los humanos
desde hace miles de años han habitado el Amazonas, regulando su vida
material y espiritual con el pulso de este gran ser viviente que es el bioma
amazónico. Por eso titulamos la sesión “Agua y vida”. El agua es la sangre
de este ser viviente, y su inmensa evapotranspiración presta un servicio
crucial en la regulación del clima planetario.
Estos procesos y fenómenos, que los científicos han investigado y documentado, son bien conocidos por los indígenas amazónicos. La gran selva es como un gran ser viviente, y en la cosmología de varios pueblos esta
cuenca inmensa se formó a partir de la caída del árbol mítico que los uitoto
llaman Moniya amena: el árbol de la abundancia. Fueron los seres mitológicos quienes derribaron el árbol, y en su caída le dio forma a la cuenca:
del tronco se formó el gran cauce del río Amazonas y de la multitud de
ramas y follajes tomaron forma sus afluentes y tributarios. De esta narración mítica nos comenzó a hablar el profesor Fernando Urbina en páginas
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cátedra jorge eliécer gaitán
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introducción
anteriores, y ahora recorreremos más de esa historia que nos llevará desde
el origen del agua hasta el nacimiento del mundo de los peces y su guerra
con los humanos. De esa guerra es de donde se originan las artes de pesca.
Así como el agua es fuente de vida, también es cuna y vehículo de
enfermedades. El agua se contamina, muchos vectores de enfermedades
infecciosas encuentran en el agua su medio de reproducción, y los ciclos
estacionales del agua determinan la incidencia de enfermedades virales.
Esto nos lleva al tema de la salud en el Amazonas, una región donde abundan enfermedades como malaria, hepatitis B, tuberculosis, leishmaniasis,
enfermedades venéreas, y son frecuentes las gripas, diarreas y enfermedades cutáneas. Los indígenas conocen las enfermedades que están relacionadas con los cambios de tiempo, pero ese conocimiento no alcanza
en muchos casos para combatir las enfermedades y virus que han llegado
desde afuera. El modelo de atención en salud pública que aplican los países amazónicos es el de la Organización Mundial de la Salud, y todavía
son escasos los esfuerzos por adecuar esos programas a las condiciones
ambientales, sociales y culturales de la región. En esta sección dedicamos
la última parte al tema de la salud pública, un tema en el que todavía hay
mucho por entender y por hacer.
Comenzaremos con Santiago Duque, quien abordará el tema del agua
y sus múltiples y complejas relaciones desde un punto de vista biológico y
ecológico. Luego Carlos Rodríguez nos llevará a entrar al mundo del agua
desde la perspectiva del conocimiento y manejo de la gente amazónica. Por
último, Pablo Montoya nos dará una visión de la situación de la salud en la
Amazonia, su estado actual y sus alternativas hacia el futuro.
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amazonia: un mundo de aGua
y CompleJaS relaCioneS
Santiago r. duquE1
l
a Amazonia es bosques y suelos, es vida, pero también es
agua; el agua es parte integral de todos los ecosistemas y de
todos los ambientes que participan de estos siete millones
de km2 que representan la gran cuenca amazónica.
Las siguientes páginas versarán sobre el conocimiento que tenemos
o hemos logrado de nuestras investigaciones en torno al tema del agua,
en aspectos como las relaciones de la atmósfera con la hidrósfera, entendida, en este pedazo de planeta, como los grandes ríos o sistemas fluviales ecuatoriales y sus amplísimas llanuras inundables donde hay una
versatilidad de la vida y de la relación de esa vida acuática con el entorno
humano y social.
Lo interesante de estas ideas es que los humanos hemos llamado a
nuestro planeta tierra, pero realmente es un planeta de agua. Simplemente
recordemos que la gran mayoría de la extensión de nuestro planeta es agua
correspondiente a las masas oceánicas; otro porcentaje también no despreciable está en los casquetes glaciares tanto de la zona ártica como antártica
y otra parte en las cumbres de nuestras montañas y cordilleras; los menores volúmenes estarían en los llamados acuíferos, que son reservorios
naturales de agua en el subsuelo, y solo un mínimo porcentaje o cantidad
de agua sería la que realmente está en estrecha relación con la vida humana: 0,003%. Y este pequeñísimo volumen es todo lo que más conocemos y
aprovechamos, mínima cantidad que se ubica en los ríos, quebradas, arroyos, lagos, lagunas, ciénagas, charcas o como los queramos llamar. Por ello,
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Profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Amazonia. Biólogo y
magíster en Biología de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en limnología y
director del grupo de investigación Limnología Amazónica. [email protected]
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santiago r. duque
el impacto que estamos haciendo sobre esta parte de la hidrósfera es significativamente alto, con problemas como alteración de cuencas y cauces,
contaminación, polución, entre otros.
El asunto se agrava porque esta cantidad de agua que usamos tiene una distribución diferencial por continente; Suramérica es sin duda el
más privilegiado respecto de otros continentes, mientras que otros como
África poseen bajo volumen de agua por superficie. En nuestro continente se destaca el gran río Amazonas y su cuenca, la más importante sobre
cualquier otra cuenca o sistema fluvial del mundo. Ningún río se acerca al
majestuoso Amazonas.
Dividí el documento en cinco partes: 1) el efecto del clima y la atmósfera sobre los recursos hídricos amazónicos, 2) la huella que impone e
imprime la geología de la cuenca, 3) cómo esta complejidad de la geología
de la Amazonia genera varios tipos de aguas amazónicas; en este último
aspecto hablamos de ríos y aguas de colores y de los cambios y la dinámica
hídrica que ocurren anualmente por efecto de las lluvias, 4) los organismos
que viven en los ríos y 5) la mirada y el conocimiento local que tienen nuestros pobladores amazonenses sobre sus humedales. Este aspecto de la relación hombre-humedal lo desarrollo de forma general a la luz de algunos
procesos recientes que hemos venido adelantando; aclaro que este aspecto
es retomado y profundizado en el aporte que hace Carlos Rodríguez en
este mismo libro.
1) El clima de la Amazonia depende de factores muy lejanos; desde
el propio sol. Los cambios anuales que le ocurren al planeta en su órbita
sobre el sol hacen que la energía que nos llega varíe, por tanto se generan
las estaciones térmicas; destaco estas estaciones aunque ellas no ocurren
en la franja ecuatorial. Sin embargo, el clima de nuestras regiones sí se ve
afectado por procesos que se generan mucho más allá, como en los trópicos
de Cáncer y Capricornio. Allí “nacen” los vientos alisios, esos vientos que
se mueven hacia el norte o el sur desplazando masas de nubes que son las
causantes de las lluvias ecuatoriales. Los vientos alisios del noreste, que
nacen en la línea imaginaria del trópico de Cáncer, desplazan el cinturón
de nubes hacia el sur; este cinturón es lo que conocemos como la zona de
convergencia intertropical (ZCIT).
En Colombia, hacia finales e inicios de cada año, la parte norte entra en la época más seca, mientras que este desplazamiento de la ZCIT hacia el sur genera los momentos de más lluvia en buena parte de nuestra
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Amazonia. Seis meses después todo cambia, son los vientos alisios del sur,
provenientes del trópico de Capricornio, los que hacen que la ZCIT se ubique más al norte, generando allí las lluvias y permitiendo que en la Amazonia se presenten los tiempos más secos o menos lluviosos del año. Por
ello en nuestra Amazonia podemos hablar de estacionalidad pluvial, es
decir, de cambios de periodos o meses con mayor lluvia a periodos con
menores precipitaciones o quizás temporada seca.
Pero el panorama es un poco más complejo que esto; cuando nos
acercamos a la cordillera de los Andes, los vientos ascienden y, al hacerlo, la humedad que llevan se condensa, formando nubes y generando
lluvias. Es decir que los sitios más lluviosos de nuestra Amazonia están
en los flancos cordilleranos y no tanto en la propia llanura amazónica.
El viento continúa y pasa la montaña y al ubicarse al otro lado, ya sin
humedad, que ha perdido con las lluvias del piedemonte, genera paisajes y climas cálidos y secos (los llamados valles transversales). Todo este
mosaico de condiciones hace que en la Amazonia podamos tener, por
efecto de las lluvias, la floresta más grande del planeta, la cual maneja
su propia humedad; el sol genera que una parte del agua confinada en
los bosques amazónicos llegue a la atmósfera en forma de vapor, al cual
se suma la transpiración de las plantas (cerca del 60% de la humedad de
la selva tiene este origen), generando así sus propias lluvias. Por ello, el
conservar la selva amazónica nos permite garantizar en parte sus lluvias
y su inmensa riqueza.
Cambios climáticos globales como los llamados fenómenos del Niño
y la Niña, que afectan a la vez al norte de Suramérica y al otro extremo
oriental del océano Pacífico, pueden generar cambios en la Amazonia,
en especial el fenómeno de la Niña (provocando sequías), mientras que el
Niño al parecer no afecta tanto a nuestra selva.
2) Sobre la geología vamos a tener una mirada muy rápida porque es
muy compleja, y además muy antigua, y esta historia geológica ha generado y sigue impactando a todos los ecosistemas acuáticos de nuestra Amazonia. Iniciamos 136 millones de años atrás en el periodo cretácico donde
parte del norte de Suramérica es aún mar. Las montañas amazónicas de
ese entonces estaban ubicadas al oriente conformando el escudo guayanés.
En lo que hoy es los Andes solo vemos una incipiente “cordillera Central”
rodeada de mar que cubría buena parte de lo que hoy es la Colombia continental. Por ello, los ríos en la antigua Amazonia deberían drenar desde
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las partes altas o sea desde el escudo guayanés hacia el Pacífico, y no al
Atlántico como ocurre hoy día. Este río se llamó Paleoamazonas.
Más tarde, en el terciario (hace 38 millones de años), la placa de Suramérica choca con la placa del Pacífico generando la aparición de los Andes;
en ese devenir comenzó a cambiar un poco la condición de la Amazonia y
más o menos en el terciario medio podemos hablar de una formación que
se desarrolla por buena parte de nuestra Amazonia colombiana y peruana
y que se conoce como la formación Pebas o Solimões del terciario, que es
una acumulación de sedimentos nuevos y recientes más los aportados por
la cordillera sedimentaria, los Andes, en especial del tramo oriental; el escudo viene en un proceso de erosión que llega a solo algunas elevaciones
relictuales en el holoceno llamadas Tepuyes. A la elevación de los Andes
y la disminución del escudo, el Paleoamazonas termina y se inicia el río
Amazonas con un drenaje opuesto de la cordillera hacia el Atlántico.
Por ello la geología puede relacionarse con dos momentos básicos:
lo antiguo del precámbrico y paleozoico con predominio del escudo guyanés y lo más reciente del terciario y cuaternario (holoceno) con la presencia de la cordillera de los Andes. Cada momento y cada sector, aún
presentes en la Amazonia actual, generan diversos tipos de agua y por
tanto de ambientes.
3) Pasamos al tema de la hidrología; como ya comentamos, la ZCIT
a su paso por el Amazonas genera lluvias, por ello los caudales de los ríos
son al final producto de esas lluvias y de los periodos de mayor o menor
precipitación. Cuando los caudales aumentan, los ríos amazónicos y el exceso de agua son depositados en las extensas llanuras conexas, mientras
que, al disminuir las lluvias, los ríos bajan sus niveles de manera extrema.
Esto ocurre tanto en la Amazonia como en la mayoría de los ríos de gran
tamaño en todo el planeta. Las aguas altas y las aguas bajas, junto a las
transiciones hacia aguas altas y aguas bajas, generan los cuatro momentos
hidrológicos del año. Estos ríos por tanto funcionan gracias a este proceso
de inundación anual.
En el tramo colombiano, el río Amazonas cambia en su vertical hasta
12 metros entre el momento de máxima inundación y el de menor caudal;
en el plano horizontal, este cambio genera inundación de bosques y otros
ecosistemas a cada lado; la llanura de inundación es por tanto muy extensa
en frente de Leticia en el sector peruano, impactando incluso al río Yavarí (sistema fronterizo entre Brasil y Perú), pudiendo ser de hasta 15 km,
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mientras que en el sector colombiano por la terraza de Leticia, ubicada
muy cerca al río, la llanura aluvial es muy angosta, destacándose solo el
sistema de lagos de Yahuarcaca cerca de la frontera con Brasil.
Hemos venido hablando del Amazonas, el gigante río y sus cambios
en el año; a la altura de Leticia ha recorrido más de 4 000 km, y le faltan
aún 2 800 km para llegar al mar. Por este punto de Leticia pasa aproximadamente el 26% del volumen total del río. En aguas bajas el caudal llega a
ser de 16 000 m3/seg y en aguas altas supera los 60 000 m3/seg. Al llegar al
océano Atlántico el Amazonas arroja más de 230 000 m3/seg. Para tener
un marco de comparación podemos decir que nuestro río Magdalena en
su desembocadura en nivel alto no pasa de 7 000 m3/seg.
En la Amazonia hay otro tipo de ambientes de aguas corrientes mucho más pequeños, pero igual de importantes. Son las quebradas o arroyos, pequeños tributarios de ríos más grandes, los cuales forman una red
casi interminable en toda la selva amazónica. Algunos de los que hemos
estudiado en Colombia tienen menos de 30 km de largo, una profundidad
nunca superior a 3 metros y un ancho de hasta 10 metros.
Como mencioné, la geología impone el tipo de agua que hay. Desde
hace siglos, cuando Humboldt visitó regiones de Suramérica, entre ellas la
Amazonia, habló de ríos de colores, ríos que tenían diferente coloración
pero que no podía explicar con exactitud; hacia la mitad del siglo pasado,
algunos investigadores alemanes que se asentaron en Manaos por muchos
años, desarrollaron importantes investigaciones en el campo de la limnología. Uno de estos investigadores, Harald Sioli habló de ríos de colores
y los definió en tres tipos: de aguas blancas, aguas negras y aguas claras.
Deseo aclarar que el término agua negra, que ustedes muy rutinariamente
lo escuchan y utilizan, es un término geográfico y limnológico referido a
unas condiciones naturales de muchos sistemas acuáticos, y que no tiene
relación con las que deben llamarse aguas servidas, que son el producto de
la dilución de las actividades humanas sobre estos ecosistemas.
Las aguas blancas provienen de los Andes y por tanto poseen coloración amarilla, blanca, con alta carga de sedimentos y por esto son turbias.
Los Andes están erosionándose naturalmente, los ríos al bajar en fuerte
pendiente por los flancos cordilleranos van erosionando el suelo, van limpiando la roca, van llevándose esos sedimentos a la parte baja de la llanura;
esos ríos, como el Amazonas, el Putumayo y el Caquetá, se conocen como
ambientes de aguas blancas.
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En otros sectores geográficos del Amazonas, por ejemplo los escudos
y la propia llanura amazónica, los ríos son de otros colores, con baja carga
de sedimentos y alta carga orgánica, en especial de los aportes de los bosques circundantes; las aguas se convierten en ambientes de aguas oscuras,
negras, que es el segundo tipo de ecosistema visto en nuestra Amazonia.
El tercer tipo, las aguas claras de que hablaba Sioli, al parecer no están presentes en la Amazonia colombiana, pero sí en Brasil, con grandes sistemas
fluviales ya muy cerca de su desembocadura.
Los sistemas de aguas blancas, que son los tres ríos antes indicados,
más sus sistemas leníticos conexos, es decir sus lagos de inundación, se
ubican en lo que se conoce como la várzea, mientras que los ríos de aguas
negras, sus bosques inundables y lagos se conocen como igapós. Es tal la
diferencia entre esos dos paisajes, que la vida del hombre amazónico difiere; en la várzea, los pueblos son sedentarios, no requieren moverse ya que
cada año el río anega la várzea, pudiendo así realizar actividades de agricultura en cultivos cortos, mientras que en el igapó, la pobreza de las aguas
y los suelos anegados genera movilidad constante de los pueblos durante
todo el año.
El uso de los términos aguas blancas y negras al parecer no es tan
sencillo, ya que, por ejemplo, en Colombia encontramos diferencias, estadísticamente significativas, en la química de las aguas del río Amazonas y
de los ríos Putumayo y Caquetá; mientras que el río Amazonas puede tener
valores de conductividad superiores a 160 µS/cm, los otros dos ambientes
lóticos solo superan los 20 µS/cm. Lo mismo ocurre con el pH, más básico
en aguas blancas y con tendencia a la acidez en aguas negras. Por estas
razones sugerimos diferenciar las aguas blancas en dos niveles, tipo I para
el río Amazonas y sus lagos de inundación y tipo II para el Putumayo, el
Caquetá y sus sistemas conexos en sus llanuras de inundación.
Al parecer algo similar sucede al comparar las aguas negras en sectores cercanos a Leticia, con los lugares de Tarapacá (sobre el río Putumayo) y La Pedrera (río Caquetá); las aguas negras del sur (Leticia) son más
ricas en nutrientes y electrolitos, mientras que las aguas del norte son más
pobres; por ello también realizamos una división entre aguas negras tipo
I en el sector de Leticia y aguas negras Tipo II en Tarapacá y La Pedrera.
La diferencia no solo afecta la química de las aguas, sino que, como hemos
comprobado, genera mayores biomasas de organismos acuáticos como las
algas del fitoplancton en los tipos I respecto de los tipos II; se espera que
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AmAzoniA: un mundo de AguA y comPlejAs relAciones
también produzca diferencias en la magnitud de las pesquerías y en la capacidad de uso de este valioso recurso natural.
4) Los organismos que habitan los ríos, arroyos y lagos amazónicos
son el producto de múltiples factores, algunos ya comentados en este escrito: el clima, la geología, la hidrología y, claro está, los tipos de aguas que se
presentan en la región. Es ahora entendible que las cadenas tróficas que se
organizan en estos ambientes, dependerán de la riqueza de sus aguas y por
ello el estudio de esta dinámica es uno de los nuevos espacios de trabajo
que venimos adelantando; nos preciamos de tener una de las más altas riquezas de peces del planeta, y en parte se debe a esta muy antigua historia
geológica que ya hemos comentado.
Hoy día, con miles de especies de peces, podemos vislumbrar buena
parte de este complejo historial, con especies que nos recuerdan los momentos de la Pangea (ya que tenemos peces vivos con parientes también vivos en África y Australia, como el pez pulmonado Lepidosiren paradoxa),
así como los momentos de influencia marina en que muchos grupos se
quedaron en la Amazonia y hoy día viven en ríos y en especial arroyos
(como Thalassophryne amazonica, un pez venenoso de la familia Bratrachoiididae de origen marino).
Nuestros estudios muestran que la riqueza no solo se observa en los
peces sino en cada eslabón de la cadena alimentaria, como las algas, el zooplancton, las plantas acuáticas y los diferentes artrópodos, en especial los
insectos. Un interesante ejemplo de la magnificencia amazónica lo vemos
en una planta carnívora (Utricularia foliosa) que debe aprovechar fuentes
de alimento diferente al del proceso fotosintético, por la escasez de nutrientes, consumiendo otros organismos.
Retomando el tema de los peces, la inmensa riqueza de nuestra Amazonia, en especial en el sector de Leticia, la hemos comprobado con un
estudio intensivo por varios años en solo 40 km2 de superficie en el río
Amazonas a la altura de Leticia, en el sistema de lagos de Yahuarcaca con
17 ambientes conexos y dos pequeños arroyos, las quebradas Yahuarcaca y
La Arenosa que es afluente de esta última. En este sector hay cerca de 400
especies de peces, siendo destacable la riqueza de los dos arroyos que superan el centenar de especies. Nuestros datos, al compararlos, se vuelven más
maravillosos; por ejemplo, toda Europa no sobrepasa las 50 especies y el río
Magdalena, el más importante de Colombia, llega apenas a 190 especies.
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santiago r. duque
Los peces son la más fuerte relación que tiene el hombre amazónico
con sus humedales, además de ser rutas de movilidad y transporte. Hay
una intensiva explotación del recurso pesquero en la Amazonia, convirtiendo a Leticia en un centro de acopio internacional, sobre todo de las
especies de cuero o bagres, superándose las 16 000 toneladas de pescado
comercializado hacia el interior de Colombia. También las especies menores de escama son de importancia en el consumo local, tan importante que
el consumo puede llegar a cerca de 24 kilos/mes por poblador, un valor de
por sí muy alto, lo cual indica la importancia que tienen los humedales y
el recurso pesquero, en especial para pobladores que se relacionan con los
ríos amazónicos y sus várzeas.
5) Conocemos de la importancia de los peces cuando preguntamos a
los pobladores que saben de estas especies; los datos que hemos recopilado
son muy interesantes. Por ejemplo, en el sistema de lagos de Yahuarcaca
viven cerca de 150 especies; allí los pescadores conocen perfectamente más
de 90; claro está, las que más les interesan por tamaño y predilección de
consumo. Cuando decimos que las conocen es que tienen una muy cercana idea de su biología y de las relaciones culturales y mitos con muchas de
ellas; por esta razón, las especies tienen nombre y significado en lengua,
por ejemplo en los Ticuna, que es la etnia con mayor número de pobladores
en nuestra Amazonia sur.
Desde los más pequeños peces que viven en especial en arroyos (de
hasta 3 cm en estado adulto) hasta el gran pirarucú en los lagos de várzea,
de más de 3 m de largo, la Amazonia y sus humedales son la fuente y el
sustento de vida para sus pobladores.
El trabajo de un buen manejo y conservación de las pesquerías debe
lograrse con el concurso de muchos actores: los propios pescadores y sus
comunidades y el Estado colombiano con las entidades encargadas del ambiente y la academia, es decir las universidades; es una tarea que ya iniciamos desde la Universidad, esperando logros significativos para asegurar
vida y calidad de vida para las generaciones futuras de nuestra Amazonia.
Algunos de nuestros estudios y la socialización de los mismos se han
concentrado en los últimos años en las revistas científicas, pero no debemos ignorar la importancia de que este conocimiento llegue a otros niveles, quizás los que al final definen y toman las decisiones, no solo en los
círculos políticos locales sino en las propias comunidades indígenas que
viven en la región; por ello estamos reconstruyendo la historia ambiental
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AmAzoniA: un mundo de AguA y comPlejAs relAciones
y social de la región en un “diálogo de saberes” en torno a los humedales y
publicando sus resultados en otros espacios como libros y cartillas donde
los autores y coautores son nuestros coinvestigadores locales.
También hemos abierto un espacio para mostrar todo este conocimiento (Museo Mundo del Agua), donde se plasma parte de ese conocimiento científico que hemos abordado, pero, más importante, mostramos
el extraordinario conocimiento local, como el de Robert Ahue Coelho,
tallador indígena, que nos muestra, con perfección y detalle, la magia de
la naturaleza que vive y convive con los humedales amazónicos, con hermosas tallas de algunas especies de peces y de otros animales relacionados
con los humedales amazónicos, como los delfines, las tortugas, el manatí
y el caimán negro.
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viSioneS y maneJo loCal del mundo
del aGua en la amazonia Colombiana
carloS rodríguEz1
p
ara mí, dictar esta conferencia en la Universidad Nacional
es todo un privilegio, porque parte de lo que les voy a contar es resultado de una fuente de inspiración fundamental
de la Universidad Nacional, el profesor Orlando Fals Borda, sobre todo
sus desarrollos sobre investigación acción participativa. Me encanta poder
presentar estas ideas en este escenario porque viene gente de todas las disciplinas, de todos los semestres y gente de fuera de la Universidad. El hecho
de que la universidad se proyecte hacia el exterior es extraordinario porque
demuestra que el conocimiento es para todos, que el conocimiento es para
algo útil y que la interdisciplinariedad se genera solo en la práctica. Uno
puede tener muchos debates de interdisciplinariedad, pero la interdisciplinariedad se da en todos estos ejercicios; ojalá haya ingenieros, economistas, sociólogos, antropólogos, biólogos. La intención de la charla es mostrar
que no solo existe el conocimiento académico, el conocimiento académico
es profundo y sofisticado, pero también hay saberes locales profundos y
sofisticados. Por lo tanto, entre saberes profundos y sofisticados es posible
dialogar. Espero que con lo que les voy a mostrar se logre probar que no es
un tema complicado y que metodológicamente es muy fácil.
La charla al principio se llamaba Visiones indígenas pero al final decidí llamarla Visiones locales porque no es solo el conocimiento tradicional
indígena sino el conocimiento que se tiene en las comunidades locales en
general. Entonces voy a mostrar al principio algo de los mitos del origen
de los peces, del agua y del mundo de los peces; después vamos a ver cómo
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Director de Tropenbos Internacional Colombia. Biólogo de la Universidad de los Andes,
máster en Planificación del Desarrollo Regional y Urbano del Cider y doctor en Ciencias
Naturales de la Universidad de Ámsterdam. [email protected]
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cátedra jorge eliécer gaitán
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carlos rodríguez
desde el conocimiento local se aborda ese mundo y cómo eso es pertinente
para lo que nosotros llamamos manejo sostenible y desarrollo sostenible.
el árbol, el agua y la anaconda
Vamos a comenzar con el origen y con la mitología de origen del
mundo del agua. Ya el profesor Fernando Urbina se los ha mostrado y Juan
Álvaro, en su presentación de hoy, hablaba del gran árbol río pues este es
un mito panamazónico, en todas partes se habla del gran árbol río cuando
aún no existía el agua. Los seres creadores se fueron a buscar el agua; el
agua era mezquinada por el mundo femenino, por una tía que sí conocía
dónde estaba el agua y la tenía escondida en un árbol. Esa agua escondida
en un árbol es fundamental en la simbología de la Amazonia. Los sobrinos
buscaban dónde era que la tía tenía el agua, y ella decía que la cogía de las
hojas y que tan solo podía cocinar un poquito. Los sobrinos se volvieron
murciélagos y siguieron a la tía de noche para ver de dónde sacaba el agua.
Ella iba a un árbol que tenía un huequito y de ahí sacaba el agua, sacaba los peces y con eso ofrecía comida, con eso cocinaban. Entonces uno
de ellos, el menor, lo vio y le dijo al hermano: “Vamos a tumbar el árbol de
la tía”. La tía, como las mujeres siempre saben, dijo: “Estos me van a hacer
algo, yo los voy a llevar al árbol equivocado”. Entonces los seres creadores
fueron y tumbaron el árbol que señaló la tía, pero ese árbol cayó y siguió
para el mundo de abajo. Estos jóvenes siguieron buscando de dónde sacaba, hasta que por fin tumbaron un árbol en el que había agua; el árbol que
se fue para el mundo de abajo tenía solamente los peces buenos y los seres
buenos, y el árbol que quedaba tenía todo tipo de peces, buenos y malos, y
con eso se refieren a los que producen enfermedad, a los que tienen dientes, a los que hacen descargas eléctricas, etc. Cuando empiezan a tumbar
el árbol se originan los peces. De la corteza se originan unos, de las astillas
se originan otros cuando estaban con el hacha pegándole, de sus raíces se
originan otros peces y ahí se da todo el origen mítico de los seres del agua.
Cuando el árbol iba a caer quedó colgado de los bejucos, y nadie podía
cortar el árbol arriba. Entonces acudieron a los animales que tienen dientes para que tumbaran ese bejuco, y empiezan a morder la madera pero a
todos los animales les daba miedo porque entonces se iban a caer o iban a
quedar aplastados.
La única que tenía la velocidad suficiente para cortar el bejuco y bajar era la ardilla −los indígenas la clasifican junto a los micos−, que subió
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visiones y mAnejo locAl del mundo
del AguA en lA AmAzoniA colombiAnA
a cortar el bejuco. Lo interesante de este mito es que el árbol, cuando
quedó colgado, primero estaba en una dirección y después sí dio la vuelta,
y si uno quisiera hacer asociaciones, sería una mención a lo que acaba de
nombrar el profesor Santiago Duque del Paleoamazonas que antes iba
para un lado y después giró y quedó para el otro lado. El árbol, el agua,
el río siempre se asocian con la anaconda, la anaconda se asocia también
con el mundo del agua, también con el árbol original y además, cuando
fluye, cuando se mueve, forma la parte de los ríos con esas curvas que
mostró también el profesor Santiago. Entonces, árbol, agua y anaconda
son de un mismo mundo. Cuando cayó el árbol se generó entonces el gran
río Amazonas. Sus raíces quedaron en la parte más fuerte, en la formación Guyana, y su boca en la parte más liviana, y ahí ya se formó la gran
anaconda con todos sus peces y con todos los seres del agua de la cual ella
es dueña. La anaconda entonces es esa relación con el mundo del agua y
de hecho Imani, como se llama el instituto amazónico de investigaciones
de la Universidad Nacional, toma el nombre de la anaconda-agua. La anaconda del agua es diferente a la boa de tierra, la anaconda tiene círculos,
la boa de tierra tiene hexágonos, y son dos mundos diferentes. Quienes
han ido al Amazonas y han visto cuando se tumba el terreno para hacer
un campo de cultivo, una chagra, sabrán que siempre van a encontrar
cuatro o cinco árboles que, una vez se empieza a meter el hacha, salen las
astillas y botanuna cantidad de agua hasta por 5 o 10 minutos con una
presión impresionante. Eso es lo que también ha hecho que los indígenas
asocien los árboles con el mundo del agua.
La anaconda fue subiendo desde la bocana; la anaconda llevaba a la
gente en su propio cuerpo, a los antiguos pobladores a quienes fue dejando
a través de esas ventanitas que están allí, que posteriormente se convierten
en los bancos de pensar. Entonces desde la bocana hasta la cabecera fue
subiendo el poblamiento y fue subiendo el conocimiento; por eso dicen que
la gente del noroccidente amazónico son los más sabios porque fueron acumulando todo el conocimiento de la anaconda mientras iba subiendo. Esta
gran anaconda a la vez se reproduce en las mitologías locales del río Caquetá, del río Apaporis y en muchos pequeños afluentes. En el Pirá-Paraná,
por ejemplo, que está lleno de chorros, entre chorro y chorro existe una
anaconda y eso a su vez da las pautas de poblamiento y de intercambio matrimonial porque hay gente de cabeza de anaconda, de centro de anaconda y de cola de anaconda, y de ahí salen los intercambios matrimoniales:
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cátedra jorge eliécer gaitán
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carlos rodríguez
cabeza con centro, centro con cola y cabeza con cola, en intercambios ya
ritualizados y definidos por los creadores, dicen ellos.
la gran inundación
Además del mito de la creación del agua y de la anaconda, existen
muchos mitos asociados con la creación de los seres acuáticos; hay uno
muy interesante sobre la gran inundación. El diluvio universal no aparece únicamente en la mitología de la religión católica; la gran inundación
se da en todas partes. En la mitología amazónica se habla de varios tipos
de inundaciones y este que les voy a presentar es el mito de la inundación
cuando el agua se puso caliente. Igual que en el mito de Noé, los humanos empezaron a mandar a los animales para ver si el agua ya estaba fría,
así como se mandó a la paloma para que volviera con la hojita a ver si
había tierra.
Mandaron a diferentes animales, entre ellos a los micos. Cuando los
mandaron, los micos llegaron a la orilla, metieron sus manos y les quedaron blancas. Del quemón se untó el pecho y por eso quedaron maniblancos
y pechiblancos.
Después mandaron a la chucha y la chucha dice: “No, si este mico se
quemó así, ¿yo qué hago? Yo no voy a meter las manos, yo voy a meter la
cola”; metió la cola y le salió chamuscada, y así es como explican también
toda una serie de sistemas clasificatorios de los animales. Los seres humanos que estaban en ese momento y que quedaron tapados por el agua se
convirtieron en el mundo de los peces y por eso hay tanta variedad, porque
quedaron de todos los grupos y de todas las edades, quedaron peces pequeños, medianos, grandes, de colores, etc. Los grandes se convirtieron en los
bagres, que ya oyeron en la exposición de Santiago, y esos grandes bagres
se convirtieron a su vez en brujos. Hay un pez pequeñito, el pintadillo tigre, que se convirtió en el gran brujo porque cogió las manchas del tigre de
tierra, las metió en su cuerpo y desde allí podía operar como gran brujo en
el mundo del agua.
la guerra con el mundo de los peces
Hay otro mito muy bonito en el que hay una guerra del mundo de los
peces con la gente. La gente tenía su maloca y la maloca quedaba en la terraza alta, un poquito alejada de la orilla. Estaban en guerra con el mundo
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del AguA en lA AmAzoniA colombiAnA
de los peces, y los peces querían atacar la maloca, y como no podían llegar
a ella, lo que hicieron fue llamar al agua para que subiera el nivel y así poder llegar a la maloca y atacarla, y empezaron a atacar la maloca, y la gente,
como iba perdiendo, llamó a sus aliados para que acabaran con el mundo
de los peces, y llamaron a todos los que son depredadores de peces: las garzas, los patos, el ibis, el martín pescador, el pato aguja, los chulos, el águila
pescadora, el gavilán pescador.
Cuando empezaron a llegar los depredadores al mundo de los peces,
los peces decían: va a llegar el que nos aplasta, va a llegar el que nos flecha,
va a llegar el que nos atraviesa −haciendo mención a las armas que tienen
estos con el pico o las garras−. Además de las aves pescadoras, llamaron a
animales que comen pescados: el tigre come pescado, el borugo −que todos
creemos que solamente come frutas y hojas− también come pescado, el
lobo come pescado, el perro de monte, el puerco y el cerrillo también son
comedores de pescado. Ahí es donde está el detalle del conocimiento indígena, de ahí salen las relaciones ecológicas, las dietas y el nicho que ocupa
cada animal en las relaciones presa-predador.
En la mitología se nombra cada uno de los peces que come el águila
pescadora. En alguna ocasión, discutiendo con los biólogos, decían: sí, sobretodo un águila pescadora se va a zambullir para coger una cucha, y un
indígena que estaba presente dijo: ¿Es que acaso el agua nunca se seca? ¿Por
qué se va a tener que zambullir si la cucha está en la superficie? La mitología es todo un corpus de conocimiento muy bien integrado.
Aun así, con todos sus aliados, la gente estaba perdiendo la pelea con
los peces y decían: ¿Qué hacemos para ganarles a estos?, y como la gente es
maldadosa, acudió a la guerra química, acudió al barbasco. El barbasco es
el arma química más fuerte para acabar con el mundo de los peces, es un
ictiotóxico impresionante. La gente empezó a preparar el barbasco, hicieron un cerco con hojas de palma, recogieron todos los palos y escogieron
un sitio de la quebrada para machacar el barbasco.
Todo esto lo oían en el mundo de los peces, en el mundo de los peces
oían tun, tun, tun y oían a la gente andando, y decían: nos van a acabar, ya
sabían que les iban a echar veneno; nos van a intoxicar, vámonos yendo,
y en ese momento empiezan a salir los peces de sus sitios y empiezan a
irse río abajo a esconderse. Pero lógicamente no todos salieron a tiempo,
no todos se lograron liberar. Cuando pusieron el cerco intentaban brincar
para pasarse antes de que el barbasco les hiciera efecto. Aquí sale también
un conocimiento de cuáles son los primeros peces que llegan, hasta dónde
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carlos rodríguez
brincan y cuáles son los que más brincan. Uno de esos empezaba a coger
impulso y se iba bien lejos para ver si alcanzaba a pasar y cada vez se iba
más arriba de la quebrada para coger impulso y brincar. Uno de los que
alcanzaron a brincar fue una sardina; esa sardina era un cíclido, era una
mojarrita y como premio por avisarles a los de abajo que el barbasco les iba
a llegar le dejaron la piel muy bien pintada y a esa la llaman una mojarra de
chontaduro que tiene una pinta muy bonita.
El conocimiento del entorno se expresa en todos los momentos del relato. Adicionalmente se empiezan a dictar las normas de comportamiento.
Los indígenas echan el barbasco con el canasto para que su efecto no llegue
muy lejos y remueven el lodo del fondo porque el lodo le corta la acción al
barbasco. Con esto también se está viendo la sofisticación de una técnica
de captura que es tremendamente profunda en el conocimiento y en el
manejo. Por otro lado, esto es para que todos coman, esto es para comer
en grupo y no es para comer solito. En el mito están los sistemas clasificatorios, se muestra la forma de conocer los peces a través de sus relaciones.
Hay muchos otros relatos del mundo del agua. En toda la mitología
amazónica se habla de sirenas, no exactamente de sirenas pero sí de la mujer pescado. La mujer pescado ocupa la bocana del Amazonas y la llaman la
mamá de las aguas y ese mito panamazónico se repite en todos los grupos
y también da normas de manejo. Si todos los restos que uno bota llegan a
la bocana y van a ser recibidos por la mamá, pues es obvio que ninguna
mamá quiere recibir a sus hijos heridos, maltrechos, desmembrados. Otras
dueñas de pescado están en diferentes zonas; hay una recitación impresionante donde van nombrando cuáles son los dueños de los pescados y
cuáles son las especies que hay entre la bocana del río Amazonas hasta el
río Mirití, que son más de 3 500 km.
Conocimiento local
Eso es conocimiento de biogeografía y es conocimiento profundo del
comportamiento y ecología de los peces. Los peces tienen sus venenos y
por eso es que se establecen dietas y restricciones alimentarias; la gente
come pescado sin saber qué está comiendo. Los peces producen todo tipo
de enfermedades; si uno los come sin dieta pueden producir carate −que es
una enfermedad cutánea caracterizada por la aparición de manchas de color blanco−, o taparlo del estómago o del pensamiento, le puede dar dolor
en el espinazo, se les sale el ombligo; los pescados también pueden producir
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alteraciones en el comportamiento, pueden producir vejez o desánimo, entre otros.
Este sistema clasificatorio de las enfermedades se usa también para
poder curarlas, y ¿qué se cura? Por ejemplo, se cura un parto para que el
niño sea fuerte y sano pero que salga pequeñito y así la mujer pueda tener
un parto mucho más suave. Los blancos estamos muy llevados a que la mujer tenga una muy buena dieta, que el niño nazca grande, que sea sano, los
indígenas dicen que sea sano sí pero que sea grande no. La mujer entonces
se debe alimentar con peces de cabecera, para que se facilite el parto.
Los indígenas también definen sus sistemas clasificatorios con características taxonómicas, pero no muertas, como entre nosotros, con
ejemplares en formol, sino sobre características dinámicas, sobre seres
vivos y sus interacciones; entonces hay clasificaciones para los peces de
la cabecera, las sardinitas, hay grupos de mojarras que son equivalentes
a cuando nosotros hablamos de cíclidos. Hay muchas equivalencias en
el mundo indígena pero no todas las equivalencias se hacen uno a uno.
Hay clasificaciones detalladas también del grupo de los misingos, de los
picalones, de los dormilones, de los caloches, que son los de la familia que
genera electricidad.
En un estudio que realizamos con los andoque ellos hicieron un afiche con el ciclo anual de pesca para el año (ver gráfica 1). Dividieron el
calendario en periodos, detallando las fases de floración, fructificación y
oferta de los frutos que comen los peces y que explican las migraciones
estacionales. Durante esta época se pesca en las orillas, donde están los
peces. Las migraciones alimentarias y reproductivas son perfectamente
conocidas por los indígenas. Un niño de 14 años dibujaba más de ochenta
tipos de peces y sesenta árboles en cada uno de los periodos. Esto lo que
demuestra es la existencia de un conocimiento local tremendamente sofisticado. Cuando uno pide que dibujen un ecosistema, generalmente van a
dibujar una época, con los peces presentes en ese periodo de tiempo.
Nuestra idea era profundizar en estos saberes, por lo que les pedimos
dibujar un hábitat en 4 tiempos: en aguas altas, descendentes, aguas bajas y aguas ascendentes. En cada periodo se generan relaciones ecológicas
distintas; en una época no hay casi peces porque todos están dispersos, en
otra están todos concentrados y las relaciones ecológicas que se generan
allí son tremendamente puntuales y detalladas; en cada temporada cambian los colores y tonos de la selva.
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GráfiCa 1. Calendario anual de los andoque (Tropenbos-Colombia).
Uno no tiene la posibilidad de tener ese conocimiento tan cerca ni de
expresarlo de una manera artística tan detallada; por eso al definir planes
de manejo y pautas sostenibles del uso de los recursos por las comunidades
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locales y por el comercio necesitamos involucrar los conocimientos locales a nuestras metodologías, y así definir nuestros propios modelos. Cuando hablamos de sostenibilidad copiamos los modelos gringos y europeos,
cuando aquí tenemos toda una serie de oportunidades que es lo que estoy
mostrando; cuando hay un problema interdisciplinario, siempre el acercamiento debe ser interdisciplinario, pero no nos acostumbramos a eso.
Hay que transformar esa visión para no buscar soluciones solamente desde
la academia, cuando comunidades locales pueden aportar tanto a la solución. Por ejemplo, proponemos sistemas de cultivos de tilapia y especies
foráneas, sin explorar primero las especies que tenemos y las diversas y
sofisticadas técnicas de captura con conocimientos específicos sobre las diferentes áreas para la pesca según la especie y la época del año. Cada punto
de pesca tiene toponimia y es manejado.
Antes de proponer, necesitamos generar información pertinente que
empieza con datos que toman los pescadores locales: la fecha, el nombre
del pescador, el nombre de la especie, los tamaños, los pesos, el sexo de los
animales, el lugar de captura, la técnica de captura, la carnada, los contenidos estomacales para ver las relaciones, la hora de salida, la hora de llegada
y las formas de distribución, si fue para consumo, venta, regalo, ritual. Estos registros los lleva cualquier indígena, cualquier pescador en cualquier
momento, no son del otro mundo, lo único que se necesita es papel, lápiz
y ganas, no más.
En un trabajo de cartografía local realizado por los pescadores del
chorro de Araracuara, dibujaban el río en aguas altas donde apenas se ven
unas rocas, en aguas descendentes donde se ven más, en aguas casi bajas
donde se ven más y en aguas bajas donde ya el río está en su menor nivel.
(Ver gráfica 2). Cada puntico, cada saliente tiene nombre, y esos nombres y
esa ubicación se hace con lo que hemos llamado el IPS. Ahora todo el mundo quiere tener un GPS, pero este es el IPS que es el “Indigenous Positional
System”, con ese nadie se pierde y con ese nadie se equivoca, y además da la
posibilidad de pasar del plano a las tres dimensiones. El sistema de información local permite hacer equivalencias con la cartografía formal. Es un
diálogo posible porque esta sofisticación le permite ver a uno, por ejemplo,
la dirección de todas las corrientes y las rutas migratorias de cada una de
las especies en cada una de las épocas y hasta saber cuáles se quedan estacionadas en los pocitos cuando el agua baja.
Se ve cuál es la relación entre la orilla, las zonas inundables y la dieta
de los peces, mes por mes, semana por semana, día por día. La definición
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carlos rodríguez
GráfiCa 2. El chorro de Araracuara en diferentes niveles (Tropenbos-Colombia).
de los sexos se hace cuando abren los peces para consumirlos. Cuando se
evisceran, también se ven los contenidos estomacales y se ve hasta el color
de la grasa, y ellos saben de qué producto de la selva viene, y ahí tenemos
nosotros un aporte a todas las discusiones que hay sobre dinámicas de poblaciones que es un tema complicado desde la ecología tropical, porque
estamos hablando de la complejidad, aquí estamos hablando de cientos de
presas, de decenas de depredadores y de miles de relaciones como lo vemos
aquí; esto es la ecología tropical desde la complejidad y desde la visión local. Esto no se trabaja fácil con modelos matemáticos donde la complejidad
lo aplasta; la complejidad solo se puede abordar desde la complejidad misma y no desde modelos que la simplifiquen lo suficiente.
Lo quiero ejemplificar con un caso que muestra qué pasa cuando uno
estudia con sus métodos y qué pasa cuando tiene en cuenta el conocimiento local y las potencialidades locales. En un estudio de 10 años en Brasil
sobre la relación presa-predador se concluyó que una especie de bagre consume 39 presas, otro 38, otro 7, otro 25 y otro 17; con los estudios que hicimos con los pobladores locales nos brincaron respectivamente de 39 a 54,
de 38 a 63, de 7 a 25, de 25 a 64 y de 17 a 67; la primera conclusión en estos
casos es que estas son especies especialistas, pero la conclusión de nuestros
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visiones y mAnejo locAl del mundo
del AguA en lA AmAzoniA colombiAnA
estudios participativos es que no solo son generalistas sino que además
son oportunistas, comen lo que se les atraviese. Además nos dimos cuenta
que un estudio que se hace en el medio Amazonas no se puede extrapolar
al alto Amazonas. Cómo nos aproximamos y cómo usamos el saber local
puede definir el éxito de nuestras soluciones. Nosotros hablamos mucho
de biodiversidad pero no la abordamos bien y no la manejamos bien; con
estos métodos de registros, sumados a la cartografía social, llegamos a métodos sencillos que pueden establecer diálogos ahí sí con los sistemas de información geográfica, con la cartografía georreferenciada, con las normas
y técnicas de cartografía formal. Los productos de este diálogo de saberes
son un conjunto de herramientas para que los pobladores locales tomen
decisiones y puedan controlar ellos mismos sus recursos.
Para la sostenibilidad, hay unos modelos muy sencillos donde se van
definiendo diferentes fases con los pescadores locales que funcionan mejor
que los decretos institucionales que por ejemplo dicen: se prohíbe el uso
de las mallas, cuando todo el mundo usa mallas y cuando los locales usan
mallas. La sostenibilidad es un debate muy grande que nosotros tenemos y
que tenemos que abordarlo. Con todos estos registros que llevan los pescadores mismos uno puede ir definiendo la sostenibilidad y las medidas que
se deben tomar; en el ejemplo anterior era para los grandes bagres.
Siempre estamos hablando del manejo de la biodiversidad pero nunca damos en el cómo manejarla. En el Magdalena se bajó de 70 000 toneladas de pescado hace 30 años, a menos de 2 000 hoy, y eso es cuando
hay subiendas grandes; en el Caquetá se pasó de 150 toneladas a 15 hoy.
Entonces, si no tenemos nosotros la información, el conocimiento local
y del plano institucional que aporte ese conocimiento local, pues simplemente nosotros no vamos a poder hablar ni de biodiversidad ni de
manejo sostenible ni de nada por el estilo. Por lo tanto, la conclusión es
que solo teniéndose en cuenta el saber local y promoviendo las acciones
desde los mismos usuarios de los recursos podemos generar la información pertinente y definir las pautas de manejo que nos lleven a nuestros
propios modelos de uso sostenible.
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SituaCión de Salud en la amazonia:
dónde eStamoS y alternativaS
para avanzar
PaBlo Montoya1
l
as conferencias anteriores hablaron del ambiente y del efecto de los humanos en este. Ahora me referiré más a la situación de la población. Les voy a hablar sobre el contexto de
la salud en la Amazonia: el manejo de la salud por las comunidades indígenas, del sistema de salud institucional, el que es proveído por el gobierno
y por las instituciones privadas, y algunos de los factores determinantes
para los problemas de salud, la situación epidemiológica y la necesidad de
encontrar alternativas para superar muchos de los problemas que les voy
a mostrar.
Como ya se ha mencionado en sesiones previas de esta cátedra, los
primeros habitantes de la Amazonia llegaron hace más de 12 000 años a la
región. Diferentes autores estiman que la población amazónica superó los
10 millones de habitantes en el momento de la conquista europea y que fue
diezmada a una vigésima o quincuagésima parte después del contacto debido a la introducción de enfermedades infecciosas, la esclavitud y las guerras intertribales. Algunos autores mencionan la ocurrencia de epidemias
de viruela devastadoras. Una de ellas inició en 1621 en el bajo Amazonas
y llegó al alto Amazonas en 1651. Otra ocurrió en el alto Amazonas entre
1671 y 1680, y contribuyó con la disminución de la población. Además de
esta catástrofe demográfica causada por el contacto con los europeos, en el
siglo XX hubo otra oleada de colonización siguiendo diferentes olas de bonanzas: la cauchera, la explotación del subsuelo (oro, diamantes, petróleo,
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Médico de la Universidad Nacional de Colombia y magíster en Salud Pública de la Universidad de Washington. Vinculado con Health Alliance International en Mozambique. [email protected]
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cátedra jorge eliécer gaitán
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Pablo montoya
etc.), la maderera, la de pieles, la construcción de megaproyectos (represas,
carreteras), la expansión de la frontera agrícola, la bonanza coquera y otras
que han causado efectos demográficos similares a los descritos con una
destrucción ambiental sin precedentes. Muchas etnias se han extinguido,
otras han crecido y algunas han sido absorbidas por otras. En un documento, Ribeiro reporta que entre 1900 y 1957 se extinguieron 87 de 230
grupos étnicos en Brasil y que actualmente la población indígena brasileña
corresponde a aproximadamente el 5% de la población indígena que habitaba la región en el siglo XVI. Estos decrecimientos poblacionales trajeron
consecuencias catastróficas, incluyendo la pérdida de importantes tradiciones y conocimientos culturales. Con la expansión desbordada de las actividades de extracción y del conflicto armado en la región, esta situación
se mantiene hasta hoy.
La extensión de la Amazonia colombiana corresponde aproximadamente a 42% de la superficie nacional y comprende los departamentos de
Caquetá, Putumayo, Amazonas, Vaupés, Guainía y Guaviare y parte de
los departamentos de Meta, Vichada, Cauca y Nariño. Esta región tiene
las mayores fronteras con los países vecinos; no me voy a detener en estos
puntos que ya han sido abordados por otros conferencistas.
La población de estos departamentos para 2010 es de aproximadamente 1 029 000 habitantes según las proyecciones del DANE . Existen diferencias demográficas importantes entre la región amazónica y el resto del
país. La proporción de población menor de 19 años corresponde aproximadamente a 48% en la región amazónica, en el resto del país es de 38%,
lo que significa que la población es mucho más joven. Mientras que en el
nivel nacional la población rural es del 25,6%, en la región amazónica es
de 51,8% y en varios departamentos supera el 60%. Una de las diferencias más significativas es la densidad poblacional, que en Colombia es de
40 hab/km2 y en la región amazónica de 2,6 hab/km2. Los departamentos
más poblados de la región son Caquetá y Putumayo con 73% de los habitantes. Las ciudades más pobladas son Florencia (121 898), San José del
Guaviare (34 863), San Vicente del Caguán (31 011), Puerto Asís (27 609),
Mocoa (25 753) y Leticia (23 811). El crecimiento poblacional de la región
ha dependido de migraciones que han llegado del interior del país a raíz
de las bonanzas mencionadas arriba y los desplazamientos causados por
la violencia. En muchos lugares, con la decadencia de dichas bonanzas, la
población ha tendido a permanecer en su estado inicial o a decaer.
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situAción de sAlud en lA AmAzoniA:
dónde estAmos y AlternAtivAs PArA AvAnzAr
El Estado reconoce la diversidad étnica y cultural del territorio por
medio de convenios internacionales, la Constitución Política y su normatividad reglamentaria (convenio 169 de la OIT ratificado por la Ley 21 de
1991 y artículo 7 de la Constitución Política). La legislación colombiana
de los años noventa convierte al país en uno de los más progresistas en lo
que a política indígena se refiere, reconociendo una amplia gama de derechos territoriales, políticos, lingüísticos y culturales. Los resguardos indígenas, propiedad colectiva inalienable e inembargable, son reconocidos
como divisiones político-administrativas del Estado que pueden funcionar como entidades territoriales indígenas (ETI). Las autoridades indígenas
son consideradas autoridades públicas de carácter especial, corresponsables de garantizar el cumplimiento de los fines del Estado y la prestación
de los servicios públicos esenciales en estos territorios de acuerdo con
sus tradiciones culturales (“usos y costumbres”) en articulación con las
demás entidades competentes (administraciones departamentales y municipales o corregimentales) para coordinar y complementar las acciones
de los diferentes sectores. Este es un momento coyuntural en la Amazonia colombiana, en el cual muchas organizaciones indígenas están dando
muestras importantes de autonomía al generar sus propias propuestas de
ordenamiento territorial, proyectando hacia el futuro los sistemas de conocimiento indígena y construyendo el camino para consolidar las ETI. El
ordenamiento territorial indígena se está desarrollando en la mayor parte
de la región a partir de educación, salud, ambiente, desarrollo socioeconómico y gobierno propio.
Cerca del 75% de la Amazonia colombiana hace parte de resguardos
indígenas, parques naturales o reservas forestales. Los parques y reservas
naturales son administrados por la Unidad Administrativa Especial del
Sistema de Parques Nacionales Naturales (Uaespnn). Esta sobreposición
territorial de administraciones, competencias y recursos supone importantes procesos de coordinación y cooperación interinstitucional para garantizar la prestación efectiva de los diferentes servicios y el respeto a la
autonomía de las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas del
Amazonas (AATI).
En la Amazonia colombiana hay 62 pueblos indígenas diferenciados
que constituyen el 74% del total de los pueblos indígenas a nivel nacional. Estos grupos representan aproximadamente el 13,3% de la población
regional, aunque en departamentos como Vaupés y Guainía representan
más del 60%. Cada grupo tiene una lengua y características culturales
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Pablo montoya
particulares. Estos pueblos tienen rasgos culturales que los unen, identifican y definen su orden social y que están registrados en las narraciones
de los mitos.
Salud en las comunidades indígenas
Dentro de la cosmovisión indígena, cada grupo étnico recibió un territorio de los dioses desde su origen. El origen se concibe como un conjunto de mitos y narraciones que explican la naturaleza humana y trazan el
destino del hombre desde su nacimiento e infancia. Es una auténtica guía
para la supervivencia, por cuanto fijan reglas de conducta no solo para las
ocasiones rituales sino para la vida cotidiana. También hacen referencia
a todos los lugares sagrados, al momento en el que nacieron los hombres,
repartieron el conocimiento, los utensilios, las plantas, los animales y el
territorio, entre otras cosas. Hace parte fundamental del conocimiento que
se transmite oralmente. El territorio, además de los recursos hídricos, minerales, faunísticos y vegetales que observamos, contiene lugares sagrados
de gran importancia simbólica para el grupo, que requieren del cuidado
permanente de un chamán y del respeto de todos los vivientes. Su adecuado cuidado asegurará salud y alimentos para la población. Estos lugares
marcan los límites del territorio para ellos y por lo general no coinciden
con la división político-administrativa anotada previamente, sobrepasando límites municipales, corregimentales, departamentales y nacionales.
Estos límites territoriales se deben tener en cuenta para diseñar e implementar las políticas públicas. Para los indígenas, con su visión integral del
cosmos, salud, cultura, ambiente, gobierno propio, educación, van de la
mano y son inseparables.
Los chamanes reciben diferentes grados, enfoques y “poderes” durante su formación. El chamán es el protector y administrador de los recursos naturales y representa la directriz del mantenimiento de las relaciones
sociales. La mayoría de las tribus utiliza las “curaciones” o “rezos” como
instrumento de preservación de la salud y mantenimiento del equilibrio
ecológico, porque así fue dispuesto desde su origen. Las curaciones −y la
vida en general− están enmarcadas en el calendario ecológico tradicional,
elemento fundamental de la cosmovisión indígena que marca diferentes
épocas, definidas por las variaciones de los ciclos estelares, lluvias, niveles
de los ríos, ciclos lunares, desplazamientos anuales de la vertical del sol,
cosechas y abundancias.
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situAción de sAlud en lA AmAzoniA:
dónde estAmos y AlternAtivAs PArA AvAnzAr
Este sistema de salud utiliza las actividades preventivas como pilar
fundamental; estas se basan en la comunicación de los chamanes con “los
dueños de la naturaleza” por medio de “curaciones”, invocaciones, sueños
y conjuros que tienen el fin de pedir los permisos y hacer los pagos necesarios para restablecer el equilibrio energético del ecosistema y por consiguiente el bienestar colectivo e individual. Las curaciones y los rituales
deben realizarse en cada época del año que definen según su calendario
ecológico y en todas las etapas de la vida; inician con los controles prenatales y son cruciales en los momentos del nacimiento y de la pubertad,
cuando ocurren los rituales de iniciación. Para que las curaciones surtan
efecto, la sociedad y los individuos deben cumplir las recomendaciones de
los curadores (restricciones dietarias, sexuales y el mantenimiento de relaciones armónicas con el ambiente −especialmente con los sitios sagrados,
considerados reservorios genéticos− y con otras personas de la comunidad). La importancia de este sistema de salud es crucial no solamente para
promover y preservar la salud y los sistemas ecológicos, sino también para
afianzar la identidad cultural y favorecer la autonomía de estos pueblos.
Es esencial reconocer institucionalmente este conocimiento y trabajar en
conjunto para hacer más sólida la red de salud.
La enfermedad para estos grupos tiene causas externas al cuerpo: 1)
la venganza por parte de los animales de caza; 2) la animadversión de otra
gente; 3) la malevolencia de seres sobrenaturales. Los tratamientos de los
chamanes actúan sobre las partes del ecosistema que han sido perturbadas;
curan disfunciones sociales. Para evitar la enfermedad deben guardarse
ciertas reglas culturales en ciertos momentos del ciclo ecológico y del ciclo
vital, como se mencionó anteriormente. En los diferentes momentos del
ciclo biológico del individuo deben realizarse algunas actividades de prevención tradicionales.
Tradicionalmente los grupos indígenas de la Amazonia lograron manejar su ambiente, su estructura social y sus principales problemas de salud
gracias al conocimiento tradicional manejado por el chamán y los viejos;
especialmente, gracias al respeto que se tenía por sus figuras y al concepto
que se tenía de dicho conocimiento. En varias zonas del territorio la red
de salud tradicional es reconocida, fuerte e importante y sigue siendo la
principal fuente de cuidados de salud.
En la cosmovisión de los indígenas de la región, la salud es la base
fundamental de la vida. El conocimiento tradicional indígena, la protección que ejercen los curadores, el equilibrio ambiental, el equilibrio social,
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Pablo montoya
la familia y la ausencia de enfermedad hacen parte integral del concepto
de salud y son absolutamente interdependientes. Para muchas personas es
importante también la articulación entre la medicina tradicional indígena
y la alopática.
Tradicionalmente la población se ha asentado a lo largo de los caños
y ríos, hasta hace algunos años, en malocas multifamiliares que cambiaban de lugar periódicamente para permitir la recuperación del ambiente y
mantener así relaciones armónicas con el ecosistema, asegurando la sostenibilidad del ambiente y su subsistencia como grupo. Con la colonización
se ha modificado el patrón de asentamiento, se han creado las comunidades, agrupaciones de familias en viviendas unifamiliares sedentarias. En
general y por múltiples razones muchas comunidades están sufriendo un
proceso de pérdida del conocimiento tradicional, que acarrea el debilitamiento de su identidad cultural. El proceso se originó hace varias décadas
con la colonización y con el ingreso de los misioneros y las industrias extractoras a la región. Los viejos de hoy recuerdan vívidamente los atropellos sufridos y su cronología. El sector salud no ha sido ajeno a este proceso
y ha contribuido con la transformación a través de la imposición de diferentes conductas clínicas, la indiferencia que ha tenido frente a los sistemas
de salud tradicionales y la creación de numerosas necesidades por asumir
actitudes paternalistas, acciones que se deben evitar en la actualidad.
Sistema de salud institucional
No pretendo hacer una revisión detallada de las normas vigentes con
respecto a la atención de salud en Colombia, pero es importante mencionar algunas de ellas para resaltar aspectos relevantes de los compromisos
que tiene el Estado frente a la salud de la población en general y de los pueblos indígenas, y posibilidades de fortalecer el sistema.
En la Constitución Política de 1991 (artículos 48, 49 y 366), el Estado
garantiza el acceso a los servicios de salud y dispone que estos sean organizados en forma descentralizada, por niveles de atención y con participación de la comunidad, creando mecanismos de concertación, control
y vigilancia de la gestión pública. En lo referente a la salud de los pueblos
indígenas queda establecido que debe ser un servicio eficiente, con participación indígena, de carácter comunitario y con la vinculación progresiva
del personal local a la prestación de los servicios.
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situAción de sAlud en lA AmAzoniA:
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En 1990 se expidió el Decreto reglamentario 1811 referente a la prestación de salud para comunidades indígenas, en el que se requiere asegurar
la participación efectiva, consciente y suficiente de las comunidades; crear
las instancias responsables de coordinar la interacción con las comunidades indígenas y adaptar los programas a sus necesidades; comprometer a
las escuelas de ciencias de la salud en el apoyo a los programas que se proyecten o estén ejecutando con indígenas; la prestación gratuita del servicio;
y la selección, formación y control de promotores indígenas.
En 1993, con la Ley 100, Sistema General de Seguridad Social en Salud
(SGSSS), se estableció que al Estado le corresponde garantizar el conjunto
de beneficios que constituyen el servicio público esencial de salud en forma
directa o a través de terceros. Se pretendía desarrollar un uso más racional
de los recursos del Estado y un avanzado grado de descentralización. Dichos beneficios se agrupan en planes: el plan de atención básica en salud
(ahora plan de intervenciones colectivas, PIC), planes obligatorios de salud
(POS) de los regímenes contributivo y subsidiado −que se deben unificar
según concepto de la Corte Constitucional, y es parte de lo que pretende el
gobierno con los decretos de emergencia social−, atención en accidentes de
tránsito y eventos catastróficos (ECAT) y atención inicial de urgencias, a los
cuales se accede dependiendo de la forma de afiliación al sistema.
En 2001 se expide la Ley 691 que reglamenta la participación de los
grupos étnicos en el SGSSS en Colombia, garantizando el derecho de acceso en condiciones dignas a los servicios de salud y observando el debido
respeto y protección a la diversidad étnica, social y cultural de la nación.
Reconoce a las autoridades tradicionales de los diversos pueblos indígenas en sus territorios. Reglamenta la unificación de los POS contributivo y
subsidiado según las particularidades socioculturales y geográficas y sobre
los planes de salud colectiva que podrán ser formulados por los pueblos
indígenas en sus planes de vida y desarrollo. Igualmente señala que se podrá aumentar el valor que el Estado paga por persona (llamado unidad
per cápita, UPC) hasta en 50% por encima del valor normal según la dispersión geográfica, dificultad de acceso, perfiles epidemiológicos, traslados
de personal y adecuación sociocultural de los servicios de salud. Refiere
que los planes y programas de servicios de salud aplicables a los pueblos
indígenas tendrán en consideración el saber y las prácticas indígenas, con
base en los criterios del pluralismo médico, complementariedad terapéutica e interculturalidad, incluyendo actividades y procedimientos en medicina tradicional indígena en procura del fortalecimiento de la integridad
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cultural de los pueblos indígenas. Anota que el gobierno reglamentará la
prestación de servicios de salud en las regiones de la Amazonia, Orinoquia
y costa Pacífica, para lo cual implementará y financiará un modelo operativo de atención.
En 2007 se definió el Plan Nacional de Salud Pública 2007-2010 (Decreto 3039 de 2007) en el que se determina que el Ministerio de la Protección Social (MPS) deberá desarrollar, adoptar o ajustar los documentos
técnicos y expedir los actos administrativos necesarios para facilitar su
implementación atendiendo las diferencias regionales, étnicas y culturales.
El panorama legal en general tiene aspectos positivos respecto a la
atención a las comunidades indígenas, pero, como en muchos campos,
existe una dicotomía entre lo que estipulan las normas y lo que ocurre en la
realidad. En la mayor parte del territorio amazónico la red sanitaria es insuficiente. Los servicios de salud son de difícil acceso, no se prestan en los
momentos en que se requieren y su calidad es deficiente. El enfoque de los
servicios es principalmente asistencial, los programas no están adaptados
a las necesidades locales, no están articulados con la medicina tradicional,
son discontinuos en el tiempo y atienden necesidades puntuales del momento, pero no necesariamente las requeridas por las comunidades. Los
profesionales que llegan a trabajar a estos territorios generalmente carecen
de experiencia y conocimientos para trabajar articuladamente con estas
comunidades y manejar correctamente los problemas de salud locales.
Con frecuencia los únicos servicios de salud institucionales se prestan solamente en las cabeceras de municipios o corregimientos con gran dispersión poblacional, habiendo múltiples comunidades que en más de dos años
no han recibido visitas de prestadores de servicios de salud institucionales.
El sistema de aseguramiento de cierta manera incentiva que no se presten
servicios de salud dado que en la medida en que no haya gastos se generan
mayores ganancias.
El SGSSS no ha funcionado en el territorio y desde hace muchos años
se viene profundizando la crisis del sector salud en los departamentos
amazónicos. El sistema de salud está fraccionado en muchos aspectos. Para
señalar algunos: las acciones de salud pública colectivas y las de atención
individual están a cargo de entidades diferentes y muchas veces, aunque
los mismos operadores sean contratados para implementar los dos tipos de
acciones (en general solo existe un prestador público en estos territorios),
no tienen suficiente coordinación o capacidad resolutiva para implementar
los servicios contratados. Diferentes empresas promotoras de salud (EPS)
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pueden tener afiliados en diferentes comunidades y, dependiendo de los
contratos que las EPS tengan con los prestadores de servicios y del balance
de cuentas entre las instituciones, ocurre que solo sean atendidos los afiliados de una determinada EPS y no la totalidad de la comunidad.
Las características socioculturales y la dispersión demográfica obligan a adaptar los programas nacionales y desarrollar estrategias de trabajo diferentes a las empleadas en el interior del país, lo que genera altos
costos en la prestación de servicios y un desequilibrio económico permanente en el sistema. En un análisis de costos desarrollado en el Vaupés en
2001 se argumentaba que la UPC promedio para el departamento debía
ser superior a 314 000 pesos para la atención del primer nivel, garantizando la calidad, cuando en el momento se estaban recibiendo 103 000 pesos
por ese concepto.
La superposición, mencionada arriba, de entes territoriales lleva a
una superposición de responsabilidades que genera conflictos por intereses políticos o por evasión de las mismas. En gran medida estos conflictos
de intereses han impedido el desarrollo de las organizaciones indígenas y
por consiguiente de alternativas políticas regionales viables, adaptadas a
las necesidades de la población.
Finalmente, es importante anotar que en general no hay acuerdos interdepartamentales e internacionales para la prestación de servicios públicos esenciales en las fronteras, que son los puntos de entrada y circulación
de muchas de las patologías infectocontagiosas que afectan periódicamente a la población de este territorio.
algunos factores determinantes de los problemas de salud
La región enfrenta serios problemas de viabilidad en el modelo económico actual del país, puesto que no cuenta con procesos productivos que
generen las fuentes de ingresos necesarias para asegurar su autonomía. Del
modelo de subsistencia se ha pasado al extraccionista de productos lícitos
o ilícitos. Este cambio de modelo ha contribuido con el deterioro del orden
social y el equilibrio ambiental, generando condiciones socioeconómicas
desfavorables, violencia, niveles críticos de dependencia comercial frente
a la “sociedad mayor”, y ha cambiado los patrones de alimentación por incorporación de productos industrializados a la dieta. También ha generado
procesos de migración hacia las zonas de producción y hacia las ciudades
del interior del país; a estas últimas, especialmente de las mujeres. Estos
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factores facilitan la expansión y dificultan el control de infecciones como
malaria, leishmaniasis, infecciones de transmisión sexual (ITS) y virus de
la inmunodeficiencia humana (VIH), entre otras. Es esencial la búsqueda
de estrategias que permitan el desarrollo socioeconómico a través del uso
sostenible de los recursos y que estén adecuadas a las características de los
ecosistemas amazónicos y a la diversidad cultural de sus habitantes.
A partir del contacto con la “sociedad mayor”, los pueblos indígenas
de la región han incorporado grandes cambios en los patrones culturales
y la estructura social, que han afectado su autonomía e identidad, ocasionando la ruptura de la cadena de transmisión de conocimiento y valores
tradicionales, el desprestigio de la figura de los chamanes y del conocimiento ancestral, conflictos entre las figuras de poder tradicionales y las
recientemente creadas, la pérdida de la práctica de los factores protectores de la salud tradicionales, el debilitamiento de la trama de soporte y
protección social y el consiguiente desequilibrio en la salud ambiental,
social e individual.
Como se mencionó anteriormente, se ha modificado el patrón de
asentamiento. Actualmente la población indígena habita en comunidades
que son agrupaciones de familias que habitan viviendas unifamiliares,
sedentarias, donde aumentan progresivamente la población y los conflictos con el ambiente (saneamiento básico deficiente, hacinamiento, menor
disponibilidad de alimentos, distanciamiento de los terrenos aptos para
los cultivos), incrementándose paralelamente una serie de problemas sanitarios como los estados diarreicos agudos, las infecciones respiratorias
agudas y crónicas, las parasitosis externas e internas, las enfermedades
de la piel, las enfermedades transmitidas por vectores y las deficiencias
nutricionales.
Las características climáticas y geográficas aunadas a la gran biodiversidad favorecen la reproducción de agentes potencialmente nocivos
para la salud humana (parásitos, insectos, virus, hongos, etc.), que actúan
directamente o como vectores de diferentes enfermedades. Estos factores,
asociados con el hecho de que la mayor parte de la población en la región
carece de acceso a agua potable o a sistemas de alcantarillado o disposición
de excretas y residuos sólidos adecuados, favorecen la manifestación de
muchas de las enfermedades ya mencionadas. Las deficiencias en el saneamiento básico e higiene se asocian además con enfermedades como las
otitis externas, las infecciones de los ojos, de la piel y del tejido celular
subcutáneo y enfermedades transmitidas por vectores. Estos problemas de
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salud constituyen por lo menos 5 de las 10 principales causas de consulta
en el territorio.
Igualmente, las condiciones de hacinamiento, la falta de ventilación
e iluminación, el alto porcentaje de viviendas con fogones de leña dentro
de las habitaciones y la presencia de animales domésticos en el interior
de estas constituyen también factores de riesgo asociados a las principales
patologías del perfil epidemiológico.
La relativa pobreza de la composición de los suelos y del contenido de material orgánico de los ríos negros, asociados a su acidez, el inadecuado manejo del ambiente y la modificación paulatina del sistema
económico en épocas recientes han disminuido la disponibilidad de alimentos, causando desnutrición.
Ciertas actividades laborales cotidianas relacionadas con la producción de alimentos en la chagra y su procesamiento o la consecución de
alimentos proteicos (pesca prolongada) constituyen un factor de riesgo de
enfermedades osteomusculares degenerativas y compresiones de nervios
periféricos en los miembros superiores.
En algunas zonas hay explotación aurífera desarrollada sin ninguna
planificación. Los mineros utilizan técnicas rudimentarias e inadecuadas
para su extracción, empleando mercurio y cianuro a campo abierto, sin
ninguna protección individual ni ambiental, lo que potencialmente genera
la aparición de problemas neurológicos, especialmente en los niños.
Situación epidemiológica
Como consecuencia del contexto anotado, el perfil epidemiológico de
estos territorios es muy preocupante, especialmente en los departamentos
en los que predomina la población indígena, donde los indicadores de salud se encuentran sistemáticamente entre los peores del país. Es de resaltar
que estos indicadores oficiales solo toman en cuenta los casos que se reportan oficialmente y a través de los canales oficiales, por lo que en general
subestiman la problemática que viven las comunidades.
Los departamentos amazónicos tienen las mayores tasas de mortalidad infantil (menores de 1 y 5 años) y materna con cifras que con frecuencia superan por más del doble el promedio nacional. Estos territorios
también presentan las mayores incidencias de tuberculosis y, si no se le
presta la atención requerida, probablemente también de VIH-sida, como se
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observa en algunos estudios realizados en comunidades amazónicas remotas en Perú.
Las regiones de Orinoquia y Amazonia son las que tienen mayor prevalencia de obesidad e hiperglicemia en adultos a nivel nacional, lo que
hace prever que tendrán aumentos paulatinos en los problemas crónicos de
salud. Estas regiones ocupan el segundo lugar en el país, después de la zona
Pacífica, respecto a la prevalencia de discapacidades.
Los departamentos amazónicos también presentan un nivel muy alto
de patologías sociales. Registran los mayores niveles de alcoholismo y violencia intrafamiliar y también hay departamentos de la región entre los de
mayores tasas de suicidios, homicidios, delitos sexuales, lesiones externas
y muertes accidentales.
La cobertura de servicios de salud en estos departamentos es la más
baja en el país. Las coberturas de vacunación no alcanzan niveles útiles
(superiores al 95% para garantizar la inmunidad de las comunidades). El
número de consultas externas, hospitalizaciones y atenciones de urgencias
por cada 1 000 habitantes es frecuentemente inferior a la mitad del promedio nacional.
Es importante anotar que, en general, la información disponible no
permite comparar indicadores entre grupos étnicos, lo que evidenciaría
diferencias aun mayores en el estado de salud nacional y de las comunidades indígenas.
Finalmente, quiero resaltar que los problemas de salud que reportan
las estadísticas oficiales no necesariamente son los prioritarios para las comunidades y que, si no se desarrollan trabajos participativos, difícilmente
se conocerán y abordarán algunos de los problemas más apremiantes para
la población.
¿Hacia dónde avanzar?
Las inequidades referentes a la carga de enfermedad (la mayoría prevenible) y condiciones de vida de las poblaciones indígenas a nivel mundial
han sido registradas y denunciadas en múltiples documentos. Muchas instituciones han intentado generar estrategias para mejorar la situación de
estos pueblos e incluso las Naciones Unidas declararon 1995-2004 como la
Década de los Pueblos Indígenas en el mundo, pero las inequidades persisten y la situación de estos pueblos se agrava progresivamente. Es necesario
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comprometer a los gobiernos y garantizar la voluntad política y la destinación de recursos para modificar de una manera efectiva estas inequidades.
Dada la necesidad sentida por los pobladores de estos territorios de
mejorar su situación de salud, en los últimos años se han desarrollado propuestas de modelos de salud en diferentes departamentos y organizaciones
indígenas, como las AATI del nororiente del departamento de Amazonas y
del suroriente del Vaupés. Infelizmente, estas iniciativas no se han podido
replicar y expandir y en algunos casos, por cambios en las políticas o en
los intereses políticos, han sido desmontadas. Es muy importante hacer un
inventario y estudio sistemático de estas experiencias para aprovechar el
camino recorrido.
Es esencial desarrollar un modelo de salud que responda a las necesidades socioculturales, demográficas, políticas, económicas y geográficas
de las comunidades indígenas y no indígenas de la región. Este modelo
debe contemplar los principios de atención primaria en salud definidos
por la Organización Mundial de la Salud (universalidad, justicia social,
participación de la comunidad en la definición y aplicación de las agendas
de salud y respuesta efectiva del sistema de salud con servicios de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación necesarios para resolver las
prioridades, enfoque intersectorial de la salud) y aplicar los magnánimos
principios establecidos en la legislación de salud nacional. Para ello se requiere llevar a cabo amplios procesos de diálogo y concertación con todos
los actores clave que deben estar involucrados en este proceso y así generar nuevamente confianza en las instituciones. En los grupos indígenas se
debe concertar con representantes legítimos de las mismas comunidades.
Es crítico que las organizaciones indígenas y actores interesados se unan
para generar conciencia sobre la situación descrita, avanzar en la construcción de soluciones concretas a esta problemática y mejorar el poder de
negociación para modificar las voluntades políticas. Se debe aprovechar la
oportunidad existente en la Ley 691 de 2001 y conseguir que se reglamente
el modelo de salud para la Amazonia, Orinoquia y el Pacífico.
Este modelo debe propugnar algunos principios básicos:
•
Intersectorialidad: gran parte de la problemática de salud tiene factores multicausales que no pueden ser abordados ni solucionados
aisladamente por el sector salud. Se requiere la coordinación con
otros sectores para lograr la modificación del perfil epidemiológico
de esta región.
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•
Fortalecimiento de las organizaciones indígenas: el modelo debe
brindar asesoría y acompañamiento técnico a las AATI para que estas adquieran las herramientas necesarias para asumir cabalmente la
autogestión de los procesos de salud en su territorio y puedan asumir
responsablemente sus competencias constitucionales. Además debe
propender al fortalecimiento de los mecanismos de participación y
control social para que el sistema se regule localmente y se retroalimente constructivamente para proteger los intereses comunitarios.
•
Adaptación e integración de los planes de beneficios del sistema: se
deben llevar a cabo procesos de concertación e investigación participativa y cualitativa en general con cada uno de los pueblos indígenas para definir sus prioridades en salud y desarrollar protocolos
interculturales con enfoque diferencial por género y etapa del ciclo
de vida que respondan a las mismas. Con base en los procesos de
concertación, deben adaptarse los contenidos de los planes de beneficios (POS y PIC especialmente) y los compromisos establecidos
deben quedar como políticas públicas. Se debe definir la participación de los agentes de medicina tradicional, las AATI y las comunidades en la implementación de cada uno de esos planes. Igualmente
se deben definir las estrategias de prestación de servicios de salud
“institucionales” para garantizar coberturas apropiadas, servicios
oportunos, de calidad y adaptados culturalmente, trabajando idealmente con grupos extramurales multidisciplinarios que se puedan
desplazar periódicamente a las comunidades y con personas locales
que hagan las veces de promotores de salud y sirvan como puente
entre las dos medicinas. Es indispensable que las acciones de interés
en salud pública colectivas e individuales y las acciones asistenciales
sean integradas y se presten de manera cabal, en los tiempos apropiados del calendario ecológico y coordinadamente entre los agentes
de medicina tradicional y los equipos extramurales que se desplacen
por las comunidades en la medida que las acciones sean aplicables a
estos niveles de atención.
•
Fortalecimiento del sistema de salud tradicional: este sistema sigue
siendo esencial para la preservación de la salud y el orden social de
estos pueblos. Debe reconocerse esta importancia y estimularse la
práctica de las acciones preventivas y curativas individuales y colectivas que los chamanes desarrollan, articularlas con las acciones
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desarrolladas por la medicina “occidental” e incorporarlas en los
planes de beneficios en la medida en que las prácticas sean validadas
de manera consensuada localmente. Es de suma importancia que
los servicios de salud “institucionales” garanticen el respeto por el
saber tradicional y tengan en cuenta la articulación de las acciones
individuales y colectivas.
•
Fortalecimiento de la capacidad institucional: los prestadores de servicios de salud deben garantizar que tienen la capacidad resolutiva
necesaria para solucionar los problemas de salud propios de su nivel
de atención utilizando tecnología apropiada al medio. Es de especial
relevancia que se garantice la capacidad para dar solución a los problemas de salud prioritarios. Se estima que, en la medida que se garantice un buen primer nivel de atención, podría manejarse 85% de
los problemas de salud. Las direcciones territoriales de salud deben
tener la capacidad de realizar el acompañamiento técnico, monitoreo
y control para que estos servicios se presten efectivamente.
•
Capacitación del personal de salud que trabaje en la región: las instituciones prestadoras de servicios y las direcciones territoriales de
salud deben garantizar procesos de inducción y formación de su personal de salud para que pueda trabajar de manera intercultural y responder a las prioridades locales. Es importante tener agentes de salud
comunitarios coordinados por las propias comunidades, que sirvan
como puente entre las medicinas. Estos agentes deben ser formados
siguiendo programas concertados con las comunidades en los que se
enfaticen la interculturalidad, la vigilancia en salud pública y las acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
•
Vigilancia de salud pública y comunitaria: deben mejorar los sistemas de información y la capacidad de respuesta de las instituciones
competentes para enfrentar problemas de importancia en salud pública. Igualmente se debe contribuir con la consolidación de un sistema de vigilancia de salud comunitario confiable, que comprometa a
la población general en el análisis de su situación de salud y en la solución de su problemática, favoreciendo la incorporación de conceptos
y prácticas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad
tradicionales y “occidentales” a la práctica de salud cotidiana.
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