la civilizacion griega

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La civilización griega
• Orígenes de la Civilización griega
Los orígenes de la civilización griega estarían en la isla de Creta, al sureste del
Peloponeso, a partir del 2100 a. C. aproximadamente, donde se desarrolla la civilización
Minoica, nombre tomado del legendario Rey Minos, que se asocia a la leyenda del
Laberinto y el Minotauro. Los Aqueos, pueblo guerrero invade y somete por las armas a
los cretences y luego extienden su dominio a la península del Peloponeso, pero
lentamente se transculturizan y adoptan la cultura helénica, es el tiempo de los Reyes
Guerreros, hechos hermosamente relatados por Homero, en la Iliada y la Odisea, como
por ejemplo: la guerra de Troya.
Luego otros pueblos invaden la peninsula de los Balcanes, ocupando diversos territorios
de Grecia y Asia Menor, siendo los principales los eolios, los jonios y los dorios.
Entre los siglos VIII y V a.C. la Península de los balcanes se hace insuficiente para
contener y alimentar a la creciente población helénica, por lo que comienza la migración
y el poblamiento paulatino de todas las costas del mar mediterráneo. Debido a su gran
preparación los griegos influyen enormemente en los pueblos vecinos quienes empiezan
a transculturizarse utilizando elementos de la cultura griega.
Es así como las antiguas polis pasan a convertirse en Metrópolis (Ciudad Madre) de las
nuevas polis, pero estas no tienen ningún tipo de dependencia a no ser de carácter
afectivo o que realizan comercio mutuamente.
La región hoy día llamada Grecia no parece haber sido en la antigüedad habitada de un
modo estable; por el contrario, eran en ella frecuentes las migraciones, y sus habitantes
abandonaban sin dificultad el territorio bajo el impulso de inmigrantes cada vez más
numerosos: no existía el comercio, no había seguridad ni en las comunicaciones
terrestres ni marítimas; cada tribu trabajaba sus propios campos sólo para subsistir; no
disponían de dinero ni cultivaban la tierra, porque nunca sabían si caería sobre ellos un
invasor que, al estar sin la protección de unas murallas, se los arrebataría todo; la
seguridad de que en cualquier otra gente podrían hallar el alimento necesario para cada
día, unido a las demás circunstancias, fomentaba en ellos una constante emigración, y
por este mismo hecho no se distinguían ni por la importancia de sus ciudades ni por
cualquier otro signo de poder.
Eran sobre todo las regiones más ricas las que cambiaban de población con mayor
frecuencia, como, por ejemplo, lo que hoy se llama Beocia y Tesalia, y la mayor parte
del Peloponeso, a excepción de Arcadia; en suma, los países más fértiles. La feracidad
del suelo aumentaba la fortuna de algunos individuos, lo que provocaba revueltas que
eran la causa de su ruina, hecho que los exponía aún más a los ataques de pueblos de
otra raza. Por lo menos el Ática, debido a la pobreza de su suelo, se vio durante mucho
tiempo libre de discordias, y ello determinó que fuera ocupada siempre por los mismos
habitantes.
Es una confirmación importante el hecho de que las restantes regiones, en razón de los
constantes cambios de población que sufrían, no crecieron en la misma medida. En
efecto, de entre los individuos que, por causa de las guerras o de las luchas intestinas,
eran desterrados de las demás regiones de Grecia, los más poderosos acudían a Atenas
en busca de asilo, por considerarla un lugar seguro. Y, a medida que iban adquiriendo la
ciudadanía, fueron engrosando aún más la población de la ciudad, hasta tal grado que,
más tarde, tuvieron que enviar colonias a Jonia, por entender que el Ática ya no tenía
suficiente capacidad.
Prueba, también importante, de la pobreza de al antigua Grecia es el hecho de que, con
anterioridad a las guerras troyanas, no parece que hubiese llevado a cabo ninguna acción
militar en común. Es más, a mi entender, ni siquiera se aplicaba entonces el nombre de
Helenos al país entero, y que antes de Helen, hijo, del Deucalión, ni tan solo existía ese
nombre, sino que cada pueblo daba el suyo a cada región particular, y el de los Pelasgos
era el más extendido. Pero una vez Helen y sus hijos hubieron impuesto su supremacía
en la Ftiótide, fue entonces cuando, al ser invocada su ayuda desde las otras ciudades,
empezaron, independientemente y de un modo progresivo, a llamarse a sí mismos
helenos, debido a sus relaciones con ellos; pero tal denominación tardó mucho tiempo
en extenderse a todos.
Homero proporciona la prueba más concluyente: pese a haber vivido mucho tiempo
después de la guerra de Troya, en ningún pasaje emplea esa denominación en sentido
colectivo, ni llama así a ningún pueblo a excepción de Aquiles y sus guerreros, que
precisamente procedían de la Ftiótide y que, cabalmente, fueron los primeros helenos;
en cambio, en sus poemas habla sólo de dánaos, argivos y aqueos. Es más, ni siquiera
utiliza el término bárbaros, a mi entender porque todavía no era una realidad la
distinción de griegos como denominación única para oponerla a aquellos. Así, pues,
estos pueblos, que hablaban la misma lengua y que fueron recibiendo paulatinamente el
nombre de helenos, primero por estados, luego ya todos en bloque, en razón de su
debilidad militar y de la falta de relaciones mutuas, no realizaron ninguna acción
conjuntamente. Y aún si llegaron a llevar a cabo los mentados actos bélicos fue cuando
hubieron adquirido ya una cierta experiencia naval.
• Características de la Civilización griega
Sociedad griega: Los griegos vivían en ciudades-estado independientes, entre las que
se destacó Atenas, donde los hombres atenienses lograron consolidar un sistema
democrático.
La Alimentación: Entre los productos básicos de la dieta griega destacan: las
legumbres, cebollas, ajos, repollos, aceitunas; las frutas como las uvas (utilizadas para
elaborar vino), los higos, manzanas y peras. Por ser una región bañada por el mar,
constituye un producto básico de la alimentación el pescado, mariscos, calamar y pulpo.
La Vivienda: Eran de diversos tamaños y calidades dependiendo de la riqueza y
condición social del propietario.
En general los griegos construyeron sus casas de bloques de adobe secados al sol, con
tejas de arcilla o ramas en el techo, con puertas y ventanas de madera (sin vidrios.
Creencias religiosas y mitológicas: A semejanza de varios pueblos de la antigüedad,
los griegos eran politeístas. Creían que los dioses eran seres inmortales y vivían en el
Olimpo, pero constantemente estaban en contacto con los seres humanos, interviniendo
en su vida e incluso enemistándose o uniéndose con ellos.
Fiestas griegas en honor de los dioses: Los griegos celebraban grandiosas fiestas en
honor de los dioses, a nivel nacional e internacional. Las fiestas nacionales más
importantes eran las Panateneas y las Dionisiacas, mientras que las fiestas
internacionales más destacadas eran las Panhelénicas.
Las creaciones artísticas: Los griegos fueron un pueblo de artistas, especialmente
orientados a la arquitectura y escultura.
Desde el punto de vista arquitectónico los griegos crearon tres tipos de órdenes: Dórico,
Jónico y Corintio.
En todos ellos el soporte esencial es la columna, la que marca el carácter del estilo.
La población de la civilización griega (según estimaciones para 1998) es de 10.662.138
habitantes, lo que equivale a una densidad de 81 hab/km². Su población es alta en
proporción al tamaño y la capacidad económica del país, en el que hay bastante pobreza.
Tanto la tasa de natalidad (antes una de las mayores de Europa) como la de mortalidad
han descendido en los últimos años, y la tasa anual de crecimiento, que en el periodo
1950-1960 era de un 1%, en 1998 se situaba en el 0,43%. Cerca de un 60% de la
población es urbana. Gran parte de ésta se concentra alrededor de Atenas, Salónica
(Tesalónica), en Macedonia, al oeste del Peloponeso y en las islas Corfú, Zante y Quíos,
algunas de las de mayor aglomeración urbana.
n el último periodo de la edad del bronce en Grecia (1500-1200 a.C.), el continente fue
absorbiendo paulatinamente la civilización cretense. Hacia el 1400 a.C., los aqueos
conquistaron y controlaron las islas y poco después también dominaron el continente, en
especial la región de Micenas. Debido a las exhaustivas investigaciones de sus ruinas, la
ciudad da su nombre a los antecesores aqueos, aunque también destacaron en
importancia otras ciudades-estado. La guerra de Troya, descrita por Homero en la
Iliada, comenzó alrededor del 1200 a.C. y probablemente fue uno de los conflictos
bélicos que tuvieron lugar entre los siglos XIII y XII a.C. Puede que tuviera relación
con la última y más importante invasión del norte, que ocurrió en aquel tiempo e
introdujo la edad del hierro en Grecia. Los dorios abandonaron las montañas del Epiro y
descendieron al Peloponeso y a Creta, utilizando armas de hierro para conquistar y
expulsar a los anteriores habitantes de estas regiones. Los dorios derrocaron a los
monarcas aqueos y se asentaron sobre todo en las regiones meridionales y orientales de
la península. Esparta y Corinto se transformaron en las principales ciudades dóricas.
Muchos aqueos buscaron refugio al norte del Peloponeso, zona que más tarde se llamó
Aquea. Otros resistieron duramente a los dorios, y tras ser sometidos, fueron reducidos
a servidumbre y denominados `ilotas'. Los que lograron huir se refugiaron en el
Peloponeso, se reunieron con sus parientes en Ática y en la isla de Eubea, pero después
emigraron al igual que los eolios a las costas de Asia Menor. En los siglos posteriores al
1200 a.C. la progresiva colonización de las costas de Asia Menor, primero por los
refugiados procedentes de zonas ocupadas por los dorios y más tarde por los mismos
dorios, convirtieron la región en parte política y cultural de Grecia. Por cada una de las
tres divisiones étnicas griegas se creó una gran confederación. La parte norte de la costa
de Asia Menor y la isla de Lesbos formaban la Confederación Eólica. La Confederación
Jónica ocupaba el distrito medio, llamado Jonia, y las islas de Quíos y Samos. Al sur de
las islas de Rodas y Cos se estableció una Confederación Dórica. Varios siglos después
(750-550 a.C.), el rápido aumento de la población, la escasez de alimentos, el
florecimiento de la artesanía y el comercio y otros factores conllevaron una nueva
oleada colonizadora. Se fundaron colonias en lugares tan lejanos como la costa oriental
del mar Negro y Massilia (actual Marsella, Francia), y tuvieron lugar asentamientos en
Sicilia y la parte meridional de la península Itálica. Esta última tenía tal densidad de
población griega que se la conocía como la Magna Graecia.
• Idiosincrasia de la Ciudad espartana
La antigua ciudad, incluso en sus días más prósperos, sólo era un grupo de cinco
pueblos con casas simples y algunos edificios públicos. Los pasos que conducían al
valle del Eurotas se defendían con facilidad y Esparta no tuvo murallas hasta finales del
siglo IV a.C. Los habitantes de Esparta estaban divididos en ilotas (esclavos), quienes
realizaban todos los trabajos agrícolas; periecos, una clase sometida de hombres libres
pero sin derechos políticos, que principalmente eran comerciantes; y los ciudadanos
espartanos (homoioi o iguales), la clase gobernante política y militar, descendientes de
los dorios que invadieron la zona en el 1100 a.C.
La base de la grandeza espartana se atribuyó a la legislación de Licurgo, pero lo más
probable es que fuera resultado de las reformas introducidas hacia el 600 a.C. En el
siglo VII a.C., la vida en Esparta era similar a la de otras ciudades griegas, florecieron el
arte y la lírica (véase Alcmán). Desde el siglo VI a.C. en adelante los espartanos
acrecentaron su austeridad y rigidez militar, de forma que toda su disciplina estaba
dirigida a la guerra. Así, no se permitía que un niño con defectos físicos sobreviviera;
los niños comenzaban su instrucción militar a la edad de siete años y entraban en filas a
los veinte. Aunque podían casarse, estaban obligados a vivir en los cuarteles hasta los
treinta años; desde los veinte años hasta los sesenta, todos los espartanos tenían que
servir como hoplitas (soldados de a pie) y comer en la fiditia (comedor público).
Las primeras luchas de Esparta fueron contra Mesenia, en el suroeste del Peloponeso, y
Argos, una ciudad localizada en el noreste de dicha península. La primera guerra contra
Mesenia terminó hacia el 668 a.C. con la derrota de los dorios, la mayoría de los cuales
fueron reducidos a la calidad de ilotas. Por lo general, vencieron a los descendientes de
los aqueos y a los dorios de Argos en las guerras que mantuvieron con ellos. Con su
disciplina severa, se convirtieron en una nación de guerreros decididos y osados,
capaces de un patriotismo abnegado, como demostraron los 300 héroes de las
Termópilas, cuando en ese desfiladero perecieron las tropas del rey espartano Leónidas
I enfrentadas a los persas (480 a.C.), pero incapaces de adoptar un programa político y
económico sensato, debido a la peculiar configuración autoritaria y poco representativa
de la sociedad y el poder político espartano, todo ello agravado por el siempre presente
enfrentamiento con las sucesivas revueltas de los ilotas.
La guerra del Peloponeso, iniciada en el 431 a.C., transformó la rivalidad latente entre
Atenas y Esparta en conflicto abierto. La derrota de Atenas en el 404 a.C., condujo a la
consolidación de la hegemonía espartana sobre los estados griegos, pero los ejércitos de
Tebas, a las órdenes de Epaminondas, privaron en el 371 a.C. a Esparta de su poder y de
sus adquisiciones territoriales, reduciendo su territorio a las fronteras originales. Más
tarde, Esparta se convirtió en parte de la provincia romana de Acaya y parece ser que
prosperó durante los primeros siglos del Imperio romano. Los visigodos, dirigidos por
su rey Alarico I, destruyeron la ciudad en el 396 d.C.
• Formas de vida en Atenas
A mediados del siglo IX a.C., la ciudad-estado (polis) de Atenas se anexionó el
territorio que la rodea, incluyendo el puerto de El Pireo. Cuando la monarquía fue
sustituida por una aristocracia nobiliaria, los ciudadanos atenienses obtuvieron algunos
derechos. El Areópago (consejo de ancianos) dominaba la ciudad y designaba tres
magistrados (posteriormente nueve), o arcanos, con carácter anual, que se
responsabilizaban de la dirección de los asuntos bélicos, religiosos y legislativos. El
descontento con este sistema, desembocó en un intento de acabar con él durante la
dictadura de Cilón (632 a.C.). La persistencia de la agitación social, llevó a Dracón a
dictar un riguroso código de leyes (llamadas leyes draconianas y cuyo uso hoy se aplica
a leyes muy estrictas) que promulgó en el 621 a.C. Este código, vino a agudizar aún más
la crisis social y económica pero, en última instancia, llevó al nombramiento
consensuado de Solón como arconte en el año 594 a.C. Solón instituyó un consejo
(Bulé), una asamblea popular (Ekklesia), y tribunales de justicia. También impulsó el
comercio, reformó la acuñación de moneda, y atrajo comerciantes extranjeros a la
ciudad. El éxito de sus reformas sólo fue parcial.
En el 560 a.C. el tirano Pisístrato, apoyado por la aristocracia, consiguió hacerse con el
control de Atenas. Hizo que las reuniones del Bulé se celebraran en el ágora (plaza del
mercado), y construyó un nuevo templo en honor a Atenea (la diosa protectora de la
ciudad) en la Acrópolis. Pisístrato también impulsó espectáculos públicos como los
juegos panatenáicos o panateneas, que se celebraban cada cuatro años en honor de
Atenea. Tanto el tirano como sus hijos Hipiase e Hiparco emprendieron la construcción
de muchas obras públicas entre los años 560 y 510 a.C. En el 509 a.C., Clístenes dirigió
una revolución democrática que derrocó la tiranía de Hipias. Estableció el derecho igual
para todos los ciudadanos y reorganizó la estructura tribal de la ciudad, ya que sus bases
y principales apoyos eran los sectores más populares del centro de la ciudad y de El
Pireo. La poderosa Asamblea popular formada por todos los ciudadanos se reunía en la
colina Pnyx, situada tras la Acrópolis.
En el año 480 a.C. Atenas fue saqueada y estuvo a punto de ser destruida por los persas.
El político ateniense Temístocles, que había derrotado a los invasores persas en la isla
de Salamina, inició la reconstrucción de la ciudad, construyendo murallas defensivas en
torno a Atenas y El Pireo. También empezó a construir otra muralla que conectaba a
Atenas con su puerto. Sus trabajos fueron continuados por Pericles en torno al 450 a.C.
Pericles, más que cualquiera de los restantes políticos democráticos, convirtió Atenas en
una gran ciudad. Usando fondos públicos, construyó el Partenón, el templo de Niké, el
Erecteion, y otros grandes monumentos. Potenció el ágora, en la que se podían
encontrar productos de todo el mundo. Atenas, a la cabeza de la Liga de Delos, formada
en el 477 a.C. por diferentes ciudades-estado para hacer frente al peligro persa, se
convirtió en un poder de tipo imperial. Sus tribunales juzgaban casos relativos a toda la
región del Egeo. La vida cultural de la ciudad alcanzó un importante auge. Se
representaban grandes comedias y tragedias en el teatro de Dionisio, detrás de la
Acrópolis, y Pericles atraía a su círculo a los principales intelectuales del momento. La
ciudad, con su sistema democrático en el que participaban todos los ciudadanos
atenienses y su brillante estilo de vida, se convirtió en modelo de cultura helénica. En
estos momentos, su población debía rondar los 200.000 habitantes, de los que 50.000
eran ciudadanos varones con plenos derechos políticos, el resto —mujeres, extranjeros y
esclavos— carecían de ellos.
Al ser derrotada por Esparta en la devastadora guerra del Peloponeso (431-404 a.C.), la
ciudad inició su declive. Sócrates fue obligado a acabar con su vida, por cuestionar las
ideas tradicionales. Pese a todo, la filosofía siguió floreciendo. En el siglo IV a.C.
aparecieron escuelas de filosofía, como la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles,
y Demóstenes, Isócrates y otros, convirtieron la retórica en una de las bellas artes.
• Siglo de Pericles
Aparecía en esta época Pericles, hombre de brillante elocuencia, se decía que su lengua
eran tempestad y rayos, por lo cual fue apodado el olímpico. Pericles era un demócrata
descendiente de Clístenes, y estaba convencido que el nuevo sistema de gobierno era la
llave para conseguir un desarrollo cultural y cívico jamás visto. Era un hombre de bajo
perfil, reservado y de aires nobles. Era casado con Aspasia de Mileto que pronto fue la
principal figura femenina en Atenas gracias a las reuniones de intelectuales que ofrecía
en su casa, el mismo Sócrates reconocía cuan agradable era asistir a sus charlas.
Aprovechando el desencanto que tuvieron los atenienses con Cimón, Pericles hizo que
se le aplicase el ostracismo, y este fue el fin de las relaciones entre Esparta y Atenas.
Los espartanos reaccionaron rápidamente y reorganizaron la antigua liga del
Peloponeso, se disponían a hacerle la guerra a los atenienses.
448ac- Pericles era conciente del peligro en el que estaba expuesto Atenas ya que
enfrentaba a los persas y a Esparta al mismo tiempo. Cimón en su exilio organizó una
campaña naval, en la que moriría, contra Chipre que estaba bajo dominio persa, luego
de expulsar a los invasores de la isla en una gloriosa victoria, Pericles aprovechó la
ocasión para firmar la paz con el rey de reyes, pero no se consiguió que los persas
firmaran dicho tratado ni que reconocieran la independencia de los jonios, luego de
algunas discusiones los persas se comprometieron a no entrar al mar Egeo y
establecerse a no menos de una jornada de las ciudades griegas en Asia.
Dos años más tarde se firmó un tratado de armisticio que se llamó “la paz de treinta
años” con la liga espartana, se reconocía a Esparta como soberana de la liga del
Peloponeso y a Atenas como centro de la Confederación de Delos, se prohibía que
ambas ciudades se quitaran aliados y se comprometieron a arreglar sus problemas
verbalmente, poniendo fin de manera repentina la “Primera guerra del Peloponeso”.
Atenas- La victoria de los helenos sobre los orientales, ensalzó principalmente a los
atenienses, responsables en un gran porcentaje de la libertad de los griegos. Atenas se
convirtió en el núcleo de Grecia, y gracias a Pericles, el poder se consolidaría
firmemente en la próspera ciudad, este político de elocuencia tan admirable, llegó a
ganarse la confianza del pueblo, cosa que no era común en los tiranos griegos.
Pericles se preocupó de embellecer la ciudad construyendo memorables templos y otros
monumentos, no dudó en quitar fondos de las arcas de la Confederación para ello, razón
por la que más de una vez fue advertido de que Atenas era como una mujer frívola que
exhibía sus joyas a las demás ciudades griegas. Pericles decía que Atenas no tenía por
que rendir cuentas a las demás ciudades.
Aenas, destruida durante las Guerras Médicas y victoriosa en la batalla naval de
Salamina, ganó un considerable prestigio. Con los recursos que les producía el
comercio, los ateniense se dedicaron a reconstruir y embellecer su ciudad bajo la
dirección de Pericles, quien gobernó a partir del año 460 a.C. El gran auge cultural y
económico del que gozó Atenas en esa época es considerado el período más
esplendoroso de la historia griega, llamado por lo mismo Siglo de Oro de Pericles.
Pericles era un gran demócrata, que se preocupó de que sus ciudadanos fueran todos
iguales ante la ley. Esto excluía a extranjeros y esclavos, ya que no eran considerados
ciudadanos. Sin embargo, la voz del pueblo era muy importante para Pericles, por lo
que se podían expresar fundamentalmente a través de tres instancias: el Consejo o Bulé,
la Asamblea Popular y la Magistratura.
El siglo de Pericles se caracterizó por la confianza en la capacidad del pueblo ateniense
para dirigir todo tipo de asuntos de Estado. Sin embargo, esa confianza terminó por
traicionarlos, y los intereses de los hombres se antepusieron a los de la comunidad,
decayendo así la democracia.
• Principales manifestaciones artísticas de los griegos.
El conjunto de manifestaciones artísticas que se desarrollaron en Grecia y sus colonias
entre los siglos XI y I a.C. Aunque esta cultura tuvo su origen en la civilización del
Egeo, su evolución posterior la convirtió en uno de los periodos más influyentes de la
historia del arte occidental.
El arte griego se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no
sólo en el aspecto formal, sino también en la manera de expresar el movimiento y las
emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de
seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los
mitos, la literatura y la vida cotidiana.
Se conservan pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y
escultura monumental, y en el ámbito pictórico no se conocen grandes ciclos
decorativos. Sin embargo, se conservan importantes piezas de cerámica, monedas, joyas
y gemas que, junto con las pinturas funerarias etruscas, nos ofrecen algunas pistas sobre
las características del arte griego. Estos restos se complementan con relatos extraídos de
fuentes literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio el Viejo o el historiador y
geógrafo griego Pausanias, vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se
conservan hoy día deteriorados o en mal estado, y sus relatos ofrecen una valiosa
información acerca de algunos artistas y sus principales obras.
La función principal de la arquitectura, la pintura y la escultura monumental hasta
aproximadamente el año 320 a.C., fue de carácter público, ocupándose de asuntos
religiosos y de la conmemoración de los acontecimientos civiles más importantes, como
las competiciones atléticas. Los ciudadanos sólo utilizaron las artes plásticas para la
decoración de sus tumbas. Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a
la producción de objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de
vasijas de terracota pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas eran
propietarias de vasijas de bronce y espejos. Muchos objetos realizados en terracota y
bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.
Los arquitectos griegos construyeron la mayoría de sus edificios en mármol o piedra
caliza, y utilizaban la madera y las tejas para las techumbres. Los escultores labraron el
mármol y la caliza, modelaron la arcilla y fundieron sus obras en bronce. Las grandes
estatuas votivas se forjaban con planchas de este metal o se recubrían de láminas de oro
y marfil que se aplicaba sobre una estructura interna de madera. Algunas veces se
realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que posteriormente se
unían al torso. La escultura en piedra y en arcilla se pintaba total o parcialmente con
pigmentos brillantes. Los artistas griegos empleaban colores al agua para pintar grandes
murales o decorar vasijas. Los ceramistas modelaban las piezas en tornos de alfarero y
cuando se secaban las pulían, pintaban y cocían.
El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios
estilísticos. Las compartimentaciones cronológicas desarrolladas en este artículo son las
siguientes: 1) periodos geométrico y orientalizante (c. 1100 a.C.-650 a.C.); 2) periodo
arcaico (c. 660 a.C.-475 a.C.); 3) periodo clásico (c. 475 a.C.-323 a.C.); 4) periodo
helenístico (c. 323 a.C.-31 a.C.).
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