Una Pintura, un Artista, una Historia Miguel Ángel Jiménez Miguel Peñaranda de Bracamonte, desde tiempo inmemorial, se encuentra situada en un cruce de caminos, lo que la convierte en un centro importante comercial e industrial. A finales del siglo XIX, principios del XX surge un gran desarrollo urbanístico y económico en ella, lo que motivó que en muchos locales comerciales, edificios públicos y casas particulares se colocasen pinturas en sus techos y paredes, como ejemplo tenemos el Bar Cele en la calle Gómez de Liaño, el Teatro Calderón de la Barca en la calle Cerrajeros, la Farmacia de Manuel Alcalde y Óptica San José en la plaza de España. En Óptica San José existe una pintura en su techo que representa el interior de una botica de finales del siglo XVIII. Hasta ahora no ha sido posible saber quien era realmente el autor del lienzo, pero hoy día, gracias a las nuevas tecnologías y a la labor desempeñada por el Ministerio de Cultura, que ha digitalizado varios y diversos fondos históricos, ha sido posible conocer el nombre y biografía del pintor que realizó esta obra. ¿Quién es el autor de esta pintura? Este lienzo fechado en 1890, de estilo goyesco y dimensiones aproximadas de 3,00 x 2,00 m., está firmado por M. de LaFuente en su esquina inferior izquierda, sobre la cual pueden verse, en un tamaño más pequeño, las iniciales GOG o GaG, posiblemente pertenecientes a Gabriel Osmundo Gómez, pintor con el que realizó trabajos decorativos y mantenía gran amistad; y bajo su fecha encontramos unas siglas desconocidas, posiblemente F3,e. (segundo carácter poco definido), de algún tipo de registro. Es una magnífica copia del grabado realizado por el pintor y farmacéutico catalán José Llovera y Bofill que representa la farmacia que tuvo su padre en el pintoresco Mercadal de Reus. Este pintor influenciado por Goya trasladaba al lienzo escenas y costumbres de la vida elegante contemporánea y su temática preferida eran las estampas populares en las que siempre incluía la figura femenina, de talle admirable y llevando mantilla, idealizaba los tipos de belleza de la época, derramaba gracia en sus actitudes y enseñaba aquel breve pie que fascina. Grabado José Llovera y Bofill Hasta hace poco se pensaba que este cuadro había sido realizado por algún pintor local de la época, pero en Enero de 1998, la corresponsal, en aquel tiempo, de “El Adelanto”, Sonsoles Fiallegas, publicó, en dicho periódico, un reportaje sobre Peñaranda titulado “Rincones repletos de recuerdos”, en el que aparecía una noticia publicada por el semanario “La Voz de Peñaranda” del día 2 de marzo de 1890 que decía: “Hemos tenido el gusto de ver el cuadro que va a colocarse en el artesonado de la nueva oficina de farmacia de nuestro amigo don Segundo Primo. Esta obra pictórica es debida al pincel del reputado artista don Mariano de la Fuente, y representa el interior de una botica a fines del siglo pasado. Cuatro son los personajes que figuran en el cuadro y todos ellos están magistralmente dibujados y las actitudes ideadas con habilidad e ingenio. Las blancas mantillas de las majas semejan muy bien los encajes; el bordado de la casaca del doctor resulta primoroso; el tajo que sirve de soporte a una gran almirez, el ancho frasco revestido de paja, el mostrador y la balanza se destacan admirablemente y están muy bien acabados. Lástima que este cuadro se destine para decorar un techo, pues su colocación en sentido vertical sería más propia”, sabiendo, así, el nombre del autor: Mariano, y prosiguiendo con la investigación, en otros medios, se halló su nombre completo: Mariano de la Fuente Cortijo, conocido también como Mariano LaFuente, por firmar sus cuadros como M. de La Fuente. Mariano de la Fuente Cortijo, pintor vallisoletano, nace en Palencia en 1856 y muere en Salamanca en 1916. Casado con Pascuala González, natural de Pedrosa del Rey (Valladolid), tuvo, al menos, tres hijos: Mariano, Gustavo y Enrique, que al igual que su padre se dedicaron al arte de la pintura, como decoradores escenógrafos. Fue discípulo de José Martí y Monso en la escuela de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid. Empezó a darse a conocer en 1880, tomando parte en concursos y certámenes artísticos, siendo galardonado en varias ocasiones por sus marinas y paisajes. En 1886 y a instancias de la Academia, obtiene una pensión del Ayuntamiento de Valladolid para viajar a Madrid con el objetivo de ampliar sus estudios, durante tres años, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando; fruto de este pensionado la Academia vallisoletana conserva una gran colección de sus marinas y paisajes. Tras su periodo de formación, y debido a su carácter desenfadado y algo aventurero, se dedicará a pintar principalmente paisajes del Cantábrico, Alicante y Normandía, aceptando fielmente los nuevos métodos pedagógicos impuestos por los maestros de la Real Academia de San Fernando; hasta que en 1895 regresa a Valladolid. Allí fundará una sociedad artística junto al pintor cubano Gabriel Osmundo Gómez, que denominaron “La Decorativa”, en la que también participaba el escultor Dionisio Pastor Valsero, iniciando así una serie de trabajos de ornamentación en locales de sociedades privadas o públicas, realizando en Valladolid la restauración y escenografía del Teatro Lope de Vega, la decoración del salón de la Academia de Caballería, Círculo Mercantil e Industrial, Círculo Venatorio, Café Suizo, etc…; pero siempre fueron sus marinas las obras más alabadas y solicitadas, enviando sus cuadros a León, Salamanca, Pamplona, etc.. Según algunas noticias aparecidas en prensa, pasó una etapa de su vida en Salamanca, en los años 1888-1889 realiza los monumentos, expuestos en Semana Santa, para la iglesia conventual de San Esteban, la capilla del Hospicio provincial y de la parroquia del Carmen. En Diciembre de 1915 muere en Valladolid, víctima de un accidente, su hijo Mariano, al que había iniciado en el arte de la pintura, trasladándose, por ello, a Salamanca en 1916, donde fija su residencia, trabaja como pintor escenógrafo y realiza una exposición de sus marinas y paisajes en el gabinete fotográfico de su amigo Venancio Gombau, muriendo en dicha ciudad, en Septiembre, ese mismo año. En sus pinturas conocidas no aparece nunca la figura humana y sus paisajes, boscosos o de árboles enjutos y desnudos, se rodean de un ambiente misterioso convirtiéndose la luz en su único protagonista. Sus marinas, ofrecen una alegría de cielos limpios y el agua no conmueve la tranquilidad de sus pequeñas embarcaciones. Sólo en su pintura decorativa, tan en boga en sus años y que le permitió subsistir, se halla algún personaje. Por ejemplo, en el lienzo existente en Óptica San José de Peñaranda de Bracamonte encontramos cuatro figuras humanas bien perfiladas. Descripción del lienzo: La narración de la escena tiene continuidad en las diferentes situaciones que se van sucediendo entre los personajes repartidos en el lienzo. Esta es una obra donde a pesar que el componente femenino es la base temática del cuadro, se suma una voluntad realista al representar un contexto que va más allá del mobiliario. Antiguamente el boticario era un hombre culto y conocedor de los avances científicos de su tiempo, que preparaba fórmulas magistrales, recetadas por el doctor, y mezclando las sustancias correspondientes elaboraba píldoras, jarabes, pomadas y demás compuestos para los enfermos. La estampa costumbrista de este cuadro presenta a cuatro personajes: el farmacéutico, el doctor, la enferma y su acompañante, en el interior de una farmacia de finales del siglo XVIII, principios del siglo XIX. Se representan, con gran precisión, todos los útiles típicos de una farmacia de aquella época: tarros de cerámica, frascos de cristal, ánfora, almirez, garrafa, balanza, etc.; que rodean, con gran maestría, a los protagonistas del cuadro. Llaman la atención las actitudes y expresiones de sus personajes que producen un gran realismo a la escena representada; el doctor toma el pulso a la enferma, que tiene su mirada triste, su acompañante, con mirada serena, observa al doctor y aguarda su diagnóstico, y el farmacéutico, frente a la balanza, pesa alguna sustancia para preparar el medicamento. Bibliografía: “La pintura del siglo XIX en Valladolid”, José Carlos Brasas Egido, año 1982 “Farmacias de España”, Dr. G. Folch Jou, Luis Agromayor, año 1986 “Diccionario de Pintores y Escultores del siglo XX”, Forum Artis S.A. Catálogo de la última exposición hecha sobre el pintor (Gabriel Osmundo Gómez) en Valladolid año 1984 La Voz de Peñaranda, Periódico semanal de ciencias, artes, literatura e intereses morales y materiales, año 1890 Biblioteca virtual de Prensa Histórica: El Adelanto, Diario de Salamanca, años 1916, 1998 Revista, La Semana Católica de Salamanca, años 1888, 1889 El Porvenir de León, año 1915