TEMAS DE INTERES GENERAL ALGUNAS COSAS QUE PODEMOS HACER PARA SENTIRNOS PROFESIONALMENTE SATISFECHOS (NUEVAMENTE) DANIEL BOCCARDO* Menos curriculum - Más vitae Index En mi trabajo diario como médico, veo y escucho a un número creciente de colegas que se sienten miserables con su profesi ón. A primera vista esto puede ser considerado como un problema de cada uno, pero la situación es mucho más seria ya que los médicos disconformes y enojados a menudo no pueden ejercer una medicina de alto nivel. A pesar de que la investigación de las causas de este descontento se ha transformado en un pasatiempo nacional para los médicos de hoy en día, esto ciertamente no ayuda para nada. Una forma más productiva de encarar el problema sería examinar de qué forma podemos volver a sentirnos satisfechos y contentos… Una opción obvia es cambiar de trabajo y no atender más pacientes. Para la mayoría de los médicos no es fácil abandonar el conocimiento y la destreza que nos llevó tantos años conseguir. Por otra parte, después de pasar tantos años en la profesión médica no poseemos habilidad para hacer ninguna otra cosa. O sea que, para la mayoría de nosotros, una manera más realista de encarar el problema sería aprender a adaptarnos a las circunstancias de nuestros tiempos y reconocer nuestra debilidad frente a las fuerzas que remodelan el "negocio de la medicina". Mientras más tiempo creamos que nosotros, los médicos, podemos alterar estas fuerzas, m ás tiempo retardaremos el aceptar nuestra propia necesidad de cambio. Es demasiado fácil continuar arrastrando nuestro malhumor entre el hogar, el consultorio, la clínica y el hospital, soportándolo con caras largas y sin hacer frente a nuestra infelicidad. De vez en cuando necesitamos parar y evaluar nuestro bienestar emocional. El sufrimiento es un motivador poderoso para el cambio y cuando negamos esta realidad simplemente favorecemos el status quo. A continuación presento algunas sugerencias, basadas en mi propia experiencia y en las conversaciones que he mantenido con muchos médicos, para conseguir volver a sentirnos profesionalmente satisfechos. Aunque no me siento en posesi ón de la felicidad (no la cubre la obra social) creo que estos caminos pueden ayudarnos a quienes queremos llegar allí: 1. Establecer contacto con el paciente Las circunstancias de la medicina moderna hacen que los médicos veamos muchos pacientes en poco tiempo. Con este enfoque de la "eficiencia" es fácil olvidar lo que el paciente busca realmente. El número de pacientes que uno atiende y la comprensi ón del médico están en relación inversamente proporcional. No debemos olvidar que la relación médico-paciente es el núcleo de nuestra profesi ón. 2. Respetar nuestro cuerpo Debemos hacer lo que aconsejamos hacer a nuestros pacientes, o sea: actividad física regular, disminuir el tabaco y el alcohol, etcétera. El peligro que existe aquí y para muchos de nosotros, considerando nuestras tendencias perfeccionistas, es que una vez que comenzamos una actividad física pretendemos correr la maratón. De esa manera, lo que tendría que ser una actividad saludable, para disfrutar, se transforma en otro banco de prueba en el cual podemos demostrar cuán lejos podemos llegar. 3. Disponer de tiempo lejos de los pacientes Muchos médicos viven vidas en las cuales la alegría y la diversión no existen. Cuando se los enfrenta con esta realidad contestan: "No tengo tiempo para la diversión". Yo propongo la idea de que tenemos todo el tiempo del mundo y que lo único que hace falta es tener en claro las prioridades. Una clave es tratar de evitar llenar todas las horas del día con compromisos médicos. Es necesario tiempo lejos de la medicina para alimentar nuestro crecimiento físico, emocional y espiritual. 4. Hacer amigos no-médicos La mayoría de los médicos, por razones obvias, tenemos amigos dentro de la profesi ón. Si bien es cierto que otros colegas pueden entender nuestros problemas e irritaciones, también es cierto que poseen una habilidad especial para reactivar nuestra sensación miserable. Por lo tanto los amigos fuera de la medicina son una fuente particularmente valiosa. 5. No limitar las elecciones a la búsqueda del bienestar económico No hay nada de malo en tener expectativas económicas. Hemos trabajado duro para llegar a donde estamos y continuamos haciéndolo durante largas horas diarias. Pero recordemos no cifrar todas nuestras opciones (y satisfacción profesional) en esas expectativas. La búsqueda del bienestar económico deseado únicamente complica la búsqueda de la felicidad. 6. Agradecer que podemos ayudar a otros Cuando se le pregunta a las personas que no trabajan en la medicina acerca de sus aspiraciones, a menudo dicen, a grandes rasgos, que quisieran poder influir positivamente en la vida de otras personas. Nosotros, como médicos, deberíamos agradecer que tenemos la oportunidad de hacer precisamente esto todos los días. A veces estas oportunidades se ven oscurecidas por el malhumor sobre las "cápitas" y otros factores que influyen en nuestro trabajo. Pero el expresar gratitud es un arma muy poderosa en la búsqueda de la satisfacci ón y la autoestima. 7. Ayudar a la comunidad Como médicos tenemos una enorme experiencia para ofrecer a nuestras comunidades. Cuando compartimos nuestros conocimientos con el público tanto los pacientes como los médicos se ven beneficiados. Los pacientes porque entienden mejor los problemas de salud, y los médicos porque mantenemos una comunidad sana. 8. Desarrollar y practicar la humildad Cada vez que me encuentro en una situaci ón infeliz en mi vida profesional, por lo general la raz ón tiene que ver con mi ego que se ha escapado fuera de control. El ser médico puede hacer que nos lleguemos a sentir y creer indispensables. La autoestima exagerada es una enfermedad seria y es una de las principales causas de insatisfacción profesional. El nivel de satisfacci ón como médico es una elecci ón personal. Yo admiro enormemente a los colegas que disfrutan su profesi ón y practican una medicina que se equipara con la mejor del mundo. También existen otros médicos cuyas vidas no est án tan bendecidas. Y es para ellos, y para mí, que escribo este art ículo. Tope © CETIFAC Bioingenier ía UNER 1994-2000. Reservados todos los derechos