Actividades para las fiestas de Navidad

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Actividades para las fiestas de Navidad
Las calles iluminadas, los escaparates llenos de papás noel y reyes magos, los turrones...
Llegan las Navidades y empezamos a pensar en todos los preparativos que nos esperan
en las fiestas familiares por excelencia. Hay que organizar las cenas y comidas, adornar
la casa, comprar los regalos, enviar las tarjetas postales...¿Por qué no involucrar a
nuestros hijos en algunas de estas actividades? Para ellos, la Navidad es una época
mágica que viven con mucha ilusión. ¿Qué podemos hacer para que estos días sean
todavía más especiales?
No sabemos cómo, pero siempre se nos acaban tirando encima. Un buen día, caminando
por la calle, nos damos cuenta de que ya están colgadas las luces de Navidad… ¡en
pleno mes de noviembre! Y aun así, cuando queremos empezar a preparar las fiestas,
casi las tenemos en la puerta de casa. Hay que pensar en las comidas y cenas, en los
regalos, en distribuir los días con los miembros de la familia y, cómo no, en los niños,
que están de vacacio nes y no paran en casa. La climatología no acompaña durante esta
época para salir al parque o a pasear, así que lo mejor es que pensemos algunas
actividades que sirvan tanto para entretenerlos como para involucrarlos en unas fiestas
que, en general, les encantan. La Navidad es para ellos un periodo excepcional, y no
sólo por los regalos y la llegada de los Reyes (uno de los grandes acontecimientos del
año). Es una época de la que se esperan muchas cosas. Las reuniones familiares, más o
menos multitudinarias, las comidas preferidas, las salidas al cine o a ver otros
espectáculos… Pero, ¿qué actividades podemos organizar para que nuestros hijos
vivan las Navidades como una fiesta Cristiana, interesante, divertida y…
educativa? He aquí algunas proposiciones para hacer dentro y fuera de casa:
Actividades fuera de casa
Asistir a alguna representación de teatro, "belén viviente" o similar. Muchas localidades
montan, con motivo de la Navidad, representaciones teatrales que rememoran los
orígenes de esta fiesta religiosa. Gracias a estos montajes, los niños pueden conocer, de
una manera amena y divertida, qué se celebra en Navidad, el porqué de los belenes y de
otras tradiciones. Algunas poblaciones mantienen, desde hace muchos años, la tradición
de representar escenas navideñas o textos relacionados con la cultura y la historia
locales, como los “pastorets”. Es importante que los niños conozcan estas tradiciones
que forman parte de la cultura cristiana de nuetra tierra. También podéis asistir a alguna
sesión de cuentacuentos o de títeres.
En Navidad se estrenan muchas películas infantiles. De hecho es, con el verano, la
época que más oferta para niños encontramos. Es, por tanto, una oportunidad óptima
para elegir una buena película y acompañar a nuestros hijos a sentarse delante de la gran
pantalla. Para los niños pequeños es bastante difícil mantener la atención tanto rato
seguido, se cansan, hablan y muchas veces quieren salir de la sala. Claro que también
depende del tipo de película que elijamos. Las de dibujos animados son, en general, las
que más gustan a los pequeños, aunque a partir de los 5 ó 6 años ya son capaces de
disfrutar de historias un poco complejas. Les ayudará a seguir el argumento si les
explicamos la trama antes de ir al cine. Debemos seleccionar en la cartelera las películas
acordes a su edad. Y, si es posible, elegiremos un relato que transmita valores como la
solidaridad y el amor al prójimo. En este caso, al salir del cine podemos hablar con los
niños sobre lo que significa portarse bien con los demás y la importancia de que esta
actitud se mantenga durante todo el año, y no sólo en las fiestas navideñas.
Visitar ferias de Navidad y fiestas tradicionales locales. Generalmente, en estas fechas
se organizan ferias donde se venden y exponen objetos de decoración, figuritas de
pesebre y otros motivos relacionados con la Navidad. En estos lugares, los niños pueden
conocer la artesanía local y entrar de lleno en el ambiente festivo. Ven las luces que
iluminan las calles, escuchan la música que sale de altavoces y tenderetes, notan el olor
de los abetos, de las almendras garrapiñadas… En definitiva, entran en contacto con
algunos de los elementos que animan la calle durante la Navidad. Es muy probable que,
en medio de tantos objetos, los niños quieran comprar alguna cosa, cuando no todo.
Intentaremos que el paseo no se convierta en una compra compulsiva de todo aquello
que entra por sus ojos. Propondremos que elijan una sola figurita para completar el
belén o una guirnalda o bien el árbol de Navidad, a ser posible con raíces para, una vez
acabadas las fiestas, poder plantarlo en la montaña o algún otro lugar destinado a ello.
Llevarlos a talleres infantiles que organicen programas de juegos relacionados con la
Navidad. En ocasiones, las ludotecas, bibliotecas públicas y otros centros especializados
ofrecen programas destinados a acercar las fiestas a los pequeños. Lectura de cuentos
navideños, marionetas, dibujos o manualidades para adornar la casa… son algunas de
las actividades que proponen estos lugares para días previos a la Navidad. En estos
lugares compartirán con otros niños, y con profesionales de la educación y el juego,
experiencias relacionadas con estas fiestas.
Salir a comprar turrones y otros productos típicamente navideños. Cuando empiezan las
vacaciones en el colegio, podemos aprovechar una tarde para salir a comprar los
turrones, polvorones y barquillos con los niños. En vez de ir al supermercado y cargar el
carro como una rutina más, podemos convertir este día de compras en una "excursión"
que involucre a los pequeños en los preparativos de los postres festivos.
Visitar a familiares. Es una actividad, casi diríamos, intrínseca a la Navidad. Durante
esos días nos reunimos con nuestros padres, hermanos, abuelos, primos y demás
parentela. Los niños suelen vivir estos encuentros como momentos emocionantes, sobre
todo si se trata de familiares que ven de vez en cuando. Las comidas se convierten en
eventos excepcionales.
Actividades en casa
En primer lugar, podemos implicar a los niños en adornar la casa. Esta actividad genera
múltiples posibilidades a las que nuestros hijos (y nosotros) pueden dedicar horas. La
casa se convertirá en un gran taller de manualidades donde se elaborarán guirnaldas de
papel, se colgarán bolas y adornos, se dibujarán monigotes para colgar en el abeto, se
hará "nieve" para las ventanas… Se pueden hacer muchísimas cosas, preferiblemente
bajo nuestra supervisión para ayudarles con el material, para compartir la decoración de
la casa y tal vez para evitar algún desastre con la nieve en los vidrios de las ventanas.
Montar el belén. Una de las actividades "estrella" para los niños. La mayoría de las
familias buscan un rincón privilegiado para instalar el pesebre, que es, en sí mismo, la
representación del origen de las fiestas. Si nos animamos, antes de poner las figuritas en
el pesebre, podemos incluso salir a buscar pequeños troncos, piedras, hojas... Después
montaremos el río con papel de aluminio, la nieve con harina… y, si queremos, las
lucecitas que iluminarán el belén durante estos días.
Adornar el árbol de Navidad. Hasta hace unos años, acababan las fiestas y un montón de
abetos se apilaban en los contenedores de basura. Últimamente, en cambio, los
ayuntamientos y otras entidades locales han promovido campañas de recogida de los
abetos. Ésta es una de las posibilidades que tenemos para después de Navidad, aunque
lo mejor es que salgamos a replantar el árbol, una opción que podemos contemplar
siempre que lo hayamos comprado con raíces, una medida que cada año adopta más
gente. El árbol de Navidad es otra de las "estrellas", aunque no todas las familias eligen
esta tradición. En cualquier caso, pongamos o no pongamos abeto, podemos explicar a
los niños qué comporta talar un árbol y por qué es positivo replantarlo. Si no queremos
comprar el abeto natural, podemos elegir un árbol de plástico, que además servirá de un
año para otro.
Dejar que colaboren en la cocina para hacer dulces navideños. Nos pueden ayudar a
hacer pastelitos, a preparar las bandejas de frutos secos y de turrones, a colocar algunos
utensilios que necesitaremos para poner la mesa… De esta manera, se sentirán
implicados en los preparativos de las comidas y cenas que organicemos en casa y
aprenderán cómo se hacen los dulces típicos, en caso de que los cocinemos nosotros.
Hacer instrumentos musicales sencillos. Si construimos una pandereta, unas campanas o
un tambor, tendremos instrumentos para acompañar a los villancicos y canciones
populares que podemos cantar en casa. Se las podemos enseñar nosotros o bien
podemos comprar algún disco o cassette (mejor si también incluyen un libreto con las
letras) para que las aprendan. La música es un elemento importante en Navidad y para
los niños resulta muy divertido poder cantar y tocar las canciones que escuchan en su
entorno durante las fiestas.
Confeccionar tarjetas postales para enviar a la familia o a los amigos. Ellos mismos
pueden dibujarlas, escribirlas y enviarlas. Con esta actividad los niños disfrutan tanto de
pintar y colorear como de llevar las cartas a Correos, ya que de esta manera se sienten
protagonistas. También podemos proponerles decorar un rincón de la casa con las
postales que vayan llegando a nuestro nombre. Así al final de las fiestas podremos ver
todas las que hemos recibido en un lugar bien visible.
Participar en la campaña de juguetes. La Navidad es un buen momento para fomentar la
solidaridad entre nuestros hijos ya que esta época es, por tradición, proclive a los
sentimientos de ayuda al prójimo. Podemos aprovechar estas fechas para hablar a
nuestros hijos de lo que significa la solidaridad, aunque les haremos notar que las
actitudes de cooperación se deben mantener durante todo el año, y no sólo en momentos
determinados. Si son pequeños, acciones concretas como la campaña de juguetes nos
pueden ayudar a que acepten la ayuda a los demás como un hecho positivo.
Lectura de poemas o relatos navideños. Hay numerosos cuentos y narraciones que
hacen referencia a la Navidad y que podemos leer en casa. Por poner el ejemplo más
conocido, la historia del avaro Mr. Scrooge, protagonista de Cuento de Navidad de
Dickens. Algunas de estas historias se han popularizado extraordinariamente gracias a la
televisión, que año tras año programa los "clásicos navideños de hoy y de siempre",
como Juan Nadie y ¡Qué bello es vivir!, ambas de Frank Capra.
Éstas son sólo algunas propuestas, ya que se nos pueden ocurrir montones de
actividades para animar las fiestas y para que los niños vivan la Navidad con interés y
entusiasmo.
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