9.1 LA CRISIS DE 1808: GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.REVOLUCIÓN POLÍTICA Carlos IV llegó al trono en 1788 y su reinado estuvo marcado por la difícil situación creada por la Revolución Francesa (1789). Al estalla ésta, la mayor preocupación del gobierno era impedir que las ideas revolucionarias traspasasen la frontera y se extendieran por España. Las reformas tan radicales que proponían las clases populares y la muerte de Luis XVI en la guillotina llevaron a Carlos IV a declarar la guerra a Francia. Esta guerra comenzó en 1793 y terminó en 1795 con una clara derrota española. El motín de Aranjuez(marzo de 1808) En 1792 Carlos IV nombró a Manuel Godoy primer ministro. Joven militar de origen plebeyo, pronto fue odiado por la alta nobleza y el clero por su origen e intentos reformistas y por el príncipe Fernando, que veía en él un posible competidor al trono. Godoy intentó hacer algunas reformas interiores como la desamortización de las tierras eclesiásticas o la reducción de poderes de la Inquisición. En política exterior España se alió con Francia y luchó contra Inglaterra en la batalla de Trafalgar (1805). España fue duramente derrotada e Inglaterra asumió el predominio marítimo en Europa. En 1807 Napoleón consiguió el consentimiento de Carlos IV para que sus tropas atravesaran el territorio español con el fin de invadir Portugal, aliada de Inglaterra. A cambio, Napoleón de comprometía a repartir Portugal entre España y Francia. En marzo de 1808 estalló un motín en Aranjuez, dirigido por la nobleza palaciega y el clero, que perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de CarlosIV en su hijo Fernando. La monarquía de José Bonaparte Los amotinados consiguieron sus objetivos, poniendo en evidencia la profunda crisis por la que atravesaba la monarquía española. Carlos IV escribió a Napoleón contándole lo sucedido y reclamando su ayuda para recuperar el trono. Napoleón se reafirmó en sus impresiones de debilidad e incompetencia de la monarquía borbónica y decidió invadir España, ocupar el trono y anexionar sus territorios al Imperio. Para ello invitó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona donde ambos abdicaron en la persona de Napoleón sin poner ninguna objeción. Napoleón decide nombrar a su hermano, José, rey de España. José I quiso dar una constitución al país y acabar con el régimen de la monarquía borbónica. El Estatuto de Bayona reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a cargos públicos. Además desamortizó parte de las tierras del clero. Legisló el fin del régimen señorial,abolió la Inquisición y desvinculó los mayorazgos. Guerra de la Independencia (1808−1814) Mientras ocurrían los hechos de Bayona, en España comenzaba un alzamiento popular contra la presencia francesa. El 2 de mayo el pueblo de Madrid se alzó de forma espontánea contra los franceses. Aunque fue duramente reprimido, su ejemplo se extendió rápidamente por todo el país y la población levantó contra el invasor. En algunas ciudades la población reclamó la defensa contra la invasión francesa y surgieron Juntas de armamento y defensa que reaccionaban ante la apatía de las clases privilegiadas, incapaces de organizar el país. Fue una lucha principalmente del pueblo ya que los restos del ejército español eran incapaces de poner 1 resistencia al ejército francés, siendo la guerrilla y los sitios las formas de impedir el dominio francés. *Sitios: Resistencia de las ciudades españolas al avance francés (Zaragoza, Gerona). Resistían la falta de alimentos y agua y los bombardeos de los franceses con el objetivo de entretener al ejército francés para dar tiempo a la organización de la resistencia en el resto del país. *Guerrilla: fue la forma espontánea y popular de resistencia armada contra el ejército invasor. Era gente de cualquier ocupación que se organizaba con un jefe de cuadrilla al frente para luchar contra los franceses. Sus mejores armas eran el conocimiento del terreno y el apoyo de la población. Para Napoleón la invasión de Portugal estaba ligada al dominio completo de la Península Ibérica. Sus informes le mostraron unas instituciones débiles e incapaces de oponerse a su presencia, por lo que no esperaba encontrar grandes resistencias. Sus previsiones se desbarataron ante la resistencia popular. Gerona y Zaragoza resistieron durante meses al ataque francés e impidieron el avance de las tropas en Levante. Por otro la do, el ejército francés fue derrotados en Bailén (julio 1808) por las tropas españolas. Esto fue un golpe duro para los franceses, que se vieron obligados al repliegue y abandono de Madrid. En otoño del mismo año Napoleón llegó a España para coordinar las acciones bélicas. Consiguió tomar Madrid de nuevo (diciembre 1808) y el dominio teórico de todo el territorio español. Entre 1809 y 1811 fue una etapa de desgaste para los franceses, en la que sufrirían grandes bajas. Desde mediados de 1812 la guerra comenzó a ser desfavorable para los franceses. Aprovechando la coyuntura creada por la campaña francesa a Rusia, las fuerzas españolas comenzaron a atacar a los franceses, ayudados por un ejército británico. Finalmente, Napoleón pactó el fin del conflicto y a finales de 1813 sus tropas abandonaron España Las diferentes fuerzas políticas Durante la Guerra de la Independencia la población española se dividió en dos grandes grupos políticos: Por un lado, estaban los afrancesados, que representaban a una pequeña parte de la población. Aceptaron al nuevo monarca, José I Bonarparte, y participaron en su gobierno. Eran intelectuales, altos funcionarios y gente de la alta nobleza, procedente del Despotismo Ilustrado, que se sentían vinculados con el programa reformista de la nueva monarquía y no veían en él posibles excesos revolucionarios. El grueso de la población formó el Frente Patriótico, que se opuso a la invasión. Pero dentro de este grupo habían posiciones muy diversas. La mayor parte de la nobleza y el clero buscaba la vuelta al absolutismo bajo la monarquía de Fernando VII y combatían por la defensa de la tradición y la religión católica. Algunos ilustrados veían en la guerra la oportunidad de realizar cambios en la política que aseguraran la modernización del país. Por último, gran parte de la población, fuera de las ideologías, expresó su deseo de la vuelta de Fernando VII y defendió el restablecimiento de los privilegios de la Iglesia católica. 9.2 LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812 El proceso de formación de las Cortes. Con la guerra de la Independencia se inicia la revolución política, cuya expresión más concreta serán primero las Juntas y más tarde la Constitución de 1812. Desde el comienzo de la guerra las Juntas(locales y provinciales) que dirigían la resistencia decidieron formar una Junta Central suprema que coordinara las acciones bélicas y dirigiera el país durante la guerra. Esta Junta se reunió en Aranjuez en septiembre de 1808 y reconoció a Fernando VII como rey legítimo, asumiendo su poder hasta su regreso. La Junta Central se mostró incapaz de dirigir la guerra y decidió convocar unas Cortes en las que los representantes de la nación decidieran la organización y destino de ésta. El proceso de elección de diputados a 2 Cortes y su reunión en Cádiz fue difícil debido a la invasión francesa y en muchos casos de optó por elegir sustitutos entre las personas de cada una de las provincias que allí estaban representadas. Finalmente, las cortes se abrieron en 1810 y el sector liberal anotó su primer triunfo tras conseguir la formación de una cámara única. En su primera sesión aprobaron el principio de soberanía nacional: el poder reside en el conjunto de los ciudadanos y se expresa a través de las Cortes, formadas por representantes de la nación. Las Cortes tendrán un papel muy importante en la ordenación del Estado como un régimen liberal, ya que tendrán como misión acabar con las trabas del Antiguo Régimen. Constitución de 1812 La Constitución promulgada el 19 de marzo de 1812, la pepa, es el texto legal de las cortes que mejor define el espíritu liberal. Además también plasma el compromiso existente entre liberales y absolutistas al reconocer totalmente los derechos del catolicismo. Dicha constitución contiene una declaración de los derechos del ciudadano: libertad de imprenta, liberta civil, derecho de propiedad y el reconocimiento de todos los derechos legítimos de los individuos que componen la nación española. La estructura del Estado coincide con la de una monarquía constitucional, basada en la división de poderes: • Las Cortes unicamerales ejercen el poder legislativo. Representan la voluntad nacional y tienen amplios poderes como la elaboración de las leyes, aprobación de presupuestos y tratados internacionales, etc. Los diputados ejercían su mandato durante dos años y el sufragio era universal masculino (para mayores de 25 años) • El poder ejecutivo reside en el rey, que posee la dirección del gobierno e interviene en la elaboración de las leyes a través de la iniciativa o la sanción. Su poder está controlado por las Cortes que pueden intervenir en la sucesión. • La administración de la justicia es competencia exclusiva de los tribunales y se establecen los principios básicos de un estado de derecho. Además otros artículos recogían la creación de un ejército y la implantación de una enseñanza primaria pública y obligatoria, entre otros. Esta constitución se inspiró en la francesa de 1791, pero era más moderna y avanzada ya que no solo buscaba la repartición del poder sino también la reordenación social. A pesar de la importancia de sus artículos, no tuvo gran incidencia en la vida del país. La guerra impidió que se aplicara lo legislado y cuando regresó Fernando VII se volvió al absolutismo. 9.3 FERNANDO VII: ABSOLUTISMO Y LIBERALISMO.LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA El retorno al absolutismo (1814−1820) En diciembre de 1813 Napoleón firma el Tratado de Valençai, gracias al cual Fernando VII recupera el trono. Su regreso planteó el problema de integrar al monarca en el nuevo modelo político definido por la Constitución de Cádiz. Los liberales tenían dudas sobre la buena voluntad del monarca e hicieron todo lo posible para que éste volviera directamente a Madrid, donde debía jurar la Constitución. Por otro lado, los absolutistas sabían que la 3 vuelat de Fernando VII era la mejor oportunidad para volver al Antiguo Régimen. Por ello, se organizaron para mostrar al Rey su apoyo incondicional para que se restaurase el absolutismo (Manifiesto de los persas) Fernando VII traicionó sus promesas a los liberales y el 4 de mayo de 1814 declara nulos los decretos y la Constitución de Cádiz. En ese momento comenzó una dura represión contra los liberales. En los meses siguientes, Fernando VII restaura las antiguas instituciones, restablece el régimen señorial y la Inquisición. Además Napoleón había sido derrotado por Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia. Estas potencias consiguen en el Congreso de Viena restaurar el absolutismo en Europa y la santa Alianza garantizaba la intervención en cualquier país para frenar el absolutismo. A pesar de todo esto, el monarca español y su gobierno tuvieron que hacer frente a la situación en la que se encontraba España después de la guerra de la Independencia. La oposición a la nueva situación no tardó en aparecer: la burguesía liberal y las clases medias urbanas reclamaban el régimen constitucional. Además algunos campesinos se negaban a volver a pagar tributos y rentas. El Trienio Liberal (1820−1823) En enero de 1820 el Coronel Rafael de Riego, al frente de soldados destinados a combatir en las colonias de América, se sublevó y recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. La pasividad del ejército, los motines populares y la neutralidad de los campesinos obligaron al rey a convertirse en un monarca constitucional. Fernando VII nombró un nuevo gobierno que proclamó la amnistía y convocó elecciones. Las Cortes se formaron con una mayoría de diputados liberales, que iniciaron una importante obra legislativa: • Se restaura gran parte de la obra de Cádiz (supresión de mayorazgos, libertad de industria) • Abolición del régimen señorial. • Eliminación del feudalismo en el campo a través de la desamortización, con la que se pretendía convertir la tierra en mercancía, pudiendo ser comprada y vendida. • Reforma del sistema fiscal y del código penal. • Creación de la Milicia Nacional: cuerpo armado de voluntarios, formado por las clases medias, con el fin de garantizar el orden y defender las formas constitucionales. Todas estas reformas la oposición hacia los grupos liberales y los absolutistas buscaron mecanismos de salida contra ellos. Por un lado, Fernando VII paralizó todas las leyes que pudo, utilizando su derecho de veto, y conspiró en secreto contra el gobierno buscando la ayuda de la Santa Alianza. Por otro lado estaban la nobleza y el clero, que animaron revueltas contra el gobierno y controlaban partidas absolutistas que llegaron a dominar un amplio territorio. Finalmente, gran parte de los campesinos tambi´ñen estaban en contra ya que el régimen señorial se había eliminado, pero los antiguos señores eran ahora los propietarios y los campesinos se convertían en arrendatarios que podían ser expulsados de las tierras si no pagaban. Estas dificultades dieron lugar a los enfrentamientos entre los propios liberales, entre los que aparecieron dos corrientes: − Moderados: Partidarios de realizar las reformas con prudencia, intentando no enemistarse con la nobleza y clero, ni asustar a la burguesía propietaria. − Exaltados: Planteaban la necesidad de acelerar las reformas y enfrentarse con el monarca, confiando en el apoyo de los sectores liberales. La Década ominosa (1823−1833) 4 El régimen del Trienio terminó debido a la intervención de la Santa Alianza que encargó a Francia intervenir en España para restaurar el absolutismo. Los Cien Mil Hijos de San Luis irrumpieron en 1823 en territorio español y repusieron a Fernando VII como monarca absolutista. La principal preocupación del gobierno de Fernando VII fue el problema económico. Las dificultades de hacienda, agravadas por la pérdida de las colonias americanas forzaron a un estricto control del gasto público. Además el rey tuvo que aceptar la colaboración del sector moderado de la burguesía industrial y financiera. Esta actitud más abierta del Rey fue mal vista por el sector más conservador y tradicionalista, que se agrupó en torno a don Carlos María Isidro, hermano del Rey y su previsible sucesor. El conflicto dinástico En 1830 el nacimiento de Isabel, única hija de Fernando VII, dio lugar a un grave conflicto en la sucesión del trono. La Ley Sálica impedía el acceso al trono de las mujeres, pero Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica y privaba de sus derechos dinásticos a don Carlos Mº Isidro. Alrededor de Carlos se agrupaban los defensores del Antiguo Régimen. Por otro lado Mº Cristina, como regente, formó un nuevo gobierno reformista apoyándose en los liberales para poder salvar el trono para su hija. Se trataba de una lucha por imponer un modelo u otro de sociedad y gobierno. Finalmente, Fernando VII murió en 1833 reafirmando en su testamento a su hija Isabel como heredera y a Mº Cristina como regente hasta la mayoría de edad de Isabel. El mismo día don Carlos se proclamó rey, iniciando así la primera guerra carlista. La independencia de la América hispana A partir de 1808, tras venirse abajo el aparato administrativo e ideológico, España no podía resistir los intereses independentistas de los territorios americanos. La llegada del pensamiento ilustrado a América y el control que España ejercía sobre el comercio y la economía llevaron a un gran descontento entre los criollos. Al principio optaron por no someterse a José Bonaparte y crearon juntas que asumieron el poder y que, en un principio, eran fieles a Fernando VII. Sin embargo fueron apareciendo tensiones independentistas que les llevaron a no aceptar la autoridad de la Junta Central y hacia 1810 muchas colonias se declararon independientes. − Proceso En 1810 José San Martín proclama la independencia de la República Argentina. Un año más tarde y siguiendo el ejemplo, se independiza Paraguay. Durante los siguientes años la intransigencia de la monarquía ayudó a la expansión del movimiento libertador. San Martín atravesó los Andes y propició, en 1818, la independencia de Chile. En el norte Bolívar puso las bases para la formación de la Gran Colombia, que más tarde se convertiría en Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. México se independizó ,con el apoyo de la iglesia y las clases altas, en 1822 y dos años más tarde Perú y Bolivia. Con esto finalizó la presencia de España en la América continental, pasando a ser una potencia de segunda clase. −Consecuencias Fragmentación de los antiguos territorios españoles y aparición de nuevos países. América deja de depender de España y pasa a depender de otros países como Gran Bretaña y, más tarde, EEUU. Surgieron unos años de inestabilidad política y crisis generalizada en los que comenzó a forjarse el endeudamiento actual de América Latina. 5 10.1 LA OPOSICIÓN AL SISTEMA LIBERAL:LAS GUERRAS CARLISTAS. LA CUESTIÓN FORAL. La primera guerra carlista (1833−1840) Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, los absolutistas se negaron a aceptar a Isabel como heredera legítima al trono y se sublevaron contra el gobierno de Mº Cristina que ejercía de regente. Los sublevados proclamaron rey a Carlos Mº Isidro, confiando en él la defensa de la tradición. Comenzaba así una dura guerra civil que se libraría principalmente en el País Vasco. El carlismo, tradicionalista y antiliberal, agrupó a una parte de la nobleza rural, gran parte del clero y a campesinos de las zonas rurales del País vasco, Navarra y el Maestrazgo, que querían mantener sus fueros. Representaban una sociedad arcaica y conservadora. Su lema era Dios, Patria y Fueros pues estaban en contra de la separación entre Iglesia y Estado. Mº Cristina contó desde el principio con el apoyo de la nobleza latifundista, jerarquía eclesiástica y clases medias que habías sido siempre fieles a Fernando VII. Además pactó con el liberalismo moderado, que se alió con ella para lograr reformas sin los problemas derivados de una revolución popular. − Etapas 1ºEtapa (1833−1835) Dominio de los carlistas: Carlos se proclama rey y controla el asedio de la cuidad de Bilbao, que permanece fiel a Mº Cristina. Los carlistas no contaron con un ejército regular por lo que organizaron la guerra en forma de guerrillas. La muerte en 1835 de Zumalacárregui, principal estratega de los carlistas, marca el inicio de la reacción liberal. 2º Etapa (1835−1837) Desde el punto de vista internacional, don Carlos recibió el apoyo de las potencias absolutistas (Rusia, Prusia, Austria) mientras que Mº Cristina fue apoyada por las potencias favorables al régimen liberal (Inglaterra, Francia, Portugal). El principal objetivo de los liberales en esta etapa fue la defensa de Bilbao. Espartero (liberal) puso fin al sitio de la ciudad. 3º Etapa (1837−1839) Estuvo marcada por la división ideológica de carlismo, incapaz de conseguir el poder por las armas. Por una parte aparecieron los transaccionistas, que se mostraron partidarios de alcanzar un acuerdo con los liberales. Por otra, aparecieron los intransigentes, apoyados por don Carlos y campesinos radicales que no querían acabar la guerra. Finalmente, el general Maroto (jefe de los transaccionistas) acordó la firma del Convenio de Vergara (1839) con Espartero (general liberal). El acuerdo establecía la negociación para mantener los fueros de las provincias vascas y Navarra y la integración de los militares carlistas en el ejército real. La Regencia de María Cristina (1833−1840) El bando isabelino sólo podía encontrar una base social buscando una forma de monarquía constitucional capaz de reagrupar a los absolutistas moderados junto a los liberales. Al principio Mº Cristina nombra jefe de gobierno a Cea Bermúdez, que implanta un sistema de Despotismo Ilustrado (mantiene la monarquía absolutista modernizando y reformando la sociedad). Pero los liberales se opusieron y Cea Bermúdez fue destituido. Al frente del poder se puso Martínez de la Rosa, que promulgó el Estatuto Real (1834),cuyos principios fundamentales son: *La soberanía reside en la Reina y en las Cortes. No se acepta el principio de soberanía nacional ni la separación de poderes. 6 *Se ejemplifica un tipo de liberalismo censitario en el que sólo se representaba a los sectores responsables de la sociedad, es decir aquellas clases cuyo renta era superio a 12000 reales. Pronto fue evidente que las reformas del Estatuto Real no eran suficientes para una gran parte de los grupos sociales que apoyaban a Isabel II. En el sector liberal la división entre moderados y progresistas se fue acentuando. Estos últimos, en 1835 protagonizaron, a través de las Juntas y las Milicias numerosas revueltas urbanas debido al gobierno excesivamente moderado de Martínez de la Rosa. Ante la situación la regente Mº Cristina llamó a formar gobierno a un liberal progresista, Mendizábal, que comenzó a hacer reformas, dentro de los límites que el Estatuto le permitía. Pero cuando decretó la desamortización con el fin de conseguir los recursos necesarios para fortalecer el ejército, la nobleza y el clero presionaron para que Mendizábal fuera destituido. En 1836, tras el pronunciamiento progresista de la guarnición de La Granja, la regente decidió volver a llamar a los progresistas al poder y restablecer la Constitución de Cádiz. Es en este momento en que puede considerarse que triunfa realmente la revolución liberal. La Constitución de 1812 sólo estuvo vigente unos meses porque los liberales no la consideraron adecuada y convocaron rápidamente unas Cortes para aprobar una nueva Constitución (junio 1837) El nuevo texto constitucional contenía rasgos progresistas, como la división de poderes, declaración de los derechos del ciudadano, mantenimiento del principio de soberanía nacional, y rasgos moderados como la implantación de un sistema bicameral (Cortes y senado) y la concesión de mayores poderes a la Corona. La crisis del progresismo.La Regencia de Espartero (1841−1843) En las elecciones de septiembre de 1837 los moderados consiguieron la mayoría y pasaron a ocupar el gobierno. En los años siguientes los moderados intentaron desvirtuar los elementos más progresistas y democráticos de la legislación de 1837. Así, en 1840 prepararo una ley electoral más restrictiva y la limitación de la libertad de imprenta. Además legislaron la ley de Ayuntamientos, por la cual la reina elegía a los alcaldes de las capitales de provincia. El apoyo incondicional de la regente Mº Cristina a la política moderada provocó un movimiento insurrecional que dio lugar a la dimisión de la regente en 1840, que se negaba a dar su apoyo a un gobierno progresista. Espartero asumió la regencia del país en 1841, pero su gobierno estuvo marcado por el autoritarismo. Fue incapaz de cooperar con las Cortes y en 1842 permitió la entrada de tejidos de algodón ingleses, amenazando a la industria catalana. Esto provocó un levantamiento en Barcelona. Espartero mandó bombardear la cuidad hasta conseguir su sumisión, poniendo a gran parte del partido progresista en su contra. Los moderados, dirigido por narváez y O`Donnell, aprovechan la situación y protagonizan una serie de conspiraciones contra el gobierno, provocando la dimisión de espartero en 1843. Ante la situación las Cortes decidieron adelantar la mayoría de edad de Isabel II y fue nombrada reina a los 13 añitos. Articulación del liberalismo español Liberalismo moderado (alta nobleza, claro intelectuales y comerciantes) *soberanía compartida entre el rey y las Cortes *Sufragio censitario *Limitación de los derechos individuales y colectivos *Influenciados por la Iglesia Católica 7 Liberalismo Progresista (baja y media burguesía) *Soberanía nacional *Libertades individuales y colectivas *Sufragio censitario pero partidarios de ampliar el cuerpo electoral *Partidarios de fortalecer la Milicia Nacional, los Ayuntamientos y las Diputaciones. Una escisión de los progresistas dio origen al Partido Demócrata (1849) que defendía el sufragio universal, la ampliación de las libertades públicas, el papel del Estado en la enseñanza y la asistencia social. En 1854 se formó, bajo el nombre de Unión liberal, un nuevo partido proveniente de una escisión de los moderados y que atrajo a los progresistas más moderados. • ISABEL II: LA ORGANIZACIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL Tras la caída de Espartero en 1843 y la proclamación de Isable II como reina, los moderrados se hicieron con el poder con el total apoyo de la Corona. Reprimieron cualquier levantamiento de carácter progresista, desarmaron la Milicia Nacional y restauraron la Ley de Ayuntamientos. La configuración del régimen moderado(1843−1854) Las elecciones de 1844 ocurrieron en medio de graves dificultades para los progresistas, que prácticamente se abstuvieron. Así las Cortes de 1844 tuvieron una gran mayoría moderada y Narváez se convirtió en jefe de Gobierno y sentó las bases del nuevo Estado moderado organizando sus principales instituciones. Narváez intentó asentar un liberalismo conservador que reformara el Estado en interés de las nuevas clases dominantes (burguesía terrateniente) y que restringiera la participación política a las clases respetables Para ello se creó una nueva constitución en 1845 que recoge las ideas básicas del moderantismo: rechazo de la soberanía nacionalsoberanía conjunta Reina y Cortes; aumento del poder ejecutivo y disminución del legislativo (Cortes); exclusividad de la religión católica y Senado no electivo sino nombradopor la Reina entre personalidades relevantes. Los moderados intentaron además mejorar las relaciones con la Iglesia, que se había mostrado inclinada al carlismo a causa de la desamortización y la abolición del diezmo. En el año 1851 se firmó el Concordato con la santa Sede, que establecía la suspensión de la desamortización,el retorno de las tierras no vendidas y la financiacio´n pública del culto y el clero. Fuen entocnes cuando el clero comenzó a apoyar a Isabel II. También se hacen reformas administrativas y de leyes: *Reforma fiscal y de la hacienda(1845): se centralizan los impuestos en manos del Estado y se propicia la contribución directa. *Se aprueba el Código Penal (1851). Se elabora también un proyecto de Códico Civil que recopilaba el conjunto de las leyes anteriores. *Reorganización de la Administración, reforzándose una estructura centralista. Además, fortalecen instituciones como el gobierno civil, militar y las diputaciones. * se aprobó la Ley de Administración Local (1845) dispuso que los alcaldes de los municipios de más de 2000 8 hab. Y de las capitales de provincia tenían que ser nombrados por la Corona. Así cada provincia dependía de un poder central en Madrid, menos el país Vasco y Navarra, que conservaron sus antiguos derechos forales. 9