GUÍA PARA MANEJO DE “PÉRDIDAS AFECTIVAS” “Cuando podemos ver cada hecho de la vida, incluso una tragedia, como un regalo oculto, ese día habremos encontrado la mejor forma de nutrir nuestra alma”. MARÍA MERCEDES.P.DE BELTRÁN INTRODUCCIÓN El Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) velando por la integridad psicoemocional de la comunidad educativa de nuestra institución, promueve a través de campañas, guías prácticas objetivas, el manejo adecuado en el desarrollo personal y social creando conciencia y regulación emocional, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar a fin de lograr una convivencia armónica entre todos los actores de la comunidad educativa. INTELIGENCIA EMOCIONAL La inteligencia emocional enmarca habilidades sociales, empatía, motivación, auto regulación, para comprender, percibir, manejar y utilizar nuestras emociones y las de los demás con eficiencia generando resultados positivos para enfrentar y superar conflictos, pérdidas afectivas, duelos emocionales logrando mantener un comportamiento de tranquilidad que se refleje en las relaciones cotidianas. En tal virtud ciertos investigadores han logrado establecer el término de inteligencia emocional, entre ellos el psicólogo norteamericano Daniel Goleman menciona que "Es la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con otros”. ¿CUÁNDO ESTAMOS ANTE UN PÉRDIDA? En nuestra vida no existe evolución sin pérdida, ni perdida sin evolución.es decir, avanzar, crecer, significa dejar atrás algo, desprendernos y enfrentar lo nuevo que encontramos. Cada etapa es un paso más en nuestra evolución, desde nuestro nacimiento hasta la muerte, y con ello viene implícito una pérdida. Las perdidas, por lo tanto son parte de nuestro crecimiento; a veces se identifican fácilmente como pasos necesarios para continuar con nuestro avance pero, otras, nos resulta incomprensibles, pues pensamos que no debería suceder, sentimos dolor y no concebimos que pueden significar una experiencia positiva para nuestra vida. Unas duelen más que otras, pero todas producen alguna clase de herida que necesita atención y tratamiento para sanar como: Abandono forzoso de una actividad (jubilaciones, deportes, reuniones sociales) Mudanza (casa, colegio, ciudad, país) Renuncia a una meta deseada ( no avanzar en el negocio, no poder tener hijos, no ser seleccionado para un trabajo) Pérdida de la salud (disminución de la visión, de la memoria, malestares de salud, enfermedades invalidantes, crónicas, o graves) Pérdida de una parte del cuerpo o funciones (riñón, mano, cabello, dientes, menopausia, andropausia, etc.) Pérdida de una forma de vida acostumbrada ( posición económica, de vida social, de libertad, espiritual) Pérdida de poder ( cambio de empleo, nacimiento de hijo generalmente para el primer hijo es un impacto, reveló generacional) Pérdidas materiales (un incendio, robo, golpe en el auto, pérdida de dinero, objetos valiosos, etc.) Pérdidas o cambios en la relación (cambios de autoridad, de jefe, colaboradores, vecinos, estado civil, matrimonio, amigos, ruptura amorosa) Pérdida por evolución ( separación de leche materna, abandono de la niñez, de la capacidad de procrear, abandono del colegio, de la universidad, de soltería) ¿QUÉ TIPOS DE PÉRDIDAS ATRAVESAMOS? Las pérdidas siempre van acompañadas de otros hechos menores que acarrean consecuencias en nuestra vida emocional y nos desestabilizan. Debemos tener presente que cualquier cambio en nuestro entorno afecta a quienes nos rodean, así como lo que les sucede a ellos nos afecta a nosotros. Los tipos de pérdidas son: 1. DELIBERADAS.- Se producen por nuestra voluntad, esto implica atravesar por períodos difíciles como dejar el país o familia para estudiar o trabajar, abandonar proyectos, abandonar una relación amorosa por decisión. 2. INVOLUNTARIAS.- Se dan por fuera de nuestros planes, nada se decide pueden ser positivas con carácter negativo, o negativas con carácter positiva como: positiva como ganarse la lotería y después viene un estrés inevitable por el manejo adecuado de dinero; negativa como cuando se presenta como desgracia perder una relación amorosa por incompatibilidad que más tarde la misma persona buscara una relación gratificante. 3. REPENTINAS Y PROGRESIVAS.- Son voluntarias o involuntarias, tienen distinto impacto dependiendo de si se dan en forma progresiva o si llegan de manera imprevista como la vejez, una enfermedad crónica progresiva, deterioro de la relación a partir de una situación específica; de manera repentina o inesperada como un accidente, un incendio, un temblor o terremoto, secuestro. 4. TEMPORALES Y DEFINITIVAS.- Las temporales son dolorosas y se basan en esperanzas como la pérdida de un hijo que va a prestar servicio militar, estar inmovilizado en una cama para recuperarse de la salud y las definitivas son muy dolorosas, son irreversibles la persona tiene que adaptarse como la muerte de un ser querido, perder su poder, dinero etc. ¿CUÁLES SON LAS TRES ETAPAS DEL DUELO? NEGACIÓN.- No querer creer lo que está ocurriendo, es una especie de anestesia emocional, esta etapa generalmente no dura mucho, en el caso de la muerte de un ser querido, el sepelio ayuda a marcar la etapa terminada por el comienzo de una nueva, es un refuerzo simbólico para la despedida. Cerrar procesos de negación para avanzar en la sanación de la herida a través de una carta en donde se exponga todo el dolor que siente. CONFRONTACIÓN.- Es la más dolorosa de las etapas se inicia cuando la realidad ya se aceptado. Sentimientos y emociones muy fuertes inundad a la persona, al igual que sensaciones de soledad, desprotección, culpa por lo que hizo mal o por lo bueno que dejo de hacer. Rabia, frustración y miedo a traviesan bruscamente. En esta etapa hay que tomarse el tiempo para pensar, llorar, sentir la tristeza y el vacío. RESTABLECIMIENTO DEL EQUILIBRIO Y DEL CONTROL.- las heridas empezaran a dejar de doler y empezara a cicatrizar, el pensamiento no estará fijo en el sufrimiento causado por la pérdida; se asimilara los cambios que supone afrontar la perdida como las perdidas amorosas, empiezan viéndose como individuo y no como pareja. Si comparamos nuestra pérdida con una herida física, diríamos que el duelo es el tiempo que transcurre entre el momento en que se produce la herida hasta cuando sana y solo queda una cicatriz. ¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA SUPERAR LAS PÉRDIDAS? Cuando somos golpeados por una perdida, los seres humanos hacemos uso de todas y cada una de nuestras capacidades para superarla de la mejor manera. De lo que se piensa sobre la situación depende, en gran parte, como lo afronte y que resultados futuros positivos o negativos obtenga de este momento crítico de la vida. EN LA ETAPA DE NEGACIÓN: 1. Cuando atraviese por un momento difícil, recuerde que todo proceso de sanación tiene un comienzo, un desarrollo y un fin, aunque el dolor que experimenta sea tan fuerte que le hace dudar que así es. 2. Una herida emocional tiene tanta prioridad para un tratamiento como una herida física; por lo tanto reserve un tiempo del día exclusivamente para su duelo, permítase pensar en su pena. 3. No escape de su dolor, llore cuantas veces sea necesario, cuando nos resistimos hacerlo, estamos interfiriendo con las etapas necesarias de sanación. 4. Respire profundamente, deje que entre el aire a la parte inferior del abdomen, esta respiración balancea, tranquiliza y oxigena su cerebro, produciendo momentos de paz. 5. Duerma mucho, el sueño es reparador, haga arreglos en su vida cotidiana para descansar más; esta es una necesidad psicológica de quienes están pasando por un dolor y de igual manera un requerimiento del organismo que está concentrando toda su energía en sanar esa herida profunda del alma. 6. El trabajo ayuda al descanso de las emociones, haga todo lo que pueda y le resulte cómodo. 7. Recuerde que el dolor y la tristeza bajan las defensas del organismo, somos mucho más vulnerables a las enfermedades. 8. Aliméntese bien en forma balanceada, aunque no sienta apetito. Cuando se está débil físicamente, aumenta su decaimiento y la energía disminuye, dejar de comer no soluciona nada. 9. No se deje presionar por consejos, usted necesita ir a su ritmo, no se sienta obligado a comprender lo que paso, la sanación es un proceso y cada uno necesita un tiempo diferente para lograrlo. 10. Busque el equilibrio entre el descanso y la actividad, teniendo en cuenta de no asumir retos exigentes antes de haber mejorado su covalencia emocional. 11. Apóyese de los demás, amigos, padres, hermanos, compañeros etc. 12. Buscar ayuda con profesionales en las áreas de apoyo emocional e integrar grupos para manejo de situaciones extremas, que pueden aportar ideas para manejar adecuadamente las crisis. EN LA ETAPA DE CONFRONTACION: 1. Establecer cuáles son los momentos del día o de la semana que más soledad o angustia experimenta, pida a quienes lo rodean que lo acompañen y le ayuden a pasar esos difíciles ratos hasta que poco a poco, vaya asumiéndolo solo. 2. Mímese a sí mismo, concédase caprichos, vaya a un buen restaurante, vea una película, haga un viaje, salga a museos, centros comerciales, parques, etc. 3. No se reproche las faltas que pudo producir está pérdida, acepte que tiene una herida emocional que lo debilita y que tomará tiempo hasta que esté totalmente curada/o. 4. No realizar cambios drásticos en la vida, como mudarse de ciudad, vender la casa, etc., posponga las decisiones fundamentales hasta que haya restablecido un poco su equilibrio interno. En el momento de la pérdida, sus intereses y valores son muy cambiantes y usted está mucho más vulnerable que de costumbre. 5. En lo posible, tampoco asuma nuevas responsabilidades y evite situaciones y personas que lo lleven a estresarse. 6. Busque y comparta su situación con personas que hayan tenido una perdida similar, ellos pueden orientarlo son sensibles a su estado, le servirán de modelo real para sobrevivir a estas pruebas. 7. Busque actividades diferentes como cuidar plantas, mascotas que disipen su estado emocional. 8. Vístase y arréglese con colores alegres y cuide su aspecto personal aún cuando no tenga ningún deseo de hacerlo. 9. Busque actividades donde pueda reír, la risa es sanadora, cultívela. EN LA ETAPA DE RECUPERACIÓN DEL EQUILIBRIO: 1. Realice nuevas amistades y actividades inusuales, decore su casa, tome clases de algo de su interés. 2. Asista a reuniones sociales, a conciertos, recitales, frecuente lugares donde pueda compartir con personas afines. 3. Aprenda un nuevo idioma, deporte o actividad artística. 4. No se sienta culpable cuando vuelva a disfrutar verdaderamente de algo después de una pérdida. 5. Ayude a otras personas en cualquier campo, esto le proporcionará una gran satisfacción. 6. Utilice cualquier método de relajación, meditación u oración que conozca o le llame la atención. 7. La comunicación con quienes lo rodean es fundamental para facilitar el proceso de duelo. A través de las experiencias externas, las personas descubren los valores fundamentales de la vida y transforman su existencia en una nueva etapa con mucho más sentido; según la forma como las vivan. Bibliografía: Plataforma virtual de la U. Politécnica Nacional, curso de consejeros familiares, módulos 1 al 7, 2015-2016. Elaborado por: Msc. Ximena German. Psicóloga de la comisión DECE.