2008 - PC Rompepiernas

Anuncio
Estimados amigos de la PCR, esta crónica de la Quebrantahuesos 2008, sólo pretende
ser un apunte cariñoso y descriptivo, de dos días estupendos que tres miembros de la
peña(Zaca, Álvaro y Javier) hemos pasado en compañía de nuestras familias en uno de
los retos cicloturistas más conocidos de nuestro país.
También pretende ser una pequeña referencia futura para aquellos que más adelante se
animen a hacerla, pues sabemos por experiencia, la inquietud que genera el
desconocimiento de distancias, puertos o simplemente sensaciones que llegan a
experimentarse.
La aventura comenzó aproximadamente siete meses antes, cuando tomamos la decisión
de hacerla. En ese momento uno no sabe el sacrificio que realmente supone estar
entrenando tantos meses en condiciones difíciles. Frío, lluvia, noche, dejar de hacer
muchas cosas, falta de ganas y sobre todo bregar con la familia restándoles bastante
tiempo. Zaca, como es habitual en él, dio la clave “lo difícil no es hacer la
Quebrantahuesos, ya que ese día será para disfrutar, lo duro es prepararla día a día y
llegar en condiciones”. Más tarde pude comprobar la sabiduría de sus palabras.
Pero no será aquí donde hablemos de esos duros momentos que parte de vosotros habéis
compartido con nosotros durante este año, y sí nos centraremos más en el reto.
Viaje, llegada al hotel, diversiones nocturnas, risas, compañerismo, camaradería y
amistad definen los momentos previos. También cierta tensión y nerviosismo, aunque lo
disimulamos bastante bien.
Dormimos bastante bien aunque poco. Suena el despertador, son las cinco de la mañana.
Desayuno en el hotel(¿quién desayuna a las 5,30 horas un montón para aguantar tantos
kms en bici?). Partida a las 6,15 hacia Sabiñánigo en coche, aprovechamos la bajada
desde el balneario de Panticosa, donde estamos hospedados, para en una fuente del
camino llenar los bidones de agua y prepararnos.
Llegamos a la salida y estábamos tan lejos que no se veía la meta, sólo tíos y tíos por
todos lados. Pistoletazo a las 7,30 hora en la que se da la salida, pero cuando
arrancamos y pasamos por meta son las 7,55.
En este tipo de marchas cada cual se marca un objetivo, para nosotros sólo hay uno “ser
capaz de terminar” que no es poco.
El dormir poco y seguramente los nervios hacen que desde la salida las pulsaciones se
disparen, con lo que los planes se vienen un poco abajo y entonces empiezas a
obsesionarte mirando continuamente al pulsómetro. Las piernas van estupendas pero no
quito los ojos de las pulsaciones y así durante toda la carrera.
Los primeros 30 kms son de alucine buscas un paquete que te lleve y eres capaz de
rodar a 50 kms/h sin dar prácticamente pedales. Zaca es especialista en esto, y nos lleva
a Álvaro y a mi con la lengua fuera. En este trozo nos sale una media de 36 km por
hora, si seguimos así vamos a resentirnos luego, ¿o no?, nos entran las dudas.
Llegamos a Jaca y la ruta comienza a picar para arriba, son las primeras estribaciones
pirenaicas que nos van acercando progresivamente hacia Somport, primer puerto de la
jornada, son unos 8 km de subida.
Vamos los tres juntos y esos son los planes que nos hemos marcado. Poco antes del
comienzo de la subida un radio de la bicicleta de Zaca pierde tensión. Que putada y
aunque él dice que continuemos, nosotros no le hacemos caso(lógicamente) y paramos
los tres. Arreglamos la avería como podemos y continuamos hasta arriba con la idea de
pedir ayuda a las asistencias de carrera que están en lo alto del puerto. Perdemos mucho
tiempo y lo peor pasan la mayoría de los grupos que luego vamos a echar de menos en
la zona de llano hasta el Marie Blanc para que nos lleven y gastar menos fuerzas.
En la subida final Álvaro y yo continuamos hasta la cima mientras Zaca para en la
asistencia donde le arreglan la rueda. Los últimos 200metros son de poner la carne de
gallina, mucha gente a los dos lados de la carretera animándote, parecemos de verdad.
Joder, esto se parece al tour. Arriba esperamos Álvaro y yo, y una pareja sin pedirlo nos
ofrecen agua y comida , esto es tremendo, que ambiente.
Llega Zaca, reposta también, ya estamos en Francia, un descenso especial, con el tráfico
cortado y de los que gustan. Se trazan las curvas(algo peligrosas algunas) pero sin
miedo a coches de frente. Esto es ciclismo de verdad. Vemos un ciclista en la carretera
tumbado debido a una caída bajando, Zaca...” no miréis y continuar que es mejor”
Llegamos al llano y poco a poco empiezo a rumiar en el coco sensaciones diversas
silencio, gusanillo por dentro, aquí huele a....bueno ya sabéis.
Después de 40km bajando y llaneando giramos a la derecha en Escot, comienza el
Marie Blanc. Los primeros 5 kms son suaves y van progresivamente adaptando tus
piernas a la subida que se avecina. Pendientes medias del 4y 5% te hacen pensar que la
subida es suave, aunque es sólo un engaño, pues todos tenemos presente la dureza de los
4 kms finales. Pensando en ellos y porque nos quedamos sin agua, paramos antes de lo
duro en un avituallamiento líquido y rellenamos bidones.
Marie Blanc es además un puerto bastante resguardado con lo que la sensación de calor
y humedad es tremenda. Hemos estado entrenando todo el año con un frío del carajo,
con un viento de la ostia y con lluvia desde mayo, y ahora llegamos y de repente 34
grados, sol de justicia y sin posibilidad de adaptación ya que sólo dos días antes estaba
montando con ropa de invierno.
Comienza lo duro, 4km con medias del 11 y 12 por ciento. Imaginaros la huesera pero
durante 4 kms y sin ningún descanso. Buscando las sombras como locos y con mucha
precaución para que no te tiren ya que son muchos los ciclistas subiendo y a diferentes
ritmos. La calzada no es muy amplia(4mts) y en esta parte son muuuuuuchos los que
echan pie a tierra y con la bici “párriba”. Las rampas son de acojone y desde luego los
lagos una MIERDA al lado de esto. Metemos toda la tranca (un 28 para la ocasión) y
conseguimos, regulando, llegar arriba en no muy malas condiciones. Álvaro se resiente,
como ya esperaba de sus lumbares y se descuelga un poquito. Imaginaros de todas
formas: calor de narices, es el km 108 de etapa y aún nos quedan otros 100. En todo
caso me parece una subida durísima, seguramente lo más dura que había subido hasta
ahora. Esperamos arriba, donde además nos echamos un poco de fastum ya que el
gemelo derecho me anuncia que se está acalambrando un poco, y Zaca ya le conocéis
Fastum hasta en la planta de los pies. Todo esto es fruto de la deshidratación a pesar de
habernos bebido ya a estas alturas 5 ó 6 bidones. Bajamos al avituallamiento y seguimos
bebiendo. A pesar de ello no meamos ni una gota. Llega Álvaro reposta y nos vamos.
Nuestro próximo destino es Laruns pueblo donde se inicia la subida a Portalet. Aquí el
calor ya es asfixiante pues es la zona más baja entre los dos valles. La bajada de Marie
Blanc es bonita y algo peligrosa, pero como está el tráfico cortado se hace más llevadera
y se puede arriesgar algo más.
Al final de la bajada encontramos a Enrique, con el que habíamos quedado previamente
ya que se encuentra de vacaciones con Susana y los niños. No tiene dorsal, pero hará la
carrera ya hasta el final con nosotros. Fue sin duda una gran alegría para nosotros el
verle y una ayuda tenerle cerca acompañándonos.
Portalet es un puerto de 29 km, y son los que realmente deciden quién termina o no la
Quebrantahuesos. Está dividido en dos partes la primera, más suave, de unos 17
kms(3,4 y 5%) hasta la presa de Artouste, y luego unos 12 con pendientes ya más duras.
En todo caso no es un puerto duro por las pendientes, pero claro abarca desde el km
127 hasta el 156 de la etapa y suele pasar factura si te has exprimido mucho antes.
Joseba Beloki que ha corrido este año, petó aquí por el calor que ha endurecido
sobremanera la marcha.
Comienzo suave por la parte inicial llena de sombras que son un alivio. Ojalá fuera
todo el puerto así, pero pronto descubro que todo cambiará. Para mi este primer trozo
fue el peor de toda la marcha, das pedales mecánicamente y el único objetivo que te
planteas es llegar al avituallamiento en Artouste. La sensación es como el muro del km
35 en una maratón, no avanzas nada. Sabéis además que en Francia los kms en los
puertos, te los van indicando con sus pendientes medias y cuántos quedan hasta la cima.
Bueno pues miras y ves que aún te quedan 23,22, 21....y vas reventado. Imaginaros la
moral por los suelos.
-Zaca” Sólo quedan 19”.
Jooooooder que calor, me quito el casco en marcha, la gente se para en los regueros de
las rocas al borde de la carretera a refrescarse, se quitan las zapatilas con los pies
ardiendo. Todos lo estamos pasando fatal, aunque los que no aguantamos el calor bien
estamos peor.
De pronto veo la presa cerca, pero con unas rampas tremendas para acceder a ella. No
me puedo creer...”¿hasta allí tengo que subir?....Me dan ganas de bajarme de la bici,
esto no está hecho para mí, casi prefería los tiempos de cuando montaba en
náuticos......... Zaca intentando dar ánimos comenta que al acabar la rampa ya está el
avituallamiento.
Joooooder que calor, esto es insoportable. Sigo dando pedales y no se como aguanto.
Creo que hay momentos que ni recuerdo, pero continúo. Llego al final de la presa, ya
estoy arriba, ya estoy arriba, ya estoy arriba.....¿dónde coño está arriba?, ¿pero no había
llegado ya?¿Qué pasa que esto no se acaba?¿dónde está el avituallamiento?. La
pendiente aquí se suaviza tanto que sólo es del 1y 2 % (casi llano)pero a mi me parece
el Tourmalet. Llevo todo el desarrollo metido, creo que estoy al borde de la
deshidratación. Zaca se ha marchado por delante unos 50 metros y Álvaro sigue tirando
como puede de sus lumbares.
Por fin vemos el avituallamiento, la gente tirada con las bicis en el borde de la carretera,
otros echándose agua por todo el cuerpo, mucho calor, mucha humedad, mucho
cansancio....HASTA LAS PELOTAS...Paramos más de media hora en la caravana de
Susana que está aquí con los niños, es todo un lujo. No hay quien nos arranque del
lugar, bebemos de todo, un bidón entero de acuarius, dos bidones de agua, rellenamos
otra vez, comemos platanos, barritas. Tengo el estómago hecho unos zorros de tanta
porquería. Quién pillara un bocata de tortilla con una buena pika de cerveza.
Zaca nos anima,” venga que sólo quedan 9 kms hasta arriba, de los que 4 son los
realmente duros”. Le contesto con una cara de mosqueo tal, que no le queda más que
partirse de risa “Me sé de memoria lo que queda (5-5-6-7-7-7,30-6-5-5%)”.
Decidimos arrancar. El valle a partir de ahora se abre(precioso) pero no hay ni una
sombra. Hay que marcharse. Subimos a la bici, aunque sin convicción y a dar pedales.
Enrique y yo nos vamos por delante, y Zaca se espera a Álvaro que se ha entretenido un
poco más.
Poco a poco, sorprendentemente me voy encontrando bien, el aire se pone de cara,
cuesta más subir, pero para mi fue mi salvación, ya que la sensación de calor se
amortigua y a pesar de ser lo más duro del puerto tanto Enrique como yo subimos
increíblemente bien. Disfrutamos de la belleza del paisaje y con un desarrollo bueno y
desahogado. Vuelve a funcionarme la cabeza y ahora se que conseguiré terminarla.
Álvaro y Zaca vienen por detrás y también se han recuperado, esto es una delicia, ahora
si que si.
La gente en las calzadas animando te ofrecen bebidas, te echan agua por la cabeza, te
aplauden, es tremendo, después de tantas horas y la gente esperando para animar. A un
km de la cima veo a un tío con la camiseta de la Real y le grito AUPA ERREALA(ya
conocéis mis debilidades)..me contesta en euskera, la carne de gallina, estoy arriba. La
alegría inmensa vemos a las chicas que llevan tres horas arriba esperándonos, fotos,
besos, agua fresca, comida, un tío nos da un trozo de tortilla, ambiente de fiesta a 1700
metros. Una pasada. Llegan Álvaro y Zaca, hacemos fotos de grupo y para abajo que
aunque lo parezca aún no hemos acabado, todavía quedan 50 kms y hay que pasar la
Hoz de Jaca, puerto corto(2,5Kms) pero muy duro en el km 174.
Descendemos ya por la parte española por Formigal. La bajada también una pasada,
pero ya hay que ir con cuidado pues ya hay coches de frente aunque no demasiados.
Desvío hacia Pueyo y comienza la Hoz. Subimos fenomenal a ritmo, controlando,
cansados, pero ya se huele el final, esto si que es lo último. Llegamos arriba, rellenamos
bidones de nuevo, y para abajo. Descenso peligroso y en el mismo Zaca rompe otro
radio. Parece ser que es lo normal con otro ya roto de antes. La rueda trasera le frena,
abre el puente todo lo que puede e intenta seguir. Me adelanto para hablar con las chicas
con las que habíamos quedado en la presa de Bubal, pues en el coche llevan una rueda
de repuesto. Sin embargo cortadas por la propia carrera no pueden pasar, están cortadas
en Formigal. Decido seguir y entra Enrique conmigo, nos vamos los dos. Zaca y Álvaro
deciden también tirara hasta meta aunque Zaca lleva la bici frenada. Sólo quedan 20
kms y ellos han retorcido el radio para poder llegar sin problemas.
El llano hasta Sabiñánigo nos anima, nos encontramos fuertes (dentro de un orden
claro) y llaneamos sobre 40kms hora, nos damos relevos Enrique y yo con buen ritmo.
De pronto miramos para atrás y tenemos chupando rueda con nosotros 20 tíos por lo
menos. Ni dios da un relevo, parece ser lo habitual ya por aquí pues la gente viene
reventada. Llegando ya a meta uno de Cáceres se me acercó y me dio las gracias pues
dijo que habían llegado a meta gracias a nosotros, lo habían pasado fatal. Se agradeció
el detalle del reconocimiento.
Mientras Álvaro por detrás también tira de otro grupo hasta meta, todavía querdan
fuerzas y las lumbares ya están controladas.
Giramos a la derecha y por fin.............LA META SE VE..., no me lo puedo creer, la
alegría es inmensa, ya hemos llegado. Lo demás podéis imaginarlo abrazos, gritos,
recuerdos para la memoria y mucho cansancio. Después con la bici a cuestas, cerveza,
más cerveza, algo de comida y a por el diploma. Fueron 8,42 horas dando pedales, con
una media de 24 km a la hora según mi aparato, para un total de 9,48 incluidas las
paradas.
Estas son las sensaciones vividas en un día más de entrenamiento para el verdadero
objetivo que es DISFRUTAR DE LA BICICLETA, REIR Y COMPARTIR BUENOS
MOMENTOS CON AMIGOS COMO LOS QUE CONSTITUIMOS ESTA PEÑA.
Gracias a todos porque los tres que hemos ido, más Enrique que también se metió 160
kms hemos sentido reiteradamente vuestro apoyo y cariño. El año próximo más y con
más peña.
Ánimo y a entrenar que ya queda menos.
Fotos subiendo la Hoz de Jaca.
Descargar