Lunes 23 de febrero - colegio joaquín alonso

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La Cuaresma es como un viaje muy largo. Cuarenta días de «marcha» camino de la
Pascua.
No conviene hacer este viaje en solitario: Tutores, alumnos, hermanas, familia...,
cuantos más mejor, nos ponemos juntos a caminar y nos ayudamos unos a otros. En la
cuaresma nos esforzamos por hacer un «camino» distinto, con más bondad y con más
generosidad. Algunos le llaman el camino de la Verdad, el Amor y la Paz...
Y si metemos la pata alguna vez, intentamos levantarnos deprisa, y reconocer que
nuestra fragilidad nos permite poner en los otros nuestra fortaleza, porque son la presencia
más real de Dios en nuestro camino.
“…«Fortalezcan sus corazones»… La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar
interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño… “el sufrimiento del otro
constituye un llamada a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la
fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos”.
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
With you…
No te detengas en lo malo que has hecho; camina en
lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a
cambiar.
No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada
de Dios.
No pienses en lo largo que es el camino de tu
transformación, sino en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas.
No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios.
No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla. Vive cada día, aprovecha el
pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio afán" (Mt. 6,34)
Busca alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te
entienda, te apoye y te acompañe en ella.
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No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes
con ella. Si algún día te sientes cansado, busca el descanso en Dios que renovará tus fuerzas.
Si algún día te sientes demasiado responsable de otros, recuerda que sólo Jesús es el Mesías.
Si te sientes atado a alguien, pídele a Jesús que rompa las ataduras y que su amor vuelva a
crear lazos nuevos de amor según su Espíritu.
Si reaccionas ante toda provocación, ruega a Dios para que te enseñe a responder en lugar
de reaccionar.
Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle
nada a cambio.
Si necesitas tener todo bajo control, entrega el control de tu vida a Dios y confía en su
poder y en su amor por ti.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso; ¡eres un hijo de
Dios! Piensa que Él está más interesado que tú en que te conviertas en esa creación que Él
pensó desde toda la eternidad. "Vivir Sirviendo, Vivir Amando.
Que este sea el mejor día de tu vida"
EL JOVEN QUE QUERÍA TRIUNFAR
A ver si la siguiente historia te suena de algo.
Érase un joven que quería triunfar. Para ello abandonó su casa y salió a la aventura
con el dinero que le correspondía de la herencia de su padre. Sin embargo, la pasta y la
vidorra que se pegó hicieron que se le gastará pronto el dinero.
Lo pasó mal. Hambre, frío… Su intención de triunfar se esfumó. Al verse tirado y
necesitado, pensó en volver a casa, pedir perdón a su padre y trabajar para él el resto de su
vida y así vivir dignamente.
Por otro lado, su padre salía cada tarde a la puerta de su casa para ver si volvía el
hijo. Cuando a lo lejos vio una figura humana, se le encogió el corazón. Al reconocer que
era él, el padre corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y le hizo una fiesta de bienvenida.
Nuestro Padre Dios está cada día esperándonos para abrazarnos como a ese hijo. La
vida que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros es un tiempo privilegiado para volver a
la casa del Padre.
Si estás alejado de las cosas de Dios, si estás perdiendo sensibilidad por cultivar tú
relación con Dios, siempre es posible reiniciarlo, pues Dios con su infinita paciencia
siempre nos está esperando.
Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me regalas.
Gracias con toda la fuerza de que soy capaz.
Gracias por este nuevo amanecer.
Gracias por este nuevo empezar.
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
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Gracias por tu presencia que me acompañará en toda la jornada.
Quiero comenzar este nuevo día con entusiasmo,
con alegría reestrenada, con ilusión nueva.
Me da seguridad el saber que Tú estás a mi lado:
en mi familia, en mis amigos, en la gente con la que me
voy a encontrar, en mi propia persona.
Te ofrezco mi trabajo de este día.
Que mi esfuerzo sea fecundo,
sirva para la felicidad de los demás
y me ayude a encontrar mi propia paz.
Que, con mi trabajo, mi día sea un pedacito
del mundo que busco y sueño.
Ayúdame a llenarlo de entrega y amor.
Señor, que hoy viva de tal manera que cuantos se
acerquen a mi descubran tu presencia y tu ternura.
Buenos días, Señor. Un nuevo día que me regalas.
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
… our confidence
Todo el mundo necesita reflexionar para ver lo que falla en su manera de ser y de
vivir y con eso intentar cambiar, mejorar.
Nosotros, los cristianos este tiempo de reflexión lo asociamos y lo vivimos en común
en el tiempo que le llamamos Cuaresma, que significa, como ya sabéis, los cuarenta días
anteriores a la Semana Santa.
Jesús necesitaba ese tiempo para escucharse a sí mismo, conectarse a Dios y, juntos,
lanzarse al compromiso de convencer a toda la gente que encontrara de que debían quererse
como hermanos para lograr más justicia y paz en el mundo. Necesitó cuarenta días en un
desierto, lugar de silencio y soledad, para estar preparado, para afrontar su ideal de vida y
no echarse atrás.
Nosotros también necesitamos un tiempo y un lugar para estar con nosotros
mismos, encontrarnos, saber quién somos, como actuamos, por qué y para que hacemos lo
que hacemos y si vale la pena.
¿Has intentado alguna vez hacer silencio en tu interior? No es fácil porque requiere
tranquilidad, paciencia y saber escuchar al corazón pero te aseguro que tiene unos
beneficios asombrosos.
Te animo a que busques un tiempo para ti, quizás dando un paseo por el campo,
por el monte o cerca del mar para aislarte de los ruidos. Entra dentro de ti, no pienses en
ninguna cosa, solo siente tu respiración, tu entorno disfrútalo. Dios está ahí. Si lo sigues,
verás las cosas, las situaciones y las personas de distinta manera.
Los tiempos de silencio son una forma de conocerte más y saber qué buscas en la
vida. También te servirán para cuando tengas que tomar una decisión importante o estés
pasando un mal momento.
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EN CUARESMA... APROVECHA LA OPORTUNIDAD
Entrar en Cuaresma es inaugurar
un tiempo fuerte de penitencia y conversión...
aprovecha la oportunidad.
Entrar en Cuaresma es una llamada a salir de nosotros,
de nuestras casas, de nuestros prejuicios,
de nuestros intereses, gustos y comodidades...
sal de ti y ves hacia el otro.
Entrar en Cuaresma es afrontar la realidad personal
y dejarse juzgar por la Palabra de Dios...
descúbrete, acéptate, conviértete.
Entrar en Cuaresma es dejar poner nuestro corazón
en la sintonía del corazón de Dios...
practica la compasión que hace hermanos.
Entrar en Cuaresma es vaciar nuestras manos,
saber renunciar a nuestras seguridades,
a aquello que nos esclaviza...
libérate para poder abrazar.
Entrar en Cuaresma es saber caminar con otros creyentes
que buscan a Dios siguiendo a Jesús en Espíritu y en Verdad...
¡Buen camino!
En el Evangelio me he encontrado con un relato de los que contaba Jesús a la gente.
Es la parábola de la “Moneda perdida”. Dice así:
"¿Qué mujer, si tiene diez monedas y pierde una, no enciende una luz y barre la casa
y busca cuidadosamente hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y
vecinas diciéndoles: Alegraos conmigo, porque he encontrado la moneda que se me perdió.
Así, os digo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”.
Quizá el celo y el interés de la mujer parecen exagerados ante el poco valor de la
moneda perdida, pero no ceja hasta que encuentra la moneda.
Una vez más enseña el Señor que un sólo pecador –por pequeño e insignificante
que sea humanamente- es motivo del máximo interés del Redentor.
Y, de nuevo la alegría es la manifestación del perdón por lo que parecía nada, y es
tanto para Dios. Cristo es el portador del perdón del nuevo reino; el reino de perdón y
misericordia está abierto a todos.
En mi juventud tuve un educador que solía repetir que la vida estaba hecha de
pequeños detalles. Pequeños detalles como esa pequeña moneda que había que buscar a
toda costa.
En el principio de este nuevo día, te aconsejo que seas cuidadoso y sensible ante las
cosas pequeñas; que tengas pequeños detalles con tus compañeros y compañeras. Con estas
pequeñas cosas, la vida se presenta mucho mejor.
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
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Si observas, a las personas a las que llamamos “buenas personas” son personas:
Que necesitan pocas cosas y las cosas no son su centro;
Que no van por la vida quejándose de todo; aman su vida;
Que aceptan lo que son y tienen y no se comparan con otros/as;
Que no viven para sí, sino que están abiertas a los otros; tanto es así que llegamos
a decir que “no piensan en sí”, sino en los demás;
Que no pasan la vida chismorreando de los otros…
Convertirse no es ser como tal persona. Convertirse es ser tú: tú, con tu
originalidad, con tu personalidad, con todo eso que puedes ser, si de verdad te decides a
serlo. Los modelos que tenemos delante no son para compararnos, son para animarnos a
ser como ellos/as se animaron a ser.
Buenos días y recuerda que lo que Dios quiere de ti es que seas tú mismo. Te quiere
en toda la originalidad que eres. Sin añadidos, sin imitaciones.
is greater.
«Los soldados lo llevaron al patio interior, llamado
pretorio, y llamaron a todos sus compañeros. Lo vistieron
con una capa roja y colocaron sobre su cabeza una corona
trenzada con espinas. Después se pusieron a saludarlo: "¡Viva
el rey de los judíos!". Y le golpeaban la cabeza con una caña,
lo escupían y luego, arrodillándose, le hacían reverencias»
(Mc 15,16-19)
Los azotes, las espinas, las humillaciones gritan el
amor de Dios a cada uno de los hombres. Pero la corona de
espinas es gloriosa. Sus espinas terribles significan tanto amor, tanto perdón y tan gran
misericordia que son benditas.
Me amaste y te entregaste a la coronación de espinas por mí.
Ofrecemos este misterio, por todas las personas que sufren, por los pobres, los
que se sienten solos y por todos los enfermos: para que con ayuda de la luz de Cristo
encuentren las fuerzas para afrontar el sufrimiento y los demás sepamos acompañarlos.
En aquel tiempo Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos
a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un
blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la
palabra y le dijo a Jesús:
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
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—Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías.
Estaban asustados y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: —Este es mi Hijo amado;
escuchadlo.
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto
hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los
muertos.
En este pasaje, Jesús les da a probar un
poquito del cielo a tres de sus apóstoles.
Probablemente Jesús lo hizo porque sabía que les
esperaban momentos de prueba ante el sufrimiento
y la persecución, en los que su fe tendría que estar
fortalecida para salir adelante. “La Transfiguración”
fue muy breve, pero fue suficiente para que los tres
apóstoles, se dieran una idea de lo que les esperaba
en el Cielo si perseveraban en su fidelidad a Dios y
a su Palabra. Tan hermosa fue le experiencia que
Pedro ya no se quería ir de ahí y sin duda, les ayudó
a crecer en su fe.
Cuando nosotros logramos crear en nuestra familia, en el colegio, entre nuestros
amigos… ambientes de respeto, armonía, de ayuda mutua, en pocas palabras, de amor,
estamos experimentando parte de lo que será el cielo. Y como Pedro, quisiéramos que esos
momentos duraran para siempre y rehuirle a los ratos desagradables o difíciles de soportar.
Pero aún estamos en la Tierra y hemos de ganarnos el cielo eterno en nuestro diario vivir,
Esos bellos momentos recargan nuestras baterías llenándonos de fe y del espíritu Santo que
nos dará la fuerza para los momentos de prueba que también forman parte de la vida.
Estamos ganando el cielo eterno cuando nos toca perdonar al que nos ofende;
tolerar al que no nos cae muy bien; ayudar al que nos necesita, aun a costa de nuestro
sacrificio; callar cuando nos dan ganas de protestar; trabajar cuando lo que queremos es
descansar; compartir cuando apenas tenemos para nosotros… Si afrontamos momentos
como estos, llenos de fe, pensando en lo que Dios quiere de nosotros, descubriremos que
también en ellos está Cristo “transfigurado” junto a nosotros.
¿Sé descubrir a Cristo en los momentos difíciles o desagradables?
Colegio Joaquín Alonso. Equipo de Pastoral.
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