Ajo

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Ajo (Allium sativum)
Información general
El ajo es una planta que ya se conocía 3000 años a.C. Su
cultivo se remonta a los tiempos de Babilonia y muchas han
sido las personalidades históricas que han recomendados su uso. Además de sus
propiedades culinarias, se le atribuyen propiedades antimicrobianas [1], hipotensoras y
utilidad en el control de los niveles de colesterol y triglicéridos, así como en la
prevención de distintos tipos de cáncer. La parte empleada tanto con fines culinarios
como medicinales es su raíz, que tiene forma de bulbo. Actualmente existen muchos
preparados comerciales, de los cuales la mayoría contienen polvo o aceite de ajo. El
primero es una preparación de dientes de ajo pulverizados; el aceite de ajo se produce
comercialmente mediante el calentamiento de sus dientes a 100?C y la recolección de
los vapores destilados, y posteriormente esta sustancia se diluye en aceite vegetal en una
proporción 1:200.
El ajo contiene elevadas concentraciones de compuestos químicos con azufre, entre los
que se encuentra la alicina, y parecen ser los componentes activos del ajo. La alicina se
forma cuando la aliína, un aminoácido azufrado, entra en contacto con la enzima
aliinasa al ser cortado el ajo, partido o machacado. Las preparaciones de ajo seco
contienen tanto la aliína como la enzima aliinasa, y deben encontrarse
convenientemente protegidas para que la acidez del estómago no inhiba la actividad de
la aliinasa. También el calor inhibe esta enzima, por lo que el ajo cocinado es mucho
menos útil con fines medicinales.
Relación del ajo con prevención y tratamiento del cáncer
Diversos estudios científicos han demostrado que aquellas personas que tienen un
consumo más elevado de ajo tienen un menor riesgo de padecer cáncer de estómago o
de colon [2]. También se han hecho estudios en otros tipos de cancer, como son los de
mama, cabeza, cuello y próstata, aunque únicamente se ha encontrado un efecto
protector en los dos anteriormente mencionados [3]. A pesar de ello, antes de plantearse
el empezar a consumir grandes cantidades de ajo para prevenir estas enfermedades, es
necesario tener en cuenta que existen unas recomendaciones generales para llevar una
vida saludable, como limitar el consumo de grasas animales, evitar el sobrepeso,
practicar ejercicio físico regularmente y evitar el consumo excesivo de bebidas
alcohólicas. En definitiva, los hábitos de vida saludables protegen frente al cancer a
todas aquellas personas que los practican, mientras que el efecto del ajo es una cuestión
estadística, habiéndose demostrado que únicamente previene el cáncer en unas pocas
personas de entre mil.
Una vez que el cáncer se ha desarrollado en una persona, puede surgir siguiente
pregunta: ¿las cápsulas de ajo son capaces de curar el cáncer?. La respuesta es un
rotundo NO, las cápsulas de ajo no curan el cáncer. El ajo contiene una gran cantidad de
compuestos químicos y algunos de ellos son capaces de matar las células tumorales
(inducción de apoptosis) en los ensayos de laboratorio, actuando cada uno de esos
compuestos de una manera diferente [4,5]. Existen cientos de tumores distintos, y es
necesario aplicar un tratamiento específico para cada uno de ellos. Por lo tanto, es
posible que en el futuro se aísle una sustancia presente en el ajo que sea eficaz en el
tratamiento de un tipo concreto de cáncer, e incluso, que el fármaco contenido en unas
pastillas contra el cáncer haya sido purificado directamente de los dientes de ajo. Pero
todo ello son, por el momento, meras especulaciones.
Efectos del ajo sobre la circulación
Actualmente, la medicina alternativa atribuye al ajo la capacidad de disminuir los
niveles de colesterol y triglicéridos sanguíneos, así como tener un efecto hipotensor.
Los estudios científicos llevados hasta ahora no han encontrado evidencias de que el ajo
sea útil para reducir los niveles de lípidos sanguíneos, y aunque hay algunos estudios
que afirman encontrar dicha asociación con el ajo, lo cierto es que éstos estudios tienen
una baja calidad metodológica, y por tanto, sus conclusiones no son sólidas [6,7]. En
cuanto a la capacidad del ajo para combatir la hipertensión arterial, la mayoría de los
estudios no encuentran modificaciones en la tensión arterial. En algún estudio se ha
observado una mínima reducción en la tensión arterial, aunque este efecto sería
demasiado pequeño como para tener importancia en el tratamiento de esta enfermedad
[7,8].
Referencias bibliográficas
(1) Domingo D, Lopez-Brea M. Plantas con acción antimicrobiana. Rev Esp Quimioter
2003 Dec;16(4):385-93.
(2) Fleischauer AT, Arab L. Garlic and cancer: a critical review of the epidemiologic
literature. J Nutr 2001 Mar;131(3s):1032S-40S.
(3) Bianchini F, Vainio H. Allium vegetables and organosulfur compounds: do they
help prevent cancer? Environ Health Perspect 2001 Sep;109(9):893-902.
(4) Khanum F, Anilakumar KR, Viswanathan KR. Anticarcinogenic properties of
garlic: a review. Crit Rev Food Sci Nutr 2004;44(6):479-88.
(5) Wu X, Kassie F, Mersch-Sundermann V. Induction of apoptosis in tumor cells by
naturally occurring sulfur-containing compounds. Mutat Res 2005 Mar;589(2):81
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