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Geografía
Maldivas
La República de las Maldivas es un país situado en el Océano Índico al sudoeste de Sri Lanka y la India, al sur
de Asia, constituido por 1.196 islas, de las cuales 203 están habitadas, localizadas alrededor de 450 km al sur de la
península de Deccan. Están agrupadas en 26 atolones teniendo cada una el nombre de una o dos letras de la
escritura Thaana. Debe su nombre a la derivación en sánscrito, en la que mal significa miles y diva, isla. Es decir,
miles de islas.
Las Maldivas mantienen el récord de ser el país más plano en el mundo, con una altitud máxima de sólo 2,4
metros en la isla Vilingili, en el atolón Addu. Aunque los informes indican una peligrosa subida del nivel del mar,
este nivel ha bajado en la realidad durante las últimas décadas.
Cuenta con una población total de 369.000 habitantes en una superficie de 298 km². Su capital Malé
cuenta con 62.973 habitantes.
Datos Generales
Fue una colonia portuguesa (1558), holandesa (1654) y británica (1887). En 1953 intentó establecerse una
república pero pocos meses después se reimpuso el sultanato. Obtuvo la independencia en 1965 y en 1968 fue
reinstaurada la república, sin embargo en 38 años como tal, sólo ha tenido dos presidentes, aunque las restricciones
políticas han disminuido recientemente. Es el país menos poblado de Asia y el menos poblado entre los países
musulmanes.
Maldivas es una república presidencialista, es decir, donde el presidente es jefe de estado y de gobierno. El
presidente es elegido por cinco años, por voto secreto del parlamento y refrendado después por un referéndum.
El poder legislativo lo ostenta un parlamento unicameral, la Majlis de Maldivas, compuesta por cincuenta miembros,
cuarenta y dos elegidos por sufragio universal y ocho nombrados por el presidente. Se renueva cada cinco años.
Hasta 2005 Maldivas tenía un sistema unipartidista dominado por el Dhivehi Rayyithunge Party. Ese año se
legalizaron los partidos políticos, siendo el Partido Demócrata de Maldivas el principal referente opositor.
Las Maldivas poseen un clima tropical moderado por la presencia del Oceano Índico, que determina una
temperatura casi constante a lo largo del año. Muy raras veces la temperatura desciende por debajo de 25 grados.
El clima de Maldivas está determinado por el sistema de monzones típico de ciertas regiones tropicales y
ecuatoriales. Existen dos períodos importantes: la estación del monzón "seco" de invierno (iruvai) que sopla desde
el noreste desde noviembre a marzo, que es la época más fresca; y la estación del monzón húmedo de verano
(hulhangu) que sopla del sudoeste desde mayo a noviembre. Esta última se caracteriza por vientos más violentos, y
mayor precipitación. En los períodos intermedios de mediados de abril y de fines de noviembre las condiciones
meteorológicas son muy benignas y las aguas poseen su máxima claridad. La humedad es claramente inferior
durante el monzón de invierno.
La economía de las Maldivas fue por muchos siglos totalmente dependiente de la pesca y de los productos que se
derivan de ella; y aún hoy sigue siendo la principal ocupación de la población. Esto hace que el gobierno le dé
prioridad especial al desarrollo del sector pesquero.
Además de la pesca, otra actividad que ha crecido durante los últimos años es el turismo. Su desarrollo ha creado
empleo directa e indirectamente y ha generado oportunidades en otras áreas laborales, como la industria. En la
actualidad, el turismo es responsable por el mayor ingreso de moneda extranjera al país. Con 86 centros turísticos
en operación, en el año 2000 se alcanzó la cifra de 467.174 turistas extranjeros.
La agricultura esta limitada debido a la escasez de tierras cultivables. A pesar de esto hay pequeñas plantaciones de
palmeras cocoteras, papaya y árbol del pan. El coco representa el principal recurso agrícola, elaborándose tejidos
con su fibra y siendo utilizado para la alimentación local. Tradicionalmente el coco era tan importante que el valor
de una isla se determinaba por el número de palmeras cocoteras que poseia. Dicho número era rigurosamente
controlado por el Jefe de la isla (Katibu) cada año. En las islas más grandes hay pequeñas plantaciones de frutas y
verduras, que se ven limitadas por la escasez de agua y la salinidad del terreno. Tambien se han hecho algunos
experimentos con cultivos hidropónicos pero han tenido poco éxito. La moneda oficial es el Rufiyaa.
Las Maldivas se componen de veintiséis atolones naturales los cuales han sido organizados en veinte
administraciones de atolones y una ciudad. El atolón en el extremo norte del archipiélago es el atolón Haa Alif y el
del extremo sur es el atolón Seenu. El más pequeño es el atolón Gnaviyani que posee sólo una isla que es la mayor
isla de Maldivas. El mayor atolón de Maldivas es el Atolón Gaafu Alif, el cual se encuentra al sur del "Canal de un
grado y medio".
Cada atolón es administrado por un Jefe del Atolón (Atholhu Veriyaa) que es designado por el Presidente (Maumoon
Abdul Gayoom). Los jefes de los atolones llevan la administración según las instrucciones que reciben del
presidente. La responsabilidad por la administración de los atolones es compartida entre el Ministerio de la
administración de atolones y sus oficinas regionales Sur y Norte, y las oficinas de atolones e islas. El jefe
administrativo de cada isla es el Jefe de la isla (Katheeb), que es designado por el Presidente. El jefe inmediato
superior del Jefe de Isla es el Jefe de Atolón.
Maldivas está dividido en 20 distritos administrativos y su capital Malé. La principal peculiaridad es que la
mayoría de los nombres de los atolones son letras del alfabeto thaana:
Las Maldivas comprenden un grupo de alrededor de 1.900 islas en el océano Índico.
la identidad étnica de las Maldivas es una conjunción de esas culturas, reforzada por la religión y el idioma.
Originariamente budistas, los cingaleses fueron convertidos al sunismo a mediados del siglo XII. El Islam es la
religión oficial. Haciendo que convivan etnias de origen cingalés, dravídico, negroafricano y árabe.
Al año 2007, Maldivas tiene una población de 369.000 habitantes. La esperanza de vida es de 64 años. El
97.2% de la población esta alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 4.78 una de las tasas más elevadas
del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país, esto va a llevar a
la destrucción de sus bosques y recursos naturales.
El idioma oficial es el dhivehi (la escritura es llamada Thaana), un idioma indo-europeo relacionado con el
cingalés, el idioma oficial de Sri Lanka. El sistema de escritura thaana es de derecha a izquierda. El inglés es
ampliamente utilizado para el comercio y de manera creciente, es un medio de enseñanza en las escuelas
gubernamentales.
La hora local de las Maldivas es GMT+5, la electricidad utilizada es 220/240 voltios a 50Hz. Y se utiliza el
sistema métrico decimal para los pesos y medidas.
De Compras
Objetos de artesanía local de calidad que cuenta con obras pintadas al duco y un surtido de bagatelas para turistas,
ya sean locales o importadas. Los felis (sarongs tradicionales) de algodón finamente tejidos, y por supuesto, no hay
que olvidar probar el té en cualquiera de los numerosos salones que existen.
Para Visitar
Maldivas es famosa por la belleza y rareza de su mundo subacuático. La diversidad de los colores azul y turquesa de
sus aguas y abundancia y variedad de la vida subacuática fascinan a los amantes del buceo. La visibilidad
submarina que a veces llega a ser de hasta 50 metros sumado a la calidez de las aguas hace muy placentera la
práctica de actividades subacuáticas. Maldivas es llamada 'el último paraíso sobre la tierra' y en efecto posee un
conjunto de atributos de ensueño: islas tropicales vírgenes con palmeras, playas con arenas de blancura inmaculada
y lagunas de aguas turquesa.
Muchos de los complejos vacacionales poseen escuelas de buceo profesionales que cubren las necesidades de
novatos y expertos. Además es muy común que los hoteles posean arrecifes coralinos poco profundos a escasos
metros de la playa, que son adecuados para personas que practican snorkel y donde también es posible practicar la
fotografía subacuática. Una serie de sitios sobre el lado este del atolón al norte de Male poseen muy buenas
condiciones para la práctica del surf, deporte que está comenzando a desarrollarse en esa zona. En Maldivas
también es posible realizar avistaje embarcado de ballenas y delfines. Más de veinte especies han sido identificadas
en las aguas del archipiélago.
Formalidades
Los ciudadanos de la mayoría de nacionalidades necesitan visado, que se obtiene en la frontera a la llegada al país
de forma gratuita, y para una estancia máxima de 30 días.
Existe una tasa aeropuertaria a la entrada del país.
Restauración y Diversión
El pescado y el arroz constituyen los alimentos básicos de los maldivos, mientras que la carne y el pollo únicamente
se comen en ocasiones especiales. Los platos nacionales se basan en el pescado frito, el pescado al curry y la sopa
de pescado. El arecanut (nuez oval que se masca junto con hojas de betel, clavo y lima) puede considerarse el
equivalente a nuestra copita después de la cena. El alcohol únicamente se encuentra en los establecimientos
turísticos. La bebida local, el raa, es un delicioso y dulce ponche que se extrae de la copa del tronco de la palmera.
Además del coco, escasas frutas y verduras crecen en las islas, por lo que la mayoría de los alimentos que se sirve
a los turistas es importada.
El submarinismo se erige como la principal atracción de Maldivas; se calcula que el 60% de los visitantes realiza al
menos una inmersión. Existen centenares de lugares de buceo reconocidos, muchos de los cuales son accesibles
desde los complejos turísticos (a los demás se puede llegar en barco o mediante un safari de buceo). Junto a una
multitud de peces y corales, se puede sentir la emoción de nadar con tortugas, morenas, mantas, tiburones y
ballenas, además de explorar algunos de los restos de naufragios más alcanzables, como el Maldive Victory junto al
aeropuerto Hulule, considerado por muchos entusiastas como una de las mejores inmersiones a un barco hundido
del planeta. La práctica totalidad de establecimientos turísticos cuentan con una escuela de buceo para mantener a
sus clientes ocupados, pero el visitante también puede ponerse unas gafas y unas aletas y nadar un trecho desde la
playa para disfrutar de las delicias del mundo submarino de Maldivas.
El surf se ha convertido en una actividad muy común en las islas, debido a los excelentes puntos de acceso desde
los emplazamientos turísticos en las inmediaciones de Malé. También se organizan safaris para practicar el surf
hasta los atolones exteriores. Es preferible contratar estos viajes con un operador conocido, porque Maldivas no es,
en absoluto, un destino en el que los surfistas con pocas tablas puedan llegar y lanzarse a las olas sin más. Para los
entusiastas de los deportes acuáticos, existe multitud de oportunidades para navegar, realizar parasailing,
windsurf, esquí acuático y moto acuática. La pesca mayor resulta una opción prohibitiva en algunos
establecimientos y, como se sigue una política de pescar y soltar, no se puede conservar la pieza. Igualmente
resulta factible pescar de noche a bordo de un dhoni (barco tradicional). Otra actividad muy popular se basa en
montarse sobre un plátano arrastrado por una lancha y surcar por el mar. Cuando menos se espere, se llevará el
voleibol con cocos.
Excursiones
Malé. Pequeña, singular y densamente poblada, Malé (pronúnciese [Marlay]) no puede considerarse un
emplazamiento espectacular, pero se trata de una capital muy suya. Esta urbe, limpia y ordenada, posee
mezquitas, mercados, un laberinto de callejuelas y mucho encanto. Aunque en ocasiones pueda parecer una
aletargada localidad rural, surgen nuevos edificios por doquier y la localidad parece estar a punto de reventar.
La isla de Malé posee unos 2 km de longitud y una anchura de 1 km, y rebosa edificios, carreteras y algunos
espacios abiertos bien aprovechados. Oficialmente, cuenta con 65.000 habitantes pero, añadiendo los trabajadores
extranjeros y los visitantes procedentes de otras islas, esta cifra puede ascender a cien mil; de hecho, es la
impresión que ofrece. La isla ha duplicado su tamaño mediante la recuperación de terrenos; las islas cercanas han
adquirido funciones determinadas, como de aeropuerto. Existen proyectos para desarrollar otras islas y reducir la
presión que se ejerce sobre Malé.
Entre los modestos atractivos de la urbe, figura el Museo Nacional, que expone caóticamente objetos
pertenecientes al sultán y diversas muestras de los hallazgos arqueológicos realizados por Thor Heyerdahl
(numerosas esculturas antiguas y figuras de piedra aparecen en su libro El misterio de las Maldivas). En las
proximidades de la institución cultural yace el agradable parque del Sultán, así como la imponente gran mezquita
del Viernes, que destaca en el perfil de la ciudad.
Más de una veintena de mezquitas aparecen diseminadas por la población, aunque algunas se limitan a una sala de
coral con techo metálico. La más antigua, la Hukuru Miski, es célebre por sus intrincadas piedras esculpidas. Un
largo panel, tallado en el siglo XIII, conmemora la introducción del islamismo en Maldivas, mientras que, en el
exterior, un cementerio alberga la tumba de Abdul Barakatul Barbari y las lápidas de antiguos sultanes.
Entre los restantes puntos de interés, figura el bazar Singapur, un conglomerado de comercios que disponen de
objetos de artesanía local de calidad y un surtido de bagatelas para turistas, ya sean locales o importadas. También
destacan los establecimientos especializados en artículos de ferretería, pesca y mercancía general para proveer a
las poblaciones de la zona. En los numerosos salones de té, los hombres maldivos degustan las comidas breves
(pequeños tentempiés), fuman, mascan y charlan.
Malé posee alojamientos y restaurantes económicos, pero la vida nocturna se halla confinada a los salones de té y a
escasos restaurantes de estilo occidental. Un par de cines proyectan películas épicas indias y films taquilleros de
Hollywood. Los extranjeros residentes en Malé suelen dirigirse a un centro turístico cercano en sus días libres.
Seenu (Atolón Addu). Puede considerarse la segunda ciudad de Maldivas; su centro turístico se ha convertido en el
mejor punto de partida para visitar las tradicionales comunidades isleñas maldivas. Los addu son muy recelosos de
su independencia; se comunican en un idioma diferente al de la capital y, en una ocasión, intentaron separarse de
la República.
El desarrollo turístico en Addu ha tardado en despegar, pero se ha instalado un complejo turístico en las antiguas
dependencias de la Royal Air Force en Gan y, en la actualidad, se encuentra adecuadamente enlazado con la
capital mediante un nuevo vuelo de Air Maldives. El Ocean Reef Resort se aleja del prototípico paraíso tropical de
una isla maldiva, pero la antigua base militar le confiere un toque único. Gan está unida mediante puentes a las
islas vecinas, y resulta sencillo y agradable desplazarse por ellos en bicicleta, lo que permite visitar las poblaciones
de la zona y conocer las costumbres y cultura de sus gentes.
Fuamulaku. Esta isla solitaria en medio del canal Ecuatorial puede considerarse una especie de anomalía en
Maldivas. Aparece excepcionalmente fértil: produce frutas y verduras que no crecen en otras zonas del país, como
mangos, naranjas y piñas. Se dice que sus habitantes son más altos, saludables y longevos.
Kudahuvadhoo. En el atolón del sur de Nilandhoo, la isla de Kudahuvadhoo cuenta con uno de los misteriosos
túmulos conocidos como hawittas. Probablemente se trate de los vestigios de templos budistas, pero es necesaria
una mayor investigación por parte de los arqueólogos. Thor Heyerdahl, tras explorar la isla, comentó que su antigua
mezquita albergaba uno de los ejemplos más bellos de mampostería que hubiese visto jamás. Su asombro se
intensificó al descubrir esta obra maestra en una isla tan apartada, aunque en el mundo islámico este territorio ya
era célebre por sus lápidas bellamente talladas.
Atolón Baa. El atolón Baa es reputado por su artesanía, que cuenta con obras pintadas al duco y felis (sarongs
tradicionales) de algodón finamente tejidos. El pequeño y remoto atolón Goidhoo ha constituido un enclave para
náufragos y exiliados. El explorador francés François Pyrard arribó en 1602 tras el hundimiento de su embarcación,
el Corbin.
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