El papel de los abuelos

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Un apoyo importante
El papel de los abuelos
Antiguamente, la figura del anciano ocupaba un lugar clave en la familia. Hoy,
la mayoría de los abuelos ya no vive ni con sus hijos ni nietos pero su imagen
sigue siendo un importante referente familiar. Fomentar los vínculos
intergeneracionales puede ser de gran riqueza para el desarrollo de los niños.
"Me gusta ir a la casa de mi abuelita porque hacemos pan juntos y siempre tiene
dulces", cuenta Bastián de 5 años. Su madre, Andrea Ruiz dice que "mi marido y yo
trabajamos jornada completa y me siento culpable por no poder estar más con mi hijo.
Por eso me alegra mucho cuando mi mamá, que también es muy ocupada, se da el tiempo
para estar con él porque de alguna forma siento que es como si yo también estuviera con él".
Como ocurre con Bastián, la importancia de los abuelos sigue siendo significativa en el
desarrollo de sus nietos pese a que la forma de vivir ha cambiado.
"Hace décadas las familias eran extendidas y los abuelos, hijos y nietos vivían juntos.
Entonces ellos decidían mucho más sobre la crianza y también influían bastante en las
opciones que tomaban sus hijos", explica la psicóloga y terapeuta familiar, Tania Donoso.
Mantenerse activos es clave para la salud física y mental de los ancianos. Aprender
a usar el computador por ejemplo los acerca a las nuevas generaciones.
La familia ha evolucionado hacia una estructura nuclear en que los hijos dejan la casa
paterna al formar un nuevo hogar cuando las condiciones económicas así lo permiten. "Sin
embargo, aunque tenemos una imagen de familia tradicional integrada por mamá, papá e
hijos, la realidad es que menos del 50% de las familias tiene esta composición", indica la
psicóloga.
Agrega que a raiz del aumento en las separaciones y a que muchas personas tienen hijos sin
tener pareja estable, se ha elevado el porcentaje de familias monoparentales. Precisamente en
el caso de familias monoparentales en que la mamá trabaja, es cuando los abuelos más apoyo
suelen dar.
"Esto es muy positivo. Incluso puede suceder que si la madre pasa mucho tiempo fuera de
casa y son los abuelos en la práctica quienes se hacen cargo del niño, la abuela pase a ser la
madre sustituta del pequeño", comenta la terapeuta.
La profesora Alicia Rodríguez es madre soltera que trabaja y reconoce que sin la ayuda de sus
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padres habría sido casi imposible criar a sus dos hijos. "Después del colegio y del jardín se
pasan las tardes en la casa de los abuelos hasta que yo llego. Ayuda el que vivamos tan cerca
porque yo habito un departamento en el primer piso de la casa de mis padres. La conexión
entre ellos es tan fuerte que mi hijo mayor duerme todas las noches en la casa de sus abuelos".
Y así como la estructura familiar ha evolucionado, los abuelos también lo han hecho. "Las
abuelas de hoy ya no hacen galletas, sino que las compran. Tampoco esperan sentadas en la
mecedora a que lleguen los nietos. Suelen ser más juveniles que antes porque tienen una vida
más activa ya que mantienen sus relaciones sociales y laborales, si trabajan y no han
jubilado", indica la psicóloga.
La mayoría de los abuelos tiene hoy un rol secundario en la crianza. "Ya no tienen energía
para educar y prefieren regalonear y dar cariño a los nietos. De esta forma también les dan
seguridad y un sentido de pertenencia a través de las generaciones. Son un gran apoyo cuando
logran poner límites", agrega. Precisamente el desacuerdo en las normas que el nieto debe
acatar puede ser una fuente de conflicto entre el abuelo y los padres del niño.
"Mis hijos hacen cosas en la casa de sus abuelos que no hacen en la mía como comer carne,
dulces y ver mucha televisión. Ya no me molesta porque creo que es un asunto de equilibrios.
Cuando llegan a nuestra casa comen comida vegetariana y me las arreglo para que no vean
más tele y en vez de eso jueguen o pinten", cuenta la profesora Rodríguez.
El problema de los límites con los nietos es uno de los más comunes entre abuelos e hijos.
Éste suele darse en mayor grado cuando la pareja de padres es joven y vive junto con los
abuelos.
"En estas situaciones muchos abuelos no ven a sus hijos como adultos responsables, pueden
ser más invasivos y no concordar con los lineamientos de crianza de la madre", dice la
terapeuta.
En general los abuelos sienten mucha satisfacción con sus nietos. Estar con ellos es una forma
de renovación personal, familiar y los mantiene jóvenes por más tiempo. Y aunque ya no
suelen participar tan activamente de la crianza, siguen cumpliendo una serie de roles, explica
Tania Donoso.
- Pueden aportar tranquilidad en los momentos de crisis familiar. Si tienen los recursos llegan
hasta a apoyar económicamente a sus hijos si es necesario.
- También actúan como una reserva familiar en caso de emergencias. Por ejemplo, si la nana
no llega, se quedan con los nietos cuando los padres se van al trabajo.
- Pueden ayudar en la vida cotidiana, por ejemplo, yendo a buscar a los niños al colegio o
quedándose con ellos alguna noche que los padres deseen salir.
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- Suelen transmitir los valores familiares y mantener las relaciones entre las generaciones y
con el resto de los parientes.
- Otras veces tienen un rol de arbitraje y ayudan a dirimir conflictos entre sus hijos y nietos.
Los abuelos suelen mantener una relación especial con sus nietos a través de las distintas
etapas de su desarrollo. Los preescolares generalmente los ven como divertidos y cariñosos y
les gusta estar con ellos.
Cuando son escolares cambian un poco los juegos y las actividades que se comparten, por
ejemplo pueden empezar a ir al cine. De adolescentes tal vez ya no se ven tan regularmente,
pero el abuelo puede seguir siendo un amigo y una especie de guía.
"En su proceso de búsqueda de la propia identidad el joven muchas veces siente la necesidad
de distanciarse de sus padres y de los adultos en general y encontrar un modo propio de hacer
las cosas. Sin embargo, ésto no necesariamente ocurre con los abuelos por la relación de
complicidad y de mayor libertad que han tenido durante los años", concluye la psicóloga.