Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México

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Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 1
Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo,
Blanca Aurelia Valenzuela y Martha Elena Jaime Rodríguez
Rediseño
de ciudades turísticas
en el noroeste de México
Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo,
Blanca Aurelia Valenzuela y Martha Elena Jaime Rodríguez
Rediseño
de ciudades turísticas
en el noroeste de México
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México
1era. edición, abril 2016.
ISBN 978-607-518-182-0
D.R. © 2016. Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo,
Blanca Aurelia Valenzuela y Martha Elena Jaime Rodríguez
D.R. © 2016. UNIVERSIDAD DE SONORA
Blvd. Luis Encinas y Rosales s/n, Col. Centro
Hermosillo, Sonora 83000 México.
http://www.uson.mx
Edición: Qartuppi, S. de R.L. de C.V.
Diseño Editorial: Catalina Guiffo Cardona
Corrección de Estilo: Andrea Villanueva Cuevas
Fotografía de Portada: León Felipe Irigoyen Morales
Esta obra se publicó con recursos del Programa de Fortalecimiento de la Calidad en Instituciones
Educativas OP/PROFOCIE-2014-26MSU0015Z-10.
Tabla de Contenido
7
Presentación
9
Capítulo 1.
Turismo cultural y residencial
en el Pueblo Mágico de Álamos, Sonora
47
Capítulo 2.
Turismo religioso en Magdalena de Kino, Sonora
Peregrinación y devoción a San Francisco
81
Capítulo 3.
Imaginarios sociales de la comunidad
y construcción del sentido de lugar
en el Pueblo Mágico de El Fuerte, Sinaloa
6
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 7
Presentación
El libro que a continuación ponemos a su disposición Rediseño de ciudades turísticas e imaginarios en el Noroeste de México ofrece una
mirada de tres ciudades consideradas Pueblos
Mágicos por uno de los principales programas
del gobierno mexicano en materia de turismo.
El texto es resultado del trabajo de investigación realizado por el Cuerpo Académico
Multiculturalidad, Identidad y Cambio Social, integrado por profesores de diversos programas de
la Universidad de Sonora. Las investigaciones
en curso son patrocinadas por la Secretaría de
Educación Pública (SEP) y el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Por medio
del programa PRODEP, la SEP apoyó a la Red
Ciudad, Turismo e Imaginarios, integrada por
cuerpos académicos de diversas universidades
nacionales, para la realización de la investigación “Pueblos mágicos. Estudios de los imaginarios
y rediseño de ciudades turísticas”. De igual modo,
CONACYT apoyó la investigación “Imaginarios
del turismo residencial en ciudades del noroeste de
México. Apropiación simbólica y material de espacios y lugares en ciudades costeras y pueblos mágicos. 2000-2013”. De ambas investigaciones, se
desprenden los casos de estudio que ponemos a
consideración del público.
La actividad turística es un proceso que
tiene un peso muy significativo para muchos
países, entre ellos México. El turismo para el
caso mexicano es uno de los más importantes
en cuanto a la derrama económica que significa
para las poblaciones y las regiones. El turismo
significa uno de los sectores de la economía más
importantes de México. En el año 2014, el país
estuvo entre los 10 destinos más visitados en
el mundo, con 19 millones 300 mil turistas extranjeros, generó ingresos por $11 mil 130 millones de dólares y representó el 8.7 % del PIB
Nacional (Secretaría de Turismo, 2014).
El turismo practicado en las ciudades
costeras y pueblos mágicos del Noroeste de
México, se constituyó en años recientes en una
actividad económica relevante que afectó a la
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comunidad y a la economía tradicional basada
en actividades primarias como la pesca, la agricultura y la ganadería, para constituirse en una
de los sectores de más rápido crecimiento económico en el Noroeste de México. Las políticas
públicas nacionales y estatales y la inversión
privada en materia de turismo, se orientaron
en hacer atractivos para el turismo a los lugares
con valioso patrimonio cultural.
Una de las modalidades más importantes del turismo es el de segundas residencias.
Este fenómeno significa la decisión del turista de vivir permanentemente o bien de forma
temporal en el lugar turístico mediante la adquisición de una vivienda. Para el caso de los
pueblos mágicos, la segunda residencia implica la adquisición de edificaciones consideradas
por su valor histórico y cultural, ubicarse en el
antiguo casco urbano y ser utilizadas como viviendas o empresas de servicios turísticos. Para
el caso de los denominados Pueblos Mágicos, el
turismo residencial implica la ocupación de las
mansiones antiguas, desplazando con ello a la
población local y sustituyendo las prácticas sociales ligadas a la identidad y sentido de pertenencia de las comunidades por representación
tematizada del lugar. El casco histórico deviene
exclusivo y con usos de acuerdo a la economía
de enclave y al tipo de población que la ocupa.
Tales son las particularidades de ciudades como
Álamos y El Fuerte, incluidos dentro del Programa Pueblos Mágicos.
Otra modalidad importante de turismo
lo es el cultural. El Programa Pueblos Mágicos
pretende exaltar la autenticidad y singularidad
de las localidades con un fuerte patrimonio
cultural con la finalidad de incentivar el turismo.
Hoy en día, Álamos, Magdalena de Kino y El
Fuerte son localidades donde el turismo de
tipo cultural es importante. La representación
de los pueblos mágicos refiere la imagen de
localidades tranquilas, bucólicas, con población
amable y sin las tensiones generadas por la vida
de las grandes ciudades; con un rico patrimonio
cultural susceptible de ser consumido por los
turistas.
En los capítulos que conforman este
libro, se puede apreciar la preocupación por
conocer el impacto que la turistificación tiene
en las comunidades. No se procura evaluar el
Programa Pueblos Mágicos sino conocer y comprender el conjunto de significados que la población atribuye a su patrimonio y cómo este es
resignificado por el turismo. El trabajo pretende
adentrarse en los imaginarios sociales de la comunidad y para ello responder a las siguientes
interrogantes: ¿Cómo son los pueblos mágicos,
sus comunidades y sus habitantes? ¿Cuáles son
los relatos constituyentes de la identidad y los
elementos que construyen el sentido de lugar
de la población? Esas son las preguntas con las
cuales hicimos el acercamiento a las tres ciudades. Es un intento de exploración del espacio social en disputa entre lugares resignificados para
el turismo, de provecho para el turista y de sentimientos encontrados en la población por la
lejanía de los beneficios. Espacio social marcado
por la realidad de los problemas sociales, económicos y culturales que afectan a la comunidad
en la vida cotidiana, frente a la distancia de la
política pública que no requiere de pareceres.
Capítulo 1.
Turismo cultural y residencial
en el Pueblo Mágico de Álamos, Sonora
10
La elaboración de este capítulo fue posible gracias al apoyo que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) brindó para la investigación “Imaginarios del turismo residencial en ciudades del noroeste
de México. Apropiación simbólica y material de espacios y lugares en ciudades costeras y pueblos mágicos.
2000-2013”, bajo la conducción del Dr. Jesús Ángel Enríquez Acosta. También fue posible gracias a la Secretaría de Educación Pública por medio del Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP)
que apoyó el proyecto de investigación “Pueblos mágicos. Estudios de los imaginarios y rediseño de ciudades
turísticas” que lleva a cabo la Red Ciudad, Turismo e Imaginarios.
Capítulo 1.
Turismo Cultural y Residencial
en el Pueblo Mágico de Álamos, Sonora
Introducción
Álamos es una ciudad sonorense fundada a
fines del siglo XVII con el nombre de Nuestra
Señora de la Purísima Concepción de Álamos.
Su origen se relaciona con el descubrimiento de
yacimientos de plata cercanos al emplazamiento
actual de la ciudad. Fue la minería la que durante
el periodo de la colonia española la hizo florecer
y ser uno de los principales asentamientos
humanos de la zona hasta fines del siglo XIX,
cuando comienza su declive con el agotamiento
de las minas de plata. Hasta bien entrado el
siglo XX, Álamos fue una ciudad olvidada; la
población migró a los fértiles Valles del Mayo
y el Yaqui y el señorío de la arquitectura quedó
como testigo de un glorioso pasado. No fue sino
con la llegada de Levant Alcorn, a mediados
de siglo, cuando Álamos empieza a renacer.
El norteamericano descubre que las antiguas
casonas abandonadas por sus dueños podían ser
un buen negocio y adquiere parte importante
del actual centro histórico, rehabilita las viejas
construcciones y las promociona para ser
vendidas a compatriotas suyos.
Bajo el patrocinio de Alcorn se crea una
importante comunidad de norteamericanos que
decidieron vivir en Álamos y recrear la autenticidad de la cultura mexicana, así como mantener inalterable la arquitectura mientras disfrutaba de las comodidades modernas del hogar
norteamericano, aún más por su capacidad para
influir en la vida social, económica y cultural de
la localidad. Con la llegada de la comunidad de
norteamericanos, la ciudad comienza a cambiar
y contrarrestar la decadencia reinante. Hacia fines del siglo XX, el Festival Ortiz Tirado se consolida como principal fiesta cultural del noroeste de México. Los nombramientos de Zona de
Monumentos Históricos, en el año 2000, y el de
Pueblo Mágico en 2005, contribuyeron a dar valor a la ciudad y a aprovechar con fines turístico
12
el patrimonio cultural. La imagen urbana exalta
la arquitectura colonial y el ambiente tranquilo
y relajado de una pequeña comunidad tradicional. En adelante, Álamos tendrá en el turismo
uno de los detonantes de la economía local. La
particularidad del turismo alamense es la combinación de turismo residencial y cultural: por
un lado una comunidad de norteamericanos
que vive en el centro histórico, y por otro, un
flujo constante de visitantes que valora el patrimonio histórico y cultural de la ciudad.
El objetivo de este capítulo es observar
cómo la población de Álamos construye sus imaginarios de identidad y sentido de lugar fincado
en los elementos materiales y simbólicos que
van más allá de la instrumentalidad del Programa Pueblos Mágicos y el turismo que pretende
fomentar. Además, se tiene interés en mostrar
las percepciones de la población referidas a su
patrimonio cultural y a la actividad turística que
se ha encargado de construir una oferta ligada
al consumo de turismo cultural.
La investigación en la ciudad se llevó a
cabo en 2014 y 2015. El trabajo de campo consistió principalmente en observación y entrevistas a habitantes y turistas. La observación se
llevó a cabo a partir de una guía cuyo objetivo es
recuperar la historia urbana del lugar, sus lugares emblemáticos, el proceso de turistificación y
los problemas sociales más importantes.
Todas las entrevistas se grabaron y
transcribieron para facilitar su procesamiento.
Las imágenes y percepciones de turistas y residentes están contenidas en los relatos obtenidos en el trabajo de investigación. A partir de
los relatos, a) se pueden referir los significados
atribuidos al turismo religioso, el patrimonio
cultural y la identidad local, las cualidades de
la gente y la ciudad, y b) se piensa en las consecuencias de la actividad turística en el tejido
social, urbano y cultural.
El trabajo se divide en varias secciones.
En una primera parte, se precisan brevemente
los tipos de turismo observables en Álamos y
se describe el escenario social y urbano que caracterizan al Pueblo Mágico. Por supuesto, se
muestra la dimensión histórica que hace e identifica al lugar. En una segunda parte, a partir de
las entrevistas realizadas en la comunidad, se
abordan los imaginarios de los habitantes referidos a la cultura local, el patrimonio y el turismo cultural. En la tercera parte, a partir de la
aplicación de una encuesta en la comunidad, se
abordan las percepciones que los habitantes tienen de la cultura local, el turismo y los problemas sociales más importantes. En una última
parte, se abordan las conclusiones generales.
Turismo residencial y turismo cultural
El turismo de segunda residencia es resultado
del proceso de adaptación y diversificación que
ha tenido la oferta turística contemporánea. El
proceso que inició como turismo de fin de semana, de bajo costo y escasa infraestructura
turística, pasó a formas más elaboradas que
corresponden a una combinación del creciente
desarrollo inmobiliario privado, las inversiones
públicas para hacer atractivo el lugar, la cercanía
con Estados Unidos y el deseo de evasión del turista. La segunda residencia significa la decisión
de vivir permanentemente o de forma temporal
en dicho lugar turístico.
El turismo de segunda residencia está
ligado a determinados factores económicos
y sociales que lo hacen posible. Dentro de los
factores económicos se encuentra el interés de
los baby boomers norteamericanos por adquirir
una vivienda en México para retirarse, aprovechando que los costos son menores respecto del
país del norte, un mayor poder adquisitivo en
México y un clima más benigno, sin olvidar la
cercanía de la frontera con Estados Unidos. Se
trata de un sector de la población norteamericana que para 2030 llegará a 70 millones de personas (Migration Policy Institute, 2006), lo cual
motiva que la segunda residencia enfocada en
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 13
los jubilados norteamericanos tenga gran potencial para los desarrolladores inmobiliarios
en México, y en particular en Sonora. Se calcula que vive en México aproximadamente un
millón de norteamericanos y, según el censo
del año 2000, en Sonora radican 16,353, que
ocupan el décimo primer lugar en residentes
extranjeros en el país. Una parte importante
de esa cifra radica en Álamos.
Entre los factores sociales que explican
el turismo de segunda residencia se cuentan
los relacionados con la percepción de la ciudad
como realidad azarosa y difícil, pletórica de riesgos y problemas. El turista de segunda residencia piensa en la comodidad y tranquilidad que
ofrece el lugar turístico, el cual se constituye en
el mejor escenario de retiro. La segunda residencia implica una tematización o simulación
de un estilo arquitectónico idealizado en la configuración del paisaje construido como lo mexicano auténtico. Las viviendas incorporan figuras, materiales, vegetación, formas y símbolos
que reivindican un imaginario de lo mexicano.
La mayor parte del centro histórico de
Álamos se compone de viviendas de segunda
residencia orientadas a jubilados norteamericanos, y en menor medida a la clase media y alta de
la región. La segunda residencia expresa un imaginario de distinción social y representa simbólicamente una cultura anterior a manera de viejas
casonas utilizadas con fines de ocio y evasión.
El turismo residencial conforma un
territorio discontinuo y fragmentado en lo
social y espacial del resto de la trama urbana.
Álamos se encuentra dividido en dos lugares,
el poblado turístico y el de la comunidad. Son
marcadas las diferencias en cuanto a posesión de
infraestructuras y equipamientos, precarización
de las condiciones de vida en uno y estilo de vida
exclusivo en el otro. El turismo residencial no
tiene precisamente el objetivo de atraer turistas
y ofrecerles servicios. No se trata de servicios
turísticos ligados a empresas hoteleras, por el
contrario, produce principalmente suelo urbano,
construye y vende viviendas unifamiliares.
Por turismo residencial o segunda
residencia se entiende, según Aledo, Mazón y
Mantecón:
[...] la actividad económica que se dedica a la
urbanización, construcción y venta de viviendas que conforman el sector extrahotelero, cuyos usuarios las utilizan como alojamiento para
veranear o residir de forma permanente o semipermanente fuera de sus lugares de residencia
habitual y que responden a nuevas formas de
movilidad y residencialidad de las sociedades
avanzadas. (2007, p. 190)
La segunda residencia no necesariamente implica lugares de mar y sol. Álamos es
una ciudad donde la tradición y la arquitectura
colonial facilitaron un escenario de tranquilidad
y retiro propicio para la llegada del turismo residencial. En los últimos años, Álamos ha concentrado una importante comunidad extranjera
imbricada en la economía local como prestadora
de servicios turísticos en hoteles o restaurantes,
que radica de forma permanente o bien durante
ciertos periodos del año en viviendas de valor
histórico adquiridas a lugareños.
El rico patrimonio histórico cultural de
Álamos posibilita el flujo de turistas. Después
de los lugares de sol y playa como Puerto Peñasco y San Carlos Nuevo Guaymas, Álamos ocupa
uno de los lugares más importantes en el turismo regional. La particularidad del lugar es la explotación del patrimonio cultural con fines de
consumo turístico.
El patrimonio cultural es construido y
reproducido a través de prácticas sociales que
implican un valor subjetivo y simbólico. Para
este caso, “el patrimonio cultural son construcciones sociales, interpretaciones a partir de la
recuperación de elementos del pasado tangibles
o prácticas culturales” (Muñoz, 2011, p. 117)
14
que van transformándose en representaciones
que forman parte de la identidad social del colectivo y del individuo. De acuerdo con la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), el patrimonio cultural se compone
de bienes muebles e inmuebles, monumentos,
conjunto de construcciones, lugares de valor
histórico y estético, sitios arqueológicos, obras
de arte, entre otros (Fernández, 2010).
El patrimonio cultural es entonces un
recurso que permite reconocer los elementos
identitarios, de pertenencia y arraigo de una comunidad, pero es también un recurso que facilita el turismo. Actualmente, tienden a aumentar
las visitas a lugares con un patrimonio cultural
considerado atractivo. Generalmente se trata
de sitios o ciudades memoria (Augé, 1998), con
apreciado patrimonio arquitectónico y valor simbólico importante, ya sea monumental y artístico o religioso y devocional (Fernández, 2013).
Las visitas de los turistas se orientan a valorar
el patrimonio cultural y/o religioso, dando pie a
lo que se conoce como turismo cultural. La Secretaría de Turismo del Gobierno Federal define
al turismo cultural como “aquel viaje turístico
motivado por conocer, comprender y disfrutar el
conjunto de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos
que caracterizan a una sociedad o grupo social
de un destino específico” (2002, p. 4).
Antecedentes históricos
Álamos se funda a fines del siglo XVII con
el nombre de Nuestra Señora de la Purísima
Concepción de Álamos, aunque también se
le nombró Real de los Frailes en referencia
toponímica a unos cerros con ese nombre,
cercanos al lugar. Su fundación se liga con la
explotación de yacimientos de plata próximos,
como Promontorios, La Aduana y Minas Nuevas.
La localización actual fue motivo de controversia
por carecer de fuentes de agua confiables; sin
embargo su cercanía con las minas de plata
decidió su suerte sobre la población de Nuestra
Señora de Guadalupe, primer emplazamiento
poblacional establecido pero rápidamente
abandonado en favor de Álamos. Este último
no fue pueblo de misión, a diferencia de muchas
localidades de Sonora en donde los jesuitas se
encargaron de concentrar a los indígenas para
evangelizarlos y enseñarles técnicas agrícolas y
oficios, misiones que devinieron en poblados.
La población de Álamos estaba compuesta por
mineros, terratenientes, dueños de haciendas,
mestizos y numerosos indígenas prófugos de
las misiones cercanas, localizadas entre los
ríos Mayo y El Fuerte, que se contrataban para
trabajar en las minas (Cramauseel, 2012).
Álamos se convirtió en el más importante distrito minero del noroeste novohispano
a fines del siglo XVII, y en 1765 llegó a tener
3,400 habitantes. La ciudad sobrevivió a epidemias de viruela y sarampión que mermaron la
población y a sequías prolongadas que hicieron
subir los precios de los productos agrícolas. Los
momentos de crisis no hicieron decaer la actividad minera durante todo el siglo XVIII, y en
el año de 1779 Álamos se convirtió en sede del
Obispado de las Provincias de Sonora, Sinaloa y
California, gracias a la prosperidad de la ciudad.
La actual iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción fue construida entre 1786 y
1821 sobre los restos de la primera iglesia. La
ciudad tuvo su primer ayuntamiento en 1814,
y en 1827, después de la independencia de México, recibió el título de ciudad, cuando Sonora
y Sinaloa conformaba el denominado Estado de
Occidente. Álamos fue la capital del Estado de
Occidente hasta 1831 cuando se separaron los
actuales estados de Sonora y Sinaloa. La ciudad
fue escenario de batallas entre republicanos e
imperialistas durante la intervención francesa
en la década de los sesenta del siglo XIX.
Para fines del siglo XIX, Álamos empieza
a decaer al agotarse las minas de plata; en 1895
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 15
fue cerrada la casa de moneda. El periodo revolucionario de principios del siglo XX golpeó a la
ciudad y a las minas que le dieron lustre. Epidemias de influenza diezmaron a la población y
la ciudad pasó por un marcado despoblamiento,
las casas centenarias se abandonaron y las familias más poderosas dejaron la ciudad. Álamos
pasó al olvido.
A mediados del siglo XX, el norteamericano Levant Alcorn visitó Álamos y se admiró de
las viejas casas abandonadas. El visitante adquirió entonces buena parte de los edificios aledaños a la Plaza de Armas; empezó a rehabilitarlas
y al mismo tiempo promocionarlas para su venta
entre norteamericanos. En la década de los cincuenta, una colonia de ellos se estableció en la
ciudad y ésta comenzó a cambiar su fisonomía
con la reconstrucción que conservó el estilo arquitectónico original (Balslev, 2014). A partir de entonces, la historia de la ciudad toma otro rumbo.
Características sociales y urbanas
del Municipio de Álamos
Álamos es un municipio ubicado al sur del Estado de Sonora, colindante al oeste con los municipios de Navojoa y Huatabampo, al norte con
el municipio de Quiriego, al este con Chínipas,
Estado de Chihuahua, y al sur con los municipios de El Fuerte y Choix, del Estado de Sinaloa.
El municipio tiene una extensión territorial de
6,947 kilómetros cuadrados que representan el
3.75 por ciento del total estatal. El municipio tiene 317 localidades, siendo la ciudad de Álamos
la cabecera municipal. Las poblaciones principales del municipio son Álamos, San Bernardo,
Mesa Colorada, Conicárit, El Chinal, Basiroa, La
Aduana, Tapizuelas, entre otras. El municipio se
clasifica como rural, atendiendo a que más de 50
por ciento de la población vive en localidades de
menos de 2,500 habitantes. La población rural
representa 63.8 por ciento y 36.1 la urbana. La
distribución espacial de la población se caracteriza por la dispersión y concentración, y el 40.94
por ciento de la población municipal vive en localidades de menos de 250 habitantes. Por otra
parte, 36.15 por ciento de la población del municipio se concentra en la cabecera municipal.
El municipio cuenta con 25,848
habitantes, de los cuales, 13,497 son hombres
y 12,351 mujeres (INEGI, 2010). El índice de
masculinidad es de 109, y podría explicarse
por el peso de las actividades primarias en la
economía local, como la agricultura de temporal
y la ganadería o la minería, que demanda la
presencia temporal de mano de obra masculina.
En la ciudad de Álamos, cabecera municipal, viven
9,345 habitantes. El municipio representa 0.97
por ciento de la población estatal. La población
del municipio prácticamente no creció entre 1990
y 2010, como se aprecia en el cuadro siguiente:
Cuadro 1. Población del Municipio de Álamos
1990-2010.
1990
1995
2000
2005
2010
Hombres 13,216
13,595
13,044
12,800
13,497
Mujeres
12,480
12,108
11,693
12,351
Total
12,348
25,564 26,075 25,152 24,493 25,848
Fuente: INEGI (2010).
Respecto a la dinámica poblacional, el
municipio presenta una tasa de crecimiento
muy por debajo de la tendencia nacional y estatal. La tasa de crecimiento medio anual es de
sólo 0.27 por ciento, mucho más baja que la estatal del 2.1 por ciento. El municipio tiene una
tasa de crecimiento social negativa de -1.6 por
ciento, indicativo de que emigran más personas
de las que recibe la población. La densidad de
población municipal es de 4.02 hab/km², contrastante con la densidad estatal de 14.74.
Otro rasgo particular de la dinámica
demográfica del municipio es la tasa de dependencia, superior al porcentaje estatal, y donde
el componente de la tercera edad tiende a incre-
16
mentarse debido al proceso de envejecimiento
de la población. Se observa que la tasa la integra
el 63.8 por ciento, es decir, de cada 100 habitantes en edad de trabajar, había casi 64 dependientes, cifra superior al promedio estatal de 54 por
ciento. El componente de la tercera edad es de
16.7 por ciento, y el infantil, de 47.2. Indicativo del envejecimiento de la población es la edad
mediana, que en el municipio es de 28 años y
en el estado, de 26. Ligado a esto se encuentra
la estructura de edades, donde el grupo de adultos mayores (65 años y más) representa 10.2 por
ciento de la población, superior al estatal que es
de 6. En el municipio, el grupo de edad de 15
a 64 años representa 61.1 por ciento y el estatal, 64.4; en el nivel municipal la cifra es menor
que en el estatal porque el grupo de edad de 65
años y más se ha incrementado en mayor medida. El municipio tiene un marcado proceso
de envejecimiento de la población, crece a tasa
muy baja y expulsa a más gente de la que recibe.
En el ámbito de la cabecera municipal, la
ciudad de Álamos presenta una dinámica demográfica diferente de la del municipio. En 1990,
la ciudad de Álamos contaba con 6,132 habitantes, pero para 2010 había crecido a 9,345, a
una tasa aproximada de 2.5 por ciento, muy superior a la tasa municipal. Esto puede significar
que la ciudad concentra el crecimiento poblacional municipal, posiblemente debido a procesos
de migración interna municipal, a los servicios
de abasto y turísticos establecidos en la ciudad
y al dinamismo de la actividad minera en años
recientes, que atrajo a nuevos habitantes.
El municipio se clasifica con un grado
de marginación medio; ocupa el segundo lugar en Sonora entre los municipios con mayor
marginación y el 1120 en el nivel nacional. Se
considera que 145 localidades del municipio
están marginadas, lo que significa que 52.4 por
ciento de la población total vive en localidades
marginadas. Sin embargo, Álamos, la cabecera
municipal, tiene un bajo nivel de marginación y
mayores porcentajes de urbanización referidos
a disponibilidad de servicios básicos y calidad
de las viviendas. De acuerdo con los datos del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL), para el año 2010,
65 por ciento de la población del municipio se
encontraba en situación de pobreza, de la cual,
44.5 por ciento es población con pobreza moderada y 20.5 de pobreza extrema. Esto quiere
decir que de 14,020 habitantes en situación de
pobreza, 9,595 estaban en pobreza moderada y
4,425 en pobreza extrema.
Otros indicadores relacionados con la
pobreza son las carencias sociales, en donde el
municipio no muestra un panorama muy halagüeño. Por ejemplo, 77.7 por ciento (16,739 personas) de la población carece de acceso a seguridad social; 64 por ciento (13,805 personas) no
dispone de servicios básicos en la vivienda (indicativo de condiciones inadecuadas de las viviendas para habitantes del municipio); el 25.6 por
ciento (5,519 personas) de la población no tiene
acceso a la alimentación; 25.4 por ciento (5,464
personas) de la población carece de una vivienda
de calidad y con espacio suficiente, es decir, habita en viviendas de materiales de mala calidad y
espacios insuficientes, entre otros. 92 por ciento
de la población del municipio tiene cuando menos una carencia social, y 44.3 por ciento cuando menos tres carencias sociales. De acuerdo
con CONEVAL, en lo que concierne al bienestar
económico, 33.3 por ciento (7,180 personas) de
la población tiene un ingreso inferior a la línea
de bienestar mínimo1 y 66.4 por ciento (14,322
personas) inferior a la línea de bienestar2 .
1 Equivale al costo de la canasta alimentaria, con él
se identifica a la población que haciendo uso de todo su
ingreso en la compra de alimentos no puede adquirir lo
indispensable para una nutrición adecuada.
2 Es la suma de los costos de la canasta alimentaria
y no alimentaria, con él se identifica a la población que
no cuenta con los recursos suficientes para adquirir los
bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades básicas, aun haciendo uso de todos sus ingresos.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 17
En la dimensión educativa, el municipio
presenta ciertos rezagos: el grado promedio de
escolaridad de la población de 15 años o más es
de 6.9 años, mientras que el promedio estatal es
de 9.4 años; 11.3 por ciento de la población de
15 años o más no tiene instrucción, a diferencia del porcentaje estatal de 3.4 por ciento; 65.4
por ciento de la población sólo tiene educación
básica; en cuanto a educación media superior,
es de 14.6 por ciento, siendo la estatal de 22.9.
Respecto de la educación superior, sólo 7.4 por
ciento tiene estudios universitarios, a diferencia del porcentaje estatal, que ronda el 18.8 por
ciento de la población de 15 años y más. En el
nivel municipal hay 222 escuelas de educación
básica y media superior, entre ellas, solamente
tres preparatorias. No existe oferta universitaria, y la universidad más cercana está en Navojoa, a poco más de 50 kilómetros.
En el municipio de Álamos, la presencia
indígena es relevante, principalmente las etnias
guarijíos y mayos; son 1,264 personas que
representan 5 por ciento de la población total
que habla alguna lengua indígena. De cada 100
personas de 5 años o más que hablan alguna
lengua indígena, 78 hablan guarijío y 18 mayo.
En el nivel municipal, la población económicamente activa (PEA) es de 47.9 por ciento
(9,466 personas), de la cual, 96.8 por ciento está
ocupada y 3.2 desocupada. En la composición
de la PEA, 75 por ciento son hombres. En el ámbito municipal, el sector económico predominante es el primario, donde 36 por ciento de la
población ocupada se dedica a la minería, agricultura de temporal y ganadería, principalmente; el sector terciario equivale a 36 por ciento de
la población ocupada, que se dedica al comercio
y los servicios. El sector secundario representa
28 por ciento de la población. Otro dato interesante se refiere a las ocupaciones: 25.56 por
ciento de la población ocupada se desempeña
como jornalero o peón; 28.56 por ciento trabaja
por su cuenta y 35.07 son empleados u obreros.
A partir de estos datos se entiende que 54.8 por
ciento de la población ocupada perciba ingresos
menores a dos salarios mínimos.
Otros indicadores socioeconómicos del
municipio de Álamos son los siguientes:
Cuadro 2. Indicadores socioeconómicos.
% Población > 15 años analfabeta
11.60%
% Población > 15 años sin primaria completa
33.50%
% Ocupantes de viviendas sin drenaje
12.40%
% De viviendas con hacinamiento
45.80%
% Ocupantes de viviendas con piso de tierra
23.30%
% Población en localidades de < 5 mil habitantes
63.80%
% Población ocupada que gana hasta 2 salarios
54.80%
Fuente: INEGI (2010).
18
La economía de servicios de la ciudad
se compone de establecimientos comerciales
diversos, turísticos y gastronómicos. Álamos es
una ciudad que funciona como importante sitio de abasto y aprovisionamiento de mercancías y servicios para las localidades cercanas. Sin
embargo, se advierte que es la actividad turística la que articula la economía local. Hay 30
establecimientos que funcionan como hoteles,
la mayoría ubicados en el núcleo central de la
ciudad, de pequeñas dimensiones o con pocas
habitaciones para huéspedes. Entre ellos destaca el hotel Hacienda de los Santos, por los reconocimientos que le ha otorgado la industria turística nacional e internacional. Varios de estos
hoteles son viejas casas reconvertidas para tal
función. Asimismo, hay una variada oferta gastronómica nacional e internacional. El disfrute
del patrimonio histórico o turismo cultural es
la principal oferta de la ciudad, pero también es
importante el turismo de naturaleza en la cercana Reserva de la Biosfera Sierra de Álamos-Río
Cuchujaqui, que destaca por su diversidad de
especies vegetales y animales.
En el nivel urbano, como Álamos es una ciudad
fundada a fines del siglo XVII, se advierte que la
antigua traza de la ciudad española del periodo
colonial organiza y estructura el espacio urbano
y social. Este sector de la ciudad ocupa una
superficie semiplana, entre dos cerros de baja
altitud, con una ligera pendiente de norte a sur
hacia el arroyo de La Aduana, que atraviesa la
ciudad de poniente a oriente. Es al sur del arroyo
donde se ubica el área histórica de la ciudad,
cuyo diseño urbano está menos planificado,
con trazados viarios irregulares y sinuosos y
un entramado urbano compacto; este sector
es atractivo por su arquitectura y las calles
empedradas y estrechas, además de que habita
en el lugar una comunidad de norteamericanos,
dueños de las viejas construcciones. En este
sector se ubica la antigua Iglesia de la Purísima
Concepción, y frente a ella, la Plaza de Armas.
En los alrededores de la plaza hay varias casas
habilitadas como hoteles o como oficinas
públicas y privadas. Los arcos dispuestos como
corredores frente a las casas son los que dieron a
Álamos el apelativo de “ciudad de los portales”.
Imagen 1. Área histórica de Álamos.
Fuente: Autor.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 19
Más al sur de la Plaza de Armas se localizan las
casas y mansiones que constituyen el sector
de la ciudad habitado por otra comunidad
de norteamericanos y cuyas edificaciones
tienen un gran valor histórico y patrimonial.
El arroyo hace las veces de borde que
separa la ciudad antigua de la más reciente. La
ciudad para el turismo está en la parte histórica,
mientras que el resto tiene una dinámica propia
ligada a la economía local en función de las
actividades primarias y los servicios comerciales
y educativos. Entre el arroyo que atraviesa la
ciudad y el barrio histórico se encuentran el
pequeño parque de La Alameda y el mercado
Imagen 2. Portales de Álamos.
Fuente: Autor.
20
municipal, rodeado éste de la principal área
comercial, de entretenimiento y servicios de la
ciudad. Es un sector muy concurrido y apreciado
por la población. Al norte del arroyo está la parte
más reciente de la ciudad, habitada en su mayor
parte por mexicanos. Casi todas las viviendas
son de autoconstrucción, con un tejido urbano
caprichoso por la existencia de cerros de baja
altura. Al noroeste de la ciudad se advierte un
espacio urbano mejor planificado, con trazado
ortogonal sobre una superficie más plana. En esa
área está el aeropuerto, y es hacia donde se dirige
el crecimiento urbano y los nuevos habitantes.
Álamos. Pueblo Mágico
El primer antecedente de que Álamos tiene un
patrimonio cultural importante fue la declaratoria de la ciudad como Monumento Histórico Nacional, efectuada en el año 2000 por el Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El nombramiento implica la existencia de un
patrimonio de bienes muebles e inmuebles,
monumentos, edificaciones, lugares con valor
histórico, entre otros, sujetos a preservación y
rehabilitación. El catálogo elaborado por el INAH
incluye 188 edificios construidos entre los siglos XVII y XX, aunque la mayor parte del inventario corresponde a edificaciones del siglo XIX.
En 2005, la Secretaría de Turismo Federal (SECTUR) integró a Álamos al Programa
Pueblos Mágicos. Para la SECTUR, un pueblo
mágico es aquel “que tiene atributos simbólicos,
leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin, magia que emana de cada una
de sus manifestaciones socioculturales, y que
significan hoy día una gran oportunidad para el
aprovechamiento turístico”. El nombramiento
de Pueblo Mágico da acceso a recursos federales
para el cuidado, conservación y rehabilitación
del patrimonio material e inmaterial con el fin
de fomentar el turismo.
Las obras y acciones realizadas bajo la
cobertura del programa cambiaron la imagen
del primer cuadro de la ciudad. La mayoría se
han llevado a cabo en el centro histórico, en los
alrededores de la Plaza de Armas y hacia el sur,
donde se ubica gran parte de las viejas casonas
-hoy habitadas por norteamericanos- y los
principales hoteles.
Las obras principales consisten en lo siguiente:
1. Instalación de adoquín y arreglo de banquetas de las calles Juárez, Obregón, Madero,
Rosales, Victoria, Comercio, entre otras.
2.Instalación de cableado eléctrico y telefónico
subterráneo en las calles que rodean la Plaza
de Armas y hacia el sur.
3.Remozamiento de fachadas de edificios
privados y públicos del Centro Histórico.
4. Instalación de alumbrado con farolas a imitación de las antiguas.
5. Arreglo de instalaciones sanitarias y de agua
potable en el primer cuadro.
6. Nuevo mobiliario urbano en la Plaza de Armas.
Una actividad cultural destacada en Álamos es el Festival Ortiz Tirado, que se ha realizado ininterrumpidamente en el mes de enero
desde 1985; nació a iniciativa de los propios habitantes interesados en recuperar la historia y la
cultura regional. Años antes se había fundado el
Museo Costumbrista, y como parte de los festejos de inauguración se organizó un concierto en
homenaje al Dr. Alfonso Ortiz Tirado, médico
y reconocido cantante originario de esta ciudad
(Almada, 2006). El festival fue patrocinado inicialmente por la comunidad y el municipio, tenía al bel canto como su principal cualidad.
Posteriormente, en 1989, el festival sale del
museo y se traslada al foro teatro del Palacio
Municipal. A partir de entonces, lo organiza
esencialmente el gobierno estatal, que aumenta
su duración, crea nuevas locaciones y diversifica
la programación artística y musical. Hoy es el
principal festival cultural del noroeste de México y un gran atractivo para el turismo.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 21
La legibilidad del pueblo mágico
La ciudad de Álamos se entiende a partir de
la identificación de los elementos materiales e
inmateriales que conforman el patrimonio cultural, elementos con intensas evocaciones de la
historia y cultura local que pueden ser arquitectónicos, como edificios públicos y privados; lugares emblemáticos; costumbres y tradiciones;
mitos y leyendas, entre otros. Cada uno es un
componente importante para reconocer y valorar el sentido atribuido al lugar por residentes
y turistas. Por ejemplo, los Portales definen la
identidad local así como las reminiscencias del
pasado colonial. Decir legibilidad del pueblo
mágico es remitirse a lo que permite visualizar
el espacio construido, a los elementos que nos
permiten leer y sentir la ciudad. Se parte de reconocer en nuestras percepciones la existencia
de elementos materiales, naturales y simbólicos
que convocan afectos, sentimientos encontrados, identidad, formas de consumir la ciudad,
en última instancia, elementos compartidos
tanto por la comunidad como por el turista.
La magia de Álamos radica en la relación
entre una historia compartida, (soñada, experimentada, remitida a espacios de vida, consumo,
encuentro, en fin, socialización), el espacio construido y los elementos culturales y simbólicos de
lo considerado como propio, como constructor
de una identidad. Bien puede ser el espacio histórico que evoca pasadas épocas y personas, una
casa con sus leyendas y mitos, un callejón y la
historia que le dio nombre, una plaza para la plática cotidiana entre amigos, un tejido urbano estrecho y acogedor, la arquitectura que distingue
a la comunidad, en fin, son variados los elementos que permiten identificar la magia de Álamos.
Para reconocer el paisaje, el escenario y
el montaje que dan orden y legibilidad a Álamos
es necesario enumerar los lugares presentes en
el imaginario social de la comunidad. Para realizar este inventario se recurre a Méndez (2012),
Imagen 3. Iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción.
Fuente: Autor.
22
quien propone una metodología para reconocer
los imaginarios del lugar turístico y que puestos en conjunto dan legibilidad al pueblo mágico. En el sentido de la propuesta, en Álamos se
tiene lo siguiente:
Lugares
El lugar es el sitio constructor de identidad por
excelencia, remite a los sitios de encuentro y
socialización, pero también de vida personal e
íntima. En Álamos los lugares representativos
son principalmente los que aluden al casco
histórico, como:
• La Plaza de Armas
• El Palacio Municipal
• El Museo Costumbrista
• Los Portales
• La iglesia de Nuestra Señora
de la Purísima Concepción
• El Parque La Alameda
• El Mercado Municipal
• El Panteón Municipal
• El Callejón del Beso
Emblemas
Son las marcas o símbolos de identidad que
la comunidad establece. Álamos contiene
los siguientes:
• El Festival Ortiz Tirado
• La Plaza de Armas.
• La iglesia de Nuestra Señora
de la Purísima Concepción
• Los Portales
• El Palacio Municipal.
Imagen 4. Palacio Municipal.
Fuente: Autor.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 23
Itinerario
Es la ruta turística —dirigida o no— que recorre el turista y el residente. Los elementos que
conforman el itinerario turístico de Álamos
son variados y dependen del sujeto, aunque se
puede empezar en el acceso monumental que
se encuentra entrando a la ciudad, viniendo
de Navojoa. El paso natural siguiente es seguir
las indicaciones de la avenida Madero que dan
la bienvenida a los visitantes que se dirigen al
Centro Histórico, hasta desembocar en la esquina con Benito Juárez, donde se ubican la Plaza
de Armas, el Museo Costumbrista y la iglesia
de Nuestra Señora de la Purísima Concepción,
siguiente punto del recorrido. De allí se puede
partir hacia el sur, siguiendo la avenida Juárez,
en dirección del Mirador ubicado en una pequeña loma desde donde se puede ver la ciudad y
los principales puntos de interés. Otro punto
del recorrido es el Panteón Municipal, al cual se
puede acceder desde la plaza, por la avenida Comercio, hacia el oriente de la ciudad. Un itinerario para el turismo de naturaleza es la Reserva
de la Biosfera Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui,
ubicado al oriente.
Tinglados
Arquitectura “[…] prevista como una estructura
a decorar, forma en general utilizada para resolver la arquitectura tradicional u ordinaria […]
concebida como ornamento” (Méndez, 2012,
p. 27). Los tinglados son parte del imaginario
social y vehículos de representación, se asocian
con el bastión que simula el fortín militar que
da nombre a la ciudad o con el pasado señorial.
Entre otros destacan:
• Acceso monumental sobre la carretera
Navojoa-Álamos
• Casas ubicadas en el primero y segundo cuadro de la ciudad que simulan viejas construcciones coloniales.
Intersticios
Son espacios que separan lugares distintos; son
los límites, ya sea naturales o que pertenecen a
los bordes que dividen a la ciudad de las zonas
agrícolas, por ejemplo:
• El arroyo de La Aduana
• El cerro de El Perico, donde se ubica
el Mirador
• La Loma de Guadalupe
Mapa 1. Legibilidad del Pueblo Mágico.
Fuente: Elaboración propia a partir de imagen de Google maps: ©2016 Google, INEGI.
24
Mesetas
Espacios de ciudad con un orden visible. Álamos tiene escasas mesetas, la más observable
está relacionada con la hechura de la ciudad,
según los procesos de urbanización modernos.
Los elementos antes mencionados
forman parte de los imaginarios sociales
de la comunidad (ver Mapa 1); sirven para
identificar los lugares con la vida de la comunidad, ya sea como principios de identidad y sentido de lugar, o como alteridades
entre la representación del pueblo mágico
como oferta turística y la ciudad como ámbito de vida y encuentro de la comunidad.
Álamos en el imaginario local
Para acceder a los significados y los sentidos de
lugar que nuestros informantes construyen sobre Álamos, partimos de la consideración de que
las formas de expresión de la subjetividad (en
este caso nos abocamos a las expresiones orales
recuperadas a través de entrevistas en profundidad) pueden ser tratadas como expresiones objeto (Paoli, 2002), que pueden separarse del acto
expresivo y traducirse en objeto de recopilación,
comparación, clasificación, a fin de establecer su
virtualidad en relación con el sistema expresivo
a que pertenecen.
Seguimos a Ochs (2000, p. 297) cuando
se refiere a que una de las vías para acceder al
significado de las acciones es la narrativa como
forma expresiva del lenguaje en sus distintas
manifestaciones, en virtud de la consideración
de que, a través de ella, los agentes sociales
expresan pensamientos, emociones, representaciones de sucesos y reflexiones sobre ellos,
pero también de la consideración de que la(s)
narrativa(s) resulta(n) fundamental(es) en las
representaciones de un “yo”, de un “otro” y de
una “sociedad”. De ahí que también se plantee
que las narrativas suministran los indicios más
directos y reveladores de la estructura de la subjetividad y el sentido de las acciones (p. 178).
La importancia de la narrativa para acceder a los significados que los agentes sociales
construyen (y reconstruyen), se sustenta en una
relación dialéctica discurso-sociedad (Ricoeur,
2001). Esto es, que si bien el discurso –en su
acepción más amplia3– es un producto social,
éste a su vez “es productor de la sociedad”, por
lo que puede decirse que en la narrativa (oral,
visual, escrita) quedan de alguna manera fijadas
(encastradas) tanto las configuraciones sociales
en el fluir de la historia, como el conjunto de
representaciones, relaciones e identidades que
se maceran en dicha producción.
Ricoeur (2001, p. 98) alude a esta relación dialéctica cuando se refiere a que todo
discurso se produce como acontecimiento, pero
sólo se comprende como sentido, ello en virtud
de que se trata tanto de actos concretos por los
que la lengua (u otras formas de expresión) se
actualiza en habla (u otro tipo de manifestaciones) por un locutor, como de la intención del
discurso. El significado es solamente la contrapartida del significante –una diferencia en el
sistema de la lengua y otros símbolos–, la intención es lo que el locutor quiere decir a través del
discurso, sea éste oral, escrito o imagético (2001).4
Recuperamos también la idea de Ricoeur cuando afirma que el lenguaje es inevitablemente
metafórico. Aunque habría que agregar que no
es sólo eso: en las figuras metafóricas contenidas en el lenguaje (en su acepción más amplia)
se condensan relaciones entre las cosas, formas
de entender y pensar el mundo, expresiones que
pueden ser vistas como una de tantas formas de
3 Nos situamos en una perspectiva holista, que reconoce
a la narrativa no sólo como flujos de signos y significados
lingüísticos, sino como cualquier tipo de manifestación
expresiva a través de la cual fluyen las subjetividades:
manifestación oral, escrita o a través de imágenes e iconografía (fotografía, pintura, escultura, etcétera).
4 El fragmento en cursivas es nuestro. Con el término
–del portugués– imagético queremos referirnos a formas
de expresión y comunicación como la pintura, fotografía,
escultura, etc. y otras formas de expresión de la subjetividad humana (que no son orales ni escritas).
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 25
acceder a la subjetividad.
Se ha realizado una aproximación interpretativa a partir de la narrativa oral de un grupo de agentes sociales asentados en la ciudad
de Álamos,5 Sonora, a partir de la indagación
empírica realizada6 en dicho Pueblo Mágico. El
acercamiento a las distintas visiones, imágenes
y representaciones de esta localidad en diversos
discursos, ha permitido acceder a distintos ámbitos de sentido (Paoli, 2002) configurados desde las subjetividades de sus productores. Para
el autor arriba citado, un ámbito de sentido
presupone formas de apropiación de tiempo y
espacio orientadas hacia formas de experimentar, entender, valorar y decidir, que permiten la
captación de regularidades en distintos ámbitos
(y contextos) del fluir de la vida cotidiana en el
acontecer social.
A continuación se presentan algunos de
los hallazgos más significativos de nuestro acercamiento al imaginario social de Álamos, a través de los significantes y significados que se han
identificado en la narrativa oral de un grupo de
informantes clave.
A través de los corpus discursivos analizados, encontramos diversos referentes (y referencias) que nos han permitido apreciar significados múltiples y ámbitos de sentido que se
construyen en las relaciones con el entorno, en
sus dimensiones física, social y simbólica. Así,
5 Se trata de informantes clave vinculados con el entorno local desde distintas posiciones (minero, hotelero,
cronista y extranjero residente), lo que permite acceder
a representaciones y atribuciones de sentido diversas
en virtud de que dichas posiciones implican ángulos de
apreciación y significación distintos.
6 Derivada del proyecto de investigación “Pueblos mágicos. Estudios de los imaginarios y rediseño de ciudades turísticas” que lleva a cabo la Red Ciudad, Turismo
e Imaginarios, de la que formamos parte junto a otros
grupos de investigación de diversas instituciones de educación superior del país. Nos parece oportuno indicar
que las evidencias que mostraremos en este apartado
provienen de un conjunto de entrevistas realizadas por
el Dr. Eloy Méndez Sáinz, promotor y líder de esta red,
quien se ha abocado al estudio de este pueblo mágico.
Álamos aparece en el imaginario social como
un crisol de significaciones que muestra luces y
sombras, apegos identitarios y distancias construidas a partir de luchas simbólicas por el espacio, en las que el Otro puede ser el alamense
nato, el alamense adoptivo (residente extranjero) o aquel agente social que personifica el poder, condición por la cual es colocado a mayor
distancia de la que se fija con los dos primeros.
Aunque en las narrativas tales significaciones
se encuentran amalgamadas, formando una
urdimbre reticular compleja de significantes y
significados, para fines descriptivos e interpretativos las hemos fragmentado en función de
aquello que es significado cuando el “meta referente” es Álamos.
Hemos encontrado que cuando nuestros entrevistados piensan en Álamos, fluyen
significaciones que se enlazan a las distintas
propiedades percibidas. Así, encontramos referentes significativos con los que se alude bien a
la “materialidad”, natural o construida, al componente social centrado en “su gente” (tanto en
lo que se refiere a sus rasgos constitutivos, individuales o sociales), bien a las estructuras de
poder que directa o indirectamente han influido en la configuración de Álamos como Pueblo
Mágico. En las líneas que siguen abordaremos
las diferentes formas de representación que hemos identificado y categorizado en función de
tales significaciones, con los siguientes epígrafes: Álamos de carne y hueso, Álamos, historia y
tradición, Álamos, pueblo mágico.
Álamos de carne y hueso
Con esta metáfora insinuamos una ruta interpretativa que apunta a la consideración de
los elementos significados por nuestros informantes cuando esbozaron sus apreciaciones
sobre Álamos; estos referentes de significación fueron el pueblo en su conjunto, su entorno material y su gente, un ámbito de sentido
(Paoli, 2002) que supone una especie de “meta
26
referente” en los procesos de significación en
los imaginarios explorados.
Apreciado en su conjunto, Álamos se
percibe como un pueblo tranquilo, seguro y silencioso, difícil de comparar con otro por las singularidades reconocidas y valoradas. Se le asignan propiedades y atributos relacionados con la
vida pueblerina pero también con elementos de
su historia, tejida en parte con familias de rancio abolengo, o con imágenes de autenticidad,
atinentes a la mexicanidad:
“Pues Álamos es: sus tradiciones, sus calles
empedradas, sus casonas de arcos, su iglesia
muy bonita, su gente hospitalaria, sus festivales (…) como este pueblo no hay otro.”
(Empresario hotelero)
“Pues yo lo describiría como un baúl con recuerdos, un baúl al cual cada año regresan familias
que se fueron, podemos hablar de Almada,
Urrea, Gómez de la Madrid, familias que se
fueron y regresan a ver la genealogía de sus familiares de aquí.” (Cronista)
“Pues yo siempre, sobre todo a los extranjeros, les platico que es como el México de verdad, es un pueblito típico mexicano. Que no
es muy turístico, pero tiene turismo, pero no
está invadido de extranjeros, tú sientes que
estás en un pueblo verdaderamente mexicano.
También con la tranquilidad de que uno
puede caminar por las calles a cualquier
hora del día, o de noche, y gente buena.”
(Extranjera residente)
Pero también se resaltan de la materialidad del pueblo, como las edificaciones y su
pátina anunciadora de tiempos pasados, que le
imprimen singularidad y elegancia, pero tan naturalizadas en el entorno que se “redescubren” a
través del reconocimiento y valoración de agentes externos eruditos:
“Como les digo cuando uno vive aquí no aprecia esas cosas o no le llaman la atención, por
ejemplo yo me hice amigo, porque hasta la fecha
tengo mucha relación con ellos, de los restauradores de la iglesia, han venido en tres ocasiones
a restaurar la iglesia, y son ellos los que me han
hecho ver las cosas bonitas del centro. Ellos me
han dicho que han estado en cientos de pueblos
en el centro país y me dicen: ‘Álamos tiene algo
muy especial, es muy elegante, no tienen tejas,
como en el sur’. Muchas particularidades le han
encontrado ellos.” (Empresario minero)
En esta línea de valoración, otras voces
resaltan los cambios realizados en la infraestructura urbana, los que se reconocen insuficientes
o inconclusos, o se significan negativamente en
virtud de la consideración de que éstos no han
implicado la preservación de la originalidad de
tales elementos materiales:
“Han hecho mejoras y se aplauden y se agradecen […] pero dejan caer o dejan que estén en
ruinas muchos de los edificios importantes, edificios históricos.” (Empresario restaurantero)
“[…] lo que yo deseaba es que… que se hubiera
dado algo original, es una opción que no pertenece a lo que son las raíces de Álamos […] otros
de los cambios viene a ser las modificaciones
de los interiores de las casas, que cada nuevo
propietario, siguiendo un proyecto personal, no
respetando lo que es lo arquitectónico o lo histórico realizan. Como se muestran en las fotografías de atrás no se ve la raíz, la pura fachada
en algunos lugares y se va modificando, y cada
propietario, a veces sin declararlo siquiera, hace
los cambios al interior.” (Cronista)
La gente de Álamos es un referente
significativo en el imaginario local cuando se
verbalizan las representaciones del lugar. Se
trata de construcciones simbólicas en las que
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 27
persona y entorno constituyen entidades con
potentes vínculos que forman un todo identitario, anclado al territorio sonorense, que se filtra
en el discurso. El fragmento que se reproduce a
continuación permite apreciar cómo persona y
entorno geográfico aparecen encastrados en los
sentidos del lugar:
“Mire, en 1831, Álamos iba a quedar dentro de
las demarcaciones de Sinaloa, entonces los vecinos de Álamos –yo tengo uno de los libros que
he hecho, un manuscrito que he escrito ahí–, reclamaban quedarse dentro del estado de Sonora, dispuestos a irse a la armas si es posible, no
querían quedarse allá. Había un problema muy
fuerte con las familias de aquel lado. Yo creo
que a los alamenses se les debería considerar
doblemente sonorenses por eso. Ellos quisieron
quedarse dentro del partido de San Miguel de
Horcasitas y no de El Fuerte.” (Cronista)
Pero también se filtran las diferencias
cuando se alude a “la gente del lugar” y se establecen distinciones entre los nativos y los extranjeros asentados en Álamos. Ambos grupos
se reconocen como el Otro próximo pero a la vez
distante. Se reconocen distancias fincadas en
las prácticas, en las formas de ser y de vida que
tienen implicaciones en las posibilidades de sociabilidad e interacción:
“Yo veo que la mayoría de la comunidad extranjera no convive con la mexicana, con sus raras
excepciones. Ellos tienen sus círculos muy cerrados […] Ellos se reúnen los viernes –lo que
es el viernes social–, hay dos grupos. Entonces
ellos, a puerta cerrada, se reúnen, si nosotros,
los pueblos, tenemos fama de ser comunicativos, ellos son altamente chismosos, ellos por
la acción de la red –decirlo así, por internet–,
tienen un sitio que se llama Álamos News y ahí
todo lo que se dice inmediatamente se lo comunican, y a veces son solamente chismes y uno
dice ‘qué mente tan vacía’, ¿no? Si vienen del
país supuestamente más poderoso, uno de los
mejores del mundo, éstas son situaciones vacías
[…]” (Cronista)
“Hasta un punto sí. Hay muchos americanos
aquí, no es una comunidad muy grande pero
sí es visible e impactante, aunque pequeña en
relación a la comunidad mexicana, y no están
aquí, la mayoría de la gente se va en esta época y regresan ya para octubre y noviembre por
ahí […], se enlazan hasta cierto punto, y luego
por las mismas costumbres diferentes, el idioma
[…], y la mayoría no se enlaza más allá de lo
normal […], están interconectadas y son amigables, todo esto […], no hay mucha animosidad como lo yo veo…, hasta cierto punto pues
somos diferentes.” (Residente extranjera)
La belleza del paisaje natural también
aparece en las narrativas como un referente valorativo que asume una presencia importante en el
imaginario del conjunto de nuestros informantes
clave. Paisaje y naturaleza constituyen elementos
de orgullo para los alamenses y de reconocimiento para los extranjeros asentados en “la ciudad de
los portales”, quienes ven con sorpresa que muchas de las bellezas naturales del entorno no sean
reconocidas por los alamenses nativos:
“[…] es muy bonito, poco explorado, si hablamos del paisaje natural propiamente, es muy
bonito.” (Empresario minero)
“El paisaje es precioso, los amaneceres, atardeceres. Tenemos una zona de reserva ecológica
que está considerada como parte de la reserva
de la biósfera por la UNESCO desde el 2007.
Usted puede ver en ella una variedad de plantas, de animales, paisajes preciosos.” (Cronista)
“El paisaje de aquí, el monte de aquí es muy dinámico y muy interesante, hay mucho que ver,
28
no sólo en el paisaje sino en las comunidades,
en los ranchos […] Este tipo de vida […]. Obviamente yo ando mucho afuera por mi trabajo
y por mi propio interés, de hecho es una parte de
Álamos que yo creo que la mayoría de la gente
y ni los alamenses conocen, creo que es casi su
atractivo más grande. Todavía falta un poco de
atención al cuidado de los entornos naturales.”
(Extranjera residente)
Álamos, historia y tradición
Historia y tradición también constituyen fuentes de atribución de sentido. Puede apreciarse que la potente valoración de este referente
constituye uno de los motivos para el reclamo
frente a lo que se considera un descuido, por
parte del gobierno, de cara a la preservación
y rescate de las tradiciones alamenses y, asimismo, un motivo para fijar distancias con
prácticas y celebraciones de los residentes extranjeros que no se consideran parte de las tradiciones locales:
“Lo que me llama mucho la atención, y siempre
lo he dicho, es que aquí en Álamos se esfuerzan
mucho en decir que es un pueblo colonial, que
tiene mucha historia, leyendas, tradiciones,
en fin, pero el gobierno hace poco o nada
por resguardar lo que es verdaderamente
histórico […] han dejado de lado las tradiciones
centenarias, o más apegado a lo local. Antes se
efectuaba el festival del papalote, en abril, toda
la población participaba en él, en el mirador,
hacían papalotes de mil formas, yo vivo en
el camino al mirador y a mí me tocaban.”
(Empresario restaurantero)
“[…] estaban con el festival de la calaca el día
de muertos […] Sí, es influencia de americanos,
el viernes de dolores, muy bonitas, pero que
no son de aquí de Álamos, primero impulsen
las originales y después hagan nuevas.”
(Empresario minero)
Como puede apreciarse en los anteriores
fragmentos de narrativa, la tensión fluye entre
“el ser” y “el deber ser”, en cuyas significaciones
la tradición constituye un elemento central para
fundar los sentidos del lugar, de un Álamos que
se mantiene enlazado a sus momentos fundacionales en el imaginario de algunos de sus pobladores locales, en especial la población nativa.
Álamos, pueblo mágico
Las referencias a Álamos como pueblo mágico a
partir de su nombramiento y las intervenciones
del programa federal aparecen en las narrativas
como fuente de significados, pero fundamentalmente para fijar distancias respecto del programa turistificador o, particularmente, con la forma en que éste ha operado y con los resultados
obtenidos hasta el momento. Dos elementos
hemos encontrado entre los referentes significativos presentes en las narrativas: por un lado,
aquellos que tienen que ver con las nociones
de magia y de lo mágico en Álamos y, por otro,
los que se relacionan con el programa Pueblos
Mágicos. En lo que respecta al primero, puede
apreciarse que “la magia del lugar” se encuentra
a tal grado naturalizada que es difícil percibirla (según una de las referencias que enseguida
mostraremos). No obstante, también se reconoce la magia del lugar teniendo como referentes
a la gente, las tradiciones, el ambiente pueblerino, los vestigios coloniales del lugar y las leyendas. Para el extranjero, por su parte, la magia es
algo impreciso que atrae, si bien, de acuerdo con
los referentes significados puede intuirse que el
pueblo y la vida pueblerina constituyen elementos que se identifican con la magia cuando se
significa el lugar.
“Desde adentro es difícil saber o percibir la magia, porque uno siempre ha vivido aquí desde
chico… Para nosotros pues es Álamos, es algo
muy normal, pero sí me ha tocado conocer bastante gente, tanto extranjeros como nacionales
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 29
a quienes les llama mucho la atención incluso
hasta el repique de campanas en las mañanas.”
(Empresario minero)
“[La magia está] en sus casas coloniales, sus
empedrados, tenemos edificios que fueron, tuvimos casa de moneda, la parroquia misma, la
gente.” (Empresario restaurantero)
“La magia de Álamos es un todo…, la gente que
viene de afuera se transporta imaginariamente al ver todas las casas con detalles españoles,
(que no son muy características del resto de Sonora), pocos pueblos que pertenecen a la época
colonial y llegar a la plaza, llegar a la plaza, ver
las palmeras lo reconforta a uno. La gente de
aquí es muy amable.” (Cronista)
“Yo recuerdo muy bien cuando llegué aquí, era
de noche, todo iluminado muy bonito, llegamos
a la plaza y dijimos: ‘Oh my God, look at this
place’, nos pegó la magia del lugar, y esto como
que nos encantó. Una semana estuvimos aquí y
de regreso decidimos cambiarnos para acá, dijimos ¡vamos a vivir ahí!, la magia de Álamos fue
lo que nos agarró y nos hizo quedarnos aquí.”
(Residente extranjera).
Por su parte, las referencias al programa
Pueblos Mágicos desatan distancias que se traducen en valoraciones contradictorias. Por una
parte, se reconocen los beneficios de las intervenciones realizadas, sobre todo en las restauraciones y la rehabilitación de la infraestructura
urbana en el Centro Histórico, pero por otra, se
fijan distancias con las autoridades locales por
la opacidad con que opera el Comité de Pueblos
Mágicos en la localidad, la falta de transparencia, difusión y comunicación con la ciudadanía
para informar oportunamente de dichas acciones, sus alcances e implicaciones. Como puede
apreciarse en los contenidos de los fragmentos
de narrativa que se presentan a continuación,
resultan especialmente significativas las referencias a aquello que “queda en la sombra” en
relación con el programa y con su estructura de
organización para ponerlo en práctica en acciones concretas:
“Otro de los cambios que se hizo para bien, creo
yo, es la restauración del cementerio, había una
infinidad de tumbas, centenares, y habían sido
depredadas por extraños, se veían nada más
(…) Se puede palpar, que entró el beneficio tan
enorme. Otro beneficio, por decirlo así, es la nomenclatura de las calles, en el Centro Histórico
dice calle Madero, antes calle de la Aura, calle
Rosales, antes de otro nombre público, y así se
han estado recuperando los nombres cervantinos, esos son otro de las aportaciones del programa de Pueblos Mágicos.” (Cronista)
“Casi no hay difusión, ni publican en los periódicos lo que se va hacer, o lo que se hizo, no hay
transparencia.” (Empresario restaurantero)
“No funciona como debería… nunca ha funcionado como debería [se refiere al Comité de
Pueblos Mágicos] (…) Lo que pasa es que nunca
han dado cuentas, por así decirlo. No sabemos
cuándo los cambian, quiénes son los integrantes, qué hacen, cuándo se reúnen. Deberían, yo
pienso, avisar cuando se nombra para que el
ciudadano tuviera contacto y pudieran decir sus
opiniones, o invitar a las reuniones que hacen
cada tanto tiempo, pudieran hacer una reunión
abierta, para que el público que quisiera ir, fuera, pero nunca ha habido una acercamiento.”
(Empresario minero)
“Estoy en el Comité (…) No bastante [se refiere a lo que está haciendo el Comité], han hecho
algunas cosas, hicieron lo de la nomenclatura
recientemente aunque no quedo muy bien, de
hecho les acabo de escribir una carta, realmente yo no veo que... Yo sé que se han estado
30
haciendo cosas pero no veo que hayan tenido
un impacto muy fuerte, y no entiendo muy bien
si las obras que se han hecho son a través de
pueblos mágicos o a través del ayuntamiento.”
(Residente extranjera)
Finalmente, nos parece importante insistir en que las tramas narrativas mostradas
en este apartado han sido construidas (por los
informantes a que hemos acudido) a través de
diversas significaciones del lugar, a partir de referentes y referencias fuertemente vinculadas
con significantes de la historia colonial de Álamos, pero también con significantes del “aquí y
el ahora” fuertemente enlazado al pasado y a los
aconteceres que se configuran en los tiempos
que corren, en particular relacionados con las
acciones del programa turistificador.
El sentido de pérdida también se trasluce a través de algunas de las expresiones y
valoraciones encontradas en el tejido narrativo,
cuando se hace referencia a las costumbres del
pueblo y a aquello que le imprime singularidad
tanto para los actores locales como para los extranjeros asentados en Álamos.
Percepciones de la comunidad acerca
del turismo y el patrimonio cultural
En las ciudades consideradas Pueblos Mágicos,
como Magdalena de Kino y Álamos, el turismo
se constituyó en años recientes como una actividad económica relevante que impacta a las
localidades de diversas formas, y a la economía
tradicional basada en actividades primarias
como la minería, la agricultura y la ganadería,
para constituirse en un sector muy importante
de la economía regional.
El turismo tiene en las comunidades
un efecto económico inmediato indicado por
el empleo en los sectores de la construcción y
los servicios, el mayor número de visitas de turistas y la consiguientes derrama económica en
los lugares, pero también consecuencias a veces
adversas, como la precarización de las condiciones de vida de nuevos migrantes, crisis en los
servicios públicos, encarecimiento de la vida en
general, inseguridad, entre otras.
Por esas consideraciones resulta importante conocer la percepción que tienen los
habitantes sobre la actividad turística y su impacto en las comunidades. Con la finalidad de
observar los efectos del turismo en Álamos,
y cómo percibe la comunidad el entorno y los
problemas sociales asociados a éste, el Departamento de Sociología y Administración Pública
de la Universidad de Sonora elaboró en 2015 un
cuestionario que se aplicó en la ciudad; fue un
estudio exploratorio y descriptivo cuyo objetivo
era examinar su problemática social y la percepción de los habitantes acerca de su satisfacción
con el turismo.
Con una muestra de 80 habitantes compuesta únicamente por residentes mayores de
edad, seleccionados por conveniencia, la encuesta se aplicó en el mes de julio de 2015; fue
una encuesta exploratoria y descriptiva. En última instancia, la información fue procesada mediante el uso del programa estadístico Statistical
Package for the Social Sciences (SPSS). Los cuestionarios se aplicaron en algunos de los lugares
más concurridos de Álamos como La Alameda,
el Mercado Municipal y la Plaza de Armas. La
cédula utilizada para la recolección de datos
constó de 57 preguntas de opción múltiple con
algunas escalas que permitieron obtener información referida al turismo y los problemas
sociales en el entorno urbano. Las variables
fueron 1) demográficas y referidas al jefe (a) de
hogar (sexo, edad, escolaridad, empleo, estado
civil, ingresos, gasto, entre otros); 2) estado
de las ciudades (valoraciones de los habitantes
respecto de infraestructuras y equipamientos,
servicios públicos, etc.); 3) cambios provocados
por el turismo en las localidades y percepciones
acerca del turismo; 4) control de efectos ambientales del turismo (contaminación, basura,
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 31
etcétera); 5) imagen urbana; 6) seguridad; 7)
contribución del turismo a la economía local y,
8) valoración del patrimonio cultural.
En cuanto a perfil de los encuestados,
40 por ciento fueron hombres y 60 por ciento,
mujeres. Las edades fluctuaron entre 18 y 68
años, concentrándose en el sector de más de 40
años el 30 por ciento, seguido del grupo de 24 a
29, con 24.3 por ciento, y de 18 a 23, 18.8 por
ciento. Su estado civil: 43.8 por ciento de los encuestados fueron solteros, y 36.3por ciento, casados. Originarios de Álamos, 66.3 por ciento,
en tanto que 23.8 de otras ciudades de Sonora y
el 9.9 de otros estados de la república. Su escolaridad: principalmente educación secundaria,
con 38.8 por ciento, seguida de primaria, 28.8
por ciento. Principales ocupaciones: empleados
(gobierno, servicios y comercio), 58.8 por ciento; amas de casa, 10, y estudiantes, 21.3 por
ciento. El 56.3 por ciento de los encuestados tiene ingresos hasta de dos salarios mínimos, y 15
por ciento, hasta tres. En general, la población
encuestada percibe bajos ingresos.
a) Percepciones de la comunidad respecto
del turismo.
Noventa y cinco por ciento de los encuestados saben que Álamos tiene el nombramiento de Pueblo Mágico de la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal. La población está muy de acuerdo
en considerar que merece serlo, y en que es un
lugar atractivo para las actividades turísticas.
Gráfica 1. Pueblo Mágico y turismo
Cincuenta y cinco por ciento considera
que la historia y cultura locales son los atributos principales para que Álamos se considere Pueblo Mágico, seguido de 26.3 por ciento
que considera a los edificios antiguos como el
atributo principal de la ciudad. Se percibe una
relación clara en significar los atributos con el
patrimonio cultural (Gráfica 2).
32
Gráfica 2. Atributo principal de Álamos para ser Pueblo Mágico.
Se pidió a los encuestados elegir los dos
lugares más representativos de Álamos. Las
respuestas se organizaron en dos gráficas (3 y 4)
que se presentan a continuación. En la primera
respuesta, 72.5 por ciento de las personas
que participaron en la encuesta piensan que
la Iglesia de Nuestra Señora de la Purísima
Concepción es el lugar más representativo
y emblemático de la ciudad. La iglesia fue
construida en el siglo XVIII, posee tres
naves y su frontispicio incluye elementos
clásicos y barrocos.
Gráfica 3. Lugar más representativo de Álamos (Primera parte).
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 33
Gráfica 4. Lugar más representativo de Álamos (Segunda parte).
Para la población encuestada, el segundo lugar más representativo de la ciudad es la
Plaza de Armas. Dicha plaza es el elemento urbano que organiza el espacio histórico; en ella se
encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción y la rodean los edificios que
al frente presentan los portales que dan nombre
a la ciudad.
La Plaza de Armas es el lugar al que más
concurren la población y los turistas; funciona
como el gran espacio público de la ciudad
y elemento material que la organiza en sus
festividades culturales y actividades turísticas.
La población considera que el paisaje es
lo que más le gusta de su ciudad. Por paisaje se
entiende no sólo la dimensión natural, también
el espacio construido. El paisaje tiene un papel
destacado en la formación y consolidación de la
identidad territorial, contribuye a crear y fijar el
sentido de pertenencia de la población respecto
del lugar (Gráfica 5).
Los habitantes de Álamos piensan que lo
que mejor define a su ciudad es la tranquilidad
y su alegría. No se piensa que la inseguridad
sea importante ni que exista un ambiente
agitado (Gráfica 6).
34
Imagen 5. Kiosco de la Plaza de Armas.
Fuente: Autor.
Gráfica 5. ¿Qué es lo que más gusta de Álamos?
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 35
Gráfica 6. ¿Cómo es percibido Álamos?
La población advierte que hay dos importantes periodos en el año en que aumentan las visitas de turistas, verano e invierno.
El verano es la época en que vacacionan muchos
sonorenses, el clima en Álamos es agradable
y muy colorido el paisaje natural; en invierno
se realiza el festival Ortiz Tirado, principal evento cultural del noroeste de México, atractivo
no sólo para quien tenga gusto por el arte, también para el turista que desea consumir algo
más que ocio (Gráfica 7).
Gráfica 7. Época del año con más turismo.
36
La población encuestada piensa que el
turismo es una actividad relevante en la ciudad
y que influye positivamente en la economía del
hogar. En una escala de 1 a 10, donde 1 es el
valor más bajo y 10 el más alto, se preguntó qué
tan importante es el turismo, y 81.3 por ciento lo calificó con 10, siendo 9.5 la calificación
media. Cuando se preguntó qué influencia tiene
el turismo en la economía del hogar la calificación fue menor, sólo 53.8 por ciento concedió
el 10, y 7.6 fue la calificación media. En el nivel
urbano, el turismo es una actividad económica
importante, pero en el de los hogares no influye
de igual forma (Gráfica 8).
El turismo tiene un impacto significativo en la comunidad y la ciudad. Asimismo, la
incorporación de la ciudad al Programa Pueblos
Mágicos se tradujo en beneficios observables
para la población. Se piensa que el hecho de que
se le considere Pueblo Mágico resultó en efectos
positivos para la ciudad y sus habitantes y contribuyó al mejoramiento de la imagen urbana.
Las opiniones sobre el Programa Pueblos Mágicos son muy favorables, y sus beneficios se relacionan con cambios de provecho para la ciudad
y los habitantes (Gráfica 9).
En general, los encuestados tienen una
buena opinión del turista. En una escala de 1
a 10, donde 1 es el valor más bajo y 10 el más
alto, se pidió que evaluaran al turista, y las
respuestas fueron muy favorables. Fueron
escasas las calificaciones negativas, y fue 8.7
la calificación media referida a la percepción
del turista (Gráfica 10).
Gráfica 8. Importancia del turismo en Álamos.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 37
Gráfica 9. Efectos del Programa Pueblos Mágicos en Álamos.
Gráfica 10. Percepción respecto al turista (Porcentaje).
38
b) Percepciones del impacto del turismo en la economía local
En general, se piensa que la actividad turística
tiene beneficios en la economía de la localidad.
Hay coincidencia en cuanto a que el turismo ha
beneficiado al comercio y que la población se
ve beneficiada económicamente con las visitas,
aunque en el caso del empleo es un poco menor
el porcentaje. Sumadas las respuestas “muy de
acuerdo” y “acuerdo”, se percibe que el turismo
ha favorecido económicamente a la comunidad
con empleos, pero en menor medida que otras
actividades económicas, entre ellas, el comercio
y los servicios (Gráfica 11).
Sin embargo, las cosas cambian cuando
se pregunta exactamente quién se beneficia en
mayor medida con el turismo. Principalmente
son los hoteles, los restaurantes, la propia
comunidad, el gobierno y, en último lugar, el
comercio, es decir, el turismo crea empleos,
favorece la economía local, beneficia al comercio
y a los habitantes, pero los sectores que mayor
provecho obtienen son los hoteles y restaurantes,
y la propia comunidad. Son los servicios ligados
al turismo los que se perciben como más
favorecidos por el flujo de visitantes (Gráfica 12).
Gráfica 11. Turismo y economía local.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 39
Gráfica 12. ¿A quién beneficia más el turismo?
A pesar de que los directamente beneficiados con el turismo son los servicios, y en menor medida la comunidad, se tiene la impresión
de que los recursos generados por la actividad
se quedan en la propia ciudad, 42.5 por ciento
de los encuestados está de acuerdo y 23.5 muy
de acuerdo (Gráfica 13).
Las percepciones de los encuestados
apuntan a que el turismo ocupa un lugar
preponderante en la localidad, pero no es
la actividad económica más importante: la
minería sigue siendo el motor de la economía
local. En los últimos años, nuevos yacimientos
de minerales cercanos a Álamos han permitido
que la actividad creciera, se crearan más empleos
y el municipio cobrara atractivo para nuevos
migrantes. La ganadería ocupa el segundo lugar,
según los encuestados. La agricultura no figura
en las respuestas a pesar de que las siembras de
temporal son relevantes (Gráfica 14).
Pensando en la visión de la población
respecto de la contribución del turismo
al desarrollo local, se plantearon algunas
preguntas para saber cómo se establece esa
relación. El 42.5 por ciento de los encuestados
está en desacuerdo con la idea de que el
turismo es el único medio para que Álamos
se desarrolle, a diferencia de 42.5 por ciento
que piensa que sería el mejor medio para
hacer avanzar a la localidad, si bien 56.3 opina
que se deberían potenciar otras actividades
económicas, no sólo el turismo. Se observa que
la población ve con buenos ojos al turismo, o
que representa una vía aceptable, aunque no
debe ser la única opción económica que se debe
impulsar. Esta respuesta se puede interpretar
como un deseo de no depender demasiado
del turismo (Gráfica 15).
40
Gráfica 13. ¿Cree usted que los recursos generados por la actividad turística se quedan en Álamos?
Gráfica 14. ¿Cuál es la actividad económica más importante de la localidad?
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 41
Gráfica 15. Turismo y desarrollo.
Ahora bien, pese a considerar a
Álamos como una ciudad tranquila y alegre, y que el turismo no es la única opción
para el desarrollo local, los encuestados
saben cuáles son los principales problemas que
la aquejan: la falta de empleo y la pobreza. Álamos es el segundo municipio de Sonora con
mayor pobreza y marginación. El turismo no
figura como problema, a pesar de estar incluido
entre las respuestas (Gráfica 16).
c) Percepciones de la población respecto del patrimonio cultural y el turismo
La población se siente muy identificada con la cultura local, las fiestas y sus significados. No perciben que el turismo modifique o impacte negativamente el sentido de las festividades (Gráfica 17).
42
Gráfica 16. ¿Cuáles son los principales problemas que aquejan a Álamos?
Gráfica 17. Patrimonio y turismo.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 43
Al contrario de lo que pudiera pensarse,
se observa que la población opina que el
turismo contribuye a desarrollar más el aprecio
por la cultura local y que no distorsiona la
identidad de los habitantes. Tampoco afecta
a las costumbres y la moral de las familias.
Al parecer, la reacción de la comunidad
ante el turismo fortalece más su sentido de
pertenencia e identidad con el lugar y sus
tradiciones (Gráfica 18).
Gráfica 18. Turismo y cultura local.
44
El turismo no impacta en la cultura local, por lo mismo, no se entiende cómo una actividad que tiende a excluir a la comunidad de
los lugares más atractivos que generalmente
son los que conforman su patrimonio cultural
La población encuestada está muy de acuerdo
en indicar que los lugares turísticos son de igual
acceso tanto para los visitantes como para los
habitantes (Gráfica 19).
Álamos recibe muchas visitas de turistas nacionales y desde hace muchos años radica
en la ciudad una comunidad de norteamericanos. Se observa que no existen restricciones al
acceso a los lugares atractivos ni para locales ni
para visitantes, tampoco problemas ni obstáculos en las relaciones de convivencia y socialización. Se preguntó a los encuestados cómo
son las relaciones entre locales y visitantes con
objeto de saber si hay dificultades en el trato. Los resultados dejan ver la coincidencia
en cuanto a la positiva y abierta convivencia con turistas de todo tipo, igual que con la
comunidad de norteamericanos que radica en la
ciudad (Gráfica 20).
Más específicamente, se preguntó cómo
califican a la comunidad en una escala numérica
del 1 al 10, donde 1 es el valor más bajo y 10, el
más alto, así como su percepción de los norteamericanos que viven en la ciudad con respuestas
muy favorables, 8.2 en promedio (Gráfica 21).
Aunque se piense que las relaciones entre turistas y locales son armoniosas, no ocurre
lo mismo respecto de que los turistas afectan
el medio ambiente y la imagen visual. El 27.5
por ciento de los encuestados está en desacuerdo con que los turistas contaminen, pero un
número significativo está muy de acuerdo, y de
acuerdo con que sí existe un daño ambiental en
referencia al incremento del ruido y la basura en
la ciudad (Gráfica 22).
Gráfica 19. ¿Los lugares turísticos son de igual acceso para el residente como para los turistas?
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 45
Gráfica 20. Relación turistas y comunidad.
Gráfica 21. Calificación de la comunidad de norteamericanos que radica en Álamos.
46
Gráfica 22. ¿Considera que los turistas afectan el medio ambiente y la imagen visual de Álamos?
d) Percepciones de la población respecto de la inseguridad y el turismo
Los encuestados no perciben la inseguridad como
problema grave, sólo 3.8 por ciento opina lo contrario. Sin embargo, se procuró abundar más en
el tema para saber si hay una relación entre seguridad y turismo. Las opiniones son muy poco
concluyentes en lo que se refiere a la percepción
de que el narcotráfico y el crimen organizado representen un problema para la ciudad. Con escaso margen, se está de acuerdo y muy de acuerdo
en considerar que es un problema para la ciudad;
el porcentaje de los que no están de acuerdo ni en
desacuerdo también es significativo (Gráfica 23).
Ocurre algo distinto cuando se pregunta
si hay una relación entre turismo e inseguridad.
Se considera que el turismo no provoca un aumento de la inseguridad; por el contrario, se piensa que si aumenta la inseguridad, disminuirán
las visitas de los turistas. Es decir, los encuestados no identifican al turismo como causal de inseguridad en la ciudad, pero sí que esta actividad
podría ser afectada por la inseguridad. Posiblemente sea ésta la razón por la que los encuestados perciben que los turistas están más protegidos que los habitantes de Álamos (Gráfica 24).
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 47
Gráfica 23. Narcotráfico y crimen organizado.
Gráfica 24. Inseguridad y turismo.
48
Gráfica 25. ¿Cree usted que los turistas se encuentran más protegidos que los habitantes de Álamos?
La información que se desprende de la
encuesta, permite apreciar que el turismo es
una actividad económica importante en la localidad, aunque no la principal. Históricamente fue la minería la que dio origen a la ciudad,
y hoy día sigue siendo el motor de la economía
local. La población identifica al turismo como
una actividad que influye en el desarrollo local, pero no depende exclusivamente de ella.
La población está orgullosa de su identidad y cultura local, que se consideran como
recursos para potenciar el turismo y percibe a su
ciudad como tranquila y alegre, sin la amenaza de la inseguridad. Por otra parte, establecen
una relación clara entre su patrimonio cultural,
la operación del programa Pueblos Mágicos y
los beneficios relativos al mejoramiento de la
imagen urbana y la economía local. Se piensa
que la relación entre turistas y comunidad es
cordial, y la convivencia, buena, que se expresan en una ciudad accesible e inclusiva.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 49
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Capítulo 2.
Turismo religioso
en Magdalena de Kino, Sonora.
Peregrinación y Devoción a San Francisco
52
La elaboración de este capítulo fue posible gracias al apoyo que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) brindó para la investigación “Imaginarios del turismo residencial en ciudades del noroeste
de México. Apropiación simbólica y material de espacios y lugares en ciudades costeras y pueblos mágicos.
2000-2013”, bajo la conducción del Dr. Jesús Ángel Enríquez Acosta.
Capítulo 2.
Turismo religioso
en Magdalena de Kino, Sonora.
Peregrinación y Devoción a San Francisco
Introducción
Magdalena de Kino es una ciudad fundada en
1688 como misión de Santa María Magdalena
de Buquivaba por el jesuita Eusebio Francisco
Kino, y como la misión no funcionó inicialmente, en 1700 fue refundada por el militar y colonizador español Juan Bautista de Escalante. Sin
embargo, la historia de la ciudad está ligada con
Kino, quien fundó diversas misiones en lo que
hoy son los estados de Sonora y Baja California
Sur, en México, y Arizona en Estados Unidos.
Sus restos se encuentran en la plaza principal de
la ciudad en un mausoleo construido en 1966.
Magdalena de Kino tiene como santo
patrono a San Francisco Javier, quien históricamente tiene la devoción de la población del noroeste de México y sur de Estados Unidos, y en
su honor se realiza la tradicional peregrinación
a la iglesia de Santa María, donde se encuentra
la capilla de San Francisco. La afluencia religiosa
y las fiestas patronales hicieron de la ciudad un
importante destino turístico en el norte de Sonora. Magdalena de Kino destaca también por
ser la ciudad natal de Luis Donaldo Colosio, malogrado candidato a la presidencia de México,
asesinado en 1994.
Dada la importancia religiosa de esta
ciudad, es necesario indagar en los significados
y percepciones de las prácticas religiosas (entre
ellas las peregrinaciones y actos de devoción al
santo patrono) y cómo éstas se constituyen en
atractivos para el turismo religioso. Desde esta
perspectiva, conviene plantear dos interrogantes: ¿Cómo se articuló Magdalena de Kino como
lugar turístico sustentado en el patrimonio religioso? ¿Qué significados atribuyen los sujetos a
la turistificación de las prácticas religiosas? Esas
preguntas son las que permitieron el acercamiento a los actores involucrados en las actividades religiosas y turísticas. En este texto no se
pretende relacionar el proceso de urbanización o
54
construcción de la espacialidad del lugar con las
prácticas religiosas y la turistificación, sino con
las percepciones que los habitantes, turistas y
peregrinos tienen de las prácticas religiosas consideradas como parte del patrimonio cultural y
reconocido por el Programa Pueblos Mágicos.
El objetivo del capítulo es mostrar cómo
percibe la población de Magdalena de Kino su
patrimonio cultural de carácter religioso y la actividad turística que se ha encargado de construir una oferta ligada con el consumo del turismo religioso. La investigación en la ciudad fue
realizada en 2014 y 2015; el trabajo de campo
consistió principalmente en observación y entrevistas semiestructuradas a lugareños y turistas. La observación fue guiada por el objetivo de
recuperar la historia urbana del lugar, sus lugares emblemáticos, el proceso de turistificación
y los problemas sociales más importantes. Los
resultados de la observación se pueden apreciar en el apartado referido al turismo religioso y la peregrinación. Fueron 14 las entrevistas
a turistas y habitantes de Magdalena de Kino;
todas se grabaron y transcribieron para facilitar
su procesamiento. Las imágenes y percepciones
de turistas y residentes están contenidas en los
relatos obtenidos en el trabajo de investigación.
A partir de esos relatos es posible remitirse a: a)
los significados atribuidos al turismo religioso,
el patrimonio cultural y la identidad local, las
cualidades de la gente y la ciudad, y b) a las consecuencias de la actividad turística en el tejido
social, urbano y cultural.
El trabajo se divide en varias secciones.
En la primera parte se describe brevemente el
escenario social y urbano que caracterizan hoy
en día al Pueblo Mágico de Magdalena de Kino,
Sonora. Por supuesto, se muestra la dimensión
histórica que hace e identifica al lugar. Para
comprender el imaginario social de la comunidad, es necesario situar el lugar en cuanto a su
dinámica urbana y demográfica más reciente,
conocer sus problemáticas sociales, la vocación
económica y las particularidades culturales. En
una segunda parte, a partir de entrevistas realizadas en la comunidad, se abordan las percepciones que los habitantes tienen de la cultura
local, el significado de las peregrinaciones y el
turismo religioso, así como algunos de los problemas sociales más importantes asociados a
las festividades religiosas. En la tercera parte, a
partir de una encuesta aplicada en la comunidad se abordan la percepción de los habitantes
de la cultura local, el turismo y los problemas
sociales más importantes. En la última parte se
presentan las conclusiones generales.
Turismo religioso. Peregrinación y turistas
El turismo religioso es una actividad económica
y cultural muy importante en México. Año tras
año, miles de peregrinos acuden a los sitios sagrados a mostrar su devoción a través de mandas y peregrinaciones. A las expresiones de fe y
sacrificio se aúna la construcción de identidades
regionales (Portal, 1994), un copioso comercio
y un creciente turismo religioso. Presenciamos
un fenómeno cultural que refiere una relación
entre patrimonio religioso y turismo (Tobón y
Tobón, 2013).
Históricamente, por la enorme cantidad de peregrinos que movilizan anualmente,
las representaciones religiosas más populares
en México son la Virgen de Guadalupe en la
Ciudad de México, la Virgen de Zapopan y la
Virgen de San Juan de los Lagos en Jalisco, y
el Santo Niño de Atocha en Zacatecas (Robles,
2001), entre otros. La devoción a estas figuras
religiosas tiene su origen en la Colonia, entre los
siglos XVI y XVIII, cuando las introdujeron los
españoles en su cruzada evangelizadora de los
indígenas mexicanos. Hoy forman parte del patrimonio cultural de México, son muestra de la
intensa religiosidad popular y demuestran que
no es tan importante la liturgia católica como
el sacrificio y la peregrinación de los devotos
(Giménez, 1978). Es en este contexto donde se
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 55
ubica la peregrinación y devoción a San Francisco, en el noroeste de México, donde se encuentra la ciudad de Magdalena de Kino. Sin embargo, cabe destacar algunas consideraciones de
orden teórico y conceptual para comprender
el patrimonio religioso asociado al turismo.
Dentro del patrimonio cultural se enmarca el religioso, y en este último, el turismo
religioso (Fernández, 2010). Conviene precisar
que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO), el patrimonio cultural remite a la cultura heredada por una comunidad,
y como tal se protege, comunica y transfiere de
generación en generación. Desde la década de
los setenta del siglo pasado, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO se ha ocupado de
identificar y proteger el patrimonio cultural y
natural del mundo en aras de su preservación
en beneficio de las generaciones futuras. Por
otro lado, es importante tomar en cuenta que en
virtud de que no se refiere sólo a objetos o bienes materiales, sino a valores y atribuciones de
sentido socialmente construidos en diferentes
momentos de la historia, el concepto de patrimonio cultural tiene implicaciones simbólicas.
En las últimas décadas, el contenido de
la expresión “patrimonio cultural” se ha modificado para, de forma sustantiva, plantear y
promover una visión amplia y plural del patrimonio cultural. De ahí que el contenido referencial de esta expresión no se limite a la designación de monumentos y colecciones de objetos,
sino también a lo denominado por la UNESCO
(2011, p. 3) como patrimonio cultural inmaterial, que comprende:
[…] el conjunto de formas de cultura tradicional
y popular o folclórica, es decir las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en
la tradición. Estas tradiciones se transmiten
oralmente o mediante gestos y se modifican con
el transcurso del tiempo a través de un proceso
de recreación colectiva. Se incluyen en ellas las
tradiciones orales, las costumbres […]
En esta definición debemos incluir el
patrimonio religioso, y allí se ubicarían peregrinaciones y devociones, imágenes religiosas,
santuarios y templos, creencias y tradiciones religiosas, rituales populares, entre otros. Ahora
bien, el patrimonio religioso es un recurso que
se articula con el turismo, es decir, se consume y
ofrece con fines turísticos (Cánoves, 2006). Actualmente, tienden a aumentar las visitas a lugares considerados como santos y que tienen un
atractivo patrimonio cultural, que son generalmente sitios o ciudades-memoria (Augé, 1998),
con apreciado patrimonio arquitectónico y valor simbólico importante, ya sea monumental
y artístico o religioso y devocional (Fernández,
2013). Las visitas de los turistas se orientan a
valorar el patrimonio cultural y/o religioso, dando pie a lo que se conoce como turismo cultural,
definido como sigue por la Secretaría de Turismo (2002, p. 4): “aquel viaje turístico motivado
por conocer, comprender y disfrutar el conjunto
de rasgos y elementos distintivos, espirituales y
materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino específico”.
El turismo religioso es una modalidad
del turismo cultural. Los principales destinos
de esta modalidad de turismo son los lugares
sagrados caracterizados por la devoción y peregrinación y destacados por su historia. Ejemplo
de ello son Jerusalén en Tierra Santa, Santiago
de Compostela en España y Roma en Italia (Gil,
2006), entre otros. Parellada (2009, p. 22) entiende por turismo religioso lo siguiente:
Por turismo religioso se comprende aquel tipo
de turismo que tiene como motivación la visita de lugares sagrados (santuarios, conventos,
monasterios, iglesias, ermitas, catedrales,…) o
56
participación en celebraciones religiosas… para
descubrir el genius loci, es decir, la esencia religiosa, el mensaje que transmiten, el valor histórico y la belleza artística. Esto no excluye, sino
que comprende en muchas ocasiones la oración,
la celebración de los sacramentos.
Sin embargo, entender el turismo religioso conlleva dificultades en cuanto a la comprensión de los motivos del viaje, el comportamiento de los visitantes y las expectativas y
experiencias (Serralonga y Hakobyan, 2011).
Es decir, no todas las visitas son con fines devocionales o de penitencia, ni para conocer
culturas propias o nuevas donde estarían las
expresiones religiosas. Hay diferencias entre el
peregrino y el turista religioso. El modelo utilizado por Smith (1992) intenta despejar esas
diferencias, al mostrar un continuum representado por dos extremos: en uno el peregrino
y sus motivaciones relacionadas con la fe y la
religión, en el otro el turista y su deseo de conocer y valorar expresiones religiosas a través del
turismo y que no necesariamente comparte. En
el continuum caben otras formas de turismo religioso basadas en necesidades religiosas o de
conocimiento cultural.
Fuente: Smith (1992).
Este modelo es útil para entender el
turismo religioso en Magdalena de Kino. Los
peregrinos hacen el viaje motivados por lo sagrado, para luego retornar a su lugar de origen.
Otros hacen el viaje movidos por la experiencia
religiosa, pero alternando o complementando
con otras actividades (en el caso que nos ocupa, los viajeros de paso por la ciudad que sólo
permanecen el tiempo suficiente para acudir a
la capilla de San Francisco a dar muestras de
devoción al santo) y los turistas que llegan al
lugar atraídos por el patrimonio religioso, pero
sin fines devocionales. Estas diferencias entre
turista y peregrino no implican otras variantes,
pero para estudiar el turismo religioso en Magdalena de Kino serían las más pertinentes. Precisamente, apreciar esas diferencias fue lo que
permitió el acercamiento a los sujetos entrevistados durante el trabajo de campo; no interesaba abordar solamente a turistas y peregrinos,
sino también el sentir de la comunidad respecto
del turismo religioso en que están inmersos. La
información proporcionada por los entrevistados ve en la peregrinación la principal experiencia religiosa. Por esa razón, las narraciones de
los entrevistados giran en torno a dicha práctica
y su relación con el turismo.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 57
El texto pretende adentrarse en las percepciones sociales del patrimonio cultural y el
turismo religioso en Magdalena de Kino. De
acuerdo con Vargas (1994), la percepción:
[…] es entendida como la forma de conducta que
comprende el proceso de selección y elaboración
simbólica de la experiencia sensible, que tiene
como límites las capacidades biológicas humanas y el desarrollo de la cualidad innata del
hombre para la producción de símbolos. (p. 50)
Nos centraremos en la parte de la producción de símbolos, es decir, de la asignación
de significados. La percepción implica un proceso social de construcción de significados referidos a los elementos del entorno y a su representación de transformación y cambio. Ahora, a
través de las experiencias o vivencias, la percepción asigna atributos a los objetos, a otros sujetos y particularidades del entorno, proceso que
implica referentes culturales o de cualquier otro
tipo, construidos y reconstruidos socialmente,
generando con esto evidencias sobre la realidad.
Arizpe, Paz y Velázquez (1993, p. 14) denominan a este proceso percepciones sociales, para
señalar que la comprensión del mundo “se va
construyendo a partir de los intercambios sociales de información, conflicto o alianza con otros
individuos y grupos sociales”. Entendiendo así
las percepciones sociales, es posible abordarlas
en relación con el fenómeno del turismo religioso y las prácticas religiosas. Las evidencias sobre
la realidad o sobre la asignación de significados
a las cosas, expresa cómo las percepciones sociales organizan, clasifican y jerarquizan, entre
otras cosas, la cotidianidad donde transcurren
los eventos relacionados con lo religioso.
Historia breve de Magdalena de Kino
La misión de Santa María de Magdalena de Buquivaba fue fundada en 1688 por el misionero
jesuita Eusebio Francisco Kino; es el primer
antecedente de la actual ciudad de Magdalena
de Kino y se inscribe en el proceso de establecimiento del sistema de misiones jesuitas en el
territorio que ocuparon los indígenas pápagos
y pimas altos, conocido como la Pimería Alta,
en lo que hoy es el norte de Sonora y Arizona
(Bolton, 2001).
El sistema de misiones tenía como objetivo contribuir a la evangelización de los indígenas y convertir a sus pueblos en centros
autosuficientes. Los misioneros jesuitas enseñaron a los indígenas técnicas agrícolas y el
aprovechamiento de nuevos cultivos, e introdujeron la ganadería, además de construir iglesias
e instruirlos en la fe católica (Del Río, 1984). En
la frontera septentrional, la encomienda de política colonizadora española fue sustituida por
la misión y el presidio. El auge económico de la
misión y el éxito en la evangelización de los indígenas por los jesuitas en la Pimería Alta facilitaron el posterior establecimiento de misiones
en lo que hoy son los estados de Baja California
en México y California en Estados Unidos.
El establecimiento de misiones en la
Pimería Alta no estuvo exento de dificultades.
Desde que se establecieran las primeras
misiones en Sinaloa en el primer cuarto del
siglo XVII, tuvieron que pasar cerca de 60 años
para que los jesuitas llegaran al norte de Sonora.
La evangelización fue un proceso muy lento en
el noroeste de México por el bajo número de
misioneros jesuitas, las constantes rebeliones
indígenas encabezadas por yaquis, mayos,
tehuecos y tarahumaras, así como la carencia de
recursos económicos de la corona española para
enviar militares que enfrentaran a los indígenas
apaches que asolaban a los pueblos misionales y
los centros mineros. La amenaza constante de
los apaches construyó el imaginario de frontera
del septentrión español donde se ubicaron las
misiones jesuitas, además de la incapacidad
de las autoridades virreinales para controlar
militarmente un territorio extenso y con escasa
58
población (Almada, 2010). Fue hacia 1687
cuando la evangelización en el noroeste de la
Nueva España cobró fuerza con la llegada del
misionero Eusebio Francisco Kino, quien fundó
cerca de veinticinco misiones siguiendo el curso
de los ríos Magdalena, Santa Cruz y Altar, en
pleno territorio de la Pimería Alta habitada por
indígenas pápagos y pimas, en lo que es hoy el
norte de Sonora y sur de Arizona, donde se ubica
la actual Magdalena de Kino. En 1711 muere
Eusebio Francisco Kino; sus restos fueron
sepultados en la misión de Santa Magdalena de
Buquivaba que él fundara.
Fue en 1767 cuando se decretó la expulsión de los misioneros jesuitas de la Nueva
España, y en la Pimería Alta fueron sustituidos
por sacerdotes franciscanos. El fin de las misiones jesuitas significó un paulatino proceso
de descomposición de los pueblos de misión y
de las comunidades indígenas (Ruibal, 1985).
La misión de Santa Magdalena apenas sobrevive a la salida de los jesuitas, las rebeliones y bandolerismo de los Pimas Altos y a
la amenaza permanente de los apaches. Tal
situación se mantuvo hasta muy entrado el
siglo XIX, cuando ya se había instaurado la Re-
pública y dividido Sonora de Sinaloa. En 1832
los franciscanos terminaron la iglesia actual,
cuando San Francisco Javier ya era motivo
de devoción y fe por los indígenas, que hacían peregrinaciones a la iglesia para venerar
al santo.
En la segunda mitad del siglo XIX, Magdalena ocupó un lugar importante porque aduana fronteriza, la última ciudad entre Sonora y
Arizona, situación que cambió al fundarse en
el porfiriato la ciudad de Nogales, en el límite
fronterizo con Estados Unidos y construirse
la vía ferroviaria que comunica a esta ciudad
con Guaymas, pasando por Hermosillo, la capital. No fue sino en 1923 cuando Magdalena de Buquivaba adquiere el rango de ciudad
(Camou et al., 1985). En 1934, la escultura original de madera de San Francisco fue quemada
durante la campaña antirreligiosa emprendida
por el gobernador Rodolfo Elías Calles, pero
pocos años después, la escultura fue restituida
en la iglesia de Santa María. En 1950 se remozó
la iglesia y se adquirió la imagen conocida hoy.
En 1966, año en que se descubren los restos del
Padre Kino, se cambia el nombre de la ciudad a
Magdalena de Kino.
Imagen 1. Estatua del jesuita Eusebio Kino.
Fuente: Autor
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 59
La historia de Magdalena está ligada a la
figura del misionero jesuita Eusebio Francisco
Kino, pues gracias al jesuita, la ciudad no sólo
adquirió su nombre, sino también el imaginario
indígena la devoción a San Francisco Javier. El
ritual contemporáneo de la peregrinación anual
y las visitas cotidianas de devotos a ofrendar al
santo y agradecer por los favores concedidos es
una práctica social que se remonta a principios
del siglo XVIII, con la fundación de la misión
de Santa María de Buquivaba. La veneración al
santo implica un sincretismo religioso muy significativo en la cultura popular del norte de Sonora y sur de Arizona. Se relaciona con rituales
indígenas previos a la llegada de los españoles
que tenían que ver con el fin del ciclo anual de
la naturaleza, en otoño. Al fundarse la misión,
el padre Kino construyó en la iglesia una capilla dedicada a San Francisco Javier (patrono de
Kino y en honor adquiere ese nombre), cuya
muerte se conmemora el tres de diciembre, fecha que el jesuita se encargó de exaltar ante los
indígenas. La coincidencia relativa del calendario indígena y el cristiano se fusiona en la capilla, el santo y la figura de Kino.
Originalmente, las fiestas religiosas y las
peregrinaciones indígenas para venerar al santo
tenían lugar en diciembre de cada año, pero los
jesuitas fueron expulsados en 1767 y sustituidos por la orden de franciscanos, cuyo fundador
es San Francisco de Asís, santo patrono de los
animales y la naturaleza; su muerte se celebra
el cuatro de octubre. Hacia 1828, el ritual de veneración de San Francisco se mueve a esa fecha.
Desde entonces, el culto al santo jesuita San
Francisco Javier se celebra en octubre, cuando
corresponde al santo franciscano San Francisco
de Asís. Hacia mediados del Siglo XIX se estableció la feria anual en octubre, cuando los indígenas de la región se proveen de mercancías, y
como reminiscencias de las antiguas tradiciones
de intercambio celebradas antes de la llegada de
los españoles. Además, criollos y mestizos se
incorporaron a la feria de San Francisco tanto
para venerar al santo como para vender sus productos. En adelante, la feria anual incorporó a la
festividad religiosa el componente comercial.
En la actualidad, en octubre son las fiestas tradicionales de San Francisco y las peregrinaciones anuales de los habitantes de Sonora y
Imagen 2. Mural que remite al jesuita Eusebio Kino, en el Palacio Municipal.
Fuente: Autor
60
Arizona (Quesada, 1989). La población no distingue entre qué San Francisco (Javier, de Asís o
el padre Kino) es motivo de devoción, sacrificio
y agradecimiento por favores concedidos: para
los devotos, San Francisco es uno mismo.
San Francisco también alentó el turismo religioso, y cotidianamente acuden a la
capilla creyentes no radicados en la ciudad, es
tradición que los viajeros que circulan por la carretera México-Nogales pasen por la ciudad y
visiten la capilla, costumbre que ha permitido
crear una importante economía turística basada
en los servicios comerciales, hoteleros y gastronómicos en torno a estas visitas.
Características sociodemográficas
y urbanas
La ciudad de Magdalena de Kino se ubica al norte del estado de Sonora, a 87 kilómetros de la
frontera con Estados Unidos. Al norte colinda
con los municipios de Nogales e Imuris; al este,
con los de Imuris y Cucurpe; al sur con Santa
Ana y al oeste con Tubutama. Municipio pequeño, tan sólo representa 0.69 por ciento de la superficie del estado. Las poblaciones principales
del municipio son Magdalena de Kino, cabecera
municipal, San Ignacio, El Tacícuri, la Cebolla,
entre otras.
Hacia 2010, el municipio contaba con
29,707 habitantes, el equivalente a 1.12 por ciento de la población estatal. De 1930 al 2010, creció de 4,211 a 29,707 habitantes. Actualmente,
la tasa de crecimiento poblacional del municipio
es de 0.88, 1.2 por ciento por debajo del promedio estatal. El 89.5 por ciento de la población vive
en la cabecera municipal, ciudad con 26,605 habitantes (INEGI, 2010). Magdalena se considera municipio urbano medio debido a que más de
50 por ciento de la población vive en localidades
de entre 15 mil y menos de 100 mil habitantes.
Imagen 3. Mural de la cúpula del mausoleo del padre Kino, donde reposan sus restos.
Fuente: Autor
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 61
La tasa de urbanización del municipio
es alta: 97.66 por ciento de las viviendas dispone de drenaje; 97.5, de agua entubada de la red
pública, y el 98.3, de energía eléctrica. El índice
de desarrollo humano se considera alto, con un
valor de 0.87 y ocupa el lugar 83 en el nivel nacional (CONAPO, 2011). La tasa de mortalidad
infantil es de 9.9 por ciento, muy inferior al promedio nacional de 16.77 y del estatal, de 12.3.
La tasa de alfabetismo es de 96.54 por ciento. El
grado promedio de escolaridad de la población
de 15 años y más llega a 9.2 años, superior al promedio nacional de 8.6 años (CONEVAL, 2011).
El índice de marginación del municipio
es muy bajo, de -1.7260; ocupa el lugar 2399
de un total de 2464 municipios en el país. En
Sonora ocupa la posición 69 de un total de 72
municipios. Es decir, prácticamente no hay
marginación social de acuerdo con las variables
e indicadores utilizados para la medición El índice de rezago social es una medida que resume
indicadores de educación, acceso a servicios de
salud y servicios básicos, calidad y espacio en la
vivienda, y activos para el hogar.
En la cabecera municipal, el porcentaje de población económicamente activa (PEA)
es de 50.26 (11,245 personas), del cual, 96.4
por ciento está ocupada y 3.5 desocupada. En
la composición de la PEA, 68.4 son hombres y
32.36 por ciento, mujeres. En el ámbito municipal, el sector económico predominante es el
terciario; 50 por ciento de la población ocupada
se dedica al comercio y los servicios, seguido del
sector secundario, con 39 por ciento por ciento
de la población ocupada en actividades industriales (maquiladoras, primordialmente) y en la
minería. El sector primario representa 11 por
ciento, y la población se dedica a la agricultura y la ganadería. En cuanto a tipo de trabajo,
67.18 por ciento de las ocupaciones corresponden a empleados u obreros y 19.5 a trabajadores
independientes, principalmente. En cuanto a la
distribución por ingresos mensuales, 30.5 por
ciento de la población ocupada percibe ingresos
entre más de dos y hasta tres salarios mínimos;
el 28.82 percibe de más de uno hasta dos salarios mínimos; 13.84, gana más de tres y hasta
cinco salarios mínimos. El ingreso anual per cápita ajustado a cuenta nacionales se estima en
12,193 dólares (H. Ayuntamiento de Magdalena de Kino, 2011).
En el ámbito urbano, Magdalena de
Kino está situada sobre la margen izquierda del
río del mismo nombre. La ciudad ocupa una superficie plana con algunos cerros de baja altura;
la delimitan al oeste el río Magdalena y el Cerro
de la Cruz; al sur y el este, la carretera internacional México 15, que la rodea, y al norte, la población de El Tacícuri. La ciudad está organizada a partir de una traza ortogonal que inicia al
oeste, sobre la margen del río donde se ubica la
Iglesia de Santa María; en sus alrededores hay
un importante sector comercial (artesanías y
baratijas, restaurantes, entre otros) relacionado con el turismo religioso que visita la iglesia y
que estructura el área central de la ciudad. Cerca
están el Palacio Municipal, que data del periodo
porfirista, y otras edificaciones del siglo XIX y
principios del XX. El área central de la ciudad es
el sector comercial y de servicios más importante para la población, históricamente delimitado
por la actual calle Niños Héroes, que hasta fines
de la década de los ochenta fue la carretera internacional México 15 (SIUE, 2006). Esta calle,
que atraviesa la ciudad de norte a sur, es un corredor comercial importante para la población y
los viajeros que deciden entrar a la ciudad para
evadir la carretera de peaje que rodea la ciudad
por el sur y el este.
Al sur de la ciudad hay algunos fraccionamientos de interés social, escuelas, pequeñas áreas deportivas y algunas parcelas contiguas al arroyo El Sásabe, que desemboca en el
Río Magdalena. Al norte, este río y la carretera internacional forman un embudo que limita el crecimiento de la ciudad, área en que hay
62
fraccionamientos de interés social, maquiladoras, pequeños sembradíos sobre la margen del
río y áreas deportivas. El sector más poblado
es el este de la ciudad, conformado por diversas colonias con viviendas de autoconstrucción
sobre pequeños cerros que dificultan el trazado
ortogonal de la ciudad.
Se advierte que la ciudad se articula en
función de la centralidad representada por la
Iglesia de Santa María y el Mausoleo del Padre
Kino, ubicados en una gran plaza edificada más
recientemente, espacio da sentido al turismo
religioso y a los servicios ligados a él. Constituye parte del Centro Histórico, donde todavía
se pueden apreciar algunas construcciones antiguas, aunque, en general, el centro de la ciudad está muy transformado por construcciones
más modernas.
Para reconocer el paisaje, escenario y
montaje que dan orden y legibilidad a Magdalena de Kino, es necesario inventariar los
lugares presentes en el imaginario socialmente compartido de la comunidad. Para ello, se
recurre a Méndez (2012), quien propone una
metodología para reconocer los imaginarios
del lugar turístico. Según esta propuesta, se
obtiene lo siguiente:
Lugares
El lugar es el sitio constructor de identidad por
excelencia que remite a los sitios de encuentro
y socialización, pero también de vida personal.
En Magdalena de Kino, los lugares por considerar aluden al centro histórico, pero también al
río y la presencia indígena, como:
• La Monumental
• Palacio Municipal
• Iglesia de Santa María de Magdalena
• Mausoleo del Padre Kino
• Panteón Municipal
• Cerro de la Cruz
• Torre del reloj
Emblemas
Son las marcas o símbolos de identidad que la comunidad establece, y Magdalena de Kino incluye:
• San Francisco
• Padre Kino
• Mausoleo de Colosio
• Palacio Municipal
Itinerario
Es la ruta turística dirigida, o no, que recorren
el turista y el residente. Los elementos que conforman el itinerario turístico en Magdalena se
asocian con la antigua carretera que atraviesa la
ciudad de norte a sur, hoy calle de Niños Héroes,
rumbo al centro histórico, hasta desembocar en
la Plaza Monumental donde se ubican la Iglesia
de Santa María, la Capilla de San Francisco y el
Mausoleo del Padre Kino.
Tinglados
Arquitectura “[…] prevista como una estructura
a decorar, forma en general utilizada para resolver la arquitectura tradicional u ordinaria […]
concebida como ornamento” (Méndez, 2012,
p. 27). Los tinglados son parte del imaginario
social y vehículos de representación, en este
caso asociados con la figura del Padre Kino que
da nombre a la ciudad o con el pasado señorial.
Destacan, entre otros:
• Monumento al Padre Kino en el acceso norte
de la ciudad
• Edificios aledaños a la Plaza Monumental
• Casas del primero y segundo cuadro de
la ciudad
Intersticios
Espacios que separan o median entre lugares
distintos, son los límites, ya sea naturales o bordes que separan la ciudad de las zonas agrícolas,
por ejemplo:
• Río Magdalena
• Carretera México 15 al este y sur de la ciudad
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 63
Mesetas
Espacios de ciudad con un orden visible, que
son pocas en Magdalena de Kino. La más visible tiene que ver con la hechura de la ciudad
según los procesos de urbanización modernos.
A ese respecto destacan como mesetas ciertos
fraccionamientos de interés social al sur y norte
de la ciudad.
Los elementos antes mencionados forman parte
de los imaginarios sociales de la comunidad (ver
Mapa 1) y permiten se identifiquen los lugares
con el mundo vital de la comunidad, ya sea como
principios de identidad y sentido de lugar o como
alteridades entre la representación del pueblo
mágico como oferta turística y la ciudad como
ámbito de vida y encuentro de la comunidad.
Mapa 1. Legibilidad urbana de Magdalena de Kino, Sonora.
Fuente: Elaboración propia a partir de imagen de Google maps: ©2016 Google, INEGI.
Magdalena de Kino, Pueblo Mágico
Magdalena de Kino ingresó al Programa
Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo del
gobierno federal en 2012. La declaratoria
supone la existencia de un conjunto de
atributos referidos a la historia, el patrimonio
cultural y la magia de los lugares susceptibles
de aprovecharse con fines turísticos. El ingreso
al programa culminó un esfuerzo encabezado
por el gobierno local y ciudadanos interesados
en recuperar la historia, el patrimonio y la
identidad regional. A iniciativa de la ciudadanía
se formó una asociación encargada de los
trámites ante la Secretaría de Turismo federal
y de hacer participar a los principales actores
relacionados con el turismo. Hoy, algunos
integran el comité Pueblos Mágicos, instancia
64
de la sociedad civil a cargo de decidir actividades
y tareas tendientes a mejorar la imagen urbana,
transparentar el uso de los recursos públicos,
llevar a cabo obras de preservación patrimonial
y fomentar el turismo con el fin de contribuir al
desarrollo local.
Para Magdalena de Kino el turismo no es
una actividad nueva, históricamente la ciudad
ha sido un referente turístico muy importante
en el norte de Sonora y el sur de Arizona por
la figura de San Francisco, santo venerado por
los habitantes de esos estados y por la población
indígena. Anualmente, San Francisco es objeto
de peregrinaciones de católicos que recorren
diversos itinerarios para pagar mandas o dar
gracias. La escultura del santo que se encuentra
en la capilla de la iglesia de Santa María (Imagen
2) es la razón por la que cientos de turistas y
feligreses acuden a Magdalena de Kino a besar
el rostro, las manos y los pies del santo, así
como levantarlo, como prueba de fe; persiste
el mito de que sólo quien tiene verdadera fe lo
logra (Imagen 3).
Un indicativo de la importancia de las
peregrinaciones para visitar a San Francisco en
el noroeste de México y sur de Estados Unidos
se refleja en la música. El cantante norteamericano Brandon Flowers, del grupo The Killers,
famosa banda indie rock de Las Vegas, Nevada,
compuso una canción en honor del santo que
lleva por título “Magdalena”. En ella se narra la
peregrinación que el propio cantante emprendiera desde Estados Unidos para pedir al santo
que le ayudara a resolver sus problemas de drogadicción. El turismo religioso es una actividad
que tradicionalmente ha permitido a la ciudad
generar servicios e infraestructura, y ahora con
el programa Pueblo Mágicos se pretende darle
un nuevo impulso.
La denominada Plaza Monumental es
el lugar más importante de Magdalena de Kino
porque alberga a la Iglesia de Santa María de
Magdalena, la capilla de San Francisco, el mausoleo con los restos del padre Kino, una estatua de
Luis Donaldo Colosio y un conjunto de edificios
con locales para venta de artesanías mexicanas.
Imagen 4. Iglesia de Santa María de Magdalena y capilla adjunta de San Francisco, en la Plaza Monumental.
Fuente: Autor.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 65
Imagen 5. Prueba de fe.
Fuente: Autor.
La Secretaría de Turismo estatal incluye
a Magdalena de Kino en el programa denominado Ruta de las Misiones, con el cual se intenta
fomentar el turismo en las misiones fundadas
por el Padre Kino a fines del siglo XVII. La ruta
la conforman Cocóspera, Imuris, Magdalena
de Kino, Caborca, Pitiquito, Tubutama y Saric,
entre otros puntos. El programa procura exaltar con fines turísticos el patrimonio histórico
representado por las iglesias misionales, si bien
algunas están derruidas porque se encuentran
en lugares que no prosperaron como centros
poblacionales al salir los jesuitas a mediados del
siglo XVIII; otras no sobrevivieron a las guerras
contra los apaches a lo largo del siglo XIX.
La inclusión de Magdalena de Kino en
el programa Pueblos Mágicos tiene poco tiempo, sin embargo, sus efectos son visibles en la
ciudad, siendo: la principal obra realizada bajo
los auspicios del programa la construcción de
una capilla contigua a la Iglesia de Santa María,
donde se reubicó la escultura de San Francisco
para facilitar su veneración y preservar la iglesia
de posibles daños por las frecuentes visitas.
La imagen del primer cuadro de la ciudad se modificó de acuerdo a un imaginario
que pretende revalorizar los símbolos, recuperar la historia y enaltecer el pasado mediante
escenografías y montajes que simulen y armonicen la fisonomía urbana, destaquen las figuras veneradas por el turismo religioso y los
símbolos de identidad, como el Padre Kino. A
la construcción de la capilla contigua a la Iglesia que aloja al santo motivo de devoción y fe,
siguió la recuperación de la imagen del Padre
Kino como emblema dispuesto en el mobiliario urbano y en diversos murales de edificios
públicos. Para no contaminar la imagen visual
del primer cuadro de la ciudad, se modificó la
publicidad y el uso de anuncios en comercios y
servicios, los cuales se sustituyeron con letreros pequeños que incorporan el logo de Pueblos Mágicos y el nombre del establecimiento
comercial, entre otros detalles. La mayoría de
66
las obras se han realizado en el centro histórico, en los alrededores de la Plaza Monumental
y el Palacio Municipal, siendo las principales:
1.Empedrado de calles y arreglo de banquetas
en el Centro Histórico.
2.Instalación de cableado eléctrico y telefónico
subterráneo en las calles que rodean la Plaza
Monumental.
3.Remozamiento y rehabilitación de fachadas
de edificios públicos y privados del centro
histórico.
4.Instalación de alumbrado público con farolas
a imitación de antiguas.
5.Arreglo de instalaciones sanitarias y de agua
potable en el primer cuadro.
6.Remozamiento y dotación de mobiliario
urbano.
El efecto de las intervenciones auspiciadas por el programa Pueblo Mágicos ha sido
limitado, dado que apenas hace tres años se incluyó en éste a Magdalena de Kino.
Turismo religioso y peregrinación
No hay cifras que permitan conocer el número
de peregrinos que anualmente visita Magdalena de Kino, mucho menos datos que den cuenta
de los constantes viajeros de paso por la ciudad
que acuden a la capilla de San Francisco a visitar al santo. Ni las oficinas de turismo ni los
gobiernos locales, tampoco la iglesia católica,
llevan un registro que facilite estimar el número
de visitantes ni distinguir entre turistas y peregrinos, por eso es difícil construir perfiles de
los sujetos, conocer sus motivaciones para visitar el lugar o las actividades religiosas o lúdicas
realizadas. Ante la carencia de datos oficiales, el
acercamiento al fenómeno del turismo religioso, en particular las peregrinaciones, se llevó a
cabo a partir de un minucioso registro de observación de parte del equipo de trabajo en diversas etapas. Las notas de campo permitieron
reconstruir las prácticas religiosas de turistas y
peregrinos. Los recursos etnográficos facilitaron describir los procesos, reseñar la participación de los distintos actores y percibir el sentir
de la comunidad respecto del turismo religioso.
La fotografía también constituyó un valioso
recurso para el registro de lugares y sujetos. La
observación se complementó con entrevistas a
residentes, turistas y peregrinos. Las narraciones fueron importantes porque se procuró que
participaran distintos actores sociales, de modo
de tener una visión más amplia del turismo religioso y no circunscrito a un grupo específico; se
entrevistó a amas de casa, peregrinos, estudiantes, empleados, comerciantes, entre otros.
Estas consideraciones de orden metodológico son esenciales para acercarse a la
percepción que la comunidad, el peregrino y el
turista tienen del patrimonio cultural y el turismo religioso. En ella se percibe la representación del cambio y la transformación social
posibilitada por la actividad turística. Las experiencias y prácticas individuales tornan subjetivas y colectivas las imágenes de la ciudad y
de lo religioso para dar sentido a las expresiones de religiosidad popular, a la identidad y al
sentido de pertenencia respecto del lugar. Es
interesante que las percepciones de los sujetos representan o significan de acuerdo con el
lugar que ocupan en el espacio social para dar
pie al reconocimiento de las diferencias y distinciones que conforman el entramado social
y turístico, y por supuesto a la representación
de los problemas derivados de la turistificación.
Las tareas de observación permiten describir algunas de las características más importantes de la peregrinación a San Francisco:
1. Indudablemente, la peregrinación anual de
devotos de San Francisco tiene como fin
cumplir con una penitencia o manda; empieza a fines de septiembre y principios de octubre para coincidir, el 4 de octubre, con la
celebración de San Francisco. La caminata
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 67
implica un sacrificio personal para agradecer
favores concedidos, pedir la curación de enfermedades propias o de algún familiar, conseguir empleo, entre otros motivos. El cumplimiento de la manda remite también a una
profunda devoción por el santo y la religión,
por la fe profesada; el peregrinaje expresa,
por supuesto, el apego a una tradición cultural ligada con la identidad regional fronteriza
(Giménez, 2007).
2.La peregrinación trasciende el ámbito local de
Magdalena de Kino, la devoción a San Francisco se extiende hacia algunas de las comunidades indígenas de la región, pero también
hacia las comunidades mestizas y urbanas de
Sonora y de ascendencia mexicana del sur de
Estados Unidos; incluso católicos norteamericanos llevan a cabo la peregrinación y visitas
periódicas a Magdalena de Kino para venerar
al santo.
3.La peregrinación implica trasladarse a un sitio considerado como sagrado, y en el caso de
Magdalena de Kino, obedece a la veneración
por San Francisco, cuya efigie postrada y tallada en madera se encuentra en la capilla contigua a la Iglesia de Santa María. La devoción al
santo implica una prueba de fe de los peregrinos: levantarlo del nicho donde se encuentra
postrado es la culminación de ese acto porque
se pone en evidencia la convicción religiosa
y la confianza en la obtención de los favores
solicitados. Además, se soba la figura con las
manos y después se frota el propio cuerpo
para que cure o proteja las partes afectadas.
San Francisco es representado como un santo
generoso y poderoso.
4.La peregrinación significa un desplazamiento
a pie desde diversas rutas, en su mayoría paralelas a las carreteras que confluyen en la ciudad. El sacrificio o manda es la caminata, que
implica trasladarse de diversos lugares, principalmente de Sonora; la más popular proviene de la ciudad de Nogales, a 80 kilómetros
aproximadamente. Otras más cortas son las
de Cananea, Imuris, Santa Ana, Altar, Tubutama y Sáric, entre otras. Las peregrinaciones
son un rasgo colectivo; a los caminantes se
unen familiares y amigos que los abastecen de
agua y alimentos durante la marcha o instalan
lugares de reposo a las orillas de las carreteras.
Muchos peregrinos hacen la peregrinación en
automóvil o autobús.
5.La peregrinación es una práctica cultural en
cuya promoción u organización no intervienen autoridades religiosas ni gubernamentales, es un acto voluntario derivado de la fe
y la devoción personales. Aunque es una actividad relacionada con lo religioso, la única
actividad de la iglesia es facilitar las visitas al
templo de Santa María. Ninguna institución
turística emprende campañas o estrategias de
promoción, mucho menos se provee de asistencia médica o avituallamiento de alimentos
y bebidas en las rutas. La mayor parte de los
servicios de auxilio recae en los propios peregrinos; para muchos, socorrer a los caminantes es también una manda.
6.Conviene destacar que la capilla de San Francisco es visitada por miles de feligreses a lo
largo del año, visitantes cuyo destino no es
Magdalena de Kino, son viajeros de paso. La
ciudad se ubica en la carretera principal que
comunica a México con Estados Unidos, en
el noroeste del país, y es ya una tradición de
muchos viajeros detenerse en la ciudad, ir a
la capilla y llevar a cabo el ritual de levantar al
santo y visitar el mausoleo donde reposan los
restos del Padre Francisco Kino.
La peregrinación anual para visitar a
San Francisco se inicia a fines de septiembre y
tiene su momento culminante el 4 de octubre,
fecha indicada en el santoral católico como día
de San Francisco de Asís. Históricamente, la fecha se relaciona con la expulsión de los jesuitas
del imperio español en 1767 y su sustitución
por religiosos franciscanos, quienes cambiaron
68
de diciembre (cuando se veneraba a San Francisco Xavier) a octubre (cuando se celebraba a San
Francisco de Asís) la celebración de San Francisco a secas. Algunos feligreses tienen la creencia de que San Francisco es el misionero jesuita
Eusebio Francisco Kino, quien fundó la misión,
adoptó el nombre e introdujo en la región el culto a San Francisco Xavier como agradecimiento
por la curación de una enfermedad mortal. En
el noroeste de México es una significativa representación de sincretismo religioso que ha dado
lugar a una importante peregrinación multitudinaria, una trascendental fiesta popular y un
importante turismo religioso cotidiano para viajeros que pasan por la ciudad y visitan al santo.
El sincretismo expresado a través de San
Francisco por su origen religioso (jesuita y franciscano) y la figura del misionero jesuita se funden en uno solo en la figura del santo venerado
en la actualidad. Para una entrevistada, originaria de Magdalena de Kino y devota, el santo es
el jesuita Francisco Kino; según la tradición oral,
la leyenda cuenta que San Francisco, es decir el
misionero Kino, quiso quedarse en Magdalena:
“[…] aquí se cuenta, a mí no me tocó ni nada
de eso, yo lo vengo siendo más bien por familia
(devota de San Francisco). Un día ofrecí hacer
una manda y se me cumplió lo que pedí y entonces ya la seguí, pero bueno, San Francisco (el
misionero jesuita) llega aquí, lo mandan a Magdalena a colonizar. En ese entonces se llamaba
Buquivaba, no se llamaba Magdalena, el caso
es que él dura muchos años y luego se enferma
y muere. Luego llega una gente que se lo quiere
llevar, dicen que lo pusieron en una carreta y se
lo querían llevar. Pero aquí se murió, por eso tiene tanto valor, porque aquí se vino quedando, en
Magdalena. Entonces cuando se lo querían llevar llovió y se les quebraba la carreta una y otra
vez, total que no lo pudieron sacar de aquí, esa
es la leyenda que se cuenta, que San Francisco
se quiso quedar en Magdalena.” (Ama de casa)
San Francisco es considerado por los
devotos como un santo piadoso, pero también
muy castigador. No cumplir con la manda o no
realizar el ritual de levantar la efigie de madera
se considera grave; tal vez signifique que si algún creyente no cumple con la promesa, el favor se le puede revertir y tener consecuencias
mayores. Por el contrario, la devoción al santo
alivia las penalidades, enaltece el sacrificio; levantarlo es prueba de fe. Una entrevistada que
ha visto de cerca a los peregrinos por muchos
años relata el significado de levantar al santo:
“[…] si no la cumplen ven a un San Francisco castigador o a un dios castigador… Es una
verdadera tradición, muy arraigada, indiscutible. Aquí existen creencias alrededor de
eso, se dice que si tú intentas levantar al santo y lo levantas con facilidad es símbolo de
que tienes gran fe en él, sin embargo se da el
caso de que no lo puedes levantar y el motivo
es la falta de fe.” (Trabajadora de la iglesia)
Un peregrino que tradicionalmente
hace la peregrinación año tras año desde Nogales, a 80 kilómetros aproximadamente, relata su
experiencia de devoción a San Francisco de la
siguiente forma:
“[…] es un santo muy milagroso, la gente viene
con mucha fe, parece que a todos los que vienen
les ha hecho sus milagros. Vienen a agradecerle
a San Francisco los favores concedidos o para
pedirlos, aquí se reúne lo católico con lo mundano.” (Peregrino radicado en Nogales)
La devoción a San Francisco no se limita a los habitantes de la región del norte de Sonora. Para migrantes de otros lugares del país,
algunos dedicados al comercio de productos artesanales para los turistas, representa también
una figura bondadosa a la cual se le debe agradecer por los favores. Una comerciante establecida
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 69
en los negocios aledaños a la iglesia narra que la
fe en el santo es tradición familiar, y a él se encomienda para sobrevivir, y más; sus familiares
que viven en otra ciudad, lejos de Magdalena, le
rinden culto:
“Mi mamá, desde que conoció a San Francisco, nos llevó la imagen. Nos dijo que estaba en
Magdalena, nosotros no somos de aquí, somos
de León (Guanajuato) y de allá nos venimos
para acá. Cuando veníamos a trabajar a las
fiestas y nos regresábamos, nos llevábamos la
imagen de San Francisco para que la gente de
allá de León conociera a San Francisco y ya casi
todos los de allá de la familia se encomiendan
mucho a él. Para nosotros ahora sí que por él
estamos aquí y por él comemos todos los días,
porque si no fuera por San Francisco, Magdalena no tuviera tanto turismo. Del 100 por ciento
de gente que viene, el 99.9 por ciento es para
verlo a él.” (Comerciante, inmigrante con 5
años de radicar en Magdalena)
La peregrinación tiene como punto final
la capilla de San Francisco, donde se encuentra
la efigie de madera del santo. En los primeros
días de octubre, una multitud de personas y vehículos comienza a abarrotar los alrededores de
la capilla; los visitantes que llenan el centro de
la ciudad rompen la normalidad cotidiana. De
igual modo, las márgenes de las carreteras que
confluyen en Magdalena de Kino se ven muy
concurridas por devotos que caminan y por vehículos que abastecen con bebidas y alimentos a
los peregrinos. Es una actividad popular que involucra a la familia toda, y el sacrificio es prueba
de fe. El testimonio de una entrevistada, madre
de un peregrino, refiere las dificultades y el significado de la peregrinación:
“…es una cosa que ni lo puedes creer de tanta
gente que viene a todas horas… Cuando mi hijo
y mi sobrino fueron, los llevamos a Nogales y
ya nos venimos [sic] nosotros cuidándolos en
el carro, y te das cuenta que es mucho peligro.
Muchos chamacos dicen: qué padre, hay que
hacer la manda, hay que caminar, pero no se
dan cuenta del peligro. Nos fuimos nosotros de
aquí a las cuatro de la mañana para llegar allá
y también nosotros hacemos un sacrificio porque te tienes que preparar, levantarte temprano
y todo el día es de caminar. Ya para entonces
hace frío en la noche y calor en el día, es muy
pesado el calor, entonces tienen que empezar
temprano. Veníamos con ellos, caminaban un
buen rato y luego se cambian de zapatos, de
calcetines, que no carguen muchas cosas en la
mochila, el agua sobre todo. Por eso muchos carros se vienen apoyando a toda la gente, porque
el que se viene solo pues batalla mucho más,
pero la mayoría viene con su gente que lo viene
apoyando, y toda esa gente llega a Magdalena
a comer, a descansar; y no nomás en Magdalena, desde Imuris y desde mucho más allá les
regalan comida y agua… Pero es peligroso, una
de las veces que llegamos, oímos el tronido de
una llanta de un carro, salió volando la llanta
y les paso pegadito a ellos, y yo me quede pensando qué peligroso es esto ¡y era de día! Imagínate los que vienen en la noche, hay muchos
que sí los atropellan, tienen que tener muchas
precauciones, hay animales como las víboras.
La gente se ha unido y por ejemplo aquí, limpia
todas la orillas de la carretera para que la gente
pueda caminar por la carretera y que no halla
animales, víboras… es muy bonito lo que te deja
todo, toda la familia se involucra y es manda
para toda la familia de cierta manera, porque
la manda no era mía, ni de mi esposo, y nos tuvimos que ir todo el día atrás de ellos, levantar
temprano y luego cuando ya se cansan, que no
pueden caminar y que la quieren terminar y que
vienen dando pasito a pasito, a algunos se les
ampollan las plantas de los pies. Es fuerte, pero
es bonito pues, y sobre todo lo más importante
es que la manda no se termina hasta que tú lle-
70
gas a ver a San Francisco, y que entras y rezas
y das gracias, pero también eso involucra a toda
la gente que va contigo, llegar a la iglesia, a San
Francisco y jalar a la gente, de cierta manera
todo eso es bueno […]” (Ama de casa)
La peregrinación es un acto de fe de los
devotos. La fidelidad al santo garantiza la continuidad de la práctica. En las entrevistas se constató que los peregrinos han hecho la caminata en
más de una ocasión, a pesar de las dificultades a la
orilla de las carreteras, el peligro y la inseguridad,
y sin apoyo de instituciones religiosas ni públicas:
“[…] años atrás había mejor vigilancia, pero
ya tienen como seis, nueve años con muy mala
vigilancia. Ha habido más inseguridad, tanto
para los comerciantes como para la gente que
viene. A los caminantes no les dan su cuidado,
me imagino que el presidente municipal de aquí
de Magdalena tiene que ponerles un carril especialmente para ellos en la carretera, no sé, policías vigilándolos, protección civil, todo eso y no.
Se dan muchos accidentes, se vienen arriesgando la vida porque nada de señalamientos y ahí
viene la gente caminando, de hecho hubo como
dos o tres accidentados que venían caminando,
no había vigilancia para ellos, pero ya por lo demás se ponen muy bonitas las fiestas.” (Dueño de restaurante ubicado frente a la plaza
donde se encuentra la iglesia)
La peregrinación culmina en la iglesia
de Santa María Magdalena, ante cuyo portal los
devotos hacen interminables filas para ingresar
a la capilla del santo. Los feligreses son de diferentes grupos sociales; concurren indígenas,
clase media y alta, pobres, del medio urbano o
rural, mexicanos y extranjeros. A San Francisco
se le habla, suplica o llora en agradecimiento o
para pedir un favor; también se frota con las manos, con una imagen del santo o la fotografía de
un familiar. Levantar la figura de madera es una
prueba de fe y de gracia; no levantarlo significa
que la manda y la devoción no son suficientes
o que el santo no está satisfecho con las obras
realizadas por el devoto. Fuera del recinto, indígenas provenientes de diversas comunidades
danza en honor de San Francisco en la explanada central, y música de mariachi y norteña se escucha a todas horas como manda y ofrenda del
gremio. Las calles contiguas a la plaza en torno
a la iglesia se llenan de puestos de comerciantes
que venden comida, bebidas, suvenires y muchas cosas más. A las orillas del río Magdalena,
a pocos metros de la plaza, los peregrinos acampan con sus familias y saturan de automóviles y
casas de campaña el poco espacio disponible.
Pero la fiesta de San Francisco no se limita a los rituales religiosos ni se circunscribe a
la iglesia de Santa María y su capilla. En una plaza contigua, a una centena de metros, hay otra
fiesta. Según lo perciben los informantes, Magdalena de Kino es un pueblo tranquilo y apacible cuya mayor fortaleza reside en su gente, la
historia compartida, en sus firmes tradiciones y
sus recursos religiosos y culturales. Sin embargo, una vez al año ese imaginario se transforma en fiesta y la identidad religiosa y cultural se
guarda por la noche. La tranquilidad cotidiana
de la ciudad se interrumpe con la feria de San
Francisco, el momento más esperado tanto por
los comerciantes como por la población:
“Pues que te diré, es muy tranquilo pero ya en
las fiestas se ve más movimiento, se ve más alegre el pueblo. Todo mundo está esperando las
fiestas, unos para agradecer y otros pedir, unos
para vender y otros para comprar, otros para divertirse… Es la mejor época para nosotros, la
más fuerte del año.” (Comerciante de ropa)
Históricamente, el origen de la feria de
San Francisco fue religioso, pero también como
oportunidad para que los comerciantes ofrecieran productos regionales y mercancías de otros
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 71
lugares del país y para que lugareños y visitantes se proveyeran de artículos diversos. Hoy, la
feria es una fiesta popular muy concurrida por
visitantes y locales cuya principal característica
son los placeres mundanos. En la plaza, el consumo de alcohol es auspiciado por reconocidas
marcas cerveceras nacionales que patrocinan la
música en vivo de grupos norteños y bandas sinaloenses. Cumplida la manda, los peregrinos
aprovechan para bailar, beber cerveza, comer y
utilizar el espacio público para la fiesta. A algunos
entrevistados esa parte de la celebración les desagrada o se contrapone con los rituales religiosos:
“[…] la fiesta de San Francisco me parece bien.
La gente viene con fe a ver al santo, lo que es
en esta plaza se me hace muy bien, pero lo que
se hace en la otra se me hace muy mal, allá es
la perdición, puro sexo, alcohol y drogas (risas).
Pero lo que es aquí, aquí vemos la devoción de
la gente que viene y hace horas de fila con niños
enfermos y se aguantan. Eso sí vemos nosotros.
Eso es lo bonito.” (Profesor jubilado)
“Hay mariachi por Las Mañanitas a San Francisco Javier el tres y cuatro de octubre. Hay
danza, música, comida y sobre todo misa para
nuestro patrono, y mucha gente viene a hacer
largas filas para ver y levantar a San Francisco Javier y cumplir la manda. En la otra plaza,
pura borrachera y degeneración. No me gusta
eso, desvían lo que en realidad es esta fiesta,
que es para agradecer a San Francisco por su
bondad.” (Empleada municipal)
El patrimonio religioso de Magdalena
de Kino es fuente de identidad regional, sus habitantes asocian la fe y devoción con las figuras
de San Francisco y el padre Kino, pero estos emblemas implican una relación de complementariedad con el turismo. Las figuras religiosas se
vinculan con el consumo, el comercio y el turismo. La religiosidad popular que busca seguri-
dad espiritual, resolver problemas de todo tipo
y sentido de pertenencia, tiene eco en la actividad turística que explota lo sagrado con fines
profanos. El programa Pueblos Mágicos procura
utilizar el patrimonio cultural para desarrollar
el turismo. Los habitantes reconocen esa relación entre religiosidad popular y turismo, no se
oponen, por el contrario, exaltan las fuentes de
identidad religiosa para hacer posible el turismo. Los testimonios de algunos entrevistados
son claros al respecto:
“Pues es algo muy bueno (el turismo), realmente
hay mucho turismo, tiene esa magia Magdalena
gracias a San Francisco. Tenemos al padre Kino,
también, y es probable también a la gente del
pueblo, somos muy abiertos, hospitalarios, damos pues a todos la bienvenida.” (Ama de casa)
“Yo hago mi manda y pues me da gusto que la
gente se acerque a estas tradiciones, tanto en lo
religioso como en la fiesta, disfruto todo realmente. Ver a la gente que vaya a la iglesia, que haga
la caminata y por qué no, que disfruten del buen
ambiente familiar y de la diversión que el pueblo
ofrece.” (Peregrino radicado en Santa Ana)
“Siempre ha habido afluencia turística aquí, por
la cuestión de San Francisco, ahora se ve mucho más por la cuestión del río (lleva agua) y
más todavía desde que nombran Pueblo Mágico
a Magdalena de Kino... Todo tipo de gente ha
tenido más interés en venir aquí.” (Empleado
de comercio)
Percepciones de la comunidad
acerca del turismo
El turismo practicado en las ciudades
consideradas como Pueblos Mágicos en
el noroeste de México se constituyó en
años recientes en una actividad económica
importante que afecta a la comunidad de
diversas formas, y también a la economía
72
tradicional basada en actividades primarias
como la minería, la agricultura y la ganadería,
hasta llegar a ser un sector muy importante de
la economía regional.
El turismo tiene en las comunidades un
efecto económico inmediato que se refleja en
empleos en los sectores de la construcción y los
servicios, en más visitas de turistas y en la consiguientes derrama económica, pero también
consecuencias en ocasiones adversas, como precarización de las condiciones de vida de nuevos
migrantes, crisis en los servicios públicos, encarecimiento de la vida en general, inseguridad,
entre otros. Por eso resulta importante conocer
cómo perciben los habitantes la actividad turística y su impacto en las comunidades, de ahí que
se eligiera el caso de Magdalena de Kino, lugar
turístico que destaca en el noroeste de México
por el turismo religioso y cultural.
Con la finalidad de observar los efectos
de la actividad turística en Magdalena de Kino
y cómo los percibe la comunidad en su entorno,
así como los problemas sociales que conlleva, en
2014, el Departamento de Sociología de la Universidad de Sonora elaboró un cuestionario que
se aplicó en la ciudad como estudio exploratorio
y descriptivo de su problemática social y su satisfacción con el turismo.
Se tomó una muestra por conglomerados de 185 habitantes de un universo de aproximadamente 7,800 viviendas, con una cuota
de tres a cuatro cuestionarios por manzana.
La cédula utilizada para la recolección de datos
constó de 53 preguntas de opción múltiple con
algunas escalas que permitieran obtener información referida al turismo y los problemas sociales en el entorno urbano. Las variables fueron
1) demográficas y referidas al jefe(a) de hogar
(sexo, edad, escolaridad, empleo, estado civil,
ingresos, gasto, entre otros); 2) estado de las
ciudades (valoraciones de los habitantes respecto a infraestructuras y equipamientos, servicios
públicos, etc.); 3) cambios provocados por el turismo en las localidades y percepciones acerca
del turismo; 4) control de efectos ambientales
del turismo (contaminación, basura, etcétera);
5) imagen urbana; 6) seguridad; 7) contribución
del turismo a la economía local y, 8) valoración
del patrimonio cultural.
Respecto al perfil de los encuestados, 53
por ciento fueron hombres y 47, mujeres. Las
edades fluctuaron entre 18 y 68 años: 30.8 por
ciento de más de 40 años; 21.1 grupo de 36 a
40, y 17.3 de 18 a 23 años. Estado civil: 49.7
por ciento casados y solteros, 32.4. Proveniencia: 65.4 por ciento originario de Magdalena de
Kino; 21.1 de otras ciudades de Sonora y 13.5
de otros estados de la República. Respecto de la
ocupación, 66.5 por ciento eran empleados (gobierno, servicios y comercio); amas de casa, 8.1,
y obreros, 6.5. Ingresos: 56.7 por ciento de los
encuestados, hasta dos salarios mínimos; 21.1,
hasta tres. En general, la población encuestada
percibe bajos ingresos.
De los encuestados, 90.8 por ciento
sabe que Magdalena de Kino tiene el nombramiento de Pueblo Mágico de la Secretaría de Turismo del gobierno federal, está de acuerdo en
que merece el título y que es atractivo para las
actividades turísticas (Gráfica 1).
En cuanto al atributo principal de
la ciudad para ser considerada como Pueblo
Mágico, 41.6 por ciento considera que es la
historia y la cultura local; 26.5 menciona las fiestas tradicionales y religiosas a
este respecto (Gráfica 2).
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 73
Gráfica 1. Pueblo Mágico y atractivo turístico.
Gráfica 2. Atributo principal de Magdalena de Kino para ser declarado Pueblo Mágico.
74
Para la población, los lugares más representativos de la ciudad son la iglesia de Santa
María y la Plaza Monumental. En dicha plaza
se encuentra la iglesia mencionada, el mausoleo del padre Kino, la capilla de San Francisco
Javier y la estatua de Luis Donaldo Colosio. En
mayo de cada año se llevan a cabo las fiestas
del padre Kino y en octubre las de San Francisco, y a este lugar llegan las peregrinaciones
anuales, los habitantes locales y los visitantes
en vía de paso. Es el gran espacio público de la
ciudad y el elemento material que organiza a la
entidad en sus festividades religiosas y actividades turísticas.
La plaza monumental es para los habitantes de la ciudad un lugar central en términos
urbanos, simbólicos y religiosos (Gráfica 3). La
población percibe que su patrimonio religioso, expresado a través de la iglesia, el santo y el jesuita representa un atractivo para el turismo (Gráfica 4).
Gráfica 3. Lugar más representativo de Magdalena de Kino.
Gráfica 4. ¿Magdalena de Kino es un lugar atractivo para los turistas por su patrimonio religioso?
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 75
La población se siente muy identificada
con las fiestas religiosas y sus significados, sin
embargo, perciben que el turismo modifica el
sentido de las festividades. Tal vez la enorme la
afluencia turística contribuya a alterar el sentido religioso (Gráfica 5).
Por otro lado, se observa que la
población piensa que el turismo contribuye
a desarrollar más el aprecio por la cultura
local y que no distorsiona la identidad de los
habitantes. Al parecer, como reacción al turismo
masivo, la comunidad fortalece más su sentido
de pertenencia e identidad con el lugar y
sus tradiciones (Gráfica 6).
Sin duda, el turismo repercute en la comunidad y la ciudad; asimismo, la inclusión de
la ciudad en el Programa Pueblos Mágicos se
traduce en beneficios observables para la población. Se considera que el nombramiento de Pueblo Mágico redundó en efectos positivos para la
ciudad y sus habitantes, aparte del mejoramiento de la imagen urbana (Gráfica 7).
Gráfica 5. Fiestas patronales y efecto del turismo.
76
Gráfica 6. Turismo e identidad local.
Gráfica 7. Efectos del Programa Pueblos Mágicos.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 77
La población encuestada piensa que el
turismo es una actividad relevante en la ciudad
y que influye positivamente en la economía del
hogar. En función de una escala de 1 a 10, donde 1 es el valor más bajo y 10, el más alto, se preguntó qué tan importante es el turismo, y 57.3
por ciento lo calificó con 10; cuando se preguntó la influencia del turismo en la economía del
hogar, 33.5 concedió el 10. (Gráfica 8).
En 37.8 por ciento de los encuestados
hay consenso respecto de que el turismo genera
más empleos, mientras que 29.2 está en desacuerdo. Cabe puntualizar que Magdalena de
Kino no depende del turismo, o éste no es la actividad económica más importante. Se considera que el comercio, la ganadería y la minería son
las actividades más importantes de la economía
local (Gráfica 9 y 10).
Por otra parte, se tiene la idea de que los
principales beneficiarios del turismo son los comerciantes, los restaurantes y el gobierno, y en
penúltimo lugar, la propia comunidad. Los servicios relacionados con el turismo se perciben
como ganadores del flujo de visitantes a los sitios religiosos de la ciudad. La principal área comercial de la ciudad se ubica en los alrededores
de la plaza monumental, donde está la iglesia y
la capilla (Gráfica 11).
A pesar de que los directamente beneficiados con el turismo son los servicios y en menor medida la comunidad, se tiene la impresión
de que los recursos generados por la actividad se
quedan en la misma ciudad; 60.5 por ciento de
los encuestados así lo considera (Gráfica 12).
Gráfica 8. Importancia del turismo en la ciudad e influencia en la economía del hogar.
78
Gráfica 9. ¿Hay más empleos gracias al turismo?
Gráfica 10. Actividad económica más importante de la localidad.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 79
Gráfica 11. ¿A quién beneficia más el turismo?
Gráfica 12. ¿Cree usted que los recursos generados por la actividad turística se quedan en Magdalena de Kino?
La población describe a su ciudad como
tranquila y alegre, aunque hasta cierto punto,
también peligrosa, en el imaginario social,
la ciudad está en proceso de transformación
y la relativa armonía ha resultado afectada.
En algunas de las entrevistas se expresó la
preocupación de que la ciudad ha cambiado, ha
dejado de ser un espacio tranquilo y amable.
Esa
transformación
se
tradujo
en
inseguridad y sentido del peligro, más que en
incremento en el número de delitos o en mayor
delincuencia (Gráfica 13).
Ahora, pese a considerar a Magdalena
como una ciudad tranquila, los encuestados observan que de los principales problemas que la
aquejan la inseguridad va a la cabeza, seguida
de la falta de empleos y la pobreza. El turismo
ocupa el penúltimo lugar, es decir, sólo 1.1 por
ciento de los encuestados lo considera como un
problema (Gráfica 14).
La percepción de que la inseguridad es
el principal problema de la ciudad se relaciona
con la desconfianza para circular a cualquier
hora del día por la ciudad; 60 por ciento de los
encuestados dijo estar en desacuerdo con que es
seguro transitar por la ciudad (Gráfica 15).
80
Gráfica 13. ¿Cómo percibe Magdalena de Kino?
Gráfica 14. Principales problemas que aquejan a Magdalena de Kino.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 81
Gráfica 15. ¿Se siente seguro de transitar libremente por la ciudad a cualquier hora del día?
Por otro lado, la región norte de Sonora es un punto importante para las actividades vinculadas con la delincuencia organizada,
como el narcotráfico, dada ubicación fronteriza.
La población encuestada piensa que en los últimos años el narcotráfico ha llegado a ser un
problema que contribuye a la sensación de inseguridad en la ciudad (Gráfica 16).
De acuerdo con 78.4 por ciento de los
encuestados, la inseguridad influye en que
el turismo restrinja sus visitas (Gráfica 17).
Gráfica 16. Narcotráfico e inseguridad.
82
Gráfica 17. ¿Cree usted que la inseguridad en Magdalena provoca que disminuya el turismo?
Reflexiones finales
En Magdalena de Kino es posible apreciar las diferencias entre el peregrino y el turista religioso.
El peregrino viaja por motivos religiosos, y el esfuerzo físico que exige la manda, da muestra de
fe y devoción; en el turista religioso, en cambio,
además de motivos de esta índole, resalta su interés por el patrimonio cultural y por actividades lúdicas. Para Magdalena de Kino el turismo
religioso es muy importante. Las constantes visitas de los feligreses que veneran la figura de
San Francisco y las peregrinaciones anuales, demuestran la importancia de una práctica social
arraigada en el imaginario social y construido
en un largo proceso histórico.
La peregrinación anual y los cotidianos
rituales de devoción a San Francisco de los habitantes de Magdalena de Kino y de visitantes,
turistas y peregrinos por igual expresan formas
sociales de integración y cohesión. La religiosidad popular lleva implícitos significados culturales relacionados con una forma de ver el mundo,
una historia y memoria compartida, en última
instancia, una identidad local y regional. El cul-
to a la imagen de San Francisco es para los devotos fuente de tranquilidad y seguridad, cuidado
y protección, alivio espiritual y más; socialmente, lo sagrado es como un proceso que cohesiona
a los grupos, los integra y dota de identidad. Las
percepciones de los entrevistados son claras al
respecto: sus testimonios expresan los significados atribuidos al santo, el sentido del ritual y
las peripecias que implica el sacrificio, pero también la forma en que la devoción puede unir y
dar cohesión a lo social, construir una identidad
cultural en el noroeste de México que se acerca,
o semeja, a otros casos de religiosidad popular
muy significativos en el país. Asimismo, las percepciones de los entrevistados dejan ver cómo
lo religioso es utilizado con fines turísticos, la
fiesta y el ritual son susceptibles de consumo.
El turismo religioso es una actividad
que influye enormemente en la economía local
por sus vínculos con el sector más dinámico de
los servicios terciarios. Las percepciones hacen
ver la articulación y negociación entre el patrimonio cultural y el turismo religioso. Los pro-
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 83
pios devotos y peregrinos se percatan de que la
religiosidad popular se entrelaza con la cultura,
la identidad y la fe, y también con fines turísticos. La inclusión de Magdalena de Kino en el
Programa Pueblos Mágicos ha influido para que
mejore la imagen urbana donde se escenifican
los rituales y la feria anual. La comunidad se
siente identificada con su patrimonio cultural y
religioso, que además de ser uno de sus recursos
más valiosos, es atractivo para el turismo religioso, al mismo tiempo que fortalece la identidad regional.
84
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86
Capítulo 3.
Imaginarios sociales de la comunidad
y construcción del sentido de lugar
en el Pueblo Mágico de El Fuerte, Sinaloa
88
La elaboración de este capítulo fue posible gracias al apoyo que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) brindó a la investigación “Imaginarios del turismo residencial en ciudades del noroeste de México. Apropiación simbólica y material de espacios y lugares en ciudades costeras y pueblos mágicos. 20002013”, bajo la conducción del Dr. Jesús Ángel Enríquez Acosta.
También de la Secretaría de Educación Pública, a través del Programa PRODEP que apoyó el proyecto de
investigación “Pueblos mágicos. Estudios de los imaginarios y rediseño de ciudades turísticas” que lleva a
cabo la Red Ciudad, Turismo e Imaginarios
Capítulo 3.
Imaginarios sociales de la comunidad
y construcción del sentido de lugar
en el Pueblo Mágico de El Fuerte, Sinaloa
Introducción
El Fuerte es una ciudad ubicada al norte del estado de Sinaloa, es la cabecera municipal y recibe
su nombre del caudaloso río proveniente de Chihuahua que la cruza, y que da origen a la moderna agricultura de riego practicada en la región.
La ciudad fue fundada como fortaleza militar en
el siglo XVI por colonizadores españoles; en sus
alrededores viven los yoremes, principal población indígena del estado. En su imagen urbana
destaca su rico patrimonio arquitectónico, que
consiste en viejas construcciones del siglo XIX
y principios del XX. A la fecha, sigue siendo una
ciudad donde sus habitantes se sienten satisfechos de vivir ahí, donde las relaciones interpersonales siguen siendo estrechas, donde todos
se saludan y conocen, comparten una misma
historia de arraigo y pertenencia al lugar. Desde
2009, El Fuerte se considera Pueblo Mágico según las condiciones y requisitos de la Secretaría
de Turismo del gobierno federal.
El Programa Pueblos Mágicos pretende
fomentar el turismo a través de la explotación
de la historia y el patrimonio cultural de las
ciudades, que se rescata con obras de remozamiento, mantenimiento y preservación de las
edificaciones que por su belleza y valor se consideran la representación de momentos fundantes y de procesos económicos, culturales y
sociales significativos para la comunidad y las
regiones. Además, el casco histórico se rehabilita de la precariedad moderna para que adopte el
aspecto del momento o la evocación del pasado
deseado y aspirado por quienes patrocinan la
política del programa Pueblos Mágicos.
Los paisajes recreados pretenden recuperar una historia y un pasado mítico; el mito
encarna la magia de los lugares, busca la autenticidad en la escenificación, generar magia
y atractivos para el turismo cultural. Es éste
un imaginario que pretende ser dominante e
90
incidir en las prácticas sociales y hechuras urbanas. Ahora bien, la población no necesariamente valora como positivos los cambios físicos,
observa con buenos ojos que sean otros los beneficiados (el turista y el hotelero, por ejemplo)
o siente como suya la política pública que pretende enaltecer el lugar. La comunidad no reconoce lo mágico del pueblo por las virtudes del
programa, sino porque comparte una historia
común ligada al lugar como fuente de identidad
y sentido de pertenencia, un mismo imaginario nutrido por atributos materiales y simbólicos reconocidos y valorados por los habitantes
como suyos.
Este capítulo tiene como objetivo observar cómo la población de El Fuerte construye
sus imaginarios en torno a los relatos orales, visuales y escritos que expresan la identidad local,
el sentido de lugar de la comunidad fincado en
elementos materiales y simbólicos, así como el
reconocimiento de un nosotros que va más allá
de la instrumentalidad del Programa Pueblos
Mágicos y el turismo que pretende fomentar.
También nos interesa conocer cómo la comunidad reconoce, resiste y experimenta los cambios
provocados por el Programa Pueblos Mágicos.
En la primera parte se expondrán algunos elementos conceptuales en torno a los
imaginarios sociales, las narrativas, la identidad
y el sentido de lugar. En segundo lugar, se describe brevemente el escenario social y urbano
que caracteriza al Pueblo Mágico de El Fuerte,
Sinaloa. Es importante también mostrar la dimensión histórica que hace e identifica al lugar.
Para comprender el imaginario social de la comunidad es necesario situar el lugar en cuanto a
su dinámica urbana y demográfica más reciente,
conocer sus problemáticas sociales, la vocación
económica y las particularidades culturales. En
una tercera parte se aborda el tema de las narrativas de los habitantes acerca de su comunidad
y los imaginarios sociales sobre la historia, la
naturaleza y la cultura que definen el sentido de
lugar y la identidad local. En la última parte se
abordan las conclusiones generales.
Lo imaginario. Marco teórico
En los últimos años, en las ciencias sociales ha
ganado terreno una vertiente de investigación
de tipo cualitativo conocida como de los imaginarios sociales, que estudia los aspectos culturales y simbólicos referidos a diversos ámbitos
sociales, entre ellos el turismo y lo urbano. Tal
perspectiva implica reconocer la existencia de
un proceso de construcción social de signos,
significados, símbolos, consumo y circulación
de imágenes, así como creación de narrativas y
discursos, entre otros. No hay una realidad única, sino un continuo proceso de construcción y
reconstrucción de ésta. El concepto de imaginario se define como:
[…] el conjunto de creencias, imágenes y valoraciones que se definen en torno a una actividad,
un espacio, un periodo o una persona (o sociedad)
en un momento dado. La representación que el
imaginario elabora de un proceso, es construida
a partir de imágenes reales o poéticas (inmersas
en el campo de la fantasía). Variable y distendido, el imaginario es una construcción social –al
mismo tiempo individual y colectiva– en permanente remodelación…el imaginario ofrece
una construcción cambiante, tejida en parte a
partir de las interpretaciones fantasiosas que
expresa el individuo sobre el tema imaginado.
(Hiernaux, Cordero y Duynen, 2002, p. 8)
De manera similar, Pintos (2007, p. 31)
define a los imaginarios sociales como “esquemas [que están siendo] socialmente construidos, que nos permiten percibir, explicar e intervenir, en lo que en cada sistema socialmente
diferenciado, se tenga por realidad”. Tal definición implica reconocer que toda concepción de
la realidad, es mediada y determinada por los
imaginarios, y procede de la subjetividad social.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 91
En la construcción de imaginarios se relacionan dos dimensiones, la objetiva y la subjetiva. Al respecto, es necesario precisar lo siguiente:
[La objetiva] son elementos que se desprenden
de la estructura en que el actor establece sus
prácticas vitales. Constituyen los elementos
objetivos o condiciones materiales ya que son
externos y no controlables por los individuos…
Los subjetivos se construyen a partir de las aspiraciones, expectativas y valoraciones de este
grupo humano. (Goicoechea, 2003, p. 9)
El imaginario está constituido por elementos objetivos y subjetivos presentes en las
prácticas sociales en que es posible distinguir
las diversas marcas, registros y procesos subjetivos individuales y colectivos. El imaginario
y las prácticas sociales permiten establecer “los
mecanismos de identidad y pertenencia urbana, pero además de la alteridad, también se
reproducen la diferenciación, la distinción y la
segregación social. De esta manera la ciudad es
cargada subjetivamente de significaciones, de
sentimientos…” (Nieto, 1998, p. 125).
En ese sentido, las ciudades no son
sólo un medio físico y material, son también
representaciones surgidas de las significaciones e interpretaciones que los individuos realizan, entre otros, la identificación con la ciudad,
la experiencia de habitar la ciudad, los atributos
y cualidades de la misma, las imágenes urbanas construidas, que conforman el sentido de
lugar. Al respecto, Fuentes dice que el sentido
de lugar:
No está dado por el propio lugar sino por las representaciones que le atribuyen los pobladores
a los sitios, es decir, por las imágenes y los imaginarios que elaboran sobre lugares con atributos y significados particulares, que siempre
son históricos y determinados por la cultura.
(2000, p. 7)
Un componente del imaginario es la
imagen, y en nuestro caso, los imaginarios sociales se conforman de imágenes, creencias y
valoraciones construidas y representadas acerca
del lugar que permiten reconocer los procesos
de cambio, valorar el lugar y sus cualidades reales o imaginadas, apreciar los problemas y las
consecuencias no deseadas, así como distinguir
la otredad y la exclusión. La imagen es símbolo,
y como tal se encuentra en proceso de resignificación permanente y en lucha por su apropiación. En ese sentido, Lacarrieu piensa que las
imágenes urbanas “son construcciones espaciales, culturales y sociales producto de campos de
lucha simbólica. Son construcciones parciales,
simplificadas y distorsionadas. Las imágenes
no son la realidad, sino la representación de esa
realidad…” (2007, p. 51).
De acuerdo con Borja y Castells (1988),
el espacio de los lugares, “forma territorial de la
cotidianidad y experiencia de la mayoría de la
gente, está localmente fragmentado”. La ciudad
turística es tensionada por los flujos globales,
de tal forma que se altera constantemente el
sentido de pertenencia de la comunidad y el lugar como principio de identidad. Sin embargo,
para este trabajo debemos entender el lugar turístico como representación construida por las
experiencias de las personas, pleno de significados valorizados por la cercanía entre el sujeto y
espacios concretos; el lugar como escenario de
la interacción cotidiana con una especial carga
simbólica y afectiva, y constructor de identidad
social y territorial (Tuan, 1990). El lugar se liga
al imaginario como representación de procesos
subjetivos construidos por los individuos y grupos sociales.
A diferencia del imaginario del turista acorde a una realidad idílica, de fantasías y
deseos, el imaginario de la comunidad pasa por
mecanismos de creación de identidad y sentido
de pertenencia al lugar hacia procesos de diferenciación y reproducción social (Pereiro y De
92
León, 2007) donde la actividad turística es valorada y representada de forma distinta al turista,
es decir, con significados y sentimientos no necesariamente compartidos.
Breve reseña de El Fuerte, Sinaloa
En 1564 es fundada la Villa de San Juan Bautista de Carapoa por Francisco de Ibarra, primer
antecedente de la ciudad de El Fuerte.1 En este
lugar se estableció un rudimentario fuerte para
la defensa de los españoles, se establecieron las
primeras encomiendas y el reparto de indios.
Sin embargo, las constantes sublevaciones de
los indios tehuecos y zuaques que poblaban la
región provocaron que la Villa no sobreviviera.
Los españoles intentaron de nuevo colonizar y poblar la región del norte de Sinaloa,
para lo cual fundan en 1584, a poca distancia
de lo que fue la Villa de San Juan Bautista, la
Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, de
trágico final a poco tiempo de nacer por una
nueva rebelión indígena. Un tercer intento de
poblamiento y reducción de los indios tiene lugar hacia el año 1610, cuando el capitán Diego
Martínez de Hurdaine comienza la construcción del Fuerte de Montesclaros, nombrado así
en honor del virrey español en turno. El fuerte,
junto con una misión jesuita en la anterior Villa
de San Felipe y Santiago, tenía la intención de
controlar las sublevaciones indígenas mediante
presencia militar y evangelización.
El lugar donde quedó establecido el
Fuerte de Montesclaros contribuyó, a lo largo
de los siglos XVII y XVIII, a un importante centro de poder militar, político y económico en el
norte de la provincia de Sinaloa. Sin embargo,
su poblamiento como villa fue muy lento e incierto, dada la amenaza indígena. Durante esos
años, lo que conocemos hoy como El Fuerte
1 Para los antecedentes históricos de la ciudad de El
Fuerte se recurrió a Quintero, Filiberto, (2007), Historia integral de la región del Río Fuerte, segunda edición,
H. Ayuntamiento de El Fuerte, 2005-2007.
funcionó más como presidio militar que como
asentamiento de población. Para 1678, la Villa
de San Felipe, antecedente de lo que es actualmente El Fuerte, tiene 1,200 habitantes; para
1760, la Villa de San Juan del Fuerte de Montesclaros contaba con 1,866 habitantes, principalmente españoles.
En 1824, poco después de la independencia de México, la Villa de El Fuerte fue por
poco tiempo capital del Estado de Occidente,
formado por Sonora y Sinaloa. A lo largo del siglo XIX, El Fuerte desempeñó un papel importante en las distintas luchas políticas y militares ocurridas durante la separación de Sonora
y Sinaloa, las constantes sublevaciones indígenas, la guerra de Reforma y la intervención
francesa. El Fuerte también fue importante
por la formación de una relevante clase política y comercial que ocupó en diversos periodos
el gobierno del estado de Sinaloa, gracias a su
poder regional.
Para finales del siglo XIX, la población de
la ciudad rondaba los tres mil habitantes. El periodo porfirista se reflejó en la Villa con mejoras
urbanas y más servicios públicos y culturales; se
incentivó el comercio, y la agricultura despunta
en el fértil valle gracias a la construcción de las
primeras obras de conducción de agua del río
Fuerte y la apertura de nuevas tierras al cultivo.
No fue sino en 1906 cuando adquiere el rango
de ciudad; por su valor histórico y cultural, algunos de los edificios más emblemáticos de la
ciudad datan de este periodo. Sin embargo, la
importancia política y económica de El Fuerte
disminuyó progresivamente en el periodo posterior a la Revolución Mexicana, sobre todo
porque la ciudad de Los Mochis se convirtió
rápidamente en el motor económico del norte
de Sinaloa gracias a la moderna agricultura de
riego. Esto significó para la ciudad un periodo
de declive político y económico respecto de las
nuevas centralidades regionales derivadas del
desarrollo agrícola.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 93
Hoy en día, El Fuerte es una ciudad dedicada principalmente a actividades primarias,
como agricultura, ganadería y pesca. Es un punto comercial y de abasto importante dada la dispersión de la población municipal en múltiples
localidades. Tiene instituciones educativas de
todos los niveles, incluida educación superior, a
pesar de ser un poblado pequeño. Es un importante punto para el turismo cultural por el aprovechamiento del patrimonio histórico de la ciudad, y para el turismo que valora la naturaleza,
por el río, las presas y la diversidad de especies
de flora y fauna. Cuenta con una amplia infraestructura hotelera, en parte porque pertenece al
corredor turístico de la Barranca del Cobre que,
por tren, conduce hacia Chihuahua.
Características sociales y urbanas
de El Fuerte, Sinaloa
La ciudad de El Fuerte, Sinaloa, se ubica al norte del estado de Sinaloa; colinda al norte con
los municipios de Álamos, en el estado de Sonora, y Choix; al sur, con Ahome y al este, con
Sinaloa de Leyva. El municipio tiene 390 localidades, siendo la ciudad de El Fuerte la cabecera municipal. Las poblaciones principales del
municipio son El Fuerte, San Blas, Mochicahui,
Charay, Constancia y Jahuaral, entre otras. El
municipio se clasifica como rural atendiendo
a que 384 de las 390 localidades registran poblaciones menores a 2,500 habitantes. La distribución espacial de la población se caracteriza por dispersión y concentración: en 80.26
por ciento de las localidades viven menos de
250 habitantes, es decir, el 11.49 por ciento
de los habitantes del municipio. Por otra parte, 39.86 por ciento de la población municipal vive en 1.54 por ciento de las localidades.
En cuanto a grado de marginación, el
municipio se clasifica como medio; destaca que
46.5 por ciento de las viviendas tiene algún nivel
de hacinamiento; el 52.3 por ciento de la población ocupada tiene ingresos de hasta dos sala-
rios mínimos; 27.5 por ciento de la población de
15 años o más tiene primaria incompleta y 63.3
vive en localidades con menos de 5 mil habitantes. Se considera que 48.7 por ciento de la población vive en la pobreza, el 10.8 en la pobreza
extrema, y e 57.7 tiene un ingreso inferior a la
línea de bienestar. Además, 76.9 por ciento de
la población tiene al menos una carencia: rezago
educativo, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos, alimentación (CONAPO, 2011).
En el año 2010, el municipio tenía
97,536 habitantes,2 siendo apenas 3.52 por
ciento de la población total del estado (ver cuadro 1). De 1930 a 2010 la población del municipio pasó de 25,849 a 97,536 habitantes, y
la densidad poblacional, de 11.62 hab/Km2 en
1960 a 25.38 hab/Km2 en 2010, promedio muy
bajo comparado con la densidad poblacional estatal de 48.2 hab/Km2.
Cuadro 1. Población 1990-2010.
1990
Total
% población
respecto del
estado
1995
2000
2005
2010
86,074 90,182 89,515 92,585 97,536
3.91
3.72
3.53
3.55
3.52
Fuente: INEGI (2010).
En cuanto a dinámica poblacional, el
municipio presenta una tasa de crecimiento muy
por debajo de la tendencia nacional y estatal, y
entre 2000 y 2010, la tasa fue de 0.8 por ciento, es decir, con un ligero incremento respecto
de la década anterior, 1990 a 2000, en la cual
tan sólo llegó a 0.39 por ciento (ver cuadro 2).
La reducida tasa de crecimiento
poblacional municipal se refleja en la cabecera:
la población de la ciudad de El Fuerte no creció
en el periodo de 1990-2000, al contrario,
2 La información demográfica de apartado se tomó del
Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI.
94
Cuadro 2. Tasas de crecimiento promedio anual de la república mexicana,
Sinaloa y El Fuerte (1930/1940 - 2000/2010).
Fuente: H. Ayuntamiento de El Fuerte (2011).
prácticamente se estancó, a diferencia de la
década siguiente. La población de los últimos
veinte años se resume en el siguiente cuadro:
Cuadro 3. Población de El Fuerte (1990-2010).
Porcentaje respecto
Año Habitantes del total de población
del municipio
1990
10,279
11.94
2000
10,728
11.98
2010
12,566
12.88
Fuente: INEGI (2010).
La dinámica poblacional caracterizada
por el bajo crecimiento da lugar a que el grupo
de edad comprendido entre 0 y 14 años, que en
1970 representaba 45.92 por ciento del total de
la población municipal, para 2010 sea solamente de 28.1 por ciento. Otros rasgos destacables
incluyen que 63 por ciento de la población tiene entre 15 y 64 años, en tanto que el grupo
de edad de 65 años o más representa 8.5 (ver
Cuadro 4). Se observa un marcado proceso de
envejecimiento de la población.
En lo que se refiere a escolaridad en el
municipio, de la población de 15 años o más, el
6.8 por ciento no está escolarizado; 17.2 tiene
primaria completa; la misma cifra aplica para
secundaria completa. En el ámbito municipal
hay 417 escuelas; en la ciudad de El Fuerte se
encuentra una unidad de la Universidad de Occidente y otra de la Universidad Autónoma Indígena de México.
La religión católica es la predominante,
con 85.3 por ciento; 6.8 pertenece a otras religiones (protestantes, evangélicas, bíblicas, etcétera) y 8.1 declara que no pertenece a ninguna
religión. De la población, 7.2 por ciento es originario de otra entidad federativa.
Un rasgo interesante en la dimensión
socioeconómica de la ciudad de El Fuerte es la
existencia significativa de hogares con jefatura
femenina. La ciudad cuenta con 3,237 hogares
en total, de los cuales, 929 (28.7 por ciento) son
encabezados por una mujer. Los hogares con jefatura femenina equivalen a 3,098 habitantes,
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 95
Cuadro 4. Población del Municipio de El Fuerte, por grupo de edad (1930-2010).
Fuente: H. Ayuntamiento de El Fuerte (2011).
la cuarta parte de la población de la ciudad. Una
posible explicación de esta particularidad son
los cambios en la organización familiar por emigración de la población masculina.
En el municipio de El Fuerte es importante la presencia indígena; la historia del lugar
abunda en resistencias y sublevaciones; tiene
también un rico valor cultural. Los 13,116 indígenas representan 13.46 por ciento de la población total; 45.97 por ciento de la población
indígena habla una lengua indígena, predominantemente el mayo. Son 30 las localidades donde se asienta 82.97 por ciento de la población;
las más importantes son Jahuaral, Tehueco,
Camajoa, Constancia, Mochicahui y Capomos.
En el ámbito municipal, la población
económicamente activa (PEA) representa 46.3
por ciento (34,838 personas), del cual, 93.4 está
ocupada y 6.6 desocupada. En la composición
de la PEA, 77.45 por ciento son hombres; en el
municipio, el sector económico predominante
es el primario: 51.69 por ciento de la población
ocupada se dedica a la agricultura, pesca y
ganadería, principalmente, seguido del sector
terciario, donde 31.6 por ciento de la población
ocupada se dedica al comercio y los servicios.
Entre las actividades primarias sobresale el
cultivo de maíz, trigo, soya, papa y hortalizas;
otra actividad económica importante en las
presas del municipio es la pesca de tilapia y lobina.
Otro dato interesante es que la las actividades
primarias exigen ciertas ocupaciones: 42.65
por ciento de la población ocupada es jornalero
o peón. A partir de este dato se entiende que
61.5 por ciento de la población ocupada perciba
ingresos menores a dos salarios mínimos.
Sinaloa ocupa en el imaginario social de
la inseguridad un lugar importante por las actividades violentas del crimen organizado, las disputas por el territorio entre cárteles de la droga,
la magnitud de la extorsión, el secuestro y el
robo de vehículos. Varios cárteles del crimen organizado tienen su bastión en Sinaloa; la sierra
colindante con Chihuahua y Durango, donde se
encuentra El Fuerte, es un importante punto de
producción de drogas. En el nivel municipal no
hay cifras disponibles que permitan determinar
la magnitud de la inseguridad en la ciudad de El
Fuerte, pero en el estatal, las cifras oficiales de
los últimos tres años son las siguientes:
96
Cuadro 5. Delitos de alto impacto en el Estado de Sinaloa.
Delitos de alto impacto en el Estado
Enero-Octubre
Homicidios dolosos
2010
1974
2011
1594
2012
1230
Homicidios culposos
Violación
456
96
575
113
554
135
Secuestro
Robo bancario
16
97
23
136
21
39
Robo de vehículos
Robo con violencia
7788
1350
8573
1365
7276
984
Lesiones dolosas
Robo casa habitación
2465
803
2180
754
1541
754
Robo en local comercial
1250
1995
1995
Fuente: Gobierno del Estado de Sinaloa (2012).
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Victimización y Percepción de Seguridad Pública
(ENVIPE) 2012, la tasa de delitos por 100 mil
habitantes fue de 30,031 en 2011, por encima
de la media nacional (INEGI, 2012). Respecto a
la situación de la inseguridad pública según la
percepción de la población, en Sinaloa es de 77.5
por ciento, por encima de la media nacional. Los
datos anteriores son estatales, pero pueden dar
una idea de lo que ocurre localmente en la ciudad de El Fuerte.
En cuanto a servicios públicos, el municipio de El Fuerte tiene las siguientes características: 66.69 por ciento de las viviendas dispone de drenaje; 92.51, de agua potable de la
red pública; 97.35 tiene energía eléctrica. Sólo
59.64 por ciento de los hogares dispone de agua
entubada, drenaje y energía eléctrica, dato que
posiblemente se explica por el carácter rural del
municipio. En la cabecera municipal, 90.5 por
ciento de las viviendas cuenta con agua entubada; 95.8 con drenaje y 99.4 con energía eléctrica. Otro elemento que conviene destacar en
relación con la pobreza y el carácter rural del
municipio es la existencia de 3,575 hogares
con piso de tierra. En el ámbito de la cabecera
municipal de El Fuerte, las viviendas cuentan
con los siguientes bienes, indicativos del nivel
de bienestar: televisor en 97.4 por ciento de los
hogares; computadora, en 37 por ciento; teléfono fijo en 39.1 por ciento; celular en 82.3 por
ciento, e internet en 25.5 por ciento.
La economía de servicios de la ciudad
de El Fuerte comprende establecimientos comerciales variados, turísticos y gastronómicos.
La ciudad cuenta con 19 hoteles, la mayoría
en el primer cuadro de la ciudad; algunos muy
pequeños son viejas casas habilitadas para tal
fin. Cerca del río Fuerte hay algunos balnearios
que ofrecen hospedaje, espacio para acampar y
restaurante. El sector turístico absorbe 2.4 por
ciento de la PEA.
En cuanto al medio urbano, la ciudad de
El Fuerte se ubica sobre la margen izquierda del
río del mismo nombre, en una superficie llana
con algunas lomas de baja altura. Se observa un
trazado ortogonal con viviendas de autoconstrucción sobre los sectores más recientes, al sur
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 97
y este de la ciudad, mientras que las áreas central y norte, que forman parte del área histórica
muestran un diseño urbano menos planificado,
con trazados varios, irregulares y sinuosos y un
entramado urbano compacto. En el sur de la ciudad se erigen algunos fraccionamientos de interés social de reducido tamaño, colindantes con
suelo agrícola y áreas baldías. Se observa que la
ciudad ha crecido en años recientes en suelo periurbano hacia el sur, a lo largo de la carretera
que conduce hacia Baroten y el Carrizo y también hacia el noreste, sobre la carretera a Choix.
Se advierte un espacio urbano muy diferenciado entre la ciudad antigua y la más reciente: la ciudad turística se ubica en la parte
histórica, con una arquitectura mayormente del
siglo XIX e inicios del XX. El entramado compacto lo hace atractivo visualmente, aunque
de algunas viejas construcciones sólo quedan
fachadas rehabilitadas. Otra área importante
para el turismo son los sitios de esparcimiento
como La Galera, cuyo principal atractivo es el
río Fuerte, y aprovecha su contigüidad al río con
gran variedad de balnearios con albercas, áreas
de comida y camping. El resto de la ciudad tiene
una dinámica propia ligada a la economía local
basada en las actividades primarias y servicios
comerciales, educativos y médicos.
El turismo es una actividad económica
practicada en El Fuerte desde hace atrás, pues
el turismo cinegético y la pesca facilitaban la
visita de norteamericanos por temporadas. Los
testimonios recuperados entre los pobladores
mencionan que los norteamericanos eran una
presencia constante, incluso llegaron a habitar
algunas de las viejas casas de la ciudad y fueron
propietarios de algunos hoteles. La violencia y
la inseguridad de Sinaloa que empezó con el siglo, y más recientemente la crisis derivada de la
influenza, ocasionaron el derrumbe del turismo
extranjero. Hoy en día, El Fuerte mantiene una
infraestructura de 23 hoteles, demasiados tal
vez para una ciudad sin turistas.
El Fuerte, Pueblo Mágico
El Fuerte ingresa al programa Pueblos Mágicos
en el año 2009. Para la Secretaría de Turismo, un
pueblo mágico es aquel “…que tiene atributos
simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin, MAGIA que emana
de cada una de sus manifestaciones socioculturales y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico”.
Dado el breve tiempo de operación del
programa en la ciudad, aún son pocas las obras
y acciones, sin embargo, la imagen del primer
cuadro de la ciudad ha cambiado. La mayoría se
han llevado a cabo en el centro histórico, en los
alrededores de la Plaza de la Constitución y el
Palacio Municipal (ver Mapa 1). Las obras principales consisten en lo siguiente:
1.Adoquinamiento y arreglo de banquetas de
las calles Santos Degollado, José María Morelos, 5 de Mayo, Montesclaros, Benito Juárez,
entre otras.
2.Cableado eléctrico y telefónico subterráneo
de las calles que rodean la Plaza de la Constitución o Plaza de Armas.
3.Remozamiento de fachadas de edificios particulares del centro histórico y la Casa de la
Cultura.
4.Instalación de alumbrado con farolas imitación de antiguas.
5.Arreglo de instalaciones sanitarias y de agua
potable en el primer cuadro.
6.Remozamiento y mobiliario urbano en la Plaza de Armas.
La implementación del programa
en sus seis etapas hasta enero de 2013, ha
tenido un efecto circunscrito primordialmente
al área adyacente a la plaza principal y al
palacio municipal. Ocasionalmente, la propia
comunidad contribuyó con mano de obra y
recursos para el remozamiento y rehabilitación
de edificios con valor histórico; se han rescatado
98
sobre todo viviendas y pequeños comercios
familiares, aunque algunas están deshabitadas
y en otras sólo se recuperaron las fachadas.
No obstante, en los recorridos de campo se
advierte que viejas construcciones ubicadas
fuera de los alrededores de la plaza principal
se encuentran abandonadas a su suerte.
El carácter de Pueblo Mágico no ha facilitado el flujo de turistas, por el contrario, la percepción de los empresarios locales dedicados al
ramo es que el turista está ausente, el programa
ha contribuido escasamente a la economía local
y no hay una oferta turística atractiva a pesar
de que la ciudad está colmada de historia, valor
cultural y naturaleza. Además, el problema de
la inseguridad ligada al narcotráfico no ayuda a
mantener condiciones propicias para que la actividad turística se desarrolle en El Fuerte.
Cierto es que las acciones del programa
todavía no han detonado la economía local ni
mucho menos estructurado una oferta turística
atractiva a pesar de que el escenario de la ciudad está lleno de historia y valor cultural. Por
otra parte, el problema de la inseguridad no crea
condiciones propicias para la actividad turística,
más bien ha alejado posibles inversiones y, en
su caso, llevó a que algunos negocios hoteleros y
gastronómicos cerraran como consecuencia de
la ausencia de turistas.
Mapa1. Intervenciones bajo el programa Pueblos Mágicos.
Fuente: Elaboración propia a partir de imagen de google maps: ©2016 Google, INEGI.
A los problemas de inseguridad se deben
agregar los conflictos entre las autoridades
locales y el Comité Pueblo Mágico, integrado
por miembros de la comunidad. En el trabajo
de campo realizado en la ciudad se detectaron
conflictos y acusaciones respecto de la poca
claridad y transparencia en el uso y destino
de los recursos del programa por el gobierno
municipal. El desenlace del conflicto fue la
sustitución de todo el comité en enero de 2013 y el
nombramiento de uno nuevo, con el argumento
de la politización y la falta de comunicación.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 99
A pesar de las limitantes del programa
por el poco tiempo que ha estado vigente, se
advierte la hechura de elementos tendientes a
aprovechar con fines turísticos la riqueza cultural, natural, simbólica e histórica de El Fuerte.
Respecto a la oferta turística, se observan tres
elementos complementarios, pero de por sí distintos: a) el centro histórico y su valor patrimonial; b) los medios naturales, como las presas,
el río y sus balnearios, y c) los elementos culturales indígenas basados en las fiestas tradicionales, las artesanías y los centros ceremoniales.
Son la historia del lugar, el río y la presencia indígena los elementos que definen la magia de
El Fuerte. Los lugares históricos y naturales,
aunados a los elementos culturales indígenas,
nutren el sentido de lugar y confieren identidad
a la comunidad local.
La legibilidad del Pueblo Mágico
La ciudad de El Fuerte puede leerse a través de
la forma en que se identifican los elementos
arquitectónicos en el tejido urbano y sus evocaciones con la historia y la cultura local; igualmente, la naturaleza y el río surgen como componentes relevantes que dan sentido al lugar: el
río, por ejemplo, define la identidad local y las
reminiscencias del bastión militar. Estas partes
facilitan la visualización del orden en el espacio
construido, el formato que nos permite leer y
sentir la ciudad. Se empieza por reconocer en
nuestras percepciones la existencia de elementos materiales, naturales y simbólicos que convocan afectos, sentimientos encontrados, identidad, formas de consumir la ciudad, en última
instancia, elementos compartidos tanto por la
comunidad como por el turista.
La magia de El Fuerte radica en la relación entre una historia compartida (soñada,
experimentada, remitida a espacios de vida,
consumo, encuentro, hasta de socialización), el
medio construido, el árbol genealógico familiar
que hace del abolengo, la naturaleza y los ele-
mentos culturales y simbólicos de lo considerado como propio, un constructor de identidad.
Bien puede ser el espacio histórico que evoca
épocas y personas anteriores: una casa con sus
leyendas y mitos, un callejón y la historia que le
dio nombre o una plaza para la plática cotidiana entre amigos, un platillo considerado único
y original, un malecón para la contemplación
del paisaje y el río, un mural y su esfuerzo por
plasmar la historia del lugar, un escudo para representar las glorias pasadas y las virtudes presentes, en fin, son variados los elementos que
nos permiten identificar la magia de El Fuerte.
Para reconocer el paisaje, el escenario y
el montaje que da orden y legibilidad a El Fuerte
es necesario inventariar los lugares presentes en
el imaginario socialmente compartido de la comunidad. Para ello, se recurre a Méndez (2012),
quien propone una metodología para reconocer
los imaginarios del lugar turístico. Según la propuesta, se llega a lo siguiente:
Lugares
El lugar es el sitio constructor de identidad por
excelencia, remite a sitios de encuentro y socialización, pero también de vida personal. En El
Fuerte, los lugares considerados aluden principalmente al centro histórico, pero también al
río y la presencia indígena, como:
• La plaza de la Constitución o plaza de Armas
• El palacio municipal
• La casa de la cultura
• Los portales
• El templo del Sagrado Corazón
• El malecón
• La Galera
• El panteón municipal
• El cerro de las Máscaras
Emblemas
Son las marcas o símbolos de identidad que la
comunidad establece. El Fuerte contiene los
siguientes:
100
•
•
•
•
•
El escudo del municipio
La Plaza de Armas
El museo
El río Fuerte
El palacio municipal
Itinerario
Es la ruta turística dirigida, o no, que sigue el
turista y el residente. Los elementos que conforman el itinerario turístico en El Fuerte son
variados y dependen del sujeto, sin embargo,
puede iniciarse en el monumento de la entrada a la ciudad, viniendo de Los Mochis, que representa el escudo municipal. Sigue una puerta
sobre la calle de Álvaro Obregón que da la bienvenida a los visitantes en ruta hacia el centro
histórico, hasta desembocar en la calle Benito
Juárez, que rompe la continuidad para dar un
rodeo hacia la Plaza de Armas y los lugares aledaños, siguiente punto del recorrido. De allí se
puede partir hacia el malecón, a orillas del río, o
bien hacia el museo, en una pequeña loma. Otro
recorrido parte de la plaza, por la calle de Miguel Hidalgo, hasta la presa del mismo nombre,
a unos diez kilómetros, o a la salida del pueblo
girar a la izquierda con rumbo a la Galera, sitio de esparcimiento favorito de la comunidad;
su atractivo es el río y el puente atirantado que
permite cruzar hacia el cerro de Las Máscaras,
punto final del recorrido, donde hay gran variedad de petroglifos que dan cuenta de la presencia indígena en la región.
Tinglados
Arquitectura “[…] prevista como una estructura
a decorar, forma en general utilizada para resolver la arquitectura tradicional u ordinaria […]
concebida como ornamento” (Méndez, 2012,
p. 27). Los tinglados son parte del imaginario
social y vehículos de representación; se asocian
con el bastión que simula el fortín militar que
da nombre a la ciudad o con el pasado señorial.
Entre otros destacan:
• Monumento a El Fuerte en el acceso a la ciudad
•Museo
• Casas ubicadas del primero y segundo cuadro
de la ciudad
Intersticios
Son espacios que separan o median entre distintos lugares, son límites, ya sea naturales o
parte de los bordes que dividen a la ciudad de
las zonas agrícolas, por ejemplo:
• El río Fuerte
• La carretera el Fuerte-Carrizo al sur
de la ciudad
Mesetas
Espacios de ciudad con un orden visible, que
en El Fuerte son escasas. La más visible tiene
que ver con la hechura de la ciudad según procesos de urbanización modernos. A ese respecto,
como meseta destacan los fraccionamientos de
interés social al sur de la ciudad, sobre la carretera que conduce a El Carrizo.
Los elementos antes mencionados forman parte de los imaginarios sociales de la comunidad (ver Mapa 2) y permiten identificar los lugares con la vida de la
comunidad, ya sea como principios de identidad y sentido de lugar, o bien como alteridades entre la representación del pueblo mágico como oferta turística y la ciudad como
ámbito de vida y encuentro de la comunidad.
El lugar a partir de los relatos
de sus habitantes
El trabajo que permitió un acercamiento con
la comprensión de los imaginarios sociales de
la comunidad en El Fuerte implicó diversas
técnicas de investigación, principalmente
grupos focales, mapas mentales, entrevistas
semiestructuradas, observación participante
y reconocimiento fotográfico. A través de los
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 101
Mapa 2. Legibilidad en el Pueblo Mágico de El Fuerte.
Fuente: Elaboración propia a partir de imagen de google maps: ©2016 Google, INEGI.
grupos focales se trabajó con diversos grupos
de edad y profesiones (niños, adolescentes,
mujeres, representantes de la sociedad
y profesores), con objeto de conocer los
principales problemas y atributos de El Fuerte
como Pueblo Mágico. Esto nos permitió saber
más acerca de la comunidad, su gente y la vida
cotidiana. También fue importante obtener
información relativa a las valoraciones de la
población respecto del turismo, en particular
del Programa Pueblos Mágicos, sus beneficios
y consecuencias.
Según lo ve la población, las principales cualidades y atributos de satisfacción de El
Fuerte son:
• Mejoramiento de la imagen urbana del centro histórico
• La gente
• La naturaleza (río, flora, fauna)
• Cultura local e indígena
• Gastronomía local
• Patrimonio histórico y cultural
Los atributos y elementos significativos
de El Fuerte, a decir de los grupos focales,
son de tres tipos: en primer lugar, la propia
comunidad valora positivamente a la población
y a su cultura, y se reconoce la presencia
de lo indígena como algo propio y digno de
orgullo. La comunidad expresa su satisfacción
102
por vivir en una ciudad cuyos habitantes
tienen relaciones estrechas nacidas de la
prolongada convivencia; se conocen porque
comparten una historia común, un territorio
y un lugar de pertenencia. En segundo lugar,
la comunidad aprecia significativamente el
medio natural que la rodea; el río es el principal
orgullo de la población; llena los ratos de ocio
y esparcimiento de la población. Sus aguas
alimentan la economía agrícola del lugar y
del norte de Sinaloa, justificaron el sistema
de presas que dan sustento a la pesca y a la
gastronomía local, además de hacer posible la
presencia de una variada fauna y flora en su
cuenca. En tercer lugar, el patrimonio histórico
es valorado como uno de los activos que da
sentido y lugar a los habitantes. La genealogía
del lugar es conocida por sus habitantes; se
vincula con la arquitectura, la memoria y
el recuerdo de sucesos y procesos, con las
familias que habitaron e hicieron historia en
El Fuerte. Se reconoce y estima el efecto de la
implementación del programa Pueblos Mágicos
en la fisonomía urbana.
Medio natural, historia, gente: elementos que dan origen al sentido de pertenencia y
hacen del lugar un proceso compartido de largo
aliento, donde la identidad local se construye
a partir de la proximidad, el conocimiento y la
cooperación entre los habitantes. A partir de
estos componentes se construyen los símbolos, los signos, los emblemas, los discursos y
las imágenes que permiten identificar al lugar,
a sus habitantes; a partir de estos componentes
se organizan las prácticas y la subjetividad social que conforman a El Fuerte.
Sin embargo, quienes formaron parte
de los grupos focales mencionaron una realidad
que lastima, vulnera y conspira en contra de los
deseos y anhelos de la comunidad. Se trata de
debilidades en la estructura socioeconómica
regional y carencias de infraestructura urbana
que reducen la certidumbre de la población en
su futuro, elementos objetivos que generan
tensiones y problemas para los habitantes. Los
más mencionados fueron:
• Falta de potabilización del agua
• Escasez de fuentes de empleo (en especial
para los jóvenes)
• Deterioro en carreteras y vías de acceso
• Percepción de inseguridad y miedo
• Problemas de alcoholismo y drogadicción en
los jóvenes
• Escasos espacios públicos de recreación familiar; deficiencias de infraestructura y equipamientos
• Desinformación respecto del Programa Pueblos Mágicos
• Escasa integración de la comunidad en el
Programa Pueblos Mágicos por las autoridades competentes
• El Programa únicamente ha tenido efectos en
el centro histórico y no ha beneficiado al conjunto de la comunidad
Los problemas referidos en los grupos
focales son de dos tipos. En primer lugar, carencias y debilidades de orden institucional, social y
económica: falta de oportunidades, carencias en
infraestructuras y equipamientos urbanos, desempleo y consumo de drogas entre los jóvenes,
falta de espacios públicos para el esparcimiento,
temor generado por la inseguridad y la violencia del narcotráfico, paradoja de la abundancia
de agua en el río y la carencia de equipamiento para su potabilización. En segundo lugar, la
población cuestiona la operación del Programa
Pueblos Mágicos porque no genera un efecto
expansivo en la economía local; no favorece la
integración de la comunidad, además de la falta
de información sobre los objetivos y metas del
programa. Estos problemas influyen para que el
programa se perciba como algo distante y ajeno
a la comunidad, sin beneficios para la ciudad y
con distorsiones en la comunicación.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 103
En los grupos focales fue importante
conocer cuáles, según la población, son los
factores materiales, simbólicos, naturales,
históricos, entre otros, que definen el imaginario
y la magia de El Fuerte, fuera de los criterios
establecidos por la Secretaría de Turismo para
denominar lo mágico que da pie al Programa
Pueblos Mágicos, y se llegó a la conclusión
de que lo mágico de El Fuerte consta de tres
elementos: el río, la historia y la gente.
Para la población, el imaginario del río
representa diversión, entretenimiento, descanso. El paseo La Galera y su puente sobre el río
son un gran referente de esparcimiento y reposo. El paisaje del río es hermoso y los atardeceres son de fuego y plata. El río es riqueza, permite la pesca y la agricultura de riego. Hace que
todo esté verde y que huela a tierra mojada. Es
muy grande y caudaloso, no hay otro río así. Los
indígenas se dieron cuenta de su valor y por eso
establecieron en sus orillas un espacio ceremonial con petroglifos en el Cerro de las Máscaras.
En el río también se crían jejenes, insectos que
en época de lluvias asolan al pueblo.
La magia de El Fuerte se impregna de
historia; es un lugar con historia y cultura, un
sitio de leyendas y mitos que hacen las veces
de parábolas de enseñanza para recrear el espacio social. Se impregna de héroes y figuras de
la colonia, la independencia, la intervención
francesa, caciques regionales y revolucionarios,
convocados para rememorar las glorias pasadas,
el viejo lustre perdido. En el Museo se guardan
los pasajes de ayer y los fragmentos de lo que
queda. La plaza, la iglesia y el palacio son puntos de encuentro, convivencia y amistad para la
población. Lugares de historia y espacios de intervención del Programa Pueblos Mágicos.
Lo mágico también está en la gente.
La población se autodescribe en el imaginario
como alegre, platicadora, tratable, a todos se
saluda; se conocen y tienen confianza. La gente
es tranquila, igual que la ciudad. La identidad
local se construye a partir de la evocación de la
forma de ser del habitante de El Fuerte, el canto
de los sujetos marca el sentido de pertenencia
compartiendo valoraciones que unen, arraigan
y fijan el imaginario social en un espacio físico,
social y natural.
A partir de la interpretación de los relatos, testimonios y discursos de la población
podemos decir que el imaginario definido por
la comunidad acerca de sí y de El Fuerte se conforma a través del olor a tierra mojada, del verde que predomina, de la alegría de la gente y la
tranquilidad de la ciudad.
Los imaginarios sociales se representan
en imágenes, símbolos y emblemas, son vehículo de construcción de identidad y sentido de
pertenencia. En ese sentido, se preguntó a la
población que participó en los grupos focales
acerca de los símbolos y emblemas más importantes de su ciudad con fotografías a manera de
imágenes de postal. La idea de esta actividad
era conocer los lugares y emblemas más significativos de la población según sus alusiones a
la cultura local, la historia, los espacios de socialización más sobresalientes, hasta los símbolos
que permitan reconocer a El Fuerte desde su
singularidad y representación más fiel. Los lugares más representativos de El Fuerte son:
• Plaza de Armas
• Palacio Municipal
• Casa de la Cultura
• Los Portales
• Templo Sagrado Corazón
• El museo
•Malecón
• La Galera
• Cerro de las Máscaras
Destaca en el listado que, excepto los
tres últimos sitios, todos están en el así llamado centro histórico. En ese pequeño espacio de
la ciudad se encuentran las construcciones más
104
antiguas y con mayor valor patrimonial. Ahí se
encuentran oficinas gubernamentales, pequeños comercios, hoteles y restaurantes; son los
espacios más utilizados por la población para
la convivencia cotidiana y son también los más
remozados y promocionados por el Programa
Pueblos Mágicos y por la Secretaría de Turismo
de Sinaloa. Son los sitios más mencionados por
la población como lugares de disfrute personal
y familiar, y también para los turistas.
El Malecón y La Galera son dos espacios
de encuentro y socialización a los que acude la
población; están a la orilla del río, el primero
contiguo a la Plaza de Armas y el segundo, a
dos kilómetros de la ciudad. La Galera es uno
de los espacios más mencionados y disfrutados
por la población; primero el río, luego el puente
peatonal que lo cruza, la cortina de árboles que
cubre el espacio, los equipamientos para el esparcimiento y la proximidad del pueblo. Cerca
se encuentra el Cerro de las Máscaras, donde los
indígenas grabaron gran cantidad de petroglifos
de diversos diseños.
El Fuerte puede interpretarse en función de su forma de identificarse con el patrimonio arquitectónico del tejido urbano, además de su evocación de la historia y la cultura
local. También la naturaleza y el río son componentes relevantes que dan sentido al lugar: el
río define la identidad local igual que las reminiscencias del bastión militar que da el nombre
a la ciudad.
La población reconoce en sus percepciones la existencia de elementos materiales,
naturales y simbólicos que convocan afectos,
sentimientos encontrados, identidad, formas
de consumir la ciudad, en última instancia, elementos compartidos tanto por la comunidad
como por el turista.
En la percepción de los sujetos están
presentes las representaciones del cambio y la
transformación social derivadas de la actividad turística y el Programa Pueblo Mágicos. La
imagen de la ciudad es subjetivada por las experiencias y prácticas individuales y colectivas
para dar sentido a las expresiones de identidad
y pertenencia. Interesante es que las percepciones de los sujetos se representan de acuerdo con
el lugar que ocupan en el espacio social, dando
pie al reconocimiento de diferencias y distinciones que conforman el entramado social y turístico, y por supuesto, a la representación de los
problemas sociales y urbanos.
Las percepciones
del lugar (lo imaginario)
De acuerdo con la percepción de los informantes, El Fuerte es un pueblo tranquilo y apacible
cuya mayor fortaleza reside en su gente, su historia y tradiciones, sus recursos naturales y culturales, estos últimos muy ligados a la cultura
indígena. Los sentidos del lugar basculan entre
la naturaleza y las acciones de “los hijos de El
Fuerte” para imprimir en ella su huella, de ahí
que estos elementos sean el referente persistente en las representaciones de aquello que imprime magia al lugar.
“[…] los pueblos mágicos son mágicos porque
los hacemos con leyendas, enriqueciendo lo que
tienen.” (Ama de casa)
“Es un todo ¿no?, un conjunto, su ubicación
geográfica dentro del estado, que estamos apartados, vaya, de las zonas… de las grandes metrópolis ¿no? […] Entonces, forma parte de esa
magia la ubicación geográfica y otra cosa es la
gente.” (Profesor jubilado)
La tradición indígena constituye un elemento representativo en el imaginario de los
fuertenses. Cuando hablan del pueblo, los sentidos del lugar se enlazan con el legado cultural
indígena para darle sentido y hacer inteligible la
historia reciente, anudada a los grupos originarios de la región.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 105
“[…] los mayos son descendientes de los caítas,
habitan aquí alrededor de la ciudad y una parte
que se llama Capomo y la otra es Tehueco que
significa cielo azul en la lengua mayo […] Es
una comunidad donde viven descendientes de
los antiguos pobladores de El Fuerte, de los originales, de los pobladores al momento del contacto español.” (Regidor étnico)
más socorrida, más visitada. Existen muchas
comunidades aquí dentro del municipio que
tienen todavía muchos habitantes yoremes,
entonces el calendario cívico está influido por
ellos, por las celebraciones, por los rituales que
hacían y que siguen haciendo: Semana Santa,
el día de muertos, San Antonio, esas festividades están muy enmarcadas, aquí.” (Cronista)
Pero también se alude específicamente
a la cultura yoreme como elemento emblemático al que se encuentra ligada la significación
mágica de El Fuerte. La cabecera municipal,
centro de las intervenciones del programa Pueblos Mágicos, se desdibuja cuando se afirma la
fuente de magia del lugar y la tradición indígena
se convierte en el elemento central de las atribuciones de sentido. La historia aparece de nuevo como pieza simbólica que ata al pasado y el
presente del pueblo.
Este potente referente simbólico permea
los sentidos del lugar y sale a flote en las narrativas, en los diferentes tópicos abordados a través de las entrevistas. Como la cultura indígena
constituye un elemento de identidad de los fuertenses, ésta aparece entre los valores y atractivos
turísticos que hay para ofrecer a los visitantes.
Las construcciones simbólicas sobre El
Fuerte y su magia reúnen elementos diversos
que aparecen casi indisolublemente ligados; los
sentidos del lugar confluyen en la significación
de distintos referentes que aluden tanto a propiedades del medio natural como a obras materiales construidas por los “hijos de El Fuerte”.
Entre los primeros se hace referencia el Río Fuerte, el Cerro de la Máscara y la fauna autóctona.
La centralidad del río en las representaciones del lugar se deriva no sólo de su corriente de agua, es también símbolo de fuerza, vida y riqueza, orgullo de los fuertenses.
En las percepciones del lugar aparece como
fuente de sentido que lo significa como único,
como proveedor, como límite de orientación,
como testigo y acompañante de la vida social
del pueblo. De ahí que fluya también a través
de las percepciones sensoriales; El Fuerte es de
color verde y huele a tierra mojada.
“Bueno, aparte de la atención que nos caracteriza a los fuertenses, pues les debemos [ofrecer a
los turistas] una comunidad limpia, una cultura, presentarle al pueblo que venga a visitarnos
las tradiciones que nosotros tenemos. Es lo que
podemos ofrecerles, las tradiciones indígenas
que tenemos.” (Comerciante)
“[…] en el aspecto cultural tenemos la gastronomía, ¿sí?, algo muy especial, ¿de dónde
viene esa gastronomía? De los grupos mayos yoremes […] entonces, vamos a decir que
el norte de Sinaloa está representado por las
culturas yoremes; la cultura más conocida,
“[…] tenemos un río precioso, este río sí es río,
siempre tiene agua, inclusive hubo un tiempo
hace poco que la presa estuvo casi secándose,
el río señorial seguía con agua, entonces si no
había para retenerse la presa, el río se llenaba
solo.” (Ama de casa)
“[…] teniendo el río aquí tenemos la riqueza
siempre […] en el río el cauque, muy cotizado
el langostino ese, esa es la realidad de ese río,
entonces esa es una de las causas de que aquí se
vino mucha gente.” (Cronista)
106
“[…] en el plano de entretenimiento y diversión
está La Galera, es un lugar que está aquí a cien
metros, te vas los domingos, siempre está lleno
lleno, la gente se va allá a hacer carne asada,
a tomarse un refresco, una cerveza, es un lugar muy concurrido, estás tocando el río con la
mano.” (Empleado de hotel)
“El Fuerte huele a, mmm buena pregunta, nunca lo había pensado pero un olor puede ser tierra mojada (…) [el color] podría ser el verde.”
(Empleado de hotel)
“El Fuerte es hermoso, El Fuerte es alegre, El
Fuerte tiene el color de las aguas, el color del
bosque.” (Ama de casa)
En las percepciones infantiles el elemento
agua constituye igualmente un componente
simbólico que anuda lo real y lo imaginario.En
los mapas mentales elaborados por niños de
primaria, cuando se les pidió que dibujaran lo
más representativo e interesante de El Fuerte,
aparecieron el río y la presa como símbolos
inequívocos de sentido (ver Imagen 1 y 2).
Imagen 1. Mapa mental de niño de primaria.
Imagen 2. Mapa mental de niño de primaria.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 107
Además del río, el Cerro de la Máscara
y las aguas termales constituyen dos referentes
importantes cuando los entrevistados aluden a
los valores naturales de El Fuerte. El primero es
significado por su valor prehistórico y cultural
estrechamente ligado a la tradición indígena. El
segundo, por su valor natural, al que se le atribuyen, además, propiedades terapéuticas.
“Tenemos el Cerro de la Máscara, hay mucho petrograbado, […] aguas termales, aquí rumbo a
Choix […] rumbo a la presa Miguel Hidalgo, por
ese camino, está el Jipago sí, está allá, con pilas,
tiene aguas termales, aguas curativas, ahí tenemos unos puntos magníficos.” (Ama de casa)
“[…] otra gran riqueza que tenemos, que no lo
he mencionado, y tienen que saberlo, es que tenemos aquí un cerro a dos kilómetros, el Cerro
de la Máscara, que es el más grande en todo Sinaloa de petrograbados.” (Cronista)
“El Cerro de la Máscara, es un cerro que esta
retiradito de aquí, es un cerro muy visitado por
turistas extranjeros y mexicanos […] Es un sitio
donde se hacían ceremonias chamanísticas,
tiene una antigüedad, según los conocedores,
de dos mil años, ahí usted puede ver piedras
grabadas, son petrograbados puede ver figuras
amorfas, antropomorfas, fitomorfas, soles,
rectángulos, está mucho muy interesante.”
(Dueño de hotel)
Entre las obras materiales y arquitectónicas sobresalen las edificaciones antiguas, reconocidas como valores ligados a la historia y
tradición de El Fuerte. Los referentes más significativos son la Casa de la Cultura, el edificio del
Ayuntamiento (significado como único en su
género), el Andador, construido en la ribera del
río, el edificio denominado El Alto de Rambla,
la plaza, la iglesia, el cementerio municipal -valorado como lugar donde descansan personajes
importantes de la historia del pueblo- y las presas, significativas estas últimas por ser fuente
de dos de los productos representativos de la
gastronomía del lugar, la lobina y el cauque.
“Esta manzana tiene un solo propietario, es una
de las características, la Casa de la Cultura que
era de dos hermanos, es una manzana también,
los andadores eran los callejones, ahora son los
andadores, pero están circundados por cuatro
calles. La casa que sigue, El Alto de Rambla,
que tiene mucha leyenda también, una sola persona, una sola propiedad, entonces incluso esta
manzana de aquí tiene cinco esquinas, entonces
hay características aquí; El Palacio municipal se
ve, me imagino ya entraron ahí, aparentemente es un cuadrado regular y no, es un cuadrado
irregular, tiene diez arcos por aquel lado otros
once, once y once por acá, el Palacio Municipal
no tiene castillos, tiene una doble planta y es de
concreto, entonces son trabajos hechos magníficos y como este es el símbolo en realidad digamos de El Fuerte, hay pocos lugares que tengan
el palacio municipal así […] El Panteón Municipal tiene unos obeliscos preciosos deteriorados,
empedrados […] hay tumbas de 1832, un médico que nació en Nápoles y aquí vino a morirse.
El Fuerte es bien importante desde qué épocas,
desde 1901, desde 1876, entonces tenemos
una historia riquísima de veras […] Son riquezas que tenemos, de monumentos, quizá poco
más del cincuenta por ciento de monumentos
históricos del estado de Sinaloa están aquí en El
Fuerte, aquí hay casas preciosas antiquísimas.”
(Empleada municipal)
“[…] tenemos dos grandes presas pues ahí es
criadero de lobina y -lo que usted me comenta- es
el cauque, es un langostino de agua dulce del río
Fuerte también muy comido por los turistas que
vienen aquí. Luego luego preguntan por el cauque aunque no es mucho lo que hay que comerle
tiene mucha cáscara.” (Empleado de hotel)
108
El imaginario infantil también reconoce
estos valores a través del dibujo (ver Imagen 3 y
4). Aunque con menor presencia que el río y la
presa (de acuerdo con los casos en que se alude a
ellos), la plaza, la iglesia y el museo constituyen
referentes de sentido y símbolos de identidad.
La magia del pueblo proviene también
de su gente. De acuerdo con las valoraciones
expresadas, el sentido se encuentra enraizado
en la sociabilidad que se construye a partir de la
proximidad: la magia del pueblo es reconocida
como algo que deriva de este elemento.
Imagen 3. Mapa mental de niño de primaria.
Imagen 4. Mapa mental de niño de primaria.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 109
La familiaridad con el otro próximo es percibida
como elemento de magia, como valor de
la condición pueblerina y como signo de
distinción con el medio urbano. La sociabilidad,
en tanto que elemento consustancial a la magia
del pueblo, también es reconocida y significada
como atractivo para ofrecer al turista, adjetiva
positivamente el trato de la gente y el ambiente
de hospitalidad que encuentra en El Fuerte.
“[…] usted sabe que la gente pueblerina, la de
las zonas rurales más que nada, es muy diferente a la citadina, ¿sí? Muy sincera la gente, muy
abierta, activa, saludadora ¿sí? Todos nos conocemos, entonces eso es parte de la magia y eso
solamente lo tienen los pueblos chicos, las ciudades no la pueden tener.” (Profesor jubilado)
“[…] ha crecido mucho El Fuerte, pero en su
mayoría nos conocemos todos y nos hablamos
por nuestro nombre, es una tradición preciosa
familiar y para rematar todo eso que tenemos,
su gente, la gente de El Fuerte es bella, es platicadora, es accesible.” (Ama de casa)
“Pues mire, yo como guía de turistas, la mayor
parte de los turistas se ha llevado muy buena
impresión de la gente, que la gente es muy tranquila, muy hospitalaria, no hay uno que me
diga que lo trató mal, ‘oye qué buena la gente
de aquí muy tratable, la ciudad muy tranquila’
son los comentarios que me han hecho.” (Guía
de turistas)
La fuerza del territorio traducido
en lugar -como objeto de apropiación y
significación- se sintetiza en la metáfora del
arraigo. Los fuertes vínculos con el espacio
físico se reflejan en la simbolización del
lugar, se aúnan con el territorio, con fuertes
raíces simbólicas a través de las cuales fluyen
diversos significados, particularmente los de la
proximidad, sociabilidad y seguridad.
“Yo pienso que el sueño de todo fuertense es
salir adelante, estudiar, irse a trabajar fuera
un tiempo, generar un capital y venirse a hacer
vida aquí […] Es lo que tiene el Fuerte, un radio
muy chiquito, que los niños pueden andar caminando y en otros lugares no […] A mí me gustaría que mis hijos se criaran aquí, se hacen más
independientes pero no rebeldes pues, independientes que ‘ahorita vengo voy a la casa de mi
amigo Juan’, ‘no, no te puedo llevar m’hijo’, no
pues se van caminando y en otros lugares urbanos no, en la cuadra ahí con tu primo, aquí todo
mundo anda para todos lados y es muy seguro.”
(Gerente de hotel)
“[…] entonces yo creo que tenemos todavía ese
ambiente favorable que es la tranquilidad, como
le decía, todo el mundo se conoce, ¿no? Se ayuda, yo traigo carro y salgo a la carretera y ‘oiga
profe, me da un raite’ y ¡vámonos!, sin ningún
problema, ¿no? Todavía hay esa camaradería
entre toda la gente.” (Profesor jubilado)
Esta percepción es tan potente que
minimiza los problemas de inseguridad que
recientemente se han vivido en la región.
Aunque se asumen los peligros derivados del
crimen organizado y se reconoce abiertamente el
declive del turismo a raíz de ellos, a través de las
narrativas fluyen varios tipos de justificaciones
para poner a salvo la construcción simbólica del
pueblo apacible y tranquilo. Los conflictos se
atribuyen a “los otros”, a quienes se encuentran
situados fuera del perímetro de la cabecera
municipal de El Fuerte, que es el terruño vivido y
simbolizado como burbuja protectora del exterior.
“Yo creo que lo que más disfruta uno de aquí
-aparte de la tranquilidad que se respira- no
tenemos el tipo de violencia como en otras ciudades grandes, todo el mundo nos conocemos,
nos saludamos y creo que no hay problema de
ningún tipo.” (Profesor jubilado)
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“Yo pienso que El Fuerte es uno de los lugares
más tranquilos de Sinaloa. Claro, no deja de
tener sus problemas, pero son ajenos. Cuando
hay problemas de inseguridad es por el pleito
de territorios de los narcos, eso se da en todo el
país, se están peleando los grupos, se están dividiendo los territorios: ‘aquí me toca y a ti allá’
y se agarran entre ellos, el pleito es entre ellos,
la gente no se mete, ninguno se mete con ellos
[…] En general, aquí es un lugar muy tranquilo,
como le digo es uno de los lugares más tranquilos de Sinaloa por lo que usted puede llegar y
estar a gusto y tranquilo, no pasa nada, puede
quedarse uno todavía con las puertas abiertas
en su casa y no pasa nada ¿sí?” (Jubilado)
“[…] hay dos o tres percances, han habido en los
últimos diez años, de asesinato pero es un pueblo muy tranquilo. Inseguridad, balaceras, esos
hechos aislados han pasado, yo recuerdo tres
pero no es que sea una ciudad cuna de narcos.
Eso es la mala publicidad, el mal manejo de los
medios exagerando un poco la noticia, pero yo
vivo aquí y he vivido aquí toda mi vida y te puedo decir que a comparación de otras ciudades es
muy tranquila.” (Gerente de hotel)
Las percepciones del Programa Pueblos
Mágicos y sus intervenciones
Las percepciones sobre el Programa Pueblos
Mágicos son contradictorias, pero en general se
percibe como una estrategia externa de valorización de los recursos preexistentes para favorecer la vida económica del pueblo. La identidad
respecto del lugar y el gran apego a su historia y
a sus recursos materiales y simbólicos hacen las
veces de disparador de la esperanza en el “desarrollo prometido” a través de las intervenciones
del programa. Como se verá en el siguiente fragmento de una de las entrevistas, el proceso de
remodelación del centro histórico se visualiza
como anuncio de un futuro mejor para el pueblo
en su conjunto.
“Pues como lo están pintando como Pueblo Mágico, yo pienso que vamos a tener más afluencia, ya que se están haciendo muchas mejoras al
pueblo, principalmente el cableado subterráneo,
todo el cableado que ve lo van a hacer subterráneo, las banquetas las van a arreglar también,
yo espero que tengamos un futuro mejor para
bien de todos los fuertenses.” (Cronista)
No obstante, las narrativas de nuestros
informantes están plagadas de referencias que
ponen en tela de juicio el programa, revelan que
el progreso avizorado se volatiliza ante las realidades percibidas. Por ejemplo, se le considera
un desarrollo desigual en términos de beneficios para el conjunto de la población porque
las obras de rediseño urbano han privilegiado al
centro histórico. Por otro lado, la mejoría avizorada con el programa Pueblos Mágicos se juzga
según rangos de valoración situados en el polo
de los mínimos, y frente a la precariedad laboral
y el desempleo, los grupos beneficiados con esta
“mejoría mínima” han sido los restauranteros,
hoteleros, taxistas y comerciantes del primer
cuadro de la ciudad.
“[…] con el nombramiento de Pueblo Mágico lo
que es el centro histórico se pintaron las casas, las
fachadas de las casas coloniales, lo principal, lo que
decían las maquetas.” (Empleado municipal)
“[…] las casonas que hay sí, pero la gente apenas se sostiene. ¿Con qué? Pues con las rentas
de las casas. Porque si ve aquí el que no es agricultor, es ganadero o es maestro o trabaja en
una tienda, hay maestros que son egresados de
la Normal pero no hay plazas y andan trabajando en zapaterías, andan trabajando aquí,
trabajando allá.” (Directora de escuela)
“Yo pienso que no se ha visto el beneficio todavía, claro, los más beneficiados serían los
comerciantes con la afluencia de turistas nacio-
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 111
nales y extranjeros, aunque el turista extranjero es poco lo que gasta aquí, los taxistas, los
restauranteros, aunque no se ha visto claramente el beneficio, yo creo que sería poco, mínimo, lo que se ha visto.” (Gerente de hotel)
La contradicción también se expresa en
luchas simbólicas que encierran tensiones entre
la realidad de las intervenciones del programa
y lo que se esperaría de él, entre la magia institucionalizada y la magia reconocida por los lugareños. El proceso de restauración del centro
histórico se califica como deficiente, y la imagen
de embellecimiento vislumbrada se derrumba
en el imaginario de los agentes locales que han
seguido de cerca dicho proceso, de ahí que se
utilicen expresiones peyorativas cuando se juzga a responsables y actores materiales de la restauración. Otras valoraciones atribuyen la lentitud del cambio esperado al desconocimiento
de la población y a la escasa implicación de los
pobladores locales en el programa.
“Se vino ya como Pueblo Mágico, se viene la
primera etapa de apoyo por medio de INAH, el
gobierno federal, estatal y municipal, se viene
la primera etapa donde se autorizan siete millones 8oo mil pesos para pintura y remodelación
del primer cuadro del centro histórico. Ustedes
ven pintados los edificios, algunos lugares y
las puertas deterioradas porque fue muy mala
calidad de trabajo que hicieron. Estuvimos insistiendo, los portales estuvieron reconstruyéndolos, no fue una restauración lo que se hizo
porque el contratista trajo albañiles, lo que le
llaman de cuchara libre, pintores de brocha gorda, que le llaman también, que ¡ahí se va!” (Exintegrante del comité Pueblos Mágicos)
“Pues yo pienso que no se ha notado mucho el cambio, la gente no está consciente de lo que es, probablemente nos falte mucho por hacer para realmente ser un Pueblo Mágico.” (Empleado de hotel)
El fragmento de entrevista que reproducimos a continuación revela no sólo la percepción del manejo inadecuado de uno de los
recursos histórico-culturales de El Fuerte, sino
una representación sustentable de un sitio
con magia, que tiene mucho que ofrecer, así
como el esbozo de una estrategia de revalorización y promoción turística que involucra a la
población local.
“En nuestro Cerro de la Máscara están los
petroglifos, pero están circundados con palos
naturales, con alambre nada más, no hay una
protección. Estamos luchando por que se haga
una explanada para implementar lo de la jalada
de la energía en el solsticio, en el equinoccio,
en la época que nos dé la gana implementar
porque los pueblos mágicos son mágicos porque
los hacemos con leyendas, enriqueciendo lo que
tienen y porque en realidad tenemos mucho en
que fundamentarlo para lo que queremos hacer
y que haya una explanada, que haya palapas
algo donde la gente vaya, un espacio ahí, una
casetita donde haya alguien de la misma región,
de las mismas comunidades, que aprendan el
inglés -que ya de hecho lo están aprendiendo- y
que se aprendan toda la historia, que entreguen
folletos, que guíen, que platiquen y que ganen
algo porque les estén otorgando un estímulo.”
(Exintegrante del comité Pueblos Mágicos)
Finalmente, es importante hacer notar
que en las luchas simbólicas a que nos hemos
referido fluyen otro tipo de contradicciones
relacionadas con la participación de los agentes
locales en el programa y las tensiones por
lo que éstos esperan de las instituciones y
autoridades que forman parte del Comité de
Pueblos Mágicos. La sensación de abandono
de las autoridades genera inconformidad entre
los promotores turísticos y los participantes
más activos, que se sienten prácticamente solos
en un proyecto cuyas reglas de operación se
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sustentan precisamente en la participación de
los agentes y grupos locales.
“Como ese que le digo, el cableado… Pero ese el
mismo gobierno lo va haciendo y se deben de
involucrar todas las secretarías, absolutamente todas, eso es obligatorio. Aquí interviene la
Comisión [Federal de Electricidad], interviene
INAH [Instituto Nacional de Antropología e
Historia], interviene la Dirección de Turismo y
todos, ¿no? Para que se vayan cumpliendo esos
requisitos, pero a veces las mismas autoridades
no se mueven, no gestionan (…) se han presentado proyectos y ¡buenos proyectos se han hecho! Pero nomás no y no y no, indiferentes, a veces no se presenta el presidente a las reuniones
y entonces nomás acordamos, pero él tiene los
recursos y es la autoridad y ahí estamos nosotros haciendo lo que podemos ¿no?” (Integrante del comité Pueblos Mágicos)
“Pues sí, a las autoridades, al gobernador y las
gentes que tiene él ahí, yo tengo amigos hoteleros que se quejan mucho, realmente no es la
ayuda que ellos esperaban, que los tienen realmente abandonados. Si usted entrevistara a
un hotelero le daría la misma opinión de que
están muy, muy olvidados, yo tengo un amigo que es dueño de hotel, me gustaría que lo
entrevistaran para que vean lo que él opina, le
va a decir lo mismo que les estoy diciendo yo.”
(Gerente de hotel)
Los vaivenes en las instancias de poder,
así como el uso y destino de los recursos, se
ponen también en entredicho. Los ritmos
oficiales marcan las pautas de operación y las
expectativas locales en torno al programa se
quedan en una especie de sala de espera en la
que se experimenta la sensación de vivir “el
cuento de nunca acabar”.
“[…] nos ha costado mucho esfuerzo y trabajo
difundir porque, como le digo, no hemos recibi-
do el apoyo, Turismo ya nos había aprobado que
íbamos a hacer un folleto y nunca puso los recursos, ¿por qué?, porque son puestos políticos,
lo quitan y al rato ‘no, que yo no sé nada’ y a
empezar otra vez y se va ese y al rato llega otro
y donde quiera se da eso; acaba de salir la del
INAH y ahora está otra y ¡a volver a empezar
otra vez!” (Profesor jubilado)
Como colofón de las percepciones sobre
el programa Pueblos Mágicos y sus intervenciones en El Fuerte, presentamos a continuación
un fragmento de entrevista, en el que la metáfora representacional de la fotografía permite
acceder a un escenario de futuro en el que la
materialidad del pueblo permanece inmóvil y
la “magia” de la fuerza de su gente dictará los
caminos posibles del porvenir.
“El Fuerte es una ciudad que si tú le tomas una
foto hace diez años y la tomas ahorita va a estar
igual nomás que está pintado, es la misma y va
a estar igual […] el pueblo mágico externamente es moldear, pintar, quitar el cableado, pero
no hay mucha diferencia en la foto […] a lo mejor en ideología si hay un cambio generacional,
querer emprender, querer irse de aquí, querer
poner negocios aquí, no tirar tanta basura, pero
físicamente yo lo veo igual y pienso que de aquí
a 15 años va a estar igual.” (Fotógrafo)
La construcción
del sentido de lugar
De acuerdo con la percepción de los informantes, El Fuerte es un pueblo tranquilo y apacible
cuya mayor fortaleza reside en su gente, su historia, sus tradiciones y sus recursos naturales.
Una maestra jubilada resume bastante bien el
imaginario social de la comunidad respecto de
la ciudad, la identidad local, el sentido de pertenencia, pero sobre todo el imaginario de cómo
se representa la gente local a sí misma:
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 113
“[…] (es) como un arcoíris, El Fuerte es hermoso, El Fuerte es alegre, El Fuerte tiene el color
de las aguas, el color del bosque, tenemos aves
endémicas, aves de la región, no son de las que
vienen y van y son de otros lugares, tenemos
propias, tenemos mucha historia, monumentos,
costumbres, tradiciones… Ha crecido mucho
El Fuerte, pero en su mayoría nos conocemos
todos y nos hablamos por nuestro nombre, es
una tradición preciosa, familiar y para rematar todo eso que tenemos, su gente, la gente de
El Fuerte es bella, es platicadora, es accesible,
alguien dijo que éramos muy comunicativos…
Aquí sí damos razón de dónde se vive, no nos
ha llegado la cuestión de malearnos, de que no
sabemos quién vive acá ni sabemos quién vive
allá, lo decimos. En el barrio somos amigos y
no tenemos el temor de que a lo mejor lo andan
buscando para matarlo, a lo mejor de aquí adelante vamos a titubear o vamos a decir que no
conocemos a la persona por las situaciones que
se están viviendo, pero en realidad la gente es
camarada […]” (Maestra jubilada)
El Fuerte es una comunidad vibrante.
Los imaginarios no sólo se nutren de las condiciones materiales de vida sino también de las
valoraciones de los sujetos respecto de sucesos
pasados. Entre esas valoraciones hay algunas
que tienen que ver con hechos reales devenidos
en mitos y leyendas que hoy expresan identidad, arraigo, sentido de pertenencia, en fin,
hacen comunidad. Entre esas imágenes míticas
que se nutren de lo real y lo imaginario destaca
el siguiente relato:
“[…] todas esas lomas eran de cuando los españoles y todo eso, pues se agarraban unos con
otros, aquí y allá, ahí en un hotel aquí enseguida
hay un túnel en una noria. Hay un túnel como
de medio metro de diámetro, dicen que por ahí
tiraban el oro, por ahí y caía acá (señala el lugar), por abajo de la tierra todo eso venía, por
el cerro, por la loma, todo eso venía y caía acá a
esa casa, a esa finca vieja, por ahí platican eso,
no sé, ese hotel de aquí es (Hotel Villa del Pescador) […]” (Vendedor de cacahuates)
El caudaloso río que pasa a un costado
de la ciudad es motor de la economía y fuente
de orgullo de la población. Es el gran elemento
natural con el cual la comunidad establece una
relación afectiva porque ha contribuido a dar
sentido y lugar a los habitantes:
“[…] es que sobresale, ya sea por su arquitectura
o su asentamiento en un lugar por la naturaleza
favorecido, como en este caso el río Fuerte, el más
grande de Sinaloa y el tercero del país, todo el año
lleva agua y que tiene tres presas el río, el único
en todo el estado[…]” (Cronista de la ciudad)
El imaginario social también se compone
de las imágenes negativas del lugar, entre otras, el
clima y los problemas en la infraestructura urbana:
“[…] el ambiente no me gusta, el calor que hace
en estas épocas se me hace insoportable y se
me hace limitante, mucha gente no sale en las
tardes y aparte no quieres ni subirte a un carro porque está ardiendo, y eso es lo que no me
gusta, el clima y las fallas técnicas. Por ejemplo,
aquí en tiempo de calor llueve, cae un rayito y se
va la luz, se va la luz horas, luego se va mucho
el agua, hay problemas y te quedas sin agua y
en tiempo de calor a mí se me hace algo descomunal que te quedes sin agua, te tienes que ir a
bañar al río […]” (Gerente de hotel)
También una variedad de mosquitos,
conocidos como jejenes, forma parte de la
imagen negativa de El Fuerte porque son un
azote para los escasos turistas:
“[…] cuando vienen en temporada que hay
esa plaga, la plaga bíblica de los mosquitos
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voladores. Cuando empieza el calor se van los
animalitos, como que no les agrada a los animalitos y dicen éstos ‘vámonos, no soy de aquí’. El
turismo disfruta la ciudad, se ve, pero cuando
está la temporada de los voladores no se puede
disfrutar bien la ciudad, los paseos al río, porque son muchos animalitos que se le echan a
uno encima. Solamente poniéndose los aceites
protectores […]” (Jubilado)
El imaginario social referido a la ciudad
posee aspectos positivos, como el hecho de que
El Fuerte, no obstante ser una ciudad pequeña,
tiene un nivel de urbanización alto y satisfactores en bienes y servicios de la vida urbana moderna, a pesar de que el municipio se considera
rural. Un entrevistado así lo refiere:
“[…] por otro lado, sí hay buena gastronomía, es un lugar tranquilo en el que tú sabes
que tus hijos pueden estar jugando futbol a
un lado, puedes salir a caminar a cualquier
lado, todo el mundo se conoce, cuenta con
todos los servicios hay MZ, Ley, Aurrerá,
hay siete gasolineras, tres Oxxos, hay lugar donde surtir de todo. Antes la gente tenía que ir a Mochis […]” (Gerente de hotel)
‘¡caray, qué bonito!’, que pueda tomar sus fotos
sin que salgan todas esas telarañas del cableado [risas]… Eso hace que sea atractivo para
la región, para el estado y para el país y luego
para el extranjero […]” (Cronista de la ciudad)
La población es crítica con el Programa
Pueblos Mágicos, no percibe un cambio importante, al contrario, algunos habitantes consideran que las obras realizadas bajo los auspicios
del Programa son superficiales y cosméticas, así
lo piensa un profesor jubilado:
“[…] pues claro que le tiene que beneficiar, imagínate una gente que tiene una casa que se le
está cayendo, que tiene mil años y vienen y se la
reconstruyen, ‘¡ay! qué alivio’, dice. ¡Y qué bonita tu casa, le dicen!, se vuelve loco el indio sencillo aquél, eso es lo único que le queda, pero pues
nomás la fachada, si volteas pa’ dentro no puedes voltear pa’dentro, adentro tengo una pata
deteniendo la pared, ahí está la simulación,
pura pantalla pues, y si quieren comprobarlo los
llevo, pues, pase al interior de las casas para que
vean como están, váyase por la Obregón y pase
pa’dentro de una casa cualquiera y verá que es
una fachada.” (Profesor jubilado)
Para el cronista de la ciudad, que participó activamente en el otorgamiento de la categoría de Pueblo Mágico, es motivo de orgullo
para la ciudad el cambio operado en la imagen
del centro histórico. Se piensa en la recuperación de las viejas glorias y del aura perdida:
En el mismo sentido, otro habitante
pone en duda los beneficios del Programa Pueblos Mágicos y el impulso al turismo:
“[…] vamos viendo la transformación, el embellecimiento de la arquitectura que se va rescatando, se restaura, se remodela, ¿no? y luego se
implementa el cableado subterráneo, como aquí
que acaban de poner esas lámparas (señala),
ya va desapareciendo todo el cableado, ¿sí? En
todo el centro histórico, entonces es una transformación muy notoria, la gente llega y que vea
Una persona afectada por el desalojo que
sufrirá porque tiene un puesto de comida informal en la Plaza de Armas, que contraviene a las
reglas del Programa, expresa su descontento:
“Los que ganan son los dueños de los hoteles y de las
tiendas de artesanías” (Fotógrafo)
“Qué va a ser Pueblo Mágico, son puras mentiras [hace un ademán de descontento] aquí
no es Pueblo Mágico, es el mismo lugar, no ha
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 115
cambiado nada, es lo mismo. Los turistas ni se
acercan, los que me compran son los de aquí.”
(Vendedora de comida)
para acá no han llegado y pienso que si no llegan esas fuentes de trabajo el pueblo se pierde
y la ciudad se va a mantener igual, no creo exista mucha modificación.” (Maestro jubilado)
El imaginario del turismo es descrito
por la población como una actividad poco importante, y el turismo extranjero como algo que
no beneficia ni aporta a la ciudad:
En el imaginario social de la población la inseguridad es una de las razones más importantes de
la declinación de la actividad turística en años
recientes. Sin embargo, la percepción generalizada de los habitantes es que la ciudad es muy
tranquila y que los medios de comunicación han
empañado su imagen por hechos ocurridos en
otros lugares del municipio, contiguos a puntos
de trasiego de drogas y lucha entre los grupos
de narcotraficantes sinaloenses. Sin duda, la
violencia de años recientes atribuida al narcotráfico es noticia en Estados Unidos y ha influido para que el turista norteamericano se aleje
de México y de ciudades como El Fuerte. La población considera que su ciudad no es ajena al
problema, sin embargo, piensa que los medios
lo han magnificado.
“El extranjero solamente viene en paquetes ya
preestablecidos en Estados Unidos, aquí no
consumen nada. Aquí nomás llegan, se hospedan y ¡vámonos para Chihuahua! Y ya, aquí no
le compran ni una botellita de agua, no dejan
ningún ingreso.” (Mesero)
Algunos habitantes de El Fuerte tienen
la percepción de que la ciudad ocupó un lugar
importante en la historia de Sinaloa, importancia que poco a poco perdió; el declive tiene que ver con procesos históricos, políticos y
económicos, y también con el surgimiento de
otras centralidades que facilitaron la marginación y decadencia de El Fuerte a lo largo del
siglo XX. Un entrevistado lo resume así, con
nostalgia y pesar:
“Pues la verdad, aquí…yo tengo 68 años, hasta
ahora que tiene la ciudad el carácter de Pueblo
Mágico, no ha sido mucho lo que ha cambiado,
aunque ese cambio se vio operado desde hace
mucho, cuando El Fuerte aportó para la riqueza
de los valles en cuestión de las presas. El Fuerte no tuvo nada de progreso, no hubo ninguna
ayuda del gobierno por decir estatal y federal,
pobre ciudad, le hemos quitado la riqueza de
sus pueblos que los alimentaban, sus rancherías, y no se ha devuelto nada, ni una fuente
de trabajo, ahora con el movimiento de Pueblo
Mágico se ha venido la transformación del rostro de la ciudad pero… Cómo considerarlo si
es un municipio pequeño, alejado de las carreteras federales, las grandes fuentes de trabajo
“Tenemos, como parte del estado de Sinaloa,
equivocadamente una mala imagen en el extranjero. Lo que pasa es que el municipio del
Fuerte es muy grande, cuando pasa algo aquí
en el municipio, los periódicos principalmente,
por ejemplo cuando matan a una persona, dicen mataron una persona en El Fuerte y no es
en El Fuerte ciudad, sino en el municipio del
mismo nombre; por lo que respecta aquí en la
ciudad, pues es una ciudad muy tranquila y
como le digo, la mala propaganda que nos hacen nos ha alejado mucho al turista y los que
más sufren son los hoteleros, tienen los hoteles
vacíos, los prestadores de servicios turísticos,
como los taxistas, son los que están sintiendo
más la crisis […]” (Guía de turistas)
Otra persona hace alusión a la inseguridad real o imaginada en El Fuerte de la
siguiente forma:
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“No ha habido mucho turismo por la violencia,
pero en realidad no hay problema porque sólo a los
que se portan mal se los llevan [risas]” (Mesero)
Con cierto humor, un habitante describe
bastante bien la actual situación de El Fuerte respecto del turismo y el color que le evoca la ciudad:
“[…] de un color muy verde porque está muy
verde a los alrededores, ¿no? Está verde bonito
y cuando había gringos estaba más verde porque había muchos dólares, ahorita no (risas),
antes era un color verde bonito […]” (Vendedor
de cacahuates)
El Fuerte a través de la narrativa escrita
Una característica sobresaliente de la narrativa
escrita3 en (y sobre) El Fuerte, es la diversidad
simbólica que asumen los sentidos del lugar.
Hemos encontrado diferentes tramas narrativas
que, de seguirse por separado, mostrarían itinerarios de significación distintos sobre un mismo
entorno socioespacial, como si se hiciera referencia a diferentes demarcaciones y territorios.
Pero si el ángulo desde el que apreciamos
esta diversidad es otro, y nos situamos en un
enfoque caleidoscópico, tal diversidad permite
acceder a un mismo entorno, uno “construido”,
simbolizado y narrado a partir de las diferentes
historias vividas. Desde esta perspectiva, cada
trama narrativa abre “puertas” distintas, a través de las que es posible acceder a diferentes dimensiones del imaginario y sentidos del lugar.
Asimismo, cada trama ofrece un crisol de significados que enmarca la subjetividad y el sentido que fluye a través de dichas narrativas, en
tanto que totalidad concordante y discordante
(Ricoeur, 2006).
Lo anterior nos lleva también a la consideración de que “una misma realidad puede ser
3 Recuperamos la narrativa escrita a partir de relatos
de autores locales contenidos en libros, reseñas y revistas
sobre El Fuerte.
construida [y narrada] de diferentes formas en
función de distintos puntos de vista” (Lindón,
2007, p. 6) que se forjan a partir de la propia experiencia o de la experiencia de los otros próximos, situados en coordenadas históricas compartidas temporal o simbólicamente.
La narrativa escrita en El Fuerte configura nichos de significado de índole diversa
en las tramas que hemos identificado. Una de
ellas se construye a partir de la historia y el legado indígena, a través de los cuales es posible
acceder a una dimensión simbólica que engarza
naturaleza, etnicidad y lucha por el territorio.
Esta trama se encuentra hilvanada por diversos
sucesos anudados al fluir de la historia colonial
de la región, con énfasis en las luchas encarnizadas entre indígenas y españoles, en que se describen en detalle estrategias y feroces prácticas
para lograr propósitos contrarios: la defensa del
territorio ancestral indígena y la conquista “del
nuevo mundo”.4
Del fragmento que reproducimos a
continuación emergen no sólo algunas de las
evidencias históricas de la lucha por el territorio,
sino los asideros simbólicos del autor que dan
sentido a esta trama en un relato en que se
ponen de relieve los agravios de los peninsulares
y se justifican las respuestas indígenas aun
cuando éstas fuesen equiparables a la magnitud
de tales agravios. La herida del proceso de
colonización sigue fresca en el imaginario del
autor, de ahí que hilvane el relato con adjetivos
4 La tensión entre ambos propósitos marcó un largo período de luchas en la fundación de la ciudad de El Fuerte,
en el que, a decir de algunos historiadores de la región
(Quintero, 2007; Ruíz, 2005; Miguel, 1994), se distinguen tres momentos: fundación de San Juan Bautista
de Sinaloa, por Francisco de Ibarra en 1564, asaltada e
incendiada por los indios y abandonada en 1569. La ciudad fue refundada por Pedro de Montoya en 1583 bajo
el nombre de San Felipe y Santiago de Sinaloa, siendo
arrasada y quemada por los indios en 1584. Finalmente,
con la construcción de la fortificación construida entre
1604 y 1610, Diego Martínez de Hurdaide funda El
Fuerte de Montesclaros.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 117
reivindicatorios de la resistencia indígena en
defensa de lo propio.
Como la mayoría de los capitanes indígenas,
Ayapin fue descuartizado por el Capitán Francisco Vázquez de Coronado (en 1539), según
por haber desatendido los ruegos de paz. Sin
embargo el temple indómito de la sangre Mayo-Yoreme no se torció, no agachó la cabeza ni
se sometió con esa ejecución perversa (…) Hacía unos meses que el débil fuertecillo de adobe,
palizada y horcones construido por el Capitán
español Antonio Sotelo de Betanzos (inicialmente solo con la ayuda de sus criados y esclavos negros), había sido carbonizado y destruido
por el coraje y el perfil de la sangre Sinaloa (…)
Al Capitán Pedro de Montoya, los Zuaques lo
ejecutaron al rito guerrero de los Mayos, y explica la historia que una vez flechado y vencido
Montoya en el suelo desfalleciendo, un guerrero Zuaque se acercó y le traspasó la cabeza a
través de los ojos, una jara en cada ojo. (Ruíz
Bernal, 2010, pp. 12, 40 y 58)
Por otro lado, en la narrativa escrita
encontramos también una trama en que el río
(bien que se aluda a él explícitamente o a través de referencias indirectas) constituye un elemento central de lo que podríamos llamar “el
mito fundacional prehispánico” de El Fuerte,
que anuda la dimensión material del territorio
(simbolizado en el río Fuerte) con la presencia
indígena, su cultura y sus símbolos, en la configuración y significación del territorio originario.
El río constituye uno de los ámbitos de
sentido en esta trama narrativa. Los significados que salen a flote se materializan en referencias que lo hipostasian, ya sea como significante
omnipresente o como referente de naturalización que fluye a través de diversos significantes próximos (como el malecón, las presas) con
que los sentidos del lugar, cuyo significante
es el río, remiten a significaciones que tras-
cienden la inmediatez y materialidad de éste
como afluente hídrico. El río, como testigo de
la historia del lugar y de sus luchas intestinas
por el territorio, es símbolo, es seña de identidad y legitimidad de “sus verdaderos hijos”:
Nosotros los que habitamos, los que vivimos
en el valle de San Juan de Carapoa a la orilla
del río Fuerte Sinaloa somos los verdaderos
indios sinaloas, nosotros los fortences que
vivimos a la vega del río más caudaloso de la
hidrografía sinaloense, somos los reales indios
sinaloas, no los habitantes de Sinaloa de Layva
o Guasave como por error histórico, por falta
de conocimiento se ha dado como cierto. Los
antiguos del río Petatlán, hoy río Sinaloa, son
los descendientes de tan aguerrida raza, la
nación Sinaloa. (Ruíz Bernal, 2005, p. 12)
Esta trama narrativa también sigue
otras veredas simbólicas en las que el río es el
protagonista central en las atribuciones de sentido. Hemos encontrado distintos ámbitos de
sentido cuando éste se constituye en referente
identitario: el río como naturaleza y cultura, el
río como entidad omnipresente y el río como
paraíso. En el primero, el sentido del lugar vincula al río con el desarrollo económico y, simultáneamente, con la historia pasada de la región
y con el porvenir.
El río Fuerte constituye, sin duda, la fuente de
la riqueza de esta región. En sus aguas se refleja la prosperidad del municipio, pero, el río
Fuerte significa algo más que la necesaria riqueza material; representa simbólicamente la
cultura de este ámbito regional, y su corriente,
en su perene fluir hacia el Mar de Cortés, funde, amalgama, cohesiona, los recuerdos de un
heroico pasado con los permanentes anhelos del
porvenir. El río Fuerte es historia y realidad.
(Miguel, 2000, p.11).
118
El sentido de omnipresencia se hace
evidente en aquellos relatos en que se identifica al río Fuerte con otros que han marcado hitos en la historia mundial, pero
también en las referencias en que explícitamente se alude a su significación como un todo.
[…] el Río Fuerte, como aquellos grandes ríos del
mundo, llámense Nilo, Tigris, Éufrates, Ganges
o Brahmaputra (por mencionar algunos que en la
antigüedad lo fueron todo), aquí también lo fue
todo; y aún lo sigue siendo. (Miguel, 2000, p. 11)
El valle al que nutren las aguas del río
Fuerte se identifica con el paraíso, con la tierra
prometida “libre del pecado original”, con el lugar
de la eterna felicidad. Para dar credibilidad a tal
atribución de sentido se recurre a fuentes históricas con las que se busca legitimar el contenido
narrativo que “envuelve” este sentido de lugar.
Don Sergio [se refiere al historiador Sergio
Ortega Noriega], como religioso que ha sido,
tiene conocimiento de causa como para calificar al Valle del Fuerte y su región como
aquel bíblico Edén, por el cual los humanos
sentimos añoranza. (Miguel, 2000, p. 12)
Una de las variantes de la trama cuyo
significante es el río se entrecruza con aquella
que se erige a partir de la historia y el legado indígena. Es decir, el sentido de lugar construido a
partir de las reivindicaciones y luchas territoriales se encuentra fuertemente imbricado, “encarnado” en el río como significante y referente del
territorio originario, de ahí que se dispute incluso el nombre del afluente hídrico -considerado
original- para arraigarlo al origen precolombino
del territorio propio, que es proclamado y defendido en los relatos que hemos explorado.
El río Fuerte ha sido llamado por varios nombres y el nombre más antiguo es el de río Cínaro
o río Sinaloa, fue llamado también río Carapoa
o río Zuaque, nombre cahita derivado de la
palabra suua (que significa en medio) y huaqui (que quiere decir río de en medio), por su
ubicación en la región cahita al sur de los ríos
Yaqui y Mayo y al norte de los ríos Sinaloa o
Petatlán y Mocorito […] Río Cínaro o Sinaloa,
río Carapoa o río de Santa María de Ahome,
o río Fuerte, son el mismo cauce, sin embargo
su nombre propio por antigüedad y por su raza
es el de Río Sinaloa5 […] muchos desconocen el
origen del nombre y la tierra del indio Sinaloa
creyendo por el nombre del río Sinaloa, antiguo
rio Petatlán, que la nación Sinaloa floreció en el
río Petatlán, cosa errónea e inexacta y como la
propia historia demuestra que el valle de Carapoa y el río Cínaro, hoy río Fuerte, son cuna del
indio Sinaloa. (Ruíz Bernal, 2005, pp. 5 y 19).
En esta misma vertiente de la narrativa escrita, la centralidad del río como depositario de sentido se erige en el imaginario
como protagonista principal que acompaña
el acontecer histórico social de aquellos puntos de la geografía por los que encamina su
curso. Significado así, el río marca la historia
de los conglomerados sociales porque se encuentra unido a ellos con indisoluble vínculo.
Entonces, la historia de una villa, de una ciudad, de un municipio o de una región es, como
lo dijera el ilustre historiador don Filiberto L.
Quintero, oriundo de Mochicahui, distrito de El
Fuerte, la historia integral del río en cuestión.
(Miguel, 2000, p. 11)
Pero también encontramos en esta vertiente de la trama la disputa por el nombre del
río, enlazada al significado de expoliación y pérdida, cuando se recrea una parte de los sucesos
ocurridos durante el proceso de colonización
en la región donde hoy se sitúa la ciudad de El
5 El subrayado es nuestro.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 119
Fuerte. Esta disputa anuncia –como puede apreciarse en el siguiente fragmento- la superposición de referentes identitarios para dar sentido
al lugar. Mientras que el nombre de El Fuerte
-para identificar al río- lo liga significativamente con el fortín y su significado, en la lucha de
resistencia indígena durante la colonización
española, el nombre reclamado como original
(Cínaro o Sinaloa) es un referente que da sentido al lugar en tanto que territorio originario:
Un cúmulo de piedras labradas dan marco a
esta tierra yerma, testigo silente de un suceso
histórico de un acontecimiento que nos robó,
que nos usurpó el nombre propio de nuestro río
Fuerte, antigua y originalmente llamado río Cínaro o Sinaloa (…) y así con mucho ahínco y con
buena suerte, me encontré con mi metate de Pedro de Montoya, tal vez único vestigio del Fortín Español que construido en el siglo XVI, en
el año de 1583, raíz histórica de la pérdida del
nombre original de nuestro río, antiguamente
llamado río Cínaro o Sinaloa, o de los sinaloas.
(Miguel, 2000, pp. 21 y 27).
Así como las referencias a aquello
que se considera lo originario, “lo propio”, están plagadas de proposiciones y adjetivos que
exaltan la “sangre indígena” y la rebelión de
los caudillos indígenas en defensa del territorio, las que aluden a los Otros (los colonizadores) están formuladas con expresiones
y términos con los que se les desacredita o se
les juzga como débiles o perdedores. Este tipo
de referencias las hemos encontrado cuando
se alude al fortín construido por los españoles.
Sotelo de Betanzos también se dio a la tarea de
construir un débil fuerte de adobes y horcones
el cual no fue suficientemente capaz de detener
los ataques de zuaques, tehuecos y sinaloas y
fue finalmente incendiado y arrasado. (Ruíz,
2005, p. 7)
Hacía unos meses que el débil fuertecillo6 de
adobe, palizada y horcones construido por el
Capitán español Antonio Sotelo de Betanzos
(inicialmente solo con la ayuda de sus criados
y esclavos negros) había sido carbonizado y
destruido por el coraje y el perfil de la sangre
Sinaloa. (Ruiz, 2010, p. 40)
Las tramas narrativas mostradas hasta
aquí se construyen a través de relatos en los que
se significa el lugar a partir de referentes y referencias fuertemente vinculados a sucesos de
la historia colonial de El Fuerte. Pero también
encontramos otras, en las que los sentidos del
lugar se construyen a partir de significaciones
cuyas atribuciones de sentido están centradas
en el presente y, desde esa posición se juzgan
las pérdidas en relación con algunos “asideros”
identitarios muy valorados.
Cuando se hace referencia, por ejemplo,
a la tradición indígena, el sentido de pérdida fluye a través de las referencias en las que se juzga
la originalidad en los símbolos de ciertas prácticas ceremoniales
Los mayos siguen conservando sus tradiciones,
sobre todo, aquellas relacionadas con ceremoniales místicos; Semana Santa, Día de Muertos, fiestas del santo patrón de la comunidad,
etc. […] Se ha notado en los últimos años una
constante alteración o degeneración en la indumentaria que usan en sus danzas o representaciones. Las máscaras de ‘judíos’ que tradicionalmente eran de cuero de algunos animales del
monte, ahora las hacen de hule de personajes
chuscos, terroríficos, políticos, etc., que el comercio ofrece. Las fiestas tradicionales principales, se han ido transformando en una feria
con juegos mecánicos, con tianguis y culmina en
baile popular con venta de bebidas alcohólicas.
(Parra, 2010, pp. 109-110)
6 Los subrayados son de los autores.
120
El sentido de pérdida también fluye
cuando se hace referencia a las costumbres
del pueblo, especialmente a sus formas de sociabilidad y las prácticas de ocio. Se alude, por
ejemplo, a que la convivencia familiar, antes
característica de los fines de semana, se ha ido
perdiendo y que se ha diferenciado por género.
Se hace hincapié en que los varones suelen acudir a lugares como La Galera –a orillas del río- a
ingerir bebidas embriagantes y que la costumbre tradicional de pasear en la plaza ha ido decayendo (Parra, 2010, p. 110).
Por otro lado, cuando se significa el carácter del fuertense, se marcan diferencias entre el medio urbano y el medio rural. En el primero, prevalece un carácter considerado como
“abierto” en lo general, pero diferenciado entre
adultos y jóvenes, participativo pero con poca
iniciativa, alegre y comunicativo, pero apático
para involucrarse en eventos culturales (Parra,
2010, p. 110). En el segundo se reconocen atributos como respeto, nobleza, solidaridad, apego al hogar, franqueza y mayor inclinación a las
tradiciones. La atribución de significados, en
este caso, se refiere a la población indígena de la
localidad (mayos).
El grupo mayo de las comunidades rurales es
muy respetuoso, amigable, celoso de sus tradiciones, guardan secretos de la comunidad, los
adultos hablan entre ellos su dialecto, son muy
unidos, se tratan con igualdad y respetan mucho a las autoridades. (Parra, 2010, p. 110)
Lugares e imágenes de postal
El propósito de narrar es comunicar hechos o
sucesos tanto reales como imaginarios que podrían ir del acontecer diario a lo histórico, a mitos, cuentos y leyendas, de manera que un texto
narrativo se podría definir como “el discurso
que trata de incorporar lingüísticamente una
serie de acontecimientos ocurridos en el tiempo
y que tienen una coherencia causal o temática”
Zavala, Yauri, Panduro y Mendoza (2010).
Por otra parte, retomar la imagen para
narrar algo, nos lleva a dar un valor a la imagen
y un sentido interpretativo histórico, cultural y
económicamente aceptado por un imaginario
social. Palacios Mejía, (mencionada por Zavala et
al., 2010) dice al respecto que “la imagen, su valor
expresivo y comunicativo, constituye uno de los
elementos más importantes en el desarrollo de la
cultura y en la comunicación del pensamiento”.
Ahora bien, tratar de interpretar una
imagen captada en el tiempo, es tanto como
describir el imaginario social retomando como
única herramienta los elementos capturados
por una lente, que a su vez conduce a indagar
sobre lo interpretado, es decir, ¿acaso la imagen
nos comunica el mismo mensaje a todos los que
la observamos? Habría entonces que interpretar esa imagen desde diferentes ópticas disciplinarias para descifrar más ampliamente el mensaje que aporta lo captado. Lo anterior nos lleva
a concluir que la intención en este espacio no es
más que retomar la imagen como herramienta
visual de comunicación y tratar de narrar fragmentos del entorno captados a través del tiempo en un espacio y lugar determinado.
El Fuerte, Sinaloa, es un Pueblo Mágico
por nombramiento de la SECTUR y porque así
lo afirma el imaginario social de sus pobladores.
Las imágenes sobre el pueblo muestran cómo el
imaginario, además de responder a la elaboración simbólica de lo observable, se representa
como un proceso de comunicación construido
a partir de referencias apreciadas por la población y que se manifiestan en la realidad local.
En ese sentido, se retoman diversas imágenes,
que a juicio de los pobladores son muy significativas y expresan el imaginario social de El
Fuerte. Las imágenes son de lugares sentidos
y apropiados por la comunidad, son los lugares
que le dan identidad y provocan un sentido real
de pertenencia respecto de su pueblo. Para lograr esto, se trabaja con diversas imágenes que
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 121
corresponden a distintos momento de la historia de El Fuerte, se procura observar en ellas
el intento por capturar momentos fundantes y
que a consideración de los fotógrafos expresan
experiencias que marcan y distinguen al lugar.
Las fotografías pretenden testimoniar cómo se
construyó el lugar a partir de espacios, escenas
de la vida cotidiana, sitios de convivencia y socialización, además de obras emblemáticas que
marcan tiempo y espacio del imaginario social.
De entre las imágenes antiguas que
se conservan, destacan las captadas por Ira
Kneeland, que datan de 1890 y son parte de una
expedición hacia Chihuahua por colonizadores
norteamericanos utopistas que fundaron
Topolobampo e iniciaron el aprovechamiento de
las aguas del río Fuerte para la agricultura en el
actual Los Mochis, Sinaloa. En la segunda mitad
del siglo XIX, el pueblo creció, aumentó el número
de habitantes, se construyeron edificios de uso
público con fines religiosos y cívicos que indican
el tránsito hacia una sociedad más urbanizada
Imagen 5. Calle principal de El Fuerte.
Fuente: Ira Kneeland, 1890.
Imagen 6. Vista de la Plaza de Armas y Los Portales de El Fuerte, Sinaloa.
Fuente: Ira Kneeland, 1890.
122
y a tono con la conversión de villa a ciudad, en
1906. En las imágenes se aprecian los distintos
pasajes que caracterizan a El Fuerte de la época:
prevalencia de las actividades primarias, una
sociedad marcada por tradiciones religiosas,
momentos de recreación de la población, deseo
de asumirse como ciudad y punto regional
relevante para el abasto y comercio.
Los pobladores de El Fuerte, Sinaloa, se
distinguían desde el siglo XIX por ser personas
alegres que gustaban de las fiestas religiosas y
la algarabía de las verbenas populares donde
destacan los puestos que ofrecían artesanías.
La fiesta brava era también característica de los
festejos anuales del pueblo.
Uno de los personajes contemporáneos
que captaron las imágenes del pueblo es don
Mario León Leyva, oriundo de Pitiquito, Sonora, e hijo adoptivo de El Fuerte desde el 28 de
octubre de 1959, fecha en que lo conquistó el
pueblo y su gente; fotógrafo de profesión y de
vocación. Fue él quien detuvo el tiempo del pueblo a través de la imagen. Hoteles, restaurantes
y edificios públicos adornan sus paredes con
Imagen 7. Vista de la fiesta en El Fuerte. Al fondo la Catedral.
Fuente: Ira Kneeland, 1890.
Imagen 8. Corrida de toros efectuada en El Fuerte.
Fuente: Ira Kneeland, 1890.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 123
Imagen 9. Palacio Municipal.
Fuente: Mario León Leyva.
paisajes de El Fuerte y sus alrededores captados
por la lente de ese hombre cautivado y enamorado del lugar y que a manera de tributo le ofreció inmortalidad a través de la imagen al pueblo
que lo acogió. Los fuertenses lo presumen y se
identifican con sus apreciaciones cuando se refieren a los lugares que le dan significado a El
Fuerte y a su historia.
El palacio municipal es uno de los
orgullos del fuertense. Su construcción data de
principios del siglo XX, y fue inaugurado en 1907
por el presidente municipal Francisco M. Torres.
Su monumental figura impone al visitante, y
por las noches, su iluminación lo hace aún más
majestuoso. Rodeado de portales con arquería
interior, al centro se observa una fuente instalada
Imagen 10. Quiosco en la Plaza de Armas.
Fuente: Mario León Leyva.
124
muchos años después de la construcción del
inmueble, cuando el entonces gobernador
Alfonso G. Calderón quiso restaurar y remodelar
el palacio. Cuentan que en un principio el
proyecto estuvo en manos del ingeniero Luis
F. Molina, pero finalmente su construcción fue
obra del ingeniero Francisco Salido. Por este
cambio y por modificaciones al proyecto original
hubo errores y desigualdades en sus cuatro lados,
aunque su arquería aparenta una exacta simetría.
Es un placer pasear por la plaza rodeada de
palmas y jardines en cuyo centro se levanta
un kiosco, pieza única de la época porfiriana.
De entre sus adornos naturales sobresalen
los árboles de pingüica y los rosales blancos
y rojos. Al caer el sol se encienden las luces de
sus farolas y poco a poco se empieza a poblar,
como si los jóvenes fuertenses se pusieran de
Imagen 11. Museo.
Fuente: Mario León Leyva.
acuerdo para reunirse en la plaza a conversar,
caminar o simplemente disfrutar de un helado.
Para los adultos también parece ser el punto de
encuentro, pues igual que los jóvenes, disfrutan
la plaza sentados en las bancas y charlando
bajo la sombra de un árbol. Cuentan los más
viejos que en sus tiempos se acostumbraba
caminar en torno a la plaza, pero los de clase
alta lo hacían sólo por el anillo interior, mientras
que los demás paseaban por el anillo exterior.
El museo es otro orgullo para los fuertenses, y
remite a la construcción que dio origen y nombre no sólo a la ciudad, también al río aledaño.
La función de la fortaleza ya no es resguardar
el lugar, pero sí la historia de El Fuerte, Sinaloa. En ella se encuentran reliquias que datan de la colonia y de las diferentes épocas de
El Fuerte: momentos coyunturales, fotografías de la época, historias de políticos regionales y de familias que tuvieron una participación importante en la historia del pueblo.
Este monumental inmueble es una réplica del
fortín original, ya que de él sólo quedaron ruinas.
Cuenta la historia que cuando los españoles llegaron a la región del río Fuerte, ésta se encontraba ocupada por grupos indígenas entre los que
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 125
Imagen 12. Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
Fuente: Mario León Leyva.
destacaban tehuecos, zuaques y cinaloas, considerados de los más bárbaros y guerrilleros de
la región, de ahí que los españoles (al mando del
capitán Diego Martínez de Hurdaide) decidieran
la construcción de un fuerte que los resguardara de sus ataques. Así fue como en 1608 inician
la construcción, concluida en 1610. La fortaleza
militar llevó el nombre de “El Fuerte de Montesclaros”, en honor a Don Juan de Mendoza y Luna,
Marqués de Montesclaros y virrey de la colonia.
Aunque no se sabe a ciencia cierta en qué el año
se construyó, la iglesia dedicada al Sagrado Co-
razón de Jesús data del siglo XIX. Según el historiador Fernando Ocaranza, hacia el año de 1854
el templo era una de las principales edificaciones
del lugar. Una leyenda popular atribuida a Rafael Venegas, párroco de El Fuerte que vivió entre 1930 y 1950, cuenta que existió junto al río
un noviciado de jesuitas donde se formaban los
misioneros que después se ubicarían en la sierra
Tarahumara. Se cree que existía un túnel que iba
del noviciado, hoy desaparecido, hasta la iglesia
del sagrado Corazón de Jesús. La torre del templo se construyó hacia 1857 gracias a las familias
126
Imagen 13. Presa Miguel Hidalgo.
Fuente: Adrián García Grimaldo.
adineradas del pueblo que completaron la obra
apoyando con recursos la construcción del altar
mayor y la colocación de cemento en el piso.
La serie de fotografías que ilustran
el siguiente apartado son de Adrián García
Grimaldo, reconocido fotógrafo de El Fuerte,
y corresponden a lugares representativos de la
ciudad y orgullo del pueblo: las presas, el río y
La Galera. Estos espacios dan identidad a los
lugareños y tienen como principal referente
el río Fuerte. La presa Miguel Hidalgo, a diez
kilómetros de la ciudad, fue construida en 1952
Imagen 14. Río El Fuerte.
Fuente: Adrián García Grimaldo.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 127
para producir energía eléctrica e irrigar los
cultivos de la zona agrícola del Valle del Fuerte.
En 1965 se construye una segunda presa que
lleva por nombre Josefa Ortiz de Domínguez,
que amplía enormemente la extensión de tierra
cultivable. De entre las aguas que controlan
ambas presas se encuentra las de los arroyos
Verde, Chinatu, Chinobampo, Baymena,
Álamos, San Felipe, Jecolua y Sibajahui.
Ambas tienen un paisaje digno de admirarse,
y los lugareños las presumen sin reparos.
La majestuosidad del río El Fuerte se
descubre caminando 200 metros al norte de la
plaza central; nace en el estado de Chihuahua,
y es considerado uno de los más largos y caudalosos de la región. Los primeros pobladores
Imagen 15. Puente en La Galera.
Fuente: Adrián García Grimaldo.
de la antigua provincia de Sinaloa eran tribus
indígenas establecidas en sus orillas. De entre los productos que el gran río les ofrecía se
cuentan lobina, bagre, cauque y mojarra, entre
otras variedades. Según su gente, el río es lo que
da color y olor al pueblo, es un gran señor que
no sólo los abastece del vital líquido, además
les ofrece alimento, descanso y convivio. Para
los lugareños, el río es parte de ellos, lo ven sin
verlo, a veces no es necesario ni mencionarlo,
sólo saben que forma parte de ellos, sólo saben
que es un miembro más de la familia fuertense.
La cotidianidad del pueblo sumerge a
su gente en actividades comunes: a los niños y
jóvenes los arropan sus responsabilidades escolares, se ocupan en actividades propias de su
etapa formativa; los más adultos van y vienen a
sus lugares de trabajo, las amas de casa se ven circulando por el mercado y se concentran en sus
quehaceres del hogar. Pero cuando llega el fin
128
de semana –dicen– coinciden todos en un punto de reunión con actividades propias de cada
edad: en La Galera los niños juegan, corren y se
divierten a orillas del río, mientras que algunos
jóvenes se sumergen en sus aguas, otros prefieren el deporte o simplemente, la charla. Los más
viejos gozan por igual, y mientras unos pescan,
otros disfrutan de una cerveza y preparan platillos a base del pescado que ya han sacado del
río. Es La Galera un lugar de esparcimiento, un
parque recreativo, construido para divertirse y
relajarse después de una larga jornada de trabajo.
Reflexiones finales
El Fuerte, Sinaloa, es un Pueblo Mágico cuyos
habitantes se dedican primordialmente a
actividades primarias, siendo la principal, la
agricultura. El caudal del río Fuerte, que atraviesa
el municipio y pasa por la ciudad, permite la
moderna agricultura de riego del norte del estado.
Las presas establecidas en su cauce controlan las
avenidas de agua, facilitan la pesca y favorecen la
gastronomía de agua dulce que enorgullece a los
habitantes. La vida cotidiana de la ciudad tiene al
río como uno de sus referentes principales: crea
el espacio público de encuentro y socialización de
la población, en sus orillas se platica, se pasa la
tarde, se bebe y come. El río nutre continuamente
el imaginario social y es parte de los elementos de
identidad local.
El Fuerte tiene suficientes atributos y
cualidades naturales, históricas, culturales y
sociales que han construido a lo largo del tiempo
una sólida identidad local y un gran sentido de
pertenencia que se demuestra en el orgullo de
su población respecto de la ciudad. El trabajo
de campo con los habitantes no deja dudas al
respecto. El Programa Pueblos Mágicos ha tenido
en El Fuerte un efecto limitado a la creación de
imagen urbana y a exaltar el patrimonio cultural
mediante la recuperación del centro histórico.
La operación del programa tiene dificultades
y obstáculos entre lo que la comunidad quiere
e imagina de su pueblo y lo que pretenden las
autoridades municipales y de Turismo. Tal
desajuste en el Programa aflora en el imaginario
social en términos de ganadores y perdedores.
El turismo es una actividad muy
deprimida en El Fuerte. La inseguridad y violencia
que existen en Sinaloa han alejado e inhibido a
los turistas, tanto extranjeros como nacionales.
El Programa Pueblos Mágicos no ha influido para
transformar esa situación. Las intervenciones
de tipo arquitectónico e ingenieril realizadas en
el centro histórico no han sido suficientes para
impulsar el turismo. El Programa es considerado
por la población como una política lejana y
distante, que no facilita la participación de la
comunidad ni realiza actividades de difusión y
promoción de sus objetivos y alcances.
Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México 129
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Rediseño de ciudades turísticas en el noroeste de México
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