Cuando habían transcurrido solo dos años de la inauguración

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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones.
(S-3456/10)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Su beneplácito y satisfacción por la conmemoración del centenario de
la creación de la Iglesia San Francisco Javier de Guatraché Provincia
de La Pampa, el día 6 de noviembre de 2010.
María de los Angeles Higonet.- Carlos A. Verna. FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Cuando habían transcurrido solo dos años de la inauguración oficial de
la localidad de Guatraché, en el sudeste del entonces Territorio
Nacional de La Pampa Central, se inaugura en un terreno considerado
como geocéntrico del pueblo, la Iglesia San Francisco Javier, de la
comunidad salesiana rectora de gran parte de la evangelización
territorial.
Había nacido en medio de disputas de un territorio disponible luego de
la controvertida “Conquista del Desierto, confiado a los capellanes del
Arzobispado de Buenos Aires y a franciscanos de Río Cuarto. Fueron
los salesianos quienes se ocuparon de la tarea desde 1896, y desde
1910 luego que el obispo de La Plata, desmembraran algunas
secciones del territorio y crearan la capellanía vicaria en Guatraché, a
cargo del padre Teodoro Kraemer.
A pesar de versiones distintas en cuanto a la decisión final de la
construcción y erección de la capilla, en terrenos propiedad de la
Guatraché Land Company cuyos propósitos era edificar una iglesia
protestante, fue este presbítero Kraemer quien inauguró el 6 de
noviembre de 1910, la capilla y según las crónicas “hubo mucha
concurrencia, se llenó la Iglesia”.
Daba comienzo a una proyección religiosa de una iglesia destinada a
“atender” a una heterogénea feligresía, en un escenario donde “costó
conquistar para Cristo”, ya que el clima geográfico era “frío e
indiferente”. Hubo una intensa y difícil tarea misional en sus
comienzos, atendiendo las demandas del público católico conformado
por migrantes españoles e italianos, a los que se les sumarían los
colonos ruso-alemanes. Todos ellos contribuían además a un recorrido
zonal que abarcaba Colonia Santa Rosa, Carlota, San Miguel (Perú),
Alpachiri, General Campos, Los Toros, Marí Mamuel, Campo Pérez,
Macachín, administrando comuniones, bautismos, matrimonios y
pronunciación de charlas litúrgicas.
También aquel plan original se orientaba a fortalecer la feligresía laica,
por eso se conformaron asociaciones parroquiales como el Apostolado
de la Oración, la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, y otras,
mientras que el Colegio Salesiano, concebido en sus inicios como
ámbito de formación de los niños, lograba el reconocimiento oficial del
Consejo Nacional de Educación.
No quedan dudas en este aspecto la importancia de la Iglesia en lo
que respecta a una tarea al cobijo de su práctica original, la educación
de los niños para crear una identidad argentina, esa demanda que
aparecía como prioritaria desde los ámbitos oficiales.
Por eso conviene reforzar el cuadro de presentación, con las crónicas
que refieren a la participación de esos alumnos en festividades cívicas:
“¡Pueblo de Guatraché! La patria reclama para su glorioso aniversario
el cariño y el civismo de todos sus hijos. Nadie puede faltar a los actos
anunciados. Sea patriota y concurra con todos sus amigos”. Esa
proclama era publicada a través de un afiche para los actos del 9 de
julio de 1932.
Siguieron varios años más bajo la regencia salesiana donde la Iglesia
local consolidó, robusteció sus vínculos con el poder político y adquirió
mayor legitimidad en el ámbito social.
Vendría el tiempo a mediados de los años 50 de la renovación palotina
luego de una época donde los salesianos daban comienzo a su retiro,
dentro de un marco de estrecha relación del Estado con la Iglesia,
cuando el mito de la nación católica parecía encarnarse con la figura
de Perón, aunque a nivel local no hay registros de esas relaciones de
esa institución con el peronismo local.
Conviene recordar que la visión de los palotinos se apoyaba en la idea
de que el apostolado es una nota esencial del ser cristiano, por eso
con su llegada comenzó una redefinición del vínculo entre los curas y
los fieles. Los jóvenes ocuparían una centralidad en la pastoral, claros
ejemplos son el internado para jóvenes y la creación del Instituto
Alberdi de enseñanza secundaria, del cual el palotino Michael Thies
fue su primer director.
Debemos resaltar la figura del Padre José Domingo Barbero, quien
tuvo una fuerte y destacada proyección en la comunidad de
Guatraché, con un reconocimiento social más allá de su condición:
“Barbero es José a secas, el padre José, el cura de Guatraché, que
llegó hasta allí hace algunos años para quedarse en el corazón de
todos quienes lo conocieron”. Su trágica desaparición a raíz de un
accidente, generaría una movilización que deparó la asignación a
través de un decreto provincial Nº 1484 del año 1993 para la Escuela
Especial Nº 11 cuyo nombre es “Padre José Domingo Barbero”.
Siguió su itinerario de compromisos religiosos y sociales la Iglesia San
Francisco Javier, hoy al resguardo de los diocesanos, además del
ámbito de la localidad de Guatraché en otras poblaciones vecinas,
hasta la actualidad con esa relación íntima de la feligresía.
Es por todo lo expuesto que pido a mis pares que me acompañen en
la aprobación de presente proyecto de declaración. –
María de los Angeles Higonet.- Carlos A. Verna. -
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