LA INVERSIÓN NORTEAMERICANA EN EL GRUPO ANDINO

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LA INVERSIÓN NORTEAMERICANA EN EL
GRUPO ANDINO*
Sergio Bitar
I.
INTRODUCCIóN
La aguda escasez de fínanciamiento externo ha acrecentado en la América
Latina la preocupación por atraer mayores inversiones extranjeras para
compensar la contracción del crédito bancario. En los países del Grupo
Andino (GRAN) esta preocupación se ha manifestado en diversas propuestas para modificar la Decisión 24, que regula la actividad de las corporaciones transnacionales (ex), con la presunción de que tales modificaciones alterarán el comportamiento de esas corporaciones. Para actuar
con eficacia es preciso analizar previamente la plausibilidad de dicha presunción. De partida se comprueba que el flujo de inversión extranjera
directa (IED) está condicionado por factores de naturaleza global y depende sólo marginalmente de las políticas que implantan los países en
desarrollo receptores de inversión, en este caso los andinos. Para efectuar
un análisis equilibrado de la situación es preciso observar el fenómeno
de la IED desde la perspectiva de los países generadores de esa inversión
y de las compañías transnacionales que la materializan. En particular es
imprescindible revisar la política de inversiones internacionales de los
Estados Unidos.
Los determinantes de los flujos de inversión originada en ese país son
variados. Pueden distinguirse por lo menos 4 categorías de factores: i) la
evolución de la economía mundial, en particular la de los países industrializados; ii) la política económica internacional de los Estados Unidos;
iii) los criterios y los comportamientos de las transnacionales, y iv) las
políticas que adoptan los países receptores, en este caso el GRAN. En consecuencia es necesario ponderar debidamente el papel inductor que podrían tener las políticas latinoamericanas y no magnificar la capacidad
de las medidas nacionales para alterar los flujos de inversión hacia la
región cuando al mismo tiempo están en juego otros factores internacionales de mayor capacidad explicativa.
En estas notas se analizan las cifras más recientes y se exploran aspectos importantes de la posición norteamericana ante la inversión extranjera. Se mencionan además algunas implicaciones de esas políticas sobre
la América Latina y el GRAN.
• Trabajo presentado para discusión en la Junta del Acuerdo de Cartagena, Lima, 1984.
313
314
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
II.
LAS PRINCIPALES TENDENCIAS Y SUS IMPLICACIONES PARA LA
AMéRICA LATINA Y EL GRUPO ANDINO
1. La importancia de los Estados Unidos
El hecho más importante para la América Latina es que la inversión
extranjera de origen norteamericano representa cerca de 60 % de la inversión extranjera total en la región. En consecuencia, para la América
Latina la inversión extranjera es un tema que se relaciona fundamentalmente con las corporaciones transnacionales norteamericanas y con los
aspectos de la política económica internacional de los Estados Unidos que
inciden en el comportamiento de esas transnacionales (cuadro 1).
Para los Estados Unidos la perspectiva es radicalmente distinta. La
región latinoamericana (excluidos los centros financieros del Caribe, en
particular las Bahamas, las Bermudas y las Antillas Holandesas) constituían alrededor de 13 % de la inversión externa total de los Estados Unidos en 1982. Dicho porcentaje tuvo una notoria declinación a partir de
1950 y se ha mantenido aproximadamente constante entre 1970 y 1982.
CUADRO
1. La importancia de los Estados Unidos en la
en la América Latina (1967-1978)
IED
(Porcentaje del total de inversión extranjera de países desarrollados' en AL)
América
Latina
Argentina
Brasil
México
Panamá
Chile
Venezuela
Colombia
Perú
Ecuador
1967
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
57.8
42.7
25.7
80.0
—
85.3
59.2
66.2
90.5
nd
61.0
49.2
34.2
80.8
83.5
90.1
59.4
72.7
88.9
nd
60.0
49.0
35.4
81.5
81.5
83.9
58.7
69.8
87.4
nd
61.1
46.7
38.7
77.1
83.5
—
57.0
64.0
86.8
nd
54.1
42.1
39.6
75.7
80.0
41.0
59.5
56.1
69.2
nd
58.0
57.7
50.3
66.7
84.7
43.5
46.8
54.0
71.8
nd
62.0
60.7
59.5
64.0
83.2
43.7
51.9
52.5
75.8
nd
54.3
44.3
53.2
63.1
88.4
13.1
47.3
47.0
60.1
nd
52.5
42.5
51.5
60.6
83.2
12.8
49.5
49.5
56.3
42.0
FDENTE: Cifras para los Estados Unidos del Departamento de Comercio, Selected Data on us
Direct Investment Abroad 1970-1976, Washington, 1982 y Computer Print^outs. Cifras para países del Development Assistance Committee (DAC), OECD Development Cooperation, París, varios
números (hasta 1983 la OCDE sólo ha reportado cifras hasta 1978).
» Se trata de los países desarrollados que integran el Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE.
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
315
En 1950 la América Latina representó 37.7 % de la inversión norteamericana en el exterior y en 1970 la ponderación de nuestra región había
descendido a 14.7% (véase cuadro 2).
La información revela que esta asimetría es aún más pronimciada
al observar la situación de cada país o subregión por separado. Los cuatro países del GRAN para los cuales se tiene información desagregada (Colombia, Ecuador, el Perú y Venezuela) sólo acogieron 2.5 % de la inversión total de origen norteamericano en el exterior entre 1978 y 1982
(véase cuadro 2). La estabilización de estas proporciones (luego de su
declinación) por un tiempo ya prolongado sugiere que su nivel es una
cuestión que obedece a factores que trascienden considerablemente lo que
acontece en los países latinoamericanos.
2. La composición sectorial de la inversión
norteamericana
Al observar la composición sectorial de la inversión norteamericana
en la América Latina se aprecia un cambio importante entre 1970 y
CUADRO
2. Inversión directa de los Estados Unidos en el exterior
(1950-1982)
(Porcentajes)
Todos los países
Países desarrollados
Países en desarrollo
América Latina
Argentina
Brasil
México
Panamá
Chile
Venezuela
Colombia
Perú
Ecuador
Grupo Andino
(excl. Bolivia)
1950
1960
1966
1970
1972
1974
100.0
100.0
100.0
100.0
100.0
100.0
48.3
60.6
68.1
68.7
71.3
75.3
4S.7
37.7
3.0
5.5
3.5
0.5
4.6
8.4
1.6
1.2
nd
34.9
23.5
1.5
3.0
2.5
1.3
2.3
8.1
1.3
1.6
nd
26.8
16.6
1.5
1.7
2.6
1.6
1.5
4.1
0.9
1.3
nd
25.4
14.7
1.4
2.0
2.5
1.6
1.0
3.0
0.8
1.0
nd
24.8
13.8
1.3
2.4
2.4
1.5
0.7
2.4
0.7
0.9
nd
18.0
13.3
1.0
3.4
2.6
1.5
0.3
1.6
0.6
0.8
nd
11.2
—
—
—
—
—
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
316
(CUADRO 2 (Conclusión)
Todos los países
Países desarroDados
Países en desarrollo
América Latina
Argentina
Brasil
México
Panamá
Chile
Venezuela
Colombia
Perú
Ecuador
Grupo Alpino
(excl. Bolivia)
7976
1978
1979
1980
1981
7982
100.0
100.0
100.0
100.0
100.0
100.0
73.3
74.5
74.2
73.5
73.1
73.7
21.4
12.5
1.0
4.0
2.2
1.4
0.1
1.1
0.5
0.8
nd
23.1
12.3
0.9
4.3
2.2
1.6
0.1
1.1
0.5
0.8
0.2
23.8
12.1
1.0
3.9
2.4
1.6
0.1
1.0
0.5
0.7
0.2
24.7
12.3
1.2
3.6
2.3
1.5
0.2
0.9
0.5
0.8
0.1
24.8
13.3
1.2
3.6
3.1
1.7
0.4
1.0
0.5
0.9
0.1
24.0
14.1
1.3
4.1
2.5
2.0
0.4
1.1
0.7
1.0
0.2
—
2.5
2.5
2.3
2.5
3.0
Selected Data on üS Investment Abroad 1950-1976, DS Department oí Commerce
Bureau of Economic Analysis, Washington, febrero de 1982 y documentos internos {prínt-outs
de computadora) de la misma fuente.
FUENTE:
1982. Para la región en su conjunto se observa un incremento de la participación en el sector manufacturero. Entre 1970 y 1982 esa proporción
creció de 38 a 48 %. Igual cosa se aprecia en el sector financiero, donde
el incremento de la participación es de 10 a 16 % entre los mismos años.
Ambos avances se han verificado a costa de una menor gravitación del
petróleo y la minería.
Estas tendencias, ya conocidas y estudiadas, se manifiestan con perceptibles diferencias en los distintos países del Grupo Andino. De las
cifras elaboradas en los Estados Unidos se colige que Venezuela es el
país donde se dan con mayor vigor las tendencias señaladas para
la industria (aunque ello también es atribuible a la disminución de la
inversión en petróleo después de la nacionalización). En Colombia el
sector manufacturero también concentra la mayor parte de la inversión
norteamericana, seguido muy de cerca por el petróleo. En Ecuador las
manufacturas atraen una proporción más baja, al tiempo que el petróleo
absorbe más de la mitad. En el Perú, a juzgar por las estadísticas de los
Estados Unidos, la inversión norteamericana en la industria es escuálida
31T
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
y la mayoría de ella estaría concentrada en la minería (véase cuadro 3).
Todos estos datos llaman la atención sobre varios aspectos importantes para la formulación de políticas. El primero y más obvio es que el
vuelco persistente en favor de las manufacturas es reflejo de la mayor
capacidad de las transnacionales para retener poder en las actividades
donde el avance tecnológico o el control de mercado es más acentuado.
Las transnacionales se alejan de los procesos productivos cuya tecnología
se ha difundido y se halla al alcance de los países en desarrollo. En tales
circunstancias la ventaja comparativa de la transnacional es más reducida
y el riesgo de ser intervenida por los gobiernos es más alto. La inversión
extranjera tiende a fluir adonde las barreras a la entrada son más elevadas. También han contribuido a este vuelco hacia la industria, y a la
CUADRO
3. Composición sectorial de la IED de los Estados Unidos
en la América Latina
(Porcentajes)
1970
América Latina*
Venezuela
Perú
Colombia
Ecuador
Total
MilK
Petr.
Man.
Com.
Fin.
100.0
100.0
100.0
100.0
—
11.4
3.5
nd
2.1
—
20.7
65.0
9.0
23.5
—
38.0
18.5
21.0
42.0
—
8.6
nd
4.7
6.4
—
10.1
4.1
nd
nd
—
CUADRO
3 (Conclusión)
1982
América Latina »
Venezuela
Perú
Colombia
Ecuador
Total
Afín.
Petr.
Man.
Com.
Fin.
100.0
100.0
100.0
100.0
100.0
5.8
nd
nd
nd
nd
15.6
5.8
nd
34.4
55.5
48.5
54.0
4.4
39.4
30.5
9.4
19.8
3.4
6.3
nd
16.0
7.4
0.2
1.2
nd
FOBITE; US Department of Commerce, Selected Data üs Direct ¡nvestment Abroad 19501976, Washington, 1982, y Survey of Current Business. Con base en cuadros titulados "os Direct
Investment Podtíon Abroad", varios números.
■ Exdnye el Caribe.
318
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
retirada de la minería, el comercio y el petróleo, el mayor poder de gestión de los gobiernos y las políticas de nacionalización de la propiedad
impulsada en los años setenta. Este primer aspecto tiene importantes implicaciones para la América Latina. Una de ellas es que el flujo de inversión está determinado por factores de naturaleza global que poco dependen de acciones adoptadas por un país en desarrollo, y menos si éste
es de tamaño reducido.
El segundo aspecto importante es que la inversión norteamericana se
presenta con distintas modalidades entre los países del Grupo Andino,
aparentemente el flujo de inversión hacia la industria es más voluminoso
en Venezuela y Colombia. Este hecho también sugiere la conveniencia de
observar cada caso con mayor especificidad y hacer ajustes ad hoc. Un
cambio de tipo general en el Grupo Andino podría tener efectos menores
y distintos de país a país.
Por otro lado, el mayor flujo de inversión hacia las industrias de
Venezuela y Colombia refleja la preferencia de las CT por los países que
poseen un mercado más amplio, y entre ellos manifiestan una mayor inclinación por aquel donde existe un acceso más expedito al mercado de
divisas. Venezuela cumple mejor ambos requisitos. Encuestas recientes
efectuadas en los Estados Unidos a compañías transnacionales con inversiones manufactureras en la América Latina confirman que hay tres factores a los cuales ponen atención: tamaño del mercado, facilidad de acceso al mercado de divisas (política cambiaría) y disponibilidad general
de moneda extranjera. Las respuestas también enseñan que los aspectos
que más inciden en la decisión de invertir son de carácter estructural (tamaño y composición del comercio exterior), y cuenta menos el grado de
liberalidad de las disposiciones que puedan establecer los países (que a
los ojos de las transnacionales están sujetas a modificaciones frecuentes).
Puede afirmarse, desde este punto de vista, que más atractivo para las
corporaciones norteamericanas es un mercado amplio e integrado aunque
regulado, que uno más pequeño y no regulado (el caso chileno con Pinochet es un buen ejemplo de ineficacia de lo segundo).
3. La contribución financiara de la inversión
norteamericana
La actual crisis financiera de la América Latina y la restricción crediticia impuesta por la banca internacional ha reorientado la atención
hacia otras fuentes financieras, entre ellas la inversión extranjera. Por
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
319
ello es importante observar la inversión foránea como fuente de recursos
en moneda extranjera.
Según informaciones proporcionadas por el BID la inversión extranjera directa total representó 25 % del flujo neto de recursos financieros
externos de la América Latina en el periodo 1971-1975 y 18.6 % en
1976-1980.^ Es cierto que esa proporción se ha elevado en el lapso 19811983 debido al decrecimiento del flujo bancario. Sin embargo debe tenerse presente que esos flujos de inversión extranjera incluyen la reinversión
de utilidades. En la práctica tal reinversión no es un ingreso de nuevos
recursos en divisas.
Del incremento registrado en el valor de la inversión norteamericana
en la América Latina 65 % ha sido reinversión de utilidades en el periodo 1970-1980, y sólo 35 % se originó en un aporte de capitales nuevos.* Si se aplicara esta proporción a toda la inversión extranjera registrada como ingreso en la América Latina se deduce que tal inversión
(excluyendo la reinversión de utilidades) habría representado alrededor
de 7 % del ingreso neto total de recursos extemos en el periodo 19761980. Como las utilidades reinvertidas han oscilado alrededor de 65 %
de las totales las remesas a los Estados Unidos han sido de cerca de 35 %.
Esta reinversión, es cierto, significa una menor salida de recursos de la
América Latina. Pero a su vez el capital accionario aportado, nuevo, es
inferior al incremento de la inversión extranjera registrada. Si se atiende
al movimiento real de recursos financieros hacia y desde los Estados
Unidos (capital accionario nuevo desde los Estados Unidos menos remesas de utilidades hacia ese país) se comprueba que dicho flujo ha sido
siempre negativo, es decir que las utilidades remitidas han excedido al
capital fresco. Estas cifras, basadas en la balanza de pagos de los Estados
Unidos, sirven de advertencia respecto al flujo financiero real que podría derivarse en el futuro de un mayor movimiento de inversión extranjera. Es decir si se evalúa la IED en términos financieros (como fuente
de recursos distintos del crédito bancario) el resultado es menguado y no
deben abrigarse esperanzas desproporcionadas.
Por último, en cuanto a las transacciones de servicios de los Estados
Unidos con la América Latina, se puede apreciar que el monto pagado
por regalías y otros gastos por los países latinoamericanos se mantuvo
^ Bn>, Finandamiento en los países de América Latina, Waskington, diciembre de 1982.
* Véase Sergio Bitar, "Corporaciones transnacionales y las nuevas relaciones de América
Latina con los Estados Unidos", Economía de América Latina, México j Buenos Aires, núm. 11,
primer semestre de 1984, cuadro 4.
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
320
relativamente estable entre 1970 y 1983. En cambio los ingresos reportados en la balanza de pagos norteamericana por concepto de rendimiento de sus inversiones en la América Latina {income on direct investment) tuvieron un incremento apreciable entre 1970 y 1981, para
luego decrecer de manera significativa en 1982 y 1983 (por las enormes
dificultades de obtener divisas). En el cuadro 4 se aprecia que el pago
por regalías, varía poco. En cambio las utilidades de las inversiones norteamericanas acusan un alza rápida, desde 1 931 millones de dólares en
1976, a 5 846 millones en 1980. Entre 1981 y 1983 los ingresos por
inversiones en la América Latina decrecieron nuevamente para ubicarse
en 327 millones en 1983. Esta evolución revela que las utilidades captadas por las transnacionales son muy dependientes de la evolución de
la situación financiera internacional. En la fase de expansión vertiginosa
del crédito internacional (1977-1981) los egresos se elevaron bruscamente y en la fase restrictiva (1982-1983) decayeron de modo ostensible.
4. La inversión extranjera en los Estados Unidos
De todos los fenómenos nuevos concernientes a la inversión extranjera, el más llamativo es el cambio de dirección de los flujos hacia los EsCuADRO 4. Regalías y rendimiento de inversiones percibidos por
CT de origen norteamericano en la AL
(Saldos netos en millones de dólares)
Regalías
Ingreso por inversiones
Regalías
Ingreso por inversiones
7970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
365
378
370
408
380
448
329
1059
1096
932
1594
1934
1542
1931
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
397
417
498
660
748
653
544
3 558
4 463
5 770
5 846
4 832
2 387
327
FDENTE: DS Department of Commerce, Survey of Current Business. Cifras contenidas en artículos regularmente denominados "es International Transactions", Washington, varios números.
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
321
tados Unidos. Desde fines de los setenta y particularmente en el periodo
1981-1983 ese país se ha transformado en el mayor receptor de inversiones extranjeras del mundo. El flujo de inversión "hacia adentro" entre
países de la OCDE revela cómo los Estados Unidos, que apenas captaban
2.6 % del total de la inversión realizada por los países desarrollados
entre sí en el periodo 1961-1967, llegó a absorber 26.7 % entre los años
1974-1978.'
En el periodo 1970-1982 la inversión norteamericana en el exterior
aumentó 2.9 veces, mientras la inversión extranjera en los Estados Unidos
creció unas 7 veces. A partir de 1980 la posición inversionista neta de
dicho país con respecto al resto del mundo (IED de los Estados Unidos
menos IED en ese país) se ha deteriorado, incluso en valor nominal, pues
ha pasado de 147 mil millones de dólares en 1980 a 119 mil millones en
1982 (véase cuadro 5). Este nuevo fenómeno está ligado a variables de
la economía interna de los Estados Unidos y de la economía mundial
(expansión de las CT de origen europeo y japonés, sobrevaloración del
dólar, tasas de interés, tamaño del mercado de los Estados Unidos, superávit de la balanza de pagos del Japón y la Alemania Federal, etcétera).
La inversión extranjera en los Estados Unidos ha pasado a ser un factor
importante, en especial cuando el saldo en la cuenta corriente de la balanza de pagos norteamericana ha alcanzado déficit récords sucesivos en
1982 y 1983, y llegará aún más lejos en 1984. Así, la administración
Reagan ha ido adoptando nuevas medidas para atraer capital, como la
eliminación de la retención de impuestos a las adquisiciones por extranjeros de bonos del Tesoro con maduración inferior a los tres años, decidida en julio de 1984. La política de inversiones extranjeras de los
Estados Unidos ha cambiado de orientación: ahora está más enfocada en
las inversiones hacia los Estados Unidos.
in.
LA POLíTICA NORTEAMERICANA HACIA LAS
INVERSIONES EXTRANJERAS
La más reciente formulación de la política sobre inversiones internacionales data del 9 de septiembre de 1983.* En esa fecha el presidente Reagan
ratificó la idea central de que la IED constituye un factor fundamental
» OCDE, Intematíonal Investment and Muldnatioiuil Enterprises, París, 1981, p. 39, cuadro 2.
* "us Government Policy on Interaatíonal Investment" Statement by the Preddent The
\niite House Office of the Press Secretaiy, Wa^ington, septiembre 9 de 1983.
322
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
CUADRO
5. Inversión externa de los Estados Unidos y extranjera
en ese país
(Millones de dólares)
1970
1972
1974
1976
i978
lED de los Estados
Unidos (1)
75 480
101 313
110 078
136 809
162 727
lED en los Estados
Unidos (2)
13 270
14 868
25144
30182
42 471
5.7
6.9
4.4
4.5
3.9
Posición neta de los Estados Unidos [(1)-(2) ] 62 210
86445
84 934
106 627
120256
(l)/(2)
CUADRO
5 {Conclusión)
1979
1980
798/
lED de los Estados
Unidos (1)
187 858
215 578
226 359
221343
2.9
lED en los Estados
Unidos (2)
54462
68 351
90 421
101894
7.7
3.4
3.2
2.5
2.2
Posición neta de los Estados Unidos [(1).(2)] 133 396
147 227
135 938
119 449
(l)/(2)
J982
82.70
FUENTE: OS Department of Commerce, Selected Data on vs Investment Abroad 1950-1976,
y SuTvey of Current Business, cuadros relativos a "üS Direct Investment Position Abroad" y
"Foreign Direct Investment Position in the us", Washington.
para el desarrollo económico internacional. En cuanto al Tercer Mundo
también reiteró lo expresado al comienzo de su mandato: que la IED era
el instrumento más idóneo para aportar nuevos recursos ante la contracción de los créditos bancarios internacionales.
1. Los principios de la política de los Estados Unidos
El gobierno de los Estados Unidos precisó una vez más los siguientes
principios guía de su política hacia las inversiones extranjeras: i) la inversión privada internacional es esencial para un desarrollo vigoroso y
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
323
debe expandirse en un sistema regido por el libre mercado; ii) las interferencias gubernamentales que limiten el libre flujo de la IED O distorsionen el funcionamiento del mercado (incentivos, subsidios, discriminaciones) son negativas; iii) en las relaciones internacionales debe regir el
principio de la igualdad de tratamiento a la inversión extranjera que a
la inversión nacional y la cláusula de la nación más favorecida; iv) la
expropiación de inversiones norteamericanas sólo puede aceptarse en casos excepcionales en los que deben concurrir las siguientes circunstancias:
cumplirse un objetivo de interés público; realizarse en forma no discriminatoria; ceñirse a las leyes internacionales y a los tratados, y compensarse
la expropiación de manera pronta, adecuada y efectiva.
¿En qué contexto deben entenderse estos principios? La política de
los Estados Unidos intenta responder a los desafíos más importantes y
ellos provienen de los países desarrollados. Ese país pretende ir eliminando progresivamente las acciones gubernamentales que según su criterio interfieren en el mercado, para así facilitar el acceso de sus empresas a
Europa y el Japón. Asimismo se interesa por facilitar y ordenar el ingreso de las inversiones provenientes de otros países desarrollados a territorio estadunidense.
Con respecto a los países del Tercer Mundo la principal preocupación
es con los NlC {Newly Industrialized Countries). El propósito es que éstos
se vayan acogiendo gradualmente a las normas negociadas por los Estados
Unidos con los otros países desarrollados. Esto implica limitar las regulaciones establecidas por la autoridad nacional al ingreso de transnacionales y reducir la intensidad de las políticas destinadas a proteger la
industria nacional (subsidios, incentivos u otras modalidades). Respecto
a los países medianos y pequeños del Tercer Mundo la preocupación de
los Estados Unidos es marginal, y se pretende que ellos acepten las normas generales o en su defecto firmen acuerdos bilaterales con los Estados
Unidos.
2. Las políticas específicas
Las políticas específicas que derivan de estos principios son las siguientes: i) oponerse activamente a las restricciones al libre flujo de la
IED (exceptuando las ligadas a cuestiones de seguridad nacional), en particular los performance requirements; ii) mantener dentro de los Estados
Unidos normas claras para que las inversiones extranjeras tengan un tratamiento justo; iii) reiterar la adhesión al acuerdo sobre inversiones ex-
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EL TRIMESTRE ECONÓMICO
tranjeras de la OCDE (código de liberalización del movimiento de capitales, tratamiento nacional, etcétera) y buscar la extensión del principio de
tratamiento nacional y del derecho de instalación (esto es referido a Europa y el Japón, principalmente); iv) asignar creciente prioridad a la
inversión en servicios (tecnología avanzada) y tratar de remover los obstáculos gubernamentales al flujo de inversión en este sector; v) llevar
a los NIC y al resto de los países del Tercer Mundo a un tratamiento multilateral, el cual podría basarse en los acuerdos ya alcanzados en la OCDE;
vi) apoyar el arbitraje de terceras partes en caso de disputas entre CT y
gobiernos (por ejemplo el International Center for Settlement of Investment Disputes del Banco Mundial), y vii) promover la firma de acuerdos
bilaterales (Bilateral Investment Treaties) donde se reafirme la vigencia
de los principios de la política de los Estados Unidos; en particular, las
ideas sobre tratamiento nacional, nación más favorecida, transferencias
de dividendos y regalías, arreglo de disputas, eliminación de performance
requirements y compensación por expropiación.
3. Políticas para fomentar las inversiones en la
América Latina
Para fomentar la IED hacia países en desarrollo, y en especial hacia
la América Latina, la administración Reagan adoptó algunas medidas
adicionales. En primer término elevó el límite de ingreso per capita de los
países que pueden ser objeto de seguros a la lED por parte de OPic
(Overseas Prívate Investment Corporation). En segundo lugar intentó conceder algunas ventajas tributarias a las CT que invirtieran en la cuenca
del Caribe. En tercer término ha dispuesto un apoyo a la Interaraerican
Investment Corporation (iic) del BID para que incremente los préstamos
a empresas privadas en la América Latina. Pero los resultados han sido
muy menguados. La idea original de la administración Reagan de constituir la IED en un sustituto parcial del financiamiento bancario para el
Tercer Mundo no se verificó.
La OPic consiguió aprobación del Congreso para levantar algunas restricciones que limitaban su campo de operación. Además de permitírsele
asegurar inversiones en países de ingreso medio (2 950 dólares de 1979
per capita) extendió también la cobertura al riesgo contra "lucha civil".
Sin embargo, a pesar de que la OPic triplicó sus operaciones en 1983
con respecto a 1982, la América Latina sólo se benefició de 3.4 % de
esas operaciones; ello porque la OPIC exige del país la aceptación de un
LA INVERSIÓN EN EL GRUPO ANDINO
CUADRO
6. Operaciones de la
OPIC.
335
Años fiscales 1980 a 1983
(Millones de dólares)
Total
América Latina y el Caribe
1980
1981
1982
1983
382
778
1027
2 940
24
99
19
103
FoENTE: OPIC Armual Repon. Véase también R. Fcinberg, "US International Financial Policies", mimeografiado, SELA, mayo de 1984.
arbitraje internacional en caso de disputa con la CT. En la América Latina esa condición no es aceptada.
En cuanto a los beneficios fiscales para las inversiones norteamericanas en Centroamérica y el Caribe, ellos fueron rechazados por el Congreso. También se opusieron algunos sindicatos que temían por la pérdida
de empleos. Si existen tales restricciones para el área del Caribe, ima
zona de prioridad estratégica para los Estados Unidos, se comprenderá
que el interés en la América del Sur sea aún mucho menor. Por último,
el apoyo declarado a la nc-BiD aún no se materializa.
El Congreso, por su parte, al aprobar la ley que permitió la ampliación de la cuota de los Estados Unidos al FMI también fijó algunas limitaciones a la política económica externa que afectan las decisiones de
inversión. Señaló que se debía instruir al representante norteamericano
en el FMI para que se opusiera a los créditos a países que imponían performance requirements a la IED."
En suma, puede afirmarse que la administración Reagan no ha adoptado medidas importantes para alentar la IED hacia la América Latina.
En la actualidad la intención es que los países latinoamericanos modifiquen sus políticas, en el supuesto que tales modificaciones atraerían las
inversiones que la propia legislación de los Estados Unidos no ha logrado
estimular.
4. Implicaciones para la América Latina
y el Grupo Andino
La evolución reciente confirma que no existe una política norteameri^ The Secretary of the Treasury ahaü instruct the ü. S. Execudoe Director of the Fund...
to have the Fund oblain the agreemeiu of [a countty\ to diminate.,. the imposition of trade
related performance requirements on foreign investment. Public Lato 98—181, 98. Congress of
the ü. S. H. R. 3959.
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EL TRIMESTRE ECONÓMICO
cana para impulsíir el flujo de IED hacia la América Latina. Existe una
política de carácter global cuya prioridad es establecer un sistema multilateral que propenda a una liberalización a escala mundial. Por otra
parte, las decisiones de inversión de las CX obedecen a factores dependientes de la economía de los Estados Unidos y de la economía mundial, que
escapan al control de la América Latina y del GRAN. Así, por ejemplo, las
CT tienden a preferir un aporte de capital propio bajo y un crédito alto
para reducir riesgos. Pero debido a las altas tasas de interés y al plazo
reducido (cinco años o menos) de los créditos bancarios, la rentabilidad
exigida a una inversión es muy elevada. La crisis financiera, por su parte, restringe las posibilidades de remitir divisas, haciendo poco atractiva
una inversión mientras prevalezcan estas condiciones globales.
Otro factor significativo es el grado de proteccionismo que se desarrolla en la economía norteamericana y en Europa. Si se dificulta la colocación de productos en esos mercados la CT preferirá invertir en su país
de origen, renovando y automatizando plantas amenazadas por la competencia externa. A estas causas se debe la iniciativa de numerosas empresas norteamericanas de iniciar juicios contra exportadores norteamericanos acusándolos de "prácticas desleales" o señalando que están infligiéndoles "daño" excesivo. También se explica la iniciativa reciente de
varias compañías cupríferas norteamericanas de oponerse a que el BID
otorgase un crédito a la compañía chilena CODELCO. En general numerosas empresas de los Estados Unidos están presionando al gobierno de
ese país para que se oponga al otorgamiento de créditos (oficiales o a
través de órganos multilaterales como el BID O el Banco Mundial) a compañías de la América Latina que pueden exportar a los Estados Unidos
y quitar mercado a empresas norteamericanas.
Estos casos sirven para ilustrar la naturaleza global y compleja del
proceso de inversión extranjera y la variedad de elementos que en ella
influyen, sobre los cuales los países andinos no tienen influencia.
Una revisión de las decisiones hoy vigentes en el GRAN que no considere correctamente la importancia de los factores internacionales podría
desembocar en el otorgamiento de franquicias que aumentaran el costo
nacional sin obtener ventajas adicionales.
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