EL PROFETA MODERNO DEL ATEíSMO Un análisis crítico en la

Anuncio
RS21 Vol.13, No.2 (Octubre, 2011)
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
Un análisis crítico en la tradición
del cristianismo reformado
Mario Cely Q.
1. Introducción conceptual
Como es de público conocimiento, el afamado Richard
Dawkins; (nacido el 26 de marzo de 1941 en Nairobi, Kenia
y de padres británicos) es un etólogo británico, teórico evolutivo y escritor de divulgación científica que ocupa la cátedra
Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia en la Universidad
de Oxford. Desde 1967 hasta 1969 fue profesor adjunto en
la Universidad de California, Berkeley. Encontró su propia
fama con El Gen Egoísta, un libro publicado en 1976, que
popularizó la visión evolutiva enfocada en los genes. Hoy se
le conoce como el “rottweiler de Darwin” por su apasionada
defensa de la teoría de la evolución.
Se declara a sí mismo ateo por convicción teórica. Desde
el pasado 2008 emprendió una cruzada por Europa contra la
fe cristiana y bíblica (y desea extenderla al mundo entero) para
demostrarle a la humanidad que Dios es tan solo un “espejismo” según el tema de su último libro. Es el inspirador de la
campaña atea de los autobuses en Londres que luego ha pasado
128
Reforma siglo 21
a otros países, entre ellos España, Alemania, Italia, Holanda y
Luxemburgo. El aviso propagandístico de su promoción dice así:
Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y
disfruta la vida.
Previendo la importancia de salir al paso de “todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios”, mi
propósito al escribir este artículo está orientado a dar una
respuesta apologética y bíblica a la posición del ateísmo teórico,
asunto nada nuevo por supuesto, pero que por estos días vuelve
a ponerse de moda.
En realidad, hay que decir que la falta de Dios en la vida
del hombre es una gran tragedia. Así está demostrado a lo
largo de los siglos en la vida de la humanidad. Cada vez más,
hay personas que optan por el ateísmo como principio rector
de su pensamiento; lo hacen así porque consideran que en el
fondo la vida presente no tiene sentido más allá de las presentes
relaciones terrenales. Otros —como es el caso de R. Dawkins—
son de la opinión de que los conocimientos científicos son
los únicos necesarios para dar explicación a la existencia que
desarrollamos aquí a este lado de la tumba. Pero, ¿realmente
son suficientes los conocimientos científicos para interpretar
adecuadamente la presente vida humana en este mundo?
2. El ateísmo como fenómeno en relación
al razonamiento caído del hombre
Al analizar de forma profunda el ateísmo como fenómeno
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
129
intelectual hallamos que en su esencia natural se aprecia el
impulso de la rebeldía humana. Por todo y en todo, el hombre
culto y científico que declara pertenecer al campo conceptual
del ateísmo teórico tiene una premisa básica: se cree libre;
dice que es libre, pretende ser libre. Esta libertad, concebida
así por parte del ateo significa pensar, actuar y hacer cosas
“autónomamente”. Se trata del antiguo ideal del hombre del
Renacimiento que todavía dura en la mente del hombre del
siglo XXI, el cual sigue creyendo que lo que concibe su pensamiento es una forma de manifestar que es dueño y “soberano”
de su destino en este mundo donde se supone que no hay Dios.
Observando esto mismo desde mi propia práctica pastoral,
en ciertas ocasiones he trabado amistad con algunos médicos
que se declaran ateos. En estos contactos, mi propósito ha sido
compartir mi fe cristiana. Pero en este intento, mi experiencia
me dice que por regla general el médico muestra poco interés
en la conversación si el tema no es preferencialmente la medicina. Hay varias razones de fondo para que ciertos médicos
esquiven el asunto: una de ellas es el temor a aparecer ignorantes y descubrir que no saben nada más que de tratados
de farmacología o medicina en general. Sin embargo, hay
otra razón más poderosa que tiene que ver con una clase de
temor más profundo: el médico que por convicción sostiene
el ateísmo tiene miedo de descubrir que sus argumentos ateos
son inestables y frágiles, y por lo tanto, existe una visible inseguridad dentro de su propia razón.
Quien es ateo por convicción teórica rechaza todo aquello
que tiene que ver con la fe o la revelación bíblica. Todo su
ser reacciona contra la fe, contra todo lo que se presenta bajo
normas éticas divinas; quiere sacudir así un yugo que se le
130
Reforma siglo 21
antoja molesto. Ludwig Feuerbach, filósofo alemán, decía
que “el médico es por naturaleza ateo”. Y esto, al parecer ha
venido sucediendo desde el empuje de la medicina mecanicista.
Ya en 1842 DuBois-Reymond, médico investigador acerca
de la electricidad en los músculos y nervios de los animales
pretendía con sus escritos “demostrar” y negar la existencia del
alma así como a Dios mismo.1
3. ¿En qué consiste la reacción teórico-
mental del ateo para negar a Dios?
Quien niega la existencia de Dios su reacción no es una
reacción espontánea de su mente. Por ejemplo, como cuando
observamos la luna en el firmamento instintivamente decimos:
“luna”; y podemos ver una cualidad de belleza o fealdad en
dicho astro. La reacción mental del pensamiento del ateo no
es la reacción de una idea químicamente pura como el agua o
el aceite, dos sustancias diferentes que no pueden mezclarse.
En otras palabras, lo que quiero decir es que la idea del ateísmo
no es algo innato en la mente y cerebro humano como sí lo
es la idea de Dios.2 Hay que entender que el ateísmo es un
fenómeno reactivo contra algo que no se quiere o que molesta.
Existe una razón apropiada para pensar que en lugar de hablar
de ateísmo hay que hablar de anti-teísmo, reacción en contra
de Dios. Nombrado como ateísmo, en el fondo es una gota
1. Véase Hans Küng. ¿Existe Dios?, Ediciones Cristiandad, (Madrid:
1979), p. 373.
2. Para un examen más amplio del tema de la idea innata de Dios en el
hombre, véase a Charles Hodge, Teología Sistemática, Tomo I (Barcelona:
Editorial Clie, 1991), pp. 147-155.
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
131
de incredulidad y de escepticismo que destila del panal de la
naturaleza pecaminosa con la que todos venimos a este mundo.
El pecado de la incredulidad y el orgullo es la raíz y razón de
ser del ateo teórico.
3.1. Richard Dawkins, ejemplo típico de
esta reacción teórico-mental
Este análisis que aquí planteo lo podemos ver en el capítulo 8 del libro de Dawkins donde gira hacia la cuestión de por
qué se siente tan hostil hacia la religión. Allí argumenta con
ejemplos en los cuales tilda a la religión bíblica y cristiana como
rebelándose contra la ciencia, por lo que cree que todas las religiones son un “amasijo” de fanatismo. De otro lado, Dawkins
se pone a tono con estos tiempos al decir que está de acuerdo
con los homosexuales, y les pide que rechacen la Biblia por
ser intolerante. También cree que las Escrituras influyen en
la sociedad de otros modos negativos. Argumenta que desde
las Cruzadas de la Edad Medieval hasta el 11 de septiembre
de 2001 todo es culpa de la creencia en Dios. En este mismo
capítulo menciona que los predicadores de partes del sur de
los Estados Unidos usaron la Biblia para justificar la esclavitud
clamando que los africanos eran descendientes del hijo pecador
de Abraham. Durante las Cruzadas, los “paganos” y los “herejes”
que no se convertían al cristianismo eran asesinados, y otros
ejemplos similares.
Ahora bien, en relación a estos argumentos históricos citados
por Dawkins, no podemos negar que hay algo de realidad en
estas críticas a la historia de la iglesia cristiana dentro del mundo
anglosajón. Fueron hechos reales que no podemos desconocer y de los cuales debemos lamentar y arrepentirnos. Pero
132
Reforma siglo 21
la intención de Dawkins va mucho más allá, por lo que en el
fondo queda sin validez, pues al citar los mencionados errores
históricos de cierta clase de cristianos, no por esto logra tener
éxito en hacer desaparecer a Dios del cuadro de la vida humana.
Además podemos calificar a Dawkins como un necio moderno,
un hombre culto y bien pagado por difundir sus ideas en libros
que se convierten en best sellers. Sigue siendo verdad entonces
la antigua opinión divina sobre quién así piensa: “No hay Dios,
dice el necio en su corazón (Sal. 14:1).
4. Los argumentos del ateísmo
Desde la Edad Media se hizo costumbre reducir a dos los
principales argumentos del ateísmo:
1. “Dios no es necesario, ya que el mundo, la vida y la
historia pueden explicarse científicamente sin tener
que apelar a un ser infinito, invisible y trascendente”.
2. “La existencia del mal y la injusticia en el mundo es
totalmente incompatible con la existencia de Dios. O
Dios no es lo suficientemente justo y bueno para evitar
tantas desgracias, o no es lo bastante sabio y poderoso para controlar este universo que supuestamente
él mismo ha creado”.
4.1. Respuesta al argumento 1
Tal como queda enunciado arriba, al leer su libro, El
Espejismo de Dios, uno percibe que Dawkins todavía emplea
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
133
la misma y raída tesis de los ateos teóricos provenientes de
la misma época de la Ilustración francesa y alemana del siglo
XVIII. Allí consigna cuatro mensajes a los que denomina como
“aumentadores de conciencia” para el hombre del siglo XXI:
• Los ateos pueden ser felices, equilibrados, morales e
intelectualmente satisfechos.
• La selección natural y teorías científicas similares son
superiores a hipótesis basadas en Dios — como la falacia
del diseño inteligente— en lo que se refiere a la explicación del mundo vivo y el cosmos.
• Los niños no deben ser etiquetados por la religión de
sus padres. Términos como “Niño católico” o “Niño
musulmán” hacen que la gente retroceda.
• Los ateos deben estar orgullosos y no compungidos,
debido a que el ateísmo es una prueba de tener una
mente saludable e independiente.3
Por regla general, personas como Richard Dawkins, que
se han adscrito a la ciencia materialista que rechaza a Dios,
no pueden explicar suficientemente el orden del universo;
tampoco su origen, mucho menos su complejidad actual.
Es un axioma reconocido por la misma ciencia que hasta el
presente, la ciencia sólo nos puede decir qué es el universo,
pero no el cómo y el por qué del majestuoso universo físico
que captan nuestros sentidos. El “qué” científico lo único que
hace es “observar”, “descubrir”, “describir” y “comparar” lo que
ya existe, lo que Dios creó. La teoría sustituta de la evolución y
3. Richard Dawkins, The God Delusion (New York, NY: Houghton-Mifflin
Publisher 2006), en el prefacio, p. 25. Hay edición castellana, El Espejismo
de Dios, (Madrid: Editorial Espasa Hoy, 2007). De aquí en adelante cito
la versión en idioma inglés por ser la versión leída y consultada.
134
Reforma siglo 21
la casualidad fortuita de millones de átomos que se auto-organizan sin la intervención de una inteligencia superior, no es
consistente con lo que el hombre mismo ha descubierto acerca
del mismo universo material. Es por ello que a Dawkins tanto
le molesta la interpretación bíblica y teológica del “diseño inteligente” del cosmos, nuestro presente mundo.
El mismo análisis racional nos dice que es imposible que la
materia se hubiera auto-organizado sola, al azar y por casualidad; esto es lo que dice el principio filosófico conocido como
“cálculo de probabilidades”, principio que ha demostrado ser
falso. Todas las leyes de la naturaleza nos hablan más bien de
que antes de existir una “suprema casualidad”, lo que existe
es una “Suprema Inteligencia” a quien llamamos Dios Padre.
El capítulo uno del Génesis nos habla acerca de la actividad del Todopoderoso Espíritu Santo que se movía sobre
la faz de las aguas trayendo orden, belleza y armonía, estableciendo lo que llamamos leyes naturales; no puede haber, por
tanto, inspiración artística y plástica más gloriosa que la misma
obra de Dios (Salmos 19: 1,2). Los elementos y agentes naturales dejados a la casualidad, no serían capaces de producir
otra cosa que un desorden sin sentido. Pero pese a todas estas
evidencias, Dawkins prefiere afirmar la irracionalidad de la
creencia en Dios.
4.2. La historia de la humanidad
Prosiguiendo con nuestra respuesta a este primer argumento, y al mencionar ahora la historia de la humanidad, está
demostrado que la humanidad está siguiendo un recorrido
lineal en continuo progreso. No hay duda que el avance de
las diferentes eras o épocas nos advierten un final. Desde el
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
135
punto de vista teológico las Sagradas Escrituras enseñan que
el Omnipotente Dios tiene todos los asuntos bajo control, esto
incluye a los más pequeños detalles y los casos que parecen
fortuitos o sólo casualidad (ver Proverbios 16:33; Daniel
4:35; Mateo 10:30). Para no ir muy lejos, ningún ateo puede
demostrar que Dios no está gobernando los asuntos de los
hombres. A menos que creamos que Dios está conduciendo
todos los eventos de la historia en general y de forma detallada en nuestra propia vida personal, ciertamente que nos
sentiríamos muy desalentados en tiempos de adversidad. Es
un consuelo saber que el control y gobierno providencial de
Dios es bueno y eficaz sobre todo el universo: “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”
(Salmos 103:9). Y en relación a que todos los detalles de la
vida de cada ser humano es un plan perfecto en manos de
Dios leemos: “Porque tú formaste mis entrañas, tú me hiciste
en el vientre de mi madre… Mi embrión vieron tus ojos, y en
tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego
formadas sin faltar una de ellas” (Salmos 139:13,16). No es
extraño que los ateos que no pueden creer esto, con frecuencia
hayan terminado suicidándose, y han muerto llenos de horribles desdichas e intranquilidad.
Recordemos aquí las palabras de Augustus M. Toplady,
teólogo calvinista quien comentó: “La historia es la realización en el tiempo del ideal eterno”. Al ateo le es imposible
aceptar esta poderosa verdad, pues ha aprendido a confiar en
las fuerzas ciegas de la casualidad o lo que los marxistas denominan “las fuerzas dialécticas de la historia”. Pero, debemos
preguntarnos: ¿cuál de estas dos posiciones humaniza y hace
que el hombre encuentre un mejor propósito en la vida?
136
Reforma siglo 21
¡Es una tragedia para cualquier ser humano vivir sin Dios!
4.3. Respuesta al argumento 2. Planteamiento del problema.
Es bastante difícil pensar que alguien, en ningún momento,
se haya sentido profundamente confundido por el problema
del mal. Mucho más cuando en cualquiera de sus formas lo
ha sufrido en carne propia. En estos tiempos posmodernos
el ateísmo promovido por el Dr. R. Dawkins vuelve a hacer
girar el antiguo argumento de Epicuro (341–270 a.C.) que
pretende ser la “prueba reina” para negar la existencia de Dios.
Esto mismo ya había hecho David Hume (1711–1776), quien
en su clásico significado relativo al problema del mal, escribió:
¿“Está él (Dios) deseoso de prevenir el mal, pero no es
capaz? Si así es, él no es omnipotente. ¿Es Dios capaz pero
no quiere? Si así es, entonces él es malevolente. Ahora bien, si
Dios quiere y es capaz, ¿de dónde entonces el mal?”.4
De acuerdo a la intención de este argumento muchos
concluyen que Dios no existe. Pero, ¿es esto así? ¿Está facultado el hombre caído para sacar una conclusión tan errática?
Es importante reconocer que el argumento de Hume es muy
humano, y que cualquiera podría planteárselo. No obstante, por
su ateísmo, el grave error de David Hume consistió en perder
todas las esperanzas de encontrar una respuesta racional a este
difícil problema cuando de plano rechazó la revelación divina
de las Sagradas Escrituras. Kant haría igual en época posterior.
Respuestas humanistas y religiosas al problema del mal:
Pensadores de todos los tiempos han respondido de diversa
4. David Hume, Diálogos acerca de la Religión Natural, (Madrid: 1988,
Editorial Sarpe, parte 10).
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
137
forma al inquietante problema del mal. Desde tiempos inmemoriales el brahmanismo o religión de la India, basada en el
enfoque panteísta, afirma que el mal es una ilusión (maya),
una parte componente del ser divino. El filósofo Baruch de
Spinoza (1632–1677) occidentalizó esta idea al decir que lo
bueno y lo malo es una expresión necesaria de la totalidad de
la creatividad divina. El dualismo de todos los tiempos representado por la religión persa o zoroastrismo al igual que el
Maniqueísmo, respondieron al problema del mal diciendo que
existen dos principios eternos: uno bueno y uno malo, como
luz y tinieblas que luchan por la supremacía del universo. Sin
embargo, estas son respuestas que nunca han satisfecho plenamente al intelecto humano.
Realidad existencial del problema del mal: El planteamiento
del difícil problema del mal en relación a la bondad de Dios
es algo que está más allá de nuestra presente capacidad de
comprensión racional. El problema del mal está presente
en nuestra mente cuando nos sentamos a comer en la mesa;
al dar gracias a Dios por los alimentos decimos: “gracias te
damos ¡oh! Señor por este pan, lo bendecimos en el nombre
de Cristo, para tu gloria, ¡amén!”. Pero al mismo tiempo, nos
damos cuenta que hay cientos de niños que minuto a minuto
están muriendo de física hambre en países de Asia, África y
de América Latina, regiones geográficas estereotipadas por
el capitalismo como poblaciones del Tercer y Cuarto Mundo.
Ahora bien, una contemplación más amplia del segundo
argumento del ateísmo nos conduce a reflexionar aún más
acerca de la realidad de los tristes sucesos noticiosos que dan
cuenta de las más absurdas injusticias del hombre contra
138
Reforma siglo 21
el hombre como: guerras, crímenes, violaciones, asesinatos,
secuestros, etc. Es correcto afirmar que en esta vida el justo es
castigado y el impío (aparentemente) es premiado. Ya lo dijo
el sabio Salomón en su libro del Eclesiastés:
“Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su
maldad alarga sus días” (7:15). “Hay vanidad que se hace sobre la
tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de
impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras
de justos. Digo que esto también es vanidad” (8:14).
El problema se nos complica aún más al ver la realidad
de la multiplicación de los problemas genéticos y las temibles enfermedades infecto-contagiosas como el Sida y otras,
que afectan directamente a inocentes criaturas recién nacidas.
Y tampoco deja de ser paradójico que los pobres de la tierra
son los más azotados por los huracanes, terremotos y flagelos
provenientes del mundo natural. Y por estos episodios muere
bastante gente cuya vida quizá no merecía experimentar tan
dolorosos episodios.
Clases de mal: Los argumentos expuestos por el ateísmo como
reflexión natural y válida son de dos clases: mal natural, y
mal moral (pecado). El mal natural es aquel que proviene de
las destructivas fuerzas de la misma naturaleza: terremotos,
huracanes, inundaciones, etc. Pero, también la ciencia predice
choques de grandes meteoritos provenientes del espacio exterior contra la tierra, y que en el futuro podrían ocasionar
catástrofes. El mal moral implica las maldades o pecados
cometidos por el hombre, única criatura que como agente
moral libre puede premeditar el mal contra su prójimo. En
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
139
esta clase de mal sólo el hombre es responsable, el cual dará
cuentas a Dios por la violación de su ley moral y eterna. De
otro lado, se puede apreciar que hay enfermedades que son el
resultado de la pobreza económica, o por un mal estilo de vida,
o una dieta indebida; hay accidentes fatales que más bien son
producto de la irresponsabilidad humana aunque permitidos
por la soberanía de Dios, etc. A decir verdad, varios aspectos
del mal en general nos conduce a reflexionar que no siempre
deben verse como golpes de un destino ciego, tampoco como
la voluntad de la “eficiencia divina” en el sentido de que Dios
crea estos males y se complace en las tragedias de sus criaturas
( Job 34:10; 1 de Juan 1:5).
Pero, sea como sea, lo anterior por lógica nos conduce a
formular varios interrogantes: ¿Por qué Dios no impide el
mal y las desgracias? ¿Por qué no lo erradica de la faz de la
tierra? ¿Por qué permite Dios que exista un mundo en el que
ocurren tan terribles desventuras? Siendo él todopoderoso y
lleno de bondad, ¿no pudo haber concebido un mundo en el
que no existiera el mal?
Turbado por la realidad del mal en este mundo y ante el
cual, un Dios bueno e inteligente creó el presente universo,
Dawkins arremete en el capítulo 2 de su libro de una forma
inusual, grotesca y blasfema contra Dios. Al describir a Yahweh
—transliteración hebrea de Dios en el Antiguo Testamento—,
Dawkins dice:
“…posiblemente (el Dios bíblico y cristiano) sea el personaje
más desagradable de toda la ficción. Celoso y orgulloso de ello,
un mezquino, injusto e implacable enloquecido fuera de control,
un vengativo limpiador étnico sediento de sangre, un misógino,
140
Reforma siglo 21
homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista, caprichoso y malévolo matón.5
En otro lado, en el capítulo 6 de su obra, el autor en
mención prefiere creer de forma necia y desatinada que por
lo menos el problema del mal moral en los seres humanos es
de carácter genético. En su opinión hay genes malos y genes
buenos. Y cree que estos algún día podrán mejorar con el
5. God Delusion, p. 32. Este comentario de Dawkins sobre Dios, ha sido
ampliamente criticado por muchos teístas. Entre los teólogos de corte
reformado (calvinistas) que han respondido a este famoso ateo sobresalen Aleister MacGrath y Alvin Plantinga. MacGrath declara en una
importante reseña que El espejismo de Dios de Dawkins “es el más débil
hasta la fecha, echado a perder por su excesiva dependencia en atrevidos
argumentos y en su retórico éxito, en asuntos que claramente demandan
reflexiones cuidadosas y análisis meticulosos, basados en la mejor evidencia
disponible”. Sugiere que “Todos los ideales —divinos, trascendentes,
humanos o inventados— pueden ser objeto de un mal uso. Así es la naturaleza humana. Sabiendo esto, necesitamos trabajar en ello, más que azotar
acríticamente a la religión”. Uno de los puntos principales de McGrath es
“La afirmación de Dawkins de que la ciencia refuta a Dios, no es correcta”.
[]
Posteriormente ha hecho una crítica del tamaño de un libro contra
The God Delusion llamada The Dawkins Delusion (en inglés, véase www.
newsciences.com). Por su parte el filósofo calvinista Alvin Plantinga, muy
reconocido en círculos reformados de Estados Unidos y Europa, es un
autor y filósofo analítico. En su artículo titulado “The Dawkins Confusion”
publicado en www.christianitytoday de fecha 3-01-2007, allí afirma que la
filosofía de Dawkins es “en el mejor de los casos insípida”. Principalmente
ataca el capítulo 4, donde dice, “Porque es casi seguro que Dios no existe”
diciendo que el argumento básico de Dawkins es: “Dios es enormemente complejo; por tanto Dios es altamente improbable”. Dawkins no
explica esta deducción y Platinga encuentra probable que Dawkins está
asumiendo el materialismo. En un paradigma materialista de la realidad,
la existencia de un ser de enorme complejidad implica la existencia de una
muy compleja y realmente improbable configuración de partes materiales.
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
141
avance de las ciencias. Hay un rechazo frontal a la idea bíblica
del pecado. En vez de esto, mantiene que nuestra moralidad
tiene una explicación darwiniana: genes altruistas han sido
seleccionados a través del proceso de nuestra evolución y que
poseemos empatía natural.
5. Respuesta cristiana al problema del mal
El cristianismo evangélico en general nunca ha rehusado
dar respuesta a este difícil problema. Tampoco ha desestimado el mal diciendo que es irreal o insignificante. Basado en
la Biblia la convicción cristiana enseña que el mal es permitido por un Dios Soberano con un fin específico: demostrar al
hombre que no vale la pena vivir independiente de Él. Que el
mal será vencido al final, y que el mal, en el fondo es compatible con la bondad de Dios cuando sus propias criaturas se
rebelan contra su voluntad. Examinemos otros ángulos de
esta repuesta:
5.1. Los orígenes del mal
Con las palabras del Génesis 1:31, “Y vio Dios todo lo
que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera…”,
surge un gran interrogante: ¿cómo apareció el mal en un
mundo que por Dios fue creado bueno? Responder a esta
pregunta tampoco explica la presencia del mal. Sin embargo,
la interpretación cristiana del origen del mal puede ayudarnos
a comprender mucho la anormalidad del presente mundo.
San Agustín fue uno de los primeros en dar una respuesta
teológica y filosófica al deprimente problema del mal. “Dios —
dice Agustín— quien es esencialmente bueno creó un mundo
142
Reforma siglo 21
fundamentalmente bueno. El mal resultó cuando la criatura
finita cambió el deseo por el mayor bien en el deseo de un
bien menor. “Aún la naturaleza del diablo, en lo que concierne
a su naturaleza, no es mala; fue la perversidad —el no ser fiel a
sí mismo— que lo hizo malo. El diablo no estuvo firme en la
verdad, y por tanto, no escapó del juicio de la verdad”.6
La tesis de san Agustín parte del hecho bíblico de que
el mal no pertenece a la esencia del orden creado. Sino a su
presente existencia caída. Filósofos posteriores como Leibnitz,
(1646–1716) sostuvieron con propiedad que el mal es una
privación (o negación) de la buena creación de Dios, y no algo
positivo; es accidental, no esencial.7
5.2. El misterio del mal
Ni el cristiano ni ningún hombre pueden comprender
en el fondo por qué Dios permitió la entrada del mal en el
universo. No obstante, el cristiano tiene la convicción de que
Dios tiene una razón poderosa para haberlo permitido, y por
lo tanto tiene la esperanza de que algún día Dios haga resplandecer su gloriosa luz sobre tan terrible misterio. Alvin Platinga,
teólogo calvinista, explicó bien esta cuestión al decir: “¿Por
qué suponer que si Dios tiene una buena razón para permitir
el mal, el teísta sería el primero en saberla? Quizá Dios tiene
una buena razón, pero esa razón es demasiado complicada
para que nosotros la entendamos”.8 De otro lado, el misterio
6. Cf. La Ciudad de Dios, Libro XI, capítulo 15.
7. Véase a G. W. Leibniz, Teodicea (Editorial Claridad, Bs. Aires, Argentina,
1946), pp. 121-122.
8. Op. cit. por William Dyrness en Apologética Cristiana (El Paso, TX:
1988), pp. 184-185.
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
143
del mal puede resolverse cuando tratamos el caso del libre
albedrío. ¿Hubieran sido los ángeles o los hombres verdaderas
criaturas morales si Dios los hubiera creado como simples
robots? Los ateos han respondido a esto diciendo que “Dios
hizo agentes morales libres para hacer elecciones morales erróneas”. Pero un agente libre como el hombre que nunca hubiera
podido hacer el mal es una imposibilidad lógica en un mundo
de seres morales. En tal sentido si Dios hubiera creado seres
para que siempre hicieran lo correcto, a esto no se le podría
llamar libertad moral. En otros términos, el mal resultó de las
decisiones erróneas de los seres morales creados por Dios: los
ángeles y el hombre como varón y hembra.
5.3. Propósitos amplios, actuales y finales de Dios
en relación al mal como respuesta al ateísmo
El “propósito amplio” de Dios al permitir la entrada del mal no
es de fácil def inición:9 Por el momento no habría una explicación satisfactoria al decir que Dios permitió la entrada del
pecado “conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad” (Efesios 1:11, Rv60). A decir
verdad, esto es todo lo que podemos decir si no queremos ir
más allá de los límites de la divina revelación. No obstante,
hay en la Biblia algunas indicaciones que nos permiten
entender el “propósito más amplio” de Dios, principio de una
gran satisfacción moral e intelectual. Tenemos el caso de José
en Egipto. Este patriarca fue secuestrado y vendido por sus
hermanos, sufrió indecibles injusticias; sin embargo, luego de
9. Debo estas ideas a William Dyrness a quien sigo aquí en su libro
Apologética Cristiana, (El Paso, TX., 1988) pp. 184-196.
144
Reforma siglo 21
sus padecimientos, y cuando subió al trono de Egipto dijo
a sus hermanos: “Vosotros pensasteis mal contra mí, más
Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para
mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). Aquí, con
claridad podemos notar la amplitud del propósito que Dios
tenía al permitir el pecado de la familia de José. Un drama
histórico, paralelo, es el caso de Job. Una lectura de este libro
nos muestra la acción del mal en sus diferentes manifestaciones en contra de “un hombre perfecto y recto, temeroso
de Dios y apartado del mal” ( Job 1:1). Empero, al final del
libro se nos presenta el hecho de que Dios tenía con Job unos
propósitos más amplios y de mucha bendición para con su
siervo (léase el capítulo 42:1–17). Finalmente en el Nuevo
Testamento tenemos el triunfo de Dios sobre el mal. La crucifixión de Cristo, desde el punto de vista humano fue una gran
tragedia; pero según Dios, su muerte y resurrección proveyeron
el medio para la renovación del orden caído. El apóstol Pablo
dijo: “Porque también la creación misma será libertada de la
esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de
Dios” (ver Romanos 8:21–23). “De modo que si alguno está
en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas” (2ª de Corintios 5:17). Una vez más
concluimos con San Agustín que el mal es una privación y no
algo positivo en la creación.
Los “propósitos actuales” de Dios: En este mismo orden de ideas,
de nuevo citamos a san Agustín: “A Dios le pareció mejor lograr
el bien a partir del mal que padecer el hecho de que el mal no
existiese”.10 Bíblicamente podemos percibir que a veces —pero
10. Ibid., p. 188.
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
145
no siempre— sobre la base de la obra redentora de Cristo Dios
atrae a su pueblo escogido permitiendo el mal sobre ellos para
perfeccionarlos según el ideal ético y moral del Evangelio. El
mal funciona como una herramienta pedagógica en la vida de
las personas. Ireneo, (130–202 d. C.) uno de los primeros padres
de la iglesia decía que “esta vida se entiende como el contexto
para el crecimiento espiritual, un valle en formación de almas”.
Es hermoso imaginarnos un mundo perfecto sin las presentes
condiciones del mal; pero por otro lado, como dice John Hick,
“…tal mundo, por mucho que fomente el placer estaría muy
mal adaptado para el desarrollo de las cualidades morales de la
personalidad humana. En relación con este propósito, ¡dicho
mundo podría ser el peor de todos los mundos posibles!11
Própositos f inales de Dios: Al tratar con los “propósitos finales”
de Dios como nuestro punto definitivo debemos decir que,
el mal, de alguna manera, dentro de los planes inescrutables de Dios, finalmente contribuirá a un más alto bien. El
salmista confiesa: “la ira del hombre te alabará” (Salmos 76:10).
Nuevamente Agustín de Hipona sobre este tema solía decir:
“Oh feliz culpa que mereció tan grande redentor” (a Cristo).
Hay que aclarar que ni la miseria ni el pecado en sí mismos
son los objetos para lograr el más alto bien; sino las personas
capaces de pecar y de sufrir se convierten en los objetos necesarios para que comprendan la riqueza de la perfección en Cristo.
11. Ibid., Dyrness, pp. 189-190. Para un más provechoso análisis de este
importante tema véase a C. Stephen Evans, Filosofía de la Religión (CBP,
1990), pp. 143-154. Otra importante reflexión es aportada por John H.
Hick en Philosophy of Religion (editorial Prentice-Hall, Inc. New Jersey,
1973), pp. 31-47.
146
Reforma siglo 21
La Biblia enseña que según el propósito final de Dios consiste
en vencer definitivamente a sus enemigos que también son los
nuestros; a la muerte, “Y el postrer enemigo que será destruido
es la muerte” (1ª de Corintios 15:26); a Satanás, “Y el Dios de
paz aplastará en breve a Satanás (y su anticristo) bajo vuestros
pies” (Romanos 16:20; Apocalipsis 19:20; 20:10); y la Gran
Babilonia, símbolo de todos los sistema culturales y religiosos
falsos y corrompidos (Apocalipsis 18:2,21).
Sin embargo el “propósito final” de Dios tiene que ver con
la instauración de los “cielos nuevos y tierra nueva” donde mora
la perfecta justicia (lea Apocalipsis caps. 21 y 22). Allí Dios
promete gloriosas promesas como estas: “Enjugará Dios toda
lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
(Apocalipsis 21:4).
Con todas estas explicaciones fundamentadas en la Palabra
de Dios, ¿vale la pena seguir siendo ateo o apoyando el ateísmo
con un estilo de vida descreído frente a Dios y la realidad de
este mundo tal como lo hace Richard Dawkins y la Asociación
Humanista Británica de Londres?
6. Clases de ateos
El final de este breve ensayo lo focalizamos desde la perspectiva de la teología bíblica para tratar las clases de ateos
implícitamente presentados en las Sagradas Escrituras.
6.1. Ateos prácticos
La naturaleza del problema de los ateos prácticos consiste
en el estilo de vida de aquellas personas que dicen creer en Dios
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
147
pero con los hechos lo niegan (Tit. 1:15,16). Muchos hombres
“cultos y decentes” son ateos prácticos por naturaleza. Muchas
personas no son notoriamente malvadas y sin embargo son
ateos prácticos (Sal. 14:1; Ef. 2:12). Otros declaran creer en
Dios o tienen algún otro dios pero viven vidas perversas (Rom.
1:28–32). Tienen la fe de los demonios (Sgo. 2:19).
Ejemplos bíblicos de ateos prácticos: Herodes (Mc. 6:20);
Félix el gobernador (Hch. 24:24,25), el rey Agripa (Hch.
26:26–28).
6.2. Ateos por orgullo
Es aquel clásico arrogante con exceso de estimación propia,
y para sostener esta perversión niega a Dios. Un claro ejemplo
lo tenemos en Éxodo 5:1–2. En estos textos vemos a un Faraón
arrogante y autosuficiente. ¿Quién es Jehová? —pregunta con
desprecio. El ateo por orgullo es aquel que se niega a reconocer
la existencia y el deber de relación con Dios. En el fondo, los
ateos por orgullo se creen dioses. Cuando el engreimiento de esta
clase de personas sobrepasa el límite llegan a confiar más en su
prestigio o fama, inteligencia o capacidad intelectual, en el poder
económico o en el poder político que adquieren. Detentando
todo esto, no puede haber lugar para Dios en su pensamiento.
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmos 14:1).
6.3. Ateos teóricos
Son los que niegan la existencia de Dios y su relación
con este mundo por medio de la argumentación intelectual y
teórica estilo R. Dawkins en nuestros días. Las supuestas bases
científicas y filosóficas que arguyen terminan por hacerles
considerar que, en el fondo ellos mismos son Dios. La gran
148
Reforma siglo 21
mayoría de los ateos teóricos se suscriben a la infantil idea de
que nadie ha visto jamás a Dios. Por lo tanto, Dios no existe.
Y en efecto esto es lo que dice el apóstol Juan: “A Dios nadie
le vio jamás; el unigénito Hijo que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer” ( Juan 1:18). El ateo de cualquier
clase pierde la esperanza de conocer a Dios cuando niega
que Jesucristo sea la perfecta revelación de Dios Padre. Cristo
mismo dijo: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre” ( Juan
14:9).
Es por ello que retrotrayendo la argumentación de Ludwig
Feuerbach, no convence cuando decía que “la idea de Dios es
un producto del cerebro así como el hígado segrega la bilis”.
Por su parte, Kant también llegó a decir que Dios solo es
una “idea especulativa” necesaria para fundamentar nuestros
conceptos éticos y morales, y por esta razón, es una idea sin
la cual el hombre no puede vivir.12
12. Véase Crítica de la Razón Pura (Bogotá: Ediciones Universales, sin
fecha), pp. 250-254. También, Crítica de la Razón Práctica, (Madrid:
Editorial Espasa-Calpe, 1984), Libro Segundo, cap. 2,V. pp. 174-176.
EL PROFETA MODERNO DEL ATEÍSMO
149
7. Bibliografía
Cabada, Castro Manuel. El humanismo premarxista de L.
Feuerbach. Madrid: BAC, 1975.
Dawkins, Richard. The God Delusion, New York, NY: Editorial
Houghton-Miffling Publisher, 2006.
De Hipona, San Agustín. La Ciudad de Dios, ciudad de México:
Editorial Porrúa, 1985.
Evans, C. Stephens. Filosofía de la Religión, El Paso, TX: Editorial
Casa Bautista de Publicaciones, 1990.
Haag, Herbert. El Problema del Mal, Barcelona: Editorial
Herder, 1981.
Hick, H. John. Philosophy of Religion, New Jersey: Editorial
Prentice-Hall, Inc. 1973.
Hodge, Charles. Teología Sistemática, Tomo I, Barcelona:
Editorial Clie, 1991.
Hume, David. Diálogos acerca de la Religión Natural, Madrid:
Editorial Sarpe, 1988, parte 10.
Kant, Emmanuel. Crítica de la Razón Pura, Bogotá: Ediciones
Universales, sin fecha.
――――――. Crítica de la Razón Práctica, Madrid: Editorial
Espasa-Calpe, 1984.
Küng, Hans. ¿Existe Dios? Madrid: Ediciones Cristiandad, 1979.
Leibniz, G. W. Ensayos de Teodicea sobre la bondad de Dios, el origen
del mal y la libertad del hombre. Bs. Aires: Editorial Claridad, 1946.
150
Reforma siglo 21
Tresmontant, Claude. Los Problemas del Ateísmo, Barcelona:
Editorial Herder, 1974.
Dyrness, William. Apologética cristiana, El Paso, TX: Editorial
Casa Bautista de Publicaciones, 1988.
Descargar