EXPOSICIÓN DE MOTIVOS Este proyecto de acuerdo tiene como objetivo fundamental, a través de la regulación que en él se consigna, disminuir los impactos acústicos y visuales producidos por diversos objetos, con el fin de mejorar la calidad del espacio público para goce de todos los palmiranos. Luego del trabajo técnico realizado por expertos de la Universidad Nacional de Colombia, se evidenció en la ciudad que las personas deben, además de padecer la invasión del espacio público y la polución, soportar a diario la contaminación visual y auditiva que logra afectar, así en muchos casos parezca imperceptible, la tranquilidad, la salud y la convivencia entre los ciudadanos. Inclusive, la irritabilidad, la desesperación, la claustrofobia o el estrés también pueden llegar a relacionarse con un entorno visual y auditivamente contaminado. Todo ello repercute, entonces, en la disminución de la calidad de vida de los palmiranos. Respecto a la contaminación visual, especialistas manifiestan que: “El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de datos. Los sentidos son los encargados de transmitir al cerebro toda información que perciben del entorno. Entre ellos, el sentido de la vista es uno de los más complejos y de los que mayor incidencia tiene en la percepción global del entorno y, por lo tanto, en las reacciones psicofísicas del hombre. El ojo es una máquina óptica muy compleja. La retina retiene la imagen durante 1/10 de segundo, como si fuera el cuadro de una película. De hecho, este mecanismo ha sido aprovechado para crear el efecto de movimiento en el cine. La información visual retenida en tan corto tiempo tiene una acción directa sobre nuestra capacidad de atención. Cuando una imagen supera el máximo de información que el cerebro puede asimilar (estimado en 4 bits/seg), se produce una especie de “stress” visual, el panorama perceptual se vuelve caótico y la lectura ordenada del paisaje se hace imposible. Por otro lado, cuando la riqueza de la imagen no alcanza un mínimo de información (alrededor de 0,4 bits/seg), la atención decae y los reflejos se embotan.”1 La contaminación visual y auditiva se produce en el espacio público2 que es para uso y disfrute de todos los ciudadanos, pero además, es un sistema articulador y un componente urbano-ambiental que modela la organización y forma de las ciudades y, por ende, es el principal testigo de las relaciones interpersonales y de convivencia que desarrolla la comunidad de manera libre en él. Por ello, es tan importante que el estado realice sus mejores esfuerzos para recuperarlo y embellecerlo. Un espacio público descontaminado logra generar tranquilidad, felicidad y armonía entre los ciudadanos que reclaman a gritos una ciudad, no solo socialmente distinta, sino físicamente mejor. Constituyendo el espacio público factor tan importante en la vida en sociedad, es el Estado, como propietario3 de él, el llamado (principalmente en cabeza de las autoridades municipales) a ejercer acciones tendientes a su recuperación, mejoramiento y conservación. Y es la propia Constitución la que en su artículo 1Disponible en: http://74.125.113.104/search?q=cache:In2DKxi35EUJ:www.arqchile.cl/contaminacion_visual.htm+nuestro +cerebro+tiene+una+determinada+capacidad+de+absorci%C3%B3n+de+datos+y&hl=es&ct=clnk&cd=2& gl=co CONSULTADO EL 17 DE OCTUBRE DE 2008. 2 Ley 9ª de 1989. “Artículo 5. Entiéndase por espacio público el conjunto de inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados, destinados por su naturaleza, por su uso o afectación, a la satisfacción de necesidades urbanas colectivas que trascienden, por tanto, los límites de los intereses individuales de los habitantes. Así, constituyen el espacio público de la ciudad las áreas requeridas para la circulación tanto peatonal como vehicular, las áreas para la recreación pública, activa o pasiva, para la seguridad y tranquilidad ciudadana, las franjas de retiro de las edificaciones sobre las vías, fuentes de agua, parques, plazas, zonas verdes y similares, las necesarias para la instalación y mantenimiento de los servicios públicos básicos, para la instalación y uso de los elementos constitutivos del amoblamiento urbano en todas sus expresiones, para la preservación de las obras de interés público y de los elementos históricos, culturales, religiosos, recreativos y artísticos, para la conservación y preservación del paisaje y los elementos naturales del entorno de la ciudad, los necesarios para la preservación y conservación de las playas marinas y fluviales, los terrenos de bajamar, así como de sus elementos vegetativos, arenas y corales y, en general, por todas las zonas existentes o debidamente proyectadas en las que el interés colectivo sea manifiesto y conveniente y que constituyen por consiguiente zonas para el uso o el disfrute colectivo.” 3 Constitución Política de Colombia. “Artículo 102.El territorio, con los bienes públicos que de él forman parte, pertenecen a la Nación.” 82 determina ese deber del Estado, así: “Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular.” Al respecto el Consejo de Estado ha manifestado que: El espacio público debe ser rescatado para colocarlo al servicio de la comunidad, debiendo, en consecuencia, ceder el interés individual frente al interés general de la comunidad, para dar cabida a lo que con acierto ha entendido la Corte Constitucional sobre este concepto, al señalar: La búsqueda de una mejor calidad de vida para las personas y la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos es uno de los fundamentos sobre los cuales se estructura el concepto de Estado Social de Derecho. Es por ello que, de conformidad con el artículo 82 de la Constitución Política, la integridad del espacio público y su destinación al uso común son conceptos cuya protección se encuentran a cargo del Estado, precisamente por la necesidad de asegurar el acceso de todos los ciudadanos al goce y utilización común de tales espacios colectivos.4 Además, es importante anotar en este punto, que el espacio público, tal y como lo determinan los artículos 635 y 25196 de la Carta y del Código Civil respectivamente, es inalienable, imprescriptible e inembargable, con lo que se ratifica que dicho espacio es para uso y goce de todos los ciudadanos y que el Estado debe hacer que ello se cumpla. La descontaminación que pretende lograr este proyecto de acuerdo, es apenas una parte de las grandes transformaciones que requiere Palmira, la cual tiene que seguirse pensando desde la planeación y construcción de una ciudad para la gente, para el bienestar y la felicidad, sin dejar de concebir la integralidad Consejo de Estado, Sentencia del 30 de junio de 2000, radicación AP-051. Constitución Política de Colombia. “Artículo 63. Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables.” 6 Código Civil. “Artículo 2519. Los bienes de uso público no se prescriben en ningún caso.” 4 5 territorial de un municipio funcional y económicamente competitivo, consciente de sus potencialidades, valores ambientales, paisajísticos y culturales. Dentro de este proyecto se establecen normas tendientes a regular los elementos que de una u otra forma causan impactos acústicos y visuales, tales como: avisos, vallas, pasacalles, pendones, afiches, carteles, carteleras, mogadores, parasoles, antenas, cables, ventas ambulantes, murales, entre otros. Además, se incorpora el decreto municipal 300 del 11 de diciembre de 2007 expedido por el Alcalde Municipal de Palmira -Estatuto de Ruido-, por considerarlo muy completo y necesario para la disminución de la contaminación auditiva que se presenta en la ciudad. Ahora, es importante hacer alusión a la facultad legal que tiene el Concejo para expedir este acuerdo. La Constitución Política de Colombia, en su artículo 313 numeral 9, señala como una de las atribuciones de los concejos municipales la de “dictar las normas necesarias para el control, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio”. A su vez, en desarrollo legal de este precepto constitucional, la ley 136 de 1994 le otorga otras atribuciones a los concejos municipales, como las consagradas en los numerales 6 y 8 del artículo 32, que establecen: “determinar la nomenclatura de las vías públicas y de los predios o domicilios” “velar por la preservación y defensa del patrimonio cultural”. Ahora bien, en el tema puntual de impactos visuales es necesario observar la ley 140 de 1994 “por la cual se reglamenta la publicidad exterior visual en el territorio nacional”, la cual en el artículo 3 establece que: “Podrá colocarse publicidad exterior visual en todos los lugares del territorio nacional, salvo en los siguientes: (…) c) Donde lo prohíban los concejos municipales y distritales conforme a los numerales 7 y 9 del artículo 313 de la Constitución Nacional”, y el artículo 4, numeral b, párrafo segundo, dice: “La ubicación de la Publicidad Exterior Visual en las zonas urbanas la regularán los concejos municipales”. En relación con la facultad que tienen los concejos municipales para dictar las normas necesarias para la protección del medio ambiente en su territorio, hay que anotar que, en virtud del principio de rigor subsidiario, éstos pueden hacer inclusive más estricta la reglamentación que a nivel nacional o regional se haya hecho sobre el tema. Así, el Consejo de Estado en reciente sentencia manifestó: Por su parte, la Corte Constitucional en sentencia C-535 de 1996, al estudiar la demanda de inexequibilidad contra disposiciones de la Ley 140 de 1994, condicionó la exequibilidad de las mismas a que se debe entender que se trata de una legislación nacional básica de protección al medio ambiente que, de acuerdo con el principio de rigor subsidiario, puede ser desarrollada de manera más estricta por los concejos distritales y municipales, y por las autoridades de los territorios indígenas, en virtud de sus competencias constitucionales propias para dictar normas para la protección del paisaje, conforme a lo señalado por los artículos 313 y 330 de la Carta. De tal manera que es indiscutible que los Concejos Municipales y Distritales son competentes para desarrollar de manera más estricta el tema de la publicidad exterior visual, sin que ello implique considerar que están expidiendo reglamentos principales; además de que el hecho de que en el epígrafe del Acuerdo núm. 79 de 14 de enero de 2003 no se hubieran mencionado las normas legales que regulan la publicidad exterior visual, ello en manera alguna puede significar que deba entenderse que tales disposiciones no existen o que los Concejos no pueden hacer regulaciones que, como ya se dijo, coinciden en su contenido con aquellas. De otra parte, la Ley 140 de 1994 consagra comportamientos que deben observarse en la publicidad exterior además de que autoriza a los Concejos Municipales y Distritales para señalar los lugares donde se puede ubicar la publicidad y hacer las prohibiciones respectivas.7 7 Consejo de Estado, radicación número: 25000-23-24-000-2003-00379-01, 22 de marzo de 2007. En relación con la intervención del espacio público por parte de quienes prestan servicios públicos, tema regulado en el presente proyecto de acuerdo, se hace necesario mencionar la ley 142 de 1994 en sus artículos 268 y 579, en los que se establecen competencias municipales relacionadas con el asunto tratado, como la de otorgar, a quienes prestan servicios públicos, los permisos sobre usos del suelo, planeación urbana, circulación y tránsito, uso del espacio público, seguridad y tranquilidad ciudadanas. Así mismo, exigir garantías a las empresas prestadoras de servicios públicos, cuando existan riesgos. Otra de las competencias municipales allí establecidas, es la de otorgar permiso a las empresas prestadoras de servicios públicos, mientras no exista ley expresa que indique que otra entidad debe otorgarlo, para que sus líneas de transmisión y distribución de energía eléctrica y gas combustible, sus conducciones de acueducto, alcantarillado y sus redes telefónicas, puedan Ley 142 de 1994. “ARTÍCULO 26. PERMISOS MUNICIPALES. En cada municipio, quienes prestan servicios públicos estarán sujetos a las normas generales sobre la planeación urbana, la circulación y el tránsito, el uso del espacio público, y la seguridad y tranquilidad ciudadanas; y las autoridades pueden exigirles garantías adecuadas a los riesgos que creen. Los municipios deben permitir la instalación permanente de redes destinadas a las actividades de empresas de servicios públicos, o a la provisión de los mismos bienes y servicios que estas proporcionan, en la parte subterránea de las vías, puentes, ejidos, andenes y otros bienes de uso público. Las empresas serán, en todo caso, responsables por todos los daños y perjuicios que causen por la deficiente construcción u operación de sus redes. Las autoridades municipales en ningún caso podrán negar o condicionar a las empresas de servicios públicos las licencias o permisos para cuya expedición fueren competentes conforme a la ley, por razones que hayan debido ser consideradas por otras autoridades competentes para el otorgamiento de permisos, licencias o concesiones, ni para favorecer monopolios o limitar la competencia.” 8 Ley 142 de 1994. “ARTÍCULO 57. FACULTAD DE IMPONER SERVIDUMBRES, HACER OCUPACIONES TEMPORALES Y REMOVER OBSTÁCULOS. Cuando sea necesario para prestar los servicios públicos, las empresas podrán pasar por predios ajenos, por una vía aérea, subterránea o superficial, las líneas, cables o tuberías necesarias; ocupar temporalmente las zonas que requieran en esos predios; remover los cultivos y los obstáculos de toda clase que se encuentren en ellos; transitar, adelantar las obras y ejercer vigilancia en ellos; y, en general, realizar en ellos todas las actividades necesarias para prestar el servicio. El propietario del predio afectado tendrá derecho a indemnización de acuerdo a los términos establecidos en la Ley 56 de 1981, de las incomodidades y perjuicios que ello le ocasione. 9 Las líneas de transmisión y distribución de energía eléctrica y gas combustible, conducciones de acueducto, alcantarillado y redes telefónicas, podrán atravesar los ríos, caudales, líneas férreas, puentes, calles, caminos y cruzar acueductos, oleoductos, y otras líneas o conducciones. La empresa interesada, solicitará el permiso a la entidad pública correspondiente; si no hubiere ley expresa que indique quien debe otorgarlo, lo hará el municipio en el que se encuentra el obstáculo que se pretende atravesar.” atravesar los ríos, caudales, líneas férreas, puentes, calles, caminos y cruzar acueductos, oleoductos, y otras líneas y conducciones. Queda claro entonces, que los Concejos Municipales tienen la facultad de dictar las normas tendientes a preservar y defender el patrimonio ecológico y cultural y a regular aspectos del espacio público del municipio, tales como los que se pretenden reglamentar en el presente proyecto. Dejo este Proyecto de Acuerdo para la deliberación, discusión y debate de los Honorables Concejales, con la confianza de que será estudiado minuciosamente y que, de ser aprobado, contribuirá significativamente a la descontaminación visual y auditiva de la ciudad y, por ende, mejorará la calidad de vida de los palmiranos, uno de los objetivos principales de este gobierno. RAUL ALFREDO ARBOLEDA MARQUEZ Alcalde Municipal