GRANDES INVERSIONES SIN LICENCIA SOCIAL: El Principio 10

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GRANDES INVERSIONES SIN LICENCIA SOCIAL: El Principio
10 de la Declaración de Río y el caso de los proyectos
mineros Veladero y Pascua – Lama en Argentina.
Por Alejandro Vera1
¿Qué pasa en Argentina con la megaminería? La respuesta a esta pregunta
dependerá de quién la conteste. Un alto funcionario de la Secretaría de Minería de la
Nación quizás asevere que el crecimiento de la industria es exponencial, y que
Argentina apunta a consolidarse en veinte años como una potencia minera. Un alto
funcionario de alguna provincia cordillerana contestará seguramente que la actividad
minera es la más tradicional y una de las pocas que se puede llevar a cabo en esas
tierras. Y por último, seguramente algún vecino de Andalgalá, Jáchal o Belén, afirme
que la llegada de los proyectos mineros a cielo abierto está teniendo consecuencias
ambientales funestas para su ciudad. ¿Por qué ésta divergencia? ¿Es sólo una cuestión
de puntos de vista? ¿O hay cabos sueltos en la gestión ambiental de este modelo
productivo?
El Principio 10 de la Declaración de Río de Janeiro, firmada en junio de 1992
dispone que el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación
de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda2. Desde la Fundación
CEDHA, pudimos comprobar en una investigación realizada durante el 2009 en torno a
1
El autor es miembro de la Clínica Jurídica y Legislativa de la Fundación CEDHA (Centro de Derechos
Humanos y Ambiente)
2
Principio 10: El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los
ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá tener
acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades públicas,
incluida la información sobre los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comunidades,
así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán
facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a
disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y
administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.
los proyectos mineros Veladero y Pascua Lama, como la falta de gestión, por parte de
las autoridades provinciales, en torno a la participación e información sobre los
proyectos, como así también la existencia de una legislación deficiente, puede haber
sido un factor clave para entender la creciente conflictividad en torno a los mismos. La
resistencia a estas grandes inversiones no es un dato sociológico menor. Tiene sus
causas y sus consecuencias.
Acceder a la información pública en manos del Estado y participar en las
decisiones que determinarán las características del modelo de desarrollo a seguir, son
derechos innegables y esenciales para cualquier modelo de organización política,
sujeto a derecho y democrático. El derecho a la información y a la participación son
derechos humanos que protegen el espacio de autonomía personal de los individuos,
permitiéndoles la realización de un plan de vida que se ajuste a su libre decisión, y que
a su vez adquiera dimensiones colectivas.
En materia ambiental, y en especial en minería, el oportuno acceso a la
información es esencial, pues en numerosas ocasiones el daño ambiental es
irreversible y no da lugar a su recomposición. Las promesas de participación en las
decisiones de gestión pueden ser vistas como una oportunidad ideal para propiciar la
integración de la comunidad a los proyectos, o como una forma de legitimación y
control social que impida un real interés y fiscalización por parte de los implicados. La
respuesta depende de una verdadera implementación y respeto de estos derechos, de
una utilización real de los mecanismos de participación, y sobre todo de un verdadero
acceso a información completa y confiable.
Los proyectos Veladero y Pascua Lama en la provincia de San Juan, República
Argentina, representan, juntos, uno de los distritos auríferos más grandes del mundo.
Pascua Lama es el primer proyecto binacional minero, ya que incluye obras y
operaciones en territorio argentino y chileno. El yacimiento se ubica en la Cordillera de
Los Andes, sobre el límite internacional chileno-argentino, unos 150 kilómetros al
suroriente de la ciudad de Vallenar, en la Comuna de Alto del Carmen, Provincia de
Huasco, III Región en Chile. Del lado argentino, el proyecto se ubica a unos 300
kilómetros al noroeste de la ciudad capital de San Juan, en el Departamento Iglesia,
Provincia de San Juan. Ambos son propiedad de Minera Argentina Gold S.A. (MAGSA),
subsidiaria de la Canadiense Barrick Gold Corporation.
Para la Secretaría de Minería de la Nación (SMN), Veladero y Pascua Lama son
“uno de los distritos auríferos más ricos del planeta, con recursos de 40 millones de
onzas de oro y mil millones de onzas de plata”. Un tesoro que, a 830 dólares la onza
de oro y 11 la de plata, es de 44.200 millones de dólares, mientras su costo de
producción desde la extracción al lingote, y a 155 dólares la onza, es de 16.200
millones dólares. En veinte años de vida útil se llevarán un beneficio de 28 mil millones
de dólares, 1400 millones por año3.
En este marco, la aprobación popular no es prioridad para las autoridades. Y el
marco legal lo acompaña. El Tratado sobre Integración y Complementación Minera,
firmado por Argentina en 1997 y
ratificado por ley 25.243, como así también el
Protocolo Complementario para Pascua Lama no menciona ni recomienda a los países
la implementación de instancia de participación alguna. La Ley Nacional N° 24585,
modificatoria del Código de Minería, dispone una serie de exigencias ambientales a
proyectos mineros, no incluyendo en el procedimiento de Evaluación de Impacto
Ambiental (EIA), la realización de Audiencias Públicas.
Inclusive a nivel provincial, la legislación que regula las EIA y que exige la
realización de Audiencias Públicas en cualquier proyecto, exceptúa de la misma a los
proyectos mineros, los cuales son aprobados no por la autoridad ambiental provincial,
sino por la autoridad minera. Esta normativa es violatoria de la legislación nacional de
presupuestos mínimos ambientales, y por lo tanto inconstitucional. Contraría, a su vez,
las disposiciones presentes en tratados internacionales suscriptos por Argentina en
materia de acceso a la información y participación4. A esto se suma que, de hecho, en
el proyecto Veladero no se realizó ninguna Audiencia Pública ni otra instancia de
participación en el marco de la aprobación de su Informe de Impacto Ambiental, ni de
sus actualizaciones.
Numerosos testimonios y casos relevados en torno a las proyectos, dieron
cuenta de una fuerte campaña de desprestigio sobre aquellos opositores a los mismos,
como así también serios conflictos con la fuerzas de seguridad, cuyas prácticas son
avaladas por la legislación correccional local5.
Los pedidos de información presentados por CEDHA, en los cuales se piden
datos relacionados con el estado del ambiente y las condiciones sanitarias de las
3
Página 12. “Oro, hambre, saqueo y complicidades” en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1117712-2009-01-05.html
4
Convención Americana de los Derechos del Hombre (art. 13, 15 y 16), Convención sobre los Derechos
del Niño (art. 13), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 19 y 25), Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 1, 6, 7, 11, 12, 13 y 15), la Declaración Universal de
los Derechos Humanos (art. 19), y la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (art. 13),
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (art. 2, 11 y 14).
5
El Código de Faltas de la provincia de San Juan fue reformado en el año 2007 por ley provincial N° 7819,
y contiene disposiciones cuya constitucionalidad a la luz del derecho a asociarse y protestar, puede
resultar gravemente comprometida, especialmente en sus artículos 111 y 113.
poblaciones cercanas a los proyectos no han sido contestados hasta la fecha, estando
ampliamente superado el plazo máximo para su contestación dispuesta por la ley6.
Esta seguidilla de hechos y datos constatados en el informe, son sólo
referencias a problemáticas comunes en torno a la mayoría de los grandes proyectos
mineros en nuestro continente. Se desconoce la importancia de la participación
ciudadana. Se dificulta el acceso a la información. Se construye, en definitiva, una
relación con las comunidades sólo efectiva para el inversor. Las políticas de inversión
en publicidad, medios de comunicación locales, pequeños eventos comunitarios
deportivos o artísticos, organización de eventos, sumado a la dependencia laboral
directa o indirecta con la industria, van sumando el silencio y las voluntades de
numerosos sectores. Los que no acceden a este intercambio son segregados, y las vías
de acceso a la información y a la participación se van cerrando. El resultado es una
comunidad que no discute a fondo sus problemas ambientales actuales y futuros.
En conclusión, sólo hay dos razones por las cuales se puede llegar a construir y
ejecutar todo un modelo de extracción a espaldas de la comunidad: que esta no esté
preparada para entenderlo y controlarlo, o que la actividad sea verdaderamente
perjudicial para los intereses de la misma. Ambas respuestas son negativas. La primera
es una falta de respeto a la capacidad y formación de numerosos técnicos locales, y a
la misma voluntad de aquellos dispuestos a aprender con tal de asegurar la
subsistencia de su entorno. La segunda es la peor opción cuyo debate y profundización
se quiere evitar: que esta actividad sea probadamente no sustentable, y de un riesgo
catastrófico para el ambiente en el que se inserta.
6
Ver Ley de Acceso a la Información Ambiental N° 25.831
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