Veo que te acuerdas perfectamente del principio

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Historia de la Filosofía 2º Bachillerato
EJERCICIO 2 DE AUTOEVALUACIÓN DE SAN AGUSTÍN
TEXTO
6. Ag.- Veo que te acuerdas perfectamente del principio indiscutible que establecimos
en los comienzos de la cuestión precedente: si el creer no fuese cosa distinta del entender, y no hubiéramos de creer antes las grandes y divinas verdades que deseamos
entender, sin razón habría dicho el profeta: Si no creyereis, no entenderéis. El mismo
Señor exhortó también a creer primeramente en sus dichos y en sus hechos a aquellos a
quienes llamó a la salvación. Mas después, al hablar del don que había de dar a los
creyentes, no dijo: Esta es la vida eterna, que crean en mí; sino que dijo: Esta es la vida
eterna, que te conozcan a ti, sólo Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien enviaste. Después, a los que creían, les dice: Buscad y hallaréis; porque no se puede decir que se ha
hallado lo que se cree sin entenderlo, y nadie se capacita para hallar a Dios si antes no
creyere lo que ha de conocer después. Por lo cual, obedientes a los preceptos de Dios,
seamos constantes en la investigación, pues iluminados con su luz, encontraremos lo
que por su consejo buscamos, en la medida que estas cosas pueden ser halladas en esta
vida por hombres como nosotros;…(San Agustín Del libre arbitrio Capítulo II).
En este texto, su autor reflexiona sobre el conocimiento.
Cuestiones
1. Exponer las ideas principales del texto propuesto y la relación entre las mismas.
2. Explicar el problema del conocimiento en San Agustín.
Respuestas
1. Texto:
Lo primero que San Agustín nos dice en el texto es que es necesario creer para entender,
es decir, es necesaria la fe para que la razón pueda llegar al conocimiento de la verdad.
Efectivamente, San Agustín sostiene que la razón humana necesita ser iluminada por
Dios para llegar al verdadero conocimiento. La fe es el punto de partida de la
explicación racional pues necesitamos ser ayudados por la iluminación divina para
llegar a conocer las esencias eternas de todas las cosas. Para apoyar esta idea, San
Agustín recurre a la autoridad de los profetas que ya nos advirtieron de la necesidad de
creer para poder entender.
Pero San Agustín nos dice, en segundo lugar, que al ser humano no le basta la fe sino
que debe explicar racionalmente lo que por fe sabe. Debemos ir más allá de ese punto
de partida que es la fe y procurar entender aquello en lo que creemos. Cuando la razón
ha entendido, la fe se ha reforzado porque vemos lo razonable que es creer y que la fe
no es algo absurdo. Para apoyar esta idea, San Agustín recurre a las escrituras donde
Dios nos dice que si investigamos encontraremos la verdad. Por tanto, fieles a este
precepto seamos constantes en la investigación porque con la ayuda de la iluminación
divina llegaremos al verdadero conocimiento.
Fe y razón, por tanto, colaboran y se refuerzan mutuamente.
Historia de la Filosofía 2º Bachillerato
2. El problema del conocimiento:
San Agustín abordó el problema de las relaciones entre la razón y la fe como fuentes de
conocimiento. La razón es una fuente natural de conocimiento que nos permite alcanzar
la verdad investigando. La fe es una fuente de conocimiento sobrenatural que llega a la
verdad a través de lo que Dios nos ha revelado en los libros sagrados.
Para San Agustín sólo existe una verdad, el cristianismo, pero para acceder a ella, razón
y fe deben colaborar mutuamente. La fe ilumina a la razón y la precede ya que es
preciso creer para poder entender, puesto que la razón humana es limitada y sólo la fe
permite entender todas las preguntas relativas a Dios, al mundo y al hombre. Pero, por
otro lado, la fe se vale de la razón ya que la comprensión racional de la doctrina
cristiana es la forma más elevada y auténtica de la fe. La verdadera fe del cristiano no
debe limitarse a la fe ciega del ignorante, al contrario debemos tener una comprensión
racional de la revelación cristiana para ver que no es absurdo creer en ella.
Para San Agustín, el logro de un conocimiento pleno consiste en una dialéctica
ascendente que consta (como en Platón) de varias etapas. La primera es el conocimiento
sensible que, compartido por el hombre con los animales, es el grado más bajo del
saber, no puede considerarse un conocimiento fiable y válido debido a la inestabilidad
de las cosas sensibles y a que los sentidos corporales son imperfectos y engañosos. De
ahí podemos pasar al conocimiento racional inferior que es el de las ciencias
particulares (física, biología…) y por fin llegaremos al conocimiento racional superior
que es el conocimiento inteligible, puramente racional y trata sobre las esencias eternas.
San Agustín sitúa esas esencias eternas e inmutables en la mente de Dios ya que si son
eternas e inmutables, no pueden tener su origen en el alma humana, finita y limitada,
sino sólo en la inteligencia divina. Para resolver el problema de cómo el alma puede
conocer tales ideas si están en la mente de Dios, San Agustín elabora la Teoría de la
iluminación (Platón elaboró la teoría de la reminiscencia). Según esta teoría, el
conocimiento de las esencias o ideas eternas es posible porque Dios las ha puesto en el
alma y nos permite comprenderlas iluminando nuestro entendimiento superior, que así
puede alcanzar unos conocimientos que sobrepasan con mucho sus facultades.
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