1.3. 1.3.1. DISTRIBUCION ESPACIAL Y FACTORES DE LOCALIZACION DEL SECTOR INDUSTRIAL Y DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA TEORIAS DE LOC:ALIZACION INDUSTRIAL Es bastante prolífica la bibliografía que trata de las teorías de localización industrial, tanto en lo que respecta a las aportaciones originales realizadas desde comienzos de siglo hasta el momento actua137. Las "teorías clásicas" son las que han experimentado un mayor desarrollo y, en segundo lugar, las "teorías del comportamiento"; a estos enfoques también añadimos la óptica de los trabajos vinculados a la "geografía de la empresa" y la referente a los modelos de optimización relacionados con la "investigación operativa". En primer lugar, las teorias clásicas, también denominadas "normativas", centran sus objetivos en la decisión de localización de plantas individuales y tienen un carácter deductivo. EI esquema normativo se traduce en la búsqueda de un óptimo de los resultados económicos esperados por la empresa, a partir de una serie de hipótesis simplificadoras de la realidad claramente definidas. Es decir, consisten en modelos de optimización de determinadas variables económicas referentes a la actividad de la planta industria138. Las teorías de Weber (1909) 39 han originado todas las posteriores aportaciones sobre "localización de costes mínimos". Este autor consideró como principales variables a optimizar los costes de transporte de aprovisionamiento de materias pri^' En este sentido, destacan algunas obras básicas donde se efectúa una exposición detallada y tm análisis crítico de la evolución seguida por las teorías de localización industrial: Ct^nu` y WnLRER (1987-III); JuwREZ RuB^o (1982-III); Lnjuc^E, DELF^ud y LncouR (1979-III); M.li^z^coL (1980-III); RicHwRnso^ (1986 III); ScNe^F^^r:R (1989-1[[). ^ La tipología teórica es bastante variada, dependiendo de los criterios de optimización y de los supuestos de partida. Pueden consultarse análisis pormenorizados de las tipologías de los trabajos adscritos a las teorías clásicas en las obras de L^jucie, DELFAUd }' L,^couR (1979-III) y de M,^^z^coL (]980-III). s^ La referencia original de su obra principal es: - WEBER, A. (1909).- Uber den standort der industrien ("Teoría de la localización de industrias"). Suttgart. 61 mas y de distribución de productos transformados. También tomó en consideración la influencia de los costes de mano de obra y de las economías de aglomeración de varias plantas situadas próximamente. Posteriormente, otros autores, con Hotelling (1929) 40 como principal exponente, incorporaron la variabilidad en la demanda, pero por el contrario asumían unos costes fijos. En este caso, el interés se centró en la distribución espacial de los mercados y, a partir de ahí, en la elección de la localización que maximizara las ventas. Todas las anteriores investigaciones confluyeron posteriormente en la obra de Lósch (1940) 41. Estableció como objetivo del empresario racional la elección de la localización de "máximo beneficio esperado". Por tanto, a diferencia de las escuelas anteriores, asumió que ni los costes ni la demanda eran constantes a nivel espacial. Otros autores posteriores, entre los que destacamos a Isard (1956) 42, continuaron avanzando en esta línea y elaborando modelos más ambiciosos que el de Lósch. Sin embargo, los modelos clásicos de carácter normativo asumen como hipótesis básica que "el decisor es un empresario completamente racional, pero disponer de toda la información necesaria para estimar todas las posibles ecuaciones de un modelo de localización relativamente completo resulta ser un objetivo inalcanzable. Bastantes autores se dieron cuenta de esta importante restricción a partir de los años sesenta. Las teorias del comportamiento llegaron a reconocer que la solución óptima era inalcanzable en la realidad para un determinado nivel de información pero, por el contrario, sí es factible llegar a determinar un conjunto de soluciones que sirvan para desarrollar una actividad económica de forma satisfactoria. A0 Según un artículo publicado originalmente en: - HoTEr.t,tNC, H. (1929).- Stability in competition, in Economic,journal, n.° 39, pp. 41-57. "^ Su publicación original es la siguiente: - LósCFt, A. (1940).- Die raumliche ordnung der wirtschaft ("Economía de la localización"). Iéna (Alemania): Ed. Fischer. "^ IswaD establece los principios de sus teorías de localización en el trabajo que tiene como referencia original: - ISnaD, W. (1956).- Location and Space-Economy. Cambridge (Massachusetts): M.I.T. Press. 62 Estos trabajos, del mismo modo que los pertenecientes a la escuela clásica, centran su estudio en el empresario individual y en las variables que influyen en la implantación de nuevas industrias. Sin embargo, a diferencia de las teorías normativas, su óptica se dirige al modo en que los responsables de la toma de decisiones identifican en la realidad las variables locacionales. El establecimiento de un área dentro de la cual los beneficios resultantes de la actividad empresarial son suficientes y superiores a los relativos a otras zonas alternativas fue puesto en marcha en diferentes obras vinculadas a las teorías del comportamiento 43 Uno de los investigadores más relevantes en este ámbito fue Pred (1967 y 1969) 44, quien tomó en consideración los componentes no económicos del empresario. Este autor distinguió dos tipos de firmas: las que toman las decisiones de localización tras haber movilizado la información pertinente y aquellas que lo realizan con cierta ignorancia del entorno. ^rmó que la probabilidad de éxito depende no sólo de dicho factor, sino también de la mayor o menor apti^tud empresarial para utilizar la información disponible. En función de estas dos variables situó a los diferentes decisores en distintas posiciones de una "matriz de comportamiento", a partir de las cuales dedujo las posibilidades de que llevaran a cabo una implantación industrial de una manera satisfactoria. Otra de las importantes corrientes de investigación es la constituida por los trabajos vinculados a las teorías de la geografía de la empresa. Sus objetivos se circunscriben sólo a la localización de las grandes corporaciones industriales. Se destaca el significado del tamaño empresarial como una variable decisiva en la decisión locacional. Estos autores expresaron, en cierto modo, que la optimización propuesta por las teorías 4' GaEENHUr fue uno de los primeros autores que introdujo estas ideas en 1963, a pesar de que no las incorporó plenamente a sus modelos teóricos. '^ La obra original donde puso en práctica muchos de los principios básicos de la aplicación de las [eorías del comportamiento fue la siguiente: - PaEU (A.R.)- Behaviour and Location: foundations for a geographic and dynamic location theory. Lund Studies in Geography, Series B: part 1(n4 27,) 1967; part 2(n° 28), 1969. Algtmos desarrollos recientes sobre los modelos relacionados con estas teorías pueden consultarse en To^^;^xoe (1991-III). 63 normativas se encontraba asociada más bien con las grandes firmas que con las pequeñas. Sin embargo, las teorías de la geografía empresarial expresan que la decisión de localización es en las grandes firmas secundaria a la propia decisión de inversión. Según estos autores 45, el lugar de implantación de una fábrica resulta ser una consecuencia de una estrategia empresarial de carácter mucho más general; en ella entran en juego los mercados internacionales, el cambio tecnológico..., así como toda otra serie de factores distintos de los habitualmente considerados por las demás teorías 4s Por último, el desarrollo, a partir de los años cincuenta, de las técnicas cuantitativas englobadas dentro de la denominación de investigación operativa, condujo a la aplicación de estos métodos al estudio de los problemas de localización y dimensión óptimas de plantas industriales. Generalmente se proponen objetivos como la minimización de costes o la maximización de beneficios de empresas individuales, con un planteamiento procedente de las teorías clásicas. Sin embargo, a diferencia de éstas, abandonan el espacio euclídeo: se rebajan las hipótesis referentes a la existencia de un espacio continuo, considerando fuentes de materias primas y mercados puntuales, un conjunto finito de posibles localizaciones y una red de caminos que conecta todos los puntos. Esta problemática se adecúa bien a técnicas como la programación lineal, entera y dinámica, o la teoría de grafos. Dentro de esta corriente son de especial interés los modelos de localización derivados del "problema del transporte", en la línea del trabajo pionero de Hitchcock (1941) 47. 4' MC. Nee fue en 1960 el precursor de esta rama de la geografia, desembocando en una importante obra (Mc. NEe, 1974-III) sobre el comportamiento espacial de las grandes corporaciones industriales. De gran interés sobre este tema son los trabajos de Cxnvt^nN y Wwt.[ceR (1987-III) (pp. 85-126), Gerrnnxt^te (1976-I) (pp. 433-443) y Mrwzncot. (1980-III) (pp. 129-156). Otro enfoque complementario es el correspondiente al análisis del espacio en el seno de las "teorías de organización industrial": vid., por ejemplo, Woou (1978-III). 4f En este sentido, según CHwPMnN y Wnt.KEx (1987-III), se acentí^a la divergencia entre la realidad y la premisa básica que sustenta la teoría normativa, que es la supervivencia de un empresario individual a los dictados del entorno económico próximo. "' Procedente de la obra original: - H^TCHCOCx, F.L. (1941).-The distribution ofa product from several sources to numerous localities, en fm^rnal of Mathematirs and Physic, n° 2Q pp. 224-230. 64 1.3.2. ANALISIS ESPACIAL DE LA INDUSTRIA: FACTORES DE LOCALIZACION La disponibilidad de una cantidad de información limitada y el hecho de que los empresarios tiendan, en el mejor de los casos, a llevar a cabo una localización satisfactoria, ha émpujado durante los últimos decenios a determinados análisis empíricos a avanzar en la línea de pensamiento iniciada en algunos trabajos influidos por las teorías del comportamiento. La existencia de aspectos irracionales eñ las decisiones empresariales y el carácter cambiante del entorno económico de la industria, con ttna velocidad de transformación superior a la vida útil de las plantas, han contribuido también a inclinar recientemente a algunos investigadores a desarrollar trabajos empíricos. A diferencia de las teorías de localización expuestas en el apartado precedente, no se establecen prácticamente hipótesis previas, ni se determina una localización óptima, sino que se efectúa un análisis de la situación real de la distribución espacial. Generalmente tampoco se emplea la óptica de la empresa individual, sino que se realizan estudios agregados para un ámbito territorial determinado, en base a encuestas y estadísticas. Los procesos de desarrollo condicionan o potencian en distinto grado las implantaciones de las distintas actividades económicas y, en particular, de la indttstria. Las características de los modelos socioeconómicos del territorio que favorecen o limitan la instalación de plantas industriales se denominan factores de localixación; es decir, son todos aquellos elementos que tienen influencia en la decisión de ubicar una industria que, por el hecho de ser muy numerosos, es difícil identificarlos con rigor. Aunque algunos factores de localización ya habían sido definidos en los modelos clásicos, la literatura de carácter empírico los sistematiza y clasifica de forma relativamente exhaustiva, considerando su evolttción tempora148. QR Hemos de destacar sobre todo algunas referencias bibliográficas consistentes en desarrollar análisis teóricos pormenorizados de toda una serie de posibles factores de localización industrial: DE'/.EaT y vert^aQur (1978-[II), Ge,^DAttn^E (19761 ^ I), Keesi.e (197G111), 1\9u.^•rz (1981-III), Peeceno (1989-III) y Ro^wcuez SA.^cHe•r, ueAi.v,^ (19841[1). 65 A continuación, vamos a analizar individualmente los factores de localización 49 que consideramos más importantes en el ámbito de la realidad económica actual. Debido al elevado número de factores potenciales, éstos han sido agrupados por conceptos de forma subjetiva, ya que su clasificación varía bastante según el autor considerado ^°. A) Economías externas Las economías externas se definen como los beneficios colectivos que perciben las empresas por el hecho de su posición relativa en el espacio con respecto a otras empresas o actividades éconómicas, pertenecientes al mismo sector o a otros diferentes, y con independencia de cualquier intercambio de mercado 51. Se produce una reducción en los costes unitarios de producción originada por una localización conjunta o aglomeración de la misma o de diferentes actividades económicas, en comparación con los costes correspondientes a una ubicación completamente dispersa ^2. Podemos afirmar que es precisamente la escasa dotación de economías externas uno de los factores más restrictivos de '0 Dentro de la bibliografía aplicada al es[udio de los factores de localiza ción industrial de un ámbito territorial concreto, quisiéramos hacer mención a los trabajos cuyo análisis se refiere al conjunto del territorio español. A partir de la iniciativa de las instituciones públicas, se han ]levado a cabo recientemente dos investigaciones diferen[es sobre el comportamiento espacial de la industria nacional, en base a un despliegue de encuestas a empresarios, que inciden en el tema de los fac[ores de localización: Aua^ot.es y CuA^a.a^o (1989-III) e INST^TUTo ue[. TEwuTOtt^o v Uanntv^sMO (1988-III). También podemos destacar dos artículos que efectúan toda una serie de reflexiones a partir del primero de los dos,estudios: Cunuaq^o (1988-III) y PeT^Tao y SÁez (1988-IV). Asimismo, es ^ieéesario mencionar trabajos más antiguos que abordan el tema de los factores de localización industrial en España: FEaat:R y P^ataa^ (]97CrIII) y PaECeuo (1981-III). Por último, en M^hoez (1986III) (pp. 131-135) se realiza un análisis empírico de la relación entre los fenómenos de aglomeración y los de industrialización a nivel nacional. 51 Ma^znc.ot. (1980-III). 52 Puntualizamos que el concepto de economías externas como factor de localización Ileva aparejado la presencia de toda una serie de factores que son por sí mismos objeto de un análisis individualizado, tales como el suministro de servicios, la mano de obra, el mercado... 66 la localización fabril en ciertas zonas rurales alejadas de los centros urbano-industriales, lo que determina la ausencia de un tejido económico integrado. Según la clasificación de Hoover (1937), que continúa siendo adoptada hoy en día^3, los dos tipos de economías de aglomeración externas son los siguientes: - "Economías de localización", también denominadas "economías de aglomeración sectorial": son externas a la empresa e internas al sector y resultan de la localización en un espacio restringido de actividades similares o próximas desde el punto de vista sectorial. -"Economías de urbanización": son externas al sector y son consecuencia de la magnitud de la actividad económica en su conjunto de una localidad o de una zona definida. La existencia de economías de localización se traduce en numerosos aspectos favorables a la implantación industrial: - La presencia de un buen número de firmas pertenecientes a sectores vecinos suscita la aparición en la zona de empresas especializadas y complementarias que cubren las diferentes etapas de la cadena productiva. Cada planta puede concentrar su esfuerzó en un pequeño segmento de la producción, beneficiándose todas ellas de economías de escala que las plantas aisladas no podrían alcanzar. - Aparecen toda una serie de empresas de servicios especializados para un determinado sector, que no surgirían a nivel local si no existiese una demanda industrial suficiente. - Surgen ventajas relacionadas con la consolidación de un denominado "medio iridustrial". Una gran especialización local puede dar lugar a una determinada denominación de calidad u origen. A su vez, se expanden mercados específicos de materias primas y de productos. Esto puede acompañarse de la formación de una reserva de mano de obra cualificada para un determinado sector. También pueden desarrollarse centros de innovación tecnológica de carácter público o privado. '4 La referencia de su obra original es: - Hoovee, E.M. (1937).- Location Theory and the shoe and leather industries.- Cambridge (Massachusetts): Hanard Universi[y. 67 Por su parte, las economías de urbanización generan toda una serie de ventajas para la actividad industria154: - Las disponibilidades infraestructurales, en sentido amplio, constituyen un factor limitante del funcionamiento de la industria. La ausencia de unas dotaciones mínimas de redes de infraestructuras básicas (energía, agua...), telefónicas, de transporte terminal, o incluso de instalaciones de carácter social, pueden desaconsejar la localización de una industria. - Las aglomeraciones urbanas generan también toda una serie de servicios diversificados destinados al conjunto de las actividades económicas. Generalmente existirán servicios más especializados y de mayor calidad a mayor grado de urbanización. - Las economías de urbanización también se traducen en la accesibilidad a un amplio y variado mercado de mano de obra, sobre todo en lo que respecta a técnicos cualificados y gestores empresariales. La existencia de un vasto mercado productivo permite a su vez obtener economías de escala en la comercialización. Se multiplican las oportunidades de comunicación personal con clientes, especialistas y técnicos. B) Suministro de servicios El suministro de servicios se ha convertido en uno de los factores de localización industrial más significativos y limitantes, por lo que constituye un aspecto esencial a la hora de descartar áreas de ubicación potencial5^. Además, una mayor accesibilidad al terciario industrial repercute en una disminución en los costes de funcionamiento de las empresas. El sector terciario ha tendido a expandirse y especializarse en las aglomeraciones urbanas y en los centros industriales; la '4 1\'0 obstante, también hay que advertir que en determinadas concentraciones urbanas de gran tamaño pueden producirse deseconomías de urbanización, relacionadas con un excesivo precio del suelo, con pérdidas de tiempo en desplazamientos... '^ ^rmación con la que coinciden diferentes trabajos empíricos al efectuar el análisis territorial de una zona concreta, como es el caso de: Moxei.^ ^ Roset.L, Mwuar:^ i C^sTRO y At.uont^ (1980-III); Towraaor: (1983-III). 68 cuantía, la variedad y la calidad de los servicios dependet^ de la importancia económica y poblacional de los núcleos y de sus áreas circundantes. El emplazamiento de una fábrica en las proximidades de un centro urbano de cierta entidad repercute en unos menores costes de accesibilidad a los servicios de índole general, lo que tiene un claro paralelismo con las econotnías de urbanización. Si además la planta se ubica en las cercanías de una aglomeración industrial y, más en particular, si existe una cierta concentración y tradición en el propio sttbsector, mayor será la accesibilidad a.los servicios industriales especializados, lo que tiene un cotnportamiento semejante a las ecotiomías de aglomeración sectorial. C) Infraestructuras de transfiorte Verdaderos sistemas espaciales de localización industrial han sido desarrollados en función de los centros de transporte ^^. Las encrucijadas de carreteras y ferrocarril, así como la vecindad de los puertos y aeropuertos, han sido particularmente apreciadas en la formación de las concentraciones industriales. Sin embargo, muchos teóricos de la localización han sobreestimado la importancia de los costes de transporte como determinantes de una decisión de implantación. En efecto, su influencia dentro de la estructura de costes de la empresa ha ido disminuyendo considerablemente durante los ítltimos tiempos, por las razones mencionadas precedentemente. No obstante, no son los costes de transporte propiamente dichos los responsables de la importancia de este factor. El transporte es considerado más bien como el elemento de relación por excelencia entre las distintas variables locacionales. Por lo tanto, es conveniente retener un concepto bastante más amplio de los "costes ligados al transporte", agrupando bajo este término todos los costes vinculados a la distancia ^'. ^ Una amplia revisión sobre las funciones del sistema de transporte como factor de localización industrial puede ser consultada en Mu^^z (1981-I[1). " Ge^o,^aa^e (1976-II[). 69 Es mucho más significativo tener en cuenta la accesibilidad desde el lugar de ubicación de la industria hasta el lugar donde se encuentra el centro de gravedad de los principales factores de localización, que únicamente hasta el correspondiente a los centrqs de materias primas y de mercado. De este modo, podemos incluso enfocar el análisis general de los factores de localización desde dos principales puntos de vista complementarios: la disponibilidad de los mismos en la propia zona o bien la accesibilidad a los situados en otras áreas. En consecuencia, parece ser más relevante la existencia de una buena red de infraestructuras de transporte terminal en las cercanías de la industria, con respecto a los principales centros urbanos, de aglomeración, de expedición de materias primas, de mercado, de servicios..., que la. mayor o menor dotación del factor transporte a escala macrorregional. En este contexto, la red viaria cobra una importancia cada vez mayor sobre el resto de infraestructuras de transporte; ya sean ferroviarias, portuarias o aeropuertos. D) Materias primas El comportamiento geográfico de la industria se ha encontrado ligado durante mucho tiempo a la disponibilidad de materias primas en la proximidad de los lugares de fabricación. ^1. suministro de materias primas es, como hemos afirmado, un factor locacional que tiene estrecha conexión con el transporte de las mismas: por lo tanto, el progreso tecnológico y la generalización del comercio internacional han hecho disminuir el peso específico de la distribución espacial de la producción primaria en la localización industrial. No obstante, determinadas características de los inputs pueden suponer que todavía actualmente sea recomendable la instalación de plantas transformadoras en las zonas de produc^ión primaria, cuando tienen importancia algunos de los siguientes fenómenos ^8: ^" Véanse análisis de las causas de que determinadas actividades industriales se encuentren orientadas hacia las fuentes de materias primas o hacia el mercado en Pa^ceno (1989-1[[) y en Ro^aícuer SANCHr:z ne A^.vr^ (1980-II[). 70 - La oferta primaria se encuentra muy concentrada espacialmente, frente a un producto final cuya distribución es dispersa y dirigida a regiones alejadas. - Las materias primas tienen un carácter muy perecedero y se producen elevados costes de conservación. - Los inputs tienen gran peso o volumen y éstos disminuyen significativamente en el proceso de fabricación. - Algunos subsectores que necesitan un suministro extremadamente regular y continuo de materias primas. - Las materias primas representan un porcentaje apreciable de la estructura de costes. De todos modos, continúan existiendo bastantes ejemplos donde, aunque las materias primas hayan dejado de constituir factores de localización determinantes, sí lo han sido en el pasado cercano. Esto ha motivado que se hayan consolidado áreas cuya especialización subsectorial ha generado un conjunto de economías de aglomeración y una tradición industrial, lo que las convierten hoy en día en un decisivo foco de . atracción de nuevas implantaciones. E) Mercado Los análisis empíricos definen a los factores relacionados con el mercado no en términos estrictos de costes de transporte de los productos transformados, sino además, con una perspectiva mucho más amplia, en función de toda una serie de requerimientos de contacto directo con los clientes y de proximidad a los centros de difusión de innovaciones 59. El poder de atracción industrial del mercado se encuentra en aumento a causa de la progresiva terciarización y especialización de la economía so ^9 En cualquier caso, a la hora de considerar el mercado como factor de localización, no sólo es necesario tener en cuenta su extensión para un determinado producto, sino también su capacidad adquisiti^a y su tipología. 60 Hay que aclarar que hacemos referencia al mercado de consumo cuando tratamos de actividades de transformación final pero que, por el contrario, estamos hablando del mercado industrial de segunda y sucesivas elaboraciones al abordar las acti^^dades de primera transformación. 71 Por el contrario, es cada vez menor la influencia del transporte de productos elaborados en los costes empresariales, a pesar de que muchos fabricantes absorben el diferencial de costes, de modo que el precio final del producto resulte homogéneo a lo largo de todo un país. La integración a gran escala de los diferentes mercados regionales y nacionales ha sido también netamente favorecida por un desarrollo sin precedentes en el transporte y las comunicaciones. Sin embargo, determinados subsectores presentan una clara orientación locacional al mercado, cuando concurren algunas de las siguientes causas, debido a determinadas limitaciones impuestas por los costes de transporte: - Procesos de fabricación que incorporan una gran cantidad de peso o volumen a los productos. - Productos con alto grado de caducidad, existiendo altos costes de conservación. - Actividades artesanales que son simultáneamente establecimientos de transformación y comerciales. F) Mano de obra La mano de obra es un factor clásico de localización industrial, considerado desde tres puntos de vista interrelacionados entre sí: la cantidad, el precio y los elementos cualitativos. En primer lugar, la disponibilidad de mano de obra en suficientes cantidades y con un coste aceptable constituyó hasta hace unas décadas una cuestión crucial a la hora de buscar el lugar de implantación de una fábrica. Sin embargo, a partir de la crisis económica de los setenta, la oferta de trabajo dejó de ser un aspecto limitante para la expansión de la actividad industrial en los países desarrollados 61. Por otra parte, aunque las diferencias geográficas de los salarios han sido considerables hasta el presente, todo apunta ^' Unicamente puede ]legar a convertirse en elemento condicionante en el caso de la instalación de grandes plantas en zonas rurales relativamente despobladas. Pero aun en esta situación, las restricciones son mayores desde una óptica infraestructural o de las economías externas. 72 a que en las sociedades desarrolladas se está tendiendo actualmente a tma disminución a nivel espacial en las diferencias retributivas para las empresas de un mismo sector. La presión sindical y el establecimiento de acuerdos colectivos a escala nacional y, sobre todo, la gran movilidad del factor trabajo, son las causas determinantes. Unicamente, las bajas retribuciones del personal pueden ser tenidas e ^i cuenta como aspecto positivo en el caso de grandes industrias del medio rural, sobre todo en subsectores intensivos en mano de obra y que recurren con frecuencia al trabajo estacional s2 Actualmente, la dependencia locacional de la mano de obra se cifra sobre todo en sus componentes cualitativos. Las empresas competitivas utilizan proporcionalmente una menor cantidad del factor trabajo pero, en cambio, su actividad depende cada vez más de la capacitación de sus empleados, así como de la existencia de un cierto ní^mero de directivos y técnicos cualificados. Las necesidades de reconversión del personal, las nuevas categorías de especialistas, el empleo de material y maquinaria más perfeccionados y la generalización de la informatización se adaptan con mayor facilidad a una localización en las aglomeraciones urbano-industriales. Es en las zonas periféricas donde pueden existir mayores problemas de escasez de algunos empleos con cierto nivel de cualificación, hecho que puede ser contrarrestado por la movili-. dad intrarregional del empleo s3 G) Infraestructuras básicas Se ha producido durante los últimos decenios una evolución radical en el peso de las infraestructuras básicas como ^2 Sin embargo, los reducidos costes salariales sí que constituyen un factor de atracción incontestable a escala internacional, en lo que respecta a la política de localización de las grandes corporaciones multinacionales. ss Otro aspecto cualitativo, requerido por determinados empresarios, sobre todo en las grandes corporaciones, es un buen clima sociolaboral en la zona, huyendo de la conFlictividad sindical o del absentismo laboral. Por el contrario, algunos pequeños empresarios valoran más un conocimien[o personal de la mano de obra o un ambiente de carácter familiar. 73 factores de localización industrial. En particular, se ha pasado desde una casi total vinculación de las plantas transformadoras a los centros productores de energía (eléctrica, gas, petróleo, carbón...) o de agua, a una gran independencia, a causa de las grandes posibilidades de transmisión y transporte. En los países desarrollados existe desde hace tiempo una red bastante completa de estas infraestructuras, que cubre la mayor parte de la geografía. Si añadimos a lo anterior la habitual homogeneización de tarifas a lo largo de todo un territorio nacional, se justifica que actualmente la mayor parte de los estudios empíricos de distribución espacial de la industria no hagan especial hincapié en las infraestructuras básicas. La elección de lugares de implantación fabril en búsqueda de otros factores más restrictivos, implica hoy en día una suficiente dotación de las mismas. De cualquier manera, la existencia de polígonos o de equipamientos industriales puede constituir una ventaja apreciable en lo que concierne a los requerimientos infraestructurales de determinadas actividades. H) Factores institucionales La preocupación que han tenido las Administraciones Públicas de los países desarrollados, a partir de la Segunda Guerra Mundial, por el reequilibrio de las economías regionales y por el desarrollo ^de las áreas menos favorecidas, ha determinado el establecimiento de políticas de fomento a la localización industrial en determinadas áreas: primas y subvenciones, por un lado, y dotaciones infraestructurales, por otro. A pesar de la profusión de estas políticas, los expertos han expuesto numerosas críticas a dichas acciones, incidiendo en su escasa influencia en la práctica; su mayor o menor éxito depende del grado de integración de las iniciativas locales en el proceso de planificación. Sin embargo, también existen ejemplos de zonas donde se ha generado una cierta dinámica de industrialización en base a programas de promoción. Otro aspecto a reseñar, que adquiere especial interés en las zonas 74 rurales, son los factores de acogida y de apoyo a la instalación y a la gestión de la industria por parte de las autoridades locales. I) Factores irracionales y factores vinculados al entorno Muchos trabajos empíricos esgrimen como principal crítica a las teorías clásicas la suposición de una total racionalidad en el comportamiento locacional de los empresarios. Sin embargo, es muy difícil definir los aspectos irracionales y evaluar su influencia cuando efectuamos análisis de carácter agregado. Determinadas encuestas 64 han demostrado que en la práctica una parte significativa de los empresarios ha fundamentado la decisión de instalación de una planta únicamente en determinadas preferencias personales, tales como inclinaciones emocionales o tradiciones familiares. También existe un conjunto de influencias, irracionales o no, que implican una gran variabilidad en el comportamiento empresarial. La presencia de equipamientos colectivos para la población, las condiciones meteorológicas y de calidad de vida..., así como otra serie de elementos cualitativos, son agrupados bajo el concepto de factores vinculados al entorno s5 y pueden llegar a jugar un papel considerable. El problema fundamental de ambos tipos de factores son las grandes dificultades de medición. Son elementos que no suelen intervenir en los futuros beneficios de lá empresa, pero pueden resultar decisorios para la localización. J) Otros factores de localización Por último, es necesario recordar la gran variablidad existente, según los autores, en la catalogación y en el establecimiento de prioridades con respecto a los factores de localización ss. Las disponibilidades, el precio y las características del ^ Vid., porejemplo,MuaTZ (1981-111), pp.85-86. ^ Segím la denominación de GEtiu^antE (1976[[I), entre otros. ^ Esto no sólo se debe a que los estudios empíricos se refieran a diferentes subsectores industriales y a distintos ámbitos geográficos, sino también al enfoque teórico de cada trabajo. %5 suelo industrial son factores cruciales en las investigaciones realizadas en el interior de municipios o de áreas metropolitanas 67; sin embargo, estos aspectos son considerados sólo a posterori en los análisis efectuados a escala regional, debido a la gran casuística existente para cada uno de los municipios. Otros autores hacen referencia específica al estudio de .las influencias de los competidores en la repartición de áreas comerciales 68. En ló que concierne a la industrialización rural, algunos de los principales inconvenientes son las escasas disponibilidades de capital para la inversión local, la ausencia de una clase empresarial y el bajo dinamismo social, lo que incrementa las habituales restricciones a la instalación fabril en dicho ámbito geográfico s9 1.3.3. COMPORTAMIENTO ESPACIAL DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA La bibliografía que analiza el comportamiento espacial de la I.A.A. no suele abordar los elementos causales de la localización 70, pero subyace en ciertos trabajos el debate sobre si el sector, desde el punto de vista regional, se encuentra más vinculado geográficamente a las zonas de producción agraria o a las áreas de consumo urbanas'^. En el primer caso, los aspectos que influyen con mayor peso sobre la localización son los sistemas de producción agraria y el abastecimiento local de materias primas. En el f^ Con respecto al suelo industrial, véase, por ejemplo, el trabajo de Rouaícuez S^íNCHer uE AI.vA (1980-III). 6" Vor ejemplo, Tow'NROt: (1983-III). 69 Vid., por ejemplo, INSTITUI'o DEL TERRITORIO 1' URBANISMO (1987-111) y Quevl^' (198GIII). '0 Dicha bibliografía tiene generalmente tm carác[er más descriptivo. Se centra habitualmente en el análisis de las concentraciones agroindustriales, o bien en la selección de una serie de puntos privilegiados en el territorio para la ubicación de nuevas plantas. 71 Este interrogante se plantea en las siguientes publicaciones: D4H^rzCER (1982-II[); Noti'Ah y Ron+ANOwsr,A (1985-III); RouRícuEZ-"LúrvlcA, Rulr-HueRTA y SoRU (1981-III); RouRícur:r-Zúti1cA y SoR1A (1984111); S,W% CANAUA (1987-III). 76 segundo, los elementos determinantes son, por el contrario, las economías de aglomeración industrial y las economías de urbanización, además del propio mercado de consumo. La gama de situaciones intermedias es amplia, siendo además necesario considerar la influencia de otros factores. Generalmente, el criterio habitual para definir t ^ no u otro tipo de orientación, influido por las teorías clásicas, es la relación entre dos clases de costes de transporte: los correspondientes a las materias primas, desde los centros de producción agraria hasta los de transformación, y los referentes a los productos elaborados, desde los centros de fabricación hasta los de mercado. No obstante, la realidad es bastante más compleja y en la actualidad estos supuestos han perdido veracidad, como habíamos avanzado. Hasta las últimas décadas, la localización de los establecimientos agroindustriales dependía en su mayor parte de las restricciones impuestas por el aprovisionamiento agrario. Sin embargo, como habíamos mencionado con respecto al conjunto de la industria, toda una serie de elementos vinculados al progreso tecnológico han contribuido a impulsar el desplazamiento de una parte de las actividades de la I.A.A. hacia las concentraciones urbano-industriales: estos ejes de desarrollo han sido, entre otros, los medios de transporte y comunicación, así como las técnicas de almacenamiento, cónservación y acondicionamiento de materias primas y productos. Hoy en día, algunos subsectores, vinculados a menudo a procesos de segunda y sucesivas transformaciones, llegan casi a convertirse en producciones típicamente industriales desde el punto de vista espacial, apartándose del rol de complemento de la producción agraria local: entre otros, podemos citar como ejemplos a las bebidas analcohólicas, las industrias cerveceras, las industrias de panadería, bollería y pastelería, los platos cocinados... A pesar de las consideraciones precedentes, las ventajas locacionales de las zonas de producción primaria siguen siendo significativas para un buen níimero de actividades, habitualmente de primera elaboración: podemos destacar a las industrias azucareras, las vinícolas, las almazaras y otras industrias de aceites, las centrales de recogida de leche, la manipu- 77 lación hortofrutícola, las conservas vegetales de primera transformación... No obstante, una vinculación a los recursos agrarios no impide que ciertas concentraciones comarcales en un determinado subsector generen un cierto nivel de economías de aglomeración sectorial. La mayor o menor orientación de una actividad hacia las zonas agrarias o hacia las consumidoras depende de una serie de aspectos productivos. E1 grado de perecibilidad de las materias primas y de los productos elaborados, los costes de conservación, la variación del peso y del volumen en el proceso de fabricación, los requerimientos de regularidad en el aprovisionamiento y la concentración de la oferta primaria ^ on algunos de los factores que determinan una mayor inclinación hacia la instalación en zonas agrarias o en áreas de consumo. Asimismo, los establecimientos artesanales donde se integra toda la cadena hasta la venta al por menor, se dirigirán frecuentemente a los centros de consumo, como es el caso de muchas panaderías y pastelerías 72. En lo que respecta a las industrias ganaderas, cárnicas y lácteas, cabe decir que el conjunto de la cadena de transformación experimenta localizaciones mixtas entre las áreas de producción y de consumo. La evolución tecnológica ha determinado desplazamientos geográficos en diferentes sentidos. La paulatina integración de determinadas etapas del proceso productivo provoca un modelo territorial de mayor dualidad que el que existía hace unas décadas. Por ejemplo, en el caso de la carne, determinadas áreas productoras se han especializado en el sacrificio a nivel local, tendiendo a transportar las canales refrigeradas, en vez de los animales vivos, a las zonas urbanas, donde se procede a los últimos estadios de la elaboración ^s. Sin embargo, en algunas ocasiones se integran la mayor parte de las etapas de fabricación en un solo establecimiento, ya sea en las zonas ganaderas, en las áreas de consumo o en lugarés intermedios, dando lugar a la formación de ^^ Véase en el apartado anterior la caracterización general de la orientación locacional de las industrias hacia los factores relacionados con las materias primas o hacia los vinculados al mercado. ^i Vid., por ejemplo, Roowcut:z-Zúñicn, Rutr-Hur:KTn y Soai,^ (1981-III). 7ó verdaderos complejos industriales, lo que es frecuente en los subsectores porcino y aviar. Por otra parte, es necesario mencionar la existencia de algunos tipos específicos de emplazamientos, que no coinciden necesariamente con los dos anteriores. Es frecuente que tanto las industrias de primera transformación que emplean materias primas importadas como las conservas de pescado se instalen en las regiones portuarias. En el caso del subsector de alimentación animal, una tendencia dirigida a los centros de recepción de inputs se superpone a la correspondiente a las zonas con una cierta concentración ganadera. Las áreas desfavorecidas de montaña albergan a veces industrias que suponen una valoración de los recursos locales y tm complemento de las rentas agrarias, aunque la escasa dotación en factores de localización puede implicar que, desde la óptica empresarial, no sea aquél el lugar de instalación más satisfactorio (por ejemplo, la producción artesanal de quesos...). En consecuencia, a pesar de que la I.A.A. es uno de los subsectores industriales que presenta una menor concentración geográfica, este grado de dispersión ha ido disminuyendo poco a poco con el tiempo. En este sentido, se ha demostrado que las inversiones agroindustriales realizadas en los últimos tiempos han contribuido a una mayor polarización en la distribución espacial del sector, del mismo modo que ocurre en el caso del conjunto de la industria. Cuanto más rica es una región, mejor ajusta la composición subsectorial y productiva de la LA.A. a los cambios percibidos en la demanda alimentaria. Esta tendencia de mayor desequilibrio espacial en la I.A.A. se ha venido reforzando durante los últimos años a causa de la creciente internacionalización del sector y de la puesta en marcha de políticas menos proteccionistas en el Sistema Agroalimentario. En el contexto de una creciente formación de grandes grupos industriales en el seno de la I.A.A., hay que considerar las nuevas estrategias de implantación de dichas sociedades en los distintos mercados nacionales y regionales, lo que implica una tendencia de localización favorable a los centros de decisión urbano-industrial. El poder creciente de lás multinacionales y la expulsión del mercado 79 de numerosas P.Y.M.E.s, junto con el cambio tecnológico, están incidiendo en que las economías externas y de aglomeración tiendan a desplazar más aún a las empresas del sector hacia las ciudades de cierto rango. Este proceso de "deslocalización" 74 de algunas actividades agroindustriales afecta principalmente a una serie de industrias de segunda y sucesivas elaboraciones, que presentan en estos momentos un cierto grado de inestabilidad geográfica. La influencia creciente de los servicios a la producción y de toda una serie de economías externas, así como de las economías de escala en la comercialización y del consiguiente proceso de concentración empresarial, tienden a romper en ocasiones la concordancia espacial entre las fases primaria y transformadora de la cadena alimentaria. Esta ruptura puede estar motivada también por el proceso de diversificación productiva de las industrias, lo que implica un aprovisionamiento de materias primas en función de las diferentes regiones de origen, que pueden estar alejadas entre sí. Frente a las fuerzas propulsoras de la proximidad de la LA.A. al mercado o a los nudos de comunicación y transporte, continúan existiendo ciertos frenos a la deslocalización. La tradición industrial, las inversiones no amortizadas, la denominación de origen de una zona y las negociaciones con las autoridades locales son, entre otros, aspectos que influyen significativamente en la reducción de la intensidad de los mencionados flujos espaciales. Asimismo, las costumbres alimentarias locales y los enclaves más importantes de las gastronomías regionales constituyen un foco de resistencia a la homogeneización de los modelos de consumo alimentario 75. También podría haber incidido la política de los poderes regionales . 74 Según la denominación de determinados autores franceses, entre los que destacamos a C^^.v.tvuN (1983-III) y a VEaGNtwu (1988-III), cuyo enfoque se dirige a examinar la evolución de la geografía agroindustrial, haciendo hincapié en determinados factores históricos. ^' Esto tiene especial relevancia en países de gran tradición gastronómica, como Espa^ia, Italia o Francia. Es de destacar el fomento al modelo de denominaciones locales francés, que tiene un desarrollo muy adecuado de canales comerciales de productos de calidad. Véanse los ejemplos que ofrece CHwt.M^N (1983-III): mostaza de Dijon, "cassoulet" del Sud-Oeste..., aparte de los múltiples casos de quesos, vinos y patés. ó0 relativa al fo^nento a la implantación de establecimientos agroindustriales en determinadas áreas rurales, pero este tipo de actuaciones ha sido generalmente tímida y no siempre muy efectiva. En referencia a la I.A.A. española, podemos identificar ambos modelos a escala regional, en fitnción de que el comportamiento mayoritario de sus establecimientos agroindustriales se encuentre orientado hacia las áreas productoras o hacia las consumidoras. Sin embargo, la variabilidad a nivel comarcal es notable. La LA.A. de las principales áreas urbanas, como Madrid y Barcelona, que son a larga distancia las provincias con mayor peso específico a nivel nacional, se encuentra condicionada estructural y espacialmente por el contexto de urbanización e industrialización metropolitano, i^ncluso en lo que respecta a los subsectores de priméra transformación7ó; en estos casos se verifican significativos procesos de atracción hacia las coronas metropolitanas. En otras regiones, como Murcia, País Valenciano, Navarra o Rioja, se ha consolidado históricamente una sólida LA.A. basada en elaboraciones con tradición y una cierta denominación de calidad, ligada a los sistemas de producción agraria y con un patrón espacial de difusión en el territorio. Por otra parte, no es inusual la existencia de zonas donde predominan actividades de primera transformación vinculadas a los sistemas agrarios, en las que ha dejado de existir una alta correlación espacial entre la concentración de la producción agraria y la correspondiente a la transformación agroindustrial. En ello influye decisivamente la tradición regional en un cierto producto, lo que suele generar habitualmente economías de aglomeración sectorial y puede implicar un cierto control de los canales de comercialización. Las I.A.A.s artesanales dirigidas hacia elaboraciones de calidad diferenciadas y con cierta denominación local, han ido abriendo progresivamente en muchos casos nuevas cuotas de mercado. En consecuencia, la oferta agraria local acaba en ocasiones por ser insuficiente para el nivel potencial de elaboración y distri's Vid., por ejemplo, el trabajo de S.^nz C^Ñ^D^ (1987-llI), relativo a la LA.A. de primera transformación de Madrid. ói bución, lo que requiere un aprovisionarl}iento parcial de sus materias primas desde otras regiónes. En España existen bastantes ejemplos, como el vino de Rioja o las conservas vegetales murcianas. Como habíamos anticipado, la literatura no ha procedido generalmente a realizar una identiiicación relativamente completa de los factores de localización de la LA.A. ^^, mención aparte de las materias primas o del mercado. Sin embargo, la experiencia de determinados procesos de desarrollo local constituidos en torno a determinados "distritos agroindustriales", así como los resultados de otras investigaciones 78, nos conducen a exponer algunos rasgos del comportamiento de dichas variables. Situándonos en el ámbito de ciertas actividades de primera transformación en las cuales la tradición y vinculación productiva a los sistemas agrarios locales tienen gran importancia, el potencial agropecuario suele aparecer como uno de los factores más influyentes, a pesar de la regresión de la importancia de las materias primas en la distribución espacial del conjunto de la industria. El hecho de que aún actualmente las materias primas représentan un porcentaje netamente mayoritario de la estructura de costes de determinadas empresas, junto a la perecibilidad y a otra serie de características mencionadas, continúan constituyendo en algunos casos elementos clave en el papel relevante de las zonas productoras. Se sigue considerando a menudo que la orientación espacial de la LA.A. al mercado de consumo, sobre todo en ciertas actividades de segunda transformación, tiene mayor importancia que la dotación y accesibilidad a los fenómenos aglomerativos. Sin embargo, opinamos que hoy en día se requiere ^^ Sin embargo, algmias publicaciones donde se aborda el comportamien[o de ciertos factores de localización de la LA.A. son: Gae^C (1984III); Ro^ktcuez AicAiue y T^TOS (197frIII); St:Qut:^ROS y De M^cuHt. (1983-III); Teaw^si (1985-III). Asimismo, véase el trabajo realizado por el ItvsTrruTO ue[. Teaa^TOwo v UxBA,ws^o (1988-III), donde se exponen los resultados de una encuesta sobre los factores de la localización de la industria española, dedicando un apartado a la LA.A. (pp. 2728) }' a los subsectores que la integran; también se realiza otra encuesta del mismo tipo en la publicación de Auwot.FS y CunuaAUO (1989-III) y, aunque no se efectúa una diferenciación subse^torial, se hacen algunas referencias a la LA.A. ^$ Vid.: FnvFnv^ y MoNTeESOx (1990-[II y 1991-III); IACOPO^^ (1990-III). 82 hacer un mayor énfasis en las economías externas, aunque ambos factores presentan con cierta frecuencia una aceptable correlación espacial'9. En este sentido, hemos detectado que, incluso en subsectores de primera elaboración, una parte significativa de los elementos explicativos de su articulación geográfica se debe a la atracción de fenómenos aglomerativos. Entre los mítltiples aspectos indicativos de las economías de urbanización, la dotación y especialización en servicios generales suele ser uno de los elementos más representativos y supone uno de los aspectos más restrictivos a las implantaciones industriales en el medio rural. Con respecto a las economías de aglomeración agroindustrial, la tradición industrial a nivel local y los requerimientos de servicios específicos a un subsector determinado ( reparación de maquinaria, técnicos especializados...) y de industrias auxiliares, son algunos de los factores má.s relevantes. Con respecto a las infraestructuras de transporte, la óptica de dotación o accesibilidad a sus redes terminales tiene en el presente un peso decisivo para la I.A.A., del mismo modo que para la mayor parte de las actividades manufactureras. Un mínimo nivel de accesibilidad a los principales ejes viarios de una región puede ser vital para el funcionamiento adecuado de las empresas, inchtso en los subsectores de primera transformación, y puede Ilegar a convertirse en uno de los aspectos más limitantes para la localización agroindustrial en las zonas rurales desfavorecidas. En lo que concierne al comportamiento de los factores institucionales, vinculados al entorno..., no se observan grandes diferencias entre el comportamiento de la I.A.A. y el correspondiente al conjunto del sector industrial. Asimismo, la elección dé lugares de ubicación en busca de otros factores de localización más restrictivos, implica habitualmente una '^ Teewwst (1985-III), efectuando un análisis empírico de los factores de localización de Ia LA.A. italiana, detecta que las variables más signiFicativas en este modelo espacial se encuentran vinculadas al potencial agropecuario y a las economías de aglomeración; por el contrario, verifica que otros indicadores, relativos a la polí[ica regional de la Administración y a los costes salariales, no definen la configuración territorial deI sector, observando incluso una cierta inEluencia negativa del potencial de mercado. 83 suficiente dotación de ciertos factores en regresión: infraestructuras básicas, cantidad y precio de la mano de obra... Sin embargo, el volumen de empleo y el nivel salarial son factores de localización que continúan siendo invocados por algunos empresarios agroindustriales, fundamentalmente en áreas deprimidas. Aunque, desde nuestro punto de vista, son aspectos que hoy están perdiendo vigencia frente al grado de cualificación, pensamos que las necesidades de ciertos contingentes de trabajo estacional tienen mayor incidencia en la I.A.A. de primera elaboración que en otros subsectores industriales. 1.4. EFECTOS DEL SECTOR INDUSTRIAL Y DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA EN EL DESARROLLO REGIONAL Y RURAL 1.4.1. LA INDUSTRIA Y LAS TEORIAS DE CRECIMIENTO REGIONAL La consideración de las interrelaciones de la actividad industrial con la sociedad y la economía regionales desde una óptica agregada hace dirigir también nuestra atención a las teorías de crecimiento regional. En este contexto, desde la mitad de los años cincuenta existe un amplio conjunto bibliográfico destinado a elaborar modelos teóricos que se proponen integrar el espacio y la distancia en un análisis dinámico de los desequilibrios económicos regionales: modelos de base de exportación, neoclásicos, de causación acumulativa, de polos de crecimiento, econométricos, input^utput, multisectoriales80... Dentro de este ámbito de investigación, algunos autores han centrado su esfuerzo en estudiar los efectos de las implantaciones industriales en las pautas espaciales de desarrollo económico. En este contexto, se ha apuntado la necesidad de incorporar a las teorías locacionales un punto de vista más amplio, abordando no sólo la influencia del entorno ecos° Puede consultarse en RiCti^ ^tuso^ (1977-I y 1986I, pp. 103-138) revisiones críticas de los diferentes modelos de crecimiento regional. 84