JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA Nº 63 DE MADRID Procedimiento: Ordinario 1151/12 SENTENCIA Nº 78/13 En Madrid, a dieciocho de abril de dos mil trece. Vistos por mí, Ana Isabel Collado Márquez, Magistrada del Juzgado de Primera Instancia nº 63 de esta localidad, los presentes autos de Juicio declarativo ORDINARIO seguidos entre los de su clase con el nº 1151/12, en virtud de demanda interpuesta por la ASOCIACIÓN DE AFECTADOS ESPAÑOLES POR EL COSTA CONCORDIA 2012, representada por el Procurador de los Tribunales Sra. Almansa Sanz y defendida por el Letrado Sra. Barga García, contra COSTA CROCIERE, S.P.A., representada por el Procurador de los Tribunales Sra. Virto Bermejo y defendida por el Letrado Sr. Maura Baraniaran, dicto la presente con base en los siguientes, ANTECEDENTES DE HECHO Primero.- En fecha 27 de julio de 2012 el Procurador Sra. Almansa Sanz presentó, en nombre y representación de la Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012, demanda de juicio ordinario contra Costa Crociere, S.p.A., solicitando, tras alegar los hechos y hacer valer los fundamentos de derecho que se estimaron oportunos, que se dictase sentencia que condenase a la demandada al pago de 2.915.974,04 euros, mas intereses desde demanda y costas procesales. Segundo.- Correspondió conocer al presente Juzgado de la anterior demanda de conformidad con las normas de reparto, siendo admitida a trámite mediante decreto que confería traslado de la demanda y los documentos que la acompañaban al demandado, emplazándole para que en el plazo de veinte días hábiles compareciese y contestase a la demanda, bajo apercibimiento de ser declarado en situación de rebeldía procesal en caso contrario. Tercero.- En fecha 18 de octubre de 2012 el Procurador Sra. Virto Bermejo presentó escrito, en nombre y representación de Costa Crociere, S.p.A., personándose y solicitando la suspensión del procedimiento por prejudicialidad penal. Mediante diligencia de 19 de octubre de 2012 se acordaba requerir a las partes para que aclarasen diversos extremos relacionados con el procedimiento italiano, confería traslado a la parte actora para alegaciones y, de conformidad con el art. 40.3 LEC, señalaba que la decisión sobre la solicitud se adoptaría tras quedar los autos vistos para sentencia. En fecha 8 de noviembre de 2012 el Procurador Sra. Virto Bermejo presentó escrito alegando falta de competencia objetiva por corresponder su conocimiento a los Juzgados de lo Mercantil y contestación a la demanda, solicitando, tras alegar los 1 hechos y hacer valer los fundamentos de derecho que se estimaron oportunos, que se dictase sentencia desestimando la demanda, con expresa condena en costas al demandante. Cuarto.- Citadas las partes para la celebración de audiencia previa el 12 de diciembre de 2012, la misma tuvo lugar con el resultado que obra en el acta que antecede, así como en el soporte informático cuyo original queda unido al expediente. A la vista compareció la representación procesal y defensa letrada de la demandante y del demandado que se ratificaron sus respectivos escritos de demanda. Comprobada la subsistencia de litigio y en relación con las dos excepciones procesales alegadas en contestación, se acordó por esta Juzgadora que la prejudicialdiad penal sólo podía ser acordada en el trámite para dictar sentencia, ex art. 40.3 LEC, y que la falta de competencia objetiva no había sido planteada en plazo –diez primeros días del plazo para contestar- y, en cualquier caso, se entendía que la competencia correspondía al presente juzgado por tratarse de un viaje combinado. Concedida la palabra a las defensas para impugnación de documentos aportados de contrario, nada alegaron en cuanto autenticidad aunque sí en relación con el valor probatorio de los mismos. A continuación se fijaron los hechos controvertidos y se recibió el pleito a prueba, la defensa del actor propuso documental por reproducida, interrogatorio del legal representante del demandado, testifical del Secretario de la Asociación y mas documental consistente en requerir a la demanda para que aportase listado de los pasajeros españoles a los que se había indemnizado y cuantías; y la defensa del demandado propuso documental por reproducida, mas documental consistente en librar oficio a la Dirección General de la Marina Mercante, informe pericial del Dr. Rebanal con intervención en el acto del juicio, ampliación de la pericial a practicar por el propio Sr. Rebanal, del Dr. Carrasco Gómez o por perito judicial. Se declaró pertinente toda la prueba propuesta a excepción del interrogatorio y la testifical propuesta por el actor y la mas documental y ampliación de la pericial propuesta por el demandado, sin que las defensas formularan recurso alguno, citándose a las partes para la celebración del juicio oral. Quinto.- El acto del juicio se celebró el 30 de enero de 2013 con el resultado que obra en el acta que antecede, así como en el soporte informático cuyo original queda unido al expediente. Se practicó la ratificación y aclaraciones del perito Sr. Rebanal y a continuación se concedió la palabra a las defensas letradas para conclusiones, quedando los autos conclusos para resolver. FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero.- Planteamiento de la controversia.La Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 ha ejercitado una acción de condena (art. 5 LEC) frente a Costa Crociere, S.p.A. encaminada a obtener el pago de un total de 2.915.974,04 euros por los siguientes conceptos: 192.008,20 euros por la pérdida de equipaje, joyas y otras objetos de sus asociados pasajeros del buque Costa Concordia que naufragó la noche del 13 de enero de 2012; 15.965,84 euros por la pérdida de disfrute del crucero de los mismos; 1.760.000 euros por daño moral de los pasajeros; 171.000 euros por daño moral de los 2 familiares de los pasajeros; y 777.000 euros por daños físicos o psíquicos de los pasajeros. La Asociación está formada por los siguientes miembros en su condición de pasajeros: 1.- García Bartel, José Manuel, 2.- Bartel Domínguez, María José; 3.- García Martos, Manuel; 4.- Aramburu Aznar, Silvia; 5.- Pérez Caballero, Ángel; 6.- Henzíquez Sosa, Antonio Aday: 9 y 10.- Moreno Bueno, Adela y Salvador Sancho, Miguel Ángel; 11.- Simón García, Vicente; 12.- Miguel Ayuso, María; 13.- Miguel Ayuso, Carmen; 14.Rubi Flores, Sebastián; 15. García Collado, Juan Antonio; 16.- Montes Rosa, Estafania; 17.- Martínez Navarro, María; 18.- Mantero Cruz, Mª de los Ángeles; 19.- Garrido Benavente, Rafael; 20.- Ripoll Alvado, Francisca Jerónima; 21.- Olivares Gil, Jesús; 39.- Benito Curbelo, Pablo; 40.- Curbelo Cabrera, Teresa María; 41.- Benito González Porfirio. Y en su condición de familiares de pasajeros: 22.- Sosa Cabrera, María del Pino; 23.- García Mota, Cristóbal; 24.- Martos Viedma, Magdalena; 25.- Pérez Aramburu, Amaia; 26.- Caballero Santana, Encarnación; 27 Pérez Caballero, Izaskun; 28.- Salvador Moreno, Miguel Ángel; 29.- Salvador Moreno, Yesica; 30.- Bueno Gil, Elisa; 31.- Olivares Ripoll, Sergio; 32.- Olivares Ripoll, Alejandro; 33.- Olivares Ripoll, Vicente Jesús; 34.- Domínguez Robles, Soledad; 35.- Simón Ángel, Ignacio;.- 36.Simón Miguel, Eduardo; 37.- Simón Miguel, Susana, 38.- Miguel Ayuso, Felicidad; 42.Cabrera Parilla, María Nieves; 43.- Curbelo Cabrera, José Gabriel. Aunque la parte demandada indica en su contestación a la demanda que no tiene “nada que objetar al correlativo” referente a la capacidad y legitimación de las partes, merece la pena indicar en el este apartado inicial de la presente resolución que la Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 cuenta con legitimación ad causam en cuanto fue creada en virtud de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación y puede, de conformidad con el art. 10 y 11 de la misma, en relación con el art. 10 LEC, ejercitar colectivamente los derechos adquiridos por el conjunto de sus miembros. Segundo.- Competencia objetiva.Con carácter previo a entrar en el fondo del asunto, Costa Crociere, S.p.A. esgrimía en su defensa una falta de competencia objetiva y una prejudicialidad penal internacional en relación con el procedimiento seguido en Italia por las supuestas negligencias causantes del hundimiento del buque Costa Concordia. La falta de competencia objetiva, como ya se indicó en el acto de la audiencia previa, no había sido planteada por la parte demandada mediante la oportuna declinatoria en tiempo (art. 49 y 64 LEC), razón por la cual no cabía su examen dado que el presente órgano judicial ya había apreciado ese requisito procesal al admitir la demanda. Pero, a mayor abundamiento, la defensa de la parte demanda en el trámite de conclusiones orales renunció al principal argumento en el que sustentaba la competencia objetiva de los Juzgados de lo Mercantil (art. 86 ter LOPJ), cual era que el contrato celebrado entre los pasajeros del crucero y Costa Crociere, S.p.A. no era calificable como viaje combinado sino un mero contrato de transporte marítimo. Abandonado tal argumento y aceptado que resulta de aplicación la regulación que al respecto contempla el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de Consumidores y usuarios de 2007, la competencia objetiva sólo puede recaer sobre los Juzgados de Primera Instancia. 3 Tercero.- Prejudicialidad penal.El artículo 40 LEC prevé la suspensión de un procedimiento civil cuando se acredite la existencia de una causa criminal en la que se estén investigando, como hechos de apariencia delictiva, alguno o algunos de los que fundamenten las pretensiones de las partes en el proceso civil o que la decisión del tribunal penal acerca del hecho por el que se procede en causa criminal pueda tener influencia decisiva en la resolución sobre el asunto civil (apartado segundo del citado precepto), en cuyo caso una vez quede el proceso visto para sentencia se dictará auto suspendiendo (apartado tercero). La parte demandada alegó con carácter previo a contestación –escrito 18 de octubre de 2012- y reiteró en la propia contestación y en el acto del juicio oral la existencia del conocido procedimiento penal contra el capitán del buque, D. Francesco Schettino, seguido en el Tribunal de Grosseto en Italia, entendiendo que el presente procedimiento civil español debe quedar paralizado hasta que finalice aquél. No puede compartirse ni la argumentación ni la conclusión que alcanza la defensa del demandado y ello porque, en primer lugar, ni los asociados de la actual demandante son parte como perjudicados o actores civiles en el procedimiento penal italiano ni el presente procedimiento se dirige contra el capitán del crucero; y en segundo lugar, la posible responsabilidad penal que en aquél procedimiento se está investigando carece de influencia alguna para la presente contienda judicial dado que la acción de condena ejercitada por la Asociación de perjudicados se fundamenta en un incumplimiento contractual; hecho que resulta innegable y es de naturaleza notoria en cuanto el buque Costa Concordia encalló y se hundió la noche del 13 de enero de 2012 frente a la Isla de Giglio (Italia), no completándose el viaje combinado en los términos y plazos contratados. Frente a ese innegable incumplimiento contractual, la demandada no alega en contestación ninguna causa que le exima de responsabilidad (ex art. 162.2 TRLGDCU) por lo que el resultado del procedimiento penal italiano resulta irrelevante para resolver la demanda planteada y, en cualquier caso, la supuestas causas de exclusión de responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A. sólo pueden ser declaradas en un proceso declarativo por los órganos judiciales españoles sin quedar vinculado por lo resuelto en el ámbito penal italiano. Cuarta.- Ámbito normativo aplicable.Es hecho incontrovertido que los asociados identificados con el nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41 concertaron con Costa Crociere, S.p.A. el viaje combinado denominado “Secretos del Mediterráneo” que realizaría el barco Costa Concordia en su modalidad de salida desde Barcelona del lunes 9 de enero de 2012 al lunes 16 de enero y en su modalidad salida de Palma de Mallorca del martes 10 de enero al martes 17 de enero de 2012. Los contratos de viaje combinado concertados por dichos consumidores se rigen y están sometidos, de manera irrenunciable, a la regulación contemplada en el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de Consumidores y usuarios aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, que dedica su Libro V a esta modalidad de contratación. 4 Según el art. 161 de dicha norma “Los organizadores y los detallistas de viajes combinados responderán frente al consumidor y usuario, en función de las obligaciones que les correspondan por su ámbito respectivo de gestión del viaje combinado, del correcto cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato, con independencia de que éstas las deban ejecutar ellos mismos u otros prestadores de servicios, y sin perjuicio del derecho de los organizadores y detallistas a actuar contra dichos prestadores de servicios. La responsabilidad frente al consumidor será solidaria de cuantos empresarios, sean organizadores o detallistas, concurran conjuntamente en el contrato cualquiera que sea su clase y las relaciones que existan entre ellos, sin perjuicio del derecho de repetición de quien responda ante el consumidor y usuario frente a quien sea imputable el incumplimiento o cumplimiento defectuoso del contrato en función de su respectivo ámbito de gestión del viaje combinado. 2. Los organizadores y detallistas de viajes combinados responderán, asimismo, de los daños sufridos por el consumidor y usuario como consecuencia de la no ejecución o ejecución deficiente del contrato. Dicha responsabilidad cesará cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias: a.- Que los defectos observados en la ejecución del contrato sean imputables al consumidor y usuario; b.- Que dichos defectos sean imputables a un tercero ajeno al suministro de las prestaciones previstas en el contrato y revistan un carácter imprevisible o insuperable; c.- Que los defectos aludidos se deban a motivos de fuerza mayor, entendiendo por tales aquellas circunstancias ajenas a quien las invoca, anormales e imprevisibles cuyas consecuencias no habrían podido evitarse, a pesar de haber actuado con la diligencia debida: d.- Que los defectos se deban a un acontecimiento que el detallista, o en su caso, el organizador, a pesar de haber puesto toda la diligencia necesaria, no podía prever ni superar. ….3. El resarcimiento de los daños, que resulten del incumplimiento o de la mala ejecución de las prestaciones incluidas en el viaje combinado, quedará limitado con arreglo a lo previsto en los convenios internacionales reguladores de dichas prestaciones. 4. No podrán establecerse excepciones mediante cláusula contractual a lo previsto en los apartados 1 y 2 de este artículo”. De la clara redacción de este precepto se deduce que la hoy demandada, Costa Crociere, S.p.A., en cuanto empresa que comercializó el crucero a las indicadas personas es responsable del evidente incumplimiento del viaje contratado, pues sólo así puede calificarse el hundimiento del buque la noche del 13 de enero de 2012, sin completar su itinerario que debía finalizar el 16 en Barcelona y el 17 de enero en Palma de Mallorca. Los asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41 concertaron con Costa Crociere, S.p.A. un crucero por el Mediterraneo con una finalidad de disfrute, ocio, descanso y esparcimiento turístico, cultural y natural y el mismo no se completó sino que terminó de una forma abrupta y traumática como es el hundimiento del buque. 5 La responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A. es, además, incuestionable en cuanto la frustración irreversible del contrato no se sustenta en la infracción de normas marítimas y administrativas, sin que sea necesario entrar a valorar todas las alegaciones que la demandada efectúa en sus primeras 20 hojas de contestación, sino en la no prestación de los servicios contratos, sin que concurra ninguna de las causas de exoneración de responsabilidad previstas en el apartado segundo del artículo 161. La citada normativa protectora de los consumidores, unida a la genérica de las obligaciones nacidas de los contratos contemplada en el Código Civil, sirve de fundamento irrefutable para determinar la responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A. frente a los asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41 y su obligación a indemnizar los daños y perjuicios sufridos aunque con los límites fijados en los convenios internacionales reguladores –art. 161.3 TRLGCU-. Es la fijación económica de dicha indemnización el verdadero punto de conflicto entre las partes en cuanto Costa Crociere, S.p.A., a pesar de haber desplegado una oposición completa en el presente procedimiento, ya asumió su responsabilidad al efectuar una oferta de indemnización a los pasajeros que forman parte de la asociación demandante e incluso haber abonado distintas indemnizaciones de manera efectiva al menos a 102 pasajeros españoles, según acredita la propia documental aportada por dicha parte a requerimiento de la actora; indemnizaciones que oscilan entre los 11.000 euros, ofertados inicialmente también a los citados pasajeros asociados de la demandante, hasta una indemnización máxima de 30.000 euros, pasando por una cuantía de 18.000 euros que fue entregada a dos miembros de la asociación demandante, siendo de suponer que son los nº 7 y 8 a los cuales no se hace referencia en la demanda. Quinto.- Cuantificación de la indemnización.1.- Indemnización por pérdida de equipaje, joyas y otros objetos: 192.008,20 euros. La defensa de la Asociación aporta como documento nº 11 de demanda un listado con detalle de los objetos perdidos por cada uno de los pasajeros asociados y su valoración basada en facturas, fotografías o declaraciones juradas de los afectados. El intentó de obtener una indemnización cercana a los 200.000 euros en este punto resulta improductivo puesto, que como ya hemos señalado, el art. 161.3 TRLGDCU fija como límite a la indemnización de daños y perjuicios lo previsto en los tratados internacionales. Y en este sentido debemos aplicar el Convenio de Atenas relativo al transporte de pasajeros y sus equipajes por mar de 1974 [«el Convenio de Atenas», en su versión dada en el Reglamento CE nº 392/2009 de 23 de abril de 2009 que resulta de aplicación a partir de 31 de diciembre de 2012. Según el Convenio de Atenas el transportista será responsable del perjuicio originado por la muerte o las lesiones corporales de un pasajero, y por la pérdida o daños sufridos por el equipaje, si derivan de un suceso ocasionado en la navegación, entendiendo como tal entre otros el hundimiento y fijándose una presunción de negligencia en tales casos (art. 3). Además, en el art. 8.1 fija como límite a la responsabilidad por equipaje de camarote 2.250 unidades de cuenta por pasajero, cuya equivalencia deberá efectuarse a fecha de dictado de esta sentencia (art. 9), según los datos calculados para los “derechos especiales de giro” semanalmente en la web del Fondo Monetario Internacional (www.imf.org). Esta limitación, sin embargo, deja de 6 operar si existe pacto expreso entre las partes (art. 10) o los daños han sido causados de manera dolosa (art. 13), circunstancias estas que no concurren en el presente caso puesto que ni hubo declaración expresa de valor por parte de los pasajeros ni se alega o prueba ese especial elemento subjetivo en la causación del hundimiento. Consecuentemente, la indemnización por pérdida total del equipaje de mano ascendería a 2.250 unidades de cuenta por pasajero, de manera que siendo 22 los mismos arroja un resultado de 49.500 derechos especiales de giro según valor fijado por el FMI a fecha de la presente resolución, entendiendo aplicable el máximo legal en cuanto se produjo una pérdida total. 2.- Indemnización por la pérdida de disfrute del crucero: 15.965,84 euros. La defensa de la Asociación fundamenta este concepto en el art. 1103 Cc y en la frustración total del viaje puesto que lo que “deberían haber sido unas placenteras vacaciones se convirtió en posiblemente la peor de las pesadillas”, considerando procedente que Costa Crociere, S.p.A. abone el precio que cada uno de los pasajeros abonó como precio del viaje, haciendo especial hincapié en los asociados nº 14 y 15, que estaban en viaje de novios, y en los asociados 9 y 10, que celebraban con el viaje sus bodas de plata. No alcanzamos a entender cual es el hecho justificativo de esta petición, puesto que no se basa en ningún perjuicio concreto distinto de los recogidos en otros puntos de la reclamación. El crucero no se completó y a los pasajeros se les devolvió el precio abonado –hecho no controvertido- no existiendo justificación para considerar que tienen derecho a percibir nuevamente una cantidad equivalente al mismo. 3.- Indemnización por daños físicos o psíquicos de los pasajeros: 777.000 euros. Indemnización por daños morales de los pasajeros: 1.760.000 euros. 3.1.- La demanda efectúa una triple clasificación en el apartado de la indemnización por daños físicos y psíquicos: grupo A.- de pasajeros, formado por los asociados nº 1, 10, 11, 20 y 21, los cuales por no haber precisado tratamiento médico consideran que no deben ser indemnizados por este concepto sino por daño moral; grupo B.- de pasajeros, formado por los asociados nº 2, 3, 5, 9, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 39, 40 y 41, los cuales por haber precisado tratamiento médico prolongado, baja laboral de mas de dos meses y secuelas leves son merecedores de una indemnización de 37.000 euros cada uno; grupo C.-, formado por los asociados nº 4, 6, 12 y 14, los cuales por haber precisado tratamiento médico prolongado, baja laboral de mas de tres meses y secuelas graves son merecedores de una indemnización de 74.000 euros cada uno. Para la fijación la valoración de los días necesarios para la curación, la determinación de las secuelas y la fijación de las sumas indemnizatorias, la defensa de la actora ha aplicado una regla de tanto alzado general para cada uno de los dos grupos en cuestión con base en los informes periciales efectuados por las psicóloga Sra. Serrano Ripio y Sra. Santos Navarrete, así como los partes médicos de algunos de los pasajeros (documentos nº 22 a 38 de demanda); rechaza la parte la aplicabilidad del Baremo de tráfico. Por el contrario, la defensa de la demandada entiende que sí resulta aplicable el Baremo contenido en Real Decreto Legislativo 8/2004 de 29 de octubre por el que se 7 aprueba el Texto Refundido de la Ley de responsabilidad civil y seguro de circulación de vehículos a motor, actualizado a 1 de enero de 2012 en cuanto a las cuantías indemnizatorias, puesto que así lo ha declarado el Tribunal Supremo en una constante jurisprudencia sobre el tema. En este sentido cabe destacar, la STS de 30 de noviembre de 2011 que indica que “La conveniencia de evitar posibles disparidades entre las resoluciones judiciales que fijan el pretium doloris [precio del dolor] o compensación por el daño moral y valoran de manera prospectiva o apreciativa las consecuencias patrimoniales de la incapacidad generada por los daños corporales condujo al legislador a implantar sistemas de valoración fundados en la tasación con arreglo a tablas o baremos de indemnización, cuya aplicación tiene lugar según reglas fijadas por el propio legislador y no queda sustraída a las normas generales sobre interpretación de las leyes. La jurisprudencia más reciente de esta Sala ha aceptado que los criterios cuantitativos que resultan de la aplicación de los sistemas basados en la tasación legal, y en especial el que rige respecto de los daños corporales que son consecuencia de la circulación de vehículos de motor, pueden tener valor orientador para la fijación del pretium doloris [precio del dolor] y las consecuencias patrimoniales derivadas de daños corporales acaecidos en otros sectores de la actividad, teniendo en cuenta las circunstancias concurrentes en cada caso ( SSTS 11 de noviembre de 2005, RC n.º 1575/99 ; 10 de febrero de 2006 , 19 de mayo de 2006 ; 22 de julio de 2008, RC n.º 553/2002 ; 2 de julio de 2008, RC n.º 1563/2001 ; 9 de diciembre de 2008, RC n.º 1577/2002). Con ese valor se ha aplicado el sistema legal incorporado a la LRCSCVM) en supuestos de responsabilidad derivada del consumo de tabaco ( STS 5 de mayo de 2010, RC n.º 1323/2006), accidente laboral ( SSTS de 9 de marzo de 2010, RC n.º 1469/2005; 15 de diciembre de 2010, RC n.º 1159/2007 y 25 de marzo de 2011, RC n.º 754/2007), y, en lo que aquí interesa, en supuestos de indemnizaciones derivadas de responsabilidad civil médica o sanitaria ( SSTS de 10 de diciembre de 2010, RC n.º 866/2007 ; 11 de febrero de 2011, RC n.º 1888/2007, 4 de marzo de 2011, RC n.º 1918/2007 y 1 de junio de 2011 , RC n.º, entre las más recientes)”. A esta resolución se refiere la SAP Madrid, Sección 20, de 21 de junio de 2012 que resolvía el recurso de apelación dictado frente a la sentencia de primera instancia en el ordinario seguido por el Juzgado de Primera Instancia nº 40 de Madrid en relación con la indemnización correspondiente a varios de los perjudicados por el hundimiento del crucero “Sea Diamond” en aguas griegas. Consecuentemente, la postura inequívoca de la jurisprudencia nos hace entender aplicable para cuantificar la indemnización por las lesiones físicas y psíquicas sufridas por los citados grupos B y C, anteriormente identificados, el citado baremo de tráfico teniendo en cuenta que, por un lado, sólo los pasajeros 15, 32, 33 y 34 sufrieron lesiones físicas y, por otro lado, la demanda no aporta argumentos que justifiquen ni la no aplicación de dicho baremo ni los criterios tenidos en cuenta a la hora de fijar unas indemnizaciones tan elevadas -37.000 euros y 74.000 euros para cada uno de los pasajeros de cada respectivo grupo- sobre todo teniendo en cuenta que el informe pericial aportado por la demandada, elaborado por Dr. Rebanal Colina y ratificado y aclarado en el acto del juicio por él mismo, no ofrece para ninguno de los citados pasajeros, aplicando el baremo, una indemnización superior a los 7.000 euros. 8 Con este punto de partida, la doctrina fijada en la citada STS de 30 de noviembre de 2011, acogida en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid en el asunto del Sea Diamond, de una similitud con la presente evidente, hace necesario pasar a examinar de manera relacionada con la indemnización por daños físicos y psicológicos, los correspondientes a daños morales de los pasajeros. 3.2.- En concepto de indemnización de daños morales, se reclama en demanda 80.000 euros para cada uno de los pasajeros (nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41). La anteriormente señalada STS de 30 de noviembre de 2011, señala a continuación de los párrafos ya transcritos que “Aunque el principio de reparación íntegra comprende el resarcimiento de los daños morales y así se infiere del artículo 1.2LRCSCVM, el cual define como daños y perjuicios determinantes de responsabilidad «[l]os daños y perjuicios causados a las personas, comprensivos del valor de la pérdida sufrida y de la ganancia que hayan dejado de obtener, previstos, previsibles o que conocidamente se deriven del hecho generador, incluyendo los daños morales»), por lo general, de aplicarse el sistema de valoración incorporado en la LRCSCVM, la indemnización del daño moral queda comprendida en las cantidades que se conceden para el resarcimiento de los diferentes conceptos susceptibles de indemnización con arreglo al mismo, pues, como afirma la reciente STS de 19 de septiembre de 2011, RC n.º 1232/2008, su indemnización por separado solo es posible en aquellos supuestos en que la ley lo concibe expresamente como un concepto independiente. Este es el caso de los daños morales complementarios mencionados en la Tabla IV, cuando una sola secuela exceda de 75 puntos o las concurrentes superen los 90 puntos, respecto de los cuales ha dicho esta Sala que resultan compatibles con otros factores de corrección -siendo posible conceder indemnización por perjuicios económicos y por incapacidad permanente total o incluso por daños morales complementarios, por tratarse de tres factores de corrección, independientes y concurrentes entre sí-, dependiendo en todo caso su concesión de la concurrencia del supuesto fáctico que contempla la norma reguladora de cada factor ya que la falta de acreditación del supuesto de hecho normativo aboca a la no aplicación del factor corrector a que venga referido ( SSTS de 20 de julio de 2009, RC n.º 173/2005 ; 9 de marzo de 2010, RC n.º 456/2006 y 29 de diciembre de 2010, RC n.º 1613/2007). En esta línea, la jurisprudencia fijada a partir de la STS de 25 de marzo de 2010, RC n.º 1741/2004, viene afirmando que la regulación del factor de corrección por incapacidad permanente parcial, total o absoluta demuestra que tiene como objeto principal el reparar el daño moral ligado a los impedimentos de cualesquiera ocupaciones o actividades, siempre que merezcan el calificativo de habituales. Y según esa misma jurisprudencia, también el factor de corrección por perjuicios económicos cubre daños morales, si bien la falta de vertebración de los tipos de daño de que adolece el sistema de valoración descarta que los cubra únicamente y permite aceptar que en una proporción razonable pueda estar destinado a cubrir perjuicios patrimoniales por disminución de ingresos de la víctima aún cuando no sea su finalidad única, ni siquiera principal”. En aplicación de esta doctrina jurisprudencial, la SAP de Madrid de 21 de junio de 2012 en el caso Sea Diamond confirmó la existencia de daño moral indemnizable en 9 el caso de los pasajeros de aquel crucero y la procedencia de fijar una indemnización a tanto alzado para todos igual pero negó la posibilidad de indemnizar conjuntamente por incapacidad temporal y por daños morales en cuanto –fundamento decimoquinto- “la indemnización por daño moral queda comprendida en las cantidades que se conceden para el resarcimiento de los diferentes conceptos susceptibles de indemnización con arreglo al mismo –baremo-, pues su indemnización por separado solo es posible en aquellos supuestos en que la ley lo concibe expresamente como un concepto independiente, lo que no es el caso”. No era el caso del Sea Diamond ni lo es el del Costa Concordia, de manera que los pasajeros asociados en la parte demandante no pueden obtener la pretendida duplicidad de indemnizaciones sobre todo teniendo en cuenta que la reclamada por incapacidad permanente está fundamentada en su práctica totalidad en trastornos psicológicos. En este sentido, resulta indudable que los pasajeros del Costa Concordia estuvieron sometidos a un impacto o sufrimiento psíquico o espiritual innegable como sólo puede entenderse en el caso de sufrir un hundimiento de buque; tan dramática situación que se prolongó durante horas, de noche, lejos de España, con deficiente organización y sin recibir información sobre la situación sólo puede calificarse, como indica la sentencia de la Audiencia, como un daño patente –in re ipsa- que merece ser indemnizado. La cuantificación de la indemnización no cuenta ni en éste ni en otros supuestos asimilables con bases objetivas, pero partiendo de lo decidido por la Audiencia Provincial en el caso Sea Diamond -5.000 euros por pasajero-, entendemos que, dado el lapso de tiempo entre ambos siniestros, la mayor pérdida de vidas humanas en el presente caso –mas de treinta, lo que evidencia la magnitud de la tragedia y la presión sufrida por los pasajeros-, así como la entrada en vigor del Reglamento CE 392/2009 que ha elevado considerablemente los límites por indemnización, entendemos que 15.000 euros es una suma ajustada al caso, quedando en la misma subsumida, por los argumentos jurisprudenciales indicados la posible indemnización por incapacidad permanente que, en todo caso, por aplicación del baremo de tráfico, no superaría dicha cuantía. La suma total a la que debe ascender la indemnización por daños físicos, psíquicos y morales asciende a 330.000 euros. 4.- Indemnización por daño moral de los familiares de los pasajeros: 171.000 euros. La demanda interesa una indemnización en concepto de daño moral de 9.000 euros para los asociados nº 22 a 38 y 42 y 43, en cuanto familiares –madre, padre, hija/ o, prima o hermana/o de alguno de los pasajeros asociados. Se alega como fundamento de dicha petición que los familiares “sufrieron daños morales causados por la angustia mental causada por la extrema situación de estrés vivida ante las alarmantes noticias que se emitieron sobre el suceso en radio, televisión y prensa, sin tener noticia alguna por parte de la compañía y recibiendo la información directamente de sus familiares ya en la tarde-noche del día siguiente al naufragio” –hecho cuarto de la demanda-, así como que Costa Crociere, S.p.A. cometió un incumplimiento contractual dado que al contratar en el módulo de embarque el billete del crucero que se avisaría a un familiar en caso de emergencia. 10 Sin poner en duda la máxima tensión, sufrimiento y preocupación que todos los familiares de los pasajeros del Costa Concordia debieron experimentar tras conocerse el encallamiento del buque, padecimiento que no remitió hasta que pudieron contactar con sus parientes, no procede fijar indemnización alguna por este concepto y ello porque, en primer lugar, ninguna relación contractual unía a estos familiares ahora miembros de la Asociación demandante con Costa Crociere, S.p.A. por lo que los fundamentos y normas que sirven de base para determinar la responsabilidad de la demandada frente a los pasajeros asociados no les resulta aplicable; en segundo lugar, no se ha acreditado ni que se efectuara la designa nominativa de un pariente por parte de los pasajeros, ni que estos fueran los que ahora aparecen como asociados; en tercer lugar, no se alega, prueba ni observa que Costa Crociere, S.p.A. llevara a cabo ninguna acción u omisión negligente en relación con la comunicación con los parientes –art. 1902 Cc- dado que la demora de los parientes en contactar con los pasajeros no se demoró mas de 24 hrs., periodo que aunque ante una situación de tal angustia puede parecer eterna, no resulta desproporcionada y desmesurada teniendo en cuenta la magnitud del desastre que se estaba produciendo, el volumen de pasajeros afectados, el tamaño del buque, su hundimiento fuera de puerto,… hechos todos ellos que dificultaban sobre manera la que en un momento inicial debía ser la principal y única misión tanto de la tripulación como de todo el personal de la compañía y de las autoridades italianas, cual era poner a salvo a todas las personas afectadas. Resulta difícil de imputar negligencia alguna reprochable a Costa Crociere, S.p.A. en cuanto a la no comunicación con los familiares de los pasajeros puesto que ni se sabe si en la tarde del 14 de enero de 2012 la misma sabía el estado de los mismos y, por tanto, no puede entenderse que ocultase a sabiendas o imprudentemente información, ni que, dada la sociedad de la información y las telecomunicaciones, no fuera mas sencillo que los propios pasajeros se pudieran en contacto con sus familiares sobre todo teniendo en cuenta que ninguna de los asociados sufrió lesiones que se lo impidieran mas allá de las dificultades propias del siniestro y su magnitud y características. 5.- Consecuentemente, procede estimar parcialmente la demanda y condenar a Costa Crociere, S.p.A. a abonar a Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 la suma de 49.500 derechos especiales de giro según valor fijado por el FMI a fecha de la presente resolución, en concepto de pérdida de equipaje, a razón de 2.250 por cada uno de los 22 pasajeros asociados -nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41- y 330.000 euros en concepto daños físicos, psíquicos y morales, a razón de 15.000 euros por cada uno de los 22 pasajeros asociados; sumas que devengarán, ex art. 576 LEC, el interés legal del dinero incrementado en dos puntos desde sentencia hasta completo pago. Sexto.- El artículo 394 LECn recoge el principio de vencimiento objetivo según el cual las costas procesales se impondrán a la parte que haya visto totalmente rechazadas sus pretensiones y en caso de desestimación parcial, cada parte abonará las causadas a su instancia y las comunes por mitad. Vistos los citados preceptos y los demás de preceptiva y general aplicación, 11 FALLO ESTIMANDO PARCIALMENTE la demanda de juicio ordinario presentada por la Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 contra Costa Crociere, S.p.A., debo condenar y condeno a la parte demandada a abonar 49.500 derechos especiales de giro según valor fijado por el FMI a fecha de la presente resolución, en concepto de pérdida de equipaje (a razón de 2.250 por cada uno de los 22 pasajeros asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41) y 330.000 euros en concepto daños físicos, psíquicos y morales (a razón de 15.000 euros por cada uno de los 22 pasajeros asociados) sumas que devengarán el interés legal del dinero incrementado en dos puntos desde sentencia hasta completo pago. En cuanto a las costas procesales, cada parte abonará las causadas a su instancia y las comunes por mitad. Notifíquese la presente a las partes, haciéndoles saber que la misma no es firme y que contra ella cabe interponer recurso de apelación en el plazo de veinte días desde su notificación. Líbrese testimonio de la presente resolución para su unión a los autos de que dimana, publicándose la original en el libro de sentencias y autos definitivos de este Juzgado. Así lo acuerdo, mando y firmo. PUBLICACIÓN.- La precedente sentencia fue leída y publicada por la propia Sra. Magistrada-Juez que la dictó en el día de su fecha y en audiencia pública, doy fe. 12