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JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA
Nº 63 DE MADRID
Procedimiento: Ordinario 1151/12
SENTENCIA Nº 78/13
En Madrid, a dieciocho de abril de dos mil trece.
Vistos por mí, Ana Isabel Collado Márquez, Magistrada del Juzgado de Primera
Instancia nº 63 de esta localidad, los presentes autos de Juicio declarativo ORDINARIO
seguidos entre los de su clase con el nº 1151/12, en virtud de demanda interpuesta por
la ASOCIACIÓN DE AFECTADOS ESPAÑOLES POR EL COSTA CONCORDIA 2012,
representada por el Procurador de los Tribunales Sra. Almansa Sanz y defendida por el
Letrado Sra. Barga García, contra COSTA CROCIERE, S.P.A., representada por el
Procurador de los Tribunales Sra. Virto Bermejo y defendida por el Letrado Sr. Maura
Baraniaran, dicto la presente con base en los siguientes,
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.- En fecha 27 de julio de 2012 el Procurador Sra. Almansa Sanz
presentó, en nombre y representación de la Asociación de Afectados Españoles por El
Costa Concordia 2012, demanda de juicio ordinario contra Costa Crociere, S.p.A.,
solicitando, tras alegar los hechos y hacer valer los fundamentos de derecho que se
estimaron oportunos, que se dictase sentencia que condenase a la demandada al pago
de 2.915.974,04 euros, mas intereses desde demanda y costas procesales.
Segundo.- Correspondió conocer al presente Juzgado de la anterior demanda de
conformidad con las normas de reparto, siendo admitida a trámite mediante decreto
que confería traslado de la demanda y los documentos que la acompañaban al
demandado, emplazándole para que en el plazo de veinte días hábiles compareciese y
contestase a la demanda, bajo apercibimiento de ser declarado en situación de
rebeldía procesal en caso contrario.
Tercero.- En fecha 18 de octubre de 2012 el Procurador Sra. Virto Bermejo
presentó escrito, en nombre y representación de Costa Crociere, S.p.A., personándose
y solicitando la suspensión del procedimiento por prejudicialidad penal. Mediante
diligencia de 19 de octubre de 2012 se acordaba requerir a las partes para que
aclarasen diversos extremos relacionados con el procedimiento italiano, confería
traslado a la parte actora para alegaciones y, de conformidad con el art. 40.3 LEC,
señalaba que la decisión sobre la solicitud se adoptaría tras quedar los autos vistos
para sentencia.
En fecha 8 de noviembre de 2012 el Procurador Sra. Virto Bermejo presentó
escrito alegando falta de competencia objetiva por corresponder su conocimiento a los
Juzgados de lo Mercantil y contestación a la demanda, solicitando, tras alegar los
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hechos y hacer valer los fundamentos de derecho que se estimaron oportunos, que se
dictase sentencia desestimando la demanda, con expresa condena en costas al
demandante.
Cuarto.- Citadas las partes para la celebración de audiencia previa el 12 de
diciembre de 2012, la misma tuvo lugar con el resultado que obra en el acta que
antecede, así como en el soporte informático cuyo original queda unido al expediente.
A la vista compareció la representación procesal y defensa letrada de la
demandante y del demandado que se ratificaron sus respectivos escritos de demanda.
Comprobada la subsistencia de litigio y en relación con las dos excepciones procesales
alegadas en contestación, se acordó por esta Juzgadora que la prejudicialdiad penal
sólo podía ser acordada en el trámite para dictar sentencia, ex art. 40.3 LEC, y que la
falta de competencia objetiva no había sido planteada en plazo –diez primeros días del
plazo para contestar- y, en cualquier caso, se entendía que la competencia
correspondía al presente juzgado por tratarse de un viaje combinado.
Concedida la palabra a las defensas para impugnación de documentos
aportados de contrario, nada alegaron en cuanto autenticidad aunque sí en relación
con el valor probatorio de los mismos. A continuación se fijaron los hechos
controvertidos y se recibió el pleito a prueba, la defensa del actor propuso documental
por reproducida, interrogatorio del legal representante del demandado, testifical del
Secretario de la Asociación y mas documental consistente en requerir a la demanda
para que aportase listado de los pasajeros españoles a los que se había indemnizado y
cuantías; y la defensa del demandado propuso documental por reproducida, mas
documental consistente en librar oficio a la Dirección General de la Marina Mercante,
informe pericial del Dr. Rebanal con intervención en el acto del juicio, ampliación de la
pericial a practicar por el propio Sr. Rebanal, del Dr. Carrasco Gómez o por perito
judicial. Se declaró pertinente toda la prueba propuesta a excepción del interrogatorio y
la testifical propuesta por el actor y la mas documental y ampliación de la pericial
propuesta por el demandado, sin que las defensas formularan recurso alguno,
citándose a las partes para la celebración del juicio oral.
Quinto.- El acto del juicio se celebró el 30 de enero de 2013 con el resultado que
obra en el acta que antecede, así como en el soporte informático cuyo original queda
unido al expediente. Se practicó la ratificación y aclaraciones del perito Sr. Rebanal y a
continuación se concedió la palabra a las defensas letradas para conclusiones,
quedando los autos conclusos para resolver.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.- Planteamiento de la controversia.La Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 ha
ejercitado una acción de condena (art. 5 LEC) frente a Costa Crociere, S.p.A.
encaminada a obtener el pago de un total de 2.915.974,04 euros por los siguientes
conceptos: 192.008,20 euros por la pérdida de equipaje, joyas y otras objetos de sus
asociados pasajeros del buque Costa Concordia que naufragó la noche del 13 de enero
de 2012; 15.965,84 euros por la pérdida de disfrute del crucero de los mismos;
1.760.000 euros por daño moral de los pasajeros; 171.000 euros por daño moral de los
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familiares de los pasajeros; y 777.000 euros por daños físicos o psíquicos de los
pasajeros.
La Asociación está formada por los siguientes miembros en su condición de
pasajeros: 1.- García Bartel, José Manuel, 2.- Bartel Domínguez, María José; 3.- García
Martos, Manuel; 4.- Aramburu Aznar, Silvia; 5.- Pérez Caballero, Ángel; 6.- Henzíquez
Sosa, Antonio Aday: 9 y 10.- Moreno Bueno, Adela y Salvador Sancho, Miguel Ángel;
11.- Simón García, Vicente; 12.- Miguel Ayuso, María; 13.- Miguel Ayuso, Carmen; 14.Rubi Flores, Sebastián; 15. García Collado, Juan Antonio; 16.- Montes Rosa, Estafania;
17.- Martínez Navarro, María; 18.- Mantero Cruz, Mª de los Ángeles; 19.- Garrido
Benavente, Rafael; 20.- Ripoll Alvado, Francisca Jerónima; 21.- Olivares Gil, Jesús;
39.- Benito Curbelo, Pablo; 40.- Curbelo Cabrera, Teresa María; 41.- Benito González
Porfirio. Y en su condición de familiares de pasajeros: 22.- Sosa Cabrera, María del
Pino; 23.- García Mota, Cristóbal; 24.- Martos Viedma, Magdalena; 25.- Pérez
Aramburu, Amaia; 26.- Caballero Santana, Encarnación; 27 Pérez Caballero, Izaskun;
28.- Salvador Moreno, Miguel Ángel; 29.- Salvador Moreno, Yesica; 30.- Bueno Gil,
Elisa; 31.- Olivares Ripoll, Sergio; 32.- Olivares Ripoll, Alejandro; 33.- Olivares Ripoll,
Vicente Jesús; 34.- Domínguez Robles, Soledad; 35.- Simón Ángel, Ignacio;.- 36.Simón Miguel, Eduardo; 37.- Simón Miguel, Susana, 38.- Miguel Ayuso, Felicidad; 42.Cabrera Parilla, María Nieves; 43.- Curbelo Cabrera, José Gabriel.
Aunque la parte demandada indica en su contestación a la demanda que no
tiene “nada que objetar al correlativo” referente a la capacidad y legitimación de las
partes, merece la pena indicar en el este apartado inicial de la presente resolución que
la Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 cuenta con
legitimación ad causam en cuanto fue creada en virtud de la Ley Orgánica 1/2002, de
22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación y puede, de conformidad con el
art. 10 y 11 de la misma, en relación con el art. 10 LEC, ejercitar colectivamente los
derechos adquiridos por el conjunto de sus miembros.
Segundo.- Competencia objetiva.Con carácter previo a entrar en el fondo del asunto, Costa Crociere, S.p.A.
esgrimía en su defensa una falta de competencia objetiva y una prejudicialidad penal
internacional en relación con el procedimiento seguido en Italia por las supuestas
negligencias causantes del hundimiento del buque Costa Concordia.
La falta de competencia objetiva, como ya se indicó en el acto de la audiencia
previa, no había sido planteada por la parte demandada mediante la oportuna
declinatoria en tiempo (art. 49 y 64 LEC), razón por la cual no cabía su examen dado
que el presente órgano judicial ya había apreciado ese requisito procesal al admitir la
demanda. Pero, a mayor abundamiento, la defensa de la parte demanda en el trámite
de conclusiones orales renunció al principal argumento en el que sustentaba la
competencia objetiva de los Juzgados de lo Mercantil (art. 86 ter LOPJ), cual era que el
contrato celebrado entre los pasajeros del crucero y Costa Crociere, S.p.A. no era
calificable como viaje combinado sino un mero contrato de transporte marítimo.
Abandonado tal argumento y aceptado que resulta de aplicación la regulación que al
respecto contempla el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de
Consumidores y usuarios de 2007, la competencia objetiva sólo puede recaer sobre los
Juzgados de Primera Instancia.
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Tercero.- Prejudicialidad penal.El artículo 40 LEC prevé la suspensión de un procedimiento civil cuando se
acredite la existencia de una causa criminal en la que se estén investigando, como
hechos de apariencia delictiva, alguno o algunos de los que fundamenten las
pretensiones de las partes en el proceso civil o que la decisión del tribunal penal acerca
del hecho por el que se procede en causa criminal pueda tener influencia decisiva en la
resolución sobre el asunto civil (apartado segundo del citado precepto), en cuyo caso
una vez quede el proceso visto para sentencia se dictará auto suspendiendo (apartado
tercero).
La parte demandada alegó con carácter previo a contestación –escrito 18 de
octubre de 2012- y reiteró en la propia contestación y en el acto del juicio oral la
existencia del conocido procedimiento penal contra el capitán del buque, D. Francesco
Schettino, seguido en el Tribunal de Grosseto en Italia, entendiendo que el presente
procedimiento civil español debe quedar paralizado hasta que finalice aquél.
No puede compartirse ni la argumentación ni la conclusión que alcanza la
defensa del demandado y ello porque, en primer lugar, ni los asociados de la actual
demandante son parte como perjudicados o actores civiles en el procedimiento penal
italiano ni el presente procedimiento se dirige contra el capitán del crucero; y en
segundo lugar, la posible responsabilidad penal que en aquél procedimiento se está
investigando carece de influencia alguna para la presente contienda judicial dado que
la acción de condena ejercitada por la Asociación de perjudicados se fundamenta en un
incumplimiento contractual; hecho que resulta innegable y es de naturaleza notoria en
cuanto el buque Costa Concordia encalló y se hundió la noche del 13 de enero de 2012
frente a la Isla de Giglio (Italia), no completándose el viaje combinado en los términos y
plazos contratados. Frente a ese innegable incumplimiento contractual, la demandada
no alega en contestación ninguna causa que le exima de responsabilidad (ex art. 162.2
TRLGDCU) por lo que el resultado del procedimiento penal italiano resulta irrelevante
para resolver la demanda planteada y, en cualquier caso, la supuestas causas de
exclusión de responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A. sólo pueden ser declaradas en
un proceso declarativo por los órganos judiciales españoles sin quedar vinculado por lo
resuelto en el ámbito penal italiano.
Cuarta.- Ámbito normativo aplicable.Es hecho incontrovertido que los asociados identificados con el nº 1 a 6, 9 a 21 y
39 a 41 concertaron con Costa Crociere, S.p.A. el viaje combinado denominado
“Secretos del Mediterráneo” que realizaría el barco Costa Concordia en su modalidad
de salida desde Barcelona del lunes 9 de enero de 2012 al lunes 16 de enero y en su
modalidad salida de Palma de Mallorca del martes 10 de enero al martes 17 de enero
de 2012.
Los contratos de viaje combinado concertados por dichos consumidores se rigen
y están sometidos, de manera irrenunciable, a la regulación contemplada en el Texto
Refundido de la Ley General para la Defensa de Consumidores y usuarios aprobado
por Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, que dedica su Libro V a esta
modalidad de contratación.
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Según el art. 161 de dicha norma “Los organizadores y los detallistas de viajes
combinados responderán frente al consumidor y usuario, en función de las obligaciones
que les correspondan por su ámbito respectivo de gestión del viaje combinado, del
correcto cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato, con independencia
de que éstas las deban ejecutar ellos mismos u otros prestadores de servicios, y sin
perjuicio del derecho de los organizadores y detallistas a actuar contra dichos
prestadores de servicios.
La responsabilidad frente al consumidor será solidaria de cuantos empresarios,
sean organizadores o detallistas, concurran conjuntamente en el contrato cualquiera
que sea su clase y las relaciones que existan entre ellos, sin perjuicio del derecho de
repetición de quien responda ante el consumidor y usuario frente a quien sea imputable
el incumplimiento o cumplimiento defectuoso del contrato en función de su respectivo
ámbito de gestión del viaje combinado.
2. Los organizadores y detallistas de viajes combinados responderán, asimismo,
de los daños sufridos por el consumidor y usuario como consecuencia de la no
ejecución o ejecución deficiente del contrato.
Dicha responsabilidad cesará cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias: a.- Que los defectos observados en la ejecución del contrato sean
imputables al consumidor y usuario; b.- Que dichos defectos sean imputables a un
tercero ajeno al suministro de las prestaciones previstas en el contrato y revistan un
carácter imprevisible o insuperable; c.- Que los defectos aludidos se deban a motivos
de fuerza mayor, entendiendo por tales aquellas circunstancias ajenas a quien las
invoca, anormales e imprevisibles cuyas consecuencias no habrían podido evitarse, a
pesar de haber actuado con la diligencia debida: d.- Que los defectos se deban a un
acontecimiento que el detallista, o en su caso, el organizador, a pesar de haber puesto
toda la diligencia necesaria, no podía prever ni superar.
….3. El resarcimiento de los daños, que resulten del incumplimiento o de la mala
ejecución de las prestaciones incluidas en el viaje combinado, quedará limitado con
arreglo a lo previsto en los convenios internacionales reguladores de dichas
prestaciones.
4. No podrán establecerse excepciones mediante cláusula contractual a lo
previsto en los apartados 1 y 2 de este artículo”.
De la clara redacción de este precepto se deduce que la hoy demandada,
Costa Crociere, S.p.A., en cuanto empresa que comercializó el crucero a las indicadas
personas es responsable del evidente incumplimiento del viaje contratado, pues sólo
así puede calificarse el hundimiento del buque la noche del 13 de enero de 2012, sin
completar su itinerario que debía finalizar el 16 en Barcelona y el 17 de enero en Palma
de Mallorca. Los asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41 concertaron con Costa Crociere,
S.p.A. un crucero por el Mediterraneo con una finalidad de disfrute, ocio, descanso y
esparcimiento turístico, cultural y natural y el mismo no se completó sino que terminó
de una forma abrupta y traumática como es el hundimiento del buque.
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La responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A. es, además, incuestionable en
cuanto la frustración irreversible del contrato no se sustenta en la infracción de normas
marítimas y administrativas, sin que sea necesario entrar a valorar todas las
alegaciones que la demandada efectúa en sus primeras 20 hojas de contestación, sino
en la no prestación de los servicios contratos, sin que concurra ninguna de las causas
de exoneración de responsabilidad previstas en el apartado segundo del artículo 161.
La citada normativa protectora de los consumidores, unida a la genérica de las
obligaciones nacidas de los contratos contemplada en el Código Civil, sirve de
fundamento irrefutable para determinar la responsabilidad de Costa Crociere, S.p.A.
frente a los asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41 y su obligación a indemnizar los daños
y perjuicios sufridos aunque con los límites fijados en los convenios internacionales
reguladores –art. 161.3 TRLGCU-. Es la fijación económica de dicha indemnización el
verdadero punto de conflicto entre las partes en cuanto Costa Crociere, S.p.A., a pesar
de haber desplegado una oposición completa en el presente procedimiento, ya asumió
su responsabilidad al efectuar una oferta de indemnización a los pasajeros que forman
parte de la asociación demandante e incluso haber abonado distintas indemnizaciones
de manera efectiva al menos a 102 pasajeros españoles, según acredita la propia
documental aportada por dicha parte a requerimiento de la actora; indemnizaciones
que oscilan entre los 11.000 euros, ofertados inicialmente también a los citados
pasajeros asociados de la demandante, hasta una indemnización máxima de 30.000
euros, pasando por una cuantía de 18.000 euros que fue entregada a dos miembros de
la asociación demandante, siendo de suponer que son los nº 7 y 8 a los cuales no se
hace referencia en la demanda.
Quinto.- Cuantificación de la indemnización.1.- Indemnización por pérdida de equipaje, joyas y otros objetos: 192.008,20
euros.
La defensa de la Asociación aporta como documento nº 11 de demanda un
listado con detalle de los objetos perdidos por cada uno de los pasajeros asociados y
su valoración basada en facturas, fotografías o declaraciones juradas de los afectados.
El intentó de obtener una indemnización cercana a los 200.000 euros en este punto
resulta improductivo puesto, que como ya hemos señalado, el art. 161.3 TRLGDCU fija
como límite a la indemnización de daños y perjuicios lo previsto en los tratados
internacionales. Y en este sentido debemos aplicar el Convenio de Atenas relativo al
transporte de pasajeros y sus equipajes por mar de 1974 [«el Convenio de Atenas», en
su versión dada en el Reglamento CE nº 392/2009 de 23 de abril de 2009 que resulta
de aplicación a partir de 31 de diciembre de 2012.
Según el Convenio de Atenas el transportista será responsable del perjuicio
originado por la muerte o las lesiones corporales de un pasajero, y por la pérdida o
daños sufridos por el equipaje, si derivan de un suceso ocasionado en la navegación,
entendiendo como tal entre otros el hundimiento y fijándose una presunción de
negligencia en tales casos (art. 3). Además, en el art. 8.1 fija como límite a la
responsabilidad por equipaje de camarote 2.250 unidades de cuenta por pasajero, cuya
equivalencia deberá efectuarse a fecha de dictado de esta sentencia (art. 9), según los
datos calculados para los “derechos especiales de giro” semanalmente en la web del
Fondo Monetario Internacional (www.imf.org). Esta limitación, sin embargo, deja de
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operar si existe pacto expreso entre las partes (art. 10) o los daños han sido causados
de manera dolosa (art. 13), circunstancias estas que no concurren en el presente caso
puesto que ni hubo declaración expresa de valor por parte de los pasajeros ni se alega
o prueba ese especial elemento subjetivo en la causación del hundimiento.
Consecuentemente, la indemnización por pérdida total del equipaje de mano
ascendería a 2.250 unidades de cuenta por pasajero, de manera que siendo 22 los
mismos arroja un resultado de 49.500 derechos especiales de giro según valor fijado
por el FMI a fecha de la presente resolución, entendiendo aplicable el máximo legal en
cuanto se produjo una pérdida total.
2.- Indemnización por la pérdida de disfrute del crucero: 15.965,84 euros.
La defensa de la Asociación fundamenta este concepto en el art. 1103 Cc y en la
frustración total del viaje puesto que lo que “deberían haber sido unas placenteras
vacaciones se convirtió en posiblemente la peor de las pesadillas”, considerando
procedente que Costa Crociere, S.p.A. abone el precio que cada uno de los pasajeros
abonó como precio del viaje, haciendo especial hincapié en los asociados nº 14 y 15,
que estaban en viaje de novios, y en los asociados 9 y 10, que celebraban con el viaje
sus bodas de plata.
No alcanzamos a entender cual es el hecho justificativo de esta petición, puesto
que no se basa en ningún perjuicio concreto distinto de los recogidos en otros puntos
de la reclamación. El crucero no se completó y a los pasajeros se les devolvió el precio
abonado –hecho no controvertido- no existiendo justificación para considerar que
tienen derecho a percibir nuevamente una cantidad equivalente al mismo.
3.- Indemnización por daños físicos o psíquicos de los pasajeros: 777.000 euros.
Indemnización por daños morales de los pasajeros: 1.760.000 euros.
3.1.- La demanda efectúa una triple clasificación en el apartado de la
indemnización por daños físicos y psíquicos: grupo A.- de pasajeros, formado por los
asociados nº 1, 10, 11, 20 y 21, los cuales por no haber precisado tratamiento médico
consideran que no deben ser indemnizados por este concepto sino por daño moral;
grupo B.- de pasajeros, formado por los asociados nº 2, 3, 5, 9, 13, 15, 16, 17, 18, 19,
39, 40 y 41, los cuales por haber precisado tratamiento médico prolongado, baja laboral
de mas de dos meses y secuelas leves son merecedores de una indemnización de
37.000 euros cada uno; grupo C.-, formado por los asociados nº 4, 6, 12 y 14, los
cuales por haber precisado tratamiento médico prolongado, baja laboral de mas de tres
meses y secuelas graves son merecedores de una indemnización de 74.000 euros
cada uno. Para la fijación la valoración de los días necesarios para la curación, la
determinación de las secuelas y la fijación de las sumas indemnizatorias, la defensa de
la actora ha aplicado una regla de tanto alzado general para cada uno de los dos
grupos en cuestión con base en los informes periciales efectuados por las psicóloga
Sra. Serrano Ripio y Sra. Santos Navarrete, así como los partes médicos de algunos de
los pasajeros (documentos nº 22 a 38 de demanda); rechaza la parte la aplicabilidad
del Baremo de tráfico.
Por el contrario, la defensa de la demandada entiende que sí resulta aplicable el
Baremo contenido en Real Decreto Legislativo 8/2004 de 29 de octubre por el que se
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aprueba el Texto Refundido de la Ley de responsabilidad civil y seguro de circulación
de vehículos a motor, actualizado a 1 de enero de 2012 en cuanto a las cuantías
indemnizatorias, puesto que así lo ha declarado el Tribunal Supremo en una constante
jurisprudencia sobre el tema.
En este sentido cabe destacar, la STS de 30 de noviembre de 2011 que indica
que “La conveniencia de evitar posibles disparidades entre las resoluciones judiciales
que fijan el pretium doloris [precio del dolor] o compensación por el daño moral y
valoran de manera prospectiva o apreciativa las consecuencias patrimoniales de la
incapacidad generada por los daños corporales condujo al legislador a implantar
sistemas de valoración fundados en la tasación con arreglo a tablas o baremos de
indemnización, cuya aplicación tiene lugar según reglas fijadas por el propio legislador
y no queda sustraída a las normas generales sobre interpretación de las leyes.
La jurisprudencia más reciente de esta Sala ha aceptado que los criterios
cuantitativos que resultan de la aplicación de los sistemas basados en la tasación legal,
y en especial el que rige respecto de los daños corporales que son consecuencia de la
circulación de vehículos de motor, pueden tener valor orientador para la fijación del
pretium doloris [precio del dolor] y las consecuencias patrimoniales derivadas de daños
corporales acaecidos en otros sectores de la actividad, teniendo en cuenta las
circunstancias concurrentes en cada caso ( SSTS 11 de noviembre de 2005, RC n.º
1575/99 ; 10 de febrero de 2006 , 19 de mayo de 2006 ; 22 de julio de 2008, RC n.º
553/2002 ; 2 de julio de 2008, RC n.º 1563/2001 ; 9 de diciembre de 2008, RC n.º
1577/2002). Con ese valor se ha aplicado el sistema legal incorporado a la LRCSCVM)
en supuestos de responsabilidad derivada del consumo de tabaco ( STS 5 de mayo de
2010, RC n.º 1323/2006), accidente laboral ( SSTS de 9 de marzo de 2010, RC n.º
1469/2005; 15 de diciembre de 2010, RC n.º 1159/2007 y 25 de marzo de 2011, RC n.º
754/2007), y, en lo que aquí interesa, en supuestos de indemnizaciones derivadas de
responsabilidad civil médica o sanitaria ( SSTS de 10 de diciembre de 2010, RC n.º
866/2007 ; 11 de febrero de 2011, RC n.º 1888/2007, 4 de marzo de 2011, RC n.º
1918/2007 y 1 de junio de 2011 , RC n.º, entre las más recientes)”.
A esta resolución se refiere la SAP Madrid, Sección 20, de 21 de junio de 2012
que resolvía el recurso de apelación dictado frente a la sentencia de primera instancia
en el ordinario seguido por el Juzgado de Primera Instancia nº 40 de Madrid en relación
con la indemnización correspondiente a varios de los perjudicados por el hundimiento
del crucero “Sea Diamond” en aguas griegas.
Consecuentemente, la postura inequívoca de la jurisprudencia nos hace
entender aplicable para cuantificar la indemnización por las lesiones físicas y psíquicas
sufridas por los citados grupos B y C, anteriormente identificados, el citado baremo de
tráfico teniendo en cuenta que, por un lado, sólo los pasajeros 15, 32, 33 y 34 sufrieron
lesiones físicas y, por otro lado, la demanda no aporta argumentos que justifiquen ni la
no aplicación de dicho baremo ni los criterios tenidos en cuenta a la hora de fijar unas
indemnizaciones tan elevadas -37.000 euros y 74.000 euros para cada uno de los
pasajeros de cada respectivo grupo- sobre todo teniendo en cuenta que el informe
pericial aportado por la demandada, elaborado por Dr. Rebanal Colina y ratificado y
aclarado en el acto del juicio por él mismo, no ofrece para ninguno de los citados
pasajeros, aplicando el baremo, una indemnización superior a los 7.000 euros.
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Con este punto de partida, la doctrina fijada en la citada STS de 30 de
noviembre de 2011, acogida en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid en el
asunto del Sea Diamond, de una similitud con la presente evidente, hace necesario
pasar a examinar de manera relacionada con la indemnización por daños físicos y
psicológicos, los correspondientes a daños morales de los pasajeros.
3.2.- En concepto de indemnización de daños morales, se reclama en demanda
80.000 euros para cada uno de los pasajeros (nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41).
La anteriormente señalada STS de 30 de noviembre de 2011, señala a
continuación de los párrafos ya transcritos que “Aunque el principio de reparación
íntegra comprende el resarcimiento de los daños morales y así se infiere del artículo
1.2LRCSCVM, el cual define como daños y perjuicios determinantes de
responsabilidad «[l]os daños y perjuicios causados a las personas, comprensivos del
valor de la pérdida sufrida y de la ganancia que hayan dejado de obtener, previstos,
previsibles o que conocidamente se deriven del hecho generador, incluyendo los daños
morales»), por lo general, de aplicarse el sistema de valoración incorporado en la
LRCSCVM, la indemnización del daño moral queda comprendida en las cantidades
que se conceden para el resarcimiento de los diferentes conceptos susceptibles de
indemnización con arreglo al mismo, pues, como afirma la reciente STS de 19 de
septiembre de 2011, RC n.º 1232/2008, su indemnización por separado solo es posible
en aquellos supuestos en que la ley lo concibe expresamente como un concepto
independiente.
Este es el caso de los daños morales complementarios mencionados en la
Tabla IV, cuando una sola secuela exceda de 75 puntos o las concurrentes superen los
90 puntos, respecto de los cuales ha dicho esta Sala que resultan compatibles con
otros factores de corrección -siendo posible conceder indemnización por perjuicios
económicos y por incapacidad permanente total o incluso por daños morales
complementarios, por tratarse de tres factores de corrección, independientes y
concurrentes entre sí-, dependiendo en todo caso su concesión de la concurrencia del
supuesto fáctico que contempla la norma reguladora de cada factor ya que la falta de
acreditación del supuesto de hecho normativo aboca a la no aplicación del factor
corrector a que venga referido ( SSTS de 20 de julio de 2009, RC n.º 173/2005 ; 9 de
marzo de 2010, RC n.º 456/2006 y 29 de diciembre de 2010, RC n.º 1613/2007).
En esta línea, la jurisprudencia fijada a partir de la STS de 25 de marzo de 2010,
RC n.º 1741/2004, viene afirmando que la regulación del factor de corrección por
incapacidad permanente parcial, total o absoluta demuestra que tiene como objeto
principal el reparar el daño moral ligado a los impedimentos de cualesquiera
ocupaciones o actividades, siempre que merezcan el calificativo de habituales. Y según
esa misma jurisprudencia, también el factor de corrección por perjuicios económicos
cubre daños morales, si bien la falta de vertebración de los tipos de daño de que
adolece el sistema de valoración descarta que los cubra únicamente y permite aceptar
que en una proporción razonable pueda estar destinado a cubrir perjuicios
patrimoniales por disminución de ingresos de la víctima aún cuando no sea su finalidad
única, ni siquiera principal”.
En aplicación de esta doctrina jurisprudencial, la SAP de Madrid de 21 de junio
de 2012 en el caso Sea Diamond confirmó la existencia de daño moral indemnizable en
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el caso de los pasajeros de aquel crucero y la procedencia de fijar una indemnización a
tanto alzado para todos igual pero negó la posibilidad de indemnizar conjuntamente por
incapacidad temporal y por daños morales en cuanto –fundamento decimoquinto- “la
indemnización por daño moral queda comprendida en las cantidades que se conceden
para el resarcimiento de los diferentes conceptos susceptibles de indemnización con
arreglo al mismo –baremo-, pues su indemnización por separado solo es posible en
aquellos supuestos en que la ley lo concibe expresamente como un concepto
independiente, lo que no es el caso”.
No era el caso del Sea Diamond ni lo es el del Costa Concordia, de manera que
los pasajeros asociados en la parte demandante no pueden obtener la pretendida
duplicidad de indemnizaciones sobre todo teniendo en cuenta que la reclamada por
incapacidad permanente está fundamentada en su práctica totalidad en trastornos
psicológicos. En este sentido, resulta indudable que los pasajeros del Costa Concordia
estuvieron sometidos a un impacto o sufrimiento psíquico o espiritual innegable como
sólo puede entenderse en el caso de sufrir un hundimiento de buque; tan dramática
situación que se prolongó durante horas, de noche, lejos de España, con deficiente
organización y sin recibir información sobre la situación sólo puede calificarse, como
indica la sentencia de la Audiencia, como un daño patente –in re ipsa- que merece ser
indemnizado.
La cuantificación de la indemnización no cuenta ni en éste ni en otros supuestos
asimilables con bases objetivas, pero partiendo de lo decidido por la Audiencia
Provincial en el caso Sea Diamond -5.000 euros por pasajero-, entendemos que, dado
el lapso de tiempo entre ambos siniestros, la mayor pérdida de vidas humanas en el
presente caso –mas de treinta, lo que evidencia la magnitud de la tragedia y la presión
sufrida por los pasajeros-, así como la entrada en vigor del Reglamento CE 392/2009
que ha elevado considerablemente los límites por indemnización, entendemos que
15.000 euros es una suma ajustada al caso, quedando en la misma subsumida, por los
argumentos jurisprudenciales indicados la posible indemnización por incapacidad
permanente que, en todo caso, por aplicación del baremo de tráfico, no superaría dicha
cuantía.
La suma total a la que debe ascender la indemnización por daños físicos,
psíquicos y morales asciende a 330.000 euros.
4.- Indemnización por daño moral de los familiares de los pasajeros: 171.000
euros.
La demanda interesa una indemnización en concepto de daño moral de 9.000
euros para los asociados nº 22 a 38 y 42 y 43, en cuanto familiares –madre, padre, hija/
o, prima o hermana/o de alguno de los pasajeros asociados. Se alega como
fundamento de dicha petición que los familiares “sufrieron daños morales causados por
la angustia mental causada por la extrema situación de estrés vivida ante las
alarmantes noticias que se emitieron sobre el suceso en radio, televisión y prensa, sin
tener noticia alguna por parte de la compañía y recibiendo la información directamente
de sus familiares ya en la tarde-noche del día siguiente al naufragio” –hecho cuarto de
la demanda-, así como que Costa Crociere, S.p.A. cometió un incumplimiento
contractual dado que al contratar en el módulo de embarque el billete del crucero que
se avisaría a un familiar en caso de emergencia.
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Sin poner en duda la máxima tensión, sufrimiento y preocupación que todos los
familiares de los pasajeros del Costa Concordia debieron experimentar tras conocerse
el encallamiento del buque, padecimiento que no remitió hasta que pudieron contactar
con sus parientes, no procede fijar indemnización alguna por este concepto y ello
porque, en primer lugar, ninguna relación contractual unía a estos familiares ahora
miembros de la Asociación demandante con Costa Crociere, S.p.A. por lo que los
fundamentos y normas que sirven de base para determinar la responsabilidad de la
demandada frente a los pasajeros asociados no les resulta aplicable; en segundo lugar,
no se ha acreditado ni que se efectuara la designa nominativa de un pariente por parte
de los pasajeros, ni que estos fueran los que ahora aparecen como asociados; en
tercer lugar, no se alega, prueba ni observa que Costa Crociere, S.p.A. llevara a cabo
ninguna acción u omisión negligente en relación con la comunicación con los parientes
–art. 1902 Cc- dado que la demora de los parientes en contactar con los pasajeros no
se demoró mas de 24 hrs., periodo que aunque ante una situación de tal angustia
puede parecer eterna, no resulta desproporcionada y desmesurada teniendo en cuenta
la magnitud del desastre que se estaba produciendo, el volumen de pasajeros
afectados, el tamaño del buque, su hundimiento fuera de puerto,… hechos todos ellos
que dificultaban sobre manera la que en un momento inicial debía ser la principal y
única misión tanto de la tripulación como de todo el personal de la compañía y de las
autoridades italianas, cual era poner a salvo a todas las personas afectadas. Resulta
difícil de imputar negligencia alguna reprochable a Costa Crociere, S.p.A. en cuanto a
la no comunicación con los familiares de los pasajeros puesto que ni se sabe si en la
tarde del 14 de enero de 2012 la misma sabía el estado de los mismos y, por tanto, no
puede entenderse que ocultase a sabiendas o imprudentemente información, ni que,
dada la sociedad de la información y las telecomunicaciones, no fuera mas sencillo que
los propios pasajeros se pudieran en contacto con sus familiares sobre todo teniendo
en cuenta que ninguna de los asociados sufrió lesiones que se lo impidieran mas allá
de las dificultades propias del siniestro y su magnitud y características.
5.- Consecuentemente, procede estimar parcialmente la demanda y condenar a
Costa Crociere, S.p.A. a abonar a Asociación de Afectados Españoles por El Costa
Concordia 2012 la suma de 49.500 derechos especiales de giro según valor fijado por
el FMI a fecha de la presente resolución, en concepto de pérdida de equipaje, a razón
de 2.250 por cada uno de los 22 pasajeros asociados -nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41- y
330.000 euros en concepto daños físicos, psíquicos y morales, a razón de 15.000
euros por cada uno de los 22 pasajeros asociados; sumas que devengarán, ex art. 576
LEC, el interés legal del dinero incrementado en dos puntos desde sentencia hasta
completo pago.
Sexto.- El artículo 394 LECn recoge el principio de vencimiento objetivo según el
cual las costas procesales se impondrán a la parte que haya visto totalmente
rechazadas sus pretensiones y en caso de desestimación parcial, cada parte abonará
las causadas a su instancia y las comunes por mitad.
Vistos los citados preceptos y los demás de preceptiva y general aplicación,
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FALLO
ESTIMANDO PARCIALMENTE la demanda de juicio ordinario presentada por la
Asociación de Afectados Españoles por El Costa Concordia 2012 contra Costa
Crociere, S.p.A., debo condenar y condeno a la parte demandada a abonar 49.500
derechos especiales de giro según valor fijado por el FMI a fecha de la presente
resolución, en concepto de pérdida de equipaje (a razón de 2.250 por cada uno de los
22 pasajeros asociados nº 1 a 6, 9 a 21 y 39 a 41) y 330.000 euros en concepto daños
físicos, psíquicos y morales (a razón de 15.000 euros por cada uno de los 22 pasajeros
asociados) sumas que devengarán el interés legal del dinero incrementado en dos
puntos desde sentencia hasta completo pago.
En cuanto a las costas procesales, cada parte abonará las causadas a su
instancia y las comunes por mitad.
Notifíquese la presente a las partes, haciéndoles saber que la misma no es firme
y que contra ella cabe interponer recurso de apelación en el plazo de veinte días desde
su notificación.
Líbrese testimonio de la presente resolución para su unión a los autos de que
dimana, publicándose la original en el libro de sentencias y autos definitivos de este
Juzgado.
Así lo acuerdo, mando y firmo.
PUBLICACIÓN.- La precedente sentencia fue leída y publicada por la propia
Sra. Magistrada-Juez que la dictó en el día de su fecha y en audiencia pública, doy fe.
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