Reglamentación de las medidas cautelares. (Algunas reflexiones acerca del proyecto del PEP para modificarlas) El proyecto que remite el Poder Ejecutivo a la legislatura de la Provincia de Buenos Aires que pretende reglamentar las medidas cautelares en cuanto a su recurribilidad y caducidad, tiene aspectos discutibles y algunos, los menos, razonables, y otros directamente recalcitrantes, aunque denota el interés de la administración en incluir prerrogativas en desmedro del derecho de los habitantes. Esta practica tan común, en general se cristaliza con leyes de emergencia que permiten que el estado no se haga cargo de sus obligaciones y constituyen un Bill de Indemnidad para que el funcionario de turno siga administrando los fondos públicos de acuerdo a sus necesidades políticas, lastimando el estado de derecho. Por ello el análisis deberá encarar estas modificaciones desde el punto de vista del derecho publico y del procesal. En general presenta escollos insalvables. El artículo 1 propone una apelación directa en tres casos que atañen al estado provincial o municipal con la novedad (“transversal” a todas las normas, salvo a la preconstitucional Ley de Amparo) que el mismo tendrá efecto suspensivo. A partir del nuevo fuero, cuando el estado provincial o el municipal actúan en función administrativa se aplica el CCA que en su artículo 56 inciso 5 impone el efecto no suspensivo en caso de medidas cautelares. Es cierto que el proyecto habla de cualquier fuero y proceso, pero es evidente que salvo los juicios donde el estado provincial o municipal no actúa en función administrativa o responda patrimonialmente (vg.: aproximadamente 90% de los casos) las medidas cautelares serán dispuestas por los jueces en lo contencioso administrativo. Capitulo aparte merece el amparo. Por un lado se declama el estado de derecho y a pocos meses de sancionar un código se pretende modificarlo retrocediendo años de buena doctrina y jurisprudencia. Justamente el efecto no suspensivo o devolutivo tuvo su origen y razón en el caso de las medidas cautelares que tienden a que no se haga ilusoria la sentencia que se obtenga, pero si su cumplimiento se suspende con la sola interposición del recurso, lo que supone que el demandado ya tomó conocimiento de la misma, la medida pierde el fin asegurativo que tenía pues aunque el superior confirme la misma, la suspensión de sus efectos durante su tratamiento pudo hacerla ilusoria. Este planteo resulta tan básico que a cualquier abogado (ni hablar de los procesalistas) le cae de maduro, pero la audacia de la administración para burlarse de los derechos de los habitantes no tiene limites. En cuanto al efecto del recurso de apelación de medidas de no innovar en el amparo, la buena doctrina y la jurisprudencia a pesar del artículo 18 de la ley 7166 han considerado que su efecto debe ser devolutivo, sino se contravendría la teoría imperante sobre las medidas precautorias, ya que lo contrario podría implicar la frustración o cercenamiento del derecho cuya protección se persigue por esa vía. La SCJBA además declaro que las cuestiones sobre el carácter devolutivo de la apelación interpuesta contra el dictado de una medida cautelar , no habilitan el recurso extraordinario (Ac. 66161) Resulta el proyecto de norma en análisis claramente lesivo a la Constitución Provincial en cuanto declara la tutela judicial efectiva, la inviolabilidad de la defensa de la persona y de los derechos en todo procedimiento administrativo y judicial (artículo 15 CP). El artículo 3 del mensaje del Gobernador, es temerario. Pretende que la suspensión de la medida cautelar culmine con el fallo de la Corte o la denegatoria del recurso. Hubiera sido mejor suprimirla del ordenamiento jurídico o directamente prohibir su dictado. El artículo 60 inciso 1 del CCA remite en cuanto a la procedencia de los recursos extraordinarios al CPCC. Tiene dicho la Corte que es doctrina reiterada que, en principio, las decisiones relativas a medidas cautelares no tienen carácter de definitivas en los términos del artículo 278 del CPCC (Acuerdos y Sentencias 1957-VI444, 1959-II116, causas Ac. 36380, 22-IV-1986, Ac. 53.510, 7-IX-1993, Ac.86782, 12II-2003) Este carácter no es absoluto, depende del efecto de la medida con relación al proceso y si es suceptible de reparación ulterior, en cuyo caso la regla general antedicha cede. (Ac. 81.700 12-X-2001) Entonces solo por excepción se habilita el recurso extraordinario frente a decisiones sobre medidas cautelares ya que en principio no resultan asimilables a la sentencia definitiva. El proyecto no solo pretende habilitar el tratamiento por el máximo tribunal, sino que además pretende que la suspensión de la medida se prolongue mas allá de la apelación ordinaria, de por sí ya grosera, hasta la instancia extraordinaria, contraviniendo, desnaturalizando y vaciando de contenido y efectividad la misma figura de la medida cautelar, lo que deja al habitante impotente frente a los abusos, negligencias, atropellos e incumplimientos a que lamentablemente el estado nos tiene acostumbrados. Con respecto a la caducidad el tema es discutible ya que si el proceso depende del impulso del actor que logro la cautelar, ante su inactividad no parece en principio irrazonable imponerle un plazo, siempre y cuando la cautelar mantenga su efecto, y no se encuentre suspendida como se pretende por algún recurso. Lo mismo en el caso del procedimiento administrativo (artículo 5); de todas formas hay que analizar detenidamente en cuales materias (sobre una clasificación de las cuestiones delegadas o reservadas por las provincias) este instituto no tensiona las prescripción de las acciones en el derecho de fondo. El artículo 6 coincide en general con el artículo 23 del CCA en cuanto a la caducidad de las medidas cautelares decretadas con anterioridad a la demanda, aunque la prescripción proyectada parece que excede el universo del artículo 1 inciso a, b y d y se refiere a toda clase de medidas en cualquier tipo de juicio esté o no comprometido el interés del estado. (artículo 4). El Conflicto Constitucional: ¿Rige aún, integralmente, la Ley 7166 y su modificatoria 7261? ¿Existe respeto al plexo constitucional al conceder “en ambos efectos” los recursos contra las medidas cautelares en la ley mencionada? ¿Subsiste la operatividad de las mandas emanadas de una vetusta ley de amparo, aún cuando lucen opuestas al Magno Texto?. La “recentralización” que operaría inmediatamente después de promulgar una norma que deje cualquier medida cautelar a la espera de una resolución de Cámara, ubicada por ejemplo a 600 km. de distancia, y que correrá traslado al recurrido por CINCO DIAS, para luego resolver: ¿Respeta la cesación en VEINTICUATRO HORAS que ordena el artículo 20 inc. 1 de la Constitución Provincial .? ¿Y la espera al fallo de la SCJ? ¿Escuchó el Gobernador los informes de las sentencias sobre la inconstitucionalidad de los recursos concedidos en ambos efectos por aplicación de la Ley de Amparo como lo ordena la ley orgánica de la Asesoría General de Gobierno? ¿ De esos informes concluye en la necesidad de tomar como “piso” e igualador de todas las medidas cautelares al artículo 19 de la 7166 actualmente olvidado (por no decir derogado en los hechos)? ¿Leyó en “Procedimiento y Proceso Administrativo en la Provincia de Buenos Aires” – 1995- de Tomás Hutchinson el comentario al artículo recién mencionado? : Por las dudas se lo recuerdo: “ Mientras tramita el amparo puede hacerse imprescindible dictar una medida de no innovar hasta que se dicte la sentencia definitiva, pues de lo contrario podría tornarse ilusorio el derecho que intenta preservarse con la sentencia. ¿Cómo pude ser que la ley limite tal medida, decretada por razones de urgencia , concediendo la apelación en ambos efectos?. Pues implica ni más ni menos, que ella no pueda hacerse efectiva hasta que el expediente vuelva del tribunal superior. Durante el tiempo que dure este tramite muy probablemente se habrá dictado sentencia. Respecto de la sentencia , Lino Palacio dice que los “recursos deben estructurarse sobre bases acordes con la sumariedad excepcional del proceso” y que por ello “es aconsejable la concesión en el efecto devolutivo cuando se haga lugar a la demanda”.En realidad, si el amparo es una garantía a la que acude el particular contra actos u omisiones lesivos a un derecho constitucional, siempre que sean manifiestamente ilegales o arbitrarios y que produzca un daño inminente, grave e irreparable , no se entiende como puede suspenderse el efecto de la sentencia.” La 7166 y el Nuevo Código Contencioso Administrativo El nuevo texto obliga a un esfuerzo, que al no ser realizado por los legisladores directamente (han respetado la filosofía del artículo 20 en las mandas correspondientes en el Nuevo Código Contencioso Administrativo) nos llevará, como antaño, a la construcción jurisprudencial (y desuetudo de la ley 7166) de la estructura constitucional de un amparo que exige “...cesar inmediatamente y dentro de las veinticuatro horas” los pesares sobre las restricciones a los derechos constitucionales, o “La ley regulará el Amparo estableciendo un procedimiento breve y de pronta resolución” con una sensación de inmediatez que no brindaba la antigua norma y que dicho sea de paso desoye también las ordenes del ahora constitucional Pacto de San José de Costa Rica. Yá viene ocurriendo, que algunas normas preconstitucionales reciben una esforzada defensa de quienes no han comprendido, o peor, no han querido comprender los alcances y mandas de la Reforma. Nuestro estilo de vida política se ha reafirmado a través de los años en una fuerte concentración del Poder en el Ejecutivo y en una amnesia colectiva que nos impide saber de donde venimos para ver a donde vamos, así, la ley provincial 7166 limitadora de los abusos y restricciones mencionadas, debe recordarse dictada en 1965; y como ayuda memoria: el Fiat 600 hacía furor, la TV era en blanco y negro, no existían los teléfonos celulares ni INTERNET ni videocable, no había GNC y la mayoría de los servicios públicos los prestaba el Estado per-se , una PC era una militante de izquierda del Partido Comunista y la alta tecnología era la Olivetti Lettera portátil, había un muro en Berlín y era imposible quebrar la barrera de los 10” para los 100metros llanos, y Don Arturo Humberto Illia era el Presidente, la deuda no era eterna y el Estado satisfacía las expectativas de los ciudadanos pero........ como a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor... en ese contexto, La Ley de Amparo en el Capítulo VII Recurso de Apelación, artículo 19 consagraba los efectos de los recursos ante las medidas cautelares “en ambos efectos”, que de todas formas, era “esquivado” por los abogados y los jueces, que a la hora de tutelar efectivamente los derechos agredidos por la inmediatez de las acciones optaron por las formulas del artículo 198 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia , receta sostenida en la doctrina y jurisprudencia que consultaron los Convencionales y generó a la luz de la letra de la Reforma los institutos de las Medidas Cautelares, sus recursos y los efectos de los mismos en el Nuevo Código Contencioso Administrativo. Queda , entonces, a la espera , ajustar la Ley de Amparo al nuevo (no, tan nuevo) plexo Constitucional. Gabriel F. De Pascale Alberto Biglieri. CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Art. 20 – Se establecen las siguientes garantías de los derechos constitucionales: 1. Toda persona que de modo actual o inminente, sufra en forma ilegal o arbitraria, cualquier tipo de restricción o amenaza en su libertad personal podrá ejercer la garantía de Hábeas Corpus recurriendo ante cualquier juez. Igualmente se procederá en caso de agravamiento arbitrario de las condiciones de su detención legal o en el de desaparición forzada de personas. La presentación no requerirá formalidad alguna y podrá realizarse por sí mismo o a través de terceros, aun sin mandato. El juez con conocimiento de los hechos y de resultar procedente, hará cesar inmediatamente y dentro de las veinticuatro horas, la restricción, amenaza o agravamiento, aun durante la vigencia del estado de sitio. Incurrirá en falta grave el juez o funcionario que no cumpliere con las disposiciones precedentes. 2. La garantía de Amparo podrá ser ejercida por el Estado en sentido lato o por particulares, cuando por cualquier acto, hecho, decisión u omisión , proveniente de autoridad pública o de persona privada, se lesione o amenace, en forma actual o inminente con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, el ejercicio de los derechos constitucionales individuales y colectivos. El Amparo procederá ante cualquier juez siempre que no pudieren utilizarse, por la naturaleza del caso, los remedios ordinarios sin daño grave o irreparable y no procediese la garantía de Hábeas Corpus. No procederá contra leyes o contra actos jurisdiccionales emanados del Poder Judicial. La ley regulará el Amparo estableciendo un procedimiento breve y de pronta resolución para el ejercicio de esta garantía, sin perjuicio de la facultad del juez para acelerar su trámite, mediante formas más sencillas que se adapten a la naturaleza de la cuestión planteada. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesivos. 3. A través de la garantía de Hábeas Data, que se regirá por el procedimiento que la ley determine, toda persona podrá conocer lo que conste de la misma en forma de registro, archivo o banco de datos de organismos públicos o privados destinados a proveer información, y a requerir su rectificación, actualización o cancelación. No podrá afectarse el secreto de las fuentes y el contenido de la información periodística. Ningún dato podrá registrarse con fines discriminatorios ni será proporcionado a terceros, salvo que tengan un interés legítimo. El uso de la informática no podrá vulnerar el honor, la intimidad personal y familiar y el pleno ejercicio de los derechos. Todas las garantías precedentes son operativas. En ausencia de reglamentación, los jueces resolverán sobre la procedencia de las acciones que se promuevan, en consideración a la naturaleza de los derechos que se pretendan tutelar.