DERECHO CONTABLE DE LAS OPERACIONES SOCIETARIAS DE MODIFICACIÓN ESTRUCTURAL. TRANSFORMACIONES, REGULARIZACIONES Y ADECUACIONES INTRODUCCIÓN Son operaciones societarias aquellos actos de naturaleza corporativa instrumentados por la ley en beneficio de la celeridad, la economía y la seguridad jurídica de sus operadores. Por su parte son modificaciones estructurales aquellas alteraciones de la sociedad que van más allá de las simples modificaciones estatutarias para afectar la estructura patrimonial o personal de la sociedad1, aún cuando no existe acuerdo en doctrina respecto a qué operaciones societarias deben referirse como tales2. Las operaciones societarias de modificación estructural (OSME) pueden clasificarse en dos grandes categorías para incluir en las mismas ciertas operaciones previstas en las normas societarias argentinas, sin mayores pretensiones de sistematización3: I) OSME que afectan la forma jurídica de organización de la entidad: a) la transformación (art. 77, LSC); b) la regularización de la sociedad irregular o de hecho (art. 22, LSC); c) la adecuación de sociedades encuadradas en el art. 124, LSC al derecho argentino, mediante su regularización (art. 239 Normas IGJ); d) la disolución; e) la reconducción; 1 Exp. de Motivos de la ley 3/09 de modificaciones estructurales de España. También Vicent Chulia F., “Las operaciones societarias de modificación estructural”, Ed. Tirant lo blanch, Valencia, 2001, p. 17. 2 Así, mientras la LME incluye como modificación estructural el traslado internacional del domicilio social, lo que no es compartido por la doctrina, Chulia considera como tal la adquisición de control mediante el canje de acciones, operación no prevista en la LME. 3 Es probable que en la clasificación no estén todas las OSME que son o que haya OSME que no estén. Ello no empece el propósito de este trabajo. f) el traslado de domicilio desde el exterior; g) el traslado de domicilio al exterior. II) OSME que implican la transmisión a título universal del patrimonio social4: a) la fusión; b) la escisión; La primera de las categorías incluye figuras caracterizadas por el hecho de que antes y después de la operación, la personalidad de la sociedad se mantiene sin solución de continuidad y no ocurre tránsito patrimonial alguno, por lo que los problemas de Derecho contable presentan una menor intensidad. De hecho, no habrá aquí cuestión sobre el método de contabilización, sino sobre la presentación de información contable previa5 y la composición del patrimonio neto. En este trabajo nos referiremos exclusivamente a las primeras tres operaciones incluidas en esta categorías. TRANSFORMACIÓN Según el art. 74, LSC “Hay transformación cuando una sociedad adopta otro de los tipos previstos. No se disuelve la sociedad ni se alteran sus derechos y obligaciones”. La doctrina ha dicho que "...la transformación no implica la disolución de la sociedad transformada, sino que...ese acto supone la continuación del mismo organismo social modificado en su forma, aunque con el anterior substrato personal y patrimonial. Es el mismo sujeto jurídico titular de los derechos y obligaciones nacidos bajo la forma que se abandona, quien asume las relaciones 4 En España se incluye en esta categoría a la cesión global del activo y pasivo y a la segregación del patrimonio de la sociedad, figuras no previstas en la Argentina. Si bien a través del aporte parcial o total de un fondo de comercio (art. 44, LSC) podría arribarse a un mismo resultado, la falta de instrumentalidad legal impide que la transmisión revista el carácter de universal. 5 Fernandez del Pozo, Luis, “El derecho contable de fusiones y de las otras modificaciones estructurales”, Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 19. jurídicas, aunque aparezca revestido externamente de una forma social diferente"6. En lo que hace a la información contable previa, el art. 77: 2, LSC requiere la “Confección de un balance especial, cerrado a una fecha que no exceda de un mes a la del acuerdo de transformación y puesto a disposición de los socios en la sede social con no menos de quince días de anticipación a dicho acuerdo”. Copia firmada de dicho balance se inscribirá en el Registro Público de Comercio junto al instrumento de transformación (art. 77: 5, LSC) Por su parte, el art. 161: 2, Normas IGJ, exige que el balance especial de transformación se acompañe con copias normal y protocolar; que sea firmado por el representante legal, con informe de auditoría conteniendo opinión; que se haga constar en caso de incorporación de socios, el detalle de la cuenta de integración, por socio y por rubro, en el capítulo “Patrimonio neto”; y que se aplique para la medición de los bienes incluidos en el balance de transformación las normas contables para la confección de balances de ejercicio. Puesto que "la personalidad de la sociedad transformada se conserva sin solución de continuidad"7 y el “cambio de ropaje jurídico” no implica un tránsito patrimonial8, es correcto que para la medición de los bienes (y también de las deudas) se apliquen las normas contables profesionales vigentes. El balance de transformación cumple las siguientes funciones: 1) El balance especial de transformación tiene, en principio, una finalidad puramente informativa y exclusivamente para los socios, no para terceros: la de brindar un conocimiento suficiente de los aspectos económicos y contables de la sociedad que está en trance de transformarse9. 2) También despliega una función preservativa de la integridad del capital social cuando del mismo resultara que el patrimonio social no cubre la cifra del capital social10. 6 Nissen, Ricardo A., "Ley de Sociedades Comerciales. Comentada, anotada y concordada. Tomo 2”, Ábaco, Bs. As., 1994, pág. 115 y sigs. 7 C. Apel. CC Rosario, Sala II, Marzo 25-964, "Maercy y Hnos. S.C.A.", Revista La Ley 115-471. 8 Favier Dubois (h), Eduardo M., “Derecho societario registral”, Ad Hoc, Bs. As., 1994, p. 225. 9 Fernandez del Pozo, Luis, ob. cit., p. 133. 10 Fernandez del Pozo, Luis, ob. cit., p. 133. 3) Además y en virtud que el precio de rescate en los casos de receso se fija de acuerdo al valor resultante del último balance realizado o que deba realizarse en cumplimiento de normas legales o reglamentarias (art. 245, LSC), cumplirá la función de determinar el valor de reembolso, produciendo en consecuencia desajustes entre el derecho societario y el derecho contable. Ello así pues si bien el art. 13: 5, LSC fulmina de nulidad las cláusulas que permitan la adquisición de la parte de un socio por otro, que se aparte notablemente del "valor real" al momento del pago, a efectos de la valuación de la empresa los estados contables no guardan correspondencia con la realidad económica11. Al analizar la normativa vigente, surgen las siguientes críticas: a) El plazo de antelación entre la fecha de cierre del balance y el acuerdo de transformación es definitivamente incumplible por lo exiguo. Poner el balance a disposición de los socios con quince días de anticipación implica que debe estar emitido por el órgano de administración prácticamente a los quince días posteriores a su cierre. Ni que hablar de la dificultad del auditor para opinar sobre el mismo, dado el escasísimo tiempo que dispondrá para la aplicación de los procedimientos de auditoría. b) Como la incorporación de nuevos socios (o el retiro de los recedentes) se produce a la fecha del acuerdo y con posterioridad al cierre del balance, no es posible que conste en el mismo, excepto por nota (art. 65: 1: f, LSC), o confeccionando un nuevo balance a la fecha de la instrumentación, si bien manteniendo la fecha de cierre del balance especial. REGULARIZACIÓN De acuerdo al art. 22, LSC “la regularización se produce por la adopción de uno de los tipos previstos en esta ley. No se disuelve la sociedad irregular o de hecho, continuando la sociedad regularizada en los derechos y obligaciones de aquélla; tampoco se modifica la responsabilidad anterior de los socios”. 11 Ver por todos, Favier Dubois, Eduardo M. (h) “¿Una frustración del derecho de receso? Errepar, DSE, Setiembre 1999. Para Favier Dubois12, regularizar es inscribir, bajo ciertos recaudos y presupuestos legales, una sociedad que debió inscribirse y no se inscribió. Critica la definición legal al sostener que la norma confunde tipicidad y regularidad, pues en las sociedades irregulares ya habría un tipo preexistente. Asimismo la utilización del término “aquélla” denotaría la existencia de dos sociedades, lo que es a todas luces inexacto. Por tanto Nissen expresa que "Es indudable que el legislador se adhirió a la teoría de la identidad en esta materia: la sociedad regularizada es la misma que aquella no constituida regularmente. Es por ello que la ley ha previsto que la voluntad regularizadora de los socios no disuelve el ente irregular, pues la sociedad, ya adaptada a uno de los tipos previstos legalmente, continúa con la actividad de aquella, pero sin afectar a terceros"13. Para la inscripción de la regularización, la LSC no prevé la confección de balance alguno. En cambio el art. 175: 2, Normas IGJ, exige la presentación de un “Balance de regularización cerrado a una fecha de antelación no mayor a un mes de la reunión en que se haya aprobado la regularización. Debe presentarse con copias de tamaño normal y protocolar (margen ancho), firmado por todos los socios que continúen en la sociedad”. La norma referida nos merece las siguientes observaciones: a) Si bien es admisible que los socios se reúnan para aprobar la regularización, la ley instituye dos procedimientos: en el primero un socio requiere la regularización comunicándolo a los demás en forma fehaciente; en el otro un socio exige la disolución pero la mayoría resuelve regularizarla. En ninguno de los procedimientos hay reunión de socios ni posibilidad de confeccionar o aprobar balances. b) La antelación de un mes entre la fecha de cierre del balance y la de la reunión de socios que aprueba la regularización se inspira en el art. 77: 2, LSC, referido a la transformación, en virtud de la asimilación de ambas figuras. Caben las mismas críticas que las efectuadas respecto a la transformación. 12 Favier Dubois (h), Eduardo M., ob. cit., p. 178. Nissen, Ricardo A., "Ley de Sociedades Comerciales, Comentada, anotada y concordada. Tomo 1”, Abaco, Bs. As., 1993, p. 235. 13 c) La norma exige la presentación de copias común y protocolar del balance de regularización, seguramente para su inscripción en el Registro Público de Comercio. Aceptamos que en cumplimiento de sus funciones específicas de contralor, la IGJ solicite la presentación de un balance y demás documentación contable, pero debería solicitarse para fiscalizar la operación, no para su inscripción, pues la LSC no lo requiere. d) Se pide que el balance sea firmado por todos los socios que continúen en la sociedad, cuando puede darse el caso de socios que habiendo votado en contra continúen en la sociedad (lo admite la LSC al prescribir que el acuerdo debe adoptarse por mayoría, no por unanimidad, y expresamente el art. 175: 1: e, Normas IGJ). Dado que no es necesario que la totalidad de los socios suscriban el acuerdo de regularización sino la mayoría, es factible que los socios que votaron en contra entorpezcan el procedimiento de regularización no concurriendo a firmar el balance. e) Ni la LSC ni las Normas IGJ establecen criterios de exposición o medición para la confección del balance de regularización. Estimamos que deben aplicarse las normas contables profesionales contenidas en las resoluciones técnicas vigentes por asimilación de esta figura a la transformación. f) El importe del capital social, en el caso de sociedades por acciones, no deberá ser inferior al capital mínimo exigido por el art. 186, LSC (hoy $ 12.000). Pero no podrá ser superior al monto del patrimonio neto que surge del balance, salvo que se efectúen nuevas aportaciones (arg. art. 53, LSC). La diferencia entre el importe del patrimonio neto y del capital social debería registrarse dentro del rubro patrimonio neto como reserva asimilable a la prima de emisión (art. 202, LSC), o acreditarse en las cuentas particulares de los socios. g) Será difícil para el auditor emitir un informe con opinión favorable sin salvedades sobre un balance de regularización si la sociedad no lleva registros contables, pues no podrá comprobar que la información contenida en él sea completa (atributo de integridad, Norma 3.1.2.1.3. RT 16, FACPCE). En igual sentido, el Memorando de Secretaría Técnica Nº A – 46 de la FACPCE intitulado “Estados patrimoniales y manifestaciones de bienes que no surgen de registros contables” del 8 de setiembre de 2000 manifiesta que “Los estados patrimoniales, acompañados o no de un estado de resultados, en virtud de la legislación vigente, por pertenecer a un “ENTE”, deberían surgir siempre de sistemas contables. Dado que este tipo de estados (los que no surgen de registros contables) difícilmente cumplan con todos los requisitos exigidos por las normas contables vigentes, se descarta que el profesional pueda emitir un informe con opinión (resulta de un examen) en relación a dichas normas. Sin embargo, la situación patrimonial podrá estar acompañada de un conjunto de notas explicativas de los criterios utilizados para su confección, en cuyo caso el profesional podrá emitir un informe en el cual exprese una conclusión respecto del cumplimiento con dichos criterios de la información sujeta a su examen”. h) El valor de reembolso correspondiente a los socios que se separan equivale al valor de su parte a la fecha del acuerdo social (art. 22, cuarto párr., LSC) y no a la que surge del balance ADECUACIÓN DE SOCIEDADES ENCUADRADAS EN EL ART. 124, LSC AL DERECHO ARGENTINO El art. 124, LSC establece que “La sociedad constituida en el extranjero que tenga su sede en la República o su principal objeto esté destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a los efectos del cumplimiento de las formalidades de constitución o de su reforma y contralor de funcionamiento”. Para cierta corriente doctrinaria se trata de una norma de policía de derecho internacional privado argentino en virtud de la cual se defiende la aplicación del derecho argentino con todo rigor y exclusividad14. Otra corriente considera que el art. 124, LSC consiste en un supuesto de fraude con el objeto de eludir la aplicación de las leyes argentinas a fin de someterse a un régimen legal o fiscal 14 Boggiano, Antonio, “Derecho Internacional Privado”, Ed. Abeledo Perrot, Bs. As., 3° Edición, T. II, p. 19. más ventajoso15. Ambas corrientes consideran irregular la actuación de las sociedades encuadradas en esta norma. Para sanear su situación, LSC, Favier Dubois16 admite la regularización de estas sociedades (arg. art. 22, LSC), tesis recogida por los artículos 237 y 243 de las Normas IGJ para las sociedades constituidas en el extranjero encuadradas en alguno de los supuestos del art. 124, LSC, estén o no inscriptas en la República conforme a los artículos 118, tercer párrafo o 123, LSC. En cuanto a la regularización de estas sociedades, el procedimiento adoptado por el art. 239, Normas IGJ, en lo atinente a Derecho Contable, difiere del prescripto para la regularización de sociedades de hecho o irregulares. En efecto el art. 239: 2, Normas IGJ requiere la presentación de un “Balance especial de regularización cerrado a una fecha que no exceda los tres (3) meses anteriores a la fecha de la decisión de regularización y adecuación, confeccionado en moneda nacional y conforme a las disposiciones reglamentarias y técnicas aplicables en ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con informe de auditoría conteniendo opinión. Deben contemplarse las variaciones significativas que pudieran experimentarse en el lapso comprendido entre la fecha de cierre del balance y la fecha límite en que, en virtud de dicho cierre, deba adoptarse la decisión de regularización y adecuación. Si la sociedad tuviere bienes en el exterior, la valuación de los mismos debe ajustarse a pautas homogéneas respecto de la que correspondería a bienes de igual naturaleza sitos en territorio nacional”. Asimismo el art. 239: 1: f, Normas IGJ establece que “El monto del capital social debe ser igual al del patrimonio neto resultante del balance requerido por el inciso 2, adicionado en su caso con el valor del aporte del socio o socios que se incorporan y deducida la reserva legal completa. Puede no obstante decidirse fijar una cifra inferior, siempre que la misma, además de corresponder al tipo en su caso, no resulte manifiestamente inadecuada al objeto de la sociedad. En tal 15 Kaller de Orchansky, Berta, “Las sociedades comerciales en el Derecho Internacional Privado argentino”, La Ley, 147-1201. 16 Favier Dubois (h), Eduardo M., ob. cit., p. 209. caso, sobre dicha cifra se calculará la reserva legal completa y la diferencia entre la sumatoria de capital y reserva legal y el monto del patrimonio neto se imputará a una reserva especial que se regirá por el tercer párrafo in fine del artículo 202 de la Ley Nº 19.550, cualquiera sea el tipo social adoptado”. Observamos que: a) A diferencia del procedimiento de regularización de sociedad de hecho la antelación entre la fecha de cierre del balance y el acuerdo es de tres meses, no de un mes, en principio no se inscribe ni tampoco se requiere la firma de todos los socios. b) La norma requiere que el balance se confeccione conforme a disposiciones vigentes en la Ciudad de Buenos Aires, que no son otras que las normas contables profesionales contenidas en las resoluciones técnicas de la FACPCE. Ello torna redundante la referencia a que se confeccione en moneda nacional (Norma 3.1. RT 17, FACPCE) y a la valuación de los bienes en el exterior c) Respecto al informe de auditoría conteniendo opinión, en tanto las sociedades constituidas en el extranjero no inscriptas en los términos del art. 118 tercer párrafo, LSC no llevan contabilidad organizada valen las observaciones indicadas en f) para la regularización de sociedades de hecho o irregulares. d) En cuanto al monto del capital social, su redacción nos parece adecuada, excepto en lo referido a la deducción de la reserva legal completa, puesto que la reserva prescripta por el art. 70, primer párrafo, LSC, prevista solo para las sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades por acciones, proviene exclusivamente de ganancias realizadas y líquidas que arroje el estado de resultados y no advertimos qué elementos ha considerado el redactor para suponer las existencia de dichas ganancias. Respecto a la reserva especial, alternativamente debió admitirse su acreditación en cuentas particulares. SÍNTESIS Y CONCLUSIONES Con relación a las operaciones societarias contempladas en el presente trabajo cabe poner de resalto: 1.- Respecto del tratamiento de los estados contables tanto en el proceso de transformación como en la regularización del art 22 LSC –ambos munidos del principio de identidad- la autoridad de contralor ha reiterado los plazos previstos en el art 77 LSC que hemos calificados de exiguos para el cumplimiento de las obligaciones profesionales. El término del art 175.2 de la RG 7/05 debe ser considerado con relación al denominado “acuerdo regularizatorio” documento que aprueba la misma, lo que implica la manifestación de voluntad de los socios en la adopción de un tipo regular societario con el cumplimiento de todas y cada una de los requisitos tipificantes y no tipificantes del ente. Ergo cuando se llega a la regularización via excepción es decir como respuesta de los restantes socios a la notificación de la acción de disolución (art 22 2º párrafo) la decisión de regularizar de estos notificada dentro del 10 días tan solo abre el proceso al “acuerdo regularizatorio” y suspende por el plazo de caducidad previsto en el artículo la acción de disolución. Cuando estamos frente a la opción de la regularización como acción –art 22 1º párrafo- la norma es más clara al establecer que el plazo de 60 días para se debe computar cuando fuera requerida por un socio desde la notificación de éste cursada a los restantes socios, y cuando mediara una voluntad común de regularizar no instada por un socio determinado, el balance se deberá ajustar al plazo de anterioridad de 30 días al “acuerdo regularizatorio” a partir del cual se computará el término de caducidad. 2. Respecto de la situación del régimen del art 124 LSC previsto en la RG 7/05 la autoridad de contralor adoptó un término para la aprobación del balance especial de regularización razonable. 3. No se logra interpretar la rigidez dogmática de la IGJ al reglamentar la regularización del art 22 LSC de repetir los errores del legislador respecto de los plazos para la confección de los estados contables.-