Caminando con - Guillermo Pérez

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Caminando con
Gestalt
Asociación Española de Terapia Gestalt
Guillermo Pérez Cahen
Tutor:Antonio Gómez Ceto
Que el sol te traiga nueva energía cada día.
Que la luna restaure tu ser suavemente por la noche.
Que la lluvia te limpie de preocupaciones.
Que la brisa sople nuevas fuerzas en tu ser.
Que camines tranquilo por el mundo
y aprecies su belleza todos los días de tu vida.
Oración Apache
3
4
Agradecimientos
Agradezco a mi madre y a mi padre, la vida y el amor recibido.
Tú, papá, me transmitiste el amor a la naturaleza.
Tú, mamá, me trajiste a la terapia.
Recuerdo con gratitud la etapa de mi vida en la que inicio, paralelamente, el caminar y mi proceso
de crecimiento con la terapia. Me siento agradecido a la gente que caminó conmigo en esos años de
efervescencia.
Del Camino de Santiago recuerdo a Dan, duro escocés, mi ángel de la guarda al que oí cantar en esa
primera etapa desde Roncesvalles y que se convirtió en mi compañero de viaje. Gracias, sin tí no sé
si me hubiera levantado esos primeros días. También agradezco el encuentro con los tres
mosqueteros de Marbella que me contagiaron su libertad en la aventura.
Ferran, compañero del Caminando con Gestalt: caminamos un buen trozo juntos y nos reímos de
corazón. Estuvimos muy cerca y fue precioso. Gracias.
Toni: recuerdo con emoción el collar con el amuleto que me dejaste para que me diera fuerza en el
camino. Gracias por ayudarme a levantarme y confiar en mí.
Pedro: en tu casa iniciamos los Caminando. Amigo leal, compañero, gracias por estar, por aparecer
en esa curva con abismo, por corregirme, no sólo en la tesina.
Teresa: por tu trabajo, tu honestidad y tu entrega; gracias, corazón.
Javier: hombre generoso, a tu lado seguí el camino en una etapa de difícil transición. Gracias por tu
apoyo.
Antonio: contigo he recuperado una ilusión pérdida, y esta ilusión ha hecho posible el presente
trabajo. En este tramo de camino he aprendido a confiar en mí.
Carme, que bonito caminar contigo.
Maipi, te quiero.
A mis dos preciosos tesoros, Jonás y Candela.
Y a todos los participantes de los grupos. Gracias.
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Abstract
Fruto de la experiencia que arranca en 1999 durante el recorrido del Camino de Santiago para
superar una crisis personal, y tras mi formación como terapeuta Gestalt, doy forma a los grupos de
“Caminando con Gestalt”, que son encuentros en la Naturaleza donde se aúna terapia gestáltica y
experiencia vivencial de la Naturaleza.
Esta tesina se propone describir los condicionantes y variantes del caminar, explorar el marco
terapéutico de la actividad y la importancia de llevarlo a cabo en el medio natural, valorando sus
beneficios. Incluyo relatos de la experiencia mediante textos de participantes y la estructura de
algunos trabajos, que permiten apreciar los métodos y técnicas empleados (ejercicios corporales, de
meditación, etc.) durante los talleres, así como los efectos que dichos ejercicios tuvieron en los
integrantes.
Así, pudo establecerse una propuesta de estructura para encuentros gestálticos en la Naturaleza que
promueven una auto-consciencia enriquecida por la convivencia en la Naturaleza. A mi entender, el
hecho de no hacer distinción entre terapia y convivencia durante el fin de semana, unido al trabajo
en espacios abiertos, facilita la autorregulación organísmica, una relación más auténtica con uno
mismo y el entorno. Una consecuencia de esta propuesta es, que mientras más se abra el espacio y
el campo de acción en el cual se desarrolla la terapia, más relativo resulta el peso del terapeuta y
más enriquecedora la experiencia, haciendo posible un acercamiento más humilde entre las
personas honrando la Madre Naturaleza.
6
Caminando con Gestalt
Índice
Oración Apache…………………………………………………….….…….….3
Agradecimientos……………………………………………………..…....….…5
Abstract……………………………………………………….……….…….…..6
1
Introducción………………………………………………………….….…..…10
2
Lo que me ha llevado a hacer este trabajo…………………………….....……..12
3
Qué es y en qué consiste caminar……………………………………..…...…...14
3. a
Nivel biológico y fisiológico. Lo obvio y lo concreto……………….…14
Equilibriocepción…………………………....……..….15
Propiocepción……………………..………….....….…15
Sistema vestibular…………………..…………...….....16
Músculos implicados en el caminar………………...…16
Biomecánica en la fase de apoyo de la marcha..…..….17
Biomecánica en la fase de oscilación de la marcha…...18
3. b
Historia y evolución de nuestra especie. Caminar y ser……...……...….19
Un poco de historia de nuestra evolución……...…...…20
Bipedismo y especie humana………………….……....21
Vida de un ser humano. La necesidad………………….………...…..…22
Un pequeño homenaje a nuestros pies……..………….23
3. c
Por dónde camino. El entorno o campo gestáltico……..…………..…...24
3. e
El hombre de hoy en día no camina sino vuela. La neurosis..……...…..26
El ritmo……………………………………..……...….27
3. d
Camino de corazón. La salud……………………………………….......28
Tratado sobre el corazón…………………………………...…...…........29
Darle su lugar al corazón……………………………………….…..…..30
El corazón en la sabiduría antigua………………………….………......31
Últimos avances de la ciencia acerca del corazón……….………..……32
Conexión neurológica…………………...………..…..32
Conexión bioquímica……………………..……..…....33
7
La comunicación biofísica………………..……….…...33
La comunicación energética……………….…..………33
Resonancia y coherencia………………………...……..34
El fenómeno en los relojes de péndulo……….…..........34
La variación de la frecuencia cardíaca, lenguaje del
corazón………………………………………….…....…34
Respuesta del cerebro a la V.F.C…………..….……….35
El porqué del estado caótico o incoherente:
cerebro
4
primitivo o sistema límbico………….……..36
Cómo caminar: el legado de diferentes culturas y tradiciones
y su relación con los conceptos gestálticos………………………………..……38
4. a
El caminar chamánico. Indios Lakota. Naturaleza interna,
naturaleza externa………………………………….…………….……..38
4. b
El caminar Taoista. Polaridades y vacío fértil……………………...…...40
4. c
El caminar poético. Atención y marcha contemplativa………..……..…42
El arte de lo sencillo……………………………………………..……...42
5
4. d
El caminar de los monjes del Monte Athos. El desapego………....……44
4. e
Peregrinajes. Estructura de viaje y camino de crecimiento……...……..46
¡A caminar!..........................................................................................................49
5. a
Experiencias personales………………………………………...………50
El Camino de Santiago. Renacer………………………………..……...50
Caminar sin avanzar…………………………………………….…...….51
5. b
Experiencias grupales: Caminando con Gestalt……………….…...…...52
Un cuento: se hace camino al andar………………………….…...…….52
Marco y estructura de trabajo………………………………..….……....54
El grupo de Caminando con Gestalt………....….….…54
Técnicas y consignas en el caminar……………..…….55
Aprender a caminar……………………………..……..55
Atención…………………………………….....…..…..56
Silencio interno……………….……………...……..…56
Percepción………………………………………….....56
Autoobservación………………………….………..….56
Intención……………………………………...…….....56
La postura del zorro……………………………….…..57
8
Caminata de la atención………………………………...57
Caminata equilibrada…………………………….……...58
Estructura de trabajo de un fin de semana……………………………..…60
Recogida de algunas vivencias de participantes del grupo CCG 2008...…61
Teresa…………………………………………………....62
Talleres 2010…………………………………………………….…….….82
Taller de fin de semana Mas de Caret, primavera de 2010………….........82
Taller de fin de semana, Mas de Comademont, otoño de 2010…...….…..85
Testimonios y valoraciones de integrantes, 2004-2010…………….….…88
Pedro………………………………………………........88
Javier……………………………………………...….….91
Antonia ………………………………………...…….…93
6
7
¿Para qué seguir caminando?..................................................................................94
6. a
Una forma de estar en el mundo, una forma de andar por el mund.….......94
6. b
El placer de caminar……………………………………………………....95
Conclusión……………………………………………………………………..…96
Bibliografía…………………………………………………………………..…...100
9
1 Introducción
Mi padre nació en el 31. Vivió la Guerra Civil y, como muchos españoles, padeció la posguerra.
Como la mayoría de su generación, fue educado con los valores del trabajo y del esfuerzo. Mi padre
se pasó la vida trabajando.
Con 65 años se jubiló y pudo realizar uno de sus sueños: irse a vivir al campo. No sé si a 20 km de
Barcelona se le puede llamar campo pero hay árboles, los caminos son de tierra y por las mañanas
se oye los pájaros trinar.
Al cabo de tres o cuatro años de mudarse mi padre me llamó una mañana y me comentó que, desde
hacía unos días, se había acercado a su casa un cachorrillo de perro, todo negro, infestado de
garrapatas. Le estaba dando de comer. Me pidió ayuda para cogerlo y llevarlo al veterinario.
Ese cachorro se convirtió en el compañero de mi padre, el fiel compañero de sus andares matinales.
Recuerdo la pasión con la que mi padre me hablaba de sus paseos que se fueron convirtiendo en los
mejores momentos del día. Me contaba sus sensaciones, el fresquito de la mañana, el olor de los
pinos, los recuerdos que le despertaba el contacto con la naturaleza y lo orgulloso que se sentía cada
vez que alargaba un poco más la caminata. Me contaba también cómo ordenaba y calmaba sus
pensamientos.
Mi padre nunca antes se había dado tiempo para caminar.
Y, como mi padre, muchos de nosotros.
Vivimos en la era de la velocidad. El mundo que nos rodea se mueve con más rapidez de lo que
jamás lo había hecho. Nos esforzamos por ser más eficientes, por hacer más cosas en menos tiempo.
Desde que la revolución industrial hizo avanzar al mundo, el culto a la velocidad nos ha empujado
en una carrera descontrolada en el que el ritmo de nuestras vidas gira de forma vertiginosa. Caminar
se ha convertido en una actividad, en una forma de desplazarse, demasiado lenta para nuestra
civilización. Sin embargo, de todas las actividades que efectuamos deliberadamente, caminar es la
más cercana a los ritmos naturales que agitan nuestro cuerpo, tales como la respiración o los latidos
del corazón. Caminar crea un equilibrio sutil entre trabajar y reposar, entre ser y estar.
El ritmo natural del ser humano, caminar, se ha convertido en un ritmo demasiado lento para la
sociedad que hemos creado. Caminar ha quedado obsoleto. La consecuencia de esta paradoja, de
este contrasentido, de esta locura, es la neurosis colectiva que padecemos. El hombre de hoy en día
no camina sino vuela. Una sociedad en la que los hombres y las mujeres no tienen tiempo para
caminar es una sociedad enferma.
En la primera parte del trabajo voy a argumentar este punto de vista y ver las consecuencias que se
derivan. Para poner la atención en lo que realmente significa caminar es necesario ampliar la mirada
y ver nuestro proceso de desarrollo como especie, la evolución de nuestra peculiar forma de
10
desplazarnos y cómo esta forma nos ha ido formando y conformando en lo que somos actualmente.
Todo este proceso está íntimamente ligado con la ampliación de nuestra conciencia.
En la segunda parte del trabajo me propongo centrarme en las diferentes formas de caminar. Como
es algo que hemos hecho durante casi toda nuestra vida, caminar raras veces es una acción
consciente. El eje de este apartado es la actitud, el cómo nos ponemos a andar. A lo largo de nuestra
historia, muchas tradiciones y culturas antiguas caminaron para desarrollar su conciencia y crecer
como seres humanos. Caminar con conciencia es el movimiento a través del cual entramos en un
contacto real y profundo con nuestro entorno y con nosotros mismos. Caminar se convierte en un
estado en el cual el espíritu, el cuerpo y el mundo se responden, como tres personajes que se
pusieran a conversar, como tres notas que de repente compusieran un acorde. Caminar nos permite
entonces habitar nuestro cuerpo y el mundo sin dejarnos acaparar por ellos.
En el siguiente apartado hablaré de mi propia experiencia caminando y de la experiencia acumulada
en diferentes trabajos grupales desde 2004 hasta hoy en día. Hablaré del marco y de la estructura
que se fueron perfilando a lo largo de estos años y de algunas técnicas y consignas que fueron
enriqueciendo nuestro trabajo. Me centraré especialmente en el grupo de Caminando con Gestalt de
2008, aportando algunas vivencias de sus participantes. Acabaré este capítulo con los testimonios de
algunos de los integrantes de estos grupos.
Finalmente, quiero terminar este trabajo con una reflexión acerca, tanto del placer como del acto
político implícito en el caminar. Como dice Claudio Naranjo, la terapia Gestalt es mucho más que
una terapia, es una forma de estar en el mundo. De forma paralela, quien decide caminar, como
quien decide actuar y trabajar, decide entregarse en cuerpo y alma en el mundo, como forma de
conocer el mundo a partir del cuerpo, y el cuerpo a partir del mundo.
11
2 Lo que me ha llevado a hacer este trabajo
A principios de julio de 1999 me fui para Roncesvalles con la intención de recorrer el Camino de
Santiago. En el bolsillo llevaba dos gramos de heroína. Dos gramos, pensaba yo, para suavizar el
mono que tendría que pasar. Si me los administraba bien...
Tenía 30 años y mi experiencia caminando era inexistente. En Barcelona siempre había utilizado los
transportes públicos hasta que me compré una moto, ideal para la ciudad, rápida y práctica. No
necesitaba caminar. Es más, me parecía una pérdida de tiempo. Como medio de transporte, caminar
era lento y como deporte, flojo y aburrido. No tenía lugar en mi vida.
En enero de ese año, había vuelto a casa de mi madre. Llevaba dos años esnifando heroína y mi
pareja de aquel entonces me había echado de casa. Fui a buscar ayuda a un centro de asistencia
sanitaria y poco más tarde, a través de un amigo de mi madre, conocí a quien iba a ser mi terapeuta
gestáltico los siguientes años. En esos primeros meses en casa de mi madre dejé de tomar pero en
marzo o abril recaí. De nuevo estaba inmerso en la mentira, no me atrevía a decírselo a nadie. Me
moría de asco hacia mí mismo, de vergüenza y desesperación.
Por entonces vendía lámparas. Las montaba con una estructura de hierro y la pantalla la hacía con
cuerdas naturales. En junio opté por irme de viaje con mi furgoneta a vender por España.
Necesitaba alejarme. Cuando llegué a León, recuerdo que vi pasar unos cuantos peregrinos. Me
llamaron la atención y fui preguntando. Así es como me enteré de la existencia del Camino de
Santiago.
Nada más volver a Barcelona, decidí hacer el Camino. Pasé el mono caminando. Todos los días me
levanté. Todos los días caminé. Llegué a Santiago el 27 de julio. Durante esos días recuperé parte de
mi fuerza y parte de mi dignidad. Había iniciado mi camino espiritual.
Desde entonces, caminar ha sido algo importante y necesario en mi vida.
En el 2004, al iniciar el último año de formación en terapia Gestalt, Ferran, compañero y amigo, y
yo decidimos montar un grupo de fin de semana cuya actividad principal fuese caminar por la
naturaleza. En esos años, tanto Ferran como yo estábamos cursando dos formaciones a la vez, lo
que suponía estar encerrado la mayoría de los fines de semana en una sala, a menudo en un sótano
húmedo, con luz artificial y en pleno centro de la ciudad. La iniciativa surgió de nuestra necesidad
de salir y estar en contacto con la naturaleza.
Durante los siguientes cinco años fuimos organizando salidas con nuestro grupo, Caminando con
Gestalt. Fuimos investigando, probando cosas hasta consolidar una estructura de trabajo coherente
que se adaptaba a lo que nosotros queríamos. Recuerdo esas salidas con cariño y gratitud. Recuerdo
trabajos intensos y muchos momentos divertidos y agradables.
A través de mi experiencia y de la experiencia de trabajo con los grupos terapéuticos estoy
12
convencido de la importancia y del poder sanador que tienen el caminar y el contacto con la
naturaleza. Creo que son los dos ingredientes perfectos para mezclar con la terapia Gestalt.
13
3 Qué es y en qué consiste caminar
¿Qué hay de salida? De salida, una tensión muscular. En apoyo sobre el pilar de una pierna, el
cuerpo se sostiene entre el cielo y la tierra. ¿La otra pierna? Un péndulo cuyo movimiento parte de
atrás: el talón se posa en el suelo, el peso del cuerpo bascula hacia la parte delantera del pie, el dedo
gordo se levanta, y de nuevo el sutil equilibrio del movimiento inverso, las piernas intercambian su
posición. De salida hay un paso y luego otro, y otro más que, como los latidos en la piel de un
tambor, se suman para componer un ritmo: el ritmo de la marcha. Nada tan evidente ni nada tan
oscuro a la vez como este desplazamiento que se pierde tan fácilmente en la religión, la filosofía, el
paisaje, la anatomía, la alegoría, la desesperación... La historia corporal del caminar es la historia de
la evolución del bípedo humano y de su anatomía.
3.a Nivel biológico y fisiológico. Lo obvio y lo concreto.
Caminar es algo que todos sabemos hacer desde muy pequeños. Es algo tan sencillo y tan natural
como el respirar y por esta razón muchas veces olvidamos el valor y la importancia que tiene en
nuestras vidas. No solo eso: solemos olvidar también el milagro que se esconde detrás de este acto
tan corriente y anodino. Los procesos corporales que implica la marcha son de tal complejidad que
hasta ahora no hemos sido capaces de crear ningún artefacto que se desplace con dos piernas y con
la coordinación de un ser humano. El acto de caminar implica un entramado de procesos corporales,
la mayoría de ellos inconscientes, que relacionan nuestro interior con el entorno. Músculos,
tendones, huesos, articulaciones, terminaciones nerviosas y sentidos necesitan cooperar y
armonizarse para hacer posible el movimiento. “Ahora bien, debemos considerar en primer término
que el organismo funciona como un todo. No es que tengamos un hígado y un corazón. Somos un
1
corazón y un cerebro” .
Todo nuestro cuerpo se moviliza para caminar y es necesario sintonizar las inteligencias repartidas
por prácticamente todas las células de nuestro ser. Estas inteligencias implicadas han sido
estructuradas, catalogadas y etiquetadas por las ciencias para poder ser estudiadas. Hablamos de la
equilibriocepción, la propiocepción y del sistema vestibular que se coordinan con nuestros
músculos y huesos. Vale la pena describir estos procesos ya que creo que nos pueden ayudar a
entender-sentir las palabras de Perls: “la vida es un darse cuenta de sus necesidades, son
sentimientos que se auto-apoyan. Cada célula elige, asimila nutrición del plasma. Utiliza
1 Perls, F. (2002). Sueños y existencia. Chile: Cuatro vientos. p. 17
14
substancia de donde fabricar la bilis, las hormonas o los pensamientos. Tiene una mente, conoce
su trabajo. Tiene una conciencia social. Su propia supervivencia está a tono y sirve al organismo
2
total” .
Equilibriocepción
La equilibriocepción o sentido del equilibrio es uno de los sentidos fisiológicos. Les permite a
humanos y animales caminar sin caerse. Algunos animales son mejores en esto que los humanos;
por ejemplo, los gatos, que pueden caminar sobre una valla finísima usando su oído interno y cola
para equilibrarse.
Todos los animales evalúan y responden a los desplazamientos del equilibrio, donde el cuerpo se
encuentra en balance con respecto a la gravitación, la aceleración y otras fuerzas que afectan a su
posición y movimiento. Incluso las medusas se enderezan a sí mismas luego de voltearse de cabeza.
Los primeros órganos del equilibrio evolucionaron entre los peces, anfibios y reptiles y tenían poco
o nada que ver con la audición.
El sentido del equilibrio es el que nos da lo que se llama conciencia espacial, y las fuentes o vías de
información que nos transmiten los eventuales cambios en esta relación son la vista, el laberinto
posterior y la sensibilidad propioceptiva en las articulaciones y músculos y la sensibilidad
exteroceptiva táctil.
La vista informa de los movimientos de los objetos y de su situación relativa. La sensibilidad
propioceptiva informa de los cambios de posición de la cabeza con respecto al resto del cuerpo y las
plantas de los pies al contacto con el suelo, destacando el importante papel de la cabeza con
respecto al resto del cuerpo. El laberinto posterior capta los desplazamientos espaciales de nuestro
cuerpo.
Propiocepción
La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la
capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la
dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el
desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción
motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del
equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del
2 Perls, F. (1975). Dentro y fuera del tarro de la basura. Chile: Cuatro Vientos. P. 24
15
sistema nervioso y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.
Además de las unidades de uso que se encuentran en el sistema músculo-esquelético, el sentido de
la propiocepción se compone de neuronas sensoriales que están en el sistema visual, auditivo y
vestibular. Existen receptores específicos para la presión, luz, temperatura, sonido y otras
experiencias sensoriales que reciben el nombre genérico de receptores de estímulo adecuado.
Sistema vestibular
El sistema vestibular responde a los movimientos del cuerpo a través del espacio y los cambios de
posición de la cabeza. En conjunto con el sistema propioceptivo, mantiene el tono muscular,
coordina automáticamente el movimiento de los ojos, cabeza y cuerpo, manteniendo un campo
visual estable y es fundamental en la percepción del espacio y en orientación del cuerpo en relación
a éste.
Resumiendo:
 La propiocepción es la percepción del conocimiento del cuerpo o de la situación de las
diferentes partes de nuestro cuerpo.
 La equilibriocepción o sentido del equilibrio es la sensación del equilibrio y se relaciona con
las tres cavidades semicirculares que contienen líquido en el oído interno, permitiendo la
detección de los tres ejes del espacio; arriba-abajo, izquierda-derecha y adelante-hacia atrás.
En esta mirada un más detallada de lo que implica el caminar se hace evidente una de las
aportaciones fundamentales de la psicología de la Gestalt a la terapia gestáltica:
El todo es más que la suma de las partes.
Para ahondar en este postulado quiero nombrar los músculos más importantes involucrados en la
marcha así como observar el movimiento desde la biomecánica que nos brinda la posibilidad de
observar la necesaria coordinación de distintas partes de nuestro cuerpo.
Músculos implicados en el caminar
No son solo los músculos de las piernas los que nos hacen avanzar. De nuevo es necesaria la
colaboración de nuestro cuerpo en su totalidad para accionar el sistema motor.
16
Los músculos implicados de forma más directa en la marcha son:
 El cuádriceps. En la parte delantera de los muslos, que son con mucho los músculos más
grandes del cuerpo. Plantean e impulsan el muslo y la pierna.
 Los músculos isquiotibiales. Estos forman la parte posterior del muslo y mueven la pierna
hacia atrás.
 Los músculos de los glúteos. Muy potente y voluminoso, el trabajo del glúteo consiste en
completar el retroceso del paso.
 Los músculos del estómago. Estos se contraen a cada paso.
 Los músculos de la pantorrilla. Son músculos pequeños, pero están entre los músculos más
utilizados en el andar.
Los músculos secundarios que también participan son:
 Los músculos estabilizadores de la pelvis. Estos forman una corona muscular alrededor de la
pelvis e incluyen los abductores internos, los músculos abdominales en la parte delantera y
los músculos espinales en la parte posterior.
 Los músculos tibiales anteriores en frente de los músculos de la pantorrilla. Estos se utilizan
para levantar el pie en la marcha.
 El brazo y los músculos del hombro. Estos contribuyen en menor medida que los demás,
pero bien coordinados ayudan a economizar mucha energía durante el movimiento.
Biomecánica en la fase de apoyo de la marcha
La fase de apoyo comienza cuando el talón contacta con el suelo y termina con el despegue de los
dedos. La división en dos fases del contacto del metatarsiano del pie y de la punta de los dedos,
constituye un período de doble apoyo que caracteriza la marcha y que no ocurre en la carrera. Esta
fase de apoyo influye de la siguiente manera en las distintas partes del cuerpo:
1. Columna vertebral y pelvis: Rotación de la pelvis hacia el mismo lado del apoyo y la columna
hacia el lado contrario, Inclinación lateral de la pierna de apoyo.
2. Cadera: Los movimientos que se producen son la reducción de la rotación externa, después de
una inclinación interna, impide la aducción del muslo y descenso de la pelvis hacia el lado
contrario. Los músculos que actúan durante la primera parte de la fase de apoyo son los tres glúteos
que se contraen con intensidad moderada, pero en la parte media disminuyen las contracciones del
glúteo mayor y del medio. En la última parte de esta fase se contraen los abductores.
3. Rodilla: Los movimientos que se producen son ligera flexión durante el contacto, que continúa
hacia la fase media, seguida por la extensión hasta que el talón despega cuando se flexiona la rodilla
17
para comenzar con el impulso. La flexión baja la trayectoria vertical del centro de gravedad del
cuerpo, incrementándose la eficacia de la marcha. La musculatura actuante son los extensores del
cuádriceps que se contraen moderadamente en la primera parte de la fase de apoyo, siguiendo una
relajación gradual. Cuando la pierna llega a la posición vertical la rodilla aparentemente se cierra y
produce una contracción de los extensores. Los músculos isquiotibiales se activan al final de la fase
de apoyo.
4. Tobillo y pie: Los movimientos producidos en esta fase son la ligera flexión plantar seguida de
una ligera flexión dorsal. Por ello los músculos que actúan son el tibial anterior en la primera fase
de apoyo, y el extensor largo de los dedos y del primer dedo, que alcanzan su contracción máxima
cerca del momento de la transición de la fase de impulso y apoyo. Sin embargo, la fuerza relativa de
estos músculos está influenciada por la forma de caminar cada sujeto.
Biomecánica en la fase de oscilación de la marcha
Esta fase, como ya sabemos, comienza con el despegue de los dedos y termina con el choque del
talón. Participando las siguientes partes del cuerpo:
1. Columna y pelvis: Los movimientos que se producen son la rotación de la pelvis en sentido
contrario a la pierna que se apoya y a la columna, con ligera rotación lateral de la pelvis hacia la
pierna que no se ha apoyado. La rotación de la pelvis alarga el paso y disminuye la desviación
lateral del centro de gravedad del cuerpo. Entre los músculos destacan los semiespinales, oblicuo
externo abdominal, que se contraen hacia el mismo lado de la rotación de la pelvis. En cambio, los
músculos elevadores de la columna y oblicuo abdominal interno se contraen hacia el lado contrario.
Mientras, el psoas y el cuadrado lumbar ayudan a mantener la pelvis hacia el lado de la extremidad
impulsada.
2. Cadera: Los movimientos son de flexión, rotación externa (por la rotación de la pelvis),
abducción al comienzo y al final de la fase. Para ello los músculos actuantes son el sartorio, tensor
de la fascia lata, pectíneo, psoas ilíaco, recto femoral y la cabeza corta del bíceps femoral, que se
contraen precozmente en la primera fase del impulso, cada uno con su propio patrón. El sartorio y la
cabeza corta del bíceps, por ejemplo, cuando los dedos pierden el contacto con la superficie y el
tensor, tanto en esta fase como en la parte media del impulso. La contracción de los isquiotibiales
con una intensidad moderada durante la extensión de la rodilla, como parte de la oscilación y los
glúteos mayor y medio, se contraen ligeramente al final del impulso; a su vez el glúteo mayor sirve
como ayuda al equilibrio y como guía de desplazamiento hacia delante de la extremidad.
3. Rodilla: Los movimientos son la flexión en la primera mitad y extensión en la segunda parte.
18
Para ello los músculos que trabajan al igual que en la flexión de la cadera hay una pequeña
oscilación debida a los extensores del cuádriceps que se contraen ligeramente al final de esta fase,
así como el sartorio y los isquiotibiales que aumentan su actividad en la marcha rápida.
4. Tobillo y pie: Hay dorsiflexión (evita la flexión plantar) y trabajan el tibial anterior, extensor
largo de los dedos y del pulgar que se contraen al comienzo de la fase de oscilación y que
disminuye durante la parte media de esta fase. Al final de la misma este grupo de músculos se
contraen otra vez potentemente como preparación del contacto del talón; los flexores plantares están
completamente relajados durante toda la fase.
3.b. Historia y evolución de nuestra especie. Caminar y ser.
La adaptación de nuestro cuerpo al caminar es un punto central de tal envergadura que llega a
teñirse de contornos míticos. Basta recordar la pregunta de la esfinge a Edipo: «¿Qué ser provisto
de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?» .
En este famoso acertijo el caminar por si solo distingue al ser humano de todas las demás especies.
Queda aún más clara la versión más elaborada que presenta Aristófanes el gramático: “Existe sobre
la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que
cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado
en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil.”
3
Caminar erecto sobre dos piernas es tan indisociable al hombre como sus cinco sentidos y está
íntimamente ligado a lo que es anatómicamente y biológicamente el ser humano.
Otro enfoque, aparte del fisiológico y del biológico, para ampliar la visión de lo que implica
caminar es acercarse al estudio del desarrollo de nuestra especie. Si los filósofos no tienen gran cosa
que decir sobre la significación profunda del andar, los científicos se muestran actualmente mucho
más motivados a disertar sobre este asunto. Paleontólogos, antropólogos y anatomistas se han
lanzado a una discusión apasionada, y a menudo partidaria, para determinar cuándo y por qué el
mono del cual procedemos se irguió un día sobre sus patas traseras, hará aproximadamente unos
tres millones y medio de años, y caminó el tiempo suficiente para que su cuerpo haya evolucionado
hasta el nuestro, en equilibrio vertical sobre dos piernas que son suficientes para la locomoción.
3 Esfinge (mitología). En Wikipedia. Recuperado el 12 de noviembre 2013, de
http://es.wikipedia.org/wiki/Esfinge_mitologia
19
Un poco de historia de nuestra evolución como bípedos
A partir de los estudios realizados con fósiles de hace cinco millones de años, se puede deducir que
comenzaron a aparecer homínidos que tenían la capacidad de caminar erguidos en sus patas. Éstos
fósiles son muy abundantes y se han descubierto en una gran cantidad de lugares en África. De
estos animales hemos llegado a tener tantos datos que no ha sido difícil tener una idea de su forma
de vida. De hecho, se han encontrado al menos dos tipos generales. Uno de individuos mayores
llamado Australopithecus robustus que vivía en zonas boscosas y tenía una mandíbula muy
poderosa que le ayudaba a comer alimentos muy duros, y otro, más frágil en su complexión, que
vivía en las praderas. A éste se le ha llamado Australopithecus gracilis. Ambos eran más pequeños
que el hombre actual, ya que llegaban a medir hasta 1,20 m aproximadamente, o sea lo que mide en
la actualidad un niño de cinco a ocho años.
En ambos tipos de australopitécidos se han descubierto los huesos necesarios para decir si estos
seres caminaban o no erguidos como nosotros. Por un lado se ha encontrado que la unión que tiene
el cráneo de estos animales y su columna vertebral es característica de la posición erguida, ya que la
inserción está en el centro del cráneo. En animales como el gorila, que camina a cuatro patas, la
inserción de la columna se encuentra en la parte posterior. Sin duda la forma de los huesos de la
cadera es uno de los hechos que más nos ayudan a comprobar que los australopitécidos caminaban
erguidos, pero existen otros. Los huesos de la cadera de los animales que caminan a cuatro patas
son alargados y angostos. Tal es el caso de los chimpancés y los gorilas. Los huesos de nuestra
cadera son, en cambio, cortos y anchos para sostener el peso del cuerpo. En los australopitécidos el
hueso de la cadera aunque no es exactamente humano, tampoco es alargado como el de los monos.
De estos dos hechos se concluye que los australopitécidos desde hace entre tres y cuatro millones de
años ya caminaban erguidos en las patas traseras. Se ha descubierto, además, evidencia más directa
de que hace casi cuatro millones de años había homínidos que caminaban erguidos, esto es, la
existencia de pisadas fosilizadas de tres individuos. Junto con esas pisadas se encuentran huellas de
otros animales (rinocerontes, jirafas y elefantes). Se ha reconstruido lo que debió de haber ocurrido:
hubo una erupción de un volcán y cuando las cenizas estaban todavía calientes, en lo que ahora es
Laetoli (Tanzania), llovió y el agua hizo una mezcla lodosa; fue entonces cuando tres
australopitécidos caminaron por allí. Se sabe que son pisadas de animales que caminaban erectos
por las huellas del dedo gordo y el talón, que son muy características. Dos de los individuos
caminaron juntos mientras que el tercero (un niño) lo hizo por el mismo lugar pero no junto a ellos
ya que las pisadas están demasiado cerca unas de otras. Así pues estas huellas, descubiertas en
1976, representan la evidencia más directa de que hace 3 750 000 años tres homínidos ya
caminaban erguidos como lo hacemos en la actualidad.
20
Bipedismo y especie humana
El único punto incontestable es que este modo de desplazamiento constituye el primer signo
distintivo de lo que iba a devenir la especie humana. Las causas del bipedismo son seguramente
múltiples y sus consecuencias innombrables: con el bipedismo se pudo abrir una infinidad de
nuevos horizontes a lo posible; por ejemplo ha liberado el par de miembros adheridos a lo alto de
nuestro cuerpo vertical, los brazos, que quedan disponibles para agarrar algo, para hacer o romper,
con toda libertad para poder transformarse en los manipuladores más hábiles del mundo animal.
Esta es la consecuencia más importante según la cual, para ciertos especialistas, la facultad de
desplazarse de pie sería el mecanismo previo gracias al cual nuestro cerebro pudo desarrollarse. Y
es que, generalmente, es la conciencia la que es presentada como la especificidad absoluta de la
humanidad. Sin embargo, el cuerpo humano no tiene tampoco equivalente sobre la tierra, y bajo
ciertos aspectos, su forma ha moldeado la conciencia. No puede existir diferencia alguna entre
estructura y función, uno de los conceptos fundacionales de la terapia gestáltica:“Estructura y
función son idénticos: al cambiar una estructura se cambia la función; al cambiar la función se
4
cambia la estructura” . Según todos los indicios de diferentes investigaciones nuestra
transformación en bípedos no ha creado la inteligencia pero sí le ha servido de trampolín. La
inteligencia tiene su sede en el cerebro y su influencia se extiende por todo nuestro cuerpo. En la
pelvis, por ejemplo, teatro secreto donde el pensamiento y el movimiento de piernas se encuentran,
aunque no siempre sea sin conflicto. Pocas partes de nuestro esqueleto son tan elegantes y
complejas al tiempo que resulta difícil de poder representarla por estar envuelta de carne, perforada
de orificios e impregnada de preocupaciones. De nuevo aparece evidente en esta mirada en el
proceso evolutivo del hombre que no existe la posibilidad de estudiar o de entender la capacidad de
tener conciencia del ser humano sin tener en cuenta su cuerpo, y tan importante para esta conciencia
son las piernas como el cerebro. No existe rango de superioridad porque no existe realmente uno sin
el otro. Solo podemos separar las partes de un cuerpo cuando nos colocamos en un plano
conceptual. Somos un todo indivisible: pies, atención, sangre, razonamiento, visión, bilis. De todo
ello vemos en la historia del hombre que el caminar es en sí mismo un medio de arrimar el
pensamiento a un conocimiento personal y físico del mundo.
Generalmente es la conciencia la que es presentada como la especificidad absoluta de la humanidad.
Sin embargo, el cuerpo humano no tiene equivalente tampoco sobre la tierra y en cierta manera, su
forma ha amoldado la conciencia. Nada en el reino animal se parece a esta columna de carne y
huesos constantemente amenazada por la caída, nada es comparable a esta torre fiera y coja a la vez.
Las pocas especies que se mantienen realmente sobre dos patas, los pájaros, los canguros, guardan
4 Perls, F. (1975). Dentro y fuera del tarro de la basura. Chile: Cuatro Vientos. P. 175
21
el equilibrio gracias a ciertas particularidades anatómicas, sus apéndices caudados. Además, estos
bípedos saltan más que caminan. Nuestra forma de avanzar con largas zancadas es seguramente
única por lo precaria que resulta. En cada paso, rozamos la catástrofe. La deambulación del bípedo
humano tiene aires de catástrofe potencial ya que únicamente el movimiento rítmico que empuja
una pierna y luego la otra hacia adelante impide que se estampe contra el suelo.
Debemos seguramente a nuestra capacidad de caminar la destreza de nuestras manos, el auge de
nuestra inteligencia, pero la marcha en sí misma no se ha vuelto ni más rápida ni más potente. Por
más que sea ella la que nos ha separado de los demás animales es, actualmente, como la sexualidad
y el nacimiento, la respiración y la digestión, una función que nos remite a los límites de lo
biológico.
3.c Vida de un ser humano. La necesidad.
Empujados a la acción por el deseo y la carencia
Caminar es una necesidad para vivir o, como mínimo, un medio necesario para satisfacer nuestras
necesidades. De pequeños aprendimos a caminar afín de correr detrás de los deseos que nadie sabría
satisfacernos: deseo de coger lo que se encuentra a distancia, deseo de libertad, de independencia
lejos de los confines tranquilizadores del edén maternal. Nos vemos empujados a la acción por el
deseo y la carencia: la necesidad. A título personal no es el nacimiento y menos aún las primeras
sonrisas lo que firma definitivamente la entrada del niño o la niña en el mundo de los hombres y de
las mujeres; son sus primeros pasos, siempre esperados y vividos como una revelación.
En especies equinas, la marcha y cuadripedestación se produce inmediatamente al momento de
nacer. En la especie humana, la bipedestación y marcha es posterior al año de vida. En el momento
del nacimiento, el bebé sostenido por las axilas efectuará movimientos de adelante atrás con las
piernas, un movimiento de andar, que perderá en pocas horas hasta el momento de sus primeros
pasos efectivos. La persistencia de este reflejo de caminar arcaico se puede interpretar como la
traza, en nuestro patrimonio hereditario, del comportamiento de huida del neonato útil a los
animales que nos precedieron en la evolución.
Rousseau, uno de los escritores con más influencia del período de la ilustración en Francia,
precursor de la democracia, y un gran aficionado a la marcha, pensaba que había que buscar la
verdadera naturaleza de la humanidad en sus orígenes. Comprender sus orígenes permitiría entender
quiénes éramos y quiénes debiéramos ser. Rousseau sostenía que el hombre nacía bueno, el noble
22
salvaje, y que era la sociedad la responsable del envilecimiento de nuestra especie. Dejando de lado
la parte filosófica y moral y retomando la premisa de que comprender los orígenes aporta luz a lo
que somos, me quedo con la característica estructural principal y diferenciadora del ser humano: el
bipedismo. Una de las últimas explicaciones acerca del proceso de pasar de cuadrúpedos a bípedos
5
fue expuesta por un investigador llamado Peter Wheeler que propuso una teoría sencilla: el
caminar bípedo tuvo como efecto disminuir considerablemente la cantidad de rayos solares a los
que se exponían los primeros homínidos cuando se desplazaban por zonas descubiertas. Esto les
permitió dejar la sombra de los bosques. Peter Wheeler añade que la bajada de temperatura inducido
por este cambio, acabó por regular la temperatura de la sangre que circula, entre otros, en el
cerebro. Esto disminuyó los riesgos de golpes de calor y suprimió consecuentemente el hándicap
fisiológico ejercido hasta entonces sobre el tamaño del cerebro del Homo. Gracias a estos cambios
la especie adquirió un cerebro más grande así como la posibilidad de aventurarse cada vez más
lejos. De nuevo consciencia y bipedismo son términos que se entremezclan y se funden. Estructura
y función se tornan indisociables. Nuestros pies bien merecen todo nuestro reconocimiento; son y
forman parte, de nuestra consciencia. Han sido necesarios a la especie humana para crecer en todos
sus aspectos.
Un pequeño homenaje a nuestros pies
Desde el punto de vista anatómico nuestros pies están formados por 26 huesos, 107 ligamentos, 19
músculos y 5 pares de uñas (estas últimas están formadas por acumulación de células muertas al
igual que vello y pelo). Esta maravilla anatómica soporta en perfecto equilibrio todo nuestro peso
corporal.
Marchando a una velocidad de 100 pasos por minuto y con un peso de 80 kg, nuestro pie golpea el
duro suelo 50 veces por minuto mientras que el otro pie hace lo mismo. En el curso de nuestra vida
habremos caminado más de 100.000 km, lo cual equivale a resistir miles de toneladas por mes. De
hecho nuestros pies resisten más que los amortiguadores o neumáticos de un automóvil o de un
camión.
Quizás usted crea que su pie es metabólicamente poco activo. Quiero decirle que su pie en actividad
durante el verano produce litros de transpiración por semana. Los huesos del pie producen sangre en
su médula roja y aportan varios litros de sangre por mes al torrente sanguíneo.
5 Teresa Audesirk,Gerald Audesirk,Bruce E. Byers. Biología: la vida en la tierra. Extraído el 10 de octubre 2013, de
http://books.google.es/books?id
23
Sin que usted lo sepa o lo note, durante la marcha, miles de receptores de presión en el pie, envían
miles de mensajes al cerebro, permitiendo un perfecto equilibrio, incluso con sus ojos cerrados.
Desde que dejamos de ser cuadrúpedos a la bipedestación con el Homo Erectus, nuestra velocidad
de marcha es lenta, de 0 a 8 Km/hora. No obstante lo lento de nuestra marcha, la especie humana
está distribuida por todo clima y en todas las regiones del planeta. Se calcula que 70.000 millones
de seres humanos han caminado en este planeta.
3.d Por donde camino. El entorno o campo gestáltico.
Caminar permite al cuerpo tomar su medida en relación a la tierra.
Otro aspecto importante y relacionado con la terapia es el entorno o campo gestáltico. Fritz define
la salud precisamente como el equilibrio adecuado de la coordinación de todo lo que somos, y ese
todo lo que somos, en la óptica holística en la que se mueve Fritz, incluye también el ambiente:
“tenemos que considerar siempre el segmento del mundo en que vivimos como parte nuestra...”
6
Recordemos que la terapia Gestalt se enmarca dentro de las terapias existencialistas y
fenomenológicas, dos corrientes de las que bebió Fritz para conformar su forma de hacer. Yendo a
la fuente, en un ensayo de 1931, el fenomenólogo Edmund Husserl definió el caminar como la
experiencia que nos permite tomar nuestro cuerpo en la relación con el mundo. El cuerpo, decía, es
la experiencia que tenemos del aquí siempre presente, y el cuerpo en movimiento siente la unidad
de todas sus partes como un aquí permanente que se desplaza hacia y a través de los allás. Dicho de
otra manera: si el cuerpo se mueve, el mundo cambia y así es cómo cada uno consigue distinguir
entre yo y el otro; el desplazamiento, el viaje, permiten captar la continuidad del yo en el
movimiento del mundo, y empezar a comprender el yo, el mundo y su relación recíproca.
De todo esto, la importancia del ambiente, del entorno que nos nutre y nos conforma a cada instante
en lo que somos, de nuestra relación con lo que nos rodea. Cuando caminamos el entorno se hace
aún más importante. Caminar por la naturaleza o caminar por una calle asfaltada con ruido de
coches y aire contaminado se convierten en dos actividades que, de fondo, no tienen nada que ver.
La primera puede ser un ejercicio saludable para el cuerpo físico que nos da la oportunidad de dejar
atrás las preocupaciones de nuestra vida cotidiana y de disfrutar de nuestros sentidos percibiendo
los colores, sonidos y aromas que añaden belleza a nuestras vidas. La segunda, un calvario.
La enfermedad, como la salud, se contagia. De la misma manera que una actitud sana de un
terapeuta, conciencia-transparencia-responsabilidad, es en sí misma sanadora, un ambiente sano es
6 De Caso, P. (2003). Gestalt, terapia de autenticidad. Barcelona: Kairós.
24
en sí mismo curativo. Y uno insano enfermizo. Frecuentemente olvidamos, o lo que es lo mismo,
dejamos de escuchar, que el ruido en la ciudad no cesa jamás. Por mucho que nos acostumbremos a
él, nos seguirá perturbando y enfermando.
Una circunstancia lamentable y muy característica de nuestro mundo industrial es que, para muchas
personas, la naturaleza es algo que se ve lejos. A menos que tomemos conciencia de la importancia
de estar conectados con el mundo natural seguiremos avanzando por el actual sendero de
destrucción que promete acabar en un genocidio de alcance planetario.
Nuestra forma de desconectarnos de la tierra no es ningún gran misterio. Comienza en nuestra
infancia, cuando se nos separa de ella y se nos educa en aulas cerradas, llenas de libros y medios de
comunicación. Las autoridades de nuestras vidas modernas, padres, educadores, presidentes, nos
enseñan a pasar una media de más del 95 por ciento del tiempo en espacios cerrados. Por ejemplo,
durante nuestros años escolares estamos sentenciados a pasar más de 18.000 horas en aulas cerradas
si no queremos sufrir castigos por hacer novillos... Aprender a tolerar un exceso de horas en
espacios cerrados forma parte de nuestra educación, tanto como los libros, los videos o las
conferencias. Nos educamos en una forma de pensar, de usar los medios de comunicación y de
asumir nuestras responsabilidades en espacios cerrados hasta el punto de que pasamos una media de
menos de un día por año de vida en sintonía sensorial con el mundo natural.“Tenemos dos sistemas
7
para relacionarnos con el mundo. Uno es el sistema sensorial y el otro es el sistema motor” .
Considero que el sistema motor se ha infravalorado en su función natural que fomenta el
descubrimiento del mundo. El sedentarismo conlleva inevitablemente un empobrecimiento de
nuestro darnos cuenta. Como bien dice Sri Adi Dadi, “la comodidad es el cementerio de la
8
conciencia” .
Entiendo que la neurosis tiene que ver con muchas cosas, no tengo dudas que un ambiente no
natural y una actividad corporal restringida ayuda a su crecimiento.
7 Perls, F. (2002). Sueños y existencia. Chile: Cuatro vientos. P. 72
8 Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga.
25
3.e El hombre de hoy en día no camina sino vuela. La neurosis.
9
Ojeando un número de la revista Life consagrada a los grandes eventos del último milenio
encuentro este comentario junto a una foto de un tren: “durante la mayor parte de la historia de la
humanidad, los transportes terrestres fueron tributarios de un único modo de propulsión: los pies.
Entregarse a nuestras propias extremidades o a las de otra criatura presentaba los mismos
inconvenientes para el viajante: velocidad de crucero insignificante, exposición a las intemperies,
obligación de pararse para nutrirse y reposar. El 15 de septiembre de 1830, el pie inició el fatal
resbalón que lo convertiría en algo obsoleto. Al son de los cobres, un millón de británicos se
amasaron entre Liverpool y Manchester para asistir a la inauguración de la primera vía de tren.
(...) A pesar de la muerte de un miembro del parlamento, que fue arrollado por el tren durante la
ceremonia, la línea Liverpool-Manchester iba a propagar en el mundo entero la epidemia de las
vías ferroviarias”.
El comentario de la revista no tiene desperdicio y sirve como ejemplo paradigmático de la
concepción actual y de las creencias que tiene nuestra sociedad-cultura acerca del cuerpo humano.
A saber: los factores de orden biológico y meteorológico son inconvenientes que es preciso sortear.
El progreso consiste en trascender el tiempo, el espacio, la naturaleza, por medio del tren, más tarde
con el automóvil, el avión, las comunicaciones electrónicas. Nutrirse, reposar, moverse físicamente,
vivir con los caprichos meteorológicos… todo esto participa de manera primordial de la experiencia
física de los seres vivos; desacreditar estas experiencias es negar la biología y la vida de los
sentidos, lo que este pasaje citado hace precisamente cuando habla del fatal resbalón que convertiría
nuestros pies en objetos obsoletos. Esto explicaría quizás que ni Life ni la muchedumbre no hayan,
parece ser, llorado excesivamente la muerte del parlamentario. El tren no se ha contentado en moler
el cuerpo de este hombre; allá por donde ha pasado ha alegremente mutilado los cuerpos, cortado la
percepción, la esperanza, la acción del mundo orgánico de la corporalidad. Se considera
generalmente que la modernidad nos ha separado de la naturaleza convirtiendo los espacios
naturales en espacios extraños. Queda el cuerpo que siente, respira, vive, se mueve y puede ser
aprehendido como experiencia fundamental de la naturaleza. Con las nuevas tecnologías y las
nuevas formas de habitar el planeta corremos el riesgo de alienarnos aún más, tanto la naturaleza
interna como la externa.
9 Life, 1998, número especial sobre el milenio.
26
El ritmo
Despertador, ducha rápida, desayuno breve, coche, atasco, trabajo, una pausa para comer algo (a
veces cualquier cosa en cualquier lugar), trabajo, coche, atasco, cena y cama. Este bien podría ser el
resumen del día de un habitante de una ciudad cualquiera. Algunos quizá hagan un hueco para
comprar el pan, recoger a los niños del colegio, llamar a la familia o actualizar el estado de
Facebook. La vida acelerada, con todas las horas copadas por alguna actividad sin apenas minutos
para hacer un paréntesis, es la norma en las sociedades occidentales, sobre todo en las grandes
urbes. El mantra tan de moda de hacer más con menos, en cuestión de tiempo, significa hacer todo
más rápido. Una consecuencia natural de esta velocidad es que actualmente hemos eliminado
prácticamente el esfuerzo físico en nuestro día a día en las ciudades. Motos, coches, autobuses,
metro, escaleras mecánicas, ascensores… estamos llegando a estados al límite de privación
sensorial. Nos hemos construido multitud de prótesis de un cuerpo conceptualmente minusválido,
minusválido por el hecho de haber creado un mundo que ya no está a la medida del ser humano. El
cuerpo se ha convertido en un objeto pasivo, liberado cada vez más del trabajo manual, completado
con infinidad de prótesis, mandos a distancia, teléfonos, lavadoras, instalado en cajas de privación
sensorial, como son los apartamentos y los despachos. La pregunta es: ¿cuándo esta dependencia ya
no es esencialmente benéfica y se convierte en algo nefasto? Cuando la técnica ya no libera al
hombre y a la mujer de un trabajo ingrato y embrutecedor, sino más bien que priva de la realización
10
de una facultad propiamente humana. Tchouang-tseu , filósofo chino, decía que quien tiene el
espíritu mecanizado pierde la paz del alma. Y parece que es el caso de nuestra época, que sustituye
con la mecánica a lo vivo.
La muerte del cuerpo es la muerte de la vida. La vida es la lentitud, es el caminar (¡la Tierra no se
hizo en un día!). Querer ganar tiempo viene a ser lo mismo que crear tiempo muerto. En cambio,
ralentizar es casi siempre aprender a vivir. De hecho, vivir es consagrar tiempo a lo que está vivo.
Hay un paralelismo con la velocidad de nuestra cabeza, de nuestros pensamientos. El pensamiento
con ritmo lento que sospecha que la vía de la verdad podría ser la del desinterés. Desinterés del
pensamiento que se aparta poco a poco de sus propias construcciones, los conceptos y artefactos de
la razón, para volver a las cosas por sí mismas.
La revolución industrial, la revolución de la velocidad ha descalificado al ser vivo. Producir más,
cada vez más, ser más eficiente, más efectivo, ¿pero a qué precio? Al precio de envenenar el aire,
eso que llaman contaminación atmosférica es veneno que a cada inhalación nos mata un poquito,
nos olvidamos que el aire que respiramos, el oxígeno es la base de la vida, de nuestra vida. Y así
vamos olvidando al mismo ritmo que nos vamos acelerando.
10 Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan.
27
3.d
Camino de corazón. La salud.
Cuando el hombre está sereno, el corazón late con sosiego y cada latido enlaza con el siguiente
como se engarzan las perlas de un collar de jade rojo. Entonces es cuando puede hablarse de un
11
corazón sano .
Parece obvio que caminar es un antídoto eficaz para ralentizar el frenesí actual que nos potencia la
enfermedad. Una actividad que es en sí misma agente natural de salud y bienestar. Todos sabemos
que caminar es beneficioso para nuestro bienestar. Según la mayoría de los estudios, los beneficios
corporales de realizar una caminata diaria de treinta minutos se traducen en beneficios
cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de miocardio, diabetes del adulto,
accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial. La actividad física moderada ha mostrado
beneficios en la osteoporosis, la artritis, las caídas en los ancianos, reducción de cáncer de colón
(mejora la digestión) y también efectos sobre el peso y los lípidos, aunque más modestos. Además
hay evidencias de que el ejercicio moderado ayuda en la depresión y en ciertos estados de ansiedad.
Esta relación directa entre caminar y salud es clara y sencilla. Hay otra, más compleja, y me
atrevería a decir también mucho más profunda, que está haciendo aflorar los avances científicos de
los últimos cincuenta años. Esta relación tiene que ver con la capacitación que produce el caminar
para que el corazón recupere su función de regulador principal de nuestras emociones y estados de
ánimo. Desde la terapia Gestalt entendemos que la neurosis tiene que ver con un darse cuenta
deficitario en donde nuestra atención está exageradamente focalizada en nuestra cabeza, en nuestros
pensamientos. Caminar es un medio para dar a nuestro corazón el lugar de privilegio que le
pertenece y del cual fue apartado por nuestra mente pensante y nuestros hábitos sedentarios. Para
apoyar este argumento que corrobora la fe en la autorregulación organísmica de Perls, es interesante
ver los diferentes canales que tiene el corazón para coordinarse con el resto del cuerpo. A nivel
neurológico, mediante la transmisión de impulsos nerviosos, bioquímico, mediante hormonas y
neurotransmisores, biofísico,
mediante ondas de presión y energético, mediante interacciones
electromagnéticas. Pero no solo coordina el corazón, también funciona como líder de nuestro
organismo. Es lo que se ha podido observar con las investigaciones referentes a la resonancia y a la
coherencia de los campos electromagnéticos. La variación de la frecuencia cardíaca es el lenguaje
del corazón y es un indicador directo del estado interior en el que uno se encuentra. De todos los
elementos que componen el cuerpo físico, el oscilador biológico más potente es el corazón. Cuando
el corazón, oscilador jefe, puede imponer su ritmo, los demás sistemas oscilatorios del cuerpo, tanto
11 Canon de medicina interna del emperador amarillo, 2500 a.J.C. En Marquier, A. (2010). El maestro del corazón.
Barcelona: Luciérnaga.
28
a nivel físico como emocional y como mental, se armonizan entre si automáticamente siguiendo el
ritmo marcado. Entonces, todas las funciones específicas se expresan de forma óptima.
Si vamos rápido, si estamos acelerados, el corazón no siente, no puede. El amor es un estado
de conciencia y este estado de conciencia es incompatible con la velocidad.
12
Tratado sobre el corazón
El corazón tiene forma de corazón, se suele comparar con un reloj y juega un papel importante
en la vida, sobre todo en la vida sentimental. Es en ella el comodín, el depositario de todas las
emociones, la lente en la que convergen todos los rayos, el eco de todos los rumores. Es capaz
de las funciones más diversas. Puede arder como una tea, por ejemplo, puede dejarse colgado
de cualquier cosa, igual que una chaqueta, y puede también como ésta desgarrarse, puede correr
como una liebre perseguida, detenerse como el sol de Gedeón o rebosar como la leche
cuando hierve. Está verdaderamente colmado de paradojas.
La dureza de este objeto maravilloso oscila entre la mantequilla y la piedra berroqueña, o bien
siguiendo la escala mineralógica, entre el talco y el diamante, se puede dar y se puede perder,
cerrar a cal y canto o abrir de par en par, puede traicionar y ser traicionado, se puede llevar a
alguien dentro de él (y ese alguien no tiene ni siquiera por qué saberlo), puede uno enterrarlo en
cualquier cosa, el corazón entero en una quisicosa, en una nada del tiempo y del espacio, en una
sonrisa, una mirada, un silencio. “Corazón” es sin duda el sustantivo que el hombre civilizado
adulto utiliza con mayor frecuencia, sea grande o pequeño su vocabulario. Si se censurara esa
palabra, dejarían de existir las nueve décimas partes de la lírica. Que corazón rime con pasión,
igual que cœur con douleur o Herz con Schmerz, ha de ser algo más que pura coincidencia fonética
y sin duda es símbolo de una relación particularmente íntima y frecuente.
Nuestras alusiones al corazón son casi siempre metafóricas, no sólo cuando hablamos, sino
también cuando pensamos. Y mientras sea así, por muy en serio que vaya el asunto, no pasa de ser
un juego, un juego variable en el que las pérdidas siempre pueden trocarse en ganancias. Lo malo
de verdad ocurre cuando ya no se habla de él en símiles y metáforas, cuando las metáforas se
retiran de él (igual que se bajan las máscaras cuando la fiesta toma un sesgo inquietante), cuando
incluso los más osados y grandiosos de sus movimientos se vuelven irrelevantes y solo adquieren
algún significado los que se pueden medir, los puramente mecánicos, cuando ya no cuenta
su melodía, sino tan solo su mero ritmo. En tales momentos le queda ya poca poesía al pobrecillo.
12 Polgar, A. (1986). La vida en minúsculas. Barcelona: Narrativa del Acantilado.
29
Deja de tener entonces la menor importancia para qué late, siempre y cuando siga latiendo.
Nuestro noble corazón queda en este caso dispensado de cualquiera de las funciones fisiológicas
que tiene en común con éste.
Y aún así, precisamente en tales momentos, cuando el corazón no juega más que el papel objetivo
que le ha otorgado la naturaleza, cuando no ambiciona cada latido otra cosa que el siguiente,
cuando no desea ya otra cosa que a sí mismo, cuando su amor propio no necesita mejor
comparación que con un reloj que funciona…Precisamente en tales momentos, cuando no es más
que una miserable maquinita atascada que no se arregla con aceite, precisamente entonces nos
muestra su aspecto más digno y sublime. Y, brillando en la luz fosforescente de la vida, entre las
formas y colores que lo rodean, es como una majestad menesterosa en medio de la chusma
petulante.
Darle su lugar al corazón
Las ciencias modernas han posibilitado enormes avances en todos los campos. En lo que se refiere a
la medicina, la experimentación y los descubrimientos de los dos últimos siglos han permitido que
hoy en día disfrutemos de una esperanza y una calidad de vida nunca antes alcanzada. A modo de
ejemplo personal, mi hija tuvo la escarlatina la semana pasada. Con penicilina, se curó en dos días.
Antes del descubrimiento de Pasteur, los niños morían de esta enfermedad.
Las ciencias modernas han dado un vuelco extraordinario a nuestras vidas. Y a un nivel más
profundo ha ido acompañado de un nuevo paradigma. Una nueva forma de ver el mundo, de
concebirlo. En lo que respecta al corazón, desde el nuevo prisma científico, este órgano se ha
convertido, a través de la observación objetiva y la experimentación rigurosa, en una víscera cuya
función es bombear la sangre. Esta visión, cierta, elimina cualquier connotación adicional que no
sea observable desde su estructura. En un espacio de tiempo relativamente corto, las ciencias
modernas consiguen despreciar los conocimientos antiguos provenientes de múltiples culturas
acerca del papel fundamental del corazón en la vida del hombre. Gracias a los avances de los
últimos cincuenta años, estos conocimientos antiguos basados en la intuición, en las vivencias,
vuelven a ocupar un lugar relevante. Me parece necesario darle un espacio en este trabajo a la
historia del corazón así como a los recientes estudios acerca de él ya que considero que caminar con
la actitud adecuada facilita que nuestro corazón ocupe su lugar que es el lugar de mando. Y cuando
el corazón ocupa su lugar, el ser humano vive con coherencia. Voy a ampliar esta idea apoyándome
ampliamente en el libro de Annie Marquier, El maestro del corazón.
30
El corazón en la sabiduría antigua
“Encontramos un reconocimiento explícito de la importancia del corazón tanto en los escritos
antiguos chinos, budistas y hebreos como en los de la tradición cristiana. Cabe destacar, que
durante mucho tiempo se ha confundido corazón con emociones, sin discernir que emoción engloba
dos realidades muy distintas, incluso opuestas.
Desde los tiempos más remotos, tanto la sabiduría popular como las tradiciones espirituales han
llamado la atención sobre algo más estable que las emociones y más vasto que el intelecto
ordinario, destacando la validez de las sensaciones, un modo diferente de percibir la realidad y, en
definitiva, resaltando la importancia primordial del corazón.
Observemos, por ejemplo, que el árbol de la vida de la cábala, el centro que representa el corazón
es el único que se conecta con los otros nueve.
La acupuntura, expresión de una gran tradición oriental, también atribuye al corazón una
importancia especial.
El corazón es también donde reside el Shen, llamado a veces espíritu vital. Shen es energía
espiritual que se expresa como conciencia e inteligencia, en el sentido de poder de discernimiento.
Shen centraliza también los datos psíquicos y emocionales que emanan de otros órganos... El
corazón, llamado el emperador, está perfectamente acreditado para asumir esas funciones, tanto en
el plano fisiológico como en el psicológico...
En sánscrito, la palabra corazón, hridaya, es el nombre que designa la realidad última, la libertad
infinita y la energía que la origina en el seno del universo. La misma palabra, hridaya, indica el
propio centro de todo, el corazón del cosmos, el secreto más íntimo del Universo, el aliento del
aliento.
La lengua japonesa posee dos palabras para designar el corazón: shinzu, que designa el corazón
físico, y kokoro, que designa la inteligencia trascendente del corazón.
Por otro lado, el instinto popular también pone de manifiesto la importancia del corazón a través
del lenguaje y los gestos espontáneos. De la persona sincera se dice que habla con el corazón. Del
que tiene una intención clara, generosa y decidida se dice que hace las cosas de todo corazón.
Cuando algo nos ha conmovido, decimos que nos ha llegado directamente al corazón.
Cuando alguien habla de sí mismo y quiere indicarlo con un gesto, no se lleva la mano a la cabeza
sino al pecho”.
13
13 Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga.
31
Últimos avances de la ciencia acerca del corazón
“Conocemos la verdad no solo a través de la razón sino también a través del corazón”.
14
Alrededor de 1970 ciertos descubrimientos en neurobiología abrieron un campo de investigación
hasta entonces inexplorado. John y Beatrice Lacey fueron los primeros en observar que, cuando el
cerebro enviaba órdenes al cuerpo físico a través del sistema nervioso, el corazón no siempre las
obedecía. El corazón tenía su propia respuesta, su propia lógica, que incluso a veces se oponía a lo
que proponía el cerebro. También descubrieron que el propio corazón podía enviar al cerebro unas
señales que no solo este comprendía sino que además podía obedecer.
El corazón tiene un sistema nervioso independiente, específico y bien desarrollado. Tiene más de
40 000 neuronas, tantas como las que tienen algunas partes del cerebro, a lo cual se añade una
tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Puede actuar por sí mismo, tomar
decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro. Y con todo aquello de lo que
dispone, parece que puede aprender, recordar, e incluso percibir.
Hay 4 clases de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro. Son estas:
- Neurológica, mediante la transmisión de impulsos nerviosos.
- Bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores.
- Biofísica, mediante ondas de presión.
- Energética, mediante interacciones electromagnéticas.
Conexión neurológica
El cerebro del corazón puede grabar las informaciones que provienen del sistema hormonal y de
otros sistemas y convertirlos en impulsos nerviosos, tratando así la información recibida. Después la
dirige hacia el cerebro a lo largo de un circuito nervioso que utiliza el nervio vago y los nervios
situados a lo largo de la columna vertebral.
El corazón envía más información al cerebro de la que recibe. Es el único órgano del cuerpo físico
que tiene esta propiedad. De esta manera influye a nuestro cerebro en nuestra manera de pensar,
nuestra percepción y en particular nuestras reacciones emocionales.
14 Blaise Pascal, cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga.
32
Conexión bioquímica
En 1986, dos investigadores de Québec, Cantin y Genest, descubrieron la hormona ANF (Atrial
Natriuretic Factor). Demostraron que es el corazón el que produce la ANF, una hormona
fundamental que, debido a la influencia que ejerce sobre muchos sistemas del cuerpo, asegura el
equilibrio general conocido con el nombre de homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la
producción de la hormona del estrés, en especial el cortisol (No olvidemos que el estrés y el miedo
son los mecanismos primarios fundamentales del cerebro límbico...).
Además, el corazón segrega su propia adrenalina cuando lo necesita. Y sintetiza por sí mismo otras
hormonas, por ejemplo, la occitocina, llamada hormona del amor. La libera en grandes cantidades
cuando la persona se encuentra en estado afectuoso, como una madre con su bebé o dos
enamorados. Las reacciones emocionales podrían pues no utilizar únicamente los circuitos del
cerebro de la cabeza, sino seguir otro camino pasando directamente por el cerebro del corazón.
La comunicación biofísica
Se ha podido medir que la actividad eléctrica del cerebro es muy sensible a la actividad del corazón
y que existe una relación directa entre las ondas que, procedentes del corazón, llegan al cerebro a
través de la presión sanguínea y la actividad de las ondas cerebrales. Se ha observado en particular,
una relación directa entre la presión sanguínea, la respiración y ciertos ritmos del sistema nervioso
autónomo. Al parecer, el ritmo cardíaco y sus variaciones constituyen el medio privilegiado por el
que el corazón envía mensajes no solo al cerebro sino también, directamente, al resto del cuerpo sin
necesidad de permiso del cerebro.
La comunicación energética
El campo electromagnético del corazón es 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Es más
potente que el de cualquier otro órgano del cuerpo. El corazón produce de 40 a 60 veces más
bioelectricidad que el cerebro. La energía eléctrica producida se transfiere a todas las células del
cuerpo físico, uniéndolas así unas a otras mediante un vínculo muy particular. La interacción
magnética ha permitido a los investigadores explicar con mayor precisión el impacto que tiene la
actividad cardíaca sobre las ondas cerebrales, impacto que no había podido ser explicado con los
modos de comunicación anteriores.
El aspecto del campo magnético del corazón cambia en función del estado emocional. Cuando nos
sentimos perturbados por emociones como estrés, miedo, frustración, etc., se vuelve caótico y
33
desordenado. En términos científicos se habla de espectro incoherente. En cambio, cuando se
experimentan emociones placenteras, se obtiene un espectro coherente, un campo ordenado.
El campo electromagnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo hasta una distancia de
entre 2 a 4 metros, y que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en
nuestro corazón.
Resonancia y coherencia: el principio de sincronicidad por resonancia en los sistemas
oscilatorios
El fenómeno en los relojes de péndulo.
Christian Huygens fue el inventor de estos relojes en el siglo XVII. Observó que, modificando la
posición de oscilación de sus relojes, acababan todos oscilando al mismo tiempo y de la misma
manera.
En 1850 murieron 260 soldados alemanes al cruzar un puente colgante sobre el Maine, en Angers,
Francia. Los pasos de los soldados entraron en resonancia con la frecuencia propia de las
oscilaciones del tablero del puente, aumentando su movimiento ondulatorio hasta su destrucción.
En todo sistema oscilatorio, debido al fenómeno de tracción sincrónica, el elemento que oscila con
mayor intensidad arrastra a los osciladores de menor potencia.
Cualquier sistema oscilatorio, tanto físico como biológico, funciona al máximo de su capacidad y
con el mínimo gasto de energía cuando existe sincronicidad entre todos sus partes. La coherencia
perfecta entre todas ellas hace que el rendimiento del sistema sea máximo.
De todos los elementos que componen el cuerpo físico, el oscilador biológico más potente es el
corazón. Cuando el corazón, oscilador jefe, puede imponer su ritmo, los demás sistemas oscilatorios
del cuerpo, tanto a nivel físico como emocional y como mental, se armonizan entre sí
automáticamente siguiendo el ritmo marcado. Entonces, todas las funciones específicas se expresan
de forma óptima.
La variación de la frecuencia cardíaca (VFC), lenguaje del corazón
El pulso son los latidos de nuestro corazón por minutos. Entre 60 y 70 suele ser la frecuencia en una
persona sana. Esta frecuencia no para de variar, expresión del freno y acelerador del sistema
nervioso autónomo, del simpático y parasimpático. Esta variación representa la necesaria
adaptación del organismo a nivel físico, emocional y mental a los impactos del entorno y tiene lugar
a cada instante. Traduce en particular la aptitud que uno tiene para encontrar de nuevo la calma
34
después de unos momentos de estrés o simplemente la capacidad de permanecer tranquilo y sereno
en cualquier circunstancia.
Examinando la VFC se ha observado que las hay de dos clases:
- Una es armoniosa, con ondas amplias y regulares. Toma sistemáticamente esta forma cuando la
persona tiene emociones y pensamientos elevados y generosos. La persona se encuentra serena.
- La otra gráfica es desordenada, con ondas estrechas e incoherentes. Aparece cuando la persona
tiene pensamientos desagradables, miedo, ira, desconfianza. La persona se encuentra en un estado
de agitación o estrés.
La VFC es un indicador directo del estado interior en el que uno se encuentra.
Respuesta del cerebro a la V.F.C.
Cuando la VFC es armoniosa, arrastra al cerebro; los dos osciladores se sincronizan naturalmente y
la cabeza alcanza un estado de coherencia. Asimismo arrastra todos los demás osciladores
secundarios como el sistema nervioso central, el sistema hormonal, etc. “...cuando una persona está
en coherencia es eficiente; cuando está en incoherencia y va hacia un estado de coherencia van
desapareciendo cefaleas, reumas, las heridas cicatrizan más rápido e incluso vimos varias
15
curaciones de cánceres.”
Esa es la voluntad del corazón. Si respondemos a ella, vivimos en estado de coherencia.
Cuando la VFC es incoherente, las ondas cerebrales de la cabeza no tienen ninguna relación con el
ritmo cardíaco. Es el desbarajuste general, el caos.
Recordemos que lo que estamos estudiando es la manifestación en la materia de determinados
estados de conciencia; lo que ocurre en el cuerpo es consecuencia, no causa, de dichos estados. El
cuerpo físico está en relación directa con los estados de conciencia y, en ese sentido, es un indicador
absolutamente fiable. El cuerpo no miente.
El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza unos centros superiores de percepción
completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en absoluto en experiencias pasadas,
de modo que lleva a un conocimiento inmediato, instantáneo, del momento presente, a una
percepción exacta de la realidad. A su vez, la intuición es un mecanismo que permite el acceso
directo al conocimiento. Es la capacidad de conocer instantáneamente la realidad de una situación
tal como es en verdad, sin necesidad de información exterior ni de una referencia al pasado. “Mis
descubrimientos nunca han sido el resultado de un proceso de razonamiento racional.”
16
15 Periódico. Drouot, P. (2014, 2 de febrero). La melodía que emite el corazón es preciosa. La Vanguardia.
16 Albert Einstein, cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga.
35
El porqué del estado caótico o incoherente: cerebro primitivo o sistema límbico
“Importa menos el cerebro que aquello que lo guía: la fuerza de carácter, el corazón, la
generosidad y la apertura de espíritu.”
17
Fiodor Dostoievski.
El circuito del cerebro límbico es absolutamente automático. No existe pues conciencia de sí. En
cambio, al desarrollarse la corteza cerebral, el ser humano ha accedido a un circuito que le faculta
para pensar y, en consecuencia, para tener auto-conciencia y libertad para elegir.
El ser humano actual, con un córtex desarrollado, tiene capacidad para elegir. La elección se refiere
fundamentalmente al modo en que va a utilizar su instrumento físico, emocional y sobre todo,
mental, para actuar en el mundo, para crear en él. Lo que debe elegir en primer lugar, son sus
pensamientos y sus reacciones ante sus emociones.
El hecho de que a la conciencia primitiva se le añadiera el principio mental creo en el ser humano
un desequilibrio, fue expulsado del paraíso.
La interacción constante entre el corazón y el cerebro límbico se produce a través del sistema
nervioso autónomo, el cual está formado por dos circuitos nerviosos que partiendo del cerebro
límbico, llegan a todos los órganos del cuerpo:
El sistema nervioso simpático produce adrenalina y noradrenalina, hormonas que rigen las
reacciones primarias de lucha y huida, hormonas de estrés, con ellas aceleramos nuestro ritmo.
El parasimpático libera un transmisor que sosiega y tranquiliza, frenamos nuestro ritmo.
Acelerar, estar alerta, frenar, relajarse.
A diferencia de los animales, el ser humano tiene un cerebro emocional y mental más desarrollado
que guarda los acontecimientos en la memoria y que no dominamos.
Por refinado que sea nuestro comportamiento de ser humano moderno, la amígdala instintiva sigue
vigilando en modo supervivencia, y continúa queriendo protegernos según su propia lógica.
Tensión, estrés, inquietud tanto física como psicológica. La amígdala, con toda su buena voluntad
para protegernos, no diferencia entre un peligro físico o un peligro psicológico, entre el dolor de una
quemadura por el fuego y el dolor de un rechazo o de una humillación.
Parafraseando a Einstein, los problemas importantes a los que nos enfrentamos no pueden ser
resueltos desde el mismo nivel de conciencia en el que nos encontrábamos cuando los creamos. El
estado de incoherencia se produce entonces cuando el cerebro no sigue el ritmo del corazón, y es el
estado en que nuestro ego toma las riendas, cuando nuestros pensamientos apoyados en nuestro
17 Cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga.
36
sistema límbico primitivo, que confieren sentido a la vida a través de nuestras emociones más
primarias y de los recuerdos de vivencias pasadas no resueltas.
37
4 Cómo caminar: el legado de diferentes culturas y tradiciones y su relación
con los conceptos gestálticos.
“—Bien —objeté yo—, ¿dónde queda entonces el valor del individuo? ¿Para qué nos esforzamos si
ya llevamos todo acabado en nosotros mismos?
—Alto! —exclamó violentamente Pistorius—. Hay una gran diferencia entre llevar el mundo en sí
mismo y saberlo. Un loco puede tener ideas que recuerden a Platón, y un pequeño y devoto colegial
del Instituto de Herrnhut puede recrear las profundas conexiones mitológicas que aparecen en los
gnósticos o en Zoroastro. ¡Pero él no lo sabe! Mientras no lo sepa es como un árbol o una piedra;
en el mejor de los casos, como un animal. En el momento en que tenga la primera chispa de
conciencia, se convertirá en un hombre. ¿No irá usted a creer que todos esos bípedos que andan
por la calle son hombres solo porque anden derechos y lleven sus crías nueve meses dentro de sí?
Muchos de ellos son peces u ovejas, gusanos o ángeles; otros son hormigas, y otros abejas. En cada
uno existen las posibilidades de ser hombre; pero sólo cuando las vislumbra, cuando aprende a
hacerlas conscientes, por lo menos en parte, estas posibilidades le pertenecen.”
4.a
18
El caminar chamánico. Indios Lakota. Naturaleza interna, naturaleza externa.
Hasta ahora he hecho hincapié en lo que representa caminar, a nivel biológico, antropológico,
anatómico y fisiológico. Quiero pasar ahora a lo que está más relacionado con la terapia y que tiene
que ver con la actitud. El cómo se camina es lo que diferencia el caminar de forma automática y
mecánica al caminar de forma terapéutica. Cuando hablo de caminar de forma terapéutica hablo de
caminar con conciencia. A lo largo de la historia son muchas las culturas que han utilizado el
caminar como medio para aumentar la conciencia. Aunque me pregunto si en un principio no fue lo
inverso lo que sucedió: si primero fue el caminar y de ahí, de forma espontánea, fue apareciendo y
creciendo la conciencia, en forma y estructura. En definitiva el caminar es en sí mismo un medio de
arrimar el pensamiento a un conocimiento personal y físico del mundo. Perls decía que no era el
fundador sino el redescubridor de algo tan viejo como el mundo, tan viejo como el caminar.
Diferentes tradiciones a lo ancho de los cinco continentes utilizaron la marcha como proceso de
crecimiento. Todas ellas tienen un mismo denominador común: la actitud. Caminar con presencia,
caminar como meditación activa es la base del darse cuenta gestáltico. Caminar con la atención
interna y externa.
18 Hesse, H. (2011). Demian: historia de la juventud de Emil Sinclair. Alianza editorial.
38
Los indios Lakota y su tradición en la marcha me parecen un buen ejemplo para relacionar con el
aspecto transpersonal de la terapia gestáltica. Los Lakota, pertenecientes a la Gran Nación Sioux de
Norteamérica, son dueños de una rica espiritualidad y un profundo respeto por toda la vida visible e
invisible. El propósito de la existencia de los indios Lakota se ve reflejada en una manera de vivir a
la que esta tribu llama Caminar en la Belleza. Se dice que uno Camina en la Belleza cuando tiene su
tierra (parte física) y su cielo (parte espiritual) en armonía. O dicho en otras palabras vive para el
espíritu pero con los pies en el suelo. De un extracto de una oración Lakota: “Gran Misterio,
enséñame a confiar en mi corazón, en mi mente, en mi intuición, en mi sabiduría interna, en los
sentidos de mi cuerpo, en las bendiciones de mi espíritu. Enséñame a confiar en estas cosas, para
que pueda entrar en mi espacio sagrado y amar más allá de mi miedo, y así Caminar en la Belleza
19
con el paso de cada glorioso Sol”.
Con otras palabras, la terapia Gestalt dice lo mismo. Uno de
sus ejes es la función de contacto, los soportes y los límites que delimitan los espacios personales
(yo-los otros). El objetivo de la terapia Gestalt es favorecer el contacto, un grado mayor del “darse
cuenta”. Hacer contacto es más que comprender, es comprender con todo el cuerpo, integrando lo
que siento con lo que pienso y con lo que hago. Esto se convierte en un estado de congruencia
interna que se percibe en la vitalidad, la energía y la claridad del mensaje que emitimos con todo el
cuerpo. Armonizamos la Tierra (cuerpo, emociones, pensamientos) y llegamos al cielo con lo que
promueve la terapia gestáltica: la fe en la autorregulación organísmica, es decir, confianza en la
espontaneidad, vivir desde adentro más que desde fuera (por obediencia a la obligación o
preocupación por la auto-imagen). Un curso de acción apropiado dictado más bien por una profunda
intuición que por la razón.
“Caminar es la gran aventura, la primera meditación, un ejercicio del corazón y del alma
fundamental para la humanidad. Caminar es el equilibrio exacto entre espíritu y humildad.”
20
“El Lakota estaba lleno de compasión y de amor por la naturaleza. Amaba la tierra y todas las
cosas de la tierra, y su apego crecía con la edad. Los ancianos estaban, literalmente, prendados del
suelo y no se sentaban ni se reposaban en la tierra sin el sentimiento de acercarse a las fuerzas
maternales. La tierra era dulce bajo la piel y gozaban al sacarse los zapatos y caminar descalzos
sobre la tierra sagrada. Sus tipis se elevaban sobre esta tierra en donde sus altares ya estaban
hechos.
19 Davila, G. Recuperado el 6 de setiembre 2014. http://grego.es/?p=5206
20 Snyder, G. (2000). La mente salvaje, poemas y ensayos. Madrid: Ardora Ediciones.
39
El pájaro que volaba por los aires venía a reposarse y la tierra sostenía, sin desfallecer, todo lo que
vivía y brotaba. El suelo apaciguaba, fortificaba lavaba y curaba.
Por todo esto los indios mayores se mantenían en contacto directo con el suelo para no quedarse
separados de las fuerzas de la vida. Sentarse o tumbarse así les permitía pensar de forma más
profunda, de sentir más vivamente. Contemplaban entonces con mayor claridad los misterios de la
21
vida y se sentían más próximos de todas las fuerzas vivas que les rodeaban...” .
A través de este extracto podemos apreciar la visión chamánica de esta tribu. Caminar se convierte
en una actividad espiritual que une el cuerpo, la tierra y el cielo. De nuevo la conexión entre el
chamanismo y la Gestalt como dos vías de autoconocimiento que en su filosofía coinciden en la
confianza de que las personas tienen la capacidad para encontrar el mejor camino para sí mismas.
Tanto la Gestalt como el chamanismo Lakota desarrollan una manera de hacer que crea las
condiciones para que el ser humano se deje guiar por su intuición e integre en su vida lo aprendido
con una actitud más genuina y amorosa. En este hacer coinciden técnicas para el entrenamiento en
la atención y el despertar de la conciencia, reforzando la responsabilidad en la percepción de
nosotros mismos y de la realidad con presencia y transparencia. Es a través de la propia experiencia
que cada cual, dependiendo de su circunstancia y de su proceso personal, obtiene distintas vivencias
que pueden ser corporales, emocionales, mentales, existenciales y/o transpersonales. Durante este
proceso la Naturaleza es una vía de autoconocimiento a través del contacto con los distintos
elementos: el agua, la tierra, el aire, el fuego, el espacio.
4.b El caminar Taoísta. Polaridades y vacío fértil.
Para examinar el tema de las polaridades y del vacío fértil observaremos la forma de caminar de los
taoístas. Su actitud se puede resumir en estar receptivo a la corriente del Tao que atraviesa sin
distinciones las rocas, los árboles, los arroyos, las colinas y el cuerpo humano. Es estar en comunión
con la vibración del lugar, armonizar nuestra energía vital con la del universo. El caminante entra en
cada instante del día en relación con todos los elementos que existen, y que trabajan en él, como si
fuera él mismo una materia que se prestase al gran trabajo del mundo. El esfuerzo físico de la
marcha puede conducir al hombre, a la mujer, a ciertos extremos donde ya no existe ninguna
22
dualidad entre él, ella y un árbol o una piedra. Caminar como lo entienden los taoístas , es acceder
a una agudeza de nuestras percepciones tal que nuestra mirada penetra el interior de las cosas.
21 Standing Bear, L. (2001). Pieds nus sur la Terre sacrée. Denoël.
22 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones.
40
Poco importa cómo es el camino, recto o torcido, largo o corto, estrecho o ancho; todo camino es
siempre el camino del Tao. Se camina siempre para retozar en la fuente de las cosas. En la marcha
taoísta el espíritu está libre de toda traba, es un fluir. Es ir en contra o en oposición del pensamiento
lineal, como el soplo de la vida, como el viento que viene y va. Caminando así nos convertimos en
árbol entrando en un bosque, en agua entrando en un río, en roca sobre el roquedo. Para el taoísta,
caminar es estar en un estado donde ya no existe el tiempo y donde vomitamos nuestra inteligencia.
Caminar como una hoja muerta caída del árbol que el viento se lleva, sin saber si es el viento quien
te lleva o si eres tú quien lleva al viento. El que camina realizando la armonía se identifica
totalmente con los seres y las cosas; penetra los elementos.
23
En un relato taoísta, biografía del hombre realizado del Yang púrpura , vemos a un hombre caminar
largos años por las montañas y cuevas en busca de dioses, pero es cerrando los ojos, un día, cuando
encontró todo a la vez (las montañas, las cuervas y los dioses) en él mismo. En este mismo sentido,
24
Lao-tseu
dice que el objetivo supremo del caminar es ignorar dónde vamos y lo que
contemplamos.
En definitiva, el caminar taoísta, es un caminar sin ataduras, sin amarras, y como una barca vacía.
Es poder participar a los miles de transformaciones, acompañar a los miles de metamorfosis;
caminar es cambiar con el cambio.
Esta visión entra en consonancia con la visión de Fritz Perls. La existencia de polaridades en el
hombre no es ninguna novedad, lo nuevo en la perspectiva gestáltica es la concepción del individuo
como una secuencia interminable de polaridades: unas aparecen en un momento y otras en otro pero
todas están ahí y forman parte de nosotros. En realidad no existe incompatibilidad entre opuestos
sino que somos nosotros quienes los juzgamos erróneamente incompatibles, dando como resultado
el estrechamiento de la conciencia. En cuanto a su relación con el autoconcepto, el organismo
necesita de todas sus posibilidades para responder a un ambiente en permanente cambio. Sin
embargo, dispone de menos alternativas de las posibles por haber ido perdiéndolas en el
camino: el empobrecimiento neurótico radica en esta errónea elección del autoconcepto en
lugar del sí mismo (self). Es el paso que va del punto cero como vacío estéril, o centro neurótico,
al vacío fértil, o centro sano. El punto que va del vacío lleno de estereotipos y clichés, estructurados
básicamente a partir del miedo y que determinan nuestro comportamiento de una manera más
automática que realmente libre al punto cero donde el vacío es un vacío creativo a partir del cual se
da la auténtica regulación organísmica, un vacío que sustituye la respuesta programada, automática,
por la expresión de lo que sucede en la relación establecida en la función de campo del estar del yo
23 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones.
24 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones.
41
con el medio en el que se halla. La frontera de contacto como frontera de expresión y no de
comportamientos estereotipados.
Según Perls, la filosofía básica de la psicoterapia es la naturaleza entre la diferenciación y la
integración. La diferenciación conduce por sí misma a las polaridades, como dualidades que
son, lucharán entre sí y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos completamos
nuevamente a la persona.
“..incorporado a la terapia gestáltica como una confianza en la espontaneidad, un vivir desde
adentro más bien que un vivir desde afuera (por obediencia a la obligación o preocupación por la
autoimagen), un sinónimo del Tao, es decir, un curso de acción apropiada dictado más bien por lo
dionisíaco ante las preferencias en lugar de una lucha sartreana por las opciones.”25
26
Tchouang-tseu : “Si bien es cierto que los pies del hombre no ocupan más que un pequeño trozo de
la tierra, es por todo el espacio que no ocupa que el hombre puede caminar sobre la tierra
inmensa”.
Islas y montañas de los inmortales, son los lugares privilegiados de las marchas taoístas; pero estas
marchas son inseparables de la mirada interior que lleva a los confines del universo. Y todo el
simbolismo del viaje interior, el caminante que toca los lugares donde se baña el sol, remoja sus
cabellos en los lagos del sol poniente, se acuesta sobre la montaña que escala, expresa en un mismo
sentido: marcha física y viaje del alma se confunden. Para el taoísta, caminar por la montaña, por
ejemplo, es en sí un acto de meditación que consiste en integrarse al ritmo del universo.
4.c El caminar poético. Atención y marcha contemplativa.
El arte de lo sencillo
Otro ejemplo de marcha en busca del crecimiento personal es la marcha contemplativa, de plena
atención que practicaba Bashô. Quien mejor podría representar esta forma de caminar que el gran
poeta Matsuo Bashô, (Ueno, 1644, Osaka, 28 de noviembre de 1694), fue el poeta más famoso del
período Edo de Japón. Está considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku , Sus
poemas están influidos por una experiencia de primera mano del mundo que le rodea y, a menudo,
consigue expresar sus vivencias con una gran simplicidad. Del haiku, Bashō
27
había dicho que es
"sencillamente lo que sucede en un lugar y en un momento dado" es una forma de poesía tradicional
25 Naranjo, C. (1999). La vieja y novísima gestalt. Chile: Cuatro vientos.
26 Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan.
27 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho
42
japonesa. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el
poeta la contemplación de la naturaleza. El zen utilizó el haiku para la difusión de su filosofía. El
haiku describe generalmente los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones y la vida
cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez, no el simplismo, la
sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con esta la eternidad.
En la base del haiku hay una percepción directa de las cosas, apegada a lo sensible y libre de
28
conceptos abstractos. Blyth lo define como “una mera nada, pero inolvidablemente significativa”.
29
Para Vicente Haya ,”la palabra humana que se transforma en haiku es la expresión de un silencio
profundo y ancestral que es previo y posterior a nuestra existencia como criaturas”.
Nadie mejor que él ha preconizado la marcha sin objetivo a la escucha de los paisajes, como un arte
inspirado de la escritura del haiku. Pasó su vida viajando recorriendo Japón. Para Bashô viajar
caminando era un arte de vida en el cual la vida misma era una obra de arte, y el haiku era la
expresión culminante de este estado. Este vagabundeo sin ataduras ni posesiones se volvió para él
un modo de vida austera que le procuró la paz del alma que buscaba. El haiku y el caminar están
íntimamente ligados ya que para Bashô el haiku estaba en el corazón y no en la letra; es sobre todo
una forma de vivir lentamente, abriéndose camino en medio de mil cosas que no son ni pequeñas ni
grandes y que son, simplemente, la realidad. Alan Watts decía que el paisaje es un estado de
nuestras neuronas. Caminando creamos el paisaje ya que percibir es crear una imagen a partir de
energías que cambian sin cesar. Caminar es pintar el paisaje. Pintar con el soplo, con el cuerpo, con
las neuronas. Es llegar al punto en el cual el paisaje recorrido, atravesado en todos los sentidos, no
es más que nosotros mismos. Para pintar-caminar de esta forma es necesario un entrenamiento
profundo del darse cuenta del que habla Perls. La Gestalt concibe el darse cuenta como el proceso
de restauración de la salud, entendiendo que la neurosis es un oscurecimiento de la capacidad de
percibir (a uno mismo, al mundo,…) y el camino correcto es ir saneando esta ceguera. El darse
cuenta cubre tres estratos o capas: el darse cuenta de sí mismo, el darse cuenta del mundo y el darse
cuenta de lo que está en medio (la zona intermedia de la fantasía), que impide que la persona esté en
contacto consigo y con el mundo. En el haiku se plasma esta relación directa entre el darme cuenta
interno y externo. Ese es el arte puro, sencillo y real que persiguió Bashô a lo largo de su vida
errante. A nivel terapéutico hablaríamos del desarrollo de la capacidad de conciencia que supone
enfocar tres zonas. La primera sería darse cuenta de la zona interna, es decir, poner la autoobservación en uno mismo: captar las sensaciones térmicas, kinestésicas, los sentimientos que
afloren, los estados de ánimo, etc. Un mirar hacia dentro como antídoto a las distracciones de fuera.
28 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho
29 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho
43
La segunda sería el darse cuenta de la zona externa, esto es optimizar los sentidos y devolverles su
función perceptiva, de forma que captemos la realidad del entorno en vez de fantasearlo o
interpretarlo. Se trata de recuperar la vista, el oído, la piel y todos los demás canales sensoriales con
que nos orientamos en el mundo. Podría parecer todo esto una simpleza: sin embargo, una de las
características de la neurosis es precisamente el empobrecimiento sensorial, de ahí que el objetivo
de la terapia consista en olvidar cada vez más la mente y despertar los sentidos. Estar más en
contacto con uno mismo y con el mundo en vez de únicamente en contacto con las fantasías,
prejuicios, etc. Por último, darse cuenta de la zona intermedia: enfocar ese filtro fantasioso con que
tamizamos las percepciones internas y externas. Perls lo llamaba tierra de nadie y zona
desmilitarizada como metáfora de frontera entre lo propio y lo ajeno. También utiliza la palabra
hindú maya para referirse al mundo de la ilusoriedad:
“Maya es una especie de sueño, de trance. A menudo a esta fantasía, a este maya, se le denomina
la mente, pero al mirarlo más de cerca lo que llamamos “mente” es fantasía. Es el escenario de los
30
ensayos” .
Tradicionalmente se considera esta zona como el lugar privilegiado de la neurosis: aquí residen los
prejuicios, fobias, paranoias, distorsiones en general de lo que nos llega de fuera o de dentro; no
obstante es necesario entender que lo dañino, en realidad, es su exceso, o dicho de otra manera: ¿en
qué medida soslaya y sustituye la conciencia de las zonas interna y externa?
El darse cuenta no está completo sin conocer directamente la realidad de la situación y cómo está
uno en ella. No podemos hablar de conciencia si no me incluyo (pertenencia) en la situación y no
me lleva a hacerme responsable de mí en tal situación.
El darse cuenta es siempre aquí y ahora, y siempre cambiando, evolucionando y trascendiéndose a
sí mismo.
4.d El caminar de los monjes del Monte Athos. El desapego.
Para relacionar el desapego en la marcha con la terapia me parece oportuno recurrir a los monjes
errantes de Grecia, en el monte Athos. En este lugar, ciertos monjes llamados giróvagos
(errabundos, vagabundos, errantes) no tienen un lugar estable donde abrigarse y donde dormir.
Cuando cae la noche, se posan en las escaleras de un monasterio, al borde de un arroyo o en una
cuneta. Se alimentan de lo que encuentran en la naturaleza o de aquello que les proporcionan los
monjes de los monasterios cercanos. No se someten a ninguna regla monástica, solo siguen los
30 Peñarrubia, F. (2002). Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial. P. 99
44
eventos de su vagar un poco como la nube que el viento lleva donde quiere. Esta errancia es su
ascetismo, su ejercicio de meditación. No rezan en las iglesias, rezan en los bosques y en las cuevas
donde no se quedan nunca más de un día. Caminan todos los días por los caminos o campo a través.
Caminan empujados por el Espíritu. No salen jamás de su territorio sagrado y lo recorren en todos
los sentidos hasta su muerte. Cada mañana retoman el camino y cada mañana es una vida nueva en
la que renacen. No están atados a ningún lugar ni a ninguna amistad y permanecen totalmente
abiertos a cada día, a cada cosa y a cada ser vivo. Caminan toda su vida sin objetivo, en un eterno
peregrinaje en el paisaje del aquí y ahora. Protegidos por su montaña santa, estos monjes existen
todavía en este principio de siglo, alejados de sus preocupaciones.
Estos monjes viven la experiencia del desapego tal como se concibe en la terapia Gestalt. Desapego
implica vivir el momento presente, vivir en el aquí y en el ahora. Permitir que en la vida las cosas se
den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Para ello, necesitamos ser conscientes
de que estamos cargando con cosas muy pesadas de diversa índole: ideas, pensamientos, creencias,
hábitos, costumbres, cosas materiales, miles de apegos sin los cuales sentimos que no podríamos
estar bien. Y lo cierto es que todas esas piedras en nuestra mochila, rebatiendo la creencia de que
nos hacen felices, nos pueden llegar a generar mucho malestar en nuestras vidas y hacernos más
pesada la carga, más difícil el camino de la existencia.
El desapego implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios o en
la autoregulación organísmica, en las otras personas, en el orden natural y en la naturaleza de las
cosas en este mundo. Implica renunciar a manipular nuestro entorno y enfrentarnos con valentía y
autenticidad a nuestros miedos y temores.
“...uno no puede liberarse si no hay desapego. Uno necesita del desapego para dejar de hacer lo
que está haciendo, para quedarse quieto, para estar simplemente sentado (como en el Zen), para
abandonar cualquier juego y permanecer calmadamente con la toma de conciencia de las propias
percepciones del momento en lugar de sumirse en fantasías o juegos. Y uno también necesita del
desapego para fluir, para rendirse a la expresión.”
31
31 Naranjo, C. Cit. en Peñarrubia, F. (2002). Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial.
45
4.e Peregrinajes. Estructura de viaje y camino de crecimiento.
Para acabar este paralelismo entre la terapia y diferentes tradiciones y culturas del caminar me
referiré a las peregrinaciones. El peregrinaje es una de las estructuras fundamentales del viaje:
tiende hacia un objetivo, objetivo que apunta hacia una transformación personal. Por eso, para los
peregrinos, caminar se convierte en una labor. Presente en casi todas las civilizaciones, el
peregrinaje es literalmente percibido como el pasaje obligado del viaje espiritual, de la misma
manera que el ascetismo y el esfuerzo físico son casi universalmente considerados como los
trampolines del desarrollo espiritual.
La idea que lo sagrado no es absolutamente inmaterial y que existe una geografía del poder
espiritual es la hipótesis de inicio del peregrinaje. Todo peregrinaje traza una invisible demarcación
entre espiritualidad y materialismo ya que todo peregrinaje tiene un pasado, una historia y un lugar.
Parecería que toda peregrinación busca reconciliar lo espiritual con lo material ya que partir por
estos caminos se convierte en expresar los deseos y las creencias del alma por medio del cuerpo y
de sus movimientos. El peregrino une la fe y la acción, el pensamiento y el hacer y entiendo que
esta harmonía se realiza cuando lo sagrado está vinculado con una presencia física y asociado a un
lugar determinado.
El peregrinaje cristiano pone el viaje y la llegada en relación simbiótica. El viaje sin destino tendría
algo tan carente como la llegada sin un viaje previo. El peregrinaje es un desplazamiento físico
efectuado paso a paso, al precio de duros esfuerzos, hacia esos objetivos espirituales intangibles tan
difíciles de alcanzar de otra forma. Nos preguntamos desde el alba de los tiempos cómo acceder a la
misericordia, a la curación, a la verdad, pero sabemos ir caminando de un punto a otro, por muy
penoso que sea el trayecto. De la misma manera, nos imaginamos fácilmente que la vida es un viaje,
y el hecho de emprender realmente una expedición refuerza aún más esta comparación, la
concretiza. El cuerpo aliado con la imaginación la pone en acto en un mundo donde la geografía se
ha espiritualizado. La imagen del caminante que progresa por un camino difícil que le lleva a un
lugar lejano es una de las representaciones más convincentes y universales del ser humano.
Individuo solitario y minúsculo observando la inmensidad del mundo, caminante que solo se puede
apoyar en su voluntad y en su fuerza.
Quien traza un camino interpreta el primero el paisaje que atraviesa, y los que seguidamente toman
este camino aceptan esta interpretación o caminan tras sus huellas, tales como los sabios, los
cazadores, los peregrinos. Seguir el mismo camino, es reiterar algo profundo; atravesar un mismo
espacio y de la misma manera permite de alguna manera identificarse a este otro, dejarse habitar por
sus pensamientos. La importancia de la repetición y la imitación es que nos unimos a algo más
46
grande que nosotros, nos fundimos en la historia de los que nos precedieron y nos postramos ante
ellos, siguiendo sus huellas. El camino del peregrino es el camino que une, que vincula con los
ancestros, que honra el pasado a través de la madre tierra.
Desde el principio de los tiempos la peregrinación sagrada ha sido una de las vías más directas,
pragmáticas y profundas para alcanzar la gran comprensión del ser, el encandilamiento o
iluminación. Avanzar sin descanso y siempre hacia delante; afrontar los obstáculos que la vida pone
ante nosotros, convirtiéndolos en aliados; adecuarnos en cada instante a las necesidades del
momento; caminar atentos a los signos que el misterio nos ofrece, para resolver el encuentro con la
Sombra o demonio personal.
El hecho de caminar sin descanso en un entorno "no civilizado", sacraliza e intensifica la práctica
de cualquier técnica de autorrealización. Pues lo esencial nunca pueden ser las técnicas, sino la
integridad, el intento o la fe con que las emprendamos, así como el instante que el designio marca
para llevarlas a cabo.
Mezclados con un sinfín de gentes comunes, hacemos lo mismo que ellos, afrontar la vida ordinaria
y adecuarnos a las dificultades de la ruta. El objetivo esencial es la manifestación del espíritu y el
encuentro con el misterio. Las pruebas del camino sirven para poner en tela de juicio nuestras
realizaciones que han de poder ser aplicadas con eficacia para resolver los desafíos que
cotidianamente la vida nos presenta.
“El largo camino del peregrinar nos permite atravesar las tres etapas básicas de un sendero de
realización. La primera etapa es la purgativa o purificadora. A través del dolor, la incomodidad, el
cansancio, la soledad, etc., nos hace vivir las dificultades de la aventura interna y nos permite
desarrollar el propósito y la voluntad. La segunda es la etapa meditativa o de interiorización.
Aparece cuando nuestro cuerpo-mente-corazón se ha aclimatado al ritmo del peregrinaje. Hay una
aceptación relajada y una fusión intensa con la naturaleza, que nos hace descubrir el silencio y
avanzar sin esfuerzo ni dificultad. Por último, la unidad nos alcanza sin darnos cuenta. Es la etapa
unitiva, que nos revela las intuiciones profundas de nuestro ser en el cuerpo, una mente y un
corazón limpios de las presiones del ego (de los conceptos, de la negatividad, de las ampollas y
hasta de la fatiga). Encarna la presencia sin tiempo y cada jornada está repleta de plenitud.”
32
Estas tres etapas se pueden identificar en el proceso terapéutico. La primera tiene que ver con
nuestra parte neurótica, con el sufrimiento que se rebela y atrinchera ante la posibilidad de
desaparecer. Tiene que ver con nuestros miedos relacionados con nuestras expectativas, nuestro
autoconcepto y todas las artimañas que fuimos construyendo desde chiquititos para defendernos del
dolor y del vacío de la vida. Tiene que ver con el reconocimiento, la conciencia de todo el
32 Miyo. (1968). Santiago 92. El retorno del Dragón Celeste. México: Mandala ediciones.
47
sufrimiento que arrastramos: los juegos mentales, los apegos emocionales, las fantasías, todo eso
que se instala en la zona intermedia y que nos impide el contacto real con nosotros y con la vida. La
segunda etapa tiene que ver con una profundización del contacto interno y externo que nos va
calmando y nos va abre la posibilidad de relajar nuestro cuerpo y de serenarnos. Es la etapa de
ampliar la claridad en sentir lo que somos y ver lo que nos rodea. La interpretación ya no es
necesaria. La tercera etapa tiene que ver con la autoregulación organísmica, con la conexión interna
externa, con el fluir en el aquí ahora. Intuición, emoción y pensamiento entran en coherencia con el
entorno y tenemos la vivencia de ser, en plenitud sin interrupciones egoicas. Esa zanahoria de paz y
serenidad a la que tanto deseamos llegar.
48
5 ¡A caminar!
33
“Solo los pensamientos que nos vienen caminando tienen valor.” Nietzsche .
33 Cit. en Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan.
49
5.a Experiencias personales
El camino de Santiago. Renacer.
Una de las experiencias más importantes y transformadoras que he realizado fue recorrer el camino
de Santiago. Hice aproximadamente 800 kilómetros en veintisiete días, con una media de treinta
kilómetros al día. Durante esos días pude experimentar muchas vivencias que luego, con la
formación en terapia Gestalt, pude entender y estructurar. Sin saberlo, sin tan siquiera pretenderlo,
he aquí la magia y la fuerza del camino y del caminante: aprendí a meditar. Esos días en el camino
me devolvieron la salud que poco a poco había perdido. Esa experiencia se convirtió en mi primera
vivencia espiritual o transpersonal. Ahora, con todo lo aprendido durante y mediante la terapia
puedo entender cómo fue el proceso. Una de las características que hace de la heroína una de las
sustancias más peligrosas es lo que se llama el mono. El síndrome de abstinencia que produce es
profundamente desagradable. Sensaciones de frío y de calor, sensaciones de vacío en el estómago,
dolores musculares, abatimiento general, pero sobre todo una sensación en la barriga que es de las
cosas más difíciles de sostener. Una sensación muy intensa de vacío y angustia. Y ahora me doy
cuenta que este sufrimiento físico me hizo estar conmigo; no había elección. Estos dolores
centraban toda mi atención al inicio del camino. Y así pasaron los primeros días, sosteniendo lo
desagradable sin poder escapar. Estar y seguir caminando. Un paso y otro paso y me duele y otro
paso. Y al caer la noche tener la satisfacción de haber podido seguir. Y la angustia del mañana. En el
inicio del viaje aprendí a darme cuenta de mi mundo interno, a fijarme en todas las sensaciones
físicas a lo largo del día. Sin duda fue un despertar doloroso después de dos años de narcotización.
Llevaba mucho tiempo sin sentir mi cuerpo. La primera semana fue muy dura. Luego los síntomas
se fueron calmando y mi atención pudo, poco a poco, abrirse al exterior. Y no tengo ninguna duda
de que el contacto con la naturaleza (con los árboles, los trigales, las flores, con todos los aromas de
la vida) ayudó a sanarme. En mi cabeza bullían los pensamientos de fracaso, de mentira, de
impotencia y de angustia mientras avanzaba y, de vez en cuando, contactaba con el piar de un
pájaro, con el suave olor a paja o me paraba a observar el manso pastar de un rebaño de vacas. El
infierno físico se había calmado y daba espacio a la tortura mental, a la zona intermedia o zona
desmilitarizada
como la llamaba Perls. La zona intermedia de juicios, expectativas, deseos,
mandatos e interpretaciones que nos impiden contactar de forma directa con nuestro mundo interno
y con el entorno. Pero por algo dirán eso de que la naturaleza es sabia. Nada más poderoso para una
mente atormentada como la mía entonces que un sendero solitario, una mañana soleada, las
margaritas de las cunetas, el ruido acompasado de mis pasos. De repente sentir la paz y la calma del
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momento; sentirme uno con el entorno, disfrutar de la mente callada, en silencio; solo este preciso y
precioso instante compuesto de cuerpo, tierra, aire, sol. Está todo y no hay nada más, ni nada falta.
Algo despierta en mí. Algo sencillo y a la vez inmenso. Me doy cuenta de mí y de mi entorno y me
hago más chiquito, y me crezco también. Inicio, así, mi camino espiritual: trasciendo las barreras
del ego, cruzo las de mi sufrimiento, y constato cómo y de qué manera el ego me separa y me
escinde de lo otro.
Recuerdo una sensación de plenitud que no he vuelto a sentir. A mediodía, con un sol intenso de
verano, me quedaba apenas un trago en la cantimplora. Mi padre tuvo que renegar de la iglesia
católica (cosa que, por otra parte, hizo con regocijo) para poder casarse con mi madre que es judía.
Ni yo ni mi hermana fuimos bautizados. Recuerdo pararme al borde del camino y tirarme el agua
por la cabeza. Acababa de bautizarme. Volvía a nacer, volvían a crecer en mi seno las ganas de vivir.
Caminar tanto y tantos días seguidos ayuda a romper con muchas de nuestras costumbres y el
ejercicio obliga a poner atención en ti y en el entorno.
Caminar sin avanzar
Pero caminar no es la panacea. No es suficiente el salir a pasear para que esta actividad sea
saludable. Caminar también puede ser un recurso neurótico, una trampa en la cual caer cuando el
abismo de la locura ronda cerca.
Tengo muy fresco otro momento de crisis profunda en el que también salí a caminar y, sin embargo,
en vez de serenarme y aportarme claridad, sirvió para ahondar en mi locura sin apaciguarme mi
dolor. En junio de 2011 mi ahora ex esposa decidió que nos separábamos. Entonces, mis hijos
tenían cuatro años el mayor y dos años la pequeña. La separación fue desgarradora. Justo después
de nacer mi primer hijo, nos habíamos ido a vivir al campo, a las afueras de un pequeño pueblo a 50
km de Barcelona. Vivíamos rodeados de viñas y olivares. Estábamos realizando nuestro sueño de
vivir en plena naturaleza. Teníamos dos perros, gallinas, una chimenea. Y el sueño se fue
convirtiendo en pesadilla.
Cuando nos separamos, el nueve de junio de 2011, me pasé tres días caminando, diez horas al día,
prácticamente sin comer ni beber. Durante esos días recuerdo haber pasado las horas intentando
comprender qué había pasado, qué estaba pasando. Mi mundo se resquebrajaba, sentía que ya no
había suelo firme donde apoyarme. Caminaba y mis pensamientos, mis angustias, mis preguntas me
invadían, me enredaban, me colapsaban. Buscaba desesperadamente respuestas en la naturaleza, en
las mariposas que volaban, en el conejo que se saltaba delante de mí, en las piedras con las que
tropezaba. Y sí, creía encontrar respuestas, interpretando mis sensaciones y mi entorno encajándolo
todo al discurrir de mis pensamientos. Guardo en mí esta experiencia como la bandera de la locura,
51
mi locura. Era tanta mi necesidad de consuelo y mi incapacidad de aceptar lo ocurrido que en esos
tres días me convencí a mí mismo que todo se arreglaría. Todos los indicios, todas las pistas del
camino que me ayudaron a construirme un discurso apaciguador con final feliz, todo fue inventado,
todo fue manipulado, todo lo que yo consideré místico o mágico fue un mero ejercicio neurótico, un
alivio que nada aliviaba, una distracción. Un amigo apareció oportunamente y me dio de comer, me
escuchó, cuidó de mí y me acompañó en aquellos días aciagos de verano. Logré, con el tiempo y el
trabajo terapéutico, salir del atolladero. Y así pude conocer la otra cara de la luna del caminar, su
lado oscuro.
Así, aquí, podemos echarnos a recorrer la senda de este intento de restitución de un misterio
antiguo, olvidado a veces, fundamentalmente simple siempre, que es el caminar, ahondando en el
caminar terapéutico tal como yo lo concibo, como lo he aprendido durante la experiencia y durante
las lecturas, y tal como lo he practicado.
5.b Experiencias grupales: Caminando con Gestalt
Un cuento: se hace camino al andar
Cuentan las personas mayores que hace muchos años, en un lugar perdido entre verdes montañas y
ríos transparentes, los habitantes de una pequeña aldea organizaban cada 100 años una extraña y
curiosa competición.
Animaban a que de cualquier rincón del reino acudiesen hombres y mujeres para emprender un
viaje por los caminos que recorrían de punta a punta el país, para volver, al cabo de varias
semanas a la misma aldea. La condición imprescindible para participar en esta legendaria
caminata era que se elegiría una pareja de hombres o mujeres en la que cada uno de sus
componentes fuese totalmente contrario al otro, o sea, que uno fuese la antítesis del otro.
Nadie hasta entonces había conseguido recorrer todo el camino y regresar juntos.
Se comentaban terribles sucesos por los que muchos habían llegado a perder la vida en su afanoso
intento de finalizar aquel extraño viaje.
Un día, se presentaron a la aldea dos hombres. Uno, alto, fuerte y joven, bello, con porte de
príncipe y orgulloso como un rey. El otro, bajito, feo, viejo, gruñón como un enano, desconfiado y
miedoso.
Los dos caminantes accedieron al reto y se pusieron en marcha. La gente de la aldea los vio
alejarse uno junto al otro, mientras murmuraban y pronosticaban un desenlace fatal.
Lo cierto es que, al cabo de muchas semanas, los dos caminantes regresaron a la aldea, juntos,
52
caminando uno con el otro cogidos por los hombros (bueno, el bajito cogía a su compañero por la
cintura). El joven parecía más mayor y el viejo más joven, el orgulloso miraba con humildad a su
compañero que sacando pecho parecía no temerle a nada ni a nadie.
Al llegar a la aldea fueron interrogados por los curiosos aldeanos que no daban crédito a lo que
estaban viendo.
A la pregunta de cómo lo habían conseguido, respondieron que andando compartieron sus
alimentos, sus soledades, sus amores y desamores, sus tristezas y alegrías y que compartiéndolo
todo habían llegado a quererse.
A la pregunta de si se habían iluminado durante el camino respondieron que la luz que habían
descubierto era la luz de sus corazones.
Y cundo les preguntaron qué iban a hacer ahora contestaron que lo que deseaban seguir haciendo
era caminar, caminar con otras gentes y compartir el camino, el camino de sus vidas.
Esta historia se repite anualmente por el CAMINO DE SANTIAGO, con esos dos amigos y un
grupo de peregrinos que inician el viaje a la luz, a la luz interior, que es como se hace el camino.
Guillermo y Ferran os animarán cada año a caminar con amor, en contacto con la naturaleza y a
descubrir que en cada uno de nosotros existe una luz que nos guía por el viaje de la vida.
Ferran
Ferran y Guillermo se quieren
53
Marco y estructura de trabajo
El grupo de Caminando con Gestalt
Iniciamos los Caminando con Gestalt en 2004. En estos trabajos en grupo de fin de semana, en
todas las salidas buscamos un lugar para trabajar en la naturaleza. En la elección tenemos en cuenta
la estación del año. En otoño solíamos ir a un hayedo cerca de Olot, donde los matices rojizos son
especialmente bonitos. En primavera, la zona de montaña de Prades con sus flores y su aroma a
tomillo y romero. En verano nos decantábamos por la costa y aprovechábamos para disfrutar de las
playas. Pero lo fundamental, el requisito indispensable, era salir de la ciudad, alejarse de la nube de
contaminación atmosférica y acústica. Caminar sobre terreno natural, sendero de tierra, hierba o
arena de playa. El trabajo empezaba antes de encontrarnos el sábado a primera hora. Y es que la
estructura ha variado poco a lo largo de los años. Quedar prontito por la mañana del sábado, sobre
las ocho de la mañana, distribuirnos en los coches para ir a la casa de campo o camping elegido. Al
llegar al lugar de destino dejamos las cosas y nos reunimos para una primera rueda de presentación
durante la cual realizamos un centramiento y compartimos cómo está cada uno. Después
presentamos el trabajo: cómo se desarrollará el fin de semana y si la salida tiene un tema específico
(necesidades, el placer, las pérdidas, etc.) pues hablamos de él tanto a nivel teórico como de
nuestras vivencias. A continuación salimos a caminar. El tiempo de la caminata es variable, en
función de la dificultad del recorrido y del trabajo específico del fin de semana. Suele variar entre
tres y ocho horas.
Una de las características de todas las salidas que hemos hecho es que la comida del sábado la
hacemos en la naturaleza con los alimentos que cada uno haya traído. La consigna es siempre la
misma. Cada participante ha de preparar algo de comida con amor. El viernes o el sábado por la
mañana, cada uno de nosotros está preparando ya la salida y colocando en su mochila una intención
amorosa para compartirla con los demás durante el fin de semana.
Una de las pocas recomendaciones que damos es no llevar nada en las manos durante la caminata.
Cuando uno camina, ha de tener las manos libres, si cargamos algo en ellas perdemos mucha
energía y grados de libertad.
Cuando empezamos a caminar no hay consignas, es un rato durante el cual cada uno se toma su
tiempo para ir estando, para soltar tensiones, preocupaciones y cada uno tiene su forma de aflojarse
y de hacerse más ligero.
Quiero nombrar los aspectos más importantes que trabajamos caminando: aprender a caminar, la
atención (percepción), el silencio interno, la autoobservación chamánica y la intención.
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Técnicas y consignas en el caminar
Muchas de las técnicas y consignas que vienen a continuación las he extraído del libro Caminatas
34
para el cuerpo y el espíritu de James Endredy. El autor inició su camino espiritual como discípulo
de Víctor Sánchez, creador de AVP ( Arte de Vivir a Propósito).
Aprender a caminar
Para la mayoría de la gente, caminar es una actividad que no requiere la intervención del
pensamiento ni de la intención. Raras veces caminar se convierte en una acción consciente. Como
es un acto tan natural, solemos hacer otras cosas mientras caminamos: podemos hablar, comer,
pensar e incluso leer.
La forma de caminar refleja el ser interno del caminante.
Una de las primeras tareas a realizar es observar a los demás caminando:
¿Cómo caminan los individuos de ceño fruncido, despacio o deprisa?
¿En qué se diferencia la forma de caminar de un niño a la de un adulto?
¿Caminan los hombres de forma diferente a la de las mujeres?
¿Cómo afectan la posición corporal y el equilibrio a la manera de caminar de una persona?
¿Mantiene la persona su cabeza inclinada hacia adelante o la mantiene erguida?
¿Lleva el cuerpo inclinado en la dirección del movimiento o alejado de ella?
¿Cómo son las zancadas, cortas y rápidas o largas y lentas?
Si bien las personas caminan de formas muy diversas, existen algunos aspectos comunes a la
mayoría que son característicos del mundo moderno y reflejan las actitudes internas de la cultura
industrial. Por ejemplo, muchas personas experimentan que su atención deambula de aquí para allá
cuando caminan; esto es el resultado de vivir en un mundo que nos exige pensar en muchas cosas a
la vez. Asimismo, cuando la mayoría de las personas caminan, su cuerpo se mueve de aquí para allá
y sus centros de gravedad y equilibrio cambian de manera incontrolada.
34 Endredy, E. (2002). Caminatas para el cuerpo y el espíritu. Madrid: GAIA ediciones.
55
Atención
La atención es lo que nos permite hacer uso de nuestra conciencia. Podemos entrenar nuestra
atención a fin de enfocarla, expandirla y unificarla. Las caminatas enfocan nuestra atención hacia
actividades muy diferentes de las habituales, produciendo una brecha en la continuidad de nuestra
percepción. A través de esa apertura puede crecer y emerger una nueva visión. Manteniendo nuestra
atención continuamente en estas actividades extrañas podemos entrar en niveles de silencio interno,
de conexión con la energía externa y de conciencia y percepción potenciadas.
La atención es la herramienta para el darse cuenta.
Silencio interno
Aquietar la mente, alcanzar un estado de silencio interno tiene muchos beneficios para el ser
humano. Uno de los objetivos principales de las caminatas es acallar el parloteo incesante de
nuestra mente que nos impide percibirnos y contactar con el mundo sin filtros, básicamente el filtro
de la personalidad, del yo, del ego que nos separa del ser.
Percepción
Uno de los objetivos centrales de las caminatas es la expansión de nuestras capacidades perceptivas
en el mundo natural usando nuestros sentidos y todos los demás recursos propios de los seres
humanos. Las caminatas dan la oportunidad de comprobar que nuestras percepciones se derivan de
nuestra forma de interpretar la realidad.
Autoobservación
Las caminatas invitan a observarnos con los ojos de la naturaleza.
Intención
La intención es la fuerza empleada para explorar los temas de las caminatas. Es la forma de dirigir
la atención. En el intercambio energético que tiene lugar durante y después de una ofrenda,
especialmente si se trata de una ofrenda relacionada con el futuro, la intención guiará las acciones
hacia el cumplimiento del compromiso adquirido. Una de las técnicas utilizadas para focalizar la
intención es la postura del zorro.
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La postura del zorro
El nombre hace honor a este animal, siempre alerta y cuyos movimientos son un ejemplo de
atención y conexión con el entorno. Cada paso del zorro es deliberado y está dado con plena
atención y energía. La postura del zorro es una posición corporal para adoptar antes de empezar a
caminar.
Instrucciones para la práctica: Para empezar, ponte en pie y separa ligeramente los pies hasta
tenerlos aproximadamente a la distancia de los hombros. Da un paso hacia delante con el pie
izquierdo dejando el pie derecho donde está. Inclina la parte superior de tu cuerpo ligeramente hacia
delante, haciendo que la mayor parte del peso corporal descanse sobre el pie derecho, que queda
atrás. Al principio esto puede resultar difícil. Al poner la mayor parte de tu peso en el pie de atrás,
tendrás que doblar la rodilla trasera un poco más que la delantera. Deja descansar los brazos a los
lados del cuerpo en una posición cómoda. Haz que tus manos adopten una posición poco familiar.
Toma unas cuantas respiraciones profundas y expresa en voz alta la intención de tu caminata.
Adoptando esta posición al iniciar las caminatas, creamos una manera que no forma parte del
mundo cotidiano. Apoyando más el peso en el pie trasero que en el delantero niegas la tendencia
automática a dar el paso siguiente.
A modo de ejemplo, voy a describir la caminata de la atención, presentar la caminata equilibrada y
nombrar otras técnicas para focalizar la atención.
Caminata de la atención
La caminata de la atención es la práctica en la que se basan todas las demás caminatas. Se puede
decir que esta caminata es una forma de ir por la vida.
Comenzamos a caminar en silencio, moviéndonos a un ritmo que resulte natural, sin tratar de
imprimir velocidad a nuestros movimientos. Mientras caminamos enfocamos la atención en la
respiración y tratamos de acompasarla con el ritmo del caminar. Empezamos a enfocar la atención
en los sonidos, aromas y otros elementos del entorno, teniendo cuidado de no permitir que los
pensamientos nos distraigan. Procuramos no detenerlos ni prestarles una atención especial, más bien
los escuchamos como si fueran parte de los sonidos que nos rodean. Nos mantenemos alerta a
nuestras sensaciones corporales mientras caminamos.
Esta es una caminata para aprender a escuchar con todo el cuerpo y con todos nuestros sentidos.
Poco a poco, esta forma de caminar nos va acercando a nuestro ritmo natural en el andar y en el
respirar y aprendemos a combinarlos armónicamente. Caminando de esta manera, podemos percibir
nuestras sensaciones corporales y mantenernos atentos a sus mensajes. De forma voluntaria
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buscamos relajarnos para flexibilizar nuestro ego y sentir más fácilmente nuestras sensaciones
corporales profundas. A continuación, en lugar de pensar en cierta parte de tu cuerpo, deja que tu
atención fluya suavemente hacia ella. Comienza enfocando tu atención en los hombros, después en
el estómago y, por último, en las piernas. Enfócala también en tu corazón, en los genitales, en la
columna vertebral, en el cuero cabelludo, en los pulmones, en los pies y en los glúteos. El
microcosmos de tu cuerpo puede ser visto en muchos sentidos como una expresión del
macrocosmos de la vida. Mientras nuestro ego pasa la mayor parte del tiempo mirando hacia el
futuro o lamentándose por el pasado, nuestro cuerpo en cambio vive y refleja el presente concreto.
Caminata equilibrada
Caminar de forma equilibrada refleja la coordinación física y también el estado interno. Caminar
con equilibrio es fusionar adecuadamente las fuerzas polares de la existencia: izquierda y derecha,
lo racional y lo espiritual, el ego y la energía, de un modo que refleja la dualidad de la vida: la parte
derecha del cuerpo necesita de la izquierda para poder caminar erguido y derecho; nuestra mente
racional necesita la visión espiritual para mantener el equilibrio y la salud. La vida misma es un
delicado equilibrio, y tomar conciencia del nivel de equilibrio alcanzado mientras caminamos nos
puede llevar a entender cómo acceder a una vida equilibrada.
Otras formas de caminar incluyen fijar la atención en los colores, en los ruidos, en los olores.
Caminar en parejas y de la mano, acompasando los pasos. Caminar en fila e ir colocando el pie en
la huella que dejó nuestro compañero de delante. Caminar descalzo. Caminar mirando con ojos de
niño. Y para acabar, caminar contando tres. Esta peculiar forma de caminar consiste en, a cada paso,
mirar el suelo que tenemos en frente nuestro y contar tres cosas que veamos. Por ejemplo, al apoyar
mi pie derecho, veo una piedra, después una hoja caída en el suelo y a continuación un trocito de
madera. Al apoyar el pie izquierdo observo una hormiga, después una flor y por último una pluma
de paloma. Y así sucesivamente.
Para acabar con la presentación de la estructura de este formato quisiera mencionar que el sábado
por la tarde, después de caminar, aprovechábamos la apertura que proporciona el esfuerzo físico y el
contacto con la naturaleza para proponer algún trabajo en la esfera de lo íntimo, de lo tierno, casi
siempre en contacto con el otro a través de un masaje, para ahondar en nuestras zonas vulnerables.
El domingo, acostumbramos a realizar un paseo después de desayunar y luego, ya en la sala,
proponíamos un trabajo enfocado hacia lo expresivo.
A lo largo de los años, las consignas y los ejercicios caminando han ido evolucionando. Algunos
básicos relacionados con la atención siempre nos han acompañado, como por ejemplo, acompasar
los pasos con la respiración. Otros tienen que ver con trabajos chamánicos, entendiendo con esto
58
ver y reconocer nuestra naturaleza interna a través de la Naturaleza, la madre Tierra. Otros
ejercicios abundan en lo relacional, la interacción entre los miembros del grupo, dependiendo del
tema propuesto para la salida.
En este estudio me centraré en el trabajo grupal realizado en 2008 que consta de cinco salidas de fin
de semana. En cada salida trabajamos un tema específico: en febrero 2008 el cuerpo, en abril aquí
y ahora, en junio el ciclo de necesidades, en septiembre los mecanismos neuróticos y en
noviembre los sueños. Me centraré especialmente en una salida, la de febrero 2008, para
profundizar en la estructura detallada del trabajo de cuerpo y gestalt. También incluiré las
respuestas del cuestionario de las cinco salidas de uno de los participantes para apreciar la
evolución del proceso.
Aportaré también la estructura de dos trabajos de fin de semana que realizamos en 2010 con los
grupos semanales que impartí como colaboración en el centro de desintoxicación La Garriga y en el
que profundicé con trabajos caminando.
En cuanto a los testimonios, quiero recogerlos de las diferentes épocas, entre 2004 y 2010,
incluyendo a alguno de los participantes de las dos salidas de diez días que realizamos por el
Camino de Santiago en 2005 y 2006, completando los 200 km. de las últimas ocho etapas.
Grupo de Caminando con Gestalt 2008
59
Estructura de trabajo de un fin de semana
Primer fin de semana del grupo anual de Caminando con Gestalt 2008.
Salida 23-24 de febrero 2008. Sant Miquel de Campmajó. Sananda Salud.
Tema de trabajo: cuerpo y gestalt.
Estructura y ejercicios:
1º) Sábado por la mañana al llegar a Sananda reunimos al grupo en la sala de trabajo.
- Movimiento, desperezar al grupo después de 2 horas de viaje en coche.
Ejercicio : Andando por la sala, ir contestando a la pregunta ¿Por qué me gusta estar aquí? Y
luego ¿Por qué no quiero estar aquí? Os vais mirando unos a otros, os paráis delante de otro y le
decís –“Estoy aquí porque me da la gana”.
-Moviendo el culito, los brazos, etc. Y vais diciendo “estoy aquí porque quiero”
-Y bailar, y bailar por parejas. (música).
-Rueda : ¿Cómo estáis?
2º) Caminata
De Sananda-Falgons a Mieres, son unas 2 horas. Conectando con la Natura, el grupo se
interrelaciona mientras camina. Llegamos a Mieres (pueblo bellísimo) y comemos en un prado
verde.
Comida para compartir, cada uno ha traído algo cocinado por uno mismo y se comparte entre todos.
Hay cosas exquisitas. Luego pequeña siesta general.
Regreso por un camino diferente, sobre hora y media. Ejercicio por parejas cogidos de las manos
mientras caminan, uno habla al otro que escucha, poniendo la otra mano sobre su corazón -¿Cómo
me siento emocionalmente en estos momentos? Se cambia de rol y luego cada uno en silencio;
siguen caminando juntos.
3º) Sábado tarde. (Después de ducharse, en la sala de trabajo).
- Mapa corporal. Sobre dibujo del cuerpo señalar con diferentes colores, a/ zonas que no siento b/
zonas que siento agradables y c/ zonas desagradables.
- Masaje. Por parejas
A) El que recibe pide cómo quiere el masaje, llegar a un pacto entre los dos de cómo va a ser el
masaje. Mientras es masajeado, el que recibe explica al otro, en asociación libre, “Qué me impide
sentir mi cuerpo...”. Y cambiar de rol. (Con música).
60
B) Masaje Sensitivo. 1º hacen 10 minutos de Respiración Circular. (Música).
3- Pasan directamente al Movimiento espontáneo. (Música).
4- Por parejas, comentar la experiencia.
5- Rueda, brevemente un comentario de ¿cómo estáis?
* Cena y tiempo libre.
4º) Domingo mañana, después del desayuno.
1- Ejercicio al aire libre, en los alrededores de la casa (Sananda). Por parejas, el que trabaja con los
ojos vendados, el otro solo vigila los movimientos de su compañero. Durante 20 min. En silencio.
Se deja libre al que trabaja para que explore sensaciones, sentidos, etc. En contacto directo con la
naturaleza. Luego cambiar de rol.
2- En la sala. Visualización (ascensor) para entrar en su niño.
Estirados en el suelo formando un círculo, ojos cerrados, al abrirlos cada uno se coloca la nariz de
payaso. Entramos en el juego de la vergüenza, uno a uno se colocan en medio del círculo y
muestran una parte de su cuerpo que no les guste.
3- Mapa corporal. Volver a señalar las zonas corporales en el dibujo del cuerpo.
4.-Escribir, cada uno en un lugar íntimo para la reflexión por escrito sobre las preguntas:
a.-¿Cómo llegué? ¿Cómo estaba mi cuerpo?
b- En la caminata ¿qué cambios he notado en contacto con la naturaleza?
c- Después del trabajo de la tarde, ¿de qué me he dado cuenta?
d- ¿Qué cambios noto en mi cuerpo? ¿Y en relación con los otros?
5.- Rueda integradora.
Recogida de algunas vivencias de participantes del grupo C.C.G. 2008
En el trabajo de Caminando con Gestalt de 2008, pedimos a los participantes que respondieran a un
cuestionario después de cada salida. El cuestionario es el siguiente:
Proceso del Caminando, Cuestionario Caminando con Gestalt 2008
1)¿Cómo sentías tu cuerpo antes del inicio de la caminata?
2) ¿Qué cambios notaste en el cuerpo después de caminar?
3)¿Y desde la cabeza? ¿Qué cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos (después de
caminar)?
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4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza? ¿Con qué te ha conectado?:
5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)?
En ti mismo/a:
En relación con el grupo:
Con la Naturaleza:
6)Después del trabajo corporal (de la tarde del sábado) ¿Cómo se quedó tu cuerpo?:
7)¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana?
8)¿Algo nuevo en relación con tu cuerpo?
Antes de iniciar el ciclo de 5 salidas, pedimos a los participantes que nos relataran cómo había sido
hasta entonces su relación con la naturaleza.
A continuación, expongo el trabajo completo de una de las participantes, es decir, el escrito sobre su
relación con la naturaleza y las respuestas a las preguntas de las 5 salidas.
Teresa
La naturaleza y yo.
Mis recuerdos de la infancia se intercalan entre el mar y la montaña. Los abuelos paternos tenían
una casa en la playa y los maternos una en la montaña.
Durante el invierno pasábamos los fines de semana en la casa que mis abuelos tenían en
Valldoreix… recuerdo el olor de la tierra mojada después de regar, la humedad que envuelve el
ambiente, el peso de las gotas de agua sobre los pétalos de las rosas, haciendo caer muchos de ellos
incapaces de resistir el más mínimo roce….. las afiladas hojas de los pinos,….. el olor de la
hierbabuena,…. Las blancas margaritas danzando bajo la brisa…. La paz y la soledad del inmenso y
solitario jardín…. Los múltiples rosales…..rojas, rosas, blancas, las pequeñas de pitiminí,….. los
plumeros que se pegan a la ropa…. Las setas que surgen de las fisuras en la corteza de los pinos….
El olor de los troncos mojados, el moho….la madera chisporroteando….
…. El zumbido de las abejas… las pegajosas moscas al inicio de la primavera,….. los renacuajos
que se criaban en la balsa y que me dedicaba a atrapar cuando se abrían las compuertas y salían
empujados por el torrente de agua por los diferentes conductos de riego…. Las cebollas y los
ajos….. la tierra mojada y lodosa del huerto….. los árboles frutales: perales, manzanos,
higueras…… los cerezos….. recuerdo subirme a las primeras ramas para saciar mi gula…. Cerezas
grandes, hermosas, rojas, jugosas……rivalizando con los pájaros por las mejores piezas….. las
manos pegajosas, la boca pringada de rojo……
…..las hormigas: grandes como elefantes, esas que muerden con total avaricia…. Lo sé porque me
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mordió una y no podía arrancármela de la mano…. Las pequeñas, esas tan chiquitas con dientes
como agujas,… las garrapatas, esas monstruosas criaturas que te succionan la sangre si te
despistas….. los gatos sin dueño que remolonean por la hierba y se escapan asustados por cualquier
resquicio entre los cipreses…..los perros de casa, los pelos, su aliento caliente, su lengua húmeda,
su amor incondicional…
….. el cielo negro y estrellado…. La luna llena….. las nubes cargadas de agua….. el ruido del
chaparrón sobre el tejado,….. el agua turbia de los charcos…. Los surcos que forma el agua en la
tierra mientras baja descontrolada por la pendiente de la montaña…. Las grandes torres eléctricas
que ronronean cuando paso a su lado….. las piedras, la tierra que se impregna en mi ropa mientras
me dejo caer por la pendiente haciendo la croqueta junto con mis primos….polvo, tierra, hierba….
Tengo las narices llenas de los olores de esa época.
El verano sabe y huele a sal….. el calor de la arena por la noche…..los pies escondidos, cubiertos
totalmente, las manos que juegan, cogiendo, soltando al aire…. Dejando que el viento me llene el
pelo, la ropa, los ojos….. tosiendo, escupiendo, llena de arena,….
… el agua del mar fría y cristalina a primera hora de la mañana…. Serena y placida, sin oleaje….
Caliente y removida por la tarde cuando todos los hombres y niños se han meado en ella durante
todo el día….. las conchas, las piedras, los plásticos y las botellas…. Las chapas y las algas….
Todos los tesoros que nos regala el mar…..
….. me acuerdo de los largos paseos cargada con mi cubo recogiendo miles y miles de piedras y
conchas de diferentes colores y tamaños…. Arrastrando las pies como si fuesen dos losas, vestidos
con grandes cantidades arena, que se pega y se despega según la marea….. si viene, la arena se va…
si se va, la arena se queda…..
….. los peces muertos en descomposición…. Los ojos rojos, las vísceras al descubierto…. Los
cangrejos corriendo hacia la orilla,…. Los pequeños y huidizos peces…..olas, pequeñas, gigantes,
inexistentes ….. la espuma, las algas……
….. los baños, los dedos arrugados, la piel tensa llena de salitre….el color tostado de mi cuerpo, el
cabello rubio….el escozor del agua en los ojos. La agradable sensación de la ducha tras la mañana
de playa…. La suave sensación de recuperar la piel suave….
… el olor del mar, de la arena, de la descomposición de animales y plantas……el olor de la
gasolina de las barcas…..el horizonte en calma… la luna sobre el mar y el camino hacia la orilla…..
…. Las pulgas que pasaban de mi padre a mi….él iba a veces en un barco de pesca, cuando al
regresar por la noche, ya en la cama venía a besarme, me pasaba a veces sin querer grandes,
inmensas y voraces pulgas que me despertaban a media noche, dejando mi cuerpo totalmente
acribillado.
Cuando me casé fui a vivir al lado del mar….los paseos en invierno con mi perra, con mi marido,
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con mis hijos… son pocos de los buenos recuerdos….correr, correr como locos…. Saltando,
hundiéndome en la arena, jugando con la marea para que no moje mis zapatos, mis calcetines o mis
pies……
La playa me aporta optimismo, la montaña paz.
Durante los últimos años de mi matrimonio salía a caminar por el monte cada día, de dos a tres
horas con mi perra…. Ese contacto diario fue lo único que me mantuvo cuerda (si es que tengo algo
de eso), me proporcionaba paz y tranquilidad, descargaba mi cuerpo de tensiones, agotaba mis
fuerzas y calmaba mi espíritu.
…. Los almendros en flor…. Campos enteros de margaritas silvestres…. Tonos ocres y rojizos en
otoño…. Pardos y marrones en invierno,…. Los maravillosos tonos de verde en primavera….. los
lirios, los tréboles, los espárragos trigueros, las moras,…..
…. Las perdices cruzando el camino, las huellas de los jabalís, los pequeños topos, los insoportables
grillos, las abejas, las moscas, las hermosas mariposas, las libélulas bebiendo de los charcos…..
….. tomillo, perejil silvestre, hinojo, …… almendras, moras,…..
.... sol, nubes, viento, frio……me gusta el espacio abierto….. me gusta el silencio, la paz, la
tranquilidad que proporciona la soledad del campo, la serenidad que me da la inmensidad del
mar……
Mi estado mental se deteriora si paso muchos periodos alejada de los espacios abiertos… si no me
es posible huir a lugares solitarios, paseo…. por el río… por donde nadie pasea….
La naturaleza me descarga, es mi válvula de escape… me da paz, eso, que tanto necesito.
Caminando con Gestalt, 23-24 de febrero 2008. St. Miquel de Campmajó. Gestalt y cuerpo.
Cuestionario
1)¿ Como sentías tu cuerpo antes del inicio de la caminata?:
Tenia el cuerpo bastante extraño, hacia una semana que había dejado de fumar cannabis y aún iba
(voy) arrastrando coletazos.
Descansaba poco por las noches y me despertaba empapada en sudor, había perdido el apetito y
perdido casi dos kg.
La parte positiva es que he dejado de escaparme y empecé a vivir las experiencias de mi vida sin
paliativos y aunque no era muy consciente de lo que me producía los agobios, empecé a
“masticarlos”.
Por tanto estaba muy consciente de mi cuerpo y de rebote, he empezado a descubrir o más bien a
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aceptar “mi sombra” como la llamó Guillermo.
Es la primera vez que he estado más “aquí y ahora”.
Contenta, un poco nerviosa, un poco inquieta y a ratos ansiosa, así estaba…. Consciente de la gran
necesidad de afecto que tengo y con ganas, muchas ganas de saber si Javier también tiene esa
necesidad de mi afecto.
2)¿ Qué cambios notaste en el cuerpo después de caminar?:
El peso de mi mochila (decidí conscientemente llevar el máximo de peso posible ya que quise
hacerme responsable de mi decisión de “parecer” buena, llevando tanta comida) me ayudó a notar
todas las partes de mi cuerpo: las piernas hacían fuerza al caminar, los glúteos duros, la rabadilla
dolorida porque se me clavaba el tuper de las croquetas, los hombros cargados de las tiras de la
mochila…….
El calor, el sudor me hizo sentir que tenía carne y necesidades.
Me sentí cansada, pero muy relajada.
3)¿ Y desde la cabeza? Que cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos (después de
caminar):
Tal como expliqué en la última rueda de integración no puedo interpretar todos los cambios,
pensamientos y expectativas solo como resultado de este Caminando.
Cambios: estoy empezando a comerme todos los perjuicios, estoy dejando de hacer cosas solo por
miedo al qué dirán, ya que en el fondo es mi juicio “el que dirán” y no puedo seguir paralizada por
miedo o introyectos.
Ayer en concreto salí a pasear sola de noche (entre las 9,30 y las 11,15); esto aún podría
considerarse normal, ya que suelo andar, aunque de noche no suelo hacerlo sola, por miedo a si me
pasa algo. Miedo que en el fondo no tengo, pero….una mujer sola y de noche por el
río…..ohhhhhhhh!!! Pero lo más significativo, es que me apetecía ir a tomar algo.. y eso sí que fue
un cambio, me metí en un pub al que solemos ir con algunas amigas cuando salimos a veces. Al ser
una hora temprana para un pub, había los tres camareros y un par de tíos, supongo que los
habituales. Y ahí mis ovarios…. me agarré bien los machos y entré. Vergüenza al principio cuando
todos me miraron…. Pero no pasó nada, naturalmente. Me tome mi Coronita y me fui más feliz que
unas pascuas para casa.
Está claro que el primer cambio ya empezó en el mismo Caminando. Agarre mis ganas de contacto
con Javier y no paré….. me sentí geisha y al mismo tiempo poderosa. Porque mi deseo no era
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propiamente sexo, aunque lo hubo, sino más bien desear que él cayera
y gracias a vuestra
colaboración y a mi determinación, CAYÓ.
Expectativas: seguir así y más. Habrá tropiezos y socavones en mi avance, pero no hay vuelta
atrás….. y esto me gusta.
Pensamientos: Que voy a ir a por lo que quiero y que sea el otro o las circunstancias quienes me
impidan conseguirlo.
4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza?, ¿Con que te ha conectado?:
El cansancio del camino se me hace menos pesado cuando ando por el campo, la montaña, la
naturaleza en general me tranquiliza y me abrió el apetito, comí con verdadera gula y más tarde eso
me paso factura. Hacia tantos días que comía poco que mi estómago y barriga se resintieron del
atracón, además comí cosas que no debería…. Y mis gases se pusieron peleones.
El olor de la humedad del bosque, ese perfume a moho me relaja; la brisa en la cara, me acaricia; las
enormes ganas de mear y la poca gracia que me hace hacerlo en el campo me demuestra de que
tengo vejiga.
El calor y el sudor me hacen apreciar el alivio de quitarse ropa y la agradable sensación de un jersey
cuando se enfría el cuerpo.
El agradable reposo cuando me siento aunque sea en una piedra después de andar todo el rato entre
piedras y surcos.
El sol me encanta pero me impide tener una visión clara. Me gusta el color claro de mis ojos, pero
la luz me ciega de tal modo que a veces me impide mirar todo el paisaje que me rodea.
Andar, cansarme, sudar, mirar, no ver, calor, sed, hambre, micción,……. Es imposible negar que
tengo cuerpo.
5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)?
-En ti mismo/a:
-En relación con el grupo:
-Con la Naturaleza:
La verdad es que me cuesta ser tan concreta…. Se me mezclan las preguntas, ahora mismo no sé si
sería más apropiado cambiar toda mi respuesta de la pregunta 4 aquí y simplemente poner en esa
que el contacto con la naturaleza me tranquiliza, me aporta paz y me conecta con los recuerdos de
mis épocas o momentos felices. Así, que…. DIARREA MENTAL AL PODER, así lo dejo. YA OS
APAÑARÉIS!.
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En relación con el grupo: me encanta andar acompañada y hablar. Me doy cuenta de que elijo
gente…. Que no soy capaz de compartir cosas con cualquiera, que sin saber cómo mis parejas de
ejercicios (no me refiero ahora a Javier, sino a la gente nueva, a los desconocidos) son personas con
las que de alguna manera puedo sentirme afín. Y no es porque hable con ellas antes y sepa que me
caerán bien…. Es como una especie de energía que me lleva hacia personas en concreto y me
bloquea el acercamiento a otras.
6)Después del trabajo corporal (de la tarde sábado) ¿cómo se quedó tu cuerpo?:
Preparadísimo para darme y dar placer. Así me quedé y no era excitación sexual, tenía claro que era
pura sensualidad.
Fue bastante extraño, ya que con los masajes suelo buscar mi propio disfrute y esta vez no fue
exactamente así. Gocé más dándolos que recibiéndolos… quizás mi cuerpo estaba más raro dadas
mis propias circunstancias o no…. No sé, pero me encanto notar como mi compañero se me derretía
en las manos….sí, eso me hizo sentirme genial.
Mi cuerpo se quedó dispuesto a llegar hasta el final de mi goce, que fue hacerle gozar, GOZAR.
Quería tocar y ser tocada, quería ternura y cariño, quería sentirme querida y querer.
He notado mi propio cuerpo en la caminata, lo he tocado sensualmente lleno de aceite mientras me
arrastraba por el suelo, abracé a “la Madre Tierra” en el cuerpo físico de Angels (mientras la tocaba
y la abrazaba en el movimiento espontaneo, veía mentalmente la imagen de las pequeñas diosas
prehistóricas) y he amado el cuerpo de un hombre en el de Javier.
7)¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana?
Me he dado cuenta de que los cambios son progresivos, que un Caminando no hace el cambio, pero
que caminando se hace un nuevo camino.
Me he dado cuenta de que trabajar el cuerpo en otro momento no hubiese dado tanto resultado en
mí. Estaba bastante preparada para sacarle jugo….. ya sé que me falta mucho, que sigo “loca,
loca”, pero que lo he podido aprovechar y que me habéis puesto la alfombra para que la pisara…..
la vi y la pise. Otras veces me la habéis puesto y a veces no la he visto y otras no la he querido
pisar….
Como le dije a Ferran “no hay vuelta atrás”.
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8)¿Algo nuevo en relación con tu cuerpo?
Si, que le voy a escuchar y a dar gusto.
Otra cosa que quiero que sepáis, por primera vez no voy a repasar lo escrito. Tal cual acabo lo
mando, solo voy a repasar las faltas ortográficas, pero no me lo voy a leer y releer a ver qué cambio.
No voy a “repasar”, ni organizar, ni montar…. Así se queda, como en las ruedas de integración,
respiro y tiro para delante.
Besos.
Caminando con Gestalt, 12 – 13 Abril 2008. Mas de Caret, Sierra de Prades.
Cuestionario. Tema: aquí y ahora
1)¿ Como era tú aquí y ahora antes del inicio de la caminata?:
Es la primera vez que estaba más centrada en “otra cosa” que no el Caminando en sí. Estaba
nerviosa, alterada, inquieta y con muchas ganas del fin de semana, pero no por trabajar, sino por ver
a Javier. Tenía miedo de no poder trabajar con el grupo.
Tenía el cuerpo muy removido, mi barriga parecía un hervidero (cuando como mal o estoy
excesivamente nerviosa los gases “se me activan” y esa es una situación que me resulta muy
incómoda y me preocupa en exceso…. Todo lo escatológico me supera…)
2)¿Qué cambios notaste en tú aquí y ahora después de caminar?:
Que había conseguido estar en el aquí y ahora del grupo. Que mi relación con Javier no me impedía
en absoluto ponerme en situación y vivir lo que se proponía.
En general me encontré muy cómoda con el grupo y ese paseo ya conocido me resultó agradable y
relajado.
Esta vez equilibré mejor mi mochila, aunque seguí llevando cosas para el deleite de otros (el termo
de café sí que era para mí también, pero la leche, yo no pruebo), no me cargué en exceso. No me
importó ser tan “buena”, soy lo que soy.
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3)¿ Y desde la cabeza? Que cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos
(Después de caminar):
Lo dicho, no se cumplió la expectativa que temía de no trabajar, lo conseguí y sin ningún esfuerzo.
Conseguí vivir el aquí y ahora, y no centrarme solo en mis sentimientos hacia él.
A pesar de todo, no conseguí superar el miedo escénico a hablar de mi relación con Javier.. puedo
vivirla, pero hablarla abiertamente no podía y es porque en el fondo yo sentía que era una pseudo
relación. Algo que no acababa de ser del todo real (la presencia de Piedad, su pareja a mí me
pesaba, como una espada de Damocles estaba sobre mi cabeza) No podía decirle al mundo que ese
hombre era mi hombre, porque yo aún no acababa de sentirlo así: ¿y si se arrepentía?, ¿y si no
rompía con ella, como podía yo hablar y decir…..? para retractarme después…. Ufffff.
4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza?, ¿Con que te ha conectado?:
(incluir el trabajo con los 5 sentidos).-
Paz, siempre lo digo la naturaleza me da paz.
Esta vez conocía el camino, sabía a nivel físico lo que me esperaba y se me hizo fácil y llevadero.
Me sentí feliz, la temperatura era agradable, puede gozar fotografiándolo todo. Aunque podía haber
ido la primera y llevar un ritmo súper rápido, me gustó poder ir la última y acompañar a Javier en su
angustia.
Me costó contactar con el sentido del olfato, pero es que siempre he tenido problemas con este
sentido. Me cuesta distinguir los olores, sin embargo, mi aceptación de las personas se basa mucho
en él. Me explico: soy un poco como los perros, todos tenemos nuestro propio olor, al margen de
perfumes, al margen del sudor. Soy muy sensible a ello. Hay personas que de alguna manera
rechazo porque su olor corporal no me gusta, me repele, en cambio otras me atraen, me hacen sentir
cómoda. Incluso a veces hay gente que de entrada, su físico me puede resultar chocante y sin
embargo cuando las tengo cerca, el olfato me las hace asequibles y cercanas, agradables y
apreciadas. No sé cómo intelectualizarlo, simplemente lo vivo.
Aún así, diferenciar olores simples me cuesta. Aunque al final conseguí diferenciar algunos: las
zonas húmedas (pocas por cierto), ese olor característico del follaje que se pudre y se convierte en
humus, algunas plantas olorosas, olor de gente,…..
La vista me resulto fácil. Pude perfectamente evadirme del resto de mis sentidos y quedarme ahí,
observando, disfrutando de los colores, las formas. La diversidad de tonos: el cielo azul con los
cúmulos blancos; el diferente follaje, plantes grandes y chicas, húmedas y secas; las diferentes
rocas; los claros y las partes más sombrías del camino…..
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El oído fue fácil, aunque al principio tuve que cerrar los ojos para poder centrarme: el sonido de la
brisa en los árboles, el frufrú del follaje moviéndose, el sonido del agua antes de verla, los pájaros
piando…..
El tacto, joooo el tacto. Ese se quedó en Javier, JAJAJJAJAJAJAJA.
El gusto, JAJAJAJJAAJ me remito al tacto.
5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)?
-En ti mismo/a:
-En relación con el grupo:
-Con la Naturaleza:
- En mi misma:
El hecho de caminar me ayuda a salir de mi cabeza, moviliza mi cuerpo y eso hace que deje de
intelectualizar, que no controle todo lo que hago, lo que pienso, lo que siento. He de centrar mis
esfuerzos en tareas aparentemente automáticas como caminar, respirar, pero en espacios no
habituales, lo que me hace ser más consciente de ellas. Las aprecio, las “VIVO”, las disfruto.
- En relación con el grupo:
Me gusta andar en compañía, me hace sentirme parte de algo más grande, más fuerte, más potente
que yo misma. Me hace sentir que formo parte de un grupo y eso me encanta, a pesar de las
confrontaciones y los piques, ya que al fin y al cabo, la vida en colectivo no es una balsa de
aceite….y el hecho de los roces también hace que uno se conozca más a sí mismo y al resto.
Contacte más con Carla, un alma errante y solitaria para mí hasta ese día. El hecho de que fuese la
única persona de la que no recordaba su nombre, para mí es muy significativo, y no solo eso, me di
cuenta de que no solo me había pasado a mí. Carla, había pasado un poco por el otro Caminando,
como un alma en pena, a muchos de nosotros su presencia se nos pasó. Al quedarse esta vez, de las
últimas como nosotros, me hizo poder contactar un poco más con ella y la sentí tierna, distante pero
asequible, tímida pero receptiva, fría pero cálida,….. me encantó conocerla un poco más.
AYYYYYYYYYYYYYY!!! La comida. Jodido Ferran!! Qué puñetero eres!!!
Sabía que me buscarías, lo sabía. Siempre lo haces, de una manera u otra siempre acabas
buscándome las cosquillas. No me he fijado si con los demás haces lo mismo, pero a mí, siempre
me encuentras. Entiendo a Margarita cuando dice que choca contigo. Yo no choco, porque ya te
espero, …..
Quizás sí que tú estabas con tu niño, pero yo me lo tomé como un intento por tu parte de
desbloquearme y hurgar en mí. La vergüenza es algo muy significativo en mi comportamiento,
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mostrar mis sentimientos en público aun me resulta difícil. Superé el tú a tú, a ese nivel puedo ser
más desinhibida, pero extrapolar eso al grupo….uffff Y si encima una persona ajena a todo me
avasalla, me enrabia, por eso me enfadé tanto con Rosa. Me sentí avasallada, acorralada y
cuestionada.
Me hubiese gustado ser valiente y poder decir lo que sentía, pero me resultaba imposible y que ella
encima sin ser nadie para mí, me arrinconara, no me pareció correcto. Me enfadé, le contesté y me
callé la rabia, me la comí literalmente, pero se quedó ahí, latente, jodiéndome por dentro.
Su rabia la conozco aunque yo no avasallo así gratuitamente cuando no es algo mío. Muerdo y
vomito quizás cuando no toca, pero no me meto en la vida de nadie como ella.
6) En los trabajos del sábado tarde y Domingo ¿que sentiste?:
Súper conectada conmigo misma, así me sentí.
En la rueda del sábado no quería hablar, me sentía cerrada, poco comunicativa. Llevaba respirando
todo el rato y sentía que me faltaban las ganas; hasta que me di cuenta que era la rabia lo que me
impedía hablar, mi rabia hacia Rosa, el dolor que me producía que me hubiese escupido a la cara
una verdad, si una verdad pero que no tenía ningún derecho a acorralarme con ella. Nadie tiene el
derecho a arrinconarme aunque sea con una verdad, ella no me ayudaba, me avasallaba, me
pisaba….
Me enfadé porque su motivación era lícita y en ella proyecté parte de mi frustración por no poder
abrirme, pero también me enfadé porque es una mujer déspota, cruel (sus motivos, bloqueos y
frustraciones tendrá) pero eso tampoco le da derecho a tratar a la gente como lo hace.
El domingo seguí igual de conectada pero más consciente todavía de que mi problema con los
sentimientos se remonta a mi relación con mi madre, con mi familia. Tengo miedo de demostrar en
público lo que siento por miedo a que me vean indefensa, frágil… si lo sé, la fragilidad es la fuerza;
pero eso lo intelectualizo no acabo de vivirlo, al menos en grupo, en “petit comité” puedo hacerlo y
lo hago, pero aun no puedo extrapolarlo a grandes grupos y para mí, el Caminando sigue siendo un
gran grupo.
Soy frágil, sensible y sentimental en nuestras cenas, con Javier o con los caminantes de uno en uno,
como lo fui con el trabajo con Joseph, donde me desmonté cuando tocó trabajar el “necesito”,
donde me salió todo:
Necesito hacer las paces conmigo misma, con mis hijos, con mi madre, necesito querer y ser
querida, necesito…..
Me salió todo ahí.
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7) ¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana?
Me he dado cuenta de todo el camino que llevo recorrido en 11 meses y de todo el que me queda
por recorrer. Me he dado cuenta de que mis primeras palabras cuando Guillermo me preguntó en
esa misma casa, ahora no podrían ser “estoy bien”, sino “cuánto me queda aún por recorrer”. Pero
aun así, veo lo que estoy ganando y aunque mi comportamiento y mi actitud repercuten sobretodo
en mis hijos (por ser los más indefensos), puedo no sentirme culpable e ir poniendo soluciones a
ello. No soy la mejor madre, seguramente soy una mierda, pero soy la que les ha tocado en suerte y
hago las cosas lo mejor que puedo, y cada día lo intento hacer mejor, sin culpas, simplemente
aceptando y mejorando
.
8) ¿Algo nuevo en relación con tu aquí y ahora?
Sí, que cada vez me resulta más fácil vivir en él. Porque estoy descubriendo que incluso en los
peores momentos, nada es tan malo como no vivir, no sentir.
Apéndice:
Descubrir que una de las cosas que me hizo estar tan incómoda con mi cuerpo durante todo el fin de
semana fue la decisión de ir o no al taller.
Me di cuenta de que eso me carcomía, porque después de hablar con Guillermo el domingo tras la
sesión de trabajo, mi barriga se fue relajando poco a poco hasta quedarse completamente normal el
domingo por la tarde.
Necesito ser fiel a mí misma, a pesar de reconocer que sé que otra sesión me iría muy bien, el hecho
de no poder contar nada de nada no se me haría soportable, porque mentir ahora mismo no quiero y
menos a alguien que empieza a ser mi pareja.
No es el hecho de mentir o no, es el momento, ahora mismo no quiero mentir… no es por él, es por
mí. Descubrir eso me relajo y me hizo sentirme bien.
Bueno chicos, espero que os gustasen las fotos, la próxima vez le dejo la cámara a alguien y al
menos que yo salga en alguna…..
Besos.
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Caminando con Gestalt, junio 2008. Cala Sa Cova, Palamós.
Cuestionario. Tema: ciclo de necesidades
1º.- ¿Cómo llegaste al camping? ¿Con qué venias?
Llegué al camping sin ningún planteamiento, Venía dispuesta a sólo estar, dejar que las cosas
siguieran su propio curso. Cosa rara en mí no llevaba ninguna idea preconcebida en la cabeza. No
me había planteado ni trabajar mucho ni poco, ni si podría o no podría hacerlo. Sólo fui, con ganas
de playa, de ver a la gente y pasar un fin de semana con Javier.
2º.- ¿Cómo estaba tu cuerpo?
Realmente muy bien.
Desde el viernes por la tarde que estaba en casa de Javier y por mal que hubiese pasado la semana,
una vez estoy con él, me pasan todos los males, me sereno, me tranquilizo y todas las aguas
turbulentas que remueven mi espíritu se calman ofreciéndome paz y tranquilidad. Esas sensaciones
tan necesarias para mí. Además mi cuerpo físico estaba muy relajado. ¡¡¡JAJAJAJA!!!
3º.- Durante la caminata, bañito, comida y regreso ¿De qué te diste cuenta en relación a tus
necesidades?
Bueno, para mí este Caminando ha sido realmente especial. Me he dado cuenta realmente de que
he estado donde debía, cuando era necesario, al margen de las circunstancias que me rodeaban.
Hubiera sido muy fácil desaparecer del " aquí y ahora", para abrazar como siempre mis viejos
patrones de comportamiento, pero a pesar de la situación extraña que viví con Javier, pude
separarme de sus circunstancias y dejarle vivir a él, mientras yo vivía las mías.
Fue empezar el día y ya supe que él no estaba con nosotros, y lo más doloroso y problemático para
mí, que no estaba CONMIGO. Angustiado por sus historias, se replegó y se encerró dentro de su
ostra . Es igual lo que él diga, es igual que no se dé cuenta de la magnitud del hecho , pero fue leer
sus miradas , el rictus de su boca, .... pequeños detalles que he aprendido a leer durante el tiempo
que lo conozco (el íntimo de ahora y el no tan íntimo de antes ).
Esta frustración de verlo lejos hubiera podido hundir el día, pero decidí disfrutar del resto: los
amigos, la playa, la naturaleza .....
Llevé a cabo cada necesidad que tenía en cada momento: comida (antes de comer ya me había
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comido unas cuantas nectarinas: tenía hambre ), tomé el sol desnuda (tenía ganas hacía días, las
marcas no me gustan , me estoy volviendo muy presumida, ¡¡¡JAJAJA!!! ), me bañé todas las
veces que tuve ganas y dejé de hacerlo también cuando quise, lo hicieran o no el resto ....
Disfruté haciendo fotografías a todos y dejándome hacer. El camino se me hizo agradable y el calor
muy soportable. Hablé íntimamente con compañeros, .... me sentí yo. Abracé cuando tenía ganas y
me separé si no era correspondida, sin resentimiento, sin dolor, respetando.
4º.- y durante el masaje ¿qué necesidades se satisficieron y cuales se interrumpieron?
La necesidad que satisface fue la del contacto de unas manos cálidas y amorosas sobre mi cuerpo.
La sensación de placer que me produce que me toquen, que me acaricien. También me gusta mucho
acariciar. Durante años lo había odiado. Que me tocaran ya me costaba, pero tocar me resultaba aún
más difícil. Ahora me gusta, me gusta mucho dar placer, tanto como recibirlo y hacer un buen
masaje a alguien a quien amas es una acto maravilloso.
Lo que no satisfice fue mi necesidad de llegar más allá, de culminar este masaje en un placer
mucho más íntimo. Al momento no me quedé frustrada, ya que estaba convencida de que la
culminación del masaje vendría después de la cena, creí que sería así, di por sentado que así sería,
pero no, y a media noche me encontré angustiada, llorosa, pero sobre todo muy frustrada. Entendía
lo que pasaba, lo aceptaba, pero me frustraba y este sentimiento lo llevo muy, muy mal.
5º.- Por la mañana del domingo ¿De qué te diste cuenta? y tus necesidades ¿las expresaste, las
bloqueaste, etc?
La mañana del domingo me di cuenta de todo esto. Todavía estaba mal. Me había despertado por la
noche llorando, con un fuerte ataque de angustia y con un ahogo que me impedía permanecer
estirada. Javier me había preguntado qué me pasaba y una vez le respondí y después de darme un
golpecito amistoso en la espalda como quien acaricia y calma a un perro, volvió a dormir. No me
molesté con él, soy consciente de cómo se encontraba, pero me frustró aún más el hecho de tener
que "soportar" sola mi malestar, de tener que sostenerlo sin ninguna ayuda , sin ningún paliativo.
En el fondo hubiera querido ser yo la víctima y que él me salvase, pero ni yo era la víctima ni él
podía salvarme, y aceptar esto... uffff, me cuesta.
Expresé mis necesidades, algunas las satisfice, otras no pude. Solo hubo una necesidad que
bloqueé, que fue confrontar con Pedro. Pero me pareció que tal y como había ido la reunión del
domingo no tenía importancia y podía esperar.
Ahora, tras el gran intercambio de mails que estamos teniendo todo el grupo y el hecho de que
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Pedro sea como yo, uno de los grandes comunicadores, he aprovechado para preguntarle lo que no
hice en su momento: Porqué en esa noche, en la playa, me atacó metiéndose con mi control "de
las zapatillas”. No soy consciente de haber hecho nada más que dejarlas a mi lado, pero como el
control es una de mis neuras .... quiero saber porqué. Además quiero saber porqué le molesta a él,
o mejor dicho, qué le molesta de mí, porqué me busca. No es la primera vez que tengo la sensación
de que algo pasa, noto una extraña sensación con él y no sé interpretarla. Por ahora la pregunta
solamente es: ¿porqué se metió conmigo y mis zapatos .... ?
6º.- ¿Qué ha sido importante para tí de esta salida?
Esta salida para mí ha sido una de las más potentes. A veces tengo la sensación de que cada
Caminando voy diciendo lo mismo, pero es cierto. Algunos de mis compañeros dicen que este fin
de semana para ellos como trabajo individual les parecía flojo. Yo no puedo decir eso. Cada vez son
más los cambios que vivo, que siento, que veo.
Poder disfrutar del placer de un día de recreo sin que mi ego me agobie, para mí es el resultado de
todo un año de trabajo. No interpretar la distancia de las personas que amo como un rechazo
personal, es un gran logro. Poder llevar a cabo las necesidades que se me presentan en cada
momento sin bloquearlas, es una victoria. Empezar a sostener la frustración, es un gran avance.
El trabajo de grupo del domingo removió tanto sentimientos dentro de mí que todavía estoy
trastornada.
Rosa es una persona con la que me resulta difícil contactar, aunque he de reconocer que durante
la cena del sábado mantuvimos una pequeña conversación bastante importante sobre nuestras
diferencias y similitudes que nos acercó lo suficiente como para que al día siguiente pudiera, al
menos yo, estar más receptiva y sin rencor.
El mismo sábado por la mañana, había cogido una rabieta yo sola, teniéndola a ella como
antagonista en la sombra.
Me sentí rechazada a la hora de los coches. Interpretaron que no quería venir con nosotros y eso me
dolió mucho y estuve medio viaje llorando ( Y Javier medio viaje casi burlándose de mí...), hasta
que acepté que era una apreciación totalmente mía y gratuita, como mucho más tarde pude
comprobar. (Rosa creía que íbamos todos en el coche de Margarita ).
Sentí mucha empatía hacia ella y sufrí mucho. Por un lado estaba totalmente de acuerdo con todo el
mundo ( yo también era todos) pero parte del otro me ponía en su lugar y me angustiaba. Tuve la
necesidad todo el tiempo de mantener el contacto físico tanto con Javier como con Margarita, de
alguna manera necesitaba su apoyo, ya que yo me sentía ella. Creo que mi actitud hacia el mundo
no es tan "potente " como la de Rosa, pero sí creo que compartimos muchos aspectos y me asusta
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ver cómo se relaciona y los resultados que obtiene. Al mismo tiempo que incluso haciéndome daño
su comportamiento, entiendo que no es una guerra que me declaró, sino una parte importante y
significativa de la expresión de su neura, de "nuestra neura ".
Por esta razón, aunque por un lado me daba mucho miedo que se integrara a nuestro grupo, por la
otra lo estaba deseando con muchas ganas. Estoy segura de que de alguna manera esta relación, a
mi en particular y espero que a ella también, nos sirva para trabajar aspectos que de otra manera
sería más difícil. Ella me hace de espejo y cuando no, me hurga heridas profundas. Esta chica lo
tiene todo,¡¡¡JAJAJA!!!, para mí, es una fuente donde ahogar la neura.
Ha sido un fin de semana importante. He aprendido que por primera vez en la vida tengo una pareja
de la que no soy un apéndice, puedo ser y hacer sin depender de lo que es y lo que hace. Tengo
capacidad de disfrutar y no sólo de sufrir. Puedo enfadarme sin castigar ni castigarme. Puedo
perdonar, perdonarme, aceptar y aceptarme.
En definitiva, cada vez me gusto más, me gusta más la gente, me gusta más el mundo.
Tal como le dije a Guillermo el otro día, yo he nacido dos veces; una hace 47 años cuando salí del
vientre de mi madre y el otro, hace un año cuando entré en la Gestalt.
Gracias maestros, compañeros, amigos. Muchas gracias.
Caminando con Gestalt, setiembre 2008. Mas la Comademont, Olot.
Cuestionario. Tema: mecanismos neuróticos.
1º.- ¿Como te sentías (mente y cuerpo) al llegar a la Comademond (Olot)?
Me encontraba bastante excitada pero al mismo tiempo muy tranquila, no sé cómo explicarlo
porque para mí casi todas las sensaciones que estoy viviendo los últimos tiempos son algo muy
nuevo.
Desde las vacaciones, me estaban sucediendo un montón de cosas, todas favorables: las vacaciones
en sí, el reencuentro con antiguas alumnas, ....
Este reencuentro fue realmente emotivo y fabuloso, pero también me recordó hechos no tan
agradables de mi vida en aquellos tiempos, pero de manera "sorprendente", no me enganché al
dolor, sino que vi aquellas situaciones y hechos desde otra perspectiva y me sentí más responsable
de todo lo que había pasado y pese a ver mi implicación, no me sentí culpable, sencillamente lo he
aceptado y he podido desprenderme del mal rollo y la rabia que tenía hacia cierta gente.
Por tanto, aunque removida, estoy bien, muy bien.
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2º.-¿ de qué te sirvió la caminata?
Me sirvió para contactar con mi aquí y ahora y aceptar que normalmente es una fluctuación con
delante y detrás y de vez en cuando aquí.
También para darme cuenta de cómo proyecto. Había veces que criticaba o juzgaba en mi cabeza
actitudes de otros, que en el fondo hacían lo mismo que yo aunque más visiblemente, es decir,
juzgaba la actitud “escapista” de Blanca (desde mi punto de vista hacía todo lo contrario de las
consignas dadas), cuando en el fondo, una parte de mí tampoco estaba donde debía, o intentando
hacerlo todo bien, o pensando en las nubes, o ....; me cuesta aceptar que me escapo.
Sin embargo, tuve muchos momentos en que verdaderamente estuve allí y disfruté de todo lo que
me rodeaba.
3º.- En los ejercicios de la tarde del sábado , ¿quieres compartir algo de lo que para tí fué
importante?
Recuerdo tanto la regresión como el masaje como dos hechos o situaciones muy importantes.
El masaje fue por un lado algo muy bonito y por el otro una experiencia desagradable.
Mientras me tocó hacerlo yo, fantástico. Me encontraba cómoda, relajada , amorosa. Pero cuando
fue al revés todo cambió.
Al principio todo iba bien, la postura era bastante cómoda y las manos de Javier agradables. De
repente, me tocó la cabeza, de una manera amorosa y tierna; me gustó y pensé: de pequeña nadie
me acariciaba así.
Y ¡mierda! Todo cambió, noté como me ponía rígida y ya todo me resultaba incómodo: tenía frío,
así no se acariciaba a una criatura, no era lógico hacerlo así , demasiado sensual ... Todo estaba
mal y yo cada vez estaba más a disgusto y con más frío.
Después la regresión; siempre que hago una regresión tengo la sensación de que no estoy metida
realmente en la situación: siento los compañeros, el ruido, .... quiero meterme tanto dentro, que
tengo la sensación de que solo la rozo. Siempre pienso que lo que veo es una invención de mi
cabeza para satisfacerme. Aun así, tuve un momento de duda: es cierto o es una invención ....
como siempre mi cabeza.
El hecho es que vi como bajaba unas escaleras retorcidas, como la famosa puerta que nos indicaba
Fernando estaba delante de mí; oscura eso sí, bien oscura. La atravesé y la oscuridad era más
impenetrable y al mirar mis pies, vi algo extraño.
No eran pies de persona normal. Lo primero que se me ocurrió eran unos pies de hombre
primitivo, después de palmípedo, después, unos pies que no estaban del todo formados.
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Intenté subir más arriba y la ropa, no parecía ropa: quizás eran unos harapos, quizás no llevaba.
Miraba mi alrededor y todo era oscuridad, me sentía flotar: ¿otra vez en el vientre de la madre?
Esta fue mi pregunta, pero era una sensación extraña porque a mi alrededor, flotando también,
separada pero cerca había otra cosa. Un envoltorio con una especie de cuerda que flotaba, no estaba
pegado al lugar.
Y de repente tuve la sensación de que yo era gemela, pero que de alguna manera aquella gemela o
no había terminado de formarse o algo raro.
También tuve un momento de no saber si era yo la que flotaba en aquella oscuridad .....
Todo ello mezclado con sensaciones de qué diablos estoy pensando, vaya historia me estoy
montando... .
Cuando fue la hora de terminar, mi cabeza sólo decía: ¿¡que voy a terminar si yo aún no he
empezado!?
Pero cuando por fin acabamos el ejercicio me encontré muy mal, con unas ganas horrorosas de
vomitar que no se fueron fácilmente.
4º.- La noche del Sábado, la cena, el fuego. ¿A nivel de grupo , alguna cosa ?
A pesar de que durante la cena aún me encontraba mal, que el olor de la comida en general me
repugnaba y que la persona que yo menos deseaba que se sentase a mi lado lo hizo (Pedro), estuvo
bastante bien. La animada conversación consiguió relajarme bastante y la poca ensalada que me
entró me sentó bastante bien.
La conversación junto al fuego estuvo genial. Primero el hablar de nuestra manera de contribuir al
cuidado de este mundo nuestro tan castigado. Me sentí bien dándome cuenta de las polaridades de
todos, el cómo hacemos cosas intentando contribuir a favorecer el cuidado y al mismo tiempo
como hacemos “cagadas” para contribuir a nuestro bienestar al margen del de la propia Tierra.
Y luego la creación de la Tribu. El inicio ya había sido durante la cena, pero junto al fuego se
trabajó mucho más. Fue muy divertido y estimulante. Fue bonito como ve cada uno al resto.
Como nos dábamos trabajo según las aptitudes que nos veíamos unos a otros, como nos
“escaqueábamos” de trabajos incluso siendo conscientes de que sólo era un juego de palabras .... se
creó un vínculo lúdico pero al mismo tiempo aún más fuerte. Y la imaginación, la capacidad de
buscar soluciones donde aparentemente no las había ..... Lo pasé muy bien.
5º.- ¿Qué puedes decirnos de tus mecanismos de defensa?
Pues que soy una especialista en proyectar, que empiezo a ver que lo hago, pero que todavía me
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cuesta un poco ver o aceptar lo que realmente estoy proyectando. Que me bloqueo cuando algo no
me interesa aceptar, que antes de aceptar que soy yo, le descargo al otro.
La fuerza de mis “introyectos”: tengo que hacer las cosas bien, mi juez no me deja relajar y aceptar
que no todo lo hago" como es debido ", que el "como es debido" no existe.
Pero también me doy cuenta de que cada vez utilizo menos la “retroflexión”, ya no me castigo
tanto. Aunque cada vez que voy hacia el placer me freno y busco dolor, físicamente casi no tengo
lesiones.
Y la confluencia también la estoy dejando de lado, hay momentos en que puedo realmente
prescindir de los demás y hacer cosas yo, según mis opiniones e intereses y olvidar lo que hacen o
quieren los demás.
Y que quieres que te diga, la “deflexión” no sé cómo la llevo, pero creo que muy a menudo sigo
riendo y haciendo bromas para huír de “el tema”.
6º.- ¿Qué has sacado de esta experiencia?
Diré lo de siempre, y aunque una parte de mí siente vergüenza por repetirme, la verdad .... ¡me
siento genial!
Me veo avanzar, me veo el "plumero" cada vez más y no me hace sentir mal. Veo aceptar "mi
locura", (¡SI GUILLERMO, ESTOY LOCA, LOCA!) Me hace sentir mejor, más segura, tranquila y
feliz. Cada vez me gusta más como soy, quién soy.
Soy Teresa, la loca ..... ¿y que?
Besos, queridos!
Caminando con Gestalt, noviembre 2008. Casa de Guillermo, Sant Pere de Riudebitlles
Cuestionario. Tema: sueños
1/ ¿Qué cambios has notado después de las caminatas? :
-En tu cuerpo
En general me he encontrado relajada, cansada pero con mucha energía. Normalmente siempre ha
sido así menos en este último que sobre todo estaba cansada, muy cansada y sin ganas de hacer
nada.
-En tu mente
Preparada y con ganas de trabajar. Siempre he estado en todos los Caminando (menos este último)
con unas ganas increíbles de ponerme al trabajo. Esta vez no quería pensar, no tenía ganas de
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remover nada.
-Emocinalmente
Muy sensible, con muchas ganas de estar con la gente; sintiendo por todos una estimación especial
y notando también de manera clara y evidente los momentos de aversión hacia ciertos hechos o
personas. Muy vinculada, muy ligada a todos. Siento como una especie de cordón que me une al
grupo, este grupo, a "mi grupo".
2/¿ Qué te llevas del caminando ?
Los Caminando han sido un inicio a una nueva manera de vivir. Han sido junto con la terapia
individual la ayuda que necesitaba para ver, para aceptar, para mejorar, para disfrutar ..... Me he
abierto una nueva ruta para transitar.
Me llevo un maravilloso regalo: el amor.
3/ ¿ Qué de lo que has aprendido, dado cuenta , sentido, etc. vas a aplicar en tu vida diaria?
Todo. Me resulta imposible cerrar los ojos a lo que he aprendido, oído, visto.... Soy consciente de
todo el camino que tengo por delante, consciente de mis bloqueos (bueno, sé que existen) .... una
vez he entrado en contacto con la gestalt, ya me resulta imposible volver atrás (lo que en momentos
puntuales desearía) y aunque resulta duro muchas veces aceptar la verdad, siento como una certeza
absoluta que ir adelante es la única opción.
4/ Agradecimientos.......
Tengo tanto y a tantos para agradecer .....
A Guillermo por haber conseguido encontrado la manera de hacerme abrir los ojos, por ser el
apoyo en momentos difíciles y la implacable pared ante mis manipulaciones , por empujarme, por
frenarme , por apoyarme, por confrontarme .... por ser quien es : un hombre y un terapeuta
maravilloso. Gracias.
A Ferran, por estar siempre presionando con su humor tan incisivo y sarcástico pero al mismo
tiempo con su sensibilidad y ternura tan características. Una persona con una gran intuición que ha
sabido acercarse y alejarse de mí cuando era necesario, como debía. Una persona a la que he
aprendido a entender y a querer con el tiempo. Gracias.
A todos los compañeros. Sería demasiado largo desgranar uno por uno lo que me han aportado. Lo
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que es cierto es que todos y cada uno han dado un nuevo sentido a la palabra amistad. Mi
estimación es diferente para cada uno de ellos y no por eso es menos intensa. Ellos me han
enseñado a amar sin "pros", aceptar el tal como somos. Sé que habrá bastantes a los que
seguramente no volveré a ver, a otros los vi poco y a pocos los seguiré viendo, pero lo que es cierto
es que siempre habrá un tiempo espacial para ellos dentro de mí.
Gracias a los padres de todos, a las desgracias y a las satisfacciones que nos han llevado a
encontrarnos en estos lugares, en estos momentos, porque si no hubiera sucedido todo lo que nos ha
ha ido pasando en nuestras vidas, ninguno de nosotros hubiéramos llegado a encontrarnos y eso es
lo mejor, al menos a mí, que me ha pasado nunca.
Gracias Javier por haberme dejado entrar a su corazón y a vosotros, terapeutas, por no habernos
dejado cerrar los ojos a la evidencia.
GRACIAS .
Me ha costado mucho llenar este último cuestionario. No tenía ganas, nunca encontraba el
momento.
Respiro y lloro, porque este es el definitivo y último acto y yo todavía no acabo de saber retirarme.
Soy una mujer con demasiado " apego". Me pego a las personas, a las situaciones y me duele que
esta etapa termine.
Pero ( “¡flipad!”) Estoy también feliz, porque ser, que es lo que ahora toca y que pase no significa
perder, sólo que ahora ..... toca ir a buscar más.
NOS VEMOS.
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Talleres 2010
A continuación, expongo dos talleres de fin de semana impartidos con los dos grupos semanales del
Centro La Garriga. Estos grupos se crearon como apoyo en la gestión emocional del proceso de
desintoxicación de los integrantes.
Taller de fin de semana Mas de Caret. Primavera de 2010.
Sábado.
1) Presentación (Encuadre)
- Previo: Aclaración sobre el pequeño problema de las habitaciones al no compartir cama los chicos.
Responsabilización de lo sucedido por parte de la observadora. Clarificar la probabilidad de que en
otras ocasiones no sea posible respetar ese criterio de “no compartir” cama.
- Aquí y ahora: evitar comparaciones con el otro taller. Otro momento, otro lugar, otra situación.
- Tema: Soltar.
Trabajo para tomar conciencia de las cargas que nos dificultan e intentar ir soltándolas.
2) Consignas
- IDA: Durante la caminata buscar una/s piedras que simbolicen vuestras cargas. Llevarlas durante
todo el camino o hasta que tengáis la necesidad de desprenderos de ellas. Si llegáis hasta la poza,
soltarlas ahí como en una especie de pequeño ritual.
- Vuelta:
a) antes de empezar el camino de regreso, elegid una planta o arbusto para contarle cual es vuestra
carga y lo que os supone llevarla.
b) ayudar a Marta (esguince en el tobillo) a llegar hasta la carretera: trabajo en equipo o escurrir el
bulto, motivación/responsabilización, apoyarse (hiperventilación y rigidez al no hacerlo Marta),
percepciones: vosotros/nosotros (Marta, Jaume/ Inma, Begoña, Marta)
c)) Desde la Farena hasta el Mas de Claret, caminad en silencio, en completa intimidad; desde
vuestro niño disfrutando del paisaje y los sonidos.
3) Una hora descanso y aseo.
4) Relajación
- Dejarse sentir las dificultades que habéis tenido con los demás durante la salida:
vergüenza, nerviosismo, rabia, juicios,…
- ¿Con quién me ha sido difícil la comunicación?
- Mis dificultades de relación en general, mis límites.
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5) Por parejas
- hablad de ello, dos o tres minutos cada uno.
- nombrar las dificultades y las personas en concreto
6) Abrirlo al grupo, si alguien quiere.
- Surge el conflicto con Marta y Jaume: separación del grupo, desplazamiento en
coche….
- Se deja abierto ya que ellos no están (hospital)
7) Otra pareja
- ¿Cómo os relacionáis con el mundo: pareja, padres, hijos,…?
- El que escucha se apoya en la pared con las piernas abiertas y el que habla se apoya en él.
- Cambio a los diez minutos.
8) Movimiento espontáneo
- Antifaces.
9) Pequeña rueda de integración
Cena
10) quien quiera que muestre al grupo su carga.
La gente está muy cansada y solo se abren un par de personas.
Domingo
1) Paseo de 20 mn.
2) Rueda
3) Activación
- Movimiento libre, soltando carga.
- Con voz: lenguaje abstracto, sin significado.
4) Imagina tu vida como si fuese una pelicula
- Ponle título y una pequeña reseña sobre el argumento.
- Como drama
- Cómica
- Porno
5) Grupos de 6
- Imaginaos una fantasía sexual incluyendo a todo el grupo, los 16 restantes (incluida Teresa y
excluidos Guillermo y Javier)
- Un portavoz de cada grupo la explica.
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6) Propuesta de representar una
- Rechazo inicial
- Explicación y petición de confianza por parte de los terapeutas: es un trabajo.
- Responsabilizar al grupo de la realización o rechazo del ejercicio
- Aceptación por votación
- Elección de la fantasía
- Representación
7) Palabra que exprese la sensación tras el ejercicio.
8) Rueda final: cierre del taller y curso.
- Logros y agradecimientos: “TODOS versus TODOS ”
Taller de fin de semana, otoño de 2010. Mas de Comademont, Olot
Tema: el placer
Sábado.
1) Presentación (Encuadre)
- Tema: El placer.
Atención al placer y al displacer (cómo se consigue o se interrumpe)
- Rueda corta: cómo estáis y expectativas.
2) Consignas
- Amuleto. Búsqueda de un amuleto que refleje vuestro cuerpo.
- Imagen. Quedaros con una imagen del paisaje que os dé amplitud, y la fijáis en la
memoria.
- General para todo el día. Dejar salir la luz y dejar entrar la luz. Trabajo con la naturaleza,
con nuestra propia naturaleza. Entendiendo que somos todos naturaleza.
3) Salida hacia la Fageda
- 20 mn. + 20 mn., antifaz con cuidador
- Buscar un objeto (amuleto, relacionado con el cuerpo) + imagen de amplitud.
- vuelta a la casa.
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4) Una hora descanso y aseo.
5) Rueda: ¿cómo estáis?.
- Centramiento: espalda recta, respirar.
- Ni mal ni bien, afinar.
- Una o dos palabras.
6) Dos grupos:
- Uno frente a otro
- Que sean los grupos de gestalt
- Miraos, respirar
- Dejaos sentir la sensación que os viene
- Decidla en voz alta
Tierno, divertido, agradable, serenidad, emocionante, entrañable, agradable, novedad, sorpresa,......
7) Parejas mixtas:
- Primero habla uno y luego otro.
- Explicar “Cual es mi mayor dificultad de corazón ahora, en este momento”.
- El cambio lo damos nosotros
- Tres o cuatro minutos y cambio.
- Quedaos en silencio mirando al compañero y dejaos sentir.
8) Automasaje:
- Cada uno en una colchoneta, poned atención en no dormiros.
- Respiración, relajación y visualización.
- Regresión a la inmovilidad (diez minutos).
- Recuperación de la movilidad, lentamente
9) Cena
10) Buscar un lugar que sientan suyo y se queden en silencio.
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11) Fogata
- Compromiso con el cuerpo ante el fuego.
Domingo
1) Paseo de 30 minutos
2) Corporal
- Moverse desde la consigna
3) Teatro individual:
- Desde el niño de 6-8 años al que sus papas han dejado aquí.
- Representar individualmente la locura de antes y la de ahora.
4) Presentación teatral de un tratamiento completo
- Divididos en dos grupos libres.
- Se acaban dividiendo en los grupos de gestalt
5) Rueda de integración.
6) Comida y regreso.
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Testimonios y valoraciones de integrantes
Pedro
Han pasado los años desde entonces, seis años. Me pide hoy Guillermo que rememore qué supuso la
experiencia del Caminando con Gestalt (CcG). Desde la distancia que el tiempo impone y la
escritura implica, sentarme ahora a escribir para rememorar aquellos días de sol, de monte y
compañerismo supone un paréntesis que abro en mitad de quehaceres muy alejados de los que en
aquel entonces me ocupaban.
Si miro atrás, en realidad me veo desocupado, ocioso. Y sé fehacientemente que no lo estaba:
trabajaba y viajaba por razones laborales. Pero sin embargo los fines de semana CcG tiñen de ocio
todo el calendario de aquel año.
Paradójicamente, no estábamos ociosos; al revés: estuvimos ocupados y el negocio que llevábamos
entre manos era intenso.
Y al escribir la frase anterior me doy cuenta que saltó el recuerdo del yo al nosotros. Sí: así fue. A lo
largo de un año, al hilo de los encuentros que cada mes (o casi cada mes) nos reunían, aquel grupo
heteróclito de gente joven, más o menos joven (aunque no lo éramos tanto, y volveré luego sobre
este punto), fue cohesionándose y la suma de los yo dio un nosotros que aún hoy perdura, aunque
hayamos roto el contacto. La suma de yos devino nosotros. Y este nosotros del cual me acuerdo
ahora pasó, cruzó, vivió una serie de experiencias en interacción caracterizadas por la honestidad, la
libertad, la sinceridad y el respeto; una experiencia que dejó huella.
Hoy, años después, conservo la memoria de escenas inolvidables:

La casi-orgía a ciegas con que tuvimos el primer contacto como grupo.

Los paseos por el otoño suntuoso del Hayedo de Jordà: nuestros pasos acolchados en el oro
de las hojas caídas y el sol tamizado por los verdes pálidos de las copas de los altos árboles;
el silencio catedralicio de nuestro paseo.

La confrontación, en un corro al sol, en un prado, entre flores, tras una noche de mucho
compartir, en que tuve que arrostrar, sin escapatoria ni excusas, rechazos e índices
acusatorios de mujeres a las que había herido.

El sol subiendo lentamente desde el horizonte recto del mar, en la playa, tendido.

La marcha entre malezas, para llegar a un arroyo.

Los silencios del paisaje.
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
El trino de los pájaros palpitando en mi pecho, durante una pausa de meditación en mitad de
una subida.

La cháchara alegre del grupo junto a una ermita, mientras comíamos de las fiambreras.

Un lánguido fado que fue postre de una cena y aperitivo de la complicidad que había de
seguir.

Las muchas emociones concitadas por las puestas en común de experiencias que, en
principio, me eran ajenas, pero de la cuales tanto aprendí; la enjundia de tantas libertades
con sumo respeto que nos tomábamos los unos con los otros; la riqueza y variedad del
contacto, a todos los niveles, que tuvimos ocasión de explorar.
Hoy, ocho años después, sé que era entonces más joven que hoy. Y aun así sé que aquel año no
envejecí.
2008, para mí, fue un año de reconstrucción personal tras una relación que no había funcionado.
Fue también un año de explosión de mi cuerpo sediento de curiosidades en todos los ámbitos, tras
años de insatisfacción. Tuve la oportunidad de explorar con hombres y mujeres, jóvenes y no tan
jóvenes, los límites de mi angustia de por aquel entonces, mi lucha inane por llenar mi vacío; mis
miedos libres hallaron en aquel nosotros valedores y cobijo, mis inseguridades voces y caricias
lenitivas, mis alegrías ecos sonoros y sinceros, mis días negros acolchados abrazos, mis furias
genitales amables entrepiernas tan desnortadas como las mías.
Aquel nosotros se constituyó en el pleno ejercicio del intercambio: de amistad, de complicidades, de
secretos, intimidades, de miedos, de aprendizajes.
Y si todo aquello no explotó ni se incendió más de la cuenta fue porque Guillermo y Ferran velaban
por nosotros mientras, simultáneamente, provocaban y guiaban interacciones para sacar de nosotros
lo mejor, esto es: lo más auténtico, lo más genuino: llanto, fiereza, mezquindades, cariño, hastío,
miedos, alegrías… Provocaron encuentros gracias a la magia de unas dinámicas interpersonales que
nos descolocaron más de una vez (desde la nariz de payaso hasta los chistes a deshora, los
recogimientos en mitad del esfuerzo…), que nos reconciliaron siempre con la idea que, creo, guiaba
el proyecto: compartir el yo en un marco lo más cercano posible a la naturaleza, la experiencia de
tomar conciencia de uno mismo y de los demás, desde el respeto, desde la enriquecedora diversidad
que nos alimentaba (hombres, mujeres; heteros, gays; jóvenes, mayores; iluminados y cartesianos;
ingenuos y escépticos…).
En este ejercicio de recuerdo de aquellas salidas a paisajes de mi país que desconocía, con
compañeros de excursión a los que aprendía a conocer y de la mano de unos tutores que nos
sorprendían con sus ejercicios que, las más de las veces, aun siendo tan sencillos (respirar, darse la
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mano, mirar esto o aquello, acompasar los pasos y el silencio…) conllevaban una trascendencia,
una carga emocional insospechada cuando, al cabo del día, en ronda, sentados y descansando de la
caminata, poníamos en común la experiencia, la emoción, el aprendizaje, la dificultad, y
exprimíamos la lección hasta colmar y saciar nuestra vasta ignorancia de nosotros mismos con el
sudor y los jugos, que ellos, Guillermo y Ferran, sabían aprovechar: descubrirse altanero, o egoísta,
o tímido, o miedoso, o torpe, o generoso.
“Cuando me paro a contemplar mi’stado” dijo el poeta, y puedo seguir como él: “que a mayor mal
pudiera haber llegado”. Ciertamente, volviendo a cuanto supuso para mí aquel año, he de reconocer
(y lo hago con sumo agradecimiento) que sin CcG, sin aquellas experiencias y aquellos aprendizajes
(siendo como soy una persona incapaz de seguir con tenacidad un curso de Gestalt), sin las
amistades que entonces trencé (algunas de las cuales sigo aún cultivando ocasionalmente), hubiese
sido hoy otro. Acaso como aquel que entonces fui: un inconsciente, incapaz de saberse definir como
ocioso u ocupado.
No fui ocioso entonces, al revés: mi ocupación consistió en hacer deleitoso (ocioso) el trabajo
(negocio) de ser quien soy, y de tomar consciencia de ello.
Así, hoy, puedo decir, con real satisfacción y orgullo legítimo, que vivo de las rentas de aquel
negocio.
El día a día es harto difícil, en general (para quien firma, para el nosotros, también para ti, lector). Y
aprendí entonces ciertos ejercicios sencillos que, durante el trabajo, en los huecos de los tiempos
muertos, en las pausas del café, o entre sábanas, o en los anodinos holas y adioses de los ascensores,
a menudo, vuelvo a practicar: así, acaece que ejercite un “respira hondo”, un “poner conciencia” (al
azucarillo deshaciéndose en el té), un “prestar atención” (al temblor de una rama que asoma en el
cuadro de la ventana en la consulta del médico), y a preguntarme qué siente mi cuerpo, qué pienso,
qué emoción me anima (cuerpo-corazón-mente) en relación a esto o aquello. ¿Qué me apetece? Y
escucharme y concederme el lujo de ser, por ejemplo, pasivo en la cama durante un rato a pesar de
la glotonería de mi lujuria. O desconectar apps y teléfono y recorrer los 250 metros que separan el
parking de mi casa mirando (con cariño, con compasión, con afecto) las caras de los transeúntes
anónimos con quienes me cruzo en la acera del aquí y ahora. Sonreír. Sentir compasión. Sentir
agradecimiento.
Y concluyo desvelando la sorpresa que supuso descubrir, durante aquellas sesiones de Gestalt en
movimiento, que me había olvidado de agradecer al mundo tanta belleza que nos es dado disfrutar.
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Javier
Cuando repaso las notas y memorias recogidas durante el año que duró la actividad de “Caminando
con Gestalt”, claramente aparece un denominador común a todas las salidas. Es un conjunto de
sensaciones y emociones en las que se entremezclan alegría, distensión, energía, camaradería,
amplitud, serenidad, conexión, bienestar, cansancio físico, y seguramente podría añadir una docena
de cosas más. Cuando evoco esa etapa de mi vida, que coincidió en el tiempo con mi primer año de
formación como terapeuta, siento como si hubiera resucitado; como si de pronto, tras un largo
tiempo de oscuridad, volviera a abrir los ojos. En definitiva, una sensación muy potente de vida, de
sentirme vivo; y de aprendizaje, como si ese abrir los ojos comportara una nueva mirada, de manera
que todo se presentaba como una novedad, algo nunca visto de esa manera.
En aquel momento no tenía la perspectiva que disfruto ahora, más de cinco años después; aunque si
se refleja en las memorias, es ahora que puedo comprender verdaderamente el efecto del contacto
con la Naturaleza.
En aquel momento seguramente era algo asumido, que se daba por supuesto. Si se pregunta a la
gente, en general, es bastante normal que te contesten que el contacto con la Naturaleza es
agradable, sano, necesario, etc, etc. Pero en mi caso concreto, de mi carácter (E9) y gracias a la
experiencia y conocimientos adquiridos a posteriori, creo que estoy en condiciones de darle un poco
más de forma a todo esto.
Si hay algún tópico referido al medio rural sería “en el campo se respira mejor”. Y aún, “en el
campo se duerme mejor”.
Respecto al primero, simplemente la calidad del aire, comparado con el que respiramos en el medio
urbano a diario, ya induce a una respiración más amplia y más consciente. “Respirar es sentir”,
solemos decir en Gestalt, así que, para mí, esa era la puerta de entrada a las sensaciones.
Respecto al segundo tópico, sin duda tiene que ver con la contaminación acústica. El nivel de ruido
ambiental en el campo es infinitamente menor al urbano. Hoy por hoy, vivo en un lugar intermedio,
en las afueras de una pequeña ciudad y, habitualmente, el nivel de ruido es más bajo que en el
centro; por eso, cuando se produce alguno (sobre todo el tráfico, de autobús o motocicletas, o el
producido por una obra en construcción), me doy cuenta de que me tenso y me pongo de muy mal
humor. Eso probablemente significa que en el medio urbano estaría sometido a una tensión
constante e inconsciente.
Si a eso le añado el efecto de la contaminación lumínica y los estímulos visuales, como la TV o el
ordenador, como factores de interferencia en el proceso del sueño, me encuentro con que, por un
lado, respiro más, y por otro, mi cuerpo está más relajado y más descansado. Para mí, esa es la
forma de salvar uno de mis principales mecanismos de defensa: la represión.
90
A partir de ahí, me es más sencillo entender por qué en esas salidas era capaz de experimentar cosas
que en terapia individual o en la propia formación me resultaban más complicadas o difusas.
Tomar conciencia del cuerpo a partir de la respiración y el ejercicio, sin las interferencias del medio
urbano, me permite alinearme con más facilidad, unir el cuerpo a los otros centros y llevarme a un
darme cuenta y un aquí y ahora que, como he dicho, me resulta más dificultoso en el día a día.
Unos años más tarde tuve oportunidad de poder observar estos efectos desde el punto de vista del
co-terapeuta, del observador. La experiencia, más allá del eneatipo de cada uno, se repetía. De
trabajar con un grupo en medio urbano a hacerlo en la naturaleza cambiaba radicalmente el
resultado del trabajo. En contacto con la naturaleza se consiguen mayores niveles de profundidad en
el trabajo. Podía ver a personas que se transformaban, se volvían más espontáneas, más en contacto
con lo lúdico, con el niño, con el cuerpo en definitiva, y eso les ayudaba a salvar bloqueos, a estar
menos pendientes del “qué dirán” y, por lo tanto, más entregados al trabajo y la experimentación.
Esa forma más auténtica de estar les llevaba a verse más los unos a los otros, con lo que se
conseguía un efecto de cohesión del grupo que no se daba en el trabajo semanal en sala. Y esa
cohesión grupal, la confianza que se establecía entre ellos, les llevaba a su vez a ser más atrevidos y
abiertos en el trabajo en grupo, con lo que el trabajo individual era más fructífero.
Por mi experiencia, puedo afirmar que el trabajo efectuado en contacto con la naturaleza me ayudó
enormemente en mi proceso y tengo constancia de que también lo hizo en el proceso de muchas de
las personas que trabajaron con nosotros en aquellos cursos que implementamos.
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Antonia
Barcelona-Santiago de Compostela. Salida el 31 de Marzo del año 2006. Duración: 10 días. Tren
hasta Ponferrada. Bus hasta Villafranca del Bierzo. A partir de aquí, andando, como se hace el
Camino.
Fue una experiencia durísima, con mis 57 años, un enfisema pulmonar y fumadora desde siempre.
Éramos un grupo de 8, 3 de Gestalt, entre ellos mi querido Guillermo que ya antes me había
ayudado y quién me invitaba al Camino.
Cansados del viaje, el 2º día, empezamos la ascensión del magnífico O'Cebreiro. Me ahogaba, creía
que me moría. No podía respirar. Era horroroso!!!!!!
No me atrevía a decir nada. Guillermo estaba ahí y seguí sus instrucciones: andar muuuuuuy
despacio, hasta lograr respirar, sin esfuerzo, normalmente.
El pánico pasó poco a poco y llegó la confianza de poder alcanzar la cima. Como así fue. Con mi
compañero al lado. Cada uno de los días siguientes fue una experiencia de voluntad, conocimiento
de uno mismo y búsqueda de la Verdad.
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6 ¿Para qué seguir caminando?
6.a Una forma de estar en el mundo, una forma de andar por el mundo.
Me contó un día Toni, mi primer terapeuta, que en uno de sus libros, Carlos Castaneda relata que en
la vida de los hombres y de las mujeres existen cuatro etapas. La primera consiste en enfrentarse a
los miedos. En esta primera etapa, más de la mitad de los humanos se quedan en el intento. Los más
perseverantes, los valientes alcanzan el siguiente tramo del trayecto que es la claridad. Los hombres
y mujeres que se permiten sentir sus miedos sin dejar que estos los arrastren o los posean acceden a
la capacidad de ver con claridad. La mirada y la comprensión se amplían, aportando sosiego y
templanza a la vida. Son muchos los hombres y mujeres que quedan colmados y se acomodan en
este tramo del camino. Para los intrépidos que siguen la marcha les espera un peligroso desafío en el
siguiente escalón: el encuentro con el poder personal. A la claridad se le une la conexión con la
fuerza personal, lo que confiere a la persona la capacidad, tantas veces anhelada, de influir de forma
profunda sobre su entorno. El poder resulta difícil de manejar, las ambiciones personales de
dominación, de enriquecimiento, los delirios de grandeza, las tentaciones lujuriosas acechan a los
poderosos y son pocos, bien pocos, los que priorizan el camino sabio del corazón para no quedarse
atrapados. Ese puñado de hombres y mujeres que son capaces de atravesar esta etapa acceden al
siguiente y último trecho del camino: la vejez. Y ya, con toda una vida recorrida, no les queda más
que una tarea sencilla y conocida por realizar: seguir caminando.
Camino de Santiago, 1999
93
6.b El placer de caminar
Retomo la idea de Rousseau: tanto el hombre como la naturaleza obtienen su esplendor en sus
condiciones originales. Sin duda esta idea llevaba implícita una crítica al modelo de vida en la
ciudad, a la nobleza y a todas los adornos, ya sean de imagen, de roles sociales o de formas
culturales que desnaturalizaban al ser humano y a su entorno. Comulgo con la idea. Cuando camino
por la naturaleza, solo, con mis hijos, con mi perro, con mi pareja o con amigos, me siento bien.
Siento lo natural, lo sencillo y lo auténtico a la vez. Y no hacen falta más palabras. Es así. Y al
alcance de todos.
“La metáfora de la experiencia sináptica dirige la atención hacia las funciones sensoriomotoras
conjugadas, tal como se dan en la experiencia personal, esto es, como conciencia (aspecto
sensorio) y como expresión (aspecto motor). Aunque de momento el énfasis recaiga principalmente
sobre la sensación, la conciencia de la sensación engendra la expresión, y juntas forman la unidad
de experiencia.
Podemos sentir esta unidad en muchas ocasiones; por ejemplo, cuando tenemos conciencia de
nuestra respiración al hablar, o de nuestra flexibilidad corporal mientras bailamos. La siente el
pintor si esta consciente de su propia emoción cuando pinta. Profundos sentimientos de presencia,
integridad de la personalidad, claridad de percepción y vibración de la experiencia interna son
notas comunes en los momentos en que se conjugan conciencia y expresión.”
35
Caminar por la naturaleza es la forma más sencilla y genuina del ser humano de conjugar
conciencia y expresión. Y es la experiencia, quizás más primitiva, que nos vincula con nuestros
ancestros. En el fondo, el sentimiento de soledad que procura el viaje nos conduce a tomar
consciencia que la vida es un trayecto de un lugar desconocido a otro lugar desconocido, que es
quizás el mismo, del nacimiento a la muerte.
La marcha es también un indicador fiable del estado de un cierto número de libertades y de
placeres: el tiempo libre, el acceso a espacios agradables y la libertad de los cuerpos.
Lo sencillo y lo sublime se funden y se confunden en la marcha, como queda magistralmente
retratado en esta célebre frase del artista estadounidense Allan Kaprow: "Descubrirán el sentido de
lo ordinario gracias a cosas ordinarias, no intentarán convertirlas en extraordinarias y se
contentarán con afirmar el sentido real. Gracias a esto podrán concebir lo extraordinario".
35 Polster, Erving y Miriam. (2003). Terapia guestáltica. Buenos Aires: Amorrortu.
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7 Conclusión
A mi parecer, el contacto con la naturaleza y la intensa convivencia a lo largo del fin de semana
permite que en estos grupos la terapia Gestalt se abra al mundo, dando la posibilidad de una visión
más amplia, más real y, me atrevería a decir también, más sencilla de la terapia. Voy a explicarlo.
Son cosas tan sencillas como la alegría que sintió Marga en una de las salidas. Recuerdo su regocijo
cuando, después de caminar unas horas, cansados y con hambre, no encontrábamos ningún lugar
adecuado para comer. Decidimos pararnos en mitad de un caminito estrecho en la montaña,
aparentemente incómodo e inapropiado. Bajo una fina lluvia, extendimos un mantel y nos sentamos
en rededor para comer. Este acto sencillo y espontáneo la colmó de júbilo. Se sintió rejuvenecer,
permitiéndose ensuciarse de barro y, sobre todo, dando prioridad a la necesidad del momento: el
hambre. Sencillo y profundo a la vez. No hizo falta de ningún ejercicio para despertar a su niña
interna. Sucedió en la convivencia.
Recuerdo también, con mucho cariño, a Jorge, un hombretón fuerte y corpulento. En el grupo
semanal (urbano) en el que participaba, se mostraba serio, rígido y formal. He de reconocer que me
inspiraba un cierto respeto, casi miedo. Cuando acudió a su primer caminando, apareció vestido con
unas mallas, un chaleco de montaña, un sombrero a lo Indiana Jones y un arsenal de navajas y
machetes a cual más bonito. Este hombre había hecho montañismo en su juventud. En los fines de
semana que participó en los caminando, pudimos gozar de una faceta que no había mostrado
anteriormente: disfrutaba como un niño y, desde su espontaneidad, nos regaló su cariño y su buen
humor.
Al convivir, la terapia deja de encuadrarse entre paredes y deja de tener horarios. Todo es terapia y
todo es convivencia. Siento que se normaliza la terapia y a la vez se agudiza la conciencia en todo
momento. No hay barreras. Y el terapeuta, en gran medida, es uno más. La terapia se hace más
comunitaria y ayuda a desencorsetar los posibles restos vanos de la figura dominante. El terapeuta
come con el grupo, recoge la mesa, convive. Y siento que en este sentido, la naturaleza juega un
papel fundamental. De hecho, la naturaleza se convierte en el verdadero terapeuta del grupo. Y ante
ella somos todos pequeños e iguales, pacientes y terapeutas por igual. Los espacios naturales
abiertos y los cuerpos en movimiento son ya elementos suficientemente poderosos para que ocurran
cosas. Es algo así como que no hace falta provocar nada; el escenario y la actividad son, por sí
solos, suficientes. Si damos espacio, si nos movemos, ocurren cosas. La autorregulación
organísmica recupera su sentido pleno en la convivencia y considero, porque lo he vivido, que es
más fácil para el terapeuta colocarse a un mismo nivel que los demás participantes y en muchos
momentos, ser uno más.
95
No hemos de olvidar que una sala, en un centro de terapia en una ciudad, es un lugar de deprivación
sensorial. No hay viento, la temperatura es estable, los ruidos varían entre cañerías y motores, la luz
muchas veces es artificial. Es cierto que en la mayoría de las ocasiones no podemos acceder a
lugares naturales. Pero también es cierto que existe el peligro, siempre acechando, de ceder a la
comodidad, cementerio de la conciencia, en aras a la funcionalidad y facilidad que ofrece trabajar
en una sala y en la ciudad. Considero importante tener en cuenta que cuando trabajamos con grupos
en un lugar cerrado seguimos el modelo convencional establecido. Durante toda nuestra infancia y
parte de nuestra juventud nos encerraron miles de horas en aulas de algún colegio, para luego seguir
encerrándonos en la universidad, convirtiéndonos en prisioneros de un aprendizaje reglado y
obligado. Cierto es que el conocimiento deshumanizado que nos transmitieron casaba con el
aislamiento forzoso del mundo al que fuimos sometidos. Sin embargo, la terapia Gestalt rompe con
este modelo frío recuperando el corazón. Pero a mi entender, el mantener el mismo encuadre de
ambiente cerrado, no nos permite recuperar plenamente nuestras piernas, nuestro cuerpo.
Cambiamos sillas por cojines, nos descalzamos, pero mantenemos cierta estructura y de ella algo se
transmite de los antiguos patrones de relación. Estructura y función se funden y se entremezclan,
como decía Perls. Clase, profesor y alumnos. Sala, terapeuta y participantes. Algo al respecto quiso
transmitirnos Perls, especialmente en su última etapa, cuando creó el Instituto Gestáltico de Lago
Cowichan (Isla de Vancouver, Canadá). Lo denominó "Kibbutz gestáltico". En esta, su última
creación, la terapia y la convivencia se hacían indisociables; eran una misma cosa. Y a nivel físico
la terapia se abría al mundo. Algo de todo esto me resuena en los tiempos de cambio que estamos
viviendo. Florecen y toman fuerza movimientos sociales comunitarios y asamblearios que contienen
mucha sabiduría en su funcionamiento.
Quiero concluir este trabajo dejando en boca de los participantes lo que para mi significan los
Caminando con Gestalt.
El entorno natural
“La confrontación, en un corro al sol, en un prado, entre flores, tras una noche de mucho
compartir.” Pedro
“El trino de los pájaros palpitando en mi pecho, durante una pausa de meditación en mitad de una
subida.” Pedro
“Y concluyo desvelando la sorpresa que supuso descubrir, durante aquellas sesiones de Gestalt en
movimiento, que me había olvidado de agradecer al mundo tanta belleza que nos es dado
disfrutar.” Pedro
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“Paz, siempre lo digo, la naturaleza me da paz.” Teresa
“A partir de ahí, me es más sencillo entender por qué en esas salidas era capaz de experimentar
cosas que en terapia individual o en la propia formación me resultaban más complicadas o difusas.
Tomar conciencia del cuerpo a partir de la respiración y el ejercicio, sin las interferencias del
medio urbano, me permite alinearme con más facilidad, unir el cuerpo a los otros centros y
llevarme a un darme cuenta y un aquí y ahora que, como he dicho, me resulta más dificultoso en el
día a día.” Javier
Darse cuenta - Sentidos y cuerpo
“El calor, el sudor me hizo sentir que tenía carne y necesidades”.Teresa
“El olor de la humedad del bosque, ese perfume a moho me relaja; la brisa en la cara, me acaricia;
las enormes ganas de mear y la poca gracia que me hace hacerlo en el campo me demuestra que
tengo vejiga”. Teresa
“El calor y el sudor me hacen apreciar el alivio de quitarse ropa y la agradable sensación de un
jersey cuando se enfría el cuerpo. El agradable reposo cuando me siento aunque sea en una piedra
después de andar todo el rato entre piedras y surcos.” Teresa
“Andar, cansarme, sudar, mirar, no ver, calor, sed, hambre, micción,……. Es imposible negar que
tengo cuerpo.” Pedro
“El hecho de caminar me ayuda a salir de mi cabeza, moviliza mi cuerpo y eso hace que deje de
intelectualizar, que no controle todo lo que hago, lo que pienso, lo que siento. He de centrar mis
esfuerzos en tareas aparentemente automáticas como caminar, respirar, pero en espacios no
habituales, lo que me hace ser más consciente de ellas. Las aprecio, las “VIVO”, las disfruto”.
Teresa
Necesidades y autoregulación organísmica.
“Llevé a cabo cada necesidad que tenía en cada momento: comida (antes de comer ya me había
comido unas cuantas nectarinas: tenía hambre), tomé el sol desnuda (tenía ganas hacía días, las
marcas no me gustan, me estoy volviendo muy presumida, ¡¡¡JAJAJA!!!), me bañé todas las veces
que tuve ganas y dejé de hacerlo también cuando quise, lo hicieran o no el resto .... “Teresa
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Libertad
“De trabajar con un grupo en medio urbano a hacerlo en la naturaleza cambiaba radicalmente el
resultado del trabajo. En contacto con la naturaleza se consiguen mayores niveles de profundidad
en el trabajo. Podía ver a personas que se transformaban, se volvían más espontáneas, más en
contacto con lo lúdico, con el niño, con el cuerpo en definitiva, y eso les ayudaba a salvar
bloqueos, a estar menos pendientes del “qué dirán” y, por lo tanto, más entregados al trabajo y la
experimentación.” Javier
“Hoy, seis años después, sé que era entonces más joven que hoy. Y aun así sé que aquel año no
envejecí.” Pedro
“Los Caminando han sido un inicio a una nueva manera de vivir. Han sido junto con la terapia
individual la ayuda que necesitaba para ver, para aceptar, para mejorar, para disfrutar ..... Me he
abierto una nueva ruta para transitar.” Teresa
El lugar del terapeuta - Convivencia y espíritu asambleario
“Me gusta andar en compañía, me hace sentirme parte de algo más grande, más fuerte, más
potente que yo misma. Me hace sentir que formo parte de un grupo y eso me encanta”. Teresa
“Fue cohesionándose y la suma de los yo dio un nosotros que aún hoy perdura, aunque hayamos
roto el contacto. La suma de yos devino nosotros”. Pedro
“Compartir el yo en un marco lo más cercano posible a la naturaleza”. Pedro
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