Profesión religiosa de Coínta Terminados los dos años de noviciado, Coínta hizo su profesión de pobreza, castidad y obediencia y un cuidado particular de la instrucción de las niñas en la Compañía de María59; prometió también la clausura, confiada en la bondad de Dios. Era el día 27 de octubre de 189560. Como era costumbre en aquella época, Coínta quedó en el noviciado después de hacer los votos. Compartía en parte la vida de las novicias, siendo distributaria del mismo, al mismo tiempo que se preparaba para la vida docente y se iniciaba en la tarea de la enseñanza. « Entonces, las Profesas en su primer septenio, hacían vida común con las Novicias y M. Coínta coincidió conmigo en Tudela, como durante dos años y medio. Durante este tiempo, según creo, o tal vez en gran parte de él, M. Coínta fue distributaria: congregaba a la comunidad con la campana, formaba las filas, designaba los trabajos de cada una, los vigilaba. Era de admirar el recogimiento de M. Coínta mientras nos congregábamos a su llamada » (P.O., T. 18, ad 2. Summ., p. 138). Coínta tenía 19 ó 20 años cuando empezó a dar sus clases a las niñas. Clases de gramática y aritmética, según los programas del colegio, que ya desde 1885-1886 había adoptado los de las Escuelas Normales61. Cfr. Fórmula de profesión, en R. et C., p. 86. En el acta de profesión, en AODN.Tdl., se lee: « A las diez de la mañana del día veintisiete de octubre del año mil ochocientos noventa y cinco, la H. Coínta Jáuregui, cumplidos los dos años de noviciado, hizo la profesión solemne de nuestra Sagrada Religión de la Compañía de María para religiosa de coro y velo negro con licencia del M.I.S. Gobernador Eclesiástico de este obispado, el Dr. D. Hilario Ariza, que cometió la función y dio su comisión para ello al R. P. Daniel Baertel, Guardián del Convento de Religiosos Franciscanos de Olite, de que certifico yo, la secretaria de la comunidad, que puse el sello. Firman: Fr. Daniel Baurtel, Guardián, Juana Pérez de Laborda, priora, Coínta Jáuregui, Clotilde Medrano, secretaria » 61 En la CA., de 1885-1886, p. 61, se da cuenta de este paso en la enseñanza y se añade que « todas las religiosas jóvenes siguen un plan de estudios y trabajan con ardor para llegar a ser maestras capaces de enseñar todas las ramas de la enseñanza exigidas en el momento actual ». 59 ASÍ NOS TRABAJA DIOS 60 138