etnocentrismo narrativo y la h/stor/a tolteca ch/ch/meca

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ETNOCENTRISMO NARRATIVO Y LA H/STOR/A TOLTECA CH/CH/MECA
*
ANDREW ROTH SENEFF
INTRODUCCIÓN
En un estudio pionero de los documentos de Cuauhtinchan, Luis
Reyes ha identificado dos tradiciones regionales de relato histórico: la
nahua y la pinome. Reyes observa que la distinción entre nahua y
pinome está representada en los tiempos más remotos descritos en la na­
rración y en el registro crono-genealógico de la formación del señorío,
especialmente en el documento que hoy se conoce como la Historia
Tolteca Chichíme'ca. 1 La distinción corresponde, además, a dos tradicio­
nes antiguas de alianza matrimonial en la región cuauhtinchantlaca, una
con los tolteca choluIteca y otra con los pilli de diferentes grupos locales
o migran tes en Cuauhtinchan. 2 Podemos afirmar, además, que la dis­
tinción nahua-pinome refleja la situación multiétnica y fronteriza de
* Agradezco a Cayetano Reyes y Phi! 'Weigand sus comentarios que motivaron
la reformulación de ideas presentadas durante el Primer Congreso Internacional de
Historia Colonial en Zacatecas, octubre de 1992. Gracias al simposio sobre "Dis­
tintos Enfoques en el Estudio de Los Códices Prehispánicos y Coloniales" organizado
por Cecilia Rossell (13th International Congress of Anthropologkal and Ethnolo­
gical Sciences, México julio 29·5 de agosto de 1993) tuve la oportunidad de
redactar una primera versión de este trabajo. Finalmente agradezco a Cristina Mon­
zón por comentarios valiosos sohre la exposición del argumento y ayuda con la
presentación de varias \'ersiones preliminares.
1 Como nota Reyes (19SSa, :i l-:H y 58-9) en el registro de la pintura del
asentamiento de los cuauhtinchantlaca en el régimen tolteca chichimeca (HTCh,
fojas :l3\' y r), los pilli Moquiuix y Teuhctlecozauhqui están sentados sobre
tecpalli (piedras) y otros principales de subgrupos cuauhtinchantlaca tienen ícpalli
(asientos) df:> diseños muy diferentes y compuestos de materiales distintos, Recibimoo,
pUl'S, la impresión de que los cuauhtillchantlaca son un grupo mixto con tradiciones
de: gohierno diferentes en el cual las agrupaciones de Teuhctlecozauhqui y Moquiuix
están, al meno;;, políticamente (y prohablemente étnicamente) emparentados y dife­
renciados de los otros subgrupos,
" HTCh pár. :{O:;, :l:.!J y :124, p. 199 y :!115; HTCh pár. :.'78, p. 186; véasr
¡{('yc, 19HHa cap. 111.
126
ANDREW ROTH SENEFF
Cuauhtinchan, situación en la cual se distingue entre los descendientes
del nahuapan, una tradición de gobierno nahua-cuauhtinchantlaca, y
otra tradición de gobierno no-nahua que se llama 'forastero' o pinome.~
A partir de la organización de los documentos de Cuauhtinchan en
torno a sus orígenes nahua o pinome y de las observaciones agudas de
Paul Kirchhoff sobre la historiografía del tercer relato de la Historia
Tolteca Chichimeca;t Luis Reyes identifica una forma de etnocentrismo
narrativo. El etnocentrismo se encuentra en la presentación en la His­
toria Tolteca Chichimeca de la figura de Moquiuix, fundador de la "casa­
linaje" moquiuixca en Cuauhtinchan en el siglo XII. Reyes demuestra
que: 1) los moquiuixca pertenecen a la tradición nahua de relato
histórico en Cuauhtinchan; 2) la Historia Tolteca Chichimeca es en
gran parte el relato genealógico del tecalli o subgrupo moquiuixca, y
3) la redacción de la Historia Tolteca Chichimeca está ampliamente
asociada con descendientes de esta "casa-linaje".5 Podemos agregar a
las observaciones de Reyes que moquiuixca es el único gentilicio epó­
nimo en toda la Historia Tolteca Chichimeca; es decir, el único caso
en el cual el nombre de un principal o noble llega a constituir el
nombre de un grupO.6 Además, la legitimación del uso epónimo de
Moquiuix es de alguna manera central al desarrollo narrativo del relato
chichimeca. 7
Se puede, no obstante, problematizar esta interpretación. Reyes ca­
racteriza el enfoque moquiuixca de la Historia Tolteca Chichimeca
como un caso de etnocentrismo, o sea una narrativa etnocéntrica dentro
de la tr.adición nahua de relato histórico en Cuauhtinchan. Pero es,
también, sensato interpretar el enfoque moquiuixca del relato como
una forma de revisión histórica que busca establecer una tercera tradi­
ción de relato histórico relevante a la situación de Cuauhtinchan en
la quinta década del siglo XVI.
;\ HTCh, p. ti y 7; Reyes 1988a, p, 37-41; Reyes l 988b, p. 8; Afanuscrito
de 1553, foja, 2 v, pár. 34 y 35, p. 83.
I Kirchhoff 1947, cap. 1Il.
a HTCh, p. 6 Y 7; Reyes 1988a, p. 37.
<l La tradición epónima es distinta del "euhemerismo" o sea, la deificación de
héroes muertos, examinado por Marcus 1993, p. 261-302.
~ La importancia de este proceso de legitimación narrativa se demuestra en el
t'SP¡¡eio dedicado a Sil desarrollo que aharca 39 de los 52 folios originales del ma­
Huscrito, <.> s('a set('nta y cine(> poreiento dd h'xto.
ETNOCENTItISMO y L
. . . .timlO moquiuixca
este trabajo quiero er
de mezcla nahua-pil
__~ .""". el siglo XVI y, poi
de relato bisté
-.m:en a finales' de la
un fragmento
más (Francis
tatiinonio apareca
~tS53}' Don Gonzalo
,..gos
¡\Qkeca chichimeca l
yn chichim'
ocatea.
oquinmomlil.Caque y
.. ~,YO yoliliztli r~
tit,euan timochill;'~
'yri niuan tolteca
'San Juan Cuauhtin
. ';'Jós tolteca chichlm
no los convir1
ETNom:NTlUSMO y LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA
y
127
.
El epónimo
n
te
En (~'1te trabajo quiero enfatizar la relación mtre, por un lado, el
contexto de mezcla nahua-pinome en los linajes de los pilli de Cuauh­
tinchan en el siglo XVI y, por otro, un cambio importante en las tradi­
ciones locales de relato histórico que se puede documentar m textos
que aparecen a finales de la primera mi tal del siglo XVI. Considérese,
por ejemplo, un fragmento de una declaración de Gonzalo Sánchez
y dos testigos más (Francisco Jiménez y Juan Chicolle). Las ocho
líneas de testimonio aparecen en un texto más extenso transcrito en el
año de 1553.' Don Gonzalo Sánchez declara:
rnoqUlUlxca
,3
Iz D
,r­
... yn tolteca chichimeca amo ma aca quitlayecoltiaya amo ye guinlllo­
maeeualtique yn chilhimeca moquiuixca yn intlal quinmaraque zan
ncpanol ocatea.
oquinmomacaque yn ninpilhuan yn nimichpochuan ynie oneliuh­
qui yn yo yn yoliliztli yn t1acatiliztli yn nican San Juan Cuauhtinchan
ynic za titcuan timochin yn chil'himecatl yn moquiuixwtl ynic OIlcne­
liuhqui yn niuan tolteca chichirneca ynie ozace yyac in altcpetl yn
nican San Juan Cuauhtinchan. (énfasis mío)
... los tolteca chichimeca a nadie le daban servicio; los rhil'himera
moquiuixca no los convirtieron en sus mal'eualli por darles sus tierras,
sólo estaban juntos.
- Se dieron entre sí sus hijos, sus hijas por lo cual se mezcló el
origen, el nacimiento dl' aquí de San Juan Cauhtinchan, por lo que
todos nosotros somos chil'himecatl, moquiuixl'atl porque se mezdaron
con los tolteca chichirnerR, por lo que es UIIO solo \"1 pueblo aquí San
Juan Cuauhtinchan."
La declaración de don Gonzalo Sánchez trata sobre la condición de
alrededor de 21 calpulli que migraron a Cuauhtinchan durante los pri­
meros siglos de la formación del dominio territorial de los cuauhtinchan­
tIaca. Los calpulli son tolteca chichimeca de Cholula y según don
Gonzalo su integración entre los tecalli chichimeca de Cuauhtinchan es
cordial y fraternal: reciben tierras sin obligación de servicio y entran
en alianzas matrimoniales estableciendo así un origen común entre 10;;
descendientes de terratenientes en Cuauhtinchan.
~ Reyc' ¡ g¡¡Sa, p. 17; Que se guarde cierto re partimiento de tierras que hizo
Ximán dt, flu~n(j.bentura, p. ¡OH.
v -'faI/UH'rit,) de 155.'1. pár. n-7B: p. H6; f,. :¡ \. y 4 r.
128
ANDREW ROTH SENEFF
La uOlca indicación de que la relación entre los calpu11i tolteca
chichimeca de Cholula y 108 chichimeca de Cuauhtinchan no es total­
mente bilateral es el uso del binomio, chichimeca moquiuixca, para
referirse tanto a los que reciben a lo.~ calpulli tolteca chichimeca como a
los descendientes de los matrimonios entre ambos grupos. Según don
Gonzalo Sánchez, en 1553 chichimeca moquiuixca es el nombre de la
identidad históricamente auténtica de los terratenientes de San Juan
Cuauhtinchan, todos son chíchimecatl. moquiuixcatl o sea "g(>nte"
ehichimeca y moquiuixca.
Ahora bien, 10 que me propongo explorar en este trabajo es preci­
samente el proceso narrativo de legitimación del epónimo moquiuixca.
En el testimonio de don Gonzalo Sánchcz se afirma que todo el pueblo
de Cuauhtinchan es de origen chichimeca moquiuixca y en la Historia
Tolteca Chichimeca hay un esfuerzo por establecer la autenticidad his­
tórica de esta afiliación epónima. Todo indica, además, que testimonio
e historia son documentos contemporáneos. Por lo tanto hay razones
tanto históricas como historiográficas para examinar con detenimiento
a la figura de Moquiuix y a su tradición epónima. Ambas, todavía, no
han recibido la atención que, al menos, los creadores de la Historia
Tolteca Chichimeca esperaban.
l':TNOCENTRISMO y 1
Widtillflmic:hítmf~a
que entl
alianza.
.HflY. otro pictogram
_.!Ii<I"".... fuera de la cueva
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Chicomostoc desp
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de la alianzaei
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_ifrií~(j.n
escrita de
IJííLbtilliebantllaca como F
aoompaña el
La tradición nahua etnocéntrica
En la Historia Tolteca Chichimeca durante la presentación pictográ­
fica del encuentro entre nobles tolteca y los chichimeca en C hicomos­
toe, lo es decir en el contexto alusivo a los orígenes míticos del dominio
tolteca chichimeca del altiplano poblano, hay una coincidencia entre la
representación pictográfica de Moquiuix y el uso epónimo de su nOlll­
bre en la narración - una coincidencia difícil de interpretar. Ambos pa­
recen sugerir que Moquiuix es quizás el señor más importante de lo~
chichimeca o, por lo menos, la figura narrativa elegida para representar
los derechos de los cuauhtinchantlaca resultantes de una alianza entre
tolteca y chichimeca que remonta a "tiempos inmemoriales". Podemos
enumer.ar los indicios del énfasis narrativo en Moquiuix y los moquiuix­
ca de la manera siguiente:
l. En la pintura del encuentro, hay un pictograma de Moquiuix
s('lltado en un t('('/Jallí al ft'ntro de Chicomostoc frente a la entrada.
1"
HTCh, pár.
17J-~:.!lI,
IfWlIeVO en la narracióR,
__.."Q, dominio tr.mtol
ETNOCENTRISMO y
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l.
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S
)
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LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA
129
Salió del recinto cuauhtinchantlaca y está representado- como la auto­
ridad chichimeca que entra en negociaciones con los tolteca sobre la
futura alianza.
2. Hay otro pictograma de Moquiuix en la pintura de Chicornos­
toe. Está fuera de la cueva enfrente de Quetmlteueyac, el noble tolteca,
y al lado de Couatún el nauatlatol quien está en diálogo con el noble
tolteca, Icxicouatl. l l
3. El pictograma de Mo-quiuix y su nombre escrito en letr'as latinas
encabeza la lista de los 108 tepilhuan o principales chichimeca que
salen de Chicomostoc después de la alianza con los tolteca ... '~
4. Existe, además, cierta ambigüedad en la narración escrita en
letras latinas que acompaña la pintura del encuentro en Chicomostoc:
no queda claro si Couatzin el nauatlatol y los tolteca siempre dirigen
sus palabras a los tepilhuan chichimeca como un grupo o si hay un
representante que habla por el grupo; es decir alguien que asume el
papel que Moquiuix tiene en la pintura."!
5. En el texto en letras latinas tamb~én hay un énfasis (quizás
anacrónico) en el epónimo de moquiuixca: tres veces antes de la con­
sagración de la alianza entre tolteca y chichimeca se enumeran a los
siete grupos chichimeca más el gentilicio mo-quiuixca 14 y, también, en
la descripción escrita de la consagración de los totomiuaque y dt· los
cuauhtinchantlaca como principales o tl<atoque en la alianza, f'l epónimo
mo-quiuixca acompaña el gentilicio cuauhtinehantlaca lfi (esto- ocurre
de nuevo en la narración del asentamiento de los cuauhtinchantlaca en
su nuevo dominio territorial) .1<;
Podríamos extender esta lista COn la presentación de la figura de
Moquiuix y el uso del epónimo moquiuixca en la descripción narrativa
de los eventos primordiales de la formación del régimen tolteca chichi­
meca. Teuhctlecozauhqui, el "señor universal" de los cuauhtinchantlaca,
y Moquiuix, su contraparte, alternan o coinciden como protagonistas en
estos eventos. Pero Reyes caracteriza el relato chichimeca como etno­
céntrico precisamente por el extraño énfasis en Moquiuix dentro de la
tradición nahua de narración escrita y pictográfica. El máximo repre­
sentante de la tradición nahua en Cuauhtinchan debe ser Tcuhctkco­
zauhqui, mientra.'i que Moquiuix tiene el papel importante pero menor
del contraparte o complemento del líder máximo. La relación de COI1l­
HTCh, foj.
u HTCh, foj.
u HTCh, pár.
1-l Hl~Ch, pár.
1,'0 H'Teh, pár.
1" HTCh, pár.
11
16 r.
:! 1 v.
197.199, p. 166·7.
159, J71 Y :!05: p. !57, 160 Y 167.
21ft, p. 171.
:!96, p. 19:1.
130
ETNOCENTRISMO y 1
ANDREW ROTH SENEFF
del relato. Por lo tan
'que hace de los cuauht
.mú;mc), aunque la seri,
a un mismo miembro
plementariedad está representada en la narración: tanto Tcuhctleco­
zauhqui como Moquiuix reciben la comida ritual ofrecida por el prin­
cipal tolteca cuando los tlahtoani chichimeca salen de ChicomostoC", 17
son consagrados como tlahtoani por los tolteca; l~ son protagonistas de
la conquista de los xochimilca y ayapaneca; lU son verdugos de honor
en el sacrificio de los principales xochimilca y ayapaneca; 20 y reciben
hijas de los principales tolt'ecas."! Pero ha\' también ocasiones en el
relato cuando Moquiuix, que no Teuhctltx~zauhqui, representa a los
cuauhtinchantlaca como un todo,22 y quizás a todos los chichimecas."(,
~~.Übtilnctlantlalca),nol
. equivalentes. En la
"lhli>re está acompañado
'cuauhtinchantlaca'
de "moquiuixca" de
sustantivo, "cuauhtin
~ ,.peclifíc:o de la narraci(
cuauhtinchantlaca.
éjemplo más elocue
IJUllclJla145 chichimeca el
chichimeca consagt
y su afiliación a UI
Tradición narrativa y enfoque narrativo
Antes de caracterizar el énfasis en Moquiuix y su epommo como
e8CncÍalmente etnocéntrico, es importante subrayar la relación entre la
tradición narrativa y el enfoque narrativo del último relato de la His­
toria Tolteca Chichimeca. En náhuatl, la jerarquía de las relaciones
entre sustantivos enumerados en una serie (pictográfica o alfabética) no
está marcada gramaticalmente -no hay preposiciones como el 'que'
o 'de' del español para señalar relaciones de subordinación sino sólo
una coordinación serial de pictogramas o de palabras como, por ejem­
plo, )In chichimeca, yn cuauhtínchantlaca, yn moquiuixca, etcétera. Por
lo tanto, la lectura de las relaciones de subordinación en una serie de­
pende del contexto resultante de lo que ya se sabe sobre las relaciones
entre los sustantivos o, como Kirchhoff ha señalado, de las convenciones
numerológicas que establecen "claves" para una lectura específica de
la serie.
Por ejemplo, en la serie "Jos chichimcca, los cuauhtinchantlaca" ,!Jel
el sustantivo "chichimcca" designa un conjunto semántico y el sustan­
tivo, "cuauhtinchantlaca ", es miembro de éste. Esta relación jerárquica
de cla,,(' es explícita y está consistentemente establecida por el contexto
HTCh, pár. :! U, p. 1'69.
HTCh, pár. :.!IH y :.!19, p. 171l-1. tU HTCh, pár. :!67, p. 184. 2" HTCh, pár. :.!70-:.!7::, p. lBS y 186. "' HTCh, pár. 27H, p. 1H6. t~ Por ejemplo, HTCh, pár. 313, p, 2(B. "" Por ejemplo en la pintura del em:uentro con
Chicomos/oc así ('omo en la afirmación de que Moquiuix
son 1", ('omplementos de los jefes tolteca, Tcxicouatl
pár. 270, p. lB:í l.
24 HTCh, pár. 197,230, 260)' :.!67, p. 166, 174,
r,.... cuatro nO[
í'iiP~¡1'n ..
rmlt1aC:JUI~. cuauhtinc
; representan g
como
un
17
J'
los principales toltecas ('n
y Tecpatzin, el tlaxcalteca.
y Quetzalteueyac (HTCh
179, 184.
PÚ' 159, 171, :l
38 ,'VeCeS que C1I
. acompañadooci&'
pAr. 219, p. 17:
nota 1 de Re)"II
(­
.7
e
r
11
1
ETNOCENTRISMO y
LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA
131
general del rdato. Por lo tanto no se debe leer la serie como una refe­
rencia que hace' de los cuauhtinchantlaca d equivalente de los chichime­
ca. Asimismo, aunque la serie "los moquiuixca) los cuauhtinchantlaca"
refiere a un mismo miembro de un conjunto (es decir, los moquiuixca
son cuauhtinchantlaca), no podemos leer ambos términos como signifi­
caciones equivalentes. En la Historia Tolteca Chichimeca, 'moquiuix­
ca' siempre está acompañado por el término 'cuauhtinchantlaca' /" mien­
tras que 'cuauhtinchantlac.a' puede aparecer sin "moquiuixca".2" El
sentido de "moquiuixca" depende del contexto semántico establecido
por el sustantivo, "cuauhtinchantlaca". Constituye, pues, un enfoque
más específico de la narración, un enfoque en parte subordinado a la
jerarquía cuauhtinchantlaca.
Otro ejemplo más elocuente es la descripción de la consagración de
los principales chichimec.a en la alianza con los tolteca. La lista de los
tlahtoani chichimeca comlagrados por los tolteca da el nombre de cada
principal y su afiliación a un grupo de la siguiente manera:
1. Aquiauatl totomiuaque - Aquiauatl, totomiuaque
2. teuhctlecozauhqui quauhtinchantlaca - Teuhctlecozauhqui,
cuauhtinchantlaca
3. tecpatzin tlaxcalteca Tecpatzin, tlaxcalteca
4. lzontecomatl acolchichímecatl Tzontecomatl, acolchichimecatl
5. Moquiuix chichimecatl- Moquiuix, chichimecatl 27
Los primeros cuatro nombres están asociados con grupos chichimc­
ca: totomiuaque, cuauhtinchantlaca, tlaxcalteca, y acolchichimeca res­
pectivamente; representan grupos específicos que en su conjunto definen
a los chichimeca como un todo. 2R Moquiuix es miembro del mismo
grupo que Teuhctlecozauhqui; por lo tanto, al ser mencionado como
el quinto nombre, los cuauhtinchantlaca reciben una representación es­
pecial en la lista. No obstante, este énfasis se califica por implicación
en el párrafo que sigue la lista al hacerse mención de la entrega de los
cuatro asientos y esteras que, obviamente, sólo cuatro titulares pueden
recibir. Nuevamente, en contraste con la lista, la pintura de la prepara­
ción ritual de, los principales para la consagración como tlahtoani en la
2a HI1Ch, pár. 159,171,205, :!lH, ~81, 296, p. 159, 160, 166; 171,187,193.
26 De las 3B veces que cuauhtinchantlaca aparece en el texto sólo en cinco
ocasiones está acompañado con moquiuixca.
27 HTCh, pár. ::19, p. 172 (foja 21 v.).
28 HTCh, nota 1 de Reyes, p. 172.
132
ETNOCENTRlSMO y
ANDRF.W ROTH SENEFF
alianza tolteca sólo muestra a los cuatro primeros principales de la lista
que no .a Moquiuix.
Los primeros cuatro titulares representan a los chichimeca como un
todo. Probablemente son los cuatro "señores universales" de los cuatro
grupos más importantes. Moquiuix, en contraste, está agregado a la
lista. Aparece en la lista para establecer el énfasis específico de la na­
rración en los cuauhtinchantlaca. Es la contraparte del "señor univer­
sal" Teuhctlecozauhqui; así, la consagración cuauhtinchantlaca es pre­
sentada y con un enfoque exclusivo en lo que Reyes ha identificado
como la tradición nahua.
Por otro lado, Moquiuix aparece en la lista con una aposición étni­
ca especial, la de chichirnecatl. Si la leemos en una manera congruente
con las demás aposiciones que acompañan a los otros titulares, él es
chichimeca; es decir, tiene una afiliación común a todos los grupos.
Los demás titulares, en contraste, sólo están asociados con grupos
chiehimeca específicos: totomiuaque, cuauhtinchantlaca, tlaxcalteca, y
acolchichimeca.
Pero, como nota Reyes, los tres primeros sucesores de Moquiuix en
Cuauhtinchan, tienen el título de chichirneca o chichirnecateuhctli:,19 '",
es muy posible que la intención del redactor de la lista arriba fue seña­
lar este título. Existe, además, la posibilidad de que la relación entre
chichimecatl y el título chichirnecateuhctli es parte de una tradición
oral que :Fernando de Alva Ixtlixóchitl identificó como teochichimeca.:lO
En el Compendio Histórico del Reino de T excoco, Alva Ixtlixóchitl afir­
ma que .el primer señor
supremo de los chichimeca fue Chichimecatl , \'.
,
generaCIones despues el gran Xolotl, "por su mucho valor y poder" da
1111C10 a la formalización de un título, chichimecatl teuhctli.:l¡ El relato
de Ixtlixóchitl termina con los once hijos de Nezahualpiltzintli. octavo
chíchirnecatl teuhctli, y destaca entre ellos al noveno hijo, don Fernan­
do Ixtlixóchitl, el supuesto tatarabuelo de Fernando de Alva \" un aliado
.
clave de Cortés durante la conquista de Tenochtitlan.:l~
Es decir que tanto en la Historia Tolteca Chichimeca como en el
relato de don Fernando de Alva Ixtlixóchitl ha\" un "señor" chichimeca
que da inicio a un linaje en el cual se formaliza después el título chi­
chirnecateuhctli. E~ posible, pues, leerlos ambos como versiones de una
2l! 1 bid, nota 1.
"" Seguimos a Aka lxtlixóchitl en ('uanlo a la tradición oral '·teochi<:himt>("a'·
pero sin suponer que esta sea de alguna manera un índice histórico de origen étni­
co (véase '\Velgand 199:~ para u na discusión del problema).
:\1 Alva Ixtlixóchitl, 1975, t., L p" 417, 421, Y 422.
~~ Alva [xtlíxóchitL 1975, p. 450.
tradición epónima chichim(
mente chichimeca (Ieochid
señoríos. Además, calx~ nol
cierto renombre en la Nue
dos señoríos tuvieron '.lO p<
la conquista de los mexica.'
Revisionismo o etnocentrisn
He tratado de ilustrar 1
trismo narrativo en la HÍJ
daro que la obra está asocie
y; .el enfoque narrativo est~
en la formación del tecalli
cendientes de los moquiuixc
siatir en la modificación e
también, es posible que ah;
como, por ejemplo, la tra
una violación del protocol(
Des en el relato. Por ejemp
ca en vez de siete y el gru
el la repetida asociación de
~a a pesar de la pn
t¡pdición nahuacuauhtinch
I"odado por Moquiuix del
~tórico y de la cronologíl
chan; es decir que el enf(J
\\Aa perspectiva moquiuixc
_" Pero hay, también, uní
prct~ión; la perspectiva
~'eC4 Chichimeca no es
~plo, el testimonio de e
.•.
' ;JJ~~5;3 . Sánchez emplea
....... ~ a,todo el pueblo d~
..
"
como descendi
ati,,¡~
~
Curtés alaba la figura
de la provincia de
(t984, p. 172, 185, 186).
.mor
a
n
o
a
,­
ETNOCENTRISMO y
LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA
13:'1
tradición epónima chichimeca alusiva a supm'stos orígenes verdadera­
mente chichimeca (teochichimeca) de ciertos linajes de pilli en varios
señoríos. Además, cabe notar que el título, chichímecateuhctli, tenía
cierto renombre en la Nueva España. Los titulares en por lo menos
dos señoríos tuvieron ~n papd importante, reconocido por Curtés, en
la conquista de los mexica,"~
'­
:­
Revisionismo o etnocenlrismo
He tratado de ilustrar lo que se ha caracterizado como el etmxen­
trismo narrativo en la Historia Tolteca Chichimeca. Resumiendo, es
claro que la obra está asociada con la tradición nahua de Cuauhtinchan
y el enfoque narrativo está centrado en el personaje de Moquiuix y
en la formación del tecalli moquiuixca y de linajes de principales des­
cendientes de los moquiuixca. El etnocentrismo moquiuixca parece con­
sistir en la modificación de la tradición nahua-cuauhtinchantIaca y,
también, es posible que alude a otr.a8 tradiciones históricas y narrativas
como, por ejemplo, la tradición teochichimeca. Específicamente, hay
una violación del protocolo de selección de protagonistas o agrupacio­
nes en el relato. Por ejemplo, se presentan ocho agrupaciones chichime­
ca en vez de siete y el grupo sobrante es d moquiuixca. Otro ejemplo
es la repetida asociación de Moquiuix con los "señores universales" chi­
chimeca a pesar de la presencia de TeuhctIecozauhqui, decano de la
tradición nahuacuauhtinchantlaca. En general, la perspectiva del tecaIli
fundado por Moquiuix domina en la presentación del trasfondo mito­
histórico y de la cronología y genealogía de la formación de Cuauhtin­
chan; es decir que el enfoque narrativo se centra consistentemente en
una perspectiva moquiuixca.
Pero hay, también, una serie de datos que pone en duda esta inter­
pretación; la perspectiva insistentemente moquiuixca de la Hist,O'ria
T'olteca Chichímeca no es necesariamente etnocéntrica. Recuérdese, por
ejemplo, el testimonio de Gonzalo Sánchez registrado en el ManuJcrilo
de 1553. Sánchez emplea el binomio, moquiuixca chichimeca, para rc­
ferirse a todo el pueblo de Cuauhtinchan y no solamente a los linajes
reconocidos como descendientes de Moquiuix. Moquiuixca en este con­
texto tiene un sentido mucho más general. Sánchez declara "todos noso­
a:i Cortés alaha la figura de Ixtlixódlit! en la tercera carta-relación así como
"un señor de la provill('Ía de Tascaltecal [Tlaxcala] que se di('(· Chi(·himecatede'·
(1984, p. 172, 185, 186).
134
ETNOCENTRISMO y
ANDREW ROTH SENEFF
tros somos chichimecatl, moquiuixcatl ['gente' chirhimeca y moqUlU1x­
caJ porque se mezclaron con los tolteca chichimeca, por lo que es uno
solo el pueblo aquí San Juan Cuauhtinchan".
Como fue mencionado al principio de este trabajo, don Gonzalo
Sánchez hace testimonio sobre la situación de los tolteca-cholulteca en
Cuauhtinchan en 1553. En el contexto de esta declaración es claro que
el término moquiuixca incluye .a los tolteca-cholulteca ya emparentados
con los cuauhtinchantlaca. Ademá" todos los datos indican que el
parenteseo entre tolteca y pilli cuauhtinchantlaca se extiende a linajes
que pertenecen a las dos tradiciones de nobles ten:atenientes en Cuauh­
tinchan, o sea a la tradición de los pinome y la de los nahua. Moquiuix­
ca, por lo tanto, significa una revisión histórica en la cual hay una
rcdefinición de los pilli históricamente legítimos de Cuauhtincha~. En
efecto, la demostración más elocuente de esto se encuentra en el paren­
tesco de don Gonzalo Sánchez. En otro testimonio del Manuscrito de
1553, un testigo de Oztocticpac en la zona mixteca del antiguo terri­
torio de Cuauhtinchan, enumera a los principales que descienden del
nahuapan y del pinopan, o sea a les tlahtoani que pertenecen a las tra­
diciones nahua o pinome. Uno de los titulares descendiente..<; de los
pinome es descrito como "el hermano menor de Tlamayocatl".34 Esta
persona es don Gonzalo Sánchez. En fin, don Gonzalo es, en términos
genealógicos, pinome pero nos ofrece una nueva visión histórica de su
pasado y su legitimidad que rompe con la división nahua-pinome.
Recibimos, pues, la impresión de que a finales de la primera mitad
del siglo XVI, el sentido de moquiuixca ha cambiado. Con toda proba­
bilidad llega a denotar una nueva tradición en Cuauhtinchan, una tra­
dición que no es nahua ni pinome aun cuando sea, de alguna manera,
una continuación de ambas.
Desgraciadamente las condiciones históricas de la formación de esta
nueva tradición rebasan los límites de este trabajo.Rs Sólo quiero se­
ñalar en conclusión que la Historia Tolteca Chichimeca no es un relato
histórico esencialmente etnocéntrico sino el producto de un esfuerzo por
hacer el pasado relevante al presente, es decir, el producto de un revi­
sionismo que podríamos llamar moquiuixca. Cuauhtinchan en la quinta
década del siglo XVI es un pueblo que ha experimentado tres invasiones
34 Manuscrito de 1553, par. 34, p. 83 Y par. 41, p. 84; véase también, Reyes
1988b, p. 38.
;la El trasfondo histórico de la tradición moquiuixca presentado en las fuentes
del siglo XVI es un tema que forma parte de mi proyecto sobre el análisis narra­
tivo de la Historia Tolteca Chichimeca.
imperiales y el dominio loc:
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~sco, . Pedro, "Rangl
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. • iutancias del estado mexi
* ) •. ilf Mtmuscrito tI.e 1553,
t2 (p. 88).
ETNOCENTRISMO y LA HISTORIA TOLTECA CHICHIMECA
135
imperiales y el dominio local de caciques mixteca y sus lugartenientt's.
Todavía se recuerda la época de poder entre el siglo XII y fines del
siglo XIV cuando las áreas asociadas con los centros de Tepeyaca, Tecali,
Tecamachalco y Quecholac eran parte del señorío. Con toda probabi­
lidad éste es la nahuapan, o tradición nahua de gobierno cuauhtinchan­
tIaca. También se recuerda la conflictiva primera mitad del siglo xv, una
época que termina en la pax mexica y la partición del viejo señorío.
De nuevo es probable que éste sea el periodo del pinopan, o sea del
gobierno bajo el control de mixtecos emparentados con agrupaciones
cuauhtinchantlaca. Finalmente con la llegada del gobierno de la Nueva
España se abre una instancia de revisión histórica y de litigio acerca de
los derechos inmemoriales a la tenencia de la tierra. Es en este con­
texto que surge el revisionismo moquiuixca. A"í se establece una tradi­
ción que acepta la mezcla de linajes durante diferentes épocas de do­
minio en CuauhtÍnchan y reconoce la realidad de la partición del
señorío por los mexica en 1467 3r, pero apunta a la continuidad de los
titulares de linajes fundados por Moquiuix y de su parentesco con todos
los pilli de San Juan Cuauhtinchan.
En fin, no hay ningún esfuerzo por reescribir la historia en términos
de la figura de Moquiuix y sus descendientes. Al contrario, la Historia
Tolteca C'hichimeca es un documento que busca establecer la legiti­
midad de una nueva visión de dominio territorial a partir de una revi­
sión hi,tórica. La afiliación chichimeca moquiuixca ya está presente en
las voces de los testigos cuauhtinchantlaca en 1553.~7 Con toda proba­
bilidad su documentación histórica nos ha legado una de las obras más
bellas del siglo XVI, la Historia Tolteca Chichimeca.
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entre 1546 y 1547, Tepeaca y Cuauhtinchan se disputaban los linderos establecidos
a instancias del estado mexica en 1467.
37 Manuscrito de 1553, pár. 39 (p. 84), 50 (p. 85), 75, 77, 78 (p. 86) Y
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