México, D.F., 18 de mayo de 2009. Versión estenográfica de la conferencia “La primera gran crisis del siglo XXI: riesgo y oportunidades” dictada por el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, Director del Centro de Estudios para la Globalización de la Universidad de Yale, durante los trabajos del primer día de la XIX Convención de Aseguradores, llevada a cabo en el salón Constelaciones del hotel “Nikko”, en esta ciudad. Presentador: En estos momentos hace arribo el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León. Para continuar con nuestro evento me permito presentar al doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, del cual se pueden decir muchísimas cosas y todos conocemos la gran mayoría de ellas. El doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, estudió la licenciatura en Economía en el Instituto Politécnico Nacional y la maestría y doctorado en la misma disciplina en la Universidad de Yale. Varias universidades como Harvard y Yale le han conferido el doctorado honoris causa. Dentro de los múltiples cargos que ocupó durante su vida en el sector público, solamente voy a destacar algunos, sería interminable la lista para todos y todos conocemos su trayectoria, pero quiero resaltar el que haya sido director del fideicomiso para la cobertura de riesgos cambiarios y subdirector del Banco de México, Subsecretario de Programación y Presupuesto, Secretario de Programación y Presupuesto, Secretario de Educación Pública y finalmente, alcanzó llegar al honor de la alta magistratura de ser Presidente Constitucional de nuestro país, durante el sexenio 1994-2000. Actualmente es Director del Centro de Estudios de la Globalización y Profesor de Economía y Política Internacional en la Universidad de Yale. Como parte de sus actividades académicas recientes ha sido coautor en varios libros sobre temas de la economía internacional, así como editor de los volúmenes Global Warning, Loucking Billon Kyoto y de 2 Future of Globalitation, Experiens on Life of Present Turbulents; miembro de la Comisión Sobre Crecimiento y Desarrollo; Presidente de la Comisión Internacional Sobre el Futuro de la Agencia de Energía Atómica Internacional; Co Presidente de la Comisión para las Relaciones entre Estados Unidos y América Latina, y Co Presidente de la Comisión sobre Drogas y Democracia. Actualmente es miembro de la Comisión Internacional para la No Proliferación y Desarme de las Armas Nucleares y Presidente de la Comisión Internacional para la Reforma del Banco Mundial. También se desempeña como Presidente del Consejo Directivo del Global Development Network que es un organismo internacional con sede en Nueva Delhi, India y que apoya a centros de investigación e investigadores sobre temas de desarrollo ubicados en más de 40 países en desarrollo. Asimismo, es miembro del Patronato de la Fundación Carolina de España, del Consejo Asesor Internacional del Council of Foring Relations, del Patronato del World Economic Forum, del Consejo the International Crisis Group y del Consejo Asesor del Programa para el Desarrollo Global de la Fundación Gates. Es miembro de los consejos de administración de Procter and Gamble y Alcoa, así como de los consejos internacionales de otras empresas globales. El doctor Zedillo nos hablará sobre la primera gran crisis del Siglo XXI, retos y oportunidades, al final de su presentación habrá una sesión de preguntas y respuestas, para lo cual les fueron entregados unos papeles los cuales se coordinarán a través de las edecanes y nos los harán llegar y podérselas formular al doctor Zedillo, con ustedes, tenemos el honor de presentarles al doctor Ernesto Zedillo Ponce de León. Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Señor Juan Ignacio Gil Antón, Presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros; Amigos de la industria aseguradora de México; Señoras y señores: 3 Mucho agradezco la invitación a participar en esta XIX Convención Nacional de Aseguradoras; estoy seguro que sus deliberaciones y acuerdos serán decisivos para su industria, ya que esta reunión se celebra precisamente cuando la economía global hace frente a su primera gran crisis del Siglo XXI, circunstancia que inevitablemente plantea graves desafíos a América Latina y para nuestro país. Pocos días después de que el pánico sacudió a los mercados financieros de los Estados Unidos, a mediados de septiembre de 2008 se hizo polvo la idea de que América Latina, México incluido, podría aislarse de la crisis que empezó a perfilarse en el verano del 2007. Francamente la idea de que pudiéramos habernos vacunado contra los posibles descalabros de las economías más grandes del planeta, siempre me pareció equivocada y riesgosa. Hace casi tres años, a principios de junio del 2008, aproveché mi participación en la Expo Management, aquí en la ciudad de México, para reiterar mi preocupación en cuanto a la complacencia que percibía en América Latina respecto a algunos riesgos que ya proyectaba la economía internacional. Debemos reconocer, dije entonces, que la reciente expansión, si bien sustentada en bases internas más sólidas que en el pasado, también se explica por factores externos señaladamente favorables, que no podrán permanecer indefinidamente. En años recientes, la mayoría de nuestros países se han beneficiado, decía yo, de una economía internacional en fuerte expansión, de términos de intercambio en general sumamente favorables y de mercados globales de capital con gran liquidez y tasas de interés increíblemente bajas. Es difícil encontrar otro periodo en nuestra historia moderna cuando se hayan conjuntado tantos factores propicios para nuestras economías y seguía diciendo: sin embargo, las condiciones externas, ahora como nunca a nuestro favor, algún día cambiarán. No podemos soslayar la preocupante persistencia y el agravamiento de los llamados desequilibrios globales. La economía más grande del 4 mundo experimenta un inmenso déficit en su cuenta corriente, financiado por los superávit y la acumulación de reservas de otros países económicamente importantes. Esto terminará por ocasionar ajustes en los mercados financieros mundiales, así como en los mercados para nuestros productos y servicios y estos ajustes en general no serán propicios para la mayoría de los países de América Latina. Cuando eso ocurra será evidente que nuestras economías, a pesar de los avances, adolecen aún de serias vulnerabilidades, y termina mi propia cita. Sobra decir que respecto a esta observación habría preferido estar rotundamente equivocado. Donde sí me equivoqué, al igual que muchos otros analistas, fue en no advertir que una vez que reventara la burbuja de bienes raíces en los Estados Unidos, lo que tarde o temprano tenía que ocurrir, la situación se deterioraría progresivamente hasta convertirse en esta crisis tan profunda que ha llegado a calificarse como la más grave para la economía mundial en más de siete décadas. La verdad nos llevó demasiado tiempo darnos cuenta de que ciertas economías, entre ellas destacadamente la de los Estados Unidos, además de haber creado una burbuja de bienes raíces ciertamente alimentada por serios desequilibrios macroeconómicos y pospolíticas monetarias sumamente laxas, estaban montadas en sistemas financieros plagados de riesgos que fueron sistemáticamente subestimados o simplemente ignorados. Muy pocos analistas, si acaso los hubo, percibieron con claridad que la regulación y la supervisión financiera, la transparencia, la calificación y la administración de riesgos eran procesos que se habían rezagado respecto a las innovaciones financieras de los últimos 10 ó 15 años. No se pudo o no se quiso reconocer que algunos de los nuevos modelos de negocio del Sector Financiero lejos de reducir el riesgo sistémico lo habían incrementado sustancialmente al propiciar apalancamientos excesivos, inflación especulativa en los precios de activos y discordancias que excedían lo prudente de los plazos de 5 vencimiento de las operaciones pasivas y las activas de los intermediarios financieros. La proliferación de nuevos productos financieros con un altísimo grado de bursatilización, cuyo arribo había sido celebrado aún por autoridades hasta poco antes consideradas infalibles, resultó ser el veneno más dañino para el sistema financiero, y por ende para toda la economía. La complejidad de los nuevos instrumentos de intermediación y de los que se crearon supuestamente para cubrir riesgo de crédito o de fluctuaciones de precios de activos acabó restando transparencia al mercado. Y en lugar de disminuir los problemas de información asimétrica, valuación y registro contable en los mercados financieros, esto los agravó. Gracias a la bursatilización y a los instrumentos derivados de cobertura de riesgo muchos bancos y otro tipo de instituciones de los Estados Unidos y de otras importantes jurisdicciones bancarias, pudieron legal, pero imprudentemente mantener fuera de su balance en los llamados vehículos o conductos estructurados de inversión, una gran parte de sus operaciones de fondeo y otorgamiento de crédito con lo cual evitaron cubrir los márgenes de capitalización congruentes con los riesgos que hubiese precisado la totalidad de sus operaciones. Las consecuencias de las fallas del mercado para valorar los riesgos y determinar los precios de los activos adecuadamente fueron magnificadas por una política monetaria realmente expansiva en los Estados Unidos a partir del 2001. También ha quedado claro que alguna políticas de ese país para facilitar la adquisición de vivienda a familias de menos ingresos contribuyeron a distorsionar el mercado de crédito hipotecarios y facilitaron el surgimiento de la burbuja de bienes raíces. Ahora sabemos que al colapsarse la confianza y dejar de funcionar los mercados de liquidez gran parte de las operaciones alojadas en los vehículos estructurados de inversión tuvieron que regresar adonde siempre debieron haber estado, debidamente reguladas, supervisadas y capitalizadas los balances de los bancos. 6 Particularmente de aquellos que por su tamaño significan un riesgo sistémico. Ahora, esas operaciones constituyen los llamados activos tóxicos del sector bancario, al materializarse los riesgos de crédito antes ocultos en la complejidad o en las complejidades de los instrumentos de bursatilización los mercados de derivados también se colapsaron e impusieron pérdidas inconmensurables a sus principales participantes. Algunos de ellos, como Lehman Brothers simplemente desaparecieron. Otros, como AIG, exigieron rescates altamente onerosos. En retrospectivos las fases de euforia, pánico y colapso que se han repetido en todas las crisis financieras desde hace varios siglos pueden identificarse con nitidez en la presente crisis: Endeudamiento, especulación, inyección de liquidez, más alzas de precios, negación de cualquier problema, más endeudamiento, más compras apalancadas en activos con precio al alza y un día por fin dramática reversión de expectativas que rápidamente se transforman en decepción y pavor. Estos son los episodios característicos de esta crisis y de muchas otras anteriores; lo cierto es que una vez desatado el pánico al punto de causar corridas contra instituciones de importancia sistemática, no queda más remedio que actuar con toda la energía para detener la espiral y evitar el total colapso del sistema financiero, que arrasaría este colapso a la estructura productiva. Sin sistema de pagos ni mínimos flujos de crédito, ¿que es lo que sucedería en un sistema financiero totalmente colapsado? La economía se detendría por completo con inmensos costos sociales. Ante esa perspectiva, para evitar la quiebra del sistema financiero, los gobiernos se ven obligados a intervenir masivamente con todo tipo de instrumentos, desde garantías amplias a los acreedores y depositantes de los bancos, hasta las nacionalizaciones de juro o de facto de los mismos. Todo ello, en la mayoría de los casos, con significativas implicaciones fiscales. 7 El Fondo Monetario Internacional ha estimado que en esta crisis la suma de los apoyos concedidos a los sistemas financieros de los países avanzados, tomando en cuenta el otorgamiento de garantías, de extensión de líneas de crédito y las inyecciones de capital que equivale a más del 40 por ciento de PIB de esos países. Este monto no es, desde luego, el costo fiscal en que al final habrán incurrido, ya que una parte sustancial de los apoyos previsiblemente será recuperado, pero sí refleja el enorme grado de intervención que los gobiernos de sus países han debido ejercer para evitar la quiebra total de sus sistemas financieros. La presente crisis está resultando peor que otras anteriores por el tamaño de los quebrantos y por el grado de integración que han alcanzado los mercados financieros del mundo. En efecto, la creciente globalización financiera hizo posible intermediar a través de fronteras recursos financieros con una facilidad y en montos sin precedente. Por ejemplo, el drama de Islandia, cuyos bancos podrían perder más de lo que suma su producto nacional, sería inconcebible sin la innovación y la globalización financieras de la última década. Pero la causa fundamental del descalabro no está en las oportunidades de financiamiento que le presentó a ese país la globalización, sino en el manejo irresponsable de sus principales bancos, una fallida regulación y supervisión financiera, lo que hizo posible concentrar riesgos enormes, donde jamás debieron permitirse y políticas monetarias que acomodaron a placer la burbuja islandesa. Aunque en grado menor al de Islandia, las pérdidas de las instituciones financieras son inmensas en la mayoría de las economías La última estimación del Fondo Monetario, señala que el total de las pérdidas de las instituciones financieras alcanza ya los 4 millones de millones de dólares, 4 billones para nosotros, 4 trillones para los anglosajones. 8 De este total dos terceras partes corresponden a bancos y el resto a compañías de seguros, fondos de pensiones, fondos de cobertura e inversión, los llamados “hetch fonds” y otros intermediarios. La misma fuente señala que a pesar de las medidas de saneamiento y respaldo ya realizadas, el faltante de capital podría ubicarse entre los 875 mil millones y los 1.5 millones de millones de dólares para el conjunto de las instituciones de los Estados Unidos, el Reino Unido y la zona del Euro. Cabe mencionar que en su reciente prueba de resistencia de los bancos de su país, las autoridades de los Estados Unidos, han sostenido que el faltante del capital es menor al estimado por el Fondo Monetario, bueno no tomará mucho tiempo saber quien tiene la razón. El caso es que la crisis financiera que comenzó con el colapso del mercado de hipotecas de calidad inferior de los Estados Unidos en agosto del 2007 fue extendiéndose rápidamente hacia otros mercados y en la tercera semana de septiembre del 2008 estuvo a punto de convertirse en una corrida total en contra del sistema financiero de ese país y obviamente de muchos otros y esto ha causado una gravísima recesión internacional. Los datos son elocuentes, el Fondo Monetario estima que arrastrado por las caídas de prácticamente todas las economías desarrolladas y muchas de las emergentes, el PIB global se contrajo 6.21 por ciento en el último trimestre del 2008 y prácticamente en esa misma proporción durante el primer trimestre del presente año. La misma institución proyecta que la economía global disminuirá 1.3 por ciento en el año, a lo que contribuirán determinantemente las contracciones del PIB de los Estados Unidos del 2.8 por ciento, de la zona del Euro del 4.2 por ciento, del Reino Unido del 4.1 por ciento y de Japón del 6.2 por ciento. No hay duda, de que efectivamente se está viviendo la peor recesión mundial que haya ocurrido al menos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. 9 El propio Fondo Monetario observa que en ese lapso, el PIB global per cápita medido en términos de paridad del poder de compra había caído solo tres veces, en 1975, en 1982 y en 1991; en 2009 inevitablemente volverá a serlo. De cumplirse el pronóstico del Fondo, en este año la caída del producto global por persona será de 2.5 por ciento que es más de 6 veces lo que en promedio se había contraído en los previos tres episodios de recesión global de la post guerra. La recesión internacional es la más severa y la más generalizada que se haya registrado en tiempos modernos, las caídas del producto han tenido un altísimo grado de sincronización en todos los países, sin que importe su grado de desarrollo, todas las economías desarrolladas y muchas emergentes se encuentran en recesión, incluso las vigorosas economías de China e India, dos grandes gigantes emergentes de Asia, están sufriendo desaceleraciones apreciables en su ritmo de crecimiento económico. Naturalmente la recesión se ha traducido en enormes pérdidas de empleos. Por ejemplo en lo que a algunos países desarrollados se refiere, la tasa de desempleo ya llegó a casi 9 por ciento en los Estados Unidos y Alemania, a casi 8 por ciento en Francia, a casi 5 por ciento en Japón, a casi 7 por ciento en el Reino Unido y más del 17 por ciento en España. Como era de esperarse, el comercio internacional ha sido otra de las víctimas de la crisis financiera, a partir de septiembre pasado, el volumen de comercio se ha caído estrepitosamente, en mucha mayor proporción que en las recesiones anteriores, la caída en la demanda global, el hecho de que el comercio sea ahora determinado por complejas cadenas productivas y en mucho menor medida por intercambios puramente bilaterales, la contracción del crédito comercial y la intensificación de las presiones proteccionistas, son los principales factores que explican el desplome del comercio global. La OMS ha estimado que esta variable, el comercio mundial habrá de caer 9 por ciento durante el año, lo que supone la contracción más acentuada en más de medio siglo, las proyecciones del fondo algo 10 más recientes que las de la OMS estiman una caída mayor del 11 por ciento. En suma, la pregunta de si habría una grave recesión mundial en el 2009 fue contestada afirmativamente hace varios meses. Ahora la pregunta relevante es por cuánto tiempo habrá de prolongarse la actual contracción económica. Al responderla, como de costumbre, los economistas nos encontramos divididos. Una corriente de opinión considera que el proceso de absorción de los choques que han causado la presente recesión esté ya muy avanzado y que con ayuda de las políticas anticíclicas y de apoyo al sector financiero que se han aplicado, el inicio de la recuperación de los Estados Unidos, que marcaría el inicio del fin de la recesión mundial, podría ocurrir relativamente pronto. De acuerdo con esta visión optimista esa economía sufriría todavía una contracción en segundo trimestre del 2009, pero ésta sería menos acentuada que en los dos trimestres previos y daría paso a un modesto repunte en el tercer trimestre y a una recuperación más franca hacia el final del año, que desembocaría en una apreciable expansión en el 2010. Esta proyección traza una “V”, una “V” de baca, en la trayectoria del nivel de actividad económica y sigue la hipótesis de que recesiones fuertes son seguidas de recuperaciones vigorosas. Para otros analistas la recesión se verá seguida por un periodo de poco o nulo crecimiento. Para ellos en vez de una “V” la economía de los Estados Unidos trazará una “L”. Quienes se inclinan por este escenario más pesimista consideran que la recuperación se dilatará considerablemente porque el problema de solvencia de los bancos es mayor que el que reconocen las autoridades y que por tanto la restauración del funcionamiento normal del mercado de crédito se llevará bastante tiempo. También consideran que el periodo de desendeudamiento de personas y empresas mediante la contracción del consumo y la inversión respectivamente, también será muy prolongado, ya que la 11 pérdida de valor de los activos reales y financieros ha sido extraordinaria. Esta corriente de opinión se sustenta en la observación histórica de que las contracciones económicas precedidas de crisis financieras son mucho más prolongadas y profundas que las que no tienen ese antecedente. Entre los escenarios de la “V” y de la “L”, visto desde donde ustedes ven está el de la “u”, es decir, la recuperación se iniciaría pronto, pero sería más bien lenta, llevaría bastante tiempo recuperar los niveles de actividad económica que se alcanzaron antes de la crisis. En mi opinión este es el escenario más probable. Por una parte no creo que el escenario de la “V” vaya a ocurrir. Comparto con los pesimistas la visión de que los bancos y los mercados financieros están aún lejos de recuperarse. También pienso que el aumento en la tasa de ahorro de los Estados Unidos habrá de sostenerse al alza y de hecho debiera hacerlo por un plazo considerable, lo que no permitirá en ese país un comportamiento dinámico de la demanda agregada. Por otra parte confío en que de hacerse inminente el peligro de que la recesión pudiera efectivamente prolongarse hasta bien entrado el 2010 o incluso el 2011, la política económica será reforzada en los países ricos. Espero, por tanto, que sea posible impedir que el escenario de la “L” se materialice. Aún si descartamos el escenario más pesimista y damos por hecho que la recuperación habrá de iniciarse más pronto que tarde, cabe preguntarse acerca de los factores de riesgo que desde la perspectiva de América Latina y en particular de nuestro país, habrán de subsistir una vez superada la fase más aguda de la presente crisis global. Un riesgo que podría amenazar nuestras posibilidades de recuperación y crecimiento futuro es el proteccionismo. A pesar de las declaraciones en contra y los compromisos adquiridos en la OMC y en otros acuerdos comerciales las acciones proteccionistas tanto de 12 países desarrollados como de economías emergentes se han dejado sentir con mayor intensidad desde el último trimestre del año pasado. La OMC ha reportado que entre septiembre del 2008 y marzo de este año cerca de medio centenar de nuevas medidas proteccionistas fueron detectadas. Estas acciones comprenden desde incrementos en tarifas de importación hasta la adopción de provisiones para compras gubernamentales discriminatorias de los proveedores externos, pasando por el impacto proteccionista que las políticas de apoyo financiero están teniendo en algunos casos. Es muy sugerente y preocupante que entre los países que han recurrido a acciones proteccionistas se encuentren 17 de los pertenecientes al llamado G-20, cuyos líderes tanto en la declaración de noviembre del 2008, como en la de abril de este año se comprometieron a no recurrir a ese tipo de políticas. Un proteccionismo que se agrave durante los próximos meses restaría fuerza a lo que llegado el momento debiera ser uno de los principales motores de nuestra propia recuperación: Las exportaciones de bienes y servicios. Desgraciadamente una débil demanda externa aún exacerbada por presiones proteccionistas podría con todo no ser el peor choque externo que sufran las economías de América Latina a consecuencia de esta crisis. Con el tiempo la contracción e incluso reversión de los flujos de capital hacia nuestros países pudiese convertirse en una perturbación más dañina para nosotros que la recesión en el comercio mundial. Es importante distinguir tres factores que ya están afectando los flujos de capital hacia México y el resto de América Latina. El primero consiste en la mucho mayor aversión al riesgo que naturalmente surgió en los mercados al desatarse la crisis financiera. Otro factor adverso es el muy probable proceso de contracción de la intermediación financiera en las economías avanzadas y por ende a nivel global, que podrá extenderse hasta el mediano plazo. 13 Ocurriría un retraimiento de varios años en la globalización financiera. Esto puede suceder simplemente porque el sector financiero creció demasiado en estas economías durante la última década, y ahora deba ajustar estructuralmente su tamaño. También podría ocurrir, como resultado de la aplicación de nuevas disposiciones que en vez de regular para mitigar eficientemente los riesgos, acaben frenando el desarrollo de los productos y los mercados financieros. El daño que está causando esta crisis hará muy grande la presión, para que se adopten a la brevedad regulaciones más rigurosas de los mercados financieros internacionales, lo que en principio está más que justificado. Deben ser bienvenidas las políticas que moderen la inestabilidad inherente a los mercados financieros, que corrijan distorsiones o fallas causantes de una subestimación sistemática de los ingresos, de los riesgos, perdón, en esos mercados. Asimismo, aquellas que doten a los propios mercados de una mayor capacidad de recuperación cuando a pesar de las acciones preventivas la crisis de cualquier forma se presente. Es posible, sin embargo, que ya sea por presiones políticas o fallas en su diseño, las nuevas regulaciones pudieran ser contraproducentes si acaban reprimiendo la innovación y el crecimiento de la intermediación en los entes regulados. Lo que sucedería es que aumentarían los incentivos para que los inversionistas y ahorradores tradicionales migrasen sus recursos a los mercados sombra o paralelos, haciendo más difícil el acceso al crédito a muchos tipos de demandantes. También es probable que en esos mercados sombra, favorecidos con una regulación represiva fuera sembrada la semilla de la próxima gran crisis financiera. La tercera circunstancia adversa en los mercados de capital provendrá de las consecuencias fiscales que la crisis está teniendo en países que, en principio, califican como de menor riesgo que los nuestros. 14 Por ejemplo, los déficits fiscales como los Estados Unidos y el Reino Unido, sólo para poner dos ejemplos, podrán sobrepasar 10 por ciento de su PIB este año y el próximo. Las deudas públicas, como proporción del PIB de esos y otros países podrán aumentar en más de 20 puntos porcentuales en apenas tres años, del 2008 al 2010. El fondeo de esos déficits y el refinanciamiento de esas deudas constituirá una presión adicional en los mercados globales de financiamiento que acabará desplazando la demanda de recursos de las economías en desarrollo. La contracción drástica en los flujos de capital hacia las economías emergentes como resultado de esta crisis no es una hipótesis, sino algo que ya está sucediendo claramente desde el otoño pasado. El Instituto de Finanzas Internacionales ha estimado que esos flujos que alcanzaron los 929 mil millones de dólares en el 2007, podrán reducirse a solo 165 mil millones este año. Otro problema que habrán de enfrentar nuestras economías éste y los próximos años, es el de los precios de algunas exportaciones claves que serán considerablemente menores a los que disfrutamos desde 2003 y hasta bien entrado el 2008. Por su importancia para las finanzas públicas de México, es importante mencionar y reconocer que prácticamente nadie espera que el precio del petróleo se recupere mucho más allá de lo visto en semanas recientes. Muy pocas palabras, estimados amigos, estimadas amigas, las condiciones externas por definición fuera de nuestro control que enfrentarán en el futuro inmediato las economías de América Latina y ciertamente de México, seguirán siendo adversas aún en el caso todavía muy incierto de que al recesión internacional ceda pronto y termine hacia fines del presente año. 15 El reto que esas circunstancias adversas plantean a la política económica es realmente enorme, lo que debe dar pie a una muy seria reflexión. Por lo pronto debe considerarse que a pesar de la enorme magnitud del choque externo y otras circunstancias adversas que hemos sufrido, nuestra economía no ha sido devastada. Sin duda, la caída en la producción y el empleo que estamos sufriendo significa y alto costo social que no puede ni debe soslayarse, pero es importante advertir que ese costo sería ya mucho mayor, quizá inmenso, de habernos tomado la crisis internacional sin finanzas públicas razonablemente sanas, sin una política de cambio flexible, sin un sistema bancario mucho más sólido que en el pasado y sin un Banco Central más independiente, con la responsabilidad primaria de combatir la inflación. No debiera costar mucho trabajo imaginarse cuan más grave sería la situación de nuestra economía, sin las bases que ha adquirido y sin la manera en que la política económica de nuestro país ha respondido hasta ahora a esta crisis. Con todo, debemos reconocer que se necesitará más, mucho más que las fortalezas existentes, tanto para acabar de solventar satisfactoriamente la crisis, como lograr que la producción y el empleo crezcan vigorosamente cuando la economía internacional se recupere. Como he afirmado en otros foros, la crisis nos ha informado de dos cosas muy importantes. Una buena y otra mala, la buena, las reformas emprendidas desde la segunda mitad de los ochentas ha valido la pena. La mala, lo hecho hasta ahora no es suficiente. Se ha tenido justo la fortaleza estructural en la economía para que esta no fuese postrada gravemente al primer embate del desarreglo financiero internacional, pero difícilmente para compensar los efectos recesivos que implican la reducción en la demanda y en los precios de nuestras exportaciones, el colapso del crédito y la inversión internacionales, las menores remesas de nuestros trabajadores migratorios y muchos otros factores adversos ajenos a nuestro control. 16 Tampoco hemos logrado que nuestra economía tenga los atributos para ser de rápido crecimiento, ni siquiera durante los buenos tiempos de la economía global, no habré de explorar ahora las causas de esa insuficiencia, lo he intentado en otras oportunidades. En esta ocasión solo quiero subrayar la urgencia de que nuestros gobernantes, no solo el Ejecutivo Federal, sino también de manera esencial, el congreso de la Unión, así como los poderes estatales pertinentes puedan abordar y resolver exitosamente la reforma integral que permita reducir significativamente la aguda y riesgosa dependencia que tienen las finanzas públicas de los ingresos petroleros y en cierta medida del financiamiento externo. Esta crisis internacional, repitámoslo sin precedente en varias generaciones debiera convertirse en la gran oportunidad para lograr algunos acuerdos trascendentes que hasta ahora nos han eludido. La adversidad debiera ser causa de unidad a fin de afrontar con mayor determinación que nunca, las severas limitaciones en la capacidad de nuestro país para resolver, no solo sus antiguos problemas de pobreza y desigualdad, sino también para que el Estado Mexicano pueda cumplir con su función esencial de hacer valer las reglas producidas por el propio estado que son indispensables para una convivencia social productiva y armoniosa. Es decir, hacer lo necesario para que nuestras instituciones de seguridad y de procuración y adjudicación de justicia, realmente logren hacer efectiva la igualdad ante la ley de todas las personas, de proteger con eficacia los derechos de la gente, incluyendo el de la seguridad personal y del patrimonio y de hacer el que la justicia sea un vehículo efectivo para que los ciudadanos cumplan las obligaciones que les corresponde ante las instituciones y la sociedad. Permítaseme insistir en que esta tarea puede ser el gran punto de confluencia de la amplia diversidad política que afortunadamente existe en nuestra democracia, es un cometido que puede y debe emprenderse muy pronto, sin esperar a que se supere la crisis global que nos está imponiendo ya un alto costo que podrá volverse mucho más grande en ausencia de medidas adicionales a las ya tomadas, en realidad acelerar el paso de las reformas que necesita México, sería la 17 mejor estrategia para lograr una rápida y sana recuperación de nuestra economía, una vez que la recesión de nuestros principales mercados haya tocado fondo. Dada la escasez de capitales externos que seguramente viviremos en el futuro inmediato, las reformas que se emprendan deben ser congruentes con el objetivo de contar con un sector financiero, capaz de estimulas más el ahorro nacional y movilizarlo mejor hacia las actividades más productivas y dinámicas de nuestra economía. Sin duda, en esa tarea la industria que ustedes representan tendrá que desempeñar un papel más importante que el que ha tenido hasta ahora, seguramente que de esta Convención surgirán propuestas para en su momento situar su crucial actividad a la vanguardia de la recuperación económica de nuestro país, que debemos tener confianza habrá de ocurrir muy pronto. Muchas gracias. Moderador: Como anunciamos al principio, abrimos una sesión de preguntas y respuestas, se les entregaron a ustedes uso papelitos donde pueden formular la pregunta, si son tan amables de pasarlos con las edecanes y me las turnan para podérselas presentar al doctor Zedillo. Por el momento tengo dos en lo que recabamos las siguientes y dicen lo siguiente, una por una. ¿Dado el entorno global, existe la posibilidad de crear una organización única que recle los mercados financieros a nivel global? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Bueno, yo veo difícil que se cree una sola institución que ejerza esta función de regulación financiera global, por lo menos en el futuro inmediato. En primer lugar soy escéptico de la voluntad política que habrá de precisar una decisión tan trascendente, Lo que hemos visto en los últimos meses es que efectivamente, bajo el impulso de la crisis, se han dado decisiones que reflejan un mayor grado de coordinación 18 entre los países avanzados y algunos países emergentes y en desarrollo. Pero debemos admitir que esta coordinación macroeconómica financiera internacional y también en cuestiones de comercio, deja todavía mucho qué desear. Entonces yo realmente no veo todavía esa voluntad política para asumir a plenitud algo que yo creo es muy importante, si vamos a vivir en una economía globalizada, como creo que es lo mejor que puede ocurrir para propósitos no solamente de prosperidad, sino de paz internacional, pues necesitamos nuevos mecanismos de gobernabilidad global, incluyendo aquellos que mitiguen los riesgos de crisis financieras globales. Por otra parte, que no está claro y creo que durante los próximos meses, como ya ha ocurrido en meses recientes, se tendrá que realmente pensar cuál es el grado óptimo de regulación, no solamente en los mercados financieros nacionales, sino en la regulación internacional. Después de todo es el caso de cada país y de cada gobierno a los que corresponde responder a la hora de la verdad, a la hora que viene la crisis y en este momento vemos que los países sí están coordinando algunas decisiones, pero fundamentalmente y de acuerdo a sus propias capacidades, pues están decidiendo las características de los programas de apoyo a sus sectores bancario y financieros. Entonces, tendríamos que pensar en un esquema en el cual los países están dispuestos a conjuntar esos recursos de aseguramiento que se requerirían para enfrentar las crisis y para entonces poder montar un aparato de regulación global. En todo caso ceo que no vamos a ver muy pronto esa regulación global, creo que vamos a ver mayor coordinación, vamos a ver ciertas reglas que en principio los países habrán de comprometerse a inscribir en sus propios sistemas de regulación nacionales, pero llevará todavía tiempo para ese gran regulador global. Moderador: Muchas gracias. 19 ¿Cuáles son las tres principales reformas que México debe aprobar rápidamente desde su punto de vista? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Como lo mencioné en la presentación y como lo he argumentado en muchos otros foros, cuando hablo no solamente de México sino de América Latina, nuestra tarea más urgente es la tarea del Estado de derecho, y difícilmente tengo que exponer las razones aquí en nuestro país. Todos lo estamos sufriendo. No hemos logrado durante 200 años de vida independiente tener el Estado que derecho que precisa la construcción de una sociedad y un país con prosperidad, con estabilidad, con oportunidades para todos. Y me parece que el gran esfuerzo nacional debiera darse ahora para emprender ese paso definitivo hacia la construcción de un auténtico Estado de derecho, y que no debiéramos escatimar recursos económicos y por supuesto tampoco recursos políticos para realizar esa tarea. También he comentado que es muy interesante, que éste no es un tema en el cual tengamos los mexicanos grandes diferencias. Todos estamos convencidos que esto es importante. Si vemos que los partidos políticos, de acuerdo a su ideología, a sus programas de acción se dividen mucho en temas de política económica y social, en este tema del Estado de derecho no debieran estar divididos y decidirse a dar ese gran paso adelante. En mi presentación también mencioné el tema de las finanzas públicas, la dependencia que tienen las finanzas públicas de los ingresos petroleros en alguna medida, afortunadamente ahora menos que en el pasado, del endeudamiento externo es una de las más graves vulnerabilidades que tiene nuestro país. Desgraciadamente la riqueza petrolera que mucho nos ha dado, en cierta medida también mucho nos ha quitado. Nos ha quitado la voluntad de enfrentar la responsabilidad que entraña el decir: Somos un país que quiere crecer, somos un país que tiene muchas carencias, 20 somos un país en los cuales el Estado necesita recursos para enfrentar muchos problemas y muchas carencias, y por lo mismo no podemos tener la recaudación de países que tienen un mucho menor grado de desarrollo que el nuestro. Tenemos que hacer la reforma fiscal definitiva, que le dé la solidez financiera al Estado mexicano, para que pueda honrar sería y solidamente sus responsabilidades. Pero como decía yo: Esto no es una tarea solamente del Presidente de la República, esta es una tarea que deben emprender los otros poderes pertinentes. Ciertamente el Congreso de la Unión. Se necesita la solidaridad y la participación de los poderes estatales, y se va a necesitar la comprensión y la paciencia de la sociedad en nuestro país, para reconocer que tenemos un problema muy serio, que es realmente nuestro talón de Aquiles, y que si no lo resolvemos nuestra situación podrá tornarse más difícil. Ahora, en otras pláticas que he dado acerca de las economías de América Latina y en particular de nuestro país, me he referido a otros aspectos que evidentemente debemos abordar en el proceso de reforma, que no he mencionado en esta ocasión. Pero permítanme rápidamente decirlo, básicamente creo yo que nuestra economía sigue siendo una economía menos productiva, que aquellas economías que han logrado crecer más rápidamente, simplemente porque el grado de competencia en nuestra economía sigue siendo todavía muy restringido. Considero que sigue habiendo enormes barrera que dificultan la creación de nuevas empresas, la creación de nuevos empleos en los sectores modernos de la economía. Entonces debemos ser más drásticos en el fomento de la competencia y debemos aspirar a tener leyes laborales que sin desproteger los derechos básicos de los trabajadores no constituyan un desaliento a la contratación de empleos de trabajadores en los sectores modernos de nuestra economía. No es casualidad que el sector informal de la economía en nuestro país tenga el enorme tamaño que tiene; lo tiene porque tenemos leyes que discriminan en contra de los trabajadores, particularmente los jóvenes y las mujeres para ingresar al sector formal. 21 Tenemos creado un entramado de incentivos negativos para participar en la economía moderna e incentivos para participar en la economía informal o subterránea. Y si no enfrentamos este asunto, entonces vamos a ver que nuestra economía seguirá siendo poco competitiva. Moderador: Muchas gracias. El sector asegurador ha demostrado que puede garantizar mejor los ahorros del público comparado con otros intermediarios. ¿No debería tener por regulación un papel más importante en el sistema de seguridad social? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Bueno, la expectativa era que el Ahorro para el Retiro debiera ser, y de hecho ha ocurrido, aunque no en la medida en que se esperaba, pues una importante fuente de ahorro para el desarrollo del país. Yo no creo que el asunto sea tanto de regular más para que así ocurra, sino tener regulaciones que permitan el desarrollo del sector, que hagan atractivo, de nuevo vuelvo al problema que mencionaba antes, no podemos tener un sector de Seguro para el Retiro extremadamente o convenientemente dinámico si la mayoría de la gente se nos va a producir al sector informal de la economía, donde por definición pues no van a tener acceso a estos mecanismos formales de ahorro. Entonces lo que tenemos qué hacer es desaparecer los desalientos que tenemos para participar en la economía formal y desaparecer los incentivos que hoy existen para ingresar a la economía informal y entonces los instrumentos que están disponibles en la economía formal, seguramente tendrán una mayor oportunidad de desarrollo, y claro está, hay otras medidas que seguramente podrían tomarse si ese fuese el objetivo deliberado, como yo creo que debe de ser, de la política económica. 22 Moderador: Esta pregunta es muy general, muy particular y de mucho interés para todos los mexicanos. ¿Cómo ve usted el tipo de cambio en el mediano plazo, digamos, en un par de años? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Yo lo que veo es que tenemos una política de tipo de cambio flexible y es indiscutiblemente muy afortunado que nuestro país tenga ese tipo de régimen cambiario. Entonces realmente me parece pues que es una pregunta interesante, pero que es una pregunta que la debe de contestar el mercado. Moderador: Creo que suponíamos su respuesta, de alguna forma. Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Costó mucho trabajo que se aceptara la idea del tipo de cambio libre en nuestro país. Moderador: En relación con la oportunidad de buscar la tan necesaria unidad entre los diferentes sectores de nuestra sociedad. ¿Ve usted una posibilidad real, al menos una voluntad real de parte de los partidos políticos en el sentido de lograr la concordia versus la discordia que los caracteriza? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Bueno, yo creo que estamos en un proceso de maduración democrática, no debemos de espantarnos de lo que ha sucedido desde que nuestro país ingresó plenamente a una democracia altamente competitiva, debemos confiar que paulatinamente los actores políticos seguirán adquiriendo la madurez no solamente para competir por el poder político, que es una competencia legítima, sino para asumir las totales consecuencias de esa responsabilidad. Lo que tenemos qué acabar de entender es que la consecuencia política pues no es para adquirir poder, sino que tiene principalmente el fin de adquirir responsabilidad, la responsabilidad de gobernar, la responsabilidad de tomar decisiones, aún cuando esas decisiones sean impopulares en el corto plazo. 23 Ahora, esto no ocurre de la noche a la mañana, por eso expresaba yo en mis comentarios antes, que quizás esta crisis sea la gran oportunidad que nos unifique aún a aquellos que puedan tener grandes divergencias políticas en el propósito de retomar el proceso de reforma que le permita tener al país bases más sólidas para crecer y también para alcanzar los altos objetivos de la política social. Creo que si los partidos políticos y los representantes populares se dan cuenta de la situación que estamos viviendo y que podemos seguir viviendo en los próximos meses y años y que nadie conviene en cuidar esta casa –como lo he dicho muchas veces- esta casa México, es de todos, a todos nos toca cuidarla porque nunca sabemos qué va a pasar en la próxima elección; entonces entre todos tenemos que cuidarla y parte de ese cuidado pues debe ser desde la posición de responsabilidad pública que tienen nuestros representantes populares, saber ponerse de acuerdo y saber tomar decisiones que aunque no son populares en el corto plazo y les aseguro que las decisiones que debemos tomar frente a esta crisis, ninguna va a ser popular, ninguna va a ser popular, sería engañarnos si pensásemos que esta crisis se va a resolver con buenos deseos, con fantasías, con castillos en el aire. Seguramente nuestros representantes populares, nuestro presidente, nuestros diputados, nuestros senadores, nuestros gobernadores, nuestros diputados estatales pues van a tener que tomar decisiones difíciles e impopulares, pero es lo que el país requiere y yo confío que pues a mas tardar en la próxima legislatura del Congreso de la Unión podamos comenzar a ver que esta madurez democrática tan necesaria comienza a instalarse definitivamente en nuestro país. Moderador: Por cuestión de tiempo vamos hacer la última pregunta que hemos seleccionado: ¿por qué es más profunda la baja del PIB en México que en Estados Unidos ante esta coyuntura? Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León: Bueno, en primer lugar ya mencionaba yo que nuestra economía, bueno voy a decir en primer lugar porque ellos emiten dólares y nosotros no, esa es la respuesta fundamental, casi podría dejarla en eso, ellos tienen acceso a recursos, inmensos recursos que nosotros no tenemos, es más, voy a elaborar sobre este punto porque me parece muy importante. 24 La razón por la que yo sostengo que nuestro país no puede tener políticas anticíclicas de gran envergadura en este momento, es simplemente porque no vamos a tener acceso a recursos adicionales significativos a los que generamos nosotros con nuestro propio esfuerzo, no hay y no habrá en este año y posiblemente por algunos años, recursos externos adicionales para nuestro país. Bueno, los Estados Unidos no están en esa circunstancia, los Estados Unidos están planeando tener un déficit fiscal de más del 10 por ciento del PIB el próximo año y bueno pues cuando uno tiene un déficit qué hace pues pide prestado, los Estados Unidos que habían reducido su déficit en cuenta corriente los últimos dos años, seguramente este año se detendrá esa mejora, por qué lo pueden hacer, porque están pidiendo prestado, aquellos países que todavía tienen un súper habit les están prestando recursos; entonces ellos pueden tener un gasto adicional para estimular su economía, margen que nosotros no tenemos. Ahora nos vamos a pasar el tiempo lamentándonos de que así sea, pues no, señoras y señores hay que enfrentar la realidad y actuar en consecuencia, hay que tener una política consecuente en el corto plazo como yo creo que la ha tenido el gobierno de la república con mucho esfuerzo, porque las condiciones políticas a veces no son fáciles para tener esas políticas pero yo creo que el esfuerzo adicional deberá ser muy grande en los próximos meses. Ahora, también es cierto que si no solamente nos atenemos a la disciplina financiera, sino además emprendemos otras reformas estructurales como la reforma integral de nuestro Estado de Derecho y reformas que incrementen la productividad de nuestra economía, pues yo creo que cuando nos recuperemos todos, la economía de Estados Unidos y la de nosotros, pues nosotros tendremos la oportunidad de crecer mucho más rápido que los Estados Unidos por muchas razones, porque venimos de un nivel más bajo. Tenemos esa oportunidad, pero esa oportunidad no se va a materializar si no hacemos un gran esfuerzo. Presentador: Muchísimas gracias doctor Zedillo. 25 Le voy a pedir al Presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, el licenciado Juan Ignacio Gil Antón, le entregue un reconocimiento al doctor Zedillo por su brillante plática y por los comentarios tan atinados y la visión que nos dio sobre el futuro de nuestro país. --- ooo ---