PELIGRO DE FUGA Y PRISION PREVENTIVA MARCIA AMPARO ROSAS TORRICO Abogada Post Grado Maestría en Ciencias Penales UNMSM 1. ACTOS CAUTELARES PERSONALES De acuerdo con el profesor FENECH y la mayoría de la doctrina, "los actos procesales cautelares se pueden dividir en dos grandes grupos, según tiendan a limitar la libertad individual o a limitar la libertad de disposición sobre un patrimonio. A los primeros les llamaremos actos cautelares personales, y a los segundos, actos cautelares reales". Los actos cautelares reales o patrimoniales pueden tener, a su vez, varias finalidades, según tiendan a asegurar los medios de prueba; o a asegurar la condena al pago de una cantidad de dinero, por las personas responsables criminalmente, o por los terceros responsables civiles. 1 Las medidas que limitan derechos fundamentales, salvo las excepciones previstas en la Constitución, solo podrán dictarse por la autoridad judicial, en el modo, forma y con las garantías previstas por la Ley. Se impondrán mediante resolución motivada, a instancia de la parte procesal legitimada. La orden judicial debe sustentarse en suficientes elementos de convicción, en atención a la naturaleza y finalidad de la medida y al derecho fundamental objeto de limitación, así como respetar el principio de proporcionalidad. 2. DERECHO A LA LIBERTAD El derecho a la libertad junto a los derechos a la vida, la integridad y la identidad forman parte del núcleo esencial de los derechos fundamentales, conocidos también como “derechos fundantes”, por cuanto constituyen la base o sustento de todos los demás 1 FENECH NAVARRO, Miguel; derecho Procesal Penal, Labor, Barcelona, 1952, Vol II. P. 345. derechos fundamentales; pero éstos derechos a su vez tienen un fundamento o razón primera en la dignidad del ser humano, de tal manera que cualquier agresión a dichos derechos fundamentales, también constituye un ataque a la propia dignidad del ser humano. Dado la naturaleza esencial de la libertad, el Estado a través de sus diversas expresiones, entre ellas el derecho, está en la obligación no sólo de respetarla, sino también, de protegerla. 3. PROTECCION UNIVERSAL DE LA LIBERTAD PERSONAL La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 9 establece: “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su artículo XXV dispone que: “Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las formas establecidas por leyes pre-existentes(...)”. Por su parte el numeral 1 del Artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta.”. Finalmente la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 7, numeral 1, 2 y 3 dispone “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas. Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamiento arbitrarios.” 4. DERECHO DEL IMPUTADO Y RESTRICCIÓN DE LA LIBERTAD El principal problema que plantea este tipo de medidas es lograr un punto de equilibrio entre dos intereses confluentes en el proceso penal y que son aparentemente contrapuestos: el respeto a los derechos del imputado (a la libertad) y la eficacia en la represión de los delitos, como medio para restablecer el orden y la paz social. Por ello, la restricción a la libertad ha de ser excepcional, no automática, condicionada siempre a las circunstancias del caso, proporcional a la finalidad que se persigue, y, sin que pueda constituir en ningún caso un cumplimiento anticipado de la pena, ya que ello pugnaría con la naturaleza cautelar de la medida (de ahí que deban respetarse escrupulosamente los límites legales que se establecen, y que explicaremos a continuación, en relación con la privación de la libertad acordada cautelarmente). La necesidad de que existan medidas cautelares en el proceso penal viene dada por la combinación de dos factores: por un lado, todo proceso con las debidas garantías se desarrolla siguiendo unas normas de procedimiento por lo que tiene una duración temporal; y por otro, la actitud de la persona a la que afecta el proceso, que si es culpable o así se siente, su tendencia natural le llevará a realizar actos que dificulten o impidan que el proceso penal cumpla su fin (hará desaparecer los datos que hagan referencia al hecho punible, se ocultará, etc.). Por ello, la Ley faculta al órgano jurisdiccional a que adopte determinadas precauciones para asegurar que puedan realizarse adecuadamente los diversos actos que conforman el proceso, y para que al término del mismo la sentencia que se dicte sea plenamente eficaz. 2 5. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD La detención preliminar y la prisión preventiva deben dictarse respetando el principio de proporcionalidad, el cual, según lo ha explicado el Tribunal Constitucional, “Se constituye en un mecanismo jurídico de trascendental importancia en el Estado Constitucional y como tal tiene por función controlar todo acto de los poderes públicos en los que puedan verse lesionados los derechos fundamentales, entre otros bienes constitucionales” (STC PLENO JURISDICCIONAL N° 0012-2006-PI/TC), en consecuencia, si la detención o prisión preventiva resulta desproporcionada a los fines que se pretende lograr con ellas, no se estaría afectando solamente el principio de proporcionalidad, sino principalmente el 2 PELÁEZ SANZ, Francisco y BERNAL NETO, Juan Miguel; Las medidas cautelares en el proceso penal, http://noticias.juridicas.com/articulos/65-Derecho%20Procesal%20Penal/199904-eaj36_07.html derecho fundamental a la libertad que tiene toda persona humana y con ello a su propia dignidad. Hassemer3, refiere que la prohibición de exceso exige una ponderación valorativa entre objetivos legítimos y efectos no deseados, así una consecuencia obvia de la prohibición de exceso es la prioridad de las medidas menos lesivas que pudieran igualmente asegurar los fines de la prisión preventiva. 6. PRISION PREVENTIVA La prisión preventiva es una medida de coerción personal excepcional que limita de manera prolongada la libertad de una persona imputada de un delito, de naturaleza estrictamente jurisdiccional en la medida que sólo la puede dictar un juez y sujeto a determinados presupuestos materiales y procesales. “La prisión preventiva, (...) es una medida coercitiva personal, estrictamente jurisdiccional, que se adopta a instancia del Ministerio Público y en el seno de un proceso penal debidamente incoado, siempre que resulte absolutamente imprescindible, que persigue conjugar un peligro de fuga o un riesgo de ocultación o destrucción de las fuentes de prueba” 4 7. PELIGRO DE FUGA El peligro de fuga es el criterio más importante en la consideración para la imposición de las medidas cautelares, ya que el criterio dominante para la existencia del proceso es la comparecencia del procesado. En el peligro de fuga el magistrado debe valorar todas las circunstancias que rodean el caso específico y que motive la permanencia del imputado en un centro de detención. El peligro de fuga es interpretado por la doctrina cautelar como un periculum in mora. El peligro que el imputado siga en libertad tiene relación con el peligro de evasión o de fuga, que se incrementa cuanto más grave sea la pena a imponerse. 3 HASSEMER, Winfried. Traducción de Patricia S. Ziffer. Crítica al Derecho Penal de Hoy. Colombia. Universidad Externada de Colombia. 1997. pág. 111-112 4 Casación N° 01 –2007 emitida por la Sala Penal Permanente con fecha 26 de julio del 2007 En el proceso penal el periculum in mora se configura desde una óptica diferente siendo completamente ajeno a la idea de peligro de retardo antes aludida. En materia penal no puede imponerse pena alguna sin una sentencia definitiva previa. De allí que este presupuesto se conforma por la amenaza de que durante el transcurso del proceso el imputado intente su fuga o intente destruir algún material que pueda usarse como prueba de cargo en el juicio oral. Son situaciones que de una u otra forma pueden impedir o dificultar la efectividad de la sentencia que en su momento se dicte. 5 La medida cautelar requiere para ser concedida la existencia de un peligro inminente de daño jurídico. A causa de esta situación la medida cautelar debe ser expedida de inmediato, sin demora, es decir, en forma urgente ya que de lo contrario el daño temido se transformaría en daño efectivo, o se agravaría el daño ya producido. ROCCO observa acertadamente que el periculum no consiste en «el peligro del retardo de la providencia definitiva, sino en la posibilidad de que en el período de tiempo necesario para la realización de los intereses tutelados por el derecho mediante el ejercicio de la función jurisdiccional, se verifique un evento, natural o voluntario, que suprima o restrinja tales intereses, haciendo imposible o limitado su realización por medio de los órganos jurisdiccionales»6 Por ello la frustración del proceso impidiendo la fuga del reo, se concreta en dos causales: a). asegurar la presencia del imputado en el proceso, y b). el sometimiento del procesado a la ejecución de la pena a imponerse. Por lo que no podrá decretarse la prisión preventiva en delitos que no conlleven como sanción la pena privativa de la libertad. 8. PRINCIPIO DE NO SER CONDENADO EN AUSENCIA El peligro de fuga se deriva del lógico retraso que pueda tener la sentencia con la evasión del imputado. Así como también la frustración del proceso, al existir la regla general de prohibición del juicio en rebeldía (ausencia del imputado). 5 ROCCO, Tratado de Derecho Procesal Civil, vol. V, parte especial procesocautelar, Bogotá-Buenos Aires, 1977, pág. 77. 6 ROCCO, Ob.cit, pág. 77. Constitución Política del Perú: artículo 139, numeral 12: “El principio de no ser condenado en ausencia”. Mediante este principio constitucional se cautela el derecho del procesado de estar físicamente en el Juicio Oral, a fin de que ejerza a plenitud sus derechos de defensa. Es decir no existe juicio contumacial o en rebeldía. 9. CRITERIOS PARA LA APRECIACIÓN DEL PELIGRO DE FUGA El peligro de fuga ha sido precisado en la norma de manera expresa estableciéndose como criterios para su apreciación: a) arraigo del imputado; b) pena que se espera como resultado del procedimiento, c) importancia del daño resarcible y la actitud que el imputado adopta voluntariamente frente a él; d) el comportamiento del imputado durante el procedimiento. 9.1. ARRAIGO DEL IMPUTADO Arraigo implica echar raíces. Vivir en un lugar fijo y permanente, con estabilidad familiar y laboral. Legalmente el concepto de arraigo está determinado por el domicilio, la residencia habitual, el asiento familiar, lugar donde se realizan los negocios o donde desarrolla el trabajo el imputado; también alude a las facilidades para abandonar definitivamente el país o permanecer oculto. El concepto de "arraigo" tiene que ver con el establecimiento fijo en un lugar y en donde el imputado mantiene relaciones de una intensidad determinada con el medio en donde se desenvuelve. 7 Este concepto comprende aspectos como: lazos familiares, profesión, domicilio y recursos del imputado. La lógica establece que si el arraigo es menor, será mayor el peligro de fuga. Se estima la posibilidad de huir al extranjero o de ocultarse para un imputado que posea un mayor poder económico o si el imputado pertenece una clase social alta o si tiene negocios o bienes en un país extranjero. 7 REATEGUI SÁNCHEZ, James; En busca de la Prisión Preventiva, JURISTA EDITORES EIRL, Lima, 2006, págs. 223 al 228. Las facilidades de abandonar el país deben ser definitivas y no momentáneas. La no concurrencia injustificada del imputado ante el Juez en dos oportunidades podría ser un indicio de una fuga o un peligro o probabilidad de evasión. Pueden ser evidentes casos de "presunción" de dicha posibilidad por ejemplo si el imputado tiene cuentas corrientes en el extranjero, está casado con ciudadana extranjera, no tiene domicilio fijo, o se le han hallado documentos falsos. Aquí decidirá el magistrado de la causa según su libre apreciación. Siendo estas pautas objetivas de valoración judicial de carácter orientativo, donde el juzgador puede apartarse de dichas pautas siempre y cuando se demuestre en el caso concreto lo contrario. El concepto de arraigo y sus variantes está muy ligado a cuestiones socio-económicas que deben tenerse en cuenta al momento del dictado de la prisión preventiva. 9.2. PENA QUE SE ESPERA COMO RESULTADO DEL PROCEDIMIENTO Otro criterio a aplicar es la prognosis de la sanción a imponerse al final del proceso, la misma que tiene que ser superior a cuatro año de pena privativa de libertad. Además debe ser una pena de cumplimiento efectivo. También, la seriedad del delito y la severidad de la pena. El criterio es a mayor gravedad de la pena, es razonable pensar que mayor será la tendencia a eludirla. Es decir, el peligro de fuga es directamente proporcional al monto máximo de pena. Por lo tanto, si atenuamos los marcos penales se reduce proporcionalmente el peligro de fuga de los posibles procesados. El magistrado a la hora de verificar el peligro de fuga tendrá en cuenta la pena concreta del delito imputado. Al respecto, REATEGUI reflexiona argumentando sobre la ley procesal, que prescribe "La pena que se espera… 8 , es decir, se añade el adjetivo "espera" como señalo pauta de probabilidad, teniendo en cuenta las múltiples variables y circunstancias que encierra todo proceso penal. Por más que el delito imputado sea de estimable gravedad, la pena que se espera alcanzar, en forma concreta, podrá ser menor. De la misma manera, es posible que una persona imputada de varios delitos de hurtos simples o pequeñas estafas se fugue o actúe sobre testigos de cargo o peritos incrementando el peligro procesal. En sentido inverso, puede observarse que quien avizora para sí una imposición de una larga condena penal dedicará todo su esfuerzo para encarar una defensa eficaz, con conocimiento de que su fuga complicará su situación -procesal, familiar, etc.-, obligándolo durante un larguísimo lapso a no poder cumplir con sus deberes de ciudadano, con lo cual tendrá que reducirse el peligro procesal. 9.3. IMPORTANCIA DEL DAÑO RESARCIBLE Y CONDUCTA DEL IMPUTADO Aquí se toma en cuenta la actitud del procesado frente al daño que ocasionó. Es decir si voluntariamente se compromete a resarcir los gastos que su conducta ocasionó. Todo delito genera un injusto penal y un injusto civil, éste último puede soslayarse a la hora de verificar el peligro de fuga. Además, si el sujeto se aleja del proceso penal, se aleja también se aleja de su eventual asunción de responsabilidad civil ocasionada por la situación dañosa, y del resarcimiento económico. Por eso, es más bien un riesgo hacia los intereses de la víctima del delito. 9.4. COMPORTAMIENTO DEL IMPUTADO DURANTE EL PROCEDIMIENTO Son criterios para que la valoración del Juez las circunstancias personales y sociales del imputado, en el probable riesgo de fuga. Al respecto la norma contempla dos situaciones específicas para verificar la voluntad de sometimiento procesal del imputado. a. Se deberá observar el comportamiento del imputado durante el proceso que actualmente se le sigue y por la cual se dictó prisión preventiva. 8 REATEGUI SÁNCHEZ, James; En busca de la Prisión Preventiva, JURISTA EDITORES EIRL, Lima, 2006, págs. 223 al 228. b. En segundo lugar, si el imputado había tenido ya otro proceso anterior en el cual el mismo no mostró indicios de sometimiento personal. El Juez tendrá en cuenta éste antecedente para el peligro de fuga (artículo 268 inciso 1, letra "c" del CPP 2004, “se tendrá en razón de sus antecedentes...”). El artículo 79 inciso 6 del CPP 2004 que anuncia que con la presentación del contumaz o ausente, y realizadas las diligencias que requieren su intervención, cesa dicha condición, debiendo dejarse sin efecto el mandato de conducción compulsa, así como todas las comunicaciones que hubieran cursado con tal objeto. Este mandato no afecta la orden de detención o prisión preventiva a la que estuviera sujeto el procesado.