DARSE CUENTA Y PROCESO DE CAMBIO PERSONAL Definición de DARME CUENTA. Es una forma de percepción que nos permite profundizar en el conocimiento de nosotros mismos y de los demás. Siempre en el presente. TIPOS DE DARME CUENTA Son tipos o zonas del darse cuenta. 1. Darse cuenta del mundo exterior. Esto es, contacto sensorial actual con objetos y eventos en el presente: lo que en este momento veo, palpo, toco, escucho, degusto o huelo. En este momento veo... escucho... huelo... siento... 2. Darse cuenta del mundo interior. Esto es, contacto sensorial actual con eventos internos en el presente: lo que ahora siento desde debajo de mi piel, escozor, tensiones musculares y movimientos, manifestaciones físicas de los sentimientos y emociones, sensaciones de molestia, agrado, etc. En este momento siento... Estos dos tipos de darse cuenta engloban todo lo que puedo saber acerca de la realidad presente como yo la vivencio. Este es el terreno sólido de mi experiencia; estos son los datos de mi existencia aquí, en el momento que ocurren. Independiente de como yo u otros piensen o juzguen este darse cuenta, existe y ningún argumento, ni alegato, ni teoría podrán hacerlo no-existente. El tercer tipo de darse cuenta es bastante diferente. Es el darse cuenta de imágenes de cosas y de hechos que no existen en la realidad actual presente. [relacionado a fondo con los PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS] 3. El darse cuenta de la fantasía. Esto incluye toda la actividad mental que abarca más allá de lo que transcurre en el presente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar, planificar, recordar el pasado, anticipar el futuro, etc. En este instante me pregunto cómo va a acabar este curso. Tengo una idea de cómo se va a ver terminado y me pregunto cuál va a ser vuestra reacción. Y sin embargo dentro de esta fantasía hay una realidad encubierta. Puedo descubrir más de esta realidad si me concentro en mi fantasía y al mismo tiempo tomo conciencia de mis sensaciones físicas, percepciones y otras actividades mientras hago esto. Ireki Psicología. Calle Costa, 12 - 1º Dpto. 1. 48010 Bilbao. Tno.: 605 733 471. [email protected] Es realmente difícil aceptar que todo existe en el presente momentáneo. El pasado existe tan sólo como parte de la realidad presente, cosas y recuerdos acerca de los cuales pienso como “pertenecientes al pasado”. La idea del pasado es útil algunas veces, pero al mismo tiempo es una idea, una fantasía que tengo ahora. Pensemos en el siguiente problema: “pruébeme que el mundo no fue creado hace dos segundos, completo, con artefactos y recuerdos”. Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque algunas veces de utilidad. Tanto nuestra idea del futuro como nuestra concepción del pasado se basan en nuestra comprensión del presente. El pasado y el futuro son nuestras conjeturas acerca de lo que precedió al momento presente y lo que presagiamos que seguirá. Y todo este adivinar ocurre ahora. Ejercitar el darse cuenta permite tener otra experiencia de cómo mis fantasías me mantienen alejado para expresarme y también me daré más cuenta de cómo son esas fantasías. Si puedo llegar a darme cuenta realmente de estas fantasías, pudo explorar qué es lo que expresan acerca de mí y luego comprobarlo. Y si realmente puedo llegar a darme cuenta de qué es aquello que me retiene, entonces tengo la oportunidad de revertir el proceso y de descubrir cuán bien puedo funcionar sin interferencia. La meta de estos ejercicios es mostrar cómo puedo aumentar el contacto con la realidad exterior e interior y así disminuir mi ocupación con la actividad fantasiosa, que me impide contactar con mi experiencia presente. La fantasía puede ser útil pero sólo si me dedico a ella completamente, dándome cuenta e integrando la fantasía con el vivenciar la realidad en el presente. Ejemplo: un estudiante dedicó mucho tiempo imaginando durante meses que pedía una cita a una chica de su curso. Con esta infructuosa preocupación desperdició una buena cantidad de su vida. Si hubiese usado realmente su fantasía, se habría dado cuenta, que aunque inútil como fantasía, podría haber sido muy útil pedirle realmente la cita. Si él efectivamente pide la cita, ella puede decir si la relación puede desarrollarse, o ella puede decir no, y él queda libre para dirigir su atención hacia alguna otra compañera más receptiva. En ambos casos su vida vuelve a fluir y a moverse, en vez de permanecer estancada en una fantasía irrealizada. Desde luego si él le pide una cita, corre el riesgo de ser rechazado al decir que no o por el desafío de una relación personal íntima, si ella llegara a aceptar. Él evita enfrentar la situación y así ésta permanece inconclusa. Esta es la típica situación conflictiva. Su deseo de estar cerca de ella lo enfrenta con su miedo al rechazo o a la intimidad. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre estos dos impulsos. 2 Su deseo de estar cerca de ella es al menos en parte su respuesta a la presencia de ella ahora y él probablemente pueda sentir esta respuesta claramente en su cuerpo. Es una necesidad o emoción presente. Sus temores son respuesta a sus fantasías respecto del futuro: lo que imagina pueda suceder si le dice que le gusta, y le pide una cita. Su fantasía del futuro le aniquila la expresión de sí mismo en el presente. El remedio para este tipo de situación, para él, es: 1. darse cuenta por completo que sus miedos son fantasías y 2. darse cuenta completamente que esas son sus fantasías, que expresan mucho más de él mismo que de la chica en cuestión y que él es responsable de las mismas, Por ejemplo, si su fantasía es mayormente la de un rechazo, debe darse cuenta que es él quien se rechaza a sí mismo, y no la chica. ¡no le da al oportunidad a la chica de rechazarlo, lo hace antes él mismo! Su fantasía expresa su rechazo sobre algo propio (timidez). Si puede identificarse con esa timidez, puede expresarse, hay posibilidad de cambio. Con su capacidad de darse cuenta sus fantasías pueden servir de apoyo a su vida en lugar de paralizarla. Aunque la fantasía (imaginación) puede ser útil, dése cuenta que todo el tiempo empleado en pensamientos y fantasías es tiempo que transcurre lejos del real darse cuenta y/o del contacto con su vida. La mayoría de nosotros gasta gran parte de nuestras vidas esperando y planeando cosas que nunca llegarán y preocupándose de cosas que nunca, sucederán. Nuestras fantasías pueden ser valiosas en la medida que estén integradas con nuestra vida, sirven de apoyo y dejen lugar al darse cuenta y la vivencia. Pero cuando la imaginación está separada del resto de la vida, se convierte en una vía muerta, un escape de la vida. Eso es, lo que pretende una excesiva actividad de la fantasía: evitar los desafíos, los riesgos y las experiencias desagradables que son una parte necesaria de la vida. Cada vez que evitamos tales cosas nos morimos un poco más, perdemos más contacto con nosotros mismos y con nuestro entorno. Cuando uno pierde contacto con una zona desagradable de su vida, también está perdiendo contacto con lo agradable y otro potencial del valor. Antes di el ejemplo de un joven que perdía muchísimo tiempo 3 imaginando que pedía una cita a una joven. Sus fantasías inconducentes son los medios por los que evita un posible rechazo y desagrado. Pero mientras hace esto, pierde toda posibilidad de éxito, gozar de su compañía, su aprecio o su amor, etc. Los muros que alejan las flechas y lanzas, también alejan besos y rosas. FORMAS DE FANTASÍA. Pensamientos automáticos: pensamientos que ocupan mi mente sin permitirme darme cuenta de lo que está pasando realmente conmigo y a mi alrededor. Dificultan mi expresión y mi relación con los demás. Es como una lavadora centrifugando, no paramos de darle vueltas a un tema, normalmente sin darle una solución. Profecías autocumplidas: pensamos en que vamos a hacer el ridículo hablando en público y recogemos todos los datos que nos indican que hemos hecho el ridículo. Expectativas, prejuicios: si nos encontramos con alguien vestido con cazadora de cuero, pelos largos... nuestra forma de relacionarnos con esta persona puede verse influida por nuestros prejuicios. Imaginación desbordante: personas “peliculeras”, que viven profusamente los detalles de su imaginación, dándose poca cuenta de la realidad que le circunda. Personas que están contando constantemente lo que van a hacer: casas, vacaciones... Anticipación de la realidad: si digo esto, esta persona va a pensar/hacer esto otro y entonces... Abuelos, gente que cuenta “batallitas”: personas que están viviendo el presente hablando del pasado. Cuentan lo bien que han hecho esto o aquello... Ejemplo de no darse cuenta y estar en la fantasía: una persona que le cuenta a otra lo solo que se encuentra, la imposibilidad que tiene de encontrar compañía... Y, a pesar de estar acompañado, se siente solo. La percepción está muy relacionada con darme cuenta, con detectar mis necesidades y con escucharme y escuchar a los demás. Cuando construyes un muro, piensa en lo que dejas fuera. (Italo Calvino). 4 PROCESO DE CAMBIO PERSONAL Cuando una persona trata de cambiar, se manipula y se tortura y casi siempre se divide en una parte que quiere cambiar y una parte que se resiste al cambio. Incluso cuando se consigue un cambio de este modo el precio es conflicto, confusión e incertidumbre. Por lo general, mientras más se trata de cambiar, peor se torna su situación. Es muchísimo más útil sencillamente tomar más conciencia –dándose cuenta de cómo está ahora uno mismo– que tratar de cambiar, o detener, o incluso evitar, algo que hay en mí que no me gusta. Resulta efectivo el quedarme con esto y llegar a darme cuenta en profundidad de ello. Uno no puede mejorar su funcionamiento; sólo puede interferir con él, puede disfrazarlo, distorsionarlo. Cuando uno de verdad se pone en contacto con su propia vivencia, descubre que el cambio se produce por sí solo, sin esfuerzo ni planificación. Con un darse cuenta cabal y con la confianza de que saldrá bien, uno puede permitir que ocurra lo que tiene que ocurrir. Se puede aprender a soltar, y a vivir y a fluir con las vivencias y el transcurso de los eventos, en lugar de frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es. Toda la energía aprisionada en la batalla entre el tratar de cambiar y el de resistir al cambio, puede utilizarse en vivir la vida que es tan pasiva como activa. Este enfoque no le dará soluciones a los problemas de su vida. Lo que sí hace, es entregarles herramientas que podrá utilizar para explorar su vida, simplificar y clarificar sus problemas y confusiones, y le ayudará a descubrir sus propias respuestas: lo que usted quiere hacer. Definitivamente este trabajo no les “ajustará a la sociedad”. Podrá ayudarle a ajustarse a sí mismo, ayudarlo a descubrir su propia realidad, su propia existencia, su propia humanidad, y a sentirse más cómodo con ella. Muchas veces esto será lo contrario a lo que la sociedad, o su pareja o sus amigos estiman que usted “debiera” ser. Es posible que si un buen número de nosotros nos ponemos en contacto con nuestra propia realidad humana, podremos formar una sociedad que sea apropiada a lo que somos, en lugar de lo que “debiéramos ser”. Pero lo más importante es que la exploración del darse cuenta nos lleva a un enriquecimiento continuo y a un compromiso con la vida el cual tiene que ser vivenciado para ser conocido. 5 Concepto de CAMBIO. Cuando uno trata de cambiar, uno se divide en una parte que quiere cambiar y otra parte que se resiste al cambio. Incluso cuando se consigue un cambio de este modo el precio es conflicto, confusión e incertidumbre. Por lo general, mientras más se trata de cambiar, peor se torna la situación. Me da miedo hablar en público Pienso: los oyentes me van a juzgar: “qué mal lo hace” “no tiene ni idea” MIEDO (sudor en manos, voz temblorosa...) - “Tienes que deslumbrarles” CONFLICTO (menos energías) SÍNTOMAS: balbuceo, quedarme sin voz... Ejemplo: si soy tímido y quiero ser más abierto, y quiero hablar con otra persona, y comienzo a imaginar que el otro me va a juzgar y a criticar (qué tímido es, no sirve para hablar en público...) sentiré la timidez (hablar bajo, voz temblorosa...) y la exigencia de ser más abierto. Esto va a provocarme un conflicto interno entre ser tímido y abierto, lo que me restará energía para ser lo que realmente soy: el miedo a este desastre imaginado me urge a correr y mi energía se transformará en excitación y movimiento. Pero mi temor a la crítica también requiere que yo oculte estos síntomas, de modo que tengo que emplear energía adicional para ocultar mi excitación y detener mi impulso de correr. Puedo ocupar tanta energía en este conflicto entre excitación e inhibición que no queda suficiente para la tarea de hablar con el otro. Además, tanto los síntomas y los intentos de oponerme a ellos a menudo interfieren en el hablar con el otro (mi voz puede volverse temblorosa, tartamudear...) y puedo darme tanta cuenta de esto que me olvide de lo que quería decir. En este ejemplo podemos hacer: Tomar más conciencia: qué pasa, qué estoy haciendo, qué evito... Esto libera energía: el conflicto no está tan presente, puedo tomar otras alternativas. Puedo tomar otros caminos. Extracto – resumen extraído del libro “El darse cuenta” de John O. Stevens, ed. Cuatro Vientos, Chile 1996. 6