e.Boletín de derecho de autor Octubre – diciembre 2006 DOCTRINA Y OPINIONES El Papel de la Convención Universal sobre Derecho de Autor y su Futuro Dra. Silke von Lewinski* I. Introducción La Convención Universal sobre Derecho de Autor (UCC por sus siglas en inglés) fue creada en 1952 con el fin de permitir a un número de países, incluidos en particular la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos de América, la adhesión a un tratado multilateral en materia de protección del derecho de autor, y para asegurar universalmente la protección internacional del derecho de autor en un tiempo en que la divergencia entre los tratados multilaterales americanos y el Convenio de Berna centrado en Europa, amenazaba la suprema necesidad de una protección a nivel universal. El ya existente Convenio de Berna no era un instrumento aceptado por los países recién mencionados y por algunos otros en ese tiempo debido a que el nivel mínimo de protección que establecía era demasiado elevado en comparación con las leyes nacionales de la materia, o no correspondía a los principios del sistema del copyright. Por ejemplo, los derechos morales, el principio de “ausencia de formalidades” y una duración de protección mínima de 50 años posteriores a la muerte del autor eran algunos de los obstáculos para que los EUA se adhirieran a la Convención. La UCC fue revisada una vez, en 1971, y después de la entrada en vigor del Texto Revisado, la adhesión a ella sólo era posible a través de su versión de 1971. A la fecha, 99 Estados son Estados Contratantes de la UCC, de los cuales, 64 están obligados conforme al texto de 1971. Sin embargo, de finales de la década de los 80 en adelante, la importancia de la UCC empezó a decrecer, debido a la adhesión de los EUA y de la mayoría de los Estados sucesores de la URSS, al Convenio de Berna para la protección de las Obras Literarias y Artísticas (BC por sus siglas en inglés); consecuentemente, las relaciones entre estos países y las de ellos con todos los otros miembros de la Unión de Berna se regían exclusivamente por el BC. Hoy en día, sólo un país está obligado exclusivamente en virtud de la UCC en vez de estarlo también por el BC, el Acuerdo sobre los ADPIC o el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor (WCT por sus siglas en inglés), a saber, Laos. Los países que no son parte en ningún instrumento multilateral para la protección del derecho de autor son Afganistán, las * Instituto Max Planck para la Propiedad Intelectual, Múnich; profesora adjunta, Franklin Pierce Law Center, Concord, N.H., E.U.A. La autora desea agradecer a la Sra. Racki Anna Sy de la UNESCO por sus notables esfuerzos en la preparación de listas detalladas de las membresías que correspondían a los diferentes tratados en la materia, en las que la autora se apoyó para la redacción de este artículo. Original: Inglés Islas Cook, Eritrea, Etiopía, Irán, Irak, Kiribati, las Islas Marshall, Nauru, Niue, Palau, San Marino, Santo Tomé y Príncipe, Seychelles, Somalia, Timor Oriental, Turkmenistán, Tuvalu, Vanuatu y Yemen. A pesar de que sería posible que en el futuro alguno de estos países se adhiriera a la UCC (debido a que es el tratado multilateral con el nivel de protección más bajo) cuando menos en un primer tiempo, tampoco se excluye la posibilidad de que o bien permanezcan ajenos a los tratados internacionales en materia de derecho de autor o bien, como ha ocurrido con frecuencia en el pasado, se adhieran directamente a alguno de los tratados con un alto nivel de protección como el BC o el Acuerdo sobre los ADPIC. Dada la actual situación de importante disminución de la importancia de la UCC, es oportuno reflexionar sobre su papel y perspectivas para el futuro. Este estudio espera ser la base de análisis sobre la relación de la UCC con los otros tratados multilaterales en la materia, su posible aplicación e importancia en las situaciones actuales, y sobre sus disposiciones específicas relativas a los países en desarrollo. II. Relación de la UCC con el BC al Momento de la Adopción de la UCC y conforme al Texto Revisado de 1971 Esta relación está regulada en el Art. XVII de la UCC y su Declaración Anexa Relativa. En el texto de Ginebra de 1952, el Art. XVII(1) de la UCC simplemente establece lo obvio, en concreto que la UCC no afectará en modo alguno las provisiones contenidas en el BC ni la pertenencia a la Unión de Berna. En otras palabras, la UCC no reemplaza o rechaza al BC en ninguna de sus versiones. Esto es obvio porque la Conferencia de Ginebra de 1952 que adoptó la UCC no constituía una conferencia de revisión al Convenio de Berna, tampoco representaba el consentimiento unánime de los Países de la Unión de Berna y por tanto, no tenía ni siquiera la posibilidad legal de alterar las provisiones del BC o afectar la pertenencia a la Unión de Berna.1 En segundo lugar, el Art. XVII(2) en relación con la Declaración Anexa2 regula dos aspectos diferentes: el inciso (a) de la Declaración apunta a la minimización del riesgo de que los Países Miembros se retiren del Convenio de Berna; en efecto, los Países de la Unión de Berna en aquel tiempo podrían haber considerado que cumplían suficientemente con sus obligaciones internacionales en materia de derecho de autor al adherirse a la UCC y por ende, hubieran podido abandonar el BC que conllevaba un nivel de protección mayor.3 En vista de que el BC, prevé la posibilidad de denuncia del Convenio (Art. 35 BC), y éste no podía ser enmendado por la Conferencia que adoptó la UCC, por lo que la UCC logró su objetivo de disuadir la denuncia del Convenio al incluir dentro de sus disposiciones una que establece la exclusión de la protección de la UCC para todas las obras cuyo país de origen (conforme al BC) fuera un país que hubiera denunciado el Convenio de Berna con posterioridad al 1° de enero de 1951. En otras palabras, a las obras de tal país de la Unión de Berna que hubiera denunciado el Convenio con posterioridad a tal fecha, se les niega protección también de conformidad con la UCC, en todos los Países de la Unión de Berna.4 Hoy en día, la 1 Bogsch, The Law of Copyright Under the Universal Convention, 3era. ed. 1968, p. 113. Ver un número de anomalías en la formulación de la misma Bogsch, op.cit. pp. 114 et seq. 3 Bogsch/Roach, Commentaire du supplément à la demande d'avis concernant une convention universelle sur le droit d'auteur, documento UNESCO/CUA/10, 1951, p. 11, con referencia a la respuesta suiza a la primera "demande d'avis" de la UNESCO, que también se reimprimió en el Boletín de Derecho de Autor de la UNESCO Vol. III no. 2 (1950), p. 47. 4 Ver en materia de los conflictos que surgen en la aplicación de esta disposición Bogsch, op.cit. pp. 117 et seq. 2 -2- probabilidad de que un miembro de la Unión de Berna denunciara el BC parece extremadamente baja, no sólo por los antecedentes históricos de denuncias del BC hasta el momento, sino también debido al hecho de que hoy la mayoría de los Países de la Unión de Berna se encuentran obligados también por el Acuerdo sobre los ADPIC5 conforme al cual están obligados al cumplimiento de todas las provisiones de derecho sustancial del BC (ver Art. 9(1) párrafo 1 Acuerdo sobre los ADPIC). A pesar de que esto no constituye la obligación de ser o convertirse en miembro del BC, sería de poca utilidad denunciarlo cuando se continúa estando obligado al cumplimiento de sus provisiones sustanciales. El inciso b) de la Declaración es la razón principal de la disminución de la importancia de la UCC después de la adhesión de la mayoría de los países del mundo a la Unión de Berna. Excluye la aplicación de la UCC a las relaciones entre los Países de la Unión de Berna en la medida en que se refieran a la protección de obras cuyo país de origen sea un País de la Unión de Berna. Esta regla, que se aparta de las soluciones clásicas para conflictos entre dos tratados en el mismo campo, en particular la de la lex posterior o lex specialis, apunta al aseguramiento de la aplicación del BC con su mayor nivel de protección en lugar de la UCC en todos aquellos casos de relaciones entre países de la Unión de Berna respecto de obras cuyo país de origen sea un País de la Unión. La definición relativa a “país de origen” debe tomarse del Texto Revisado del BC por el cual ambos países se encuentran obligados. Si, por ejemplo, ambos países son miembros de la UCC y también están obligados en términos del Acta de Roma del BC, una obra inédita cuyo autor es ciudadano de uno de esos países o una obra publicada por primera vez allí que tiene como país de origen ese país, se rige entonces exclusivamente por el Acta de Roma del BC. Cuando, no obstante, la obra sea publicada por primera vez en un país que sólo es parte de la UCC, y por tanto, tenga como país de origen uno distinto a los que componen la Unión de Berna, la obra se regirá exclusivamente por la UCC en la relación entre los dos Países de la Unión de Berna.6 Con respecto a la relación de la UCC con el BC conforme al Texto Revisado de 1971 de la UCC, una importante enmienda a la Declaración Anexa Relativa al Art. XVII de la UCC debe mencionarse: el nuevo inciso b) dispone una excepción a la sanción establecida en el inciso a) en el caso de denuncia del BC por parte de un país en desarrollo: Cuando un país en desarrollo deposite una notificación ante el Director General de la UNESCO declarando que se considera a sí mismo como un país en desarrollo y luego denuncie el BC, no le aplicará lo establecido en el inciso a) de forma que la UCC seguirá siendo aplicable en los Países de Berna a obras que tengan su país de origen en el país que ha denunciado el BC. Esto es válido en tanto que el país continúe estando en desarrollo o haga valer de conformidad con el Art. V bis de la UCC las excepciones allí previstas. Una vez más, debido a que la probabilidad de denuncia del BC por parte de los países en desarrollo parece muy baja, dada también la observancia a la disposición contenida en el Acuerdo sobre los ADPIC,7 esta disposición tendría también poca importancia actualmente. 5 134 de los 162 Países Miembros de la Unión de Berna son también Miembros del Acuerdo sobre los ADPIC. Ver para más detalles la sección V más adelante. 7 Ver más arriba, p. 2-3. 6 -3- III. La Relación de la UCC con el Acuerdo sobre los ADPIC La UCC en sí regula únicamente sus relaciones con el BC, los convenios bilaterales o multilaterales entre las Repúblicas americanas (Art. XVIII UCC) y con otras convenciones bilaterales o multilaterales ya existentes (Art. XIX UCC). El Acuerdo sobre los ADPIC de 1994, que abarca en sus Arts. 9-13 el ámbito del derecho de autor (y, en las disposiciones generales de la Parte I, principios que también son aplicables al derecho de autor) regula explícitamente su relación únicamente con el BC y prevé una cláusula no derogatoria en el Art. 2(2) del Acuerdo sobre los ADPIC. Cuando un tratado no provee ninguna regla específica en relación con otro tratado, en teoría, deben considerarse diferentes posibilidades. En primer lugar, el segundo tratado puede consistir en la terminación de uno anterior. Sin embargo, conforme al Art. 54 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, esta posibilidad existe únicamente si todas las partes del tratado anterior otorgan su consentimiento. Respecto a la UCC, no todas las partes de la UCC han dado su consentimiento en el Acuerdo sobre los ADPIC, así que la UCC con certeza no se ha dado por terminada (independientemente de no haberse llevado a cabo los procedimientos necesarios conforme al Art. 65 de la Convención de Viena). En segundo lugar, las disposiciones sobre derecho de autor en el Acuerdo sobre los ADPIC pueden interpretarse como una revisión de la UCC para los Estados contratantes de la UCC. No obstante, conforme al derecho internacional público general, una revisión debe ser unánime, con salvedad de las excepciones específicas que para tal regla estén previstas (no es el caso). 8 Ya que no todos los Estados Contratantes de la UCC han adoptado el Acuerdo sobre los ADPIC y sobretodo debido a que las disposiciones procedimentales previstas en el Art. XII de la UCC referentes a la revisión, no se han seguido; entonces el Acuerdo sobre los ADPIC tampoco puede interpretarse como una revisión de la UCC. En tercer lugar, tampoco aplica en la relación entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC lo dispuesto en el Art. 59 de la Convención de Viena, que trata de la terminación implícita de un tratado o la suspensión de su aplicación debido a la celebración de un tratado posterior, porque no todos los Estados Contratantes de la UCC han adoptado el Acuerdo sobre los ADPIC. Uno tampoco podría interpretar al Acuerdo sobre los ADPIC como una suspensión de la aplicación de la UCC por acuerdos entre sólo algunos de los Estados Contratantes de la UCC en vista de que el Art. 58 de la Convención de Viena no fue observado (independientemente de las dudas sobre las condiciones de la misma tal como la suspensión temporal, etc., conforme al Art. 58 de la Convención de Viena). Finalmente, incluso no es posible interpretar que para los Estados Contratantes de la UCC el Acuerdo sobre los ADPIC sea un acuerdo que tenga por objeto modificar la UCC en cuanto a las relaciones entre algunos de sus Estados Contratantes conforme al Art. 41(1)b) de la Convención de Viena, debido a que nada en el Acuerdo sobre los ADPIC muestra la voluntad de las partes concernidas en tal sentido; adicionalmente, uno debe tener en mente que el Acuerdo sobre los ADPIC se firmó en un forum (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) diferente de la UNESCO por la cual la UCC es administrada. Por estas razones también, el Art. 2(2) del Acuerdo sobre los ADPIC prevé que nada de lo contenido en sus Partes I a la IV deroga las obligaciones existentes de conformidad con el BC únicamente, por lo que se refiere a la protección del derecho de autor, no puede ser interpretado e contrario de forma que signifique una derogación de otro tratado sobre derecho de autor no especificado, tal como la UCC. En lugar de ello, ambos instrumentos son tratados 8 Ver Grewe, Treaties, Revision, en: Bernhardt (ed.), Encyclopedia of Public International Law, Vol. 7 (1984), pp. 499, 500. -4- separados e independientes; así, el Acuerdo sobre los ADPIC, dejó a la UCC inalterada. Los conflictos potenciales entre ellos están regidos conforme a la legislación internacional general por los principios de lex posterior como se establece en el Art. 30 de la Convención de Viena, sujeto a regulaciones específicas (faltantes en el Acuerdo sobre los ADPIC).9 Sin embargo, estas reglas sólo aplican si existe un conflicto entre dos tratados. Cuando, por la vía de interpretación, uno llegue a la conclusión de que en realidad no hay conflicto sino que ambos tratados pueden aplicarse a la vez, entonces no hay justificación para la aplicación de las reglas del Art. 30 de la Convención de Viena. Para determinar si existe o no conflicto, la regla de la lex specialis se aplica con frecuencia y puede llevar a la conclusión de que el tratado posterior es simplemente más específico pero no incompatible con el anterior.10 En el caso del Acuerdo sobre los ADPIC, uno no podría afirmar que el grado de especificación sea mayor que en la UCC; simplemente dispone un mayor nivel de protección. Sin embargo, uno podría argüir entonces que no existe conflicto entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC porque, en cuanto al nivel de protección a proveerse, el Acuerdo sobre los ADPIC no sería contrario a lo establecido en la UCC, debido a que sólo requiere un nivel de protección más alto. Este argumento se queda corto, empero, ya que un conflicto consiste justamente en el hecho de que el Acuerdo sobre los ADPIC, a diferencia de la UCC, no permitiría que un Estado Contratante de la UCC hiciera valer el mínimo previsto fundándose en esa Convención. Aunque, uno podría también argüir que cualquier conflicto potencial entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC puede resolverse con base en la siguiente interpretación: el Art. XVII UCC y la Declaración Anexa Relativa brindan absoluta prioridad al BC con el fin de asegurar que el nivel de protección más alto se aplique entre países que sean ambos de la UCC y del BC. La finalidad expresada en la disposición de la UCC podría decirse que también aplica a los estándares del BC que están integrados en el Acuerdo sobre los ADPIC y a otras disposiciones que otorgan mayor nivel de protección contenidas en el Acuerdo sobre los ADPIC. De ahí que si bien la UCC en sí no da una prioridad explícita al Acuerdo sobre los ADPIC (y no podría haberlo hecho debido a que éste último no existía al momento de la revisión de la UCC), sino sólo al BC y no en sí a las disposiciones de éste incorporadas al Acuerdo sobre los ADPIC, una interpretación acorde con su propósito de salvaguardar un mayor nivel de protección entre países que sean miembros de tales tratados que brindan mayor protección, da como resultado que se esté brindando una prioridad al Acuerdo sobre los ADPIC.11 Aun si uno no sigue este argumento conforme al cual la UCC puede interpretarse como dando prioridad al Acuerdo sobre los ADPIC, uno llegará a la conclusión de la prioridad del Acuerdo sobre los ADPIC basándose en el Art. 30(4) a) en conexión con el Art. 30 (3) de la Convención de Viena que encuentra aplicación porque existe un país que es miembro de la UCC pero no del Acuerdo sobre los ADPIC;12 el Art. 30(3) de la Convención de Viena se aplica directamente únicamente en el caso en que todas las partes del tratado anterior sean también partes en el tratado posterior. Bajo esta regla, el tratado anterior aplica sólo en la medida en que sus provisiones sean compatibles con aquellas del posterior, en donde se trate 9 Ver estas reglas por ejemplo en: Verdross/Simma, Universelles Völkerrecht, 3ra. ed. Berlín 1984, § 786. Karl, Conflicts between Treaties, en: Bernhardt, Encyclopedia of Public International Law, Vol. 7 (1984), pp. 467, 468. 11 Ver asimismo Katzenberger, TRIPS and Copyright Law, en: Beier/Schricker (eds.), From GATT to TRIPS – The Agreement on Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights, Weinheim et al. 1996, pp. 59, 68. 12 Laos; los países de la UCC que también son Partes en el Acuerdo sobre los ADPIC y la Unión de Berna no han sido tomados en cuenta en esta parte por el motivo que se expone en el siguiente párrafo. 10 -5- de relaciones entre países que son Partes en ambos tratados.13 La regla de la lex posterior encuentra aplicación sólo tratándose de instrumentos sucesivos que regulan una misma materia.14 Los Arts. 9-13 y los Artículos conducentes de la Parte I del Acuerdo sobre los ADPIC abarcan la misma materia que la UCC, en concreto, la protección al derecho de autor, entonces el tratado posterior, esto es, el Acuerdo sobre los ADPIC, aplica cuando exista un conflicto entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC, entre países que sean parte en ambos tratados. Ha sido alegado que la condición de la regla lex posterior es que la misma materia haya sido regulada con el mismo grado de detalle en defecto de lo cual, se aplica la lex specialis. Sin embargo, como se dijo antes, no existe una diferencia evidente en cuanto a la especificación que hiciera posible que esta regla se aplicara. Consecuentemente, uno podría afirmar que, en caso de conflicto entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC, la regla de la lex posterior del Art. 30(4) en conexión con el Art. 30(3) de la Convención de Viena da como resultado la prioridad del Acuerdo sobre los ADPIC. De hecho, la cuestión de la relación entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC es a la fecha de naturaleza principalmente teórica, porque todos los países (excepto Camboya) que son Miembros del Acuerdo sobre los ADPIC y de la UCC son de hecho también Miembros del BC y, como tales, están obligados de conformidad con la Declaración Anexa Relativa al Art. XVII de la UCC a no aplicar la UCC entre ellos. A pesar de que esta regla aplica sólo a los países de la Unión de Berna, la vasta identidad de los países de la UCC que son parte tanto de la Unión de Berna como del Acuerdo sobre los ADPIC15 y el hecho de que el Art. 20 del BC haya sido incorporado al Acuerdo sobre los ADPIC en razón de lo cual no puede interpretarse en el sentido de proveer una menor protección que el BC o contraria a éste, significa que los Miembros del Acuerdo sobre los ADPIC no tienen permitida la aplicación de la UCC entre ellos. IV. La Relación de la UCC con el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor (WCT por sus siglas en inglés) Tal como el Acuerdo sobre los ADPIC, el WCT prevé una cláusula no derogatoria en relación con las obligaciones conforme al BC (únicamente) (Art. 1(2) WCT) e integra al WCT no sólo los Arts. 1 al 21 y el Anexo del BC (incluido el Art. 20 BC)16 sino también especifica explícitamente que el WCT es un arreglo especial en términos de lo establecido en el Art. 20 del BC (Art. 1(1) WCT). Adicionalmente, conforme al Art. 1(1) párrafo 2 del WCT, el WCT no tendrá conexión con otro tratado que no sea el BC, ni tampoco perjudicará ningún derecho u obligación en virtud de otros tratados. “Conexión” en esta disposición significa cualquier conexión legal comparable a lo que se determina en el Art. 20 BC.17 La cláusula no derogatoria en el Art. 1(1) párrafo 2 del WCT simplemente confirma la independencia del WCT de otros tratados y el hecho de que el WCT no afecta los derechos y obligaciones 13 En la relación (que no interesa en este supuesto) entre un país que es parte de ambos tratados y otro que es parte en sólo uno de ellos, rige en sus relaciones el tratado en el que ambos son Partes, Art. 30 (4) b) Convención de Viena. 14 Art. 30(1) Convención de Viena. 15 Todos excepto Camboya. Los pocos países que ni siquiera son miembros de la UCC sino únicamente miembros del Acuerdo sobre los ADPIC en tanto que no lo son del Convenio de Berna son: Angola, Burundi, Hong Kong/China, Kuwait, Macao/China, Maldivas, Mozambique, Myanmar, Papua Nueva Guinea, Sierra Leona, las Islas Solomon, China Taipei, y Uganda. 16 Art. 1(4) WCT. 17 Ver Reinbothe/von Lewinski, The WIPO Treaties 1996, Londres 2002, Art. 1 WCT nota 12. -6- existentes conforme a esos tratados. Esta cláusula previene claramente cualquier interpretación en el sentido de que el WCT sea una terminación, revisión, suspensión o modificación de la UCC, independientemente de los obstáculos que tal interpretación acarrearía por las razones mencionadas más arriba.18 En consecuencia, uno deberá analizar si existe un conflicto entre la UCC y el WCT y en el supuesto de que así fuera, si la regla de la lex posterior conforme a lo establecido en el Art. 30(4) en conexión con el Art. 30(3) de la Convención de Viena encuentra aplicación. Respecto al conflicto potencial o más bien la compatibilidad de ambos tratados, son aplicables similares consideraciones a las que se expusieron respecto a la relación entre la UCC y el Acuerdo sobre los ADPIC, porque el WCT y el Acuerdo sobre los ADPIC son comparables en los aspectos conducentes, en particular en cuanto a los niveles más altos de protección en comparación a los de la UCC, y el nivel de detalle abarcado. En consecuencia, las conclusiones son las mismas, excepto que quizá alguien podría argüir que ni siquiera hay conflicto. No obstante, si uno no concuerda con este argumento, la regla de la lex posterior también encuentra aplicación aquí con el efecto de que el WCT prevalece sobre la UCC. Finalmente, en vista de la situación fáctica,19 las anteriores consideraciones también aplican a la relación entre la UCC y el WCT, porque todas las Partes Contratantes del WCT de hecho son miembros también del BC y aun considerando futuras accesiones al WCT, sería del mismo modo. En consecuencia, esos Países miembros de Berna y el WCT que son, adicionalmente Estados Contratantes de la UCC, están obligados de conformidad con la Declaración Anexa Relativa al Art. XVII de la UCC a no aplicar entre ellos la UCC. V. Aplicabilidad de la UCC a las Relaciones entre los Estados Hoy en Día Actualmente, la UCC es aplicable en las situaciones siguientes: Primero, a las relaciones entre países que son únicamente Partes Contratantes de la UCC pero no son partes en ningún otro tratado sobre protección al derecho de autor. Esta situación se presentaba entre Laos y Camboya hasta el 2004, fecha en que Camboya se adhirió al Acuerdo sobre los ADPIC; ya no se da hoy en día. Este escenario se daba también cuando una obra era creada por un nacional de un país que no era parte en ningún tratado multilateral sobre derecho de autor pero publicaba por primera vez en Laos o Camboya; esta obra era entonces protegida en el otro país. Segundo, la UCC se aplica en las relaciones entre un país que es un Estado Contratante de la UCC únicamente y un segundo país que es Parte tanto de la UCC como del BC o cualquier otro tratado sobre protección al derecho de autor. Esto concerniría únicamente a las relaciones de terceros países con Laos. Tercero, es posible –al menos teóricamente- que un país en desarrollo que sea Miembro de la Unión de Berna y Estado Contratante de la UCC en un futuro se retire de la Unión de Berna siguiendo el procedimiento establecido en el inciso (b) de la Declaración Anexa Relativa al Art. XVII UCC (Texto de París); en este caso, como una excepción al inciso (a), la UCC aplicaría a tal país en desarrollo en cuanto a sus relaciones con otros países que sean miembros tanto de la UCC como de las Unión de Berna. Sin embargo, este escenario es más bien teórico que práctico. Adicionalmente, la UCC puede aplicarse hoy en día a las relaciones entre países de la Unión de Berna que al mismo tiempo sean Estados Contratantes en la UCC, respecto de obras que tengan su país de origen (en el significado del BC) un país ajeno a la Unión de Berna, si al 18 Las mismas razones tal como se mencionan en su relación con el Acuerdo sobre los ADPIC se aplican aquí, ver más arriba, pp. 2-3. 19 Ver más arriba, pp. 4-5. -7- mismo tiempo se reúnen los criterios para la protección establecidos por la UCC. Varios casos pueden imaginarse a este respecto: a) En las relaciones entre dos países siendo ambos Estados Contratantes de la UCC y Partes bien del Acta de Roma o del Acta de Bruselas del BC, y el país de origen (conforme a las reglas del Acta de Roma o de Bruselas del BC respectivamente) es un país ajeno a la Unión de Berna (en particular debido a que la primera publicación tuvo lugar en un país distinto a los de la Unión de Berna), la obra, si se trata de una obra de un ciudadano de uno de los países de la Unión de Berna, será protegida en el otro país parte de la Unión de Berna conforme a la UCC únicamente (si las condiciones del Art. II de la UCC en materia de los requisitos de protección son satisfechos). En otras palabras, si los países A y B pertenecen a la UCC y a la Unión de Berna obligados en términos ya sea del Acta de Roma o de la de Bruselas, y el país C es un país ajeno a la Unión de Berna, y la obra de un ciudadano del país A se publica por primera vez en el país C, y no se vuelve a publicar dentro del lapso de treinta días a partir de esa primera publicación en un país de la Unión de Berna, el país B brindará la protección establecida de conformidad con la UCC en vista de la satisfacción de todos los requisitos establecidos para tal protección en el Art. II(1) de la UCC, a saber: En este caso, si el país C en que la primera publicación se lleva a cabo es un Estado Contratante de la UCC (exclusivamente), la UCC tiene aplicación conforme al Art. II(1) de la UCC porque la obra se publicó por primera vez en un país de la UCC, la UCC se aplica si el autor es un nacional de un Estado Contratante de la UCC (como en el supuesto planteado) o si no es nacional de tal Estado pero está domiciliado en un Estado Contratante de la UCC (ver Art. II (3) de la UCC). En cualquier caso, sin embargo, cuando se trata de obras publicadas, la UCC se aplica sólo a las obras publicadas entendidas como tales las que se encuentran definidas en el Art. VI de la UCC, y, de ahí que, en particular no se aplique a obras grabadas en fonogramas; la definición de “publicación” se limita a las reproducciones en forma tangible y de distribución general al público de ejemplares de la obra de donde pueda leerse o ser percibida visualmente de cualquier otra forma. Si la obra de un ciudadano del país A es inédita, no existe un país de origen en términos de las Actas de Roma o Bruselas del BC, de forma que ningún país de la Unión de Berna sería el país de origen. De ahí que, también en este caso, la UCC tendría aplicación entre los países A y B; conforme al Art. II(2) de la UCC las obras inéditas están protegidas por la UCC si han sido creadas por nacionales de un Estado Contratante de la UCC, tal como los países A y B. b) Si los países A y B son ambos parte en el Acta de París del BC, la situación cambia en la medida en que la definición de “país de origen” es diferente. Consecuentemente, si los países A y B son ambos países Partes en el Acta de París de la Unión de Berna y también de la UCC, y el país C sólo pertenece a la UCC, la UCC cobraría aplicación sólo en casos poco comunes, debido a que el Art. 5(4)c del BC (Acta de París) provee formas adicionales para encuadrar como país de origen uno que pertenezca a la Unión de Berna, concretamente en el caso en que la primera publicación se lleve a cabo fuera de la Unión, y respecto de las obras inéditas. Consecuentemente, cuando la primera publicación se lleva a cabo en un país distinto de los de la Unión (en este caso: país C), sin llevar a cabo una publicación simultánea (publicación dentro de los primeros treinta días después de la primera publicación) en un país de la Unión, el Art. 5(4)c del BC (Acta de París) da como resultado que el país de origen siga siendo, no obstante A, porque el autor es un nacional de tal país. Dado que en este caso, el país de origen de la obra es el país A, un país de la Unión de Berna, la UCC no se aplicaría en la relación entre los países A y B. Se produce el mismo resultado cuando la obra es inédita: En este caso también, el país de origen de conformidad con el Art. 5(4)c del BC (Acta de París) es el país -8- de la Unión de Berna de donde el autor es un nacional (en este caso: país A), por lo que la UCC no tendría aplicación. c) Cuando, en el supuesto anterior, los países A y B no se hubieran adherido al mismo Texto Revisado sino, por ejemplo, el país A se adhiriera al Acta de París pero el país B a un Texto anterior, la relación entre ambos estaría gobernada por el Art. 32 del BC (Acta de París). En consecuencia, entre los entonces países de la Unión de Berna (1971), la versión más reciente aplicable a ambos países es la que aplica entre ellos (Art. 32(1) del BC). Si un país ajeno a la Unión se vuelve parte del Acta de París, tal país debe aplicar el Acta de París frente a todos los otros países de la Unión de Berna, en tanto que los otros países de la Unión de Berna obligados en términos de un Acta anterior, son libres de aplicar únicamente tal Acta anterior en las relaciones con tal país adherente, o incluso pueden adaptar el nivel de protección al nivel de protección previsto por el Acta de París (Art. 32(2) del BC (Acta de París). Consecuentemente, las soluciones en los casos anteriormente mencionados (ver a)) en los que ambos países de la Unión de Berna están obligados ya sea por el Acta de Roma o la de Bruselas (y donde aplica la UCC) encuentran también aplicación en la relación entre un país de la Unión de Berna que es Parte en los términos del Acta de Roma o de la de Bruselas y un segundo país de la Unión de Berna que se ha vuelto un Miembro de la Unión después de 1971 (en tal caso, ha tenido que ratificar o adherirse al Acta de París, ver Art. 34 del BC (Acta de París)). Debido a que varios países se han adherido al BC hasta después de 1971, queda todavía algún campo de aplicación de la UCC respecto de sus relaciones con aquellos Estados Miembros (actualmente diez) que se han adherido únicamente al Acta de Roma (actualmente 5 países) o al Acta de Bruselas (actualmente 5 países). Cuando, en el supuesto planteado anteriormente, el país A se adhiriera al Acta de Roma y el país B a la de Bruselas del BC, la situación en vista de la aplicabilidad de la UCC es más complicada; no estaba regulada explícitamente antes de 1971. Se han expresado muchos puntos de vista a este respecto. En particular, se ha argumentado que las diferentes Actas de Revisión del BC son tratados sucesivos y separados, de forma que un Estado que se adhiriera únicamente al último texto, no tendría ninguna relación con los miembros de la Unión de Berna que ratificaron exclusivamente una versión anterior. De ahí que uno podría haber argumentado que no existía una relación entre ambos países y que, en tal virtud, la Declaración Anexa Relativa al Art. XVII de la UCC inciso c) (Acta de París) (o, respectivamente, inciso b) conforme al Acta de Ginebra) no tendría aplicación y, en consecuencia, la UCC aplicaría en la relación entre un país que estuviera adherido a la versión de Roma y otro país sólo adherido a la versión de Bruselas. De conformidad con otro punto de vista, sería suficiente que ambos países fueran miembros de la Unión de Berna, para que tuvieran una relación entre ellos, y la UCC no se aplicaría cuando el país de origen de la obra fuera un miembro de la Unión de Berna, tal como sería en el siguiente supuesto: Si el país A sólo ha ratificado el Acta de Roma y el país B sólo el Acta de Bruselas, no se brindarían entre ellos ninguna protección conforme a ninguno de los textos del Convenio de Berna. Cuando una obra fuera publicada por primera vez en el país B, no sería protegida por el Acta de Roma en el país A. No obstante, según este punto de vista, la UCC no se aplicaría, debido a que tanto el país de la primera publicación (esto es, el país de origen) como el país en el que se reclama la protección, son países de la Unión de Berna.20 De conformidad con otra postura, que no obstante lleva al mismo resultado, existe una relación entre el país que se ha adherido al Acta más reciente de la Unión de Berna (hasta la versión de Bruselas) y un Miembro de la 20 Ver estos ejemplos y ópticas en Bogsch, op.cit., pp. 120, 121. -9- Unión de Berna que sólo se ha adherido a un Acta anterior, porque uno debe presumir que el último país que se adhiere ha aceptado tácitamente todas las Actas anteriores, aun si no declaró que su adhesión sería válida también respecto de todas las Actas anteriores, y de ahí se derivan sus relaciones con países que sólo son Partes en Actas anteriores, basándose justamente en la existencia de esas Actas previas. Se estableció que tal “postura legal era discutible, pero el único sistema practicable”, más aún debido a que, “sin la aceptación tácita del sistema, el Estado adherente al último texto [hasta la versión de Bruselas] no tendría relaciones con la mitad de los miembros de la Unión”.21 d) Tampoco en el siguiente escenario queda claro de conformidad con lo establecido por la UCC si ésta tiene aplicación. El siguiente caso ilustrará el supuesto: Los países A y B son Partes tanto a la UCC y a una de las Actas del BC, en tanto que el país C es parte únicamente a la UCC, y el país D no es parte a ninguno de esos instrumentos. Si una obra de un ciudadano del país C o D se publica por primera vez en el país A y la protección para tal obra se reclama en el país B, resulta claro que el país de origen es el país A, un país de la Unión de Berna. Sin embargo, no queda claro cómo debe de interpretarse la condición de “relaciones entre países de la Unión de Berna” en la Declaración Anexa Relativa al Art.XVII, c) de la UCC (Acta de París). Si uno considera las relaciones entre los países A y B (el país de origen y el país en que la protección es reclamada), la UCC no sería aplicable en tal relación. Al mismo tiempo, uno podría considerar que existe una relación entre el país B y el país C o D (el país en el que la protección se reclama y el país de donde el autor es ciudadano). En estas relaciones, pareciera que la UCC podría aplicarse, porque los países C y D no son países de la Unión de Berna, pero los requisitos establecidos en el Art. II (1) de la UCC se satisfacen (el autor es un nacional del país C, un Estado Contratante de la UCC; a pesar de que el país D no es un Estado Contratante de la UCC, la obra fue publicada por primera vez en un país de la UCC (A), lo que es suficiente de conformidad con el Art. II de la UCC.22 En consecuencia, parece que en tal escenario existen dos relaciones: la primera entre los países de la Unión de Berna (A y B) en los que la UCC no tendría aplicación, y la segunda entre un país miembro de ambos convenios (país B) y uno de los países ajenos a la Unión de Berna pero Estado Contratante de la UCC (país C) en el que no hay relación entre dos países del BC, por lo que la UCC se aplica, o un país que no es Miembro de ningún convenio (país D) en el que sería discutible la aplicación de la UCC en virtud de la primera publicación en el país A. A pesar de que en muchos casos el resultado de aplicar el BC o la UCC sería similar, debido al principio de trato nacional contenido en ambos tratados, existe un número de provisiones divergentes como el mínimo de duración, etc., de tal forma que la solución del problema en un sentido u otro cobraría relevancia. Se han presentado argumentos a favor de la aplicabilidad y de la no aplicabilidad de la UCC. Al final de cuentas, debe admitirse que no existe una respuesta clara al problema, de forma que al menos no se excluye la posibilidad de la aplicación de la UCC en el supuesto planteado en c) y d), particularmente cuando la obra de un nacional de un país que sólo es miembro de la UCC (o un país que no es miembro de ningún tratado sobre derecho de autor), se publique por primera vez en un país de la Unión de Berna y la protección se reclame en otro país de la Unión de Berna, como se expuso más arriba. Debido al número limitado de países que son Estados Contratantes únicamente de la 21 Ver Sinclair, The Vienna Convention on the Law of Treaties, Manchester 1973, p. 65. Ver no obstante las dudas sobre la aplicabilidad de la UCC en el último caso en que el país D no es un Estado Contratante de la UCC, Bogsch, op.cit., p. 122. 22 - 10 - UCC o que no lo son de ningún tratado sobre derecho de autor, tales casos no serían, de cualquier forma, frecuentes.23 e) Otro conjunto de supuestos en los que la UCC podría ser aplicable a primera vista son los que se relacionan con obras creadas en un país de la UCC antes de que se adhiriera al BC, al Acuerdo sobre los ADPIC o al WCT. La pregunta es si tales obras seguirían estando regidas por la UCC o en su lugar, por el BC, Acuerdo sobre los ADPIC o el WCT en virtud de la adhesión. Esta cuestión debe responderse a la luz del Art. 18 del BC, Art. 70(2) párrafo 2 del Acuerdo sobre los ADPIC en relación con el Art. 18 del BC y el Art. 13 WCT en relación con el Art. 18 del BC. De conformidad con ello y sujeto a las condiciones de la legislación nacional (Art. 18(3) del BC), el BC, el Acuerdo sobre los ADPIC y el WCT se aplican a todas las obras existentes que, al tiempo de la adhesión a estos tratados, no hayan caído todavía al dominio público en el país de origen en virtud de la expiración del término de protección (Art. 18(1) en conexión con el 18(4) BC). Por ejemplo, si una obra publicada por primera vez en el país A, un país exclusivamente miembro de la UCC, todavía se encuentra protegida por estar dentro del lapso de protección de 25 años posteriores a la muerte del autor de conformidad con la ley nacional del país A al momento de la adhesión del país A al BC, al Acuerdo sobre los ADPIC o al WCT, estos últimos tratados se aplicarían a tal obra en lugar de la UCC. Si la obra ha caído al dominio público en el país A en virtud de la expiración del término de protección, esos últimos tratados no aplican sobre esta obra. Sin embargo, esto únicamente significa que esas obras no estarán protegidas en los países miembros del BC, del Acuerdo sobre los ADPIC y del WCT; pero no significa que la UCC se va a aplicar en lugar de los otros tratados (más bien es el Art. 18 del propio BC (o tal como está integrado en el Acuerdo sobre los ADPIC y en el WCT) que tiene aplicación). Por las mismas razones, la UCC no se aplica al disponer el Art. 18 (2) del BC que la obra no se vuelve a proteger de nuevo si ya ha caído al dominio público en el país en el que se reclama la protección, en virtud de la expiración del término de protección previamente conferido. En conclusión, la UCC no se aplica respecto de un país de la UCC después de que éste se ha adherido al BC, Acuerdo sobre los ADPIC o WCT. Si en la legislación nacional se han previsto disposiciones de transición (o “convenciones especiales” tales como acuerdos bilaterales en términos del Art. 18 (3) del BC), éstas no deberán de poner en entredicho el principio establecido en el Art. 18 (1), (2) del BC, de ahí que deban tener más bien una corta duración de aplicación. Además, éstas serían más bien provisiones de especificación de la aplicación del Art. 18 del BC durante el periodo de transición en lugar de tener por objeto la continuidad de la aplicación de la UCC.24 La UCC continúa siendo importante hoy en día en casos en los que es necesario saber si una determinada obra respecto de ciertos países se encuentra protegida en la actualidad. En tales casos uno debe verificar cronológicamente el estado de la protección en la relación entre tales países. Aunque hoy ambos países fueran miembros del BC, del Acuerdo sobre los ADPIC o del WCT, el estado cronológico de la protección previo a Berna/ADPIC/WCT puede implicar una verificación en términos de la UCC. Sin embargo, en esos casos, no se aplica en sí la UCC sino que se emplea únicamente con el fin de encontrar el historial de protección de la obra (que dio origen al estado actual) en las relaciones internacionales. 23 Ver en los supuestos descritos, los posibles argumentos y conclusiones, Bogsch, op.cit., pp. 121-124. Para un ejemplo de tales disposiciones de transición respecto de las formalidades del derecho de autor y su registro conforme a la ley EUA anterior a Berna ver Ginsburg/Kernochan, “One Hundred and Two Years Later: The US Joins the Berne Convention”, Columbia-VLA Journal of Law & the Arts, Vol. 13 no. 1, 1988, pp. 1 et seq., 21-24. 24 - 11 - VI. Disposiciones relativas a los Países en Desarrollo: su Practicabilidad, Funcionabilidad y Posibilidad de Resurgimiento en Conexión con otros Instrumentos Internacionales Existentes en Vigor El contenido de las disposiciones especiales en favor de los países en desarrollo de la UCC y el de las incluidas en el Anexo del BC es muy similar y las disposiciones muestran muy pocas divergencias. En suma, los principales privilegios otorgados a los países en desarrollo es la posibilidad de beneficiarse con las licencias obligatorias respecto de los derechos de traducción y reproducción bajo ciertas circunstancias (y de conformidad con el Art. XVII de la UCC/ Declaración Anexa (b), la cláusula de salvaguardia de Berna descrita más arriba25). Los países en desarrollo pueden beneficiarse con tales licencias obligatorias sólo si depositan una notificación en este sentido ante el Director General de la UNESCO, o respectivamente ante la OMPI al tiempo de la ratificación, adhesión o después; tal notificación será efectiva por un lapso de diez años pasados los cuales expirará y deberá de renovarse por periodos sucesivos de diez años a través de la notificación correspondiente. 26 Adicionalmente, con el fin de obtener una licencia obligatoria conforme a ambos instrumentos, deben seguirse algunos procedimientos particulares; por ejemplo, el solicitante de la licencia debe mostrar que ha pedido al titular del derecho la autorización para hacer y publicar la traducción, y que después de haber hecho las diligencias pertinentes no pudo localizar al titular del derecho u obtener su autorización.27 Estas disposiciones tienen como finalidad fomentar las licencias contractuales en lugar de las obligatorias. Tanto en la UCC como en el BC, las posibles licencias obligatorias deben ser no exclusivas y no transferibles, y siempre que sean por periodos específicos de tiempo, contra el pago de una justa compensación para el titular del derecho. La licencia no permite la exportación de ejemplares, y cada ejemplar debe contener una nota advirtiendo que el ejemplar se pone en circulación sólo en el país o en el territorio donde dicha licencia aplique.28 Dentro del contexto de las licencias obligatorias, debe hacerse mención de que sólo la UCC introduce una adición respecto de las licencias obligatorias a favor de todos los Estados Contratantes (incluidos los países industrializados) respecto de las traducciones, bajo las condiciones especificadas en el Art. V(2) de la UCC. Las licencias obligatorias a favor de los países en desarrollo respecto del derecho de traducción han sido configuradas de forma similar en el Art. Vter de la UCC y el Art. II del Anexo del BC, incluyendo la restricción de la licencia a determinadas finalidades, el respeto de ciertos periodos de tiempo tal como el de tres años después de la primera publicación como punto de partida, y un número de condiciones. Una licencia obligatoria para la traducción de una obra en beneficio de los organismos de radiodifusión está prevista bajo ciertas condiciones en el Art. Vter(8) de la UCC y el Art. II(9) del Anexo del BC; y la formulación parcialmente divergente de ambas provisiones no da como resultado un significado 25 Ver p. 4. Art. I del Anexo del Convenio de Berna y Art. Vbis UCC; ver estos artículos también para mayores detalles respecto de los periodos de validez de la notificación, etc. 27 Ver Art. Vter(1)c) y d), Vquater(1)a) y d) UCC y Art. IV(1), (2) Anexo del BC. 28 Art. IV(4)-(6) Anexo del BC y Art. V ter (4)b), Vquater(2)a) de la UCC etc.; respecto de la nota recién mencionada, la UCC adicionalmente exige que la nota sobre el derecho de autor se aplique también a los ejemplares fabricados con base en la licencia obligatoria, si la obra utilizada contiene tales indicaciones, Art. Vter( 5) y Vquater(2)b) UCC/Art. Vter(4)a) y Art. Vquater(1)f) UCC. 26 - 12 - divergente. 29 Debe tomarse en cuenta que la licencia obligatoria aplica sólo a la traducción para fines de radiodifusión, pero no a la reproducción por parte de los organismos de radiodifusión y la radiodifusión en sí misma, lo que está regido por las disposiciones generales. Finalmente, las licencias obligatorias referentes al derecho de reproducción se regulan una vez más, de forma comparable en la UCC y en el BC.30 El alto grado de similitud entre la formulación de ambos tratados resultó especialmente de la cooperación entre el Comité Intergubernamental de la UCC y el Comité Permanente de la Unión de Berna durante la preparación de los Textos Revisados de 1971 y la formulación común de las disposiciones a favor de los países en desarrollo.31 Por ello, la cuestión de un posible resurgimiento de estas disposiciones en tratados más recientes sobre derecho de autor no parece importante, porque las disposiciones del Anexo del BC se integraron al Acuerdo sobre los ADPIC y al WCT32 y deben cumplirse en virtud de estos instrumentos de todas formas. Por eso, las disposiciones de la UCC a favor de los países en desarrollo no agregarían nada al estado actual de las cosas y en consecuencia no pueden considerarse como un potencial modelo a seguir para mejor satisfacer las necesidades de los países en desarrollo –mismas que en la actualidad han vuelto a ser expresadas por los países en desarrollo en diferentes foros.33 En cualquier caso, parece que hasta el momento se han aprovechado poco las licencias obligatorias, únicamente alrededor de diez países han echado mano de allí hasta ahora. Al mismo tiempo, debe de reconocerse que la sola amenaza potencial de licencias obligatorias puede tener algunos efectos, particularmente la mayor presteza de los titulares de derechos para otorgar licencias conforme a un contrato en condiciones y términos razonables. En este contexto la UNESCO y la OMPI facilitan la búsqueda de los titulares de derechos y la aplicación del sistema de licencias obligatorias. También se han reportado iniciativas privadas como los servicios de información con la idea de facilitar el otorgamiento contractual de licencias.34 Parece que las necesidades de los países en desarrollo se satisfacen en buena medida por tales actividades de fomento al otorgamiento voluntario de licencias evitando las licencias obligatorias a las que se les ha atribuido ser poco funcionales y más bien complicadas en cuanto a su aplicación, debido a todos los procedimientos y demás condiciones. Un estudio de campo al respecto podría ser útil para confirmar o descartar esta suposición.35 En el contexto de las licencias obligatorias, también debe considerarse que éstas podrían tener un efecto adverso en la creación local, debido a un acceso más simple a las obras del exterior en comparación con el acceso a las obras locales. En tanto que el acceso más fácil a obras del exterior puede ser importante en el área técnica y de publicaciones 29 Ver también Ulmer, Die Revisionen der Urheberrechtsabkommen, GRUR Int. 1971, pp. 423 et seq., 423 (nota 46). 30 Ver Art. Vquater UCC y Art. III Anexo del BC. 31 Ver Ulmer, op.cit., p. 435. 32 Ver Art. 9(1) Acuerdo sobre los ADPIC y Art. 1(4) WCT. 33 Por ejemplo en la OMC y en la OMPI; ver en particular la Agenda de Desarrollo de la OMPI adoptada en 2004, www.wipo.int. 34 Ver por ejemplo en el "International Rights Information Service" Reaney, Introducing IRIS, the International Rights Information Service, The Publishers' Weekly, Vol. 212 de septiembre 19, 1977, pp. 99 et seq. 35 Ver Dietz, Urheberrecht und Entwicklungsländer, Múnich 1981, pp. 38 et seq. con la idea de fomentar las licencias contractuales. - 13 - científicas, esta situación puede ser diferente en el ámbito de la cultura propiamente dicho, y puede llevar incluso, hasta cierto punto, a un distanciamiento de la cultura propia.36 VII. Perspectivas para el Futuro del Papel de la UCC La importancia actual de la UCC, evaluada contra el número de países y supuestos en el que todavía resulta aplicable, como se mostró en el punto V., es muy modesta. Es muy poco probable que en el futuro recobre importancia como se ha demostrado en este estudio. A pesar de que la UCC puede ser más favorable para países en desarrollo que no tienen todavía una infraestructura altamente desarrollada o una industria cultural –como de hecho era el objetivo de la UCC, permitir en particular a países con un bajo nivel de desarrollo, volverse parte de la comunidad internacional del derecho de autor- es más bien improbable que denuncien el BC, el WTO, el Acuerdo sobre los ADPIC/OMC o incluso el WCT, especialmente porque muchos países tienen interés de formar parte de la OMC, aunque sea por razones diferentes a la propiedad intelectual. De cualquier forma, con frecuencia se ven obligados a establecer un nivel de protección más elevado en los tratados bilaterales. En otras palabras, aun cuando en la situación actual parece que muchos países desearían estar sometidos a un menor nivel de obligaciones en el campo del derecho de autor internacional, no es de esperarse que denuncien el BC, el Acuerdo sobre los ADPIC y el WCT respectivamente y que por ello abran paso a la aplicación de la UCC. 36 Ver también Dietz, op.cit., pp. 33 et seq., con una referencia en particular a Mouchet, “Some Notes on Copyright in Latin America”, Derechos reservados 1971, 223 et seq. - 14 -