Pequeña guía de Pompeya Pequeña guía de Pompeya Reglas para visitar las excavaciones Bienvenido a las áreas arqueológicas del Vesuvio. En el area arqueològica la ley D. lgs 81/08 se aplica, de acuerdo a las normas de tutela del patrimonio històrico valioso, en particular en las areas arqueològicas del Vesubio. A fin de que su estancia en las mismas sea más interesante y segura, le rogamos que se atenga, en particular, a las siguientes reglas*: 1. Preste suma atención al moverse. No permanezca al pie de las excavaciones, ni se suba a las paredes. 2. Respete los límites de entrada y de acceso. 3. Procure que su conducta se ciña a los principios de urbanidad: no grite, no escriba en las paredes, no deje tirada la basura en el entorno, échela en los recipientes al efecto. 4. Están autorizadas las fotos y las filmaciones cinematográficas y televisivas, exclusivamente para uso privado. Si desea usar el trípode, el flash y luz artificial, o para sacar imágenes destinadas a un uso comercial, tenga a bien dirigirse a las oficinas de la Soprintendenza. 5. El servicio de guía turística no está a cargo de la Soprintendenza, está desempeñado por el personal, autorizado por la Regione Campania, que està obligado à exhibir su tarjeta de autorización. 6. Está prohibido el acceso con bolsos bolsas de mano, mochilas u otro tipo de equipaje. 7. Está prohibido fumar. 8. Los animales no pueden acceder. 9. Es aconsejable que los visitantes con dificultades de deambulación y afecciones cardiovasculares entren por la entrada de Piazza Anfiteatro. Invitamos a los visitantes con dificultades de deambulación y afecciones cardiovasculares a que actúen con la mayor prudencia. Es necesario calzar zapatos de tacón bajo. Informamos que es disponible un servicio de Audioguías autorizado por la Soprintendenza. Si desea hacer un pic-nic, cerca de Porta Nola hallarà el área equipada a estos efectos. *según el Reglamento de Visitas a las Excavaciones (n. 213 del 22.01.01.) Breve historia de la ciudad antigua y de las excavaciones Pompeya surge a lomos de una colina roma, de 30 metros sobre el nivel del mar aproximadamente, que formara la lava del Vesuvio. Su posición estratégica le permitía controlar el valle del río Sarno, en cuya desembocadura se hallaba emplazado un puerto pujante. Las noticias, acerca de los orígenes de la ciudad, son inciertas. Según los restos más antiguos, que se pueden datar entre fines del siglo VII a.C. y la primera mitad del siglo VI a.C., cuando se edificó la primera muralla, con la toba o tufo que los lugareños denominan ‘pappamonte’, la misma delimitaba un área de 63,5 hectáreas. Una civilización ‘mixta’, en la cual se habían fundido elementos autóctonos, etruscos y griegos, signó el desarrollo de la ciudad. A fines del siglo V a.C., la tribus samnitas bajaron de los montes de Hirpinia y de Samnio y se diseminaron por la actual Campania, cuyo nombre significa “llanura fértil”. Los samnitas conquistaron las ciudades vesuvianas y de la costa reuniéndolas en una liga, cuya capital era Nuceria. Durante la época samnita, en Pompeya, las obras de urbanización recibieron un gran impulso: por ejemplo, también se remonta al siglo V a.C. una nueva muralla de piedra caliza del río Sarno, cuyo trazado sigue el mismo recorrido que el de la anterior. A fines del siglo IV a.C., la política de expansión de los pueblos samnitas obligó a Roma a intervenir en el Mediodía de Italia. Un sistema de alianzas y una seguidilla de victoriosas campañas militares le darían la hegemonía (343-290 a.C.) en todo el territorio campano. De esta forma, Pompeya, en calidad de “socia” (esto es, “aliada”), pasó a formar parte de la organización política de la res publica romana. Mas en torno a los años 90-89 a.C., se rebeló junto con otros pueblos itálicos que exigían una dignidad social y política igual a la de Roma. Tras el asedio de las tropas de P. Cornelius Sulla (o Sila), la ciudad capituló y se convirtió en colonia romana con el nombre de Cornelia Veneria Pompeyaanorum (80 a.C.). Una vez convertida en colonia, Pompeya se adornó con edificios públicos y particulares, sobre todo, en la época de los emperadores Octaviano Augusto (27 a.C.-14 d.C.) y Tiberio (14-37 d.C.). En el año 62 d.C. un violento terremoto asoló todo la zona vesuviana. En Pompeya la reconstrucción comenzó de inmediato, mas Breve historia de la ciudad antigua y de las excavaciones debido a la magnitud de los daños y a los movimientos telúricos de asentamiento, la misma llevó mucho tiempo. Y 17 años más tarde, cuando el 24 de agosto del año 79 d.C., la inesperada erupción del Vesuvio la sepultó bajo un río de cenizas, lapilli y lava, aún estaba en obras. La ciudad sepultada cayó en el olvido. La volverían a descubrir en el siglo XVI. Mas las exploraciones comenzaron en 1748, con el rey de Nápoles Carlos III de Borbón y continuaron sistemáticamente durante el siglo XIX, hasta los años más recientes, cuando se realizaron obras de restauración y valoración de la ciudad antigua y de su patrimonio excepcional de edificios, esculturas, pinturas y mosaicos. El área arqueológica de Pompeya abarca alrededor de 66 hectáreas, de las cuales tan sólo unas 45 fueron excavadas. La subdivisión en regiones (barrios) e insulae (manzanas) la realizó G. Fiorelli en 1858, por razones de estudio y para que resultara más fácil orientarse. La denominación de las casas, cuando se desconocía el nombre de su dueño, fue acuñada por los excavadores, en base a hallazgos particulares o a otras circunstancias. nes Las Termas Suburbanas 1 Estas instalaciones (siglo I a.C. - II d.C.) eran de propiedad particular y se edificaron en las afueras de Pompeya, sobre una terraza artificial extramuros, de cara al mar y poco distante de las murallas. A raíz de su ubicación escenográfica, las saquearon constantemente, a lo largo de los siglos. En la planta baja, se encuentran las salas termales, que destacan por su decoración fastuosa, en la que cabe indicar la piscina de agua caliente cubierta y la piscina pequeña de agua fría, con las paredes pintadas, que remata en una hornacina. De una gruta artificial, adornada mediante un mosaico con Marte y unos amorcillos, brotaba una cascada de agua. El frigidarium (sala fría) está decorado con recuadros de estuco. Es curioso el fresco en ‘cuarto estilo’* del vestuario: sus diez y seis paneles representan escenas eróticas y uno de ellos, con dos mujeres, es único en la historia de la pintura romana. La Puerta Marina y la Muralla 2 Junto con la Puerta de Herculano, ésta, que da al Oeste y parece un bastión, es la más imponente de las siete puertas de Pompeya. Se llama de esta manera porque aquí nacía la ruta que conducía al mar. Originariamente poseía dos arcadas de medio punto, que, más tarde, se unirían por medio de una bóveda de cañón de opus cementicium*. El circuito de las murallas que ha llegado hasta nuestros días se trazó en el siglo VI a.C. y mide más de 3.200 m. de largo. Por lo general, estaba formado por cortinas, cuya cara exterior contaba con la protección de un foso y, por dentro, poseía un terraplén por el que pasaba el camino de ronda. Había doce torres, más numerosas en la parte Norte, donde el terreno se transformaba en planicie y, por consiguiente, Pompeya era más vulnerable. Cuando la ciudad quedó definitivamente en la órbita romana y se transformó en colonia, tras la conquista de Sila (80 a.C.), la importancia de las murallas disminuyó y, en muchos puntos, se derrumbaron para edificar casas y termas. El Templo de Venus 3 Se levantó en la ladera Oeste de la colina de Pompeya, de cara al mar y al río Sarno, muy poco después de que la ciudad se convirtiera en colonia romana (80 a.C.), en honor de la diosa Venus, protectora de Lucius Cornelius Sulla, la cual se asimiló sincréticamente a la Venus Física, patrona de la ciudad. En consecuencia, cabe afirmar que este templo forma parte de la planificación arquitectónica ‘del régimen’ que impusieron los conquistadores. El mismo está orientado en dirección Norte-Sur, hacia la playa y descansa sobre un podio de toba, al que circunda un pórtico, decorado con mármoles. Debía de ser el más suntuoso y espléndido de los edificios religiosos de Pompeya. Mas debido a sus características eminentes, fue objeto de un saqueo constante, razón por la cual hoy resulta muy difícil de interpretar. El Templo de Apolo 4 Junto con el templo Dórico, este santuario es el más antiguo de Pompeya, tal como se desprende de la decoración arquitectónica que ha llegado hasta nosotros, la cual se puede datar entorno de los años 575-550 a.C. Mas la estructura actual es del siglo II a.C. (fue reformada varias veces, hasta el terremoto del año 62 d.C.). En esa misma época, también se construyó el cuadripórtico de toba, con columnas jónicas y arquitrabes dóricos con metopas* y triglifos*. En el edificio se mezclan elementos itálicos (el alto podio, con escalera de acceso, en la fachada principal) y griegos (la columnata, alrededor de la cella). El piso de la cella es de rombos de piedra de varios colores, que imitan dibujos de cubos en perspectiva. A los costados del pórtico están las estatuas de Apolo y de Diana, representados como arqueros (los originales se conservan en el Museo de Nápoles). El altar, al pie de la escalinata, es de la época de Sila (80 a.C. aproximadamente). La columna con el reloj de sol es de la época de Augusto. La Basílica 5 Fue construida en la segunda mitad del siglo II a.C., en el marco de una planificación urbanística, cuyo objetivo consistía en otorgar a la ciudad un aspecto monumental. Su planta es rectangular y posee tres naves. La cubierta es de aguas dobles y descansa contra las columnas centrales y las semicolumnas de la parte superior de las paredes, donde aún se aprecia la decoración en ‘primer estilo’*. En el fondo está el tribunal, esto es, el estrado donde se sentaban los jueces, al que subían por medio de escaleras de madera. El edificio, en efecto, se empleaba para administrar justicia y para las negociaciones económicas. El Foro 6 La primera plaza monumental que se erigió en este lugar es del siglo II a.C. Poseía algunos edificios y soportales, con dos órdenes de columnas de toba, que durante la época imperial se habían de reemplazar por otras de piedra caliza blanca. En aquel entonces también comenzaron las obras de repavimentación y la construcción de nuevos edificios en la zona Este, en el sitio donde antes había unas tiendas. El Foro estaba emplazado en el punto en que se cruzaban los ejes principales del poblado original. Era la plaza principal de la ciudad y por la misma no podían circular los carros. A su alrededor surgían los edificios religiosos, políticos y económicos más importantes. Durante el siglo I d.C., en el Foro se erigieron varios monumentos, en honor de la casa imperial, como testifican los basamentos monumentales de las estatuas honorariae de la zona Sur, delante de los edificios administrativos municipales. En cambio, a lo largo de los pórticos estaban dispuestas las estatuas de los ciudadanos ilustres. Las esculturas nunca se volvieron a encontrar, quizás se las llevaran los pompeyanos que regresaron después de la erupción para recoger lo que había quedado. En el centro del lado Oeste, estaba ubicada la tribuna de los oradores. Los Edificios de la Administración Pública 7 Tras el terremoto de 62 d.C., lo rehabilitaron con opus latericium*, mas no fueron levantados en base a un proyecto unitario. Los dos edificios del Este son del mismo período (anteriores al año 80 a.C.); el otro es más reciente y conserva el piso de mármol. Son edificios rectangulares y poseen hornacinas centrales, acerca de cuya función hay opiniones controvertidas. La sala oriental acaso era la de los magistrados; la central era el tabularium, vale decir, el archivo de las leyes. La otra era la sala de los decuriones*. El Comitium, un recinto al aire libre, donde se reunía el populus, a la hora de ejercer sus derechos políticos y administrativos, da hacia la Vía de la Abundancia. Se completó antes del año 89 a.C. y, en la fachada Sur, tiene una tribuna, junto a hornacinas con estatuas. Allí se ubicaban los magistrados, que presidían las asambleas y controlaban que los participantes votaran conformemente a lo prescrito en las leyes. El Edificio de Eumaquia 8 La sacerdotisa Eumaquia que, en la época de Tiberio (14-37 d.C.), era la protectora de los lavanderos de lana, mandó construir este edificio, cuya fachada de opus latericium* es posterior al año 62 d.C. En las hornacinas frontales, había estatuas de la familia imperial, en la cual asimismo se inspira el delicado bajorrelieve de mármol del portal, que recuerda los modelos romanos de la época de Augusto (según algunos estudiosos, decoraba la entrada del templo de Vespasiano o un pilar). En el interior había un pórtico con columnas y estatuas de la Concordia Augusta, en la exedra* del fondo, y de personajes de la familia imperial, en los costados. Lo circundaba un pasillo cerrado, donde se hallaba la estatua de Eumaquia, en la hornacina detrás de la exedra* (el original se conserva en el Museo de Nápoles). El edificio acaso fuera el mercado de la lana, o bien, la sede del gremio de los fullones. A la derecha de la entrada, había una tinaja embebida en la pared, en la que la gente orinaba, desde lo alto de una escalerilla. El emperador Vespasiano hizo pagar un impuesto sobre la orina, que se utilizaba como lejía y para desengrasar los tejidos. El Aedes Genii Avgvsti 9 Este templete, consagrado al culto del Genio del emperador Vespasiano, estaba en plena construcción o rehabilitación, cuando se produjo la erupción de 79 d.C. Surgía en el fondo de un patio descubierto y constaba de un podio elelevado con cuatro columnas en la parte frontal y al cual se accedía por medio de dos escalerillas laterales. Contra el fondo de la cella estaba emplazado el pedestal con la estatua del emperador. En el centro, sobre un plinto bajo, está el altar de mármol blanco, en una de cuyas caras más largas se aprecia la escena del sacrificio de un toro, típico del culto imperial. El templo que se vislumbra en el fondo de la escena, semejante al edificio real, sugirió la hipótesis de que el sacrificio representado es el que se celebró con motivo de la inauguración. En las caras más cortas del altar, están los instrumentos rituales y en la última cara larga, apoyada sobre un escudo está la corona civica de hojas de encina, prerrogativa de la majestad imperial. Algunos estudiosos consideran que el templo estaba consagrado al Genio de Octaviano Augusto, quien vivió entre los años 63 a.C. y 14 d.C. y fue el primer emperador romano: el título religioso de ‘Augusto’ se lo confirió el Senatum en el año 27 a.C. Más tarde habría sido puesto bajo la advocación del Genio de los emperadores que le sucedieron: el último fue Tito Flavio Vespasiano. El Santuario de los Lares Públicos 10 Algunos estudiosos opinan que fue edificado después del terremoto del año 62 d.C. y que lo consagraron a los dioses protectores de Pompeya, para expiar públicamente la animadversión divina contra la ciudad, que se había puesto de manifiesto a través del cataclismo (prodigium). Según otros, el Santuario es anterior al año mencionado y estaba vinculado al culto de la familia imperial. El edificio es de hechura compleja: está atiborrado de hornacinas y columnas adosadas a las paredes, que seguramente tendrían una rica decoración de mármol, que nunca fue terminada. La estructura portante es de opus latericium* y las paredes son de opus reticolatum* y de opus incertum*. En el centro del área estaba ubicado el altar donde se hacían los sacrificios. El Macellum 11 Este edificio, que albergaba el mercado principal de la ciudad, es del siglo II a.C. y fue reformado varias veces. Las bases, que se aprecian adelante del pórtico de entrada, sustentaban las estatuas honorariae de ciudadanos eminentes. En el interior, hallamos un patio con soportales, donde estaban ubicadas las tiendas. Contra las doce bases, que surgen en el centro, descansaban los pies derechos de madera que sostenían el techo cónico. En el fondo, la sala de la derecha se utilizaba para vender carne y pescado; mientras que, en la de la izquierda, según los estudiosos, se daban banquetes en honor del emperador, a quien estaba consagrado el sacellum o templete, en el centro de la pared del fondo. En la pared del Noroeste hay unos frescos en ‘cuarto estilo’*, que representan edificios fantásticos, alternándose con unos paneles con figuras aisladas, cuadros de tema mitológico y naturalezas muertas de gusto popular. El Templo de Júpiter 12 Fue erigido en el siglo II a.C. Posee un alto podio, con escalera frontal, que hace de base a la cella. Esta última estaba circundada por una hilera de columnas y unas columnatas de dos órdenes la subdividían en tres partes. En su interior, había una estatua de Júpiter, de la época de Sila (80 a.C. aproximadamente), cuya cabeza ha llegado hasta nuestros días. En ese entonces, el edificio se transformó en Capitolium y fue consagrado al culto de la denominada ‘Trinidad Capitolina’, esto es, Júpiter, Juno y Minerva. El piso de la cella, al igual que el del templo de Apolo, era de piedras de varios colores y de forma romboidal, que se disponían organizando un dibujo de cubos en perspectiva (opus scutulatum). El podio fue restaurado durante la época de Tiberio (14-37 d.C.), cuando también se reemplazó el gran altar que está en el Foro, en eje con el templo. Los Graneros del Foro 13 El mercadillo de las hortalizas y la fruta o foro olitorio se construyó después del año 62 y, probablemente, no estaba terminado (o aún no había sido inaugurado), cuando se produjo la erupción. Reemplazaba a otros edificios con soportales y, a su lado, había una letrina de grandes dimensiones. En la actualidad, se utiliza como almacén de restos arqueológicos de distinto tipo, que se encontraron en Pompeya (ánforas, elementos arquitectónicos, adornos de mármol para jardines, etc.). Y además se exponen algunos vaciados y mascarillas de las víctimas de la erupción. La Mensa Ponderaria 14 Era la oficina pública donde se controlaban las medidas de capacidad y peso. A estos efectos se utilizaba, como patrón, el sistema métrico osco, que más adelante seria reemplazado por el sistema promulgado por Augusto, tal como recuerda una inscripción de 20 a.C. aproximadamente, que está esculpida en la fachada principal. La Mensa Ponderaria surgía cerca del mercadillo de las hortalizas y la fruta y se edificó aprovechando la pared Este del templo de Apolo. Funcionaba desde fines del siglo II a.C. Consta de dos mostradores de piedra caliza, solapados, a cierta distancia. Cada uno contenía cavidades que correspondían a las distintas medidas. El producto que se medía salía por abajo a través de un orificio. Las Termas del Foro 15 Las edificaron después del año 80 a.C., con arreglo al esquema de las Termas de Estabia, que eran más grandes. A ambos lados de los hornos estaban ubicadas las salas de las mujeres y las de los hombres y, a continuación, venían el apodyterium (vestuario), el frigidarium (sala del baño frío), el tepidarium (la sala tibia) y el caldarium (sala de los baños de agua caliente). A la palestra o gimnasio, con pórtico, se entraba por la Vía del Foro o pasando por el vestuario de los hombres. El tepidarium no estaba calefaccionado con equipos modernos, sino con un brasero de bronce de gran tamaño, que donara M. Nigidio Vaccula. Unos telamones* separan las hornacinas donde se guardaban los ungüentos y los objetos de tocador. La bóveda está decorada con bajorrelieves de estuco, que componen recuadros geométricos y figuras mitológicas. Se realizaron durante las obras de reconstrucción, posteriores al año 62 d.C. Las termas públicas eran baratas y a las mismas acudía un gran número de personas. Al parecer, la hora del baño era la de las primeras horas de la tarde. El Templo de la Fortuna Augusta 16 En Roma, al igual que en otras ciudades de Italia, se construyeron edificios consagrados al culto de la Fortuna Redux, cuando Augusto regresó de las expediciones de los años 19-13 a.C. En Pompeya el duoviro* M. Tullius mandó edificar, de su cuenta y en un terreno de su propiedad, este templo en honor del emperador, con columnas y capiteles corintios de mármol en la fachada principal. La cella estaba adornada por cuatro columnas que ceñían el frente y otras dos se levantaban en los costados. En su interior, estaba la estatua de la Fortuna, mientras que en las hornacinas laterales, se hallaban las de la familia imperial y, acaso, la del propio M. Tullius. La Casa del Fauno 17 Con su superficie de 2.970 m2, es la mansión más espaciosa de Pompeya. Fue edificada a principios del siglo II a.C., sobre una vivienda más antigua y adquirió su forma actual, a través de varias reformas. Desde la entrada, que se encuentra a la izquierda, se pasa al sector que estaba destinado a recibir a los invitados. La puerta de la derecha conduce a los aposentos particulares, vale decir, el atrio, cuyo techo descansa sobre cuatro columnas, el establo, la letrina, las termas y la cocina. En la entrada, aún se aprecia la inscripción latina HAVE. La decoración que pertenece al ‘primer estilo’* junto con los pisos de opus sectile* y el umbral de mosaico (que se conserva en el Museo de Nápoles) recalcan la solera de esta casa, que se parece más a las domus de la aristocracia romana, que a las viviendas de la burguesía del lugar. En el centro del impluvium* se yergue la estatua de bronce del ‘fauno’ (siglo II a.C.), cuyo original se encuentra en Nápoles. Alrededor del mismo, se disponen las habitaciones, con pisos de mosaico y adornos en ‘primer estilo’* en las paredes. Entre los dos jardines con galerías, está la exedra*, que era el centro de la casa, con columnas corintias, capiteles estucados y pintados y un espléndido mosaico (que se conserva en el Museo de Nápoles). El mismo, que representa la victoria de Alejandro Magno contra Darío, rey de Persia, sugirió un vínculo entre el soberano de Macedonia y el desconocido, culto y adinerado dueño de casa. La Casa de la Fuente Pequeña 18 El trazado original (comienzos del siglo I a.C.) se basa en el esquema típico de la casa romana con atrio, que se organiza fastuosamente en torno al eje entrada- atriotablino*. De esta manera, el huésped, nada más llegar, podía percatarse del status del dueño de casa. Casi todas las habitaciones dan al atrio. Las aguas de la cubierta están inclinadas hacia el interior de la vivienda (compluvium*) para recoger el agua de lluvia en el estanque (impluvium*), que estaba en el centro de la habitación. Desde allí, el agua pasaba a una cisterna subyacente. En el jardín, las paredes del peristilo* están suntuosamente decoradas con frescos, con paisajes y edificios marítimos. La fuente - ninfeo, con revestimiento de mosaico y ornamentada con esculturas, se comienza a emplear a partir de mediados del siglo I d.C. La Casa de los Dióscuros 19 Es una de las mansiones más espaciosas y suntuosas del último período de Pompeya. Se excavó entre 1828 y1829. Es famosa por la magnificencia de sus pinturas en ‘cuarto estilo’* y por el entramado de sus vastos espacios al aire libre. La casa se organiza entorno a uno de los cuatro ‘atrios corintios’ que se descubrieron en Pompeya, con la cubierta, apoyada contra numerosas columnas. Aquí hay doce de toba. La decoración de las paredes es obra de los artistas del mismo taller que trabajó en la Casa de los Vettii. Las pinturas más significativas, como la de la entrada, con los Dióscuros, Cástor y Pólux, en quienes se inspira el nombre de la morada, se conservan en el Museo Arqueológico de Nápoles. Pero en el peristilo* el visitante aún puede admirar los paneles pintados con edificios esbeltos y naturalezas muertas. La Casa de Meleagro 20 La casa le debe su nombre a la pintura con Meleagro y Atalanta, que se encuentra a la izquierda de la entrada y que el paso del tiempo desdibujó. En la compleja estructura de la casa, cabe observar la estancia destinada a la sala y al oecus, es decir, el salón de recepción de tipo corintio, decorado con columnas, poco común en Pompeya. Las habitaciones están dispuestas alrededor del atrio, con impluvium* central y conservan sus pisos originales, de la época republicana, de opus signinum*, adornados con teselas blancas. La Casa de Apolo 21 En el mito del dios Apolo se inspiran varias obras de esta casa, que le debe su nombre. Probablemente pertenecía a A. Here(n)nuleius Communis, como se desprende de un anillo de sello que fuera descubierto en 1830. Las estatuas de Apolo y de Fauno que cazan una cierva (actualmente, en el Museo de Nápoles) adornaban la entrada del tablino*, donde hay un cuadro de Venus. El cubículum o alcoba se halla en el fondo del jardín y conserva su abundante decoración: en la parte exterior, el revestimiento de piedra caliza porosa hacía de soporte de un extenso mosaico, del que aún permanece en su lugar una parte, de varios colores, con el motivo de Ulises que reconoce a Aquiles, quien, disfrazado de muchacha, se esconde entre las hijas del rey Licomedes de Esciros. En el interior, hay frescos con escenas que se inspiran en el mito de Apolo. La Casa del Poeta Trágico 22 Posee el trazado típico de la casa con atrio, pero es más pequeña que otras de dimensiones grandiosas. Su nombre procede del emblema o recuadro con mosaico del tablino*, que representa el ensayo teatral de un coro de sátiros, que se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles, al igual que otros cuadros con Admeto y Alcestis y episodios de la Ilíada. En la casa permanecen sólo los del oecus o salón de recepción, con Ariadna a quien Teseo deja abandonada y un nido de amorcillos. En la entrada de la casa se encuentra el famoso mosaico del perro atado con un cadena y la inscripción que reza CAVE CANEM ("cuidado con el perro"), típico de otras viviendas pompeyanas. También citan la advertencia las fuentes literarias, como, por ejemplo, el risueño episodio del Satyricón de Petronio, donde el protagonista se pega un buen susto, por culpa de un perro pintado. Esta casa que, hacia 1824-1825, estaba recién excavada, sirvió de modelo para la morada de Glaukos, en la novela de E. Bulwer-Lytton, Los últimos días de Pompeya (1834). La Casa de Pansa 23 Los capiteles jónicos del jardín con galería permitieron datar la vivienda entorno de los años 140-120 a.C. El trazado ‘en atrium’ de la misma se organiza alrededor del eje entradaatrio-tablino* y ocupa toda la manzana. La acera delante de la entrada y el piso del atrio están pavimentados con piedras de colores y fragmentos de ladrillo. Según el edicto, que se aprecia pintado en el callejón adyacente, durante los últimos años de Pompeya, el rico y poderoso Cn. Alleius Nigidius Maius, mercader de origen campano y duoviro*, entre 55 y 56 d.C., alquilaba una parte de la misma a terceros. La Casa del Horno 24 Se remonta al siglo II a.C., pero la rehabilitación que se realizó después del terremoto del año 62 d.C. destinó la planta baja a actividades productivas; mientras que la parte residencial se concentró en el primer piso, al que se accedía por la escalera que está en el atrio, a la derecha de la entrada. Al parecer, cuando se produjo la erupción (79 d.C.), las obras no estaban terminadas. Durante largo tiempo, fue la única panadería de grandes dimensiones que se halló en Pompeya. Hoy conocemos treinta y cinco. En el hortus o jardín, se encontraban las instalaciones de moler trigo, de amasar y cocer el pan. Aún se aprecian las cubas de agua, el horno abovedado, cuatro muelas de piedra lávica ancladas a bases de opus incertum*; mientras que en la habitación de la derecha, sobre dos soportes de piedra, estaba la mesa donde ponían el pan para que fermentara antes de enhornearlo por primera vez. A la izquierda del tablino* estaba la cocina. En el establo, que daba al jardín y al callejón de Modesto, se hallaba el pesebre, adosado a la pared. En este punto, se encontró el esqueleto de una mula con todos los arreos. La Casa de Sallustio 25 El bombardeo de 1943 provocó daños en esta casa, que es una de las más antiguas de Pompeya (III a.C.). Según el anillo de sello que se encontró en 1806, pertenecía a A. Cossius Libanus y no al C. Sallustius mencionado en la fachada. Algunos estudiosos creen que la habían transformado en albergue, con numerosas habitaciones y con planta alta, la cual se añadió durante una reforma. Conserva parte de la fastuosa decoración en ‘primer estilo’*: el antiguo jardín tenía dos galerías con columnas de piedra caliza. A orillas del impluvium* de toba que surge en el atrio, había una cervatilla de bronce. Un pasillo conduce a las habitaciones que se sumaron al núcleo original en el siglo I a.C., que probablemente fueran las que usaba el dueño del albergue. En la pared del fondo de un pequeño jardín de esta casa, está pintado Acteón a quien atacan los perros de la diosa Diana, ya que el cazador se había atrevido a espiarla desnuda. La Casa del Cirujano 26 El instrumental quirúrgico de hierro y de bronce, con sus sondas, fórceps obstétricos, catéteres y bisturíes sugirieron el nombre de esta casa, que es una de las más antiguas de Pompeya (III a.C.). La fachada es de sillares de piedra caliza, mientras que las paredes interiores son de ‘opus africanus’*. Esta casa de trazado uniforme es fruto de dos reformas sucesivas, como mínimo. A la parte que estaba destinada a la servidumbre, se le sumó el primer piso. Unos estudios recientes afirman que el impluvium* de toba pertenece al diseño original. La decoración que ha llegado hasta nuestros días se puede admirar, sobre todo, en una habitación con ventanas que dan al jardín, con pinturas en ‘primer estilo’*, en el exterior (II a.C) y en ‘cuarto estilo’* en el interior (después del 50 d.C.). La Puerta de Herculano y la Muralla 27 La puerta lleva este nombre porque en ella nacía el camino que unía a Pompeya con Herculano. Posee tres fornicis, es decir, arcadas. Las laterales son más pequeñas. Parte de la bóveda se derrumbó. La puerta se construyó después de que el general romano Sila conquistara la ciudad en el año 89 a.C. En la parte que da a la ciudad, las murallas adyacentes son del siglo III a.C. La escalinata que se encuentra a la derecha de la puerta, permitía subir cómodamente al camino de ronda. En la zona de extramuros, a la izquierda, se conservan las murallas que se edificaron con grandes sillares de toba, de 7 metros de alto aproximadamente. A lo largo de este tramo, aún se advierten las huellas de los proyectiles de piedra que se arrojaron contra la ciudad, durante el sitio de Sila. También se puede ver un tramo de las murallas, nada más entrar por la cancela de la izquierda. La Puerta de Herculano: la Necrópolis 28 La necrópolis de la Puerta de Herculano, que se excavó entre 1763 y1838, es la más conocida de la ciudad, con sus tumbas que datan desde mediados del siglo I a.C. hasta bien entrado el siglo I d.C. En este período, se solía cremar a los difuntos y las cenizas se recogían en una urna, que luego se empotraba en la tumba o se enterraba y marcaba con un busto humano o columella. Entre las numerosas sepulturas, son dignas de mención la tumba en forma de asiento semicircular de la sacerdotisa Mamia; la gran cámara fúnebre, que remata en un edículo circular, entre cuyas columnas se hallaban las estatuas de personalidades eminentes de la gens Istacidia; las tumbas con altar, revestidas de mármol (54-68 d.C.) de C. Calventius Quietus (con el bisellium, esto es, el asiento doble, símbolo del honor de que gozara en vida, sentándose en la primera fila del teatro), de Naevoleia Tyche y C. Munatius Faustus (la nave de carga alude al oficio de mercader de este último). La Villa de Diomedes 29 Esta villa seudourbana se excavó entre 1771 y 1774. Se cree que pertenecía a M. Arrius Diomedes, cuya tumba surge frente a la entrada monumental, que conduce directamente al peristilo*, con arreglo a las enseñanzas del arquitecto latino Vitruvio, en materia de villas. Al costado, se encuentran la zona termal, los aposentos de los dueños y las habitaciones de servicio. Desde el triclinio* se gozaba de unas vistas espléndidas del mar y del jardín, que estaba ubicado más abajo. Por una escalera se accede a los apartamentos inferiores de esta lujosa villa (hoy no se pueden visitar), edificados sobre un criptopórtico, galería subterránea que servía de bodega para el vino. Sobre la misma surge el peristilo* que ciñe el jardín. Junto a la puerta trasera, yacían dos cuerpos abrazados. Uno de ellos llevaba un anillo de oro en un dedo y una llave de plata en la mano, junto a 1356 sestercios. Otros diez y ocho cuerpos de hombres, mujeres y niños, asfixiados por los vapores, fueron encontrados en el subterráneo. La Villa de los Misterios 30 Fue edificada en el siglo II a.C., en una cuesta, de cara a la playa. La rehabilitaron, por primera vez, hacia el año 60 a.C. y, más tarde, en el siglo I d.C. Forma parte del centenar de villas romanas que se descubrieron al pie del Vesuvio. Por lo general, eran explotaciones agrícolas, pero también respondían a la moda de la época, en boga entre las clases adineradas, que buscaban un ‘refugio’ en las afueras, donde fuera posible reconstruir una atmósfera imbuida de cultura griega. La parte de la villa que da al mar comprende los aposentos de los dueños, que están decorados con unos espléndidos ejemplos del ‘segundo estilo’* (principios del siglo I a.C. - año 20 a.C.). La otra parte estaba destinada a la servidumbre, junto a los locales donde se hacía el vino (torcularia). Aquí se reconstruyó un lagar donde se exprimía la uva, cuyo tronco remata en una cabeza de carnero. A lo largo de las paredes del triclinio*, se encuentra el gran fresco (megalographia), con las escenas de un rito de iniciación en los misterios dionisíacos (al que la villa debe su nombre), o bien, de la iniciación de la mujer en la vida de casada. En el tablino*, se pueden admirar unos espléndidos ejemplos del ‘tercer estilo’*, con motivos en miniatura contra un fondo negro, que se inspiran en la pintura egipcia. La Necropolis de la Puerta del Vesuvio 31 A la vera de cada una de las vías de acceso de la ciudad, había una necrópolis extramuros, excepto en la zona de la Puerta Marina, al parecer. En la de la Puerta del Vesuvio encontramos una tumba de toba, en forma de asiento semicircular (schola), típica de los personajes femeninos importantes. Pertenecía a Arellia Tertulla, que según se cree era la mujer del augur y duoviro* M. Stlaborius Veius Fronto. La tumba de al lado, con base de toba y de opus incertum*, decorada con estucado y con una columna que, probablemente, sostenía una copa de mármol, pertenecía a Septumia, a quien la administración de la ciudad –según consta en el epígrafe- le donó el suelo y el dinero para la sepultura. Monumental es la tumba de C. Vestorius Priscus, quien falleció a los 22 años, en 75 o 76 d.C, y era edil de Pompeya (magistrado que ejercía el cargo de inspector de obras públicas y que velaba por la limpieza e integridad de las calles y edificios y sobre el orden público). La misma consta de un recinto que circunda el basamento, contra el que descansa un altar. Aquí se conservan estucos de valor, con ménades y un sátiro. En las paredes interiores del recinto, hay frescos con escenas de caza, luchas de gladiadores y episodios de la vida del difunto, como la mesa puesta con un juego de plata, que da fe del status social del mismo. El Castellum Aquae 32 El denominado “castillo del agua” se utilizaba para el abastecimiento de la ciudad, pues en el mismo culminaba un ramal del acueducto del Serino, que se construyó en la época de Augusto. Está ubicado cerca de la puerta del Vesuvio, en el punto más alto de Pompeya (42 m), para sacar partido de la presión que originaba la caída del agua, a fin de encauzarla por los tres conductos principales. Un sistema de compuertas regulaba la distribución, con arreglo a las necesidades. Su planta es circular y remata en una bóveda, cuya cúpula mide aproximadamente 6 metros de diámetro. Por fuera tiene forma trapezoidal, a lo largo de toda la estructura. El lado Oeste es de opus reticulatum*, al igual que el Este, contra el que se apoya el muro de la Puerta del Vesuvio. La pared Norte es de opus incertum* y la del Sur, de opus latericium*, con tres arcadas ciegas, probablemente se remozó tras el terremoto del año 62 d.C. y los movimientos telúricos de los años siguientes, que menoscabaron el edificio. En el año 79 d.C. este gran tanque de agua y toda la red hídrica de la ciudad, con sus cerca de 40 fuentes no funcionaban. La Casa de los Amorcillos Dorados 33 La casa le debe su nombre a los amorcillos, realizados sobre láminas de oro (actualmente, en el Museo de Nápoles), que adornaban una de las salas. Los grafitos indican que su dueño era Cn. Poppaeus Habitus, pariente de Popea Sabina, la segunda esposa de Nerón. El edificio, que era del siglo III a.C., fue reformado en varias oportunidades, hasta el siglo I d.C. y se organiza en torno al peristilo* con jardín, al que dan las habitaciones. Unos motivos mitológicos y paisajes en ‘tercer estilo’* adornan las paredes del salón de recibir. En el piso hay un rosetón de mosaico blanco y negro, según los cánones de la moda de la época de Augusto. El jardín estaba decorado con bajorrelieves y esculturas de mármol, que se inspiraban en el mundo natural y dionisíaco. Las mismas, en algunos puntos, se utilizaban como fuentes surtidoras, según el gusto en boga, que imitaba algunos rasgos de las casas de campo. Además del larario (edículo) de fábrica, para el culto tradicional, en el peristilo* hay una pintura que representa a varias divinidades egipcias; a saber: Anubis, el dios de los muertos, con su cabeza de chacal; Harpócrates, nombre dado por los griegos a Horus, el dios niño, hijo de Isis* y Osiris; Isis* y Serapis, el dios que curaba las enfermedades. A su vera se aprecian los objetos del culto de Isis*, a los que guardaba la cobra sagrada (uraeus) y, al pie, las serpientes agathodémones, númenes benéficos. La Casa de Caecilius Iucundus 34 La edificaron entre fines del siglo III y comienzos del II a.C., en opus africanus*, de piedra caliza del Sarno; mientras que emplearon toba para las partes decorativas. Es famosa por los dos bajorrelieves que decoran el larario (sacellum o santuario doméstico), que representan con un vívido estilo popular los efectos del terremoto (62 d.C.) en algunos edificios públicos pompeyanos. Uno de ellos fue robado; el otro se conserva en un depósito. A la izquierda del tablino*, se puede apreciar la mascarilla del banquero L. Caecilius Iucundus, que vivía en esta casa en 79 d.C. Suyo era el archivo de 154 tablillas de cera que se encontró en la morada. En las mismas estaban registradas las sumas que, entre los años 52 y 60 d.C., abonó a las personas por cuenta de las cuales había vendido bienes (sobre todo, esclavos) o cobrado alquileres, aplicando una comisión que oscilaba entre el 1 y el 4%. Las Termas Centrales 35 El eje de las actividades económicas y sociales de Pompeya, con el correr de los años, se desplazó hacia la Vía de Estabia. Por ello, después de 62 d.C. se empezó a construir un nuevo complejo termal, que ocupa toda una manzana de la región IX, mas las obras nunca concluyeron. Cabe destacar que, en el proyecto, la zona de los hombres no estaba separada de la de las mujeres. Un sistema eficaz garantizaba la calefacción de las salas; pero cuando se produjo la erupción, aún no habían levantado los hornos, ni habían organizado el jardín con la galería de pilares, el gimnasio y la piscina. A los costados de la entrada principal, que da a la Vía de Nola, dos pequeñas habitaciones, según los estudiosos, hacían de taquilla y de depósito de los objetos de valor. La Casa de los Vettii 36 Los grafitos electorales y dos sortijas de sello dicen que esta domus pertenecía a los Vettii, dos libertos adinerados. La casa fue reformada en el siglo I d.C. y se organiza alrededor del patio interior o peristilo*. Las pinturas de la entrada, de estilo sencillo, expresan votos de prosperidad. En las mismas sobresale la figura de Príapo, dios de la fertilidad, que apoya su enorme miembro en el platillo de una balanza, al que hace de contrapeso una bolsa de dinero. A la derecha de la entrada, se encuentra el larario: un edículo, con el fondo pintado con los Lares y el Genio del dueño de casa, mientras realiza un sacrificio a los dioses. Abajo está la serpiente agathodémone, numen tutelar. En el hogar de la cocina, están la rejilla y las ollas. Aquí se encontró la estatuafuente de Príapo, que pertenecería al jardín, donde había otras estatuas con surtidores de agua, en un rico contexto escenográfico. También el atrio, en ‘cuarto estilo’*, es muy refinado, al igual que el compluvium*, con su canalón de terracota. La sala es famosa por los paneles pintados de ‘rojo pompeyano’ y por el friso de los oficios y los juegos que realizan los amorcillos. Las paredes, decoradas en ‘cuarto estilo’*, con escenas mitológicas, trasforman la sala de estar en una especie de pinacoteca, que elevaba la imagen cultural del dueño. La Casa de la Caza Antigua 37 El trazado original se conservó, cuando la remozaron y decoraron en ‘cuarto estilo’*, poco antes de la erupción del año 79 d.C. Posee la planta típica de la casa romana con atrio, que se organiza suntuosamente en torno al eje entrada-atrio-tablino*, para que el huésped, recién llegado, percibiera de inmediato el status del dueño de casa. Está bien conservada la decoración de la segunda sala, a la derecha del atrio. En cambio, se ha menoscabado un poco la gran escena pintada en la pared del fondo del jardín, que representa una batida de caza mayor: alusión a las villas suburbanas que poseían cotos de caza. Fastuosos son los frescos del tablino, que da al atrio y al jardín: el rodapié imita revestimientos de mármol; la predela se inspira en paisajes del Nilo, a los que se suman unos amorcillos cazadores, mientras que, en las paredes, unos paneles celestes semejan alfombras que el viento hincha. La Panadería 38 Pertenecía, probablemente, a N. Popidius Priscus, quien vivía en la casa de al lado, esto es, en el número 20, y la administraba por medio de un liberto*. Típicos de las treinta y cuatro panaderías, que se hallaron en Pompeya, son el horno de leña, similar a los actuales, y las muelas (que aquí ascienden a cuatro, junto a otra, más pequeña) de piedra lávica, dura y porosa, que no contaminaba la harina con astillas peligrosas para los dientes. Las muelas constaban de un bloque cónico (meta), amarrado a una base de obra de albañilería, sobre el que se ubicaba un elemento en forma de clepsidra (catillus), el cual, por su parte, se ataba mediante una cuerda a una mula, que lo hacía girar. El trigo se echaba en el catillus y se molía, al pasar por entre los dos bloques que se rozaban entre sí. Esta panadería carece de mostrador para vender. Es probable que vendiera al por mayor, o bien, a través de vendedores ambulantes o libarii. Los romanos empezaron a consumir pan en el siglo II a.C. Antes de esa época, con la harina se preparaba una papilla de trigo, que se denominaba puls. El Lupanar 39 “Lupa” no sólo quería decir “loba”, en latín, sino también “prostituta”. Éste no sólo era el burdel mejor organizado de los numerosos que existían en Pompeya, sino que es el único que se construyó con esta finalidad específica. Los demás solamente poseían una habitación, o bien, se habían edificado en los altos de una tienda. En la planta baja y en el primer piso, había cinco cuartos y una letrina. Las camas eran de fábrica y llevaban colchón. Unos recuadros, pintados con las distintas posiciones de los juegos eróticos, decoraban el lupanar. Las prostitutas eran esclavas, por lo general, griegas y orientales. El precio oscilaba entre los 2 y los 8 ases (una copa de vino costaba 1). Las ganancias, dado que estas mujeres carecían de personalidad jurídica, iban a parar al amo o al leno, esto es, que administraba el burdel. El edificio se remonta a los últimos períodos de la ciudad: en una de las habitaciones, en el enlucido fresco quedó grabada la huella de una moneda del año 72 d.C. Las Termas de Estabia 40 Es el edificio termal más antiguo de la ciudad (siglo II a.C.), que se edificó sobre unas instalaciones más antiguas (siglo IV o III a.C.) y fue reformado en varias ocasiones. A la izquierda de la palestra o gimnasio central, circundado por un pórtico, surgen las estancias que estaban destinadas al baño, subdivididas en dos secciones: una, para las mujeres y la otra, para los varones. El frigidarium era la sala para el baño de agua fría, el apodyterium era el vestuario, el tepidarium era la sala tibia y el caldarium era la sala para el baño de agua caliente. Con los hornos se generaba calor. En la parte Norte hay una letrina de grandes dimensiones y hacia el Oeste, una piscina (natatio). En la entrada y en el gimnasio o palestra se conserva la refinada decoración de estuco polícromo, que fuera realizada poco antes de la erupción del año 79, con motivos figurativos y mitológicos en ‘cuarto estilo’*. El estuco, que era de cal y calcita, era resistente a la humedad. Cabe destacar el método que se empleaba para calefaccionar las distintas salas: el piso estaba apoyado contra unos pequeños pilares de ladrillo (suspensurae) y, por el espacio vacío subyacente (hypocaustum), circulaba el aire caliente que generaban los hornos. El mismo también pasaba por el interior de la cámara de aire, que se dejaba entre las paredes, merced a lo cual envolvía la habitación por completo. El Foro Triangular 41 Esta plaza de forma triangular surge en la ladera Sur de la colina de Pompeya, de cara al mar y al río Sarno. Se accede a la misma, a través de unos majestuosos propíleos o puertas monumentales, con columnas jónicas. La circunda un pórtico de noventa y cinco columnas dóricas, excepto en la fachada Sur, para no ocultar el panorama. El Foro Triangular formaba parte de un amplio proyecto urbanístico del siglo II d.C., que perseguía el objetivo de embellecer toda el área de los teatros y los templos (el ‘dórico’, el de Isis y el de Júpiter Meiliquio). A lo largo de la fachada Este de la columnata, corre un pared baja, que delimita un amplio pasillo. El mismo, probablemente, estuviera destinado a las carreras de atletas y ecuestres, que se celebraban durante las fiestas religiosas. Aquí mismo surge una hermosa construcción de planta central (tholos) –alrededor de un antiguo pozo sagrado- con siete columnas dóricas de toba, que acaso rematara en un techo cónico. La mandó edificar el magistrado samnita Numerius Trebius (según reza la inscripción del arquitrave, escrita en osco). El Templo Dórico 42 Cerca del límite Oeste del área sagrada, surge un templo de la primera mitad del siglo VI a.C., que fue rehabilitado en numerosas ocasiones y que sufrió graves daños, durante el terremoto de 62 d.C. Los pompeyanos habían dejado de usarlo, antes de la erupción. Su estilo pertenece al orden dórico. La profunda cella estaba circundada por once columnas en la fachada más larga, y por siete, en el lado más corto. Hasta nuestros días han llegado las gradas del basamento, algunos capiteles y una base fuera de eje en la fachada Este de la cella, que correspondía probablemente a otra similar, en el otro costado. Por ello, los estudiosos suponen que estaba consagrado a dos divinidades; a saber: Minerva /Palas Atenea y Hércules/Heracles, muy venerados por los pueblos itálicos. Lo mismo sugieren un epígrafe osco, que se descubrió en los alrededores y las antefijas que decoraban el templo. El Teatro Grande 43 Fue edificado en el siglo II a.C., sacando partido de una cuesta natural, donde se realizó el graderío (cavea), en forma de herradura, que estaba subdividido en tres zonas diferentes. La inferior (ima cavea), revestida en mármol, estaba reservada para los decuriones* y demás personalidades. Durante la época de Augusto, sobre el pasillo anular, se hizo apoyar el graderío superior y se añadieron las tribunas de honor, encima de los accesos laterales. El teatro, gracias a estas obras, tenía cabida para alrededor de 5.000 espectadores. El proscenio y la escena, antiguamente adornada con mármoles y estatuas, eran de opus latericium * y fueron levantados durante la reconstrucción del año 62 d.C., tras el terremoto. Las piezas que se representaban en este teatro, muy probablemente, eran las Atellanae (farsas populares en osco), las comedias de Plauto y Terencio, mimos y pantomimas (con danza y música). El Cuadripórtico de los Teatros 44 Este gran espacio, con pórticos que ciñen sus cuatro costados, era una especie de foyer canónico, que se encontraba en todos los teatros helenísticos y que Vitruvio codificó en De architectura. Por el mismo podían pasear los espectadores de los dos teatros adyacentes, durante los intervalos de los espectáculos, o bien, podían guarecerse, si se largaba a llover. Probablemente fue edificado en la misma época que el odeón (año 80 a.C. aproximadamente), mas tan sólo después del terremoto de 62 d.C., se le añadieron algunas estancias, en dos pisos, a lo largo de las paredes perimétricas. Las armas de los gladiadores que se hallaron en este lugar, avalan la hipótesis de que, durante los últimos años de la ciudad, este edificio se había convertido en cuartel de los gladiadores. El Teatro Pequeño 45 El odeum, esto es, el odeón o teatro pequeño, que probablemente estuviera destinado a espectáculos musicales y a recitar poesías, fue erigido en la época de Sila, durante los primeros años de la colonia (hacia el año 80 a.C.). Como atestiguan las inscripciones que se descubrieron en el mismo, poseía una cubierta que le otorgaba una acústica excelente. Esta última se apoyaba contra las paredes perimétricas, que delimitaban la gradería (cavea) y estaban decoradas con telamones* esculpidos. La parte inferior (ima cavea) conserva las gradas bajas y anchas, donde se ubicaban los asientos (bisellia) que estaban reservados para los decuriones*. Una balaustrada, decorada con patas de grifo aladas, la separa de la media cavea. El Templo de Asclepio (Júpiter Meiliquio) 46 Una inscripción, que se halló en los alrededores de la Puerta de Estabia, confirma que, en Pompeya, se adoraba a Júpiter Meiliquio (‘dulce como la miel’). Júpiter/Zeus compartía este epíteto con las diosas Juno/Hera y Venus/Afrodita y con el mismo lo invocaban, sobre todo, en Grecia, en el marco de un culto vinculado a las divinidades del más allá y a los ritos secretos. Al recinto sagrado se accede por la Vía Estabia y a través de la puerta, no monumental, se entra en el pórtico, que descansaba sobre dos columnas (sólo han llegado hasta nosotros los cimientos y un capitel dórico de las mismas). Desde allí se pasaba al patio. En el centro, había un altar de toba de Nocera. Por la gradería se subía al podio, que ostentaba cuatro columnas en la fachada principal y dos en las laterales, con capiteles corintios. Luego venía la cella y, en el fondo de la misma, se hallaba el pedestal de las estatuas del culto. El edificio, al parecer, data del siglo III o II a.C. y fue remozado en la época de Sila (80 a.C.). Recientemente los estudiosos han vuelto a abogar en favor de una antigua hipótesis, que atribuye el templo al culto de Asclepio e Igea, en virtud de las estatuas de terracota y de otros objetos que se descubrieron en su interior. El Templo de Isis 47 En el centro de un patio, al que ceñía un pórtico de columnas corintias, decoradas con estuco, sobre un podio, se yergue el templo de Isis que se construyó a fines del siglo II a.C. Inmediatamente después del terremoto de 62 d.C., fue reconstruido en opus latericium* por N. Popidius Ampliatus, quien le atribuyó el mérito a su hijo Celsinus, para ayudarle en la carrera política. Tras la escalera de la fachada, se encuentra el pronao, con cuatro columnas en la fachada delantera y dos en las de los costados. En dos hornacinas laterales, se encontraban emplazadas las estatuas de Anubis y Harpókrates, divinidades egipcias, vinculadas al culto de Isis*. En el fondo del edificio, en una ancha cella se hallaban las bases de las estatuas que estaban destinadas al culto, entre las cuales, probablemente, se encontraba la de Isis*, que fue descubierta en el pórtico. A este último dan dos estancias de servicio y de culto, mientras que en el interior hay un pozo (esquina Noreste); un purgatorium (recinto con una pila llena de agua, que se utilizaba para las abluciones) y unos altares. Suntuosa es la decoración, con esculturas y estucos sobre enlucido, pintados en ‘cuarto estilo’*. Los mismos se desprendieron de su soporte, durante los años de la excavación (1764-1766) y, en la actualidad, se conservan en el Museo de Nápoles. El Gimnasio Samnita 48 Detrás del templo de Isis*, se encuentra la palestra o gimnasio samnita, cuya construcción, según una inscripción dedicatoria, escrita en osco, data de la segunda mitad del siglo II a.C. La planta es rectangular y ostenta un pórtico en tres de sus fachadas y un pedestal en el centro de la que da al Sur, donde tenían lugar las ceremonias y las entregas de premios. En este espacio, aunque fuera pequeño, durante la época osca, se celebraban las competiciones de gimnasia de los jóvenes de Pompeya, o las reuniones de las ‘asociaciones’ de adultos, de carácter político-militar. La Casa del Citarista 49 Ocupa una gran parte de la manzana (aproximadamente 2.700 m2), puesto que, merced a varias reformas y obras de decoración del siglo I a.C., pasó a agrupar distintos edificios de épocas anteriores. La casa le debe su nombre a la estatua de bronce de Apolo Citarista, que se encontró en el peristilo* (actualmente, en el Museo de Nápoles, al igual que todas las demás esculturas que citamos a continuación). El edificio, al parecer, pertenecía a unos miembros de la rama de origen servil de la familia de los Popidii, a la que se refieren los tres grafitos y las dos inscripciones electorales de la casa, cuarenta y cinco programas con su candidatura, a lo largo de la Vía de la Abundancia y unos retratos que se descubrieron en la vivienda. Las habitaciones de recibir y de reposo se organizan alrededor de los peristilos*; mientras que las de la servidumbre dan al atrio, sin tablino*. Hay salas termales y, en el peristilo* central, unas bellas esculturas de animales de bronce hacen de surtidores de agua. La panadería, la confitería y la taberna, que están unidas al edificio, acaso fueran dependencias del edificio principal. La Casa de los Ceii 50 Su dueño acaso fuera ese L. Ceius Secundus, a quien menciona el grafito electoral de la fachada. La planta de la casa es sencilla: la puerta de entrada da paso al atrio, en el que desembocan las demás habitaciones. Por el pasillo del fondo, que discurre a través del triclinio* y el tablino*, el visitante llega a un espacio verde. Y por una escalera, cuya pared es de opus craticium*, se accede al primer piso, que estaba en plena construcción. Abundante es la decoración de las habitaciones, en ‘tercer estilo’* tardío, con pisos de opus signinum* y lavapesta*, adornados con teselas. En los pisos del tablino* éstas forman figuras geométricas, ubicadas entre baldosas de mármol polícromo. El jardín parece ensancharse, gracias a la gran escena de caza pintada en la pared del fondo, mientras que, en las de los costados, se aprecian paisajes que evocan a Egipto, conforme a la moda decorativa que se impuso durante los últimos años de vida de Pompeya, según la cual se quería hacer revivir en la ciudad escenarios sugestivos y paisajes lejanos. La Casa de Menandro 51 La erigieron en el siglo III a.C. y, con los años, le fueron añadiendo nuevas dependencias, hasta ocupar 1.800 m2. Además entre los siglos II a.C. y I d.C., el peristilo* se convirtió en el fulcro de la mansión. Probablemente perteneciera a los Poppaei, parientes de Poppaea Sabina, la segunda esposa de Nerón. El atrio, de estilo toscano, con cubierta de vigas, tiene un impluvium de mármol; sus paredes están decoradas con pinturas en ‘cuarto estilo’* y se aprecia un templete, donde los habitantes veneraban a los lares, protectores de la familia, y al Genius, espíritu vital del pater familias. En la habitación, que se encuentra a la izquierda de la entrada, hay tres cuadros de ‘cuarto estilo’* con escenas de la guerra de Troya; mientras que, en el ‘salón verde’, que da al peristilo*, destacan un fresco con amorcillos entre pámpanos de uva, un cuadro humorístico de las bodas de Hipodamia y un bonito mosaico polícromo de teselas diminutas, con una escena del Nilo. En una de las hornacinas pintadas del peristilo*, representaron al comediógrafo griego Menandro, cuyo nombre se empleó para bautizar la casa. Cuando se produjo la erupción del Vesuvio (79 d.C.), estaban remozando la zona destinada a las termas, que posee un patio de cuatro columnas, un vestuario, el caldarium (sala del agua caliente), donde hay un mosaico con animales marinos y figuras de personas de color. En la entrada, hay un siervo que ofrece los recipientes de los ungüentos. Los Batanes de Stephanus 52 Una industria boyante en Pompeya era la de los fullones, esto es, los bataneros y lavadores de lana. En trece talleres trabajaban la lana esquilada; en siete la hilaban y tejían; en nueve la teñían y en otros diez y ocho la lavaban. Un ejemplo de lo que venimos diciendo es la ‘fullonica de Stephanus’, a quien menciona una grafito electoral de la fachada (mas no se sabe, a ciencia cierta, si era el dueño o el administrador del taller). El edificio se construyó remozando una casa más antigua. La planta baja estaba destinada a los bataneros, mientras que el primer piso se subdividía entre la vivienda y la zona donde los paños se ponían a secar. En el fondo del edificio, una serie de tinas se empleaba para lavarlos. Los fullones con los pies golpeaban los paños, que estaban inmersos en una mezcla de agua y soda (no se conocía el jabón) u orina, esto es, substancias desengrasantes, ricas en amoníaco. La Casa del Larario de Aquiles 53 La fachada de opus quadratum * indica la antigüedad de esta casa, a la que el terremoto del año 62 d.C. impuso obras de reconstrucción, que aún no habían concluido cuando se produjo la erupción. Unas decoraciones encantadoras, en ‘cuarto estilo’*, unos recuadros figurativos de tema mitológico y unas naturalezas muertas le ponen una nota de alegría a las habitaciones. El larario ‘de Aquiles’ le debe su nombre a las figuras en bajorrelieve y pintadas contra un fondo azul celeste, que evocan episodios de la guerra de Troya: el duelo entre Héctor y Aquiles, la muerte del troyano y el momento en que los griegos le devuelven sus restos, sobre un carro, a su anciano padre, Príamo, que está escoltado por Hermes. La Casa de Julio Polibio 54 Se remonta al siglo II a.C. y ocupa una gran parte de la manzana. Después de la entrada, viene una habitación cerrada, que está decorada en ‘primer estilo’* (la falsa puerta pintada, en ‘segundo estilo’*, disimula una puerta tapiada). En las dependencias de servicio están la cocina y el larario pintado, destinado al culto de las divinidades domésticas. Estas últimas fueron dibujadas en la parte de arriba, con la serpiente agathodémone (numen del hogar) y el Genius, protector del pater familias. En el peristilo* están los vaciados de yeso de unos roperos de madera y de las puertas de la casa. El visitante puede admirar las pinturas de ‘tercer estilo’* tardío, contra fondo blanco: en el triclinio* se encuentra el famoso cuadro de tema mitológico, con el suplicio que Anfión y Zeto infligieron a Dirce, atándola a un toro furioso, porque había maltratado a su madre, Antíope. En esta misma habitación, acaso a raíz de las obras que estaban realizando en la casa, habían guardado los enseres de mesa y una estatua de bronce de Apolo, que en los brazos sostiene una bandeja. La Casa de la Nave Europa 55 Las habitaciones dan al peristilo*, desde donde se pasa a un amplio jardín, en el que crecían habas (quizá cebollas y coliflores), vides y plantas exóticas. El cultivo de la cereza, el melocotón, el albaricoque y el pistacho, procedentes de Oriente, se popularizó entre los siglos I a.C. y I. d.C. Algunas semillas o plantones de los mismos se encontraban en veintiocho macetas de terracota, que se descubrieron a lo largo del muro perimétrico. También había limoneros, que, al parecer, los judíos trajeron a Italia y se consideraban plantas de gran valor, debido a sus propiedades medicinales, para enjuagarse la boca y para proteger la ropa contra los insectos. En el establo, que estaba ubicado en el fondo del jardín, criaban animales. La casa toma su nombre del grafito que se encuentra en la pared Norte del peristilo* y representa una nave de carga que se llamaba EUROPA (como la heroína griega a la que raptó Zeus, metamorfoseado en toro). El Huerto de los Fugitivos 56 En este extenso espacio, donde actualmente hay un viñedo, se conservan los vaciados de algunas de las víctimas del año 79 d.C., a las que alcanzó la lava mientras intentaban escapar. Giuseppe Fiorelli, director de las excavaciones de Pompeya, entre 1860 y 1875, impuso el método del vaciado, que es substancialmente idéntico al que se sigue utilizando hoy en día. En la cavidad que se fue formando en el interior del bloque de ceniza, a medida que el cuerpo de la víctima se descomponía, se echa yeso líquido y el mismo, al solidificarse, reproduce su forma. En la viña también se encuentra un triclinio*, con lechos de obra de albañilería, para comer al aire libre. La Casa del Jardín de Hércules 57 La tipología constructiva original es la de las casas ‘acodadas’ (siglo III a.C.), común en las regiones I y II. En los costados de la entrada están los dormitorios (cubicula) y, a continuación, viene el patio que desempeñaba la función de atrio. Desde el mismo, a través de un pasillo al que dan otras habitaciones, se accede al hortus o jardín, que está en el fondo de la casa. Este enorme espacio verde se organizó a mediados del siglo I a.C., donde anteriormente surgían otras cinco viviendas ‘acodadas’, de la misma época. Los análisis paleobotánicos revelaron que, en el mismo, cultivaban sobre todo esencias para fabricar perfumes. Por ello, es probable que su dueño fuera perfumero. En la parte central de la pared Este del jardín, hay un triclinio* de fábrica, para comer al aire libre. A su vera hay un altar y un edículo, consagrado al culto de Hércules. La estatua de mármol del mismo le dio su nombre a la casa. La Casa de D. Octavius Quartio 58 Esta casa, cuya propiedad se atribuyó a M. Loreio Tiburtino, en realidad, pertenecía a D. Octavius Quartio, como prueba el anillo de sello que se encontró en la entrada. En parte, conserva el trazado original (siglo II a.C.): alrededor del atrio, que es el eje de la domus, se hallan los dormitorios (cubicula) y el triclinio*. La parte que da hacia el Anfiteatro fue rehabilitada tras el terremoto del año 62 d.C. y conserva un jardín, inmerso en el verde, con canales y estanques, que imitaban a las quintas de las afueras, según la moda típica de aquel entonces de “vivir en una villa”. Dicho espacio verde se organiza, en función de dos largos euripos o canales, dispuestos en ‘T’. El euripo superior corre junto a una galería y estaba decorado con estatuas que aludían a Egipto, patria de la diosa Isis*. En el centro, se yergue un sacellum o templete con fuentes; mientras que, en el fondo, hay un lecho doble para comer al aire libre y una hornacina a guisa de gruta, con frescos mitológicos. El euripo inferior se subdivide en tres tramos (acaso, destinados a los peces) y surca todo el jardín, junto a senderos con pérgolas que, recientemente, fueron reconstruidas. La Casa de la Venus de la Concha 59 Una de las bombas que cayó sobre Pompeya, en 1943, provocó daños en esta morada que se había de excavar en 1952. La misma se erigió sobre otra construcción anterior, ampliando el peristilo* y el triclinio* y reorganizando las habitaciones, que, en su casi totalidad, se desarrollan en torno al jardín. La casa se volvió famosa gracias a la espectacular pintura mural que decora la pared Sur: en el marco de un jardín exuberante, con plantas y animales en abundancia, con una transenna o parapeto bajo y otros elementos decorativos, la obra se subdivide en tres paneles. A la derecha, se aprecia una fuente con pájaros y, a la izquierda, una estatua de Marte; mientras que el panel central parece una ventana abierta de par en par hacia el mar, donde reclinada en una concha rosada, la diosa Venus, en compañía de dos amorcillos, avanza hacia Pompeya (la ciudad estaba bajo su advocación). Si bien la composición es obra de una mano desmañada, no deja de crear un efecto teatral, cuando el visitante la observa a cierta distancia. El Anfiteatro 60 Lo mandaron construir, hacia el año 70 a.C., los duoviros* Q. Valgus y M. Porcius. Es uno de los anfiteatros más antiguos y mejor conservados que han llegado hasta nosotros. Podía contener más de 20.000 espectadores. El graderío o cavea se encuentra subdividido en tres sectores; a saber: la ima cavea (primera fila), donde se ubicaban los ciudadanos importantes y, más arriba, la media cavea y la summa cavea, para los demás. A menudo, se extendía un amplio velum o toldo, sobre las gradas, para proteger a los espectadores contra el sol. El edificio estaba destinado a los combates de gladiadores. En el eje mayor de la arena se abrían dos puertas: por una pasaba el desfile de los que tomarían parte en los juegos; mientras que por la otra sacaban los cuerpos exánimes o a los heridos. En el año 59 d.C., un grupo de “forofos” pompeyanos y otro de Nocera protagonizaron una violenta refriega y la “arena fue descalificada por 10 años” (la medida se anularía tras el terremoto de 62 d.C.). Acaso tras el ardor de los hinchas se ocultara el resentimiento de Pompeya contra Nocera, que poco antes se había transformado en colonia y había absorbido parte de su territorio. El Gimnasio Grande 61 Esta amplia palestra o gimnasio rectangular, con pórticos en sus fachadas y una piscina en el centro, es de la época de Augusto. Cumplía con el cometido de proporcionar un espacio verde para los ejercicios de gimnasia que organizaban las asociaciones juveniles, bajo el impulso de la propaganda del emperador. Éste era venerado en un recinto que surgía en el centro del pórtico que da al Oeste. A lo largo de los pórticos, una doble hilera de plátanos (con cuyas raíces se realizaron sendos vaciados) añadía otra zona de sombra. Los portales de la fachada Este sufrieron daños durante el terremoto del año 62 d.C. y fueron reconstruidos en opus latericium*. Cuando se produjo la erupción, la pared Norte yacía derrumbada y fue restaurada recientemente. Por la fachada Sur se accedía a una letrina: para limpiarla, el agua se transportaba desde la piscina a través de una canaleta. La Puerta de Nocera: la Necrópolis 62 Nada más cruzar la puerta de Nocera, el visitante descubre una necrópolis extramuros, de gran importancia, con edículos y exedras* como tumbas. Un estilo arquitectónico imponente caracteriza al edificio fúnebre de la época de Tiberio (14-37 d.C.), que Eumaquia, sacerdotisa de Venus, mandó construir para sí misma y para sus familiares: sobre una alta terraza, surge la exedra*, con la cámara sepulcral y un recinto trasero. La estructura, de opus cementicium*, estaba revestida con toba de Nocera y consta de hornacinas con estatuas, separadas por medio de semicolumnas. La misma remata en un friso decorado con figuras. La tumba fue construida en medio de otras dos sepulturas anteriores, en forma de edículo, de la época republicana tardía, que constan de un podio sobre el que descansa la cella, con las estatuas de los difuntos. La Puerta de Nocera 63 La puerta actual, que se encuentra ubicada en el sector Sudeste de la muralla, fue edificada en el siglo IV a.C., inmediatamente después de que los samnitas conquistaran a Pompeya y, más tarde, fue reconstruida en varias oportunidades. Se denomina “de Nocera”, porque en la misma nacía la ruta que conducía a dicha ciudad. La puerta, en líneas generales, se parece a las de Estabia y de Nola: en efecto, la parte que da a la ciudad posee un solo vano, que remata en una bóveda de cañón, donde estaba ubicada la puerta propiamente dicha. Allí se abre un corredor con dos bastiones en las puntas, para proteger la entrada. Fue edificada con sillares de piedra caliza y parece muy alta, debido a que el nivel de la calzada posteriormente descendió. Los muros adyacentes se edificaron, por dentro, con sillares de piedra caliza y de toba y, por fuera, con piedra caliza únicamente. Por el terraplén corría el camino de ronda. La Puerta de Nola y la Muralla 64 La Puerta de Nola se denomina de esta manera porque aquí nacía la carretera que conducía hacia el agro de Nola. Una inscripción en osco, que ya no está en su lugar (la fachada de la puerta), atribuye su construcción al meddix tuticus (magistrado supremo) Vibio Popidio (siglo III a.C. aproximadamente). Posee paramentos de opus quadratum, realizados con sillares de toba superpuestos. La bóveda de cañón es de opus caementicium. En la clave de la arcada interna hay una cabeza de Minerva esculpida, como si los pompeyanos hubieran querido poner esta entrada de la ciudad bajo su protección. La parte exterior de la puerta está precedida por dos bastiones, de los que sale la muralla. La función de los mismos consistía en empujar a todos los que quisieran tomar la plaza hacia una garganta muy peligrosa. El tramo Sur de la muralla, a la derecha, al salir de la ciudad, fue reconstruido a lo largo de 100 metros, con opus caementicium, probablemente después del año 100 a.C. La parte Norte conserva la estructura doble original, con cimientos de piedra caliza y muro de toba. La Puerta de Nola: la Necrópolis 65 Al Este de la carretera que nacía en la Puerta de Nola, hay una necrópolis extramuros, con tres tumbas. La de recinto cuadrangular es de M. Obellio Firmo, uno de los personajes más destacados de los últimos años de Pompeya. En el recinto había una lápida, la urna cineraria de vidrio, un foro para las libaciones y restos de la cremación. Las otras dos tumbas son exedras*: una es anónima y la otra pertenecía a Aesquilia Polla, mujer de N. Herennius Celsus, personalidad influyente de la época de Augusto. En el centro hay un podio con una columna jónica, en la que descansa un ánfora de mármol, que en la simbología fúnebre contendría el agua lustralem, esto es, el agua que se utilizaba para los sacrificios de expiación y purificación de los difuntos. La Casa de los Mosaicos Geométricos 66 Esta vivienda de dimensiones considerables, con más de sesenta habitaciones, reúne dos casas anteriores (fines del siglo III y siglo II a.C.), cuyas entradas se encontraban en los números 14 y 16. El aspecto actual es posterior al terremoto del año 62 d.C., cuando reconstruyeron la fachada exterior (opus reticulatum*) y las paredes de la casa del número 16, que empezó a desempeñar las funciones principales (actualmente es la única que se puede visitar). Surge en la ladera Sudoeste de la ciudad, en una posición panorámica y sus habitaciones se organizan con arreglo al trazado típico: entrada, atrio (uno de los más grandes de Pompeya), con impluvium* cuadrado; tablino*, desde el que se pasa al pórtico y amplio peristilo*. Es interesante la decoración de los pisos, que han llegado hasta nuestros días. Los mismos son de opus signinum* y ostentan un bonito mosaico de color blanco y negro, con motivos geométricos. Thermopolivm de Vetvtivs Placidvs 67 En Pompeya había un gran número (89) de thermopolia, es decir, establecimientos donde se vendían bebidas y comida calientes, lo cual explica el nombre griego de esta especie de bares al paso modernos. En efecto, de costumbre, el prandium o almuerzo tenía lugar fuera del hogar. La estructura típica es sencilla: un local que da a la calle, con el mostrador donde se servía la bebida, de obra de albañilería, a menudo decorado. En el mostrador estaban empotradas las dolia o cubas que contenían la mercancía. A veces, en el interior, la gente se podía sentar y comer. En este thermopolium se aprecia el larario (edículo) decorado con estucos y frescos. A ambos lados del Genius del dueño, están los Lares protectores de la casa, Hermes/Mercurio, dios del comercio y Dioniso/Baco, el dios del vino. En la casa, contigua al establecimiento, es interesante el triclinio*, decorado en ‘tercer estilo’* tardío. El Thermopolivm Caupona 68 En Pompeya había un gran número (89) de thermopolia, es decir, establecimientos donde se vendían bebidas y comida calientes, lo cual explica el nombre griego de esta especie de bares al paso modernos. En efecto, de costumbre, el prandium o almuerzo tenía lugar fuera del hogar. La estructura típica es sencilla: un local que da a la calle, con el mostrador donde se servía la bebida, de obra de albañilería, a menudo decorado. En el mostrador estaban empotradas las dolia o cubas que contenían la mercancía. A veces, en el interior, la gente se podía sentar y comer. Los Arcos de Honor 69 Son de opus latericium* y, en otras épocas, estaban revestidos de mármol. Cierran con una magnificencia escenográfica la cara Norte del Foro y están dedicados a la familia imperial. A ambos lados del templo de Júpiter, había dos: el del Oeste se erigió en honor de Augusto y el del Este, de Nerón, pero probablemente lo derrumbaron después de la muerte (68 d.C.) y condena de este último, o bien, para que no entorpeciera la vista del arco de la entrada Norte del Foro. En una de las caras del mismo hay dos hornacinas, donde se hallaban emplazadas las estatuas de Nerón y de Druso, mientras que en la otra había dos fuentes. Una estatua ecuestre (acaso del emperador Tiberio) remataba este arco. El otro arco estaba ubicado donde nace la Vía de Mercurio y se denomina “de Calígula”, porque en sus alrededores se descubrió una estatua ecuestre, que probablemente representara a dicho emperador y se hallara arriba del arco. Glosario compluvium o compluvio: abertura que existía en el centro de la cubierta del atrium (atrio o vestíbulo) de las casas romanas, que podía estar techado o no, para que penetrase el agua de lluvia que se recogía en el impluvium*. cuarto estilo: decoración pictórica mural que se puso de moda en la segunda mitad del siglo I d.C.. También se denomina ‘fantástica’. Amplifica las fantasías arquitectónicas del ‘segundo estilo’* y el tono decorativo del ‘tercer estilo’*. decurión: miembro del Senado de la ciudad, que, por lo general, había desempeñado funciones de magistrado. duoviros: magistrados de la administración pública y jueces supremos de la ciudad, que se elegían a razón de dos por año. Posteriormente pasaban a formar parte del Senado ciudadano. exedra: en la casa romana, estancia con ábside, que estaba destinada a la conversación. impluvium o impluvio: estanque bajo, que se construía en el centro del atrio de las casas, para recoger el agua de lluvia, que penetraba por el compluvium*. Isis: diosa egipcia de la Naturaleza, mujer de Osiris y madre de Horus. La representaban con cuernos o cabeza de vaca. El culto de Isis y Serapis, que reanudaron los reyes de Egipto de la dinastía ptolemaica en el siglo III a.C., se divulgó por Italia a fines de la centuria siguiente (el Serapeo de Pozzuoli data del año 105 a.C.). En este país logra numerosos adeptos, sobre todo, entre las clases menos favorecidas, a quienes los misterios de Isis garantizaban la salvación después de la muerte lavapesta: (voz italiana) piso de piedra lávica triturada y amalgamada con mortero de cal y arena. liberto: esclavo manumitido, cuyos hijos eran ciudadanos libres. metopa o métopa: elemento rectangular que se esculpía o pintaba y que, en el friso dórico, estaba situado entre dos triglifos. opus africanus: técnica constructiva, en la que se alternaban las hiladas de grandes sillares, dispuestos en sentido horizontal y vertical, con entrepaños de mampostería. opus cementicium o caementicium: aparejo en el que la estructura estaba formada por una mezcla de mortero de cal y arena, con trozos de toba y guijarros. opus craticium: aparejo económico, cuya estructura consistía en un armazón de recuadros de madera, cuyos espacios intermedios se rellenaban con barro, cemento y piedras. opus incertum o antiquum: sistema constructivo, cuya estructura estaba formada por dos paramentos, de piedras medianas irregulares -de un solo tipo o mixtas-, y un núcleo de opus cementicium*. opus latericium: sistema Glosario constructivo, cuyo núcleo era de opus cementicium*, mientras que el paramento era de tejas o ladrillos de distintos tamaños, que por lo general se superponían a soga, esto es, con las caras mayores o longitudinales del ladrillo a la vista. opus quadratum: sistema constructivo, a base de grandes sillares escuadrados, que se disponían sin usar mortero y ligeramente escalonados. opus reticolatum: en esta técnica constructiva, el núcleo de opus cementicium* se revestía con pequeños bloques en forma de pirámide truncada, de base cuadrada, que quedaba a la vista, al incrustar el vértice en el núcleo del muro. De esta forma, se dibujaba una red de rombos. opus sectile: sistema decorativo de pisos o paredes, que se realizaba combinando baldosas de mármol de colores, dispuestas de manera tal que formaran motivos geométricos o figurativos. opus signinum: trozos de terracota triturada, que se amalgamaban con mortero de cal y arena. Se empleaba para revestir pisos y paredes y era impermeable. peristilo: jardín rodeado por pórticos o galerías con columnas. primer estilo: decoración pictórica mural que estaba en boga entre el siglo III y principios del siglo I a.C. También se denomina ‘estructural’. Imita una pared de opus quadratum* o revestida con planchas de mármol. pulvinus o pulvino: elemento arquitectónico que se superpone al capitel jónico, para hacer de soporte y, a veces, desempeña funciones decorativas. segundo estilo: decoración pictórica mural que estaba de moda entre principios del siglo I y el año 20 a.C. También se conoce con el nombre de ‘arquitectónica’. Representa edificios, realizados no con estuco, sino mediante la pintura, en la que se aprecia el sentido de la perspectiva. tablino: ambiente de recibir de la casa, que estaba situado entre el atrio y el peristilo*. telamones: elementos arquitectónicos de sostén, esculpidos, que representan una figuras masculinas en actitud esforzada. tercer estilo: decoración pictórica mural, que se utilizó entre los años 20 a.C. y 50 d.C. También se denomina ‘ornamental’. Subdivide rígidamente la superficie en sentido vertical y horizontal, por medio de elementos arquitectónicos, vegetales o lineales, los cuales enmarcan motivos decorativos y paneles con figuras. triclinio: comedor, donde los romanos comían recostados en lechos, capaces para tres personas (a veces cuatro o cinco). triglifo: elemento del friso dórico, que se alternaba con la metopa* y se caracterizaba por tres estrías verticales. © 2015 Soprintendenza Speciale per Pompei, Ercolano e Stabia Esta pequeña guía contiene breves textos de introducción para visitar los sitios más significativos de las excavaciones. Algunos de ellos pueden estar momentáneamente cerrados. A falta de una regular autorización de la Dirección de Arqueología de Pompeya, queda expresamente prohibida la distribución de este impreso. Zelig SAPES Luciano Romano Eidos Longobardi Castellammare di Stabia www.nleditore.it traducciones Studio Essepi, Milán imagen y comunicación textos fotografías impresión a