Pequeña guía de Pompeya

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Pequeña guía de Pompeya
Pequeña guía de Pompeya
Reglas para visitar las excavaciones
Bienvenido a las áreas
arqueológicas del Vesuvio.
En el area arqueològica
la ley D. lgs 81/08 se aplica,
de acuerdo a las normas
de tutela del patrimonio
històrico valioso, en particular
en las areas arqueològicas
del Vesubio.
A fin de que su estancia en las
mismas sea más interesante y
segura, le rogamos que se atenga,
en particular, a las siguientes
reglas*:
1. Preste suma atención al
moverse. No permanezca al pie
de las excavaciones, ni se suba a
las paredes.
2. Respete los límites de entrada y
de acceso.
3. Procure que su conducta se
ciña a los principios de urbanidad:
no grite, no escriba en las paredes,
no deje tirada la basura en el
entorno, échela en los recipientes
al efecto.
4. Están autorizadas las fotos y las
filmaciones cinematográficas y
televisivas, exclusivamente para uso
privado. Si desea usar el trípode, el
flash y luz artificial, o para sacar
imágenes destinadas a un uso
comercial, tenga a bien dirigirse a
las oficinas de la Soprintendenza.
5. El servicio de guía turística no
está a cargo de la Soprintendenza,
está desempeñado por el
personal, autorizado por la
Regione Campania, que està
obligado à exhibir su tarjeta de
autorización.
6. Está prohibido el acceso con bolsos
bolsas de mano, mochilas u otro tipo
de equipaje.
7. Está prohibido fumar.
8. Los animales no pueden
acceder.
9. Es aconsejable que los visitantes
con dificultades de deambulación y
afecciones cardiovasculares entren
por la entrada de Piazza Anfiteatro.
Invitamos a los visitantes con
dificultades de deambulación y
afecciones cardiovasculares a que
actúen con la mayor prudencia.
Es necesario calzar zapatos de
tacón bajo.
Informamos que es disponible un
servicio de Audioguías autorizado
por la Soprintendenza.
Si desea hacer un pic-nic, cerca de
Porta Nola hallarà el área
equipada a estos efectos.
*según el Reglamento de Visitas a
las Excavaciones (n. 213 del
22.01.01.)
Breve historia de la ciudad antigua y de las excavaciones
Pompeya surge a lomos de una
colina roma, de 30 metros
sobre el nivel del mar
aproximadamente, que formara
la lava del Vesuvio. Su posición
estratégica le permitía controlar
el valle del río Sarno, en cuya
desembocadura se hallaba
emplazado un puerto pujante.
Las noticias, acerca de los
orígenes de la ciudad, son
inciertas. Según los restos más
antiguos, que se pueden datar
entre fines del siglo VII a.C. y la
primera mitad del siglo VI a.C.,
cuando se edificó la primera
muralla, con la toba o tufo que
los lugareños denominan
‘pappamonte’, la misma
delimitaba un área de 63,5
hectáreas. Una civilización
‘mixta’, en la cual se habían
fundido elementos autóctonos,
etruscos y griegos, signó el
desarrollo de la ciudad.
A fines del siglo V a.C., la tribus
samnitas bajaron de los montes
de Hirpinia y de Samnio y se
diseminaron por la actual
Campania, cuyo nombre
significa “llanura fértil”.
Los samnitas conquistaron las
ciudades vesuvianas y de la
costa reuniéndolas en una liga,
cuya capital era Nuceria.
Durante la época samnita, en
Pompeya, las obras de
urbanización recibieron un gran
impulso: por ejemplo, también
se remonta al siglo V a.C. una
nueva muralla de piedra caliza
del río Sarno, cuyo trazado
sigue el mismo recorrido que el
de la anterior. A fines del siglo
IV a.C., la política de expansión
de los pueblos samnitas obligó
a Roma a intervenir en el
Mediodía de Italia. Un sistema
de alianzas y una seguidilla de
victoriosas campañas militares le
darían la hegemonía (343-290
a.C.) en todo el territorio
campano. De esta forma,
Pompeya, en calidad de “socia”
(esto es, “aliada”), pasó a formar
parte de la organización política
de la res publica romana. Mas en
torno a los años 90-89 a.C., se
rebeló junto con otros pueblos
itálicos que exigían una dignidad
social y política igual a la de
Roma. Tras el asedio de las
tropas de P. Cornelius Sulla (o
Sila), la ciudad capituló y se
convirtió en colonia romana con
el nombre de Cornelia Veneria
Pompeyaanorum (80 a.C.). Una
vez convertida en colonia,
Pompeya se adornó con
edificios públicos y particulares,
sobre todo, en la época de los
emperadores Octaviano
Augusto (27 a.C.-14 d.C.) y
Tiberio (14-37 d.C.). En el año
62 d.C. un violento terremoto
asoló todo la zona vesuviana.
En Pompeya la reconstrucción
comenzó de inmediato, mas
Breve historia de la ciudad antigua y de las excavaciones
debido a la magnitud de los
daños y a los movimientos
telúricos de asentamiento, la
misma llevó mucho tiempo. Y
17 años más tarde, cuando el
24 de agosto del año 79 d.C., la
inesperada erupción del Vesuvio
la sepultó bajo un río de
cenizas, lapilli y lava, aún estaba
en obras.
La ciudad sepultada cayó en el
olvido. La volverían a descubrir
en el siglo XVI. Mas las
exploraciones comenzaron en
1748, con el rey de Nápoles
Carlos III de Borbón y
continuaron sistemáticamente
durante el siglo XIX, hasta los
años más recientes, cuando se
realizaron obras de restauración
y valoración de la ciudad
antigua y de su patrimonio
excepcional de edificios,
esculturas, pinturas y mosaicos.
El área arqueológica de
Pompeya abarca alrededor de
66 hectáreas, de las cuales tan
sólo unas 45 fueron excavadas.
La subdivisión en regiones
(barrios) e insulae (manzanas) la
realizó G. Fiorelli en 1858, por
razones de estudio y para que
resultara más fácil orientarse.
La denominación de las casas,
cuando se desconocía el
nombre de su dueño, fue
acuñada por los excavadores,
en base a hallazgos particulares
o a otras circunstancias.
nes
Las Termas Suburbanas
1
Estas instalaciones (siglo I a.C. - II d.C.) eran
de propiedad particular y se edificaron en las
afueras de Pompeya, sobre una terraza
artificial extramuros, de cara al mar y poco
distante de las murallas. A raíz de su ubicación
escenográfica, las saquearon constantemente, a
lo largo de los siglos. En la planta baja, se
encuentran las salas termales, que destacan
por su decoración fastuosa, en la que cabe
indicar la piscina de agua caliente cubierta y la
piscina pequeña de agua fría, con las paredes
pintadas, que remata en una hornacina.
De una gruta artificial, adornada mediante un
mosaico con Marte y unos amorcillos, brotaba
una cascada de agua. El frigidarium (sala fría)
está decorado con recuadros de estuco.
Es curioso el fresco en ‘cuarto estilo’* del
vestuario: sus diez y seis paneles representan
escenas eróticas y uno de ellos, con dos
mujeres, es único en la historia de la pintura
romana.
La Puerta Marina y la Muralla
2
Junto con la Puerta de Herculano, ésta, que da
al Oeste y parece un bastión, es la más
imponente de las siete puertas de Pompeya.
Se llama de esta manera porque aquí nacía la
ruta que conducía al mar. Originariamente
poseía dos arcadas de medio punto, que, más
tarde, se unirían por medio de una bóveda de
cañón de opus cementicium*. El circuito de las
murallas que ha llegado hasta nuestros días se
trazó en el siglo VI a.C. y mide más de 3.200
m. de largo. Por lo general, estaba formado
por cortinas, cuya cara exterior contaba con la
protección de un foso y, por dentro, poseía un
terraplén por el que pasaba el camino de
ronda. Había doce torres, más numerosas en
la parte Norte, donde el terreno se
transformaba en planicie y, por consiguiente,
Pompeya era más vulnerable. Cuando la
ciudad quedó definitivamente en la órbita
romana y se transformó en colonia, tras la
conquista de Sila (80 a.C.), la importancia de
las murallas disminuyó y, en muchos puntos, se
derrumbaron para edificar casas y termas.
El Templo de Venus
3
Se levantó en la ladera Oeste de la colina de
Pompeya, de cara al mar y al río Sarno, muy
poco después de que la ciudad se convirtiera
en colonia romana (80 a.C.), en honor de la
diosa Venus, protectora de Lucius Cornelius
Sulla, la cual se asimiló sincréticamente a la
Venus Física, patrona de la ciudad.
En consecuencia, cabe afirmar que este
templo forma parte de la planificación
arquitectónica ‘del régimen’ que impusieron los
conquistadores. El mismo está orientado en
dirección Norte-Sur, hacia la playa y descansa
sobre un podio de toba, al que circunda un
pórtico, decorado con mármoles. Debía de
ser el más suntuoso y espléndido de los
edificios religiosos de Pompeya. Mas debido a
sus características eminentes, fue objeto de un
saqueo constante, razón por la cual hoy
resulta muy difícil de interpretar.
El Templo de Apolo
4
Junto con el templo Dórico, este santuario es el
más antiguo de Pompeya, tal como se
desprende de la decoración arquitectónica que
ha llegado hasta nosotros, la cual se puede
datar entorno de los años 575-550 a.C.
Mas la estructura actual es del siglo II a.C.
(fue reformada varias veces, hasta el terremoto
del año 62 d.C.). En esa misma época, también
se construyó el cuadripórtico de toba, con
columnas jónicas y arquitrabes dóricos con
metopas* y triglifos*. En el edificio se mezclan
elementos itálicos (el alto podio, con escalera
de acceso, en la fachada principal) y griegos
(la columnata, alrededor de la cella). El piso de
la cella es de rombos de piedra de varios
colores, que imitan dibujos de cubos en
perspectiva. A los costados del pórtico están las
estatuas de Apolo y de Diana, representados
como arqueros (los originales se conservan en
el Museo de Nápoles). El altar, al pie de la
escalinata, es de la época de Sila (80 a.C.
aproximadamente). La columna con el reloj de
sol es de la época de Augusto.
La Basílica
5
Fue construida en la segunda mitad del siglo
II a.C., en el marco de una planificación
urbanística, cuyo objetivo consistía en otorgar
a la ciudad un aspecto monumental.
Su planta es rectangular y posee tres naves.
La cubierta es de aguas dobles y descansa
contra las columnas centrales y las
semicolumnas de la parte superior de las
paredes, donde aún se aprecia la decoración
en ‘primer estilo’*. En el fondo está el tribunal,
esto es, el estrado donde se sentaban los
jueces, al que subían por medio de escaleras
de madera. El edificio, en efecto, se empleaba
para administrar justicia y para las
negociaciones económicas.
El Foro
6
La primera plaza monumental que se erigió en este
lugar es del siglo II a.C. Poseía algunos edificios y
soportales, con dos órdenes de columnas de toba, que
durante la época imperial se habían de reemplazar por
otras de piedra caliza blanca. En aquel entonces
también comenzaron las obras de repavimentación y la
construcción de nuevos edificios en la zona Este, en el
sitio donde antes había unas tiendas. El Foro estaba
emplazado en el punto en que se cruzaban los ejes
principales del poblado original. Era la plaza principal de
la ciudad y por la misma no podían circular los carros.
A su alrededor surgían los edificios religiosos, políticos y
económicos más importantes. Durante el siglo I d.C.,
en el Foro se erigieron varios monumentos, en honor
de la casa imperial, como testifican los basamentos
monumentales de las estatuas honorariae de la zona
Sur, delante de los edificios administrativos municipales.
En cambio, a lo largo de los pórticos estaban
dispuestas las estatuas de los ciudadanos ilustres.
Las esculturas nunca se volvieron a encontrar, quizás se
las llevaran los pompeyanos que regresaron después
de la erupción para recoger lo que había quedado.
En el centro del lado Oeste, estaba ubicada la tribuna
de los oradores.
Los Edificios de la Administración Pública
7
Tras el terremoto de 62 d.C., lo rehabilitaron con
opus latericium*, mas no fueron levantados en base
a un proyecto unitario. Los dos edificios del Este
son del mismo período (anteriores al año 80 a.C.);
el otro es más reciente y conserva el piso de
mármol. Son edificios rectangulares y poseen
hornacinas centrales, acerca de cuya función hay
opiniones controvertidas. La sala oriental acaso era
la de los magistrados; la central era el tabularium,
vale decir, el archivo de las leyes. La otra era la sala
de los decuriones*.
El Comitium, un recinto al aire libre, donde se
reunía el populus, a la hora de ejercer sus derechos
políticos y administrativos, da hacia la Vía de la
Abundancia. Se completó antes del año 89 a.C. y,
en la fachada Sur, tiene una tribuna, junto a
hornacinas con estatuas.
Allí se ubicaban los magistrados, que presidían las
asambleas y controlaban que los participantes
votaran conformemente a lo prescrito en las leyes.
El Edificio de Eumaquia
8
La sacerdotisa Eumaquia que, en la época de
Tiberio (14-37 d.C.), era la protectora de los
lavanderos de lana, mandó construir este edificio,
cuya fachada de opus latericium* es posterior al año
62 d.C. En las hornacinas frontales, había estatuas
de la familia imperial, en la cual asimismo se inspira
el delicado bajorrelieve de mármol del portal, que
recuerda los modelos romanos de la época de
Augusto (según algunos estudiosos, decoraba la
entrada del templo de Vespasiano o un pilar).
En el interior había un pórtico con columnas y
estatuas de la Concordia Augusta, en la exedra* del
fondo, y de personajes de la familia imperial, en los
costados. Lo circundaba un pasillo cerrado, donde
se hallaba la estatua de Eumaquia, en la hornacina
detrás de la exedra* (el original se conserva en el
Museo de Nápoles). El edificio acaso fuera el
mercado de la lana, o bien, la sede del gremio de
los fullones. A la derecha de la entrada, había una
tinaja embebida en la pared, en la que la gente
orinaba, desde lo alto de una escalerilla.
El emperador Vespasiano hizo pagar un impuesto
sobre la orina, que se utilizaba como lejía y para
desengrasar los tejidos.
El Aedes Genii Avgvsti
9
Este templete, consagrado al culto del Genio del
emperador Vespasiano, estaba en plena construcción
o rehabilitación, cuando se produjo la erupción de
79 d.C. Surgía en el fondo de un patio descubierto
y constaba de un podio elelevado con cuatro
columnas en la parte frontal y al cual se accedía por
medio de dos escalerillas laterales. Contra el fondo
de la cella estaba emplazado el pedestal con la
estatua del emperador. En el centro, sobre un plinto
bajo, está el altar de mármol blanco, en una de
cuyas caras más largas se aprecia la escena del
sacrificio de un toro, típico del culto imperial. El
templo que se vislumbra en el fondo de la escena,
semejante al edificio real, sugirió la hipótesis de que
el sacrificio representado es el que se celebró con
motivo de la inauguración. En las caras más cortas
del altar, están los instrumentos rituales y en la
última cara larga, apoyada sobre un escudo está la
corona civica de hojas de encina, prerrogativa de la
majestad imperial. Algunos estudiosos consideran
que el templo estaba consagrado al Genio de
Octaviano Augusto, quien vivió entre los años 63
a.C. y 14 d.C. y fue el primer emperador romano: el
título religioso de ‘Augusto’ se lo confirió el Senatum
en el año 27 a.C. Más tarde habría sido puesto bajo
la advocación del Genio de los emperadores que le
sucedieron: el último fue Tito Flavio Vespasiano.
El Santuario de los Lares Públicos
10
Algunos estudiosos opinan que fue edificado
después del terremoto del año 62 d.C. y que
lo consagraron a los dioses protectores de
Pompeya, para expiar públicamente la
animadversión divina contra la ciudad, que se
había puesto de manifiesto a través del
cataclismo (prodigium). Según otros, el
Santuario es anterior al año mencionado y
estaba vinculado al culto de la familia imperial.
El edificio es de hechura compleja: está
atiborrado de hornacinas y columnas adosadas
a las paredes, que seguramente tendrían una
rica decoración de mármol, que nunca fue
terminada. La estructura portante es de opus
latericium* y las paredes son de opus
reticolatum* y de opus incertum*. En el centro
del área estaba ubicado el altar donde se
hacían los sacrificios.
El Macellum
11
Este edificio, que albergaba el mercado
principal de la ciudad, es del siglo II a.C. y fue
reformado varias veces. Las bases, que se
aprecian adelante del pórtico de entrada,
sustentaban las estatuas honorariae de
ciudadanos eminentes. En el interior, hallamos
un patio con soportales, donde estaban
ubicadas las tiendas. Contra las doce bases,
que surgen en el centro, descansaban los pies
derechos de madera que sostenían el techo
cónico. En el fondo, la sala de la derecha se
utilizaba para vender carne y pescado;
mientras que, en la de la izquierda, según los
estudiosos, se daban banquetes en honor del
emperador, a quien estaba consagrado el
sacellum o templete, en el centro de la pared
del fondo. En la pared del Noroeste hay unos
frescos en ‘cuarto estilo’*, que representan
edificios fantásticos, alternándose con unos
paneles con figuras aisladas, cuadros de tema
mitológico y naturalezas muertas de gusto
popular.
El Templo de Júpiter
12
Fue erigido en el siglo II a.C. Posee un alto
podio, con escalera frontal, que hace de base a
la cella. Esta última estaba circundada por una
hilera de columnas y unas columnatas de dos
órdenes la subdividían en tres partes.
En su interior, había una estatua de Júpiter, de
la época de Sila (80 a.C. aproximadamente),
cuya cabeza ha llegado hasta nuestros días.
En ese entonces, el edificio se transformó en
Capitolium y fue consagrado al culto de la
denominada ‘Trinidad Capitolina’, esto es,
Júpiter, Juno y Minerva. El piso de la cella, al
igual que el del templo de Apolo, era de
piedras de varios colores y de forma
romboidal, que se disponían organizando un
dibujo de cubos en perspectiva (opus
scutulatum). El podio fue restaurado durante la
época de Tiberio (14-37 d.C.), cuando
también se reemplazó el gran altar que está
en el Foro, en eje con el templo.
Los Graneros del Foro
13
El mercadillo de las hortalizas y la fruta o foro
olitorio se construyó después del año 62 y,
probablemente, no estaba terminado (o aún
no había sido inaugurado), cuando se produjo
la erupción. Reemplazaba a otros edificios con
soportales y, a su lado, había una letrina de
grandes dimensiones. En la actualidad, se utiliza
como almacén de restos arqueológicos de
distinto tipo, que se encontraron en Pompeya
(ánforas, elementos arquitectónicos, adornos
de mármol para jardines, etc.). Y además se
exponen algunos vaciados y mascarillas de las
víctimas de la erupción.
La Mensa Ponderaria
14
Era la oficina pública donde se controlaban las
medidas de capacidad y peso. A estos efectos
se utilizaba, como patrón, el sistema métrico
osco, que más adelante seria reemplazado por
el sistema promulgado por Augusto, tal como
recuerda una inscripción de 20 a.C.
aproximadamente, que está esculpida en la
fachada principal. La Mensa Ponderaria surgía
cerca del mercadillo de las hortalizas y la fruta
y se edificó aprovechando la pared Este del
templo de Apolo. Funcionaba desde fines del
siglo II a.C. Consta de dos mostradores de
piedra caliza, solapados, a cierta distancia.
Cada uno contenía cavidades que
correspondían a las distintas medidas.
El producto que se medía salía por abajo a
través de un orificio.
Las Termas del Foro
15
Las edificaron después del año 80 a.C., con
arreglo al esquema de las Termas de Estabia,
que eran más grandes. A ambos lados de los
hornos estaban ubicadas las salas de las
mujeres y las de los hombres y, a continuación,
venían el apodyterium (vestuario), el frigidarium
(sala del baño frío), el tepidarium (la sala tibia)
y el caldarium (sala de los baños de agua
caliente). A la palestra o gimnasio, con pórtico,
se entraba por la Vía del Foro o pasando por
el vestuario de los hombres. El tepidarium no
estaba calefaccionado con equipos modernos,
sino con un brasero de bronce de gran
tamaño, que donara M. Nigidio Vaccula.
Unos telamones* separan las hornacinas
donde se guardaban los ungüentos y los
objetos de tocador. La bóveda está decorada
con bajorrelieves de estuco, que componen
recuadros geométricos y figuras mitológicas.
Se realizaron durante las obras de
reconstrucción, posteriores al año 62 d.C.
Las termas públicas eran baratas y a las
mismas acudía un gran número de personas.
Al parecer, la hora del baño era la de las
primeras horas de la tarde.
El Templo de la Fortuna Augusta
16
En Roma, al igual que en otras ciudades de Italia,
se construyeron edificios consagrados al culto de
la Fortuna Redux, cuando Augusto regresó de las
expediciones de los años 19-13 a.C. En Pompeya
el duoviro* M. Tullius mandó edificar, de su cuenta y
en un terreno de su propiedad, este templo en
honor del emperador, con columnas y capiteles
corintios de mármol en la fachada principal.
La cella estaba adornada por cuatro columnas que
ceñían el frente y otras dos se levantaban en los
costados. En su interior, estaba la estatua de la
Fortuna, mientras que en las hornacinas laterales,
se hallaban las de la familia imperial y, acaso, la del
propio M. Tullius.
La Casa del Fauno
17
Con su superficie de 2.970 m2, es la mansión más
espaciosa de Pompeya. Fue edificada a principios del
siglo II a.C., sobre una vivienda más antigua y adquirió
su forma actual, a través de varias reformas. Desde la
entrada, que se encuentra a la izquierda, se pasa al
sector que estaba destinado a recibir a los invitados.
La puerta de la derecha conduce a los aposentos
particulares, vale decir, el atrio, cuyo techo descansa
sobre cuatro columnas, el establo, la letrina, las termas
y la cocina. En la entrada, aún se aprecia la inscripción
latina HAVE. La decoración que pertenece al ‘primer
estilo’* junto con los pisos de opus sectile* y el
umbral de mosaico (que se conserva en el Museo de
Nápoles) recalcan la solera de esta casa, que se
parece más a las domus de la aristocracia romana,
que a las viviendas de la burguesía del lugar.
En el centro del impluvium* se yergue la estatua de
bronce del ‘fauno’ (siglo II a.C.), cuyo original se
encuentra en Nápoles. Alrededor del mismo, se
disponen las habitaciones, con pisos de mosaico y
adornos en ‘primer estilo’* en las paredes. Entre los
dos jardines con galerías, está la exedra*, que era el
centro de la casa, con columnas corintias, capiteles
estucados y pintados y un espléndido mosaico (que
se conserva en el Museo de Nápoles). El mismo, que
representa la victoria de Alejandro Magno contra
Darío, rey de Persia, sugirió un vínculo entre el
soberano de Macedonia y el desconocido, culto y
adinerado dueño de casa.
La Casa de la Fuente Pequeña
18
El trazado original (comienzos del siglo I a.C.)
se basa en el esquema típico de la casa
romana con atrio, que se organiza
fastuosamente en torno al eje entrada- atriotablino*. De esta manera, el huésped, nada
más llegar, podía percatarse del status del
dueño de casa. Casi todas las habitaciones dan
al atrio. Las aguas de la cubierta están
inclinadas hacia el interior de la vivienda
(compluvium*) para recoger el agua de lluvia
en el estanque (impluvium*), que estaba en el
centro de la habitación. Desde allí, el agua
pasaba a una cisterna subyacente. En el jardín,
las paredes del peristilo* están suntuosamente
decoradas con frescos, con paisajes y edificios
marítimos. La fuente - ninfeo, con
revestimiento de mosaico y ornamentada con
esculturas, se comienza a emplear a partir de
mediados del siglo I d.C.
La Casa de los Dióscuros
19
Es una de las mansiones más espaciosas y
suntuosas del último período de Pompeya. Se
excavó entre 1828 y1829. Es famosa por la
magnificencia de sus pinturas en ‘cuarto
estilo’* y por el entramado de sus vastos
espacios al aire libre. La casa se organiza
entorno a uno de los cuatro ‘atrios corintios’
que se descubrieron en Pompeya, con la
cubierta, apoyada contra numerosas columnas.
Aquí hay doce de toba. La decoración de las
paredes es obra de los artistas del mismo
taller que trabajó en la Casa de los Vettii.
Las pinturas más significativas, como la de la
entrada, con los Dióscuros, Cástor y Pólux, en
quienes se inspira el nombre de la morada, se
conservan en el Museo Arqueológico de
Nápoles. Pero en el peristilo* el visitante aún
puede admirar los paneles pintados con
edificios esbeltos y naturalezas muertas.
La Casa de Meleagro
20
La casa le debe su nombre a la pintura con
Meleagro y Atalanta, que se encuentra a la
izquierda de la entrada y que el paso del
tiempo desdibujó. En la compleja estructura
de la casa, cabe observar la estancia destinada
a la sala y al oecus, es decir, el salón de
recepción de tipo corintio, decorado con
columnas, poco común en Pompeya.
Las habitaciones están dispuestas alrededor
del atrio, con impluvium* central y conservan
sus pisos originales, de la época republicana,
de opus signinum*, adornados con teselas
blancas.
La Casa de Apolo
21
En el mito del dios Apolo se inspiran varias
obras de esta casa, que le debe su nombre.
Probablemente pertenecía a A. Here(n)nuleius
Communis, como se desprende de un anillo de
sello que fuera descubierto en 1830. Las
estatuas de Apolo y de Fauno que cazan una
cierva (actualmente, en el Museo de Nápoles)
adornaban la entrada del tablino*, donde hay
un cuadro de Venus. El cubículum o alcoba se
halla en el fondo del jardín y conserva su
abundante decoración: en la parte exterior, el
revestimiento de piedra caliza porosa hacía de
soporte de un extenso mosaico, del que aún
permanece en su lugar una parte, de varios
colores, con el motivo de Ulises que reconoce
a Aquiles, quien, disfrazado de muchacha, se
esconde entre las hijas del rey Licomedes de
Esciros. En el interior, hay frescos con escenas
que se inspiran en el mito de Apolo.
La Casa del Poeta Trágico
22
Posee el trazado típico de la casa con atrio,
pero es más pequeña que otras de
dimensiones grandiosas. Su nombre procede
del emblema o recuadro con mosaico del
tablino*, que representa el ensayo teatral de
un coro de sátiros, que se conserva en el
Museo Arqueológico de Nápoles, al igual que
otros cuadros con Admeto y Alcestis y
episodios de la Ilíada. En la casa permanecen
sólo los del oecus o salón de recepción, con
Ariadna a quien Teseo deja abandonada y un
nido de amorcillos. En la entrada de la casa se
encuentra el famoso mosaico del perro atado
con un cadena y la inscripción que reza CAVE
CANEM ("cuidado con el perro"), típico de
otras viviendas pompeyanas. También citan la
advertencia las fuentes literarias, como, por
ejemplo, el risueño episodio del Satyricón de
Petronio, donde el protagonista se pega un
buen susto, por culpa de un perro pintado.
Esta casa que, hacia 1824-1825, estaba recién
excavada, sirvió de modelo para la morada de
Glaukos, en la novela de E. Bulwer-Lytton, Los
últimos días de Pompeya (1834).
La Casa de Pansa
23
Los capiteles jónicos del jardín con galería
permitieron datar la vivienda entorno de los
años 140-120 a.C. El trazado ‘en atrium’ de la
misma se organiza alrededor del eje entradaatrio-tablino* y ocupa toda la manzana.
La acera delante de la entrada y el piso del
atrio están pavimentados con piedras de
colores y fragmentos de ladrillo. Según el
edicto, que se aprecia pintado en el callejón
adyacente, durante los últimos años de
Pompeya, el rico y poderoso Cn. Alleius Nigidius
Maius, mercader de origen campano y
duoviro*, entre 55 y 56 d.C., alquilaba una
parte de la misma a terceros.
La Casa del Horno
24
Se remonta al siglo II a.C., pero la rehabilitación
que se realizó después del terremoto del año
62 d.C. destinó la planta baja a actividades
productivas; mientras que la parte residencial se
concentró en el primer piso, al que se accedía
por la escalera que está en el atrio, a la derecha
de la entrada. Al parecer, cuando se produjo la
erupción (79 d.C.), las obras no estaban
terminadas. Durante largo tiempo, fue la única
panadería de grandes dimensiones que se halló
en Pompeya. Hoy conocemos treinta y cinco.
En el hortus o jardín, se encontraban las
instalaciones de moler trigo, de amasar y cocer
el pan. Aún se aprecian las cubas de agua, el
horno abovedado, cuatro muelas de piedra
lávica ancladas a bases de opus incertum*;
mientras que en la habitación de la derecha,
sobre dos soportes de piedra, estaba la mesa
donde ponían el pan para que fermentara
antes de enhornearlo por primera vez.
A la izquierda del tablino* estaba la cocina.
En el establo, que daba al jardín y al callejón de
Modesto, se hallaba el pesebre, adosado a la
pared. En este punto, se encontró el esqueleto
de una mula con todos los arreos.
La Casa de Sallustio
25
El bombardeo de 1943 provocó daños en
esta casa, que es una de las más antiguas de
Pompeya (III a.C.). Según el anillo de sello que
se encontró en 1806, pertenecía a A. Cossius
Libanus y no al C. Sallustius mencionado en la
fachada. Algunos estudiosos creen que la
habían transformado en albergue, con
numerosas habitaciones y con planta alta, la
cual se añadió durante una reforma. Conserva
parte de la fastuosa decoración en ‘primer
estilo’*: el antiguo jardín tenía dos galerías con
columnas de piedra caliza. A orillas del
impluvium* de toba que surge en el atrio,
había una cervatilla de bronce. Un pasillo
conduce a las habitaciones que se sumaron al
núcleo original en el siglo I a.C., que
probablemente fueran las que usaba el dueño
del albergue. En la pared del fondo de un
pequeño jardín de esta casa, está pintado
Acteón a quien atacan los perros de la diosa
Diana, ya que el cazador se había atrevido a
espiarla desnuda.
La Casa del Cirujano
26
El instrumental quirúrgico de hierro y de bronce,
con sus sondas, fórceps obstétricos, catéteres y
bisturíes sugirieron el nombre de esta casa, que es
una de las más antiguas de Pompeya (III a.C.).
La fachada es de sillares de piedra caliza, mientras
que las paredes interiores son de ‘opus africanus’*.
Esta casa de trazado uniforme es fruto de dos
reformas sucesivas, como mínimo. A la parte que
estaba destinada a la servidumbre, se le sumó el
primer piso. Unos estudios recientes afirman que
el impluvium* de toba pertenece al diseño original.
La decoración que ha llegado hasta nuestros días
se puede admirar, sobre todo, en una habitación
con ventanas que dan al jardín, con pinturas en
‘primer estilo’*, en el exterior (II a.C) y en ‘cuarto
estilo’* en el interior (después del 50 d.C.).
La Puerta de Herculano y la Muralla
27
La puerta lleva este nombre porque en ella
nacía el camino que unía a Pompeya con
Herculano. Posee tres fornicis, es decir, arcadas.
Las laterales son más pequeñas. Parte de la
bóveda se derrumbó. La puerta se construyó
después de que el general romano Sila
conquistara la ciudad en el año 89 a.C.
En la parte que da a la ciudad, las murallas
adyacentes son del siglo III a.C.
La escalinata que se encuentra a la derecha de
la puerta, permitía subir cómodamente al
camino de ronda.
En la zona de extramuros, a la izquierda, se
conservan las murallas que se edificaron con
grandes sillares de toba, de 7 metros de alto
aproximadamente. A lo largo de este tramo,
aún se advierten las huellas de los proyectiles
de piedra que se arrojaron contra la ciudad,
durante el sitio de Sila.
También se puede ver un tramo de las
murallas, nada más entrar por la cancela de la
izquierda.
La Puerta de Herculano: la Necrópolis
28
La necrópolis de la Puerta de Herculano, que
se excavó entre 1763 y1838, es la más
conocida de la ciudad, con sus tumbas que
datan desde mediados del siglo I a.C. hasta
bien entrado el siglo I d.C. En este período, se
solía cremar a los difuntos y las cenizas se
recogían en una urna, que luego se empotraba
en la tumba o se enterraba y marcaba con un
busto humano o columella.
Entre las numerosas sepulturas, son dignas de
mención la tumba en forma de asiento
semicircular de la sacerdotisa Mamia; la gran
cámara fúnebre, que remata en un edículo
circular, entre cuyas columnas se hallaban las
estatuas de personalidades eminentes de la
gens Istacidia; las tumbas con altar, revestidas
de mármol (54-68 d.C.) de C. Calventius
Quietus (con el bisellium, esto es, el asiento
doble, símbolo del honor de que gozara en
vida, sentándose en la primera fila del teatro),
de Naevoleia Tyche y C. Munatius Faustus (la
nave de carga alude al oficio de mercader de
este último).
La Villa de Diomedes
29
Esta villa seudourbana se excavó entre 1771 y
1774. Se cree que pertenecía a M. Arrius
Diomedes, cuya tumba surge frente a la entrada
monumental, que conduce directamente al
peristilo*, con arreglo a las enseñanzas del
arquitecto latino Vitruvio, en materia de villas.
Al costado, se encuentran la zona termal, los
aposentos de los dueños y las habitaciones de
servicio. Desde el triclinio* se gozaba de unas
vistas espléndidas del mar y del jardín, que
estaba ubicado más abajo. Por una escalera se
accede a los apartamentos inferiores de esta
lujosa villa (hoy no se pueden visitar), edificados
sobre un criptopórtico, galería subterránea que
servía de bodega para el vino. Sobre la misma
surge el peristilo* que ciñe el jardín. Junto a la
puerta trasera, yacían dos cuerpos abrazados.
Uno de ellos llevaba un anillo de oro en un
dedo y una llave de plata en la mano, junto a
1356 sestercios. Otros diez y ocho cuerpos de
hombres, mujeres y niños, asfixiados por los
vapores, fueron encontrados en el subterráneo.
La Villa de los Misterios
30
Fue edificada en el siglo II a.C., en una cuesta, de
cara a la playa. La rehabilitaron, por primera vez,
hacia el año 60 a.C. y, más tarde, en el siglo I d.C.
Forma parte del centenar de villas romanas que se
descubrieron al pie del Vesuvio. Por lo general, eran
explotaciones agrícolas, pero también respondían a
la moda de la época, en boga entre las clases
adineradas, que buscaban un ‘refugio’ en las afueras,
donde fuera posible reconstruir una atmósfera
imbuida de cultura griega. La parte de la villa que
da al mar comprende los aposentos de los dueños,
que están decorados con unos espléndidos
ejemplos del ‘segundo estilo’* (principios del siglo
I a.C. - año 20 a.C.). La otra parte estaba destinada
a la servidumbre, junto a los locales donde se hacía
el vino (torcularia). Aquí se reconstruyó un lagar
donde se exprimía la uva, cuyo tronco remata en
una cabeza de carnero.
A lo largo de las paredes del triclinio*, se
encuentra el gran fresco (megalographia), con las
escenas de un rito de iniciación en los misterios
dionisíacos (al que la villa debe su nombre), o bien,
de la iniciación de la mujer en la vida de casada.
En el tablino*, se pueden admirar unos espléndidos
ejemplos del ‘tercer estilo’*, con motivos en
miniatura contra un fondo negro, que se inspiran
en la pintura egipcia.
La Necropolis de la Puerta del Vesuvio
31
A la vera de cada una de las vías de acceso de la
ciudad, había una necrópolis extramuros, excepto en
la zona de la Puerta Marina, al parecer. En la de la
Puerta del Vesuvio encontramos una tumba de
toba, en forma de asiento semicircular (schola), típica
de los personajes femeninos importantes.
Pertenecía a Arellia Tertulla, que según se cree era la
mujer del augur y duoviro* M. Stlaborius Veius Fronto.
La tumba de al lado, con base de toba y de opus
incertum*, decorada con estucado y con una
columna que, probablemente, sostenía una copa de
mármol, pertenecía a Septumia, a quien la
administración de la ciudad –según consta en el
epígrafe- le donó el suelo y el dinero para la
sepultura. Monumental es la tumba de C. Vestorius
Priscus, quien falleció a los 22 años, en 75 o 76 d.C,
y era edil de Pompeya (magistrado que ejercía el
cargo de inspector de obras públicas y que velaba
por la limpieza e integridad de las calles y edificios y
sobre el orden público). La misma consta de un
recinto que circunda el basamento, contra el que
descansa un altar. Aquí se conservan estucos de
valor, con ménades y un sátiro. En las paredes
interiores del recinto, hay frescos con escenas de
caza, luchas de gladiadores y episodios de la vida del
difunto, como la mesa puesta con un juego de plata,
que da fe del status social del mismo.
El Castellum Aquae
32
El denominado “castillo del agua” se utilizaba para
el abastecimiento de la ciudad, pues en el mismo
culminaba un ramal del acueducto del Serino,
que se construyó en la época de Augusto.
Está ubicado cerca de la puerta del Vesuvio, en el
punto más alto de Pompeya (42 m), para sacar
partido de la presión que originaba la caída del
agua, a fin de encauzarla por los tres conductos
principales. Un sistema de compuertas regulaba
la distribución, con arreglo a las necesidades.
Su planta es circular y remata en una bóveda,
cuya cúpula mide aproximadamente 6 metros de
diámetro.
Por fuera tiene forma trapezoidal, a lo largo de
toda la estructura. El lado Oeste es de opus
reticulatum*, al igual que el Este, contra el que se
apoya el muro de la Puerta del Vesuvio. La pared
Norte es de opus incertum* y la del Sur, de opus
latericium*, con tres arcadas ciegas,
probablemente se remozó tras el terremoto del
año 62 d.C. y los movimientos telúricos de los
años siguientes, que menoscabaron el edificio.
En el año 79 d.C. este gran tanque de agua y
toda la red hídrica de la ciudad, con sus cerca de
40 fuentes no funcionaban.
La Casa de los Amorcillos Dorados
33
La casa le debe su nombre a los amorcillos,
realizados sobre láminas de oro (actualmente, en el
Museo de Nápoles), que adornaban una de las salas.
Los grafitos indican que su dueño era Cn. Poppaeus
Habitus, pariente de Popea Sabina, la segunda
esposa de Nerón. El edificio, que era del siglo III a.C.,
fue reformado en varias oportunidades, hasta el
siglo I d.C. y se organiza en torno al peristilo* con
jardín, al que dan las habitaciones. Unos motivos
mitológicos y paisajes en ‘tercer estilo’* adornan las
paredes del salón de recibir. En el piso hay un
rosetón de mosaico blanco y negro, según los
cánones de la moda de la época de Augusto.
El jardín estaba decorado con bajorrelieves y
esculturas de mármol, que se inspiraban en el
mundo natural y dionisíaco. Las mismas, en algunos
puntos, se utilizaban como fuentes surtidoras, según
el gusto en boga, que imitaba algunos rasgos de las
casas de campo. Además del larario (edículo) de
fábrica, para el culto tradicional, en el peristilo* hay
una pintura que representa a varias divinidades
egipcias; a saber: Anubis, el dios de los muertos, con
su cabeza de chacal; Harpócrates, nombre dado por
los griegos a Horus, el dios niño, hijo de Isis* y
Osiris; Isis* y Serapis, el dios que curaba las
enfermedades. A su vera se aprecian los objetos del
culto de Isis*, a los que guardaba la cobra sagrada
(uraeus) y, al pie, las serpientes agathodémones,
númenes benéficos.
La Casa de Caecilius Iucundus
34
La edificaron entre fines del siglo III y
comienzos del II a.C., en opus africanus*, de
piedra caliza del Sarno; mientras que
emplearon toba para las partes decorativas.
Es famosa por los dos bajorrelieves que
decoran el larario (sacellum o santuario
doméstico), que representan con un vívido
estilo popular los efectos del terremoto (62
d.C.) en algunos edificios públicos
pompeyanos. Uno de ellos fue robado; el otro
se conserva en un depósito. A la izquierda del
tablino*, se puede apreciar la mascarilla del
banquero L. Caecilius Iucundus, que vivía en
esta casa en 79 d.C. Suyo era el archivo de
154 tablillas de cera que se encontró en la
morada. En las mismas estaban registradas las
sumas que, entre los años 52 y 60 d.C., abonó
a las personas por cuenta de las cuales había
vendido bienes (sobre todo, esclavos) o
cobrado alquileres, aplicando una comisión
que oscilaba entre el 1 y el 4%.
Las Termas Centrales
35
El eje de las actividades económicas y sociales
de Pompeya, con el correr de los años, se
desplazó hacia la Vía de Estabia. Por ello,
después de 62 d.C. se empezó a construir un
nuevo complejo termal, que ocupa toda una
manzana de la región IX, mas las obras nunca
concluyeron. Cabe destacar que, en el
proyecto, la zona de los hombres no estaba
separada de la de las mujeres. Un sistema
eficaz garantizaba la calefacción de las salas;
pero cuando se produjo la erupción, aún no
habían levantado los hornos, ni habían
organizado el jardín con la galería de pilares, el
gimnasio y la piscina. A los costados de la
entrada principal, que da a la Vía de Nola, dos
pequeñas habitaciones, según los estudiosos,
hacían de taquilla y de depósito de los objetos
de valor.
La Casa de los Vettii
36
Los grafitos electorales y dos sortijas de sello
dicen que esta domus pertenecía a los Vettii, dos
libertos adinerados. La casa fue reformada en el
siglo I d.C. y se organiza alrededor del patio
interior o peristilo*. Las pinturas de la entrada, de
estilo sencillo, expresan votos de prosperidad.
En las mismas sobresale la figura de Príapo, dios
de la fertilidad, que apoya su enorme miembro
en el platillo de una balanza, al que hace de
contrapeso una bolsa de dinero. A la derecha de
la entrada, se encuentra el larario: un edículo, con
el fondo pintado con los Lares y el Genio del
dueño de casa, mientras realiza un sacrificio a los
dioses. Abajo está la serpiente agathodémone,
numen tutelar. En el hogar de la cocina, están la
rejilla y las ollas. Aquí se encontró la estatuafuente de Príapo, que pertenecería al jardín,
donde había otras estatuas con surtidores de
agua, en un rico contexto escenográfico. También
el atrio, en ‘cuarto estilo’*, es muy refinado, al igual
que el compluvium*, con su canalón de terracota.
La sala es famosa por los paneles pintados de
‘rojo pompeyano’ y por el friso de los oficios y los
juegos que realizan los amorcillos. Las paredes,
decoradas en ‘cuarto estilo’*, con escenas
mitológicas, trasforman la sala de estar en una
especie de pinacoteca, que elevaba la imagen
cultural del dueño.
La Casa de la Caza Antigua
37
El trazado original se conservó, cuando la
remozaron y decoraron en ‘cuarto estilo’*,
poco antes de la erupción del año 79 d.C.
Posee la planta típica de la casa romana con
atrio, que se organiza suntuosamente en torno
al eje entrada-atrio-tablino*, para que el
huésped, recién llegado, percibiera de inmediato
el status del dueño de casa.
Está bien conservada la decoración de la
segunda sala, a la derecha del atrio. En cambio,
se ha menoscabado un poco la gran escena
pintada en la pared del fondo del jardín, que
representa una batida de caza mayor: alusión a
las villas suburbanas que poseían cotos de caza.
Fastuosos son los frescos del tablino, que da al
atrio y al jardín: el rodapié imita revestimientos
de mármol; la predela se inspira en paisajes del
Nilo, a los que se suman unos amorcillos
cazadores, mientras que, en las paredes, unos
paneles celestes semejan alfombras que el
viento hincha.
La Panadería
38
Pertenecía, probablemente, a N. Popidius
Priscus, quien vivía en la casa de al lado, esto
es, en el número 20, y la administraba por
medio de un liberto*. Típicos de las treinta y
cuatro panaderías, que se hallaron en
Pompeya, son el horno de leña, similar a los
actuales, y las muelas (que aquí ascienden a
cuatro, junto a otra, más pequeña) de piedra
lávica, dura y porosa, que no contaminaba la
harina con astillas peligrosas para los dientes.
Las muelas constaban de un bloque cónico
(meta), amarrado a una base de obra de
albañilería, sobre el que se ubicaba un
elemento en forma de clepsidra (catillus), el
cual, por su parte, se ataba mediante una
cuerda a una mula, que lo hacía girar. El trigo
se echaba en el catillus y se molía, al pasar por
entre los dos bloques que se rozaban entre sí.
Esta panadería carece de mostrador para
vender. Es probable que vendiera al por
mayor, o bien, a través de vendedores
ambulantes o libarii. Los romanos empezaron
a consumir pan en el siglo II a.C. Antes de esa
época, con la harina se preparaba una papilla
de trigo, que se denominaba puls.
El Lupanar
39
“Lupa” no sólo quería decir “loba”, en latín, sino
también “prostituta”. Éste no sólo era el burdel
mejor organizado de los numerosos que
existían en Pompeya, sino que es el único que
se construyó con esta finalidad específica. Los
demás solamente poseían una habitación, o
bien, se habían edificado en los altos de una
tienda. En la planta baja y en el primer piso,
había cinco cuartos y una letrina. Las camas
eran de fábrica y llevaban colchón. Unos
recuadros, pintados con las distintas posiciones
de los juegos eróticos, decoraban el lupanar.
Las prostitutas eran esclavas, por lo general,
griegas y orientales. El precio oscilaba entre los
2 y los 8 ases (una copa de vino costaba 1).
Las ganancias, dado que estas mujeres carecían
de personalidad jurídica, iban a parar al amo o
al leno, esto es, que administraba el burdel.
El edificio se remonta a los últimos períodos
de la ciudad: en una de las habitaciones, en el
enlucido fresco quedó grabada la huella de una
moneda del año 72 d.C.
Las Termas de Estabia
40
Es el edificio termal más antiguo de la ciudad
(siglo II a.C.), que se edificó sobre unas
instalaciones más antiguas (siglo IV o III a.C.) y
fue reformado en varias ocasiones. A la izquierda
de la palestra o gimnasio central, circundado por
un pórtico, surgen las estancias que estaban
destinadas al baño, subdivididas en dos secciones:
una, para las mujeres y la otra, para los varones.
El frigidarium era la sala para el baño de agua fría,
el apodyterium era el vestuario, el tepidarium era
la sala tibia y el caldarium era la sala para el baño
de agua caliente. Con los hornos se generaba
calor. En la parte Norte hay una letrina de
grandes dimensiones y hacia el Oeste, una piscina
(natatio). En la entrada y en el gimnasio o
palestra se conserva la refinada decoración de
estuco polícromo, que fuera realizada poco antes
de la erupción del año 79, con motivos
figurativos y mitológicos en ‘cuarto estilo’*.
El estuco, que era de cal y calcita, era resistente a
la humedad. Cabe destacar el método que se
empleaba para calefaccionar las distintas salas:
el piso estaba apoyado contra unos pequeños
pilares de ladrillo (suspensurae) y, por el espacio
vacío subyacente (hypocaustum), circulaba el aire
caliente que generaban los hornos. El mismo
también pasaba por el interior de la cámara de
aire, que se dejaba entre las paredes, merced a lo
cual envolvía la habitación por completo.
El Foro Triangular
41
Esta plaza de forma triangular surge en la ladera
Sur de la colina de Pompeya, de cara al mar y al
río Sarno. Se accede a la misma, a través de unos
majestuosos propíleos o puertas monumentales,
con columnas jónicas. La circunda un pórtico de
noventa y cinco columnas dóricas, excepto en la
fachada Sur, para no ocultar el panorama.
El Foro Triangular formaba parte de un amplio
proyecto urbanístico del siglo II d.C., que
perseguía el objetivo de embellecer toda el área
de los teatros y los templos (el ‘dórico’, el de Isis
y el de Júpiter Meiliquio). A lo largo de la fachada
Este de la columnata, corre un pared baja, que
delimita un amplio pasillo. El mismo,
probablemente, estuviera destinado a las carreras
de atletas y ecuestres, que se celebraban durante
las fiestas religiosas. Aquí mismo surge una
hermosa construcción de planta central (tholos)
–alrededor de un antiguo pozo sagrado- con
siete columnas dóricas de toba, que acaso
rematara en un techo cónico. La mandó edificar
el magistrado samnita Numerius Trebius (según
reza la inscripción del arquitrave, escrita en osco).
El Templo Dórico
42
Cerca del límite Oeste del área sagrada, surge
un templo de la primera mitad del siglo VI
a.C., que fue rehabilitado en numerosas
ocasiones y que sufrió graves daños, durante
el terremoto de 62 d.C. Los pompeyanos
habían dejado de usarlo, antes de la erupción.
Su estilo pertenece al orden dórico.
La profunda cella estaba circundada por once
columnas en la fachada más larga, y por siete,
en el lado más corto. Hasta nuestros días han
llegado las gradas del basamento, algunos
capiteles y una base fuera de eje en la fachada
Este de la cella, que correspondía
probablemente a otra similar, en el otro
costado. Por ello, los estudiosos suponen que
estaba consagrado a dos divinidades; a saber:
Minerva /Palas Atenea y Hércules/Heracles,
muy venerados por los pueblos itálicos.
Lo mismo sugieren un epígrafe osco, que se
descubrió en los alrededores y las antefijas
que decoraban el templo.
El Teatro Grande
43
Fue edificado en el siglo II a.C., sacando
partido de una cuesta natural, donde se
realizó el graderío (cavea), en forma de
herradura, que estaba subdividido en tres
zonas diferentes. La inferior (ima cavea),
revestida en mármol, estaba reservada para
los decuriones* y demás personalidades.
Durante la época de Augusto, sobre el pasillo
anular, se hizo apoyar el graderío superior y se
añadieron las tribunas de honor, encima de los
accesos laterales. El teatro, gracias a estas
obras, tenía cabida para alrededor de 5.000
espectadores. El proscenio y la escena,
antiguamente adornada con mármoles y
estatuas, eran de opus latericium * y fueron
levantados durante la reconstrucción del año
62 d.C., tras el terremoto. Las piezas que se
representaban en este teatro, muy
probablemente, eran las Atellanae (farsas
populares en osco), las comedias de Plauto y
Terencio, mimos y pantomimas (con danza y
música).
El Cuadripórtico de los Teatros
44
Este gran espacio, con pórticos que ciñen sus
cuatro costados, era una especie de foyer
canónico, que se encontraba en todos los
teatros helenísticos y que Vitruvio codificó en
De architectura. Por el mismo podían pasear
los espectadores de los dos teatros
adyacentes, durante los intervalos de los
espectáculos, o bien, podían guarecerse, si se
largaba a llover. Probablemente fue edificado
en la misma época que el odeón (año 80 a.C.
aproximadamente), mas tan sólo después del
terremoto de 62 d.C., se le añadieron algunas
estancias, en dos pisos, a lo largo de las
paredes perimétricas. Las armas de los
gladiadores que se hallaron en este lugar,
avalan la hipótesis de que, durante los últimos
años de la ciudad, este edificio se había
convertido en cuartel de los gladiadores.
El Teatro Pequeño
45
El odeum, esto es, el odeón o teatro pequeño,
que probablemente estuviera destinado a
espectáculos musicales y a recitar poesías, fue
erigido en la época de Sila, durante los
primeros años de la colonia (hacia el año 80
a.C.). Como atestiguan las inscripciones que se
descubrieron en el mismo, poseía una cubierta
que le otorgaba una acústica excelente.
Esta última se apoyaba contra las paredes
perimétricas, que delimitaban la gradería
(cavea) y estaban decoradas con telamones*
esculpidos. La parte inferior (ima cavea)
conserva las gradas bajas y anchas, donde se
ubicaban los asientos (bisellia) que estaban
reservados para los decuriones*.
Una balaustrada, decorada con patas de grifo
aladas, la separa de la media cavea.
El Templo de Asclepio (Júpiter Meiliquio)
46
Una inscripción, que se halló en los alrededores de
la Puerta de Estabia, confirma que, en Pompeya, se
adoraba a Júpiter Meiliquio (‘dulce como la miel’).
Júpiter/Zeus compartía este epíteto con las diosas
Juno/Hera y Venus/Afrodita y con el mismo lo
invocaban, sobre todo, en Grecia, en el marco de
un culto vinculado a las divinidades del más allá y a
los ritos secretos.
Al recinto sagrado se accede por la Vía Estabia y a
través de la puerta, no monumental, se entra en el
pórtico, que descansaba sobre dos columnas (sólo
han llegado hasta nosotros los cimientos y un
capitel dórico de las mismas). Desde allí se pasaba
al patio. En el centro, había un altar de toba de
Nocera. Por la gradería se subía al podio, que
ostentaba cuatro columnas en la fachada principal y
dos en las laterales, con capiteles corintios. Luego
venía la cella y, en el fondo de la misma, se hallaba
el pedestal de las estatuas del culto. El edificio, al
parecer, data del siglo III o II a.C. y fue remozado en
la época de Sila (80 a.C.). Recientemente los
estudiosos han vuelto a abogar en favor de una
antigua hipótesis, que atribuye el templo al culto de
Asclepio e Igea, en virtud de las estatuas de
terracota y de otros objetos que se descubrieron
en su interior.
El Templo de Isis
47
En el centro de un patio, al que ceñía un pórtico de
columnas corintias, decoradas con estuco, sobre un
podio, se yergue el templo de Isis que se construyó a
fines del siglo II a.C. Inmediatamente después del
terremoto de 62 d.C., fue reconstruido en opus
latericium* por N. Popidius Ampliatus, quien le atribuyó
el mérito a su hijo Celsinus, para ayudarle en la carrera
política. Tras la escalera de la fachada, se encuentra el
pronao, con cuatro columnas en la fachada delantera
y dos en las de los costados.
En dos hornacinas laterales, se encontraban
emplazadas las estatuas de Anubis y Harpókrates,
divinidades egipcias, vinculadas al culto de Isis*.
En el fondo del edificio, en una ancha cella se hallaban
las bases de las estatuas que estaban destinadas al
culto, entre las cuales, probablemente, se encontraba
la de Isis*, que fue descubierta en el pórtico. A este
último dan dos estancias de servicio y de culto,
mientras que en el interior hay un pozo (esquina
Noreste); un purgatorium (recinto con una pila llena
de agua, que se utilizaba para las abluciones) y unos
altares. Suntuosa es la decoración, con esculturas y
estucos sobre enlucido, pintados en ‘cuarto estilo’*.
Los mismos se desprendieron de su soporte, durante
los años de la excavación (1764-1766) y, en la
actualidad, se conservan en el Museo de Nápoles.
El Gimnasio Samnita
48
Detrás del templo de Isis*, se encuentra la
palestra o gimnasio samnita, cuya construcción,
según una inscripción dedicatoria, escrita en
osco, data de la segunda mitad del siglo II a.C.
La planta es rectangular y ostenta un pórtico
en tres de sus fachadas y un pedestal en el
centro de la que da al Sur, donde tenían lugar
las ceremonias y las entregas de premios.
En este espacio, aunque fuera pequeño,
durante la época osca, se celebraban las
competiciones de gimnasia de los jóvenes de
Pompeya, o las reuniones de las ‘asociaciones’
de adultos, de carácter político-militar.
La Casa del Citarista
49
Ocupa una gran parte de la manzana
(aproximadamente 2.700 m2), puesto que,
merced a varias reformas y obras de
decoración del siglo I a.C., pasó a agrupar
distintos edificios de épocas anteriores.
La casa le debe su nombre a la estatua de
bronce de Apolo Citarista, que se encontró en
el peristilo* (actualmente, en el Museo de
Nápoles, al igual que todas las demás esculturas
que citamos a continuación). El edificio, al
parecer, pertenecía a unos miembros de la
rama de origen servil de la familia de los Popidii,
a la que se refieren los tres grafitos y las dos
inscripciones electorales de la casa, cuarenta y
cinco programas con su candidatura, a lo largo
de la Vía de la Abundancia y unos retratos que
se descubrieron en la vivienda. Las habitaciones
de recibir y de reposo se organizan alrededor
de los peristilos*; mientras que las de la
servidumbre dan al atrio, sin tablino*. Hay salas
termales y, en el peristilo* central, unas bellas
esculturas de animales de bronce hacen de
surtidores de agua. La panadería, la confitería y
la taberna, que están unidas al edificio, acaso
fueran dependencias del edificio principal.
La Casa de los Ceii
50
Su dueño acaso fuera ese L. Ceius Secundus, a
quien menciona el grafito electoral de la fachada.
La planta de la casa es sencilla: la puerta de
entrada da paso al atrio, en el que desembocan las
demás habitaciones. Por el pasillo del fondo, que
discurre a través del triclinio* y el tablino*, el
visitante llega a un espacio verde. Y por una
escalera, cuya pared es de opus craticium*, se
accede al primer piso, que estaba en plena
construcción. Abundante es la decoración de las
habitaciones, en ‘tercer estilo’* tardío, con pisos de
opus signinum* y lavapesta*, adornados con
teselas. En los pisos del tablino* éstas forman
figuras geométricas, ubicadas entre baldosas de
mármol polícromo. El jardín parece ensancharse,
gracias a la gran escena de caza pintada en la
pared del fondo, mientras que, en las de los
costados, se aprecian paisajes que evocan a Egipto,
conforme a la moda decorativa que se impuso
durante los últimos años de vida de Pompeya,
según la cual se quería hacer revivir en la ciudad
escenarios sugestivos y paisajes lejanos.
La Casa de Menandro
51
La erigieron en el siglo III a.C. y, con los años, le
fueron añadiendo nuevas dependencias, hasta ocupar
1.800 m2. Además entre los siglos II a.C. y I d.C., el
peristilo* se convirtió en el fulcro de la mansión.
Probablemente perteneciera a los Poppaei, parientes
de Poppaea Sabina, la segunda esposa de Nerón. El
atrio, de estilo toscano, con cubierta de vigas, tiene
un impluvium de mármol; sus paredes están
decoradas con pinturas en ‘cuarto estilo’* y se
aprecia un templete, donde los habitantes veneraban
a los lares, protectores de la familia, y al Genius,
espíritu vital del pater familias. En la habitación, que se
encuentra a la izquierda de la entrada, hay tres
cuadros de ‘cuarto estilo’* con escenas de la guerra
de Troya; mientras que, en el ‘salón verde’, que da al
peristilo*, destacan un fresco con amorcillos entre
pámpanos de uva, un cuadro humorístico de las
bodas de Hipodamia y un bonito mosaico polícromo
de teselas diminutas, con una escena del Nilo. En una
de las hornacinas pintadas del peristilo*,
representaron al comediógrafo griego Menandro,
cuyo nombre se empleó para bautizar la casa.
Cuando se produjo la erupción del Vesuvio (79 d.C.),
estaban remozando la zona destinada a las termas,
que posee un patio de cuatro columnas, un vestuario,
el caldarium (sala del agua caliente), donde hay un
mosaico con animales marinos y figuras de personas
de color. En la entrada, hay un siervo que ofrece los
recipientes de los ungüentos.
Los Batanes de Stephanus
52
Una industria boyante en Pompeya era la de los
fullones, esto es, los bataneros y lavadores de lana.
En trece talleres trabajaban la lana esquilada; en
siete la hilaban y tejían; en nueve la teñían y en
otros diez y ocho la lavaban. Un ejemplo de lo
que venimos diciendo es la ‘fullonica de
Stephanus’, a quien menciona una grafito electoral
de la fachada (mas no se sabe, a ciencia cierta, si
era el dueño o el administrador del taller).
El edificio se construyó remozando una casa más
antigua. La planta baja estaba destinada a los
bataneros, mientras que el primer piso se
subdividía entre la vivienda y la zona donde los
paños se ponían a secar. En el fondo del edificio,
una serie de tinas se empleaba para lavarlos.
Los fullones con los pies golpeaban los paños, que
estaban inmersos en una mezcla de agua y soda
(no se conocía el jabón) u orina, esto es,
substancias desengrasantes, ricas en amoníaco.
La Casa del Larario de Aquiles
53
La fachada de opus quadratum * indica la
antigüedad de esta casa, a la que el terremoto
del año 62 d.C. impuso obras de
reconstrucción, que aún no habían concluido
cuando se produjo la erupción.
Unas decoraciones encantadoras, en ‘cuarto
estilo’*, unos recuadros figurativos de tema
mitológico y unas naturalezas muertas le ponen
una nota de alegría a las habitaciones.
El larario ‘de Aquiles’ le debe su nombre a las
figuras en bajorrelieve y pintadas contra un
fondo azul celeste, que evocan episodios de la
guerra de Troya: el duelo entre Héctor y
Aquiles, la muerte del troyano y el momento
en que los griegos le devuelven sus restos,
sobre un carro, a su anciano padre, Príamo, que
está escoltado por Hermes.
La Casa de Julio Polibio
54
Se remonta al siglo II a.C. y ocupa una gran
parte de la manzana. Después de la entrada,
viene una habitación cerrada, que está
decorada en ‘primer estilo’* (la falsa puerta
pintada, en ‘segundo estilo’*, disimula una
puerta tapiada). En las dependencias de
servicio están la cocina y el larario pintado,
destinado al culto de las divinidades
domésticas. Estas últimas fueron dibujadas en
la parte de arriba, con la serpiente
agathodémone (numen del hogar) y el Genius,
protector del pater familias. En el peristilo*
están los vaciados de yeso de unos roperos
de madera y de las puertas de la casa.
El visitante puede admirar las pinturas de
‘tercer estilo’* tardío, contra fondo blanco: en
el triclinio* se encuentra el famoso cuadro de
tema mitológico, con el suplicio que Anfión y
Zeto infligieron a Dirce, atándola a un toro
furioso, porque había maltratado a su madre,
Antíope. En esta misma habitación, acaso a
raíz de las obras que estaban realizando en la
casa, habían guardado los enseres de mesa y
una estatua de bronce de Apolo, que en los
brazos sostiene una bandeja.
La Casa de la Nave Europa
55
Las habitaciones dan al peristilo*, desde donde
se pasa a un amplio jardín, en el que crecían
habas (quizá cebollas y coliflores), vides y
plantas exóticas. El cultivo de la cereza, el
melocotón, el albaricoque y el pistacho,
procedentes de Oriente, se popularizó entre
los siglos I a.C. y I. d.C. Algunas semillas o
plantones de los mismos se encontraban en
veintiocho macetas de terracota, que se
descubrieron a lo largo del muro perimétrico.
También había limoneros, que, al parecer, los
judíos trajeron a Italia y se consideraban
plantas de gran valor, debido a sus
propiedades medicinales, para enjuagarse la
boca y para proteger la ropa contra los
insectos. En el establo, que estaba ubicado en
el fondo del jardín, criaban animales. La casa
toma su nombre del grafito que se encuentra
en la pared Norte del peristilo* y representa
una nave de carga que se llamaba EUROPA
(como la heroína griega a la que raptó Zeus,
metamorfoseado en toro).
El Huerto de los Fugitivos
56
En este extenso espacio, donde actualmente
hay un viñedo, se conservan los vaciados de
algunas de las víctimas del año 79 d.C., a las
que alcanzó la lava mientras intentaban
escapar. Giuseppe Fiorelli, director de las
excavaciones de Pompeya, entre 1860 y 1875,
impuso el método del vaciado, que es
substancialmente idéntico al que se sigue
utilizando hoy en día. En la cavidad que se fue
formando en el interior del bloque de ceniza,
a medida que el cuerpo de la víctima se
descomponía, se echa yeso líquido y el mismo,
al solidificarse, reproduce su forma. En la viña
también se encuentra un triclinio*, con lechos
de obra de albañilería, para comer al aire libre.
La Casa del Jardín de Hércules
57
La tipología constructiva original es la de las
casas ‘acodadas’ (siglo III a.C.), común en las
regiones I y II. En los costados de la entrada
están los dormitorios (cubicula) y, a
continuación, viene el patio que desempeñaba
la función de atrio. Desde el mismo, a través
de un pasillo al que dan otras habitaciones, se
accede al hortus o jardín, que está en el fondo
de la casa. Este enorme espacio verde se
organizó a mediados del siglo I a.C., donde
anteriormente surgían otras cinco viviendas
‘acodadas’, de la misma época. Los análisis
paleobotánicos revelaron que, en el mismo,
cultivaban sobre todo esencias para fabricar
perfumes. Por ello, es probable que su dueño
fuera perfumero. En la parte central de la
pared Este del jardín, hay un triclinio* de
fábrica, para comer al aire libre. A su vera hay
un altar y un edículo, consagrado al culto de
Hércules. La estatua de mármol del mismo le
dio su nombre a la casa.
La Casa de D. Octavius Quartio
58
Esta casa, cuya propiedad se atribuyó a
M. Loreio Tiburtino, en realidad, pertenecía a
D. Octavius Quartio, como prueba el anillo de sello
que se encontró en la entrada. En parte, conserva
el trazado original (siglo II a.C.): alrededor del
atrio, que es el eje de la domus, se hallan los
dormitorios (cubicula) y el triclinio*.
La parte que da hacia el Anfiteatro fue
rehabilitada tras el terremoto del año 62 d.C. y
conserva un jardín, inmerso en el verde, con
canales y estanques, que imitaban a las quintas de
las afueras, según la moda típica de aquel
entonces de “vivir en una villa”. Dicho espacio
verde se organiza, en función de dos largos
euripos o canales, dispuestos en ‘T’. El euripo
superior corre junto a una galería y estaba
decorado con estatuas que aludían a Egipto,
patria de la diosa Isis*. En el centro, se yergue un
sacellum o templete con fuentes; mientras que, en
el fondo, hay un lecho doble para comer al aire
libre y una hornacina a guisa de gruta, con frescos
mitológicos. El euripo inferior se subdivide en tres
tramos (acaso, destinados a los peces) y surca
todo el jardín, junto a senderos con pérgolas que,
recientemente, fueron reconstruidas.
La Casa de la Venus de la Concha
59
Una de las bombas que cayó sobre Pompeya, en
1943, provocó daños en esta morada que se
había de excavar en 1952. La misma se erigió
sobre otra construcción anterior, ampliando el
peristilo* y el triclinio* y reorganizando las
habitaciones, que, en su casi totalidad, se
desarrollan en torno al jardín.
La casa se volvió famosa gracias a la espectacular
pintura mural que decora la pared Sur: en el
marco de un jardín exuberante, con plantas y
animales en abundancia, con una transenna o
parapeto bajo y otros elementos decorativos, la
obra se subdivide en tres paneles. A la derecha,
se aprecia una fuente con pájaros y, a la
izquierda, una estatua de Marte; mientras que el
panel central parece una ventana abierta de par
en par hacia el mar, donde reclinada en una
concha rosada, la diosa Venus, en compañía de
dos amorcillos, avanza hacia Pompeya
(la ciudad estaba bajo su advocación).
Si bien la composición es obra de una mano
desmañada, no deja de crear un efecto teatral,
cuando el visitante la observa a cierta distancia.
El Anfiteatro
60
Lo mandaron construir, hacia el año 70 a.C., los
duoviros* Q. Valgus y M. Porcius. Es uno de los
anfiteatros más antiguos y mejor conservados
que han llegado hasta nosotros. Podía contener
más de 20.000 espectadores. El graderío o
cavea se encuentra subdividido en tres
sectores; a saber: la ima cavea (primera fila),
donde se ubicaban los ciudadanos importantes
y, más arriba, la media cavea y la summa cavea,
para los demás. A menudo, se extendía un
amplio velum o toldo, sobre las gradas, para
proteger a los espectadores contra el sol.
El edificio estaba destinado a los combates de
gladiadores. En el eje mayor de la arena se
abrían dos puertas: por una pasaba el desfile de
los que tomarían parte en los juegos; mientras
que por la otra sacaban los cuerpos exánimes
o a los heridos. En el año 59 d.C., un grupo de
“forofos” pompeyanos y otro de Nocera
protagonizaron una violenta refriega y la “arena
fue descalificada por 10 años” (la medida se
anularía tras el terremoto de 62 d.C.).
Acaso tras el ardor de los hinchas se ocultara el
resentimiento de Pompeya contra Nocera, que
poco antes se había transformado en colonia y
había absorbido parte de su territorio.
El Gimnasio Grande
61
Esta amplia palestra o gimnasio rectangular, con
pórticos en sus fachadas y una piscina en el
centro, es de la época de Augusto. Cumplía con
el cometido de proporcionar un espacio verde
para los ejercicios de gimnasia que organizaban
las asociaciones juveniles, bajo el impulso de la
propaganda del emperador. Éste era venerado
en un recinto que surgía en el centro del pórtico
que da al Oeste. A lo largo de los pórticos, una
doble hilera de plátanos (con cuyas raíces se
realizaron sendos vaciados) añadía otra zona de
sombra. Los portales de la fachada Este sufrieron
daños durante el terremoto del año 62 d.C. y
fueron reconstruidos en opus latericium*.
Cuando se produjo la erupción, la pared Norte
yacía derrumbada y fue restaurada
recientemente. Por la fachada Sur se accedía a
una letrina: para limpiarla, el agua se transportaba
desde la piscina a través de una canaleta.
La Puerta de Nocera: la Necrópolis
62
Nada más cruzar la puerta de Nocera, el
visitante descubre una necrópolis extramuros,
de gran importancia, con edículos y exedras*
como tumbas. Un estilo arquitectónico
imponente caracteriza al edificio fúnebre de la
época de Tiberio (14-37 d.C.), que Eumaquia,
sacerdotisa de Venus, mandó construir para sí
misma y para sus familiares: sobre una alta
terraza, surge la exedra*, con la cámara
sepulcral y un recinto trasero. La estructura,
de opus cementicium*, estaba revestida con
toba de Nocera y consta de hornacinas con
estatuas, separadas por medio de
semicolumnas. La misma remata en un friso
decorado con figuras. La tumba fue construida
en medio de otras dos sepulturas anteriores,
en forma de edículo, de la época republicana
tardía, que constan de un podio sobre el que
descansa la cella, con las estatuas de los
difuntos.
La Puerta de Nocera
63
La puerta actual, que se encuentra ubicada en
el sector Sudeste de la muralla, fue edificada
en el siglo IV a.C., inmediatamente después de
que los samnitas conquistaran a Pompeya y,
más tarde, fue reconstruida en varias
oportunidades. Se denomina “de Nocera”,
porque en la misma nacía la ruta que conducía
a dicha ciudad. La puerta, en líneas generales,
se parece a las de Estabia y de Nola: en
efecto, la parte que da a la ciudad posee un
solo vano, que remata en una bóveda de
cañón, donde estaba ubicada la puerta
propiamente dicha. Allí se abre un corredor
con dos bastiones en las puntas, para proteger
la entrada. Fue edificada con sillares de piedra
caliza y parece muy alta, debido a que el nivel
de la calzada posteriormente descendió.
Los muros adyacentes se edificaron, por
dentro, con sillares de piedra caliza y de toba
y, por fuera, con piedra caliza únicamente.
Por el terraplén corría el camino de ronda.
La Puerta de Nola y la Muralla
64
La Puerta de Nola se denomina de esta
manera porque aquí nacía la carretera que
conducía hacia el agro de Nola.
Una inscripción en osco, que ya no está en su
lugar (la fachada de la puerta), atribuye su
construcción al meddix tuticus (magistrado
supremo) Vibio Popidio (siglo III a.C.
aproximadamente).
Posee paramentos de opus quadratum,
realizados con sillares de toba superpuestos.
La bóveda de cañón es de opus caementicium.
En la clave de la arcada interna hay una cabeza
de Minerva esculpida, como si los
pompeyanos hubieran querido poner esta
entrada de la ciudad bajo su protección.
La parte exterior de la puerta está precedida
por dos bastiones, de los que sale la muralla.
La función de los mismos consistía en empujar
a todos los que quisieran tomar la plaza hacia
una garganta muy peligrosa. El tramo Sur de la
muralla, a la derecha, al salir de la ciudad, fue
reconstruido a lo largo de 100 metros, con
opus caementicium, probablemente después
del año 100 a.C. La parte Norte conserva la
estructura doble original, con cimientos de
piedra caliza y muro de toba.
La Puerta de Nola: la Necrópolis
65
Al Este de la carretera que nacía en la Puerta
de Nola, hay una necrópolis extramuros, con
tres tumbas. La de recinto cuadrangular es de
M. Obellio Firmo, uno de los personajes más
destacados de los últimos años de Pompeya.
En el recinto había una lápida, la urna cineraria
de vidrio, un foro para las libaciones y restos
de la cremación. Las otras dos tumbas son
exedras*: una es anónima y la otra pertenecía
a Aesquilia Polla, mujer de N. Herennius Celsus,
personalidad influyente de la época de
Augusto. En el centro hay un podio con una
columna jónica, en la que descansa un ánfora
de mármol, que en la simbología fúnebre
contendría el agua lustralem, esto es, el agua
que se utilizaba para los sacrificios de
expiación y purificación de los difuntos.
La Casa de los Mosaicos Geométricos
66
Esta vivienda de dimensiones considerables,
con más de sesenta habitaciones, reúne dos
casas anteriores (fines del siglo III y siglo II
a.C.), cuyas entradas se encontraban en los
números 14 y 16. El aspecto actual es
posterior al terremoto del año 62 d.C.,
cuando reconstruyeron la fachada exterior
(opus reticulatum*) y las paredes de la casa del
número 16, que empezó a desempeñar las
funciones principales (actualmente es la única
que se puede visitar). Surge en la ladera
Sudoeste de la ciudad, en una posición
panorámica y sus habitaciones se organizan
con arreglo al trazado típico: entrada, atrio
(uno de los más grandes de Pompeya), con
impluvium* cuadrado; tablino*, desde el que se
pasa al pórtico y amplio peristilo*.
Es interesante la decoración de los pisos, que
han llegado hasta nuestros días. Los mismos
son de opus signinum* y ostentan un bonito
mosaico de color blanco y negro, con motivos
geométricos.
Thermopolivm de Vetvtivs Placidvs
67
En Pompeya había un gran número (89) de
thermopolia, es decir, establecimientos donde
se vendían bebidas y comida calientes, lo cual
explica el nombre griego de esta especie de
bares al paso modernos. En efecto, de
costumbre, el prandium o almuerzo tenía lugar
fuera del hogar. La estructura típica es sencilla:
un local que da a la calle, con el mostrador
donde se servía la bebida, de obra de
albañilería, a menudo decorado.
En el mostrador estaban empotradas las dolia
o cubas que contenían la mercancía. A veces,
en el interior, la gente se podía sentar y comer.
En este thermopolium se aprecia el larario
(edículo) decorado con estucos y frescos.
A ambos lados del Genius del dueño, están
los Lares protectores de la casa,
Hermes/Mercurio, dios del comercio y
Dioniso/Baco, el dios del vino. En la casa,
contigua al establecimiento, es interesante el
triclinio*, decorado en ‘tercer estilo’* tardío.
El Thermopolivm Caupona
68
En Pompeya había un gran número (89) de
thermopolia, es decir, establecimientos donde
se vendían bebidas y comida calientes, lo cual
explica el nombre griego de esta especie de
bares al paso modernos. En efecto, de
costumbre, el prandium o almuerzo tenía lugar
fuera del hogar. La estructura típica es sencilla:
un local que da a la calle, con el mostrador
donde se servía la bebida, de obra de
albañilería, a menudo decorado.
En el mostrador estaban empotradas las dolia
o cubas que contenían la mercancía. A veces,
en el interior, la gente se podía sentar y comer.
Los Arcos de Honor
69
Son de opus latericium* y, en otras épocas,
estaban revestidos de mármol. Cierran con
una magnificencia escenográfica la cara Norte
del Foro y están dedicados a la familia
imperial. A ambos lados del templo de Júpiter,
había dos: el del Oeste se erigió en honor de
Augusto y el del Este, de Nerón, pero
probablemente lo derrumbaron después de la
muerte (68 d.C.) y condena de este último, o
bien, para que no entorpeciera la vista del
arco de la entrada Norte del Foro. En una de
las caras del mismo hay dos hornacinas, donde
se hallaban emplazadas las estatuas de Nerón
y de Druso, mientras que en la otra había dos
fuentes. Una estatua ecuestre (acaso del
emperador Tiberio) remataba este arco.
El otro arco estaba ubicado donde nace la Vía
de Mercurio y se denomina “de Calígula”,
porque en sus alrededores se descubrió una
estatua ecuestre, que probablemente
representara a dicho emperador y se hallara
arriba del arco.
Glosario
compluvium o compluvio:
abertura que existía en el centro
de la cubierta del atrium (atrio o
vestíbulo) de las casas romanas,
que podía estar techado o no,
para que penetrase el agua de
lluvia que se recogía en el
impluvium*.
cuarto estilo: decoración
pictórica mural que se puso de
moda en la segunda mitad del
siglo I d.C.. También se denomina
‘fantástica’. Amplifica las fantasías
arquitectónicas del ‘segundo
estilo’* y el tono decorativo del
‘tercer estilo’*.
decurión: miembro del Senado
de la ciudad, que, por lo general,
había desempeñado funciones de
magistrado.
duoviros: magistrados de la
administración pública y jueces
supremos de la ciudad, que se
elegían a razón de dos por año.
Posteriormente pasaban a formar
parte del Senado ciudadano.
exedra: en la casa romana,
estancia con ábside, que estaba
destinada a la conversación.
impluvium o impluvio:
estanque bajo, que se construía
en el centro del atrio de las casas,
para recoger el agua de lluvia, que
penetraba por el compluvium*.
Isis: diosa egipcia de la
Naturaleza, mujer de Osiris y
madre de Horus.
La representaban con cuernos o
cabeza de vaca. El culto de Isis y
Serapis, que reanudaron los reyes
de Egipto de la dinastía
ptolemaica en el siglo III a.C., se
divulgó por Italia a fines de la
centuria siguiente (el Serapeo de
Pozzuoli data del año 105 a.C.).
En este país logra numerosos
adeptos, sobre todo, entre las
clases menos favorecidas, a
quienes los misterios de Isis
garantizaban la salvación después
de la muerte
lavapesta: (voz italiana) piso de
piedra lávica triturada y
amalgamada con mortero de cal
y arena.
liberto: esclavo manumitido,
cuyos hijos eran ciudadanos libres.
metopa o métopa: elemento
rectangular que se esculpía o
pintaba y que, en el friso dórico,
estaba situado entre dos triglifos.
opus africanus: técnica
constructiva, en la que se
alternaban las hiladas de grandes
sillares, dispuestos en sentido
horizontal y vertical, con
entrepaños de mampostería.
opus cementicium o
caementicium: aparejo en el
que la estructura estaba formada
por una mezcla de mortero de
cal y arena, con trozos de toba y
guijarros.
opus craticium: aparejo
económico, cuya estructura
consistía en un armazón de
recuadros de madera, cuyos
espacios intermedios se
rellenaban con barro, cemento y
piedras.
opus incertum o antiquum:
sistema constructivo, cuya
estructura estaba formada por
dos paramentos, de piedras
medianas irregulares -de un solo
tipo o mixtas-, y un núcleo de
opus cementicium*.
opus latericium: sistema
Glosario
constructivo, cuyo núcleo era de
opus cementicium*, mientras que
el paramento era de tejas o
ladrillos de distintos tamaños, que
por lo general se superponían a
soga, esto es, con las caras
mayores o longitudinales del
ladrillo a la vista.
opus quadratum: sistema
constructivo, a base de grandes
sillares escuadrados, que se
disponían sin usar mortero y
ligeramente escalonados.
opus reticolatum: en esta
técnica constructiva, el núcleo de
opus cementicium* se revestía
con pequeños bloques en forma
de pirámide truncada, de base
cuadrada, que quedaba a la vista,
al incrustar el vértice en el núcleo
del muro. De esta forma, se
dibujaba una red de rombos.
opus sectile: sistema decorativo
de pisos o paredes, que se
realizaba combinando baldosas de
mármol de colores, dispuestas de
manera tal que formaran motivos
geométricos o figurativos.
opus signinum: trozos de
terracota triturada, que se
amalgamaban con mortero de cal
y arena. Se empleaba para revestir
pisos y paredes y era
impermeable.
peristilo: jardín rodeado por
pórticos o galerías con columnas.
primer estilo: decoración
pictórica mural que estaba en
boga entre el siglo III y principios
del siglo I a.C. También se
denomina ‘estructural’. Imita una
pared de opus quadratum* o
revestida con planchas de
mármol.
pulvinus o pulvino: elemento
arquitectónico que se superpone
al capitel jónico, para hacer de
soporte y, a veces, desempeña
funciones decorativas.
segundo estilo: decoración
pictórica mural que estaba de
moda entre principios del siglo I y
el año 20 a.C. También se conoce
con el nombre de ‘arquitectónica’.
Representa edificios, realizados no
con estuco, sino mediante la
pintura, en la que se aprecia el
sentido de la perspectiva.
tablino: ambiente de recibir de la
casa, que estaba situado entre el
atrio y el peristilo*.
telamones: elementos
arquitectónicos de sostén,
esculpidos, que representan una
figuras masculinas en actitud
esforzada.
tercer estilo: decoración
pictórica mural, que se utilizó
entre los años 20 a.C. y 50 d.C.
También se denomina
‘ornamental’. Subdivide
rígidamente la superficie en
sentido vertical y horizontal, por
medio de elementos
arquitectónicos, vegetales o
lineales, los cuales enmarcan
motivos decorativos y paneles
con figuras.
triclinio: comedor, donde los
romanos comían recostados en
lechos, capaces para tres personas
(a veces cuatro o cinco).
triglifo: elemento del friso
dórico, que se alternaba con la
metopa* y se caracterizaba por
tres estrías verticales.
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autorización de la
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