las uniones de hecho ante el ordenamiento confesional católico

Anuncio
LIBERTAD DE CONCIENCIA Y UNIONES ESTABLES DE PAREJA: SU
REGULACIÓN EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO ESPAÑOL Y
AUTONÓMICO
*
Por
MARÍA ÁNGELES LIÑÁN
Universidad de Málaga
[email protected]
Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado 33 (2013)
RESUMEN: La actual corriente de los ordenamientos jurídicos estatales de nuestro contexto
cultural de admitir otros modelos o estructuras familiares no basadas exclusivamente en la
institución matrimonial sino en una relación convencional, contractual o afectiva, es el resultado de
la enorme presión ejercida por importantes colectivos de ciudadanos a favor de que el legislador
reconozca y regule las “uniones estables de pareja” sin atender estrictamente a prejuicios de
carácter moral o religioso de épocas anteriores -que trataban de evitar afrontar su tratamiento por
la preeminencia de elementos de carácter ideológico o de oportunidad política-, sino más bien
conforme a criterios de pura técnica jurídica-constitucional y de necesidad social.
Y, aunque ello no suponga una verdadera novedad, pues a lo largo de la historia también
algunos ordenamientos jurídicos ya reconocieron o toleraron diversas formas de “convivencia
estable de parejas” junto al matrimonio, si lo es la circunstancia de que actualmente, tales
relaciones de pareja tiendan a ser consideradas jurídicamente como una realidad análoga al
matrimonio o como ¿una nueva forma de matrimonio o, quizás otra especie de matrimonio “sui
generis” digna de producir sus mismos efectos jurídicos? Y, si a esto añadimos, la metamorfosis
que ha experimentando la institución del matrimonio y la concepción de las relaciones familiares
no puede extrañarnos que las diferencias entre el matrimonio y las uniones estables de parejas se
hayan visto significativamente reducidas.
PALABRAS CLAVE: Libertad de conciencia, familia, uniones de de hecho, matrimonio.
SUMARIO: I Planteamiento II. Las uniones estables de pareja en la legislación estatal III. Su
tratamiento en el Derecho autonómico: elementos que las configuran IV. Consideraciones finales.
FREEDOM OF CONSCIENCE AND STABLE PARTNER UNIONS:
REGULATION IN NATIONAL AND REGIONAL SPANISH LAWS
*
*
Hemos utilizado el término “uniones estables de parejas”, porque nos ha parecido el más en
consonancia con el legislador autonómico que se ha ocupado del tema. Aunque, también
podíamos haber usado otras expresiones igualmente empleadas con mucha frecuencia para
referirse a una realidad para la que no existe una forma única de designarla. Ya que, la elección
de uno u otros términos responde, generalmente a las preferencias o a la postura que se tenga
sobre las mismas como: uniones de hecho, unión libre, parejas no casadas, familia no
matrimonial, cohabitantes, convivientes more uxorio, concubinato, etc.
*
Hemos utilizado el término “uniones estables de parejas”, porque nos ha parecido el más en
consonancia con el legislador autonómico que se ha ocupado del tema. Aunque, también
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
ABSTRACT: The latest trend of the national legal systems, in our cultural context, regarding the
acceptance of new family structures or models not exclusively based on the institution of marriage
but in a conventional relationship, either contractual or emotional, is the result of the huge pressure
urged by remarkable groups of citizens on the legislator in order the «stable partner unions» to be
recognised and governed without strictly taking care of past moral or religious bias -trying to stave
off its regulation due to the pre-eminence of ideological or political expediency reasons-, and
actually attending to purely constitutional legal technique and social need criteria.
Despite there is nothing really new in that, considering throughout History some other legal
systems agreed or allowed, beside marriage, some other different ways of «stable partner unions»,
what means a novelty is the fact that those partner relationships tend, nowadays, to be lawfully
considered as a reality similar to that of marriage or maybe, as a new way of matrimony? or
perhaps, as another sort of «sui generis» matrimony deserving to reach the same effects in law?
And, if we add to this the metamorphosis that has been undergone by the institution of marriage
and also the conception of family relationships, we should not wonder why differences between
marriage and stable partner unions have been substantially diminished.
KEYWORDS: freedom of conscience, family, stable partner union, marriage:
I. PLANTEAMIENTO
Nadie pone en duda la importancia, que en su momento tuvieron las aportaciones de
la ciencia canónica en la concepción del Matrimonio y la Familia. Tampoco, el hecho de
que prácticamente durante los primeros veinte siglos de nuestra era el modelo tradicional
de convivencia entre el hombre y la mujer haya sido el matrimonio, regulado por el
legislador de forma preferente y a veces exclusiva frente a otras formas de convivencia
1
en pareja . Esto explica, su influencia indiscutible en “un sector del derecho occidental
como es el Derecho matrimonial y de buena parte del Derecho de familia.”
2
No obstante, en las últimas décadas de nuestro tiempo, hemos podido observar como
de forma paulatina, pero inexorable, se han ido produciendo acontecimientos de muy
3
diversa índole , que han hecho tambalearse los pilares básicos sobre los que se
4
asentaba nuestra sociedad y que han supuesto la ruptura, o al menos una quiebra
podíamos haber usado otras expresiones igualmente empleadas con mucha frecuencia para
referirse a una realidad para la que no existe una forma única de designarla. Ya que, la elección
de uno u otros términos responde, generalmente a las preferencias o a la postura que se tenga
sobre las mismas como: uniones de hecho, unión libre, parejas no casadas, familia no
matrimonial, cohabitantes, convivientes more uxorio, concubinato, etc.
1
Cf. I. Martín Sánchez, Derecho a convivir en pareja y libertad de conciencia, en “Anuario
Facultad Universidad Autónoma Madrid”, 10 (2006), p. 159, que toma como referencia el trabajo
de S. Ferrari, Diritto di famiglia e libertà di coscienza. Problemi italiani e prospettive europee, en
“Derecho de familia y libertad de conciencia en los países de la Unión Europea y el Derecho
comparado”, Bilbao, (2001), p. 163.
2
Cf. J. Martínez-Torrón, La influencia del derecho canónico en la evolución del derecho de
familia angloamericano, en “Matrimonio. El matrimonio y su expresión canónica ante el III milenio”
Eunsa. Pamplona, (2000), p. 1539.
3
Incorporación de la mujer al trabajo fuera de casa; modos distintos de entender la sexualidad;
cambios económicos, políticos, etc.
4
2
Cf. J. Iglesias de Ussel, La familia en la transición política, en “VV.AA. España a debate. II La
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
importante de los principios hasta ese momento imperantes en el plano ideológico,
5
religioso, de la moral, de las costumbres y usos sociales.
Estos cambios tan significativos han llevado a centrar la atención del jurista en la
exaltación del “derecho de la persona y la defensa a ultranza de su libertad individual” en
6
una dimensión hasta ahora desconocida . Ya que, la decisión de “fundar una familia”,
bien sea mediante el matrimonio, o bien mediante una pareja de hecho, o cualquier otra
forma de convivencia a la que los individuos pueden optar legítimamente encuentra su
7
fundamento en esa libertad de conciencia . Lógicamente, todo esto ha tenido una fuerte
repercusión en instituciones tan esenciales para nuestra sociedad como son la Familia y
el Matrimonio y ha supuesto una reformulación del Derecho de familia más acorde con
8
los nuevos tiempos.
Es cierto, que la consideración que el ordenamiento jurídico español otorgaba a la
familia en la etapa inmediatamente anterior a la Constitución era una valoración
extrajurídica propia del Derecho natural, que la caracterizaba por su inmutabilidad y por
ser la célula básica de la estabilidad social, donde el elemento central de éste sólido
sistema familiar lo constituía el matrimonio. Desde esta perspectiva, era lógico la negativa
del Derecho a regular estas “uniones libres” al ser vistas como un ataque frontal a la
institución matrimonial y con ello, también contrarias al orden público a la moral y las
9
buenas costumbres . Sin embargo, en la actualidad cuando en la normativa civil se utiliza
el término “familia”
10
ya no necesariamente, podemos estar refiriéndonos -como ocurría
en épocas precedentes- a un grupo homogéneo
11
en su configuración a partir de la
sociedad” Técnos, Madrid, (1991), pp. 22-25.
5
Cf. F.R. Aznar Gil, Las uniones homosexuales ante la legislación de la Iglesia, en “Revista
Española de Derecho Canónico” Vol. 52, (1995), p.181. El mismo, Uniones estables de pareja y
magisterio de la Iglesia católica, en “Revista española de Derecho canónico”, (1999), p. 72.
6
Cf. J.P. Ortuño Muñoz, Familias no matrimoniales, uniones de hecho y conflictos jurídicos, en
“Las uniones estables de pareja.” Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid (2003), pp.22-23.
7
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la sentencia Kokkinakis c. Grecia, de 25 de
mayo de 1993, en su Fundamento jurídico 31 afirma: “La libertad de conciencia representa, en su
dimensión religiosa, uno de los elementos más esenciales de la identidad de los creyentes y de su
concepción de la vida, pero también un preciado bien para los ateos, los agnósticos, los
escépticos o los indiferentes.” Cf. El interesante estudio de R. García García, El artículo 12 del
Convenio europeo de Derechos Humanos, en “Anuario Facultad Derecho Universidad Autónoma
Madrid 10 (2006), p. 242.
8
Cf. J. Gaudemet, El matrimonio en Occidente, Taurus, (Madrid), 1993, p. 495.
9
Cf. E. Estrada Alonso, Las uniones extramatrimoniales en el derecho civil español. Civitas.
Madrid, (1986), pp.22-23.
10
Es una institución universal y connatural al ser humano pero de contornos inciertos. En
constante evolución y con distintas formulaciones en su proyección en el tiempo, diversidad de
lugares y culturas.
11
Que responde al modelo denominado de familia tradicional extensa, integrada por todos los
descendientes de un mimo tronco común que se regía por sus propias normas morales internas y
bajo la autoridad del cabeza de familia. Dicho modelo poco a poco se ha ido transformando.
3
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
relación hombre-mujer (heterosexual, monógama e indisoluble) y originado de manera
12
exclusiva en la institución matrimonial o en la adopción,
pues al vivir en una sociedad
plural ya no se puede pretender que todos los ciudadanos posean la misma valoración
13
ética o moral sobre el significado de las denominadas “uniones estables de pareja”.
Es
más, también se ha argüido que esta defensa del matrimonio como pieza clave en la
configuración de las relaciones de familia no puede suponer ignorar o condenar a
aquellas uniones extramatrimoniales que al poseer ciertos elementos (convivencia
estable, relación de afectividad análoga a la conyugal, etc.) también pueden contribuir al
libre desarrollo de la persona. De ahí, la tendencia cada vez más generalizada de los
países occidentales europeos de aceptar y reconocer otros modelos familiares no
basados únicamente en el matrimonio sino en una relación convencional, contractual o
afectiva de sus miembros. Ya que, en la mayoría de los supuestos, estas uniones de
14
parejas de hecho son clara consecuencia de una decidida libertad de elección, que
justifica el no intervencionismo del Estado en la vida privada de los sujetos, al tiempo que
exige su protección legal.
Y, aunque ya hemos advertido, que su novedad no radica en su presencia pues, junto
a la institución matrimonial, desde antaño hemos podido observar “en ese vaivén
pendular tan característico de los fenómenos históricos”
15
han existido siempre como
12
Cf. L. Zarraluqui Sánches-Eznarriaga, Las uniones de hecho en el Derecho Español, en
“Uniones de hecho. Una aproximación plural.” Univ. Pontifica de Comillas, Madrid, (1999), p. 79,
nota nº1.
13
Cf. J.Mª Díaz Moreno, Las familias de hecho: Aproximación a su vertiente ético-canónica, en
“Las uniones de hecho. Una aproximación plural.” Instituto Universitario Matrimonio y Familia.
Comillas, (1999), p.111.
14
En Europa los países nórdicos han sido los primeros en reflejar en normas jurídicas su
atención a otras formas familiares. Por ejemplo, en Suecia, la Ley (1987: 232) del Hogar Común
de los Convivientes de Hecho, la Ley (1987: 813) de Convivientes Homosexuales y la Ley de
Registro de la Pareja de Hecho de 23 de junio de 1994. Dinamarca, primer país en regular el
matrimonio de homosexuales, regula las parejas homosexuales a través de la Ley n.º 372 de
Registro Civil de Parejas de 7 de junio de 1989, y Noruega en la Ley de Registro de Parejas de 1
de agosto de 1993. En Francia, tras un intenso debate, se adoptó la ley relativa al Pacto Civil de
Solidaridad (PACS) en octubre de 1999. Desde abril de 2001, las parejas —del mismo o de
diferente sexo— que quieren formalizar su relación en los Países Bajos pueden elegir una de las
tres opciones siguientes: matrimonio civil, pareja registrada o acuerdo de convivencia. En
Alemania, en el 2001 entró en vigor la ley alemana de parejas registradas. Parte de que al estar
vedado el matrimonio entre personas del mismo sexo, la institución de la pareja registrada se
reserva para las parejas del mismo sexo que se inscriban en el Registro Civil. Con esta regulación
se respeta la protección que la Constitución alemana otorga al matrimonio, aunque se atribuyan a
la pareja de hecho derechos y deberes parecidos o análogos a los de los cónyuges. También,
Portugal establece una regulación para las parejas de hecho en ese mismo año. Cf. J.J. Ezquerra
Ubero/I.E. Lázaro González, Las parejas de hecho como sujeto de las políticas familiares en la
España de las autonomías. Fundación BBVA Informe 2007. Economía y Sociedad. Bilbao (2007),
p. 26.
15
Cf. A. Martínez Blanco, La familia de hecho ante el derecho Canónico y el derecho
Eclesiástico, en “Anales de la Universidad de Murcia”, núm. 11, p. 76.
4
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
“hecho social” otras formas de unión heterosexual
toleradas y, en ocasiones,
16
u homosexual, más o menos
17
muy extendidas entre amplias capas de población-. Sin
embargo, si lo es la situación de que desde hace poco tiempo sea considerada
jurídicamente como una realidad análoga al matrimonio reconocida y protegida por unas
leyes y, hasta vista como -una auténtica alternativa legal y legalizada- al matrimonio. Y,
18
por tanto, digna de producir sus mismos efectos jurídicos .
Así, ante dicha circunstancia, y a pesar de que en un primer momento las
denominadas “uniones estables de pareja” generaron una honda problemática social,
prueba de ello es el gran revuelo que en su momento generó la creación de los primeros
registros administrativos de “uniones de hecho”
19
también, algún que otro intento
frustrado de su regulación legal, así como la azarosa trayectoria parlamentaria
desencadenada sobre el tema
20
no obstante, las “relaciones estables de pareja”
paulatinamente se han ido perfilando cada vez con mayor fuerza para el legislador civil
21
como una elección libre de dos personas.
16
Por ejemplo, el concubinato del Derecho romano ante la imposibilidad con que se
encontraban los ciudadanos romanos para contraer matrimonio con mujeres libertas y esclavas
redimidas o, de humilde condición que, les permitiera entablar una relación informal, no
matrimonial que les facilitara la vida en común que se recoge en la llamada “Lex Papia Poppea.
Más tarde, en la época Medieval en España aparece otra figura jurídica emparentada con el
“Concubinatus” romano, la denominada barraganía a la que el Código de las Siete Partidas de
Alfonso X el Sabio le presta gran atención. Cf. M. Gitrama González, Nota sobre la problemática
jurídica de la pareja no casada, en “Estudios de derecho Civil. Homenaje al Dr. J. Beltrán de
Heredia y Castaño.” Ediciones Universidad de Salamanca, (1984), pp. 215-217.
17
Cf. F.R. Aznar Gil, Las uniones de hecho ante el ordenamiento canónico, en “Revista
Española de Derecho Canónico” Vol. 48, (1991), p. 50.
18
Cf. J.Mª Díaz Moreno, La Iglesia ante las familias de hecho, en “Familia en un mundo
cambiante” (Dir., D. Borobio), Salamanca 1994, pág. 273. El mismo, Las familias de hecho:
Aproximación a su vertiente ético-canónica, en “Las uniones de hecho. Una aproximación
plural”…Op., Cit, p.101. En la misma idea insiste: Mª M. Moreno Mozos, Las uniones de hecho en
la legislación autonómica, en “Anuario de derecho Eclesiástico del Estado”, Vol. 22, (2006), p. 97.
19
El primer registro aparece creado mediante decreto por el Alcalde de Vitoria-Gasteiz el 28 de
febrero de 1994 para la constancia de uniones para matrimoniales, al que se le da la
denominación de Registro Municipal de Uniones Civiles. A este le seguirán después otros de la
mismas características en distintos Ayuntamientos y Administraciones públicas aunque, con
distintas matizaciones.
20
Vid. Algunos de los artículos publicados en esos momentos en prensa que ponen de
manifiesto lo que decimos: I. Hernández Velasco, La ley de parejas de hecho “aparcada” en una
subcomisión, en “El Mundo”, 19 de marzo de 1997, p. 24; el mismo, La abstención de
convergencia abre la puerta a las parejas de hecho, en “El Mundo”, de 28 de mayo de 1997, p.
23;Y. Buchholz, El PP rechaza la ley de parejas de hecho en una ajustada votación, en “El País”,
19 de marzo de 1997, p. 24; el mismo, El Congreso tramitará una ley de parejas de hecho al
perder el PP la votación, en “El País”, de 28 de mayo de 1997, p.24; S. Manso, El Congreso
aprueba la regulación de las parejas de hecho porque CiU abandonó al PP, en “ABC”, 28 de mayo
de 1997, p. 26; M. Mediavilla, El gobierno encaja su primera derrota al prosperar el proyecto
sobre las parejas de hecho, en “El Sur”, 28 de mayo de 1997, p. 26; El PP rechaza en el Congreso
la ley de parejas de hecho en una ajustada votación. Homosexuales, adopciones y la "derecha
pacata", en “El País”, 19 de marzo de 1997, p.24.
21
Cf. G. Hernández Rodríguez, Análisis y perspectivas socio-demográficas de las uniones de
5
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Por ello, a pesar de estar frente a un “hecho social” complejo, -muestra de ello es la
gran variedad de denominaciones que recibe
23
a múltiples razones-.
22
y heterogéneo cuyo fundamento responde
Al estar cada vez más extendido, los ordenamientos jurídicos no
han podido permanecer indiferentes. Pues, dichas relaciones de pareja “generan
consecuencias económicas, sociales y personales
que el Derecho debe prever en
cuanto pueden ser fuente de derechos, deberes y conflictos, tanto entre los miembros de
la pareja como frente a terceros.”
24
Aunque, lógicamente, las posturas adoptadas en
ciertos momentos sobre el asunto hayan sido distintas al ser también muy diferentes los
principios y planteamientos de los que se partía y, sin que las soluciones tomadas al
hecho, en “Las uniones de hecho. Una aproximación plural.” Univ. Pontificia de Comillas, Madrid,
(1999), p. 4.
22
Como: uniones libres, relaciones de concubinato, matrimonios anómalos, uniones de hecho,
etc. Cf. F.R. Aznar Gil, Las uniones de hecho ante el ordenamiento canónico, en “Revista
Española de…Op., Cit. pp. 50-52; J. Ferreiro Galguera, Uniones de hecho: perspectiva histórica y
derecho vigente, en “IX Jornadas Jurídicas. Uniones de hecho.” (Eds. J.Mª Martinell/MªT. Areces
Piñol), (1998), p. 211; J.P. Ortuño Muñoz, Familias no matrimoniales, uniones de hecho y
conflictos jurídicos, en “Las uniones estables de pareja…Op., Cit., pp. 26-27.
23
Presenta una amplia tipología:
-De tipo económico, por falta de medios materiales para contraer matrimonio o en el caso de
personas mayores viudas o divorciadas el temor a perder una prestación económica o social ya
consolidada.
-De tipo legal, en el caso de personas casadas que están a la espera de obtener la disolución o
nulidad de su vínculo matrimonial y ven prolongarse en el tiempo la resolución de sus
procedimientos judiciales. También, cuando se trata de personas extranjeras o de parejas mixtas
por los problemas que pueden encontrar a la hora de regularizar su situación. Y, tampoco
podemos olvidar la imposibilidad que encontraban las uniones estables de pareja formada
homosexuales de -hasta hace muy poco tiempo- de poder acceder al matrimonio al no ser
contemplado por la legislación.
-De tipo ideológico, como una actitud de rechazo a cualquier institución o formalidad.
-De tipo moral o religioso, la falta total de creencias y valores religiosos. De tipo cultural cuando
se empieza a ver como normal las relaciones “prematrimoniales” como un periodo de prueba.
Situación, que habitualmente tiende a perpetuarse en las nuevas generaciones, etc
-De sectores marginales de la población o minorías étnicas con costumbres y ritos
matrimoniales propios que no conllevan ningún tipo de formalización de su convivencia y si lo
hacen éstas no tienen ninguna relevancia para el Estado. Cf. A. García Gárate, Reflexiones de un
jurista sobre las uniones de hecho, en “Uniones de hecho: perspectiva histórica y derecho vigente.
IX Jornadas Jurídicas. Uniones de hecho.” Lérida, (Eds. J.Mª Martinell/Mª.T. Areces Piñol), (1998),
p.248; A. Martínez Blanco, La familia de hecho ante el derecho Canónico…Op., Cit., p. 80); F.R.
Aznar Gil, Las uniones de hecho ante el ordenamiento canónico…Op., Cit, p. 78; A. Wójcik,
Pareja de hecho y matrimonio. Un estudio de las diferencias. Instituto de Ciencias para la Familia.
Pamplona, (2002), p. 15; S. Espadín Mallorquín, La designación de la pareja de hecho como
beneficiaria en los seguros de vida. Fundación Mapfre. Madrid (2009), p.5; M. P. García Rubio,
Uniones de hecho en España. Una visión jurídica, en “Anuario Facultad Derecho Universidad
Autónoma.” Madrid. 10 (2006), pp.114-115.
24
Cf. J. P. Ortuño Muñoz, Familias no matrimoniales, uniones de hecho y conflictos jurídicos, en
“Las uniones de hecho. Cuadernos de Derecho Judicial.” Madrid, (2003), p. 26.
6
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
respecto por un determinado Derecho puedan extrapolarse sin más a otra sociedad de
25
forma automática .
Así, observamos que los ordenamientos jurídicos de cada Estado, según las
circunstancias de cada momento, han optado al respecto entre varias posturas:
a) Una actitud de desconocimiento de su existencia. De tal manera, que los que
deciden vivir juntos al margen de la ley se benefician de la ignorancia del legislador al no
ser no penalizados, ni sancionados por su convivencia, pero tampoco esa relación genera
efectos jurídicos positivos ni derecho alguno, lo que puede suponer por ejemplo, la
desprotección de los hijos -en su caso- nacidos de esas uniones o de uno de los
miembros de la pareja. Para aludir a dicha actitud, se ha recurrido al aforismo atribuido a
Napoleón Bonaparte: “Les concubins se passent de la loi, la loi se désinteresse d´eux”,
que tuvo su punto de arranque y plasmación en el Código de Napoleón de 1804 que
adoptaron “los legisladores y sistemas jurídicos occidentales frente a la existencia de
relaciones sociales primarias distintas del matrimonio”
26
con la finalidad de dar
prevalencia al matrimonio. Posición, que por fortuna parece haber sido ya superada
27.
b) Una actitud de abierta hostilidad frente a las uniones de hecho, que han sido
perseguidas e incluso sancionadas penalmente bien por no ajustarse a las reglas
jurídicas establecidas, por considerarlas ilícitas o contrarias a la moral establecida, a las
28
tradiciones sociales o creencias religiosas . O en su caso, para intentar asegurar el
control social de la familia y la institución matrimonial -debido al papel trascendental que
posee en toda sociedad en múltiples aspectos- frente a cualquier otro tipo de unión
29
irregular .
c) Una actitud de asumir el “hecho social” e intentar regularlo de la mejor manera
30
posible tomando como referente el respeto a la dignidad de las personas .
25
Cf. I. Lázaro González, Las uniones de hecho en el mundo: pluralidad de la respuesta jurídica.
Aproximación a un estudio de derecho comparado y de derecho Internacional al Privado, en “Las
uniones de hecho. Una aproximación plural.” Inst. Univ. “Matrimonio y Familia” Comillas, (1999), p.
50.
26
Cf. J.P. Ortuño Muñoz, Familias no matrimoniales, uniones de hecho y conflictos jurídicos, en
“Las uniones de hecho…Op., Cit., p.18; J.J. Ezquerra Ubero/I.E. Lázaro González, Las parejas de
hecho como sujeto de las políticas familiares en la España de las autonomías…Op., Cit, p.23.
27
Cf. M. Gitrama González, Nota sobre la problemática jurídica de la pareja no casada” en:
“Estudios de derecho Civil. Homenaje… Op., Cit., p. 214; A. Martínez Blanco, La familia de hecho
ante el derecho Canónico…Op., Cit., p. 81; J. Mª Mata De Antonio, Parejas de Hecho
¿Equiparación o Discriminación? (Análisis de la normativa autonómica), en “Acciones e
investigaciones Sociales”, 14 (febrero 2002) p. 187.
28
Que se manifestaba en hechos concretos como por ejemplo: la configuración de tipos
delictivos como el adulterio y el amancebamiento; que se castigara a la filiación fuera del
matrimonio o se privara de derechos económicos o alimentos a los hijos que eran fruto de
relaciones consideradas ilícitas. Cf. J.P. Ortuño Muñoz, Familias no matrimoniales, uniones de
hecho y conflictos…Op., Cit, p. 22.
29
Cf. I. Lázaro González, Las uniones de hecho en el mundo: pluralidad de la respuesta jurídica.
Aproximación a un estudio de derecho comparado y de derecho Internacional al Privado…Op.,Cit,
pp.49-52.
30
Cf. J.Mª Díaz Moreno, Las familias de hecho: Aproximación a su vertiente éticocanónica…Op., Cit.p.102.
7
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Actualmente, esta es la postura de mayoría de los ordenamientos de la cultura
occidental que reconocen, en mayor o menor medida efectos jurídicos a las uniones
31
estables de parejas de hecho con soluciones distintas , que van desde:
-Otorgarle una regulación específica y autónoma. Por ello, las regulan en un cuerpo
normativo propio que las diferencia del matrimonio con el fin de no equiparlas
jurídicamente a él, ya que consideran que no se trata de situaciones equivalentes.
-Utilizar al matrimonio como referencia obligada. Equiparándolos sin más al
matrimonio.
-Resolver los problemas concretos planteados por las uniones de hecho con los
instrumentos que les aporta el Derecho común (responsabilidades paterno-filiales;
32
derechos de ambos a la vivienda común; régimen económico matrimonial, etc.) .
II. LAS UNIONES ESTABLES DE PAREJA EN LA LEGISLACIÓN ESTATAL
Delimitar el objeto de estudio ha sido una tarea bastante complicada para el
legislador, la doctrina y la jurisprudencia en general por varias razones:
La primera razón, porque aunque se sabía de su presencia; sin embargo, en la
mayoría de los supuestos, se las consideraba tan sólo como simples manifestaciones de
una conducta en ocasiones tildada como de desviada, en otros casos de antisocial o por
lo menos, contraria a lo que se entendía acorde con la moral pública imperante en un
momento histórico determinado.
La segunda razón, la gran variedad de expresiones que a lo largo de los siglos se han
venido utilizando para hacer alusión a que tal pareja estable no está casada, términos
tales
como:
concubinato,
33
amancebamiento, "pareja no casada", "familia sin
matrimonio," "matrimonio sin papeles”, "matrimonio aparente", "convivencia more uxorio",
“unión libre”, “familias de hecho”, matrimonio de segunda clase, convivencia de hecho,
etc.
31
34
Cf. E. Estrada Alonso, Las uniones extramatrimoniales…Op.,Cit, p. 121
32
El Tribunal Constitucional en la sentencia 41/2013 de 14 de febrero de 2013, reconoce el
derecho a recibir una pensión de viudedad a los miembros de una pareja de hecho aunque no
hayan tenido hijos comunes. Además, declara nula la letra c) de la disposición adicional tercera de
la Ley 40/2007 de 4 de diciembre, de medidas en materia de Seguridad Social, que condicionaba
la obtención de esa pensión a que la pareja de hecho hubiera tenido hijos en común. Considera,
que dicho requisito contenido en esa disposición es inconstitucional, porque vulnera el derecho de
igualdad recogido en el artículo 14 de la Constitución española dada la imposibilidad biológica de
tener hijos en común de las parejas del mismo sexo y la imposibilidad legal de su adopción en
común hasta fechas muy recientes”. Concretamente, hasta el mes de julio del año 2005, cuando
mediante la Ley 13/2005, de 1 de julio se modificó el Código Civil en materia de derecho a
contraer matrimonio y se permitió el matrimonio homosexual y la adopción para las parejas del
mismo sexo.
33
Termino que ya está totalmente en desuso. En el derecho Justinianeo se consideraba el
concubinato una institución jurídica, una suerte de matrimonio inferior, de segundo orden,
concluido por el simple consentimiento que no comporta solemnidad ni dote, pero cuyas
condiciones y efectos están legalmente determinados. Cf. A. Martínez Blanco, La familia de hecho
ante el Derecho canónico y el Derecho Eclesiástico, en “Anuario De Derecho Eclesiástico”, Vol. XI,
(1995), p. 194.
34
Cf. F. Guío Fontes, Reflexiones en torno a las uniones de hecho, en “Curso de Derecho
Matrimonial y Procesal para Profesionales del Foro”, Salamanca (1994), XI, pp. 356-357; J.M.
8
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
Una tercera razón, -como ya hemos dicho anteriormente- es que las motivaciones que
llevaban a estas personas a establecer una unión personal, similar al matrimonio, pero al
margen del derecho y, en general, fuera del control de las autoridades civiles o religiosas
podían ser muy diferentes. Es cierto, que en sus inicios la justificación podía residir en
motivos ajenos a la voluntad de la pareja como por ejemplo: la imposibilidad de poder
contraer matrimonio con la persona con la que se convivía -por no tener reconocido tal
derecho, por la imposibilidad de contraer matrimonio personas con el mismo sexo o por
existir un vínculo matrimonial previo que no se podía romper legalmente o conseguir su
nulidad. Por ello, cuando este vínculo previo se rompía, muchas de estas relaciones se
convertían en matrimonios. En otros casos, a un claro rechazo a la formalización de su
unión. Tal negativa respondía a lo que se consideraba como una actitud de pretensión
de la simple búsqueda de placer en la relación sexual, inmadurez psicológica, a modo de
matrimonio de prueba o se intercalaba como modo de vida entre dos matrimonios de una
persona, etc.
35
A estas razones, podríamos añadir también otra más. Tal vez, la más determinante la
de ser un tema muy delicado al confluir en él convicciones ideológicas, creencias
religiosas, planteamientos personales, usos sociales, etc. Por tanto, cualquier postura
que adoptemos sobre el asunto podrá ser calificada como de retrógrada o de progresista,
según cuál sea el prisma de la persona que enjuicie la cuestión. Quizás, esta sea la
explicación del distinto tratamiento jurídico del que ha sido objeto que -como ya hemos
36
visto-, ha oscilado desde una total ausencia de regulación legal,
(teniendo que resolver
los distintos supuestos concretos, caso por caso, por vía jurisprudencial, como ocurría en
España hasta fechas relativamente recientes por considerarla la más acertada y
respetuosa con la voluntad de los convivientes que en la mayoría de los casos, lo que
intentan es evitar constituirse como relaciones regulables por una norma jurídica. Eso,
siempre que la práctica judicial tuviese en cuenta el criterio de la equidad del art. 3.2 del
González Porras, Uniones de hecho y pensiones de la Seguridad Social, Técnos, Madrid (1992),
p. 9; J.Mª Díaz Moreno, Las familias de hecho…Op. Cit, p. 101.
35
Cf. Ph. Delhaye, La pastorale Familiae dans l´óptique de "Familiaris Consortio", en « Esprit et
Vie » 46, (1982), pp. 625-626; F. Guío Fontes, Reflexiones en torno...Op., Cit., p.357 ; Mª P.
García Rubio, Las uniones de hecho en España. Una visión jurídica en “Anuario de la Facultad de
Derecho Universidad Autónoma”, 10, (2006), p.114; la misma, Parejas de hecho y lealtad
constitucional, en “Homenaje al Prof. Francisco Javier Serrano García”, Universidad de Valladolid,
(2004), p. 35-63; C. Mesa Marrero, Uniones de hecho, Análisis de las relaciones económicas y sus
efectos. 3ª ed. Thomson- Aranzadi. Navarra (2006), pp. 24-27.
36
En un principio, se intenta hacer caso omiso de las uniones de hecho considerándolas como
un fenómeno Sociológico pero al margen el Derecho con las nefastas consecuencias que este
desconocimiento por la Ley puede generar. Cf. M. Gitrama González, Nota sobre la problemática
jurídica de la pareja no casada, en “Estudios de derecho Civil. Homenaje…Op., Cit.”, p. 211.
9
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
37
Código civil y la dignidad de la persona humana art. 10.1 CE);
de abierta hostilidad,
siendo perseguidas e, incluso sancionadas penalmente por considerarlas contrarias a la
moral establecida, a las tradiciones sociales o creencias religiosas hasta su práctica
equiparación con el matrimonio.
No obstante, ya desde los años noventa, la doctrina y una amplia jurisprudencia tanto
del Tribunal Supremo como de diversas Audiencias Provinciales venían ocupándose
profusamente del tema al haber empezado a conseguir estas “relaciones estables de
pareja” un amplio reconocimiento social y en cuyo tratamiento se atendía a tres criterios
principalmente: su naturaleza voluntaria, su carácter diferenciado y no asimilable al
matrimonio, así como el principio de igualdad entre los convivientes y la protección de la
parte más débil de la relación.
38
Por tanto, la figura no era desconocida por el legislador español. Incluso, se aceptaba
su existencia
39
y la consecución de ciertos efectos en casos y para supuestos muy
40
concretos de forma puntual en diversas normas . A pesar de ello, carecía de una
37
Cf. J. Calvo Álvarez, Consideraciones en torno a las uniones extramatrimoniales en “Ius
Canonicum”, 36, n. 72, (1996), pp. 533-535.
38
Cf. A. García Gárate, Reflexiones de un jurista sobre las uniones de hecho, en “Uniones de
Hecho” (Eds. J.Mª. Martinell/Mª T. Areces Piñol). Ediciones de la Universidad de Lleida, (1998),
pp. 249 y ss; B. Cuenca Alcaine, El marco jurídico de las uniones de hecho en España (octubre
2010),
en
“http://noticias.juridicas.com/articulos/45-Derecho%20Civil/2010103579518234528614.html.”
39
Por ejemplo, en la Disposición Adicional 3ª de la Ley 21/1987, de 11 de noviembre, se refiere
a ellas al «hombre y la mujer integrantes de una pareja unida de forma permanente por relación
de afectividad análoga a la conyugal.»
40
Basta ver algunos ejemplos como: La Ley 5/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de
asilo y de la condición de refugiado, que concede efectos por extensión al cónyuge o “a la persona
que se halle ligada por análoga razón de afectividad o convivencia.” La Ley Orgánica 6/1985, de 1
de julio, del Poder Judicial, que, al regular las incompatibilidades y prohibiciones así como las
causas de recusación y abstención de Jueces y Magistrados, equipara el vínculo matrimonial con
la “unión de hecho” (Artículo 219: Son causas de abstención y, en su caso, de recusación:1.ª El
vínculo matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco por consanguinidad o afinidad
dentro del cuarto grado con las partes o el representante del Ministerio Fiscal. 2ª El vínculo
matrimonial o situación de hecho asimilable y el parentesco por consanguinidad o afinidad dentro
del segundo grado con el letrado o el procurador de cualquiera de las partes que intervengan en el
pleito o causa. El artículo101 del Código civil:”El derecho a la pensión se extingue por el cese de
la causa que lo motivó, por contraer el acreedor nuevo matrimonio o por vivir maritalmente con
otra persona y artículo 320:”El Juez podrá conceder la emancipación de los hijos mayores de
dieciséis años si éstos la pidieren y previa audiencia de los padres: 1.° Cuando quien ejerce la
patria potestad contrajere nupcias o conviviere maritalmente con persona distinta del otro
progenitor del Código Civil, que, respectivamente, equiparan la celebración de matrimonio con la
convivencia marital como causa de extinción de la pensión compensatoria y de la concesión de
emancipación. En materia penal, señala el artículo 23:”Es circunstancia que puede atenuar o
agravar la responsabilidad, según la naturaleza, los motivos y los efectos del delito, ser o haber
sido el agraviado cónyuge o persona que esté o haya estado ligada de forma estable por análoga
relación de afectividad, o ser ascendiente, descendiente o hermano por naturaleza o adopción del
ofensor o de su cónyuge o conviviente.” (Redacción conforme a la Ley Orgánica 11/2003, de 29
de septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e
integración social de los extranjeros). También, el Art. 174, 3 de la Ley 40/2007, que modificó la
Ley General de la Seguridad Social, que ha permitido que el conviviente supérstite de una pareja
10
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
atención jurídica expresa en cuestiones tan sustanciales como las consecuencias de la
ruptura o los derechos sucesorios del conviviente, así como una reiterada negativa a
41
cualquier tentativa de regulación sistemática más o menos completa del problema .
Y, aunque en lo dispuesto en los principales Documentos Internacionales sobre
Derechos humanos sobre el tema que tomamos de referencia como: la Declaración
42
43
Universal de Derechos Humanos , el Convenio Europeo de Derechos Humanos , el
no casada ostente el derecho subjetivo a una pensión de “viudedad” del régimen general, cuando
se den los requisitos legalmente exigidos. El artículo 3 de la Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de
Fundaciones, que equipara cónyuges y “personas ligadas con análoga relación de afectividad» a
los efectos de prohibir las fundaciones familiares” y el artículo 9.3 de la Ley 41/2002, de 14 de
noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de los derechos y obligaciones en
materia de información y documentación clínica, que permite otorgar el consentimiento informado
por representación a las personas vinculadas con el paciente «por razones familiares o de
hecho», o el artículo 93.1 de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal, que incluye a esas mismas
personas entre las especialmente relacionadas con el concursado. Cf. A. Martínez Blanco, La
familia de hecho ante el derecho Canónico…Op., Cit., p. 83; V. Reina Bernáldez, Las parejas de
hecho en nuestro ordenamiento jurídico, en “El Derecho Europeo ante la pareja de hecho”,
Cedecs Editorial, (1996), pp. 74 y 75; C. De Amuniategui Rodríguez, Uniones de hecho, una
nueva visión después de la publicación de las leyes sobre parejas estables. Tirant Monografías,
Valencia, (2002), pp. 109-116; C. Pinto Andrade, Efectos patrimoniales tras la ruptura de las
parejas
de
hecho,
en
“http://noticias.juridicas.com/articulos/45-DerechoCivil/2008657946749467464.htm“.
41
Cf. M. P. García Rubio, Parejas de hecho y lealtad constitucional, en “Homenaje al Prof.
Francisco Javier Serrano García”, Universidad de Valladolid, Valladolid, (2004), pp. 35-63,
especialmente. p. 40; la misma, Uniones de hecho en España. Una visión jurídica, en “Anuario
Facultad Derecho Universidad Autónoma.” Madrid. 10 (2006), p.116.
42
Artículo.16:”A partir de la mayoría de edad, el hombre y la mujer, sin ninguna restricción en
cuanto a la raza, la nacionalidad o la religión, tienen derecho a casarse y de formar una familia…”
y en el apartado 3 del mismo artículo define a la familia como “elemento natural y fundamental de
la sociedad” y establece su derecho a la protección de la sociedad y del Estado. De su contenido
puede deducirse: Que el matrimonio de un hombre y una mujer a partir de su mayoría de edad; o
bien que la fundación de la familia puede disociarse de la existencia de un vínculo matrimonial por
ser el derecho a formar una familia un derecho de la persona que puede ejercer dentro del marco
matrimonial o fuera de él. Al mismo tiempo, los artículos 1, 2, y 7 de la misma Declaración aluden
al derecho a la igualdad de todos los seres humanos que nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y a igual protección de la ley sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición. in distinción ante la ley Cf. R. De Velasco Marín, Derecho
comparado sobre las uniones de hecho en España y Francia. Centro de Estudios Registrales.
Madrid (2001), p.12; M.C. Pérez Villalobos, Las Leyes autonómicas reguladoras de las parejas de
hecho. Thomson. Civitas, Navarra (2008), pp. 27-30.
43
El CEDH en su art. 12 afirma: “A partir de la edad núbil, el hombre y la mujer tienen derecho a
casarse y a fundar una familia según las leyes nacionales que rijan el ejercicio de este derecho.”
Y, este artículo como indica el profesor Ricardo García en su interesante trabajo encierra una gran
importancia, “no sólo en el derecho nacional español, debido a la existencia de una remisión, u
obligación jurídica interpretativa de nuestro derecho interno, sino también por la última aprobación
en España de la Constitución Europea, que expresamente incorpora el CEDH en su seno”. Y,
aunque la Carta de Derechos de la Unión Europea no llegó a tener fuerza imperativa sí la tiene
interpretativa y debe considerarse como el primer intento del Derecho Comunitario de crear unos
derechos humanos comunes propios de la Unión. En ella se determinaba, en su artículo 9, el
derecho al matrimonio y a fundar una familia según las leyes nacionales que regulen su ejercicio.
Dicha Carta, se ha visto superada e incorporada a la Constitución Europea, que en su parte
segunda, con respecto al matrimonio establece en su artículo II.9 «Derecho a contraer matrimonio
y derecho a fundar una familia», que: «Se garantiza el derecho a contraer matrimonio y el derecho
a fundar una familia según las leyes nacionales que regulen su ejercicio.»Esa regulación es la
11
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos
Derechos económicos, sociales y culturales
45
44
o el Pacto Internacional relativo a los
es clara la relación que existe entre familia
y matrimonio al albergar un concepto tradicional de familia y otorgar una protección
especial a las familia matrimoniales
46
sin embargo, al no contar con una definición
expresa de familia esto ha permitido el desarrollo de diversas interpretaciones y, con ello,
de la incorporación de nuevas formas de convivencia.
De igual manera, el Consejo de Europa primero
47
48
y la Unión europea después ,
afrontaron en distintos textos la problemática generada por estas “uniones estables de
pareja” que tuvieron una notable repercusión en los países de la Unión al establecer un
punto de inflexión en el tratamiento del problema y de futuras iniciativas legislativas
dirigidas sobre todo, a conceder un estatuto jurídico a uniones de parejas homosexuales.
También, supuso el nacimiento en la mayoría de estos países de una serie de registros
específicos de parejas (casi siempre de ámbito municipal) dirigidos a facilitar un cierto
que, básicamente, regula el «embrión» o «núcleo» del derecho al matrimonio en Europa, pero se
trata de un contenido mínimo que permite a los diferentes Estados distintas interpretaciones y
extensiones. Cf. R. García García, El artículo 12 del Convenio europeo de Derechos
Humanos…Op.,Cit. pp. 241-243.
44
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 16 de diciembre de 1966 en su art. 23:
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección
de la sociedad y del Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia
si tienen edad para ello.
45
En su art. 10 dispone:”los estados parte del pacto reconocen que una protección y una
asistencia tan extensas como sea posible deben prestarse a la familia, que es el elemento
fundamental de la sociedad…”
46
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos en un primer momento, asumió en el caso Cossey
(Sentencia de 27 de septiembre de 1990) la misma postura que en otra anterior de 17 de octubre
de 1986 que la familia surge del matrimonio entre dos personas de distinto sexo. Aunque, en
sentencias posteriores se desvincula del concepto de familia basada exclusivamente en el
matrimonio. Ver entre otras,Sentencia Keegan contra Irlanda, de 26 de mayo de 1994; Sentencia
Elsholz contra Alemania, de 13 julio de 2000; Sentencia Sommerfield contra Alemania, de 11 de
octubre de 200; Sentencia Yousef contra los Países Bajos, de 5 de noviembre de 2002. Cf. R.
García García, El artículo 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos…Op.,Cit, p. 243.
47
Recomendación 3/88, de 7 de marzo del Comité de ministros sobre “la validez de los
contratos entre personas que viven juntas como pareja no casada, así como de sus disposiciones
testamentarias. Más tarde, la Asamblea Parlamentaria de Consejo de Europa llega al Acuerdo de
13 de mayo de 1991 sobre “Derecho sucesorios del cónyuge o conviviente supérstite.”
48
Resolución n. 28/1994, de 28 de febrero sobre “la igualdad de trato jurídico a todos los
ciudadanos, con independencia de su orientación sexual, y desaparezca toda forma de
discriminación en Derecho penal, civil, contractual, laboral, comercial y en especial, para que se
ponga fin a la prohibición de contraer matrimonio y se posibilite a regímenes jurídicos
equivalentes. Más tarde, el Parlamento europeo volvió sobre el tema en la Resolución del
Parlamento Europeo A5-0281/03, de 4 de septiembre de 2003 sobre la situación de los Derechos
fundamentales en la Unión Europea (DO C 76, de 25 de marzo de 2004, p. 422).
12
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
reconocimiento formal a las uniones de hecho en general y a las homosexuales en
49
particular .
Por tanto, una vez que ya hemos hecho alusión -aunque de forma muy breve- a lo
expuesto en dichos documentos internacionales como nuestro trabajo se refiere
50
exclusivamente al ordenamiento jurídico español,
entendemos que es primordial en un
primer momento, partir del análisis del punto de vista constitucional para determinar si en
la Constitución dentro del grupo familiar o de lo que se entiende por familia quedan
plenamente incluidas estas uniones estables de pareja; o por el contrario, excluidas del
mismo. Pues, naturalmente la premisa de la que se parta condicionará en gran medida
51
cuál deba ser su tratamiento jurídico .
En la etapa inmediatamente anterior a la Constitución lo que se entendía por familia
no se definía porque el elemento central del sólido sistema familiar era el matrimonio -la
forma habitual de crear una familia-. Por lo que, la regulación de la familia se basaba en
el matrimonio del que surgían un complejo entramado de relaciones jurídicas, derechos y
deberes de tipo personal y patrimonial que exigía un adecuado tratamiento jurídico propio
y específico. Pero, tras la entrada en vigor del texto constitucional ésta situación cambió
52
radicalmente, hasta el punto de obligar al legislador a reformar el Código civil .
49
En el seno de la Unión Europea, la familia también se concibe como núcleo fundamental de la
sociedad (si tenemos en cuenta el contenido de los artículos 16 de la Carta Social Europea y 16.3
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) y es objeto de tutela jurídica, social y
económica, como se afirma en el artículo II-93 del Texto del Tratado por el que se establece una
Constitución para Europa. De hecho, ya en la reunión de Feira, del año 2000, en la que se
presentó la estrategia global para la Unión Europea 2000-2010 se situó el pleno empleo como
objetivo a alcanzar para la tutela de la familia y se enfatizaron los derechos individuales como
garantía de la integración social y de la igualdad de género. E incluso, algunas instituciones de
ámbito comunitario, dedicadas al fomento y protección de la familia (como la COFACE,
(Confederation of Family Organisations in the European Community), han realizado propuestas de
reforma del Tratado de la Unión para la incorporación de la dimensión familiar en las políticas
europeas. Aunque, no queda muy claro el concepto de familia en el texto de la Constitución
europea y en el contexto del Derecho social comunitario al tener que partir del a realidad social
imperante en el conjunto de los Estados europeos o de la incidencia del modelo de familia
predominante. Cf. P. Rivas Vallejo/C. Villagrasa Alcaide, La protección de la familia y de las
uniones de hecho”, en “Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales”, 57, p. 505.
50
Al análisis de la Jurisprudencia (nacional e internacional) así como del Derecho comparado
por su entidad, le dedicaremos un estudio pormenorizado en otro momento. Tan sólo, referir el
hecho de que en otros países de nuestro entorno cultural y político también, encontramos
referencias al matrimonio y la familia en unos expresas como: Italia, Portugal, Grecia e Irlanda. En
otros, de forma implícita como: Gran Bretaña, Suecia y Finlandia en el marco del reconocimiento
de derechos fundamentales y para asegurar la protección social de la familia. Cf. M.C. Pérez
Villalobos, Las Leyes autonómicas reguladoras de las parejas de hecho…Op.,Cit., pp. 27-41.
51
Cf. C. De Amunategui Rodríguez, Uniones de hecho; una visión después de la publicación de
las leyes sobre parejas estables. Tirant monografías. Valencia (2002) p.15.
52
Vid. Leyes 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del Código civil en materia de filiación,
patria potestad y régimen económico del matrimonio y Ley 30/1981, 7 de julio, por la que se
modifica la regulación del matrimonio en el Código Civil y se determina el procedimiento a seguir
en las causas de nulidad, separación y divorcio.
13
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Y, aunque dicho texto constitucional no define qué es la familia (considerado para
algunos como un acierto, pues ello permite acomodar su concepto a las exigencias
53
sociales imperantes en cada momento), si se ocupa de ella en su art. 39 CE, que junto a
54
55
otros preceptos constitucionales como: el artículo 1, 1 CE , el artículo 9, 2 CE , el
56
artículo 10, 1 CE
personalidad,
57
al ser estas uniones una manifestación del libre desarrollo de la
el principio de igualdad y no discriminación recogido en el artículo 14
58
59
CE , y el artículo 32, 1 dedicado al reconocimiento del “ius connubii”,
han llevado a un
sector importante de nuestra doctrina a pensar que el juego de los mismos tiene
suficiente entidad como para considerar que contiene una interpretación abierta de
60
familia. Y, con ello, que nuestra Constitución admite y protege junto a la familia
53
Artículo 39 CE:
1. Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.
2. Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos
ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil.
La ley posibilitará la investigación de la paternidad.
3. Los padres deben prestar asistencia de todo orden a los hijos habidos dentro o fuera del
matrimonio, durante su minoría de edad y en los demás casos en que legalmente proceda.
4. Los niños gozarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus
derechos.
54
Art. 1,1 CE “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que
propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político.”
55
Art. 9,2 CE:”Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad
y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los
obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos
en la vida política, económica, cultural y social.”
56
Artículo 10, 1CE “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el
libre desarrollo de la persona….”
57
Se ha señalado, que en el campo afectivo el libre desarrollo de la personalidad puede
manifestarse de múltiples formas: como matrimonio, unión de hecho, unión homosexual, unión
heterosexual” que se vería afectado, si los poderes públicos impiden o reprimen la convivencia
“more uxorio” o imponen el establecimiento del vínculo matrimonial. Cf. Valladares Rascón, E.,
“Uniones de hecho en España” en: Derecho de familia y libertad de conciencia en los países de la
Unión europea y el derecho comparado. Actas de IX Congreso Internacional de Derecho
eclesiástico del Estado. San Sebastián, 2000, pág. 19.
58
Artículo 14 CE: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social.”
59
Artículo 32.1 CE: “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena
igualdad jurídica.”
60
Cf. V. Reina/J.Mª Martinell, Las uniones matrimoniales de hecho. Marcial Pons, Madrid,
(1996), p.14; J. Calvo-Álvarez, Derecho de Familia y Libertad de Conciencia en la Unión europea y
el Derecho comparado. Crónica del IX Congreso internacional de derecho eclesiástico del Estado,
en “Ius Canonicum”, 40, núm. 80, (2000), p.492. El interesante trabajo del profesor A. García
Gárate, Hacia una reforma radical del Derecho matrimonial, en “Estudios jurídicos en Homenaje
al profesor Luis Díez-Picazo”, Thomson. Civitas, Madrid, (2003), pp. 4617-4629 y Mª P. Sánchez
González, Las fronteras del concepto jurídico de familia, en “La Ley”, núm. 5, (2004), pp. 1399-
14
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
tradicional basada en el matrimonio, otras formas de relación (extramatrimonial) no
instauradas en él. Por tanto, este reconocimiento institucional de las uniones de hecho,
lo que “supondría que el ordenamiento constitucional ofrece dos modelos alternativos de
convivencia estables garantizados y protegidos.”
61
Por ello, opinan que no se puede tratar
de imponer a todos los ciudadanos un modelo único y una determinada concepción de la
vida y de las relaciones humanas ya que, esto sería contrario a lo dispuesto en estos
62
preceptos constitucionales y a lo señalado por el propio Tribunal constitucional . Es más,
el insertar estas relaciones estables de pareja bajo la protección constitucional supone el
reconocimiento del “derecho a no contraer matrimonio como alternativo al derecho a
63
casarse del artículo 32, 1 CE . Así, más que hablar de “familia” parece que se podría
hablar de “familias” ya que, existen una pluralidad de “situaciones convivenciales” que
aparecen organizadas según el modelo familiar aceptadas tanto desde el punto de vista
64
legal como social.
1410; P. Panero, El concubinato romano como antecedente de las actuales parejas de hecho, en
“www.ridrom.uclm.es“, octubre 2010, pp. 93-94; M. Pérez Vallejo, La autorregulación de la
convivencia de hecho. Servicio Publicaciones Universidad de Almería, (1999), p.22; V. Reina
Bernáldez, Las parejas de hecho en nuestro ordenamiento jurídico: un planteamiento de conjunto
sobre la situación actual de las parejas no casadas ante las normas vigentes en “El Derecho
Europeo ante la pareja de hecho”, Cedecs Editorial, (1996), pp. 70-71: R. De Velasco Marín,
Derecho comparado sobre las uniones de hecho en España y Francia. Centro de Estudios
Registrales, Madrid (2001), p. 23; I. Martín Sánchez, Derecho a convivir en pareja y libertad de
conciencia…Op., Cit. p.161.
61
Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las Leyes autonómicas reguladoras de las parejas de hecho...Op.,
Cit, p. 15.
62
Así, en la Sentencia 222/1992, de 11 de diciembre, del Tribunal Constitucional, se afirmaba
que no puede constreñirse el concepto de familia “a la de origen matrimonial, por relevante que
sea en nuestra cultura en los valores y en la realidad de los comportamientos sociales esa
modalidad de vida familiar. Existen otras junto a ella, como corresponde a una sociedad plural, y
ello impide interpretar en tales términos restrictivos una norma como la que se contiene en el art.
39.1, cuyo alcance, por lo demás, ha de ser comprendido a la luz de lo dispuesto en los apartados
2 y 3 del mismo artículo.
Recientemente, el Tribunal Constitucional en la Sentencia 93/2013, de 23 de abril de 2013.
Recurso de inconstitucionalidad 5297-2000 interpuesto contra la Ley Foral 6/2000, de 3 de julio,
se ha reafirmado en esta doctrina de que el concepto de familia es más amplio que la de origen
matrimonial, y que también otros modelos de familia gozan de protección constitucional, además
de establecer la constitucionalidad del régimen de acreditación de la existencia de una pareja
estable mediante inscripción voluntaria en los registros municipales o foral que se establezcan o
mediante cualquier otro medio de prueba admitido en derecho.
63
Finalmente, irrumpen en la escena de estas uniones de hecho la homosexualidad y la
posibilidad de abrir el matrimonio a personas del mismo sexo como un derecho individual que
puede ser ejercitado sin referencia a una persona concreta para no ser discriminado.
Discriminación que el legislador intentó remover mediante la ley 13/2005, de 1 de julio que permite
el matrimonio entre personas del mismo o distinto sexo, con plenitud e igualdad de derechos y
obligaciones cualquiera que sea su composición. En este sentido ver los interesantes trabajos
entre otros de: M. Leal Adorna, El reconocimiento en España del “Ius connubii” a personas del
mismo sexo, en “Quaderni di Diritto e Politica Ecclesiastica”, 2, (2010) pp.409-433; S. Cañamares
Arribas, El reconocimiento jurídico del matrimonio homosexual: Un debate todavía abierto, en
“Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado”, 14 (2007) pp.1-16.
64
Cf. M.P. Sánchez González, Las fronteras del concepto jurídico de familia, en “La Ley…Op.,
15
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Al mismo tiempo, también podemos encontrar significativas opiniones doctrinales que
aconsejan adoptar a una postura más restringida al respecto por considerar que el
elemento definitorio de la familia se reduce única y exclusivamente al parentesco (basado
bien en una relación de consanguinidad, afinidad o adopción) por lo que la Constitución
en su artículo 39, 1 se refiere a la “familia conyugal” que tiene su origen solamente en el
65
matrimonio.
De tal manera,
que las “uniones estables de parejas” no constituyen
66
familia, a pesar de reconocer que son un fenómeno muy extendido.
Pero, lo que no cabe duda es que decantarse por una interpretación abierta de familia
(que incluye a estas uniones estables de pareja) genera una consecuencia jurídica
inmediata como es el aceptar que junto a la familia tradicional hay igualmente otras
formas de relación (extramatrimonial) no instauradas en el matrimonio que también
deben ser objeto de protección por parte de los poderes públicos y que su desarrollo
corresponde al legislador. Además, que “las normas que disciplinen y regulen estas
relaciones de pareja o de hecho deberán calificarse como Derecho de familia con sus
notas, caracteres propios y principios que lo inspiran que no siempre coinciden con el
pleno reconocimiento, prácticamente sin límites del principio de autonomía de la
67
voluntad .
Sin embargo, todo esto no implica necesariamente tener que equiparar totalmente las
relaciones estables de pareja al matrimonio. Pues, lo más acertado es que reciban por
parte del legislador un tratamiento jurídico distinto, sin que ello pueda suponer un
atentado al libre desarrollo de la personalidad de los que libremente decidan optar por
este tipo de unión y mucho menos discriminación alguna o desprotección.
No obstante, a pesar del aparente interés mostrado por el legislador estatal español,
(muestra de ello son las sucesivas iniciativas parlamentarias sobre el asunto que se han
Cit, p.1400.
65 Según el profesor Estrada Alonso la creación de un estatuto legal de la unión libre, vendría a
configurar un matrimonio legal de grado menor, sobre el que los convivientes no han prestado su
consentimiento. Rebasaría los límites de la libertad individual, violaría las normas imperativas de
la celebración matrimonial y un sería un grave error de técnica legislativa. Cf. E. Estrada Alonso,
Las uniones extramatrimoniales en el derecho Civil español, Madrid, (1991), p. 123
66
Entre otros: G. García Cantero, Artículos 42 a 107 del Código civil, en “VV.AA, Comentarios al
Código civil y Compilaciones Forales.” T.II, Madrid (1982), p. 18; E. Estrada Alonso, Las uniones
extramatrimoniales…Op.cit. p. 103; J. Ferrer Ortiz, La familia en la experiencia constitucional
española: Declaraciones de principio y realidad normativa, en “Ius Canonicum”, 34, núm. 68,
(1994), pp. 459-482; J.L. De los Mozos, Familia y Derecho: de nuevo sobre las parejas no
casadas, en “La Ley” n. 5162, octubre (2000), pp. 1-3; M. Alonso Pérez, El Derecho de Familia,
entre lo viejo y lo nuevo, en “Matrimonio y Uniones de hecho”, (E. Martínez Gallego. Coord.), Ed.
Universidad de Salamanca. Salamanca, (2001), pp. 11-29; Roca i Trias, Familia y Derecho de
Familia, en “Derecho de familia”, Valencia, (1991), p. 22.
67
Cf. C. De Amunátegui Rodríguez, Uniones de hecho; una nueva visión después de la
publicación de las leyes sobre parejas estables…Op., Cit., pp. 25-27.
16
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
ido sucediendo en el tiempo)
68
y por extraño que parezca, aún no contemos con un
complejo orgánico normativo que las contemple y regule de forma integral y uniforme. Es
más, llegados a este punto, parece que se había ido consolidando la idea de que fuesen
los tribunales de justicia los que fueran resolviendo los distintos supuestos de hecho
concretos que se fueran planteando (aunque sin un criterio uniforme)
una materia
69
por tratarse de
muy complicada de la que ya se ocuparía, en su momento la diversa
normativa autonómica.
III. SU REGULACIÓN EN EL DERECHO AUTONÓMICO: ELEMENTOS QUE LA
CONFIGURAN
A partir del año 1998, ante la situación de vacío legal existente al no contar con una
legislación estatal sobre el tema y la urgente necesidad de otorgarles un estatuto jurídico
propio con el que poder resolver los múltiples interrogantes que se iban generando en
nuestro país sobre las parejas de hecho (hasta esos momentos, solventados por vía
70
jurisprudencial) , en virtud de lo dispuesto en el art. 149.1.8º de CE
71
las diferentes
68
Así, en el Boletín Oficial de las Cortes Generales (Congreso de los Diputados) con fecha 12
de septiembre de 1994, se publicaba el texto de la “Proposición de ley sobre protección social,
económica y jurídica de la pareja” tras ser presentado por el Grupo parlamentario Federal de
Izquierda Unida-Iniciativa por Cataluña. Más tarde, fue la “Proposición de ley de reconocimiento
de efectos jurídicos a las parejas hecho» que, con fecha 19 de noviembre de 1994, presentó el
grupo parlamentario socialista del Congreso. Curiosamente, la iniciativa decayó por la propia
inactividad de los proponentes, que en aquel momento gozaban de mayoría. Después, el 18 de
marzo de 1997, el Pleno rechazaba la admisión a trámite de una nueva Proposición de ley, ésta
vez promovida por Izquierda Unida-IC. Ambos grupos parlamentarios volverían a presentar
sendas Proposiciones de ley con fecha 2 de abril de 1997 que fueron rechazadas por el Pleno el
29 de mayo siguiente.
Finalmente, sí se admitieron a trámite la Proposición de ley presentada por el Grupo
parlamentario de Coalición Canaria (el 8 de abril del mismo año 1997) y otra del Grupo
parlamentario popular en el Congreso (el 29 de septiembre de ese mismo año). Sin embargo, a
pesar de ser admitidas no finalizaron su tramitación. La misma suerte tuvieron otras cuatro
proposiciones de ley admitidas a trámite por la Mesa del Congreso (el día 25 de abril de 2000),
presentadas por el Grupo socialista, (el día 8 de mayo de 2000), del Grupo catalán Convergencia
y Unión y la del Grupo Federal de Izquierda Unida, (ésta última con una corrección del día 22 de
mayo de 2000, y el día 29 del mismo mes y año) y la del Grupo mixto. Cf. P.A. Talavera
Fernández, Fundamentos para el reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales.
Propuestas de regulación en España.) Dykinson. Madrid (1999); El mismo, La unión de hecho y el
derecho a no casarse. Comares. Granada (2001); Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las Leyes
autonómicas reguladoras de las parejas de hecho...Op., Cit, pp. 66-71.
69
Vid. El interesante trabajo del profesor D. García Pardo Las uniones de hecho en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en “Evolución del derecho de familia en occidente”
(Coord. S. Catalá Rubio) Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2006,
pp.231-260.
70
Que a la hora de abordar la materia parte de tres aspectos esenciales: Su carácter voluntario;
diferenciado y no asimilable al matrimonio; del principio de igualdad entre los convivientes y de la
necesidad de proteger a la parte más débil de esa relación. Cf. Cuenca Alcaine, B.,
“El marco jurídico de las uniones de hecho…Op., Cit.
71
Artículo 149 1, 8ª: “El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias:
17
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
Comunidades Autónomas empezaron a regular la cuestión, quizás de forma apresurada y
72
sin atender unos criterios sólidos y coherentes . Esto explica, que dicha labor no se haya
realizado de forma igualitaria sino marcada por una amplia diversidad como muestra el
hecho de que no sólo su denominación difiera de unas Comunidades autónomas a
otras
73
sino también su estructura y contenido al no prestar la misma atención a todos los
supuestos previsibles.
Así, la primera normativa en este sentido fue elaborada por la Comunidad Autónoma
Catalana. Concretamente, la Ley 10/1998, de 15 de julio de “Uniones estables de
pareja”
74
que provocó un gran impacto legislativo, doctrinal y jurisprudencial
75
y cuyos
pasos siguieron otras Comunidades Autónomas. Hasta la fecha, se han promulgado
normas -con desigual rango y mayor o menor acierto- para regular las parejas de hecho:
unas, lo han hecho en forma de ley; otras, como decretos reguladores del funcionamiento
de Registros creados ad hoc y una, como disposición adicional careciendo Comunidad de
76
La Rioja y Murcia de normativa autonómica sobre la materia .
Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo por las Comunidades
Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan. En todo caso, las
reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles
relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases
de las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y determinación de
las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las normas de derecho foral o
especial.
72
Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las leyes autonómicas reguladoras de las parejas de hecho.
Civitas. Thomson. Aranzadi. (2008), p.14.
73
Con distintas denominaciones: uniones estables de parejas, parejas estables no casadas,
uniones de hecho y parejas de hecho.
74
Después, esta ley será sustituida íntegramente por la ley 25/2010 de 29 de Julio del libro
segundo del Código civil de Cataluña relativo a la persona y a la familia, que entrará en vigor el 1
de Enero de 2011.
75
76
Cf. R. Bercovitz Rodríguez-Cano, Parejas de Hecho, en “Aranzadi Civil”, 10, (1998), p. 10.
Por orden cronológico: Comunidad Autónoma de Cataluña, Ley 10/1998, de 15 de julio, de
uniones estables de pareja (que será derogada por la ley 25/2010 de 29 de Julio del libro segundo
del Código civil de Cataluña relativo a la persona y a la familia); Ley 6/1999, de 26 de marzo de
“Parejas estables no casadas” de la Comunidad de Aragón (Boletín oficial de Aragón de 6 de abril
de 1999); Ley 6/2000, de 3 de julio de “Igualdad jurídica de parejas estables” de la Comunidad
Foral de Navarra (Boletín Oficial de Navarra de 7 de julio de 2000); Ley 1/2001, de 6 de abril por la
que se regulan “las Uniones de Hecho”(Diario Oficial de la Generalidad de Valencia de 1 de abril
de 2001); Ley 11/2001, de 19 de diciembre de “Uniones de Hecho” (Boletín Oficial de la
Comunidad de Madrid de 3 de enero de 2002); Ley 18/2001, de 19 de diciembre “De parejas
estables” (Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares de 29 de diciembre de
2001); Ley 4/2002, de 23 de mayo “De parejas estables” (Boletín Oficial del Principado de
Asturias); Ley 5/2002, de 16 de diciembre “De parejas de Hecho” (Boletín Oficial Junta Andalucía
núm. 153 de 28 de Diciembre de 2002 y BOE núm. 11 de 13 de Enero de 2003); Ley 5/2003, de 6
de marzo “Para la regulación de las Parejas de Hecho” (Boletín Oficial de Canarias de 19 marzo
de 2003); Ley 5/2003, de 20 de marzo de “Parejas de Hecho” (Boletín de 9 de mayo de 2003 de la
Comunidad Autónoma de Extremadura); Ley 2/2003, de 7 de mayo “Reguladora de las Parejas de
Hecho” (Boletín Oficial del País vasco de 23 de mayo de 200); Ley 1/2005, de 16 de mayo “De
parejas de Hecho” (Boletín Oficial de la Comunidad de Cantabria de 16 de mayo de 2005);
Comunidad Autónomas de Galicia, Disposición adicional tercera de la Ley 2/2006, de 14 de junio,
redactada según Ley 10/2007, del día 28.
18
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
Sobre, estas leyes de parejas de hecho en el ámbito autonómico podemos incidir en
varios aspectos. Entendemos, que el primero a tener en cuenta por su transcendencia es
77
el relativo a la posible o no constitucionalidad de dichas leyes autonómicas . Ya que, la
escasa
claridad
del
citado
precepto
constitucional,
ha
propiciado
diversas
interpretaciones doctrinales al respecto:
Para un sector doctrinal, conforme al artículo 149 CE la regla general es que la
legislación civil es competencia exclusiva del Estado al que corresponderá extenderla tan
sólo en caso de duda, mientras que la competencia de las CCAA se ciñe al Derecho foral
vigente en el momento de entrar en vigor la CE. Esta postura, entiende que se vulnera el
artículo 149 del CE, lo que ha supuesto tachar de una hipotética inconstitucionalidad de
las leyes sobre uniones libres de aquellas CCAA sin tradición foral, o con un derecho foral
ya perdido, o incluso de aquellas en las que contando con derecho civil especial o foral,
éste no presenta sobre las uniones libres normas o principios con arraigo histórico o
78
social .
Por el contrario, otro sector doctrinal defiende que la competencia autonómica se
puede extender a toda la legislación civil, salvo en las materias reservadas a la
competencia exclusiva del Estado. Por lo que, dichas leyes elaboradas por los
legisladores autonómicos se consideran válidas.
Otros aspectos también a destacar en estas leyes autonómicas son por ejemplo:
79
-En las distintas leyes de pareja los presupuestos exigidos en unos casos no
coinciden con los requeridos en otros.
77
Los recurrentes fundamentan el recurso, en síntesis, en los siguientes motivos: a) La citada
norma legal ha sido dictada en relación con una materia perteneciente al marco de las
competencias que corresponden al Estado; concretamente, las referidas a la regulación de «las
relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio» (art. 149.1.8 CE), razón por la que
debe ser declarada inconstitucional en bloque. b) La Ley 6/2000 incurre en el vicio formal de no
indicar que se trata de una ley foral de mayoría absoluta. c) La Ley compromete los derechos al
libre desarrollo de la personalidad, a la intimidad personal y familiar y a no casarse (arts. 10.1,
18.1 y 32.1 CE), en la medida en que impone determinados efectos jurídicos a personas que no
han expresado su deseo de casarse. d) Por último, argumentan que los distintos preceptos en los
que se articula la Ley Foral incurren en diversos motivos de inconstitucionalidad; que en algunos
casos son un mero reflejo de las alegaciones ya realizadas y en otros supuestos resultan de otras
consideraciones suplementarias. Así, entre otros aspectos, estiman que el art. 2.3, que establece
una norma conflictual, invade la competencia exclusiva del Estado central referida a las «normas
para resolver los conflictos de leyes» (art. 149.1.8 CE); que el art. 8, en la medida en que permite
la adopción a las parejas estables homosexuales, sería inconstitucional por vulnerar el art. 39.2
CE; o que los arts. 12 y 13, referidos a los efectos fiscales o a la materia «función pública», deben
ser declarados inconstitucionales por incluirse en una ley foral de mayoría absoluta.
78
Cf. Mª. E. Rodríguez Martínez, La legislación autonómica sobre uniones de hecho. Revisión
desde la Constitución. Editorial Tirant lo Blanch, “Colección Privado”, Valencia, (2003). Basa sus
razonamientos exponiendo la doctrina del Tribunal Constitucional a propósito del art. 149.1.8, en
su sentencia 88/1993 de 12 de marzo.
79
Cf. Mª M. Moreno Mozos, Las uniones de hecho en la legislación autonómica…Op., Cit.,
pp.120-142.
19
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
-Todas parten del respeto a la autonomía de la voluntad de los interesados y la
atribución de efectos jurídicos a esta convencía “more uxorio” pero no de forma
ilimitada. La razón principal, se debe a la falta de competencia autonómica en
determinadas materias.
-Se tratan de leyes muy heterogéneas entre sí, tanto en la propia delimitación
de modelo de pareja al que resultan en cada caso aplicables, como en su
estructura, y contenido. Aunque, podamos encontrar similitudes entre algunas de
ellas porque cada una de las leyes que se van sucediendo en el tiempo, toma
como modelo de regulación el texto de otra Comunidad que la ha precedido. Si
bien, algunas incorporan elementos nuevos, pues parten de ordenamientos
jurídicos diferentes. No obstante, como señala la profesora García Rubio en todas
ellas “existe un punto de originalidad que las distingue de sus homólogas y todas
tienen en común que afectan por igual a parejas homo y heterosexuales (lo que las
diferencia de otras leyes de pareja registrada del ámbito comparado, como las
nórdicas, alemana, suiza o inglesa -no así, por ejemplo, de la danesa).
-Todas incluyen disposiciones, que o bien ya estaban previstas por la
80
81
legislación estatal, o no son propiamente específicas de este tipo de regulación .
Conforme a lo que hemos ido exponiendo, ya podemos extraer los elementos que
caracterizan estas relaciones en el ámbito civil:
a) Una convivencia estable de la pareja y exclusiva con independencia de su
orientación sexual. Con ello, se excluye cualquier otro tipo de unión integrada por
más de dos personas. Esto es, lo que tradicionalmente se ha denominado
convivencia “more uxorio” pública y notoria.
82
Esta convivencia entre las personas
que la integran se convierte así en la esencia de la misma relación, hasta el punto
de que si ésta desapareciera, también lo hace la unión misma. Para determinar la
estabilidad de la relación se atiende a criterios como el transcurso de un plazo de
83
tiempo mínimo e ininterrumpido,
la existencia de hijos en común de la pareja o la
80
La subrogación arrendaticia o el reconocimiento del derecho de adopción por parejas
heterosexuales.
81
Por ejemplo, el tratamiento del régimen de la guarda y custodia y régimen de visitas de los
menores de edad, que son propias de la regulación civil de la patria potestad.
82
Cf. L. Zarraluqui Sánchez-Eznarriaga, Las uniones de hecho en el Derecho Español…Op., Cit,
p. 79.
83
En cuanto al plazo de tiempo mínimo establecido cambia de unas legislaciones autonómicas a
otras. Así, la Ley de uniones estables de parejas de Cataluña de 1998 establece que la
convivencia estable en una relación heterosexual se desarrolle de forma ininterrumpida durante
dos años, (salvo que se haya otorgado escritura pública conforme a lo preceptuado en la ley). Sin
embargo, este período de convivencia ininterrumpida se reduce a un año, en leyes autonómicas
20
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
manifestación formal y expresa de sus miembros de su voluntad de permanecer
juntos.
84
b) Una relación de afectividad análoga a la conyugal. En ambas partes debe
existir la voluntad de vivir juntos y del reconocimiento social de esa unión como
relación estable y duradera.
85
Comparten techo, lecho, proyectos comunes, hijos
pero sin haber pasado por la Vicaría o el juzgado"
86
con lo cual se diferencian de
las simples relaciones esporádicas e intermitentes o circunstanciales (convivencia
87
de vacaciones, de fines de semana).
Por tanto, la vista de los elementos que la configuran, nos parece acertado definirla
como: “la unión libre, pública y estable de dos personas con independencia de su
orientación sexual, siempre que guarden entre sí una relación de afectividad análoga con
el matrimonio". Se constituye mediante escritura pública
88
o por la convivencia
89
ininterrumpida de dos años . Dicha relación, se puede acreditar bien mediante la
escritura pública de su constitución o por cualquier otro modo de prueba admitido en el
ordenamiento jurídico. Los efectos personales y patrimoniales que de ella se deriven
podrán fijarse por acuerdo entre las partes, ya sea de forma verbal, en documento
privado o público, tanto para la convivencia como para su término, siempre y cuando se
respeten los derechos mínimos contenidos en las respectivas leyes autonómicas, que
son irrenunciables. Y, en ningún caso, cabe pacto de convivencia sometido a plazo o
condición.
sobre parejas de hecho heterosexuales posteriores a ella como por ejemplo, la Comunidad de
Extremadura, Canarias, Navarra, Asturias y Comunidad de Cantabria salvo que tuvieran
descendencia común, en cuyo caso bastará la mera convivencia, o salvo que hayan expresado su
voluntad de constituir una pareja estable en documento público. Y, en el supuesto de que sean
uniones de personas del mismo sexo, tan sólo se exige convivencia sin periodo de tiempo y
manifestación de voluntad.
84
Cf. M. Moreno, La uniones de hecho….Op., Cit, p. 99; C. De Amunategui Rodríguez, Uniones
de hecho; una visión después de la publicación de las leyes sobre parejas…Op.,Cit. p. 68.
85
En el Derecho Romano quedaba configurada por la voluntad continuada de los cónyuges de
ser marido y mujer (affectio maritalis) y por la consideración social de esa unión como de
matrimonio (honor matrimonii).
86
Cf. I. Roca Cubells, La pareja de hecho, Ed. Fausí, Barcelona (1993), p, 9
87
Cf. F. Guío Fontes, Reflexiones en torno a las uniones...Op., Cit, p.360; C. De Amunategui
Rodríguez, Uniones de hecho; una visión después de la publicación de las leyes sobre
parejas…Op.,Cit. p. 67.
88
En Cataluña las parejas homosexuales pueden establecerse sólo mediante escritura pública.
89
Un año en Navarra. Pero, en este caso y en el de Cataluña el período temporal de convivencia
queda dispensado si han tenido descendencia en común, siempre y cuando la unión libre se
mantenga. Cuando se haya obtenido la disolución o nulidad de algún matrimonio que ligue a los
convivientes con distinta persona, el plazo precedente de convivencia entre ellos, aun mediando
por entonces el aludido vínculo matrimonial, puede computarse a estos efectos.
21
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
IV. CONSIDERACIÓN FINAL
A pesar del amplio debate suscitado en nuestro país sobre la regulación de las
“uniones estables de parejas” la falta del necesario consenso jurídico y político no ha
hecho posible la existencia de una norma estatal que regule expresamente la cuestión.
Ante esta situación, de omisión o mejor dicho de dejación de sus funciones del
90
legislador estatal
diferentes Comunidades Autónomas empezaron a regular el asunto,
más bien forzadas por las circunstancias. Pero, cuando se analiza el estatuto jurídico
otorgado por las distintas CCAA a las relaciones estables de pareja el panorama no es
muy alentador. Revela la ausencia de un criterio sistemático y unitario a la hora de tratar
este tipo de convivencia (quizás, porque las mayorías parlamentarias en unas u otras
Comunidades Autónomas responden a ideologías diferentes) que incluso, algunas
91
autoras se han atrevido a calificar como de caótica o cuanto menos pintoresca.
92
Es más, la posibilidad de que cada legislador autonómico pueda limitar el ámbito de
aplicación de su derecho propio ha creado el riesgo de que al coexistir en España
diferente normativa sobre el tema, provoque un tratamiento asimétrico con frecuentes
superposiciones y lagunas jurídicas. Así, como la posible inconstitucionalidad de los
93
artículos donde se delimita el ámbito de aplicación de éstas normas . Y, lo que es más
importante una regulación incompleta porque, además de tener en cuenta dichas
relaciones reguladas privadamente habrá que remitirse constantemente a leyes estatales
al ser el Estado el único competente para legislar sobre materias como: nacionalidad,
extranjería, legislación laboral, hacienda, seguridad social, que son aspectos sobre los
94
que con mayor frecuencia se generan cuestiones controvertidas .
90
Ha sido considerada como un caso de inconstitucionalidad por omisión derivada de la
violación del principio de lealtad constitucional. Ello se manifestaba claramente en todos aquellos
puntos en los que la falta de ejercicio de la competencia exclusiva del Estado impedía que las
leyes de las Comunidades Autónomas sobre parejas desplegasen plenos efectos. A su juicio, tal
era y sigue siendo la situación en el ámbito del Derecho Interregional y en el campo Procesal Civil.
También, en aquellos sectores del Derecho público en el que los intereses protegidos no han de
depender del matrimonio, sino de la protección de las personas y de la familia en su más amplia
acepción. Cf. M.P. García Rubio, Uniones de hecho en España. Una visión jurídica, en…Op., Cit.
p.121.
91
S. Espadín Mallorquín, La designación de la pareja de hecho como beneficiaria en los
seguros de vida…Op.,Cit, p. 7.
92
Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las Leyes autonómicas reguladoras de las parejas de hecho…Op.,
Cit, p. 77.
93
Algunas comunidades (Cataluña, Navarra y Baleares) han establecido normas unilaterales
para delimitar el ámbito de aplicación de sus leyes -cuando al menos uno de los miembros de la
pareja tiene vecindad civil en esa Comunidad. Cf. A. Quiñones Escámez, Nuevos modelos
familiares y Derecho internacional privado, en “Las uniones de pareja estable. Cuadernos de
Derecho judicial.” Madrid, (2003), p. 132.
94
En la cuestión de constitucionalidad núm. 6760-2003 planteada por la Sala de lo ContenciosoAdministrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid respecto a los arts. 3, 4, 5, 8 y 9 de la
22
Liñán - Libertad de conciencia y uniones estables de pareja: su regulación en el ordenamiento jurídico …
De tal manera, que con la aparición de las distintas normas que disciplinan la cuestión
a nivel autonómico parece que no han sido del todo satisfechas las pretensiones que
incitaron su existencia de forma apresurada. Como eran fundamentalmente, el respeto de
los principios constitucionales de igualdad
95
y libre desarrollo de la personalidad. Ya que,
con tales divergencias normativas en la práctica se puede generar una situación de
96
inseguridad jurídica y en algunos supuestos un trato discriminatorio ya que, el
reconocimiento de algunos derechos puede depender de la Comunidad en la que residan
97
los ciudadanos .
Por ello, hay quien ha propuesto la conveniencia de que el legislador estatal pueda
promulgar “normas de conflicto” que vengan a resolver los problemas interregionales o
con elementos de extranjería (de conformidad con lo dispuesto en el art- 149, 1.8 CE) y
armonicen dichas normas para poner fin a esta situación incierta y compleja
98
o, quizás
como lo más conveniente, la elaboración de una ley estatal definitiva de parejas de hecho
que de manera específica y concreta
99
discipline todos sus aspectos y permita corregir
las múltiples deficiencias que presenta la actual regulación de la materia de dispersión
Ley de la Asamblea de Madrid 11/2001, de 19 de diciembre, de uniones de hecho el Tribunal
Constitucional en su sentencia 81/2013, de 11 de abril de 2013 estima parcialmente el recurso y
declara inconstitucionales y nulos los arts. 4 y 5 de la Ley de la Asamblea de Madrid 11/2001, de
19 de diciembre, de uniones de hecho (BOE 10 mayo 2013) por vulneración de los arts. 149.1.8 y
149.1.18 CE.
95
Pues, lo que requiere el principio de igualdad no es una equiparación de las uniones
extramatrimoniales con la matrimonial, que no pueden ser tratadas de la misma forma porque son
supuestos distintos.
96
Se argumenta que lo más acertado para acabar con la inseguridad jurídica que origina la
inscripción de las uniones de hecho en los registros autonómicos o municipales creados a tal
efecto, sería la posibilidad de realizarla en el Registro civil que es el único con capacidad para
simultáneamente facilitar la prueba y publicidad de la misma. Sin embargo, esto es hasta el
momento -por la inexistencia de una ley estatal que lo prevea- .Cfr. C. De Amunategui Rodríguez,
Uniones de hecho; una visión después de la publicación de las...Op., Cit. pág. 14, 124 y 125.
97
Por ejemplo, lo ilógico de presumir la estabilidad de la pareja de hecho por el simple hecho de
que tengan hijos comunes.
98
Sobre todo, que solucionen el problema de determinación de la ley aplicable a estas uniones
estables, ya que la coexistencia de distintas legislaciones civiles en el territorio nacional serán
resueltas conforme a las normas contenidas en el capítulo IV: que es la ley personal y ésta será
determinada por la vecindad civil. Por tanto, surge un problema de derecho internacional privado.
Cf. M. Caso Señal, Regulación legal de las uniones estables de pareja en el derecho español:
estudio comparativo de las leyes autonómicas sobre la materia, en “Las uniones estables de
pareja.” Cuadernos de Derecho judicial. (Madrid), 2003, p.78; A. Quiñones Escámez, Nuevos
modelos familiares y Derecho internacional privado, en “Las uniones de pareja…Op.,Cit., p. 131.
99
Cf. P. Ortuño Muñoz, Derecho Civil Constitución de la convivencia more uxorio, en “Estudio
comparado de la regulación autonómica.” Madrid, (2005), p. 101; M. Caso Señal, Regulación
legal de las uniones estables de pareja en el derecho español: estudio comparativo de las leyes
autonómicas sobre…Op.,Cit., p. 87; D. García Pardo, Notas sobre las leyes catalana y aragonesa
de uniones de hecho, en “Revista Facultad Derecho Universidad Complutense Madrid” (2000),
p.151 y ss.
23
RGDCDEE 33 (2013) 1-24
Iustel
legislativa. Está claro, que este asunto -por su importancia- requiere un estudio
100
sistemático, integral y detallado desde y conforme a la perspectiva constitucional.
.
Y, si ante la pregunta de cuál debería ser la finalidad perseguida con dicha ley son
101
posible varias respuestas,
respecto a su contenido no existe duda de que sería
imprescindible que se refiera a materias como: Derecho internacional privado,
interregional, procesal, laboral y de la seguridad social o el Derecho fiscal.
Por tanto, entendemos que una hipotética norma estatal que fijara unos criterios
generales impediría la coexistencia de tantos tipos de parejas de hecho como leyes que
sobre ellas se hayan podido dictar y garantizaría un único tipo de unión libre en aras de
esa igualdad tantas veces invocada en las leyes sobre la misma. Todo ello, sin perjuicio
de que los legisladores autonómicos pudieran adaptar este régimen general a las
peculiaridades de su Derecho foral.
También, supondría el reconocimiento de las uniones estables de pareja como la
“expresión de un derecho fundamental a convivir en pareja integrando su regulación
general en el Código civil” como han hecho otros países europeos
102
. Y, por ende, esta
solución sería la más acorde con las recomendaciones que el Comité Europeo de
Cooperación Jurídica del Consejo de Europa viene haciendo a través de diversas
Resoluciones sobre la necesidad de regular los problemas de Derecho privado que
genera el aumento de este tipo de situaciones en nuestro Continente y de armonizar la
dispersa normativa sobre la materia en los países de la Unión Europea.
100
Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las Leyes autonómicas reguladoras de las parejas de hecho…Op.,
Cit, p. 17.
101
Señala la profesora García Rubio en su interesante obra: que una primera opción sería que
la ley prácticamente equiparase a las parejas de hecho con las unidas en matrimonio en lo relativo
a sus efectos civiles (postura de Holanda) aunque, la asimilación de ambas realidades no sea la
opción más razonable, pues probablemente una solución de este tipo vulneraría el artículo 32 de
la CE en su dimensión de libertad negativa. Es decir: el derecho a no contraerlo y, por
consiguiente, el derecho a no ser sometido contra la propia voluntad a un status matrimonial.
Una segunda opción, consistiría en proporcionar a la parte más débil de la relación un mínimo
de protección, sobre todo en el momento de la disolución de la relación de convivencia. Con esta
segunda opción -que considera la más acertada- no se crea un matrimonio de rango inferior o de
segundo nivel, tan sólo se dan soluciones legales a problemas económicos primarios en aquellas
materias donde debe prevalecer la necesidad de proteger a un sujeto que no está en condiciones
de hacerlo por sí mismo (posturas países escandinavos). Cf. M.P. García Rubio, Uniones de
hecho en España. Una visión jurídica, en…Op., Cit. p.122.
102
Cf. M.C. Pérez Villalobos, Las leyes autonómicas reguladoras…Op., Cit., p. 17- 20; C. De
Amunategui Rodríguez, Uniones de hecho; una visión después de la publicación de las...Op., Cit.
pág. 41.
24
Descargar