INTRODUCCIÓN GENERAL En una de las publicaciones más leídas del país, Alvin Toffler, señalado por la misma publicación como el "futurólogo económico más conocido del mundo", explicó cómo la economía global ha evolucionado en tres diferentes etapas, o como él las llama, en "olas". La primera ola, señala el profesor, estaba basada en la producción agrícola y en los factores productivos de tierra, capital y recursos, la segunda, identificada con la revolución industrial, estaba basada en la producción de masas y finalmente la tercera ola, la actual, está basada en el conocimiento y la tecnología1. Y no es de extrañarse, porque el hombre está condenado a evolucionar o por lo menos, a transformar su forma de vida y su destino. Hoy en día, está generalmente aceptado, a pesar de los vertiginosos cambios de los que hemos sido testigos en las últimas décadas, que las empresas constituyen todavía y se constituirán por lo menos por unos años más, en el motor del desarrollo de un país, porque su desempeño afecta, no solamente a sus accionistas, empleados o contratistas sino también, por su función social, al Estado y a la comunidad en general. No cabe duda de que la crisis o la dificultad de las empresas debe admitirse como una posibilidad dentro del desarrollo común del tráfico mercantil. Casi puede sostenerse que toda empresa lleva, al menos en potencia, su propia ruina. Así como en el ciclo de la vida, es natural que una empresa que fabricaba carruajes hubiera tenido que cerrar con el auge de la industria automotriz. Igualmente es natural, aunque parezca cruel, que las empresas pequeñas sean aniquiladas por las grandes empresas que entran a tomarse un mercado, por supuesto, siempre que su incursión sea legítima y no conlleve conductas restrictivas de la libre competencia o competencia desleal. 1 Vivimos un nuevo capitalismo. En: Revista Semana. 30 de Junio al 7 de Abril de 2003. En aras de tutelar el principio de conservación de empresas en crisis, a través de los años se han ingeniado diversos mecanismos político–jurídicos para enfrentar el problema. Estos mecanismos parten de los preceptos Estatutarios acogidos por el Código Napoleónico, en los cuales se mantenía el tratamiento severo e incluso cruel del deudor propio del Derecho Estatutario de la Edad Media; hasta los preceptos de mediados del Siglo XX, cuando el derecho concursal influenciado por un cambio teleológico, se orientó hacia la protección del crédito en forma indirecta, sin penalidad a la persona del fallido, con objetivo prioritario de proteger al ente que emerge después de la primera guerra mundial: la empresa. Es errónea la concepción según la cual, los procesos concursales cobran importancia solamente como una alternativa de extinción de la empresa, pues como estudiaremos en el presente documento, dichos procesos pueden tener como objetivo, o bien la terminación y liquidación de una empresa, o la continuidad de la misma si ésta se considera jurídica y económicamente viable2. En este último caso, los procesos concursales se constituyen como un salvavidas para las empresas que han tenido el infortunio de padecer malos manejos fraudulentos o negligentes, o que simplemente han sido víctimas de ciclos económicos decrecientes. En Colombia en particular, en los últimos años hemos presenciado con gran preocupación los graves fenómenos de insolvencia, liquidación y cierre de muchas empresas, que se ha atribuido, entre otras causas, a la incapacidad de las empresas nacionales de soportar la competencia internacional en la globalización o a la difícil situación económica interna del país, lo cual ha hecho de las expresiones “recesión” y “crisis económica” términos de amplio uso en nuestro lenguaje cotidiano, y que acarrea graves efectos negativos para el desarrollo y economía del país. 2 PEÑA CASTRILLÓN, Gilberto. El acuerdo de reestructuración en la Ley 550 de 1999. En: Revista Jurídica Jurisconsulto, No. 4. Cámara de Comercio de Bogotá, Colegio de Abogados Comercialistas. 2000. Hace más de dos años se inició una investigación sobre los procesos concursales. Esta investigación ha evolucionado en el documento que hoy presentamos. Este documento, pretende posicionarse como un análisis de la legislación vigente sobre los diferentes procesos concursales en Colombia, a través del estudio de la jurisprudencia y la valoración de la casuística disponible en los organismos estatales que intervienen en los procesos concursales que se estudian. Así, no solamente se estudian la legislación, jurisprudencia, doctrina, tesis de grado, textos, ensayos, artículos, y demás documentos nacionales y extranjeros relacionados con el tema, sino que se propone precaver los desafíos y cuestionamientos que sobre el tema se generarán en el futuro. Hemos decidido dividir este trabajo en seis partes comprensivas del tema; los dos primeros se refieren a los mecanismos concursales tendientes al mantenimiento de la empresa; el tercero, a su liquidación; el cuarto, al régimen concursal especial de la toma de posesión; el quinto, a las implicaciones transfronterizas del tema y el sexto y último, comprensivo de la responsabilidad de empresa que se deriva de su estado de crisis económica. Si bien el trabajo en conjunto es homogéneo y coherente, cada una de sus partes es el fruto del pensamiento individual de su respectivo autor, por lo tanto, las posibles divergencias que se encuentren a lo largo del trabajo, no son producto de contradicciones ingenuas o desapercibidas sino que son las propias del ejercicio académico. Dichas divergencias, no deben percibirse como un defecto del trabajo sino como un aporte valioso al debate jurídico. Concordatos En Colombia, la Ley 222 de 1995 y el Decreto 1080 de 1996 reformaron el Código de Comercio, e introdujeron un nuevo régimen societario y de procesos concursales. En estas normas se reguló el concordato como mecanismo legal con el objeto de recuperar y conservar la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo, y de proteger de manera adecuada el crédito. La Ley 222 puesta en marcha, quiso configurar un procedimiento rápido y simple que recondujera la complejidad y las dificultades de la crisis empresarial, en un procedimiento que permitiese la obtención de la mejor solución para los interesados. Aún así el proceso concordatario debió ser suspendido temporalmente por la Ley 550 de 1999, por el excesivo endeudamiento externo que la apertura económica le exigió al sector productivo colombiano, que conllevo a un perecimiento intenso de las empresas y a un aumento en la tasa de desempleo. En este aparte examinaremos la figura del concordato, buscando sus debilidades y fortalezas, teniendo como premisa el claro objetivo de salvar la empresa en beneficio de la comunidad. Así mismo, determinaremos si el proceso convino con las exigencias de reestructuración empresarial, preservó los derechos de los acreedores y si contribuyó a que los deudores superaran las oscilaciones negativas que presentan los negocios en una economía cíclica. En fin, si el concordato debe mantenerse como legislación permanente pasados los cinco años en que ha estado suspendido por mandato del artículo 66 de la Ley 550 de 1999. Acuerdos de Reestructuración En primer lugar, aclaramos que a pesar de que en estricto sentido los acuerdos de reestructuración no son procesos concursales, sino una convención colectiva, fueron incluidos en nuestro trabajo como tales, debido a la gran importancia que han cobrado como respuesta a las difíciles coyunturas económicas por las que ha atravesado el país en los últimos años y por ser, temporalmente, sustitutivos de los concordatos. Con la apertura económica y la globalización, el sector productivo colombiano se vio obligado a aumentar sus niveles de inversión y gasto para lograr incrementar su competitividad a nivel nacional e internacional. Para ello se acudió a un endeudamiento extremo que excedió su capacidad de pago y perjudicó considerablemente la dinámica empresarial. Esto trajo consigo un inminente peligro para la supervivencia de las empresas y con ello para la conservación del empleo, lo que implicó que la crisis trascendiera del ámbito económico al ámbito social. Para contrarrestar estos efectos se expidió la Ley de Reactivación Económica y Empresarial con el fin de otorgar al sector real de la economía una herramienta más expedita y eficaz que permitiera dotar a deudores y acreedores de incentivos y mecanismos adecuados para la negociación, mediante el diseño de programas que les permitieran a las empresas normalizar su actividad productiva y atender sus compromisos financieros. En todo caso, su fin último, consistía en el mantenimiento y futuro sostenimiento de las empresas, para que ellas continuaran cumpliendo con su función social. Se debe reiterar que la Ley 550 se concibió para una coyuntura de crisis generalizada, por lo cual, al modificarse las condiciones de la economía se hace necesario determinar, por una parte, qué aspectos deben ser modificados, y cuáles se deben mantener dentro de este régimen transitorio; y, por la otra, cuáles deben incorporarse en una legislación permanente destinada a regir cuando la Ley 550 pierda vigencia. Liquidación Obligatoria La Liquidación Obligatoria que sustituyó la figura de la quiebra con la incorporación a la legislación nacional de la Ley 222 de 1995, busca primordialmente, satisfacer con los bienes del deudor todos los créditos que éste haya contraído con sus acreedores para el desarrollo de su empresa, instituyéndose como un proceso ágil gracias a la aplicación y apoyo de principios básicos de los procesos concursales3. El cambio pretendido con la nueva normatividad radicaba, en la percepción de la liquidación por parte de quienes se verían abocados al proceso, y en el mandato de mutua colaboración y cooperación por parte de los diferentes organismos del Estado involucrados, ejemplo de esto es la remisión que debe hacerse por parte de los estrados judiciales a la Superintendencia de Sociedades, de todos los procesos de carácter ejecutivo que hayan sido previamente iniciados contra el deudor. Lo anterior con fundamento en la asignación de funciones de tipo judicial a un ente de tinte eminentemente fiscalizador del orden administrativo, -la Superintendencia de Sociedades- cuando avoque el conocimiento de los temas inherentes a los procesos concursales en los que su experiencia en el manejo empresarial resulta de connotada importancia. Analizaremos el proceso de la Liquidación Obligatoria en Colombia, para lo cual optamos por bosquejar cada una de las etapas que lo componen, apoyándonos naturalmente en la Ley, la jurisprudencia y la doctrina. Toma de Posesión La toma de posesión y la liquidación forzosa administrativa, fueron concebidas por primera vez como procesos concursales en la Ley 45 de 1923 para ser aplicados exclusivamente a las entidades financieras. En la actualidad estamos en presencia de una expansión del ámbito subjetivo de aplicación de estos procesos concursales, ya que hoy en día, las empresas dedicadas a la construcción y enajenación de vivienda o la prestación de servicios de salud o públicos domiciliarios, 3 Entre otros, el de la universalidad (objetiva y subjetiva), la igualdad, el fuero de atracción y la oficiosidad. están sujetas, en virtud de la remisión normativa de sus regímenes especiales, a la regulación del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero en la materia. Esta regulación especial en materia concursal, tiene como fundamento la protección del interés general que se ve involucrado en el desarrollo de ciertas actividades de gran importancia en la vida social y política de nuestro país. Insolvencias Transfronterizas Desde el punto de vista económico, las multinacionales tienen una gran participación como fuente generadora de empleo y de inversión extranjera4. Por este motivo, es deber del Estado, establecer mecanismos eficaces para su conservación, y en caso de no ser posible, señalar un trámite de liquidación ágil que garantice el pago de los créditos cuando la empresa se encuentre en dificultades financieras5. Los procesos de insolvencia son transfronterizos6 cuando el deudor insolvente, incursó en un proceso concursal vigente, tiene acreedores o bienes dispersos en diversos territorios. En la actualidad, la mayor parte de las leyes que regulan el tema son de carácter nacional, sin embargo existen algunos documentos de carácter bilateral y regional, y la Ley modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, CNUDMI7, sobre la insolvencia transfronteriza, que se postula como el proyecto más ambicioso, debido a que tiene como propósito armonizar, en aspectos procedimentales, la 5 En este mismo sentido, véase: ISAZA UPEGUI, Álvaro. (Miembro de la Comisión Asesora del Gobierno Colombiano para la reforma del Estatuto Concursal). La liquidación obligatoria como sustituto del proceso de quiebra. Ley 222 de 1995. Colombia. Disponible en: publicaciones.derecho.org/concursal/Opiniones_jurídicas,_Comentarios_a_Jurisprudencia_y_Leyes/6 6 Las instituciones legales que regulan los procesos concursales varían considerablemente de un país a otro, asimismo varía su denominación. En este documento nos referiremos a las insolvencias transfronterizas, por ser el término más acogido y el adoptado por la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, CNUDMI, en el desarrollo de la Ley Modelo. 7 UNCITRAL por sus siglas en inglés: United Nations Comisión On International Trade Law. legislación mundial existente. Está última de gran trascendencia en el ámbito legislativo nacional, debido a que fue incluida dentro del último proyecto de ley presentado por el Gobierno nacional ante el Congreso de la República. Abordaremos, las preocupaciones actuales que ha debido afrontar el mencionado movimiento legislativo, tales como la inseguridad jurídica, la desprotección de los intereses de los acreedores y del mismo deudor, y la consecuente disminución del comercio internacional y de inversión extranjera, como efecto de la ausencia de una normatividad unificadora del tema8. Responsabilidad Empresarial En este último aparte nos referiremos a lo relativo a la responsabilidad de los actores empresariales. Como hemos mencionado, en muchas ocasiones (quizás las más), las empresas quiebran o entran en dificultades sencillamente porque las cosas se hacen mal: hacen mal los administradores, hacen mal los revisores fiscales, los contadores, el Estado, en fin, se hace mal. Ya sea que los agentes que se mueven dentro del mundo empresarial se comporten fraudulentamente y con ánimo de dañar; o sea que obren de manera negligente o imperita, lo cierto es que suele suceder que no se comportan “como es debido” y, como consecuencia de ello, ocasionan todo tipo de daños. Así por ejemplo, en lo relativo a las acciones revocatorias dentro de los procesos concursales, de inmediato surge la pregunta acerca de la responsabilidad de los administradores que han llevado a cabo los negocios jurídicos objeto de estas medidas. Igualmente, cuando se hace referencia a la larguísima duración de algunos de los diversos 8 Ley Modelo de la CNUDMI sobre la Insolvencia Transfronteriza con la Guía para su incorporación al derecho interno. procedimientos mercantiles, no puede uno menos que preguntarse “¿y al final de todo qué, quién responde?” “La responsabilidad empresarial” no es un fenómeno nuevo, pero sí lo es su formulación y examen teórico. Esto es, que a pesar de que hace mucho tiempo las instituciones de la responsabilidad civil y de la responsabilidad en general se han tenido que aplicar en las relaciones empresariales (no es absurdo pensar que eso ocurrió desde que aparecieron las primeras empresas), sólo desde hace poco se ha venido hablando de la responsabilidad empresarial como objeto del pensamiento y del discurso. Por su novedad, el tópico de la responsabilidad empresarial –que no tiene el poderoso anclaje que el tiempo, la tradición y la confirmación otorgan- es aún movedizo y dúctil. Nuestro objetivo es generar conciencia de empresa. Los agentes de la empresa deben comportarse acorde con sus deberes y los individuos que se ven perjudicados deben exigir la responsabilidad de quienes fallan en su comportamiento en el ámbito empresarial. El logro de este objetivo no sólo es fundamental y necesario para el desarrollo empresarial sino que, a un lado las hipérboles, es el todo. Finalmente, queremos señalar que hemos concluido que las empresas y la comunidad en general reclaman un régimen legal en materia concursal que realmente satisfaga sus necesidades económicas, sociales y políticas, y más aún, que garantice una eficiente aplicación del mismo. Como esbozamos al principio, estamos en la ola de la tecnología y el conocimiento, y es el deber del derecho, como ciencia y como fuente de soluciones, avanzar acorde con los nuevos requerimientos de la humanidad y es nuestra obligación como abogados responder a sus reclamos con nuestro gran poder: el conocimiento. ANÁLISIS DE LOS PROCESOS CONCURSALES Y RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL NICOLÁS ENRIQUE CUADROS SILVIA CAROLINA FONSECA ANDREA FRADIQUE-MÉNDEZ MARÍA CAROLINA GÓMEZ MARIA CATALINA JARAMILLO DARÍO LAGUADO GIRALDO DIANA CATALINA RAMÍREZ CAMILO ANDRÉS VARGAS Director: DR. DARÍO LAGUADO MONSALVE PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS ÁREA COMERCIAL BOGOTÁ 2003 PARTE PRIMERA CONCORDATOS NICOLÁS ENRIQUE CUADROS 19 CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN GENERAL 4 PARTE I. CONCORDATO 13 PARTE II. ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN 211 PARTE III. LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 464 PARTE IV. TOMA DE POSESIÓN Y LIQUIDACIÓN FORZOSA ADMINISTRATIVA 632 PARTE V. INSOLVENCIA TRANSFRONTERIZA 868 PARTE VI. RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL 1062 CONCLUSIONES 20 1264 21 CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN 19 1. GENERALIDADES 21 1.1 HISTORIA 21 1.1.1 Orígenes del concordato 21 1.1.2 En Colombia 23 1.2 CONCEPTO 25 2. SUJETOS QUE PARTICIPAN EN EL CONCORDATO 27 2.1 EL CONDUCTOR DEL PROCESO 27 2.1.1 El impulso oficioso del trámite concordatario 27 2.1.2 La Superintendencia de sociedades y el juez como conductores del proceso 33 2.2 EL DEUDOR 38 2.3 EL CONTRALOR 39 2.3.1 Concepto 39 2.3.2 Profesionalización del cargo 40 2.3.3 Elaboración de listas y designación 40 2.3.4 Funciones y facultades 41 2.3.5 Inhabilidades 43 2.3.6 Remoción 44 2.3.7 Honorarios 44 2.3.8 Prescindencia 45 22 2.4 LA JUNTA PROVISIONAL DE ACREEDORES 45 2.4.1 Instalación 46 2.4.2 Funcionamiento 47 2.4.3 Funciones 48 2.4.4 Remoción 49 2.4.5 Obligaciones del deudor frente a la Junta Provisional de Acreedores 50 2.5 LOS ACREEDORES 50 2.5.1 Acreedores Laborales 51 2.5.2 Acreedores Tributarios 69 2.5.3 Acreedores posconcordatarios 73 2.5.4 Acreedores con fiducia en garantía 74 3. PRINCIPIOS CONCORDATARIOS 77 3.1 PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD 77 3.1.1 Concepto 77 3.1.2 Manifestaciones del principio de universalidad 77 3.2 PRINCIPIO DE COLECTIVIDAD 80 3.2.1 Concepto 80 3.2.2 Manifestaciones del principio de colectividad 80 3.3 PRINCIPIO DE IGUALDAD 82 3.3.1 Concepto 83 3.3.2 Manifestaciones del principio de igualdad 83 3.3.3 Prelación de créditos 4. DESARROLLO DEL PROCESO CONCORDATARIO 86 96 23 4.1 SUJETOS LEGITIMADOS PARA PEDIR LA APERTURA DEL CONCORDATO 96 4.1.1 El deudor 96 4.1.2 Los acreedores 98 4.1.3 La Superintendencia de Sociedades oficiosamente 98 4.1.4 Legitimación en el proyecto de insolvencia 100 4.2 REQUISITOS DE LA SOLICITUD DE CONCORDATO 101 4.2.1 Requisitos especiales 102 4.2.2 Requisitos sustanciales 106 4.2.3 Requisitos formales 116 4.3 PROVIDENCIA DE APERTURA 120 4.3.1 Generalidades 120 4.3.2 Recursos 120 4.3.3 Contenido 121 4.4 EFECTOS DE LA APERTURA 125 4.5 GRADUACIÓN Y CALIFICACIÓN DE CRÉDITOS 130 4.6 LA AUDIENCIA 133 4.6.1 Presidencia de las audiencias 133 4.6.2 Reglas generales 135 4.6.3 Clases de Audiencias 136 4.7 EL ACUERDO CONCORDATARIO 139 4.7.1 Concepto 139 4.7.2 Las audiencias y el acuerdo 141 24 4.7.3 Requisitos, aprobación e improbación del acuerdo, cumplimiento e incumplimiento del acuerdo 141 5. MEDIDAS CAUTELARES 146 5.1 SOPORTE CONSTITUCIONAL 146 5.2 MEDIDAS ESPECIALES DEL CONCORDATO 147 6. CONCORDATO DE SOCIEDADES SUBORDINADAS – EVENTUAL RESPONSABILIDAD DE LA MATRIZ 150 7. LA ACCION PAULIANA Y LA ACCION REVOCATORIA CONCORDATARIA 155 7.1 LA ACCIÓN PAULIANA 155 7.1.1 Generalidades 155 7.1.2 Requisitos 156 7.1.3 Naturaleza de la acción pauliana 158 7.1.4 Legitimación activa 160 7.1.5 Legitimación pasiva 162 7.1.6 Término para interponer la acción 162 7.1.7 Efectos de la acción pauliana 162 7.1.8 Actos revocables 163 7.1.9 Trámite General 163 7.2 LAS ACCIONES REVOCATORIAS EN LA LEY 222 163 7.3 LA ACCIÓN REVOCATORIA EN EL CONCORDATO 164 7.3.1 Unidad de propósito 164 7.3.2 Requisitos 164 7.3.3 Fecha de ocurrencia de los actos demandados 7.3.4 ¿Qué debe entenderse por actos celebrados injustificadamente por el deudor? 165 166 25 7.3.5 ¿Qué actos pueden revocarse? 166 7.3.6 Trámite 167 8. ESTADÍSTICAS DEL CONCORDATO 168 8.1 ESTADO GENERAL DE LOS CONCORDATOS (1969 – 2003) 168 8.2 CONCORDATOS DE ACUERDO AL TIPO SOCIETARIO 170 8.3 CONCORDATOS POR MUNICIPIOS 172 8.4 CONCORDATOS POR SECTORES ECONÓMICOS 175 8.5 CONCORDATOS DE ACUERDO AL GRADO DE FISCALIZACIÓN ESTATAL 177 8.6 CAUSALES PARA ACUDIR AL CONCORDATO – PRINCIPALES CAUSAS DE LA CRISIS EMPRESARIAL 178 8.7 EL CONCORDATO Y LA LEY 550 DE 1999 181 9. FLUJOGRAMA DEL PROCESO 186 10. VALORACIONES Y RECOMENDACIONES FINALES 193 BIBLIOGRAFIA 196 26 INTRODUCCION Las situaciones de crisis que pueden proyectarse sobre las unidades empresariales en un contexto de economía de mercado afectan distintos intereses y en consecuencia sus repercusiones en el ámbito económico y social de los países puede ser dramático. El estado de cesación de pagos refleja la imposibilidad del deudor para cancelar oportunamente sus obligaciones, impidiendo que la empresa siga su dinámico movimiento en el sector económico, y llevando a los acreedores a una situación de incertidumbre respecto del cobro efectivo de sus créditos. Así, la parálisis empresarial no solo incide de manera negativa sobre los directamente afectados, llámense estos deudores y acreedores del ente económico, sino que influye igualmente en la tasa de desempleo, índices de pobreza y desplazamiento entre otros factores de suma importancia a nivel general. Frente a ello, y en aras a tutelar el principio de conservación de empresas en crisis, a través de los años se han ingeniado diversos mecanismos político –jurídicos que van desde los preceptos estatutarios tomados del Código Napoleónico los cuales mantenían la severidad y crueldad con el deudor, propias del Derecho Estatutario de la Edad Media; hasta mediados del Siglo XX cuando el derecho concursal produjo un cambio teleológico y se orientó hacia la protección del crédito en forma indirecta, sin penalidad a la persona del fallido, y tomando como objetivo prioritario de protección al ente que emerge después de la primera guerra mundial: la empresa. En Colombia, la Ley 222 de 1995 y el Decreto 1080 de 1996 reforman el Código de Comercio, e introducen un nuevo régimen societario y de procesos concursales, siendo el concordato el mecanismo legal que tiene por objeto la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo, así como la protección adecuada del crédito. Cabe señalar que el artículo 66 de la Ley 550 de 1999 suspende la iniciación del proceso concordatario por 5 años a partir de su expedición. Este trabajo pretende examinar la figura del concordato, buscando sus debilidades y fortalezas, teniendo como premisa el claro objetivo de salvar la empresa en beneficio de la comunidad, y determinar si el proceso corroboró con las exigencias de reestructuración empresarial, preservó los derechos de los acreedores frente a las empresas y los deudores insolventes superaron las oscilaciones negativas que presentan los negocios en una economía cíclica. En fin, si el concordato debe mantenerse como legislación permanente pasados los cinco años en que estuvo suspendido. 27 Para ello fue necesario hacer un minucioso análisis del marco legal regulatorio del proceso concordatario, así como un trabajo de campo del cual surgieron ciertas estadísticas que nos acercan aún más al objetivo final del proyecto. La Ley 222 puesta en marcha, quiso configurar un procedimiento rápido y simple con el fin de reconducir la complejidad y dificultades de una situación de crisis empresarial a un procedimiento que permitiese la obtención de la mejor solución para los intereses en juego. Aún así el proceso concordatario debió ser suspendido temporalmente por la ley 550 sobre procesos de reestructuración empresarial, que devino necesaria con el excesivo endeudamiento externo que la apertura económica le exigió al sector productivo colombiano, lo que conllevo a un perecimiento intenso de las empresas y a un aumento en la tasa de desempleo. El período de vigencia de la Ley 550 de 1999 está próximo a finalizar, en consecuencia el país deberá decidir si vuelve legislación permanente a los acuerdos de reestructuración empresarial plasmados en tal normatividad transitoria, si retorna a las preceptivas contenidas en el concordato, o si adopta una nueva ley de salvamento empresarial. Desde el punto de vista sustancial, procesal y práctico ahondaremos el espíritu legal y las consecuencia prácticas del concordato, lo relacionaremos con la ley 550, y determinaremos si el nuevo proyecto de insolvencia que actualmente cursa en el Congreso resuelve los problemas estructurales que enfrenta una economía empresarial que hasta ahora comienza a mostrar índices favorables después de afrontar una de las peores crisis en la historia del país. 28 1. GENERALIDADES 1.1 HISTORIA 1.1.1 Orígenes del concordato. El derecho mercantil surge de las soluciones que los propios comerciantes buscaron y aplicaron al dinámico mundo del comercio especialmente en la Edad Media. Cuando estas prácticas se hicieron continuas, reiteradas, públicas y uniformes alcanzaron el nivel subjetivo de obligatoriedad con poder suficiente para regular las relaciones mercantiles. En palabras de Rehme “(...) surge desde un principio el derecho consuetudinario mercantil, que es donde encuentra justamente el comercio su norma especial, como un derecho de contenido análogo”9. La costumbre como fuente de derecho ha permeado las instituciones mercantiles y la regulación de la crisis empresarial no ha sido la excepción. Aunque es sabido que el concordato fue naciendo y formándose a consecuencia de las necesidades prácticas del mercado, no existe opinión unánime de la doctrina respecto a su origen. El profesor Brunnetti afirma que el acuerdo concordatario se positiviza por primera vez en la legislación estatutaria italiana, de donde fue tomado por el derecho común de ese país10. La catedrática Nuri Rodríguez Olivera encuentra igualmente los orígenes del concordato en tierras italianas. Explica que en una primera etapa los comerciantes realizaban acuerdos para evitar quiebras. Los acreedores le permitían al deudor continuar con sus negocios, para que de ese modo pagara un porcentaje mayor a lo que inicialmente estaba obligado. Posteriormente, las soluciones concordatarias se fueron incluyendo en los estatutos de las principales ciudades italianas: Venecia, Monza, Cremona, Piacenza, 9 REHME. Historia universal del derecho mercantil. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 1958. p. 76. 10 MONTOYA GIL, Horacio. De los concordatos y la quiebra de los comerciantes. Bogotá: Editorial El foro de la justicia, 1984. p. 5. 29 Génova, Nápoles, etc.11 De las ciudades italianas el concordato se introduce en otros países. En Alemania en el siglo XIII se conoce la institución en la ciudad de Lubek; en Francia, en las ferias de Lyon y de Champagne y en Suiza en la ciudad de Zurich a partir del siglo XIII. En España inicialmente se permitía el concordato sólo en los procesos de quiebra, luego se admitió el concordato preventivo. En efecto, La ley V, Título XV, Partida 5ª, establece un verdadero concordato preventivo: “el deudor que no podía cumplir con la totalidad de sus obligaciones, podía reunir a sus acreedores y solicitarles plazo para el pago de las mismas, si no había acuerdo unánime de los acreedores, se estaba a la mayoría de créditos; si había empate se tenía en cuenta el número de acreedores, y si aún así había igualdad, se reputaba concebida la espera”12. La Novísima Recopilación suprime definitivamente el concordato preventivo ordenando que el deudor insolvente fuese reducido a prisión. Otros autores como Bonfanti - Garrone, consideran que en Roma surge el primer antecedente del concordato con el denominado pactum ut minus salvatur. Este instituto de derecho romano funcionaba en caso de sucesión. Al morir una persona, su patrimonio pasaba a sus herederos, si el activo no era suficiente para cubrir el pasivo quedaba una marca de infamia sobre el causante que afectaba a sus herederos. Para evitarlo, se creo la figura del pactum ut minus salvatur, por medio del cual se permitió que los acreedores acordaran con los herederos reducir las deudas sucesorales en la medida suficiente para que éstos pudiesen abonar al pasivo parte de la obligación. El acuerdo obligaba también a los acreedores disidentes, ausentes y desconocidos. Cuando aparece el “beneficio de 11 RODRIGUEZ, Nuri. Concordatos y moratorias. Montevideo: Editorial Fundación de cultura universitaria, 1990. p. 15. 12 Ibid., p. 16. 30 inventario” cae en desuso la figura del pactum ut minus salvatur13. Se considera que en Roma, además del pactum ut minus salvatur, funcionó otro antecedente importante del concordato. En tiempos de Justiniano, los deudores podían hacer cesión de bienes, a su vez, los acreedores a quienes el deudor ofrecía sus bienes, podían concederle una espera hasta de cinco (5) años para saldar las deudas pendientes14. Por el contrario, Rocco y Ramella creen ausente la figura concordataria en el derecho romano arguyendo la falta de pronunciamiento judicial que se requiere en dicho proceso. Defienden pues, la tesis según la cual los concordatos nacen en las ciudades italianas del medioevo. En nuestra opinión, creemos que si bien es cierto en Roma se dieron ciertos antecedentes del concordato, la institución como tal aparece consagrada por primera vez en la legislación estatutaria de las ciudades italianas, de donde luego bebe el resto de Europa. Sin perjuicio de ello, llama la atención ver cómo la crisis del comerciante ha sido tema a regular desde antaño. Ya en el Fuero Juzgo se encuentran normas relacionadas con la insolvencia del deudor15. Incluso en el Código de Hammurabi 13 BONFANTI - GARRONE. Concursos y quiebra. Buenos Aires: Editorial Abeledo Perrot, 1973. p. 15. 14 15 RODRIGUEZ, Nuri, Op. cit., p. 15. En el Fuero Juzgo podemos encontrar normas relacionadas con la insolvencia del deudor, nos referimos concretamente a los siguientes preceptos: II sobre fiador, IV sobre precio no pagado, V sobre precio a plazo, V sobre prelación de 31 (1702 a 1759 a.C.), primera recopilación legal de la que se tenga conocimiento alguno, el precepto R (96) dice lo siguiente “si un señor ha tomado prestado grano o plata de un mercader y si no tiene grano o plata para reembolsar, y si tiene otros bienes daría al mercader lo que tenga declarándolo ante testigos cada vez que traiga algún bien, el mercader no podrá hacer objeción y deberá aceptarlos”16. 1.1.2 En Colombia. En materia de concursos, Colombia se inscribe en el sistema romano-germánico. Las primeras disposiciones al respecto fueron importadas del régimen español. En 1887, con la unificación legislativa se introdujo el Código de Comercio de Panamá, que había sido adoptado en 1867 y regulaba lo relativo a las quiebras en el título V del libro 1º. El concordato como tal es incorporado por primera vez en nuestra legislación, a través del Decreto 750 de 1940, en cuya virtud se introdujo esta institución dentro de la quiebra. La Corte Suprema de Justicia declaró inexequible este decreto, y ante el vacío legislativo que se produjo se expidió del Decreto 2264 de 1969 que innova introduciendo la figura del concordato preventivo. El Código de Comercio de 1971 recoge las preceptivas contenidas en 1969. A partir de 1973 se fue desarrollando un anhelo de reforma que desembocaría en la Ley 51 de 1988 mediante la cual se le confieren facultades al ejecutivo para reformar el régimen concursal. En virtud de esta ley se expidió el Decreto 350 de créditos. Todas las cuales regulan la crisis del comerciante en cesación de pagos. En: Fuero juzgo. Madrid: Temis, 1983, p. 93. 16 En los preceptos M (89), A (66), $ (48), A (52), A (51), R (96) se puede observar cómo al comerciante de buena fe en estado de cesación de pagos se le otorgan ciertas prerrogativas que los acreedores están obligados a aceptar. En: Código de Hammurabi. Madrid: Ed. Tecnos, 1983. p. 13 a 18. 32 198917. La Ley 222 de 1995 y el Decreto 1080 de 1996, reformatorios del Código de Comercio, introducen un nuevo régimen societario y de procesos concursales: consciente de la necesidad de adecuar la legislación mercantil, a la realidad empresarial, la Superintendencia de Sociedades a motu propio decidió iniciar los trabajos tendientes a la reforma del ordenamiento mercantil. Tal iniciativa fue acogida por el Gobierno Nacional, para cuyo efecto el Ministerio de Justicia integró comisiones con el fin de revisar los diversos libros del Código de Comercio, pero curiosamente las únicas comisiones que prosperaron fueron las que impulsó directamente la Superintendencia de Sociedades en temas de su competencia, como los atinentes al régimen de sociedades y a los procesos concursales, iniciativa y labor que se concretó en la ley 222 de 1995, que dio lugar y fundamento al Decreto 1080 de 199618. Finalmente es preciso advertir que por virtud del artículo 66 de la Ley 550 de 1999 y por un término de 5 años a partir su expedición, el concordato se encuentra suspendido. 1.2 CONCEPTO 17 SOTOMONTE, Saúl. Anotaciones en torno al Régimen Concursal Colombiano. Los Procedimientos Comerciales. Bogotá: Publicado por el Colegio de Abogados Comercialistas y Cámara de Comercio de Bogotá, 1991. p. 17 a 52. 33 Para Varangot, los concordatos preventivos son aquéllos que tienden a solucionar las cuestiones entre el deudor y acreedores fuera del procedimiento de la quiebra y tratando de evitarla19. Para el chileno Álvaro Puelma Accorsi, los concordatos son acuerdos adoptados entre el deudor y la masa de sus acreedores que versan sobre la forma de solucionar el pasivo del deudor, cumpliendo las solemnidades legales y que tienen por fin impedir o alzar la quiebra y obligan al deudor y a todos los acreedores, salvo las excepciones legales20. Al respecto dijo el profesor Ospina Fernández que, para prevenir el concurso de acreedores del deudor, o la quiebra del comerciante, o para buscar mejores resultados de estos procesos, una vez instaurados, el deudor y sus acreedores pueden celebrar convenios que se denominan concordatos y que se caracterizan por no requerir el consentimiento de todos los acreedores, sino el de cierta mayoría de estos, con el efecto de vincular a los acreedores minoritarios que no han participado en aquellos21. La Superintendencia de Sociedades define la institución por su finalidad diciendo que es un proceso concursal que tiene como objeto la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo, así como la protección adecuada del crédito. Dispone además que el concordato es un proceso concursal que exige la asunción de un compromiso por parte del deudor: austeridad en los gastos y administración transparente y eficiente de los negocios, que permitan al acreedor continuar creyendo en la empresa como supuesto que lo estimula a seguir prestando su colaboración para facilitarle el pago de sus obligaciones. Solo así se obtiene que el deudor en concordato continúe desarrollando su objeto social para efectuar el pago ordenado de 18 Superintendencia de Sociedades. Reforma al Código de Comercio y Reestucturación de la Superintendencia de Sociedades. Bogotá: Publicado por el Ministerio de Desarrollo Económico de la Superintendencia de Sociedades, 1996. p. 8. 19 MONTOYA GIL, Op. cit., p. 27. 20 Citados en: MONTOYA GIL, Op. cit., p. 28. 21 OSPINA FERNANDEZ, Guillermo. Régimen General de la Obligaciones. Bogotá: Temis, Sexta ed., 1998. p. 58. 34 sus acreencias22. De la Ley 222 de 1995 no podemos extraer un concepto claro, pues se limita a circunscribir el concordato como una modalidad del trámite concursal en el artículo 89 inciso 2º, y en el artículo 94 expone el objeto del concordato con las mismas palabras utilizadas por la Superintendencia de Sociedades para definirlo23. Adoptando una definición podemos decir que el concordato es un proceso concursal, en virtud del cual el deudor y sus acreedores, conforme a las prescripciones legales, buscan superar la situación de crisis empresarial, recuperar y conservar la empresa como unidad de explotación económica, y satisfacer las acreencias ordenadamente mediante la protección adecuada del crédito. El actual proyecto de insolvencia que cursa en el Congreso de la República, define los acuerdos de reestructuración empresarial, análogos al concordato, también por su finalidad y como especie del género denominado insolvencia, en efecto señala el artículo 1º: “el procedimiento judicial de insolvencia regulado en la presente ley tiene por objeto la protección del crédito. A través de los acuerdos de reestructuración se busca la preservación de las empresas viables y la mayor normalización posible de las relaciones comerciales y crediticias de las personas que no desarrollan actividades empresariales”. El artículo 3º, in extenso, indica por su parte: “se denominan acuerdos de reestructuración las convenciones que celebran los acreedores en consideración a la viabilidad de la empresa deudora, con el objeto de corregir deficiencias en su capacidad de operación y para atender las obligaciones a su cargo, de manera que pueda recuperarse dentro del plazo y en las condiciones que se hayan previsto en ellas”. 22 Disponible en: www.superintendenciadesociedades.gov.co El artículo 94 de la Ley 222 de 1995 dice: “El concordato tendrá por objeto la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo, así como la protección adecuada del crédito”. 23 35 2. SUJETOS QUE PARTICIPAN EN EL CONCORDATO 2.1 EL CONDUCTOR DEL PROCESO 2.1.1 El impulso oficioso del trámite concordatario. Antes de entrar a analizar el papel de la Superintendencia de Sociedades o del Juez civil del circuito como conductores del proceso, creemos pertinente referirnos al principio de oficiosidad de la administración por virtud del cual el Estado mediante sus propias instituciones actúa motu propio, sin necesidad de la acción de los particulares. En nuestro caso, la Superintendencia de Sociedades investida del poder jurisdiccional que le concede el inciso 3º del artículo 116 de la Carta Política, y facultada por la ley para actuar oficiosamente es la entidad estatal que puede instaurar la apertura del proceso concordatario y llevar a cabo el desarrollo del mismo en todas sus etapas. A) Concepto de oficiosidad – Principio de la actuación oficiosa. El ente estatal logra sus cometidos y se relaciona con los particulares a través de diversas actuaciones formales. El despliegue de estas actuaciones implica de parte del estado una actitud activa y espontánea algunas veces, mientras que en otras ocasiones tan sólo genera para éste una predisposición pasiva hacia los estímulos de los propios particulares. Cuando a las autoridades les corresponde obrar espontáneamente se dice entonces que su actuación es oficiosa. La oficiosidad implica, pues, que la autoridad estatal actúa motu propio, actualizando su voluntad de obrar con la sola verificación de los hechos y en estricto cumplimiento de los preceptos legales, sin requerir para nada el estímulo de los particulares y aún contrariando su voluntad. El doctor Hernando Devis Echandía refiriéndose al tema explica cómo el principio de impulsión oficiosa 36 se relaciona directamente con el inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el proceso, debe el Juez o el secretario, según el acto de que se trata, impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo insten a hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas legales que lo regulan y son responsables de cualquier demora ocasionada por su culpa. Es muy importante para la celeridad de la justicia24. B) La Oficiosidad en la actividad administrativa. Cuando el estado adjudica derecho, esto es, cuando soluciona conflictos en desarrollo de la actividad jurisdiccional, debe, como acaba de exponerse, actuar de oficio si se trata de defender el interés general. Ahora, en lo que dice relación con la actividad administrativa, la actuación de oficio es mucho más estricta y genera a cargo del ente estatal un deber ineludible de imperioso cumplimiento. Estas circunstancias contribuyen a ello: 1) Servicialidad de la actividad administrativa y prevalencia del Interés General. El artículo 2º de la Carta Política establece: “son fines esenciales del estado (...) servir a la comunidad y promover la prosperidad general”. El artículo 123-2 ejúsdem señala: “los servidores públicos están al servicio del estado y de la comunidad”. Y el artículo 209 dispone: “la función administrativa está al servicio de los intereses generales (...)” Desde esta perspectiva, los intereses generales constituyen una condición limitativa y una condición positiva de la función administrativa. Son lo primero pues el ejercicio de la actividad administrativa solo se justifica en la medida en que tienda, así sea indirectamente, a satisfacer los intereses generales; son lo segundo pues la presencia del interés general legitima, justifica y genera la obligación de realizar una determinada 24 DEVIS ECHANDIA, Hernando. Compendio de Derecho Procesal – Teoría general del proceso, Tomo I. Santafé de Bogotá, Colombia: El ABC, 1996, p. 47. 37 actuación. El tratadista español Alejandro Nieto, comentando el art. 103-1 de la Constitución Española que contiene una disposición semejante a la del artículo 209 de nuestra Carta comenta: en cualquier caso, el tenor literal de este precepto permite hacer la terminante afirmación de que allí donde aparecen intereses generales puede y debe intervenir la Administración Pública (...) El artículo 103-1 opera, pues, como una habilitación general para la intervención de la Administración en los intereses generales. Pero al mismo tiempo modaliza tal intervención mediante el establecimiento de las condiciones de su ejercicio, está a su servicio y, además, ha de actuarse con objetividad25. Por su parte, Jaime Orlando Santofimio26 señala: “(...) A través de la legalidad teleológica deberá procurar [quien ejerce funciones administrativas] la satisfacción de los intereses generales y el bien común de los asociados y, en últimas, el cumplimiento de las finalidades estatales”. El Código Contencioso Administrativo reconoce esta circunstancia y por ello dispone: Art. 2: Objeto. Los Funcionarios tendrán en cuenta que la actuación administrativa tiene por objeto el cumplimiento de los cometidos estatales como lo señalan las leyes, la adecuada prestación de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses de los administrados, reconocidos por la ley. (…) Art. 4: Clases. Las actuaciones administrativas podrán iniciarse: (…) Num. 3 Por las autoridades, oficiosamente. 2) La oficiosidad y los principios de función administrativa. El artículo 209 de la Carta dispone que la función administrativa “se desarrollará con 25 NIETO, Alejandro y varios. Estudios Sobre la Constitución Española. Homenaje al Profesor Eduardo García de Enterria, Tomo III. Madrid: Edit. Civitas, 1991, p. 226. 26 SANTOFIMIO, Jaime Orlando. Tratado de Derecho Administrativo. Inducción a los Conceptos de Administración Pública y Derecho Administrativo, Tomo I. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1996, p. 380. 38 fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad (...)” (cursiva fuera del texto). Por su parte, el artículo 3º del Código Contencioso Administrativo, en desarrollo de este precepto superior establece: Art. 3º Las actuaciones administrativas se desarrollarán con arreglo a los principios de economía, celeridad, eficacia (...) En virtud del principio de economía, se tendrá en cuenta que las normas de procedimiento se utilicen para agilizar las decisiones, que los procedimientos se adelanten en el menor tiempo y con la menor cantidad de gastos de quienes intervienen en ellos, que no se exijan más documentos y copias que los estrictamente necesarios, ni autenticaciones ni notas de presentación personal sino cuando la ley lo ordene en forma expresa. En virtud del principio de celeridad, las autoridades tendrán el impulso oficioso de los procedimientos, suprimirán los trámites innecesarios (...) El retardo injustificado es causal de sanción disciplinaria que se puede imponer de oficio o por queja del interesado, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda corresponder al funcionario. En virtud del principio de eficacia, se tendrá en cuenta que los procedimientos deben lograr su finalidad, removiendo los obstáculos puramente formales y evitando decisiones inhibitorias. 3) La voluntad objetiva de la administración. Cuando se han querido trasladar las teorías jusprivatistas al campo del derecho público se ha dicho que el acto administrativo involucra la voluntad de la administración. Esta concepción, sin embargo, no debe entenderse en un sentido subjetivo. En efecto, cuando un 39 particular decide realizar un acto jurídico (como cuando decide comprar, o cuando decide emitir una oferta, etc.) obra de manera totalmente voluntaria, disponiendo de sus facultades y de sus derechos con absoluta arbitrariedad. La administración, en cambio, no imprime en sus actos la mera voluntad psíquica del funcionario, sino que debe atender a la voluntad objetiva establecida en las leyes. Al respecto, Agustín Gordillo enseña: “no debe, por tanto, hacerse énfasis en el aspecto subjetivo. Esto es así, porque el acto administrativo no es siempre necesariamente la expresión de la voluntad psíquica del funcionario actuante, el resultado jurídico se produce cuando se dan las condiciones previstas por la ley, y no sólo porque el funcionario lo haya querido”27. De estas anotaciones se concluye: a. La actividad administrativa se justifica solamente por su servicialidad para con los intereses generales. En ese sentido la atribución genérica que el artículo 4-4 del Código Contencioso Administrativo confiere a las autoridades administrativas para actuar oficiosamente, no sólo les otorga la potestad sino, mucho más importante, el deber de obrar en ese sentido cuando el interés general así lo exija. b. La actuación oficiosa no sólo se compagina sino que es necesaria para que la actividad administrativa se desarrolle con arreglo a los principios de economía, celeridad y eficacia. Cualquier omisión en ese respecto implica el desconocimiento de las normas constitucionales y legales que consagran tales principios. c. El ámbito de apreciación y discrecionalidad de la autoridad para actuar de oficio se limita a la verificación de la presencia de los hechos que se adecuan al supuesto normativo señalado por la ley que por sí mismos requieren de dicha actuación oficiosa. Verificados 27 GORDILLO, Agustín. Tratado de Derecho Administrativo. Biblioteca Jurídica DIKE. p. 11-22. 40 los supuestos legales, no corresponde al funcionario hacer prevalecer su voluntad subjetiva sino la voluntad de la ley. d. En síntesis, y como se anunció supra, la actuación oficiosa por parte de las autoridades administrativas, más que una potestad, es un deber de ineludible cumplimiento cuya observancia es indispensable para el logro de los cometidos estatales, para el desarrollo de los principios de la administración y para la garantía de los derechos de los ciudadanos y de la preservación del imperio del derecho. e. La pasividad de la administración, cuando no sólo ha podido sino cuando ha debido actuar de oficio, genera responsabilidad para el funcionario que omite el ejercicio de sus funciones (art. 6 C.P.) Además, el Código Contencioso Administrativo, impone cierta responsabilidad a los funcionarios públicos, al respecto se ha dicho como: ”con la finalidad de garantizar la efectividad de todos los derechos consagrados en esta primera parte del nuevo Estatuto, los cuales se refieren (...) al respeto por los principios básicos que informan las decisiones administrativas (...), se han tipificado un conjunto de conductas en que pueden incurrir los funcionarios públicos por acción o por omisión y que son sancionables (...)” (negrilla fuera de texto)28. f. La Superintendencia de Sociedades puede impulsar oficiosamente la iniciación de los procesos concursales. Para ello entonces, debe tener en cuenta los parámetros analizados anteriormente. El impulso oficioso por parte de esta corporación lo trataremos in extenso en capítulo posterior cuando nos refiramos a la iniciación del proceso concordatario. g. Es interesante la consagración expresa y el trámite que el proyecto de insolvencia preceptúa en relación al principio de iniciación oficiosa diciendo que: la Superintendencia de Sociedades decretará la iniciación oficiosa del 28 GONZALES RODRIGUEZ, Miguel. Derecho Procesal Administrativo. Bogotá: Ediciones Rosaristas, 1984, p. 99. 41 procedimiento de insolvencia de un deudor sometido a su vigilancia y control, únicamente en el supuesto de la cesación de pagos previsto en el artículo 13. Dicha iniciación oficiosa procederá si, dentro de los tres (3) meses siguientes a la fecha del requerimiento formulado por la Superintendencia de Sociedades al deudor que se encuentre en estado de cesación de pagos, no acredita que la situación se ha subsanado. La Superintendencia de Sociedades decretará la iniciación oficiosa del procedimiento de insolvencia o decretará la apertura de la quiebra de un deudor sujeto a la supervisión de otra Superintendencia y no excluido de la aplicación de dicho procedimiento, sólo cuando esta última así se lo requiera por escrito, en forma expresa. Parágrafo. El representante legal, los miembros de la junta directiva y el revisor fiscal de las entidades sujetas a la vigilancia y control de la Superintendencia de Sociedades están obligados en forma personal a cumplir con la obligación legal de denunciar el estado de cesación de pagos del comerciante y, en consecuencia, deberán informarle a dicha Superintendencia dentro del mes siguiente a su ocurrencia. Sin perjuicio de las sanciones penales y civiles a que haya lugar, en caso de que dicha información no sea suministrada oportunamente por tales personas y la Superintendencia la constate por otro medio, la iniciación oficiosa del procedimiento de insolvencia se hará a través del trámite de la quiebra” (art. 22). 2.1.2 La Superintendencia de Sociedades y el Juez como conductores del proceso concordatario. Conforme a lo preceptuado por el artículo 1º del Decreto 1080 de 1996: “la Superintendencia de Sociedades es un organismo técnico, adscrito al Ministerio de Desarrollo Económico, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, mediante el cual el Presidente de la República ejerce la inspección, vigilancia y control de las sociedades mercantiles, así como las facultades que le señale la ley en relación con otras personas jurídicas o naturales”. En general podríamos afirmar que la Superintendencia de Sociedades es la entidad mediante la cual el Presidente de la República ejerce la inspección, vigilancia y control de las sociedades mercantiles, así como las facultades que le señala la ley en relación con otras personas jurídicas o naturales. El sistema de fiscalización que se adoptó después de entrada en vigencia la Carta Política de 1991, se instauró con fundamento en facultades graduales de intensidad y duración en el 42 tiempo. La Ley 222 de 1995 reestructuró íntegramente el esquema de fiscalización gubernamental de las sociedades, tratándose en efecto, de la inspección, vigilancia y control. En palabras de la Corte Constitucional: la fiscalización gubernamental que cumple la Superintendencia de Sociedades es paulatina y tiene en cuenta el estado de la sociedad fiscalizada, ya que dependiendo del grado de dificultad en que se halle se determina la intensidad del escrutinio y, de acuerdo con ello, del catálogo de facultades normativamente señaladas se escogen las que han de ser aplicadas, todo con miras a que se consolide un propósito de recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo29. Actualmente se ha tratado de no separar los conceptos de inspección, vigilancia y control individualmente considerados, para entender los tres preceptos como parte de un sistema creado por el Estado para el logro de sus fines constitucionales “el Sistema de Inspección, Vigilancia y Control -SIVC- es el conjunto articulado de organismos, agentes, normas y procesos de vigilancia, inspección y control, que operan con el fin de permitir el ejercicio eficaz y eficiente de dichas funciones”30. La inspección es el menor grado de fiscalización gubernamental en las sociedades sujetas a este orden de fiscalización. Según señala el artículo 83 de la Ley 222/95: la inspección consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para solicitar, confirmar y analizar de manera ocasional, y en la forma, detalle y términos que ella determine, la información que requiera sobre la situación jurídica, contable, económica y administrativa de cualquier sociedad comercial no vigilada por la Superintendencia Bancaria o sobre operaciones específicas de la misma. La Superintendencia de Sociedades, de oficio, podrá practicar investigaciones administrativas a estas sociedades. La vigilancia, siguiente grado de fiscalización gubernamental en las sociedades, es una 29 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia de constitucionalidad C-233 de 1997. Magistrado ponente Fabio Morón Díaz. Citado por REYES VILLAMIZAR, Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos, segunda ed. Bogotá: Temis, 1999, p. 286. 43 atribución de carácter permanente que permite a la Superintendencia ejercer acciones de mayor alcance que las del grado de inspección. El artículo 84 de la Ley 222 de 1995 indica que la vigilancia consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para velar porque aquellas no sometidas a la vigilancia de otras superintendencias, en su formación y funcionamiento y en el desarrollo de su objeto social, se ajusten a la ley y a los estatutos. La vigilancia se ejercerá en forma permanente, y estarán sometidas a ese grado de fiscalización las sociedades que determine el Presidente de la República y aquellas que indique el Superintendente cuando del análisis de la información que está a su alcance o de la práctica de una investigación administrativa establezca que la sociedad incurre en algunas irregularidades. Estas son: a. Abusos de sus órganos de dirección, administración o fiscalización, que impliquen desconocimiento de los derechos de los asociados o violación grave o reiterada de la normas legales o estatutarias; b. Suministro al público a la Superintendencia o a cualquier organismo estatal, de información que no se ajuste a la realidad; c. No llevar contabilidad de acuerdo con la ley o con los principios contables generalmente aceptados y d. Realización de operaciones no comprendidas en su objeto social. Por último, el mayor grado de fiscalización estatal en las sociedades se denomina control, que consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación crítica de orden jurídico, contable, económico o administrativo de cualquier sociedad comercial no vigilada por otra superintendencia, cuando así lo determine el Superintendente de Sociedades mediante acto administrativo de carácter particular. Es en ejercicio del control, que la Superintendencia de Sociedades tendrá la facultad de convocar a la sociedad al trámite de un proceso concursal (num. 7º del art. 85, Ley 222 de 1995). Por supuesto, la competencia de la referida entidad no se limita a la posibilidad de convocar ex officio a la tramitación de un proceso concursal, sino que será la encargada de tramitar “los procesos concursales de todas las personas jurídicas llámense sociedades, cooperativas, corporaciones, fundaciones, 30 CRUZ PARRA, Freddy Fernando. Reorientación al Sistema de Inspección, Vigilancia y Control. Disponible en: www.peridodicoelpulso.com 44 sucursales extranjeras, siempre que no estén sujetas a un régimen especial de intervención o liquidación” (art. 90 Ley 222 de 1995). Desafortunado resulta lo estatuido por el inciso último del artículo 90 ibídem, que le atribuye competencia a los jueces civiles especializados, o en su defecto, los jueces civiles del circuito, para tramitar los procesos concursales de las personas naturales. La dualidad de competencias para conocer los procesos concursales de personas jurídicas y de personas naturales es en nuestra opinión inconveniente y discriminatorio, producto de la timidez con que el legislador utiliza la herramienta constitucional que le confiere el artículo 116 inciso 3º de la Carta Política que señala que la ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a determinadas autoridades administrativas y del afán con que el Congreso expide ciertas leyes. Por otra parte, el artículo 1º de la Ley 222 de 1995 que modificó el artículo 100 del Código de Comercio, indica que cualquiera que sea su objeto, las sociedades comerciales y civiles estarán sujetas, para todos los efectos, a la legislación mercantil. Con criterio regresivo, las sociedades civiles fueron excluidas de la fiscalización gubernamental por obra del Decreto 3100 de 1997, que en su artículo 1º determina que “quedarán sometidas a la vigilancia de la Superintendencia de Sociedades, las sociedades mercantiles”. Las orientaciones introducidas por el Decreto 3100 de 1997 en concordancia con lo estatuido por el inciso último del artículo 90 de la Ley 222 de 1995, significan que la Superintendencia de Sociedades no pudiendo ejercer fiscalización sobre las sociedades civiles, por el solo hecho de ser tales31, no puede entonces tramitar los procesos concursales sobre las mismas, 31 Aunque es claro que las sociedades comerciales y civiles estarán sujetas, para todos los efectos, a la legislación mercantil, es de advertir que eso no significa que sociedades mercantiles y civiles sean iguales en lo que a su naturaleza se refiere. El artículo 1º de la Ley 222/95, mantuvo la definición contenida en el artículo 100 del Código de Comercio antes de ser modificado, en el sentido de que el objeto social determina la naturaleza de la sociedad. En efecto, las sociedades que se formen para la ejecución de actos o empresas mercantiles se tendrán como comerciales, mientras que las sociedades que no contemplen en su objeto social actos mercantiles, serán civiles. Aunque aquella distinción tiene pocos efectos prácticos, el legislador continúa preservando el criterio objetivo de la realización de actos de comercio como elemento diferenciador y propio de las sociedades mercantiles. 45 “desvirtuando notoriamente la orientación y el espíritu unificador de la reciente ley”32. Por otro lado, el tantas veces mencionado artículo 90 de la Ley 222 de 1995, que le atribuye competencia a los jueces especializados o del circuito para tramitar los procesos concursales de las personas naturales, resulta contradictorio con lo establecido por el artículo 214 de la misma ley que reza así: “el concordato y la liquidación obligatoria del deudor persona jurídica diferente a las sociedades comerciales y de las personas naturales, serán conocidos en primera instancia por los Jueces Civiles del Circuito Especializados, y a falta de estos, por los Civiles del Circuito, del domicilio principal del deudor (...)”. Esta norma, no solo le atribuye competencia a los hasta hoy inexistentes jueces especializados sino que limita aún más el ámbito de competencia que tiene la Superintendencia de Sociedades para tramitar los procesos concursales, en efecto, ya no sería competente para conocer los concursos de todas las personas jurídicas sino sólo de aquellas que sean sociedades comerciales. La inexistencia actual de los Jueces Civiles Especializados del Circuito en materia comercial, la lenta justicia ordinaria y la certeza de que es la Superintendencia de Sociedades el organismo especializado en asuntos concursales, ameritan una revisión urgente de la normatividad al respecto. El proyecto de ley de insolvencia propone que estarán sometidas al procedimiento allí tipificado las empresas que operen en el territorio nacional, realizadas por cualquier clase de persona jurídica no excluida de la aplicación del mismo, de carácter privado o mixto, así como las empresas unipersonales y las sucursales de sociedades extranjeras que desarrollen actividades permanentes en Colombia. Igualmente señala que todas las personas naturales legalmente capaces y las personas jurídicas no excluidas, están sujetas al procedimiento de insolvencia, independientemente de si tienen el carácter de comerciantes y si realizan actividades empresariales. (Art. 5º) 32 REYES VILLAMIZAR, Op. cit., p. 33. 46 Como vemos es amplia la gama de entidades, personas jurídicas y naturales comerciantes y no comerciantes que podrían eventualmente acogerse al régimen de insolvencia, sin embargo existe un régimen de exclusión. En efecto el artículo 6º del proyecto deja por fuera del procedimiento: 1. Las Entidades Promotoras de Salud, las Sociedades Administradoras del Régimen Subsidiado del Sistema Integral de Seguridad Social en Salud y las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud que tengan régimen especial de intervención o liquidación; 2. Las Bolsas de Valores y Agropecuarias; 3. Los intermediarios de valores inscritos en el Registro Nacional de Valores, y las demás entidades sujetas a la vigilancia de la Superintendencia de Valores distintas de las sociedades y demás emisores de valores siempre y cuando no estén contemplados en otro literal de este artículo; 4. Las entidades vigiladas por la Superintendencia de Economía Solidaria que desarrollen actividades financieras, de ahorro y crédito; 5. Las entidades vigiladas por la Superintendencia Bancaria; 6. Las sociedades de capital público y las empresas industriales y comerciales del estado nacionales y de cualquier nivel territorial; 7. Las demás personas jurídicas que estén sujetas a un régimen especial de recuperación de negocios, liquidación o intervención administrativa para administrar o liquidar; 8. Las personas jurídicas y entidades de derecho público y, 9. Las empresas de servicios públicos domiciliarios. Adicionalmente agrega la norma que las empresas desarrolladas mediante contratos o patrimonios que no tengan como efecto la personificación jurídica no pueden ser objeto de acuerdos de reestructuración, de concordatos o de quiebras en forma separada o independiente del respectivo o respectivos deudores. Estamos de acuerdo en el ámbito de aplicación que subyace en el proyecto de insolvencia, pero lo concerniente a la competencia sigue teniendo los mismos desatinos antes denunciados en la ley 222 de 1995. El artículo 10 del proyecto insiste en separar la competencia sin ningún motivo de fondo, dejando en cabeza de la Superintendencia de Sociedades los procedimientos sobre: 47 a. Empresas con forma de sociedad o de empresa unipersonal no excluidos de este procedimiento, y sometidos o no a su vigilancia o control; y, b. Sucursales de sociedades extranjeras no excluidas de este procedimiento. Por su parte, el juez civil del circuito del domicilio principal del deudor conocerá del procedimiento de insolvencia de las personas naturales, comerciantes y no comerciantes, y de los demás deudores no excluidos de la aplicación de la presente ley. Tal es el caso de las cooperativas, fundaciones y corporaciones que no estén sujetas a un régimen especial de intervención o liquidación. 2.2 EL DEUDOR Deudor, fallido o concursado; son tan solo algunas de las denominaciones impuestas a éste sujeto del proceso concordatario, siendo verdad inconcusa que a él le corresponde ser la figura sustancial y protagónica del mismo. Es él el titular del patrimonio afectado por el concordato, por lo que todos los órganos concursales despliegan sus efectos sobre su patrimonio y sobre su esfera jurídica. Por lo mismo es el sujeto que viene a ser desapoderado de sus bienes para satisfacer las acreencias concursales, restituyéndosele todo lo que no haya sido necesario liquidar de su patrimonio para satisfacer a los acreedores. Más en el peor de los casos para sus propios intereses, su patrimonio recae íntegramente en la indisponibilidad total. Es claro entonces, que el fallido tenga interés en que el proceso se desarrolle respetando la ley con el menor daño para su esfera jurídico económica. El deudor es seguramente sujeto pasivo del proceso concursal como el ejecutado lo es de la ejecución ordinaria, pero, en la misma forma, el deudor es parte sustancial pasiva, esto es, la parte cuya esfera jurídica viene a sufrir los efectos del proceso33. El concordato es el mecanismo que se le ha dado al deudor en crisis y en cesación de pagos para recuperar y conservar su empresa, siendo entonces el sujeto a salvar del sobreseimiento en caso de prosperar el proceso mediante un acuerdo concursal. Su 48 posición sustancial está tutelada por un conjunto de facultades, poderes y acciones que lo introducen en el proceso como sujeto de vital importancia. Todos estos instrumentos los analizaremos a lo largo del presente trabajo. 2.3 EL CONTRALOR 2.3.1 Concepto. A partir de la vigencia del Decreto 350 de 1989 se introdujo la figura del contralor, retomada por la Ley 222 de 1995 en los artículos 106 y siguientes. El contralor es un auxiliar de justicia, que colabora con el superintendente o el Juez en el cabal desarrollo del trámite concordatario. En efecto, al contralor le corresponde analizar el estado patrimonial del deudor y los negocios que éste hubiere realizado dentro de los últimos tres años, evaluar la fórmula de arreglo presentada en la solicitud de concordato y conceptuar sobre su viabilidad. 2.3.2 Profesionalización del cargo. Se quiso establecer una profesionalización del cargo, debiendo ser el contralor un experto en el manejo de empresas. En el proyecto inicial de la Ley 222 de 1995 se abrió la posibilidad de que el cargo pudiera ser desempeñado por personas jurídicas igualmente expertas en el manejo de empresas, sin embargo la norma que expresamente lo permitía fue excluida a última hora en las modificaciones introducidas por la Comisión Tercera del Senado. Al respecto el profesor Reyes Villamizar34 señala: con todo, es interesante observar que, a pesar de esa desafortunada supresión, la posibilidad propuesta subsiste, de acuerdo con el numeral 1º del artículo 107 de la ley. El texto de esta norma, a pesar de ser contradictorio con la referida exclusión, se mantuvo, inexplicablemente incólume en la nueva ley. En este precepto se expresa, claramente, que no podrá ser contralor del concordato quien ocupe más de tres cargos de esa naturaleza, salvo que sea persona jurídica (Se subraya). Creemos que se debe hacer caso omiso de la supresión introducida por el Senado de la 33 MUÑOS, Luis. Tratado de los juicios concursales mercantiles, Tomo I. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1964, p. 141. 34 REYES VILLAMIZAR, Op. cit., p. 453. 49 República en cuya virtud las personas jurídicas no pueden prestar los servicios de contralor en un proceso concordatario, pues resulta ser un precepto absurdo que vulnera a todas luces el principio de igualdad constitucional. Basta entonces que las personas jurídicas cumplan con los requisitos y la profesionalidad exigida para las personas naturales para que puedan desempeñar la función de contralores. 2.3.3 Elaboración de listas y designación. La designación del contralor y su suplente se hará de la lista que para su efecto elaboren las Cámaras de Comercio, según reza el artículo 106 de la Ley 222 de 1995. En igual sentido se expresa el artículo 98 de la Ley al preceptuar que la Superintendencia de Sociedades en la providencia que ordene la apertura del concordato, deberá designar un contralor, con su respectivo suplente, tomado de la lista que para tal efecto lleve la Cámara de Comercio del domicilio del deudor. Aunque resulta claro que la designación del contralor la hace la Superintendencia de Sociedades, la redacción del artículo 217 de la Ley 222 de 1995 lleva a contradicciones en lo referente al sujeto que elabora la lista35. El proyecto inicial de la ley establecía en los artículos 101 y 109 que la Superintendencia de Sociedades elaboraría la lista de las personas llamadas a ser contralores del concurso. Aunque dichos artículos fueron suprimidos en la Ley 222 de 1995, el artículo 217 establece que el nombramiento del contralor o liquidador se hará de la lista que para dichos efectos elabore la Superintendencia de Sociedades, quedando un rezago del proyecto inicial que sólo logra contradecir lo preceptuado por los artículos 106 y 98 de la Ley 222, en cuya virtud se indica que la lista la elaboran las Cámaras de Comercio no la Superintendencia. La solución a la contradicción que nos ocupa tendría respuesta legal en el artículo 5º de la Ley 57 de 1887 según el cual, cuando las disposiciones tengan una misma especialidad y 35 Articulo 217. NOMBRAMIENTOS: El nombramiento de contralor o liquidador se hará de la lista que para dichos efectos elabore la Superintendencia de Sociedades (cursiva fuera de texto). 50 se hallen en un mismo código, preferirá la disposición consignada en el artículo posterior. De esta manera tendríamos que concluir que la lista de contralores elegibles las hace la Superintendencia de Sociedades. No obstante lo anterior, en la práctica es sabido que tales listas las elaboran las Cámaras de Comercio. Por otro lado, es necesario indicar que el contralor no requiere posesionarse para comenzar a ejercer su cargo. El artículo 8º del Código de Procedimiento Civil establece que solamente los auxiliares de la justicia explícitamente señalados en la ley requieren posesión para ejercer el respectivo cargo, no así el contralor. Bastará entonces que se notifique de la providencia en que se le designa como contralor y su aceptación a la propuesta. 2.3.4 Funciones y facultades. El artículo 108 de la Ley 222 de 1995 consagra las funciones principales del contralor. Para el cumplimiento de su cometido se le ha dotado, a su vez, de ciertas facultades expresamente señaladas en la misma norma36. Son dos las funciones principales que el artículo consagra: A) Analizar el estado patrimonial del deudor y los negocios que hubiere realizado dentro de los últimos tres años37; B) Evaluar la fórmula de arreglo presentada con la solicitud de concordato y conceptuar sobre su viabilidad. Seis son las facultades que le otorgan al contralor para realizar sus funciones primordiales, que al tenor del artículo 108 ibídem son: 1. Examinar los bienes, libros y papeles del deudor. 2. Comprobar la realidad de los recaudos y erogaciones del deudor ocurridos durante el lapso antes indicado (3 años). Si el contralor comprueba que los actos realizados por el 36 El Decreto 350 de 1989 no diferenciaba entre funciones y facultades del contralor. En el Decreto 350 de 1989 el contralor tenía la función de analizar los negocios del deudor dentro de los últimos 18 meses (Art. 8 num. 3), cómo vemos la Ley 222 de 1995 amplia ese término a 3 años. 37 51 deudor dentro del periodo de sospecha38, han sido injustificados y han afectado a cualquier acreedor o el orden de prelación de créditos, estará legitimado para ejercer la acción revocatoria consagrada en el artículo 146 de la Ley 222 de 1995. 3. Rendir dentro de los veinte días siguientes a su aceptación un informe preliminar a la Superintendencia de Sociedades y a la junta provisional de acreedores, sobre la situación contable, económica y financiera del deudor, así como sobre la viabilidad de la fórmula de arreglo presentada por él. También podrá recomendar el levantamiento de medidas cautelares o gravámenes. 4. Rendir informes mensuales a la Superintendencia de Sociedades y a la junta provisional de acreedores sobre la situación de la compañía y las fórmulas de arreglo en discusión. 5. Comunicar a la Superintendencia de Sociedades para los efectos a que haya lugar, la ocurrencia de alguna de las causales previstas en la ley para que proceda la remoción de los administradores39, cuando en desarrollo de su labor compruebe dicha circunstancia. 38 Se considera que dentro de los 18 meses anteriores a la fecha de la solicitud del trámite concordatario, los actos de disposición de bienes realizados por el deudor caen bajo la sospecha de haberse realizado en perjuicio de los acreedores. Contra estos actos puede proceder la acción revocatoria que será objeto de análisis minucioso en capítulo posterior. 39 Articulo 117 Ley 222 de 1995: “La Superintendencia de Sociedades, de oficio o por información del contralor o a petición de la Junta Provisional de Acreedores, ordenará la remoción del o de los administradores en cualquiera de los siguientes eventos: 1. Cuando por su negligencia la sociedad no esté cumpliendo los deberes de comerciante. 2. Cuando estén inhabilitados para ejercer la función o el comercio. 3. Cuando sin justa causa no cumplan las obligaciones que les impone esta ley. 4. Cuando no denunciaron oportunamente la situación que impone la apertura del trámite concursal, o habiéndolo hecho, no se aportaron los documentos necesarios. 5. Cuando debidamente citados, dejen de asistir a las reuniones de la junta provisional de acreedores, sin justa causa. 6. Cuando no cumplan las órdenes impartidas por la Superintendencia de Sociedades. 7. Cuando hagan enajenaciones, pagos, arreglos relacionados con sus obligaciones o reformas estatutarias, sin autorización de la Superintendencia de Sociedades. 8. Cuando sin justa causa no adopten las medidas que les hubiere solicitado la junta provisional de acreedores. 9. En los demás casos previstos en la ley”. 52 6. Convocar cuando lo estime conveniente a la junta provisional de acreedores. 2.3.5 Inhabilidades. La Ley 222 de 1995 en su artículo 107 consagra claras y estrictas inhabilidades para ejercer el cargo de contralor. Así entonces, según lo preceptuado por la norma, no podrá ser designado contralor: A) Por acumulación de concordatos: quien se encuentre desempeñando el cargo en tres concordatos, salvo que sea persona jurídica. B) Por relaciones de socio o empleado con la empresa deudora, matrices o afiliadas: • Quien sea asociado o empleado del deudor o deudora, de su matriz o de alguna de sus subordinadas. • Quien desempeñe en la entidad deudora, en su matriz o en sus subordinadas, el cargo de gerente, administrador, revisor fiscal, representante legal o cualquier otro de dirección, o que lo hubiere desempeñado dentro de los cinco años anteriores a la admisión o convocatoria. C) Por relaciones de parentesco con los empleados de la empresa deudora: quienes sean cónyuges o compañeros permanentes y quienes se encuentren dentro del cuarto grado de consanguinidad, primero civil o segundo de afinidad, con el deudor, los administradores, revisor fiscal, asociados y funcionarios directivos de la entidad deudora. D) Por las situaciones anteriores sólo que en relación con los acreedores: cuando el contralor designado se encuentre en alguna de las situaciones indicadas en los numerales anteriores en relación con una o más de las entidades acreedoras, igualmente se encontrará inhabilitado. 2.3.6 Remoción. El contralor podrá ser removido de su cargo en cualquier fecha desde su 53 posesión hasta antes que cese en sus funciones. La Superintendencia de Sociedades podrá removerlo de oficio. El deudor y la junta provisional de acreedores, siempre que medien pruebas que justifiquen la remoción, estarán legitimados para solicitarla ante la misma Superintendencia (Art. 109 Ley 222/95). El plazo para resolver el trámite de remoción será de 20 a 30 días hábiles contados desde la presentación de la solicitud, dependiendo de las pruebas entregadas o las que se hayan de practicar40. 2.3.7 Honorarios. Los honorarios provisionales del contralor serán señalados por la Superintendencia de Sociedades en la providencia que lo designe, con sujeción a las tarifas que ella elabore41. La junta provisional de acreedores podrá modificar dichos honorarios, teniendo en cuenta tales tarifas, oído previamente el deudor (Art. 109 Ley 222/95). 2.3.8 Prescindencia. El trámite de prescindencia del contralor tiene por objeto solicitar a la Superintendencia de Sociedades que el concordato se lleve sin él. En cualquier tiempo antes de que el contralor cese en sus funciones, los acreedores que representen el 75 % de las acreencias presentadas al concordato o de las reconocidas en el auto de calificación y graduación de créditos serán los únicos legitimados para pedir la prescindencia. La Superintendencia tendrá 10 días hábiles siguientes a la fecha de presentación de la solicitud para resolver el trámite42. 2.4 LA JUNTA PROVISIONAL DE ACREEDORES La búsqueda de una salida adecuada a la crisis empresarial debe darse atendiendo los 40 La normatividad legal aplicable a la remoción del contralor se encuentra en el artículo 109 de la Ley 222 de 1995 y la Resolución 100-188 de 2000. 41 En el antiguo estatuto las tarifas las elaboraba la Cámara de Comercio (Art. 9º Decreto 350 de 1989). 42 La normatividad aplicable es el Artículo 100 de la Ley 222 de 1995 y la Resolución 100-1022 de 2000. 54 distintos intereses de los sujetos involucrados en la misma. Así, el proceso concordatario tiene por objeto no sólo la recuperación y conservación de la empresa sino además la protección adecuada del crédito, salvaguardando por un lado el interés del deudor que pretende se recupere su empresa, y por otro el de los acreedores que esperan se le satisfagan sus créditos. En procura de la efectiva realización de éste último objetivo, los distintos acreedores gozarán de igual tratamiento en aplicación del principio ´par conditio creditorum´ y necesitarán ser representados en el proceso concordatario a través de la Junta Provisional de Acreedores. En la providencia de apertura (artículo 98 Ley 222/95), la Superintendencia de Sociedades deberá designar la Junta Provisional de Acreedores con sus respectivos suplentes. Se quiso que cada acreencia estuviese debidamente representada, así entonces, la Junta estará integrada por un representante de las entidades públicas acreedoras; un representante de los trabajadores; un representante de las entidades financieras; un representante de los acreedores con garantía real, que no sean entidades financieras; un representante de los tenedores de bonos y finalmente la sociedad administradora de los patrimonios autónomos generados mediante la titularización de los activos del deudor, si los hay43. El artículo 98 establece también, que en caso de que no exista alguna de las 5 primeras categorías de acreedores, la designación podrá recaer en un miembro de cualquier otra44. 43 El representante de los tenedores de bonos y el de la sociedad administradora de los patrimonios autónomos generados mediante la titularización de activos del deudor, son dos nuevos miembros de la junta provisional de acreedores, introducidos con buen criterio en la Ley 222/95. Indudablemente existía un interés no atendido por el legislador respecto a quienes suscribieron tales títulos que se suple con el representante en la junta. Por otro lado, resulta lógico, que los terceros titulares de derechos sobre los activos del deudor deban ser tenidos en cuenta, más aún si las decisiones a adoptar en el trámite concordatario pueden incidir en el valor de los mismos. 44 En Concepto 220-46242 de 2001 la Superintendencia de Sociedades se pronunció acerca de dos hipótesis a saber: 1. Cómo se integra una junta provisional de acreedores, cuando se requieren de las primeras cinco categorías de créditos y no hay sino tres clases de acreedores. (?) 2. Si puede la Superintendencia aceptar una solicitud de concordato cuando no existan sino tres clases de acreedores. (?) La primera respuesta fue resuelta directamente por la Ley 222/95, pues en su artículo 98 dispuso que la providencia de apertura del trámite concordatario debe contener la 55 2.4.1 Instalación. El artículo 111 de la Ley 222 de 1995 señala que la Junta Provisional de Acreedores deberá ser instalada por la Superintendencia de Sociedades, en el domicilio principal del deudor, dentro del mes siguiente a la integración de la misma. Este precepto, que no se encontraba en el Decreto 350 de 1989, ha sido objeto de algunas críticas por parte de la doctrina que compartimos, así lo indica el profesor Reyes diciendo: algunos consideran que con esta solemnidad se da importancia y seriedad al funcionamiento de dicho organismo y se motiva la participación de sus integrantes o miembros. Nos apartamos radicalmente de esa apreciación. Creemos, por el contrario, que resulta lamentable que la legislación establezca formalidades burocráticas e inútiles como la que se comenta, cuya consagración sólo genera congestión de los despachos administrativos y trabas injustificadas a la actividad de los particulares45. designación de una junta provisional de acreedores con sus respectivos suplentes personales, integrada por los acreedores que taxativamente se citan y que en el evento en que no exista alguna categoría de los acreedores que se señalan en los literales a), b), c), d) y e), la designación podrá recaer en un miembro de cualquier otra. De lo expresado se deriva lo siguiente: que en todo caso la Junta Provisional debe ser integrada mínimo por cinco miembros representantes de los acreedores descritos por la ley hasta el literal e), y que en el evento de no existir alguna de las referidas categorías, la designación debe recaer en el representante de cualquier otra categoría de acreedores. A su vez, del precepto legal referido se infiere que cuando existan acreedores tenedores de bonos y sociedades administradoras de patrimonios autónomos generados por la titularización de activos del deudor, tendrán que hacer parte de la junta provisional, por conducto de un representante. En este evento, la conformación de la Junta Provisional, será de siete miembros y no de cinco. La segunda pregunta, también está resuelta en la ley 222/95, cuando en su artículo 91, consigna los supuestos de procedibilidad al trámite concursal, y señala que la autoridad competente admitirá la solicitud de este trámite, cuando el deudor se encuentre en los siguientes dos eventos: 1. En graves y serias dificultades para el cumplimiento oportuno de las mencionadas obligaciones; 2. Si se teme razonablemente que llegue a cualquiera de las dos situaciones anteriores. Basta entonces acreditar las referidas circunstancias de orden económico, así como cumplir las exigencias sustanciales y formales contenidas en los artículos 96 y 97 de la misma ley, para que el Superintendente, en los casos en que a éste corresponda conocer del proceso, deba admitir la solicitud, sin tener en cuenta las categorías de acreedores que tenga la sociedad deudora. 45 REYES, Op. cit., p. 546. 56 2.4.2 Funcionamiento (Artículo 112 Ley 222/95). A) La Junta Provisional de Acreedores será la encargada de elegir un Presidente de entre sus miembros y un secretario. B) Quórum necesario para reunirse y tomar decisiones: todas las decisiones de la junta se adoptarán por mayoría de votos. Así lo ha expresado la Superintendencia de Sociedades en Concepto 220 - 62032 de 2000 en los siguientes términos: “si a lo que su consulta se refiere es al quórum necesario para reunir y tomar decisiones por parte de la junta provisional de acreedores, el artículo 98 numeral 2° de la referida ley 222 de 1995 establece la conformación de ésta, el 111 ibídem, su instalación y el 112, dispone que sus decisiones se adoptarán por la mayoría de sus integrantes, es decir, con el voto de la mitad más uno de ellos. En otros términos, si la junta la componen siete (7) miembros principales, habrán de tomarse las decisiones con el voto favorable de por lo menos cuatro (4) de ellos”. Así mismo, en ese evento podrá válidamente sesionar con la presencia de por lo menos cuatro (4) miembros, en cuyo caso las decisiones requerirán el voto favorable de todos los presentes. C) Actas El artículo 112 de la Ley 222 de 1995 es claro en establecer que de las reuniones se levantarán actas suscritas por el presidente o el secretario, las cuales se harán constar en un libro de actas. Copia de las mismas deberá enviarse por el Secretario a la Superintendencia de Sociedades, dentro de los cinco días siguientes a cada sesión. Esta obligación a cargo de la Junta implica que una vez depositadas las actas en la referida Superintendencia se vuelven públicas y todos los interesados pueden observarlas. Es 57 fundamental la consagración de tal obligación, pues evitará que las sesiones de la Junta se conviertan en reuniones de decisiones clandestinas y restringido acceso46. 2.4.3 Funciones. La función primordial de la Junta Provisional de Acreedores es la de elaborar un proyecto de acuerdo concordatario viable. Para tal efecto estudiará la fórmula sugerida por el deudor y procederá a modificarla o reemplazarla por otra, si fuere el caso (Art. 115 Ley 222/95)47. Si la fórmula del deudor no goza de aceptación, podrá realizar otra y presentarla nuevamente a la Junta para que ésta la estudie, analice y decida sobre su viabilidad. En la opinión de Luis Fernando Alvarado: (…) la carga procesal que se establece en cabeza de la junta provisional de acreedores, en el sentido de que la misma sea la que debe elaborar un proyecto de acuerdo concordatario viable, va a servir de fuente segura de controversias y eventuales responsabilidades, porque esa junta no logre convencer al deudor sobre la viabilidad buscada48. 46 47 Ibid., p. 379 y 380. Para el cumplimiento de esa función principal, la ley a facultado a la junta provisional de acreedores de la siguiente manera: 1. Solicitar en forma verbal o escrita informes en lo de su competencia, al deudor, a sus administradores, al contralor, al revisor fiscal o a cualquiera de los acreedores. 2. Examinar los bienes, libros y papeles del deudor. 3. Solicitar al deudor la adopción de concretas medidas que considere indispensables para evitar la extensión de la situación de crisis o el deterioro de su patrimonio, pudiendo en caso de que el deudor no las adopte o realice sin justa causa, solicitar a la Superintendencia la remoción del administrador. 4. Solicitar en los casos previstos en la ley la remoción de los administradores de la deudora, del contralor o del revisor fiscal. 5. Solicitar que se convoque a la asamblea de acreedores, cuando haya lugar a ello. 6. Designar al revisor fiscal, en los casos previstos en la ley. 7. Citar a los administradores por lo menos con dos días de antelación, indicando los puntos que se vayan a tratar y sobre los cuales deban rendir informes escritos o verbales. 8. Designar, cuando lo estime conveniente, un coadministrador de los bienes, haberes y negocios del deudor, determinar sus facultades y fijarle remuneración. 9. Las demás que le asignen otras normas de este estatuto. (Art. 115. Ley 222 de 1995) 58 Por último, llama la atención la primera facultad que se le otorga a la Junta en lo referente a la posibilidad de convocar a reuniones informales de acreedores, puesto que les confiere a particulares sin jurisdicción ni competencia la potestad de ordenar a otros tal asistencia no existiendo vínculo jurídico alguno entre ellos. Por eso, la no comparecencia de alguno de los acreedores, no podría tener sanción alguna49. 2.4.4 Remoción. Este trámite tendrá por objeto solicitar a la Superintendencia de Sociedades la remoción de los miembros de la Junta Provisional, cuando se haya presentado inasistencia a dos sesiones consecutivas50. La solicitud podrá presentarse en cualquier fecha mientras los miembros se encuentren en ejercicio del cargo. Para la procedencia del trámite se requerirá de una solicitud escrita por los acreedores que representen no menos del 50 % de las acreencias de la misma categoría; la solicitud podrá presentarse a iniciativa del contralor, o por la inasistencia a dos sesiones consecutivas de cualquier miembro de la junta. Se deberán presentar pruebas que certifiquen la doble inasistencia consecutiva. La referida entidad tendrá que resolver el trámite dentro de los diez (10) días hábiles siguientes a la fecha de presentación de la solicitud51. La Superintendencia de Sociedades designará el reemplazo entre los miembros de la misma categoría; si no existiere ninguno, la designación podrá recaer en un miembro de cualquier otra (Art. 114 Ley 222/95). 2.4.5 Obligaciones del deudor frente a la junta provisional de acreedores. Si bien 48 ALVARADO, Op. cit., p. 547. REYES, Op. cit., p. 456. 50 En el proyecto inicial se establecía que quien no concurriera a tres sesiones, aunque no fueran consecutivas, debía ser reemplazado por un nuevo miembro. (...)”El organismo (Junta Provisional de Acreedores) podría haber caído en un estado permanente de desintegración, debido a la constante remoción de sus miembros”. Ibid., p. 455. 49 59 dentro de la normatividad de la Ley 222 de 1995, no se contempla de manera expresa cuáles son las obligaciones de la sociedad deudora frente a la Junta Provisional de Acreedores, es claro que de acuerdo con el artículo 116 de la citada ley los órganos sociales continúan funcionando, sin perjuicio entre otros de las funciones que le correspondan al representante legal de la compañía, de donde debe colegirse que éste en ejercicio de sus funciones, debe procurar mantener informada a la citada Junta de la situación económica, financiera y contable de la compañía en concordato y de las medidas que se pretendan adoptar para lograr ”la recuperación de la empresa como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo (…)”(Artículo 94 de la citada ley). Así mismo, le corresponde presentar a consideración de la Junta, los informes que ésta le solicite; facilitar el examen de los bienes, libros y papeles de la sociedad en concordato; atender las peticiones que sean conducentes y en términos generales, prestar la máxima colaboración a la Junta Provisional, tendiente a que las funciones que le han sido asignadas se puedan desarrollar a cabalidad. Dentro del contexto integral de la Ley 222 de 1995 resulta claro que para el desarrollo normal del proceso, es indispensable que la Junta Provisional de Acreedores mantenga informada a la sociedad, por conducto del representante legal, sobre la gestación del acuerdo concordatario, de donde es dable colegir que el representante legal tiene la potestad de convocar a la junta52. 2.5 LOS ACREEDORES 2.5.1 Acreedores Laborales a) Generalidades El elemento de subordinación presente en las relaciones jurídico - laborales y en especial 51 La normatividad aplicable a la remoción es el artículo 113 de la Ley 222 de 1995 y la Resolución 100-1022 de 2000. 52 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-34576 de 1999. 60 en todo contrato de trabajo, hacen que el derecho laboral se funde sobre una base de desigualdad, ausente en la mayoría de relaciones civiles y comerciales. En efecto, la normatividad sustancial y procesal laboral son en suma proteccionistas con el trabajador, quien es el débil jurídico de la relación contractual. El doctor José Enrique Valencia afirma que nuestro derecho laboral parte de una realidad insustituible quien trabaja es el hombre como persona racional y su dignidad eminente exige la protección del Estado para que la inhumanidad que caracterizó el trabajo durante cientos de años, rebajándolo al nivel de simple mercancía, se dignifique con la aplicación estricta de la justicia social o el derecho público, mediante reparto equitativo de las cargas y los beneficios entre empleados y empleadores53. En los procesos concursales el ente económico se encuentra en un estado de sobreseimiento que acarrea la suspensión en el pago de las acreencias laborales. El salario es el elemento del contrato de trabajo que cumple con el principio de mínimo vital y móvil, y la cesación de pagos de esta acreencia en especial deviene dramática cuando resulta claro que con el salario los trabajadores subsisten y cumplen, a su vez, con sus obligaciones y necesidades cotidianas. b) Régimen legal. El artículo 36 de la Ley 50 de 1990 se refiere a la prelación de créditos por salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones laborales, indicando que pertenecen a la primera clase que establece el artículo 2495 del Código Civil. Cabe señalar que este mismo artículo 36 modificó el artículo 2495 del CC, al preceptuar que los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales, no sólo pertenecen a la primera clase de créditos que establece la legislación civil, sino que además “tienen privilegio excluyente sobre todos los demás”. Con esta nueva norma los créditos laborales quedan ubicados dentro del primer orden de la primera clase y con preferencia sobre las costas judiciales, las expensas funerales necesarias del deudor difunto, los gastos de enfermedad de que haya fallecido el deudor y demás créditos enumerados por el artículo 2495 ibídem. 53 ARBOLEDA, José Enrique. Fundamentos filosóficos del derecho del trabajo. En: Actualidad Laboral. Bogotá – Colombia. p. 29. 61 Es de anotar que el artículo 36 igualmente impulsa al juez civil que conoce del proceso concursal, para que disponga el pago privilegiado y pronto de los créditos a los trabajadores afectados por la insolvencia del empleador. Esta causal de preferencia que consagra el artículo 36 comprende toda clase de remuneraciones de los trabajadores, así como todas sus prestaciones legales y extralegales. Las prestaciones más importantes podríamos sintetizarlas en: A) Auxilio de Cesantía: es el pago que se le hace al trabajador al terminar el contrato de trabajo, que consiste en un mes de salario por cada año de servicios, y proporcional por fracción de año (artículo 249 CST). B) Prima de servicios: toda empresa de carácter permanente está obligada a pagarle a sus trabajadores, excepto a los ocasionales o transitorios, esta prestación social que consiste en quince días de salario por cualquier tiempo trabajado. Por disposición de la Corte Constitucional ya no se aplica la regla según la cual la prima se causa cuando el trabajador labora cuando menos 180 días o fracción proporcional por más de noventa. C) Vacaciones: a los trabajadores que hubieren prestado sus servicios durante un año tienen derecho a quince días hábiles consecutivos de vacaciones remuneradas. El artículo 189 numeral 2º del Código Sustantivo del Trabajo indicaba que cuando el contrato de trabajo terminase sin que el trabajador hubiere disfrutado vacaciones, la compensación de estas en dinero procedería por año cumplido de servicio y proporcional por fracción de año, siempre que ésta exceda de seis meses. La ley 789 de 2002, nueva reforma laboral, modifica el artículo 189 al disponer que la compensación de las vacaciones en dinero procederá por año cumplido de servicio y proporcional por fracción de año pero “siempre que este exceda de tres meses” (artículo 27 Ley 789 de 2002). D) Otro pago importante que goza de las prerrogativas legales, es el correspondiente a la 62 indemnización por despido sin justa causa. El Código Sustantivo del Trabajo regula íntegramente la materia diciendo que para los trabajadores con contrato a término fijo el valor de la indemnización será el valor de los salarios correspondientes al tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado del contrato. Para los contratos a término indefinido la indemnización se rige según una tabla que mide, por un lado el tiempo trabajado y por otro los días de salario que se le dan al trabajador de acuerdo al tiempo señalado. Así entonces al trabajador se le dan cuarenta y cinco (45) días de salario cuando tuviere un tiempo de servicio no mayor de un (1) año; si tuviere más de un (1) año de servicio continuo y menos de cinco (5), se le pagarán quince (15) días adicionales de salario sobre los (45) básicos por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcional por fracción; si tuviere cinco (5) años de servicio continuo y menos de diez (10), se le pagarán veinte (20) días adicionales de salario sobre los (45) básicos por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcional por fracción; y si tuviere más de diez (10) años de servicio continuo se le pagarán cuarenta (40) días adicionales de salario sobre los primeros (45) básicos por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcional por fracción. Cuadro 1. Indemnización por despido sin justa causa para trabajadores con contrato a término indefinido de acuerdo al Código Sustantivo del Trabajo (Art. 64). Tiempo Trabajado Días de Salario 1 año 45 días de salario Más de 1 año menos de 5 45 por el primer año; 45 + 15 por los subsiguientes. Más de 5 años menos de 10 45 por el primer año; 45 + 20 por los subsiguientes. Más de 10 años 45 por el primer año; 45 + 40 por los subsiguientes. 63 La ley 789 de 2002 en su artículo 28 deja incólume lo concerniente a la indemnización por despido sin justa causa de los contratos a término fijo, pero modifica drásticamente lo relativo a contratos a término indefinido. En efecto, para estos últimos contratos la ley distingue entre trabajadores que devengan un salario inferior a diez (10) salarios mínimos mensuales y aquellos que devengan un salario igual o superior a diez (10) salarios mínimos mensuales. Así, a los primeros se les pagarán 30 días de salario por un tiempo de servicio no mayor de un (1) año; y si tuvieren más de un año de servicio continuo se les pagarán veinte (20) días adicionales de salario sobre los treinta (30) básicos por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcional por fracción. Para los segundos, es decir quienes devenguen más de 10 salarios mínimos, se les pagarán veinte (20) días de salario cuando tuvieren un tiempo de servicio no mayor de un (1) año; y por más de un (1) año de servicio continuo, se le pagarán quince (15) días adicionales de salario sobre los (20) días básicos por cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y proporcional por fracción (artículo 28 Ley 789 de 2002). Cuadro 2. Indemnización por despido sin justa causa para trabajadores con contrato a término indefinido de acuerdo a la Ley 789 de 2002 (Art. 28). Menos de 10 smlm Más de 10 smlm Tiempo Trabajado Días de Salario 1 año 30 días Más de 1 año 30 días por el primer año; 30 +20 por los subsiguientes 1 año 20 días Más de 1 año 20 días por el primer año; 20 + 15 por los subsiguientes Es de resaltar que los créditos laborales podrán demostrarse por cualquier medio de prueba autorizado por la ley y, cuando fuera necesario, producidos extrajuicio con intervención del 64 juez laboral o del inspector de trabajo competentes (art. 36 Ley 50 de 1990). El mismo precepto indica que en los procesos concordatarios los trabajadores podrán hacer valer sus derechos por sí mismos o por intermedio del sindicato, federación o confederación a que pertenezcan, siempre de conformidad con las leyes vigentes. Es rescatable y apropiado el régimen laboral que contiene el proyecto de insolvencia, brilla por su minuciosidad y juicio en el establecimiento de políticas sobre las acreencias laborales en el tema concursal. De esta forma se consagra un sistema de normalización de los pasivos pensionales: “los acuerdos de reestructuración del empleador que deba atender o prever el pago de pasivos pensionales, deben incluir las cláusulas sobre normalización de los mismos. Para tal fin, se acudirá a mecanismos tales como la constitución de reservas o garantías adecuadas que generen efectivamente los activos suficientes que garanticen el pago de dichas obligaciones, o al de conciliación, negociación y pago de pasivos, conmutación pensional total o parcial, y constitución de patrimonios autónomos. Estos mecanismos podrán aplicarse en todos los casos en que se proceda a la normalización del pasivo pensional, aun cuando ésta no haga parte de un acuerdo de reestructuración” (Art. 114). También señala el proyecto que el acuerdo podrá incluir convenios que tengan por objeto la suspensión total o parcial de cualquier prerrogativa laboral de naturaleza económica que exceda el mínimo legal correspondiente a las normas del Código Sustantivo del Trabajo. Tales convenios serán concertados directamente entre el deudor y el sindicato que legalmente pueda representar a sus trabajadores, y entre el deudor y los trabajadores no sindicalizados que individualmente consientan en ello. Los convenios tendrán la duración que se pacte en ellos, sin exceder el plazo del acuerdo, y se aplicarán de preferencia a las convenciones colectivas de trabajo, contratos individuales de trabajo vigentes, laudos arbitrales y a los pactos colectivos de trabajo, en este último caso en lo que se refiere a los trabajadores no sindicalizados que siendo parte del pacto hayan consentido en el convenio. La ejecución de esta clase de convenios requiere de la 65 autorización del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, quien deberá pronunciarse dentro de los quince días siguientes a la solicitud de autorización, la cual se entiende concedida en caso de silencio; y su incumplimiento recibirá el tratamiento propio del incumplimiento del acuerdo. (Art. 115) La preferencia imperiosa que se les da a estos convenios sobre las demás fuentes del derecho laboral, y la injerencia del Estado vía autorización del Ministerio de Trabajo, sopesan la balanza del acto jurídico, que sin duda podría tener enormes beneficios tanto para el empresario, como para el trabajador a quien se le sigue respetando su derecho al salario mínimo vital y móvil, pero que cede en lo que exceda este principio con el objeto no solo de ayudar al ente económico sino de tutelar su propio crédito. Además señala el estatuto de insolvencia que los créditos laborales renunciables podrán capitalizarse, siempre y cuando sus titulares convengan individual y expresamente las condiciones, proporciones, cuantías y plazos en que por el hecho de su capitalización se mantenga o modifique total o parcialmente su preferencia legal de primer grado. Las capitalizaciones requieren de la autorización del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el cual deberá pronunciarse dentro de los quince días siguientes a la solicitud de autorización, la cual se entiende concedida en caso de silencio. (Art. 116) c) Jurisprudencia Uno de los aspectos fundamentales de la Carta Política de 1991 fue la introducción a nuestro sistema constitucional de la acción de tutela54. Del artículo 86 de nuestra 54 Consagrada en el artículo 86 de la Carta reza de la siguiente manera: Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública. La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para se eventual revisión. Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución. 66 Constitución se pueden sacar varias conclusiones para la procedencia de la acción de tutela: A) La acción de tutela se dirige, de manera exclusiva, a la protección de los derechos constitucionales fundamentales de las personas- Se debe entonces demostrar que uno de tales derechos ha sido vulnerado o amenazado.55 A esta categoría de derechos fundamentales no solo corresponden los que aparecen en el título – de los derechos fundamentales- en la Constitución, sino aquellos consagrados en tratados internacionales de acuerdo al artículo 94 de la Carta y otros que expresamente reconozca la Corte Constitucional. Así mismo procederá la acción de tutela cuando al vulnerarse un derecho cualquiera, de ello resulte una violación directa a uno fundamental, tesis que ha acogido nuestra Corte Constitucional, y se conoce con el nombre de procedencia de la acción de tutela por conexidad. B) Conforme al artículo 6º del Decreto 2591 de 1991, no cabe la acción de tutela contra actos de carácter general, impersonal y abstracto ya sean leyes o actos administrativos. En principio, el acto administrativo no puede consistir en un simple acto de trámite o preparatorio salvo que su expedición redunde en una violación o amenaza a un derecho fundamental. C) La tutela tiene un carácter subsidiario. Esto es, que para que proceda se requiere que el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. D) El artículo 6º del Decreto 2591 de 1991 definía qué debía entenderse por perjuicio irremediable señalando que: “se entiende por perjuicio irremediable el perjuicio que solo pueda ser reparado en su integridad mediante una indemnización”. La Corte Constitucional La Ley establecerá los casos en los que la acción de tutela precede contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión. 55 En Sentencia T-244 del 20 de mayo de 1994 de ponencia del magistrado José Gregorio Hernández, la Corte Constitucional explicó que se entiende por amenaza de un derecho diciendo que la amenaza consiste en la expectativa real de la ocurrencia del daño, su inminencia, analizada en cada caso concreto. 67 declaró inexequible tal precepto considerando que era una definición limitativa, e implantando un nuevo concepto entendiéndose por perjuicio irremediable aquel inminente y que solo puede conjurarse por medidas de urgencia56. En lo concerniente a la seguridad social, la Corte Constitucional ha establecido que, si bien este derecho no tiene, en principio, el carácter de fundamental, puede llegar a tenerlo cuando su vulneración o amenaza pongan en peligro o afecten algún derecho fundamental per se. Enseña la Corte que: “dándose el factor de conexidad entre los derechos a la salud y a la seguridad social de la peticionaria, con el derecho fundamental a la vida, es procedente la acción de tutela para hacer efectiva su protección, la cual se concreta en la orden a la entidad accionada de prestarle los servicios médicos que requiere para atender su enfermedad”. Prosigue diciendo que La efectividad del derecho a la seguridad social no sólo corresponde al trabajador, sino también al empleador quien tiene la obligación de afiliar a sus empleados al sistema de seguridad social y de cancelar en forma oportuna y cumplida los respectivos aportes. La empresa no puede ser indiferente en relación con el servicio público de la seguridad social de los asalariados, para los efectos de que se cumpla con el ordenamiento constitucional, según el cual, éste debe prestarse con sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la ley y bajo la dirección, coordinación y control del Estado57. Para el proceso concursal concordatario es clara la Corte en manifestar que cuando una empresa ha sido admitida al trámite de concordato, en aras de defender los intereses del empleador y de proteger los derechos de los trabajadores, se prohíbe que le sean suspendidos los servicios públicos: por lo tanto, teniendo la seguridad social categoría de servicio público obligatorio, no puede la entidad de previsión accionada, suspender la prestación del servicio a 56 57 Corte Constitucional, Sentencia de tutela T-495 de 1994. Magistrado ponente Jorge Arango Mejía. Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-157-95. Magistrado ponente Hernando Herrera Vergara. 68 la empresa admitida a concordato por el hecho tener créditos insolutos a favor de aquella, ni negarle a sus trabajadores el acceso al mismo, pues ello desconoce los derechos de la peticionaria a la salud y seguridad social58. Es el caso del pago de mesadas pensionales en cuyo caso la Corte ha dicho lo siguiente: esta Corporación ha considerado que, en el caso de las personas de la tercera edad, el derecho a la seguridad social, que se hace efectivo a través del pago de las correspondientes mesadas pensionales y la prestación de los servicios médicoasistenciales, adquiere el carácter de derecho fundamental, como quiera que el mínimo vital de los ancianos, quienes se encuentran excluidos del mercado laboral o hallan serias dificultades para acceder a un empleo, depende por entero de los recursos que perciben por concepto de las pensiones. La falta o el retraso en el pago de las mesadas pensionales o de las cotizaciones en salud a que tienen derecho las personas de la tercera edad, les ocasiona un perjuicio irremediable que autoriza la procedencia transitoria de la acción de tutela, mientras se resuelven los recursos y acciones ordinarios respectivos59. La Corte ha considerado que el mínimo vital de las personas de la tercera edad no sólo resulta vulnerado por la falta de pago de las mesadas pensionales sino también, por el retraso injustificado en la cancelación de las mismas. En materia de concordato la misma corporación ha dicho que resulta inaceptable cualquier argumento que tienda a erigir el proceso en una patente de corso para que las empresas privadas, vinculadas a los mandatos contenidos en los artículos 13, 46 y 48 de la Constitución, vulneren los derechos fundamentales de sus pensionados. Los créditos de carácter laboral gozan de una prelación absoluta -no sólo constitucional, sino legal- al momento de efectuarse el pago de los créditos concordatarios así como de los gastos de administración. En palabras de la Corte: El hecho de que la empresa haya sido admitida al trámite de un 58 Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-157/95. Magistrado ponente Hernando Herrera Vergara. 59 Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-299/97. Magistrado ponente Eduardo Cifuentes Muñoz. 69 concordato, no constituye excusa válida para justificar el no pago o el pago retrasado de las mesadas pensionales y de las cotizaciones al I.S.S. a que tienen derecho los demandantes. Cualquier actuación en el sentido por ellos indicado es vulneratoria de su derecho fundamental a la seguridad social, como que se trata de personas de la tercera edad cuya subsistencia básica depende del pago cumplido de las mesadas pensionales60. Así mismo es sentencia T-458 de 1997 con ponencia de Eduardo Cifuentes Muñoz la Corte reitera que el proceso concordatario no es suficiente para proteger los derechos fundamentales de los pensionados: en casos en los cuales una empresa sometida a concordato preventivo obligatorio no paga a sus pensionados las mesadas a que tienen derecho, la Corte ha estimado, que tanto el proceso ordinario laboral como el proceso concordatario son insuficientes para defender, con la eficiencia y urgencia requeridas por este tipo de casos, los derechos fundamentales de los pensionados, situación que determina un estado de indefensión frente al cual la acción de tutela resulta procedente. Insiste en el perjuicio irremediable que se le causa a los pensionados cuando no se les pagan sus acreencias y la labor conducente que deben tener las entidades estatales para hacer efectivo el cumplimento de estos derechos fundamentales: se causa un perjuicio irremediable cuando una empresa deja de cancelar 60 Corte Constitucional, Sentencia de tutela T-299/97. Magistrado ponente Eduardo Cifuentes Muñoz. En sentencia T-234-94, de Ponencia del Dr. Fabio Morón Díaz, para el proceso liquidatorio, la Corte Constitucional se ha expresado en similares términos exponiendo que: “Los peticionarios podrán participar dentro del proceso de liquidación de la ”Caja de Crédito de los Trabajadores Municipales de Cali", para que allí se reconozcan y paguen sus créditos por concepto de pensión y los demás a que tengan derecho; adviértase que estos créditos tienen un carácter privilegiado para su pago frente a otros créditos, dada la especial protección que consagra la Ley, y en consecuencia los peticionarios gozarán de dicha protección dentro del proceso liquidatorio”. 70 oportunamente las mesadas pensionales a sus pensionados, toda vez que se trata de personas de la tercera edad cuya única fuente de recursos depende de las pensiones señaladas y su vinculación al mercado de trabajo es del todo incierta. Adicionalmente, lo anterior resulta agravado si la empresa deudora se encuentra sometida a un trámite concursal dentro del cual las autoridades estatales encargadas de llevarlo a cabo no cumplen con las misiones que la Constitución Política les ha asignado. Cuando una empresa que ha asumido directamente el pago de la carga pensional y que se encuentra sometida al trámite de un concordato preventivo obligatorio deja de cancelar las mesadas pensionales, se concreta la violación del derecho fundamental a la seguridad social y al mínimo vital de los pensionados. En estos eventos, la acción de tutela es procedente en razón de la necesidad de conjurar o aminorar el perjuicio irremediable que se causa con ocasión de la situación antes descrita. Sin embargo es claro que la efectividad de las obligaciones laborales de una empresa sometida a concordato, pese a contar con la garantía de su pago prevalente y preferencial, está sometida al alea propia de todo proceso concursal, de allí que la potencialidad de incumplimiento es más riesgoso tratándose del concordato: en efecto, es ciertamente factible que la no recuperación económica de la sociedad haga peligrar el pago de estas obligaciones o, en caso de que la sociedad deba ser liquidada, que el patrimonio no sea suficiente para cubrir la integridad del pasivo laboral. Por este motivo, es posible afirmar que el derecho fundamental a la seguridad social de los pensionados de una empresa sujeta a un trámite concordatario se encuentra sometido a un riesgo mayor que puede amenazar su efectividad. El riesgo que se cierne sobre el derecho fundamental a la seguridad social de los pensionados de una empresa sujeta al trámite de un concordato preventivo obligatorio, se encuentra controlado si las autoridades administrativas responsables de velar por que tales derechos no se hagan 71 nugatorios, -la Superintendencia de Sociedades y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social-, asumen plenamente el cumplimiento de las funciones que, en estas materias, la Constitución y la ley les han encomendado61. La procedencia y fallo a favor de los trabajadores de la acción de tutela en materia de acreencias laborales en procesos concursales resulta ser un instrumento muchas veces ineficaz desde el punto de vista práctico, pues a una empresa en sobreseimiento, a veces, no le alcanza el activo para pagar siquiera los créditos de primer grado. Así, en múltiples ocasiones la Corte Constitucional, en aras a proteger los derechos fundamentales, obliga al ente económico ha pagar de inmediato las mesadas pensionales, decisión intachable en derecho, pero a lo que la empresa responde con falta de recursos; es allí donde el derecho cede ante una realidad económica y dramática. Bien ilustrativo resulta el ejemplo de la Compañía de Inversiones Flota Mercante S.A. que desde septiembre de 1999 entra en una situación de cesación de pagos y manifiesta que ante la imposibilidad de cumplir con el pago de las pensiones adeudadas a toda la población pensional, la Superintendencia de Sociedades mediante Resolución No. 411-11731 de 31 de julio de 2000 declaró su liquidación obligatoria. Ello implica, que la empresa quedó sometida al régimen de la Ley 222 de 1995, el cual establece limitaciones legales para vender activos y efectuar pagos. Los demandantes interpusieron acción de tutela en contra de la EPS Cafesalud, por considerar que les han vulnerado los derechos fundamentales a la seguridad social y a la salud. Aducen que son pensionados de la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante S.A., entidad que no les cancela las mesadas pensionales desde el mes de septiembre de 1999, razón por la cual interpusieron acciones de tutela falladas a su favor por los jueces que de ellas conocieron, sin que hasta el momento se haya dado cumplimiento a los fallos 61 Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-299/97. Magistrado ponente Eduardo Cifuentes Muñoz. 72 respectivos. La Compañía de Inversiones de la Flota Mercante S.A., al no cancelar en forma oportuna las mesadas pensionales que les adeuda a los demandantes, incumplió con el pago relacionado con la seguridad social y salud a que tienen derecho, quedando desvinculados a la EPS a la cual se encontraban afiliados. Manifiestan los accionantes que dicho incumplimiento originó que la Superintendencia Nacional de Salud, por medio de la Resolución No. 0512 de 6 de abril de 2000, sancionara a Inversiones Flota Mercante S.A. con multa de 40 salarios mínimos legales mensuales. No obstante, señalan que esa sanción tampoco surtió ningún efecto y, por el contrario, en lugar de pagar lo adeudado a la EPS a la que se encontraban afiliados, los afilió a la Clínica Mediesp Ltda., EPS a la cual también dejó de pagarle volviendo a quedar sin el servicio médico requerido. La entidad demandada en respuesta a las acciones de tutela impetradas por los accionantes, solicitó la declaratoria de improcedencia de las mismas, pues aduce que los accionantes fueron desafiliados de Cafesalud por Fudensa a partir del 30 de abril del año 2000 por presentar más de seis meses continuos de mora, debido a que la entidad responsable del pago de la pensión y de los aportes en salud, esto es, la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante Gran Colombiana, no volvió a cotizar por los demandantes desde el mes de septiembre de 1999, como consta en el estado de cartera del sistema. Añade que en forma oportuna notificó a la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante y a los cotizantes sobre el estado de la mora y de la posible desafiliación en caso de no ponerse al día en las cotizaciones, según lo dispuesto por el artículo 60 del Decreto 1406 de 1999. El juez de tutela negó por improcedente las tutelas interpuestas argumentando que los demandantes en la actualidad no se encuentran afiliados a la entidad demandada. 73 Aduce la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante, que a partir de la declaratoria de liquidación obligatoria, fue designado como liquidador Fiduciaria Petrolera quien estuvo a cargo hasta el 12 de diciembre de 2000, entidad que no pudo cumplir con el pago de pensiones, ni con las decisiones proferidas por esta Corporación, razón por la cual los representantes legales de esa Fiduciaria fueron sancionados en varias oportunidades y se vieron obligados a renunciar de su posición como liquidador. Agrega que durante el tiempo que Fiduciaria Petrolera actúo como liquidadora, la Compañía de Inversiones de la Flota pagó el monto de $488.420.588.72, por concepto de pensiones en obedecimiento a fallos de tutela y, como resultado de esa situación la Compañía quedó sin fondos. Finalmente, mediante auto No. 440-22174 de noviembre 29 de 2000, la Superintendencia de Sociedades aceptó la renuncia de Fiduciaria Petrolera y designó a la Sociedad Fiduciaria Industrial S.A. Fuduifi como nueva entidad liquidadora. Desde entonces, la Corte sin desconocer la grave crisis financiera por la que atraviesa la compañía mencionada, ha tutelado los derechos fundamentales de los ciudadanos que puestos en condiciones de indefensión ante la ostensible vulneración de sus derechos, se han visto obligados a recurrir a la acción de tutela como mecanismo efectivo de protección de sus derechos. No obstante, la Corte no se ha limitado a proteger los derechos de los demandantes, sino que atendiendo a su obligación como institución del Estado, ha hecho recomendaciones y ha prevenido a las entidades gubernamentales y privadas que de una u otra manera tuvieran injerencia en los procedimientos y trámites adelantados en el proceso de cesación de pagos de la Flota Mercante, con el fin de que se encontraran fórmulas ágiles y efectivas que permitieran concluir en forma satisfactoria el problema planteado por los trabajadores y extrabajadores de esa compañía. En reiterada jurisprudencia, la Corte ha dicho que si bien los derechos a la salud y a la seguridad social no tienen en principio el carácter de derecho fundamental pueden adquirir esa categoría cuando se encuentren inescindiblemente asociados a un derecho que sí ostente esa naturaleza, de tal suerte, que el desconocimiento de esos derechos produzca como consecuencia directa la vulneración de aquellos. En el caso de las personas de la tercera edad en razón de sus especiales condiciones 74 de vulnerabilidad, la propia Carta Política ha consagrado como un deber del Estado la protección y asistencia de estas personas (art. 46), por tratarse de sujetos que necesitan de un trato especial dada su situación de debilidad, máxime en los casos que nos ocupan que como ya se dijo se trata de ciudadanos de edad bastante avanzada, que merecen al final de sus días que el Estado les garantice las condiciones más elementales, de tal suerte que puedan gozar de una vejez digna (arts. 1, 13, 46 y 48 C.P.). Ahora bien, no desconoce la Corte que las empresas prestadoras de servicios de salud necesitan para poder operar y prestar sus servicios en forma adecuada, que quienes se encuentran obligados a aportar dentro del régimen contributivo en efecto lo hagan y en forma oportuna. Sin embargo, el incumplimiento del patrono, como ya se señaló no puede perjudicar los derechos fundamentales de las personas, por lo tanto, ese sería el resultado de aceptar esta Sala de Revisión los argumentos esbozados por la EPS Cafesalud. A pesar de que la posición asumida por la Compañía de Inversiones de la Flota Mercante S.A. es a todas luces reprochable, no por ello se puede dejar sin el reconocimiento de los derechos fundamentales a la seguridad social y a la salud a los demandantes, porque el juez constitucional debe garantizar el cumplimiento de los derechos de las personas cuando resulten abiertamente conculcados, es su deber en un Estado Social de Derecho que se funda en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y en la solidaridad (art. 1 C.P.). Así las cosas, esta Sala de Revisión en procura de la protección de los derechos fundamentales de los accionantes, personas de la tercera edad, ordenará al liquidador y al Superintendente de Sociedades, que una vez se den los presupuestos señalados por el liquidador para la obtención de recursos, cancele con cargo a los gastos de administración las sumas adeudadas a la EPS Cafesalud, sin perjuicio de que dicha entidad pueda repetir contra el Fosyga las sumas adeudadas o, hacerse parte en el proceso liquidatorio62. En sentencia T-101de 2001 con ponencia de la magistrada Cristina Pardo Schlesinger, igualmente se plantea el dilema planteado; en esta oportunidad desde hace aproximadamente 20 años el actor alcanzó su status de pensionado en la Empresa Acerías Paz del Río S.A., la cual lo tenía afiliado tanto al sistema de pensiones como de salud del Instituto de Seguros Sociales. Como padece la enfermedad neurisma depresivo ansioso, 62 Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-549/01 Magistrado Ponente Alfredo Beltrán Sierra. 75 requiere para su tratamiento de una serie de medicamentos que no le están siendo suministrados por la entidad de seguridad social. En consecuencia, el demandante solicita al juez tutelar los derechos a la igualdad y a la seguridad social. Por su parte, el ente demandado en oficio dirigido al juez de tutela pone de presente que es imposible restablecer los servicios médicos al accionante y a sus beneficiarios por no estar a paz y salvo la empresa Acerías Paz del Río con la entidad promotora de salud, pues desde diciembre de 1998 hasta el mes de abril de 1999, la empresa dejó de cancelar sus aportes, operando de esta manera, y a la luz de la ley 100 de 1993 y normatividad concordante, la figura de la suspensión de la afiliación. La Corte expresa que: esta Corporación unificó la jurisprudencia en relación con la mora en el pago de los aportes al sistema de seguridad social en salud, según la cual, cuando el empleador no cancela puntualmente los aportes correspondientes, deberá asumir los riesgos que con su omisión se generen, de tal forma que correrá por su cuenta la prestación del servicio de salud que eventualmente se requiera. Ahora bien, la Corte Constitucional igualmente ha sostenido que si bien el derecho a la salud no es en sí mismo un derecho fundamental, sí puede llegar a ser efectivamente protegido, cuando la inescindibilidad entre el derecho a la salud y el derecho a la vida hagan necesario garantizar este último a través de la recuperación del primero, a fin de asegurar el amparo de las personas y de su dignidad. El derecho a la salud es un derecho protegido constitucionalmente en los eventos en que por conexidad su perturbación pone en peligro o acarrea la vulneración de la vida u otros derechos fundamentales de las personas. Por consiguiente, la atención idónea y oportuna, los tratamientos médicos, las cirugías, la entrega de medicamentos, etc., pueden ser objeto de protección por vía de tutela, en situaciones en que la salud adquiere por conexidad con el derecho a la vida, el carácter de derecho fundamental. En consecuencia, en materia de salud, la posibilidad de exigir un derecho de prestación es apreciable sólo en el caso concreto y dependiendo del tipo de derecho 76 que deba ser protegido, y por ende, de reunir el carácter de conexo con el derecho a la vida y la integridad de la persona es un derecho que puede llegar a ser garantizado como fundamental, según el caso concreto. Se encuentra en el asunto sub judice que la Empresa Acerías Paz del Río adeuda aportes por seguridad social, correspondientes al pensionado Aristóbulo López Rodríguez, desde el mes de diciembre de 1998. Ahora bien, en cuanto a su situación de salud se demostró que el peticionario es una persona de la tercera edad, tiene actualmente sesenta y dos años y, presenta una enfermedad denominada neurosis depresiva ansiosa. Es un hecho la vulneración del derecho fundamental a la salud, pues no se le han dado los medicamentos que requiere en su tratamiento. Concluye diciendo “para esta Corporación es claro que la empresa Acerías Paz del Río, en concordato, deberá cancelar la deuda que tiene con el Instituto de Seguros Sociales al cual tiene afiliado al demandante, y mientras esto no suceda, debe atender de su propio peculio los costos en atención en salud que el actor demande, quien no debe padecer la negligencia de la empresa”“. En correo electrónico enviado a la Superintendencia de Sociedades se le consultó acerca del número exacto de tutelas labores que la entidad ha podido conocer desde la entrada en vigencia de la ley 222 de 1995, a lo cual se respondió el 22 de agosto de 2002. La entidad consultada respondió que no llevaba un registro exacto en la materia, pero que en lo que iba del año 2002 se habían interpuesto alrededor de 22 tutelas laborales, y que estimaba que desde la entrada en vigencia de la ley 222, se habrían interpuesto alrededor de 120 tutelas de la cuales prosperaban en una cifra cercana al 70%. d) Acreencias no reconocidas en el concordato de una sociedad que se acoge al proceso señalado en la ley 550 de 1999 Lo concerniente a las acreencias no reconocidas en el concordato de una sociedad que se acoge al proceso señalado en la ley 550 de 1990 fue resuelto por la Superintendencia de Sociedades en Concepto 220-1153 de 2001. El solicitante peticionó se le absolvieran una serie de interrogantes relacionados con su situación laboral respecto de la sociedad empleadora, la cual pasó de un proceso concordatario a un acuerdo de reestructuración en los términos de la ley 550 de 1999. Aclara que si bien no se hizo parte en el proceso concordatario la empresa le adeuda prestaciones y salarios desde el año de 1998, y le propone que firme un acuerdo para dar por terminada la relación laboral. 77 La entidad ser refirió al caso en los siguientes términos: sea lo primero señalar, que mientras el concordato (hoy suspendido por el artículo 79 de la precitada norma, en concordancia con el artículo 66 ibídem), tenía una connotación eminentemente jurisdiccional; el acuerdo de reestructuración es ajeno a la connotación judicial y los acreedores no requieren hacerse parte sino que se vinculan por la simple inclusión en relación de acreedores presentado por la persona jurídica sometida a este trámite de reactivación empresarial. Así mismo, en el proceso concordatario, una de las primeras tareas impuestas a la sociedad deudora la constituía la presentación de una relación pormenorizada de los trabajadores y el monto actualizado e individual de cada acreencia, con lo cual ya se le reconocían en la cuantía allí indicada y sin perjuicio de las objeciones a que hubiera lugar. Del mismo modo, la norma establecía como uno de los efectos de la aceptación de la sociedad al trámite del concordato que sin autorización de la Superintendencia de Sociedades no podía hacer arreglos relacionados con sus obligaciones, so pena de ineficacia sin necesidad de declaración judicial, como también la imposición de multas al acreedor o deudor según fuera el caso, hasta tanto se reversara la operación respectiva. La razón sobre la cual descansa la anterior afirmación, se encuentra en el hecho de que uno de los principios que rodean cualquier proceso concursal es el de la universalidad, habida consideración que se afecta todo el patrimonio del deudor, esto es que todos los bienes que conforman el patrimonio del concursado quedan a merced, en principio, para la satisfacción de los acreedores que participen del concurso, sin ninguna clase de discriminación. Entrando en los terrenos de la Ley 550, señalemos que para conseguir los fines previstos por el legislador en la ley, en orden a sortear las dificultades económicas por las cuales pasa el sector productivo de la economía, tales como el agropecuario, el minero, el manufacturero, el industrial, el comercial, el de la construcción, el de las comunicaciones y el de los servicios, a través del restablecimiento de la capacidad de pago de las empresas de manera que puedan atender adecuadamente sus obligaciones, la norma ha señalado una serie de alternativas que parten de conseguir el fortalecimiento de la dirección y los sistemas de control interno de la misma, que aunado no solo a facilitar el acceso al crédito y al redescuento de créditos en términos y condiciones que permitan la reactivación del sector empresarial, y una óptima estructura administrativa, financiera y contable de las empresas reestructuradas, contempla igualmente la posibilidad de que tanto los entes económicos como sus trabajadores acuerden condiciones especiales y temporales en materia laboral que faciliten su reactivación y viabilidad, a la par que garanticen el pago de los pasivos pensionales, todo bajo la premisa del establecimiento de un marco legal adecuado para que, sin sujeción al trámite concursal en materia de concordatos, se pueda 78 convenir la reestructuración de empresas con agilidad, equidad y seguridad jurídica. Concluye la entidad diciendo: 1. Las obligaciones concordatarias y no reconocidas, pueden a nuestro juicio hacerse valer dentro del acuerdo, habida consideración de los términos de redacción del inciso 1º de la Ley 550 cuando fija que las sociedades que se encuentran en proceso de concordato están facultadas para acogerse en los términos de la ley para negociar y celebrar un acuerdo de reestructuración. 2. Las acreencias postconcordatarias, esto es, aquellas que surgen después de admitida la sociedad a concordato, tienen preferencia sobre cualquier otra conforme a lo establecido por el artículo 147 de la Ley 222 de 1995, y como única limitante la de no tener derecho de voto dentro del acuerdo. Para ello, en uno u otro caso se impone revisar la relación de acreencias suministrada por el representante legal del empresario, y si alguna de ellas no aparece, presentarle al promotor los elementos de prueba sobre la existencia de su crédito, a efectos de que aquél la incluya en la determinación de votos, y se siga en lo demás a lo allí previsto. Vale aclarar que aunque este tema lo tratamos en relación a las acreencias laborales, es aplicable a toda clase de acreencias no hechas parte en el concordato, es decir que cualquier acreedor ausente en el proceso concordatario puede participar en el proceso de la ley 550 de 1999 por las razones expuestas anteriormente. 2.5.2 Acreedores tributarios a) Generalidades Debido a las dificultades del deudor en concordato respecto al pago de sus obligaciones, la ley le brinda ciertas prerrogativas, por ejemplo el artículo 94 de la Ley 222 de 1995 sobre exclusiones de la Renta Presuntiva establece que “De la presunción establecida en el artículo 188 - se excluyen el Instituto de Mercadeo Agropecuario, IDEMA, y las entidades del Régimen Especial de que trata el artículo 19. Tampoco están sujetas a la renta presuntiva las empresas prestadoras de servicios públicos domiciliarios, ni los fondos de inversión, de valores, comunes, de pensiones o de cesantías contemplados en los artículos 79 23 -1 y 23-2 de este Estatuto. Tampoco están sometidas a renta presuntiva las sociedades en concordato o en proceso de liquidación ni las empresas dedicadas al transporte masivo de pasajeros por el sistema de tren metropolitano”. (Se subraya). La ley 222 de 1995 no consagra un régimen condensado acerca de las prerrogativas que tiene el deudor que se acoge a un proceso concordatario, por lo que se debe acudir a las normas propias del derecho tributario, en especial al estatuto tributario para ver qué preceptos aplican al concurso. Es necesario que la ley concursal agrupe todas las normas que regirán el procedimiento, en este caso las tributarias. El problema parece haber sido saneado con la ley 550 de 1999, y en el proyecto de insolvencia se le dedica una sección entera al pasivo tributario. Tal proyecto indica que durante la negociación y ejecución de un acuerdo de reestructuración empresarial, y por un plazo máximo no prorrogable de cinco años, contados desde la fecha de celebración del acuerdo, el deudor no estará sometido al régimen de la renta presuntiva (Art. 117). También propone un régimen especial para la retención en la fuente, en cuya virtud los deudores que se encuentren ejecutando un acuerdo de reestructuración, tendrán derecho a solicitar la devolución de este impuesto sobre la renta que se les practique en la fuente del impuesto sobre la renta por cualquier concepto desde el mes calendario siguiente. (Art. 118). Del artículo 119 al 121, el proyecto se refiere a la suspensión del proceso de cobro coactivo, a las condiciones para el pago de obligaciones tributarias y al pago de tributos nacionales por contratistas acreedores de la Nación. b) Deber de hacerse parte. Recuérdese que uno de los requisitos formales de la solicitud a concordato es que el fallido presente a la Superintendencia de Sociedades una relación respecto de las obligaciones tributarias, discriminando por clase de impuesto, identificando su cuantía, forma de pago, intereses, sanciones y declaraciones tributarias correspondientes. El decreto 350 de 1989 señalaba que los créditos a favor de entidades públicas, relacionados por el empresario en los anexos a la solicitud de concordato, por ese solo hecho se consideraban presentados oportunamente; con la Ley 222 de 1995, y atendiendo al principio de igualdad, los créditos 80 fiscales y parafiscales deberán hacerse parte del proceso como cualquier otro crédito (art. 122). c) Responsabilidad de los socios. En las sociedades de personas o intuitus personarum los socios se conocen y confían entre ellos la dirección y suerte de la empresa. Ese elemento subjetivo incide directamente en la vida de la sociedad, puesto que su funcionamiento depende en gran medida de la situación propia de cada uno de ellos. Mientras que en las sociedades de capitales o intuitus rei, una vez hechos los aportes, los socios entran al anonimato y la situación individual de cada cual carece de importancia. Esta clasificación es de gran trascendencia para los terceros pues en las sociedades de personas no sólo se obliga la persona jurídica sino también los socios con sus patrimonios individuales de manera solidaria; en cambio en las sociedades de capitales los socios poco importan a los terceros ya que aquellos sólo responden hasta concurrencia de sus respectivas aportaciones. El paradigma de las sociedades de personas son la colectiva y la comandita simple; y de capitales la en comandita por acciones y la anónima. Así el artículo 294 del Código de Comercio preceptúa que en la sociedad colectiva todos los socios responderán solidaria e ilimitadamente por las operaciones sociales y cualquier estipulación en contrario se entenderá por no escrita. Por su parte en las anónimas, como venimos indicando, los socios responden hasta el monto de sus aportes en cualquier caso. Esta es pues, la prenda general de los acreedores tributarios dependiendo el tipo societario escogido por el empresario. Las sociedades de responsabilidad limitada son un caso especial, un híbrido entre sociedades de personas y de capital, pues aunque por regla general los socios responden hasta concurrencia de sus aportes la ley consagra ciertos eventos en que su responsabilidad 81 puede llegar a ser solidaria e incluso ilimitada63. En el caso de las acreencias tributarias los socios responderán solidaria y limitadamente. La Corte Constitucional se ha pronunciado al respecto indicando que El tratamiento diferencial que establece el artículo 794 del Estatuto Tributario, en el sentido de excluir de responsabilidad solidaria a los accionistas de las sociedades anónimas o asimiladas y a las cooperativas -salvo con los cooperados que hayan ejercido la administración o gestión de la entidad, quienes también responden solidariamente, se justifica como quiera que la responsabilidad solidaria de los socios por los impuestos de la sociedad, sólo es aplicable a determinados tipos de agrupaciones societarias, en donde la característica personal es un elemento relevante, como quiera que, el vínculo intuitu personae, es la característica esencial de las sociedades colectivas, de responsabilidad limitada e inclusive de las asociaciones de carácter colectivo, en las que es posible identificar una relación de gestión; evento que no ocurre con las sociedades anónimas o por acciones, en donde el factor intuitu personae se desdibuja, a tal punto que la gran mayoría de accionistas virtualmente se encuentran separados de la dirección o administración de la compañía, conforme a las propias reglas del Código de Comercio e inclusive de sus propios estatutos fundacionales. Para la Corte es evidente que las compañías de responsabilidad limitada o las colectivas, por su propia naturaleza jurídica y sus especiales características no se hallan en las mismas circunstancias fácticas frente a las sociedades anónimas, ni mucho menos a las cooperativas64. La Corte explica que no se puede hacer un test de comparación o un juicio de igualdad, cuando existen diferencias entre los supuestos de hecho que se pretenden comparar, ya que las sociedades, en sus variedades o diversas modalidades, no son iguales entre sí, como quiera que estas últimas poseen su propio régimen legal, cumplen finalidades diferentes y gozan, naturalmente de un tratamiento especial en materia de algunos impuestos. Explica igualmente esta corporación la posibilidad de subrogación que tienen los socios por el 63 Algunas excepciones a la responsabilidad limitada son: A) Artículo 354 C.Co. Los socios responderán solidariamente por el valor atribuido a los aportes en especie. ”B) Si los aportes no son pagados en su integridad al constituirse la sociedad o cuando se aprueba un aumento de capital, los socios responden solidaria e ilimitadamente, aunque de manera subsidiaria, (art. 294 y 355 C. Co). C) Art. 357 C.Co. ”La sociedad girará bajo una denominación social o razón social, en ambos casos seguida de la palabra limitada o de su abreviatura LTDA, que de no aparecer en los estatutos, hará responsables a los asociados solidaria e ilimitadamente frente a terceros”. 64 Corte Constitucional. Sentencia de constitucionalidad C-210/00. Magistrado ponente Fabio Morón Díaz. 82 pago de estas acreencias La responsabilidad solidaria de los socios por los impuestos de la sociedad no es una carga injusta, ya que la figura de la responsabilidad tributaria, no traslada la carga tributaria a los socios, quienes, entre otras cosas, en razón de la solidaridad pueden recobrar lo pagado, subrogándose en los derechos de la Nación frente a la sociedad, hasta concurrencia de su importe, es decir, que la responsabilidad solidaria de los socios, es una regla general equitativa y justa, como quiera que la obligación fiscal, esto es, los sujetos, el hecho gravado, la base gravable y la tarifa, reposa, principalmente sobre el ente societario, como deudor tributario, de manera que, en el evento jurídico en que surja la aplicación del principio de solidaridad, el socio podría cancelar de su propio patrimonio la obligación tributaria y posteriormente subrogarse en los derechos del acreedor fiscal y naturalmente repetir contra los demás socios por la suma pagada, pues recuérdese que de la clase y naturaleza de las obligaciones solidarias está la posibilidad legal que uno de los deudores solidarios que pague al acreedor puede subrogare en los créditos que haya satisfecho para luego recuperar el mayor valor pagado de la prestación debida hasta concurrencia de su deuda65. 2.5.3 Acreedores posconcordatarios. El crédito es el móvil esencial para que el objeto primordial del concordato, cual es la recuperación de los negocios del fallido, no sea un mero planteamiento teórico, sino que pueda exteriorizarse como una verdad práctica y real. Pero debido a las dificultades económicas por las que atraviesa el concordado, no le sería fácil inyectar nuevos recursos a su empresa, si no fuese por una legislación que a su vez, proteja en exceso los créditos posconcordatarios. De esta forma se hace caso omiso al principio ”par conditio creditorum” y en tal virtud la Ley 222 dice que los gastos de administración, los de conservación de bienes del deudor y las demás obligaciones causadas durante el trámite del concordato y la ejecución del acuerdo concordatario y las calificadas como posconcordatarias, serán pagados de preferencia y no estarán sujetos al sistema que en el concordato se establezca para el pago de las demás acreencias, pudiendo los acreedores respectivos acudir a la justicia ordinaria para el cobro de los mismos (art. 147). 65 Ibid. 83 El no pago de las obligaciones posconcordatarias demuestra simplemente la incapacidad de la empresa en el desarrollo de sus negocios debiendo liquidarse, la Corte Constitucional ha dicho que cuando una sociedad en concordato deja de pagar o retrasa injustificadamente el pago de las obligaciones posconcordatarias, ello implica que los supuestos del concordato preventivo obligatorio han dejado de existir y la empresa debe ser liquidada. La Superintendencia de Sociedades tiene la facultad para convocar de oficio a la sociedad al trámite de un proceso concursal (concordato o concurso liquidatorio), lo cual determina que si esa autoridad administrativa constata que por las razones indicadas los supuestos en que se funda el concordato ya no existen, está obligada a convocar, de oficio, a la empresa al trámite de un concurso liquidatorio66. 2.5.4 Acreedores con fiducia en garantía El artículo 1226 del Código de Comercio define la fiducia mercantil como “un negocio jurídico en virtud del cual una persona, llamada fiduciante o fideicomitente, transfiere uno o más bienes especificados a otra, llamada fiduciario, quien se obliga a administrarlos o enajenarlos para cumplir una finalidad determinada por el constituyente, en provecho de éste o de un tercero llamado beneficiario o fideicomisario...". 84 Aunque la figura de la “fiducia en garantía” no se encuentra legalmente definida, la Superintendencia Bancaria la ha entendido como “aquel negocio en virtud del cual una persona transfiere de manera irrevocable la propiedad de uno o varios bienes a título de fiducia mercantil, o los entrega en encargo fiduciario irrevocable a una entidad fiduciaria, para garantizar con ellos y/o con su producto, el cumplimiento de ciertas obligaciones a su cargo y a favor de terceros, designando como beneficiario al acreedor de éstas, quien puede solicitar a la entidad fiduciaria la realización o venta de los bienes fideicomitidos para que con su producto se pague el valor de la obligación o el saldo insoluto de ella, de acuerdo con las instrucciones previstas en el contrato”67. Por su parte la Superintendencia de Sociedades en Concepto 220-75010 de 1998 enseña que del análisis de las normas que regulan la “fiducia en garantía“ se concluyen algunos de sus elementos esenciales a saber: “la transferencia de los bienes, que conlleva la pérdida de propiedad de los bienes por parte de quien los transfiere, que los mismos conforman un patrimonio autónomo diferente e independiente de los bienes de la fiduciaria y que tal transferencia tiene como finalidad el cumplimiento del objeto del contrato”. En tratándose de fiducia mercantil de garantía en los procesos concursales, la Superintendencia ha sostenido que la ejecución de dicho contrato no es legalmente posible realizarla por fuera del concurso del fiduciante a fin de obtener la satisfacción de obligaciones a cargo del concursado. Agrega esta corporación que “si bien el contrato de fiducia habilita a la sociedad fiduciaria para proceder a la enajenación del bien fideicomitido, el producido de dicha enajenación no puede ser destinado a la satisfacción de las obligaciones amparadas con los certificados de garantía, pues ello implicaría un pago por fuera de la prelación legal”68. Así, para que la 66 Corte Constitucional. Sentencia de tutela T-299/97. Magistrado ponente Eduardo Cifuentes Muñoz. 67 www.superbancaria.gov.co 68 Superintendencia de Sociedades. Auto 440-6795 de mayo 31 de 1999. 85 ejecución del contrato de fiducia no contraríe la ley, será viable enajenar los bienes objeto del mismo, siempre y cuando los pagos realizados se ajusten a la prelación de créditos. Reafirma la Superintendencia la tesis antedicha diciendo que “La autorización que solicita el peticionario, que se contrae en el fondo a que la fiduciaria pueda enajenar el bien fideicomitido, sería viable en la medida en que el producto de la enajenación no sea destinado a satisfacer las acreencias respaldadas con los certificados de garantía, pues ello generaría un pago preferencial, que no sería admisible habida consideración que la extinción de las obligaciones se debe dar con estricta sujeción a la providencia de calificación y graduación”69. El profesor Carlos E. Manrique hace un completo análisis de la “fiducia en garantía” dentro del proceso concordatario y esgrime dos teorías al respecto70: A) La primera señala que la fiducia de garantía es una garantía personal otorgada por un tercero: conforme a esto, la fiduciaria es un tercero obligado a pagar las obligaciones del deudor en concordato, “con una obligación autónoma y abstracta y por tanto el acreedor garantizado con esta modalidad, debe comportarse frente al concordato como deben hacerlo en general los acreedores con garantía personal de un tercero”71. B) La fiducia de garantía no tiene eficacia si el fideicomitente deudor es admitido al trámite de un proceso concursal: esta teoría surge de los pronunciamientos que hizo la Superintendencia de Sociedades entre 1994 y 1997 en el trámite de algunos procesos concordatarios, en especial el concordato de Acerías Paz del Río (Auto 410-3480 de 1997), el concordato de Cervecería Ancla S.A. (Auto 410-6048 de 1997 y 410-6047 del mismo año), y el concordato de Fatecolcar Ltda. (Auto 410-4253 de 1997). Conforme a lo propuesto por esta teoría de la Superintendencia el contrato de fiducia sigue vigente, los 69 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-58824 de 1999. 70 Las teorías que a continuación se señalan fueron extraídas de: MANRIQUE, Carlos E. La fiducia de garantía – Universidad de los Andes. Bogotá: Edit. Gustavo Ibáñez, 1998, p 71 a 98. 86 bienes afectos a él siguen vigentes solo que el contrato no se puede ejecutar, pues tales bienes no pueden venderse con el fin de pagar las obligaciones garantizadas. 71 Para sustentar esta teoría el autor propone seis argumentos a verificar en Ibid. p. 73 y 74. 87 3. PRINCIPIOS CONCORDATARIOS 3.1 PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD 3.1.1 Concepto. La universalidad es un principio del derecho concursal e implica la afectación de todo el patrimonio del deudor concursado para satisfacer los intereses de los acreedores vinculados al proceso, quedando exentos de dicha afectación tan solo los bienes inembargables y los derechos personalísimos e intransferibles72. A diferencia de los procesos de ejecución singular, los concursos son ejecuciones colectivas de carácter universal. Para Pajardi, entre la ejecución colectiva y la individual existen las siguientes diferencias: a. El concurso comprende todo el patrimonio del deudor; b. se desarrolla en interés de todos los acreedores; c. se aplica el principio de distribución de las pérdidas en igual medida; d. necesita una sentencia de comprobación de los presupuestos legales; e. excluye el ejercicio de acciones individuales ejecutivas; e. es comandado por un órgano judicial especial; f. se determinan todos los bienes que forman la masa activa, destinada a satisfacer a los acreedores y con la posibilidad de incrementar esa masa durante el curso del proceso73. 3.1.2 Manifestaciones del principio de universalidad. A) Manifestación subjetiva y objetiva. Según la opinión del profesor argentino García Martínez, el principio de universalidad se extiende en dos direcciones básicas: la primera es una manifestación desde el punto de vista subjetivo, integrándose con el principio de colectividad, es decir, con la participación de todos los acreedores del concursado, sin exclusiones ni excepciones, en base al concepto de 72 Al respecto Bonfanti - Garrone han indicado como “El patrimonio en su totalidad se vincula a la satisfacción de los acreedores, sin distinción entre bienes destinados al ejercicio del comercio o bienes extraños al mismo (por ejemplo, bienes suntuarios, casas, quintas, etc.), o bien en el caso de existir pluralidad de empresa”. BONFANTI - GARRONE, Op. cit., p. 48. 73 PAJARDI, Piero. Manuale di Diritto Fallimentar. Milano, Giuffrè, 1969, p. 52. 88 distribución de las pérdidas en igual medida. Lo que implica la exclusión de toda acción individual de carácter ejecutivo, y la verificación de quienes integran la masa de acreedores o la masa pasiva. La segunda, desde una óptica objetiva, hace que la universalidad permita formar la masa activa, con la integración del patrimonio del deudor; universalidad que no sólo abarca el presente, sino también el pasado y el futuro de ese patrimonio. El pasado, en cuanto se exige el reintegro de todos los bienes ocultados o enajenados indebidamente, y el futuro porque comprenderá todos los bienes que adquiera o reciba en período posterior, hasta que finalice el concurso74. B) Imposibilidad del concordado para realizar ciertos actos. La Ley 222 de 1995 en su artículo 98 busca garantizar el principio en mención al señalar que “La Superintendencia de Sociedades en la providencia que ordene la apertura del trámite del concordato deberá: 3º. - Prevenir al deudor que, sin su autorización, no podrá realizar enajenaciones que no estén comprendidas en el giro ordinario de sus negocios, ni constituir cauciones, ni hacer pagos o arreglos relacionados con sus obligaciones, ni reformas estatutarias cuando se trate de personas jurídicas”. Así pues, todos los actos que el deudor ejecute en inobservancia de la disposición serán ineficaces de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial y traerán consecuencias pecuniarias ya que la Superintendencia de Sociedades podrá imponer multas de hasta 100 salarios mínimos mensuales según lo establecido por el mismo artículo en su segundo inciso. El profesor Saúl Sotomonte Sotomonte enseña al respecto que: todas las relaciones jurídico-patrimoniales se afectan. En un mayor grado en la liquidación obligatoria, pero en el concordato, de todas maneras, se presentan 74 GARCIA MARTINEZ, Roberto. Derecho Concursal. Buenos Aires: Abeledo - Perrot, 1997, p. 38 - 39. 89 unas limitaciones como pueden ser: la imposibilidad de vender activos fijos o de hacer arreglos parciales con los acreedores sin la autorización del superintendente; la imposibilidad para quienes contrataron con el deudor en una relación de tracto sucesivo, para invocar la apertura del concordato como causal de terminación del contrato75. C) Las acciones revocatorias y el principio de universalidad Otra manifestación del principio de universalidad se expresa con las acciones dirigidas a la reconstitución del patrimonio del deudor. Estas procederán cuando el concursado ha realizado actos de enajenación en el denominado periodo de sospecha (18 meses antes a la apertura del concordato). Como se explicaba anteriormente, desde el punto de vista objetivo, la universalidad busca formar la masa activa del concurso y la integración total del patrimonio, abarcando incluso los actos pasados del deudor que hubiesen sido realizados en perjuicio de los acreedores, siendo las acciones revocatorias el camino adecuado que consigna la Ley 222 de 1995 para tal efecto. D) La conservación de la empresa y la universalidad. El proceso concordatario debe propender por equilibrar los diferentes intereses de los sujetos que participan en el mismo. Las prerrogativas dentro del proceso no solo deben dirigirse en beneficio de los acreedores sino que deberán equilibrarse a favor del deudor como sujeto primordial en el trámite concursal. Por ello el concordado, en aras de la universalidad no estará condenado a perder la disponibilidad de sus bienes “(...) a) Lo que en realidad pierde el fallido es la administración y disponibilidad de sus bienes y no la propiedad de los mismos; b) satisfechos los acreedores o concluido el concordato, el fallido es reintegrado en la posesión y disponibilidad de sus bienes”76. E) La universalidad en el proyecto de insolvencia. 75 SOTOMONTE, Op. cit., p. 523. 76 DE SEMO, G. Diritto fallimentare. Padova, 5ª ed., 1967, p. 37. 90 El proyecto de ley que actualmente cursa en el Congreso de la República consagra expresamente el principio de universalidad en los siguientes términos: “el régimen de insolvencia se aplicará con arreglo a los siguientes principios: 1. El principio de universalidad, de conformidad con el cual la totalidad de los bienes del deudor se deben vincular al procedimiento de insolvencia, procurando preservar su valor” (Art. 2). 3.2 PRINCIPIO DE COLECTIVIDAD 3.2.1 Concepto. Este principio implica que todos los acreedores deberán concurrir al proceso concursal, y en tal virtud tienen la carga de hacerse parte del mismo según los parámetros legales. Principio que encaja dentro de la lógica de los concursos y específicamente del concordato, puesto que éste no atiende a un interés particular sino al de una colectividad sin cuya comparecencia y satisfacción se dificultaría el propósito y fin del proceso cual es la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica, fuente generadora de empleo y protectora del crédito (art. 94 Ley 222/95). Como lo afirma Joaquín Garrigues: “se constituye una comunidad de pérdidas y ganancias”77. 3.2.2 Manifestaciones del principio de colectividad. A) Efectiva concurrencia de todos los acreedores al proceso. El concordato se instaura y se desarrolla en el interés de una pluralidad de acreedores. En efecto, la colectividad se debe entender de manera absoluta en el sentido de que todos los acreedores deben hacerse parte, sin excepción. En Concepto 220-44706 la Superintendencia de Sociedades enseña que: “en desarrollo del principio de colectividad, a los procesos concursales de concordato y liquidación obligatoria, deberán concurrir todos los acreedores del deudor concursado, lo cual incluye a los acreedores de obligaciones ciertas y exigibles, las sujetas a plazo o condición, así como las litigiosas”. 77 Citado por SOTOMONTE, Op. cit., p. 53. 91 B) La no concurrencia de los acreedores. Aunque la concurrencia de todos los acreedores al concordato es de suma trascendencia, no por ello se podría afirmar que la ausencia de alguno de ellos imposibilita el desarrollo del proceso concursal; en el mismo sentido se ha dicho: “el hecho de que el proceso de quiebra o convocatoria se caracterice normalmente por una pluralidad de acreedores significa que la misma implica un elemento natural de estos procesos (es normal a la gran mayoría de casos) pero no un elemento esencial”78. Como explican Bonfanti - Garrone, la universalidad no significa que todos los acreedores participen efectivamente en el proceso. Este se abre en interés de todos, pero, particularmente, por variadas razones pueden elegir la vía de la abstención. Esto se explica sobre la base del principio de la disponibilidad del derecho79. Los acreedores tienen entonces la carga de hacerse parte del concordato, más su inobservancia no imposibilita el proceso, sólo genera ciertas consecuencias legales para aquellos acreedores ausentes, en particular la prevista en el artículo 124 de la Ley 222 de 1995 a cuyo tenor: “los acreedores con o sin garantía real que no concurran oportunamente, no podrán participar en las audiencias y para hacer efectivos sus créditos sólo podrán perseguir los bienes que le queden al deudor una vez cumplido el concordato, o cuando éste se incumpla, se declare terminado y se inicie el trámite de liquidación obligatoria, salvo en audiencia preliminar o final, sean admitidos de conformidad con lo previsto en esta ley”. C) Publicidad y colectividad. Para facilitar la efectiva aplicación del principio de colectividad, no sólo se requiere de una actitud positiva de los acreedores, sino que los otros sujetos partícipes del concurso deberán también atender a ciertas actitudes. Así, uno de los requisitos formales de la solicitud de apertura del concordato, es que el deudor indique: 78 79 BONFANTI – GARRONE, Op. cit., p. 51. Ibid., p. 50. 92 una relación completa y actualizada de los acreedores, con indicación del nombre, domicilio y dirección de cada uno, cuantía y naturaleza de créditos, tasas de interés, documentos en que consten, fechas de origen y vencimiento, nombre, domicilio y dirección de la oficina o lugar de habitación de los codeudores, fiadores o avalistas. En caso de ignorar los mencionados lugares, el deudor deberá manifestarlo expresamente (num. 2b, del art. 97 Ley 222/95). Igualmente en la providencia que ordena la apertura del trámite concordatario, la Supersociedades deberá conforme a lo previsto en el artículo 98 de la Ley 222 de 1995: (...) 4º - Ordenar la notificación a los acreedores, mediante emplazamiento por medio de un edicto que se fijará al día siguiente de proferida la providencia de apertura, por el término de tres días, en la Superintendencia de Sociedades. Durante el término de fijación del edicto, éste se publicará a costa del deudor o de cualquier acreedor en un diario de amplia circulación nacional y en otro del domicilio principal del deudor si lo hubiere; y será radiodifundido en una emisora que tenga sintonía en dicho domicilio. 5º - Comunicar de inmediato la apertura del concordato a los acreedores relacionados en la solicitud y a las entidades públicas de las cuales puedan ser deudores de impuestos, tasas o contribuciones, indicándoles el término que tienen para hacerse parte. Es indispensable que el deudor y la Superintendencia cumplan estrictamente con los requisitos de información y publicidad previstos en la ley, pues a través de estos los acreedores se enteran de la iniciación del trámite concordatario. Solo así se les podrá exigir que se hagan parte del proceso. D) La colectividad en el proyecto de insolvencia. “El régimen de insolvencia se aplicará con arreglo a los siguientes principios: 2. El principio de colectividad, de conformidad con el cual la totalidad de los acreedores del deudor están sujetos al procedimiento de insolvencia”. 3.3 PRINCIPIO DE IGUALDAD 93 3.3.1 Concepto. Este principio, conocido bajo la máxima latina ´par conditio omnium creditorum´, implica que todos los acreedores partícipes del proceso deben ser tratados de manera igualitaria y homogénea, no existiendo entre ellos más prerrogativas que las otorgadas expresamente en la ley. Es de tal trascendencia el principio en mención, que la expresión ´el primero en el tiempo es primero en el derecho´ no aplica en el concordato en razón a la prioridad de la igualdad como principio. Así pues, de acuerdo con lo antedicho, podríamos afirmar que un acreedor diligente que se haya hecho parte del proceso antes que otro, no tendrá por ello ningún privilegio con respecto a éste salvo si su crédito goza de preferencia por expreso mandato legal80. Algunos autores sostienen que la igualdad de los acreedores no es un principio exclusivo del derecho concursal. Por ejemplo, Guisepe Ruisi Y Paolo Felice Censoni sostienen que la igualdad constituye un principio general de la responsabilidad, que si bien encuentra en el concurso una tutela mayor, ello se debe a los principios de unicidad y generalidad propios de éste, pero que la igualdad también recibe tutela en la ejecución individual81. 3.3.2 Manifestaciones del principio de igualdad. La igualdad, al buscar la paridad del concurso juega como un principio de moderación que regula, por un lado la relación del deudor con los acreedores, impidiendo que aquel otorgue ventajas o prerrogativas a unos en perjuicio de otros; y por el otro, la relación entre los acreedores entre sí, prohibiendo que se aventajen unos a otros dentro del trámite concordatario82. La Ley 222 de 1995 preceptúa varias expresiones de la igualdad en el concordato que entraremos ha analizar de inmediato: A) El artículo 135 en su inciso primero exige que “Las estipulaciones del acuerdo concordatario deberán tener carácter general, en forma que no quede excluido ningún 80 De manera contundente los autores Bonfanti - Garrone afirman que: “Mientras en el derecho común subsiste la regla ´prior in tempore potior in iure´ en el derecho concursal (derecho especial) rige la regla ´par conditio´ en forma absoluta”. Ibid., p. 24. 81 82 RUISI - CENSONI. Il Fallimento T.I. Torino, Utet, 1978. p. 13. GARCIA MARTINEZ, Op. cit., p. 32. 94 crédito reconocido o admitido (...)” siempre y cuando se respete la prelación de créditos establecida en la ley. B) El numeral 3º del artículo 97 que exige del deudor una relación completa y actualizada de todos y cada uno de los acreedores. Siendo que ésta es la forma en que el deudor reconoce sus obligaciones, la trasgresión a éste deber se traduciría en un trato desigual para aquellos acreedores no relacionados y por ende no reconocidos en sus respectivos derechos. C) En las órdenes contenidas en la providencia de apertura: tanto el emplazamiento como la comunicación de apertura del proceso se hace a todos y cada uno de los acreedores no a un grupo selecto de los mismos (Art. 98 de la Ley 222). D) En la imposibilidad de extinguir obligaciones de manera separada: todos los acreedores deberán someterse a las resultas del proceso concordatario, no pudiendo el deudor extinguir obligaciones anticipadamente. E) Todos los acreedores tendrán los mismos derechos procesales durante la ejecución del concordato, así, ninguno de ellos estará imposibilitado para impugnar, cuestionar u objetar las decisiones que se presenten en desarrollo del mismo. Podrán igualmente participar en forma masiva de las audiencias concordatarias83. 83 Las expresiones de igualdad en el concordato son resultado sumario del Auto - 018717 del 25 de Octubre de 2001 en el que la Superintendencia de Sociedades se refirió en forma expresa al principio de igualdad en los siguientes términos: “(....) a)”El deudor en la solicitud o demanda de concordato deberá relacionar a todos y cada uno de sus acreedores. De conformidad con el numeral 3º del artículo 97 de la ley 222/95 de 1995, es requisito de la demanda de concordato, que el deudor elabore un estado de inventario que contenga entre otros”... Una relación completa y actualizada de los acreedores", lo cual significa que todos los acreedores de un deudor que aspire a ser admitido a un concordato deberán ser relacionados por él. Esta exigencia como se verá en otro aparte de esta providencia registra una importancia mayúscula, pues equivale al reconocimiento que el deudor hace de sus obligaciones. Bajo esta premisa no puede válidamente afirmarse que el deudor pueda sustraerse de relacionar a unos acreedores, pues tal omisión comporta un trato 95 f) Se elimina la prerrogativa del artículo 27 del Decreto 350 de 1989 que le permitía al fisco hacerse parte del concordato aún hasta el momento de la audiencia preliminar, sin posibilidad de ser objetado. g) Dada la enorme importancia del principio en mención, todos los sujetos partícipes del concordato deberán velar por su estricto cumplimiento. Así entonces, el deudor no podrá desigual, que no es otro distinto al hecho de que los acreedores no relacionados no se consideran reconocidos. b) “En las órdenes contenidas en la providencia de apertura del concordato: En la providencia de apertura se condensan las características del concurso, a saber: universalidad objetiva, universalidad subjetiva o colectividad e igualdad. Por ello, se decreta el embargo de activos fijos sujetos a registro, se restringe la capacidad del deudor a operaciones que correspondan al giro ordinario de sus negocios, se emplaza a todos los acreedores del concordado y se envían comunicaciones a todos los acreedores. c)”El Emplazamiento: Esta orden no puede ser vista únicamente bajo la óptica del principio de colectividad, pues también corresponde al criterio de igualdad, como quiera que el llamamiento se hace a todos y cada uno de los acreedores y no a un grupo de ellos, con la consecuente carga de todos de comparecer al proceso. d)”Comunicación informando la apertura del proceso: Uno de los efectos de la relación de acreedores en la demanda de concordato, corresponde al envío de una comunicación en la cual se de cuenta de la iniciación del proceso y del término con que cuentan los acreedores para hacerse parte. Dicha comunicación se libra a todos los acreedores relacionados por el deudor. e)”Imposibilidad de extinguir obligaciones de manera separada: Una de las reglas en las cuales cobra mayor fuerza la igualdad, corresponde a la imposibilidad para el deudor de pagar obligaciones de manera anticipada a determinados acreedores, que no se traduce únicamente en un mecanismo de protección del deudor frente a aquellas conductas de acreedores que gozan de herramientas especiales para la satisfacción de las obligaciones (Verbi gracia compensación en cuentas corrientes bancarias), sino que garantiza la igualdad de todos los acreedores, pues el deudor no podrá favorecer a aquel acreedor que le despierte simpatías y por tanto todos los acreedores estarán sujetos a las resultas del proceso. Es tal la importancia de esta regla, que su transgresión se sanciona con ineficacia de pleno derecho y habilita un poder sancionatorio intenso por parte del Juez. f) “Derechos Procesales de los Acreedores En atención a que el llamamiento se hace a todos los acreedores, todos ellos gozan del mismo trato en el concurso, que se traduce entre otros, en el derecho a formular peticiones 96 excluir obligaciones a su cargo; los acreedores no deberán buscar arreglos extraprocesales; se abandonará la idea de pagos anticipados etc., pero será en gran medida el Juez del concurso quien tendrá a su cargo la aplicación íntegra de la igualdad: visto como está que la igualdad corresponde a una de las características o rasgos distintivos del Juez del concurso, es necesario precisar el papel del Juez frente a ella. El papel del Juez no es el de un mero espectador, sino el de garante natural, más aún si se tiene en cuenta que ella implica la no aplicación de las reglas del derecho común (V.gr. Prior in tempore prior in iure). En otras palabras, la igualdad como esencia de la concursalidad y su justificación, exige que sea asegurada con la intervención del Juez. Precisamente por ello, es que su rol cobra especial importancia, que se expresa entre otras tareas en corroborar que todos los acreedores del concursado sean llamados con el emplazamiento, que a todos los acreedores relacionados se les remita la comunicación en la que se informa de la apertura del proceso y que todos puedan válidamente ejercer sus derechos procesales84. h) El proyecto de insolvencia, consagra también el principio de igualdad en los siguientes términos: “el principio de igualdad, de conformidad con el cual debe dársele un tratamiento equitativo e imparcial a todos los acreedores situados en igual posición y que concurran al procedimiento de insolvencia, sin perjuicio de la aplicación de las reglas sobre prelación de créditos y preferencia del procedimiento de insolvencia” (Art. 2). 3.3.3 La prelación de créditos. Consignados los presupuestos básicos del principio de igualdad, restaría analizar la situación excepcional en que dicho principio no tiene aplicación debido a la prelación legal de pagos. Los artículos 2488 a 2511 del Código Civil con las derogatorias, modificaciones, subrogaciones y adiciones hechas por la Ley 165 de 1941 (art. 1º), Decreto 2737 de 1989 (art. 134), Decreto 2820 de 1974 (Art. 67 y 70) y Ley 50 de 1990 (art. 36), son el marco legal aplicable a la prelación de créditos, normas imperativas donde la autonomía de la al Juez, cuestionar las decisiones a través de impugnaciones, objetar las reclamaciones crediticias y asistir a las audiencias, entre otros (...)”. 84 Superintendencia de Sociedades. Auto 018717 del 25 Octubre de 2001. 97 voluntad privada no tiene acceso para pactar en contrario85. a) Concepto La prelación de créditos es el conjunto de normas imperativas que regulan la manera y el orden en que deben ser pagadas las distintas acreencias en cabeza de determinado deudor. Su sustento legal se deriva de lo dispuesto en los artículos 2488 y 2492 del Código Civil (en adelante C.C.) en donde se establece que el patrimonio del deudor es la prenda general de los acreedores. Estos podrán exigir la venta de los bienes del deudor hasta concurrencia de sus créditos (excluyendo los inembargables del artículo 1677 C.C.), sin perjuicio de lo dispuesto en las normas sobre prelación legal. b) La preferencia y las clases de créditos En caso de concurrencia, el C.C. divide los créditos en cinco clases, atribuyéndoles preferencia a las cuatro primeras respecto de la quinta, en la que se agrupan los créditos comunes o quirografarios cuyo pago estará sujeto a la existencia de un remanente. Según el artículo 2493 del C.C., “las causas de preferencia son el privilegio y la hipoteca”. Este artículo se deber leer en concordancia con el 2494 ibídem que señala: “gozan de privilegio los créditos de primera, segunda y cuarta clase” y el 2499 que indica: “la tercera clase de créditos comprende los hipotecarios”. En síntesis los créditos a los que la ley les atribuye preferencia son los de primeras, segundas y cuartas clase (privilegiadas) y los de tercera o hipotecarios. A) Créditos de primera clase. 85 El profesor Ospina Fernández con acierto ha dicho que: “Como se trata de una institución que rompe el principio de igualdad jurídica de los acreedores, su aplicación es restrictiva, o sea que no es aplicable sino en los casos expresamente previstos en la ley (CC, art. 2508)”, agregando luego que “es inexacto afirmar que el problema de prelación solo tiene cabida en los procesos de concurso de acreedores o de quiebra de los comerciantes. Tal cuestión puede suscitarse en un proceso singular de ejecución cuando dos a más acreedores pretenden ser pagados preferentemente con los bienes trabados en aquel”. OSPINA FERNANDEZ, Op. cit., p. 63. 98 Pertenecen a esta clase los créditos indicados en el artículo 2495 del C.C. En su respectivo orden son: 1. Subrogada. Ley 165 de 1941, Art. 1o. Ley 50 de 1990, Art. 36. Los salarios, sueldos y todas las prestaciones provenientes de contrato de trabajo: Es necesario subrayar que la Ley 50 de 1990 en su artículo 36 modificó el artículo 2495 del C.C. disponiendo que “los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios, cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales pertenecen a la primera clase que establece el artículo 2495 del Código Civil y tienen privilegio excluyente sobre todos los demás”. Queda claro entonces, que los créditos laborales están ubicados en el primer orden de la primera clase y excluyen al resto de su misma clase. 2. Las costas judiciales que se causen en el interés general de los acreedores: Las costas judiciales gozarán de preferencia siempre y cuando sean generales, o sea de provecho para todos los acreedores. Tratándose de costas judiciales individuales, es decir aquellas que cada acreedor realiza en beneficio de sus pretensiones individuales, no serán objeto de privilegio alguno86. 3. Las expensas funerales necesarias del deudor difunto: La prelación de la que goza éste crédito corresponde a consideraciones humanitarias y de salubridad. Pero se ha establecido una limitación y es que las expensas han de ser las necesarias para los funerales de un deudor en estado de insolvencia, no debiendo el acreedor cubrir los gastos de funerales extravagantes y altamente onerosos. Queda a la apreciación del Juez o de quien dirija el concurso, fijar el límite razonable de las expensas 86 Ibid., p. 65. El autor propone ciertos ejemplos que clarifican la noción de costas judiciales generales cómo lo son: “(...) gastos de las diligencias de inventarios, los honorarios de los peritos avaluadores, los gastos de los rematadores de bienes, los de las acciones reivindicatorias de bienes del deudor […]”. 99 funerales a satisfacer con ocasión de la graduación de créditos87. 4. Los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor: Prelación que se inspira igualmente por razones humanitarias. Si la enfermedad hubiere durado más de seis meses, fijará el Juez, según las circunstancias, la cantidad hasta la cual se extienda la preferencia88. 5. Los artículos necesarios de subsistencia, suministrados al deudor y a su familia durante los últimos tres meses: El texto se refiere exclusivamente a los elementos necesarios para conservar la vida y no a otros como serían el vestido o la habitación. El Juez, a petición de los acreedores, tendrá la facultad de tasar este cargo si le pareciere exagerado. De otro lado el Decreto 2737 de 1989 en su artículo 134 dispuso que los créditos por alimentos en favor de menores pertenecen a la quinta causa de los créditos de primera clase y se regulan por las normas del presente capitulo y, en lo allí no previsto, por las del Código Civil y de Procedimiento Civil. El artículo en mención no limita el privilegio a los alimentos necesarios debiéndose incluir el pago de los alimentos congruos al menor alimentario. 6. Los créditos del fisco y los de las municipalidades por impuestos fiscales o municipales devengados: La expresión fisco comprende no solamente el tesoro nacional sino que también el 87 88 Ibid., p, 65. Ibid., p, 66. 100 departamental y municipal89. Aclarando esto, podemos decir que los créditos fiscales hacen referencia a aquellos que por concepto de impuestos está debiendo el deudor en el orden nacional, departamental o municipal. Los créditos de primera clase gozan de preferencia general pudiendo hacerse efectivos preferentemente sobre todos los bienes embargables del deudor. La anterior afirmación se deduce de lo consagrado por los artículos 2496, 2498 y 2500 del Código Civil90. B) Créditos de segunda clase El artículo 2497 CC señala que a la segunda clase de créditos pertenecen los de las personas que en seguida se enumeran: El posadero sobre los efectos del deudor, introducidos por éste en la posada, mientras permanezcan en ella, y hasta concurrencia de lo que se deba por alojamiento, expensas y daños: Esta preferencia se fundamenta en la necesidad que tiene el posadero de contratar con múltiples personas cuya solvencia sólo se puede apreciar por los efectos que llevan. Así entonces, mientras el huésped no cancele las deudas que tiene con el posadero, éste podrá ser pagado con los efectos de aquel de manera preferente, privilegio que implica también un derecho de retención sobre dichos efectos. En cuanto al privilegio y derecho de retención a los que nos hemos referido, el artículo 2497 del C.C. en su ordinal 1º indica ciertos presupuestos que deberán observarse: 89 VELEZ, Fernando. Estudio sobre el derecho civil colombiano. T. IX. París: Imprenta París - América, p. 353. 90 Art. 2496 CC: “Los créditos enumerados en el artículo precedente afectan todos los bienes del deudor.” Art. 2498 CC: “Afectando a una misma especie créditos de la primera y créditos de la segunda, excluirán éstos a aquellos; pero si fueran insuficientes los demás bienes para cubrir los créditos de la primera clase tendrán estos la preferencia en cuanto al déficit y concurrirán en dicha especie”. Art. 2500 CC: “Los créditos de la primera clase no se extenderán a las fincas hipotecadas sino en el caso de no poderse cubrir en su totalidad con los otros bienes del deudor. El déficit se dividirá entonces entre las fincas hipotecadas a proporción a los valores de éstas y lo que cada uno quepa se cubrirá con ella (...)”. 101 - El crédito del posadero sólo comprende lo que corresponda al alojamiento, expensas y daños. - La preferencia sólo recae sobre los efectos que el deudor introduzca en la posada y mientras estos permanezcan en ella. El acarreador o empresario de transportes sobre los efectos acarreados que tenga en su poder o en el de sus agentes o dependientes, hasta concurrencia de lo que se deba por acarreo, expensas y daños; con tal que dichos efectos sean de la propiedad del deudor. Se presume que son de la propiedad del deudor, los efectos introducidos por él en la posada, o acarreados de su cuenta: - El crédito privilegiado del transportador únicamente comprende acarreo, expensas y daños. - La preferencia solamente recae sobre los efectos que sean del equipaje del pasajero o transportados como carga, y dura mientras el empresario o sus agentes o dependientes conserven tales efectos en su poder. 3. El acreedor prendario sobre la prenda. El contrato de prenda implica la entrega de una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de su crédito, dándole derecho de pedir que la prenda del deudor moroso se venda en pública subasta para que con el producido se pague la deuda (Arts. 2409 y 2422 CC). La prenda en el Código de Comercio (en adelante C.Co.) podrá afectar igualmente toda clase de bienes muebles (Art. 1200). A diferencia del C.C., la legislación mercantil abre la posibilidad de constituir una o más prendas sin tenencia (Art. 1200 y 1211), cosa que no sería posible dentro de la concepción clásica de nuestro ordenamiento civil. Los créditos de la segunda clase gozan de una preferencia especial, pues deben ser satisfechos preferentemente con el valor de los bienes que están de forma exclusiva afectos 102 a garantizar tal crédito. Como cada crédito versa exclusivamente sobre determinado bien, no hay dentro de los créditos de la segunda clase ningún orden de prelación en el pago como sí ocurre con los de la primera. C) Créditos de tercera clase 1. La tercera clase comprende los créditos hipotecarios (2499 CC): El artículo 2432 del Código Civil indica que la hipoteca es un derecho de prenda constituido sobre inmuebles que no dejan por eso de permanecer en poder del deudor. Al respecto es necesario precisar que esta definición no se refiere a la hipoteca como contrato sino como derecho real. En busca de una definición acertada de la hipoteca es pertinente acercarnos a lo propuesto por Henry, Léon Y Jean Mazeaud que manifiestan lo siguiente: “la hipoteca es una garantía real que, sin llevar consigo desposesión actual del propietario de un inmueble, le permite al acreedor, si no es pagado al vencimiento, el derecho de embargar y rematar ese inmueble en cualesquiera manos en que se encuentre, y el de cobrar preferencia sobre el precio”91. La hipoteca confiere en cabeza del acreedor hipotecario básicamente dos derechos; el profesor Cesar Gómez Estrada los explica diciendo92: el acreedor hipotecario es sujeto activo de dos derechos: de un derecho personal, correlativo a la obligación principal que se garantiza con la hipoteca, y de un derecho real accesorio de hipoteca. Como todo derecho implica la acción personal contra el deudor, mediante la cual puede perseguir todos los bienes de este para hacerse pagar su crédito; y de una acción real, mediante la cual puede caer únicamente sobre el bien hipotecado, para hacerlo vender y con el producto de la venta obtener el pago. Siendo esto así, es indiferente para el acreedor hipotecario preguntarse quién es el actual propietario del bien hipotecado, pues en legítimo uso de su derecho de persecución y de su 91 Citado por GOMEZ ESTRADA, Cesar. De los principales contratos civiles. Santafé de Bogotá: Editorial Temis S.A, 1999, p. 414. 92 Ibid., p. 448. 103 acción real podrá venderlo en pública subasta y pagarse el crédito insoluto. De otra parte, los créditos hipotecarios gozan de una preferencia especial, ya que esta se concreta al valor de los bienes gravados en su garantía, de tal forma que si dicho valor no alcanza a satisfacer el crédito, el saldo no tendrá preferencia y se convierte en crédito de la quinta clase: “otra de las expresiones de la igualdad se presenta cuando un crédito preferente no pueda cubrirse en su totalidad, como sucede con los créditos de privilegio especial (hipoteca o prenda), evento éste en el cual por el déficit se pasará a la quinta clase, en la que concurrirá a prorrata con los demás créditos (artículo 2510 ibídem)”93. Los créditos hipotecarios, al igual que los de segunda clase, deberán ceder a los de primera, así lo indica el artículo 2500 del CC: “los créditos de la primera clase no se extenderán a las fincas hipotecadas, sino en el caso de no poderse cubrir en su totalidad con los otros bienes del deudor”. De otro lado, frente a la hipótesis en que existan dos o más hipotecas sobre un mismo inmueble, surge un orden de prelación en el pago de los distintos créditos hipotecarios según el orden de fechas de las hipotecas. Esto por aplicación directa del principio según el cual “primero en el tiempo, primero en el derecho”. Conforme a las anteriores afirmaciones el artículo 2499 CC señala que: “a cada finca gravada con hipoteca podrá abrirse, a petición de los respectivos acreedores, o de cualquiera de ellos, un concurso particular para que se les pague inmediatamente con ella, según el orden de las fechas de sus hipotecas”. D) Créditos de la cuarta clase 1. Los del fisco contra los recaudadores, administradores y rematadores de rentas y bienes fiscales. 2. Los de los establecimientos de caridad o de educación, costeados con fondos públicos y 93 Superintendencia de Sociedades. Auto - 018717 de 25 de Octubre de 2001. 104 los del común de los corregimientos contra los recaudadores, administradores y rematadores de sus bienes y rentas. Los de los hijos de familia por los bienes de su propiedad que administra el padre sobre los bienes de éste. Los de las personas que están bajo tutela y curaduría, contra sus respectivos tutores o curadores. Al igual que los créditos de la primera clase, los de la cuarta gozan de una preferencia general sobre todos los bienes del deudor, no sobre una parte de los mismos como ocurre con los créditos de la segunda y tercera clase. El artículo 2506 dispone que las preferencias de los créditos de la cuarta clase sólo tienen lugar después de cubiertos los créditos de las tres primeras clases independientemente de la fecha de estos. En lo que concierne al orden de prelación entre los créditos de la cuarta clase, el artículo 2503 CC dispone que: “los créditos enumerados en el artículo precedente, prefieren indistintamente unos a otros según las fechas de sus causas (…)”. E) Créditos de la quinta clase La quinta y última clase comprende los bienes que no gozan de preferencia (2509 CC). Los créditos de la quinta clase no gozan de ninguna preferencia, es decir que deberán ceder a los créditos de las cuatro primeras clases. Satisfechos los créditos preferentes, se podrán hacer efectivos los de la quinta clase sobre el remanente de los bienes del deudor. Entre los créditos de la quinta clase no existe ningún orden de prelación, se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada, sin consideración a su fecha. 105 c) La prelación de créditos en el proyecto de insolvencia En relación con la prelación, plazos y condiciones en las que se pagarán tanto las acreencias anteriores a la fecha de iniciación del procedimiento de insolvencia, como las que surjan con base en lo pactado en el acuerdo, conforme al artículo 105 del proyecto, se podrán incluir algunas estipulaciones que muestran la flexibilidad del sistema. Estas son: 1. La identificación de aquellos acreedores que, durante la negociación hayan entregado nuevos recursos al deudor o que se comprometan a hacerlo en ejecución del acuerdo. La entrega de tales recursos generará a favor de tales acreedores, por ministerio de la ley, prelación respecto de las obligaciones causadas con anterioridad al inicio del procedimiento de insolvencia, consistente en compartir a prorrata el primer grado con la DIAN y demás autoridades fiscales, en la proporción que corresponda según la cuantía de tales recursos, la cual se aplicará inclusive en el evento de la quiebra del deudor. Para tal efecto, cada peso nuevo que se suministre, dará prelación a un peso de la deuda anterior. La prelación no se compartirá por el hecho de la capitalización de pasivos. 2. A favor de un acreedor externo, en proporción a su respectiva acreencia, y como contraprestación a las condonaciones, a las quitas, a los plazos de gracia, a las prórrogas, a la capitalización de pasivos, a la conversión de éstos en bonos de riesgo, o a la estipulación de cualquier otro mecanismo de subordinación de deuda, se podrán conceder las ventajas que también sean reconocidas proporcionalmente a todos los acreedores que efectúen las mismas concesiones a favor del deudor. Estas ventajas deberán ser aprobadas con el voto favorable de por lo menos el sesenta por ciento (60%) del total de los votos admisibles; y en el evento en que las mismas impliquen una modificación de la prelación consagrada en los artículos 2495 y siguientes del Código Civil y demás normas concordantes, se deberá aprobar en los términos previstos en el numeral siguiente. 3. La prelación consagrada en los artículos 2495 y siguientes del Código Civil y demás normas concordantes, podrá modificarse con el voto favorable de los acreedores afectados. Sin embargo, tal modificación no podrá recaer sobre los derechos y garantías a favor de los trabajadores, consagrados como mínimos en el Código Sustantivo del Trabajo, ni sobre las acreencias fiscales. 4. Las cláusulas pactadas para atender los pasivos contraídos frente a los administradores, los socios, los controlantes, o frente a personas jurídicas y naturales que se encuentren vinculadas al deudor, a sus socios, administradores o controlantes hasta el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad, único civil, o que tengan o hayan tenido en los tres (3) últimos años accionistas, socios, asociados, representantes o administradores comunes, no pueden conceder ninguna prelación o ventaja distinta de las previstas en este artículo que no sea aprobada con el voto unánime de los demás acreedores externos, so pena de ineficacia de pleno derecho. 106 El parágrafo primero del artículo 105 dice que: “la inclusión o el reconocimiento de prelaciones o ventajas en contravención a lo dispuesto en el presente artículo será ineficaz de pleno derecho, con excepción de los casos en que se presente la renuncia por parte de un acreedor a las ventajas en cuestión, o de su aceptación de prelaciones o ventajas equivalentes”. El segundo por su parte indica: los pagos que violen el orden establecido para el efecto en el acuerdo serán ineficaces de pleno derecho y el acreedor respectivo, además de estar obligado a restituir lo recibido con intereses de mora, será postergado en el pago de su acreencia, respecto de los acreedores restantes. En este evento, el acreedor deberá haber votado favorable o negativamente el acuerdo y, en caso contrario, deberá probarse que había sido informado previamente por el comité de vigilancia del orden de prelación establecido en el acuerdo. 107 4. DESARROLLO DEL PROCESO CONCORDATARIO 4.1 SUJETOS LEGITIMADOS PARA PEDIR LA APERTURA DEL CONCORDATO 4.1.1 El deudor a) Solicitud de proceso concordatario. El concordato tiene por objeto la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica y busca una salida idónea a la crisis del empresario que se encuentre en un momento dado ante una eventual o real cesación de pagos. Así, el proceso concordatario se halla establecido en beneficio del deudor, quien previo cumplimiento de los requisitos formales y sustanciales que la ley exige, se convierte en el principal legitimado para solicitar la apertura del mismo. En ese sentido el artículo 96 de la Ley 222/95 establece que “Cuando el deudor solicite la apertura del concordato, deberá reunir los siguientes requisitos (...)” (se subraya). En igual sentido, el artículo 97 ejúsdem señala que cuando la solicitud sea presentada por el deudor o su apoderado, deberá contener la fórmula de arreglo con sus acreedores y una memoria explicativa de las causas que lo llevaron a la crisis. Así lo ha expresado la Superintendencia de Sociedades en Circular Externa No. 008 de septiembre de 1996 explicando que “Tratándose de un concordato o acuerdo de recuperación de los negocios del deudor, el mismo puede ser solicitado por el deudor o su apoderado, quien debe acreditar su calidad de abogado. Para ello, la solicitud deberá reunir los requisitos a que se refieren los artículos 96 y 97 de la ley 222 de 1995”. b) Solicitud de acuerdo de reestructuración cuando se está adelantando proceso concordatario. Es de advertir que el empresario deudor y uno o varios acreedores externos titulares de créditos en la cuantía exigida por la ley, que estén adelantando un proceso concordatario en trámite o en ejecución del acuerdo, podrán solicitar por escrito a la Superintendencia de Sociedades acogerse a los términos para negociar y celebrar un 108 acuerdo de reestructuración. Ha dicho la Superintendencia que si la solicitud ocurre antes de la expedición de la providencia de calificación y graduación de créditos, el juez competente suspenderá el proceso para dar traslado de la petición por quince días y si no se presenta la oposición del empresario y de uno o más acreedores que por lo menos representen los créditos con los cuales se puede celebrar un concordato en la audiencia preliminar se aceptará la promoción. En cambio, si la solicitud ocurre después de expedida la providencia de calificación y graduación de créditos, y no se presenta la oposición del empresario o de uno o más acreedores externos que representen por lo menos el valor de los créditos con los cuales se puede aprobar la fórmula concordataria en la audiencia final, se iniciará la negociación de un acuerdo de reestructuración. En ambos casos, la negociación se inicia a partir de la ejecutoria de la providencia que de por terminado el trámite concordatario, la cual no admitirá recurso alguno. Una vez se da por terminado el concordato la Superintendencia procede a designar al promotor y comunicará mediante oficio a la empresa deudora y al promotor designado sobre la aceptación de la deudora a un acuerdo de reestructuración y se fija el aviso de que trata el artículo 11 de la Ley 550 de 1999. Adicionalmente dice la Superintendencia que: a- Le corresponde coordinar el trámite a la Delegatura para los Procedimientos Mercantiles, Grupo de Concordatos e Intendencias Regionales. b- El funcionario que resuelve el trámite es el Superintendente de Sociedades, el Superintendente Delegado para los Procedimientos Mercantiles y el Coordinador del Grupo de Concordatos. c- El tiempo aproximado de respuesta al trámite es 15 días hábiles, se puede extender si existen escritos presentados durante el trámite del concordato que estén pendientes de 109 resolver. d- De este tipo de trámite se gestionan al año aproximadamente 10 solicitudes94. 4.1.2 Los acreedores. La moderna empresa, cualquiera sea su actividad u objeto social, necesita para su desarrollo, desenvolvimiento y subsistencia, de la posibilidad del crédito. De esa manera, el crédito se ha convertido en el motor de la economía y el sustento necesario para la subsistencia adecuada de la empresa. Por ello, el concordato no se ha creado sólo en beneficio del fallido, sino que, en su propósito de tutelar el crédito dada su trascendencia en el campo de los negocios, se erige igualmente en beneficio de los acreedores. Esta es la principal razón para que estos también estén legitimados para solicitar la apertura del trámite concursal. A pesar de la redacción del artículo 215 de la Ley 222 de 1995 en cuya virtud “El trámite concordatario solamente podrá ser solicitado por el deudor (...)”, el parágrafo primero del artículo 97 abre la posibilidad de que el concordato sea solicitado a petición de los acreedores, señalándose un plazo no mayor a diez días para que el deudor presente los documentos e informaciones que la ley exige. Así lo expresó la Superintendencia de Sociedades en Circular externa número 008 de septiembre de 1997: “...el concordato también puede ser solicitado por un acreedor, quien deberá actuar por medio de apoderado judicial debidamente constituido, acreditando tanto su existencia y representación legal como la calidad que invoca. Cuando la acreencia esté representada en un título valor, será necesario presentar el original del mismo; en el evento de que el documento contentivo de la acreencia deba pagar impuesto de timbre será necesario acreditar tal circunstancia...” (Negrilla fuera de texto). 4.1.3 La Superintendencia de Sociedades oficiosamente. Con base en el principio de impulso oficioso del proceso concursal (explicado en capítulo anterior), la citada Superintendencia podrá convocar por sí misma y de manera autónoma al proceso de 94 Superintendencia de Sociedades. Tramites – Concordato, Solicitud de Acuerdo de reestructuración empresarial, 01/08/2001. 110 concordato, a las sociedades sometidas a su control no vigiladas por otra entidad. No obstante la inclusión en la Ley 222 de 1995 del citado artículo 215 que excluye la posibilidad de que el concordato proceda mediante una apertura oficiosa o a petición de los acreedores, el artículo 85 y el parágrafo primero del artículo 97 del mencionado estatuto reviven tales posibilidades: Art. 85 num. 7º Ley 222/95: el control consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación crítica de orden jurídico, contable, económico o administrativo de cualquier sociedad comercial no vigilada por otra superintendencia, cuando así lo determine el Superintendente de Sociedades mediante acto administrativo de carácter particular. En ejercicio del control, la Superintendencia de Sociedades tendrá, además de las facultades indicadas en los artículos anteriores, las siguientes: 7º Convocar a la sociedad al trámite de un proceso concursal (...) Par. 1º Art. 97 Ley 222/95: “cuando la solicitud no reúna los documentos o informaciones indicados en este artículo o el concordato hubiere sido abierto de oficio o a petición de un acreedor, se señalará un plazo no mayor de diez días para que se presenten dichos documentos o informaciones (Negrilla fuera del texto). En la opinión del profesor Francisco Reyes95 la apertura oficiosa del concordato es perfectamente viable; A pesar de la declaratoria de inexequibilidad de la disposición contenida en el artículo 25 del decreto 1080 de 1996, todavía resulta viable para la Superintendencia convocar de oficio a cualquiera de los procedimientos concursales previstos en la legislación. En efecto, la facultad de convocar oficiosamente al proceso concursal de liquidación obligatoria se deriva 95 REYES VILLAMIZAR, Op. cit., p. 367 y 368. 111 claramente, de lo dispuesto en el artículo 150, numeral 1º, de la Ley 222 de 1995. De igual manera, la previsión contenida en el numeral 7º del artículo 85 de la ley 222 de 1995, le permite a la referida entidad convocar a cualquier sociedad controlada al trámite de un proceso concursal. Ahora bien, aunque parecería de acuerdo con el artículo 91 de la ley, que solamente el deudor está legitimado para pedir la iniciación de un proceso concursal, es claro que parágrafo del artículo 97 del mismo estatuto confirma la posibilidad de que el concordato sea iniciado a petición de un tercero que tenga interés jurídico en ello. Lo que finalmente cabría preguntarse, sabiendo que al deudor se le imponen ciertas cargas para que su solicitud sea aceptada, es si dichos requisitos habría de verificarlos la Superintendencia de Sociedades para abrir de oficio el concordato. Al respecto el citado profesor afirma: a la luz de las consideraciones que acaban de formularse, resulta claro que aunque el artículo 96 a que se aludió anteriormente, exige imperativamente el cumplimiento de los referidos deberes de orden y publicidad (contabilidad y registro) para que una sociedad pueda ser admitida a un proceso concursal, la Superintendencia puede hacer caso omiso de tales requisitos y convocar, en forma oficiosa, al procedimiento concursal que considere aplicable, de acuerdo con su criterio96. 4.1.4 Legitimación en el proyecto de insolvencia. En el procedimiento de insolvencia se distinguen dos escenarios conforme a los cuales procede la legitimación de los interesados: a- Cuando la situación es de cesación de pagos97 la iniciación podrá ser solicitada por el 96 97 Ibid., p. 367. El proyecto define la cesación de pagos así: Se entenderá que el deudor se encuentra en situación de cesación de pagos cuando se acrediten las siguientes circunstancias: a. El incumplimiento en el pago por más de noventa (90) días de dos (2) o más obligaciones a favor de dos (2) o más acreedores, contraídas en desarrollo de su actividad, o la existencia de por lo menos dos (2) demandas de ejecución presentadas por dos (2) o más acreedores para el pago de obligaciones. En cualquier caso, el valor acumulado de las 112 respectivo deudor, por uno o varios de sus acreedores titulares de acreencias incumplidas, o solicitada de oficio por la Superintendencia que ejerza supervisión permanente sobre el respectivo deudor o empresa, en éste último caso, de conformidad con las causales previstas en la ley. b- Cuando la situación es de incapacidad de pago inminente98, la iniciación deberá ser solicitada conjuntamente por el deudor y por uno o varios acreedores externos que representen cuando menos el treinta y cinco por ciento (35%) del pasivo externo del deudor (Art. 17). Creemos pertinente que la ley de insolvencia defina la situación de cesación de pagos o de incapacidad de pago inminente, mención que no existe en el proceso concordatario pues el legislador se limitó a decir que los supuestos para la iniciación de un trámite concursal son las graves y serias dificultades del deudor para el pago oportuno de sus obligaciones o el temor razonable de llegar a ello. Un concepto claro acerca del sobreseimiento o de la potencialidad de sobreseimiento ayuda en el campo interpretativo y sistemático de la ley, y colabora para fijar situaciones de procedibilidad o legitimación para la solicitud, como es lo preceptuado en los artículos 16 y 17 del proyecto. obligaciones en cuestión deberá representar no menos del quince por ciento (15%) del pasivo a cargo del deudor a la fecha de los estados financieros de la solicitud. b. Que la generación neta de efectivo, tomada del estado de flujos de efectivo presentado con la solicitud, sea inferior al total de las obligaciones a cargo del deudor cuyo vencimiento haya superado los noventa (90) días o al total del valor de las demandas de ejecución, según el caso. (art. 13 numeral 1º). 98 Incapacidad de pago inminente. Se entenderá que el deudor persona jurídica se encuentra en situación de incapacidad de pago inminente, aun sin encontrarse en estado de cesación de pagos, cuando se prevea o se acredite la existencia de circunstancias en el respectivo mercado o al interior de la organización o estructura del respectivo deudor persona jurídica, que estén afectando o que se estime razonablemente que puedan afectar en forma grave el cumplimiento normal de sus obligaciones con un vencimiento igual o inferior a un año. (artículo 13 numeral 2º) 113 4.2 REQUISITOS DE LA SOLICITUD DE CONCORDATO La ley prevé ciertos requisitos para que proceda la solicitud de concordato presentada por el deudor. Estos requisitos se han clasificado en sustanciales y formales de acuerdo a lo establecido por los artículos 96 y 97 de la Ley 222 de 1995. Aun cuando los requisitos de la solicitud de concordato están claramente señalados por el referido estatuto, un análisis pormenorizado del asunto nos lleva a concluir que no son los únicos. Es por eso, que para hacer una enunciación adecuada de los requisitos para que proceda el concordato, los hemos clasificado en especiales, sustanciales y formales. 4.2.1 Requisitos Especiales. A) La cesación de pagos. Lo que el legislador ha denominado como supuestos que la autoridad competente ha de revisar para aprobar la solicitud del trámite concursal, no son más que ciertos requisitos que el fallido ha de comprobar para ser aceptado en el concordato. Estos son: a´. Sobreseimiento: que el deudor se encuentre en graves y serias dificultades para el cumplimiento oportuno de sus obligaciones. a´´. Si se teme razonablemente que llegue a una situación de sobreseimiento (Art. 91, Ley 222/95)99. Estos presupuestos son sendos requisitos que el deudor ha de manifestar y comprobar en la solicitud de concordato, pues siendo éste un proceso concursal que busca la recuperación de la empresa y el salvamento a la crisis del deudor, mal podría proceder una solicitud en la cual no se demostrase la cesación de pagos del fallido, que de proceder, sería contraria a la naturaleza y finalidad del concordato y desgastaría a la administración estatal mediante la 99 El legislador quiso que además a estos dos supuestos hubiese uno adicional que se refería al incumplimiento en el pago de las obligaciones de contenido patrimonial por parte del deudor por un término no inferior a 180 días. Esta disposición no se encuentra en el artículo 91 de la Ley 222 debido a una objeción presidencial, lo que se tradujo en que el numeral 2º del citado artículo hablase de ´dos situaciones anteriores´ cuando realmente hay una que es la contenida en el numeral 1º del mismo artículo. El texto de la objeción se encuentra en Gaceta del Congreso, no. 5, año IV, 22 de Septiembre de 1995, p. 6 y 7. 114 tramitación de un proceso injustificado, “(...) así el estado de cesación de pagos es, objetivamente hablando, el fundamento mismo para que pueda iniciarse, abrirse y aún existir como tal, un proceso concursal”. Bonfanti - Garrone explican la cesación de pagos como presupuesto objetivo para la procedencia de cualquier proceso concursal, idea que compartimos y analizaremos a la luz del concordato. El autor arguye que cuando el incumplimiento sobrepasa el carácter de tal y asume caracteres más gravosos propios del estado de cesación de pagos, podrá promoverse el proceso concursal, en nuestro caso el concordato. El incumplimiento en sí mismo legitima solo y normalmente la ejecución ordinaria. Respecto del presupuesto de cesación de pagos el incumplimiento puede significar un hecho indiciario de tal estado, que dependiendo de su magnitud puede revelar el estado de cesación de pagos y éste legitima el proceso concursal. Debe quedar claro que puede mediar incumplimiento y hasta incumplimientos sin que haya cesación de pagos, ”lo que constituye un todo complejo, una situación de hecho, económica, que puede tener otros hechos o circunstancias indiciarias además del incumplimiento de las obligaciones normalmente dinerarias”100.Ya que el estado de cesación de pagos puede ser considerado como un concepto que aunque complejo, es autónomo, es preciso considerarlo como un requisito propio para que proceda la solicitud al proceso concursal concordatario, pues no sólo es presupuesto exclusivo de este, sino que como tal ha de verificarse en la solicitud que presenta el deudor. Yaradola, sintetiza dos clases de desequilibrios perfectamente diferenciables: el aritmético (o déficit), activo inferior al pasivo y el económico, cuando no hay ajuste entre las obligaciones de atender y los valores realizados. Cesación de pagos es el nombre que se dio en su origen a la insolvencia del comerciante, y también es un estado del patrimonio que produce como efecto propio e ineludible el incumplimiento de obligaciones101. Sin 100 BONFANTI – GARRONE, Op. cit., p. 32. 101 YARADOLA, M. El concepto técnico - jurídico de cesación de pagos. En: Estudios en homenaje a Yaradola, Córdoba, 1963, p. 211. 115 embargo, parte de la doctrina sostiene que para llegar al estado de cesación de pagos debe descartarse el desequilibrio aritmético entre el activo y el pasivo, debiendo tomarse en cuenta tan sólo el desequilibrio económico, es decir, la impotencia del fallido para hacer frente a sus obligaciones. Otro sector piensa en cambio, que basta con comprobar el desequilibrio en el patrimonio del deudor para estar frente a una real cesación de pagos102. Nosotros pensamos que lo importante es el cumplimiento estricto y puntual de las obligaciones por parte del deudor. Sin entrar a clasificar el estado de cesación de pagos en su contenido aritmético o económico, creemos que cuando el incumplimiento obligacional por parte del deudor desprotege gravemente el crédito, bien mediante la reducción de la prenda general, bien por otras circunstancias, se está frente al estado de cesación de pagos como concepto individual y requisito para que proceda el concordato. Por eso, los hechos reveladores del estado de cesación de pagos deben apreciarse en cada caso, teniendo en cuenta la situación particular del deudor y determinar si amerita o no un tratamiento especial como lo es el concordato103. B) La iniciación del trámite concordatario podrá ser solicitada por comerciantes o por no comerciantes. El no ser comerciante, no es argumento válido para que no proceda la solicitud de apertura del proceso concursal. En efecto, la Superintendencia de Sociedades será competente para conocer de los procesos concursales de todas las personas jurídicas, llámense sociedades mercantiles o civiles, cooperativas, corporaciones, fundaciones o sucursales extranjeras, siempre que no estén sujetas a un régimen especial de liquidación o intervención; mientras que los jueces civiles del circuito tramitarán los procedimientos concursales de las personas naturales (art. 90 Ley 222/95). Esto significa, que aunque la competencia es diferente según se trate de personas jurídicas o naturales, tanto comerciantes como no comerciantes tienen la facultad de solicitar la 102 FERNANDEZ, R.L. Fundamentos de la quiebra. Buenos Aires: 1937, p. 20-21. Como analizamos anteriormente, la discusión acerca de qué se entiende por cesación de pagos, podría quedar resuelto con lo consignado en el proyecto de insolvencia que define el hecho y lo relaciona con circunstancias objetivas e inequívocas. 103 116 apertura del concordato. En materia de sociedades, la disposición a analizar es la que alude a la unificación de las sociedades civiles y mercantiles. El artículo 1º de la Ley 222 de 1995, dispone que cualquiera que sea su objeto, las sociedades comerciales y civiles estarán sujetas, para todos los efectos legales, a la legislación mercantil. Aunque el proyecto inicial en su artículo 4º disponía perentoriamente que todas las sociedades serían de naturaleza comercial, rompiendo con el criterio objetivo o del acto de comercio contenido en los artículos 10 y 20 del Código de Comercio; el texto finalmente aprobado mantuvo la definición contenida en el artículo 100 del mismo estatuto, en el sentido de que el objeto social determina la naturaleza de la compañía. De forma tal, que las sociedades que se dediquen a la realización de actos de comercio o las que contemplen actividades mixtas, seguirán considerándose compañías comerciales; las demás serán civiles. La referida diferenciación tiene pocos efectos prácticos, a menos que futuras normas legales determinen regímenes distintos para las sociedades según su naturaleza, por el momento la asimilación legal implica que unas y otras están sujetas a un régimen legal uniforme. En adelante podría afirmarse que las sociedades de objeto civil existen teóricamente, pero son comerciantes por asimilación legal104. El ser comerciante ya no es un estatus que otorgue prerrogativas o que imponga obligaciones exclusivas. La asimilación del artículo 1º de la Ley 222 de 1995 trata igualitariamente al comerciante y al no comerciante, estando ambos sujetos a todo el régimen mercantil, teniendo, las sociedades civiles v.gr. que cumplir con las obligaciones y deberes del comerciante que indica el art. 19 del C. Co., pero también gozando de beneficios tales como poder solicitar la apertura del concordato. C) La exigencia consistente en el cumplimiento de concordatos celebrados anteriormente como requisito sustancial para la admisión al proceso, aunque no está expresamente 117 señalada en el artículo 96 de la ley 222 de 1995, no fue modificada por este estatuto. Este requisito subsiste bajo el artículo 99 ibídem, en cuanto expresa que a partir de la providencia de apertura no podrá admitirse solicitud en igual sentido. El artículo 149 del Código de Procedimiento Civil indica que el Juez debe declarar la nulidad cuando la demanda se tramite por proceso distinto al que corresponde. Por ello, si la Superintendencia de Sociedades o el Juez comprueban la existencia concurrente de un concordato con la solicitud, deberán abstenerse de admitir esta última, pues de hacer lo contrario, cualquier interesado podrá pedir que se decrete la nulidad de lo actuado en alguno de los dos procesos105. 4.2.2 Requisitos sustanciales. En palabras de Montoya Gil, se consideran requisitos de fondo o sustanciales para provocar el concordato aquellas exigencias que dicen relación a las condiciones del sujeto legitimado para promoverlo (el deudor en este caso) y a las que tocan con el objeto mismo del acuerdo106. Tales requisitos son precisamente, los señalados en el artículo 96 de la Ley 222 de 1995, a saber: A) No estar sujeto al régimen de liquidación forzosa, ni a otro especial. Es decir que la compañía que solicite el concordato no debe estar sometida a ningún tipo de proceso concursal especial, llámese liquidación forzosa, toma de posesión o acuerdos de reestructuración (Ley 550/99). Es así, como el procedimiento concursal tiene un carácter residual en tanto que opera solamente en los casos para los cuales la ley no ha establecido un procedimiento específico. B) Haber obtenido autorización del máximo órgano social, salvo que los estatutos dispongan otra cosa. En palabras de José Ignacio Narváez, en el máximo órgano social se forma y manifiesta la voluntad colectiva o social, en ejercicio de los poderes que le confiere la ley y las cláusulas 104 REYES, Op. cit., p. 29 y 30. Ibid., p. 367. 106 MONTOYA GIL, Op. cit., p. 38. 105 118 estatutarias. La Asamblea General o la Junta de Socios tiene a su cargo la dirección suprema de la vida social que incumbe a todos los asociados, mediante actos de deliberación y decisión llevados a cabo en reuniones conjuntas. En ella reside la máxima facultad directiva y de inspección de las actividades sociales, y es soberana para acordar las determinaciones que procuren la realización del objeto social. Tal órgano de dirección ejerce - entre otras atribuciones - las de examinar la situación económica, financiera, administrativa y contable de la compañía; trazar la política general dentro de las cuales han de actuar los administradores; acordar las providencias tendientes al logro de los fines sociales y las demás que se requieran en procura del éxito de las actividades empresariales. Por eso, es el máximo órgano social el que ha de autorizar la solicitud de concordato, recordando que la disposición que así lo ordena es supletiva, por lo que en los estatutos se puede pactar en contrario107. La Superintendencia de Sociedades se ha referido al tema diciendo que Cuando la solicitud sea formulada por la deudora, deberá acompañarse copia del acta contentiva de la reunión del máximo órgano social, en la cual conste la decisión de autorizar al representante legal para solicitar el concordato. En caso de que se trate de decisión de junta directiva o que directamente la presente el representante legal por estar expresamente facultado para ello, se deberá acompañar copia del acta respectiva y de los estatutos108. C) Estar cumpliendo con sus obligaciones en cuanto al registro mercantil y la contabilidad de sus negocios y cualquier otra formalidad que señale la ley. Como hemos explicado anteriormente, no debe existir duda alguna respecto al carácter unificador introducido por el artículo 1º de la Ley 222 de 1995, cuyo efecto fundamental consiste en la sujeción a los mismos derechos y deberes por parte de las sociedades mercantiles y civiles. La sujeción a la que se refiere este precepto, es, a diferencia de lo que 107 NARVAEZ, José Ignacio. Teoría General de las Sociedades. Bogotá: Legis, 1998, p. 285 108 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 6 del 7 de septiembre de l 996. Citado por REYES, Op. cit., p. 366. 119 ocurría con la norma derogada, para todos los efectos legales. Lo que significa que los deberes profesionales contenidos en el artículo 19 del Código de Comercio serán aplicables indistintamente a las sociedades civiles y comerciales. El concordato es entonces, un beneficio del que potencialmente puede gozar el empresario juicioso que cumple a cabalidad con las obligaciones que la ley le impone. Basta entrar a analizar los deberes del comerciante enumerados en el artículo 19 ibídem, que son los que en principio debe demostrar el fallido para que su solicitud sea aprobada. Estos son: c.1 Matricularse en el registro mercantil. Según el profesor Gabino Pinzón, la obligación que tienen los comerciantes de matricularse en el registro mercantil constituye una reminiscencia del antiguo sistema subjetivo, aunque, como es obvio, dentro del sistema objetivo adoptado por el Código de Comercio colombiano esta matrícula no otorga el carácter profesional de comerciante, sino que es consecuencia de tal calidad109. El artículo 28 del mismo estatuto contiene la obligación de la matrícula al señalar que deberán inscribirse en el registro mercantil “las personas que ejerzan profesionalmente el comercio y sus auxiliares, tales como los comisionistas, corredores, agentes, representantes de firmas nacionales o extrajeras (...)” Las personas naturales deberán presentar la solicitud de matrícula dentro del mes siguiente a la fecha en que empezó a ejercer el comercio o en que la sucursal o el establecimiento de comercio fue abierto (art. 31 C.Co.). Es sabido que el contrato de sociedades deberá elevarse a escritura pública, momento a 109 Citado por MADRIÑAN DE LA TORRE. Principios de Derecho Comercial. Octava ed. Bogotá: Temis, 2000, p. 97. 120 partir del cual se considera personificada jurídicamente la sociedad, dando lugar al correlativo beneficio de la separación patrimonial y al consecuente límite cuantitativo en el riesgo asumido por los asociados que lo suscribieron. Pues bien, aunque basta elevar el contrato de sociedad a escritura pública para que la sociedad se encuentre legalmente constituida, es necesario que se inscriba en el registro mercantil para efectos de oponibilidad. Cuando la sociedad no se inscribe en el registro mercantil será una sociedad irregular, y cuando ni siquiera se constituye por escritura pública será una sociedad de hecho. La sociedad irregular será inoponible a terceros; en la de hecho además, al no ser persona jurídica, no nace la separación patrimonial entre los socios y la sociedad, por lo que los primeros responderán solidaria, ilimitada y directamente por las operaciones celebradas. De lo anterior se colige que las sociedades irregulares y las de hecho no pueden solicitar la apertura del proceso concordatario. Por último, aunque hemos sido reiterativos en señalar las consecuencias prácticas de la unificación de las sociedades civiles y mercantiles, lo que conllevaría a que las primeras solamente podrían solicitar la apertura del concordato cuando estuviesen inscritas en el registro mercantil, la Superintendencia de Sociedades en contraposición a lo planteado ha dicho que En relación con el registro mercantil, advierte la Superintendencia que tal requisito sólo puede ser exigido respecto de aquellas personas que tengan la condición de comerciantes y deberá ser demostrado con la certificación que expida la Cámara de Comercio del domicilio principal del deudor. Las personas jurídicas que no sean comerciantes, deberán acreditar que le están dando cumplimiento a la obligación de llevar la contabilidad regular de sus negocios (…)110. c.2. Inscribir en el registro mercantil todos los actos, libros y documentos respecto de los cuales la ley exija esa formalidad. Los comerciantes deben llevar cuenta y razón de todas las operaciones tanto mercantiles 121 como civiles que afectan su patrimonio. La publicidad que se le da a esta información interesa no solo al propio comerciante, sino también a terceros y al Estado. Para Madriñan de la Torre, del texto de la norma no se deduce el carácter profesional de la obligación. De él aparece muy claro que la inscripción a que alude la norma se deriva autónomamente de normas expresas, habiendo muchos actos y documentos en los cuales intervienen personas no comerciantes y que, sin embargo, deben registrarse. Al no ser estrictamente una obligación profesional, y al suplirse algunos de los fines pretendidos en virtud de exigencias de otras normas, debe concluirse su inutilidad en el artículo 19111. El requisito sustancial para solicitar la apertura del concordato se limita a decir que el deudor debe “estar cumpliendo con sus obligaciones en cuanto al registro mercantil (…)”, sin especificar cuáles obligaciones en concreto debe estar cumpliendo. Por eso creemos que la solicitud que presenta el deudor debe ir acompañada de la prueba que certifique que está cumpliendo con esta obligación, sin importar si es o no comerciante. c.3. Llevar contabilidad regular de sus negocios conforme a las prescripciones legales. Los comerciantes deben organizada y periódicamente, llevar cuenta y razón de sus negocios. Esta simple consideración sugiere para el comerciante la necesidad de la contabilidad mercantil, pues gracias a la forma en que la lleve estará en posibilidad de conocer el estado de sus negocios y los resultados del mismo. Así, en caso de concordato o cualquier evento de liquidación patrimonial, la contabilidad es elemento insustituible en la reconstrucción de los activos y pasivos; para el Estado la contabilidad es fuente de información valiosísima en el adecuado ejercicio de su función fiscal, en la determinación de las cargas impositivas que debe soportar el comerciante, y es instrumento imprescindible en el cabal desarrollo de sus funciones de inspección, vigilancia y dirección de la economía112. 110 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 6, del 7 de septiembre de 1996. MADRIÑAN, Op. cit., p. 101. 112 Ibid., p. 137. 111 122 La Superintendencia de Sociedades ha sido clara en manifestar que esta obligación se extiende a las personas jurídicas no comerciantes para efectos de que su solicitud sea aprobada “las personas jurídicas que no sean comerciantes, deberán acreditar que le están dando cumplimiento a la obligación de llevar la contabilidad regular de sus negocios, lo cual supone que la llevan al día, en idioma español, por partida doble, sin borrones, tachaduras o enmiendas, y con apoyo en comprobantes y soportes contables”113. Igualmente esta entidad se ha referido a la obligación de la compañía y del Gerente de contratar personas idóneas en la consolidación de estados financieros, dando lugar a la culpa in eligendo cuando por culpa del funcionario no se presentan oportunamente. La obligación de llevar contabilidad es de la compañía y a todo Gerente corresponde tomar las decisiones que garanticen el adecuado funcionamiento de la sociedad que administra y jamás puede ella excusar sus negligencias alegando que terceras personas no satisfacen sus requerimientos; por tanto no puede el representante legal de una compañía justificar la omisión de remitir oportunamente los estados financieros a esta entidad, aduciendo que el contador público de la compañía no le hizo entrega de los balances respectivos. En efecto, la obligación de llevar contabilidad regular de los negocios es carga que soportan todas las sociedades comerciales, sin excepción alguna, y los gerentes deben preocuparse porque esta obligación se satisfaga no tanto para agradar a las oficinas públicas que ejercen inspección y vigilancia sino principalmente para facilitar a los socios de estas compañías el conocimiento y comprensión de los negocios de las compañías en las que ellos participan. Así las cosas, la escogencia de un contador irresponsable es yerro de quien seleccionó para tal servicio a quien no era idóneo para prestarlo y si la selección la hizo el Director de Recursos Humanos, el Gerente de la compañía, la Junta de Socios, el Subgerente Financiero, o cualquiera otro funcionario, ello no es argumento para justificar que la sociedad mal atendida carezca de contabilidad y de los estados financieros que resultan de ella. Tanto el derecho privado como el derecho público han desarrollado la teoría de la “culpa in eligendo", para comprender dentro de tal enunciado 113 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 6, del 7 de septiembre de 1996. 123 todos los casos en que el nominador llama a su servicio a hombres o profesionales ineptos o irresponsables, quienes por ser tales causan -por acción o por omisión- daños patrimoniales a las compañías a las que sirven. En estos casos tanto la doctrina como la jurisprudencia han sido enérgicas en advertir que por los daños causados responde la persona jurídica y en algunos eventos el nominador o el elector del funcionario irresponsable. Lo dicho no podría ser de otra manera porque si se llegara a aceptar que los gerentes o las juntas de socios tienen el derecho a escoger malos funcionarios y de allí resultara que la sociedad incurre en errores contables, tributarios o financieros y ante tales fracasos o dificultades las juntas directivas, los gerentes y las mismas compañías se excusan diciendo que nadie tuvo culpa por la indebida elección y que la responsabilidad no es institucional sino personal, con semejante desgreño en lugar de promover la administración austera de las sociedades se estimularía la administración irresponsable. Si lo dicho no fuera cierto, en favor de la teoría esgrimida debe observarse que los gerentes, las juntas directivas y las juntas de socios están obligados a desarrollar, cada uno por separado, e independientemente de los demás, los esfuerzos que les permitan ejercer una veeduría o seguimiento constante y razonable de los negocios y deberes sociales. Con lo dicho, la Superintendencia quiere precisar que cuando un contador público, un gerente o un revisor fiscal no cumple los deberes que le corresponden, el órgano social competente está obligado a tomar a la mayor brevedad posible las medidas que de manera oportuna y eficiente permitan corregir el defecto que han identificado. De allí resulta que cuando los gerentes, las juntas directivas o juntas de socios saben que el contador, el gerente financiero, el director de personal o recursos humanos, el jefe de la bodega o el 124 almacén o cualquier otro funcionario de cualquier jerarquía, están obrando de manera inaceptable, están obligados a tomar las medidas que permitan conjurar el defecto y en caso de no obrar con rapidez y energía que estos asuntos reclaman exponen a la sociedad a recibir penas como las que la Superintendencia ha impuesto cuando a ello hay lugar y con las cuales antes de empobrecer a la compañía, quiere promover en ella y en sus administradores y socios un compromiso de gestión que esta Superintendencia echa de menos, porque en ninguna compañía es aceptable que el contador se abstenga de preparar los estados financieros, y que este defecto persista a tal extremo que al cierre del fin de ejercicio no sea posible conocer la situación financiera y patrimonial de la compañía114. c.4. Conservar, con arreglo a la ley, la correspondencia y demás documentos relacionados con sus negocios o actividades. El comerciante deberá dejar copia fiel de la correspondencia que dirija en relación con los negocios, por cualquier medio que asegure la exactitud y duración de la copia. Asimismo, conservará la correspondencia que reciba en relación con sus actividades comerciales, con anotación de la fecha de contestación o de no haberse dado respuesta. (Art. 54 C.Co.) c. 5. Abstenerse de ejecutar actos de competencia desleal. El comerciante está obligado a ajustar ciertas conductas, con el objeto de garantizar la libre y leal competencia en el mercado que es por esencia competitivo y en ocasión a la aplicación del principio de la buena fe comercial. La ley 256 de 1996 regula la materia mediante prohibiciones de actos y conductas de competencia desleal115. El ámbito de aplicación de la ley cobija tanto a los comerciantes como a cualesquiera otros participantes en el mercado, lo que implica que unos y otros debe observar y cumplir las normas sobre competencia desleal para ser aceptados en el concordato. 114 Resoluciones 630-2149 de 1996, Resolución 360251 de 1997, Boletín jurídico 03/10/1997. 115 Estos actos se encuentran descritos en los artículos 7º a 19 de la Ley 256 de 1996. 125 La ley 256 de 1996 establece una cláusula general de competencia desleal según la cual: quedan prohibidos los actos de competencia desleal. Los participantes en el mercado deben respetar en todas sus actuaciones el principio de la buena fe comercial. En concordancia con lo establecido por el numeral 2o. Del artículo 10 bis del Convenio de Paris, aprobado mediante Ley 178 de 1994, se considera que constituye competencia desleal, todo acto o hecho que se realice en el mercado con fines concurrenciales, cuando resulte contrario a las sanas costumbres mercantiles, al principio de la buena fe comercial, a los usos honestos en materia industrial o comercial, o bien cuando esté encaminado a afectar o afecte la libertad de decisión del comprador o consumidor, o el funcionamiento concurrencial del mercado (Art. 7º). Así mismo consagra unos actos especiales de competencia desleal que se pueden sintetizar en: a- Actos de desviación de la clientela: se considera desleal toda conducta que tenga como objetivo o como efecto desviar la clientela de la actividad, prestaciones mercantiles o establecimientos ajenos, siempre que sea contraria a las sanas costumbres mercantiles o a los usos honestos en materia industrial o comercial (Art. 8). b- Actos de desorganización: se considera desleal toda conducta que tenga por objeto o como efecto desorganizar internamente la empresa, las prestaciones mercantiles o el establecimiento ajeno (Art. 9º). c- Actos de confusión: en concordancia con lo establecido por el punto 1 del numeral 3o del articulo 10 bis del Convenio de Paris, aprobado mediante ley 178 de 1994, se considera desleal toda conducta que tenga por objeto o como efecto crear confusión con la actividad, las prestaciones mercantiles o el establecimiento ajenos (Art. 10). d- Actos de engaño: en concordancia por lo establecido por el punto 3 del numeral 3o del 126 artículo 10 bis del Convenio de Paris, aprobado mediante Ley 178 de 1994, se considera desleal toda conducta que tenga por objeto o como efecto inducir al público a error sobre la actividad, las prestaciones mercantiles o el establecimiento ajenos. Se presume desleal la utilización o difusión de indicaciones o aseveraciones incorrectas o falsas, la omisión de las verdaderas y cualquier otro tipo de práctica que, por las circunstancias en que tenga lugar, sea susceptible de inducir a error a las personas a las que se dirige o alcanza sobre la actividad, las prestaciones mercantiles o el establecimiento ajenos, así como sobre la naturaleza, el modo de fabricación, las características, la aptitud en el empleo o la cantidad de los productos (Art. 11). e- Actos de descrédito: en concordancia con lo establecido por el punto 2 del numeral 3o del articulo 10 bis del Convenio de Paris, aprobado mediante Ley 178 de 1994, se considera desleal la utilización o difusión de indicaciones o aseveraciones incorrectas o falsas, la omisión de las verdaderas y cualquier otro tipo de práctica que tenga por objeto o como efecto desacreditar la actividad, las prestaciones, el establecimiento o las relaciones mercantiles de un tercero, a no ser que sean exactas, verdaderas y pertinentes (Art. 12). f- Actos de comparación: sin perjuicio de lo establecido en los artículos 11 y 13 de esta ley, se considera desleal la comparación pública de la actividad, las prestaciones mercantiles o el establecimiento propios o ajenos con los de un tercero, cuando dicha comparación utilice indicaciones o aseveraciones incorrectas o falsas, u omita las verdaderas. Así mismo, se considera desleal toda comparación que se refiera a extremos que no sean análogos, ni comprobables (Art. 13). g- Actos de imitación: la imitación de prestaciones mercantiles e iniciativas empresariales ajenas es libre, salvo que estén amparadas por la ley. No obstante, la imitación exacta y minuciosa de las prestaciones de un tercero se considerará desleal cuando genere confusión acerca de la procedencia empresarial de la 127 prestación o comporte un aprovechamiento indebido de la reputación ajena. La inevitable existencia de los indicados riesgos de confusión o de aprovechamiento de la reputación ajena excluye la deslealtad de la práctica. También se considerará desleal la imitación sistemática de las prestaciones e iniciativas empresariales de un competidor cuando dicha estrategia se halle encaminada a impedir u obstaculice su afirmación en el mercado y exceda de lo que según las circunstancias, pueda reputarse como una respuesta natural del mercado (Art. 14). h- Explotación de la reputación ajena: se considera desleal el aprovechamiento en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la reputación industrial, comercial o profesional adquirida por otro en el mercado. Sin perjuicio de lo dispuesto en el Código Penal y en los tratados internacionales, se considerará desleal el empleo no autorizado de signos distintivos o de denominaciones de origen falsas o engañosas aunque estén acompañadas de la indicación a cerca de la verdadera procedencia del producto o de expresiones tales como ”modelo", ”sistema", "tipo", ”clase", ”género", ”manera", ”imitación", y similares (Art. 15) i- Violación de secretos: se considera desleal la divulgación o exportación, sin autorización de su titular, de secretos industriales o de cualquiera otra clase de secretos empresariales a los que haya tenido acceso legítimamente pero con deber de reserva, o ilegítimamente, a consecuencia de algunas de las conductas previstas en el inciso siguiente o en el articulo 18 de esta ley. Tendrá así mismo la consideración de desleal, la adquisición de secretos por medio de espionaje o procedimientos análogos, sin perjuicio de las sanciones que otras normas establezcan. 128 Las acciones referentes a la violación de secretos procederán sin que para ello sea preciso que concurran los requisitos a que hace referencia el artículo de esta ley (Art. 16). j- Inducción a la ruptura contractual: se considera desleal la inducción a trabajadores, proveedores, clientes y demás obligados, a infringir los deberes contractuales básicos que han contraído con los competidores. La inducción a la terminación regular de un contrato o el aprovechamiento en beneficio propio o ajeno de una infracción contractual ajena sólo se califica como desleal cuando, siendo conocida, tenga por objeto la expansión de un sector industrial o empresarial o vaya acompañada de circunstancias tales como el engaño, la intención de eliminar a un competidor del mercado u otros análogos (Art. 17). k- Violación de normas: se considera desleal la efectiva realización en el mercado de una ventaja competitiva adquirida frente a sus competidores mediante la infracción de una norma jurídica. La ventaja ha de ser significativa (Art. 18). l- Pactos desleales de exclusividad: se considera desleal pactar en los contratos de suministro cláusulas de exclusividad, cuando dichas cláusulas tengan por objeto o como efecto, restringir el acceso de los competidores al mercado, o monopolizar la distribución de productos o servicios, excepto las industrias licoreras mientras estas sean propiedad de los entes territoriales (Art. 19). 4.2.3 Requisitos formales. Los requisitos formales son, a diferencia de los sustanciales, ciertos documentos que permiten tanto al conductor del proceso como a los terceros interesados, conocer la información suficiente sobre el estado de los negocios del deudor y las causas que lo llevaron al estado de cesación de pagos. Los requisitos de forma, a los cuales debe ajustarse la petición o proposición del concordato, están previstos en el artículo 91 de la Ley 222 de 1995. Estos son: 129 A) Una fórmula de arreglo con sus acreedores y una memoria explicativa de las causas que lo llevaron a la crisis. B) Documento que acredite la existencia, representación legal y domicilio de la sociedad. Para ello la solicitud de concordato debe ir acompañada de la escritura de constitución de la sociedad o de la compañía con sus reformas correspondientes elevada ante la notaria respectiva y, el Certificado de existencia y representación legal que expide la Cámara de Comercio y que acredita los presupuestos exigidos en el presente numeral. No sobra recordar que el domicilio de una sociedad es la circunscripción territorial pactada en los estatutos, en donde los socios están llamados a ejercer sus derechos, así los órganos de administración y la misma sede social se encuentren en lugares diferentes116. Lo imperativo es que el órgano de dirección de la sociedad celebre las reuniones en el domicilio estatutario. Otros derechos individuales del socio o accionista tales como el ejercicio del derecho de fiscalización individual o del cobro periódico de las utilidades decretadas por la sociedad, se ejercen también en el domicilio social117. La ley permite de manera excepcional, que las deliberaciones de la asamblea general o la junta de socios se lleven por fuera del domicilio estatutario cuando se encuentren presentes el ciento por ciento (100%) de las acciones, cuotas o partes de interés en que se divide el capital social, lo que doctrinalmente se conoce como reuniones de quórum universal. Es factible que la sociedad tenga además de su domicilio principal otros secundarios, que no son más que las sucursales establecidas por la sociedad por fuera de su domicilio 116 Nótese que el concepto de domicilio comercial difiere sustancialmente del que acoge el Código Civil. Conforme a lo previsto en el C.C., el domicilio consiste en la ”residencia acompañada, real o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella”. Mientras el domicilio civil requiere de ese elemento subjetivo de ánimo de permanecer en la residencia, en el domicilio comercial no es necesario pues es viable que el lugar donde se realizan las principales actividades económicas de la empresa no coincidan con el domicilio. 117 REYES, Francisco. Personificación jurídica de la sociedad. En: Universitas No. 100 de 2000, p. 217. 130 principal. El domicilio principal o estatutario es el que debe acreditarse en la solicitud de apertura del concordato. C) Los estados financieros debidamente certificados, correspondientes a los tres últimos ejercicios y los dictámenes respectivos, si existieren. Este requisito es de suma importancia pues permite que la Superintendencia evalúe la verdadera situación del deudor para determinar si es viable o no la apertura del concordato. La Superintendencia de Sociedades se ha pronunciado al respecto explicando como “los estados financieros a que se refiere el numeral 2º del artículo 97 de la Ley 222 de 1995 son: el balance general; el estado de resultados; el estado de cambios en el patrimonio; el estado de cambios en la situación financiera, y el estado de flujos de efectivo”118. Ahora bien, de conformidad con el artículo 37 de la Ley 222 de 1995, son estados financieros certificados aquellos suscritos por “El representante legal y el contador público bajo cuya responsabilidad se hubiesen preparado (...). La certificación consiste en declarar que se han verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos, conforme al reglamento, y que las mismas se han tomado fielmente de los libros”. La Superintendencia de Sociedades en circular externa No. 6 de 1996 dijo que “cuando la persona jurídica tenga revisor fiscal, los estados financieros deberán estar suscritos por él”. D) Un estado de inventario cortado dentro del mes anterior a su presentación119, en el cual, previa comprobación de su existencia se detallen y valoren activos y pasivos con indicación precisa de su composición y de los métodos para su valuación. Dicho estado deberá contener por lo menos: 118 Superintendencia de Sociedades. Circular externa número 6 de 1996. La Superintendencia de Sociedades en Circular externa No. 6 de 1996 se refirió a dicho término de la siguiente manera: “la expresión cortado dentro del mes anterior a su presentación se refiere al corte del mes calendario, v.gr. si la solicitud se presenta el 15 de Abril, el inventario cumple la exigencia si tiene corte dentro del mes de Abril”. 119 131 d.1. La ubicación, discriminación y gravamen que soportan sus bienes. Tratándose de bienes cuya enajenación o gravamen se encuentre sujeta a registro, se expresarán los datos que de acuerdo con la ley sean necesarios para que éste proceda. d.2. Una relación completa y actualizada de los acreedores del deudor, conforme a los parámetros que impone el literal b del artículo 3º de la ley 222/95. Los acreedores relacionados por el deudor, por ese solo hecho, se consideran reconocidos en la cuantía indicada, sin perjuicio de las objeciones que puedan formularse. d.3. Respecto de las obligaciones tributarias, una discriminación por clase de impuestos, identificando su cuantía, forma de pago, intereses, sanciones y las declaraciones tributarias correspondientes. La relación de obligaciones tributarias debe ser firmada por el representante legal, el contador y el revisor fiscal, si lo hay. También se deberá anexar la resolución de la DIAN por medio de la cual se le concedan facilidades para el pago de sus obligaciones a la sociedad, si es el caso. Se mantiene la exigencia, de relacionar las actuaciones administrativas y procesos de jurisdicción coactiva que estén en curso. d.4. Con respecto a los pasivos laborales, una relación de los trabajadores del deudor, indicando el cargo que desempeñan; del personal jubilado a su cargo y de los extrabajadores a quienes se adeuden sumas de carácter laboral, especificando el monto individual de cada acreencia. En caso de existir sindicatos, además de informar tal circunstancia, se señalará el nombre de sus representantes. En caso de que no exista, se debe acreditar tal situación. E) Una relación de los procesos judiciales y de cualquier procedimiento o actuación 132 administrativa de carácter patrimonial que adelante el deudor, o que curse contra él, indicando juzgado donde se encuentre radicado y el estado en que se halle. F) Una relación de los procesos concursales que se hubieren adelantado respecto del deudor. 4.3 PROVIDENCIA DE APERTURA 4.3.1 Generalidades. La Superintendencia de Sociedades deberá verificar si la solicitud de concordato cumple o no con todos los requisitos que la ley exige, tanto formales como de fondo. Una vez hecho este análisis, la referida entidad, previa verificación de que la solicitud se enmarca dentro de los parámetros legales, procederá a abrir el proceso concursal mediante la “Providencia de Apertura” del trámite concordatario. Allí se consagran básicamente los principales efectos que produce la admisión de la empresa al trámite concursal. 4.3.2 Recursos. La Providencia de Apertura no estará sujeta a recurso alguno según reza el artículo 93 de la Ley 222 de 1995; la providencia que niegue la apertura será susceptible de recurso de reposición. Esta norma introdujo un cambio radical con respecto a la antigua legislación (Decreto 350/89), que en su artículo 7 indicaba que “el auto que admita o inadmita la solicitud de concordato no tiene recurso alguno; el que la rechace y el que declare fracasado su trámite, sólo tendrá recurso de reposición”; en el mismo sentido el artículo 33 inciso 4º del decreto señalaba que “el auto que apruebe el concordato sólo tendrá recurso de reposición el cual deberá resolverse en la misma audiencia”. El giro normativo del nuevo estatuto dio lugar a que parte de la doctrina considerara que la imposibilidad de recusar la providencia de apertura es una flagrante violación contra el derecho constitucional de defensa. 4.3.3 Contenido. El contenido de la providencia de apertura se encuentra regulado en el artículo 98 de la Ley 222 de 1995, norma que requiere de las siguientes consideraciones. 133 La Superintendencia de Sociedades en la providencia que ordene la apertura del trámite concordatario deberá. A) Designar el Contralor. Tendrá que ser designado un contralor con su respectivo suplente. Como ya se explicó en capítulo anterior, en el proyecto de Ley 222 de 1995 se quiso inicialmente que las listas de contralores elegibles fuesen realizadas por la Superintendencia de Sociedades, desatendiendo lo preceptuado por el Decreto 350 de 1989 que le imponía tal labor a la Cámara de Comercio. En las modificaciones de última hora se desechó la posibilidad inicialmente considerada, volviendo a lo que la antigua legislación decía al respecto; entonces en la Ley 222 de 1995 las listas las elaboraría la Cámara de Comercio. Sin embargo, el artículo 217 de la nueva ley no se revisó en atención a lo previsto, e indica que “el nombramiento de contralor o liquidador se hará de la lista que para dichos efectos elabore la Superintendencia de Sociedades”. Como concluimos anteriormente, debemos hacer caso omiso del artículo 217, pues lo cierto es que la Cámara de Comercio es la entidad encargada de elaborar la lista de contralores elegibles, en la que se basará la Superintendencia para designar al contralor respectivo. B) Designación de la Junta Provisional de Acreedores. La Superintendencia deberá designar una junta provisional de acreedores con sus respectivos suplentes. La Ley 222 de 1995 (Art. 98 inc. 2º) introdujo dos nuevos representantes en la junta, uno relacionado con los tenedores de bonos, el otro de las sociedades administradoras de patrimonios autónomos generados mediante la titularización de los activos del deudor. Así, la junta provisional de acreedores quedaría integrada por un representante de las entidades públicas acreedoras, uno de los trabajadores, uno de las entidades financieras, uno de los acreedores con garantía real, uno de los acreedores quirografarios y los dos representantes nuevos introducidos por el nuevo estatuto. La norma establece también, que a falta de alguna de las cinco primeras categorías de acreedores la 134 designación podrá recaer en un miembro de cualquier otra. En el Decreto 350 de 1989 la junta era conformada sólo por representantes de las cinco primeras acreencias antes mencionadas, así entonces, en caso de que faltase alguna de tales categorías el Juez únicamente estaba facultado para designar representantes de las demás. La Superintendencia de Sociedades escogerá los representantes de la relación de acreedores que el deudor presente. C) Prevención al deudor sobre la imposibilidad de realizar ciertas operaciones sin aceptación de la Superintendencia de Sociedades. En la providencia se deberá advertir al deudor en el sentido de que no debe realizar una serie de operaciones que podrían ir en contra de la finalidad del concordato. Sin autorización de la Superintendencia de Sociedades no podrá el concordado realizar enajenaciones que no estén comprendidas en el giro ordinario de sus negocios, constituir cauciones, hacer pagos o arreglos relacionados con sus obligaciones, ni tampoco reformas estatutarias cuando se trate de personas jurídicas. La sanción prevista para los actos que se ejecuten en contravención a lo antedicho es la ineficacia de pleno derecho sin necesidad de declaración judicial, además de multas sucesivas hasta de 100 salarios mínimos mensuales que podrá imponer la citada Superintendencia. Esta facultad sancionatoria que la Ley 222 de 1995 radica en cabeza de la Superintendencia para imponer multas, no se encontraba en el Decreto 350 de 1989 que sólo sancionaba con la ineficacia la misma contravención (Art. 6º inc. 3). Las decisiones que tome la Superintendencia en lo concerniente a las solicitudes de autorización para realizar los actos arriba descritos, serán tomadas mediante providencia frente a la cual sólo procederá el recurso de reposición. D) Notificaciones 135 d.1. En la providencia de apertura se ordenará la notificación a los acreedores, mediante emplazamiento por medio de edicto que se fijará al día siguiente de proferida la providencia de apertura, por el término de diez días, en la Superintendencia de Sociedades. El edicto se publicará igualmente, en un diario de amplia circulación nacional y en otro del domicilio principal del deudor; y será radiodifundido en una emisora de amplia sintonía en dicho domicilio. d.2 Por otra parte, la notificación al deudor deberá hacerse personalmente, en la forma prevista por el Código de Procedimiento Civil en su artículo 315. d.3 Comunicaciones adicionales La ley 222 de 1995, además de la notificación en sentido estricto, ordena la comunicación de la apertura del concordato a los acreedores relacionados por el deudor en la solicitud del proceso. Tratándose de acreencias fiscales, la comunicación se hará por oficios acompañados de la relación que presentó el acreedor. Las comunicaciones son precauciones adicionales que el legislador tuvo en cuenta para que la providencia de apertura llegase con más facilidad a conocimiento de los acreedores, pero no es parte de la notificación que se entiende surtida con el edicto y las publicaciones enunciadas en los puntos d.1 y d.2. “Esta modificación obedeció a las dificultades que se habían suscitado a raíz de interpretaciones judiciales formalistas que atribuían a la comunicación telegráfica el efecto de notificación, con las consecuentes secuelas de nulidad en los casos en que no se cumpliera oportunamente”120. Cabe preguntarse si, una vez comunicada la apertura del trámite concordatario a la empresa matriz debe comunicársele también a sus filiales, sucursales u oficinas por separado, o si por el contrario, se entiende surtida la comunicación a éstas últimas con la primera notificación a la matriz. La Superintendencia de Sociedades en Concepto 220 - 0373 de 120 REYES, Op. cit., p. 449 y 450. 136 2001, frente a una hipótesis similar121, resolvió la inquietud del consultante: en ese orden de ideas, corresponde al Juez del concurso comunicar la decisión de apertura del concordato a los acreedores relacionados por el deudor en su solicitud de admisión, la cual se remite a la dirección de cada uno de ellos individualmente considerados, poniendo de presente que en tratándose de una sucursal o una filial, se les comunicará directamente a éstas, por tener sus administradores facultades de representación legal, mientras que si se trata de una agencia, la comunicación se hará a la sociedad y no al administrador de la agencia, como quiera que éste no tiene facultades de representación. De otra parte, cuando se trata grupos de sociedades en donde se configuran situaciones de control y/o subordinación entre unas y otras, para los efectos de la comunicación a que se refiere la norma analizada, deberá tenerse en cuenta que cada una de ellas tiene personalidad jurídica diferente y que, generalmente, tanto sus domicilios como sus direcciones para notificaciones tampoco coinciden, luego, se insiste, la comunicación de apertura del trámite concursal se remite a cada acreedor separadamente. No obstante lo anterior, y conforme a la norma transcrita, para que se entienda notificada legalmente la providencia de apertura, bastarán la fijación del edicto emplazatorio y su publicación, en los términos del numeral 4° ibídem. E) Inscripción de la Providencia en la Cámara de Comercio. La ley 222 de 1995 señala que la Superintendencia de Sociedades debe ordenar a la Cámara de Comercio la inmediata inscripción de la providencia en el registro mercantil o en la oficina correspondiente del domicilio principal del deudor y demás lugares donde tenga sucursales, agencias o establecimientos de comercio. En el Decreto 350 de 1989 ordenaba a la empresa deudora la inscripción de la providencia en la Cámara de Comercio, “con frecuencia, no lo hacía, en perjuicio de la indispensable publicidad del proceso 121 La pregunta del consultante se podría sintetizar de la siguiente manera ¿Cuándo la Superintendencia de Sociedades comunica la apertura del trámite de un concordato a los bancos relacionados en la solicitud de admisión, debe comunicárselo por separado a sus filiales, bancos, sucursales u oficinas del mismo banco en el exterior, ó si por el contrario, se entiende surtida la comunicación a éstos al hacerla al banco colombiano? 137 concursal”122, por ello en la Ley 222 de 1995 es la Superintendencia la que directamente ordena la inscripción. F) Medidas Cautelares. Decretar el embargo de los activos del deudor cuya enajenación esté sujeta a registro, declarados en la relación de activos, y librar de inmediato los oficios a las correspondientes oficinas para su inscripción. Si en ellas aparece algún embargo registrado sobre tales bienes o derechos, éste será cancelado y de inmediato se inscribirá el ordenado por la Superintendencia de Sociedades y se dará aviso a los funcionarios correspondientes. 4.4 EFECTOS DE LA APERTURA Los efectos que produce la apertura del concordato, como en el derogado decreto 350 de 1989, se orientan a que durante todas las secuencias del proceso el empresario conserve la administración de sus bienes y la gerencia de sus negocios. Sin embargo, cuando se declara judicialmente la apertura del concordato, se producen ciertos efectos inmediatos tanto para el deudor como para los acreedores y terceros. Estos son: A) Preferencia del concordato. A partir de la providencia de apertura y durante la ejecución del acuerdo, no podrá admitirse petición en igual sentido, ni proceso de ejecución singular o de restitución del inmueble donde desarrolle sus actividades la empresa deudora, de acuerdo a lo previsto en el artículo 99 de la Ley 222 de 1995. La no admisión de petición en igual sentido una vez proferida la providencia de apertura, consiste en que si el conductor del proceso establece que existe en forma concurrente con la 122 REYES, Op. cit., p. 450. 138 solicitud un concordato en ejecución, deberá rechazar de plano tal solicitud. Este es un requisito de la solicitud presentada por el deudor, tendiente a demostrar que contra la empresa no existen procesos concursales pendientes. Con respecto a la prohibición de que no podrán efectuarse procesos de ejecución singular durante la ejecución del concordato, hemos de advertir que esta percepción no puede interpretarse en un sentido absoluto. La excepción a éste precepto está consignada en el artículo 147 de la misma ley, en cuya virtud las obligaciones posconcordatarias serán pagadas preferentemente y no estarán sujetas al sistema que en el concordato se establezca para el pago de las demás acreencias. Así pues, los acreedores que conceden créditos o prestan servicios al fallido posteriores a la iniciación del proceso concordatario, tienen la posibilidad de hacer valer esas acreencias por la vía ejecutiva en caso de incumplimiento del concursado. Por último, se incluyó la imposibilidad de ejercer acciones de restitución del inmueble donde desarrolle sus actividades la empresa deudora. Lo anterior significa que el arrendador del referido local está imposibilitado para pedir la restitución del inmueble al concursado-arrendatario una vez proferida la providencia de apertura del proceso. Por ese motivo el propietario del inmueble arrendado tendrá que formar parte en el concordato por los cánones adeudados con anterioridad a la admisión a dicho trámite y tendrá que esperar a que se cumpla el acuerdo que se celebre o a que se inicie una liquidación obligatoria para poder exigir su restitución. Aunque el artículo 99 de la ley 222 no se refiere a los contratos de arrendamiento sobre bienes mueble, la Superintendencia de Sociedades ha considerado que la norma referida se aplique también en estos casos al señalar que es aplicable por analogía a los procesos de restitución de bienes muebles, cuando la causa petendi de la restitución sea el no pago de cánones o mensualidades por parte del deudor concursado, en tratándose de obligaciones concordatarias; esto es, causadas antes de la fecha de admisión al concordato, aun cuando se hagan 139 exigibles con posterioridad, ya que toda acreencia concordataria debe hacerse valer dentro de este trámite concursal al tenor de lo dispuesto por el artículo 120 de la ley 222/95. En tal evento, le está vedado al deudor concursado que ha sido demandado, para se oído dentro del proceso de restitución, proceder a efectuar el pago de las obligaciones concordatarias insolutas debidas al acreedor demandante, sin autorización de esta Superintendencia, porque de hacerlo estaría transgrediendo el orden de prelación de pagos contenido en la ley y el principio par conditio omnium creditorum y se haría acreedor de las sanciones previstas en el numeral 3 del artículo 99 de la ley 222/95123. Igualmente se exceptúan de la regla anterior a los créditos postconcordatarios. B) Oficios librados por la Superintendencia de Sociedades. A partir de la providencia de apertura, la Superintendencia de Sociedades librará oficio a los jueces y funcionarios administrativos competentes para conocer de procesos judiciales o de cualquier procedimiento o actuación administrativa de carácter patrimonial contra el deudor, para que le informen la naturaleza y estado de la actuación, en la forma y con el detalle que ella indique, según reza el artículo 99 de la ley 222 de 1995. Por su parte, el Juez o funcionario, tratándose de procesos ejecutivos o de ejecución coactiva, ordenarán remitir el expediente a la superintendencia de Sociedades. Una vez ordenada la remisión, se procederá a efectuarla dentro de los tres días siguientes a la ejecutoria del auto que la ordene, so pena de incurrir en causal de mala conducta. C) Incorporación de procesos al concordato y trámite de las excepciones previas. Los procesos, demandas ejecutivas y los de ejecución coactiva, se tendrán por incorporados al concordato y estarán sujetos a la suerte de aquél. Los créditos que en ellos se cobren se tendrán por presentados oportunamente, siempre y cuando tal incorporación se surta antes del traslado de créditos (art. 99 ibídem). Este precepto tiene pleno fundamento en el fuero de atracción del que está investido el conductor del proceso concursal y en su aplicación debe tenerse en cuenta la no prejudicialidad que consiste en que la iniciación, impulsión y finalización del concordato no dependerá ni estará condicionada a la decisión que haya de 123 Superintendencia de Sociedades. Auto 410-2364, del 17 de abril de 1997. Citado por REYES, Ibid., p. 374. 140 adoptarse en otro proceso, cualquiera sea su naturaleza. De la misma manera, la decisión del proceso concursal, tampoco constituirá prejudicialidad de la determinación que deba proferir otro Juez. Conforme a lo preceptuado por el art. 216 de la ley 222 de 1995, los procesos alimentarios continuarán su curso y no se suspenderán durante el trámite concordatario, ni se levantarán las medidas cautelares decretadas y practicadas en ellos. No obstante, si llegaren a desembargarse bienes o quedare un remanente del producto de los embargados o subastados, se pondrán a disposición del conductor del proceso para ampliar la prenda general de los acreedores concursales. Las excepciones de mérito propuestas en los procesos ejecutivos de los que entra a conocer el Juez del concordato, se considerarán objeciones y serán decididas como tales. Sin embargo, en cuanto a las excepciones de mérito consistentes en la nulidad relativa, lesión enorme o simulación que se hubieren impetrado en procesos ejecutivos preexistentes al trámite concordatario, el mismo Juez que las venía conociendo debe dirimirlas. D) Interrupción del término de prescripción e inoperancia de la caducidad. En el artículo 102 de la ley 222 se establece, que desde la apertura del concordato y hasta la terminación del mismo o la declaratoria de cumplimiento o incumplimiento, se interrumpe el término de prescripción y no operará la caducidad de las acciones respecto de los créditos que contra el deudor se hubieren perfeccionado o hecho exigibles antes de la iniciación del concordato. E) Continuidad de los contratos de tracto sucesivo. Como el objeto principal del concordato es la recuperación de la empresa como unidad de explotación económica, resulta lógico que los contratos de tracto sucesivo se mantengan incólumes. Los contratos de tracto sucesivo son aquellos en los que la naturaleza de la prestación objeto del mismo sólo puede cumplirse con el transcurso del tiempo. 141 Ejemplo de lo anterior sería el ingreso al trámite concordatario de la sociedad “La Vaca Lechera Ltda.”, cuyo objeto social es la comercialización y distribución de leche en todo el departamento de Cundinamarca, que ha celebrado con anterioridad al concordato un contrato de suministro con la embotelladora “Vidrio Bueno S.A.” en cuya virtud la segunda se compromete a mensualmente embotellar el producto lácteo a cambio de un precio. Contrato claramente de ejecución sucesiva, que de terminarse pondría en serias dificultades a la primera empresa para el cumplimiento de su objeto social durante el concordato, y en consecuencia se vería aún mas reducida la posibilidad de que cumpla con sus obligaciones. Terminar un contrato de ejecución sucesiva a una empresa en concordato, es lo mismo que condenarla al fracaso en el proceso concordatario y la ineludible iniciación de la liquidación obligatoria. Es por eso que el Art. 103 de la ley 222 dice, que se tendrá por no escrita la cláusula en la que se pacte la admisión a concordato, como causal de terminación de los contratos de tracto sucesivo, fijándose una especie de solidaridad en la contratación comercial. F) Imposibilidad de decretar la caducidad administrativa. Muchas empresas dependen esencialmente de la contratación estatal y abrirle la posibilidad a la administración de decretar la caducidad a una empresa en razón al concordato sería llevarla inevitablemente a una parálisis instantánea. Recuérdese que la caducidad administrativa es la estipulación en virtud de la cual si se presenta alguno de los hechos constitutivos de incumplimiento de las obligaciones a cargo del contratista, que afecte de manera grave y directa la ejecución del contrato y evidencie que puede conducir a su paralización, la entidad por medio de acto administrativo debidamente motivado lo dará por terminado y ordenará su liquidación en el estado en que se encuentre, conforme a lo dispuesto en el Art. 18 de la ley 80 de 1993. G) Continuidad en la prestación de servicios públicos domiciliarios o industriales. Con el mismo criterio de mantener la actividad de explotación económica de la empresa, el artículo 104 de la ley 222 de 1995 indica que las personas o sociedades que presten servicios públicos domiciliarios o industriales al deudor, admitido o convocado a 142 concordato, no podrán suspender la prestación de aquellos por causa de tener créditos insolutos a su favor. Esto sin perjuicio de que el valor de los nuevos servicios que se presten a partir de la apertura del concordato, se pagarán como obligaciones postconcordatarias. Igual regulación se aplicará a las entidades de previsión social en relación con las obligaciones que tengan con trabajadores del deudor. H) Todos los demás efectos contenidos en la providencia de apertura. La providencia podrá señalar otros efectos más allá de los que la ley 222 de 1995 exige. 4.5 GRADUACIÓN Y CALIFICACIÓN DE CRÉDITOS La audiencia preliminar es la oportunidad para que el deudor y los acreedores que se hayan hecho parte verifiquen los créditos presentados por el primero en la solicitud de apertura del concordato, deliberen sobre las objeciones formuladas y concilien las diferencias que se susciten acerca de estas. Conciliadas las objeciones, habrán quedado graduados y calificados los créditos por los protagonistas del proceso, así entonces, deudor y acreedor en la misma audiencia, podrán admitir los créditos extemporáneos y celebrar el acuerdo concordatario, faltando solamente la aprobación del acuerdo por parte de la Superintendencia de Sociedades para poner fin al trámite concursal (Art. 129 Ley 222/95). Si no fueren conciliadas las objeciones en la audiencia preliminar, la Superintendencia de Sociedades la declarará terminada mediante providencia que no tendrá recurso alguno. La no conciliación sobre los créditos presentados por el deudor en la solicitud de apertura del concordato, no puede ser obstáculo para proseguir con el proceso concursal. Por eso, la Ley 143 222 en su artículo 133, preceptuó que dentro de los quince días siguientes124 a la terminación de la audiencia preliminar, la Superintendencia de Sociedades calificará, graduará y determinará las bases para liquidar los créditos reconocidos y admitidos, de acuerdo con la relación presentada por el deudor y los demás elementos de juicio de que disponga y ordenará las contabilizaciones a que hubiere lugar. Hemos de recordar que los acreedores relacionados por el deudor, por ese solo hecho se considerarán reconocidos en la cuantía señalada, sin perjuicio de las objeciones que puedan formular los acreedores. Dichas objeciones pueden ser acerca de la cuantía del crédito (v.gr. el deudor indica que su obligación es de $1000 cuando en realidad debe $1500); acerca de alguna garantía real o personal que el deudor no relacionó (v. gr. el deudor olvida que una obligación está garantizada con hipoteca o fianza); acerca de la naturaleza del crédito (v. gr. el deudor señala que un crédito es quirografario cuando en realidad es laboral), y en todo caso, los acreedores podrán oponerse a la relación presentada por el deudor en la solicitud de concordato mostrando prueba siquiera sumaria de la existencia de su crédito en el término que tiene para hacerse parte. Fracasada la audiencia preliminar, es la Superintendencia de Sociedades la que mediante providencia graduará y calificará los créditos en el tiempo señalado anteriormente. Para ello, además de la facultad oficiosa para decretar pruebas, ordenará la práctica de las que sean legales, conducentes, pertinentes, y necesarias mediante providencia que no tendrá recurso alguno. En este ejercicio probatorio, podrá comisionar para la práctica de las pruebas decretadas, a los jueces civiles del circuito y municipales, o al cónsul de Colombia en el exterior, conforme a las reglas previstas en el Código de Procedimiento Civil, y en los tratados o convenios internacionales (inc 2º, Art. 133 Ley 222/95). 124 Con el fin de establecer un proceso más eficaz, la ley 222/95 reduce el plazo que tiene la Superintendencia de Sociedades para graduar y calificar los créditos, pues el artículo 28 del Decreto 350 de 1989 señalaba un plazo de treinta (30) días. 144 A diferencia de lo regulado por el Decreto 350 de 1989 en su Art. 28, la Ley 222 de 1995 agrega que al remitirse un proceso ejecutivo en el que no se hubieren decidido las excepciones de mérito propuestas, estas se considerarán objeciones, y serán decididas como tales en el trámite de la objeción. Al igual que en la legislación anterior, en la Ley 222 se imponen multas a quienes se les haya rechazado la objeción contra algún crédito, por temeridad o mala fe, con multa de hasta cien (100) salarios mínimos mensuales (Art. 133 ibídem). Aunque el artículo 116 de la Constitución Política señala que la ley podrá atribuir funciones jurisdiccionales en materias precisas a determinadas autoridades administrativas, llama la atención que el parágrafo del artículo 133 de la Ley 222/95 excluye de la competencia de la Superintendencia de Sociedades la definición sobre objeciones relacionadas con la nulidad relativa, la simulación y la lesión enorme, cuya competencia seguirá radicada exclusivamente en cabeza de la justicia ordinaria, mediante demanda que deberá formularse ante el Juez competente. Mientras la justicia ordinaria no resuelve las controversias suscitadas conforme a lo preceptuado por el parágrafo del artículo 133 ejúsdem, tales créditos se considerarán litigiosos. El profesor Luis Fernando Ortiz125 se refirió al tema en su oportunidad diciendo que: aunque existe lógica al disponer el parágrafo del artículo 133 que el Juez del concordato no resuelva las objeciones a los créditos, como las consistentes en nulidad relativa, simulación y lesión enorme, no observo fácilmente planteable una controversia sobre cualquiera de esos puntos con cinco (5) días dentro de los cuales los acreedores van a conocer los créditos objetados y, dentro de ese mismo término, estar en capacidad de proponer controversias sobre tan delicadas materias. (...) De igual modo se extraña la nulidad absoluta dentro de las eventuales objeciones que no tiene competencia para resolver el Juez del concordato, así como no se recuerda de ningún caso en el que el Superintendente de Sociedades haya declarado una simulación o lesión enorme alguna. Es lógico que en la providencia de graduación y calificación de créditos, el Juez del 125 ORTIZ, Luis Fernando. Los acreedores frente al nuevo régimen concursal. La Reforma al Código de Comercio. Bogotá: Cámara de Comercio de Bogotá y el CAC, 1996. p. 549 y 550. 145 concurso debe determinar la prelación para el pago y los privilegios o preferencias que la ley establezca, tema tratado en su integridad en capítulo anterior acerca de la excepción al principio de igualdad. Finalmente, la ley estatuye que contra ésta providencia procede únicamente recurso de reposición, el cual deberá decidirse en el término de diez (10) días. 4.6 LA AUDIENCIA El proceso concordatario ha de desarrollarse en un escenario principal en el cual el deudor y sus acreedores (representados a través de la junta provisional) puedan conciliar las objeciones respecto de los distintos créditos, reconocer aquellos extemporáneos y lo que es más importante, buscar la discusión y aprobación de la fórmula de acuerdo concordatario. Todo con el fin de recuperar la empresa en crisis, satisfacer las obligaciones a cargo del deudor y evitar que el ente económico entre en un proceso de liquidación obligatoria. Pues bien, el escenario idóneo en que ha de exteriorizarse un adecuado proceso concordatario es en las distintas audiencias, de ahí la importancia de que exista una regulación clara respecto de las mismas, objetivo este que en nuestra opinión cumple a cabalidad lo establecido al respecto por la Ley 222 de 1995. 4.6.1 Presidencia de las audiencias. Conforme al artículo 128 de la Ley 222 el Superintendente de Sociedades o su delegado presidirán las audiencias que se presenten en el proceso concursal. La misma disposición establece que tanto el superintendente como su delegado tendrán el carácter de conciliadores y podrán proponer las fórmulas que estimen justas, sin que ello implique prejuzgamiento y sin que tengan poder vinculante para las partes. Ahora bien, dado que el estatuto citado le atribuye a dichos sujetos la calidad de conciliadores, es menester complementar la norma con lo preceptuado por la Ley 640 de 2001, por medio de la cual se modificaron las normas relativas a la conciliación. En efecto, 146 el artículo 5º de la citada ley exige que el conciliador que actúe en derecho sea abogado titulado, salvo cuando se trate de conciliadores de centros de consultorios jurídicos de las facultades de derecho, de los personeros municipales y de los notarios que no sean abogados titulados. Así pues, de acuerdo a lo que señala la norma, el superintendente o su delegado deberán ser abogados titulados. La obligación de quien preside la audiencia, no se debe limitar a proponer las fórmulas que estime convenientes respecto de la propuesta de arreglo concordatario. Además de esa trascendente función, el superintendente o su delegado deberán citar a las partes y hacer concurrir a la audiencia a quienes, en su criterio, deban asistir; ilustrar a los comparecientes sobre el objeto, alcance y límites de lo que se acuerde en la audiencia; motivar a las partes a que logren un pronto y eficaz acuerdo concordatario según un apropiado análisis y aplicación de la fórmula de arreglo; levantar el acta de la audiencia respectiva y velar por que no se menoscaben los derechos ciertos e indiscutibles, así como aquellos mínimos e intransigibles126. Es pertinente poner de presente la contradicción normativa que existe entre la exigencia de que el superintendente apruebe la fórmula de acuerdo concordatario en la propia audiencia (art. 129 inciso último), y la inserción contenida en el artículo 136 de la Ley 222 de 1995 según el cual el acuerdo concordatario será aprobado dentro de los diez días siguientes a la finalización de la audiencia. Este problema sólo le resta seguridad al trámite y deja en un periodo de incertidumbre al deudor y a los acreedores que han logrado suscribir un acuerdo viable para salvar la empresa. En nuestro sentir, creemos que si en la audiencia el Superintendente o su delegado advierten que el deudor y la junta provisional de acreedores han acordado aprobar un acuerdo de concordato que se ajusta a los principios y parámetros legales, deberá en la misma audiencia aprobar dicha fórmula, sin necesidad de que absurdamente y sin ninguna justificación corran los diez días que exige el artículo 136 de la Ley 222. 126 El artículo 128 de la Ley 222 de 1995 ha sido complementado con el artículo 8º de la Ley 640 de 2001. 147 4.6.2 Reglas generales. A) Suspensión El artículo 27 del Decreto 350 regulaba lo concerniente a la suspensión de las audiencias concordatarias, norma que resultaba inapropiada en cuanto a que establecía caprichosamente como presupuesto para la suspensión que hubieren transcurrido por lo menos seis horas de deliberaciones. La Ley 222 de 1995 reguló íntegramente la materia en su artículo 126, indicando que las deliberaciones se efectuarán en una sola audiencia que podrá suspenderse mediante providencia hasta por dos veces. La audiencia se reanudará al quinto día siguiente, sin nueva convocatoria. La suspensión podrá ser decretada de oficio por la Superintendencia de Sociedades o a petición del deudor y los acreedores que representen el cincuenta por ciento (50%) de las acreencias presentes en la audiencia. Igualmente, si efectuada la reunión de segunda convocatoria no fuere posible celebrar el acuerdo concordatario por falta de votos necesarios, la Superintendencia de Sociedades mediante providencia que no tendrá recurso, suspenderá la reunión y dispondrá reanudarla al quinto día siguiente. Si reanudada tampoco se consigue la mayoría decisoria, la Superintendencia procederá a declarar terminado el concordato y en consecuencia se iniciará el trámite de liquidación obligatoria. B) Reuniones de segunda convocatoria. Para que la celebración del acuerdo concordatario se produzca es necesario que concurra la voluntad del deudor y uno o más acreedores que representen por lo menos el setenta y cinco por ciento (75%) del valor de los créditos reconocidos y no pagados. Pues bien, dado que la audiencia final tiene por exclusiva finalidad la discusión y aprobación de la fórmula concordataria, es de suma trascendencia; la Ley 222/95 en su artículo 127 preceptúa que si a la primera reunión no concurriere uno o más acreedores que representen por lo menos el setenta y cinco por ciento (75%) de los créditos reconocidos o no pagados, según se trate de las mencionadas audiencias, se convocará a una segunda reunión para el quinto día siguiente. En esta segunda reunión se decidirá con el voto del deudor y uno o más 148 acreedores que representen por lo menos el sesenta por ciento (60%) del valor de los créditos reconocidos y no pagados. Si la segunda reunión tampoco se efectúa por falta de quórum, la Superintendencia de Sociedades dará por terminado el concordato y en consecuencia se iniciará el trámite de liquidación obligatoria, norma que compartimos pues con buen criterio instaura un efecto justo ante la negligencia de los acreedores ausentes. 4.6.3 Clases de audiencias. La Ley 222 de 1995 conserva las cuatro audiencias que regulaba el tantas veces citado Decreto 350. Estas son la audiencia preliminar (art. 129), la final (art. 130), la de modificación (art. 131) y la de incumplimiento (art. 132). a) Audiencia preliminar (art. 129 Ley 222/95) La audiencia preliminar es el espacio y momento que la ley impone al deudor y sus acreedores que concilien las discrepancias respecto de los créditos objetados, acepten o no a los acreedores extemporáneos y construyan el escenario necesario para poder celebrar el acuerdo concordatario. Una vez surtido el traslado de los créditos objetados, la Superintendencia de Sociedades, mediante providencia señalará fecha, hora y lugar para la audiencia preliminar, que tendrá lugar dentro de los quince días siguientes al vencimiento de aquel. Como resulta lógico, a la audiencia podrá concurrir el deudor y los acreedores que se hayan hecho parte (con fundamento en el principio de colectividad). Lo primero que se debe tramitar es la verificación de los créditos presentados por el deudor, que los reconoce ipso jure en la cuantía señalada en el momento en que los relaciona al iniciarse el trámite concursal. Luego se deliberará sobre las objeciones formuladas por los acreedores respecto de los créditos relacionados por el deudor, y se buscará conciliar las diferencias que se susciten acerca de estas. Es necesario aclarar que la audiencia preliminar, al igual que en el régimen anterior, tiene un orden cronológico que ha de seguirse necesariamente, lo que se traduce en que fallido el primer paso del orden del día no podrá continuarse con el siguiente. Así pues, el primer resultado de la audiencia preliminar 149 implica que se deberán conciliar las objeciones antedichas. Conciliadas las objeciones, el deudor y uno o más acreedores que representen no menos del setenta y cinco por ciento (75%) de los créditos oportunamente presentados, reconocidos y conciliados podrán admitir los créditos que se pretendan hacer valer extemporáneamente. Esta es la única oportunidad que tienen los acreedores extemporáneos para hacerse parte del proceso, que no cumpliéndose con la exigente mayoría que impone la norma deberán esperar a que finalice el concordato para que sus créditos sean atendidos. Surtidas las etapas anteriores, en la misma audiencia preliminar podrá celebrarse concordato entre el deudor y uno o más acreedores que representen por lo menos el setenta y cinco por ciento del valor de los créditos reconocidos y admitidos. Finalmente la Superintendencia resolverá sobre la aprobación del concordato en la misma audiencia, y aprobado, pondrá fin al trámite mediante providencia contra la cual solo procede recurso de reposición. En resumen, los pasos cronológicamente organizados son los siguientes: 1º paso - Providencia de Superintendencia de Sociedades que señala fecha, hora y lugar para la audiencia. 2º paso - Conciliación de objeciones: • Si no logra haber conciliación sobre todas las objeciones, estas serán resueltas en el auto de calificación y graduación de créditos. Terminará la audiencia preliminar y el acuerdo concordatario quedará pendiente para aprobarse en audiencia final. • Si se logra conciliar las objeciones se surtirá el tercer paso. 3º paso - Admisión de los créditos extemporáneos. 4º paso - Surtidas las etapas anteriores podrá celebrase o no acuerdo concordatario. b) Audiencia final. (Art. 130 Ley 222/95) Cuando no fuere posible conciliar las objeciones de los créditos en discusión, estos serán 150 resueltos conforme a la prelación y privilegios correspondientes en el auto de calificación y graduación de créditos. Ejecutoriada la providencia de calificación y graduación de créditos, la Superintendencia de Sociedades señalará fecha, hora y lugar para la audiencia de deliberaciones finales, la cual se realizará dentro de los diez días siguientes a la ejecutoria de aquella. Contra esta providencia solo procede el recurso de reposición. Esta audiencia, tendrá por objeto únicamente, la discusión y aprobación de la fórmula concordataria, con la misma mayoría prevista para el acuerdo en audiencia preliminar, es decir el voto favorable del deudor y uno o más acreedores que representen no menos del setenta y cinco por ciento del valor de los créditos reconocidos y admitidos. Aunque no lo dice la norma, es claro que en la misma audiencia la Superintendencia de Sociedades deberá decidir sobre la aprobación del acuerdo mediante providencia contra la cual solo procede el recurso de reposición. En caso de no lograrse la mayoría prevista para aprobar el acuerdo concordatario, se declarará terminado el trámite y se ordenará la apertura del trámite de liquidación obligatoria. c) Audiencia para modificación (art. 131 Ley 222/95). Teniendo en cuenta que el rápido y dinámico tráfico del comercio puede variar las circunstancias que dieron lugar a la celebración y aprobación de una primera fórmula de arreglo concondatario, la ley abrió la posibilidad de que en audiencia se adopten las decisiones necesarias para interpretar, modificar o facilitar el cumplimiento del concordato anteriormente aprobado. Esta audiencia podrá ser solicitada en cualquier tiempo (obviamente después de aprobado el primer acuerdo que se pretende modificar y antes de que se finalice el concordato), por cualquier número de acreedores que hayan intervenido en el trámite, de sus cesionarios o subrogatarios, que representen no menos del cincuenta por ciento (50%) de los créditos reconocidos, admitidos y aún no cancelados en el concordato. Hecha la solicitud la Superintendencia de Sociedades deberá convocar a audiencia de modificación en donde las 151 deliberaciones y decisiones se sujetarán al quórum y mayorías prescritas para la celebración de todo acuerdo. En caso de que fracase lo planteado en la audiencia de modificación, seguirá vigente el acuerdo anterior. d) Audiencia en caso de incumplimiento. Todo aquel que tenga interés jurídico en el cumplimiento del concordato puede ejercer un control sobre el mismo. En efecto, cualquier acreedor, el deudor, el administrador de la entidad deudora o quien demuestre interés jurídico podrá denunciar ante la Superintendencia de Sociedades el incumplimiento del concordato. La misma entidad oficiosamente puede verificar que el acuerdo está siendo incumplido. Una vez realizada la denuncia, la Superintendencia deberá investigar los motivos del incumplimiento, la responsabilidad de los administradores e impondrá las multas que serán de hasta cien (100) salarios mínimos mensuales a cada uno de los responsables. Verificado el incumplimiento, la referida entidad deberá convocar al deudor y a los acreedores cuyos créditos no hayan sido pagados en su totalidad, a audiencia para deliberar sobre la situación y adoptar las decisiones que puedan resolverla. En caso de no llegar a una solución, se declarará terminado el trámite concordatario y se ordenará la apertura del trámite de liquidación obligatoria. 4.7 EL ACUERDO CONCORDATARIO 4.7.1 Concepto. Podríamos definir el acuerdo concordatario como la convención jurídica en virtud de la cual el concordado y los acreedores hechos parte del proceso, logran que sus voluntades concurran con el fin de procurar la continuidad y recuperación de la empresa en crisis, mediante un arreglo viable y la tutela del crédito. El acuerdo concordatario extingue y crea obligaciones. Por un lado al aprobarse el acuerdo concordatario termina el proceso concursal y por consiguiente se extinguen los efectos y obligaciones que el proceso implica; y por otro, surgen entre las partes las respectivas 152 obligaciones que contiene el acuerdo. Para que estos efectos se produzcan con claridad y precisión, tenemos que determinar el momento a partir del cual el acuerdo concordatario pone fin al proceso y por ende surge su contenido obligacional a la vida jurídica. La hipótesis que nos ocupa da lugar a dos tesis en contraposición: la primera aduciría que el acuerdo surte sus efectos en el momento en que es aprobado por la Superintendencia de Sociedades bien sea en la misma audiencia según los lineamientos del artículo 129 inciso último de la Ley 222 de 1995, bien dentro de los diez días siguientes a la finalización de la audiencia según lo preceptuado por el artículo 136 (ibídem); la segunda imponiendo la idea según la cual el acuerdo surte plenos efectos al momento de la inscripción del acta que lo contiene. Nos acogemos a la primera tesis, pues la inscripción del acta la consideramos una formalidad que tiene por objeto dar a conocer a terceros la situación actual del ente económico luego de tramitado el proceso concursal, siendo tan solo un mecanismo de publicidad ante futuros acreedores, acreedores anteriores al acuerdo que no se hicieron parte del proceso quedando sus créditos condicionados a las resultas del mismo y todo aquel que tenga un interés en la empresa. Defender lo contrario, sería restarle eficacia a un acto jurídico que quedaría en un periodo de limbo mientras se inscribe, y que su no publicidad temporal no estaría afectando a ningún tercero, pues los acreedores son parte de la convención, los extemporáneos castigados por su negligencia y a los postconcordatarios se les van cancelando sus créditos en la marcha del proceso. Además de lo consignado anteriormente, aunque hemos ya tratado la contradicción existente entre el Art. 129 inc. último y el 136 de la Ley 222 de 1995, el primero de ellos señala que la Superintendencia de Sociedades resolverá sobre la aprobación del concordato y una vez aprobado pondrá fin al trámite y se aplicarán las disposiciones respectivas mediante providencia contra la cual solo procede el recurso de reposición. Así entonces, concluimos que el momento a partir del cual finaliza el concordato coincide con el de la ejecutoriedad de la providencia que aprueba el acuerdo concordatario. 4.7.2 Las audiencias y el acuerdo. Las audiencias son el escenario adecuado para discutir 153 la fórmula de arreglo concordatario y llegar al acuerdo. En efecto, la Ley 222 indica que tanto en la audiencia preliminar como en la audiencia final se puede llegar a pactar el acuerdo concordatario siempre que se cumplan los requisitos señalados en el capítulo anterior. Cabe resaltar que con buen criterio la Ley 222 no limitó la celebración del acuerdo a estos dos escenarios formales, pues el artículo 142 del mismo estatuto mantiene la posibilidad de celebrar tal acuerdo por fuera de audiencia. Así, los únicos requisitos para solicitar a la Superintendencia de Sociedades la aprobación del acuerdo por fuera de audiencia serían; uno temporal que consiste en que se dé a partir de la audiencia preliminar y mientras no se haya aprobado acuerdo concordatario; otro que se demuestre la misma mayoría aprobatoria, es decir que la aprobación sea solicitada por el deudor y por lo menos el setenta y cinco por ciento del valor de los créditos reconocidos y admitidos en el proceso; y finalmente que lo presenten personalmente quienes lo suscriban. 4.7.3 Requisitos, aprobación e improbación del acuerdo, cumplimiento e incumplimiento del acuerdo. A) Mayorías: el primer requisito que debe contener el acuerdo es que se celebre entre el deudor y uno o más acreedores que representen no menos del setenta y cinco por ciento (75%) de los créditos oportunamente presentados, reconocidos y admitidos en el proceso, en audiencia preliminar, final o por fuera de audiencia según el caso y los requisitos propios de cada una. También será posible celebrar acuerdo concordatario con el voto favorable del deudor y uno o más acreedores que representen no menos del 60% del valor de los créditos reconocidos y no pagados, en el evento de reunión de segunda convocatoria. La ley 550 de 1999 exige para la aprobación del acuerdo el voto favorable de un número plural de acreedores que representen, por lo menos, la mayoría absoluta de los votos admisibles. El proyecto de ley de insolvencia requiere la misma mayoría; señala el artículo 93 que: 154 para la aprobación del acuerdo de reestructuración será necesario el voto favorable de un número plural de acreedores internos y externos que representen, por lo menos, la mayoría absoluta de los votos admisibles. Dicha mayoría deberá conformarse de acuerdo con las siguientes reglas: 1. Se entenderá que existen cinco (5) clases de acreedores, compuestas respectivamente por los acreedores internos y por las cuatro (4) clases de acreedores externos previstas en el artículo 74 de esta ley. 2. Se deben obtener votos favorables provenientes de por lo menos tres (3) clases de acreedores. 3. En caso de que sólo existan tres (3) clases de acreedores, la mayoría deberá conformarse con votos favorables provenientes de acreedores pertenecientes a dos (2) de ellas. 4. De existir sólo dos clases de acreedores, la mayoría deberá conformarse con votos favorables provenientes de ambas clases de acreedores. Sin duda el hecho de reducir las mayorías para la aprobación del acuerdo de 75% a mayoría absoluta, se refleja en un mayor número de acuerdos celebrados en vigencia de la ley 550 de 1999 en comparación al concordato. Estadísticamente, y como lo veremos en capítulo posterior, los acuerdos de reestructuración empresarial de la ley 550 parecieran dar mejores resultados que el concordato. Creemos sin embargo, que ese hecho objetivo no es en absoluto afortunado y real, pues tal vez hubiese bastado reformar un solo artículo de la ley 222 de 1995, reduciendo las mayorías y no haber desgastado al Estado en la conformación de una nueva ley. B) Carácter General: el acuerdo concordatario deberá tener carácter general, en forma que no quede excluido ningún crédito reconocido o admitido, y respetará la prelación, los privilegios y preferencias establecidas en la ley (Art. 135 Ley 222/95). Requisito éste que hace alusión a los principios de colectividad e igualdad concursales explicados in extenso en capítulo anterior. C) Aprobación: cumplidos los anteriores requisitos, la Superintendencia de Sociedades aprobará o improbará el acuerdo. Para la aprobación, ya es bien sabida la contradicción existente entre el inciso último del artículo 129 y el 136 de la Ley 222/95, pues mientras el primero indica que surtidas las etapas previstas para la audiencia preliminar la Superintendencia de Sociedades resolverá sobre la aprobación del concordato en la misma 155 audiencia, la segunda norma señala que el acuerdo concordatario será aprobado dentro de los diez (10) días siguientes a la finalización de cualquier audiencia. No sobra repetir, que nos acogemos a lo preceptuado por la primera norma pues propende por la agilización y eficacia del proceso concursal. La solicitud de aprobación de acuerdo por fuera de audiencia deberá realizarse dentro de los diez días siguientes a la fecha de la presentación del escrito por la entidad mencionada cuando determine que cumple con los requisitos anteriormente señalados. El acuerdo concordatario deberá constar en un acta que se levantará al finalizar la correspondiente reunión. D) Contenido de la providencia que aprueba el acuerdo: la Superintendencia de Sociedades aprobará el acuerdo mediante providencia contra la cual sólo procede recurso de reposición. Ejecutoriada la providencia terminará el proceso concordatario; dicha providencia deberá contener: d.1 Una orden a las autoridades o entidades correspondientes con el fin de inscribir la providencia junto con la parte pertinente del acta que contenga el acuerdo concordatario (Art. 137 Ley 222/95); d.2 Se ordenará igualmente, el levantamiento de las medidas cautelares vigentes, salvo que en el acuerdo se haya dispuesto otra cosa (inc 2º, Art. 127 Ley 222/95); d.3 Cuando el acuerdo tenga por objeto transferir, modificar, limitar el dominio u otro derecho real sobre bienes sujetos a registro, constituir gravámenes o cancelarlos, se ordenará también, la inscripción de la parte pertinente del acta en el correspondiente registro, no siendo necesario el otorgamiento previo de ningún documento (inc 3º, Art. 127 Ley 222/95). 156 Además del contenido de la providencia que aprueba el acuerdo concordatario, la finalización del proceso trae como consecuencias adicionales: la orden de la Superintendencia de Sociedades a las entidades correspondientes sobre la cancelación o la reforma de los gravámenes constituidos sobre los bienes del deudor, conforme a los términos del acuerdo concordatario; terminación de las funciones del contralor y la junta provisional de acreedores (Arts. 138 y 139 Ley 222/95); y aunque no hay norma que lo indique, es obvio que se ordenará el retiro de la frase ”en concordato” que acompaña el nombre de la sociedad durante todo el proceso concursal. E) Improbación: la otra posibilidad es la improbación del acuerdo concordatario por parte de la mencionada Superintendencia. En ese evento, según reza el artículo 140 de la Ley 222 de 1995, la entidad deberá expresar las razones que justifican la improbación, y suspenderá la audiencia para continuarla el décimo día siguiente, a fin de que se adopten las medidas conducentes127. Si reanudada la audiencia, se adoptan las reformas respectivas, la Superintendencia lo aprobará, de lo contrario declarará terminado el concordato e iniciará el trámite de liquidación obligatoria. F) Cumplimiento o incumplimiento (art. 141 Ley 222/95): ahora bien, puede que el acuerdo se cumpla o no se cumpla. En el primer evento la Superintendencia de Sociedades así lo declarará mediante providencia que se inscribirá en la Cámara de Comercio o en la oficina correspondiente y contra la cual solo procede recurso de reposición. En el evento de incumplimiento, ya decíamos en capítulo anterior que tal hipótesis podrá dar lugar a una audiencia de incumplimiento para sanear la situación e imponer las sanciones pertinentes; que de fracasar se declarará terminado el proceso por incumplimiento, se ordenará la 127 Como vemos, esta es otra de las normas que conducen a concluir que el Superintendente deberá decidir sobre la aprobación o improbación del acuerdo en la misma audiencia. De lo contrario, el deudor y los acreedores tendrían que esperar hasta diez días para la improbación del acuerdo (Art. 136 Ley 222/95) y ese mismo día habría de celebrarse la segunda reunión que impone el artículo 140 de la Ley 222/95 al señalar que en caso de improbación “La Superintendencia de Sociedades...suspenderá la audiencia para continuarla el décimo día siguiente”. Opción ésta que carece de toda lógica. 157 apertura del trámite liquidatorio y los gravámenes constituidos con anterioridad al concordato se restablecerán para asegurar el pago de los saldos insolutos de los créditos amparados con tales garantías, siempre que en cumplimiento de lo acordado no se hubieren enajenado los bienes. 158 5. MEDIDAS CAUTELARES 5.1 SOPORTE CONSTITUCIONAL Las medidas cautelares están destinadas a salvaguardar los derechos subjetivos en disputa y principalmente, a garantizar la efectividad y eficacia de la administración de justicia conforme al principio de la tutela judicial efectiva. Este principio encuentra firme soporte constitucional, siendo las medidas cautelares objeto de múltiples pronunciamientos por parte de la Corte Constitucional. La Constitución pretende asegurar una administración de justicia diligente y eficaz (CP Art. 228). Y no podía ser de otra forma pues el Estado de derecho supone una pronta y cumplida justicia. Esto significa no sólo que los jueces deben adoptar sus decisiones en los términos establecidos por la ley, sino que, además, sus decisiones deben ser ejecutadas y cumplidas, ya que poco sentido tendría que los jueces resolvieran las controversias, pero sus decisiones resultaran inocuas en la práctica, al no poder ser materialmente ejecutadas. Ahora bien, el inevitable tiempo que dura un proceso puede a veces provocar daños irreversibles, o difícilmente reparables, en el derecho pretendido por un demandante. Es entonces necesario que el ordenamiento establezca dispositivos para prevenir esas afectaciones al bien o derecho controvertido, a fin de evitar que la decisión judicial sea vana. Y tales son precisamente las medidas cautelares, que son aquellos instrumentos con los cuales el ordenamiento protege, de manera provisional, y mientras dura el proceso, la integridad de un derecho que es controvertido en ese mismo proceso. De esa manera el ordenamiento protege preventivamente a quien acude a las autoridades judiciales a reclamar un derecho, con el fin de garantizar que la decisión adoptada sea materialmente ejecutada128. De otro lado, la Carta busca asegurar un acceso efectivo e igual de todas las personas a la justicia (CP Art. 229), y es obvio que ese acceso no debe ser puramente formal. Las 128 Corte Constitucional. Sentencia de constitucionalidad C-490-00. 159 personas tienen entonces derecho a que el ordenamiento establezca mecanismos para asegurar la efectividad de las decisiones judiciales que les son favorables. La tutela cautelar constituye entonces una parte integrante del contenido constitucionalmente protegido del derecho a acceder a la justicia, no sólo porque garantiza la efectividad de las sentencias, sino además porque contribuye a un mayor equilibrio procesal, en la medida en que asegura que quien acuda a la justicia mantenga, en el desarrollo del proceso, un estado de cosas semejante al que existía cuando recurrió a los jueces129. Conforme a lo anterior, las medidas cautelares tienen amplio sustento constitucional, puesto que desarrollan el principio de eficacia de la administración de justicia, son un elemento integrante del derecho de todas las personas a acceder a la administración de justicia y contribuyen a la igualdad procesal (CP arts. 13, 228 y 229). Las medidas cautelares tienen por fin garantizar el cumplimiento de las providencias judiciales de condena que imponen el cumplimiento de una obligación. No se requieren para las sentencias declarativas o constitutivas porque estas no necesitan de conducta alguna de la parte demandada. Tienen una naturaleza estrictamente procesal y no tienen fundamento en el derecho sustancial. Son anexas al proceso principal, por lo que no existe medida cautelar autónoma del proceso. Las medidas cautelares, a su vez, tienen una vigencia limitada en el tiempo en consideración a la función de garantía que cumplen dentro del proceso y la magnitud de la medida depende de la pretensión en controversia. 5.2 MEDIDAS ESPECIALES DEL CONCORDATO El concordato es un proceso que busca, entre otras finalidades, la tutela adecuada del crédito. Los acreedores del proceso requieren que el deudor, al saberse parte de un proceso concursal, no distraiga sus bienes reduciendo la prenda general que garantiza sus créditos. Por ello, la Ley 222 previó la posibilidad de que se decreten medidas cautelares en el trámite concordatario. La Superintendencia de Sociedades en la providencia que ordene la apertura del concordato deberá decretar el embargo de los activos del deudor cuya 129 Ibid. 160 enajenación esté sujeta a registro, declarados en la relación de activos presentada por el deudor, y librar de inmediato los oficios a las correspondientes oficinas para su inscripción. Si en ellas aparece algún embargo registrado sobre tales bienes o derechos, este será cancelado y de inmediato se inscribirá el ordenado por la referida entidad (num. 7º, Art. 97 Ley 222). Además del embargo de los bienes sujetos a registro que la Superintendencia realiza al iniciarse el trámite concordatario, en cualquier estado del proceso podrá de oficio o a petición de cualquier acreedor, decretar el embargo y secuestro de cualquier bien, así como decretar otras medidas cautelares que estime necesarias (Art. 144 Ley 222/95). Con criterio eminentemente proteccionista a los acreedores se consagra esta norma, que al analizarla con detenimiento puede contrariar la naturaleza misma del concordato. Ello debido a que si el concordato busca la recuperación y conservación de la empresa como unidad de explotación económica, la medida cautelar de secuestro sería incompatible con tal objetivo, pues en la práctica podría devenir en la paralización de la empresa. Creemos que el secuestro de bienes se debe limitar a aquellos que no impliquen el detenimiento normal de la empresa, como por ejemplo un cuadro que adorna la oficina del presidente de la sociedad, una suntuosa porcelana que reside en la sala de espera de la empresa, una matera etc. En el Código de Procedimiento Civil (Arts. 678 a 692) están taxativamente señaladas las medidas cautelares que proceden y el tipo de proceso en que resultan viables, aunque tal afirmación se ha visto morigerada por el Decreto 2591 de 1991 sobre acción de tutela y la Ley 446 de 1998 que establecen la posibilidad de que el Juez decrete medidas cautelares por fuera de las previstas en la legislación tradicional (CPC), lo cierto es que aparte de esas dos normas las medidas cautelares son taxativas. Por eso, cuando el artículo 144 de la Ley 222 abre la posibilidad de que la Superintendencia podrá decretar otras medidas cautelares que estime necesarias, deberá tener en cuenta que no puede extralimitarse en decretar medidas que la ley no ha previsto, y deberá estudiar cuáles de ellas concuerdan con la naturaleza del concordato. El artículo 143 de la Ley 222, por su parte, señala que los 161 embargos y secuestros practicados en los procesos remitidos continuarán vigentes sobre los bienes susceptibles de embargos en el concordato conforme a lo estatuido en el numeral 7 del artículo 98 de la misma ley. De donde se colige, que los demás bienes serán liberados de las medidas cautelares y restituidos al deudor. Esto porque, como ya vimos, el secuestro desnaturaliza el objeto del concordato. El decreto, práctica130 y oposición a las medidas cautelares, se decidirá por la Superintendencia de Sociedades con sujeción a lo previsto en el CPC, sin necesidad de prestar caución (Art. 144 Ley 222/95). A solicitud del contralor (Art. 108), de la junta provisional de acreedores (Art. 115) o del deudor, la Superintendencia de Sociedades decretará, el levantamiento131 de la medidas cautelares (Art. 145). Las providencias que se 130 La Corte Constitucional en Sentencia C-925-99, se ha pronunciado sobre el momento en que se deben decretar y practicar las medidas cautelares en los siguientes términos: “Si las medidas cautelares están destinadas a salvaguardar los derechos subjetivos en disputa y, principalmente, a garantizar la efectividad y eficacia de la administración de justicia, es imprescindible que las mismas se decreten y practiquen antes de que el titular de los derechos cautelados tenga conocimiento de ellas. Admitir lo contrario, esto es, que su ejecución sea posterior a la notificación del auto que las ordena, haría inoperante dicha figura en cuanto le daría al demandado la oportunidad de eludirla, impidiéndole al Juez cumplir eficazmente su objetivo de proteger el derecho amenazado o violado. La Corte encuentra que el artículo 327 del C.P.C., tal como fue modificado por el numeral 153 del artículo 1° del Decreto 2282 de 1989, se ajusta al texto de la Carta Política, razón por la cual procederá a declarar su exequibilidad”. En el concordato las medidas cautelares se decretan bien el la providencia de apertura, o en cualquier estado del trámite conforme a lo previsto en el Art. 144 de la Ley 222/95. Es claro, que el concordado puede sospechar que al iniciarse el trámite concursal se le decretarán medidas cautelares sobre sus bienes, más aún en desarrollo del proceso mismo. Por ello, la Ley 222/95 introdujo la figura de la acción revocatoria que se explicará en capítulo posterior. 131 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria. Sentencia del Julio 5 de 1996, No. de Rad.: 6131-96. Magistrado Ponente Pedro Lafont Pianetta. En esta oportunidad la Corte se pronunció sobre el sujeto competente para practicar y levantar las medidas cautelares en los siguientes términos: “Conforme a lo expuesto, ha de concluirse entonces que respecto del decreto, trámite para practicarlas y levantamiento de las medidas cautelares en un proceso determinado, la competencia se radica en el Juez que tiene el conocimiento del mismo, como quiera que ellas son de carácter precautorio para evitar que las decisiones judiciales resulten ilusorias, es decir, con ellas se persigue evitar los perjuicios que puedan ocasionarse a las partes por la tardanza en la resolución definitiva del 162 dicten solo tendrán recurso de reposición132. 6. CONCORDATO DE SOCIEDADES SUBORDINADAS - EVENTUAL RESPONSABILIDAD DE LA MATRIZ133 La compleja y dinámica actividad empresarial contemporánea a recurrido a las diversas formas societarias que la ley impone de acuerdo al tamaño e infraestructura de la empresa. En efecto, la sociedad colectiva debería utilizarse como modelo de pequeñas empresas, la sociedad de responsabilidad limitada como forma asociativa para crear mediana empresa, y el paradigma de los grandes capitales e inversiones se habría canalizar a través de la sociedad anónima. La práctica mercantil y el fluctuante mundo del comercio han demostrado que este esquema enzimático entre tamaño empresarial y forma asociativa es deficiente. No en vano podemos encontrar grandes empresas bajo las formas asociativas de responsabilidad limitada o incluso colectiva; pero más sorprendente es comprobar que la sociedad anónima no fue suficiente para satisfacer los “monstruos” empresariales que se conforman hoy día, naciendo así los grupos económicos cuya importancia actual es litigio, razón ésta por la cual se tiene dicho por la doctrina que las medidas cautelares, en últimas, constituyen un cumplimiento anticipado del fallo si resultare favorable al actor, para salirle al paso al ”periculum mora” de una decisión que puede adoptarse luego de transcurrido el tiempo que dure la tramitación del proceso”. 132 El Consejo de Estado en Sentencia 005-99 se pronunció acerca del recurso de apelación sobre auto que decretan o niegan medidas cautelares: “En materia de medidas cautelares el único auto apelable es el que las decreta, mas no el que las niega. La solución legal es razonable toda vez que el decreto de una medida cautelar puede irrogar ingentes daños al demandado, en tanto que el que la niega sólo mantiene el statu quo. Con fundamento en las razones expuestas se concluye que contra el auto que niega las medidas cautelares no es procedente el recurso de apelación y en consecuencia, la Sala lo rechazará por improcedente”. Contra la providencia que ordena la apertura del trámite concordatario, en donde se decreta el embargo de bienes cuya enajenación esté sujeta a registro, no procede recurso alguno. Contra los que se decreten conforme a lo dispuesto en el artículo 144 de la Ley 222/95, procede solamente el recurso de reposición. Así se comprueba que lo dispuesto por la Corte Suprema de Justicia no aplica en el proceso concordatario dada su naturaleza especial. 133 En este trabajo se hará una breve mención sobre responsabilidad de la matriz, debido a que se tratará en extenso en capítulo posterior por el estudiante Darío Laguado Giraldo. 163 innegable y se exterioriza en los inmensos recursos económicos que generan. La concentración empresarial a través de la conformación de grupos económicos brinda múltiples beneficios en las economías de mercado. El control de las distintas fases de producción a través de una integración vertical, posicionarse sólidamente en el mercado mediante una integración horizontal134, la posibilidad de obtener utilidades en varias facetas del mercado adquiriendo significativas participaciones de capital en compañías de objetos sociales distintos a través de la conformación de la denominada conglomeración de sociedades, la optimización de los recursos, la generación de economías de escala y la diversificación del riesgo son solo algunas de las ventajas que la estructura de grupo de sociedades trae consigo135. El artículo 26 de la Ley 222 de 1995 establece que una sociedad será subordinada o controlada, cuando su poder decisorio se encuentre sometido a la voluntad de otra u otras personas que serán su matriz o controlante. Distingue además dos tipos de subordinadas dependiendo de si el poder decisorio se encuentra sometido directamente por la matriz caso en el cual la subordinada se denominará filial; o con el concurso o por intermedio de las subordinadas de la matriz, caso en el cual se llamará subsidiaria. Entre las múltiples obligaciones y efectos que la ley impone para los casos de subordinación, nosotros nos ocuparemos de uno sólo que se relaciona directamente con la materia tratada cual es el de la extensión de responsabilidad en caso de concordato de la subordinada. Con un criterio eminentemente proteccionista para los acreedores de la 134 Samuelson / Nordhaus explican la integración vertical y la integración horizontal con un ejemplo: “El proceso de producción pasa por diversas fases; por ejemplo, el mineral de hierro se convierte en barras de acero, las barras en planchas de acero laminado y las planchas en carrocerías de automóviles. La integración vertical es la combinación en una única empresa de dos o más fases diferentes de este proceso (por ejemplo, el mineral de hierro con barras de acero). La integración horizontal es la combinación en una única empresa de unidades diferentes que operan en la misma fase de producción. Samuelson. En: SAMUELSON/NORDHAUS. Economía. Décimo sexta ed. Madrid: Mc Graw Hill, 1999, p. 731. 135 Es de advertir que así como la estructura de grupos económicos brinda significativas ventajas, también implica serios riesgos para la competencia pudiendo conducir a situaciones monopolísticas, prácticas abusivas de la competencia, imbricación etc. 164 subordinada, la Ley 222 consagró la drástica medida en los siguientes términos: cuando la situación de concordato o de liquidación obligatoria haya sido producida por causa o con ocasión de las actuaciones que haya realizado la sociedad matriz o controlante en virtud de la subordinación y en interés de esta o de cualquiera de sus subordinadas y en contra del beneficio de la sociedad en concordato, la sociedad matriz o controlante responderá en forma subsidiaria por las obligaciones de aquella. Se presumirá que la sociedad se encuentra en esa situación concursal, por las actuaciones derivadas del control, a menos que la matriz o controlante o sus vinculadas, según el caso, demuestren que esta fue ocasionada por una causa diferente”(parágrafo. Art. 148). Conviene analizar la norma citada en los siguientes términos, limitándonos al tema del concordato: A) La Ley 222/95 estatuye una verdadera modalidad de lo que se conoce como ´desestimación de la personalidad jurídica´. Pues si bien es cierto matriz y subordinada son dos personas jurídicas distintas con nombre, domicilio, capacidad, nacionalidad y patrimonio propio e individualizado, el legislador con buen criterio y en defensa de los terceros acreedores, hace caso omiso de esa circunstancia tradicionalmente reconocida en el ámbito jurídico, corre el velo societario y en esa operación descubre otro patrimonio que desenmascarado ahora y dado el vínculo de subordinación cierto entrará a soportar las obligaciones de la subordinada en concordato. Según el profesor Reyes Villamizar136: las hipótesis de extensión de responsabilidad en situaciones de concurso no son recientes en las legislaciones norteamericanas y europeas. Según informa el profesor Harm-Jan de Kluiver, una faceta interesante de las normas concursales es que la responsabilidad en algunos países europeos ´se extiende a personas (naturales y jurídicas) que a pesar de no haber tenido el carácter de directores, ejercieron dominio sobre la compañía e instruyeron a los directores sobre la forma en que deberían actuar. En el Reino Unido este concepto se conoce como ´director 136 REYES, Op. cit., p. 182. 165 en la sombra´ (shadow director) (...). De gran importancia, no solamente debido a la usualmente buena posición financiera de las sociedades matrices, es el asunto relativo a la responsabilidad en los grupos de sociedades. Lutter señala con acierto que este será uno de los temas fundamentales para el derecho societario en los próximos años. Biancchi ofrece un interesante ejemplo de este asunto al referirse a una norma especial (el art. 3º de la ley italiana del 3 de abril de 1979) que considera la responsabilidad de una sociedad matriz por las deudas de sus subordinadas, si estas últimas fueron sometidas a procedimientos de «administración extraordinaria». B) La ley establece una presunción137 de que la subordinada a llegado a la situación de sobreseimiento por las actuaciones derivadas del control. Presunción iuris tantum o de hecho, por lo que aunque se invierte la carga de la prueba, podrán la matriz o sus controlantes probar la no existencia del hecho que legalmente se presume, aunque sean ciertos los antecedentes o circunstancias de que lo infiere la ley. Algunos autores han considerado tal presunción como una violación al artículo 83 de la Constitución Política que establece el principio de buena fe, el cual se presume en todas las gestiones que los particulares adelanten ante las autoridades. Igualmente aducen que la presunción vulnera el artículo 769 del Código Civil, consistente en que si por alguna circunstancia o disposición no se presume la buena fe en un acto o negocio jurídico, la mala fe deberá probarse. Lo lógico para los críticos del parágrafo del artículo 148, hubiera sido extender la responsabilidad a la matriz o controlante, sólo en aquellos casos en que se demuestre su responsabilidad, pues la sola circunstancia de existir una relación de subordinación, no puede condenar a los malos negocios que pueda emprender un grupo o conglomerado empresarial, a tener que convertirlos en prósperos, porque simplemente así lo quiso el legislador. C) Siendo que se trata de una presunción de hecho, puede ser desvirtuada mediante la comprobación del factor extraño a pesar de que resulte clara la hipótesis de subordinación. Así entonces, la matriz podrá exonerarse probando fuerza mayor o caso fortuito138, hecho 137 Recordemos que el Artículo 66 del Código Civil señala que: “Se dice presumirse el hecho que se deduce de ciertos antecedentes o circunstancias conocidas”. 166 de un tercero o culpa exclusiva de la víctima. Recuérdese que para poder endilgarse responsabilidad se necesita de la presencia del daño, la culpa y el nexo causal; al probarse el factor extraño se rompe el nexo causal entre el daño y la culpa, con lo que se lograría demostrar que la situación de concordato y el perjuicio a los acreedores de la subordinada (daño) no fue consecuencia del control ejercido por la matriz. D) La responsabilidad eventual en cabeza de la subordinada es meramente subsidiaria. Lo que significa que solo podrá demandarse responsabilidad a la matriz para el pago de los pasivos externos de la subordinada previa comprobación de que los activos de la subordinada no son suficientes para satisfacer las obligaciones a su cargo. La Corte Constitucional en Sentencia C-510 de 1997 M.P. José Gregorio Hernández ha dicho que (...) no se trata de una responsabilidad principal sino subsidiaria, esto es, la sociedad matriz no está obligada al pago de las acreencias sino bajo el supuesto de que él no pueda ser asumido por la subordinada, lo que, unido a la hipótesis legal de que las actuaciones provenientes de aquélla tienen lugar en virtud de la subordinación y en interés de la matriz o de otras subordinadas, apenas busca restablecer el equilibrio entre deudor y acreedores, impidiendo que estos resulten defraudados139. E) Un análisis detallado de la norma imposibilita que dicha responsabilidad subsidiaria pueda endilgarse a la matriz mientras esté en trámite un proceso concordatario con la subordinada. Esto debido a que los créditos de los acreedores hechos parte del proceso concordatario quedan condicionados a las resultas del mismo, por lo que tales acreedores deberán esperar a que se llegue a un acuerdo sobre la fórmula de arreglo concordatario, o que finalice el proceso cuando fracasa el concordato. Por otro lado, a los acreedores postconcordatarios se les van cancelando sus créditos inmediatamente pues se hacen exigibles de manera pura y simple por lo que sería absurdo demandaran responsabilidad a la matriz. De acuerdo a este análisis, la norma que nos ocupa debe interpretarse en el 138 Recuérdese que según el Art. 64 del Código Civil: “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto al que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los autos de autoridad ejercidos por un funcionario público etc.”. 139 Citado por REYES, Op. cit., p. 184. 167 sentido de que el acreedor hecho parte en el concordato puede acudir en subsidio contra la matriz solo bajo el supuesto de fracaso del concordato bien porque no hubo acuerdo, bien porque se ha incumplido y su crédito no haya sido cancelado en todo o en parte. 168 7. LA ACCION PAULIANA Y LA ACCION REVOCATORIA CONCORDATARIA 7.1 LA ACCIÓN PAULIANA 7.1.1 Generalidades. La Acción Pauliana tiene sus orígenes en el Derecho Romano. Su nombre se debe a que fue introducida por el Pretor Paulus, quien creó esta acción para revocar los actos realizados por los deudores en fraude de los acreedores. La legislación colombiana retoma la creación de Paulus del Derecho Pretoriano y la consagra en el artículo 2491 del CC. Antes de adentrarnos a hacer un minucioso análisis de esta acción, es necesario aludir a dos artículos del Código Civil, que son la base fundamental y soporte de la Acción Pauliana, y delimitan así mismo sus posibles consecuencias. Estos son el art. 2488 CC que señala como: ”toda obligación personal da derecho al acreedor para perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no embargables designados en el artículo 1677 CC”; y el Art. 2492 CC que indica que: “los acreedores, con las excepciones indicadas en el artículo 1677, podrán exigir que se vendan todos los bienes del deudor hasta concurrencia de sus créditos, incluso los intereses y los costos de la cobranza, para que con el producto se les satisfaga íntegramente, si fueren suficientes los bienes, y en el caso de no serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir ciertos créditos”. Es pues el patrimonio del deudor “prenda general de los acreedores”, realidad que no priva al insolvente de la libre administración de sus bienes. De esta manera la ley interviene en la esfera administrativa que el deudor reserva sobre sus propios bienes cuando sus actos lo han dejado en estado de insolvencia o sobreseimiento, no pudiendo cumplir con sus obligaciones, y en fin, traicionando la confianza que los acreedores han depositado en él. Surgen entonces derechos auxiliares en favor de los acreedores, medios reconstitutivos, uno de ellos la Acción Pauliana. Consagrada en el art. 2491 CC reza de la siguiente manera: 169 en cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes o a la apertura del concurso, se observarán las disposiciones siguientes: 1) Los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y las hipotecas, prendas y anticresis que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, siendo de mala fe el otorgante y el adquiriente, esto es, conociendo ambos el mal estado de los negocios del primero; 2) Los actos y contratos no comprendidos en el número precedente, incluso las remisiones y pactos de liberación título gratuito, serán rescindibles, probándose la mala fe del deudor y el perjuicio de los acreedores; 3) Las acciones concedidas en este artículo a los acreedores, expiran en un año contado desde la fecha del acto o contrato. 7.1.2 Requisitos. A) El Perjuicio a los acreedores Los actos del deudor han de causar un perjuicio a los acreedores. Así, haciendo uso de la facultad de administrar sus bienes, el deudor puede realizar los actos que desee, aunque tales actos impliquen una disminución patrimonial con tal de no rebasar los límites de la solvencia. En estas circunstancias los acreedores carecen de interés y “sin interés no hay acción“. Lo mismo sucede en cuanto a los actos del deudor relativos a bienes inembargables, pues estos, no siendo prenda general de los acreedores escapan a su persecución140. Es entonces esencial que los actos del deudor generen una insolvencia en su patrimonio o agraven el estado del mismo de modo que amenace seriamente la posibilidad de pagar sus deudas, creando un perjuicio o un daño al acreedor. El deudor podrá enervar la Acción Pauliana con la excepción de discusión de bienes. Será finalmente el juez quien decida, una vez verificadas las pruebas, si los actos del deudor iban encaminados a la comisión del ya mencionado ilícito141. B) El Fraude Pauliano 140 OSPINA FERNANDEZ, Op. cit., p. 166. 141 El artículo 2492 CC numerales 1º y 2º consagran tal requisitos al establecer que los actos del deudor deben haber sido otorgados” en perjuicio de ellos.”.(Los acreedores) 170 El art. 2491 CC num. 1º dice: “los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos...que el deudor haya otorgado en perjuicio de ellos, siendo de mala fe el otorgante y el adquirente, esto es, conociendo ambos el mal estado de los negocios del primero”; a renglón seguido prosigue diciendo: 2) Los actos y contratos no comprendidos en el número anterior...serán rescindibles, probándose la mala fe del deudor y el perjuicio a los acreedores”. Es claro que para que prospere la Acción Pauliana se ha de tener en cuenta ese elemento subjetivo cual es el de la mala fe del deudor al celebrar los actos en cuestión. Ospina Fernández se refiere al tema afirmando que ...el fraude pauliano es un concepto sui generis que consiste únicamente en el conocimiento que se tenga, y que el deudor debe tener, del mal estado de sus negocios, pese a lo cual celebra el acto que lo coloca en imposibilidad de pagar sus deudas. Con otras palabras, la mala fe del deudor, que se sanciona con la acción pauliana, es la que se ofrece cuando dicho deudor celebra un acto que defrauda la confianza en él depositada por sus acreedores, quienes al otorgársela contaban con que él no habría de abusar de la libre administración de sus bienes142. Es importante aclara que no debe confundirse la mala fe con el dolo, o aquella intención positiva de inferir daño al acreedor como lo ha sostenido cierto sector de la doctrina requiriéndose que éste (acreedor) tuviese que aportar la difícil prueba de dolo en el deudor. B´ El concilium fraudis Entiéndase por este precepto latino la confabulación que se da entre el deudor y el tercero con que contrata, a sabiendas que sus actos o contratos producen la insolvencia del deudor en perjuicio de los acreedores. El art. 2491 CC distingue si los actos son gratuitos u onerosos: 142 OSPINA, Op. cit, p. 167. 171 - Si el acto es gratuito procede la Acción Pauliana sin tener en cuenta la buena o mala fe del tercero, necesitándose entonces tan solo el designio fraudulento y el perjuicio a los acreedores. Esto debido a que no habiendo contraprestación para el tercero beneficiado por un acto gratuito, se enfrentan posteriormente por un lado la pretensión legítima del acreedor y por otro la del tercero cuyo patrimonio se beneficia a través de un enriquecimiento injusto. Acto gratuito = Designio fraudulento (deudor) + Perjuicio al acreedor = AP - Si el acto es oneroso la Acción Pauliana procederá teniendo en cuenta el Concilio Fraudulento, atendiendo a la complicidad del tercero en el ilícito perseguido por el deudor, mirando la buena o la mala fe de aquel. Esto se da puesto que eventualmente se vendrían a enfrentar la pretensión legítima del acreedor con la pretensión igualmente legítima del tercero contratante de buena fe que obtuvo del acto o contrato una contraprestación protegida por la ley, protección que se manifiesta en la no procedencia de la Acción Pauliana bajo el supuesto de habitar en el tercero buena fe143. Acto oneroso = Concilio Fraudulento + Perjuicio al acreedor = AP Corresponde al acreedor probar el fraude dependiendo si el acto es gratuito u oneroso. Parte de la doctrina considera injusto aplicar el principio según el cual “al actor le incumbe la carga de la prueba”, debido a la dificultad probatoria dada tanto en el designio como en el concilio fraudulento. Por ello se ha propuesto una presunción de fraude por parte del deudor y solo en cabeza del mismo, que le daría más fortaleza y mayor aplicabilidad a la Acción Pauliana. Nosotros compartimos esta tesis. 7.1.3 Naturaleza de la Acción Pauliana. El tema de la naturaleza de la Acción Pauliana se ha prestado para diversas y erróneas interpretaciones que se explicarán a continuación: 143 Ibid., p. 167 y 168. 172 A) Teoría de la nulidad El art. 2491 dice que los acreedores tendrán derecho para que se rescindan los contratos onerosos, y que incluso las remisiones y pactos de liberación a título gratuito, serán rescindibles. Claramente se podría llegar a pensar que los actos impugnables con la Acción Pauliana adolecerían de una nulidad relativa, y en consecuencia se retrotraerían todos los efectos.. Dado el caso del tercero subadquirente de buena fe, este tendría que restituir al patrimonio del deudor los bienes por él legítimamente recibidos. El profesor Ospina Fernández en contra de esta teoría expone cuatro razones: a- Las acciones de nulidad prescriben en 4 años (art. 1750 CC), la Acción Pauliana en uno (1). b- La revocación judicial del acto afectado de fraude pauliano se limita a los acreedores que hayan ejercido la acción y hasta concurrencia de sus créditos (Art. 1295 y 1451 CC), del sobrante (si lo hay) se aprovechará el tercero que haya contratado con el deudor o se haya beneficiado del acto. Cosa que no ocurriría en una posible rescisión. c- La nulidad judicialmente pronunciada da acción reivindicatoria contra terceros poseedores (art. 1748 CC). Cosa que de ninguna manera podría hacer el acreedor respecto de un subadquirente apelando a la nulidad, puesto que el acreedor no tiene ningún derecho real sobre la cosa. La Acción Pauliana es una acción personal. d- El art. 1740 CC circunscribe el ámbito de nulidad de los actos jurídicos a ciertos requisitos, en el acto viciado de fraude pauliano no faltan tales requisitos144. B) Teoría de la indemnización. Algún sector de la doctrina ha querido reducir la Acción Pauliana a la de indemnización de perjuicios. Sostienen los defensores de esta tesis, que una vez cometido el fraude y cierto el detrimento patrimonial del deudor, surge a favor del acreedor la posibilidad de una indemnización de perjuicios que se concreta en la restitución del patrimonio de aquel, y que 144 Ibid., p. 183. 173 al ser indemnizatoria no rebasa los límites del perjuicio sufrido. Entonces si el acto es oneroso la obligación indemnizatoria tiene su fuente (probado el concilio fraudulento) en la responsabilidad civil (art. 2341 CC). Más si el acto fue gratuito se presentaría un enriquecimiento sin causa, fuente indemnizatoria a favor del acreedor. Forzoso resulta equiparar la Acción Pauliana con la de indemnización de perjuicios, pues resulta evidente que la revocación del acto impugnado con la Acción Pauliana no reconstituye el patrimonio del acreedor sino el del deudor, el primero (a lo menos patrimonialmente) en nada se beneficia de dicha revocación; “o sea que respecto de él [acreedor] no se da el efecto propio de la actio in rem verso que sanciona el enriquecimiento sin causa, cual es el de restituirle al empobrecido lo indebidamente ganado por el enriquecido”145. C) Tesis de la inoponibilidad. La Corte Suprema de Justicia146 ha dicho que el verdadero efecto de la Acción Pauliana es que la revocación de los actos realizados por el deudor en fraude a los acreedores no invalidan la del acto impugnado, sino que son inoponibles a los acreedores. Tesis que sin duda, va en contravía con el régimen general de la Acción Pauliana; pues es bien sabido que la inoponibilidad opera ipso jure, y la Acción se convertiría en un instrumento inútil pues no modificaría la situación generada por el acto fraudulento. 7.1.4 Legitimación activa. Tan sencillo como decir que son los acreedores y solo ellos quienes están legitimados activamente para interponer la acción que nos concierne. Y no en vano hemos de aclarar que no es necesario que la acción sea interpuesta por todos los acreedores, basta que solo uno de ellos resultare perjudicado del fraude pauliano para que interponga la acción y esta proceda. En consecuencia la Acción Pauliana solo beneficiaría al acreedor o acreedores que la ejercen. 145 146 Ibid., p. 183. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil, sent. 26 de agosto de 1938, `G.J.` t. XLVII, 63. 174 Pero de esta afirmación surgen ciertas preguntas: • ¿La Acción Pauliana sólo puede ser interpuesta por los acreedores quirografarios? Se podría pensar que un acreedor hipotecario o prendario no tendría la legitimación activa para ejercer la acción, pues teniendo una garantía real con su derecho de persecución respectivo en manos de quien se encuentre el bien, no encontraría ninguna razón para ejercerla. Al respecto el profesor Luis Claro Solar dijo: “... es cierto que el acreedor hipotecario que cuenta con una hipoteca que le da seguridades suficientes de pago, no ha de tener interés en una acción molesta para el deudor y el tercero que contrató;...pero puede suceder que esa hipoteca, por cualquier causa, no constituya suficiente garantía; y en tal caso la acción pauliana puede constituir para él un recurso efectivo”147. • Puede ser interpuesta por un acreedor cuyo crédito esté sometido a plazo? El profesor Ospina Fernández trae a colación dos razones por las cuales el acreedor a plazo si podría instaurar la acción. “a) porque el plazo no suspende el nacimiento de la obligación, sino solamente su cumplimiento; y, b) porque, conforme al Art. 1533 CC, la insolvencia del deudor, que es presupuesto para el ejercicio de la Acción Pauliana, es también causal de extinción del plazo”148. • ¿Qué pasa con los acreedores posteriores al acto fraudulento? La doctrina y la ley son claras al establecer que la prenda general de los acreedores puede recaer sobre todos los bienes del deudor, sean presentes o futuros, pero no recae sobre los bienes pasados. Así pues este acreedor no gozará de Acción Pauliana por un acto celebrado con anterioridad a la fecha en que se relacionó jurídicamente con el deudor. 147 CLARO SOLAR, Luis. Explicaciones del derecho civil chileno y comparado. Vol. V, De las obligaciones. Editorial Jurídica de Chile, 1988. p. 621. 148 OSPINA FERNANDEZ, Op. cit., p. 172 175 7.1.5 Legitimación pasiva. La legitimación pasiva recae en cabeza de los siguientes sujetos: A. El deudor mismo, fraudator. B. El tercero que contratando a título oneroso con el fraudator era de mala fe. Y siempre que contrate a título gratuito con este. C. El subadquirente bajo las mismas reglas del tercero. 7.1.6 Término para interponer la acción. El art. 2591 es claro en consignar que “…3º Las acciones concedidas en este artículo a los acreedores, expiran en un año, contado desde la fecha del acto o contrato”. 7.1.7 Efectos de la Acción Pauliana A) Respecto de los terceros inmediatos (o que han contratado directamente con el fraudator o han reportado beneficio del acto): Estos deberán restituir al patrimonio del deudor los bienes recibidos, o quedan privados de los beneficios que hayan reportado del acto. El fallo estimatorio de la acción no invalida totalmente el acto impugnado, sino que se hace ineficaz hasta concurrencia del interés del acreedor (es) demandante (s). B) Respecto de los terceros mediatos (o que su adquisición o beneficio no se deriva del acto mismo del deudor): los efectos serán los mismos que respecto de los terceros inmediatos. C) Respecto del deudor: El efecto principal será la recomposición del patrimonio del deudor. Pero la procedencia de la acción ni mejora ni perjudica la crítica situación económica del fraudator. No la mejora ya que el único beneficiario es el acreedor pudiendo obtener la aprehensión y venta del bien hasta concurrencia de su crédito, y si llegase a quedar una suma de dinero restante ésta 176 pasará a los terceros inmediatos o mediatos condenados a la restitución. No la perjudica puesto que los terceros condenados a la restitución de los bienes no pueden ejercer acción de saneamientos por evicción; esta acción de saneamiento no procede respecto de actos gratuitos (Art. 1479 CC) y tratándose de actos onerosos, claro es que en el tercero hay mala fe, cómplice en el fraude del deudor, y es bien sabido que “nadie puede alegar su propia culpa”149. 7.1.8 Actos revocables. Atendiendo a la finalidad perseguida por la Acción Pauliana, cual es la de reconstituir el patrimonio del deudor insolvente, la doctrina ha dicho que el artículo 2491 CC trae una lista enunciativa y no taxativa de los actos potencialmente sujetos a dicha acción. 7.1.9 Trámite general. El Código de Procedimiento Civil guarda silencio al respecto omitiendo el trámite general pertinente para la Acción Pauliana. En tal virtud y dado su carácter residual debemos acudir al proceso ordinario civil. 7.2 LAS ACCIONES REVOCATORIAS EN LA LEY 222 DE 1995 Las acciones revocatorias tanto para los concordatos como para la liquidación obligatoria tienen su base, igualmente, en aquel precepto general en virtud del cual el patrimonio del deudor es prenda general de los acreedores. El artículo 2491 CC no es ajeno a los procesos concursales indicando como “en cuanto a los actos ejecutados antes de la cesión de bienes o a la apertura del concurso, se observarán la siguientes disposiciones (...)”. Pero la Ley 222 de 1995 consigna una regulación que dado su carácter especial prevalece sobre las disposiciones del régimen general; así pues, las acciones revocatorias en el concordato se regulan íntegramente por el artículo 146 de la citada ley, y las concernientes a la liquidación obligatoria por la sección VIII, artículos 183 y siguientes de la misma. 149 Ibid., p. 177 y 178. 177 El legislador consideró que se necesitaban estas acciones revocatorias estableciendo mecanismos específicos para proteger al acreedor durante el denominado período de sospecha, lapso de tiempo antecedente a la admisión del proceso concursal en que los actos realizados por el deudor caen bajo la sospecha de haberse realizado en perjuicio de los acreedores. 7.3 LA ACCIÓN REVOCATORIA EN EL CONCORDATO 7.3.1 Unidad de propósito. Al hacer un análisis de la acción revocatoria en el concordato resultará claro que difiere de la Acción Paulina consagrada en el Código Civil, así persigan un fin similar. Como lo ha dicho la Superintendencia de Sociedades150: no debe perderse de vista que la acción revocatoria en materia de procesos concursales, a la cual se refería por ejemplo el artículo 1965 del Código de Comercio hoy derogado y la que recoge el art. 146 en cita, es completamente independiente de la acción pauliana a que se refiere el Código Civil, aunque ambas persigan un mismo fin: la integración de bienes que salieron del patrimonio del deudor. Igualmente, no debe olvidarse que el Código Civil, consagra otras hipótesis referidas a medidas asegurativas del patrimonio del deudor, como por ejemplo las contenidas en los artículos 862, 1295, 1441, 1451, 166 y 1672. 7.3.2 Requisitos a) Legitimación activa. A diferencia del régimen general, en el concordato pueden interponer la acción el contralor, cualquier acreedor y la Superintendencia de Sociedades. La Superintendencia de Sociedades acierta en decir que: a) El contralor está legitimado, siempre y cuando el concordato se encuentre en 150 Superintendencia de Sociedades. Boletín jurídico no. 12 del 12/10/1997 178 trámite. Esta legitimación corresponde al contralor designado por el Superintendente de Sociedades y no incluye a los contralores que surjan en desarrollo del acuerdo concordatario, ni a los contralores que ejercen el control interno. b) Está legitimado cualquier acreedor siempre y cuando se haya hecho parte oportunamente dentro del trámite del concordato, pues si se trata de un acreedor extemporáneo el mismo no tendrá derechos dentro del trámite, salvo que dentro de las oportunidades definidas por la ley su acreencia haya sido admitida. Si se trata de un acreedor cuya acreencia ha sido rechazada en la providencia ejecutoriada de calificación y graduación de créditos, no estará legitimado para interponer la acción. c) En cuanto a la legitimación de la Superintendencia, la misma sólo será posible cuando el concordato se encuentre en la etapa del trámite, pues en la ejecución, la competencia del juez del concordato varía de manera ostensible y se limita únicamente a verificar el desarrollo del acuerdo, a fin de declarar su cumplimiento o dar paso al proceso de liquidación obligatoria151. b) Legitimación pasiva Igual que en el régimen general, sólo el deudor de buena fe en un acto a título gratuito hace parte del proceso concordatario como acreedor quirografario. c) Término de caducidad El silencio que guarda el legislador es evidente. No pudiéndose aplicar el régimen general ya que el solo periodo de sospecha es mayor a un año, creería que la acción revocatoria concursal procedería en cualquier tiempo en que se esté llevando a cabo el proceso por los actos ejecutados por el deudor 18 meses antes de la fecha de solicitud del trámite concursal. 7.3.3 Fecha de ocurrencia de los actos demandados. Los actos dispositivos deben ocurrir dentro de los dieciocho (18) meses anteriores a la fecha de solicitud del proceso concursal, cuando el trámite concursal se hubiere iniciado a petición del deudor o de cualquier acreedor. Cuando el concordato se inicie como consecuencia de la facultad oficiosa de la 151 Ibid. 179 Superintendencia, el término se contará a partir de la iniciación del trámite152. 7.3.4 ¿Qué debe entenderse por actos celebrados injustificadamente por el deudor? El artículo 146 de la Ley 222 establece que procederá la acción revocatoria por los actos realizados injustificadamente por el deudor, en tal sentido reza así: “el contralor, cualquier acreedor o la Superintendencia de Sociedades, podrá incoar la acción revocatoria concursal de los actos realizados injustificadamente por el deudor dentro de los 18 meses anteriores a la fecha de solicitud del trámite concursal, cuando dichos actos hayan perjudicado a cualquiera de los acreedores o afectado el orden de prelación en los pagos” (se subraya). Es necesario delimitar el alcance de esta frase para verificar en qué casos procede la acción revocatoria. En atención a las preocupaciones que las entidades financieras han expuesto sobre el alcance de este precepto, la Superintendencia de Sociedades resuelve el tema explicando que: el concepto de justificación debe ser examinado por el juez respectivo al momento de fallar. No obstante lo anterior, en algunos casos no existe duda para estimar injustificado el acto celebrado por el deudor de manera consciente a fin de defraudar los intereses de sus acreedores o cuando conociendo su situación crítica que permite deducir la apertura de un proceso concursal privilegia a algunos de sus acreedores otorgándoles garantías reales con las que inicialmente no contaban o aumentando la cobertura de las garantías. También puede pensarse que se entienden injustificados todos aquellos actos jurídicos que no son necesarios para la marcha de la sociedad o para la conservación de sus bienes o derechos porque, obsérvese bien, hay actos dispositivos urgentes y sensatos, los que por ser tales no son revocables así hubieran causado daño a los acreedores, de la misma manera que no son revocables los actos injustificados que no perjudican a los acreedores o que no afectan el orden de prelación en los pagos153. 7.3.5 ¿Qué actos pueden revocarse? El artículo 146 de la Ley 222 enumera una lista de 152 Ibid. 153 Ibid. 180 10 actos susceptibles de ser revocados. Se aumentan y diversifican estos actos con respecto a la regulación anterior para incluir nuevas conductas censurables que en la práctica concursal de los últimos años se han presentado, v.gr. el numeral 3º del citado artículo referente a la constitución de patrimonios autónomos. 7.3.6 Trámite. De la acción revocatoria concursal conocerá el juez civil del circuito o especializado del domicilio del deudor. Se desarrollará el trámite por la vía del proceso abreviado y como procedimiento preferente a los demás, salvo la acción de tutela (Art. 146 parágrafo 1º, Ley 222). 181 8. ESTADISTICAS DEL CONCORDATO 8.1 ESTADO GENERAL DE LOS CONCORDATOS (1969 – 2003) A fecha de actualización 30 de abril de 2002, el boletín estadístico de la Superintendencia de Sociedades indicó que tal entidad en el término de los últimos 35 años, ha conocido 667 procesos concordatarios de los cuales el 70.61% se han iniciado a partir de la entrada en vigencia de la Ley 222 de 1995. El grupo de estadística de la Superintendencia de Sociedades señala que: del total de los casos, el 49.32% (329) son concordatos vigentes, es decir se encuentran en etapa de ejecución y trámite154. El resto, 338 sociedades (50.68%), salieron del concordato al haberse declarado cumplido, terminado, acogido a un acuerdo de reestructuración o enviado a liquidación obligatoria. A partir de la expedición de la ley 550 se suspendió la figura del concordato, no obstante, la Ley 222 en su artículo 205 contempla dentro del proceso de liquidación obligatoria, la celebración de un acuerdo concordatario, es por esta razón que para los años 2000 y 2001, algunas sociedades aparecen registradas en tal situación. Cabe anotar, que en el año 2001, después de haberse acogido a Ley 550 (Acuerdo de Reestructuración), dichas aceptaciones fueron revocadas, encontrándose a la fecha dos (2) empresas más en concordato para el año 2001155. 154 Recuérdese que el concordato se puede encontrar en diversas fases o etapas que bien se pueden sintetizar de la siguiente manera: Concordato en trámite: Va desde la fecha del auto de apertura hasta la celebración del acuerdo. Concordato en ejecución: Va desde la aprobación del acuerdo hasta la declaratoria de cumplimiento. Adelantan el cumplimiento del acuerdo. Concordato cumplido: Caso en que el deudor cancela el total de las acreencias concordatarias en la forma y términos establecidos en el acuerdo. Concordato terminado: Caso en que las empresas celebraron acuerdo concordatario, pero no contaron con los suficientes activos para la cancelación total de los pasivos concordatarios. 155 Superintendencia de Sociedades. Boletín estadístico concordatos. Disponible en: www.supersociedades.gov.co 182 Como podemos apreciar en el cuadro número 1 la crisis económica que sufrió la economía colombiana en el año de 1999 se tradujo en que 204 empresas tuviesen que enfrentarse a un proceso concordatario, cifra exorbitante si tenemos en cuenta que sumadas las empresas en concordato durante los años 1996, 1997, 1998, 2000 y 2001 arrojan una cifra de concordatos 270 concordatos, 66 más que en 1999. En efecto la tercera parte del total de empresas en concordato hasta el 2001 el 33.49% se realizaron en 1999, seguido por el año de 1998 con un 14.28%, y en el 97 con un 10.096% (Cuadro 3). Cuadro 3. Años No. de empresas En ejecución En trámite Antes de 1996 135 102 10 1996 61 19 0 1997 87 26 2 1998 119 51 7 1999 204 102 10 2000 1 1 1 2001 2 2 2 609 312 32 TOTAL FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 30 de abril de 2002. Proceso: grupo de estadística. Desde 1969 y hasta 1996 solo 135 empresas se sometieron al proceso concursal, es decir un 22.167%. Debemos recordar que fue el Decreto 2264 de 1969 el que reguló por primera vez en nuestro país la institución del concordato preventivo en sus dos modalidades: potestativo y obligatorio. Posteriormente el Gobierno Nacional en uso de facultades extraordinarias conferidas por la Ley 16 de 1968, expidió el Decreto 410 de 1971 por medio del cual se promulgó el Código de 183 Comercio, que consagró el Concordato Preventivo Obligatorio para las sociedades comerciales sometidas al control de la Superintendencia de Sociedades, entidad que tenía solamente funciones administrativas. A partir de la expedición del Decreto 350 de 1989 y en concordancia con lo dispuesto en el Decreto 2651 de 1991, la Superintendencia de Sociedades ha venido cumpliendo en el trámite del Concordato Preventivo Obligatorio funciones jurisdiccionales. Es hasta el 20 de diciembre de 1995 que el Gobierno sancionó la Ley 222 de 1995 por medio de la cual se modifica el Libro II del Código de Comercio y se expide un nuevo régimen de procesos concursales (Cuadro 3). Así pues, resulta claro que esas 135 empresas en concordato antes de 1996 se rigieron por distintos marcos regulatorios según la normatividad vigente en cada caso. Los años 2000 y 2001 arrojan unas cifras muy pequeñas de empresas sometidas a concordato, 0,49%, lo cual resulta lógico si tenemos en cuenta, como lo venimos diciendo, que la Ley 550 de 1999 suspende la figura del concordato. Cuadro 4 Año 2003 No. de empresas 298 En ejecución 264 En trámite 34 FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. El último listado de sociedades en concordato a fecha 22 de Enero de 2003, señala que actualmente 298 empresas aún se encuentran sometidas a este proceso concursal, de las cual el 88,59% (264) están en etapa de ejecución y solo el 11,40% en trámite (Cuadro 4). 8.2 CONCORDATOS DE ACUERDO AL TIPO SOCIETARIO 184 La Confederación de Cámaras de Comercio registró un total de 137.176 sociedades a fecha 31 de diciembre de 1996. De acuerdo a esa cifra, el grupo de concordatos de la Superintendencia de Sociedades pudo establecer que las sociedades que a 30 de junio de 1997 se encontraban en proceso concordatario vigente representaron el 0.23 % del total. Se observa claramente un equilibrio entre las sociedades anónimas y las de responsabilidad limitada que se acogen a este mecanismo como instrumento de recuperación empresarial. En efecto el 47.45% (149) del total de sociedades en concordato son anónimas; mientras el 46.49% (146) son limitadas. Sólo el 6.05 % de las sociedades en concordato en 1997 corresponden a otros tipos societarios o de organización empresarial, como sociedades en comandita simple o por acciones, sociedades colectivas o sucursales extranjeras (Cuadro 5). Cuadro 5 Tipo de organización Sociedades anónimas Sociedades limitadas Otras TOTAL Concordatos vigentes 1969 –1997 149 No. de sociedades del pais 1996 Participacion porcentual 13.162 1.13% 146 109.090 0.13% 19 14.924 0.13% 314 137.176 0.23 FUENTE: Grupo de Concordatos – Superintendencia de Sociedades y Confecámaras. CALCULOS: Grupo Diagnóstico Concursal – Superintendencia de Sociedades Ahora bien, a fecha 22 de enero de 2003 la Superintendencia de Sociedades arroja otras estadísticas con respecto a la densidad de los casos frente al total nacional por tipo societario. Las sociedades anónimas siguen siendo la forma de organización societaria que más afronta procesos concordatarios con un 48.99% del total, tres (3) menos que en 1997. El equilibrio porcentual entre las anónimas y las sociedades de responsabilidad limitada es igualmente palpable, pues nótese que el 45.30% (135) del total de sociedades en concordato son limitadas, once 185 (11) menos que en 1997 (Cuadro 6). Cuadro 6. Tipo de organización No. de empresas 2003 Participación porcentual Sociedades Anónimas 146 48.99% Sociedades Limitadas 135 45.30% S.C.S. 10 3.355% S.C.A. 5 1.677% Sucursales Extranjeras 2 0.67% Sociedades Colectivas 0 0 TOTAL 298 100% FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. Los otros tipos societarios siguen arrojando cifras exiguas encontrándonos con que tan solo 5.032% del total son sociedades en comandita simple o por acciones; 0,67% sucursales extranjeras; y ninguna sociedad colectiva afronta hoy día un proceso concordatario. 8.3 CONCORDATOS POR MUNICIPIOS Cuadro 7. Regiones 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 Total Bogotá 1 6 2 7 9 22 26 15 88 186 Medellín 1 5 Cali 2 2 B/quilla 1 1 B/manga Manizales 2 3 1 12 16 5 6 49 2 1 7 12 8 34 2 2 6 3 18 2 7 3 1 4 2 1 2 1 8 2 2 1 7 3 1 6 Cúcuta 1 Ibagué 2 1 Cartagena 3 Pereira Chocó 3 1 2 4 1 1 S. Marta 1 San Andrés 2 1 4 1 1 Valledupar 1 Armenia 1 1 2 3 Popayán 1 Villavicencio 1 1 Neiva TOTAL 1 6 18 13 13 27 57 61 41 237 FUENTE: Grupo de Concordatos – Superintendencia de Sociedades. CALCULOS: Grupo Diagnóstico Concursal – Superintendencia de Sociedades Los cuadros no. 7 y 8 muestran una relación de concordatos por regiones. La ciudad de Bogotá es donde las empresas más se someten a concordato, aumentando el número de los mismos cada año; así mientras que en 1990 y hasta 1997 en la capital del país (88) empresas se encontraban en concordato, actualmente el número se ha incrementado en (36) empresas más, pues para el 2003 (124) sociedades, 41% del total, hacen parte de éste proceso concursal. También se puede observar que hasta 1997 la ciudad de Medellín ocupaba el segundo puesto de empresas sometidas a concordato, (49) del total. Puesto que ostenta ahora la 187 ciudad de Cali con (79) sociedades en concordato, 26.51% del total, mientras en Medellín solo (58) empresas, 14.76% del total, se someten al proceso. Cuadro 8. Regiones 2002 2003 Bogotá 132 124 Cali 81 79 B/quilla 28 25 B/manga 11 9 Cúcuta 0 3 Manizales 15 14 Medellín 58 44 TOTAL 325 298 FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. Después de las tres principales ciudades industriales del país (Bogotá, Medellín y Calí), los municipios de Barranquilla y Bucaramanga engrosan la lista de empresas en cesación de pagos que se someten al proceso. Llama la atención que un gran número de municipios cuyas sociedades se encontraban en concordato hasta 1997, en la actualidad son ajenos al proceso concursal. En efecto las ciudades de Ibagué, Cartagena, Pereira, Chocó, Santa Marta, San Andrés, Valledupar, Armenia, Popayán, Villavicencio y Neiva no arrojan ninguna cifra en el 2003. 188 8.4 CONCORDATO POR SECTORES ECONÓMICOS Cuadro 9 Sector económico Comercio Textil 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1 6 2 2 3 11 18 13 1 Agrícola 3 13 11 7 42 10 4 2 1 18 7 1 1 1 2 12 2 4 2 1 12 4 2 3 1 11 1 1 3 2 4 15 1 1 4 1 2 1 1 6 1 1 4 3 9 1 1 4 1 8 1 6 3 10 1 1 4 Metalmecánico 4 2 2 Const. Obras civ. Fabricación Alim. 4 1 Químico Minero 3 2 1 1 1 2 1 Cuero Plástico 1 1 Editorial Servicios 1 Otras Manufac. M. de madera 1 Calzado 1 1 7 3 2 2 1 1 2 1 Electrodomésticos 2 3 2 Esparcimiento Comunicaciones 12 1 Siderúrgico Ins. Construcción Total 56 1 1 1 2 Automotriz 1 1 Salud 1 1 Hotelería 1 1 Transporte TOTAL 1 6 18 14 13 27 57 61 1 41 237 FUENTE: Grupo Diagnóstico Concursal – Superintendencia de Sociedades. Fecha de 189 actualización: 30 de Junio de 1997. Los sectores más golpeados hasta 1997 fueron el del comercio y el sector textil, como se puede extraer del gráfico número nueve, seguido del sector agrícola y del sector de fabricación alimenticia. En el año 2003 la participación más alta de un sector económico en concordato seguía siendo del comercio con un 13.75% del total, seguido igualmente por el textil con un 7.71% del total. Cuadro 10. Sector económico 2003 Participación porcentual Comercio 41 13.75% Textil 23 7.71% Agrícola 8 2.68% Químico 8 2.68% Metalmecánico 2 0.67% Minero 6 2.01% Const. Obras civiles 10 3.35% Fabricación Alimentos 10 3.35% Cuero 1 0.33% Plástico 8 2.68% Editorial 9 3.02% Servicios 7 2.34% Otras Manufacturas 19 6.37% M. de madera 2 0.67% Calzado 0 0 Siderúrgico 0 0 Ins. Construcción 10 3.35% Esparcimiento 0 0 Comunicaciones 1 0.33% 190 Electrodomésticos 3 1% Automotriz 11 3.69% Salud 1 0.33% Hotelería 4 1.34% Transporte 1 0.33% Educación 1 0.33% Flores 3 1% Publicidad 1 0.33% Actividades Deportivas 1 0.33% Alimentos 21 7.04% Farmacéutico 3 1% N/d (otros) 83 27.85% TOTAL 298 100% FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. 8.5 CONCORDATOS DE ACUERDO AL GRADO DE FISCALIZACIÓN ESTATAL Cuadro 11 Grado de fiscalización 2003 INSPECCION 193 VIGILANCIA 100 CONTROL 5 TOTAL 298 FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. 191 8.6 CAUSALES PARA ACUDIR A CONCORDATO – PRINCIPALES CAUSAS DE LA CRISIS EMPRESARIAL Cuadro 12. Causal No. De empresas Art. 83 Ley 222 de 1995156 192 Art. 85 Ley 222 de 1995157 5 Art. 1º literal A del Decreto 3100 de 1997158 96 Art. 6º literal F del Decreto 3100 de 1997159 3 Null 2 TOTAL 298 FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 22 de Enero de 2003. Proceso: grupo de estadística. 156 ARTICULO 83. INSPECCION. La inspección consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para solicitar, confirmar y analizar de manera ocasional, y en la forma, detalle y términos que ella determine, la información que requiera sobre la situación jurídica, contable, económica y administrativa de cualquier sociedad comercial no vigilada por la Superintendencia Bancaria o sobre operaciones específicas de la misma. La Superintendencia de Sociedades, de oficio, podrá practicar investigaciones administrativas a estas sociedades. 157 ARTICULO 85. CONTROL. El control consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades para ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación crítica de orden jurídico, contable, económico o administrativo de cualquier sociedad comercial no vigilada por otra superintendencia, cuando así lo determine el Superintendente de Sociedades mediante acto administrativo de carácter particular. (...) 158 ARTICULO PRIMERO-. Quedarán sometidas a la vigilancia de la Superintendencia de Sociedades, las Sociedades mercantiles que a 31 de diciembre de 1997; o al cierre de los ejercicios sociales posteriores; o en los estados financieros de períodos intermedios que les solicite la Superintendencia de Sociedades, registren: a) Un total de activos, igual o superior al equivalente, a veinte mil (20.000) salarios mínimos legales mensuales 159 ARTICULO SEXTO: Estarán igualmente sometidas a la vigilancia de Superintendencia, de Sociedades: f. Las Sucursales de Sociedades Extranjeras. 192 El cuadro número 12 muestra las causales concordatarias de las 298 empresas que actualmente se someten a este proceso concursal. En este acápite vale la pena señalar las causas que en palabras de la Superintendencia de Sociedades, aducen los empresarios como principales motivos que han llevado a las sociedades a un estado de cesación de pagos. Afirma la entidad que los empresarios expresan como factores que incidieron en la crisis de sus empresas los siguientes: a) Disminución en las ventas o reducción en la demanda. Motivada en gran parte por la afectación en el consumo doméstico que conlleva a una recesión en el comercio total. b) La apertura económica, que viene incidiendo en el crecimiento de los inventarios de las sociedades del sector de la industria manufacturera, por la entrada indiscriminada de productos del exterior, el contrabando, el lavado de dólares, alterando radicalmente las variables del mercado, es decir las preferencias por los precios bajos antes que la calidad y servicios. c) La dificultad en la consecución de crédito bancario que afecta los flujos de caja de las compañías. d) El diseño de la política monetaria del país, pues ello ha llevado a que las entidades financieras fijen altas tasas de interés, desfavoreciendo al sector real de la economía lo que no ha incentivado la nueva inversión o continuidad de las empresas, frenando el crecimiento económico y social del país. Así mismo, las empresas con endeudamiento externo tuvieron que asumir elevadas pérdidas producto de la devaluación. e) Adicionalmente el sector financiero ha acentuado las exigencias para ciertas industrias del sector real de la economía, obligándolas a la consecución de créditos extrabancarios que les incrementa el costo de la deuda. f) Un significativo crecimiento de los costos de producción no obstante que los indicadores reflejan una baja en los índices de precios al productor IPP, lo que no es correlativo con el aumento en los precios. La Superintendencia de Sociedades también determinó otros factores que aunque no aducen 193 los empresarios se han descubierto como causas adicionales a la crisis empresarial: a) Sub-utilización de la capacidad instalada, dado el bajo nivel de producción. b) Sobredimensionamiento de la capacidad instalada, originado en su afán de crecer y anticiparse para afrontar la internacionalización de la economía, esperando que la demanda de sus productos tuviera acogida y por ende las ventas aumentaran significativamente, circunstancia que no se evidenció, lo cual trajo como consecuencia incrementos representativos tanto en los costos de producción como en los gastos de administración. c) Deficiente asesoramiento profesional y deficiente desempeño de las juntas directivas y de los revisores fiscales, si se tiene en cuenta que de la revisión a los respectivos dictámenes solo un 2% de los revisores fiscales hicieron alusión a la situación de crisis por la que atravesaba la empresa. d) Problemas de orden administrativos presentados especialmente en empresas de familia o en aquellas en donde el capital está concentrado en una persona, por cuanto en la mayoría de casos se impone la voluntad o capricho del mayor accionista, interrumpiendo la continuidad de las planes, estrategias y políticas. e) Problemas estructurales por falta de planeación. f) Elevada carga laboral, en algunas empresas con cierta antigüedad que se vieron afectadas por la retroactividad de las cesantías, no obstante la promulgación de la Ley 50 de 1990, e igualmente, los beneficios logrados por los trabajadores a través de la convenciones colectivas, fenómenos sobre los cuales existen dificultades de aproximación; como consecuencia entre otras, de la falta tanto de recursos económicos como de compromiso de los trabajadores frente a las empresas. g) Vaciamiento mal intencionado de las empresas160. 160 Superintendencia de Sociedades. Documento. DOBC. DC. 01 – 97. 194 Cuadro 13 1997 1998 1999 2000 2001 PIB (var. Anual en %) 3.4 0.6 -4.2 Consumo (var. Anual en %) 5.3 -0.1 -3.2 2.5 1.3 2.2 Inversión (var. Anual en %) -0.6 -6.3 -38.6 11.8 10.1 10.6 Desempleo (var. Anual en %) 12.4 15.7 18.0 19.5 16.4 15.5 Balance Fiscal(var. Anual en %) -2.8 -3.6 -5.11 -4.1 -3.4 ------ 2.7 2002 1.4 1.9 FUENTE: Indicadores Económicos sector real 1996 – 2002. En: Latin Focus. Disponible en: www.latin-focus.com El cuadro número 13 muestra un somero análisis de la economía colombiana durante los últimos seis años. Los indicadores porcentuales muestran una economía en recesión a partir de 1998, que alcanza su cúspide en el desastroso año de 1999. A partir de ahí vemos un mejoramiento global pero tímido del sector real. Al confrontar los valores del cuadro No. 13, con los del No. 14, resulta claro que el perecimiento y la crisis de las empresas guardan una relación directamente proporcional con las fluctuaciones del sector real. En efecto, a partir de 1996 el número de empresas en concordato se incrementa hasta alcanzar la cifra máxima de 204 sociedades en 1999. Cuadro 14 Años No. de Activos Pasivos empresas (millones de (millones de pesos) pesos) No. de empleados 1996 61 244,452 185,436 5,653 1997 87 377,148 271,145 6,006 1998 119 754,871 490,155 7,622 1999 204 1,157,422 966,401 15,173 195 FUENTE: Boletín Estadístico – Superintendencia de Sociedades. Fecha de actualización: 30 de abril de 2002. Proceso: grupo de estadística. 8.7 EL CONCORDATO Y LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN161 Desde el punta de vista estadístico el escenario de negociación contenido en la ley 550 de 1999 ha demostrado ser más eficiente que el trámite concordatario. Las negociaciones iniciadas en el 2000 y que culminaron en ese mismo año con la celebración del respectivo acuerdo, corresponden a 61 empresas con $1.073.870 millones de activos, $712.296 millones de pasivos y generaron empleo a 11.392 trabajadores. Esta cifra es cercana al total de activos ($1.2 billones), pasivos ($1 billón) y puestos de trabajo (14.897) involucrados en los 199 concordatos iniciados en 1999 y supera ampliamente a los activos ($212.570 millones), pasivos ($261.180 millones) y puestos de trabajo (3.195) correspondientes a los únicos 12 concordatos en los que se celebraron acuerdos en el mismo año de su iniciación. Cuadro 15 Trámite Empresas que se aceptaron Empresas celebraron Efectividad acuerdo Concordatos Bogotá 1999 199 12 6.03% Acuerdos Ley 550 2000 295 61 20.68% FUENTE: DANÍES LACOUTURE, Rodolfo. Ley 550, 3 años después. En: Revista Dinero, Marzo 11 de 2003. Disponible en: www.dinero.com Para establecer una comparación entre las empresas aceptadas a una negociación según la Ley 550 de 1999 y las que entraron a concordato, se tomó como base el último año de 161 Las cifras y parte del análisis contenidos en este subcapítulo fueron extraídas del informe realizado por: DANÍES LACOUTURE, Rodolfo. Superintendente de Sociedades. Ley 550, 3 años después, Marzo 11 de 2003. Disponible en: www.dinero.com 196 vigencia de éste (1999) y el primero de la Ley de reactivación empresarial (2000). Entre el 1 de Enero y el 31 de diciembre de 2000 el número de empresas aceptadas a un acuerdo de reestructuración es superior al 48% que fue admitido al trámite concordatario en el mismo período de 1999. En relación con el total de los activos, las empresas en acuerdo presentaron mayor valor, equivalentes al 233%, frente a los activos de las empresas en concordato. Cuadro 16 Concordatos Descripción de la variable en 1999 (*) NUMERO DE EMPRESAS Acuerdos de reestructuración 2000 Diferencia porcentual entre los dos trámites 199 295 48% NUMERO DE TRABAJADORES 14.897 33.390 124% VALOR ACTIVOS 1.258.659 4.185.960 233% 1.044.004 2.868.861 175% ($ MILLONES) VALOR PASIVOS ($ MILLONES) (*): Para efectos de la comparación, las cifras en pesos de 1999 se actualizaron a pesos de 2000 FUENTE: DANÍES LACOUTURE, Rodolfo. Ley 550, 3 años después. En: Revista Dinero, Marzo 11 de 2003. Disponible en: www.dinero.com Desde el punto de vista del empleo y teniendo como referencia el número de trabajadores, las empresas en acuerdo de reestructuración representan el 124 % del número de trabajadores. De no haber existido la opción que ofrece la ley 550 serían 197 60.168 nuevos desempleados que se sumarían a la dramática tasa de desempleo que enfrenta el país. Según afirma el Doctor Rodolfo Daníes Lacouture: A lo anterior se uniría una pérdida de riqueza significativa para el país, al cerrarse más de 770 unidades de producción generadoras de renta, cuyos activos, en su mayoría de $9.609.365 millones, quedarían totalmente improductivos. Además, muchas de las obligaciones ($6.881.675 millones) que estaban siendo respaldadas con estos activos no se podrían cancelar, afectando también al sistema financiero y a cientos de pequeños empresarios que sustentan su existencia como proveedores de esas sociedades162. Cuadro 17 EMPRESAS EN ACUERDO DE REESTRUCTURACIÒN CIFRAS CONSOLIDADAS (del 1o. de Febrero de 2000 al 31 de diciembre de 2002) CONCEPTO TODAS No. EMPRESAS S. S. 772 541 60,168 36,051 ACTIVOS (Millones $) 9,609,365 5,922,968 PASIVOS (Millones $) 6,881,675 4,567,493 PATRIMONIO(Millones $) 2,727,690 1,355,476 TRABAJADORES FUENTE: DANÍES LACOUTURE, Rodolfo. Ley 550, 3 años después. En: Revista Dinero, Marzo 11 de 2003. Disponible en: www.dinero.com A diferencia del concordato las empresas del sector construcción son las de mayor participación en el total de sociedades sometidas a la Ley 550 de 1999, representando 162 Ibid., DANÍES LACOUTURE, Rodolfo. 198 el 9.32% con 79 sociedades. Recuérdese que el sector comercio y textil encabezaban la lista de perecimiento empresarial con el concordato. El sector comercio en vigencia de la Ley 550 de 1990 arrojaba una cifra de 71 empresas en acuerdo de reestructuración a fecha 31 de diciembre de 2002; el textil por su parte se ubica como el sector con mayores activos que equivalen al 18 % del total con 21 empresas sometidas a tal ley. No hay variación sustancial entre los dos mecanismos en cuanto al número de empresas por región o municipio. Al igual que en el concordato la mayor parte de las empresas que se someten a la Ley 550 se encuentran en Cundinamarca y Bogotá con el 38.34% de las promociones, seguidos por Antioquia con el 19.04%, el Valle del Cauca con el 13,21%, y Atlántico con el 4.66%. El 24.75% restante se encuentra distribuido en el eje cafetero, los santanderes y el resto del país. Las objeciones en vigencia de la ley 550 de 1999 han sido menores que en el concordato. De 199 empresas admitidas en 1999 a concordato, se registraron 20.788 créditos, de los cuales fueron objetados 2781, un 13.38%; en tanto que de las 144 empresas que determinaron derechos de voto en el año 2000, dentro del trámite previsto en la Ley 550, se registraron 36.000 créditos de los cuales fueron objetados y admitidas 46 demandas, es decir un 0.13%163. No obstante este análisis, en nuestro criterio existen varios aspectos rescatables del concordato que deben tenerse en cuenta cuando finalice el período de vigencia de la ley 550 de 1990, que enunciaremos posteriormente. Al igual que el concordato, los acuerdos de reestructuración empresarial han sido objeto de múltiples críticas: se les ha calificado como un “purgatorio” en donde de las 710 empresas que ha septiembre 8 de 2002 se encontraban en el trámite, 116 no encontraron solución alguna y estuvieron obligadas a liquidarse, entre ellas Aeromensajería, Almacenes Tampico, Croydon, Grulla, Cervecería Ancla y Tierra, Mar y Aire han desaparecido. Otras tantas sobrevivirán para pagar sus deudas ante la dificultad en la obtención de créditos por parte del sector financiero. Jorge Pinzón cuando fue Superintendente de Sociedades advirtió que no hay una sola persona en el país que quiera volverse socia de una compañía que haya estado en ley 550, sin lo cual es imposible lograr un rescato sostenible de las empresas164. 163 164 Ibid. Economía, El purgatorio de las empresas. En: El Espectador. Bogotá. (Septiembre 8 de 2002). 199 La reforma que haya de ponerse en marcha, deberá tener por objetivo la práctica de un procedimiento rápido y simple, con el fin de reconducir la complejidad y dificultades de una situación de crisis empresarial a un procedimiento que permita la obtención de la mejor solución para los intereses en juego de la manera más eficaz y económica. 200 9. FLUJOGRAMA DEL PROCESO CONCORDATARIO TRÁMITE GENERAL DEL CONCORDATO 1. Supuestos Art. 126 L222 Inicio del proceso concursal 2. Solicitud de Apertura Art. 96-97 L222 6. Acuerdo Art. 126 L222 5. Audiencias Art. 126 L222 207 3. Providencia de Apertura A t 98 L222 4. Efectos de la Apertura Art. 99 a 105 L 222 1. SUPUESTOS Sobreseimiento Potencialidad razonable de sobreseimiento 208 2. SOLICITUD DE APERTURA Preguntas Formales Preguntas Sustanciales A. No estar sujeto al régimen de liquidación forzosa, ni a otro. B. Autorización del Máximo Órgano Social. C. Cumplimiento de obligaciones legales. A. Acreditar existencia y representación legal y domicilio. B. Estados financieros debidamente certificados de los 3 últimos ejercicios. C. Estado de inventario. D. Relación de procesos judiciales y de cualquier procedimiento administrativo de carácter patrimonial. E. Relación de procesos concursales. 209 3. PROVICENCIA DE APERTURA A. Designar contralor y su suplente B. Designar una Junta Provisional de Acreedores con sus suplentes. C. Prevenir al deudor que, sin su autorización, no podrá realizar operaciones que no estén comprendidas en el giro ordinario de sus negocios. D. Notificar a los acreedores por edicto. E. Realizar una comunicación adicional a los acreedores y a las entidades públicas. F. Ordenar a la Cámara de Comercio la inscripción de la providencia en el Registro Mercantil. G. Registrar el embargo de los activos del deudor cuya enajenación esté sujeta a registro. 210 4. EFECTOS DE LA APERTURA A. Preferencia del Concordato. Art. 99. L222. B. Continuación de Procesos Ejecutivos donde existen otros demandados. Art. 100 L222. C. Interrupción del término de prescripción. Art. 102 L222. D. Inoperancia de la caducidad. Art.102 L222. E. Continuidad de los contratos de tracto sucesivo. Art. 103 L222. F. Continuidad de la prestación de contratos de prestación de servicios públicos. Art. 104 L222. G. Cancelación y restablecimiento de gravámenes. Art. 105 L222. 211 5. AUDIENCIAS Preliminar Art. 129 L222 Modificatoria Art. 131 L222 Final Art. 130 L222 212 De incumplimiento Art. 132 L222 6. ACUERDO Requisitos Art. 135 L222 Aprobación Art. 136 L222 ACUERDO Cancelación y restablecimiento de gravámenes Art. 138 L222 Terminación de las funciones del contralor y Junta Provisional Art. 139 L222 Improbación del Acuerdo Art. 170 L222 213 A. Carácter General B. Aplicación exclusiva de las estipulaciones del acuerdo. 75 % de los créditos presentados y reconocidos. 10. VALORACIONES Y RECOMENDACIONES FINALES 1. El estado de cesación de pagos ha sido un problema que afecta al deudor desde el nacimiento mismo del comercio; su regulación ha ido modificándose con el devenir consuetudinario mercantil. Hoy día el salvamento empresarial es un instrumento indispensable para mantener el equilibrio económico de los Estados, pues el ente económico se erige como el motor de las naciones, generador de riqueza y fuente indiscutible de empleo y bienestar. El derrumbe empresarial solo podría ocasionar consecuencias nefastas a todo nivel, por lo que es indispensable regir el problema de sobreseimiento con una ley adecuada. 2. El proceso concordatario consigna el cuerpo normativo base de los procesos concursales en Colombia. De su estructura ha bebido la Ley 550 de 1999 y el proceso de insolvencia que cursa actualmente en el Congreso, claro está, estos últimos señalan nuevas precisiones y desarrollan nuevos enfoques. 3. El problema de cesación de pagos dada su enorme trascendencia debe interesarle al Estado; no se puede, como lo quiso hacer la ley 550 de 1999, trasladarle las cargas de salvamento a los particulares y dejar de lado la inmisión estatal en hechos que afectan sus fines constitucionales. 4. A simple vista, las cifras que arroja la ley 550 de 1999 muestran que los acuerdos de reestructuración han resultado ser más eficientes que el concordato. Sin embargo, creemos que tales resultados se hubieran podido obtener con una simple reforma a las mayorías exigidas por el concordato para la celebración del acuerdo, bajándolas del 75 % al 50 % que requiere la ley 550. 5. Aunque las estadísticas de la ley 550 con respecto al concordato son favorables para el primer mecanismo, el objetivo de dotar a los deudores y acreedores de incentivos 214 para la negociación, diseño y ejecución conjunta de programas que le permitan a las empresas privadas colombianas normalizar su actividad productiva, y al mismo tiempo, atender sus compromisos financieros, no se ha cumplido plenamente. 6. Como es palpable a lo largo del análisis normativo contenido en la Ley 222 de 1995, se vislumbra la ausencia de preceptos sobre insolvencia transfronteriza. La ley 550 de 1999 intentó sanear está situación, la posición de la Superintendencia de Sociedades, soportada en dicha ley, es que todos los acreedores, tanto nacionales como extranjeros, y todas las obligaciones causadas con anterioridad a la fecha de inicio de la negociación del Acuerdo de Reestructuración, independientemente de que hayan sido adquiridas en Colombia o en el exterior, se ven cobijados por los efectos previstos dicha ley (Oficio 155-035302). Aún así la aplicación extraterritorial de la ley 550 de 1999 está en duda. 7. La ley 222 de 1995 no consigna un régimen completo y claro sobre acreedores laborales, financieros, tributarios o con fiducia en garantía. En cada caso los vacíos han sido llenados por los conceptos y resoluciones de la Superintendencia de Sociedades y las sentencias de la Corte Constitucional. 8. Al mostrar las falencias de la ley 550 de 1999, no pretendemos defender la tesis según la cual habríamos de volver a regirnos por el proceso concordatario una vez finalizado el período en que estuvo suspendido. Si el desgaste estatal por crear la ley 550 ya se dio y ésta ha arrojado mejores resultados sería absurdo volver a las preceptivas contenidas en el concordato. Así, a sabiendas de las falencias de los dos regímenes la nueva ley debe superar estos defectos para satisfacer los intereses del fallido y sus acreedores. 9. Los vacíos de la Ley 222 son múltiples e igualmente han quedado denunciados (designación del contralor, período de aprobación del acuerdo, ausencia de normas 215 relativas a acreedores, ausencia de normas sobre aplicación extraterritorial, mayoría excesiva exigida para la celebración del acuerdo). 10. El proyecto de ley de insolvencia pretende solucionar estos problemas consagrando capítulos enteros en lo concerniente a acreedores laborales, tributarios y financieros; igualmente recoge normas sobre insolvencia transfronteriza, flexibiliza las normas sobre prelación de créditos y mantiene la mayoría exigida en la ley 550 para celebración del acuerdo. 216 BIBLIOGRAFÍA ARBOLEDA, José Enrique. Fundamentos filosóficos del derecho del trabajo. En: Actualidad Laboral. Bogotá – Colombia. BONFANTI - GARRONE. Concursos y quiebra. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1973. CLARO SOLAR, Luis. Explicaciones del derecho civil chileno y comparado. Volumen V, De las obligaciones. Edición Jurídica de Chile, 1988. Código Civil. Código de Comercio. Código de Hammurabi. Madrid: Ed. Tecnos, 1983. Código de Procedimiento Civil. Código Sustantivo del Trabajo. COLOMBIA. CONSEJO DE ESTADO. Sentencia 005 de 1999. COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. 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Esto, sumado a las dificultades internas de nuestra economía y a los altos costos financieros y laborales, trajo consigo un inminente peligro para la supervivencia de las empresas y con ello para la conservación del empleo, lo que implicó que la crisis trascendiera del ámbito económico al ámbito social. Para contrarrestar estos efectos el Congreso de la República expidió la Ley de Reactivación Económica y Empresarial, con el fin de otorgar al sector real de la economía una herramienta expedita y eficaz que permitiera dotar a deudores y acreedores de incentivos y mecanismos adecuados para la negociación y diseño de programas que permitiera a las empresas normalizar su actividad productiva y así atender sus compromisos financieros; buscando por sobre todas la cosas la recuperación y futuro sostenimiento de las empresas, para que continuaran cumpliendo con su función social. En desarrollo de esta ley se introdujo en nuestro régimen concursal los Acuerdos de Reestructuración Empresarial. Esto constituyó una innovación importante, ya que por su naturaleza convencional y no procesal resulta ser un instrumento bastante ágil y eficaz para adoptar las medidas necesarias para hacer frente a los momentos de crisis. Así mismo constituye un medio idóneo para la resolución de conflictos, pues gracias a la intención y voluntad de arreglo de las partes, características fundamentales del acuerdo, se puede llegar a convenios equitativos que satisfagan tanto los intereses privados del empresario y sus acreedores, como el interés general ya que se garantiza la permanencia de las empresas económicamente viables, así como el mantenimiento de una importante fuente de empleo. 224 Dada la importancia de esta ley y su escaso desarrollo doctrinal hemos querido que sea el objeto del presente trabajo de grado. La abordaremos desde un punto de vista jurídico y académico para lograr que sea entendida por aquellos que carecen de conocimientos tanto técnicos como profesionales en la materia y por quienes puede llegar a ser imperativo su uso, tal es el caso de la mayoría de los empresarios colombianos. 225 1. ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA LEY 550 DE 1999 1.1 FACTOR OBJETIVO 1.1.1 Aplicación en el tiempo. Una característica particular de la Ley 550 es su carácter temporal. La vigencia y por tanto la aplicación de esta norma está limitada a cinco años contados a partir de su promulgación, de acuerdo con ello regirá hasta el 30 de diciembre de 2004. Una vez vencido este término dejará de regir inmediatamente y de pleno derecho, dando paso a la aplicación del régimen Concordatario consagrado en la Ley 222 de 1995, actualmente suspendido. No se derogó la legislación concordataria, por cuanto se consideró que la figura de los acuerdos de reestructuración era una herramienta transitoria más idónea y eficiente para el momento de crisis y coyuntura económica, cuya aplicación cesaría en el momento en que los problemas del sector empresarial fueran efectivamente subsanados y de esta manera volver a la normativa del concordato. Básicamente las razones por las cuales resulta menos eficiente la aplicación de la ley 222 de 1995, referente al concordato, para hacer frente a estas dificultades son, a saber: 1. La naturaleza procesal y no contractual del concordato. 2. Los vetos previstos en el concordato, a favor del empresario y del setenta y cinco por ciento de acreedores. 3. La rigidez en el sistema de prelación de créditos. 226 Es preciso aclarar que si bien la aplicación de la ley 550 esta limitada en el tiempo, el legislador tiene la facultad de prorrogar su vigencia o convertirla en legislación permanente, pues nada asegura que la situación económica del país se haya estabilizado para la época en que la ley pierda vigencia. Claro está que la decisión del Congreso en uno u otro sentido dependerá del grado de eficiencia de la aplicación norma y del cumplimiento de las finalidades para las cuales fue instituida. Sobra decir que para prorrogar la vigencia de la ley o para adoptarla en nuestro ordenamiento de manera definitiva es necesario que se promulgue una nueva ley que así lo decida. 1.1.2 Aplicación en el espacio. La misma Ley 550 señala que sus disposiciones se aplican a “toda empresa que opere permanentemente en el territorio nacional”; es decir a toda empresa que tenga su domicilio principal en Colombia y tenga la intención de adelantar un acuerdo de pago con sus acreedores. De igual manera las sucursales o filiales de compañías extranjeras que desarrollen sus actividades en el país están sujetas a esta ley para los mismos efectos. 1.2 FACTOR SUBJETIVO El artículo 1° de la Ley 550 señala de manera general los sujetos que están sometidos a su regulación, así que su aplicación puede extenderse a cualquier sujeto o persona jurídica; no obstante la ley hace expresas algunas excepciones en virtud de la cuales el régimen jurídico que se debe aplicar es de carácter especial. A partir de esto se puede concluir que la ley en mención consagra un régimen general de reactivación empresarial que debe aplicarse en primera instancia, salvo que haya disposición expresa en contrario. 227 En términos de ley 550, ésta se aplica a los siguientes sujetos: 1. Personas jurídicas: aquellas que se han constituido con el cumplimiento de los requisitos y formalidades previstas en la ley, de tal manera que puedan ejercer derechos y obligaciones de manera independiente a los individuos que la conforman. Pueden ser personas jurídicas: a. Nacionales: aquellas que tienen su domicilio principal en el país. b. Extranjeras: aquellas que tienen su domicilio principal en el exterior, pero que desarrollan su actividad económica en Colombia a través de sucursales o filiales. c. Privadas: aquellas cuyo capital está conformado por recursos provenientes de los particulares. d. Públicas o de economía mixta: son la empresas industriales y comerciales del Estado y las sociedades de economía mixta que tengan por objeto el desarrollo de actividades empresariales, cuyo capital este conformado, en un 50 % como mínimo, por recursos provenientes del Estado. e. Con ánimo de lucro: aquellas cuya constitución tiene como finalidad la obtención de utilidades, es el caso de las sociedades y de las empresas unipersonales f. Sin ánimo de lucro: aquellas cuya constitución no persigue la obtención de ganancias, sino una utilidad pública; es el caso de las fundaciones y cooperativas. Se entiende que éstas son sujetos de la ley 550, teniendo en cuenta que cuando ésta se refiere a la “empresa”, no exige que se actúe a través de un establecimiento de comercio ni que quien la maneje tenga el carácter de comerciante. 2. Entidades Territoriales: 228 a. Departamentos. b. Municipios. c. Distritos: capital, especiales y turísticos. En todos los casos la ley es clara al establecer que estos sujetos, para poder gozar de las prerrogativas que la misma ley ofrece, deben desarrollar en su actividad empresarial actos de comercio. La ley mercantil en general se abstiene de definir qué son actos de comercio, y lo que hace es una relación taxativa de los actos que se consideran como tales; por ello la misma ley hace una remisión a todas aquellas disposiciones que consagran actos de comercio para determinar su aplicación. Estarán sujetas a la ley 550 todas las empresas que realicen cualquiera de las siguientes actividades165: 1. La adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma, y la enajenación de los mismos. 3. La adquisición a título oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el arrendamiento de los mismos; el arrendamiento de toda clase de bienes para subarrendarlos, y el subarrendamiento de los mismos. 4. El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en préstamo, y los préstamos subsiguientes, así como dar habitualmente dinero en mutuo a interés. 5. La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio, y la prenda, arrendamiento, administración y demás operaciones análogas relacionadas con los mismos. 165 Código de Comercio, artículo 20; Ley 256 de 1996 artículo 5°, Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, artículo 11 y Ley 527 de 1999, artículo 2°, literal b. 229 6. La intervención como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los actos de administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes de interés, cuotas o acciones. 7. El giro, otorgamiento, aceptación, garantía o negociación de títulos-valores, así como la compra para reventa, permuta, etc., de los mismos. 8. El corretaje, las agencias de negocios y la representación de firmas nacionales o extranjeras. 9. La explotación o prestación de servicios de puertos, muelles, puentes, vías y campos de aterrizaje. 10. Las empresas de seguros y la actividad aseguradora. 11. Las empresas de transporte de personas o de cosas, a título oneroso, cualesquiera que fueren la vía y el medio utilizados. 12. Las empresas de fabricación, transformación, manufactura y circulación de bienes. 13. Las empresas de depósito de mercaderías, provisiones o suministros, espectáculos públicos y expendio de toda clase de bienes. 14. Las empresas editoriales, litográficas, fotográficas, informativas o de propaganda y las demás destinadas a la prestación de servicios. 15. Las empresas de obras o construcciones, reparaciones, montajes, instalaciones u ornamentaciones. 16. Las empresas para el aprovechamiento y explotación mercantil de las fuerzas o recursos de la naturaleza. 17. Las empresas promotoras de negocios y las de compra, venta, administración, custodia o circulación de toda clase de bienes. 18. Las empresas de construcción, reparación, compra y venta de vehículos para el transporte por tierra, agua y aire, y sus accesorios. 19. Las operaciones de consultoría y de ingeniería. 20. La concesión de licencias en general. 21. Los acuerdos de concesión o explotación de un servicio público. 22. Las operaciones de cooperación industrial o comercial. 230 Como se puede advertir nuestra legislación consagra un criterio objetivo para definir quiénes pueden celebrar acuerdos de reestructuración, atendiendo no a las calidades de las personas sino a los actos que estas realizan; por esta razón se debe entender que las sociedades que no desarrollen estas actividades no tienen la posibilidad de acceder a los mecanismos legales que permiten la reestructuración empresarial, tal es el caso de las sociedades civiles. Si bien es cierto que la Ley 222 de 1995 eliminó la discriminación entre las sociedades comerciales y las sociedades civiles estableciendo que estas últimas estarían sujetas para todos los efectos a la legislación mercantil166, es evidente que aún quedan rezagos de tal discriminación ya que las sociedades civiles están excluidas de este régimen concursal por el simple hecho de no realizar actividades mercantiles. De acuerdo con esto, es claro que las sociedades de naturaleza civil todavía están sometidas al trámite concordatario previsto en la Ley 222 de 1995, de conformidad con lo previsto en el artículo 66 de la Ley 550. La misma situación se presenta respecto de las personas naturales comerciantes, inscritas como tales en el registro mercantil; ellas también siguen amparadas por la Ley 222167 para adelantar un proceso concursal. No obstante los acuerdos concordatarios que estas personas celebren tienen los mismos efectos de los acuerdos de reestructuración regulados en la Ley 550 y darán lugar a la aplicación de todas las normas legales que cobijan a las empresas que han celebrado estos acuerdos168. Es preciso aclarar que a pesar de la prohibición de las sociedades civiles para acceder a la promoción de un acuerdo, basta con que estas cambien el objeto social adoptando cualquier acto de comercio para que inmediatamente adquieran el carácter de sociedad comercial y en 166 Ley 222 de 1995, artículo 1°. 167 Ibid., artículo 90. Ley 550 de 1999, artículo 1°, parágrafo 3° 168 231 tal sentido se puedan acoger a lo dispuesto en la Ley 550. Lo mismo puede suceder en lo que se refiere a las personas naturales, ya que estas tienen la capacidad de constituir una empresa unipersonal de carácter comercial, adquiriendo entonces la personalidad jurídica requerida para adelantar un acuerdo de reestructuración. 1.2.1 Excepciones. La Ley 550 no se aplica a: 1. Empresas que sean vigiladas por la Superintendencia de Economía Solidaria que desarrollen actividades financieras, de ahorro y crédito. Es el caso de las Cooperativas Financieras y las Cooperativas de ahorro y crédito que están sujetas a lo dispuesto en la Ley 454 de 1998. 2. Las Instituciones Financieras, y demás instituciones vigiladas por la Superintendencia Bancaria, sometidas al Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, que prevé herramientas especiales para su recuperación como son la intervención del FOGAFIN y la toma de posesión. 3. Los intermediarios de valores inscritos en el Registro Nacional de Valores, e intermediarios sujetos a la vigilancia de la Superintendencia de Valores. 4. Las empresas que se desarrollen mediante contratos o patrimonios que no impliquen personificación jurídica, como es el caso de los patrimonios autónomos surgidos de fiducias mercantiles Los patrimonios autónomos constituidos en desarrollo de contratos fiduciarios no son 232 destinatarios de la Ley de Intervención Económica, de una parte, porque éstos no tienen personalidad jurídica y, de otra, porque los establecimientos de crédito y las sociedades fiduciarias, especialmente autorizados para tener la calidad de fiduciarios, tampoco lo son169. 169 Superintendencia de Sociedades. concepto 220-53338 de agosto 9 de 2000. 233 2. LOS DE ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN 2.1 DEFINICIÓN “Se denomina acuerdo de reestructuración a la convención que se celebre a favor de una o varias empresas con el objeto de corregir deficiencias que presenten en su capacidad de operación y para atender obligaciones pecuniarias, de manera que tales empresas puedan recuperarse dentro del plazo y en las condiciones que se hayan previsto en el mismo”. A partir de esta definición se pueden identificar tanto las características como las finalidades de los acuerdos de reestructuración como instrumento de intervención del Estado para contribuir a la recuperación del sector real de la economía. 2.2 CARACTERÍSTICAS 1. Es un Contrato: la característica fundamental que distingue los acuerdos de reestructuración de los demás procesos concursales es su carácter contractual. Como convención, la celebración de los acuerdos de reestructuración depende en su integridad de la autonomía de las partes, en este caso del empresario deudor y sus acreedores, con miras a establecer una serie de derechos y obligaciones cuyo cumplimiento debe darse con la observancia de las condiciones pactadas por ellos mismos. La exposición de motivos de la Ley 550170 señala que los acuerdos son una “convención colectiva vinculante para el empresario y los acreedores” , al otorgarle el carácter de convención colectiva se está estableciendo un efecto importante y es que los derechos y obligaciones consignados en el acuerdo cobijan incuso a las personas no intervinieron en su 170 Congreso de la República de Colombia. Exposición de Motivos Ley 550 de 1999. 234 celebración ni directamente ni representadas por otras, en este caso concreto los acreedores disidentes171 y ausentes quedan obligados a pesar de no haber manifestado su voluntad. Esto constituye una notable excepción al principio de relatividad de los contratos en virtud del cual “un acto jurídico no aprovecha ni perjudica a los terceros ajenos al mismo”172; excepción que puede ser establecida de manera legítima por la ley. Los acuerdos de reestructuración deben presentar una serie de requisitos que determinan su existencia, validez y oponibilidad al igual que en todos los contratos; a continuación se hará una breve mención de estos requisitos y cómo se manifiestan en los acuerdos de reestructuración. a. Requisitos de existencia: Consentimiento: en el derecho civil el consentimiento se ha definido como la manifestación de dos o más voluntades encaminadas directa y reflexivamente a producir efectos jurídicos. En el caso de los acuerdos de reestructuración la manifestación de voluntad se traduce en el ejercicio del derecho de voto por parte de los acreedores, en virtud del cual aceptan la celebración del acuerdo. La Ley 550 regula de manera detallada el modo como se expresa la voluntad, así como la formación del consentimiento. Cabe resaltar que para efectos de celebrar el acuerdo no basta con dos o más voluntades expresadas en un mismo sentido, sino que se exige la concurrencia de un número determinado de voluntades que constituyan una mayoría decisoria al momento de celebrar el acuerdo; si esta mayoría no se verifica el consentimiento no existe como expresión de voluntad, de tal manera que el acuerdo como contrato tampoco existe. 171 Aquellas personas que votan en contra de la celebración del acuerdo. OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo. Teoría General del contrato y del negocio jurídico. Colombia: Editorial Temis S.A., quinta ed., 1998. p. 70. 172 235 Teniendo en cuenta la excepción al principio de relatividad antes señalada, en el momento en que se configure la mayoría decisoria y con ella el consentimiento, el acuerdo existe y es obligatorio tanto para quienes manifestaron su voluntad de manera favorable al acuerdo como para aquellos que lo hicieron en sentido contrario, e incluso para quienes de ninguna manera expresaron su voluntad. Objeto: en términos generales el objeto de los contratos es la entidad material o inmaterial sobre la cual recae la manifestación de voluntad, en el caso particular de los acuerdos de reestructuración el objeto es la empresa que pretende ser reactivada. Para efectos de la Ley 550 la empresa debe entenderse como toda actividad económica organizada ejercida a través de una persona jurídica, cuyo objeto sea la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes; o la prestación de servicios. Bajo este supuesto, en el evento en que un acuerdo de reestructuración recaiga sobre una persona natural, sobre una entidad que carezca de personería jurídica, o sobre una persona jurídica que no realice las actividades antes mencionadas será inexistente por ausencia de objeto. Causa: en el derecho civil, y en general en el derecho privado la causa se ha definido como “la necesidad o móvil que induce a manifestar el consentimiento”173; en tal sentido la causa en todos los acuerdos de reestructuración siempre es la misma y esta se traduce en la intención de mantener la vida de la empresa, lo que contribuye a la conservación del empleo y al desarrollo económico y social del país. b. Requisitos de validez La observancia de estos requisitos implica que una vez el contrato exista, pueda producir todos los efectos jurídicos para los cuales fue celebrado. 236 Consentimiento exento de vicios: en el régimen de los contratos, cuyo principio fundamental es la autonomía de la voluntad privada, lo que se busca es que el consentimiento otorgado por las partes al contratar sea libre y espontáneo, que no esté determinado por ningún tipo de coacciones. En general la voluntad y por ello el consentimiento pueden estar viciados por el error, la fuerza y el dolo. No es el momento de ahondar en estos conceptos, sin embargo sí es preciso dar algunos ejemplos que indiquen la forma en que se pueden manifestar en el ámbito de los acuerdos de reestructuración, y los efectos que pueden generar en el mismo. El error es un vicio que no suele presentarse en los acuerdos, sobre todo por los mecanismos de publicidad y fiscalización que permiten a los suscriptores del contrato conocer la naturaleza del negocio al cual están a punto de someterse. En lo que se refiere a la fuerza, definida como la utilización de vías de hecho, como violencia o amenazas, contra una persona para lograr un consentimiento que no quiere dar174, aunque poco común sí puede presentarse en los acuerdos de reestructuración. Un ejemplo de esto es la coacción que pueden ejercer cierto tipo de acreedores, o incluso terceros ajenos al proceso, a otra clase de acreedores como los trabajadores, mediante la realización de actos que infundan temor e incertidumbre respecto a la permanencia en sus trabajos, obligándolos a votar a favor de la celebración del acuerdo. Estos son casos aislados, cuya ocurrencia pretende ser evitada por la misma Ley 550 al prever mecanismos que garanticen la libertad de la manifestación del consentimiento; tal es el caso de la estricta regulación de las deliberaciones de los acreedores, las cuales deben estar precedidas por los promotores y en algunos eventos hasta por funcionarios de las autoridades que adelantan el trámite de los acuerdos. 173 MUÑOZ LAVERDE, Sergio. Derecho, Cátedra de Contratos. Pontificia Universidad Javeriana, Tercer año, 2002. 237 Como vicio del consentimiento, en esta materia es más frecuente que se presente el dolo, entendido este como “la serie de artificios que utiliza una persona para engañar a otra, o el ocultamiento o disimulo de hechos que conocidos por la parte contraria le hubieran impedido contratar”175. La manifestación más usual de este vicio se da cuando el empresario intencionalmente esconde u omite información en los estados financieros o cuando exhibe en los mismos información equivocada, de tal manera que presenta a la empresa en una situación que hace viable su recuperación, siendo que en realidad su liquidación es inevitable. En general, la consecuencia legal que se produce cuando se presenta cualquiera de estos vicios del consentimiento es la nulidad del contrato; esto implica que no sea apto para producir los efectos que estaba llamado a producir. No obstante por ser el acuerdo de reestructuración un contrato plurilateral en el cual concurren varias personas, éste sólo estará viciado respecto de las cuales se predica el error, fuerza o dolo y será válido respecto de las demás cuyo consentimiento no fue viciado. Si por la declaratoria de nulidad se ve afectada la mayoría decisoria requerida por la ley para celebrar el acuerdo, éste será nulo en su totalidad y para todas las partes, pues como se estudiará más adelante si el acuerdo no es aceptado por un número determinado de acreedores éste no puede celebrarse. Cabe anotar que la nulidad de la que estamos hablando es relativa, de tal manera que puede remediarse por la ratificación de la persona cuyo consentimiento en principio fue viciado, quien a pesar de eso decide contratar. Capacidad: la Ley 550 claramente establece que son partes en los acuerdos de reestructuración los acreedores, quienes pueden ser personas naturales o jurídicas. 174 175 BUSTAMENTE FERRER, Jaime. Introducción al estudio del derecho civil. Colombo Editores, p. 84. Ibid. p. 85. 238 En el caso en que los acreedores sean personas naturales su capacidad para adherirse al acuerdo y ser parte del mismo está determinada por las normas generales del derecho civil. Son plenamente capaces para celebrar el acuerdo directamente los acreedores mayores de 18 años; los menores de edad sólo pueden celebrarlo a través de sus representantes legales al igual que los disipadores, y dementes declarados judicialmente. Cuando un menor adulto176 o un disipador celebra el acuerdo directamente, éste estará viciado de nulidad relativa lo que quiere decir que puede remediarse en la medida en que su acto sea ratificado por su representante o cuando pasen 4 años contados desde el momento en que cese la incapacidad, en este caso desde que cumple la mayoría de edad o cuando por sentencia se establezca que la persona ya no es disipadora; su declaración sólo puede ser aducida por quien adolece de la incapacidad. Si quien celebra directamente el acuerdo es un impúber177 o un demente el contrato será absolutamente nulo, que igual puede ser remediado pero a diferencia de la nulidad relativa su declaración la puede pedir cualquier persona. En materia de acuerdos de reestructuración es factible que esta nulidad se presente cuando el acuerdo lo ha suscrito un menor de edad; teniendo en cuenta la ley laboral, es permitido que los menores de edad trabajen obviamente con la autorización de sus padres y del Ministerio de Trabajo, de tal manera que cuando hacen parte de los acreedores laborales de una empresa en reestructuración para efectos de suscribir el acuerdo deben actuar a través de sus representantes legales, so pena de que éste esté viciado de nulidad relativa si es un menor adulto, o de nulidad absoluta si es un impúber. En lo que se refiere a las personas jurídicas estas sólo pueden actuar a través de sus representantes legales, esto es por quienes están registrados en la Cámara de Comercio y figuran como tales en los certificados de existencia y representación legal de la entidad. Si 176 177 Personas entre los 12 y 18 años si es mujer, y entre los 14 y 18 años si es hombre. Hombres menores de 14 años y mujeres menores de 12 años. 239 un acreedor persona jurídica no actúa por intermedio de su representante, y un tercero suscribe un acuerdo de reestructuración en su nombre, el acuerdo estará viciado de nulidad relativa de tal manera que para que el acreedor se obligue en los términos del acuerdo, debe ratificar la actuación del tercero. Cabe anotar que dentro de las facultades de los representantes legales se entienden incorporados todos los actos que sean necesarios para el desarrollo de la persona jurídica entre los cuales está la celebración de acuerdos de reestructuración; sin embargo es posible que en los estatutos de la empresa se establezcan expresamente algunas prohibiciones entre las cuales puede estar la de suscribir un acuerdo de reestructuración. Si a pesar de tal prohibición el representante celebra el acuerdo se configuraría una nulidad relativa por falta de capacidad, que también puede ser saneada por ratificación. Al igual que en los vicios del consentimiento, la nulidad que surge de la incapacidad sólo afecta la relación con la persona (sea natural o jurídica) respecto de la cual se predica y no respecto del negocio jurídico en general, salvo que la nulidad afecte la mayoría decisoria exigida por la ley para la celebración del acuerdo. Objeto y Causa lícitos: nuestro Código Civil señala que hay objeto y causa ilícitos cuando contraríen la ley, el orden público y las buenas costumbres, igualmente dispone que su ocurrencia genera nulidad absoluta que en ningún caso puede remediase. En los acuerdos de reestructuración puede tomarse como objeto ilícito su celebración respecto a una entidad financiera, ya que viola claramente el ordenamiento jurídico en la medida en que la Ley 550 exceptúa estas entidades como objeto de este trámite concursal, pues para ellas se prevé un trámite especial; lo mismo sucedería si el acuerdo se celebra respecto de una persona natural. La causa será ilícita, por ejemplo, cuando con la celebración del acuerdo se persigue defraudar a los acreedores. Cumplimiento de las formalidades exigidas por la ley para el perfeccionamiento del contrato. El acuerdo de reestructuración es de carácter consensual, de tal manera que se 240 celebra y existe como contrato en el momento en que un número determinado de acreedores que constituyan la mayoría manifieste su voluntad a través del ejercicio del derecho de voto; no obstante la Ley 550 dispone claramente que el acuerdo debe constar en un documento escrito en el que figuren las firmas de los votantes; es así que aunque éste sea celebrado, sólo será válido y producirá efectos a partir del momento en que tal documento sea otorgado. c. Requisitos de oponibilidad. El contrato es válido y surte efectos entre quienes lo suscriben desde el momento en que se consigna en un documento; sin embargo será oponible a los acreedores disidentes o ausentes y a terceros desde le momento en que la noticia de la celebración del acuerdo sea inscrita en el registro mercantil. d. Declaración de inexistencia, nulidad e inoponibilidad de los acuerdos de reestructuración. La teoría general de los contratos señala que la nulidad debe ser declarada por una autoridad judicial, de lo contrario el contrato producirá todos sus efectos, pues goza de una aparente legalidad. La declaración de la nulidad relativa sólo puede solicitarse por la persona que se ve perjudicada por el vicio del que adolece el contrato; por el contrario la nulidad absoluta puede solicitarse por cualquier persona, incluso puede ser declarada de oficio cuando aparece en el desarrollo de un proceso, tratamiento que también se aplica en el caso de la inexistencia. e. Competencia de la Superintendencia de Sociedades respecto a la declaración de inexistencia, nulidad e inoponibilidad de los acuerdos de reestructuración. En materia de los acuerdos de reestructuración la Ley 550178 señala que la autoridad 178 Ley 550 de 1999, artículo 37. 241 competente para pronunciarse sobre la inexistencia, invalidez e inoponibilidad de los acuerdos o de algunas de sus cláusulas es, en única instancia, la Superintendencia de Sociedades en ejercicio de las funciones jurisdiccionales179 otorgadas por la Ley, que para tales efectos seguirá el procedimiento verbal sumario del Código de Procedimiento Civil180. A diferencia de los contratos, en general, los únicos legitimados para solicitar la declaración de inexistencia, nulidad o inoponibilidad ante la Superintendencia son los acreedores disidentes, es decir quienes votaron negativamente al acuerdo, dentro de los dos (2) meses siguientes a su celebración. Dentro de este marco de ideas, los acreedores que votaron a favor del acuerdo y los acreedores ausentes en el momento de la votación no pueden pedir la declaración de nulidad o inoponibilidad a la Superintendencia. Sin embargo nosotros consideramos que nada impide que estos sujetos inicien un proceso ordinario ante los jueces de la República, solicitando la nulidad o inexistencia del acuerdo, apelando a su naturaleza contractual y no a su carácter concursal, caso en el cual la Superintendencia carecería de competencia. 2. Desjudicialización: esta característica se deriva necesariamente del carácter contractual de los acuerdos de reestructuración. Como señala la exposición de motivos de la Ley 550, el establecimiento de este nuevo régimen concursal Parte de la base de que la crisis empresarial generalizada debe afrontarse con instrumentos que no tengan la naturaleza de procesos jurisdiccionales, es decir que debe consagrarse la desjudicialización de los mecanismos de recuperación empresarial y como alternativa se propone un acuerdo entre los acreedores de la empresa que es una convención colectiva vinculante para el empresario y todos 179 Constitución Política de Colombia, artículo 116, “Excepcionalmente la Ley podrá atribuir función jurisdiccional en materias precisas a determinadas autoridades administrativas”. 180 Código de Procedimiento Civil, artículo 435 y siguientes. 242 los acreedores181. Teniendo esto en cuenta y atendiendo al carácter esencialmente económico, financiero y contable de los procesos concursales182 se dotó a todas las Superintendencias183 que son autoridades administrativas y Cámaras de Comercio la facultad de adelantar la promoción de los acuerdos de reestructuración con el papel de un amigable componedor184. Estas actúan con la colaboración de grupos interdisciplinarios de profesionales especialmente calificados, lo que ayuda al éxito de la negociación del acuerdo. Sacar este trámite concursal del ámbito procesal y por ende de las autoridades jurisdiccionales, contribuye a la descongestión de los despachos judiciales en la medida en que se cuenta con 9 o 10 entidades que adelantan el trámite de los acuerdos, y a su vez con una extensa lista de promotores dando agilidad y celeridad a la negociación y celebración del acuerdo. 3. Trámite concursal: la promoción de un acuerdo de reestructuración es de naturaleza concursal en la medida en que presenta todos los principios propios de este tipo de trámites como se explica a continuación. a. Principio de oficiosidad: como se verá en su oportunidad, las autoridades legitimadas por la ley para adelantar la promoción de un acuerdo de reestructuración, tienen la facultad de iniciarlo de manera oficiosa sin necesidad de que éste sea solicitado por el empresario o sus acreedores e incluso en contra de su voluntad. La oficiosidad es la expresión de la función de inspección, vigilancia y control del 181 Congreso de la República de Colombia. Exposición de motivos, Ley 550 de 1999. REYES VILLAMIZAR, Francisco. Reforma al régimen de sociedades y concursos. Segunda ed., Editorial Temis S.A, 1999. 183 A excepción de la Superintendencia Bancaria y de Economía Solidaria respecto de las cooperativas que desempeñan actividades financieras, de ahorro o crédito. 184 Congreso de la República de Colombia. Exposición de motivos, Ley 550 de 1999. 182 243 Presidente de la República, delegada en las diferentes Superintendencias, en virtud de la cual pueden verificar el estado de las sociedades sometidas a su control y al mismo tiempo adoptar las medidas necesarias no sólo para proteger a los acreedores sino también al interés público185. b. Principio de Universalidad: este principio implica que una vez iniciado el trámite del acuerdo de reestructuración el patrimonio del empresario deudor garantiza en su integridad la satisfacción de sus acreencias, sin que bienes específicos queden afectados para esos efectos. Es así que el empresario está enla posibilidad de disponer de sus bienes con relativa libertad, de tal manera que permita adquirir recursos y en esa medida reactivar económica y financieramente la empresa; obviamente sin perjuicio de los intereses de los acreedores. c. Principio de Colectividad: teniendo en cuenta que el acuerdo de reestructuración es un contrato colectivo, es imperativo que los acreedores, sin excepción, se constituyan en parte durante su negociación, advirtiendo que todos se van a ver afectados por los resultados del mismo, aún los titulares de créditos sujetos a plazo o condición y de créditos litigiosos. d. Principio de Igualdad: este principio se manifiesta en la medida en que los acreedores una vez integrados a la negociación del acuerdo de reestructuración gozan de los mismos derechos, de tal manera que ninguno podrá ser mejorado ni disminuido en sus condiciones. Claro está que dicha igualdad se predica entre los acreedores de la misma clase de créditos, pues el tratamiento no pude ser el mismo tratándose de acreedores que gozan de garantías hipotecarias respecto de aquellos que no cuentan con ningún tipo de garantía. Este principio también se presenta en el hecho de que una vez celebrado el acuerdo, todos los acreedores quedan cobijados por sus efectos, sin entrar a discriminar si votaron a favor o en contra de su celebración. 185 Corte Constitucional. Sentencia de constitucionalidad C-233 de 1997. Magistrado ponente Fabio Morón Díaz. 244 e. Principio de atracción: como se estudiará a los largo del trabajo, en el momento en que se inicia la promoción de un acuerdo de reestructuración los procesos ejecutivos y de jurisdicción coactiva que se están adelantando en contra del empresario se suspenden, así mismo se impide la iniciación de nuevos procesos. De esta manera cualquier controversia respecto a la satisfacción de los créditos a cargo del empresario se discutirá durante la negociación del acuerdo, y si éste es celebrado, tales créditos se someterán a las condiciones pactadas en el mismo. 2.3 FINALIDADES DE LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN De conformidad con el artículo 5° de la Ley 550, los acuerdos de reestructuración tienen dos finalidades a saber: 1. Corregir deficiencias en la capacidad para atender obligaciones pecuniarias. En primer término, el sentido de la reestructuración empresarial es la reactivación del ámbito económico y financiero de la empresa. En esta medida se busca que con la formalización de los acuerdos de reestructuración se renueven las relaciones crediticias entre los acreedores y los deudores, para que estos últimos puedan renegociar sus deudas, y así mismo puedan acceder a nuevos canales de crédito que permitan adquirir recursos frescos para continuar con el desarrollo de sus actividades, mejorar su infraestructura productiva y tecnológica, ampliar su capital de trabajo, realizar inversiones y sobre todo aumentar su capacidad de pago. Las inyecciones de capital a la empresa sumado al aumento en su productividad, proporcionan un flujo de dinero que garantiza a corto y mediano plazo el cumplimiento de las condiciones del acuerdo y a largo plazo el establecimiento de empresas competitivas y sólidas, capaces de generar empleo y de contribuir al desarrollo económico y social del país. 2. Corregir deficiencias en la capacidad operativa de las empresas. La vieja connotación de la “reestructuración” que se refería únicamente a las obligaciones financieras de la 245 empresas con los bancos186, tuvo un avance importante con la Ley 550, al incluir como objeto de los acuerdos de reestructuración, además, la estructura administrativa y los sistemas de información a los accionistas, los acreedores y al público acerca del desarrollo de la empresa. El legislador es consciente de que muchas veces las crisis empresariales no sólo se deben a la carencia de recursos, sino que también pueden obedecer al mal manejo de estos en la medida en que los órganos administrativos no desarrollan su gestión dentro de un marco de eficiencia y economía. Es claro que ante una mala administración los acreedores al celebrar un acuerdo de reestructuración no están dispuestos a dejar la empresa en las mismas manos, de tal manera que se utiliza el mismo acuerdo como una herramienta que permita renovar el personal administrativo para que sea capaz de cumplir con las proyecciones de la empresa, cuya gestión esté encaminada a racionalizar los recursos, reduciendo los gastos administrativos y los costos, y aumentando la productividad y eficiencia en sus operaciones. Dado que en los acuerdos de reestructuración se traduce la oportunidad que dan los acreedores a las empresas para recuperarse, es lógico que a aquéllos en los acuerdos se les otorguen mecanismos de fiscalización que les permita conocer toda la información administrativa, financiera y contable de manera suficiente y oportuna. Así mismo es necesario que en los acuerdos se “consagren reglas de comportamiento para los administradores, que correspondan a estándares mínimos constitutivos de una ética empresarial, cuya construcción y apropiación colectiva es indispensable para la confianza recíproca de la cual depende su cumplimiento”187. 186 AVELLA, Mauricio. Consideraciones entorno a la reestructuración empresarial. Revista de la Contraloría. Documento elaborado en la Subgerencia de Estudios Económicos del Banco de la República, con la colaboración de varias secciones. Bogotá, diciembre de 1999. 187 Congreso de la República de Colombia. Exposición de motivos. Ley 550 de 1999. 246 3. INTERVINIENTES EN LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN Son 3 los participantes en un acuerdo de reestructuración: 1. La empresa. 2. El promotor. 3. Los acreedores. A continuación nos referiremos a cada uno de ellos. 3.1 LA EMPRESA La ley 550 de 1999 se aplica a188: 1. Toda empresa organizada como persona jurídica, que opere de manera permanente en el territorio nacional, o extranjera de carácter privado, público o mixto. El Código de Comercio define empresa como toda actividad económica organizada para la producción, transformación, circulación, administración o custodia de bienes, o para la prestación de servicios.189 La actividad empresarial deberá corresponder a los actos y operaciones previstos en los Artículos 20 del Código de Comercio, 5 de la ley 256 de 1996, 11 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, y 2 literal b) de la ley 527 de 1999; y no tendrá que realizarse mediante establecimientos de comercio, y la persona que la organice se denominará empresario, aunque no tenga el carácter de comerciante. A pesar de lo que sugiere el artículo 1° de la Ley 550, la verdad es que no a todas las 188 189 Ley 550 de 1999, Artículo 1°. Código de Comercio, artículo 25. 247 empresas se les aplica esta ley, puesto que expresamente y sin verdadera razón de derecho quedaron excluidas las empresas vigiladas por la Superintendencia de Economía Solidaria que ejerzan actividad financiera y de ahorro y crédito; las empresas vigiladas por la Superintendencia Bancaria; y las Bolsas de Valores, así como los intermediarios de valores inscritos en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios sujetos a la vigilancia de la Superintendencia de Valores. Como se puede ver, la empresa de la ley 550; en contravía con lo que enseña el Código de Comercio; es un sujeto dinámico, que el objetivo de ésta ley no fue la empresa sino algunas personas públicas de derecho privado y algunas personas jurídicas de derecho público, mezclando para unas y otras razones y valores que no pueden generalizarse, arropando a los sujetos bajo la concepción de empresa. 2. Las entidades territoriales. Según el artículo 286 de la Constitución Política las entidades territoriales son: 1) Los departamentos. 2) Los distritos. 3) Los municipios. Por disposición constitucional estas entidades gozan de la autonomía necesaria para la gestión de sus intereses 3. Las sucursales de sociedades extranjeras que desarrollen actividades permanentes en Colombia. Se consideran extranjeras las sociedades constituidas conforme a la ley de otro país y que tienen su domicilio principal en el exterior. El código de comercio en su artículo 471 establece que para que una sociedad extranjera pueda realizar negocios de forma permanente en Colombia debe establecer una sucursal 248 con domicilio en el país. Se entiende como sucursal: el establecimiento de comercio abierto por una sociedad, dentro o fuera de su domicilio, para el desarrollo de sus negocios sociales o de parte de ellos190. Para que una sucursal pueda operar en Colombia debe cumplir con 2 requisitos: 1) Protocolizar en una notaría del lugar elegido para su domicilio en el país, copias auténticas del documento de su fundación, de sus estatutos, la resolución o acto que acordó su establecimiento en el país y de los que acrediten la existencia de la sociedad y la personería de sus representantes. 2) Obtener de la Superintendencia de Sociedades o de la Bancaria, según sea el caso, el permiso para funcionar en el país. Como se puede ver y aunque parezca inexplicable no quedaron incluidas las personas naturales, a diferencia de lo que ocurre con la ley 222 de 1995 en relación con el concordato. Por otra parte, el parágrafo 1° del Artículo 1° de la ley 550 de 1999 establece que las empresas que se desarrollan mediante contratos o patrimonios que no tengan como efecto la personificación jurídica, no están comprendidas por la presente ley en forma separada o independiente del respectivo o respectivos empresarios. La Superintendencia de Sociedades en el concepto No. 220-53338 del 9 de agosto de 2000 con número de radicación 441.407 dijo que “los patrimonios autónomos constituidos en desarrollo de contratos fiduciarios no son destinatarios de la Ley de Intervención Económica, de una parte, porque éstos no tienen personalidad jurídica y, de otra, porque los establecimientos de crédito y las sociedades fiduciarias, especialmente autorizados para 249 tener la calidad de fiduciarios, tampoco lo son”191. Resulta claro que para acceder a la celebración de un acuerdo de reestructuración, es presupuesto indispensable tener personificación jurídica, lo que excluye la posibilidad para que los patrimonios autónomos que manejan las sociedades fiduciarias puedan directamente acogerse al procedimiento del acuerdo de reestructuración192, al carecer de estos de personalidad jurídica. Para que un acuerdo de reestructuración se pueda iniciar por solicitud del empresario es necesario que exista una petición escrita de los representantes legales del empresario o empresarios, en la cual deberá acreditarse el incumplimiento en el pago por más de 90 días de 2 o más obligaciones mercantiles contraídas en el desarrollo de la empresa, o la existencia de por lo menos 2 demandas ejecutivas para el pago de obligaciones mercantiles. En cualquier caso el valor acumulado de las obligaciones en cuestión deberá representar no menos del 5% del pasivo corriente de la empresa. 3.1.1 Actividad del empresario durante la negociación del acuerdo de reestructuración. La actividad que tiene que surtir el empresario durante la negociación del acuerdo de reestructuración es la descrita en el Artículo 17 de la ley 550, es decir, que a partir de la fecha de iniciación de la negociación, el empresario deberá atender los gastos administrativos que se causen durante la misma, los cuales gozarán de preferencia para su pago; y podrá efectuar operaciones que correspondan al giro ordinario de la empresa con sujeción a las limitaciones estatutarias aplicables. De celebrarse o ejecutarse un acto en contravención de lo regulado en el Artículo 17, este acto será ineficaz de pleno derecho sin necesidad de declaración judicial, y dará lugar a la imposición al acreedor, al empresario, a ambos y a sus administradores, según el caso, de 190 191 192 Código de Comercio, artículo 263. Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-53338 del 9 de agosto de 2000. Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-19581. 250 multas sucesivas hasta de 100 SMLV, hasta tanto se de reverso a la operación respectiva. Para saber que se entiende como “giro ordinario de los negocios” acudimos al concepto de la Superintendencia de Sociedades No. 220-75567 con número de radicación 480.9600 el cual dice que se entiende como giro ordinario de los negocios: aquellas actividades que en forma habitual u ordinaria, ejecuta la sociedad correspondiente, y que tanto las facultades como las limitaciones o restricciones que se le impongan a quién representa la sociedad, necesariamente deben estar referidas a todos los actos y contratos comprendidos dentro del objeto social, de suerte que la restricción no podrá recaer sobre operaciones que lo desborden o extralimiten, pues, en todo caso, las facultades del órgano social que estatutariamente deba autorizar una operación sujeta a ésta, también están circunscritas al desarrollo del objeto social. Queda claro entonces que la actividad del empresario durante la negociación del acuerdo a que hace alusión el Artículo 17 de la ley está restringida a aquellas operaciones que correspondan al giro ordinario de los negocios sociales, con sujeción a las limitaciones estatuarias aplicables, de manera que en el evento en que se pretenda la ejecución de cualquiera de las actividades u operaciones allí descritas o de aquellas que no estén comprendidas dentro del giro ordinario, deberá el empresario contar con la previa autorización de la autoridad que ejerza la inspección, vigilancia o control correspondiente, la cual será impartida siempre que se encuentren debidamente acreditadas la urgencia, necesidad y conveniencia de la operación. 3.2 EL PROMOTOR El promotor es la persona natural encargada de promover el acuerdo de reestructuración. De acuerdo a la exposición de motivos de la ley 550 de 1999, la figura del promotor, fue creada con el objeto de que existiese una persona, que participara “en la negociación, análisis y elaboración de los acuerdos de reestructuración en sus aspectos financieros, administrativos, contables, legales y demás que se requieran...”193. Antes de estudiar a fondo la figura del promotor es necesario anotar que las labores que éste realice se regirán por las normas del derecho privado, y que en ningún caso se generará una 193 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 155 – 048870 del 21 de noviembre de 2001. 251 relación laboral entre éste y la empresa ni con los nominadores. 3.2.1 Designación194 a) Quién puede ser designado como promotor Sólo pueden ser designadas personas naturales que se encuentren inscritos en las listas de personas elegibles que lleva la Superintendencia de Sociedades. Sobre este punto hay que tener en cuenta tanto el Decreto 090 de 2000 como la Circular Interna No. 022 del 3 de agosto de 2000 de la Superintendencia de Sociedades acerca de la Conformación de listas de promotores y peritos, promoción de acuerdos de reestructuración y designación de promotores y peritos, los cuales definen los requisitos y las pautas que deben cumplir las personas que aspiran a ser designados como promotor, así: El Decreto 090 de 2000 establece 2 clases de requisitos que debe cumplir la persona que aspira a ser promotor en un acuerdo de reestructuración: 1. • En cuanto a su idoneidad profesional: Experiencia de por lo menos 3 años, en la actividad empresarial o en control, supervisión o asesoría de empresas del sector real o del sector financiero. • Experiencia o capacitación en mediación, negociación, conciliación o amigable composición en asuntos empresariales. • Título universitario de pregrado o postgrado, obtenido en Colombia o en el exterior, en administración, finanzas, ingeniería, economía, derecho o contaduría pública. 2. • En cuanto a solvencia moral: Presentar una carta de presentación de cualquiera de las organizaciones pertenecientes al Consejo Gremial Nacional o de una Cámara de Comercio. 194 GÓMEZ SARMIENTO, José Manuel. Ley 550 de 1999. En: Revista Universitas No. 99 de 2000. p. 21 – 22. 252 No obstante la existencia de estos requisitos consideramos que para hacer una mejor selección de los promotores, y cumplan realmente la función para la que son nombrados, es necesario que la selección del promotor sea más exigente, con más requisitos que garanticen la idoneidad jurídica y financiera del promotor con el fin de que de verdad a la hora de escoger se haga la mejor selección posible. Consideramos que los promotores también deben ser objeto de una mejor supervisión por parte de las entidades nominadoras, mediante visitas que comprueben la calidad del trabajo que realizan y los medios con los que cuentan. b) Nominador El promotor es designado por la Superintendencia o la Cámara de Comercio (nominador) en donde se adelante el trámite según sea el caso, teniendo en cuenta la experiencia, idoneidad y trayectoria de los inscritos con relación a la magnitud y el respectivo tipo de empresa. El nominador podrá tener en cuenta las personas que formando parte de la lista de promotores, le sean sugeridas por el empresario o por los acreedores de éste. Cuando sean varios empresarios, pero no más de 5, el nominador designará un mismo promotor para todos ellos, y los honorarios del promotor respecto de cada uno serán los mínimos que se establecen para cada categoría. c) Oportunidad El promotor se designa cuando se decide iniciar de oficio el trámite, o se acepte la solicitud de un acuerdo. 3.2.2 Recusaciones e impedimentos. Los Artículos 12 y 72 de la ley 550 de 1999 regulan lo relacionado a las causales de recusación e impedimento de que son sujetos los promotores. 253 El Artículo 12 establece que el promotor puede ser recusado dentro de los 5 días siguientes a la fecha de la inscripción del aviso de iniciación de la negociación en el registro mercantil, por el empresario o cualquier acreedor que pruebe en forma siquiera sumaria su calidad de tal, acreditando la existencia de una de las causales de recusación establecidas en el Artículo 72. Esta recusación la resuelve el nominador dentro de los 5 días siguientes a su presentación, mediante acto contra el cual no procede recurso alguno; de encontrarse procedente la recusación en éste acto se designará el reemplazo o reemplazos, que deberá inscribirse en el registro mercantil. a) Causales de recusación e impedimentos Están establecidas en el Artículo 72 de la ley 550, y son: 1. Tener el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil, interés directo o indirecto en el acuerdo de reestructuración. 2. Ser el promotor cónyuge o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil de personas naturales que formen parte de la administración o que sean socios del empresario o de sus acreedores, o que sean titulares de participaciones sociales en el capital del empresario o de cualquiera de sus acreedores. 3. Tener la persona natural vinculada a cualquiera de las partes que formen parte de la administración o que sean socios del empresario o de sus acreedores, o que sean titulares de participaciones sociales en el capital del empresario o de cualquiera de sus acreedores, la calidad de representante o apoderado, dependiente o mandatario, o administrador de los negocios del promotor. 4. Existir pleito pendiente entre el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil y cualquiera de las partes, su representante o apoderado. 5. Haber formulado alguna de las partes, su representante o apoderado, denuncia penal 254 contra el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes en primer grado de consanguinidad, antes de iniciarse el proceso, o después, siempre que la denuncia se refiera a hechos ajenos al acuerdo de reestructuración o a la ejecución del acuerdo mismo, y que el denunciado se halle vinculado a la investigación penal. 6. Haber formulado el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes en primer grado de consanguinidad, denuncia penal contra una de las partes, o su representante o apoderado, o estar aquellos legitimados para intervenir como parte civil en el respectivo proceso penal. 7. Existir enemistad grave por hechos ajenos al acuerdo de reestructuración, o a su ejecución, o amistad íntima entre el promotor y alguna de las partes, su representante o apoderado. 8. Ser el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes dentro del segundo grado de consanguinidad, primero de afinidad o primero civil, acreedor o deudor de alguna de las partes, su representante o apoderado, salvo cuando se trate de persona de derecho público, establecimiento de crédito o sociedad anónima. 9. Ser el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes dentro del segundo grado de consanguinidad, primero de afinidad o primero civil, socio de alguna de las partes o su representante o apoderado en sociedades que no sean anónimas con acciones inscritas en una o más bolsa de valores. 10. Tener el promotor, su cónyuge o alguno de sus parientes dentro del segundo grado de consanguinidad o primero civil, pleito pendiente en que se controvierta la misma cuestión jurídica que él debe fallar. Estas mismas causales también se aplican para los peritos y los avaluadores. 3.2.3 Funciones del promotor. Están establecidas en el Artículo 8° de la ley 550 y en la Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001 de la Superintendencia de Sociedades. Primero que todo es necesario anotar, como lo hace la Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001 de la Superintendencia de Sociedades, que el promotor no es administrador ni coadministrador de la empresa y su opinión sobre la viabilidad de la misma o sobre las 255 fórmulas de arreglo no sustituye la opinión y decisión de cada acreedor, pues su papel consiste en facilitar la negociación del acuerdo de reestructuración, actuando como un mediador informado. De acuerdo a la exposición de motivos de la ley 550, el promotor fue creado con el objeto de que existiese una persona que participara en la negociación, análisis y elaboración de los acuerdos de reestructuración en sus aspectos financieros, administrativos, contables, legales y demás que se requieran, para lo cual podrán contar con la asesoría de peritos expertos. Las funciones del promotor son principalmente las de prestar la asesoría y mediación necesaria, para la consecución del acuerdo, por lo que se puede concluir que, desde el mismo momento en que es celebrado el acuerdo, la función principal del promotor desaparece y se concreta en realizar el seguimiento del acuerdo, formando parte del comité de vigilancia, sin perjuicio de lo estipulado en el Artículo 33 numeral 1° de la ley 550195. Las funciones del promotor a las que hacen referencia el Artículo 8° de la ley 550 y la Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001 de la Superintendencia de Sociedades son: 1. Analizar el estado patrimonial de la empresa y su desempeño durante por lo menos los últimos 3 años: esta función es de suma importancia pues a través del análisis que hace el promotor de los estados financieros de la empresa obtiene unja visión amplia e integral de la situación de la empresa y por ende de su desempeño. De esta manera, al conocer el desarrollo histórico reciente de la empresa y las causas de su actual problemática financiera y operacional, el promotor tendrá los elementos de juicio necesarios para participar activamente, como un mediador informado, en la negociación, el análisis, la elaboración y la redacción del acuerdo de reestructuración196. 195 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-048870 del 21 de noviembre de 2001 con número de radicación 2001-01-103070 del 30 de octubre de 2001. 196 Superintendencia de Sociedades. Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001. 256 2. Examinar y elaborar las proyecciones de la empresa: al desarrollar esta función el promotor deberá observar si los presupuestos y proyecciones de la empresa concuerdan con el entorno económico–social de la misma, con el fin de saber si las proyecciones a elaborar tendrán unas bases suficientes que las soporten y si serán las adecuadas y consecuentes con las operaciones a realizar y con los resultados esperados. Esta función es una herramienta excelente para el promotor pues le permite apreciar la viabilidad de la empresa y disponer de los elementos necesarios para darle a los acreedores la información que requieran respecto a su situación. 3. Mantener a disposición de todos los acreedores la información que posea y sea relevante para efectos de la negociación: el promotor debe utilizar todos los mecanismos necesarios para llevar a cabo esta función, atendiendo tanto a la situación de la empresa como a la de los acreedores; con el fin de que puedan tener un conocimiento completo acerca de su situación y la de la empresa, y así lograr un mayor acercamiento y compenetración de los acreedores con el proceso. Dentro de esta función es responsabilidad del promotor determinar las normas referentes a la confidencialidad y custodia de la información. La Superintendencia de Sociedades tiene la facultad de verificar si el promotor cumple o no con esta función. Consideramos que la posibilidad que brinda esta función a los acreedores de revisar la información es una gran herramienta pues logra que los acreedores no permanezcan ajenos al acuerdo y logren un acercamiento mayor al interior del proceso. 4. Determinar los derechos de voto y acreencias: para realizar esta función, el promotor debe tener una relación de las acreencias y de los acreedores de la empresa, con corte a la 257 fecha de iniciación de la negociación. Con base en estos documentos el promotor debe determinar: i. La existencia y cuantía de las acreencias que deben ser objeto del acuerdo; y ii. El número de votos que corresponda a cada acreedor. Una vez el promotor haya determinado los derechos de voto y acreencias, debe elaborar un documento en donde se detallen todos y cada uno de los acreedores, indicando su nombre, número de votos y cuantía de la acreencia. Si existen obligaciones que no están debidamente soportadas, aún si el empresario las relacionó, el promotor está en el deber de excluirlas de la determinación de derechos de voto y acreencias. 5. Celebrar y coordinar las reuniones de determinación de derechos de voto y acreencias: Dentro de los 4 meses siguientes a la fecha en que haya quedado definida la designación del promotor y habiendo éste determinado los derechos de voto y las acreencias, deberá realizarse una reunión para comunicar a los interesados el número de votos admisibles y la existencia y cuantía de las acreencias. La convocatoria a dicha reunión es responsabilidad del promotor y la hará mediante aviso en un diario de amplia circulación en el domicilio del empresario y en los de las sucursales que éste posea, publicado con una antelación de no menor a 5 días comunes respecto de la fecha de la reunión. Dentro del cumplimiento de esta función, al promotor también se le imponen 3 deberes: 1) Remitir a la Superintendencia de Sociedades dentro de los 15 días siguientes a la celebración de la reunión, copia del acta que se levante con motivo de la reunión de 258 determinación de derechos de voto y acreencias. Dicha acta deberá contener la siguiente información: • Forma y antelación de la convocatoria. • Fecha, lugar y hora de celebración de la reunión. • Listado de asistentes. • Fijación de los honorarios posteriores del promotor. • Objeciones presentadas y si fue posible resolverlas o no. • Relación individualizada del total de acreedores, incluso de aquellos que presentaron objeciones y que no fueron resueltas, indicando el valor de sus derechos de voto y los porcentajes que representan. • Relación individualizada del total de acreedores, incluso de aquellos que presentaron objeciones y que no fueron resueltas, indicando el valor de sus acreencias y los porcentajes que representan. 2) Verificar que los asistentes a la reunión estén legal o convencionalmente facultados para representar a los acreedores. 3) No tratar en dicha reunión temas relacionados con el fracaso de la negociación, por cuanto para ello la ley establece un mecanismo especial en su artículo 28. 6. Coordinar la negociación en la forma que estime conveniente: dentro de esta función el promotor tiene la facultad de realizar libremente, desde la fecha de iniciación del acuerdo, reuniones con los acreedores con el objeto de buscar acercamientos con ellos, ya sea reuniéndose con todos ellos, por grupos o individualmente, esto para lograr que el acuerdo de reestructuración culmine de manera exitosa y en el menor tiempo posible. Sin embargo, estas reuniones no pueden ser clandestinas, ni discriminatorias de los demás acreedores, por lo que el promotor debe valerse de todos los mecanismos necesarios para 259 que esto no suceda y se le garanticen a los acreedores los derechos y prerrogativas de los que gozan. Esta facultad de la que goza el promotor de poder reunirse con los acreedores de forma libre es muy buena, pues permite que haya un ambiente cordial entre él y los acreedores logrando así que el acuerdo se lleve a cabo de manera exitosa y en el menor tiempo posible, teniendo en cuenta que como dijimos antes, dichas reuniones no pueden ser excusa para tratos discriminatorios ni situaciones clandestinas, para con los otros acreedores. 7. Actuar como amigable componedor197 durante la negociación y redacción del acuerdo, por ministerio de la ley en los supuestos que en ella se prevén, o a solicitud de los interesados en los demás casos: a nuestro juicio ésta es una de las funciones más importantes que tiene el promotor, pues a través de ella se ha permitido un acercamiento esencial entre él y los acreedores para tomar las decisiones más adecuadas y equitativas, y así evitar que se presenten trabas o problemas que puedan entorpecer la negociación. Dentro de esta función el promotor debe propender por lograr el acercamiento entre las partes, tratar que se presente el menor número posible de objeciones a la determinación de derechos de voto y acreencias, y facilitar la adopción de una fórmula que permita la recuperación operativa de la empresa y la atención de sus obligaciones pecuniarias, cuando ella es viable198. 8. Proponer fórmulas de arreglo acompañadas de la correspondiente sustentación y evaluar la viabilidad de las que se examinen durante la negociación: consideramos que al igual que la función anterior, es muy importante que el promotor tenga estas facultades de proponer fórmulas de arreglo sustentadas y viables, pues de esa manera se podría llegar a 197 Ley 446 de 1998, Artículo 130. Amigable Composición: mecanismo de solución de conflictos, por medio del cual dos 2 o más particulares delegan en un tercero, denominado amigable componedor, la facultad de precisar con fuerza vinculante para ellas el estado, las partes y la forma de cumplimiento de un negocio jurídico o particular. 198 Superintendencia de Sociedades. Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001. 260 adoptar fórmulas equitativas y adecuadas que pueden lograr que se celebren y negocien los acuerdos de una manera más eficiente y eficaz. 9. Obtener la formalización del documento en el que conste el acuerdo que llegue a celebrarse: con el fin de cumplir con esta función, el promotor deberá remitir a la Superintendencia de Sociedades un certificado de existencia y representación legal donde conste la inscripción de la noticia de la celebración del acuerdo, al igual que el original del acuerdo, anexándole un cuadro resumen que contenga como mínimo, por clase de acreedor, los votos admisibles, los votos a favor y en contra del acuerdo y los acreedores que se abstuvieron de votar, expresados en pesos y porcentajes y la relación individualizada de acreedores que votaron en contra. Una vez obtenido el documento el promotor debe verificar que el acuerdo cumple con los requisitos del acuerdo, contemplados en el artículo 33 de la ley 550. En razón de la naturaleza contractual del acuerdo de reestructuración, el promotor sólo podrá expedir copia del mismo a los acreedores internos y externos del empresario199. 10. Participar en el comité de vigilancia del acuerdo, directamente o mediante terceras personas designadas por él: el comité de vigilancia es el organismo que debe velar por la ejecución del acuerdo, y debe informar a la Superintendencia de Sociedades sobre el incumplimiento del mismo. El promotor debe formar parte de este comité durante todo el tiempo de su ejecución, con derecho a voz pero sin voto, y no puede cobrar honorarios por hacer parte de él, salvo que en el acuerdo de reestructuración se prevea expresamente una remuneración por tal labor, como veremos más adelante. 199 Ibid. 261 11. Presentar mensualmente a la Superintendencia de Sociedades informes de su gestión: estos informes deben relacionar de forma clara y completa las labores y avances logrados en el mes inmediatamente anterior en cumplimiento de sus funciones; y su objeto es el de informarla oportunamente sobre la evolución de la negociación del acuerdo de reestructuración y para que realice la evaluación del cumplimiento de sus funciones. 3.2.4 Facultades del promotor. Con el fin de cumplir adecuadamente con las funciones vistas anteriormente, el promotor está legalmente facultado para: 1. Examinar los bienes, libros y papeles del deudor. 2. Analizar los litigios y contingencias, comprobar la realidad y origen de los activos, pasivos, contratos, recaudos y erogaciones de la empresa. 3. Exigirle a los administradores, revisor fiscal, contralor, auditor o contador público correspondiente, las aclaraciones razonables que sean necesarias respecto de las notas a los estados financieros, dictámenes, informes de gestión y demás documentos o situaciones de acuerdo con la competencia de cada uno de ellos. Es importante que al promotor se le hayan otorgado estas facultades pues son una herramienta esencial para que pueda cumplir de manera eficaz y eficiente con sus funciones. 3.2.5 Obligaciones del promotor. Están establecidas en la Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001 de la Superintendencia de Sociedades y son: 1. Relativa a la aceptación del cargo: el promotor designado deberá dentro de los 5 días siguientes a la fecha en que la Superintendencia de Sociedades fije el aviso que informa acerca de la iniciación de la promoción del acuerdo, manifestar su aceptación de forma escrita. 262 En caso de no aceptar el cargo deberá remitir la comunicación escrita a la Superintendencia de Sociedades dentro de los 3 días siguientes a la fecha de fijación de dicho aviso. Una vez hecho esto la Superintendencia de Sociedades debe indicarle al promotor quién será el Supervisor del Grupo de Acuerdos de Reestructuración de dicha entidad, quien realizará las labores de supervisión de las funciones del promotor en desarrollo de la promoción del acuerdo. 2. Darle publicidad a la promoción, inscribiendo el aviso de aceptación en el registro mercantil: una vez el promotor ha aceptado el cargo deberá inscribir la promoción del acuerdo en el registro mercantil de las Cámaras de Comercio con jurisdicción en los domicilios del empresario y en los de sus sucursales, y publicarlo en un diario de amplia circulación en el domicilio del empresario y en los de las sucursales que éste posea, y remitir a la Superintendencia de Sociedades copia de los documentos que acrediten el cumplimiento de esta obligación dentro de los 5 días siguientes al vencimiento del término anterior. También deberá utilizar los medios que considere convenientes atendiendo a las circunstancias de la empresa y sus acreedores para que todos los acreedores, tanto internos como externos, queden informados de la aceptación del empresario a la promoción del acuerdo de reestructuración. 3. Solicitar al juez competente la suspensión o la nulidad de procesos ejecutivos en contra del empresario: si el promotor en desarrollo de sus funciones observa que en el domicilio principal de la empresa existen o se iniciaron procesos ejecutivos en contra de ella con posterioridad al inicio de la promoción del acuerdo, deberá solicitar al juez competente su suspensión o alegar la nulidad del proceso, para lo cual deberá aportar copia del certificado de la Cámara de Comercio en el que conste la inscripción del aviso. Si los procesos se tramitan en domicilios distintos al principal de la empresa, el promotor 263 sólo estará obligado a hacer presentación personal ante notario de la solicitud de suspensión o nulidad del proceso ejecutivo y a entregar dicha comunicación al empresario, para que éste la remita al juez competente. 4. Verificar y analizar la necesidad, urgencia y conveniencia de la operación, para efectos de proferir su recomendación: si durante el trámite de la negociación del acuerdo el empresario quiere efectuar reformas estatutarias, constituir o ejecutar garantías o cauciones, compensaciones, pagos, arreglos, conciliaciones, transacciones o enajenaciones que no estén dentro del giro ordinario de la empresa, deberá el promotor verificar y analizar la necesidad, urgencia y conveniencia de la operación, para efectos de proferir su recomendación. Para que el promotor emita la recomendación es requisito indispensable que el empresario se encuentre atendiendo oportunamente los gastos administrativos causados con posterioridad al inicio de la promoción del acuerdo, razón por la cual deberá solicitarle al empresario una certificación escrita acerca de si se encuentra al día en el pago de dichas obligaciones. Esta autorización es un requisito legal y su finalidad es garantizar la continuidad de la empresa y proteger los recursos con los cuales habrán de pagarse las obligaciones a su cargo, a la vez que se amparan los derechos de los acreedores. Para obtener esta autorización es necesario que el empresario acredite tanto la urgencia como la necesidad y conveniencia de la operación. 5. Informar a la Superintendencia de Sociedades sobre la realización de las reuniones de fracaso de la negociación y de determinación de derechos de voto y acreencias: el promotor dentro de los 10 días anteriores a la celebración tanto de la reunión de fracaso de la negociación como de la reunión de determinación de derechos de voto y acreencias, deberá informar al supervisor de la Superintendencia de Sociedades sobre la fecha, hora y lugar en 264 las que se realizarán dichas reuniones. 6. Avisar al empresario y a los acreedores sobre el fracaso de la negociación: si el promotor, con base en su análisis, concluye que no es económicamente viable la reactivación de la empresa, o no recibió oportunamente la información a que se refiere el artículo 20 de la Ley 550 de 1999, deberá convocar a una reunión al empresario y sus acreedores, tanto internos como externos, con el fin de darles a conocer tal situación, para que entre ellos con el voto de la mayoría absoluta presente en la reunión, decidan si dan por fracasada o no la negociación. Si en la reunión no se toma ninguna decisión o no asiste un número plural de acreedores, el promotor deberá dar aviso de esto, por escrito a la Superintendencia de Sociedades dentro de los 3 días hábiles siguientes a la reunión, enviando copia del acta de la respectiva reunión y del balance general y estado de resultados recientes, firmados por el representante legal, el contador y el revisor fiscal, si lo hubiere, para que dicha entidad tome las medidas pertinentes. 7.Entregar formalmente el cargo cuando haya renunciado o haya sido removido: si el promotor renuncia o es removido de su cargo deberá realizar la entrega formal de éste dentro de los 5 días siguientes a la designación del nuevo promotor ante la Superintendencia de Sociedades, aportándole tanto al nuevo promotor como a dicha entidad, un informe de su gestión más todos los documentos que haya preparado u obtenido, con el fin de llevar a cabo la negociación del acuerdo de reestructuración. 8. Constitución de garantías: la constitución de estas garantías está regulada en los Artículos 10 de la Ley 550 de 1999, 7 del Decreto 090 de 2000 y en la Resolución No. 100 – 122 del 18 de febrero de 2000 de la Superintendencia de Sociedades. Los promotores, para poder ejercer su cargo, están obligados a constituir a favor de la empresa garantías de cumplimiento de sus obligaciones y de responsabilidad civil, las 265 cuales, para su aceptación deben ser estudiadas por el nominador. Estas garantías deben constituirse y presentarse dentro de los 10 días siguientes al vencimiento del plazo para la recusación o la notificación del auto que la niegue, para que el nominador las acepte. El valor de estas garantías es fijado por el nominador, teniendo en cuenta las características de la negociación, la clase de actividad desarrollada por el empresario, su naturaleza jurídica y el monto de sus activos, de conformidad con lo que señale la Superintendencia de Sociedades. De conformidad con el Artículo 7 del Decreto 090 de 2000 las garantías son: 1. Garantía que ampare el cumplimiento de las obligaciones del promotor. 2. Garantía de responsabilidad civil del promotor en los términos que establece el Artículo 28 de la ley 550. Para otorgar estas pólizas de garantía los promotores deben cumplir con los siguientes requisitos, establecidos en la Resolución No. 100 – 122 del 18 de febrero de 2000 de la Superintendencia de Sociedades: 1. Póliza de garantía de cumplimiento: 1) Riesgo asegurable: debe amparar el cumplimiento de las obligaciones del promotor contempladas en la Ley 550 y en el Decreto 090 de 2000. 2) Valor asegurado: no podrá ser inferior al 10% de 8 veces los honorarios mensuales fijados por el nominador del promotor. 3) Tomador: el promotor. 4) Afianzado: el promotor. 5) Asegurado: la empresa objeto del acuerdo de reestructuración. 6) Vigencia: el promotor deberá mantener vigente esta póliza durante todo el tiempo en 266 que esté desempeñando sus funciones. 2. Póliza de responsabilidad civil: 1) Riesgo asegurable: el incumplimiento de las obligaciones del promotor contempladas en el Artículo 28 de la Ley 550 de 1999. 2) Cobertura: indemnización por los daños que el promotor cause a los acreedores por el incumplimiento de las obligaciones del promotor contempladas en el Artículo 28 de la Ley 550 de 1999. 3) Extensión de cobertura: el amparo se extiende a cubrir el pago a favor de los acreedores de la empresa que adelante un acuerdo de reestructuración de una suma equivalente a 5 veces el monto mensual de los honorarios y comisiones recibidas por el promotor, en calidad de perjuicios anticipados, sin necesidad de declaración judicial, en el evento en que el promotor no cumpla con los deberes previstos en el Artículo 28 de la Ley 550 de 1999. 4) Valor asegurado por cobertura: no podrá ser inferior a una vez los honorarios mensuales fijados por el nominador del promotor. 5) Valor asegurado por extensión cobertura: no podrá ser inferior a 5 veces los honorarios mensuales fijados por el nominador del promotor. 6) Tomador: el promotor. 7) Asegurado: la empresa objeto del acuerdo de reestructuración. 8) Beneficiarios: los acreedores de la empresa objeto del acuerdo de reestructuración. 9) Vigencia: el promotor deberá mantener vigente esta póliza durante todo el tiempo en que esté desempeñando sus funciones. 3.2.6 Sanciones. Si el promotor llegare a incumplir sus obligaciones y funciones, y sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que pueda acreditársele, tendrá las siguientes sanciones: 1. Remoción del cargo. 2. Pérdida de sus honorarios. 267 1. Remoción del cargo Está establecida en el Artículo 13 del Decreto 090 de 2000 y habrá lugar a ella por parte del nominador, de oficio o a petición de parte interesada o del comité de vigilancia, en cualquier momento, cuando: 1) Se acredite el incumplimiento de las funciones del promotor. 2) Estando impedido, el promotor guardare silencio. 3) Por la inasistencia injustificada del promotor a la reunión de determinación de los derechos de voto. a) Trámite de la Remoción del promotor Una vez solicitada la remoción, se dará traslado de la solicitud al promotor para que en un término de 5 días se pronuncie sobre ella y aporte las pruebas que pretenda hacer valer. Vencidos los 5 días el nominador procederá a resolver la remoción en un acto que sólo será susceptible del recurso de reposición. Esta remoción tiene como efecto la cesación de las funciones en otros cargos de promotor que esté desempeñando, así como su exclusión de la lista. Si la remoción del promotor se debe a una recusación, el término para celebrar la reunión de determinación de derechos de voto, comienza a contarse desde la fecha en que queda en firme el nombramiento del nuevo promotor; pero si se trató de una remoción por alguna otra causa diferente, se contará el término para celebrar dicha reunión desde que quedó en firme el nombramiento del primer promotor200. 2. Pérdida de honorarios El Decreto 090 de 2000 en su artículo 12 prevé que cuando se remueva al promotor de su 200 Superintendencia de Sociedades. Memorando No. ICTG 850.0365. 268 cargo, éste perderá sus honorarios. Razón por la cual, dentro de los 10 días siguientes a la ejecutoria del acto que decreta dicha pérdida, deberá restituir a la empresa los honorarios recibidos ajustados con el IPC, desde la fecha de su recepción y hasta su devolución. Si el promotor no devuelve los honorarios, el empresario podrá iniciarle un proceso ejecutivo con base en el acto que decreta la pérdida de éstos, pues según el artículo 12 del Decreto 090 de 2000 este presta mérito ejecutivo. Consideramos que estas sanciones son de suma importancia, pues al promotor irresponsable debe sancionársele de alguna manera, independientemente de su responsabilidad civil o penal, ya que no se puede permitir que el promotor incumpla sus obligaciones y siga en su cargo con sus honorarios. 3.2.7 Remuneración u Honorarios. Los honorarios de los promotores son los establecidos en el Artículo 9 de la ley 550 y en los Artículos 8 a 12 del Decreto 090 de 2000 y se fijan por el nominador con base en las tarifas que estableció el Gobierno Nacional, contenidas en el Decreto 090 de 2000. Para su determinación se tendrán en cuenta, entre otros factores, la complejidad del problema, el valor de los activos y pasivos de la empresa, la celeridad con que se obtenga la celebración del acuerdo y los resultados del mismo. El costo y pago de los honorarios o remuneraciones es asumido totalmente por la empresa objeto del acuerdo de reestructuración. Durante la negociación y en la medida en que se causen, estas remuneraciones se atenderán como un gasto administrativo, y de celebrarse el acuerdo su pago se estipulará expresamente, teniendo en cuenta que gozan de la preferencia y prelación legal propia de los créditos de primera clase, claro está, una vez se hayan pagados los créditos laborales. 269 Siguiendo la clasificación que hace José Manuel Gómez Sarmiento, la remuneración puede ser de 4 clases201: 1. Remuneración Inicial. 2. Remuneración Posterior. 3. Por asistencia al Comité de Vigilancia. 4. Comisión de Éxito. Sin embargo, de la lectura de la ley 550 y del Decreto 090, se ve que resultan siendo solo 2: 1. Remuneración Inicial. 2. Remuneración Posterior. a. Por asistencia al Comité de Vigilancia. b. Comisión de Éxito. a) Remuneración inicial Es la que remunera la tarea adelantada por el promotor hasta la determinación de los derechos de voto y las acreencias, determinación que deberá realizarse dentro de los 4 meses siguientes a la fecha en que se designó al promotor. De esta manera, el total de la remuneración inicial equivale a la suma de las mensualidades correspondientes a los 4 meses que en principio debe durar la primera fase de la reestructuración y en ningún momento a una suma superior, es decir, que al promotor no se le debe pagar una remuneración adicional a las cuatro mensualidades que fija el nominador cuando se produce su designación202. Es fijada por el nominador dentro de los rangos de honorarios mensuales y de acuerdo a la clasificación de los activos de la empresa como se indica en el Artículo 8 del Decreto 090 de 2000 201 Véase GÓMEZ SARMIENTO. Op. cit. p.23. 202 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-2001-020488 del 16 de abril de 2001 con número de radicación 2001-01-013640 del 21 de marzo de 2001. 270 b) Remuneración posterior Es la que corresponde a la labor adelantada por el promotor a partir de la determinación de los derechos de voto y acreencias hasta la celebración del acuerdo o fracaso de la negociación. Es fijada libremente por los acreedores internos y externos con el voto de la mayoría absoluta de aquellos que concurran a la reunión en la que se determinen los votos y las acreencias, teniendo en cuenta la propuesta que el promotor formule. Si no hay acuerdo de los acreedores, la remuneración es fijada por el nominador. Esta remuneración también es de 4 meses y corresponde a la segunda etapa del acuerdo que va desde el momento de la determinación de los derechos de voto y acreencias hasta la celebración del acuerdo o fracaso de la negociación. De lo anterior se deduce que la duración total de las remuneraciones es de un tiempo de 8 meses, por lo que surge la pregunta acerca de qué pasa cuando el promotor desempeña su gestión durante un término mayor a los 8 meses que trae la ley. Este punto lo resuelve la Superintendencia de Sociedades en 2 de sus conceptos con número de radicación 490.816 y 2001-01-003316, al decir que, no obstante en el evento en que el promotor desempeñe sus funciones durante un término mayor al de los 8 meses de ley, no recibirá un pago proporcional a ese tiempo adicional que laboró, esto por cuanto el legislador en la ley 550 lo que quiso fue que los promotores agilizaran el trámite del acuerdo de reestructuración impidiendo que lo dilaten sin justificación alguna203. 1. Por asistencia al Comité de Vigilancia A pesar que la reglamentación indica que los honorarios que se causen por la asistencia del promotor al Comité de Vigilancia no hacen parte de los honorarios previstos en la ley y los 271 decretos reglamentarios, es claro que podrá recibir ingresos por esta vía, pero su monto y forma de señalarlos deberán ser pactados por las partes al celebrarse el acuerdo204. Sobre este punto consideramos que como el promotor no tiene funciones personales diferentes a la de estar en el comité e informar sobre los posibles incumplimientos, sería innecesario pagarle al promotor por una función que perfectamente podría realizar el mismo comité; razón por la cual vemos innecesaria la participación del promotor en este comité y por ende la remuneración a la que está sujeto; pues de lo que tratan los acuerdos de reestructuración es intentar en cierta forma de salvaguardar el poco patrimonio que le queda a la empresa y no de hacerla incurrir en costos innecesarios. 2. Comisión de Éxito Está establecida en el Articulo 10 del Decreto 090 de 2000 y es la que los acreedores y el promotor convienen en función de los resultados de la ejecución del acuerdo. Sobre este punto anota la Superintendencia de Sociedades que en cuanto a las comisiones de éxito, la ley no especifica el momento y los requisitos que se deben seguir para su estipulación, por lo cual tales comisiones se pueden convenir entre los acreedores y el promotor durante la negociación, como contrapartida al éxito que ésta negociación llegue a tener gracias a la labor desempeñada por el promotor, pudiéndose asimismo pactarse en el acuerdo, refiriéndose a sus resultados, es decir, al éxito que se verifique en razón de su ejecución205. “Así las cosas, por tratarse de una facultad que les otorga la ley a los acreedores y al promotor, su pago deberá ser atendido conforme a lo que se haya dispuesto en el acuerdo”206. 203 Superintendencia de Sociedades. Concepto 490.816 y 2001-01-003316 GÓMEZ SARMIENTO. Op. cit.: Artículo 9 y 24 de la ley 550 de 1999. 205 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-2001-01-01165 del 28 de marzo de 2001 con número de radicación 2001-01-06860. 206 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-045912 del 6 de septiembre de 2002. 204 272 3.3 LOS ACREEDORES De acuerdo con el Artículo 19 del la ley 550 las partes en los acuerdos de reestructuración son: los acreedores externos y los acreedores internos de la empresa y es entre ellos que se realiza la negociación y celebración de los mismos. 3.3.1 Acreedores internos. Son: 1. Los accionistas, socios, asociados o cooperados del empresario que tenga forma jurídica asociativa. 2. El titular de las cuotas de la empresa unipersonal. 3. El controlante de la fundación; y 4. En general, los socios, controlantes o beneficiarios reales que hayan aportado bienes al desarrollo de la empresa en forma demostrable y cuantificable. 3.3.2 Acreedores externos. Son los titulares de créditos ciertos que pertenezcan a cualquiera de las 5 clases de créditos previstas en el Código Civil y en las demás normas legales que lo modifiquen y adicionen, así207: 1. Créditos de primera clase208: 1) Los créditos por alimentos a favor de menores. 2) Los créditos laborales (salarios, sueldos y todas las prestaciones provenientes de un contrato de trabajo). 3) Las costas judiciales que se causen en el interés general de los acreedores. 4) Las expensas funerales necesarias del deudor difunto. 5) Los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor. 2. Créditos de segunda clase209: 207 Véase CUBIDES CAMACHO, Jorge. Obligaciones. Ciencias Jurídicas, Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá: Colección Profesores N° 3. Tercera ed., 1996. p. 300 – 303. 273 1) Los del posadero sobre los efectos del deudor, introducidos por éste en la posada, mientras permanezcan en ella, y hasta concurrencia de lo que deba por alojamiento, expensas y daños. 2) Los del acarreador o empresario de transportes sobre los efectos acarreados que tenga en su poder o en el de sus agentes o dependientes, hasta concurrencia de lo que se deba por acarreo, expensas y daños; con tal que dichos efectos sean de la propiedad del deudor. 3) El acreedor prendario sobre la prenda. 3. Créditos de tercera clase210: A esta clase de créditos pertenecen los créditos hipotecarios. 4. Créditos de cuarta clase211: 1) Los del fisco contra los recaudadores, administradores y rematadores de rentas y bienes fiscales. 2) Los de establecimientos de caridad o de educación, costeados con fondos públicos, y los del común de los corregimientos contra los recaudadores, administradores y rematadores de sus bienes y rentas. 3) Los de los hijos de familia por los bienes de su propiedad que administra el padre sobre los bienes de este. 4) Los de las personas que están bajo tutela y curaduría, contra sus respectivos tutores o curadores. 5. Créditos de quinta clase:212 Esta clase comprende los bienes que no gozan de preferencia y se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada, sin consideración a su fecha. 208 Código Civil, Artículo 2495. Código Civil, Artículo 2497. 210 Código Civil, Artículo 2499. 211 Código Civil, Artículo 2502. 212 Código Civil, Artículo 2509. 209 274 No obstante lo anterior, el artículo 29 de la ley 550 referente a la celebración de los acuerdos trae otra clasificación acerca de quienes ostentan la calidad de acreedores en el momento de la celebración del acuerdo, clasificación que busca que los acreedores sean agrupados no de acuerdo al tipo de crédito sino a sus características propias, para que su voluntad esté debidamente representada y manifestada en la celebración del acuerdo, a saber: 1) Los acreedores internos. 2) Los trabajadores y pensionados. (acreedor externo) 3) Las entidades públicas y las instituciones de seguridad social. (acreedor externo) 4) Las instituciones financieras y demás entidades sujetas a la inspección y vigilancia de la Superintendencia Bancaria de carácter privado, mixto o público; (acreedor externo), y 5) Los demás acreedores externos. Esta clasificación no altera la prelación de créditos establecida en el Código Civil y a la que hace referencia el artículo 19 de la ley 550, sino que solo los reúne transitoriamente para efectos de votar el acuerdo, atendiendo a las características del acreedor y no a las de su crédito. Todos estos acreedores tienen los derechos de voto y de veto, a los que haremos referencia más adelante. 275 4. TRÁMITE DEL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN La exposición de motivos de la Ley 550 establece como criterio orientador de los acuerdos de reestructuración la “naturaleza contractual y no procesal del mecanismo”213; no obstante, su negociación presupone una serie de pasos con una “vinculación causal”214, es decir, un procedimiento, el cual debe desarrollarse en cumplimiento de la ley. Las normas que regulan este procedimiento son de orden público, lo que indica que no pueden ser cambiadas al arbitrio de las partes; por ello deben ser observadas de manera estricta, ya que determinan que el acuerdo sea procedente, y una vez celebrado, exista, sea válido y oponible como contrato. La Ley 550 distingue cuatro fases que comprenden el trámite del acuerdo de reestructuración: apertura, negociación, celebración y terminación; todas ellas ligadas entre sí, pues suponen una continuidad. Cada fase genera una serie de efectos que son indispensables para dar origen a la siguiente, efectos que de no presentarse producirían un fracaso en la negociación del acuerdo. Las fases y sus efectos son el objeto de estudio del presente capitulo, el cual será abarcado desde el punto de vista legal, doctrinal y práctico. 4.1 APERTURA DEL TRÁMITE 4.1.1 Legitimación Activa. La iniciación del trámite de reestructuración puede presentarse por: 1. Solicitud de parte : 213 Congreso de la República de Colombia. Exposición de motivos, Ley 550 de 1999. Cfr. CARNELUTTI, Francesco. Derecho Procesal Civil Penal, T. I, trad. de Santiago Sentís Melendo, Buenos Aires: Ejea, 1963. p. 78. 214 276 a) Del empresario o empresarios a través de sus respectivos representantes legales. b) De uno o varios acreedores externos. La solicitud debe presentarse por escrito ante la Superintendencia o autoridad correspondiente que ejerza control y vigilancia sobre la empresa o sobre la actividad económica que ésta desarrolla, con el propósito de determinar cuál es el régimen aplicable a cada caso en particular. En ninguno de estos casos se requiere actuar por intermedio de abogado, pues la ley permite que sea a través de cualquier clase de apoderado e incluso que se actúe directamente. Esto es una ventaja porque facilita el manejo operativo del trámite. 2. Promoción oficiosa adelantada por: la Superintendencia que ejerce vigilancia y control sobre la empresa y su actividad, de conformidad con lo preceptuado en las normas vigentes. a. Superintendencia de Valores215: están sujetos a la inspección, control y vigilancia de esta Superintendencia: a) Bolsas de valores. b) Bolsas de futuros y opciones. c) Intermediarios que actúen en bolsas de futuros y opciones y sociedades que realicen la compensación y liquidación de contratos de futuros, opciones y otros. 215 d) Comisionistas de bolsa. e) Comisionistas independientes de valores. f) Sociedades administradoras de fondos de inversión. g) Sociedades administradoras de depósitos centralizados de valores. Decreto 1608 de 2000, artículo 4. 277 h) Sociedades calificadoras de valores. i) Fondos mutuos de inversión que a 31 de diciembre de cada año, registren activos iguales o superiores a cuatro mil (4.000) salarios mensuales legales, vigentes a la fecha del respectivo corte. j) Fondos de garantía que se constituyan en el mercado público de valores en los mismos términos y con las mismas facultades previstas en las disposiciones vigentes. k) Emisores de valores: son aquellas entidades que tengan títulos inscritos en el registro nacional de valores e intermediarios. b. Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios216: están sujetos a la inspección, control y vigilancia de esta Superintendencia: a) Las empresas de servicios públicos domiciliarios. b) Las personas naturales o jurídicas que produzcan para ellas mismas, o como consecuencia o complemento de su actividad principal, los bienes y servicios propios del objeto de las empresas de servicios públicos domiciliarios. c) Los municipios, cuando asuman en forma directa, a través de su administración central, la prestación de los servicios públicos domiciliarios conforme a lo dispuesto en la Ley 142 de 1.994. d) Las organizaciones autorizadas conforme a la Ley 142 de 1.994 para prestar servicios públicos domiciliarios en municipios menores, en zonas rurales y en áreas o zonas urbanas específicas. e) Las entidades autorizadas para prestar servicios públicos domiciliarios durante los períodos de transición previstos en la Ley 142 de 1.994. f) Las entidades descentralizadas de cualquier orden territorial o nacional que en el momento de expedirse la Ley 142 de 1.994, estaban prestando cualquiera de los servicios públicos domiciliarios. g) 216 Las entidades que realicen actividades complementarias, de Decreto 548 de 1995, artículo 4. 278 acuerdo con las definiciones establecidas en el artículo 14o de la Ley 142 de 1.994217. h) Todo lo relativo al servicio de larga distancia nacional e internacional, contenido en la ley 142 de 1994. c. Superintendencia de Puertos y Transporte218: estarán sometidas a inspección, vigilancia y control de la Supertransporte, las siguientes personas naturales o jurídicas: a) Las sociedades con o sin ánimo de lucro, las empresas unipersonales y las personas naturales que presten el servicio público de transporte. b) Las entidades del Sistema Nacional de Transporte, establecidas en la Ley 105 de 217 Ley 142 de 1996. Artículo 14. Definiciones. Para interpretar y aplicar esta Ley se tendrán en cuenta las siguientes definiciones: 14.2. Actividad complementaria de un servicio público. Son las actividades a las que también se aplica esta Ley, según la precisión que se hace adelante, al definir cada servicio público. Cuando en esta Ley se mencionen los servicios públicos, sin hacer precisión especial, se entienden incluidas tales actividades. 14.22. Servicio público domiciliario de acueducto. Llamado también servicio público domiciliario de agua potable. Es la distribución municipal de agua apta para el consumo humano, incluida su conexión y medición. También se aplicará esta Ley a las actividades complementarias tales como captación de agua y su procesamiento, tratamiento, almacenamiento, conducción y trasporte. 14.23. Servicio público domiciliario de alcantarillado. Es la recolección municipal de residuos, principalmente líquidos, por medio de tuberías y conductos. También se aplicará esta Ley a las actividades complementarias de transporte, tratamiento y disposición final de tales residuos. 14.24. Servicio público domiciliario de aseo. Es el servicio de recolección municipal de residuos, principalmente sólidos. También se aplicará esta Ley a las actividades complementarias de transporte, tratamiento, aprovechamiento y disposición final de tales residuos. 14.25. Servicio público domiciliario de energía eléctrica. Es el transporte de energía eléctrica desde las redes regionales de transmisión hasta el domicilio del usuario final, incluida su conexión y medición. También se aplicará esta Ley a las actividades complementarias de generación, de comercialización, de transformación, interconexión y transmisión. 14.26. Servicio público domiciliario de telefonía pública básica conmutada. Es el servicio básico de telecomunicaciones, uno de cuyos objetos es la transmisión conmutada de voz a través de la red telefónica conmutada con acceso generalizado al público, en un mismo municipio. También se aplicará esta Ley a la actividad complementaria de telefonía móvil rural y al servicio de larga distancia nacional e internacional. Exceptuase la telefonía móvil celular, la cual se regirá, en todos sus aspectos por la Ley 37 de 1993 y sus decretos reglamentarios o las normas que los modifiquen, complementen o sustituyen. 14.28. Servicio público domiciliario de gas combustible. Es el conjunto de actividades ordenadas a la distribución de gas combustible, por tubería u otro medio, desde un sitio de acopio de grandes volúmenes o desde un gasoducto central hasta la instalación de un consumidor final, incluyendo su conexión y medición. También se aplicará esta Ley a las actividades complementarias de comercialización desde la producción y transporte de gas por un gasoducto principal, o por otros medios, desde el sitio de generación hasta aquel en donde se conecte a una red secundaria. 218 Decreto 101 de 2000, artículo 42. 279 1993, excepto el Ministerio de Transporte, en lo relativo al ejercicio de las funciones que en materia de transporte legalmente les corresponden. c) Los concesionarios, en los contratos de concesión destinados a la construcción, rehabilitación, operación y/o mantenimiento de la infraestructura de transporte en lo relativo al desarrollo, ejecución y cumplimiento del contrato. d) Los operadores portuarios. e) Las demás que determinen las normas legales. d. Superintendencia Nacional de Salud219: corresponde a ésta la inspección, vigilancia y control de los siguientes sujetos: a) Los que tienen a su cargo la gestión de recursos públicos destinados a la prestación de servicios en el Sistema de Seguridad Social en Salud. b) El Fondo del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito y las demás entidades vinculadas a la administración de recursos originados en seguros de salud obligatorios. c) Las entidades promotoras de salud. d) Las entidades que presten servicios de medicina prepagada. e) Las instituciones prestadoras de servicios de salud, que integran los subsectores oficial y privado del sector salud, así como de otros sectores cualquiera sea su naturaleza y denominación. f) Las Cajas de Compensación Familiar, en cuanto estén autorizadas para la prestación de servicios de salud y exclusivamente respecto de esta actividad, conforme las disposiciones sobre la materia, respetando su régimen legal, sistema financiero y autonomía administrativa. 219 Decreto 1259 de 1994, artículo 4. 280 g) Las Cajas, Fondos, Entidades o Empresas de Previsión y Seguridad Social. h) Los que exploten, administren o gestionen, bajo cualquier modalidad, el monopolio de loterías, apuestas permanentes y demás modalidades del juego de suerte y azar. i) Las empresas o fábricas productoras de licores, cervezas, sifones e importadores de cervezas y sifones. j) Las entidades oficiales o privadas que recauden, administren o transfieran los recursos fiscales y demás arbitrios rentísticos con destino a la prestación de servicios de salud. k) El Fondo de Solidaridad y Garantía. l) Los empleadores como aportantes del Sistema General de Seguridad Social en Salud. En materia de seguridad social, la Superintendencia de Sociedades en el último informe presentado al Ministerio de Desarrollo ha establecido que la posibilidad de tramitación de un acuerdo de reestructuración por parte de las aseguradoras de servicios de salud genera serias dificultades220. Se debe tener en cuenta que las EPS y las ARP tiene un alto componente de fe pública, de tal manera que la promoción de un acuerdo puede generar la inmediata pérdida de un buen número de afiliados de una entidad de esta naturaleza una vez ingrese en dicho proceso de reestructuración. Por otra parte el alto número de instituciones prestadoras de servicios, con las cuales puede contratar una EPS, también pueden verse afectadas causando un efecto nefasto para el sector salud en su conjunto. Por esta razón es necesario plantear la necesidad de una modificación legal en el tema, que consideramos debe dirigirse al establecimiento de mecanismos de reestructuración 220 Informe presentado por la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo, anexo 2. 281 especiales para este tipo de entidades, que no sólo permita su recuperación económica, administrativa y financiera, sino que mantenga su credibilidad y confianza en el público. e. Superintendencia del Subsidio Familiar: corresponde a la esta Superintendencia ejercer la inspección y vigilancia de las entidades encargadas de recaudar los aportes y pagar las asignaciones del subsidio familiar. f. Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada221: la Superintendencia ejerce el control, inspección y vigilancia sobre los siguientes sujetos: a) Empresas de vigilancia y seguridad privada (con armas y sin armas). b) Cooperativas de vigilancia y seguridad privada (con armas y sin armas). c) Transportadora de valores. d) Departamentos de seguridad. e) Escuelas y departamentos de capacitación y entrenamiento en vigilancia y seguridad privada. f) Asesoría, consultoría e investigación en seguridad privada. g) Fabricación, instalación, comercialización y utilización de equipos para vigilancia y seguridad privada. h) Utilización de blindajes para vigilancia y seguridad privada. i) Servicios comunitarios y especiales de vigilancia y seguridad privada. 221 Decreto 2453 de 1993, artículo 3. 282 g. Superintendencia de Economía Solidaria222: le corresponde ejercer inspección, vigilancia y control de las organizaciones de la Economía Solidaria223 que no se encuentren sometidas a la supervisión especializada del Estado. En el caso de las cooperativas de ahorro y crédito multiactivas o integrales con sección de ahorro y crédito, las funciones serán asumidas por esta Superintendencia, mediante el establecimiento de una delegatura especializada en supervisión financiera, la cual recibirá asistencia tecnológica, asesoría técnica y formación del recurso humano de la Superintendencia Bancaria. h. Superintendencia de Sociedades224: a esta Superintendencia le corresponde la inspección, vigilancia y control de: a) Las sociedades comerciales, en los términos establecidos en las normas vigentes. b) Sobre otras entidades que determine la ley, en relación con otras personas jurídicas o naturales. De la misma manera ejercerá las funciones relativas al cumplimiento del régimen cambiario en materia de inversión extranjera, inversión Colombiana en el exterior y endeudamiento externo. Si bien las diferentes Superintendencias tienen la facultad oficiosa de convocar a una empresa y sus acreedores a la promoción de un acuerdo de reestructuración, hasta la fecha esta facultad se ha ejercido en pocas ocasiones. Tales experiencias fueron negativas, ya que las empresas terminaron en liquidación obligatoria, dada la poca voluntad de negociación por parte del empresario. A partir de esto la Superintendencia de Sociedades llegó a la 222 Ley 454 de 1998, artículo 34. Ibid., Artículo 2. Para efectos de la presente ley denomínase Economía Solidaria al sistema socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el conjunto de fuerzas sociales organizadas en formas asociativas identificadas por prácticas autogestionarias solidarias, democráticas y humanistas, sin ánimo de lucro para el desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin de la economía. 224 Ley 222 de 1995, artículo 85. 223 283 conclusión “de que si los acreedores internos y el empresario no tienen la firme intención de negociar un acuerdo con sus acreedores externos, es infructuoso pensar que una norma jurídica por sí sola logre el consenso que requiere este tipo de acuerdos. Se requiere del ingrediente primordial que es la actitud de arreglo del empresario y sus dueños”225. Dada esta situación, consideramos que es necesario reformar la Ley 550 en esta materia y eliminar toda competencia oficiosa de las superintendencias y cámaras de comercio para iniciar el trámite de un acuerdo de reestructuración. Ello evitaría que el empresario asuma gastos innecesarios en un trámite que poco le interesa, para quien es preferible la liquidación de la empresa; así mismo impediría el desgaste de la administración en actuaciones que finalmente van a fracasar. 4.1.2 Entidades Nominadoras. Cuando la Ley 550 habla de las entidades nominadoras se está refiriendo a las autoridades competentes para conocer y adelantar la promoción de un acuerdo de reestructuración. En materia de Acuerdos de Reestructuración el factor fundamental para fijar la competencia es el factor subjetivo, en la medida en que la ley para su determinación se basa en la calidad del empresario y en la actividad principal que éste desarrolla. Como veremos a continuación, la competencia siempre será diferente dependiendo de si el empresario es una sociedad, una cooperativa, una entidad estatal o privada; o de si éste desempeña una actividad industrial, comercial, bursátil o de prestación de servicios. La Ley 550 en el artículo 6°, teniendo como base el factor subjetivo de competencia al que se ha hecho mención señala: 1) 225 Serán competentes para conocer las solicitudes o para iniciar de oficio la promoción Informe de la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo, anexo II. 284 del acuerdo las Superintendencia de Valores, de Servicios Públicos Domiciliarios, de Transporte, Nacional de Salud, del Subsidio Familiar, de Vigilancia y Seguridad Privada y de Economía Solidaria: a. Cuando se trate de un empresario o una actividad que se encuentre bajo el control o vigilancia de alguna de ellas. b. Cuando se trate de empresarios vinculados entre sí como matrices y subordinadas y haya varias entidades competentes, conocerá a prevención la Superintendencia ante la que se solicite el acuerdo o la que lo promueva oficiosamente. El artículo 260 del Código de Comercio establece226: “una sociedad será subordinada o controlada, cuando su poder de decisión se encuentre sometido a la voluntad de otra u otras personas que serán su matriz o controlante, bien sea directamente, caso en el que se denominará filial, o con el concurso o por intermedio de las subordinadas de la matriz, en cuyo caso se denominará subsidiaria”. Si además de esta relación de subordinación existe una unidad de propósito y dirección entre las diferente personas jurídicas vinculadas, lo que se presenta es la figura del Grupo Empresarial. Cabe aclarar, que tanto en la simple subordinación como en los grupos empresariales, la entidad matriz puede ser una persona jurídica de naturaleza no societaria, es decir con un carácter no lucrativo227, e inclusive una persona natural; por el contrario las filiales y subsidiarias siempre deben ser una sociedad. Teniendo esto en cuenta es posible que cada entidad tenga un objeto social diferente, lo que implica que su control y vigilancia sea ejercido por una autoridad distinta. 226 Este artículo fue modificado por la Ley 222 de 1995, artículo 26. 227 Son entidades con carácter no lucrativo las corporaciones, fundaciones y demás entidades de derecho privado. 285 Este aspecto es de suma importancia y se debe tener en cuenta para efectos de determinar cuál es la entidad competente para adelantar el trámite de un acuerdo de reestructuración, ya sea por solicitud de parte u oficiosamente, pues en estos eventos suele suceder que haya más de una entidad competente para adelantar el trámite. Por ello la ley 550 estableció que cuando varias autoridades son competentes en virtud de la Ley para adelantar la promoción de un acuerdo de reestructuración, conocerá a “prevención”, es decir de manera exclusiva, la autoridad que primero asuma el conocimiento del trámite, quitando a las demás autoridades cualquier facultad al respecto, sin importar si el trámite fue iniciado por solicitud de parte o de manera oficiosa. 286 MATRIZ Andina de Blindajes S.A. Fabrica de equipos para vigilancia y seguridad privada FILIAL Andina Ltda. Productora de auto partes FILIAL Aseandina Ltda. Asesores enseguridad privada Subsidiaria Tapizados Ltda. Fabrica de tapizados Subsidiaria Transvalores S.A Servicio de transporte de valores Supongamos que los acreedores de Andina Ltda. solicitan la promoción de un acuerdo de reestructuración ante la Superintendencia de Sociedades, y al mismo tiempo la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada inicia oficiosamente el mismo trámite. En este evento ambas autoridades son competentes para adelantar el trámite; la Superintendencia de Sociedades es competente por tratarse de una sociedad cuyo objeto social (producción de auto partes) no está sometido a ninguna vigilancia especial por parte del Estado; por otro lado la Superintendencia de Vigilancia es competente en razón de la relación de subordinación que tiene Andina Ltda con Andina de Blindajes S.A., sociedad que tiene una vigilancia especial por ser una fábrica de equipos de vigilancia y seguridad privada. Dando aplicación a la Ley 550 en este caso en concreto, la promoción del acuerdo ha de adelantarla, a prevención, la Superintendencia de Sociedades pues fue ante ella que se inició en primera instancia el trámite. Es preciso anotar que esta competencia a “prevención” no es procedente cuando alguna de las empresas involucradas en el trámite del acuerdo de reestructuración, sean estas matrices o subordinadas, esté sometida al control y vigilancia del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, como es el caso de las entidades de nivel territorial cualquiera que sea la 287 participación pública, evento en el cual la promoción del acuerdo corresponderá de manera exclusiva a esta autoridad228. 2) Será competente la Superintendencia de Sociedades cuando: a. Se trate de un empresario sometido a su vigilancia o control. b. Se trate de empresarios no sujetos a supervisión estatal. c. Se trate de sucursales de sociedades extranjeras con actividad permanente en Colombia. d. Se trate de Empresas Industriales y Comerciales del Estado o Sociedades de Economía Mixta con participación estatal de más del 50%, que no estén sujetas a supervisión estatal por parte de ninguna Superintendencia. e. Se trate de sociedades con domicilio en Bogotá, o en las ciudades de Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Cúcuta, Cali, Manizales y Medellín, lugares donde hay intendencias regionales de esta Superintendencia. No obstante se debe tener en cuenta la naturaleza de la actividad que desarrolla la sociedad, ya que ésta puede determinar, atendiendo al factor subjetivo, una competencia diferente, en cuyo caso otra Superintendencia asumiría el conocimiento del trámite de manera especial. Puede ocurrir que una Empresa de Servicios Públicos Domiciliarios ubicada en Cali tenga la intención de adelantar el trámite de un acuerdo; si bien ésta tiene el carácter de sociedad y está ubicada en Cali, la autoridad competente para conocer del trámite del acuerdo es, exclusivamente y por disposición legal, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. 228 Ley 550 de 1999, artículo 6 parágrafo 4. 288 3) El Ministerio de Hacienda y Crédito Público es competente respecto de: a. Las entidades departamentales o municipales, cualquiera que sea el porcentaje de participación pública. b. Empresarios vinculados entre sí como matrices y subordinadas, cuando una de ellas sea una entidad departamental o municipal. 4) La Cámara de Comercio del domicilio del empresario, en los demás casos tenga o no el carácter de sociedad; por ejemplo frente a una entidad sin ánimo de lucro no sujeta a supervisión estatal. Esta competencia residual puede generar confusión respecto a aquella otorgada a la Superintendencia de Sociedades con relación a los empresarios no sujetos a supervisión estatal; en la práctica esto se ha resuelto de manera sencilla y se ha establecido que ambas entidades son competentes, y adelantará el trámite aquella que primero recibió la solicitud o lo haya iniciado de oficio. Algunas de las entidades nominadoras, tanto las Superintendencias como las Cámaras de Comercio no cuentan con la experiencia, los recursos ni la capacidad operativa requeridos para un eficaz manejo de los acuerdos de reestructuración. En este sentido, la Superintendencia de Sociedades ha manifestado al Ministerio de Desarrollo la necesidad de revisar sus funciones, para determinar si la entidad debe especializarse en el manejo de procesos jurisdiccionales mercantiles y de acuerdos de reestructuración, aspecto éste en el cual es importante profundizar en el papel de las cámaras de comercio, entidades que resultan indispensables para garantizar la cobertura nacional del mecanismo229. 229 Informe de la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo, Anexo II. 289 4.1.3 Presupuestos objetivos de procedibilidad. Para solicitarse la promoción de un acuerdo de reestructuración, el empresario, acreedor o acreedores, deberán acreditar una de dos situaciones: 1) Que la empresa haya incumplido dos o más obligaciones mercantiles por un tiempo superior a 90 días. 2) Que existan por lo menos dos demandas ejecutivas en curso para el pago de obligaciones mercantiles. En cualquiera de estos presupuestos, el valor acumulado de las obligaciones debe representar como mínimo el 5% del pasivo corriente de la empresa. a) Prueba de los presupuestos: La Superintendencia de Sociedades se ha pronunciado respecto a la solicitud de promoción de acuerdos de reestructuración adelantada por uno o varios acreedores externos230, estableciendo que éstos deben demostrar los presupuestos mencionados a través de cualquier medio de prueba231 que corrobore que estos se han configurado. Si la Superintendencia que conoce de la solicitud considera que los presupuestos no se han probado de manera suficiente, ésta podrá solicitar la información que considere necesaria y pertinente para ello, y de igual manera podrá realizar visitas de inspección para poder resolver la solicitud. Cuando la promoción del acuerdo de reestructuración se ha iniciado oficiosamente por la autoridad competente, es lógico que ésta no debe demostrar la existencia de los presupuestos señalados anteriormente ya que no se puede esperar que una Superintendencia pruebe ante ella misma que tales presupuestos se han presentado, basta con que verifique su ocurrencia para iniciar el trámite. Esta verificación se da en ejercicio de las facultades de inspección y vigilancia otorgadas por la Ley a todas las entidades nominadoras respecto a 230 231 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 001 de febrero 15 de 2001. Código de Procedimiento Civil, Art. 175. 290 los empresarios, de tal manera que puedan determinar la necesariedad de la promoción de un acuerdo de reestructuración, para efectos de lograr su reactivación económica. b) Concepto de “Obligaciones mercantiles”: En los presupuestos de procedibilidad se hace referencia a obligaciones mercantiles, que según la Superintendencia de Sociedades son “todas aquellas que tengan origen diverso al aporte que en el capital social del ente tengan los accionistas, socios, asociados o cooperados, o el titular de las cuotas de la empresa unipersonal”232, de lo que se concluye que sólo los acreedores externos de la compañía están legitimados para solicitar la promoción de un acuerdo de reestructuración. Si bien cuando la Ley 550 hace referencia a los legitimados para solicitar la promoción del acuerdo de reestructuración, señala a los acreedores de manera genérica y no hace distinción entre los acreedores internos y externos de la empresa, la Superintendencia de Sociedades ha sido enfática en afirmar que los únicos acreedores legitimados para estos efectos son los acreedores externos. En este mismo sentido, la Superintendencia señala que: Si bien para los efectos de la legitimación activa a que nos referimos, pudiera parecer indiferente el origen de las acreencias de que se es titular, en el contexto de la ley de intervención económica no lo es, de una parte porque, se reitera, el pasivo susceptible de reestructuración corresponde a derechos de crédito y no al aporte o participación en el capital social del ente admitido o convocado a su promoción y, de otra, porque el «reconocimiento legal de la noción de acreedores internos», lo es, única y exclusivamente para atribuirles a éstos la condición de «partes» en los acuerdos de reestructuración, así como para fijar los derechos de voto de las mismas, es decir, corresponde a la determinación de las partes legitimadas para negociar y celebrar el acuerdo y no para solicitarlo (...)233. Se debe diferenciar, entonces, entre dos tipos de obligaciones: unas derivadas del contrato 232 233 Superintendencia de Sociedades. Concepto 446075 - 5. Superintendencia de Sociedades. Concepto 446075-0. 291 de sociedad, donde las partes son el asociado y la sociedad, y otras que tienen como origen relaciones jurídicas de la sociedad con terceros o con los otros socios, que contienen a favor de éstos un derecho de crédito. Las últimas son las únicas reestructurables en los términos de la Ley 550; por esta razón sólo los acreedores externos de la empresa están legitimados para solicitar la promoción de un acuerdo de reestructuración, sin perjuicio de que también puedan tener la calidad de acreedores internos. 4.1.4 Requisitos de la solicitud. Cuando la solicitud de promoción de un acuerdo de reestructuración la presenta el empresario, éste, además de acreditar los presupuestos objetivos de procedibilidad, debe acompañar la solicitud de la siguiente información y documentos: 1) La constancia de autorización del órgano competente de la persona jurídica, cuando ella se requiera, para efectos de iniciar la promoción del acuerdo de reestructuración. La autorización debe ser otorgada al representante legal de la empresa sólo en aquellos casos en que en los estatutos sociales se estipule una cláusula que establezca que tal autorización es necesaria. Si esta cláusula no existe, el representante legal está habilitado por la ley para solicitar la promoción del acuerdo de reestructuración, teniendo en cuenta el artículo 196 del Código de Comercio que dispone que el representante legal de una sociedad puede realizar todos los actos y contratos contemplados en el objeto social y aquellos que se relacionen directamente con su existencia y funcionamiento. A partir de este análisis la Superintendencia de Sociedades concluye que al representante legal le corresponde la presentación de la solicitud, a menos que ésta función se le haya limitado por una disposición estatutaria, de tal manera que para que se lleve a cabo este acto, se requiere autorización de la asamblea general o junta de socios o de la junta directiva -si se le ha delegado tal facultad, caso en el cual debe presentarse adjunta a la solicitud234. Cabe anotar que el representante legal por ser a su vez un administrador235 234 235 Ibid. Ley 222 de 1995, artículo 22. 292 debe velar por el estricto cumplimiento de las disposiciones estatutarias so pena de comprometer su responsabilidad. 2) Los Estados Financieros: Se debe presentar el Balance General, el Estado de resultados, el Estado de Cambios en el Patrimonio, el Estado de Cambios en la Situación Financiera y el Estado de Flujo de Efectivo, y en todos los casos la fecha de corte debe ser el último día calendario del mes inmediatamente anterior a la fecha de la solicitud de la promoción. Estos estados financieros deben estar certificados, es decir suscritos por el representante legal y el contador, acompañados de sus notas respectivas y del informe del revisor fiscal, donde debe constar si la sociedad ha efectuado de manera correcta y oportuna los aportes al sistema de seguridad social de conformidad con el artículo 11 del Decreto 1406 de 1999. Los estados financieros, al igual que el estado de inventarios que veremos a continuación, deben elaborarse con arreglo a los principios, normas básicas y normas técnicas relativas a la contabilidad en general, contenidas en el Decreto 2649 de 1993, de lo contrario la Superintendencia respectiva está facultada para exigir las correcciones necesarias y pertinentes para así poder resolver la solicitud de promoción del acuerdo. Los principios contables señalados en al decreto 2649 de 1993 son los siguientes236: a) Relevancia: hace referencia a la importancia de una cifra frente a un componente de los estados financieros tomados en conjunto. La importancia se mide respecto a los efectos que podría generar la inclusión o no de un ajuste o de una transacción. Esto implica entonces que la información contenida en los estados financieros debe ser completa, de tal manera que cualquier usuario de esta información pueda utilizarla sin temor a tomar decisiones erradas. 236 Decreto 2649 de 1993, artículo 4. 293 b) Utilidad: la información contable es útil cuando ésta a su vez es pertinente y confiable. Será pertinente cuando sea oportuna, es decir que está disponible en el momento de tomar decisiones, de tal manera que sirve para proyectar situaciones futuras. Será confiable cuando ésta es neutral, es decir que las cifras son iguales para los diferentes usuarios, y verificable ya que todas las cifras deben estar soportadas en documentos adecuados y debidamente autorizados. c) Comparabilidad: implica que la cuenta de registro, el método y sistema de valuación, la base de costo, la forma de presentación y revelación de una misma información es igual y consistente a través del tiempo para entes económicos que se rigen por las mismas normas contables y tributarias. Por ello cuando uno de estos elementos cambia en algún periodo de tiempo, se debe revelar tal modificación y su efecto cuantitativo en notas a los estados financieros. d) Comprensibilidad: se cumple este principio cuando la información contable es clara y de fácil entendimiento para cualquiera de los usuarios que tenga un conocimiento razonable de las actividades de la compañía, del sector y de la economía en general. e) Identificabilidad: implica que cualquier información que se suministre a un miembro de la organización, socio tercero o autoridad de control, se haga con relación a un ente económico específico, a la clase de informe (balance, inventarios, pérdidas y ganancias, etc.) y al periodo contable al que éste se refiere. De igual manera, la misma disposición señala que237: “las normas básicas son el conjunto de postulados, conceptos y limitaciones que fundamentan y circunscriben la información 237 Ibid., artículos 5 y 46. 294 contable, con el fin de que esta goce de las cualidades y principios establecidos en la ley238, y las normas técnicas son el conjunto de postulados que regulan el ciclo contable”. 3) El inventario de los activos y pasivos de la empresa. Este requisito se cumple con la presentación de un Estado de Inventarios cortado al último día calendario del mes inmediatamente anterior a la fecha de solicitud de la promoción del acuerdo, el cual, según establece el artículo 20 de la ley 550 de 1999, debe estar suscrito y certificado por el representante legal de la empresa y por su revisor fiscal, en el caso en que no haya revisor se admite contador público. En el inventario se tiene que hacer una relación detallada de los activos y pasivos de la empresa y su respectivo valor, precisando el método de valuación utilizado, pues los recursos y hechos económicos que afectan estos elementos deben ser cuantificados apropiadamente de acuerdo a una unidad de medida. Los métodos de valuación aceptados por nuestra legislación son239: a) Valor o costo histórico: es el monto pagado en efectivo y/o en especie por un bien o servicio en el momento en que se realiza la transacción. Este costo incluye el valor del bien o servicio más todas las erogaciones o desembolsos necesarios para poner el bien en condiciones de uso. b) Valor actual o de reposición: representa el importe en efectivo y/o en especie que se requeriría para reponer un activo o liquidar una obligación. 238 Estos son los principios contables de relevancia, utilidad, comparabilidad, comprensibilidad e identificabilidad. 239 Decreto 2649 de 1993, artículo 10. 295 c) Valor de realización, rescate o mercado: es el importe en efectivo y/o en especie en que se espera sea convertido un activo o liquidado un pasivo en el curso normal de los negocios. d) Valor presente, actual o descontado neto: es el importe actual de las entradas o salidas netas en efectivo y/o en especie que generaría un activo o pasivo una vez se ha hecho el descuento de su valor futuro a la tasa pactada y a falta de ésta a la tasa promedio de captación de bancos y corporaciones financieras por la expedición de certificados de depósito a término a 90 días, la cual es certificada periódicamente por el Banco de la República. La finalidad de la valuación de los activos y pasivos es establecer el valor real de los bienes que van a garantizar y soportar el cumplimiento de las obligaciones que pretendan ser reestructuradas, obligaciones que también deben ser valoradas pues su monto determinará las condiciones de pago que han de proponerse como base para la negociación del acuerdo de reestructuración. Dentro del estado de inventario, además debe incluirse la información a la que se refiere el numeral tercero del artículo 97 de la Ley 222 de 1995, norma relativa al concordato que establece que en el estado de inventarios o en sus notas se detallará por lo menos: a) La ubicación, discriminación y gravamen que soportan sus bienes. Tratándose de bienes cuya enajenación o gravamen se encuentre sujeto a registro, se expresarán los datos que de acuerdo con la ley sean necesarios para que éste proceda. Por ejemplo si se trata de un bien inmueble debe indicarse el número de matricula inmobiliaria, el número de escritura, la oficina de registro, etc. b) Una relación completa y actualizada de los acreedores, con indicación del nombre, domicilio y dirección de cada uno, naturaleza y cuantía de los créditos, tasas de interés, documentos en que consten, fechas de origen y vencimiento, nombre, 296 domicilio y dirección de la oficina o lugar de habitación de los codeudores, fiadores o avalistas. En caso de ignorar los mencionados lugares, el deudor deberá manifestarlo expresamente. Este requisito es de suma importancia, ya que es el punto de referencia del análisis y estudio que han de realizar los promotores con el fin de determinar las acreencias y derechos de voto de los acreedores que son parte del acuerdo240. c) Una relación de las obligaciones tributarias, una discriminación por clase de impuesto, identificando su cuantía, forma de pago, intereses, sanciones y las declaraciones tributarias correspondientes. Así mismo, una relación de todas las actuaciones administrativas y procesos de jurisdicción coactiva que estén en curso. d) Con respecto a los pasivos laborales, una relación de los trabajadores del deudor, indicando el cargo que desempeñen; del personal jubilado de su cargo y de los extrabajadores a quienes se adeude sumas de carácter laboral, especificando el monto individual actualizado de cada acreencia. En caso de que existieren sindicatos, además de informar tal circunstancia, se señalará el nombre de sus representantes. 3) Una relación de los procesos judiciales y de cualquier procedimiento o actuación administrativa de carácter patrimonial que adelante el deudor, o que cursen contra él, indicando el juzgado o la oficina donde se encuentren radicados y el estado en que se hallen. Esta relación se refiere a los derechos y las obligaciones litigiosas, que en el curso de la negociación del acuerdo de reestructuración podrían constituirse en un activo o pasivo y 240 Ibid. 297 que por lo tanto deben ser tenidas en cuenta dentro del inventario. 4) Una relación de los acreedores. Respecto a los acreedores internos (accionistas, socios, empresario unipersonal, etc.) se debe hacer referencia a sus respectivos aportes, precisando su valor y los métodos de valuación que se hayan utilizado para establecerlo. En cuanto a los acreedores externos, la relación debe hacerse indicando quiénes tienen algún tipo de relación con el empresario, socios, administradores o controlantes, en razón de: a) Parentesco hasta cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o único civil. b) Tener o haber tenido en los últimos cinco años accionistas, socios o asociados en común. c) Tener o haber tenido representantes o administradores comunes. d) La existencia de una relación de subordinación o grupo empresarial. En la práctica comercial se han presentado repetidos casos en los cuales los empresarios en concurso con terceras personas simulan la existencia de obligaciones a favor de estas últimas, con la intención de que en el desarrollo de un proceso concursal, parte de su patrimonio sea protegido y quede libre de gravamen en el momento de satisfacer las acreencias a su cargo. La finalidad de esta práctica, desleal por cierto, es que al momento de computar y determinar la prelación de créditos estas obligaciones sean tenidas en cuenta, de tal manera que en el momento del pago se vea disminuida la base sobre la cual han de satisfacerse los créditos de igual o menor orden. Es el dinero o bienes que se destinan al pago de estas obligaciones simuladas los que quedan protegidos, ya que de esta forma se asegura que no sean utilizados para satisfacer los demás acreencias, en este caso con terceros de buena fe. Estos son los motivos por los cuales consideramos que es de suma importancia señalar cuál 298 es la eventual relación o vínculo que se tiene con los acreedores, pues es indispensable para determinar y verificar que las acreencias hayan tenido lugar en el desarrollo del objeto social de la empresa. De esta manera se puede evitar cualquier intento de simulación o fraude tendiente a disminuir la prenda general de los acreedores y así mismo garantizar el éxito de la promoción del acuerdo de reestructuración generando un ámbito de confianza, seguridad y transparencia a la negociación. 5) La constancia de haber renovado la matrícula mercantil del empresario. Este requisito se cumple con la presentación del Certificado de Existencia y Representación Legal de la empresa, expedido por la Cámara de Comercio del domicilio correspondiente dentro de los tres meses anteriores a la fecha de la presentación de la solicitud ante la Superintendencia, en este caso en particular, la Superintendencia de Sociedades. La constancia sólo se requerirá si el empresario es comerciante241, pues en virtud de tal calidad es que surge la obligación de matricularse en el registro mercantil. 6) Una propuesta de bases para la negociación del acuerdo, sustentada en las proyecciones y flujos de caja que sean del caso. Este requisito es fundamental pues se debe tener en cuenta que como el objeto primordial de la promoción de un acuerdo de reestructuración es la recuperación, conservación y restablecimiento de la capacidad de pago de la empresa, es necesario que se elabore un proyecto que sea el marco de la negociación, con base en estudios económicos y financieros, de tal manera que el promotor y las partes de la negociación puedan estimar su viabilidad. Las proyecciones y flujos de caja que sustenten el proyecto deben apoyarse en estadísticas y en la realidad económica de la empresa, y no en apreciaciones subjetivas del empresario, por lo cual también se debe hacer referencia a los mecanismos que han de utilizarse para 241 Código de Comercio, Artículos 10 y 19. 299 llevar acabo el acuerdo y obtener los resultados esperados242. 4.1.5 Estudio de la solicitud: rechazo, inadmisión y admisión. Una vez presentada la solicitud de promoción del acuerdo de reestructuración ante la entidad competente, esta tendrá un término de tres (3) días hábiles para estudiar y aceptar la solicitud. Este estudio es meramente formal, pues se circunscribe a la verificación de los presupuestos y requisitos de la solicitud exigidos por la ley, donde la entidad se reserva la facultad de ordenar que se complemente la información allí consignada dentro de un periodo máximo de dos meses, en cuyo caso el término correrá de nuevo una vez se cumpla con este requerimiento. Si dentro de los dos meses no se presenta la información requerida, se entenderá que el solicitante ha desistido de la solicitud, lo que no impide que posteriormente presente una nueva243. En la práctica este plazo de tres (3) días no se cumple, ya que la solicitud debe ser remitida al Superintendente, quien debe hacer el estudio y al mismo tiempo nombrar los promotores, término que resulta demasiado corto para esos efectos. Por ello consideramos que es indispensable ampliar el plazo para estudiar la solicitud, plazo dentro del cual también debe permitirse la realización de visitas y otros procedimientos tendientes a verificar la calidad de la información suministrada por la empresa. Claro está que la ampliación no puede ser excesiva, ya que no se puede privar a este trámite de la agilidad que lo caracteriza. Frente a la solicitud, la autoridad competente puede adoptar una de tres posiciones: 1. Rechazar de plano la solicitud: El funcionario sólo puede rechazar de plano cuando encuentra que carece de jurisdicción o 242 243 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 001 del 15 de febrero de 2001. Ibid. 300 competencia para conocer la solicitud. Cuando el rechazo es por falta de competencia, el funcionario la enviará con sus anexos al funcionario que considere competente dentro de la misma jurisdicción, solución que conviene adoptar para que el empresario solicitante no tenga que verse sometido a demoras innecesarias en la etapa inicial del trámite244. 2. Inadmitir la solicitud: La inadmisión se presenta cuando la solicitud no reúne los requisitos o la información exigida por la ley o por faltar alguno de los anexos. En estos casos el funcionario debe señalar los vicios para que el solicitante los subsane en el término de 5 días, plazo que se aplica en virtud de una interpretación analógica del artículo 85 del Código de Procedimiento Civil. 3. Admitir la solicitud: Cuando la solicitud cumpla con los presupuestos objetivos de procedibilidad y los requisitos formales establecidos en la ley, o hayan sido saneados los vicios que dieron lugar a la inadmisión de la solicitud dentro del término legal, la autoridad competente dentro de los tres días siguientes al recibo de la misma debe dictar una providencia que admita la solicitud. a. Contenido del auto admisorio de la solicitud: 1) Designación de una persona natural para que actue como promotor en el acuerdo de reestructuración. 2) Orden de fijar en las oficinas de la entidad nominadora, (autoridad que adelanta el 244 PEÑA CASTRILLÓN, Gilberto. El Acuerdo de Reestructuración en la Ley 550 de 1999. En: revista Jurisconsulta Reestructuración de empresas en crisis. Ley 550 de 1999 de la Cámara de Comercio de Bogotá y el Colegio de Abogados Comercialistas, No. 4, 2000, p. 83. 301 trámite del acuerdo) por un término de 5 días, un escrito que informe acerca de la promoción del acuerdo, escrito que debe inscribirse en el registro mercantil de las Cámaras de Comercio correspondientes al domicilio del empresario y sus sucursales. El artículo 11 de la ley establece que el escrito debe contener: a) Identificación completa del empresario o empresarios, con sus respectivos domicilios, direcciones y número de identificación tributaria. Si se hubieren presentado cambios en el domicilio, la dirección o en el nombre del empresario durante el año inmediatamente anterior, deberán incluirse, además, los nombres, domicilios y direcciones de los anteriores. La identificación respecto a los empresarios anteriores se realiza con el fin de determinar la eventual responsabilidad en que estos puedan incurrir respectos a las obligaciones que pretenden ser reestructuradas y de esta manera evitar cualquier tipo de fraude que pueda presentarse no sólo en perjuicio de los acreedores, sino también en perjuicio del actual o actuales empresarios. b) Identificación completa del promotor, y si fuere el caso de los peritos que ya hubieren sido nombrados, indicando su dirección y teléfono. Esta identificación se hace para dar la posibilidad a las partes del acuerdo de recusar tanto al promotor como a los peritos si fuere el caso, de conformidad con las causales establecidas en la misma ley. c) Orden al promotor designado que, dentro del mismo término de 5 días, informe la iniciación de la negociación del acuerdo publicando el mismo escrito en un diario de amplia circulación en el domicilio de la empresa y sus sucursales. La finalidad de la fijación del escrito en las oficinas de la entidad nominadora y su respectivo registro, así como la publicación en los diarios, es dar publicidad a la iniciación de la promoción del acuerdo, característica fundamental de los actos que 302 se realizan en el ámbito del derecho comercial ya que garantiza el conocimiento del trámite por un lado a los actuales acreedores para que puedan ejercer los derechos derivados de los negocios jurídicos involucrados; y por el otro, a los futuros acreedores, conocimiento que determina su vinculación a las actividades de la empresa objeto de reestructuración. No obstante, dudo que la publicación del aviso realmente cumpla su cometido, en la medida en que no se pude esperar que los acreedores recorran las distintas Superintendencias y Cámaras de Comercio diariamente para saber si sus deudores están promoviendo un acuerdo, o que lean detenidamente los periódicos para los mismos efectos y así constituirse en parte. Por ello no se debe descartar la necesidad de modificar el sistema de notificación de los acreedores, dando aplicación al mecanismo adoptados por la Ley 222 de 1995 en virtud del cual los acreedores serían notificados personalmente a través de telegramas245. 4.2 NEGOCIACIÓN DEL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN 4.2.1 Iniciación de la negociación. De la normatividad que regula el concordato246 se puede afirmar que la iniciación de este proceso concursal se da desde el momento en que se dicta la providencia de apertura del trámite, ya que desde ese mismo instante se producen importantes efectos frente a los créditos, a los procesos ejecutivos en curso y a aquellos procesos que pretenden iniciarse. Esto no sucede en lo que al trámite de un acuerdo de reestructuración se refiere, pues en este caso entre la admisión de la solicitud y la iniciación de la negociación puede transcurrir un período de tiempo en el cual aún no se producen los efectos propios de la negociación, lo que implica que dentro de este período, a pesar de la admisión de la solicitud, aún se pueden iniciar procesos ejecutivos en contra del empresario y no se suspenden los términos de prescripción, lo que sí sucede cuando se da la iniciación de la negociación. 245 246 Ley 222 de 1995, artículo 5°. Ibid., artículos 98 y 99. 303 El artículo 13 de la Ley 550 señala que “la negociación del acuerdo se entenderá iniciada a partir de la fecha de fijación del escrito de la entidad nominadora, previsto en el artículo 11 de la presente ley”. Como se mencionó anteriormente, este escrito es de suma importancia en la media en que da publicidad al trámite del acuerdo, lo que permite la vinculación de todos los interesados en el proceso así como el ejercicio de sus respectivos derechos. a) Efectos de la iniciación de la negociación De la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración se derivan una serie de efectos legales, los cuales se pueden clasificar en efectos de naturaleza procesal y efectos de naturaleza contractual y empresarial. 1. Efectos de naturaleza procesal: si bien la naturaleza de los acuerdos de reestructuración es de carácter contractual, debe tenerse en cuenta que ello no es impedimento para que la ley le asigne efectos procesales, pues ellos “lejos de convertir este instrumento en procesal o desnaturalizarlo, no hace otra cosa distinta que procurar el cumplimiento de la finalidad para la cual fue instituido”247. El artículo 14 de la ley 550 prevé como efectos procesales de la iniciación de la negociación los siguientes: a. No podrá iniciarse ningún proceso de ejecución contra el empresario: Son procesos de ejecución aquellos en los cuales se busca el cumplimiento de una obligación clara, expresa y actualmente exigible contenida en un documento que proviene del deudor. La Ley 550 señala que a partir de la iniciación de la negociación, que se da con la fijación del escrito en las oficinas de la entidad nominadora, y hasta después de transcurridos cuatro 247 Superintendencia de Sociedades. concepto 438475. 304 meses desde la fecha en que se determinan los derechos de voto de los acreedores, no podrá presentarse ante la jurisdicción ordinaria ninguna demanda en contra del empresario tendiente a exigir el cumplimiento de las obligaciones a su cargo. Esta disposición atiende a los principios de universalidad, colectividad e igualdad propios de los procesos concursales que resultan aplicables al trámite de un acuerdo de reestructuración. Estos principios lo que buscan es que la totalidad de los acreedores del empresario se hagan parte del acuerdo, sin importar cuál sea la naturaleza de sus créditos, de tal manera que todos queden cobijados por las disposiciones contenidas en el acuerdo tras su negociación; así mismo, pretenden que se dé un tratamiento homogéneo a todos los acreedores que concurran al trámite, sin perjuicio de los privilegios contenidos expresamente en la ley en virtud de la prelación legal de pagos248. Este efecto supone la distinción entre los créditos anteriores a la negociación y los posteriores a ella. Todo crédito anterior a la negociación es objeto del acuerdo de reestructuración y por lo tanto respecto de estos no resulta posible su satisfacción por otra vía, lo que no sucede respecto de los créditos posteriores donde los acreedores tienen lo potestad de acudir ante la jurisdicción ordinaria para hacerlos valer249. Al deudor no le resulta posible satisfacer de manera separada o individual las acreencias anteriores a la iniciación de la negociación; esto implicaría la modificación de normas de orden público sobre pago; por ello cualquier pago que se realice tendría objeto ilícito y por lo tanto estaría viciado de nulidad absoluta. Es fácil llegar a esta conclusión pues si este efecto no se produjera se estaría vulnerando el principio de igualdad de todo mecanismo de solución universal de las obligaciones a cargo del deudor incumplido. La aplicación de estos principios de universalidad, colectividad e igualdad por parte de la Superintendencia de Sociedades ha sido determinante no sólo para justificar la naturaleza 248 249 Código Civil artículos 2488 a 2511. Superintendencia de Sociedades. concepto Rad. 455413. 305 de este efecto, sino también para dar solución al vacío que presenta el artículo 14 respecto de los procesos de restitución de tenencia de los bienes que se encuentran en poder del empresario en leasing o en arrendamiento, pues esta norma se refiere únicamente a los procesos ejecutivos. De la lectura de esta disposición y ante la falta de regulación pueden surgir dos interpretaciones. La primera hace referencia a que esta norma se aplica única y exclusivamente a los procesos ejecutivos, y por contener una limitación no es susceptible de interpretación extensiva, por lo cual no surte efectos respecto de otros procesos. Para ello se necesitaría una norma expresa y particular, la cual sí existe en el caso del Concordato donde la ley 222 de 1995 prevé este efecto para los procesos de restitución de tenencia. Una segunda posición se presenta en virtud de una interpretación sistemática de la ley 550 y al carácter universal y colectivo que ésta le imprime a los acuerdos de reestructuración. De acuerdo con la mencionada Ley no es posible la satisfacción separada de las obligaciones a cargo del empresario lo que conlleva la improcedencia de los procesos ejecutivos así como “todos aquellos instrumentos contractuales o procesales que procuren la satisfacción de la acreencia por fuera del escenario colectivo y propio de un acuerdo de reestructuración”250. De adoptar la primera interpretación se estaría desconociendo los principio fundamentales de universalidad y colectividad en la medida en que estos procesos serían un medio para exigir el pago de las acreencias por fuera del acuerdo, vulnerando de la misma manera la igualdad frente a los otros acreedores quienes sólo cuentan con el proceso ejecutivo para estos efectos y cuyo ejercicio ha sido prohibido por la misma ley. A partir de una interpretación sistemática, la Superintendencia en diferentes oportunidades 250 Superintendencia de Sociedades. concepto 428357. 306 ha concluido que no es posible continuar con los procesos de restitución ya iniciados, así como tampoco iniciar nuevos procesos, siempre y cuando la causal que se invoque sea el incumplimiento en el pago de los cánones, “motivo por el cual si esta tiene origen en causas distintas, como sería la indebida utilización del bien o el subarriendo no resulta dable afirmar que la restitución se impida como consecuencia del acuerdo de reestructuración, pues no existe en ese evento conexidad entre este instrumento y las causas que dan lugar a la restitución”251. El tratamiento legal que ha de aplicarse respecto a los cánones que se causen con posterioridad a la iniciación de la negociación es el contenido en el numeral 9 del artículo 34 de la Ley 550. La norma establece que estos créditos han de pagarse de manera preferente y sin sujeción al orden de pago dispuesto en el acuerdo de reestructuración, lo que permite que, ante el incumplimiento del empresario en el pago de estos cánones, los acreedores inicien el procesos de restitución correspondiente. b. Suspensión de los procesos ejecutivos en curso: La suspensión a la que se refiere la ley 550 no es la misma suspensión procesal que señala el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, la cual opera únicamente por decreto judicial ya que el juez debe valorar las situaciones que se presentan al interior del proceso para establecer si constituyen una causal de suspensión. La suspensión que se da a partir del momento de la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración surte efectos de manera automática ya que opera por mandato legal y de pleno derecho, lo que indica que no se requiere de pronunciamiento del juez que adelanta el proceso ejecutivo. Durante la suspensión no podrá desarrollarse ninguna actuación procesal y aquellas que se lleven a cabo serán nulas independientemente de que el juez tenga o no conocimiento del acuerdo de reestructuración que se está negociando. 251 Ibid. 307 El proceso ejecutivo suspendido como consecuencia de la iniciación de la negociación no continúa una vez se ha celebrado el acuerdo, pues las obligaciones que en este proceso se estaban exigiendo quedan subordinadas a los términos y condiciones establecidos en el mismo acuerdo. Este evento se puede asimilar a una terminación anormal del proceso, pues se presenta una especie de transacción donde las partes se otorgan recíprocas concesiones sea en virtud del valor de la obligación, de las garantías que la soportan o los términos de exigibilidad. Frente a las obligaciones objeto de litigio que han sido reestructuradas se pueden presentar dos eventos. Por un lado puede suceder que la promoción del acuerdo fracase, lo que, como estudiaremos más adelante, da lugar a la liquidación obligatoria de la empresa, en la cual se presenta un fuero de atracción en virtud del cual todos los procesos ejecutivos en contra del deudor son conocidos por la misma autoridad. Por otro lado puede suceder que una vez celebrado el acuerdo de reestructuración éste sea incumplido por el empresario, lo que constituye una causal de terminación del acuerdo en virtud de la cual se podrán reanudar de inmediato todos los procesos que hayan sido suspendidos, sin perjuicio de lo dispuesto en las normas de la liquidación obligatoria o del proceso concursal especial que corresponda a cada caso según la naturaleza de la entidad. Cabe mencionar que no obstante la ley es clara al prever este efecto los jueces lo han desconocido de manera flagrante, situación que dificulta el desarrollo de muchos trámites de reestructuración en los cuales la no suspensión de los procesos ejecutivos pone en peligro la continuidad de las empresas en la medida en que aumenta los gastos administrativos lo que a su vez disminuye los recursos necesarios para la recuperación. c. Durante la negociación se suspende el término de prescripción y no opera la caducidad de las acciones respecto de lo créditos contra el empresario: Este efecto es de suma importancia ya que otorga a los acreedores seguridad jurídica, en la medida en que durante la negociación del acuerdo el periodo de tiempo establecido por la ley dentro del cual deben ejercerse las acciones encaminadas a exigir el cumplimiento de 308 una obligación a su favor no sigue corriendo; de tal manera que ante el fracaso de la negociación o el incumplimiento del acuerdo, el acreedor aún cuenta con la posibilidad de hacer efectivo su crédito por vía procesal. La suspensión de los términos hace referencia a que estos se siguen contando una vez terminada la negociación, sumando el tiempo que ya se había consolidado con anterioridad a la misma. d. Obligaciones solidarias contraídas y garantías otorgadas con anterioridad o posterioridad a la vigencia de la Ley 550: La Ley 550 articulo 14 dispone que el acreedor del empresario cuyo crédito esté garantizado con fiducias mercantiles o cualquier clase de garantía real constituida por terceros, o que cuente con un codeudor, fiador avalista, emisor de carta de crédito y, en general, con cualquier clase de garantía del empresario, otorgadas con posterioridad a la entrada en vigencia de la Ley, esto es al 30 de diciembre de 1999, deberá informar por escrito al promotor, dentro de los diez (10) días siguientes a la iniciación de la negociación, si opta por hacer efectiva su garantía ante el tercero garante o si prefiere cobrar al empresario el pago de la obligación garantizada252. En otras palabras el acreedor que cuente con garantías otorgadas por terceros después del 30 de diciembre de 1999 o que sea titular de un derecho de crédito respecto de una obligación solidaria surgida también con posterioridad a dicha fecha, no podrá dirigirse al mismo tiempo contra ambos obligados, pues como explica la Superintendencia de Sociedades el acreedor puede optar, de manera excluyente, por hacer efectiva la garantía ante el tercero garante, hacer el cobro al codeudor solidario, según sea el caso, o perseguir el cobro de la obligación principal directamente al empresario llamado a celebrar el 252 La Superintendencia de Sociedades ha expresado la necesidad de ampliar el plazo de diez días establecido en el artículo 14 para que los acreedores que sean beneficiarios de garantías informen sobre la opción de cobrar al deudor o a su garante, debido a que en el plazo mencionado los acreedores no cuentan con la información necesaria para adoptar esta decisión, por ello sugiere que tal elección puede efectuarse en el transcurso de la reunión de determinación de derechos de voto. 309 acuerdo de reestructuración. En el evento en que el acreedor guarde silencio u opte por hacer valer su crédito contra el empresario, no podrá iniciar ningún proceso en su contra y los que haya iniciado se suspenden, de tal manera que debe constituirse como parte en el acuerdo de reestructuración, quedando sujeto a lo que éste disponga al momento de su celebración. Si el acreedor opta por hacer efectivas las garantías de terceros o ejerciera sus derechos de cobro frente al codeudor solidario, donde los garantes o codeudores fuesen personas naturales, el ejercicio de estos derechos queda limitado por la Ley en los términos del artículo 14 parágrafo segundo, como se expone a continuación: a) Durante la negociación del acuerdo, no podrá rematarse, adjudicarse, ni enajenarse a ningún título el inmueble que sea propiedad exclusiva del garante o del cual éste sea comunero, siempre y cuando el garante haya ocupado el inmueble por un periodo superior a dos años consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de iniciación de la negociación del acuerdo. b) Dentro del mismo término, podrán practicarse medidas cautelares que recaigan sobre el inmueble, y podrán iniciarse o continuarse procesos ejecutivos contra el garante hasta que quede en firme la sentencia que determina el cumplimiento de la obligación o aquella que ordena adelantar la ejecución en caso de no prosperar las excepciones de mérito formuladas en el proceso ejecutivo. c) Así mismo, podrá darse cumplimiento a las disposiciones contractuales que regulen la ejecución de las garantías fiduciarias, hasta antes de disponer la enajenación del inmueble a cualquier título. d) Para que el acreedor pueda ejercer estos derechos, el tercero garante debió haber inscrito en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos y Privados, a su costa, una declaración juramentada rendida ante notario público, en la cual identifique el 310 inmueble y afirme que se dan las circunstancias antes mencionadas, acompañada de una copia del escrito que determina la iniciación de la negociación del acuerdo. En el caso en que estas condiciones no sean observadas por el acreedor, y el bien sobre el cual recae la garantía sea enajenado o rematado, la operación será ineficaz; si bien la ley dice que lo es de “pleno derecho”, en caso de controversia su declaración corresponde a la justicia ordinaria. El garante podrá solicitar al juez que adelanta la transferencia del inmueble que suspenda el señalamiento de la fecha para el remate, adjuntando constancia de la inscripción en la Oficina de Registros de la declaración juramentada; si el juez desatiende la solicitud presentada en debida forma incurrirá en causal de mala conducta. Igualmente el fiduciario que no suspenda la enajenación regulada en el contrato de fiducia o encargo fiduciario respectivo y enajene el inmueble a cualquier título después de haber sido informado de tales circunstancias por el garante, será sancionado por la Superintendencia encargada de su inspección y vigilancia, y los administradores de la fiducia podrán ser removidos de su cargo por la misma autoridad. Estas limitaciones al ejercicio de los derechos del acreedor se levantarán cuando trascurridos los 4 meses de plazo para la celebración del acuerdo, éste no se celebra, de tal manera que el acreedor queda habilitado para hacer efectivas tanto las garantías como las obligaciones solidarias. Por el contrario si el acuerdo de reestructuración es celebrado, el cumplimiento de la obligación garantizada y/o solidaria quedará sujeto a lo dispuesto en el mismo, quedando el acreedor impedido para acudir a cualquier otra vía procesal para exigir el pago de su crédito. El efecto que prevé la Ley tratándose de garantías otorgadas u obligaciones contraídas con anterioridad a su entrada en vigencia es diferente. En el artículo 79 la Ley establece que los acreedores no podrán perseguir el pago directamente del garante o codeudor, sino que deberán hacerlo dentro del marco del acuerdo de reestructuración y con sujeción a sus 311 disposiciones; a menos que una vez vencidos los 4 meses previstos para la celebración ésta no se hubiese realizado. No obstante, la misma disposición ha establecido que los efectos previstos en el artículo 14 parágrafo segundo para las garantías u obligaciones solidarias posteriores al 30 de diciembre de 1999, en el evento en que el acreedor opta por hacerlas efectivas ante el garante o codeudor solidario personas naturales, según sea el caso, también son aplicables a las garantías constituidas u obligaciones solidarias contraídas con anterioridad a la vigencia de la Ley 550; por ello la Superintendencia de Sociedades es enfática en afirmar que “el parágrafo segundo del artículo 14 de la Ley se aplica respecto de garantes o codeudores personas naturales que hayan otorgado garantía o se hayan obligado solidariamente antes o después de la vigencia de la misma”253. En consecuencia para la corporación, la diferencia sustancial y práctica entre las garantías u obligaciones solidarias anteriores a la vigencia de la Ley 550 respecto de aquellas constituidas y contraídas con posterioridad a la misma, radica en que los acreedores de las garantías y obligaciones solidarias posteriores tienen la posibilidad de hacerlas efectivas sin ninguna limitación cuando se trata de garantes o codeudores personas jurídicas; sin necesidad de que estos participen de la negociación del acuerdo; por el contrario cuando se trata de garantías u obligaciones solidarias anteriores estas siempre estarán sujetas al contenido del acuerdo de reestructuración, sin perjuicio de que los acreedores puedan adelantar la ejecución de la garantías otorgadas sea por persona natural o jurídica, con sujeción a las limitaciones previstas en el artículo 14 parágrafo segundo. 2. Efectos de naturaleza contractual y empresarial254: a. Actividad del empresario durante la negociación del acuerdo: 253 Superintendencia de Sociedades. Concepto 458612. 312 A partir de la fecha de iniciación de la negociación del acuerdo, el empresario está habilitado por la Ley en el artículo 17 para realizar todas las operaciones tendientes a desarrollar su objeto social propias del giro ordinario de sus negocios con sujeción a lo dispuesto en los estatutos sociales. Esto es fundamental para la recuperación económica del empresario, pues es a partir de estas actividades que se adquieren los recursos para satisfacer las obligaciones reestructuradas en el acuerdo y para preservar la vida productiva del empresario dentro del mercado. Todos los gastos administrativos causados durante la negociación del acuerdo se deben satisfacer de manera preferente respecto a los créditos y gastos anteriores a la negociación, los cuales están sujetos a lo dispuesto en el acuerdo de reestructuración. Teniendo en cuenta el carácter preferencial y su necesariedad para la continuidad de las operaciones, sería importante que la ley limitara este tipo de gastos con el fin de que no se incurra en excesos que puedan perjudicar a la empresa y sus acreedores pues se estarían disminuyendo los recursos requeridos para su recuperación. Con este sentido proteccionista la misma disposición si se percata de señalar los eventos en que el empresario puede actuar únicamente con la autorización de la Superintendencia o autoridad que conocer del trámite, previa solicitud escrita del empresario. La solicitud será resuelta por medio de acto administrativo teniendo en cuenta la urgencia, necesidad y conveniencia de la operación y la recomendación del promotor. Este acto sea que conceda o niegue la solicitud, sólo será susceptible de recurso de reposición por los interesados. El empresario requiere de tal autorización para: a) Adoptar reformas estatutarias. b) Constituir o ejecutar garantías o cauciones a favor de los acreedores, incluyendo fiducias mercantiles o encargos fiduciarios. 254 Por la expresión “empresarial” debe entenderse: los efectos que tiene la iniciación del acuerdo de reestructuración frente a la actividad y capacidad del empresario, con posterioridad a dicha iniciación. 313 c) Compensar, pagar, conciliar o transigir obligaciones a su cargo. d) Enajenar bienes. e) Realizar operaciones que no correspondan al giro ordinario de sus negocios, o que se lleven a cabo sin sujeción a las limitaciones estatutarias. f) Compensar depósitos en cuenta corriente bancaria, y en general depósitos y exigibilidades en establecimientos de crédito. Esta autorización tiene como finalidad proteger los derechos de los acreedores, evitando en primer lugar que se dé un tratamiento preferencial a alguno de ellos vulnerando el principio de igualdad, y en segundo lugar que se realicen operaciones riesgosas que pongan en peligro el patrimonio del empresario y por ello los intereses de los acreedores en general. Por esta razón, si el empresario realiza alguna de las operaciones antes mencionadas sin autorización, estas serán ineficaces de pleno derecho sin necesidad de declaración judicial. Así mismo el acreedor que fue beneficiado con la actuación, el empresario y los administradores, todos o alguno según sea el caso, podrán ser objeto de multas por parte de la Superintendencia o entidad correspondiente, no superiores a 100 salarios mínimos mensuales legales vigentes, que serán impuestas hasta tanto la operación no sea revertida; en el caso de los administradores, éstos podrán ser removidos de su cargo por la misma autoridad. Respecto a la compensación de los depósitos y exigibilidades en los establecimientos de crédito sin autorización, además de la ineficacia de la operación, la Superintendencia Bancaria podrá imponer las mismas multas a los administradores de las respectivas instituciones financieras reservándose la facultad de removerlos de su cargo. b. Continuidad de los contratos administrativos: Respecto a los contratos celebrados entre el Estado y el empresario, la Ley señala que por el hecho de la promoción de un acuerdo de reestructuración no podrá decretarse la caducidad administrativa de los contratos, y se tendrá por no escrita la cláusula en que se 314 pacte que dicha promoción sea causal de terminación de los contratos de tracto sucesivo. La ley 80 de 1993, estatuto que regula de manera especial la contratación de naturaleza administrativa, define la caducidad como la estipulación en virtud de la cual si se presenta alguno de los hechos constitutivos del incumplimiento de las obligaciones a cargo del contratista (empresario), que afecte de manera grave e indirecta la ejecución del contrato y evidencia que puede conducir a su paralización, la entidad por medio de acto administrativo debidamente motivado lo dará por terminado y ordenará su liquidación en el estado en que se encuentre255. Como vimos anteriormente, uno de los efectos fundamentales de la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración consiste en permitirle a la empresa en crisis continuar con todas las operaciones propias del desarrollo de su objeto social y del giro ordinario de sus negocios, sin necesidad de requerir de autorización por parte de la entidad que conoce de la promoción del acuerdo. En este orden de ideas, si la ejecución de un contrato administrativo hace parte de dicho objeto social y su cumplimiento se ve alterado por la promoción de un acuerdo de reestructuración, este evento no constituye una causal de caducidad administrativa, pues no implica per se el incumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato, por lo tanto no procede declaratoria de la caducidad por parte de la entidad estatal. Se debe tener en cuenta que la finalidad primordial de la Ley 550, en términos de la Superintendencia de Sociedades, es la “reactivación de la unidad de explotación económica”256, por ello no sólo la empresa, sino todos aquellos que intervienen en la negociación del acuerdo, incluyendo las entidades estatales, deben procurar la recuperación de ésta, continuando con la realización de todas las operaciones propias del desarrollo de su objeto social, de lo contrario se estaría desconociendo el “espíritu, propósito y finalidad 255 256 Ley 80 de 1993, Estatuto de Contratación Estatal. Superintendencia de Sociedades. concepto 469753-0. 315 de la negociación, evitando que su recuperación llegue a ser una realidad”257. En conclusión la declaración de caducidad por el hecho de que el empresario adelante la promoción de un acuerdo de reestructuración no es procedente, así como tampoco constituye una causal para declarar la terminación unilateral de los contratos de tracto sucesivo. Por ello la misma Ley 550 ha previsto que las estipulaciones que formen parte de todo acto o contrato que tengan por objeto o finalidad impedir u obstaculizar directa o indirectamente la promoción, negociación o celebración de un acuerdo de reestructuración, mediante la terminación anticipada, la aceleración de las obligaciones, la imposición de restricciones y en general cualquier clase de prohibiciones, solicitud de autorizaciones o imposición de efectos desfavorables para el empresario, como las multas, son ineficaces de pleno derecho, es decir que no requieren de declaración judicial. En el caso en que haya controversia respecto a la ineficacia de la estipulación, ésta será resuelta por la Superintendencia de Sociedades en desarrollo de sus funciones jurisdiccionales, mediante el procedimiento verbal sumario. Si bien esta disposición pretende evitar una crisis mayor al empresario durante la negociación del acuerdo de reestructuración permitiéndole continuar con su gestión habitual, no desprotege del todo al acreedor , ya que si el empresario, aún encontrándose en estas circunstancias, incumple de manera grave y directa el contrato administrativo, la entidad estatal conserva la potestad de terminarlo y ordenar la liquidación en el estado en que se encuentre, sin perjuicio de abstenerse de declarar la caducidad y adoptar las medidas de control e intervención tendientes a buscar su ejecución. La promoción del acuerdo no justifica el incumplimiento del contrato, en la medida en que durante este periodo el empresario aún cuenta con los recursos necesarios para cumplir con sus obligaciones, más aún cuando los contratos administrativos constituyen parte de su objeto social. Por esta razón “la absoluta improcedencia de la declaratoria de caducidad respecto de los contratos celebrados por el Estado con el empresario, podría conducir a 257 Ibid. 316 abusos por parte de este sujeto”, de tal manera que la caducidad puede decretarse toda vez que se presente el incumplimiento de las obligaciones o se ponga en peligro la ejecución del contrato, aunque el empresario se encuentre tramitando un acuerdo, pues se estarían configurando los eventos determinantes para la declaración de la caducidad; lo que si no se puede admitir es que la sola promoción del acuerdo de reestructuración constituya una causal de caducidad o terminación del contrato cuando éste se está ejecutando de manera adecuada. c. Continuidad de la prestación de los servicios públicos domiciliarios. En materia de servicios públicos domiciliarios, la Ley 550 prevé tres eventos que pueden presentarse cuando empresario está adelantando la promoción de un acuerdo. a) El empresario antes de iniciarse la negociación del acuerdo ha incumplido las obligaciones derivadas de un contrato de prestación de servicios públicos domiciliarios, sea con una persona natural o jurídica: en este evento el prestador no puede suspender la prestación de los servicios, y el crédito a su favor derivado del incumplimiento en el pago quedará sujeto a lo dispuesto en el acuerdo de reestructuración. b) Los servicios ya se encuentran suspendidos para la fecha de inicio de la negociación del acuerdo en virtud del incumplimiento: en este caso la persona natural o jurídica que presta el servicio deberá reestablecer su prestación, ya que estos son necesarios para que el empresario continúe con su actividad económica y de esta manera pueda recuperarse. Si los servicios no son reestablecidos, la satisfacción de los créditos a favor de los prestadores se hará en último lugar después de la satisfacción de los demás créditos, además deberán responder por los perjuicios causados al empresario por tal conducta. c) Servicios públicos prestados a partir de la fecha de inicio de la negociación del acuerdo: la ley establece que estos se pagan de manera preferencial frente a los demás créditos, al igual que todos los gastos administrativos causados con posterioridad a tal 317 fecha. d. Suspensión del término señalado por la ley para enervar la causal de disolución por pérdidas. La legislación mercantil prevé que las sociedades anónimas están incursas en esta causal de disolución cuando ocurran pérdidas que reduzcan su patrimonio neto por debajo del 50 por ciento del capital suscrito. Del mismo modo la ley señala que cuando estas pérdidas se verifican los administradores no podrán realizar nuevas operaciones y deberán convocar a la asamblea general de accionistas para informarla de tal situación. La asamblea una vez informada puede tomar una de dos posiciones; por un lado puede optar por declarar la causal de disolución y liquidar la sociedad, o puede decidir mantener la sociedad, para lo cual puede tomar u ordenar medidas conducentes al restablecimiento del patrimonio por encima del 50% del capital suscrito. La ley establece que para tomar tales medidas la asamblea cuenta con 6 meses contados a partir del momento en que las pérdidas queden consumadas. En el evento en que la sociedad incursa en esta causal de disolución se encuentre tramitando o decida tramitar un acuerdo de reestructuración, el término de 6 meses que tiene para enervar la causal se entiende suspendido durante la negociación del acuerdo de conformidad con el artículo 18 de la Ley 550. La suspensión tiene razón de ser en la finalidad misma del acuerdo de reestructuración. En general el acuerdo busca establecer las herramientas tendientes a corregir las deficiencias en la capacidad de operación y atención de las obligaciones pecuniarias de una sociedad en dificultades económicas para lograr su recuperación; pero si además de las dificultades económicas, la empresa se encuentra en una situación de pérdidas que hace configurar la causal de disolución, necesariamente dentro de las herramientas para recuperar la sociedad deberán contemplarse las medidas para enervar la causal y restablecer el patrimonio, de lo 318 contrario no se cumpliría el propósito fundamental del acuerdo. En términos de la Superintendencia de Sociedades258, no se puede concebir la negociación y firma de un acuerdo de reestructuración en el cual no se tomen las medidas encaminadas a sanear la relación pérdidas–patrimonio, pues si esto sucediera la ejecución del acuerdo estaría llamada al fracaso en la medida en que los mecanismos acordados para la recuperación de la empresa no serían suficientes, y por ello la empresa continuaría en una situación que la conduciría inevitablemente a su inmediata disolución y liquidación. A partir de este análisis se entiende que el acuerdo de reestructuración supone las medidas para enervar la causal de disolución por pérdidas, las cuales se adoptarán durante la negociación y se ejecutarán en el plazo y bajo las condiciones fijadas en el mismo acuerdo. Por otro lado la Superintendencia de Sociedades en el concepto 220-69545 señala que además de la suspensión del término, durante la negociación no existe la obligación de convocar a la asamblea general de accionistas, como tampoco opera la prohibición para los administradores de realizar nuevas operaciones. Estos dos efectos van a encontrar en la negociación del acuerdo de reestructuración un nuevo marco de regulación. En primer lugar la decisión de la posible disolución del ente social o la de enervar la causal de disolución y restablecer el patrimonio de la sociedad ya no está en manos únicamente de la asamblea general; en esta decisión también participan los acreedores externos, quienes están completamente informados de la situación legal y financiera de la empresa desde el inicio de la negociación, de manera que junto a los asociados pueden decidir liquidar la sociedad o tomar las medidas tendientes a recuperar y restituir el patrimonio de la misma. En cuanto a la actividad de la sociedad, ésta continua con el desarrollo de su objeto social, no obstante como vimos anteriormente, la Ley 550 señala los eventos en que los administradores están sometidos a la autorización de la autoridad ante la cual tramita el 258 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-69545, 1 de noviembre de 2000. 319 acuerdo, para realizar determinadas operaciones259. En efecto, la Ley 550 es precisa al señalar que la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración presenta modificaciones importantes a los efectos de la causal de disolución por pérdidas cuando se predica de una sociedad anónima; no obstante la Ley no permite establecer si tales modificaciones también se presentan cuando dicha causal se configura frente a los demás tipos societarios, como es el caso de las sociedades de responsabilidad limitada. 4.2.2 Determinación de Derechos de Voto y Acreencias A) Derechos de Voto y de veto 1. Definición de los derechos de voto Los derechos de voto son la forma numérica de expresar el poder que se les confiere a los acreedores (internos y externos) para que decidan la suerte de la empresa objeto de reestructuración260; su función es únicamente determinar qué porcentaje tiene cada acreedor en la votación del acuerdo. 2. Titulares del derecho de voto El derecho de votar, durante la negociación de un acuerdo de reestructuración le corresponde solamente a quienes la ley ha definido como partes en dicho acto; a continuación se mencionarán quiénes son las partes de un acuerdo de reestructuración. La ley 550 en su artículo 19, claramente ha determinado que son parte en los acuerdos de reestructuración sólo los acreedores del empresario que se está sometiendo a este mecanismo. Artículo 19. “Partes en los acuerdos de reestructuración. Los acuerdos de reestructuración se negociarán y celebrarán entre los acreedores externos e internos de la 259 Ley 550 de 1999, artículo 27. 320 empresa”. Dado que el empresario no es parte en la celebración del acuerdo de reestructuración, tal y como lo establece el artículo 19 anteriormente citado, esto significa que el empresario al no intervenir en la negociación y celebración del acuerdo no tiene derecho de voto261; sin embargo esto no quiere decir que el empresario en ningún caso sea parte del acuerdo, ya que en el caso en que éste, simultáneamente ostente la calidad de acreedor de la empresa, por ejemplo si fuera acreedor interno de la empresa, como sucede en el caso de la empresa unipersonal, respecto del titular de las cuotas de la empresa, o en el caso en que fuera socio de la sociedad que está en proceso de reestructuración, el empresario sería parte en el acuerdo de reestructuración. Ahora bien, el hecho de que el empresario no sea parte del acuerdo de reestructuración, no quiere decir que no pueda intervenir en el desarrollo del mismo; existen mecanismos mediante los cuales se puede desarrollar dicha intervención; es el caso de la posibilidad que tiene el empresario de objetar la decisión del promotor en cuanto a la determinación de derechos de voto y acreencias (artículo 26, inciso 1); y la posibilidad de que acuda ante la Superintendencia para que ella solucione cualquier controversia que se suscite entre el empresario y los acreedores, el empresario y los administradores (artículo 37, inciso 3). La ley ha clasificado a los acreedores del empresario en dos grupos: a. Externos: “son Acreedores externos los titulares de créditos ciertos que pertenezcan a una cualquiera de las cinco clases de créditos previstas en el título XL del libro cuarto del Código Civil y demás normas legales que lo modifiquen y adicionen” (artículo 19). b. Internos: “son acreedores internos los accionistas, socios, asociados o cooperados del empresario que tenga forma jurídica asociativa; el titular de las cuotas de la empresa 260 Superintendencia de Sociedades. Concepto 456802 radicado el 12 de julio de 2000 321 unipersonal; el controlante de la fundación; y, en general, los socios, controlantes o beneficiarios reales262 que hayan aportado bienes al desarrollo de la empresa en forma demostrable y cuantificable” (Artículo 19). 3. Acreencias que otorgan derecho de voto 1) Solamente conceden derecho de voto los créditos que se hayan originado con anterioridad a la iniciación de la negociación del acuerdo de reestructuración; los que por el contrario, se originaron con posterioridad a esta etapa, no darán derecho a voto y su pago se atenderá de forma preferente, siguiendo el tratamiento propio de los gastos administrativos (artículo 19). Sobre este tema la Superintendencia ha dicho: “si tales obligaciones se causaran con posterioridad a la fecha en que se inicia la promoción del acuerdo de reestructuración, en este evento se considerarán gastos de administración que corresponden al giro ordinario de la empresa y su pago se atenderá de forma preferente, según lo establecido por el inciso tercero del artículo 19,263 de la ley 550 de 1999”. 2) Además de lo anterior se requiere que dichas obligaciones sean ciertas, es decir que sobre ellas no exista ninguna clase de discusión264. La Superintendencia 261 REYES VILLAMIZAR, Francisco. Algunas innovaciones al derecho concursal, en la ley de intervención económica. En: Revista Jurídica Jursiconsulta, No. 4, 2000. Editada por Cámara de Comercio de Bogotá y Colegio de Abogados Comercialistas. 262 El decreto 2250 de 2000 en su artículo 4 ha definido: “Beneficiario Real. Se considera beneficiario real cualquier persona o grupo de personas que, directa o indirectamente, por sí misma o a través de interpuesta persona, por poseer las acciones, cuotas o partes de interés que conforman el capital de uno o más acreedores de la empresa reestructurada, o por virtud de un negocio jurídico o de una disposición legal, tenga respecto de uno o varios acreedores, capacidad decisoria en el respectivo acuerdo de reestructuración, esto es, la facultad o el poder de votar en las deliberaciones de la reunión de acreedores, o de dirigir, orientar y/o controlar dicho voto. Conforman un mismo beneficiario real, entre otros, los siguientes: (1.) Las personas o entidades matrices o controlantes, en los términos establecidos en los artículos 260 y 261 del Código de Comercio, respecto de sus subordinadas. (2.) La persona o personas que, sin ser matrices o controlantes, tengan la potestad de dirigir o determinar efectivamente el sentido de los respectivos votos o las decisiones que deban adoptar uno o varios acreedores para la celebración del acuerdo de reestructuración, con ocasión del ejercicio de un derecho proveniente de una garantía, un pacto de recompra un negocio fiduciario o cualquier otro pacto, actuación o negocio que produzca efectos similares”. 263 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 479.467-0 radicado el 24 de Octubre de 2000 “si tales obligaciones se causaran con posterioridad a la fecha en que se inicia la promoción del acuerdo de reestructuración, en este evento se considerarán gastos de administración que corresponden al giro ordinario de la empresa y su pago se atenderá de forma preferente, según 10 establecido por el inciso tercero del artículo 19 de la misma ley” 264 Superintendencia de Sociedades. Concepto 422468 radicado el 29 de febrero de 2000 322 considera que una obligación es cierta cuando hay seguridad acerca de su existencia y de la producción de sus efectos. Esto implica que en muchas ocasiones, a pesar de no ser exigible el derecho, por estar sometido a un plazo o término que con toda certeza se verificará, la obligación se debe considerar como cierta. Cosa distinta ocurre cuando el crédito está sometido a la ocurrencia de un hecho futuro respecto del cual no hay seguridad sobre su efectiva realización, evento en el que se estima que la obligación es incierta265. Dentro de las obligaciones que no son ciertas se encuentran266: - Las que están sometidas a condición - Los créditos litigiosos267 - Las obligaciones tributarias que se encuentran en discusión (en vía gubernativa o en vía jurisdiccional) 4. Diferencias entre el derecho de voto y el derecho de crédito Derecho de Voto Derecho de Crédito Son la forma numérica de expresar el poder político que se le confiere a los acreedores (internos y externos) para que decidan la suerte de la empresa objeto de reestructuración. “La fijación de derechos de voto tiene como finalidad determinar el poder decisorio que tienen todos los acreedores (externos e internos) en la adopción de la fórmula del acuerdo Los créditos corresponden al valor total de lo que el empresario adeuda a cada acreedor, cada acreencia está dada por el valor del capital, los intereses y demás conceptos derivados de la obligación a cargo del empresario con cada uno de sus acreedores, la suma de todas ellas “dará como resultado el monto de lo debido, objeto del acuerdo de 265 Superintendencia de Sociedades. Concepto 479467-0 radicado el 24 de octubre de 2000 Ley 550 de 1999, artículo 25. 267 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 422468-457904 radicado el 29 de febrero de 2000 “[…] por tratarse de un crédito litigioso, la ley prevé una regla según la cual no podrá ser parte del acuerdo de reestructuración sino que correrá la misma suerte de los demás créditos en litigio o condicionales, es decir, estará sujeto a los términos previstos en el acuerdo y a las resultas de la sentencia, eventos en los cuales se constituirá una reserva o provisión de los fondos necesarios para atender su pago, en la forma y términos previstos en el artículo 25”. 268 Superintendencia de Sociedades. Concepto 456802 radicado el 12 de julio de 2000 269 Superintendencia de Sociedades. Concepto 456802 radicado el 12 de julio de 2000 270 Superintendencia de Sociedades. Concepto 456802 radicado el 12 de julio de 2000. Es preciso anotar que la superintendencia en este concepto limita la determinación de las acreencias solamente a los acreedores externos, mientras que la ley 550 en su artículo 25 es clara al consagrarla tanto para acreedores externos, como para internos. “1. Determinación de Acreencias y Fijación de Derechos de Voto. En la ley 550 de 1.999 se distingue entre acreencias y votos, y se tiene que los valores del voto y de las acreencias no habrán de coincidir, en la medida que la fijación de uno y otro obedece a reglas distintas. En efecto, mientras que para la determinación de las acreencias se toman en cuenta todos los valores derivados del crédito, como sanciones, intereses, multas, etc., para arrojar el monto de lo debido, cuyo pago es el objeto 266 323 de reestructuración”268. reestructuración”269. La determinación de acreencias se limita a los acreedores externos e internos270. B) Determinación de los derechos de voto271 1. Importancia de la determinación de los derechos de Voto La importancia de la determinación de los derechos de voto radica, como se dijo anteriormente, en que son el mecanismo mediante el cual se realiza la cuantificación de los derechos políticos que se reotorgan a los acreedores del empresario deudor, para que ellos puedan decidir el futuro de la empresa que se encuentra en reestructuración. 2. Competencia para calcular los derechos de voto La persona encargada de hacer el cálculo de los derechos de voto que le corresponde a cada uno de los acreedores es quien adelanta las funciones de promotor en el acuerdo de reestructuración. 3. Principios generales para el cálculo de los derechos de voto Existen unos principios fundamentales sobre los cuales se basa el cálculo de los derechos de voto que realiza el promotor, estos son: a. El cálculo de los derechos de voto se hace teniendo en cuenta la situación de cada acreedor individualmente considerado. b. El cálculo de los derechos de voto se hace teniendo en cuenta el valor del capital de la propio del acuerdo de reestructuración, la fijación de derechos de voto tiene como finalidad determinar el poder decisorio que tienen todos y cada uno de los acreedores (externos e internos) en la adopción de la fórmula del acuerdo de reestructuración; por eso, mientras que la determinación de acreencias se limita a los acreedores externos, la fijación de los derechos de voto comprende tanto a acreencias externas como internas, en la medida, en que, de conformidad con el artículo 19, son partes del acuerdo los acreedores externos e internos”. (subrayado fuera de texto) 271 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-382 radicado en octubre de 2000. La determinación de los derechos de voto, siempre corresponde solamente a la empresa que es objeto de reestructuración, sin embargo el artículo 6, parágrafo 3 de la ley 550, permite que se adelante un acuerdo de reestructuración respecto de varias empresas que se encuentren vinculadas entre sí, podría pensarse que en este caso la determinación de 324 deuda de cada acreedor, no se incluyen para el cálculo el valor de intereses, sanciones, multas, etc., salvo en el caso de las acreencias fiscales, en las que estos conceptos van adicionados al capital de la deuda. c. La suma del capital de la deuda debe ser actualizada según el índice de precios al consumidor, certificado mensualmente por el DANE. d. El cálculo de los derechos de voto se aplica tanto a las acreencias internas como a las externas, dado que ambas determinan quiénes son parte en el acuerdo de reestructuración. e. La determinación de los derechos de voto es una etapa particular de cada empresa, es decir que si existen varias empresas vinculadas que están adelantando un mismo acuerdo de reestructuración, cada una de ellas de manera separada tendrá que adelantar la etapa de determinación de derechos de voto. 4. Acreedores Externos Criterios Generales: para el cálculo de los derechos de voto, la ley ha considerado que sólo se tiene en cuenta el valor del capital de la deuda (esto incluye los intereses ya capitalizados), en el caso de los acreedores externos272. La Superintendencia frente al tema de los intereses capitalizados ha dicho que este fenómeno es el que se encuentra regulado en el artículo 886 del código de comercio: “los intereses pendientes no producirán intereses sino desde la fecha de la demanda judicial del acreedor, o por acuerdo posterior al vencimiento, siempre que en uno y otro caso se trate de intereses debidos con un año de anterioridad, por lo menos”; y continúa el pronunciamiento votos también puede adelantarse de manera conjunta, pero en lo que toca con la determinación de votos, la ley ha sido clara al determinar que esta etapa es individual para cada empresa. 272 Superintendencia de Sociedades. Concepto 426.224 radicado el 15 de marzo de 1999. "valor causado del principal", se entiende el valor recibido a título de préstamo, sin incluir otros conceptos distintos del capital, que a la fecha de solicitud del acuerdo de reestructuración se adeude, por parte del beneficiario de dicho acuerdo, sin incluir intereses u otros conceptos distintos del capital, con excepción de los intereses que hayan sido legalmente capitalizados. Dicho valor deberá tomarse del estado de inventario elaborado con base en los estados financieros ordinarios o extraordinarios del empresario o ente económico respectivo, cortados al 325 de dicha entidad aclarando que sobre estos intereses capitalizados se producen todos los efectos de la aplicación del I. P. C. 273 La regla general para el cálculo de los derechos de voto de los acreedores externos puede resumirse así: El número de votos es igual al capital de la deuda (# v = K) Artículo 22. Determinación de los derechos de voto de los acreedores. (...) 1. Cada uno de los acreedores externos tendrá un número de votos equivalente al valor causado del principal de su acreencia274, sin incluir intereses, multas, sanciones u otros conceptos distintos del capital, excepción hecha de los intereses que hayan sido legalmente capitalizados. Dicho valor, para efectos del cálculo de los votos, se actualizará utilizando la variación en el índice mensual de precios al consumidor certificado por el DANE, durante el período comprendido entre la fecha de vencimiento de la obligación y la fecha de corte de la relación de acreencias; en el caso de obligaciones que se paguen en varios contados o instalamentos, la actualización de cada cuota vencida se hará en forma separada. Situaciones especiales: a) Acreencias laborales “(...) 3. Para el cómputo de los votos correspondientes a las acreencias laborales, se tendrán en cuenta las que correspondan a acreencias ciertas. En el caso de los pasivos pensionales, los pensionados tendrán el derecho de voto correspondiente a sus mesadas pensionales causadas e impagadas y al valor que corresponda al veinticinco por ciento (25%) del importe del cálculo actuarial” (Artículo 22). último día calendario del mes inmediatamente anterior a la fecha de solicitud de la promoción por parte del empresario, tal y como lo señala El artículo 20 de la citada ley. 273 Superintendencia de Sociedades. Concepto 100-45671 del 18 de julio de 2000 274 Como valor causado del principal, se entiende el valor recibido a título de préstamo, sin incluir otros conceptos distintos del capital, que a la fecha de solicitud del acuerdo de reestructuración se adeude, por parte de del beneficiario de dicho acuerdo, sin incluir intereses u otros conceptos distintos del capital, con excepción de los intereses que hayan sido legalmente capitalizados. Superintendencia de Sociedades. Concepto 426224 radicado el 15 de marzo de 1999 326 Vale la pena reiterar que las acreencias laborales al igual que todas las demás se deben somete a la regla general que establece el artículo 19, inciso 3 de la ley 550: “cualquier crédito que se origine en fecha posterior a la de la iniciación de la negociación y con anterioridad a la celebración del acuerdo, no dará derecho a voto; pero su pago se atenderá en forma preferente, de conformidad con el tratamiento propio de los gastos administrativos”. Sobre este punto la Superintendencia de Sociedades ha dicho: “las prestaciones sociales causadas al momento del inicio de la negociación y no exigibles, son créditos a cargo de la compañía y como tal deben formar parte del acuerdo y tienen derecho a voto”275. En relación con este tema creemos que la interpretación de la Superintendencia de Sociedades es acertada ya que lo que se busca en todo momento es proteger a los acreedores laborales y de esta manera se asegura que los titulares de dichos créditos no se encuentren en desventaja frente a los demás acreedores. Los créditos laborales anteriores a la iniciación de la negociación, deben incluirse en el acuerdo y por lo tanto tendrán que someterse a las reglas que en él se establezcan, para su posterior pago. Si por el contrario dichas obligaciones son causadas con posterioridad a la negociación entonces serán tratadas como gastos administrativos276. b) Acreencias derivadas de contratos de leasing Para el cómputo de los votos correspondientes a las acreencias derivadas de los contratos de leasing, sólo se incluirán los cánones causados y pendientes de pago; esto debido a que es lo que realmente se adeuda (como capital, que es lo que se tiene en cuenta al momento de determinar los derechos de voto), ya que no puede exigirse el pago de cánones que no se 275 Superintendencia de Sociedades. Concepto 50707 del 10 de agosto de 2000 Superintendencia de Sociedades. Concepto 479.467-0 y 477.144 radicado el 24 de octubre de 2000 y 477.14 276 327 han causado, además de que el deudor todavía no está obligado a su pago. c) Acreencias denominadas en unidades monetarias diferentes al peso colombiano Si las acreencias están denominadas en unidades, divisas o monedas diferentes de la legal, se convertirán a moneda legal utilizando la tasa de conversión aplicable a la fecha de corte de la relación de acreedores y acreencias certificada por el empresario y suministrada al promotor (Artículo 22). En este caso la Superintendencia ha sostenido que si bien estas obligaciones podrían estar en cabeza de acreedores externos, este numeral consagra una regla especial que excluye la aplicación del numeral primero de este mismo artículo, puesto que al consagrarse la posibilidad de convertir la obligación a moneda legal en la fecha de corte de la relación de acreedores y acreencias se está actualizando el valor de dicha deuda, se está conservando el valor de la deuda, por lo que no es aplicable además la actualización por medio del I. P. C. ya que se estaría actualizando dos veces la misma obligación277. Creemos que esta posición no ofrece ningún problema cuando se está frente a un fenómeno de devaluación de la moneda colombiana, pero ¿qué pasaría si lo que sucede es lo contrario, si lo que se presenta es una reevaluación del peso colombiano? en este caso y siguiendo la posición de la Superintendencia al hacerse la operación de cambio de moneda el acreedor terminaría viéndose perjudicado, ya que recibiría menos dinero ya que su obligación valdrá menos y si esta situación llegara a presentarse podría provocarse una renuencia del acreedor afectado, para efectos de la aprobación del acuerdo. d) Obligaciones cuyo objeto no es dinero Si la obligación del empresario no tiene por objeto una determinada suma de dinero, el número de votos del respectivo acreedor se calculará tomando como base exclusivamente el valor en dinero de los pagos que efectivamente se hayan realizado al empresario como contraprestación, sin incluir ningún tipo de sanción o indemnización (Artículo 22). 328 En este caso para determinar el valor sobre el que se determinarán los derechos de voto, se acudirá a la información contable del empresario, se mirarán los registros que correspondan a avances o anticipos recibidos por un bien que no ha sido entregado o un servicio que no ha sido prestado278. e) Acreencias a favor de entidades que pertenecen al sistema de seguridad social “Los derechos de voto correspondientes a las acreencias a favor de sociedades administradoras de fondos de pensiones y, en general, de instituciones de seguridad social, se determinarán con base en las acreencias señaladas en la certificación suscrita por el representante legal del empresario y su revisor fiscal o contador público, según sea el caso, con base en la nómina de la empresa” (Artículo 22 numeral 8). f) Acreencias fiscales En el caso de los créditos a favor de la DIAN la ley ha dicho que “para efectos de la determinación de los derechos de voto de la DIAN y demás acuerdos fiscales, se adicionarán al capital los intereses de mora y las sanciones adeudadas por concepto de obligaciones tributarias” (Artículo 22, parágrafo 4). Creemos que esta disposición no es conveniente, porque al favorecer a la DIAN de esta manera, teniendo en cuenta que ella participa de la negociación como un acreedor más, debería encontrarse en igualdad de condiciones con los demás acreedores, para tratar de preservar el principio de colectividad de los procesos concursales. A manera de reseña histórica es importante anotar que antes de la entrada en vigencia del decreto 2249 de 2000, existía una diferencia de posiciones entre la DIAN y la Superintendencia de Sociedades, en cuanto a la posibilidad de actualizar, aplicando el I. P. 277 278 Superintendencia de Sociedades. Concepto 465783-0 radicado el 29 de agosto de 2000. Superintendencia de Sociedades. Concepto 465783-0 radicado el 29 de agosto de 2000. 329 C. a las acreencias fiscales. La DIAN sostenía que esto era claramente viable, ya que correspondía a una interpretación armónica de la ley en este sentido y no se presentaba ninguna exclusión entre el numeral 1 y el parágrafo 4 del artículo 22 de la ley. Por el contrario para la Superintendencia el hecho de que la ley consagrara que las obligaciones fiscales incluían además del capital, los intereses y las sanciones tributarias para efectos de la determinación de votos era totalmente incompatible con el querer de la ley, puesto que al tenerse en cuenta estos conceptos adicionales se estaba manteniendo el valor de la obligación, por lo que la actualización usando el I. P. C. no era necesaria. Esta discusión terminó con la expedición del decreto 2249 de 2000 el cual contempla: “Artículo 7. DETERMINACIÓN DE VOTOS. Para efectos de la determinación de votos, las obligaciones fiscales se actualizarán de conformidad con el numeral primero del artículo 22 de la ley 550 de 1999”. Acreedores Internos A. Criterios generales: por otro lado, la ley ha incluido los siguientes conceptos para efectos de calcular los derechos de voto, en el caso de los acreedores internos: a. Porcentaje de participación en el capital de la empresa b. Anticipos c. Préstamos d. Pagos decretados por BOCEAS e. La Superintendencia ha entendido que para la determinación de votos de los acreedores internos también se incluyen “las valorizaciones de las inversiones, propiedad planta y equipo y de los otros activos que representan el mayor valor de tales activos, con relación a 330 su costo neto ajustado”279. B. Situaciones Especiales: la ley básicamente estableció que para los acreedores internos los derechos de voto serían calculados de acuerdo con su participación en el capital de la empresa, teniendo en cuenta el tipo de cada empresa. Empresas con forma asociativa280 a) Sociedades por acciones “(…) 2. Cada uno de los acreedores internos de los empresarios privados y mixtos de forma asociativa, tendrá un número de votos equivalente al valor que se obtenga al multiplicar su porcentaje de participación en el capital, por la cifra que resulte de restar del patrimonio las partidas correspondientes a dividendos, participaciones o excedentes decretados en especie, así como a revalorización del patrimonio, sea que éste haya sido o no capitalizado” (Artículo 22). A pesar de la redacción de la norma, el cálculo en este caso puede resumirse de la siguiente manera: una vez determinadas las utilidades del ejercicio en el estado de resultados, (después de restar dividendos, participaciones o excedentes decretados en especie), se multiplica este valor por el porcentaje que cada acreedor interno tenga como participación suya en el capital. b) Sociedades colectivas y comanditarias Parágrafo 5o. En la aplicación del numeral 2 del presente artículo, para la determinación de los derechos de voto de cada uno de los consocios de una 279 Superintendencia de Sociedades. Concepto 479347 radicado el 24 de octubre de 2000 De acuerdo con el decreto 2250 de 2000, artículo 4: (.) B. Empresarios con forma asociativa. Se entiende que son empresarios con forma asociativa, las entidades que tengan la condición de personas jurídicas a las cuales se encuentren vinculadas un número plural de personas que hubieren efectuado aportes en dinero, especie o trabajo, tales como las asociaciones, corporaciones, sociedades, fondos de empleados, asociaciones gremiales, sindicatos, cajas de compensación familiar y cooperativas. 17 Superintendencia de Sociedades. Concepto 479347 radicado el 24 de octubre de 2000 280 331 sociedad colectiva, se utilizará un porcentaje resultante de dividir el número cien entre el número de consocios. La misma regla se utilizará en el caso de los socios gestores de las sociedades en comandita, y se prescindirá de la determinación adicional de los derechos de voto que puedan tener como consecuencia de aportes en calidad de comanditarios (Artículo 22). Entonces: 100 / # de socios = %, este porcentaje será el derecho de voto de cada socio. c) Sociedades de responsabilidad limitada Parágrafo 6o. En el caso de los socios de sociedades de responsabilidad limitada que estatutariamente hayan asumido una mayor responsabilidad, o prestaciones accesorias o garantías suplementarias de conformidad con lo dispuesto en el artículo 353 del Código de Comercio, se distinguirá entre las que sean exigibles en el momento de la iniciación de la negociación y las que no lo sean. Estas últimas no darán lugar a derechos de voto y recibirán el tratamiento propio de los derechos de los terceros garantes (Artículo 22). Dado el caso, que en cabeza de un acreedor interno también se encuentre la calidad de deudor de la empresa, la Superintendencia ha dicho que no opera ninguna clase de descuento en el monto sobre el cual se calcula el derecho de voto de dicho acreedor interno, es decir que no se pueden afectar los derechos de voto del acreedor que se encuentra en esta situación, ya que para hacerlo la ley tendría que haberlo previsto expresamente, lo cual no hizo281. 281 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 479.347 radicado el 24 de octubre de 2000. (.) “cuando el asociado a quien la ley atribuye la calidad de acreedor interno para los efectos del acuerdo de reestructuración (art. 19 Ibid.), es simultáneamente deudor de la compañía por desembolsos que a su favor haya efectuado la sociedad, vr. gr. un préstamo; si bien tal supuesto no se encuentra expresamente regulado en el mencionado ordenamiento, por interpretación de las normas que regulan el mecanismo para la determinación del voto de los acreedores, es dable colegir a juicio de este Despacho que no es viable en ese evento descontar el monto de la deuda de su participación en el capital social, porque tal operación vulneraría la ley al afectar el número de votos a que tiene derecho como acreedor interno, derecho cuyo ejercicio no puede supeditarse a condiciones que la ley no previó. Lo procedente será analizar la rentabilidad que genera para la compañía el préstamo concedido al asociado de establecerse que es causa de la descapitalización de la empresa. lo razonable será su recuperación mediante el cobro de la misma con el fin de obtener mayores recursos que redunden en beneficio del acuerdo que se negocia entre los acreedores internos y externos de la empresa en crisis o la adopción de las medidas que el promotor estime conducentes, en consideración a las condiciones particulares de la obligación”. 332 C. Empresas con forma no asociativa: “en el caso de empresarios privados o mixtos de forma no asociativa en que no existan tales participaciones o derechos, el respectivo acreedor interno tendrá un número de votos equivalente al valor en libros de los bienes aportados al desarrollo de la empresa, descontando los ajustes por inflación” (Art. 22 Inciso 2). Patrimonio Negativo del Empresario “En el evento en que el patrimonio del empresario tenga un valor negativo, cada uno de los acreedores internos tendrá un voto equivalente a un peso” (Artículo 22, parágrafo 3). El patrimonio negativo puede presentarse, cuando las pérdidas del ejercicio superan los demás componentes de la cuenta de patrimonio. Por ejemplo, en el caso de la Empresa Comercial Andina existen 3 acreedores internos (y la participación de cada uno en el capital social es de $ 500.000 m/cte.) entonces el derecho de voto de cada acreedor interno es 1, que corresponde a un peso, de acuerdo con el artículo 22 parágrafo 3 (ver cuadros 3 y 4). Efectos de la Determinación de los derechos de voto Para el deudor: la determinación de los derechos de voto de cada acreedor no implica ninguna apreciación o reconocimiento acerca de la existencia, validez, exigibilidad, graduación y cuantía de las acreencias correspondientes (Artículo 22, parágrafo 2). Para el acreedor: otorga el poder al respectivo acreedor de participar en la toma de decisiones, durante la negociación del acuerdo. C) Procedimiento para la determinación de los derechos de voto 1. Se presenta el inventario de acreencias al promotor; esto le corresponde al representante legal del empresario. 333 334 EMPRESA COMERCIAL ANDINA BALANCE GENERAL A 31 DE DICIEMBRE DE 2002 ACTIVO ACTIVO CORRIENTE CAJA BANCOS CUENTAS POR COBRAR DEUDORES VARIOS $ $ 500,000 1,635,685 $ 1,689,301 PROPIEDAD PLANTA Y EQUIPO MUEBLES Y ENSERES $ 3,789,000 DEPRECIACIÓN ACUMULADA $ -869,524 VEHÍCULOS $ 4,987,532 DEPRECIACIÓN ACUMULADA $ -954,693 $ 3,824,986 $ 6,952,315 TOTAL ACTIVO $ 10,777,301 $ 10,777,301 PASIVO OBLIGACIONES BANCARIAS CUENTAS POR PAGAR IVA POR PAGAR GASTOS ACUMULADOS POR PAGAR $ $ $ $ 1,985,200 3,658,974 2,548,947 5,600,000 PASIVOS DIFERIDOS INGRESOS RECIBIDOS POR ANTICIPADO $ 3,000,000 TOTAL PASIVO $ 16,793,121 CAPITAL RESERVA LEGAL PÉRDIDA DEL EJERCICIO $ $ $ 1,500,000 500,000 -8,015,820 TOTAL PATRIMONIO $ -6,015,820 PATRIMONIO TOTAL PASIVO Y PATRIMONIO 335 EMPRESA COMERCIAL ANDINA ESTADO DE RESULTADOS DEL 1 DE ENERO DEL 2002 AL 31 DE DICIEMBRE DE 2002 VENTAS NETAS Ventas Brutas Devoluciones y Rebajas en Ventas $ 1,500,000 $ -1,000,000 $ 2,450,000 $ 9,350,000 $ 11,800,000 $ -1,960,000 $ 500,000 $ -9,840,000 $ -9,340,000 $ 1,324,180 PERDIDA OPERACIONAL $ -8,015,820 PERDIDA DEL EJERCICIO $ -8,015,820 COSTO DE VENTAS Inventario Inicial de Mercancías Compras Netas Compras Brutas Devoluciones y Rebajas en Compras Mercancía Disponible para la Venta Inventario Final de Mercancías UTILIDAD BRUTA EN VENTAS GASTOS DE ADMINISTRACIÓN Y VENTAS Gastos de Personal Depreciación de Activos GASTOS FINANCIEROS Intereses Comisiones $ 10,720,000 $ -1,370,000 $ 985,300 $ 180,350 $ 1,165,650 $ $ 120,110 38,420 $ 158,530 336 Artículo 20. Estado de relación de acreedores e inventario de acreencias. (...) para la determinación de los derechos de voto de los acreedores externos e internos y de las correspondientes acreencias, el representante legal del empresario entregará al promotor un estado de inventario elaborado con base en los estados financieros ordinarios o extraordinarios del empresario o ente económico respectivo, cortados al último día calendario del mes inmediatamente anterior a la fecha de solicitud de la promoción por parte del empresario, o de la iniciación de la negociación en los demás casos y pondrá a su disposición todos los libros, papeles y documentos que le sirvan de soporte. Dicho estado de inventario será suscrito y certificado por el representante legal del empresario y por su revisor fiscal, y, en ausencia de revisoría fiscal obligatoria o potestativa, por un contador público (...) 2. Solicitud de apertura o inicio de la negociación, según sea el caso 3. Inscripción del aviso de la iniciación de la promoción del acuerdo (Artículo 11) 4. Entrega del inventario y los balances al promotor Basado en esta información el promotor establecerá las obligaciones que están pendientes de pago y que participarán de la determinación de votos282. El decreto 2250 de 2000 ha fijado las siguientes reglas que deben ser seguidas por el promotor, en el procedimiento para determinar los derechos de voto: A. Tomará en cuenta todos los créditos anteriores a la fecha de iniciación de la negociación. incluyendo aquellos generados entre la fecha de corte de acreencias que se hubiesen utilizado para presentar la solicitud de admisión al acuerdo y la fecha de iniciación de la negociación de conformidad con las reglas establecidas en los artículos 13 y 22 de la ley 550 de 1999. Para tal efecto, la relación de las nuevas acreencias será presentada al promotor por el empresario o los acreedores. B. Cuando se trate de obligaciones que estén denominadas en unidades. divisas o 282 Superintendencia de Sociedades. Concepto 435404 radicado el 18 de abril de 2000 337 monedas diferentes de la legal colombiana, el monto de las acreencias no será ajustado de conformidad con la regla contenida en el numeral 1 del artículo 22 de la Ley 550 de 1999, evento en el cual el ajuste se realizará según lo previsto en el numeral 6° del mismo artículo. C. Para efectos de lo dispuesto en el numeral 1° del artículo 22 de la Ley 550 de 1999 el importe del principal de la obligación se tomará según el valor comprobable de los recursos servicios o beneficios que el empresario efectivamente haya recibido u obtenido, independientemente de que el pago total o parcial de dicho valor sea exigible o no en la fecha de iniciación del acuerdo de reestructuración. D. La proporción que le corresponde a cada uno de los beneficiarios reales, en los casos de control conjunto, se determinará con base en los datos que consten en documentos auténticos suscritos por todos ellos o suministrados por ellos mismos en forma unánime. En los casos en que no lo definan, se reconocerá un derecho de voto por partes iguales. 5. Posteriormente “el promotor fija el número de votos que corresponde a cada acreedor por cada peso, aproximando en el caso de centavos, del monto correspondiente a cada acreencia” (Artículo 22), teniendo en cuenta las fórmulas especiales que ha determinado la ley según la clase de acreencia ante la que se encuentre el promotor. Al momento de determinar los votos que le corresponden a cada acreedor, deberá tener en cuenta “los pagos hechos con autorización, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 17 de la ley 550 de 1999” (Circular externa No. 004, de la Superintendencia de Sociedades, expedida el 11 de abril de 2001). 6. Se lleva a cabo una reunión en la que se determinan los derechos de voto, de la cual el promotor dejará constancia en un acta que será “suscrita por él y por el funcionario de la entidad nominadora” (artículo 23 parágrafo 1); este documento tendrá el valor de prueba de lo ocurrido en dicha reunión. 7. La Superintendencia resuelve las objeciones que hayan sido planteadas, en cuanto a la determinación de votos y que no fueron resueltas en la reunión, basada en la misma información que tuvo a su disposición el promotor. 338 D) Subrogación de los derechos de voto De acuerdo con el artículo 24 los acreedores tienen la posibilidad de negociar sus acreencias, tal y como lo contempla el régimen civil. Al hacerse uso de esta facultad los efectos que se generan son los mismos contenidos en el código civil. La libre negociación de acreencias externas con otros acreedores externos, con acreedores internos o con terceros dará lugar a que el adquirente de la respectiva acreencia se subrogue legalmente en los derechos del acreedor inicial y, por el hecho del pago por cuenta del deudor, se hará titular también de los votos correspondientes a las acreencias adquiridas. La subrogación legal aquí prevista traspasa al nuevo acreedor todos los derechos, acciones, privilegios y accesorios en los términos del artículo 1670 del Código Civil. Entonces en este caso un acreedor podrá negociar su crédito con otro y quien es el nuevo propietario de dicha deuda podrá ejercer junto con los derechos de voto que tenía anteriormente, los derivados del crédito que adquirió posteriormente. Ejemplo: Acreedor A Derechos de voto = 25 (cesionario) Acreedor B Derechos de voto = 13 (cedente) B cede su crédito a A, ahora A será el titular del crédito de B y por lo tanto tendrá derechos de voto equivalentes a 38 E) Reunión de determinación de los derechos de voto En nuestra opinión una de las fases más importantes dentro del acuerdo de reestructuración y tiene dos finalidades. La primera de ellas es la determinación283 y “comunicación a los interesados el número de votos admisibles y la existencia y cuantía de las acreencias”284, además de permitirle a los acreedores que se sientan inconformes con la decisión, 283 284 Superintendencia de sociedades. Concepto No. 461931 Superintendencia de Sociedades. Circular externa No. 004, expedida el 11 de abril de 2001 339 manifestarlo. La segunda es la preclusión de la primera etapa del acuerdo (negociación), puesto que con la celebración de la reunión y la decisión sobre las objeciones que se hayan presentado, se abre paso a la segunda etapa del acuerdo: la celebración del mismo285. Primera etapa Fijación del aviso por el cual se da publicidad a la promoción de acuerdo de reestructuración Segunda etapa Reunión de determinación de votos y acreencias Suscripción del acuerdo 1. Convocatoria La convocatoria a la reunión de determinación de derechos de votos y acreencias se hará mediante aviso en un diario de amplia circulación en el domicilio del empresario y en los de las sucursales que éste posea, publicado con una antelación de no menos de cinco (5) días comunes respecto a la fecha de la reunión. Dicho aviso será inscrito en el registro mercantil de las cámaras de comercio con jurisdicción en los domicilios del empresario y en los de sus sucursales. Dicha inscripción se sujetará a la tarifa establecida por el Gobierno nacional para la inscripción de documentos en el registro mercantil. La reunión se hará a las 10 a.m. en las oficinas de la entidad nominadora el día del vencimiento de los 4 meses siguientes a la fecha en que se haya definido la designación del promotor. Sin embargo el promotor dentro de este mismo plazo podrá convocar la reunión en un lugar, fecha y hora diferente, siempre que el sitio esté ubicado en el domicilio del empresario. 285 Superintendencia de sociedades. Concepto No. 461931 340 El promotor tendrá que poner a disposición de los acreedores toda la información y documentación a que se refiere el artículo 20 de ley 550, acompañada del listado preliminar de votos, votantes y acreencias elaborado por el promotor, junto con sus correspondientes soportes. Los acreedores, por sí o a través de apoderado, podrán examinar el listado preliminar de votos, votantes y de acreencias, así como sus correspondientes soportes, en un plazo comprendido desde la fecha de publicación del aviso de convocatoria, o dentro de los quince días comunes anteriores al vencimiento de los 4 meses; con esta misma anticipación, el promotor deberá poner a disposición de los interesados los informes correspondientes a las funciones señaladas en los numerales 1, 2 y 3 del artículo 8o de la ley en mención. 2. Quórum La ley no contiene ninguna disposición exacta en cuanto al quórum que se requiere para llevar a cabo la reunión, pero según lo dispuesto en el parágrafo 1 del artículo 23, creemos que sólo se requiere la presencia del promotor, un funcionario de la entidad nominadora designado para ello y si es necesario un perito para determinar el número de votos y acreencias, ya que si no asiste ningún acreedor titular de derechos de voto y acreencias se entenderá que no tienen ninguna objeción a la determinación que hará el promotor. 3. Dignatarios Las personas que deben asistir a la reunión son el promotor, un funcionario de la entidad nominadora designado para ello y si es necesario un perito para determinar el número de votos y acreencias. En el evento en que el promotor no asista por motivos que constituyan caso fortuito o fuerza mayor, se realizará una segunda reunión el tercer día siguiente a la fecha inicialmente establecida, a las 10:00 a.m. en las oficinas de la entidad nominadora, y ella podrá adelantarse en los términos del parágrafo 1 del artículo 23. 341 Si la inasistencia del promotor se reitera, la entidad nominadora designará ese mismo día a una persona para que haga las veces de promotor, y el plazo previsto en el artículo 12 de esta ley para su recusación se contará a partir de la fecha de la segunda reunión. Vencido el plazo legal previsto para presentar recusaciones, o una vez resueltas las que se presenten, el nuevo promotor convocará inmediatamente a una reunión en la forma prevista en este artículo, pudiendo solicitar al nominador un plazo de quince (15) días comunes para hacer la convocatoria, si requiere examinar la información disponible. El promotor inicialmente designado será removido del cargo, y si su inasistencia fue injustificada se aplicarán las sanciones que se prevean para tal efecto en el reglamento que expida el Gobierno (artículo 23 parágrafo3). 4. Tratamiento de los ausentes Los titulares de derechos de crédito no relacionados en el inventario o que no hayan aportado la información oportunamente al promotor no se tendrán incluidos en la determinación de derechos de voto y acreencias, por lo que para exigir sus créditos sólo podrán hacerlos efectivos persiguiendo los bienes del empresario que queden una vez cumplido el acuerdo, o cuando éste se incumpla, salvo que sean expresamente admitidos con el voto requerido para la celebración del mismo (artículo 23 parágrafo 2) 5. Suspensión de la reunión De ser necesario, el promotor, por sí o por solicitud de la mayoría de los acreedores que se hagan presentes o sean representados en la reunión, podrá suspenderla cuantas veces se requiera, sin que se extienda en ningún caso por más de cinco días hábiles consecutivos seguidos, sin incluir sábados. Ahora bien, aunque la ley ha dado la posibilidad de suspender la reunión de determinación de votos y acreencias y no ha limitado el número de veces que pueda hacerse, hay que entender que el límite para celebrar dicha reunión es de 4 meses (contados desde la fecha en 342 que ha sido definida la designación del promotor)286, entonces dentro de este plazo la reunión de determinación puede ser suspendida cualquier número de veces287, pero en ningún caso puede sobrepasarse este límite de tiempo. 6. Actas De todo lo acontecido en esta reunión el promotor tendrá que dejar constancia en las respectivas actas que se deben levantar, las cuales tendrían que ser depositadas en las oficinas de la entidad nominadora. F) Objeciones A La Determinación De Los Derechos De Voto Y Acreencias288 Según el artículo 26 de la ley 550 Cuando cualquier acreedor interno o externo, o un administrador del empresario con facultades de representación, tenga una objeción a las decisiones del promotor a que se refieren los artículos 22 y 25 de la presente ley que no pueda ser resuelta en la reunión prevista en su artículo 23, dentro de los cinco días siguientes a la fecha de terminación de dicha reunión, el objetante tendrá derecho a solicitar por escrito a la Superintendencia de Sociedades que resuelva su objeción. La superintendencia resolverá dicha objeción, en única instancia, mediante el procedimiento verbal sumario, pronunciándose a manera de árbitro, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 10 del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil. La superintendencia resolverá todas las objeciones presentadas en tiempo sobre el particular, y la providencia respectiva, una vez en firme, permitirá al promotor establecer con certeza los votos admisibles y los créditos que han de ser objeto del acuerdo de reestructuración. Parágrafo. La superintendencia resolverá las diferencias con base en los documentos que hayan sido considerados por el promotor, quien los remitirá de inmediato para que ésta resuelva. Si se requiere la práctica de avalúos para efectos de resolver la objeción, se dará aplicación a los artículos 60, 61 y 62 de esta ley; y el objetante, al formular su objeción, deberá acompañarla con la prueba correspondiente al avalúo en que se fundamente, practicado de conformidad con lo dispuesto en esta ley al respecto, so pena de rechazo de la misma. 286 Ley 550 de 1999, artículo 23. Superintendencia de sociedades. Concepto No. 461931 288 Cuando no existan objeciones a la decisión del promotor sobre el número de votos que corresponde a cada acreedor y la cuantía de sus acreencias, y si todos los acreedores presentes están de acuerdo, la Superintendencia ha dicho que en este caso podría suscribirse el acuerdo. Superintendencia de sociedades. Concepto No. 461931 287 343 1. Legitimación Según este artículo las objeciones a la decisión del promotor sobre la determinación de derechos de voto y acreencias, sólo pueden ser presentadas por: a. Acreedores (internos y externos) b. Empresario o un administrador de este con facultades de representación 2. Oportunidad Existen tres momentos en los cuales pueden presentarse objeciones a la decisión del promotor sobre la determinación de derechos de votos y acreencias. El primero de ellos se presenta durante la etapa de negociación, de acuerdo con el artículo 23 inciso 4, después de que los acreedores hayan conocido la información con la cual contó el promotor para determinar los derechos de voto y las acreencias, si se presenta alguna objeción, esta debe resolverse durante la negociación. El segundo por otro lado aparece cuando no se resolvió la objeción durante la negociación, entonces tendrá que hacerse durante la reunión de determinación de derechos de voto y acreencias. El tercero deviene cuando la decisión del promotor sobre la objeción presentada en la reunión es desfavorable para quien objetó y esta persona decide acudir a la Superintendencia para que ella resuelva tal controversia. a) Objeciones presentadas durante la etapa de negociación, antes de que se lleve a cabo la reunión de determinación de derechos de voto y acreencias El artículo 23, inciso 4 dispone: “(…) Los acreedores, por sí o a través de apoderado, podrán examinar el listado preliminar de votos, votantes y de acreencias, así como sus correspondientes soportes. Cualquier solicitud de aclaración u objeción que no haya sido resuelta con anterioridad durante la negociación, deberá ser planteada durante la reunión, y será resuelta en ella por el promotor (...)”. b) Objeciones presentadas durante la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias 344 Durante la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias serán presentadas todas las objeciones que existan, en cuanto a la determinación de derechos de voto y acreencias que haya hecho el promotor, él, en este momento decidirá si acepta o no, la objeción. a. Acepta la objeción, entonces, pueden suceder dos cosas: - Explica por qué tomó tal decisión y quien objetó acata la determinación - Modifica la determinación de derechos de voto y acreencias, porque encuentra sustentada la oposición b. No acepta la objeción y como consiguiente no modifica la determinación de derechos de voto y acreencias. En este caso, si el objetante continúa en desacuerdo con la decisión del promotor podrá dirigirse ante la Superintendencia, para que sea ella quien en última instancia resuelva la objeción. c) Objeciones presentadas ante la Superintendencia Las objeciones presentadas ante la Superintendencia, se surtirán mediante el trámite de un proceso verbal sumario de acuerdo con el artículo 436 del código de procedimiento civil. 3. Formalidades Las formalidades que se exigen para la iniciar el trámite de objeciones ante la Superintendencia, son las mismas que se requieren para la presentación de una demanda en el proceso verbal sumario289. 289 Código de Procedimiento Civil. ART. 436 Modificado. D.E. 2282/89, art. 1º, num. 240. Demanda, admisión, notificación y traslado. La demanda deberá expresar el nombre de las partes, el lugar donde se les debe notificar lo que se pretende, los hechos que le sirvan de fundamento, su valor y las pruebas que se desea hacer valer. A la demanda se acompañarán los documentos que estén en poder del demandante. Cuando la demanda sea de mínima cuantía podrá presentarse por escrito o verbalmente ante el secretario; en el último caso se extenderá un acta que firmarán éste y el demandante. Cuando la demanda escrita no cumpla los requisitos legales, el secretario mediante acta la corregirá. Presentada la demanda o elaborada el acta el juez la examinará, y si reúne los requisitos legales la admitirá mediante auto que se notificará al demandado como disponen los artículos 314 a 320, con entrega de copia de la demanda o del acta respectiva, según fuere el caso, para que la conteste dentro de los cuatro días siguientes 345 4. Funcionarios competentes Como se dijo anteriormente, para resolver las objeciones que se presenten a la determinación de derechos de voto y acreencias, existen dos funcionarios competentes, según el momento en que éstas hayan sido presentadas. a) Promotor Conoce, en primer término, las objeciones que se presentaron durante la negociación del acuerdo. Posteriormente si la objeción no fue resuelta dicho momento, será resuelta por él mismo durante la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias En estos casos el promotor actúa como amigable componedor, de acuerdo con las facultades que en este sentido le otorga la ley en el artículo 25: (...) El promotor, con el apoyo de peritos que sean del caso, tendrá por ministerio de la ley y ejercerá las facultades de amigable componedor, con los efectos previstos en el artículo 130 de la Ley 446 de 1998, en relación con la existencia, cuantía y determinación de las bases de liquidación de los créditos a cargo de la empresa, de acuerdo con el inventario previsto en el artículo 20 de esta ley y los demás elementos de juicio de que disponga, y ordenará las contabilizaciones a que haya lugar. En ejercicio de tales facultades, el promotor precisará quiénes son los acreedores titulares y cuál es el estado, la cuantía y las condiciones de todas las acreencias internas y externas, salvo en lo que se refiere a discrepancias fundadas en motivos de nulidad relativa, simulación y lesión enorme, que deberán ventilarse con la correspondiente demanda ante el juez ordinario competente (...) b) Superintendencia La Superintendencia conoce las objeciones que no pudieron ser resueltas durante la reunión de determinación de derechos de voto y acreencias. a dicha notificación. Si faltare algún requisito o documento, el juez ordenará por auto de cúmplase que se subsane o que se allegue, lo cual la parte podrá hacer verbalmente si se trata de asunto de mínima cuantía, en cuyo caso se extenderá acta adicional. 346 El artículo 26 de la ley 550 dispone: objeciones a la determinación de derechos de voto y de acreencias. Cuando cualquier acreedor interno o externo, o un administrador del empresario con facultades de representación, tenga una objeción a las decisiones del promotor a que se refieren los artículos 22 y 25 de la presente ley que no pueda ser resuelta en la reunión prevista en su artículo 23, dentro de los cinco días siguientes a la fecha de terminación de dicha reunión, el objetante tendrá derecho a solicitar por escrito a la Superintendencia de Sociedades que resuelva su objeción. La superintendencia resolverá dicha objeción, en única instancia, mediante el procedimiento verbal sumario, pronunciándose a manera de árbitro, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 10 del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil. La superintendencia resolverá todas las objeciones presentadas en tiempo sobre el particular, y la providencia respectiva, una vez en firme, permitirá al promotor establecer con certeza los votos admisibles y los créditos que han de ser objeto del acuerdo de reestructuración. Parágrafo. La superintendencia resolverá las diferencias con base en los documentos que hayan sido considerados por el promotor, quien los remitirá de inmediato para que ésta resuelva. Si se requiere la práctica de avalúos para efectos de resolver la objeción, se dará aplicación a los artículos 60, 61 y 62 de esta ley; y el objetante, al formular su objeción, deberá acompañarla con la prueba correspondiente al avalúo en que se fundamente, practicado de conformidad con lo dispuesto en esta ley al respecto, so pena de rechazo de la misma. Es importante tener en cuenta que aunque la ley 550 en el artículo que se acabó de mencionar otorga a la Superintendencia la competencia para conocer y resolver las controversias sobre la determinación de derechos de voto y acreencias, esta competencia es para adelantar dicha actuación como árbitro, sin embargo la superintendencia actualmente se desempeña como juez, al momento de decidir sobre las objeciones que se le presentan. 5. Procedimiento Como se ha dicho anteriormente, dependiendo del momento en que sea presentada la objeción y del funcionario que conozca de ella, el trámite que se surte es diferente en cada caso. 347 a) Objeciones conocidas por el promotor - Durante la etapa de negociación del acuerdo y antes de la celebración de la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias Aunque la ley no dice nada al respecto, creemos que la objeción puede ser presentada al promotor de manera verbal o escrita y el objetante solamente tendrá que sustentarla; aquí no se requiere ninguna otra formalidad especial. - Durante la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias Debido a que la ley tampoco dice nada sobre cómo se adelantan las objeciones que se presentan durante la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias o las que no fueron presentadas en este momento, pero que deben resolverse en la reunión, consideramos que las objeciones pueden manifestarse de manera verbal o escrita, al igual que en el caso anterior, deberán ser fundamentadas debidamente, sin que el escrito que contiene la objeción deba cumplir con formalidades especiales. b) Objeciones conocidas por la Superintendencia En este caso, el trámite que se surte es el correspondiente a un proceso verbal sumario290, según el artículo 26: Demanda: la solicitud tendrá que hacerse por escrito (el artículo 26 así lo exige, por lo que no existe la posibilidad de hacerlo de manera verbal, como lo prevé el código de procedimiento civil, en el proceso verbal sumario) Término: el objetante cuenta con 5 días, contados desde que se finalizó la reunión para la determinación de derechos de voto y acreencias, para presentar la solicitud. 290 La parte general de este trámite (aplicable a las objeciones a la determinación de derechos de voto y acreencia) está contenido en los artículos 435 a 440 del código de procedimiento civil 348 Contenido y requisitos de la solicitud: teniendo en cuenta que el trámite al que remite la ley 550 es el de un proceso verbal sumario, y puesto que el artículo 26 de la misma no establece ni los requisitos, ni el contenido del la solicitud que se presenta ante la Superintendencia, estos deben ajustarse a las disposiciones procesales a las cuales ha remitido la ley 550 y en este caso se aplica el artículo 436 Código de Procedimiento Civil a. Nombre de las partes Demandante: es la persona que objetó la decisión del promotor Demandado: es el promotor b. Lugar donde se les debe notificar c. Qué se pretende d. Hechos que sirvan de fundamento e. Pruebas que se desean hacer valer f. La solicitud se acompañará con los documentos que estén en poder del demandante Admisión de la solicitud Se corre un traslado de 4 días al demandado, que en este caso será el promotor Se notifica al demandado y se le entrega una copia de la demanda Contestación de la demanda Audiencia para la fijación del litigio 349 Decreto y práctica de pruebas291, al igual que todo el trámite esta etapa se sujeta a lo dispuesto en el código de procedimiento civil para el proceso verbal sumario, teniendo la Superintendencia todas las facultades con las que cuenta un juez, para adelantar este trámite en la jurisdicción ordinaria, contempladas en el régimen procesal civil. Por ser este un proceso verbal sumario la oportunidad para presentar y solicitar pruebas es la presentación de la demanda y la contestación, sin embargo el artículo 439 del código de procedimiento civil, en su inciso 2 también prevé la posibilidad de presentar documentos y testigos posteriormente a la presentación y contestación de la demanda. Alegatos de las partes. Decisión de la Superintendencia. Teniendo en cuenta que en este caso la Superintendencia está actuando en calidad de árbitro, esta decisión revestirá el carácter de laudo arbitral. Recursos Teniendo en cuenta que actualmente la Superintendencia está actuando como juez de única instancia y no como árbitro, el recurso que procede contra la sentencia que decida la controversia sobre las objeciones a la determinación de derechos de voto es el recurso de 291 ART. 439. Modificado. D.E. 2282/89, art. 1º, num. 243. Trámite de la audiencia. La audiencia se sujetará a las siguientes reglas: PAR. 4º—Decreto y práctica de pruebas. Acto seguido, el juez procederá a decretar y practicar las pruebas pedidas por las partes que considere necesarias, con la limitación que en el siguiente inciso se establece y las que de oficio disponga. El interrogatorio de las partes lo hará en primer lugar el juez y luego la parte que lo pidió, quien podrá formular hasta diez preguntas sobre hechos o circunstancias que no hayan sido objeto de las formuladas por el juez. Las partes podrán presentar los documentos que no hubieren aportado con la demanda y su contestación, así como los testigos cuyas declaraciones hayan solicitado y que no excederán de dos sobre los mismos hechos. Con esta restricción, el juez sólo recibirá los testimonios de quienes se encuentren presentes y prescindirá de los demás; oirá el dictamen del perito, del cual dará traslado inmediatamente a las partes para que puedan solicitar, en la misma audiencia, aclaración y complementación, las que tramitarán acto seguido; si las partes manifiestan que objetan el dictamen por error grave, dentro de los tres días siguientes deberán fundamentar la objeción mediante escrito en que solicitarán las pruebas que pretendan hacer valer, y se procederá como disponen las letras b) y c) del parágrafo 4º del artículo 432. En caso de que sea necesaria la inspección judicial o una exhibición fuera del recinto del juzgado, en la misma audiencia se señalará fecha y hora para el quinto día siguiente. 350 Reposición c) Intervención del promotor Como se dijo anteriormente el promotor actúa en calidad de demandado, por lo que le corresponde cumplir con todos los deberes que la ley establece, por ejemplo contestar la demanda, pedir que se practiquen pruebas y aportar las que tenga en su poder. d) Intervención del deudor y de terceros Creemos que en el caso en que el deudor y terceros interesados deseen intervenir en el proceso, ambos podrían hacerlo como coadyuvantes de cualquiera de las partes, ya sea del promotor o de los acreedores, siempre siguiendo las disposiciones del código de procedimiento civil respecto al tema. 4 meses 1mes 1 mes Presentación de balances e inventarios Solicitud de apertura o iniciación de la negociación Inscripción del aviso del art. 11 5 días Entrega de inventarios al promotor Reunión de determinación de votos y acreencias Presentación de objeciones Trámite de objeciones ante la Superintendencia (las que no fueron resueltas en la reunión) 4.2.3 Derechos de Veto 1. Definición El artículo 30 de la ley 550 no define el derecho de veto simplemente, contiene los eventos en los cuales puede ser ejercido. 351 Para este trabajo adoptaremos la definición que propone Francisco Reyes Villamizar292: “el derecho de veto es un mecanismo que pretende salvaguardar los intereses de los acreedores del empresario (tanto internos como externos) quienes pueden encontrarse en algún riesgo al tener que someterse a la regla de las mayorías, para efectos de las decisiones sobre el futuro de sus acreencias, al momento de celebrar el acuerdo”. Para la Superintendencia el derecho de veto es la manifestación de inconformidad con respecto a una decisión que se tome en el transcurso de la negociación del acuerdo de reestructuración, por los sujetos legitimados para ello y por las causas y respecto de los presupuestos que taxativamente establece el artículo 30 de la ley293 Sin embargo personas como Saúl Sotomonte, encuentran inútil la consagración del derecho de veto en la ley 550, y por otro lado Francisco Reyes Villamizar y Gilberto Peña Castrillón, opinan que la inclusión de esta facultad es un acierto. A continuación resumiremos los argumentos de una y otra parte sobre la justificada o no existencia de los derechos de veto en la ley 550 de 1999: 292 Algunas Innovaciones al Derecho Concursal, en la Ley de Intervención Económica. Revista Jurídica Jursiconsulta No. 4 año 2000. Editada por Cámara de Comercio de Bogotá y Colegio de Abogados Comercialistas. 293 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 422468, radicado l 29 de febrero de 2000 352 Opositores 294 Defensores El ejercicio del derecho de veto de la ley 550 ocasiona: a. Retardo injustificado en el trámite b. Era innecesaria la consagración de este mecanismo en el caso de las obligaciones laborales, ya que existen diversos mecanismos contemplados en la ley laboral para evitar la vulneración de los mínimos irrenunciables295. c. El único derecho de veto que realmente tiene posibilidad de ser eficaz, es el otorgado a la DIAN. La existencia de los derechos de veto, encuentra sustento en la protección de: a. El derecho de propiedad que recae en los activos que pertenecen al empresario b. Los créditos de origen fiscal c. Las obligaciones laborales (se busca el amparo de los mínimos irrenunciables que consagra la ley laboral, a favor de los titulares de estas obligaciones) d. El derecho de propiedad de los asociados del empresario 2. Titulares del Derecho de Veto El artículo 30 de la ley 550 ha conferido la facultad de vetar ciertas disposiciones contenidas en el acuerdo de reestructuración empresarial solamente a: los acreedores laborales, la DIAN, los acreedores internos de las empresas (con o sin forma asociativa) y al titular de las cuotas de la empresa unipersonal. a. Acreedores externos - Acreedores laborales El artículo 30, comienza pues, con la mención de la protección para los trabajadores y pensionados, esta norma claramente busca que no sean vulnerados en ningún momento los derechos irrenunciables de dichos acreedores. - DIAN El derecho de veto de la DIAN consiste en la oposición que la administración puede hacer respecto de cualquier cláusula que implique enajenación de activos de propiedad del 294 SOTOMONTE SOTOMONTE, Saúl. Comentarios a la Ley de Intervención Económica. Algunas Innovaciones al Derecho Concursal, en la Ley de Intervención Económica. En: Revista Jurídica Jursiconsulta, No. 4, 2000. Editada por Cámara de Comercio de Bogotá y Colegio de Abogados Comercialistas. 295 Estamos de acuerdo con este argumento, ya que como bien anota Saúl Sotomonte Sotomonte, existen otros mecanismos legales para proteger los mínimos irrenunciables en materia laboral, como son la acción de tutela y la nulidad absoluta (por objeto ilícito) de la disposición que desconozca dichos mínimos irrenunciables. 353 empresario que pueda comprometer la garantía de las obligaciones fiscales que éste tiene a su cargo. b. Acreedores internos El artículo 30 también contiene el derecho de veto otorgado a los asociados del empresario en lo que toca con tres temas únicamente: a. En lo relativo a la transferencia o modificación de la titularización del derecho de propiedad sobre bienes que le pertenecen al empresario b. Variación en los porcentajes de participación en el capital de la empresa en reestructuración c. Cambios en los derechos de suscripción o de retracto. Lo que quiso el legislador con esta disposición, es que los acreedores externos no pudieran disponer arbitrariamente de los bienes del empresario, sin embargo en el caso en que el empresario este altamente endeudado, esta protección será mínima ya que el poder de decisión se encontrará en manos de los acreedores externos, y los acreedores internos tendrán que reunir una votación del 20% de los votos admisibles para poder objetar la cláusula. El requisito indispensable para que los acreedores internos puedan vetar determinada cláusula es que ésta haya sido aprobada con una mayoría inferior a la que se exige en los estatutos o en las normas supletorias, de lo contrario la cláusula no podrá objetarse. Por ejemplo: Para votar una reforma estatutaria, los estautos exigen que se cumpla con una mayoría que represente no menos del 80% de las cuotas de capital. En el acuerdo de reestructuración se pactó una cláusula que obliga a que se lleve a cabo una reforma estatutaria, y esta cláusula fue votada por una cantidad de acreedores internos que 354 representan el 85% de las cuotas sociales, entonces en este caso la cláusula no podrá ser vetada. Si el acto que se pretende objetar no requiere la aprobación del máximo órgano social, la cláusula simplemente se podrá objetar con la mayoría absoluta del voto de los acreedores internos. En el caso de eempresas unipersonales, el titular de las cuotas de la empresa unipersonal, podrá vetar las cláusulas que impliquen enajenación de activos; esto obedece sin duda alguna a que el empresario está sometido a las decisiones de los acreedores externos de la empresa, lo cual lo coloca en una situación desventajosa y de subordinación frente a las decisiones que ellos tomen y es por esta razón que se le otorgó la posibilidad de objetar dichas cláusulas, con el ánimo de brindarle una herramienta para que se protegiera de tales decisiones en las que podría verse gravemente afectado. 3. Término para ejercer el derecho de veto Podrá ejercerse el derecho de veto hasta antes de la celebración del acuerdo, la cual se entenderá surtida el día en que quede firmado por el último de los acreedores requerido para ese fin, de conformidad con el artículo 29 de la ley296. Para finalizar es importante anotar que debido a la complejidad con la que está redactada la norma que regula esta figura en la ley 550 y a la falta de reglamentación de la misma, el derecho de veto en la práctica no es usado por ninguno de los legitimados para hacerlo; además de que en el caso, de la objeción que pueden plantear los acreedores laborales implicaría una mayor demora en el trámite del acuerdo de reestructuración puesto que esta objeción la debe decidir el ministerio de Trabajo y Seguridad Social. 4.2.4 Avalúo de bienes en los acuerdos de reestructuración. Establece la Ley 550 de 296 Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 422468, radicado l 29 de febrero de 2000 355 1999 en sus disposiciones finales, entre los artículos 60 y 62, las reglas concernientes al avalúo de los bienes en un acuerdo de reestructuración empresarial, dentro de las cuales, en el artículo 60 establece que el Gobierno Nacional expedirá un reglamento que contenga las normas referentes a los requisitos que deben reunir los avalúos y los avaluadores, orientadas a que en la práctica se cumpla con las disposiciones técnicas específicas adecuadas al objeto del mismo; se tenga en cuenta su uso actual y se reconozcan las contingencias de pérdida que afecten al bien; así como los reglas relacionadas con la selección de los avaluadores. Esta reglamentación se encuentra incluida en el Decreto 422 de 2000 y en la Resolución 13314 de 2001, normas a las que nos referiremos en el transcurso de este capítulo. a) Conocimientos de los avaluadores De acuerdo al inciso 2 del artículo 60 de la Ley 550 de 1999, los avaluadores deben contar con los siguientes conocimientos: • técnicos, • comerciales, • científicos, o, • artísticos. Conocimientos que sean necesarios de acuerdo con las características del bien objeto del avalúo. • Independencia: no podrán tener ninguna relación de subordinación, dependencia o parentesco con los contratantes, ni estar incursos en una causal de recusación a las que hace referencia el artículo 72 de la ley 550. • Registro: dependiendo del bien que vayan a avaluar deberán inscribirse en el registro nacional de avaluadores. 356 Registro nacional de avaluadores: este registro está conformado por la lista de avaluadores inscritos ante la Superintendencia de Industria y Comercio y organizado conforme a las diferentes especialidades en las que se inscriban. Requisitos para inscribirse: son los especificados en el artículo 3 del Decreto 422 de 2000: 1. Título profesional. 2. Experiencia mínima de tres (3) años en la actividad avaluadora. 3. Conocimiento de las técnicas propias de las especialidades en las que realiza avalúos. Se entiende que cumplen con el requisito señalado en el numeral 1 del artículo, quienes a la fecha de entrar en vigencia el decreto cuenten con una experiencia acreditable, de al menos diez (10) años en la actividad avaluadora. Pueden ser avaluadores tanto personas jurídicas como naturales que cumplan con dichos requisitos. • Inscripción de las personas naturales: deberán diligenciar el formato determinado para tal fin por la Superintendencia de Industria y Comercio que hace parte de la Resolución 13314 de 2001, en original y copia. • Inscripción de las personas jurídicas: deberán presentar diligenciado a través de su representante legal, el formulario determinado por la Superintendencia de Industria y Comercio para tal fin, en original y copia. Las especialidades en las que deben inscribirse los avaluadores y a las que se hace referencia anteriormente son las descritas en el artículo 2 de la Resolución 13314 de 2001; a saber: 357 a. Inmuebles urbanos. b. Inmuebles rurales. c. Edificaciones de conservación arquitectónica y monumentos históricos. d. Inmuebles especiales. e. Maquinaria industrial y equipo de proceso. f. Equipos de cómputo. g. Vehículos. h. Naves y Aeronaves. i. Negocios. j. Activos financieros. k. Arte y joyas. l. Propiedad intelectual. m. Recursos naturales. n. Semovientes. ñ. Otras: en caso de no ser posible la ubicación del bien objeto del avalúo, teniendo en cuenta su naturaleza y destino. Los avalúos que tasen derechos y obligaciones sobre los bienes señalados en cada una de estas especialidades se encuentran incluidos en ellas. Con base en la sentencia C – 1265 del 20 de septiembre de 2000: “(...) La Superintendencia de Industria y Comercio, al reglamentar lo concerniente a la integración y actualización de la lista de peritos avaluadores, sólo podrá referirse a la parte operativa y administrativa de la misma; no podrá añadir requisitos o exigencias adicionales a las de la ley para ser inscrito, e inscribirá a todo aquel que, cumpliendo con los requisitos legales, así lo solicite”. b) Avalúo 358 Criterios: los criterios con los que debe cumplir el avalúo son: a. Objetividad: se basarán en criterios objetivos y datos comprobables, cuyas fuentes sean verificables y comprobables. b. Certeza de fuentes: la información, índices, precios unitarios, curvas de depreciación o proyecciones que se utilicen deben provenir de fuentes de reconocida profesionalidad y, en todo caso se revelarán. c. Transparencia: expresarán todas las limitaciones y posibles fuentes de error y revelarán todos los supuestos que se hayan tomado en cuenta. d. Integridad y suficiencia: los avalúos deben contener toda la información que permita a un tercero concluir el valor total del avalúo, sin necesidad de recurrir a fuentes externas al texto. Adicionalmente, debe ser posible verificar todos los cálculos que soporten el resultado final y los intermedios. e. Independencia: los avalúos deben ser realizados por personas que, directa o indirectamente carezcan de cualquier interés en el resultado del avalúo o en sus posibles utilizaciones, así como de cualquier vinculación con las partes que se afectarían. Los avaluadores no podrán tener, con los establecimientos de crédito, los deudores o acreedores, ninguna relación de subordinación, dependencia o parentesco, ni estar incursos en las causales de recusación a las que se refiere el artículo 72 de la Ley 550 de 1999, no pudiendo existir, en ningún evento conflicto de intereses. f. Profesionalidad: los avalúos deben realizarse por personas inscritas para la especialidad respectiva, en la lista correspondiente o en el Registro Nacional de Avaluadores297. Trámite: éste se inicia con el proceso de selección del avaluador que se encargará de realizar los avalúos de los bienes de la empresa en proceso de reestructuración, conforme a lo dispuesto en el artículo 62 de la Ley 550 de 1999. * Selección del avaluador El trámite se inicia con la solicitud que hace el promotor del acuerdo a la Delegatura para la 297 Decreto 422 de 2000, Artículo 1° 359 Promoción de la Competencia de la Superintendencia de Industria y Comercio, en donde exprese que necesita un avalúo y detalle los bienes que se pretendan avaluar indicando el tipo de bien, la ubicación, el número de metros cuadrados, etc. La solicitud también deberá contener los datos del promotor. Recogida la solicitud, el Superintendente Delegado expedirá una invitación a los avaluadores interesados en realizar el avalúo, invitación que se fijará de acuerdo al artículo 8 del Decreto 422 de 2000, en la cartelera de la sede principal de la Superintendencia de Industria y Comercio o en la sede regional de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios o de la Superintendencia de Sociedades, más cercana al domicilio de la empresa de cuya reestructuración se trate. La invitación se mantendrá fijada durante 3 días en la cartelera, al cabo de los cuales correrán otros 3 días para que los avaluadores interesados presenten sus propuestas de avalúo de los bienes determinados en la convocatoria, en el mismo lugar en que se fijó la misma. Las propuestas deberán determinar el costo del avalúo, incluyendo el valor de los impuestos y todos los recargos e informar sobre la experiencia del avaluador; serán entregadas en la Superintendencia de Industria y Comercio, en original y en sobres debidamente sellados y marcados, dirigidos a la Delegatura para la Promoción de la Competencia, y/o en la Intendencia Regional de la Superintendencia de Sociedades o de Servicios Públicos Domiciliarios dependiendo del lugar en donde se haya fijado la invitación298. Recibidas las propuestas por la Superintendencia de Industria y Comercio, ésta procederá a evaluarlas y analizarlas, contando con un término de 3 días para resolver si las admite o 298 Tomado de www.sic.gov.co, Listado de Trámites, Selección de Avaluadores – Ley 550 de 1999 360 rechaza. El seleccionado será el avaluador que tenga mayor puntaje de acuerdo a los parámetros y en la fórmula fijados en el artículo 8 del Decreto 422 de 2000; a saber: PT = (PMO / POC)*40% + (TEPC / TEPME)*60%, donde, PMO = Precio de la menor oferta. POC = Precio de la oferta calificada. TEPC = Tiempo de experiencia del proponente calificado. TEPME = Tiempo de experiencia del proponente con menor experiencia. En caso de igualdad en la puntuación se seleccionará al avaluador por azar electrónico. Finalizados estos pasos la Superintendencia de Industria y Comercio informará al promotor del acuerdo quién ha sido el avaluador elegido, enviándole adicionalmente copia de la propuesta; dando fin al proceso de selección del avaluador. Es necesario decir que en el caso en que no haya propuestas o cuando ninguna cumpla con los requisitos exigidos, la Superintendencia de Industria y Comercio procederá a notificar tal hecho, al nominador correspondiente para que éste proceda a nombrar al avaluador de las listas que conforman el registro nacional de avaluadores. * Contenido del informe del avalúo 361 Una vez seleccionado el avaluador, éste procederá a realizar el avalúo de los bienes de la empresa en reestructuración y emitirá un informe que deberá contener: a. La indicación de la clase de avalúo que se realiza y la justificación de por qué es el apropiado para el propósito pretendido. b. La explicación de la metodología utilizada. c. La identificación y descripción de los bienes o derechos avaluados, precisando la cantidad y estado o calidad de sus componentes. d. Los valores de referencia o unitarios que se utilicen y sus fuentes. e. Las cantidades de que se compone el bien o derecho valorado, que se utilizaron para realizar los cálculos. f. El valor resultante del avalúo. g. La vigencia del avalúo, que no podrá ser inferior a un año. h. La identificación de la persona que realiza el avalúo y la constancia de su inclusión en las listas que componen el Registro Nacional de Avaluadores o en las que lleve la Superintendencia de Industria y Comercio, según lo previsto en el artículo 61 de la Ley 550 de 1999. i. Cuando la metodología del avalúo utilice un sistema de depreciación, se debe indicar el método de depreciación utilizado y la razón por la cual se considera que resulta más apropiado que los métodos alternativos. j. Cuando la metodología utilice proyecciones, se deben señalar todos y cada uno de los supuestos y el procedimiento usado para proyectar. En el caso de variables proyectadas se deben incluir las fuentes de donde fueron tomadas y/o los supuestos que se tuvieron en cuenta para realizar la proyección. k. Si la metodología del avalúo utiliza índices, se debe señalar cuáles se utilizaron y la fuente de donde fueron tomados. 299 Con la presentación de este informe al promotor de la empresa en reestructuración se 299 Decreto 422 de 2000, Artículo 2° 362 completa el avalúo de los bienes de la empresa, teniendo en cuenta que sólo serán válidos aquellos avalúos que cumplan con los requisitos legales anteriormente especificados. 4.3 EL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN * Plazo para la celebración del acuerdo. Artículo 27: los acuerdos de reestructuración deberán celebrarse dentro de los cuatro (4) meses siguientes contados a partir de la fecha en que queden definidos los derechos de voto, mediante decisión del promotor o mediante la ejecutoria de la providencia de la Superintendencia de Sociedades que resuelva las objeciones que llegaren a presentarse300. 1) Contabilización del plazo: De la lectura del artículo 27 de la ley 550, se pueden distinguir dos momentos a partir de los cuales se empieza contabilizar el termino en el que debe perfeccionarse el acuerdo, dependiendo de quién determine los derechos de voto y las acreencias. a) A partir de la determinación de los derechos de voto y las acreencias por el promotor: Como se dijo anteriormente, en principio el promotor es el sujeto que está llamado por la ley a hacer la determinación de los derechos de voto y las acreencias301; esta se hace en una reunión que debe tener lugar cuatro (4) meses después a la iniciación de la negociación. Una vez terminada la reunión los socios, acreedores y administradores cuentan con cinco (5) días para objetar tanto la determinación de los votos como de las acreencias302. Si no se presentan objeciones durante este término, el plazo de cuatro (4) meses para el perfeccionamiento del acuerdo se empieza a contar desde la fecha de terminación de la reunión, porque es en esta en la que se da la determinación y no después de los cinco (5) 300 Ley 550 de 1999. Ley 550 de 1999, Artículo 23. 302 Ley 550 de 1999, Artículo 26. 301 363 días que se tienen para formular objeciones; de modo tal que el término para objetar y término para la celebración del acuerdo corren simultáneamente. 5 días para objetar Reunión de determinación de derechos voto y acreencias No hay objeción Celebración del acuerdo 40 días para celebrar el acuerdo b) A partir de la providencia de la Superintendencia de Sociedades que resuelve las objeciones hechas a la determinación realizada por el promotor: Este evento se presenta cuando los socios, acreedores o administradores formulan objeciones a la determinación hecha por el promotor dentro de los cinco (5) días fijados por la ley para tales efectos. La autoridad competente para resolver la objeción es la Superintendencia de Sociedades “en única instancia, mediante el procedimiento verbal sumario, pronunciándose a manera de arbitro, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 10 del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil”303. Dicho procedimiento termina con una sentencia, que es la que finalmente determina los derechos de voto y acreencia. Como es lógico, este procedimiento implica una serie de actos procesales que se desarrollan en un lapso de tiempo relativamente largo, el cual podría superar el plazo fijado por la ley para celebrar el acuerdo de reestructuración. Por esta razón se debe entender que hasta tanto no se resuelvan las objeciones a la determinación de derechos de voto y acreencias por parte de la Superintendencia, el plazo para la celebración del acuerdo de reestructuración se encuentra suspendido, es decir que éste deja de correr. 364 En este sentido, la Superintendencia de Sociedades en diferentes conceptos ha establecido que la suspensión del plazo opera “(...) solamente después de la notificación personal de la providencia que ha admitido el escrito de objeción (...)”, así mismo señala que el término correrá nuevamente “(...) una vez quede en firme la providencia de la Superintendencia que resuelva la objeción que se presentó (...)”304; es decir tres (3) días después de que esta ha sido notificada305 a las partes y no se ha formulado recurso de reposición, o que habiéndose formulado el recurso este ya se ha resuelto. La Superintendencia sustenta esta posición estableciendo que: “cuando la Superintendencia admite la demanda y la notifica al promotor demandado, lo que hace es involucrarlo en la relación jurídico procesal, de forma que a partir de este momento queda investido de poderes y también de deberes respecto de los diferentes actos procesales que desde ese instante se van a realizar”306. De acuerdo con esto, es claro que a partir de la notificación personal al promotor del auto admisorio de la objeción, se suspende el plazo de celebración del acuerdo, pues sólo en este momento se configura la relación jurídico – procesal, que permite al promotor tener conocimiento de los hechos que se le imputan, y con base en ellos ejercer el derecho de defensa, contestando la demanda y aportando las pruebas que desvirtúan objeciones. 5 días para objetar 40 días para celebrar el acuerdo Reunión de determinación de los derechos de voto y acreencias 303 Ibid. Memorando interno No. 155-392 del 12 de octubre de 2000, citado en el Concepto 155-044344 del 27 de agosto de 2002 y Concepto 155-051334 del 7 de diciembre de 2001. 305 Esta notificación se hace por Estado. 306 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-051334 del 7 de diciembre de 2001. 304 365 Objeción por parte Auto admisorio Notificación personal de los acreedores ante la del escrito de objeción al promotor Superintendencia de Sociedades SUSPENSIÓN DEL PLAZO PARA CELEBRAR EL ACUERDO Proceso ante la Superintendencia EMPIEZA A CORRER EL PLAZO DE 40 DÍAS de Sociedades PARA CELEBRAR EL ACUERDO trámite verbal sumario SUSPENSIÓN DEL SENTENCIA EJECUTORIADA PLAZO Determina los derechos de voto y las acreencias Sobra decir que la suspensión sólo opera cuando se admite la objeción y no cuando ésta es rechazada; en este último evento, el término sigue corriendo y se contabilizará a partir de la fecha en que se lleve a cabo la reunión de determinación de derechos de voto a cargo del promotor. 2) Improrrogabilidad del plazo: Los términos que otorga la ley 550 para negociar y celebrar un acuerdo de reestructuración son perentorios es decir que no es posible prorrogarlos; esto se puede concluir teniendo en cuenta que la ley claramente expone los efectos jurídicos que se derivan del vencimiento de los plazos sin que se logre acuerdo alguno. En este sentido el inciso segundo del artículo 27 de la ley 550 dispone: “(...) Si el acuerdo no se celebra dentro del plazo antes indicado, o si fracasa la negociación, el promotor dará 366 inmediato traslado a la autoridad competente para que inicie de oficio un proceso concursal de liquidación obligatoria o el procedimiento especial de intervención o liquidación que corresponda, sin perjuicio de las demás medidas que sean procedentes de conformidad con la ley (...)”. Esta sanción en principio puede resultar drástica, sobretodo cuando el empresario está adelantado una negociación sin tener claridad respecto a su viabilidad y capacidad de recuperación; no obstante, refleja la celeridad que el legislador quiso otorgarle a los acuerdos de reestructuración como proceso concursal, y de este modo evitar que se convierta en un mecanismo que dilate la permanencia de una empresa cuya liquidación es inevitable. En el evento en que una empresa sea enviada a liquidación obligatoria por efecto de esta sanción y aún cuente con los medios para ser recuperada, tiene la posibilidad de solicitar nuevamente la promoción de un acuerdo de reestructuración. Para ello es necesario que dentro del trámite liquidatorio se celebre un concordato, en el cual se debe incorporar la intención de negociar un acuerdo de reestructuración junto con las medidas que se van a adoptar para la reactivación de la empresa y para la protección de los acreedores307. En conclusión, una vez tramitando la liquidación obligatoria no se puede volver directamente a dar aplicación a la Ley 550, para estos efectos y en todos los casos será necesario primero suscribir un acuerdo concordatario, según los términos de la Ley 222 de 1995. * Votación para la celebración del acuerdo - Mayoría decisoria general El artículo 29 de la Ley 550 señala la mayoría decisoria que se debe presentar entre los acreedores internos y externos del empresario, para efectos de aceptar las condiciones del 367 acuerdo de reestructuración y en tal sentido otorgar su consentimiento para la celebración del mismo. De la lectura de la norma, se puede entender que para que la mayoría decisoria se configure deben verificarse dos requisitos, uno desde el punto de vista cuantitativo y otro desde el punto de vista cualitativo. 1) Requisito cuantitativo: Para que se perfeccione el acuerdo debe haber una votación favorable que acumule como mínimo la mitad más uno de los votos admisibles, es decir que no importa si los acreedores están o no presentes en la reunión de votación. 2) Requisito cualitativo: El artículo 29 en mención establece cinco (5) clases de acreedores para efectos de la celebración del acuerdo: a) Acreedores internos. b) Trabajadores y pensionados. c) Entidades públicas e instituciones de seguridad social. d) Instituciones financieras y demás entidades sujetas a la inspección y vigilancia de la Superintendencia Bancaria de carácter privado, mixto o público. e) Demás acreedores externos. De acuerdo con esta clasificación y para la configuración de la mayoría absoluta, la ley exige que los votos provengan de por lo menos tres (3) de estas clases de acreedores, siempre que existan y concurran cinco (5) o cuatro (4) clases; si el empresario sólo tiene tres (3) clase de acreedores, los votos deben provenir de por lo menos dos (2) clases; y si finalmente sólo hay dos (2) clases, los votos deben provenir de ambas. - Mayoría decisoria especial. 307 Superintendencia de Sociedades. concepto 100-16479 del 24 de febrero de 2000. 368 El inciso segundo del artículo 29 señala dos eventos en los cuales requiere una mayoría especial para efectos de celebrar de acuerdo de reestructuración. a) Un solo acreedor externo de una misma clase emite votos favorables al acuerdo, que equivalen a la mayoría absoluta o más de los votos admisibles. b) Varios acreedores externos de una o varias clases de acreedores, pertenecientes a una misma organización empresarial, declarada o no como grupo, emiten votos favorables al acuerdo, que equivalen a la mayoría absoluta o más de los votos admisibles. En ambos casos para que la celebración del acuerdo sea aprobada, se requiere la votación favorable de un número plural de acreedores de una o varias clases, que sea igual o superior al veinticinco por ciento (25%) de los votos admisibles. Esta situación se puede ver en los siguientes ejemplos: Situación a): Total de votos admisibles: 500 Institución Financiera A: capacidad de emitir 280 votos. Institución Financiera B: capacidad de emitir 50 votos. Socio X: capacidad de emitir 40 votos. Trabajadores: capacidad de emitir 80 votos. Fondo de pensiones: capacidad de emitir 50 votos. Institución Financiera A vota favorablemente por la celebración del acuerdo; no obstante, a pesar de constituir la mayoría absoluta se requiere que haya una votación, también favorable, por parte de la Institución Financiera B, el socio X, los trabajadores y el fondo de pensiones, todos o algunos, que acumule 125 votos o más. Esto implica que debe haber una votación total de 425 votos (280 por la Institución Financiera A, más 125 de los demás acreedores). 369 Situación b): Total de votos admitidos: 500 Institución Financiera A: capacidad de emitir 170 votos. Institución Financiera B: capacidad de emitir 100 votos. Fondo de pensiones: capacidad de emitir 130 votos. Socio X: capacidad de emitir 50 votos. Trabajadores: capacidad de emitir 50 votos. Al momento de emitir los votos, la Institución Financiera A, el Fondo de Pensiones y el Socio X lo hacen a favor de la celebración del acuerdo de reestructuración. En principio, con esta votación se cumpliría con los requisitos cuantitativos y cualitativos para que se configure la mayoría decisoria; hay una votación acumulada superior a la mitad más uno, y los votos provienen de 3 clases de acreedores. Supongamos que el Fondo de Pensiones es filial de la Institución Financiera A; a pesar de que ninguna de las dos constituye por si sola la mayoría decisoria, como entre ellas hay una relación de subordinación que implica una organización empresarial, su votación para efectos de celebrar el acuerdo se entiende como una sola. Por esta razón, para que realmente se pueda verificar una votación mayoritaria a favor del acuerdo, entre los demás acreedores debe haber una votación que acumule como mínimo 125 votos. * Representación. Los acreedores pueden actuar personalmente o a través de sus apoderados o representantes legales, quienes están facultados para votar la celebración del acuerdo, sea para aprobarlo o improbarlo. Respecto a los pensionados, la ley es clara en establecer que su voto debe ser emitido de manera conjunta y en un solo sentido, por medio de un representante designado por ellos 370 mismos308, o en su defecto por el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social. No se puede suponer que los pensionados por tener una acreencia de la misma naturaleza tienen los mismos intereses en la celebración o no de un acuerdo de reestructuración. Por esta razón consideramos que la ley en esta materia es injusta, ya que desconoce las necesidades personales de cada uno de los pensionados, las cuales se ven alienadas por las necesidades de la mayoría que no siempre se traducen en el interés general. En este orden de ideas pensamos que se debe reconocer a cada pensionado la facultad de negociar sus acreencias de manera individual con la misma capacidad de decisión que tiene cualquier otro acreedor al momento de votar por el acuerdo. * Emisión de los votos. En principio la emisión de los votos se hace en una reunión a la cual han de presentarse los acreedores o su representante, no obstante, para facilitar la negociación se ha otorgado la posibilidad de que los votos se emitan por “(...) comunicación simultanea o sucesiva (...)”. Esta posibilidad ha sido retomada por la ley 550 de la ley 222 de 1995, la cual permite, en el caso de las sociedades anónimas, que las deliberaciones de la asamblea general se hagan de manera no presencial. Esta comunicación supone el uso de medios técnicos aptos, confiables y suficientes para emitir los votos y así permitir que estos sean válidos como expresión de voluntad309. En el caso de la comunicación simultánea, estos medios pueden ser teleconferencias, comunicaciones telefónicas y conferencias por radioteléfono; y en el caso de la comunicación sucesiva pueden ser mensajes enviados por fax o por correo electrónico. Como es lógico, la ley exige que quede prueba de la expresión y contenido de las de este tipo de votaciones, “en documento o documentos escritos, debidamente firmados por el 308 Ley 550 de 1999, Artículo 27, inciso 3. 371 promotor y certificados por el revisor fiscal o del contador público, en el caso de la comunicación simultánea; y en los demás casos - comunicación sucesiva – firmados por el votante respectivo con reconocimiento de su contenido ante el nominador, ante el promotor, o ante un notario público”. Esta exigencia obedece al imperativo de seguridad jurídica310 indispensable para la protección de los interese tanto de los acreedores como del empresario. * Celebración del acuerdo. La Superintendencia de Sociedades en la circular 220-048785 del 21 de noviembre de 2001 claramente expone que: El acuerdo de reestructuración deberá celebrarse a más tardar el último día del cuarto mes subsiguiente a la fecha en que fueron definidos los derechos de voto, independientemente del método empleado para la votación correspondiente (sea en reunión o mediante comunicación simultánea o sucesiva). Así, todos aquellos acreedores que dentro del citado plazo hayan expresado su asentimiento respecto del acuerdo, es decir lo hayan suscrito, habrán de tenerse en cuenta, no para que el acuerdo les sea a ellos oponible, pues este es de obligatorio cumplimiento tanto para los que participaron en la negociación como para los que no lo hicieron o los que habiendo participado no consintieron el él; sino para efectos de determinar cuál es o fue la mayoría porcentual aprobatoria del mismo. De manera que quienes suscriben extemporáneamente un acuerdo ya aprobado por la mayoría, pueden considerarse, en efecto, « adherentes ex-post », sin que ello implique que el acuerdo no les sea oponible y sus cláusulas de obligatorio acatamiento. A partir de este concepto se debe entender que el acuerdo de reestructuración se celebra el día en que sea firmado por el último acreedor que voto de manera favorable al mismo, día 309 REYES VILLAMIZAR, reforma al régimen de sociedades y concursos, Op. cit. p. 116. 372 que no debe ser posterior al cumplimiento de los 4 meses fijados por la ley como término perentorio para la celebración, so pena de que la autoridad competente de por terminada la negociación del acuerdo e inicie oficiosamente una liquidación obligatoria o el procedimiento especial de intervención o liquidación que corresponda311. 4.3.1 Formalización del acuerdo de reestructuración. El artículo 31 de la ley 550, señala las formalidades que deben cumplirse para perfeccionar el acuerdo de reestructuración; disposición que se puede desagregar en los siguientes requisitos. a) El acuerdo debe constar íntegramente en un documento escrito. En el caso en que la deliberación y aprobación del acuerdo se haya realizado mediante comunicación simultánea o sucesiva, el acuerdo mismo podrá constar en los documentos que prueban la expresión y contenido de los votos, con el cumplimiento de las formalidades previstas para los mismos. b) Debe estar firmado por quienes lo hayan votado favorablemente o su representante o representantes legales o voluntarios. c) El contenido del acuerdo debe ser reconocido por cada uno de los suscriptores ante notario público, o ante el nominador del promotor, o ante el promotor; quien para estos efectos por ministerio de la ley queda legalmente investido de la función correspondiente. d) Con miras a que la formalización del acuerdo sea más expedita se debe pensar en eliminar el reconocimiento de las firmas, pues en la práctica la observancia de este requisito ha demorado la finalización del tramite, y por ende la ejecución del acuerdo. Para seguir con el espíritu de agilidad que caracteriza a este régimen concursal, bastaría con que el acuerdo sea firmado únicamente por el promotor y un representante de la entidad nominadora, quienes darán fe de los compromisos adquiridos por los participantes en la reunión en que se vote el acuerdo312. 310 311 Ibid., p. 117. Ley 550 de 1999, Artículo 27 inciso 2. 373 e) Debe elevarse a escritura pública cuando incluya estipulaciones que requieran legalmente dicha formalidad; esto es cuando el acuerdo implique la transferencia de la propiedad sobre bienes inmuebles o la constitución de garantías reales sobre los mismos. f) En aquellos casos en los que el acuerdo no tenga que formalizarse mediante escritura pública, el original del mismo será depositado en la Superintendencia de Sociedades, quien expedirá copias a las partes las cuales se reputarán auténticas. g) La noticia de la celebración del acuerdo debe inscribirse en el registro mercantil de la cámara de comercio correspondiente al domicilio del empresario y de las sucursales que éste posea: este es un requisito fundamental que da publicidad al acuerdo, y por esta razón lo hace oponible a terceros. El acuerdo se “considerará sin cuantía para efectos de los derechos notariales, de registro y de timbre, al igual que las escrituras públicas que se otorguen en desarrollo de los acuerdos, incluidas aquéllas que tengan por objeto reformas estatutarias o enajenaciones sujetas a dicha solemnidad. Los documentos en que consten las deudas reestructuradas quedan exentos del impuesto de timbre”313. 4.3.2 Contenido del acuerdo de reestructuración. Además de reunir los requisitos mínimos de un contrato, como se explicó anteriormente, el artículo 33 de la ley 550 enumera detalladamente los temas que obligatoriamente debe contener un acuerdo de reestructuración, así mismo la norma consagra sanciones como la remoción del cargo y la imposición de multas para administradores, revisor fiscal, contralor, auditor o contador público, en caso de que se omita o se incumpla alguna de las reglas fijadas por ella. El carácter minucioso de la norma, busca que el contenido del acuerdo sea lo suficientemente claro y preciso para las partes, pues se basa en el hecho de que este será el 312 313 Informe de la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo, anexo II. Ley 550 de 1999, Artículo 31. 374 medio que regule las relaciones que surjan entre acreedores y empresario deudor, durante el proceso de recuperación empresarial. A) Temas que deben incluirse en el acuerdo 1. Reglas sobre el comité de vigilancia a. Reglas sobre la constitución del comité: en el comité estarán representados los acreedores, (internos y externos de la empresa), también el promotor formará parte de este organismo y tendrá derecho de voz, pero no de voto. En caso de ausencia del promotor o del tercero designado por él, su lugar será ocupado por la persona que el acuerdo haya previsto. b. Reglas sobre el funcionamiento del comité c. Reglas sobre las autorizaciones que el comité debe dar al empresario para la realización de los actos del empresario correspondientes a la ejecución de contratos que recaigan sobre activos vinculados a la empresa o que se refieran a la entrega, transferencia o limitación de dominio sobre bienes de la misma, tales como fiducias mercantiles, suministros, enajenaciones con opción de readquisición, prendas, hipotecas, contratos típicos o atípicos de colaboración empresarial, sociedades legalmente constituidas o de hecho, entre otros, celebrados dentro de los dieciocho (18) meses anteriores a la iniciación de la negociación del acuerdo y cuya finalidad se relacione directamente con el desarrollo de la empresa, o permita a un acreedor del empresario separar activos o ingresos del riesgo crediticio del empresario. (Artículo 33, numeral 16) d. La obligación del empresario de suministrar información al comité durante la vigencia del acuerdo, esta información debe cumplir con los requisitos mínimos de calidad, suficiencia y oportunidad 375 e. Obligaciones del comité: confidencialidad en cuanto a la información que le haya suministrado el empresario. 2. Reglas sobre los aspectos relacionados con las acreencias a. Prelación de plazos y condiciones en las que se harán los pagos de las acreencias (anteriores a la iniciación del trámite y surgidas con base en lo pactado en el acuerdo) b. Concesiones de ventajas para los acreedores - A favor de un acreedor externo, en proporción a su respectiva acreencia, y como contraprestación a la entrega de nuevos recursos, a las condonaciones, a las quitas, a los plazos de gracia, a las prórrogas, a la capitalización de pasivos, a la conversión de éstos en bonos de riesgo, o a cualquier otro mecanismo de subordinación de deuda, se podrán conceder las ventajas que también sean reconocidas proporcionalmente a todos los acreedores que efectúen las mismas concesiones a favor de la empresa c. Capitalización de créditos: - Plazos y condiciones para la capitalización Se encuentran exceptuados de la posibilidad de capitalización los créditos derivados de pasivos pensionales, fiscales y parafiscales. d. Conversión de créditos en bonos de riesgo: 376 - Plazos y condiciones en que se llevará a cabo la conversión La conversión de créditos pensionales sólo podrá hacerse sobre la parte renunciable de ellos, y en cuanto a los créditos fiscales y parafiscales esta se llevará a cabo sobre el 50% de los intereses causados (sean corrientes o moratorios) sin llegar a cobijar el capital. e. Desembolso de créditos previstos en el acuerdo f. Pago de los pasivos contraídos con los administradores, socios, controlantes o las personas que se encuentren en alguna de estas situaciones: - Parentesco, hasta cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o único civil. - Tener o haber tenido en los cinco últimos años accionistas, socios o asociados comunes - Tener o haber tenido representantes o administradores comunes. - Existencia de una situación de subordinación o grupo empresarial. g. Pago de todas las acreencias en la forma en que lo contemple el acuerdo h. Prepago de obligaciones y bonos de riesgo Podrán hacerse cuando los recursos de que dispone la empresa sean suficientes para pagar en primer lugar los pasivos que sean exigibles al momento de hacer el prepago 3. Obligaciones del empresario - Ajustar las prácticas contables en un plazo máximo de 6 meses - Obligaciones derivadas del código de conducta empresarial 377 4. Reparto de utilidades y dividendos 5. Reglas que deba seguir la administración en cuanto a su planeación, ejecución administrativa y financiera para pagar oportunamente los pasivos pensionales, fiscales y parafiscales. 6. Interpretación y modificación del acuerdo 7. Reglas y sanciones aplicables para el caso de incumplimiento de las obligaciones contenidas en el acuerdo Aquí se enumerarán las sanciones que previstas en la ley en caso de que se desconozcan ciertas disposiciones sobre el contenido del acuerdo de reestructuración, estas sanciones operarán sin perjuicio de las demás que se pacten en el acuerdo. • Ineficacia de pleno derecho de las ventajas incluidas o reconocidas para los acreedores externos que proporcionen algún tipo de concesión en cuanto a las deudas de la empresa sin observar lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 33. Se exceptúan de esta sanción los casos en que haya renuncia a dichas ventajas, o aceptación de ventajas equivalentes por parte del acreedor. • Habrá remoción del cargo e imposición de multas para los administradores, revisor fiscal, contralor, auditor o contador público por infringir: - El deber de confidencialidad que se les impone en cuanto al manejo de la información que les haya sido suministrada por el empresario durante la vigencia del acuerdo - Las obligaciones derivadas del código de conducta empresarial 378 - Las reglas concernientes a los prepagos y bonos de riesgo - Las normas sobre el reparto de utilidades y distribución de dividendos - Las reglas sobre la administración en su planeación y ejecución - Las disposiciones referentes al pago de pasivos pensionales, fiscales y parafiscales - La regulación de los eventos de incumplimiento - Las normas que aluden a las autorizaciones que debe impartir el comité de vigilancia para que el empresario lleve a cabo algunos actos - Los requisitos legales necesarios para las daciones en pago, capitalizaciones y conversiones de créditos en bonos de riesgo • “Los pagos que violen el orden establecido en el acuerdo, serán ineficaces de pleno derecho; y el acreedor respectivo, además de estar obligado a restituir lo recibido con intereses de mora, será postergado, en el pago de su acreencia, respecto a los demás acreedores. En este evento, el acreedor deberá haber votado favorablemente el acuerdo y, en los demás casos, deberá probarse que había sido informado previamente por el comité de vigilancia del orden de prelación establecido en el acuerdo”.(Parágrafo 3) 4.3.3 Efectos del Acuerdo de Reestructuración. El artículo 34 de la ley 550 de 1999, consagra de manera exhaustiva de los efectos que se generan una vez se ha celebrado el acuerdo de reestructuración. Estos efectos pueden clasificarse de la siguiente manera: 1. Obligatoriedad para las partes y el empresario de dar cumplimiento a lo dispuesto en el acuerdo. El efecto, sin duda alguna, más importante de la celebración de un acuerdo de reestructuración es la obligatoriedad para que tanto las partes como el empresario den cumplimiento a las disposiciones en él consagradas. Esto responde en gran medida al principio de relatividad de los contratos, en cuanto a las partes, sin embargo constituye una excepción en cuanto respecta al empresario, puesto que él sin ser parte del acuerdo está comprometido a dar total cumplimiento a lo que se pactó en 379 él. Es importante destacar que la ley 550 extiende el alcance de lo decido en el acuerdo tanto a los acreedores disidentes, como a los ausentes, es decir que en ambos casos aunque estas personas o bien no estuvieron de acuerdo con lo que se pactó o no participaron de la negociación, tendrán que someterse sin más remedio a lo que se decidió en dicho contrato. Creemos sin embargo que la redacción de la norma es desafortunada en cuanto a extender la obligación de cumplir el acuerdo a los acreedores que no participaron en la negociación, ya que si bien la exigibilidad y cumplimiento de los créditos que tienen a su favor está sometido a las cláusulas del acuerdo, el hecho de que ellos desconozcan alguna disposición del acuerdo no representa para ellos ninguna consecuencia negativa, por ejemplo, si algún acreedor en esta situación inicia un proceso ejecutivo en contra del empresario, mientras se está ejecutando el acuerdo de reestructuración, no pierde nada, simplemente tendría que esperar a que el acuerdo termine, bien por cumplimiento o por incumplimiento, para que su solicitud sea tramitada. Ahora, la consecuencia, para las partes y para el empresario, de no obedecer las disposiciones del acuerdo es la terminación del acuerdo por incumplimiento del mismo, con lo que se acaban los beneficios que la ley consagra para el empresario que se encuentra en esta situación. Es importante anotar que el acuerdo puede obligar a personas diferentes de las partes y del empresario, y para que esto suceda se requiere indispensablemente la aceptación expresa de dichos terceros. El parágrafo 3 del artículo 34, enumera las personas que pueden verse en esta situación: - Socios individualmente considerados - Terceros garantes 380 - Titular de las cuotas de la empresa unipersonal, en cuanto a este punto, no estamos de acuerdo con esta consagración ya que como se dijo anteriormente el empresario unipersonal comparte la calidad de empresario y de acreedor, por lo sería parte del acuerdo de reestructuración y es así como ha sido tratado a lo largo del texto legal, por ejemplo es por esta razón que le ha sido otorgado derecho de voto, por esta razón creemos que hay una falla de técnica legislativa, al consagrar al empresario unipersonal como alguien extraño al acuerdo, que debe, por esta razón autorizar expresamente las cláusulas del acuerdo para que así se le extiendan sus efectos y lo cobijen. 2. Requisitos especiales que deben cumplirse para la enajenación de bienes del empresario La norma en mención contiene los requisitos que deben cumplirse para la enajenación de los bienes del empresario, aunque como se ha dicho anteriormente la redacción de la norma es complicada, trataremos de explicarla de una manera más sencilla. Como primera medida para adelantar la enajenación debe obtenerse la autorización previa, expresa y escrita del comité de vigilancia para tal efecto. Sin embargo el comité para poder emitir dicha autorización tendrá que contar con la aprobación expresa de la DIAN, si la enajenación no fue pactada en el acuerdo y si no se trata de activos con un valor no inferior al 40% de las obligaciones vigentes frente a ella, por concepto de intereses, sanciones, capital y actualizaciones. También se previó en relación con el tema de enajenaciones, que habrá que inscribir un escrito privado en la oficina de registro de instrumentos públicos, en el que consta la prohibición de enajenación de los bienes del empresario si no media la autorización expresa del comité de vigilancia, con el registro de este documento lo que se hace en la práctica es restringir la comercialización del bien, además de brindar oponibilidad frente a los terceros y los suscriptores del acuerdo, y dado el caso que se realice la enajenación de un bien sin tener en cuenta esta restricción, el negocio estará sancionado con ineficacia, la cual opera de pleno derecho. 381 Para poder enajenar estos bienes se requiere protocolizar copia de la autorización del comité, en una notaría, luego se llevará a la oficina de registro, para que el registrador la inscriba en el libro de registro y pueda llevarse a cabo la enajenación. 3. Terminación y prohibición de iniciar de procesos de ejecución en contra del empresario y prohibición de continuar o iniciar proceso de ejecución en contra de los codeudores314 del empresario. Mientras se esté tramitando un acuerdo de reestructuración, tendrán que terminarse todos los procesos de ejecución que se estén adelantando en contra del empresario, y no podrán iniciarse nuevos procesos. Esta disposición tiene su razón de ser en que al estar todos o parte de los acreedores del empresario decidiendo lo que sucederá con los créditos que tienen a su favor, no existe razón por la que se deba adelantar un proceso ejecutivo en el que se está buscando que un juez decida que sucede con dichas deudas.315 En lo que se refiere a los codeudores del empresario, durante la vigencia del acuerdo no podrán iniciarse o continuarse procesos de ejecución contra los codeudores del empresario, salvo que esto se haya aprobado en el acuerdo sin el voto del acreedor favorecido con la garantía. 4. Levantamiento de medidas cautelares Este efecto obedece a que teniendo en cuenta que lo que se busca es la reactivación de la empresa, no puede dejársele paralizada por que se encuentran vigentes medidas cautelares que han sido decretadas con ocasión de procesos de ejecución que se iniciaron y no terminaron antes de la negociación del acuerdo. 314 315 Superintendencia de sociedades concepto 155-054718 del 30 de Octubre de 2002 Superintendencia de sociedades concepto 155-059901 del 28 de noviembre de 2002 382 Lo que la norma quiere significar con la expresión levantamiento de medidas cautelares, es que por ejemplo en el caso en que existiera un embargo sobre un bien X, con la terminación del proceso de ejecución que estaba en curso, habrá que decretarse la cancelación de la medida cautelar, es decir que le bien regresa al comercio y podrá ser enajenado libremente. La ley también otorgó a la DIAN la, posibilidad de decidir si levanta o no las medidas cautelares que haya practicado, esto la coloca en una posición ventajosa frente a los demás acreedores, lo cual creemos que no es conveniente porque como se ha dicho anteriormente pugna con los principios de igualdad y colectividad de los procesos concursales. 5. Efecto relativos a las garantías de los créditos de deudor En materia de las garantías que ha otorgado el deudor a sus acreedores existen diferentes hipótesis, la primera es el caso en que las garantías son otorgadas por un tercero y la segunda es el caso en que estas han sido otorgadas por el mismo deudor, dichos eventos se encuadran dentro de diferentes fenómenos como son: • Suspensión de la exigibilidad de garantías • Disminución de las garantías • Sustitución de garantías • Constitución de nuevas garantías Del artículo 34 puede deducirse una regla general para todos los eventos mencionados anteriormente, frente a la hipótesis de la constitución de garantías por terceros, este principio consiste en que cualquier variación que se quiera lograr en cuanto a las garantías constituidas por terceros tendrá que ser consentida por dicho tercero, es decir que si en el acuerdo se estipuló que es necesario por ejemplo aumentar el valor de una hipoteca constituida por un tercero, a favor del deudor, tendrá que llamarse al tercero garante para que el ratifique esta cláusula, si él no accede no podrá aumentarse tal garantía. Teniendo en cuenta lo anterior, se explicará de manera separada en que consiste cada evento. 383 - Suspensión de la exigibilidad de garantías Esto significa que existiendo una garantía de cualquier tipo (personal o real), la consecuencia que sobre ella tiene la iniciación de la negociación y la celebración del acuerdo es que no podrá hacerse exigible durante este término, no quiere decir esto que se termine, simplemente está condicionada a que el acuerdo termine por incumplimiento o que fracase la negociación, si esto sucede, se reestablece la garantía y entonces podrá exigirse nuevamente, lo cual implica que también podrá el acreedor iniciar o continuar el proceso de ejecución en contra del deudor.316 - Disminución de garantías En el caso en que alguno de los acreedores haya garantizado excesivamente su crédito, la ley estableció un procedimiento que se adelanta ante la Superintendencia de Sociedades, para lograr la reducción de las garantías. El trámite que se consagró para lograr este propósito es el del proceso verbal sumario del código de procedimiento civil, en el que la superintendencia actúa como juez de única instancia. La reducción de la garantía tiene un límite máximo de una vez y media del valor del crédito, es decir que la reducción sólo podrá ir hasta este punto, no podrá decretarse una reducción por debajo de ese tope. - Sustitución de Garantías También se consagró para este caso el trámite del proceso verbal sumario, la diferencia esencial es que con este procedimiento se busca que las garantías existentes sean distribuidas dentro de los acreedores existentes en el trámite del acuerdo. 316 Superintendencia de sociedades concepto 155-054718 del 30 de Octubre de 2002 384 - Constitución de nuevas garantías Si en el acuerdo se dijo que era necesario constituir nuevas garantías, el deudor tendrá que hacerlo, pero si la constitución se da sobre bienes que ya eran objeto de garantía anterior, al momento en se restablezcan de nuevo las garantías, la que primero se constituyó tendrá preferencia sobre la segunda. Cuando se haya previsto la constitución de nuevas garantías, todos los acreedores que concedan a la empresa las mismas ventajas compartirán el mismo grado en la acreencia respectiva, salvo pacto en contrario. Es importante recordar que la constitución, modificación o cancelación de garantías debe ser pactada en el acuerdo, y en el caso de la constitución y la modificación tendrá que haberse decidido sin el voto favorable de los acreedores beneficiarios. La constitución, modificación, cancelación, suspensión o conservación de su exigibilidad debe derivarse del acuerdo y sólo será necesaria la inscripción en el registro de la parte del acuerdo que contiene este tema, no se requiere hacer ningún documento adicional. - Restablecimiento de las Garantías Esta figura opera de pleno derecho en el caso en que el acuerdo termine por causa de incumplimiento del mismo y este restablecimiento también cobija a las garantías otorgadas para los créditos fiscales. Seguidamente la ley continúa con la enumeración de los efectos del acuerdo en torno a la existencia de garantías, esta vez se refiere expresamente al caso en el que hay constitución de garantías fidudicarias o de hipotecas de mayor extensión, para los acreedores que se encuentran en esta situación se consagró la obligación de aceptar cambiar dichas garantías por derechos hipotecarios del mismo grado de la hipoteca de mayor extensión o, en el caso de la garantía fiduciaria cambiarla por derechos fiduciarios o certificados de garantía sobre los mismos inmuebles, todo siempre y cuando se respete la cobertura mínima que debe 385 ofrecer la garantía, es decir una vez y media el monto de la obligación garantizada. 6. Prelación de créditos La ley 550 ha establecido una excepción al tradicional sistema de prelación de créditos contenido en el código civil, ahora el escalafón de créditos para el caso de un acuerdo de reestructuración, será decidido por las partes mismas del acuerdo, sin embargo, como ha sido reiterativo en la ley, la DIAN está exceptuada de este principio ya que los créditos que el empresario tenga con ella tienen prelación en el pago ya que son de primera clase. Ahora bien, la ley ha contemplado un incentivo a los acreedores que otorguen nuevos recursos al empresario, este aliciente consiste en ubicarlos en la primera clase de acreedores, en proporción con los recursos entregados. También se ha otorgado a los trabajadores y a las entidades de seguridad social una preferencia en cuanto a las modificaciones y pago de las obligaciones que se tiene con ellos, salvo que estos acreedores consientan n una modificación de la preferencia de la cual gozan. Obviamente esto responde al carácter proteccionista de la ley, en cuanto a los mínimos irrenunciables que deben salvaguardarse en materia laboral. El empresario pues, tendrá que someterse a los términos pactados en el acuerdo, respecto al orden y prelación de pagos que debe hacer, de las deudas causadas con anterioridad a la negociación del acuerdo y las surgidas con posterioridad a esta fecha, los cuales también gozan de preferencia en el pago, junto con la remuneración del promotor. Las excepciones que ha hecho la ley en materia de prelación de créditos, se rigen por las normas del código civil sobre este tema. 7. Reformas estatutarias La regla general es que el acuerdo de reestructuración no implique la modificación de los estatutos, salvo que así se haya pactado, entonces tendrá el empresario que cumplir con esta obligación y realizar todos los cambios exigidos en el acuerdo, so pena de incumplirlo y por 386 ende provocar su terminación por incumplimiento. 8. Casos en los que se presente fusión o escisión de empresas con la empresa reestructurada Si llegare a presentarse la fusión o escisión de empresas con la empresa reestructurada, tendrá que seguirse un proceso especial y distinto al contenido en el código de comercio para tal fin. Se excluye la posibilidad de ejercer el derecho de retiro en el caso de los socios, no podrá exigirse el cumplimiento de las garantías de las obligaciones que existan (en armonía con todas las disposiciones de la ley 550 sobre suspensión de la exigibilidad de garantías). Estas limitaciones claramente sólo se aplican a los acreedores externos y socios del empresario en reestructuración, los acreedores externos y socios de las demás empresas no están sometidos a estas reglas especiales, a ellos se les continúa aplicando el régimen común317. 317 Superintendencia de sociedades Concepto 155-028829 de junio 14 de 2002 387 4.4 REFORMA DEL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN El parágrafo tercero del artículo 29 de la ley de reactivación empresarial de manera detallada regula el modo en que debe llevarse a cabo la reforma del acuerdo de reestructuración, al disponer que ésta se adoptará con los mismos votos requeridos para su celebración, es decir con la mitad más uno de los votos admitidos318. Para tal efecto será necesario convocar mediante aviso en un diario de amplia circulación en el domicilio del empresario y de sus sucursales, a una reunión de acreedores en donde las partes de la negociación tomarán la decisión. La deliberación se hará en presencia del promotor y un funcionario designado por la entidad nominadora, quien tiene una función de control y vigilancia de la legalidad de la modificación. Del mismo modo, la norma en mención es clara al establecer que tal procedimiento no será necesario en el caso en que al comité de vigilancia se le haya otorgado la facultad de modificar el acuerdo, pero sólo respecto de las cláusulas que han sido previamente determinadas en mismo319. La reforma, bien sea adoptada por los acreedores o por el comité de vigilancia, debe inscribirse en el registro mercantil para efectos de dar publicidad a al misma y por lo tanto ser oponible a los acreedores disidentes, que igual quedan vinculados a la modificación. 4.5 TERMINACIÓN DEL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN 4.5.1. Causales de terminación. El acuerdo de reestructuración se dará por terminado cuando se verifique cualquiera de los eventos señalados en el artículo 25 de la ley 550. La 318 319 Superintendencia de Sociedades. concepto 155-058276 del 21 de noviembre de 2002. Ley 550 de 1999, Artículo 33 numeral 10. 388 norma establece que la terminación opera de pleno derecho y sin necesidad de declaración judicial; no obstante algunas de las causales requieren del reconocimiento y declaración de los acreedores, quienes para tales efectos deben ser citados por el promotor. Las causales de terminación establecidas en la ley son las siguientes: 1) Cumplimiento del plazo estipulado por las partes para su duración: Esta causal supone el incumplimiento del acuerdo, teniendo en cuenta que si este se hubiera cumplido se configuraría la segunda causal de terminación. Cabe anotar que la configuración de esta causal se puede evitar por medio de una reforma a la cláusula del acuerdo que se refiera al plazo, en virtud de la cual este sea prorrogado. 2) Cuando en los términos pactados en el acuerdo, las partes lo declaren terminado por haberse cumplido en forma anticipada: Este es uno de los eventos en los cuales la causal no opera de pleno derecho sino que requiere de reconocimiento y declaración por parte de los acreedores. Es razonable que la terminación no se da de manera inmediata, porque es necesario que antes se verifique que el empresario ha cumplido a cabalidad con las obligaciones a su cargo. 3) Por la ocurrencia de un evento de incumplimiento en forma que no pueda remediarse de conformidad con lo previsto en el acuerdo: Cuando en el acuerdo se ha contemplado causales de incumplimiento de carácter insubsanable se dará por terminado el acuerdo; no obstante para evitar la terminación es viable adoptar una reforma al acuerdo, de tal manera que el incumplimiento pueda ser remediado por el establecimiento de nuevas condiciones. 4) Cuando el comité de vigilancia verifique la ocurrencia sobreviniente e 389 imprevista de circunstancias que no se hayan previsto en el acuerdo y que no permitan su ejecución, y los acreedores externos e internos decidan su terminación anticipada, en una reunión de acreedores: Del mismo modo en que esta causal terminación esta sujeta a la decisión de los acreedores, estos también están en la posibilidad de evitar tal terminación, adoptando una reforma al acuerdo que corrija los efectos producidos por las circunstancias sobrevinientes y al mismo tiempo permita seguir ejecutando el acuerdo según las condiciones estipuladas. 5) Cuando se incumpla el pago de una acreencia causada con posterioridad a la fecha de iniciación de la negociación, y el acreedor no reciba el pago dentro de los tres meses siguientes al incumplimiento, o no acepte la fórmula de pago que le sea ofrecida, de conformidad con lo dispuesto en una reunión de acreedores: Como se de explico con anterioridad, los acreedores posteriores a la iniciación de la negociación del acuerdo gozan de preferencia en el pago de sus acreencias respecto de los acreedores anteriores a la misma; el incumplimiento de una acreencia de este tipo indica que la compañía, a pesar del acuerdo, no se esta recuperando pues su capacidad para atender las obligaciones pecuniarias sigue siendo deficiente, poniendo en peligro su viabilidad. Esto constituye una razón suficiente para dar por terminado el acuerdo de reestructuración y dar paso a una liquidación obligatoria o al procedimiento de intervención que corresponda, a menos que se reforme el acuerdo de reestructuración de tal manera que se pueda ejecutar la obligación incumplida. 6) Cuando el incumplimiento del acuerdo tenga su causa en el incumplimiento grave del código de conducta empresarial, o en el incumplimiento grave del empresario en la celebración o ejecución de actos previstos en el acuerdo y 390 que dependan del funcionamiento y decisión o autorización favorable de sus órganos internos (asamblea o junta general de socios, juntas directivas o administradores, etc). Se entenderán como graves los incumplimientos previstos como tales en forma expresa en el acuerdo de reestructuración: Esta causal no merece mayor explicación ya que es lógico que se de por terminado el acuerdo si el empresario en desarrollo del mismo no actúa de buena fe, e incumple sus obligaciones incluso con la aquiescencia de los órganos internos. Respecto a esta causal la ley prevé la posibilidad de que en vez de dar por terminado el acuerdo, los acreedores externos, únicamente, decidan poner la compañía en manos de una sociedad fiduciaria. En las causales anteriores, cuando los acreedores deciden no dar por terminado el acuerdo, la decisión es tomada tanto por los acreedores internos como externos, en este caso sólo decidirán los externos, pues los internos tienen injerencia al interior de la compañía, de hecho pertenecen al máximo órgano social (asamblea general o junta de socios), lo que no garantiza que no hayan participado en las actuaciones desviadas del empresario. La función de la sociedad fiduciaria es asumir la administración de la empresa, y de esta manera velar por el cumplimiento del acuerdo de reestructuración con miras a su reactivación económica. Para que la fiduciaria pueda actuar con autonomía es lógico que el funcionamiento de los órganos de dirección y administración del empresario sea suspendido, no obstante conservan el derecho de inspección y de designación de revisor fiscal. En el capital de la sociedad a la que se le confiará la administración fiduciaria no puede participar ningún acreedor, y es necesario que sus administradores y las personas naturales a través de las cuales pretendan desarrollar la administración de la compañía no estén impedidos por la ley320. 320 Los impedimentos son los mismos previstos para los promotores, peritos y avaluadores, la remisión que hace el literal b del parágrafo 3° del artículo 35 para dar aplicación de estos impedimentos para los administradores esta equivocada, el artículo aplicable no es el 70 sino el 72 de la ley 550. 391 La sociedad fiduciaria y las personas naturales a través de las cuales ejerza la administración, responderán civilmente y en forma solidaria por los daños que cause cuando actúe de mala fe o sin la diligencia de un buen hombre de negocios, o cuando actúe sin autorización del comité de vigilancia cuando esta sea requerida. Al igual que los acreedores externos pueden decidir adoptar la administración fiduciaria y subsanar esta causal de terminación, también están en el derecho de declarar la terminación del acuerdo; en este evento se dará traslado a la autoridad competente para que adelante una liquidación obligatoria o el proceso de intervención correspondiente. Mientras se adopta la medida pertinente la administración de la compañía estará a cargo del comité de vigilancia y la representación legal en cabeza de quien el mismo comité designe. Es preciso anotar que si se presentan diferencias entre las partes y el empresario con relación a la ocurrencia de una causal de terminación del acuerdo, se deberá acudir ante la Superintendencia de Sociedades, que es el órgano competente para conocer de la controversia, a través del inicio de un proceso verbal sumario321. 4.5.2 Efectos de la terminación del acuerdo de reestructuración. 1. Cuando el acuerdo de reestructuración se termine por cualquier causa, el promotor o quien haga sus veces, de conformidad con lo establecido en el acuerdo debe inscribir en el registro mercantil de la cámara de comercio correspondiente según el domicilio del empresario, cuando sea del caso, una constancia de su terminación, la cual será oponible a terceros a partir de la fecha de dicha inscripción. 2. Cuando se produzca la terminación del acuerdo por el incumplimiento insaneable; por la ocurrencia de situaciones sobrevinientes no previstas en el acuerdo; o por el incumplimiento de una obligación posterior a la iniciación de la negociación, el promotor o quien haga sus veces en los términos del acuerdo, inmediatamente debe dar traslado a la autoridad competente para que inicie de oficio el proceso concursal de liquidación 321 Superintendencia de Sociedades. concepto 155-036506 del 29 de julio de 2002. 392 obligatoria o el procedimiento especial de intervención o liquidación que corresponda, según la naturaleza jurídica de la empresa. 3. Cuando el empresario sea una entidad pública de orden nacional, se dará aplicación a lo dispuesto en el artículo 52 de la Ley 489 de 1998: “ARTÍCULO 52. El Presidente de la República podrá suprimir o disponer la disolución y la consiguiente liquidación de entidades y organismos administrativos del orden nacional (…)”. Si se trata de una entidad descentralizada como las sociedades de economía mixta, las empresas industriales y comerciales del Estado, las empresas sociales del Estado etc.; el promotor, o quien haga sus veces, debe dar inmediato traslado a la Superintendencia de Sociedades que es la autoridad competente, para que se inicie de oficio el procedimiento y las demás medidas que sean procedentes de conformidad con la ley aplicable según el tipo de entidad. 4. Se podrán reanudar de inmediato todos los procesos que hayan sido suspendidos con ocasión de la iniciación de la negociación, sin perjuicio de lo dispuesto en las normas que regulen el respectivo proceso liquidatorio o el que corresponda legalmente en cada caso. 4.6 FRACASO DE LA NEGOCIACIÓN La negociación del acuerdo de reestructuración se entenderá fracasada cuando se presente alguna de las siguientes circunstancias: a) Cuando del análisis debidamente sustentado de la situación de la empresa, el promotor concluya que esta no es económicamente viable. b) Cuando el empresario no entregue dentro del mes siguiente a la iniciación de la negociación 322 el estado de inventario y demás estados financieros necesarios para el desarrollo de la negociación y para determinar los derechos de voto de los acreedores y 322 Como se dijo anteriormente la iniciación de la negociación se da a partir de la fijación del aviso que informa acerca de la promoción del acuerdo. 393 las acreencias. En el evento en que alguna de estas dos situaciones se presente, el promotor está en la obligación de citar al empresario y los acreedores a una reunión, mediante un aviso en un periódico de amplia circulación en el domicilio del empresario y de sus sucursales. Dicha reunión se llevará acabo en las oficinas de la superintendencia o autoridad ante la cual se esta adelantando la promoción del acuerdo. En la reunión los acreedores deben decidir si dan por terminada la negociación o si continúan con ella; la decisión se tomará con el voto de la mayoría absoluta presente en la reunión. Si a la reunión no asiste un número plural de acreedores o no se toma la una decisión, el promotor dará aviso inmediato al nominador para que se de traslado a la autoridad competente para que esta de oficio tramite la liquidación obligatoria o el proceso concursal correspondiente según como establezca la ley. Si al advertir alguna de estas circunstancias el promotor no convoca a la reunión, será civilmente responsable por los daños que pudiera generar por no observar la diligencia propia de un buen hombre de negocios; además tendrá que pagar una sanción a favor de los acreedores equivalente a cinco (5) veces el monto de honorarios y comisiones recibidas durante el trámite, sanción que debe estar amparada por la póliza de responsabilidad civil exigida al promotor al momento de posesionarse de su cargo323. 323 Ley 550 de 1999, artículo 10. 394 5. ACCIONES JURISDICCIONALES El Capítulo VI del Título II de la Ley 550 de 1999 regula lo referente a las acciones judiciales que pueden interponer los acreedores dentro de un proceso de reestructuración empresarial. 5.1 SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS Dentro de un proceso de reestructuración empresarial pueden surgir controversias o diferencias de todo tipo, controversias que deben ser resueltas por la Superintendencia de Sociedades en ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, en única instancia y a través del procedimiento verbal sumario establecido en los artículos 435 - 440 del Código de Procedimiento Civil. Dentro de la facultad de solucionar las controversias, la Superintendencia, de oficio o a petición de parte y sin necesidad de la existencia de una caución, puede decretar el embargo y secuestro de bienes o la inscripción de la demanda, o cualquier otra medida cautelar que a su juicio sea necesaria. Las controversias que dan lugar al conocimiento por parte de la Superintendencia de Sociedades son, a saber: • Las relacionadas con la ocurrencia y reconocimiento de cualquiera de los presupuestos de ineficacia. 395 • Las relacionadas con la existencia, eficacia, validez y oponibilidad o de la celebración del acuerdo o de alguna de sus cláusulas; caso en el cual, las demandas solo podrán ser interpuestas por los acreedores que hayan votado en contra, y dentro de los 2 meses siguientes a la fecha de la celebración del acuerdo. • Las surgidas entre el empresario y las partes, entre las partes entre sí, o entre el empresario o las partes con los administradores de la empresa, con ocasión de la ejecución o terminación del acuerdo. 5.2 INCUMPLIMIENTO DE LOS ACREEDORES Cuando un acreedor incumple alguna de las obligaciones derivadas del acuerdo, este incumplimiento da derecho a demandar ante la Superintendencia de Sociedades mediante el procedimiento verbal sumario y en única instancia su declaración. Sin embargo, si las demandas son ejecutivas estas se ventilarán ante la jurisdicción ordinaria. En el evento de dar lugar tal incumplimiento a la terminación del acuerdo, el empresario o cualquier acreedor podrá demandar la indemnización de los perjuicios, y sólo una vez terminado el proceso correspondiente, podrán atenderse los créditos que el acreedor demandado pueda exigir a la empresa, razón por la cual la atención de sus créditos se postergará al previo pago de los demás pasivos externos, previa deducción del valor correspondiente a la condena por daños, que se entenderá proferida a favor de todos los demás acreedores, a prorrata de sus respectivos créditos, previa deducción de un 10% de recompensa reconocido a favor de los demandantes.324 324 GÓMEZ SARMIENTO, Op. cit., p.50. 396 Sin embargo, si el proceso culmina con sentencia favorable al demandado los créditos del demandante sólo serán atendidos previo pago de los demás pasivos externos. 5.3 ACCIONES REVOCATORIA Y DE SIMULACIÓN Antes de analizar estas acciones respecto a la Ley 550 de 1999, es necesario hacer una breve referencia a cada una de ellas. 5.3.1 Acción Simulatoria o de declaración de la simulación. Existe la simulación en un acto jurídico cuando hay discrepancia intencional entre la manifestación de voluntad y el verdadero propósito del sujeto o los sujetos del acto.325 De la simulación se extraen 2 actos, el acto aparente y el acto secreto. Tendiendo en cuenta que en el acto aparente no existe consentimiento, pues lo que las partes quieren es todo lo contrario, lo primero que debe contemplar la acción simulatoria es la declaración de inexistencia del acto y por consiguiente, como lo dice el Dr. Cubides, la declaratoria de prevalencia potencial del acto secreto, el examen de su plena eficacia y la reparación de los perjuicios sufridos por las partes o los terceros. La Corte Suprema de Justicia en la sentencia del 17 de abril de 1951 dijo que: La acción de declaración de simulación no es una acción de nulidad, ni para la reparación de un perjuicio. Es una acción de declaración de inexistencia; se demanda al juez que la declare (...). La acción de simulación es diferente a la pauliana. En ésta el acreedor colocado frente a un acto real o verdadero, solicita la revocación; en la 325 CUBIDES CAMACHO, Op. cit. p. 170. 397 acción de declaración de simulación, el acreedor pide simplemente que se reconozca una mentira, que se establezca el acto verdadero y por lo tanto, que el aparente sea declarado inexistente326. Finalmente, una vez declarada la inexistencia del acto aparente se restituyen las cosas al estado anterior y se da la correspondiente indemnización de perjuicios. 5.3.2 Acción Revocatoria. Los acreedores están facultados para pedir la revocación de los actos efectuados por el deudor y que tiendan fraudulentamente a afectar o disminuir su patrimonio. Para que proceda esta acción se deben cumplir 2 condiciones: a. Que haya ánimo fraudulento por parte del deudor. b. Que se produzca daño al acreedor o acreedores. Sin embargo, de la lectura del artículo 39 se puede observar que respecto de los acuerdos de reestructuración la Ley 550 de 1999 no exige el ánimo fraudulento del deudor; sino que por el sólo hecho de que el deudor cometa actos que perjudiquen al acreedor ya procede la acción revocatoria. Al igual que la acción de simulación, cuando hay sentencia favorable, lo que se logra con la acción de revocación es retrotraer las cosas al estado anterior de la celebración del acto impugnado y se efectúan las indemnizaciones o restituciones a que haya lugar. 5.3.3 Legitimación Activa. Puede interponer las acciones revocatoria y de simulación cualquier acreedor, esto, con base en la naturaleza convencional del acuerdo de 326 Ibid. p. 173 – 174. 398 reestructuración. 5.3.4 Legitimación Pasiva. La acción se interpone contra el empresario, por los actos y contratos realizados por él dentro de los 18 meses anteriores a la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración. 5.3.5 Oportunidad. Al no existir un término específico en la Ley 550 de 1999 para interponer las acciones, consideramos que la oportunidad para interponer las acciones es en cualquier tiempo; y por los actos o contratos realizados por el empresario dentro de los 18 meses anteriores a la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración. Término que no podrá exceder el plazo para la celebración del acuerdo. 5.3.6 Actos susceptibles de las acciones revocatoria y de simulación. El artículo 39 de la Ley 550 de 1999 contempla 3 actos sobre los cuales pueden recaer las acciones revocatoria y de simulación: 1. La extinción de obligaciones, daciones en pago, otorgamiento de cauciones, contratos de garantía, contratos de fiducia mercantil, ventas con pacto de recompra, contratos de arrendamiento financiero que involucren la transferencia de activos de propiedad del empresario (leaseback) y, en general, todo acto que implique disposición, constitución o cancelación de gravámenes, limitación o desmembración del dominio de bienes del empresario, que causen un daño cierto, incluso futuro, a los acreedores. 2. Todo acto a título gratuito que demerite el patrimonio afecto a la empresa. 399 3. Los actos y contratos celebrados o ejecutados con los administradores de cualquier empresario, de forma societaria o no a que hace referencia el artículo 22 de la ley 222 de 1995327, con los socios, los controlantes, y las personas a que hacen referencia los literales a, b, c y d del inciso 3 del artículo 20 de la ley 550 de 1999; incluyendo contratos de trabajo y conciliaciones laborales. 5.3.7 Competencia y Trámite. De éstas acciones conoce la Superintendecia de Sociedades, en única instancia y a través del procedimiento verbal sumario establecido en los artículos 435 - 440 del Código de Procedimiento Civil. Si se trata de conciliaciones u obligaciones laborales, las acciones revocatoria o de simulación se deben interponer ante la justicia laboral. 5.3.8 Medidas Cautelares. Cuando la Superintendencia de Sociedades considere pertinente salvaguardar los resultados de las acciones revocatoria o de simulación, podrá, de oficio o a petición de parte, sin necesidad de caución, decretar el embargo y secuestro de bienes, la inscripción de la demanda o cualquier otra medida cautelar que a su juicio sea útil, tal como la suspensión de pagos de acreencias en el caso de los créditos derivados los actos y contratos previstos en el numeral 3 del artículo 39, mencionados anteriormente. 5.3.9 Efectos de la sentencia. 1. Contenido de la sentencia: La sentencia que decreta la revocación o la simulación del acto demandado, dispondrá, 327 Ley 222 de 1995, Artículo 22. Administradores. Son administradores, el representante legal, el liquidador, el factor, los miembros de juntas o consejos directivos y quienes de acuerdo con los estatutos ejerzan o detenten esas funciones. 400 entre otras medidas, la cancelación de la inscripción de los derechos del demandado vencido y el de sus causahabientes, y en su lugar se inscribirá al empresario como titular de los derechos que le correspondan. 2. Se retrotraerán las cosas a su estado anterior, es decir a antes de la celebración del acuerdo. 3. Se reconocerán las restituciones o indemnizaciones a las que haya lugar, ya sea al acreedor o a los terceros: a. Quienes hayan contratado con el empresario y los causahabientes de mala fe de quien contrató con éste, estarán obligados a restituirle los bienes enajenados por éste en razón del acto revocado o simulado. Si la restitución no es posible, se ordenará entregarle el valor de las cosas en la fecha de la sentencia, deducidas las mejoras útiles y necesarias que le correspondan al poseedor de buena fe. b. Quienes hayan contratado de buena fe con el empresario y resulten vencidos, tendrán derecho a reclamar el monto en dinero de la contraprestación que hayan dado al empresario, crédito que recibirá el tratamiento de un crédito quirografario. 5.3.10 Recompensa. Si la acción revocatoria o de simulación prospera total o parcialmente, el acreedor o acreedores demandantes tendrán derecho a que en la sentencia se les reconozca, a título de recompensa, el pago preferente por parte del empresario de una suma equivalente al diez por ciento (10%) del valor comercial del bien que se recupere para la empresa, o del beneficio que directa o indirectamente se reporte a ésta. Finalmente, si tales procesos culminan con una sentencia favorable al demandado, el pago de las acreencias de los demandantes quedará subordinado al pago del resto del pasivo externo. 401 6. ASPECTOS LABORALES DE LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN A lo largo de la ley 550 de 1999 se hallan ciertas disposiciones que apuntan a regular los aspectos laborales que se deben tener en cuenta al momento de realizar la reestructuración de las empresas, disposiciones que presentaremos a continuación. 6.1 EN LA DETERMINACIÓN DE LOS DERECHOS DE VOTO DE LOS ACREEDORES El Artículo 22 de la ley 550 de 1999 regula lo referente a la determinación de los derechos de voto correspondientes a cada acreedor. En el numeral 3° se establece que: • Para el cómputo de los votos de las acreencias laborales: se tendrán en cuenta las que correspondan a acreencias ciertas. • Para el caso de los pasivos pensionales: los pensionados tendrán el derecho de voto correspondiente a sus mesadas pensionales causadas e impagadas y al valor que corresponda al 25% del importe del cálculo actuarial.328 Se hace referencia a acreencias ciertas cuando se habla de aquellas acreencias sobre las 328 ESCANDÓN VILLOTA, Alberto. Aspectos laborales de la intervención económica para la reactivación empresarial y acuerdos de reestructuración, Bogotá: 2000, p. 3. 402 cuales no existe discusión, sobre las que se tiene plena seguridad acerca de su existencia y de la producción de sus efectos; esto implica que si por ejemplo hay una obligación sometida a la ocurrencia de un hecho futuro incierto, sobre esta no se tiene certeza y por lo tanto se está frente a una obligación incierta. La Superintendencia de Sociedades ha dicho que: ...La norma antes transcrita, al referirse a acreencias ciertas, exige con claridad al Promotor que tenga en cuenta en la determinación de votos no sólo los créditos que ya se han hecho exigibles a favor de los trabajadores, sino también aquellos cuyos efectos se encuentran suspendidos en el tiempo, por estar sometidos a un plazo o término que todavía no se ha vencido. Consecuencia de esto es precisamente la necesidad de incluir dentro de la relación de acreencias las provisiones que hace la empresa para atender sus obligaciones laborales y la consiguiente exigencia de reconocer a los trabajadores beneficiarios de tales créditos los derechos de voto que correspondan...329 6.1.1 Créditos laborales anteriores a la iniciación de la negociación del acuerdo. Los créditos laborales anteriores a la iniciación del acuerdo incluidos en la determinación de votos y acreencias que hace el promotor, deberán ser parte del acuerdo y por lo tanto deberán someterse a lo que allí se decida, pues el objeto del acuerdo de reestructuración son todas las acreencias anteriores a la iniciación de la negociación, siendo necesaria para su pago la autorización a la que hace referencia el Artículo 17 de la ley 550. 6.1.2 Créditos laborales causados con posterioridad a la iniciación de la negociación del acuerdo. Si estas obligaciones laborales se causan con posterioridad a la iniciación del acuerdo, estas se consideraran gastos de administración que corresponden al giro ordinario de los negocios y su pago se hará de forma preferente330, en este caso dice la Superintendencia de Sociedades que “como el pago de los salarios y demás obligaciones se 329 330 Superintendencia de Sociedades. Concepto 479.467-0. Ley 550 de 1999, Artículo 19 inciso 4°. 403 encuentra incluido dentro del giro ordinario de la empresa, no será necesaria entonces la autorización a la que hace referencia el Artículo 17 de la ley”331. 6.1.3 Prestaciones sociales y Provisiones. En cuanto a las prestaciones sociales la Superintendencia de Sociedades en el concepto 50707 del 10 de agosto de 2000, anota que aquellas causadas al momento de la iniciación de la negociación y no exigibles (realización de provisiones), son créditos a cargo de la compañía y por lo tanto deben ser incluidas en el acuerdo y ser base para la determinación de los derechos de voto a los que hace referencia el Artículo 22 de la ley. Es importante anotar que en ciertos momentos la empresa realiza las provisiones antes de que se cumplan los supuestos que exige la ley o la convención para que el trabajador obtenga el derecho correspondiente de manera cierta, en estos casos, dice la Superintendencia, dichos créditos no gozan del carácter que exige el Artículo 22 numeral 3° de la ley 550 hasta que no se hayan cumplido los requisitos exigidos, por lo que no serán tenidos en cuenta para la determinación de los derechos de voto. Un ejemplo de lo anterior podría enmarcarse en el caso de la Prima de Servicios: el Artículo 306 del C.S.T dice que los trabajadores tendrán derecho a la prima de servicios siempre que hubieran trabajado o trabajaren todo el respectivo semestre, o proporcionalmente al tiempo trabajado, siempre que hubieran servido por lo menos la mitad del semestre respectivo (90 días). Entonces si al momento de iniciarse la negociación del acuerdo el trabajador no ha trabajado los 90 días requeridos, en este caso no se puede decir que la provisión hecha por la empresa se refiera a una acreencia cierta, sino que se trata de un crédito sujeto a la condición de que el trabajador siga vinculado a la empresa por el período requerido (90 días); razón por la cual, ésta no se incluye en la determinación de acreencias y de derechos de voto que haga el Promotor, regulados en el Artículo 22 de la 331 Superintendencia de Sociedades. Concepto 457.797 404 ley. 6.1.4 Sociedades Administradoras de Fondos de Pensiones e Instituciones de Seguridad Social. El numeral 8° del Artículo 22 establece que los derechos de voto correspondientes a las acreencias a favor de sociedades administradoras de fondos de pensiones y, en general, de instituciones de seguridad social, se determinarán con base en las acreencias señaladas en la certificación suscrita por el representante legal del empresario y su revisor fiscal o contador público, según sea el caso, con base en la nómina de la empresa. 6.2 EN LA CELEBRACIÓN DEL ACUERDO El Artículo 29 de la ley 550 de 1999 establece que los acuerdos de reestructuración se celebrarán con el voto favorable de un número plural de acreedores internos o externos que representen por lo menos la mayoría absoluta de los votos admisibles, y que esta mayoría deberá conformarse con votos provenientes de por lo menos 3 de las 5 clases de los acreedores previstas en el artículo332. Las clases de acreedores a los que hace referencia el artículo son: 1. Acreedores internos. 2. Trabajadores y pensionados. 3. Entidades públicas e instituciones de seguridad social. 4. Instituciones financieras y demás entidades sujetas a la supervisión de la Superintendencia Bancaria de carácter privado, mixto o público. 332 ESCANDÓN VILLOTA, Op. cit. p. 3. 405 5. Demás acreedores externos. 6.2.1 Derecho de voto de los pensionados. El artículo 29 se refiere también al derecho de voto de los pensionados y regula que éste será ejercido en forma conjunta y en un solo sentido, por la persona natural o jurídica que los pensionados designen en una reunión previamente citada para tal efecto, reunión que deberá ser presidida por un funcionario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y si se da el caso que dicha persona no sea nombrada éste funcionario deberá hacerlo. Dicho representante está legalmente facultado para presentar objeciones a la determinación de derechos de voto y de acreencias, así como para votar la celebración o reformas del acuerdo, en todo o en parte. 6.3 EN EL DERECHO DE VETO El Artículo 30 de la ley 550 de 1999 establece la existencia de los derechos de veto y el numeral 1° determina que este derecho lo pueden ejercer en forma individual los trabajadores y pensionados respecto de cualquier cláusula del acuerdo que viole derechos irrenunciables. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a solicitud del promotor, resolverá lo concerniente a estas objeciones, dentro del mes siguiente a la presentación de la misma333. 6.4 EN EL CONTENIDO DE LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN El Artículo 33 de la ley 550 de 1999 contempla el contenido mínimo que deben tener los 333 Ibid., p. 4 406 acuerdos de reestructuración, y en los numerales 3° y 14° regula lo referente al régimen laboral. El artículo hace referencia a las cláusulas que se deben contemplar como mínimo en los acuerdos de reestructuración, a saber: 3°. Los créditos de cualquier clase, excepto los derivados de acreencias fiscales, parafiscales y pensionales, podrán ser capitalizados y convertidos en acciones, de conformidad con lo previsto en el acuerdo. Respecto a la capitalización, cabe decir que si los pensionados capitalizan sus acreencias antes de la fecha de iniciación del acuerdo, estos obtienen la calidad de accionistas, sin perder su calidad de pensionados, y por ende de acreedores internos para todos sus efectos en las mismas condiciones de los demás accionistas, sin hacer distinciones por el hecho de que las acciones adquiridas por ellos hayan sido en dación en pago por acreencias laborales o de cualquier otra índole334. 14°. Las reglas para el pago de pasivos pensionales, en el caso de los empresarios que deban atenderlos. 6.5 EN LOS EFECTOS DEL ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN Contempla el Artículo 34 de la ley 550 de 1999 los efectos legales de los acuerdos de reestructuración, y en el numeral 12° establece lo respectivo a la prelación de créditos. 334 Superintendencia de Sociedades. Concepto 477.144. 407 3108535131 El numeral 12° del artículo 34 establece que uno de los efectos de los acuerdos de reestructuración es la aplicación de la prelación de créditos pactada en el acuerdo para el pago de todas las acreencias a cargo del empresario que se hayan causado con anterioridad a la fecha del aviso de iniciación de la negociación, y de todas las acreencias que surjan del acuerdo; prelación que se hará efectiva tanto durante la vigencia del acuerdo como durante la liquidación de la empresa, que sea consecuencia de la terminación del acuerdo, evento en el cual no se aplicarán las reglas sobre prelación de créditos previstas en el Código Civil y en las demás leyes, salvo la prelación reconocida a los créditos pensionales, laborales, de seguridad social, fiscales y de adquirentes de vivienda, y sin perjuicio de aquellos casos individuales en que un pensionado o trabajador, o cualquier otro acreedor, acepte expresamente los efectos de una cláusula del acuerdo referente a un derecho renunciable. De lo anterior se puede deducir que la ley 550 quiso salvaguardar los intereses y derechos de los pensionados y de los trabajadores, pues ellos dependen ya sea de su mesada pensional o de su salario para vivir; para lograr dicho fin, esta ley contempló en la prelación de créditos una garantía, una protección para estas personas, al establecer que sus créditos no podrán verse afectados por la prelación de créditos pactada en el acuerdo, sin perjuicio de la existencia de casos individuales en los que un pensionado o trabajador acepte expresamente los efectos de una cláusula del acuerdo referente a un derecho renunciable. Sobre este tema se pronunció la Superintendencia de Sociedades en su oficio N° 155048874 del 21 de noviembre de 2001, al decir que de acuerdo con el Artículo 354 del Código Sustantivo del Trabajo los créditos laborales pertenecen a la primera clase que establece el Artículo 2495 del Código Civil y que tienen privilegio excluyente sobre todos los demás; y que de acuerdo con los Artículos 126 y 270 de la Ley 100 de 1993 los créditos exigibles por concepto de las cotizaciones y los intereses a que hubiere lugar tanto en el 408 Sistema General de Pensiones como en el de Seguridad Social, también pertenecen a la primera clase de que trata el Artículo 2495 del Código Civil y que por lo tanto también gozan del privilegio de exclusión sobre todos los demás. Lo anterior indica que tanto los créditos laborales como aquellos que tengan su base en la Seguridad Social y en el Sistema General de Pensiones, corresponden a la primera clase establecida en el Artículo 2495 del Código Civil y que tienen un privilegio excluyente sobre los demás créditos, por lo que dentro del proceso de reestructuración deben ser pagados de manera preferente, aún sobre los créditos fiscales. Respecto a la posibilidad que da el numeral 12° del Artículo 34 de modificar el orden de prelación previsto en el Código Civil con el voto favorable de los acreedores de la empresa que representen por lo menos el 60% de los créditos externos e internos de la empresa, conforme a la lista de votantes y de votos admisibles, y con votos provenientes de diferentes clases de acreedores; es necesario anotar que dicha posibilidad no da pié para que dicha prelación transgreda los derechos laborales de los trabajadores y pensionados, pues bien lo dice la exposición de motivos de la ley al señalar que: “sin perjuicio de la preferencia laboral y pensional, los acreedores pueden establecer libremente una prelación contractual que surja de la negociación; en el entendido de que en caso de incumplimiento se restablecen las prelaciones ordinarias, como ocurre también respecto de las garantías reales”335. Lo anterior atendiendo a la exigencia constitucional de protección a los trabajadores y pensionados, por lo cual la posibilidad mencionada anteriormente no se puede ampliar a los créditos laborales referidos a los derechos irrenunciables pues estos componen el mínimo de garantías y derechos del cual son titulares los trabajadores, y en consecuencia deben 335 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-048874 del 21 de noviembre de 2001 409 pagarse de forma privilegiada, pues como bien lo dice la Superintendencia de Sociedades en el oficio mencionado: “solo es posible convenir plazos que impliquen una alteración en la prelación ordinaria cuando se trate de derechos renunciables”. 6.6 EN LA CAPITALIZACIÓN DE LOS PASIVOS El Artículo 40 de la ley 550 de 1999 en su inciso 4° permite que los créditos laborales se capitalicen, siempre y cuando sus titulares convengan individual y expresamente las condiciones, proporciones, cuantías y plazos en que se mantenga o modifique total o parcialmente la prelación que legalmente les correspondía como acreencias privilegiadas, en especial para el evento en que llegare a incumplirse el acuerdo de reestructuración. Anota también el artículo 40, que estas capitalizaciones se entienden condicionadas suspensivamente a su autorización por el Ministerio de Trabajo, el cual deberá pronunciarse dentro del mes siguiente a la fecha de presentación de la solicitud, vencido el cual, y sin que se haya dado respuesta a la solicitud, la correspondiente capitalización podrá llevarse a cabo. 6.7 EN LA NORMALIZACIÓN DE LOS PASIVOS PENSIONALES El Artículo 41 de la ley 550 de 1999 establece la normalización de los pasivos pensionales, cuyo objetivo es que en los acuerdos de reestructuración en los que el empleador deba atender o prever el pago de ellos, estos puedan incluirse en el acuerdo con el fin de garantizar su pago, de acuerdo con la reglamentación que para tal efecto expida el Gobierno Nacional. 410 Para ésta normalización la ley da ciertos mecanismos a los que se puede acudir para tal fin, estos mecanismos son: • La constitución de reservas adecuadas dentro de un plazo determinado. • La conciliación. • La negociación y pago de pasivos. • La conmutación pensional total o parcial. • La constitución de patrimonios autónomos. Sobre estos mecanismos también dice la ley que pueden aplicarse en todos los casos en que se proceda a la normalización del pasivo pensional, aún cuando ésta no haga parte de un acuerdo de reestructuración La Superintendencia de Sociedades en su oficio No. 220-48744 del 3 de agosto de 2000, al referirse a la normalización del pasivo pensional dice que esta expresión hace referencia a la: determinación e implementación por parte del empresario deudor de todas aquellas medidas jurídicas, económicas y contables tendientes a garantizar el pago oportuno del pasivo pensional a su cargo y, supone establecer en el acuerdo una serie de mecanismos para el efecto, tales como la constitución de patrimonios autónomos, conmutación pensional total o parcial ante el ISS o ante las sociedades administradoras de fondos de pensiones, constitución de reservas suficientes y garantías idóneas, etc.336 Una vez que la empresa haya escogido el mecanismo que va a utilizar para la normalización del pasivo, la Superintendencia que ejerza la inspección, vigilancia o control sobre dicha empresa debe autorizarlo, en concordancia con la competencia que tiene el Ministerio de Trabajo para ello; sin esta autorización los acuerdos de reestructuración realizados carecerán de eficacia jurídica. 336 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-48744 del 3 de agosto de 2000 411 En cuanto a los patrimonios autónomos y a la conmutación pensional, la ley establece que los primeros podrán ser administrados por las administradoras de fondos de pensiones o por las sociedades fiduciarias y que la conmutación pensional podrá realizarse con el ISS, y las compañías de seguros de vida o también con los fondos de pensiones y los patrimonios autónomos pensionales administrados por las administradoras de fondos de pensiones o por las sociedades fiduciarias de manera total o parcial. Establece también este artículo que cuando se otorguen créditos para financiar el pago de los pasivos pensionales o para realizar su conmutación, dichos créditos tendrán el mismo privilegio de los créditos laborales, cuyo pago se realice o se conmute. 6.7.1 Fondo Financiero del Pasivo Pensional. Por último, establece el Parágrafo 4° del Artículo 41 que se crea el Fondo Financiero del Pasivo Pensional como una cuenta especial de la Nación, sin personería jurídica, adscrita al Ministerio de Desarrollo Económico, cuyos recursos serán administrados en fiducia o a través de los patrimonios autónomos mencionados anteriormente. Los recursos de este Fondo solo pueden destinarse a la financiación del pasivo pensional de origen legal a cargo de las empresas a que se referían los Artículos 260, 268, 269 y 270 del Código Sustantivo del Trabajo, artículos que fueron derogados por el Artículo 289 de la Ley 100 de 1993, así como a las sustituciones, reajustes y adiciones de las mismas. Finalmente, para que la empresa objeto del acuerdo de reestructuración acceda a este fondo debe cumplir con los siguientes requisitos: 1. Que se trate de empresas con plazo de duración superior a 30 años contados a partir de la fecha de su constitución. 2. Que generen empleo productivo. 412 3. Que produzcan bienes o servicios para el consumo nacional o para la exportación. 4. Que su pasivo pensional afecte sus estructura de costos y se vea por ello comprometida para competir exitosamente. 5. Que se comprometan a efectuar una reserva especial para garantizar el pago de la financiación de su pasivo pensional. Sin embargo, hasta la fecha este fondo no ha sido reglamentado, por lo que no ha entrado en funcionamiento; razón por la cual vemos la necesariedad de expedir una ley que reglamente este fondo para que así cumpla la función para la cual fue creado; y se empiece de una vez a solucionar el problema pensional existente. 6.8 EN LA CONCERTACIÓN DE CONDICIONES LABORALES TEMPORALES ESPECIALES El Artículo 42 de la ley 550 de 1999 establece que en los acuerdos de reestructuración pueden incluirse convenios temporales, concertados directamente entre el empresario y el sindicato que legalmente represente a sus trabajadores o por las 2/3 partes de los trabajadores cuando no hay sindicato, caso en el cual se extenderá a la totalidad de ellos; convenios que tienen por objeto suspender total o parcialmente cualquier prerrogativa económica que exceda el mínimo legal correspondiente. Sin embargo, la sentencia C-1319 del 27 de septiembre de 2000 declaró inexequibles las expresiones: "en ausencia de sindicato, si se llega a un mismo convenio con un número plural de trabajadores igual o superior a las dos terceras partes del total de los trabajadores de la empresa, sus términos se extenderán también a los demás trabajadores de la 413 misma"337, razón por la cual, hoy en día, los convenios temporales solo pueden ser pactados entre el empresario y el sindicato. Estos convenios deben cumplir con los siguientes requisitos338: 1. Tales convenios tendrán la duración que se pacte en el acuerdo, sin exceder el plazo del mismo y se aplicarán de preferencia a las convenciones colectivas de trabajo, pactos colectivos, contratos individuales de trabajo vigentes, o laudos arbitrales. 2. Deberán ser previamente autorizados por el Ministerio de Trabajo, cuyo pronunciamiento deberá producirse dentro del mes siguiente a la fecha de presentación de la respectiva solicitud, esta solicitud debe ser previa a la ejecución y no a la celebración del convenio. De estos requisitos se pueden extraer las 2 características de estos convenios: Transitoriedad y Preferencia, respectivamente. En estos convenios los trabajadores renuncian de manera temporal a los beneficios económicos que superen los mínimos determinados por la ley en aras de contribuir con la recuperación de la sociedad y salvaguardar así la empresa como fuente de trabajo339. Si se llega a incumplir lo dispuesto en los convenios se podrá dar lugar a la terminación del acuerdo, en la forma y con las consecuencias previstas en la ley. 6.9 EN RELACIÓN CON LA UNIDAD DE EMPRESA Respecto a este punto solo cabe anotar que el Artículo 75 de la ley 550 de 1999 que 337 Corte Constitucional. Sentencia de constitucionalidad C – 1319 del 27 de septiembre de 2000, Magistrado ponente Vladimiro Naranjo Mesa. 338 GÓMEZ SARMIENTO, Op. cit., p. 52. 414 derogaba el Artículo 194 del Código Sustantivo del Trabajo fue declarado inexequible por la Corte Constitucional en la Sentencia C – 1185340. 6.10 EN RELACIÓN A LA PRESTACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD A LA EMPRESA QUE ADELANTA LA PROMOCIÓN DE UN ACUERDO DE REESTRUCTURACIÓN En lo referente a este punto es necesario ver lo que dice la Superintendencia de Sociedades en su oficio N° 400-30034 del 28 de abril de 2000, con número de radicación 447.455, según el cual la prestación de servicios de salud a los trabajadores de una empresa en reestructuración corresponde a “una relación continua o si se quiere de tracto sucesivo”, relación que de acuerdo al Artículo 15 de la ley 550 de 1999 no puede ser terminada como consecuencia de la iniciación de la negociación del acuerdo. Respecto a este punto surge la pregunta acerca de si: pueden las E.P.S negarse a prestar sus servicios a los trabajadores de la empresa en reestructuración, alegando mora en el pago de los aportes?341: Para solucionar esta respuesta es necesario diferenciar si los valores adeudados son anteriores o posteriores a la iniciación de la negociación: * Si los valores son anteriores: dice la Superintendencia que hay que tener en cuenta que la ley 550 no consagra una norma equivalente a la prevista en el Artículo 104 de la ley 222 de 1995 según la cual las personas o sociedades que presten servicios públicos domiciliarios o industriales al deudor, admitido o convocado a concordato, no podrán suspender la 339 Superintendencia de Sociedades. Concepto 2001-01-3774 Véase Corte Constitucional. Sentencia de constitucionalidad C – 1185 del 13 de septiembre de 2000. Magistrados ponentes Carlos Gaviria y Vladimiro Naranjo. 340 415 prestación de aquellos por causa de tener créditos insolutos a su favor, razón por la cual es necesario precisar si dicha circunstancia corresponde a una omisión del legislador, o si de ella pudiera derivarse una conclusión positiva en el sentido que es posible la suspensión de la prestación de los servicios de salud. No obstante lo anterior, nosotros creemos que la ley 550 de 1999 si tiene disposiciones que no permiten a que se llegue a una conclusión como la expuesta anteriormente, una de estas es el Artículo 16 de la ley según el cual, las personas naturales o jurídicas que presten servicios públicos domiciliarios al empresario que inicie la negociación de un acuerdo de reestructuración, no podrán suspender la prestación de aquellos por causa de tener créditos insolutos a su favor. Además, siendo la seguridad social un servicio público de carácter obligatorio según el Artículo 48 de la Constitución Política342, sería absurdo que por el solo hecho de entrar una empresa en un acuerdo de reestructuración una las E.P.S se negare a prestar sus servicios a los trabajadores de la empresa en reestructuración, alegando mora en el pago de los aportes. * Si los valores son posteriores: estos deben pagarse a medida que se vayan causando, y de acuerdo al Artículo 16 de la ley de manera preferente, quedando los acreedores facultados para iniciar los procesos ejecutivos para la realización del cobro respectivo y para utilizar todos los mecanismos judiciales necesarios para su cobro, incluida la posibilidad de suspender la prestación de sus servicios, esto para obligar a la empresa a pagar sus 341 Este tema es tratado por la Superintendencia de Sociedades en su oficio N° 155-5924 del 28 de febrero de 2001, con número de radicación 5.024.546. 342 Constitución Política, Artículo 48: La Seguridad Social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la Ley. Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la Seguridad Social. El Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la Seguridad Social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que determine la Ley. La Seguridad Social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas, de conformidad con la ley. No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la Seguridad Social para fines diferentes a ella. La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones mantengan su poder adquisitivo constante. 416 obligaciones. En conclusión, si los valores son anteriores, es claro que las E.P.S. no pueden negarse a prestar sus servicios a los trabajadores de la empresa en reestructuración, bajo la excusa de mora en el pago de los aportes, pues como lo dijimos anteriormente la Seguridad Social es un derecho fundamental que debe ser respetado. Sin embargo, si los valores adeudados son posteriores a la iniciación de la negociación, en este caso si es posible que la E.P.S suspenda la prestación de sus servicios, pues debe asegurar de alguna manera el pago de las obligaciones no pagadas; esto con base en el oficio N° 155-5924 del 28 de febrero de 2001 de la Superintendencia de Sociedades, con número de radicación 5.024.546. 7. ASPECTOS TRIBUTARIOS DE LOS ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN La ley 550 de 1999 ha incluido un régimen tributario especial para las empresas que se encuentran adelantando acuerdos de reestructuración. Este tratamiento diferencial consiste en una serie de beneficios tributarios que se otorgan a dichas empresas para favorecerlas, atendiendo a la situación financiera que están afrontando. Las prerrogativas tributarias que contiene la ley 550 son: 1. Exoneración del impuesto de renta presuntiva 2. Régimen especial frente a la retención en la fuente 3. Tarifa especial para liquidar el impuesto de timbre, registro y derechos notariales 4. Suspensión de procesos de cobro coactivo 5. Facilidades para el pago de las obligaciones tributarias 1) Exoneración del impuesto de renta presuntiva (Artículo 53) Ley 550 de 1999 417 Este beneficio impositivo consiste básicamente en que la empresa que se encuentra adelantando un acuerdo de reestructuración no es sujeto pasivo del impuesto de renta presuntiva, lo que implica que la tributación a que se encuentra obligada dicha empresa sólo se calculará sobre lo que esta, haya recibido como ingresos en el período gravable respectivo. La exoneración del impuesto de renta presuntiva en principio es por un plazo máximo de cinco (5) años, según lo dispuesto en el artículo 53 de la Ley 550, sin embargo la Ley 633 de 2000 en su artículo 105 amplió este término a ocho (8) años. Este término no es prorrogable; se cuenta desde la fecha en que se haya celebrado el acuerdo de reestructuración y sobre la parte del año que haya transcurrido con anterioridad a la celebración del acuerdo, el impuesto de renta presuntiva se calculará y se pagará en forma proporcional. Ejemplo: la empresa A celebra un acuerdo de reestructuración el 30 de septiembre de 2002, la situación para esta empresa en cuanto al impuesto de renta presuntiva será de la siguiente manera: Año Gravable: 2002 (1 de enero - 31 de Diciembre) Período no sometido a renta presuntiva Período sometido a renta presuntiva 1 de enero 30 de septiembre Celebración del acuerdo 418 31 de diciembre El período sometido a renta presuntiva es el comprendido entre el 1 de enero y el 29 de septiembre de 2002 y el período excluido de renta presuntiva es el comprendido entre el 30 de septiembre de 2002 (fecha en la que se celebró el acuerdo de reestructuración) y el 31 de diciembre de 2002. Ahora bien para saber cuanto hay que declarar por renta presuntiva, en el período comprendido entre el 1 de enero y el 29 de septiembre (período transcurrido con anterioridad a la celebración del acuerdo de reestructuración), se tendrá que calcular el porcentaje de la tarifa que corresponde al tiempo sobre el que efectivamente habrá que pagarse el impuesto, entonces: Tarifa general de renta presuntiva Período gravable 6% 360 días ? número de días anterior a la celebración del acuerdo 419 En el caso de la empresa A, será así: 6% 360 días x 268 días x = 4.466%, este porcentaje se aplicará al patrimonio líquido de la empresa en el año gravable correspondiente al 2002, para saber cuanto le corresponde pagar como impuesto de renta presuntiva, esto quiere decir que si A, el 31 de diciembre de 2002 tiene un patrimonio líquido de $ 1000.000.000 tendrá que pagar por el período comprendido entre el 1 de enero de 2002 y el 29 de Septiembre de 2002 $4.466.000 por concepto de impuesto de renta presuntiva A Patrimonio Líquido = $100.000.000 Período Gravable = 268 días Tarifa = 4.466% 100.000.000 x 4.466% = 4.466.000, impuesto a pagar. La situación de la empresa en los siguientes ocho (8) años, posteriores a la celebración del acuerdo de reestructuración será de esta manera: Desde el 30 de Septiembre de 2003 hasta el 29 de septiembre de 2010, la empresa A está excluida del pago del impuesto de renta presuntiva (8 años, contados desde la fecha de la celebración del acuerdo) 1 de enero de 2002 29 de septiembre 30 de septiembre de 2002 420 2) Régimen especial para retención en la fuente El segundo beneficio tributario que contempla la ley 550 para las empresas en reestructuración es la aplicación de un régimen especial en materia de retención en la fuente. El artículo 54 de la ley 550 consagra la posibilidad de que las empresas en reestructuración obtengan la devolución de lo que han pagado por concepto de retención en la fuente. El beneficio de la devolución de la retención en la fuente consiste principalmente en que a las empresas que están tramitando o ejecutando un acuerdo de reestructuración obtengan como se dijo anteriormente la restitución de lo que han pagado por retención en la fuente. Los requisitos para que opere la devolución son: 1. Que la empresa se encuentre tramitando o ejecutando un acuerdo de reestructuración 2. La devolución sólo se hará sobre la retención en la fuente practicada a título de impuesto a la renta. 3. Que la solicitud de devolución sea presentada oportunamente 4. Que la solicitud de devolución cumpla con todos los requisitos legales 5. Que se lleve a cabo el procedimiento fijado por la ley para que se efectúe la devolución 1. Que la empresa se encuentre tramitando o ejecutando un acuerdo de reestructuración Para efectos de la devolución de la retención en la fuente, el decreto 222 de 2000, reglamentario del artículo 54 de la ley 550; artículo 1, parágrafo 1, ha dicho que el comienzo del trámite de una acuerdo de reestructuración comienza desde la fecha en que se hace la inscripción del acuerdo en el registro mercantil de la cámara de Comercio, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 11 de la ley 550, una vez surtido este trámite se cuenta u mes calendario y desde este momento puede solicitarse la devolución de la 421 retención en la fuente. 2. Impuestos sobre los que aplica la devolución de retención en la fuente Es importante resaltar que el beneficio de devolución de retención en la fuente sólo operará respecto del impuesto a la renta. Este beneficio no aplica para retención e la fuente practicada por conceptos diferentes, es decir por impuestos diferentes al de renta. 3. Oportunidad para solicitar la devolución Teniendo en cuenta que la ley 550 no dice nada respecto a cuando debe solicitarse la devolución de la retención en la fuente, hay que acudir a las normas tributarias que regulan el tema y de acuerdo con el artículo 854 del estatuto tributario, el plazo para solicitar la devolución de la retención en la fuente es de dos años contados a partir del vencimiento del término para declarar; esto siempre y cuando no hayan sido utilizados los saldos a favor, según el artículo 4 del Decreto 1000 de 1997, es decir que el contribuyente no puede haber imputado los saldos que tiene a su favor y los cuales pretende que le sean devueltos, para pagar algún otro impuesto, por ejemplo IVA o para pagar alguna sanción tributaria o los intereses que le adeude a la administración. 4. Solicitud de Devolución La solicitud por medio de la que se pide la devolución de la retención en a fuente debe cumplir con ciertas exigencias, determinadas por las normas tributarias que regulan el tema. Tales exigencias son: a. La solicitud de devolución debe diligenciarse debidamente en los formularios que la DIAN ha establecido para tal fin b. La solicitud de devolución debe hacerse por períodos trimestrales: Enero - Febrero - Marzo Abril - Mayo - Junio Julio - Agosto - Septiembre 422 Octubre - Noviembre - Diciembre Estos trimestres deben ser del mismo año en que se practicaron las retenciones en la fuente, es decir que el trimestre completo debe pertenecer al mismo año fiscal en el cual se practicaron las retenciones. c. La solicitud de devolución además de la identificación del contribuyente y el domicilio debe contener, en el caso de las empresas en reestructuración la indicación del período sobre el que se solicita la devolución, teniendo en cuenta que la solicitud se hace por trimestre, el contribuyente tendrá que decir sobre que período específicamente es que pide la devolución. La ley ha establecido que en el caso en que el acuerdo de reestructuración haya comenzado o finalizado sin cubrir el trimestre completo, la solicitud se debe hacer por la fracción del trimestre que cubrió el acuerdo. Ejemplo: La devolución se solicitará sobre este período 1 de Enero 1 de Febrero 21 de Febrero 1 de Marzo 31 de Marzo Inicio del trámite de acuerdo de reestructuración (fecha en se registró el aviso en la Cámara de comercio) Trimestre: enero - febrero - marzo (90 días) La solicitud correspondiente a este trimestre, solamente se hará por el período comprendido 423 entre el 21 de febrero (día en que se inició el trámite de reestructuración) y el 31 de marzo (día en que finaliza el trimestre). De la misma manera se tendrá que proceder en el caso en que la finalización del acuerdo no abarque la totalidad del trimestre Devolución 1 de Julio 1 de Agosto 22 de Agosto 30 de Septiembre Termina el acuerdo de reestructuración 5. Requisitos para que opere la devolución Los requisitos que la ley ha establecido para que la devolución de la retención en la fuente opere son de 2 tipos: a. Generales: Recaen sobre la forma de la solicitud y su inobservancia genera la inadmisión de la misma. b. Específicos: Por el contrario atienden al sustento y contenido de la solicitud y su incumplimiento genera el rechazo de la solicitud. a. Requisitos Generales Están contenidos en el artículo 3 del decreto 1000 de 1997 y son: 1. Presentación de la solicitud Puede hacerse “por el contribuyente o por el responsable del impuesto personalmente o por 424 su representante legal, exhibiendo su documento de identidad o por el apoderado quien presentará su tarjeta profesional de abogado, o por interpuesta persona con exhibición del documento de identidad del asignatario”. (Artículo 3 Decreto 1000 de 1997) 2. Diligenciamiento de la solicitud en los formatos establecidos por la DIAN para tal efecto. 3. La solicitud debe estar acompañada por los anexos que exige la ley, que son: • En el caso en que se trate de una persona jurídica, habrá que acreditarse su existencia y representación legal mediante certificado expedido por la autoridad competente, con una anterioridad no mayor a cuatro meses. • Cuando se actué por intermedio de apoderado, se tendrá que allegar copia del poder otorgado en debida forma. • En caso de que el contribuyente haya decidido acogerse a la opción que plantea el artículo 860 del Estatuto Tributario343, se tendrá que constituir una garantía, la cual debe ser otorgada por una entidad bancaria o compañía de seguros, a favor de la Nación - Unidad Administrativa Especial Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales. Los requisitos, de acuerdo con el Artículo 7 del Decreto 1000 de 1997 para que esta garantía sea aceptada son: a. Que haya sido otorgada por una compañía de seguros o una entidad bancaria vigilada por la Superintendencia Bancaria b. Debe ser expedida a favor de la Nación - Unidad Administrativa Especial Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, o la entidad que haga sus veces 343 Estatuto tributario, Artículo 860. “Devolución con prestación de garantía Cuando el contribuyente o responsable presente con la solicitud de devolución una garantía a favor de la Nación, otorgada por entidades bancarias o de compañías de seguros, por valor equivalente al monto objeto de devolución, la administración de impuestos, dentro de los diez (10) días siguientes deberá hacer entrega del cheque, título o giro. La garantía de que trata este artículo tendrá una vigencia de dos años. Si dentro de este lapso, la Administración Tributaria notifica liquidación oficial de revisión, el garante será solidariamente responsable por las obligaciones garantizadas, incluyendo el monto de la sanción por improcedencia de la devolución, las cuales se harán efectivas junto con los intereses correspondientes, una vez quede en firme en la vía gubernativa, o en la jurisdiccional cuando se interponga demanda ante la jurisdicción administrativa, el acto administrativo de liquidación oficial o de improcedencia de la devolución, aún se este se produce con posterioridad a los dos años”. 425 c. Que esté firmada y acreditada la calidad por parte del Gerente de la Oficina Principal o de la sucursal o Agencia de la entidad otorgante y acreditar su calidad mediante certificación expedida por la Superintendencia Bancaria d. La vigencia de la garantía debe ser de dos años, a partir de la presentación de la solicitud e. La garantía debe cubrir el monto objeto de solicitud objeto de devolución, sin perjuicio de la responsabilidad solidaria del garante y deberá indicar expresamente que la misma se expide para efectos de lo dispuesto en el artículo 860 del Estatuto Tributario b. Requisitos Específicos Se encuentran en el Decreto 222 de 2000, artículo 2 y en el Decreto 1000 de 1997, artículo 5. Decreto 222 de 2000, artículo 2: • La solicitud deberá presentarla el contribuyente en la Administración competente que corresponda a la jurisdicción de su domicilio social principal, o al asiento principal de sus negocios en el caso de personas naturales • Certificación expedida y firmada por cada agente retenedor donde conste: Nombre o razón social completos y NIT tanto de cada agente retenedor como de los sujetos pasivos de la retención, valores retenidos en cada mes por cada concepto, identificación completa y fecha de presentación de la declaración de cada mes en que se incluyeron los valores retenidos y del recibo o recibos de pago correspondientes a cada declaración del trimestre objeto de solicitud de devolución • En cuanto a las auto retenciones efectuadas por el solicitante cuando esté autorizado por la DIAN para este efecto, anexará a la solicitud la certificación señalada en el inciso anterior 426 Decreto 1000 de 1997, artículo 5: • Certificación de la retención, hecha por revisor fiscal o contador público cuando haya lugar a ello Como se indicó anteriormente la omisión de los requisitos tanto generales como específicos pueden generar la inadmisión o el rechazo de la solicitud. Causales de Inadmisión: Cuando la solicitud ha sido inadmitida, la ley ha otorgado un plazo de un mes para que sean subsanados los defectos que contenía la solicitud, siempre manteniéndose dentro del límite de los dos años, posteriores al vencimiento del término para presentar la declaración. Decreto 1000 de 1997, artículo 5 De acuerdo con el artículo 3 del Decreto 222 de 2000, son las siguientes: • Que la solicitud sea presentada sin el lleno de los requisitos formales. • Cuando la solicitud no se haya presentado o se tenga por no presentada y se entiende de tal manera, de acuerdo con el artículo 580 del Estatuto Tributario cuando: - No sea presentada en los lugares señalados para tal efecto - Cuando no se suministre la identificación del declarante o se haga en forma equivocada - Cuando no contenga los factores necesarios para identificar las bases gravables - Cuando no se presente firmada por quien deba cumplir el deber formal declarar, o cuando se omita la firma del contador público o de revisor fiscal existiendo la obligación legal Además de los anteriores motivos, contemplados en el artículo 580 del Estatuto Tributario, también se entiende no presentada la solicitud cuando el contribuyente no informe la dirección o lo haga incorrectamente, según lo dispuesto por el artículo 650-1 del Estatuto Tributario. • Cuando el impuesto no haya sido cancelado en su totalidad. 427 • Cuando alguna declaración de retención objeto de certificación no se haya presentado. Artículo 857 del Estatuto Tributario • Cuando la solicitud se presente sin el lleno de los requisitos formales que exigen las normas pertinentes • Cuando la declaración objeto de la devolución o compensación presente error aritmético • Cuando se impute en la declaración objeto de solicitud de devolución compensación un saldo a favor del período anterior diferente al declarado 428 6. Procedimiento para realizar la devolución El trámite para que le sea devuelta al empresario lo que ha pagado por retención en la fuente se encuentra consagrado en el artículo 857 del Estatuto Tributario, a continuación haremos una breve explicación de este procedimiento. Una vez el contribuyente ha presentado la solicitud de devolución de retención en la fuente, ante la administración, esta cuenta con un período de 30 días para hacer efectiva dicha devolución. Este término se cuenta desde la fecha en que fue presentada la solicitud de devolución, en debida forma y dentro de la oportunidad señalada por la ley para ello. 344 Durante este tiempo la administración procede a examinar la solicitud, para constatar que cumple con todos los requisitos legales exigidos; en esta etapa la administración debe verificar: 1. Que la solicitud cumpla con las condiciones legales exigidas, entonces la administración procederá a admitir la solicitud si esta cumple con el lleno de los requisitos. El auto por el cual se admite la solicitud debe ser expedido en un plazo no inferior de 15 días, contados desde la fecha en que se presentó la solicitud. Ahora bien, si por el contrario se ha omitido alguno de los requisitos, se procederá a inadmitir o rechazar la solicitud. En este evento, en que se ha inadmitido la solicitud, el contribuyente tendrá un plazo de un mes para subsanarla y presentarla de nuevo y en este caso la fecha de presentación que se 344 Estatuto Tributario. Artículo 855. Término para efectuar la devolución. La Administración de Impuestos deberá devolver, previa las compensaciones a que haya lugar, los saldos a favor originados en los impuestos sobre renta y complementarios y sobre las ventas, dentro de los treinta (30) días siguientes a la fecha de la solicitud de devolución presentada oportunamente y en debida forma. 429 tomará, será la del día en que se llevó ante la administración la solicitud subsanada y desde este día en que se comienzan a contar los treinta días para que la administración realice la devolución. Es muy importante tener en cuenta que en todo caso el plazo para la presentación de la solicitud por primera vez o la que subsana a esta debe ajustarse a lo exigido en el artículo 588 del Estatuto Tributario345. 2. Se verificará la existencia de las retenciones que son objeto de la solicitud de devolución. Si en el momento de verificación la administración encuentra que se ha producido alguno de los hechos contenidos en el Artículo 857-1 Estatuto Tributario: a. Cuando se verifique que alguna de las retenciones o pagos en exceso denunciados por el solicitante son inexistentes, ya sea porque la retención no fue practicada, o porque el agente retenedor no existe, o porque el pago en exceso que manifiesta haber realizado el contribuyente, distinto de retenciones, no fue recibido por la administración b. Cuando se verifique que alguno de los impuestos descontables denunciados por el solicitante no cumple con los requisitos legales para su aceptación, o cuando sean inexistentes, ya sea porque el impuesto no fue liquidado, o porque el proveedor o la operación no existe por ser ficticios c. Cuando a juicio del administrador exista un indicio de inexactitud en la declaración que 345 Estatuto Tributario, Artículo 588. Correcciones que aumentan el impuesto o disminuyen el saldo a favor. Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 709 y 713, los contribuyentes, responsables o agentes retenedores, podrán corregir sus declaraciones tributarias dentro de los dos años siguientes al vencimiento del plazo para declarar y antes de que se les haya notificado requerimiento especial o pliego de cargos, en relación con la declaración tributaria que se corrige, y se liquide la correspondiente sanción por corrección. Toda declaración que el contribuyente, responsable, agente retenedor o declarante, presente con posterioridad a la declaración inicial, será considerada como una corrección a la declaración inicial o a la última corrección presentada, según el caso. 430 genera el saldo a favor, en cuyo caso se dejará constancia escrita de las razones en que se fundamenta el indicio, o cuando no fuere posible confirmar la identidad, residencia o domicilio del contribuyente; se suspenderá el término inicial de 30 días, para realizar la devolución, por un período máximo de 90 de días (estos 90 días no operan en el caso de que la solicitud de devolución se presentó con garantía) y entonces la administración tendrá dos opciones: 1. Presentar el requerimiento especial y en este caso la devolución se hará sobre el saldo a favor que se planteó en el requerimiento especial 2. Si la administración no produce el requerimiento especial, la devolución será por todo el saldo a favor que se ha solicitado. Finalmente llegado el momento de hacer efectivamente la devolución, la administración cuenta con tres mecanismos para realizarla, de los cuales ella determinará cual será el apropiado. Artículo 862 del Estatuto Tributario Las opciones que tiene la administración son: • Cheque • Giros • Títulos de devolución de impuestos Cuando va a realizarse la devolución, la administración como menciona el articulo 861 del Estatuto Tributario, “la devolución de saldos a favor siempre se efectuará una vez compensadas las deudas y obligaciones de plazo vencido del contribuyente o responsable. En el mismo acto que ordene la devolución, se compensarán las deudas y obligaciones a cargo del contribuyente o responsable”. A continuación se mostrará de manera grafica el desarrollo del procedimiento que se lleva a cabo para la devolución de la retención en la fuente. 431 432 30 días 15 días Presentación de la solicitud Auto admisorio 433 Etapa de verificación Devolución Comienzan a contarse de nuevo 30 días 15 días 1 mes 90 días Plazo para subsanar Presentación de la solicitud Auto que inadmite Etapa de verificación Presentación de la solicitud que subsana Período de suspensión Devolución Si se da alguno de los supuestos del artículo 857-1 del estatuto tributario 434 3. Tarifa especial para liquidar el impuesto de timbre, registro y derechos notariales Otro de los beneficios tributarios otorgados alas empresas en reestructuración es el relativo a la fijación de una tarifa especial para liquidar el impuesto de timbre, registro y derechos notariales, de todos los documentos que se suscriban en desarrollo de este trámite. Para este propósito el artículo 31 de la ley 550 ha contemplado que los documentos en los que consta el acuerdo de reestructuración, además de los que incluyan reformas estatutarias o enajenaciones y aquellos en los que consten deudas reestructuradas se considerarán sin cuantía para efectos tributarios. Esto significa que para liquidar el impuesto de timbre, registro y derechos notariales sobre estos documentos se tomará la cuantía mínima establecida por la ley tributaria para tal efecto, no se tendrá en cuenta la cuantía real de dichos documentos346 4. Suspensión de los procesos de cobro coactivo que se estén adelantando en contra del empresario en reestructuración El artículo 55 de la ley de reestructuración empresarial consagra, que desde el momento en que se haya comenzado la negociación del acuerdo de reestructuración y una vez el nominador de aviso347 de esta situación al Jefe de la División de Cobranzas o a la autoridad que haga sus veces y ante la cual el contribuyente deba cumplir sus obligaciones sus obligaciones tributarias, los procesos de cobro coactivo que se estén llevando a cabo por la administración en contra del empresario tendrán que suspenderse; si la administración no lo hiciera, las actuaciones que se hayan llevado a cabo con posterioridad al aviso que hizo el nominador serán nulas de pleno derecho348, sin excluir la posibilidad de sancionar disciplinariamente al funcionario que se encontraba a cargo de dicho proceso. 346 Superintendencia de sociedades Conceptos 155 - 007585 de febrero 28 de 2002 y 155 - 037872 de Septiembre 13 de 2002 347 Este aviso se hace con 2 finalidades especiales: 1. Que la administración suspenda inmediatamente el proceso de cobro coactivo que se este adelantando, y 2. Que la administración se entere de que se está adelantando un acuerdo de reestructuración y así ella pueda intervenir en él como acreedora y así salvaguardar sus propios intereses. 435 5. Condiciones especiales para el pago de obligaciones tributarias El artículo 56 de la ley 550 establece claramente que las obligaciones tributarias del empresario que se encuentre tramitando un acuerdo de reestructuración se someterán a los términos que se hayan pactado en él y no tendrían que acogerse a las disposiciones de la ley tributaria sobre el tema. La razón de esta norma es evitar que la administración, quien participó de la negociación del acuerdo, posteriormente desconozca lo pactado y exija al empresario el cumplimiento de las obligaciones tributarias de acuerdo a las normas tributarias, lo cual dejaría a los demás acreedores que participaron de la negociación en total desventaja frente a ella. Por otra parte, el Decreto 1838 de 2002 referente al impuesto especial para la seguridad democrática en su artículo 7 contempla que no estarán sujetas al pago de este gravamen las entidades que a la entrada en vigencia del mismo hayan suscrito acuerdo de reestructuración de conformidad con lo previsto en la Ley 550 de 1999.349 348 349 Superintendencia de Sociedades concepto 155 - 005901 de Febrero 21 de 2001 Véase Decreto 1838 del 11 de agosto de 2002, expedido por el Presidente de la República. 436 8. VALORACIÓN PRÁCTICA Después de haber abordado la ley 550 desde el punto de vista jurídico, es preciso establecer cual ha sido su utilización en la vida practica y en esta medida determinar si ha tenido la acogida esperada y si ha respondido a las necesidades de los empresarios. Así mismo es necesario verificar si este mecanismo es más eficiente que el concordato actualmente suspendido. Para esto nos hemos valido de la información estadística elaborada por la Superintendencia de Sociedades y que ha sido presentada en su último informe al Ministerio de Desarrollo. 1. Comportamiento de las empresas admitidas en acuerdos de reestructuración frente a las admitidas en concordato: Como afirma la Superintendencia: El comportamiento de las negociaciones iniciadas en el 2000 y 2001, comprueba que el marco de negociación establecido en la Ley 550 de 1999 es más eficiente que el mecanismo judicial de los concordatos; es así como durante ese lapso fueron celebrados 282 acuerdos (63 en 2000 y 219 en 2001) que equivalen al 48% de las 583 empresas que fueron aceptadas a acuerdo de reestructuración, mientras que de 199 concordatos admitidos en 1999 tan solo lograron acuerdo 12 sociedades en ese mismo año.350 DESCRIPCIÓN DE LA VARIABLE CONCORDATOS EN 1999 ACUERDOS DE REESTRUCTURACI ON 2000 – 2001 DIFERENCIA PORCENTUAL ENTRE LOS DOS TRAMITES 583 192.96% (*) NUMERO DE EMPRESAS 350 199 Informe de la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo. Anexo II. 437 Es claro entonces que los acuerdos de reestructuración han tenido una buena acogida en el sector productivo colombiano a pesar de las falencias y vacíos que la Ley 550 presenta. 2. Relación de trámites asumidos por las entidades nominadoras: De las 583 entidades que fueron aceptadas o convocadas por la entidad de control competente para tramitar un acuerdo de reestructuración, le correspondió a la Superintendencia de Sociedades actuar como nominador en el 72% del número de las promociones, a las Cámaras de Comercio en el 17%, a la Superintendencia Nacional de Salud en el 3%, al Ministerio de Hacienda y Crédito Público en el 6%, a las Superintendencias de Valores y de Economía Solidaria les corresponde en el 1% y, a las Superintendencias de Puertos y Transporte, de Servicios Públicos Domiciliarios y, de Vigilancia con menos del 1%.351 Es irónico ver como la Ley le ha otorgado una competencia residual a la Superintendencia de Sociedades siendo que en la práctica es la entidad que más acuerdos ha tramitado; lo cual nos obliga a pensar que el tema de competencia debe ser replanteado teniendo en cuenta los resultados prácticos. No se debe descartar la idea de que la Superintendencia de Sociedades sea la única entidad nominadora; claro está, deberá existir primero un proceso de especialización y profesionalización de dicha entidad para así lograr el mejor resultado posible. Para efectos de garantizar la presencia de la Superintendencia de Sociedades en todo el territorio nacional, se puede pensar que esta actúe con la colaboración de las Cámaras de Comercio de los diferentes departamentos siendo estas las encargadas de realizar funciones como la fiscalización de la legalidad de los trámites; quedando siempre en la Superintendencia la facultad de nombrar peritos, promotores, resolver las diferentes objeciones y decidir las acciones de impugnación presentadas en contra de los acuerdos de reestructuración o sus cláusulas. 3. Tamaño de las empresas que adelantaron trámites de un acuerdo de reestructuración: En 351 Informe de la Superintendencia de Sociedades al Ministerio de Desarrollo. Anexo I. 438 cuanto al tamaño de las entidades que se han acogido a la ley 550, se encuentra que la medida ha beneficiado no solo a empresas de gran tamaño, sino también a medianas y pequeñas, en magnitudes similares, pues si se toma como base el número total de entidades en acuerdo, el 33% son empresas grandes, el 30% medianas y el 29% pequeñas y el 9% corresponden a micro empresas y entes territoriales352. 20 15 190 172 171 10 9 33 50 7 0 Gran Med Peq. micr E.Terr N.D. Aunque en su informe la Superintendencia utiliza la expresión “beneficiado” respecto de las pequeñas empresas y micro empresas, dudamos que lo sea, dado que están obligados a asumir una serie de gastos tales como, honorarios de promotores y sus auxiliares, de peritos, gastos de publicidad, registro del acuerdo, pago de impuestos, contando además con los honorarios de las asesorías jurídicas y financieras; lo que nos lleva a concluir que los únicos que resultan perjudicados con esto son los pequeños empresarios pues se agrava más la situación de crisis en la que están, ya que se trata realmente de una justicia onerosa. 352 Ibid. 439 9. FLUJOGRAMA FLUJOGRAMA ACUERDOS DE REESTRUCTURACIÓN EMPRESARIAL. LEY 550 DE 1999 1. PETICIÓN 2. PROMOCIÓN 3. NEGOCIACIÓN 440 4. CELEBRACIÓN 5. EJECUCIÓN 1. PETICION A. Quiénes b. Cómo Solicitud c. Por qué Por escrito Acreedores del empresario o sus representantes legales Empresarios o sus representantes legales d. Sobre qué empresas e. Dónde Incumplimiento en el pago de 2 o más obligaciones mercantiles por más de 90 días. Empresarios con forma societaria vigilados o controlados Superintendencia que ejerza el control o vigilancia de la empresa Existencia de por lo menos de dos demandas ejecutivas para el pago de obligaciones mercantiles Empresarios que sin tener forma societaria,sean vigilados o controlados Superintendencia de Sociedades En ambos casos el valor acumulado de las obligaciones debe corresponder al 5% del pasivo corriente de la empresa Empresarios que no estén Sometidos a supervisión estatal Empresas no controladas o vigiladas por otra entidad Públicas Sucursales de sociedades extranjeras con actividad permanente en Colombia De oficio Supertintendencia encargada de la vigilancia y control de la empresa Privadas Entidades territoriales* Sucursales de sociedades extranjeras Valores Servicios Públicos Sociedades con domicilio en Bogotá y en las demás ciudades donde haya oficinas de la supersociedades Transporte Salud Cámara de comercio Sudsidio Familiar Ministerio de Hacienda* Vigilancia y seguridad privada Economía Solidaria Sociedades 441 4. CELEBRACION a. Partes Acreedores Externos Acreedores Internos b. Plazo 4 meses contados a partir de la fecha en que se definan los derechos de voto c. Derechos de veto d. Formalidades e. Efectos Trabajadores y pensionados Escrito Obligación del empresrio de someterse a los términos del acuerdo Asociados. (en el caso de una empresa con forma asociativa)* Firmado por quienes lo votaron favorablemente o por sus representantes legales Levantamiento de medidas cautelares, salvo las practicadas por la DIAN a menos que ella lo consienta Empresarios sin forma asociativa* Reconocimiento del acuerdo por cada uno de los suscriptores Suspensión de la exigibilidad de gravámenes y garantías reales y fiduciarias, salvo que se vote lo contrario Titular de las cuotas de la empresa unipersonal Inscripción del acuerdo en el registro mercantil Sujeción de todos los créditos a lo establecido en el acuerdo DIAN Preferencia en el pago de algunos créditos nacidos posterormente o durante la ngociación El acuerdo no supondrá cambio en los estatutos a menos que se diga lo contrario 442 f. Contenido del acuerdo 5. EJECUCIÓN b. Terminación del acuerdo a. Cumplimiento del acuerdo Causales Efectos Cumplimeinto del plazo de duración Inscripción en el registro mercantil de una constancia de su terminación Cumplimiento anticipado El promotor dará traslado a la autoridad competente para que inicie el trámite de liquidación obligatoria o intervención según correpond (sólo en algunos casos) Incumplimiento irremediable de conformidad con los términos del acuerdo Reestablecimiento automático de exigibilidad de las garantías constituidas antes de la celebración Ocurrencia de circunstancias imprevistas que impidan su ejecución Incumplimeinto de acreencias nacidas después de la fecha de iniciación del acuerdo Incumplimiento originado en desobediencia grave del código de conducta empresarial Incumplimiento del acuerdo por parte del empresario 443 2. PROMOCION a. Designación del Promotor b. Publicidad de la promoción del acuerdo El promotor puede contar con la ayuda de peritos Fijación de un aviso que informe de la promoción del acuerdo en la emtidad nominadora. Durante 5 días Requisitos para ser promotor y perito Inscripción del aviso en el registro mercantil de la Cámara de Comercio del domicilio del empresario Funciones del promoor Remuneración del promotor y del perito Constitución de garantías por el promotor y el perito Causales de recusación del promotor 444 3. NEGOCIACION a. Cuándo inicia b. Efectos c. Determinación de votos y acreencias d. Efectos Reunión Inicio o continuación de procesos de ejecución contra el empresario Inventario y avalúo de créditos Suspensión de términos de caducidad y prescripción a favor de los acreedores Derechos de Voto Efectividad de las garantías de los acreedores No puden enajenarse bienes de propiedad del garante o los que esten destinados a su vivienda Podrá practicarse medidas cautelares que recaigan sobre inmuebles No podrá decretarse la caducidad de contratos celebrados con el estado Continuidad en la prestación de servicios públicos domiciliarios a favor del empresario 445 e. Fracaso de la negociación CONCLUSIONES Se debe resaltar que la Ley 550 se concibió para una coyuntura de crisis generalizada, por lo cual, al modificarse las condiciones de la economía se hace necesario determinar, por una parte, qué aspectos deben ser modificados, y cuáles se deben mantener dentro de este régimen transitorio; y, por la otra, cuáles deben incorporarse en una legislación permanente destinada a regir cuando la Ley 550 ya no tenga vigencia. No es de nosotros determinar cuales deben ser tales modificaciones ni pretendemos tener un espíritu legislador ni mucho menos; simplemente con estas conclusiones queremos exponer las bondades, falencias y vacíos que presenta le ley, desde el punto de vista abordado; pues puede ser que desde otros puntos de vista sí haya cumplido con las expectativas. • Teniendo en cuenta que la vigencia de la ley 550 es de 5 años contados a partir de su expedición, consideramos que es necesario que al finalizar dicho término se establezca un régimen de transición, que permitan dar continuidad de los trámites en curso que hayan sido iniciados bajo la vigencia de la ley, para garantizar que estos lleguen a feliz término. • Del estudio de la ley de reactivación y como señala la Superintendencia de Sociedades, “los acuerdos de reestructuración son una privatización de la figura del concordato, sin que ello implique que el Estado no pueda intervenir en la negociación de los mismos o en las empresas mismas que están negociando o han firmado uno de los mencionados acuerdos. Lo que ocurre es que la intervención del Estado se ha disminuido al mínimo posible” 353 , dando un amplio campo de acción a la autonomía de la voluntad privada, principio fundamental de los contratos y por ello de los acuerdos de reestructuración, dada 471 su naturaleza contractual. • Como anotamos en la valoración práctica es necesario replantear el papel de la Superintendencia de Sociedades como entidad nominadora. Dada la experiencia a lo largo de la vigencia de la ley 550, es claro que esta entidad ha desempeñado un papel completamente activo, ya que como muestran las estadísticas ha adelantado la mayoría de los trámites de acuerdos de reestructuración, dejando de ser una autoridad residual como lo ha planteado la misma ley. • A lo largo del estudio tanto jurídico como práctico de la ley, pudimos advertir que esta presenta una incongruencia, ya que consideramos que la regulación de la oficiosidad del trámite va en contra de la naturaleza misma de los acuerdo de reestructuración. Se debe anotar que la característica fundamental de este tipo de acuerdos es su naturaleza contractual, de esta manera la facultad que se otorga a las diferentes Superintendencias los desnaturaliza en la medida en que vulnera el principio de la libertad contractual según el cual nadie puede ser obligado a contratar. La oficiosidad ha implicado, en muchos casos, la suscripción de acuerdos de reestructuración sin que exista por parte de empresarios y acreedores una real intención de arreglo; esto ha generando, no sólo el fracaso de los acuerdos, sino también que los órganos estatales asuman gastos administrativos innecesarios, contrariando el principio de economía. • Al analizar tanto la naturaleza jurídica como la función social de los sujetos a quienes se aplica la ley 550, se pudo concluir que permitir que Entidades Prestadoras de Salud accedan a un acuerdo de reestructuración puede resulta perjudicial. Este tipo de empresas dependen en buena medida de la credibilidad del público; por ello la promoción de un acuerdo deterioraría considerablemente la confianza de la gente, generando una disminución en el número de afiliados, quienes no tendrían la suficiente seguridad para mantener su vinculación en una empresa en crisis, empeorando aún más su situación económica de la empresa. 353 Superintendencia de Sociedades. Concepto 155-035150, 28 de mayo de 2003. 472 • Del estudio de los sujetos que participan en el trámite de los acuerdos de reestructuración, es importante resaltar la facultad del promotor para actuar como conciliador entre el empresario y los acreedores. Esta facultad genera una inmediatez y un contacto más amigable y directo entre las partes del acuerdo, logrando que se tomen decisiones apropiadas, y evitando así la presentación de objeciones que entorpezcan y retarden el trámite. • Dado que las empresas que se someten a la promoción de un acuerdo de reestructuración se encuentran en dificultades, no sólo desde el punto de vista patrimonial sino también organizacional y administrativo, consideramos que es necesario exigir más requisitos a los promotores como impulsadores del trámite. Estos requisitos deben garantizar que el funcionario cuenta con los conocimientos técnicos, financieros y jurídicos indispensables para ejercer su labor como asesor en la adopción de las fórmulas contentivas del acuerdo. • Teniendo en cuenta que en la negociación de un acuerdo de reestructuración están envueltos intereses tanto jurídicos como económicos; consideramos, al igual que la Superintendencia de Sociedades, que es necesario prohibir que el promotor pueda vincularse laboralmente a la empresa en reestructuración una vez firmado el acuerdo; pues esto generaría un evidente conflicto de intereses. • Como se hizo énfasis a los largo del presente trabajo de grado, uno de los principios fundamentales de los acuerdos de reestructuración como trámite concursal es la Celeridad; principio que se ve vulnerado flagrantemente en materia de objeciones. Como establece la ley 550, cuando la Superintendencia de Sociedades recibe objeciones a la determinación del derecho de voto y acreencias hecha por el promotor, debe resolverlas a través del trámite aplicado al proceso verbal sumario. Del mismo modo, la ley señala que el acuerdo de reestructuración debe celebrarse dentro de los 4 meses siguientes a la reunión de determinación de los derechos de voto y acreencias. De 473 acuerdo con esto, en el evento en que se presenten objeciones, el término de 4 meses no podrá ser cumplido, pues el trámite que debe darse para su resolución de dichas objeciones puede exceder esos 4 meses, lo que implica que la celebración del acuerdo se prolongue aún más. Cabe anotar que la prolongación de la negociación del acuerdo puede perjudicar la situación económica del empresario, ya que aumenta los gastos del trámite. Dadas estas consecuencias, consideramos necesario formular una vía más expedita para la resolución de las objeciones, que permita dar continuidad al trámite y garantice la celebración del acuerdo lo más pronto posible, sin que resulte más oneroso, no sólo para el empresario, sino también para la administración. • Sin desconocer las ventajas que ofrece el comité de vigilancia como órgano de control, no compartimos la exigencia que hace la ley a la pequeñas y micro empresas de someterse a él; pues en estos casos es un mecanismo que complica la administración y cumplimento del acuerdo. Por ello consideramos que la existencia de dicho comité debe estar condicionada a que se trate de medianas y grandes empresas, teniendo en cuenta los parámetros económicos y financieros necesarios para catalogarlas como tales (patrimonio, activos, etc.). • Se debe reconocer que la ley 550 tiene la gran bondad de desjudicializar el trámite concursal, es decir que su impulso está a cargo de las partes y no de las autoridades judiciales. No obstante, esta desjudicialización ha generado desventajas para los pequeños empresarios que desean acogerse a la ley, pues representa un aumento en los costos, dada onerosidad del trámite del acuerdo (contratación de abogados, asesores, peritos, etc.). Permitir que las pequeñas y micro empresas no accedan a los beneficios de la ley por estos motivos, y se vean llamadas a permanecer en crisis o a ser liquidadas obligatoriamente, va en total contravía con la finalidad y espíritu de la misma. Por ello consideramos que es necesario contemplar la posibilidad de que a este tipo de empresarios les sea aplicable el régimen concordatario al igual que a las personas 474 naturales y a las sociedades civiles354. • Como señalamos en el capítulo referente a los aspectos laborales de la ley 550, insistimos en que es conveniente buscar soluciones efectivas al problema pensional, empezando por la reglamentación y puesta en funcionamiento del Fondo Financiero del Pasivo Pensional, creado en la ley. • Es necesario señalar que la ley desconoce los principios de igualdad y colectividad de los procesos concursales respecto de todos los acreedores diferentes a la DIAN, pues le otorga a ésta demasiadas prerrogativas y ventajas que no le otorga a los demás. • Finalmente consideramos que el avance más importante que trajo consigo la ley 555 es la mayoría decisoria exigida para la celebración del acuerdo, pues ha pasado de ser calificada (75% exigido para el concordato) a una mayoría absoluta o sea la mitad más uno de los votos. Esto representa un gran alivio para el empresario y para los acreedores que desean que el proceso de recuperación sea una realidad; así mismo garantiza el principio de igualdad propio de los principios concursales ya que en dicha mayoría deben estar representadas todas las acreencias. A pesar de las reseñas particulares, buenas o malas que le hemos hecho a la ley, es importante destacar que lo primordial es que crea un nuevo marco normativo para la celebración y ejecución de acuerdos extrajudiciales de reestructuración de empresas viables, basado en mecanismos diferentes que constituyen una vía más expedita y equitativa que el régimen concordatario. 354 El régimen concordatario está actualmente suspendido para ellos por tratarse de personas jurídicas de naturaleza comercial. 475 BIBLIOGRAFÍA BARRERO BUITRAGO, Álvaro. Reestructuración Empresarial. Bogotá: Ediciones Librería del Profesional, 2001. BUSTAMANTE FERRER, Jaime. Introducción al estudio del derecho civil. Colombo Editores. CARNELUTTI, Francesco. Derecho Procesal Civil Penal. T. I. Trad. de Santiago Sentís Melendo, Buenos Aires: Ejea, 1963. Código Civil. Código de Comercio. Código de Procedimiento Civil. Código Sustantivo del Trabajo. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 052 de 2001. --------. Sentencia C – 1185 de 2000. --------. Sentencia C – 1265 de 2000. --------. Sentencia C – 1319 de 2000. --------. Sentencia C – 1551 de 2000. 476 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C – 586 de 2001. --------. Sentencia C – 867 de 2001. --------. Sentencia C-233 de 1997. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE INDUSTRIA Y COMERCIO. Resolución 13314 del 27 de abril 2001. --------. Resolución 22639 de 2000. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Circular Externa No. 004 del 11 de abril de 2001. --------. Circular Externa No. 001 del 15 de febrero de 2001. --------. Circular interna No. 022 del 3 de agosto de 2000. --------. Memorando 155-380 de Octubre 6 de 2000. 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Para efectos de la calificación de votos equivalentes de los acreedores externos y atendiendo lo dispuesto en el numeral 1 del artículo 22, qué se entiende por intereses que hayan sido legalmente capitalizados? 2. ¿Cuando se acepten los intereses legalmente capitalizados, también se aplica la variación en el índice mensual de precios al consumidor certificado por el DANE? 3. ¿De ser positiva la respuesta anterior, no se estaría frente a una situación de inequidad con el resto de acreedores? --------. Oficio 100-52026 Agosto 8 de 2000. Tema: Ley 550 de 1999 - Determinación del derecho de voto señalado en el artículo 22 de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 100-72972 de noviembre 28 de 2000. Tema: Obligaciones del promotor frente al activo de la empresa en reestructuración. --------. Oficio 155- 0255442 del 29 de mayo de 2002. Tema: Remuneración del promotor para la modificación del acuerdo. --------. Oficio 155-000584 del 10 de enero de 2002 Tema: Determinación de votos para la reunión de reforma del acuerdo de reestructuración Artículo 29 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-000998 del 16 de enero de 2002 Tema: Determinación de derechos de votos en la modificación del acuerdo de reestructuración. Artículo 29 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-002307 del 28 de enero de 2002 Tema: la suspensión procesal a que se 478 refiere el artículo 14 de la ley 550 de 1999. Artículo 14 de la ley 550 de 1999. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-002465 del 29 de enero de 2002 Tema: La segunda etapa de la negociación no comienza hasta tanto no estén definidos los derechos de voto y las acreencias. Art. 27 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-002468 del 29 de enero de 2002 Tema: Las ineficacias a que se refiere el artículo 17 de la ley de reactivación empresarial. Artículo 17 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-004094 de 13 de Febrero de 2002. Tema: la determinación de acreencias en los casos en que un acreedor decida hacer efectiva su garantía constituida por un tercero y prescindir del pago de la obligación por parte del empresario. --------. Oficio 155-004636 del 15 de febrero de 2002 Tema: No es necesaria aprobación alguna del acuerdo de reestructuración por parte de la entidad nominadora. --------. Oficio 155-005901 del 21 de febrero de 2002 Tema: Suspensión de los procesos de ejecución coactiva en contra de la empresa como consecuencia de la iniciación de la negociación en los términos de la ley 550 de 1999. García Vega Y Compañía Ltda. --------. Oficio 155-007663 del 1 de marzo de 2002 Tema: La suspensión de los procesos de ejecución coactiva en contra de la empresa como consecuencia de la iniciación de la negociación. Molinos San Luis S.A. --------. Oficio 155-007669 del 1 de marzo de 2002 Tema: facultad oficiosa de la Superintendencia de Puertos y Transporte. --------. Oficio 155-011117 del 20 de marzo de 2002 Tema: Los gastos en que incurra el promotor en el ejercicio de sus funciones. 479 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-011266 del 20 de marzo de 2002 Tema: Término y convocatoria para la celebración de la reunión de determinación de derechos de voto. --------. Oficio 155-012180 del 26 de marzo de 2002 Tema: Los prepagos que se hagan de las obligaciones reestructuradas, deben sujetarse a las reglas que se convengan en el acuerdo al respecto. --------. Oficio 155-014219 del 11 de abril de 2002. Tema: Una vez celebrado el acuerdo de reestructuración, la empresa se encuentra a paz y salvo respecto de las obligaciones reestructuradas. (Artículos 34 y 38 de la ley 550 de 1999). --------. Oficio 155-015079 del 12 de abril de 2002. Tema: Los honorarios posteriores del promotor. (Artículo 9 de la ley 550 de 1999). --------. Oficio 155-01887 del 19 de abril de 2002 Tema: Consulta a la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-018890 del 19 de abril de 2002. Tema: Prelación De créditos. Pueden hacerse daciones en pago a favor de acreedores no privilegiados antes de finalizar el pago de los créditos fiscales. (Artículo 30, num. 7 de la ley 550 de 1999). --------. Oficio 155-018891 del 19 de abril de 2002. Tema: Supuestos de iniciación de una negociación en los términos de la ley 550 de 1999. Falsedad de la información que soporta la solicitud. (Artículo 6 de la ley 550 de 1999). --------. Oficio 155-019756 del 24 de abril de 2002. Tema: El parágrafo primero del artículo 14 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-019761 del 24 de abril de 2002. Tema: Incumplimiento de un acuerdo de reestructuración. (Artículo 35 de la ley 550 de 1999). 480 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-021077 del 2 de mayo de 2002. Tema: La ley que se menciona estipula claramente las etapas, inicial y posterior, las cuales cubren un período de ocho meses para llegar a un acuerdo de pago con los acreedores, o en su defecto, a la liquidación del deudor dentro del proceso. --------. Oficio 155-022187 del 8 de mayo de 2002. Tema: Consulta de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-023525 del 20 de mayo de 2002. Tema: Es obligación del Promotor convocar a reunión para la celebración del Acuerdo de Reestructuración. --------. Oficio 155-024024 del 22 de mayo de 2002. Tema: Los créditos litigiosos y la provisión a que se refiere el inciso tercero del artículo 25 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-024025 del 22 de mayo de 2002. Tema: Los honorarios posteriores del Promotor. --------. Oficio 155-02523339 del 29 de mayo de 2002. Tema: Duración del acuerdo y posibles opciones del acreedor ausente. --------. Oficio 155-025242 del 29 de mayo de 2002. Tema: Las funciones asignadas por la ley 550 de 1999 a las Cámaras de Comercio son de carácter administrativo. --------. Oficio 155-027692 del 6 de junio de 2002. Tema: Las propuestas de pago presentadas a los acreedores posteriores a la iniciación de la negociación y la reunión a que se refiere el parágrafo primero del artículo 35 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-027959 del 11 de junio de 2002. Tema: Créditos originados con posterioridad a la iniciación de la negociación. 481 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-028677 del 14 de junio de 2002. Tema: La reunión a que se refiere el parágrafo primero del artículo 35 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-028829 del 14 de junio de 2002. Tema: La fusión estipulada en un acuerdo de reestructuración. El parágrafo primero del artículo 34 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-028834 del 14 de junio de 2002 Tema: La determinación de votos a favor de los acreedores internos en la reforma del acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-031549 del 3 de julio de 2002 Tema: Interpretación del Numeral 9 del Artículo 34 de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-033958 del 16 de julio de 2002 Tema: La segunda fase de la negociación comienza una vez finaliza el proceso verbal sumario de objeciones. Cabynor S.A. --------. Oficio 155-034462 de 17 de agosto de 2001. Tema: Entidades de Seguridad Social. --------. Oficio 155-034675 del 22 de agosto de 2001. Tema: El numeral 11 del artículo 34 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-035150 del 28 de mayo de 2003. --------. Oficio 155-035351 de 24 de agosto de 2001. Tema: Fondos de Pensiones y Cesantías. --------. Oficio 155-035925 de 28 de agosto de 2001. Tema: Ámbito de aplicación de la Ley 550. 482 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-036506 del 29 de julio de 2002 Tema: La reforma del acuerdo de reestructuración cuando prosperan las demandas de impugnación en contra de algunas de las cláusulas del acuerdo de reestructuración. Pharmaseg de Colombia Ltda. --------. Oficio 155-036534 del 29 de julio de 2002. Tema: Autorización para constituir garantía prendaria o facilidad de pago. --------. Oficio 155-036537 del 29 de julio de 2002 Tema: La nulidad absoluta de una cláusula del acuerdo por la ilicitud de su objeto. --------. Oficio 155-036542 del 29 de julio de 2002 Tema: Consulta Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-036546 del 29 de julio de 2002 Tema: Los actos celebrados en ejecución del acuerdo deben reputarse sin cuantía para efectos de liquidar el Impuesto de Registro. Industrias Colibrí S.A. --------. Oficio 155-036745 del 30 de julio de 2002 Tema: La sustitución de garantías a que se refiere el numeral 5º del artículo 34 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-036756 de 30 de julio de 2002 Tema: Si la empresa que ya celebró un acuerdo de reestructuración incurre en la causal de disolución por pérdidas debe estarse a lo ordenado por los artículos 457 y 458 del Código de Comercio. --------. Oficio 155-037872 del 13 de septiembre de 2001. Tema: Artículo 31 de la ley 550 de 1999. Impuesto de Registro. 4. Art. 31 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-038680 del 20 de septiembre de 2001. Tema: La no inclusión de acreencias ciertas en la determinación de votos y acreencias. 483 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-040596 del 3 de octubre de 2001. Tema: Interpretación del Acuerdo de Reestructuración. --------. Oficio 155-040598 de octubre 3 de 2001. Tema: El derecho de veto de la DIAN a que se refiere el numeral 14 del artículo 34 de la ley 550 de 1999. Art. 34 ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-040977 del 14 de agosto de 2002 Tema: Funciones del promotor con posterioridad a la celebración del acuerdo. --------. Oficio 155-040981 del 14 de agosto de 2002 Tema: vigilancia del acuerdo. --------. Oficio 155-040984 del 14 de agosto de 2002 Tema: Honorarios promotor. Repuestos Automotores Sánchez Ltda. --------. Oficio 155-041002 del 14 de agosto de 2002. Tema: Acreedor extemporáneo. --------. Oficio 155-041120 del 8 de octubre de 2001. Tema: Régimen de garantías en la ley 550 de 1999. Posibilidad de incluir créditos ciertos no relacionados en la determinación de votos y acreencias en el acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-041141 del 8 de octubre de 2001. Tema: La promoción de un acuerdo de reestructuración es una negociación privada y debe celebrarse dentro del término previsto por el artículo 27 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-041525 del 15 de agosto de 2002 Tema: Tratamiento de los créditos litigiosos en los acuerdos de reestructuración. --------. Oficio 155-041849 del 11 de octubre de 2001. Tema: El segundo inciso del articulo 29 de la ley 550 de 1999. 484 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-041852 del 11 de octubre de 2001. Tema: Efectos del acuerdo de reestructuración. Artículos 14 y 58, numeral 13 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-041936 del 11 de octubre de 2001. Tema: Determinación de votos. --------. Oficio 155-042945 del 21 de agosto de 2002 Tema: La reducción de garantías a que se refiere el numeral cuarto del artículo 34 de la Ley 550 de 1999. Agropecuaria La Laguna Ltda. --------. Oficio 155-044344 del 27 de agosto de 2002 Tema: Del plazo para la celebración del acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-044602 del 26 de octubre de 2001. Tema: El segundo inciso del artículo 15 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-045320 del 3 de septiembre de 2002 Tema: Honorarios del Promotor. --------. Oficio 155-045912 del 6 de septiembre de 2002 Tema: El pago de la comisión de éxito es de libre estipulación por parte de los acreedores. --------. 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Tema: La prelación de créditos en los acuerdos de reestructuración que se celebren en los términos de la ley 550 de 1999. Créditos fiscales y laborales. --------. Oficio 155-048915 del 22 de noviembre de 2001. Tema: El promotor puede renunciar al comité de vigilancia. --------. Oficio 155-049651 del 28 de noviembre de 2001. Tema: No es posible prorrogar el plazo previsto en la ley 550 de 19999 para celebrar un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-049662 del 28 de noviembre de 2001. Tema: Efectos de la celebración de los acuerdos de reestructuración sobre los procesos de ejecución y las medidas cautelares practicadas en contra de los garantes de la empresa. --------. Oficio 155-049663 de 28 de noviembre de 2001. Tema: Derechos notariales, de registro y timbre. --------. Oficio 155-049664 del 28 de noviembre de 2001. Tema: Obligaciones objeto de reestructuración. 486 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. 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Tema: En el comité de vigilancia deben estar representados los acreedores cuyos créditos no han sido pagados. --------. Oficio 155-051925 del 10 de octubre de 2002. Tema: Es obligación del promotor mantener a disposición de los acreedores la información que posea y sea relevante para efectos de la negociación. --------. Oficio 155-051964 de 12 de diciembre de 2001. Tema: Reforma del Acuerdo de 487 Reestructuración y Comité de Vigilancia. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-052201 del 15 de octubre de 2002 Tema: Suspensión del acuerdo con ocasión de su reforma. --------. Oficio 155-052203 del 15 de octubre de 2002 Ref. Oficio 155-052203 del 15 de octubre de 2002. Tema: En los acuerdos de reestructuración deben preverse mecanismos de normalización del pasivo pensional. --------. Oficio 155-052463 del 13 de diciembre de 2001. Tema: Los mecanismos de normalización del pasivo pensional previstos por el decreto 1260 de 2000 se aplican a las empresas en liquidación. --------. Oficio 155-052777 de 14 de diciembre de 2001. Tema: Orden de prelación de créditos. --------. Oficio 155-053262 de 18 de diciembre de 2001. Tema: Categorías de acreedores, Comité de Vigilancia y Subrogación en los derechos de voto y acreencias. --------. Oficio 155-054154 del 25 de octubre de 2002. Tema: Efectos de la negociación de un acuerdo sobre las obligaciones solidarias del empresario en reestructuración. --------. Oficio 155-054158 del 27 de diciembre de 2001. Tema: Determinación de votos. --------. Oficio 155-054229 del 27 de diciembre de 2001. Tema: Ejecución anterior a la promoción de un acuerdo de reestructuración en contra del mismo empresario y sus codeudores a la luz del Art. 14 de la ley 550. --------. Oficio 155-054234 del 27 de diciembre de 2001. Tema: Remoción del Promotor. Incumplimiento en el pago de los créditos posteriores al comienzo de la negociación. 488 Terminación de la promoción y del acuerdo de reestructuración. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-054235 del 27 de diciembre de 2001. Tema: Modificación acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-054236 del 27 de diciembre de 2001. Tema: Gastos posteriores a la iniciación de la promoción del acuerdo. --------. Oficio 155-054685 del 31 de diciembre de 2001. Tema: Depósito del Acuerdo de Reestructuración en la Superintendencia de Sociedades. --------. Oficio 155-054718 del 30 de octubre de 2002. Tema: Suspensión de la exigibilidad de las garantías constituidas por terceros cuando el acreedor garantizado se hace parte en la negociación. Modificación de garantías constituidas por terceros en el acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-054854 del 30 de octubre de 2002. Tema: La promoción de un acuerdo de reestructuración y la amigable composición. --------. Oficio 155-054859 del 30 de octubre de 2002. Tema: Tratamiento de los codeudores solidarios del empresario en la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-054860 del 30 de octubre de 2002. Tema: Acreencias laborales y su tratamiento en los acuerdos de reestructuración. --------. Oficio 155-054861 del 30 de octubre de 2002. Tema: Tratamiento de los créditos litigiosos y de las acreencias laborales en los acuerdos de reestructuración. --------. Oficio 155-055514 del 5 de noviembre de 2002. Tema: Funciones de los promotores. 489 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-058267 del 21 de noviembre de 2002. Tema: Solicitud de iniciación de apertura del trámite de un acuerdo de reestructuración por parte del acreedor de una sociedad no vigilada por la Superintendencia de Sociedades. --------. Oficio 155-058269 del 21 de noviembre de 2002. Tema: No existe impedimento legal para contratar con una sociedad en acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-058269 del 21 de noviembre de 2002. Tema: No existe impedimento legal para contratar con una sociedad en acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-058278 del 21 de noviembre de 2002. Prestación de servicios de salud durante la negociación de un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-058282 del 21 de noviembre de 2002. Tema: El promotor, en calidad de demandado en el proceso de objeciones, puede actuar por intermedio de un apoderado judicial. --------. Oficio 155-058285 del 21 de noviembre de 2002. Tema: Las acreencias causadas con posterioridad a la fecha de iniciación de la negociación deben ser pagadas de manera preferente. --------. Oficio 155-059901 del 28 de noviembre de 2002. Tema: Vigencia del acuerdo y efectos de su celebración. --------. Oficio 155-2001-01-008904 de marzo 2 de 2001. Tema: Honorarios para promotores. --------. Oficio 155-2001-01-01165 del 28 de marzo de 2001. Tema: Comisión de éxito. 490 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-2001-01-013896 del 22 de marzo de 2001. Tema: La existencia de procesos ejecutivos en contra de la empresa que solicita la promoción de un Acuerdo de Reestructuración. --------. Oficio 155-2001-01-020488 del 16 de abril de 2001. Tema: Los honorarios del promotor cuando la negociación supera los ocho meses inicialmente previstos por la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-2001-01-040601 del 7 de marzo de 2001. Tema: Efectos del acuerdo de reestructuración que celebra una compañía respecto de sus codeudores solidarios. --------. Oficio 155-2001-01-041489 del 9 de mayo de 2001. Tema: SEDS-SR-SD-0031-01. Reactivación Económica y reestructuración (Ley 550 de 1999). --------. Oficio 155-32890 del 3 de agosto de 2001. Tema: Modificación y terminación del acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 155-33731 del 13 de agosto de 2001. Tema: El parágrafo primero del artículo 14 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-5245 de 21 de Febrero de 2001. Tema: Reconocimiento, determinación y conciliación de acreencias. --------. Oficio 155-5924 de 28 de febrero de 2001. Tema: EPS y prestación de servicios de salud. --------. Oficio 155-63379 Septiembre 29 de 2000. Tema: Suspensión de la reunión de determinación de derechos de voto y celebración del acuerdo en dicha reunión. 491 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 155-71312 de noviembre 15 de 2000. Tema: Los derechos de voto de los pensionados, trabajadores y proveedores que capitalizan sus acreencias antes de la apertura del acuerdo de reestructuración de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 155-71317 de noviembre 15 de 2000. Tema: Provisiones para el pago de pasivos laborales y determinación de derechos de voto. Autorización para el pago de acreencias laborales durante la negociación. --------. Oficio 155-72286 de noviembre 29 de 2000. Tema: Arreglos de pago autorizados por el nominador de conformidad con el artículo 17 y el Acuerdo de Reestructuración. Impuesto de Timbre. --------. Oficio 16479 del 24 de Febrero de 2000. Tema: Aplicación de la ley 550 de 1999 a las empresas en liquidación obligatoria. --------. Oficio 17361 del 27 de abril de 2001. Tema: Una sociedad sometida al control de la Superintendencia puede adelantar trámite de reestructuración establecido en la ley 550 de 1999. --------. Oficio 200-01-00703 del 22 de dic. 2000. Tema: Nulidad de las actuaciones posteriores a la fecha en que inició la negociación dentro de los procesos ejecutivos en contra de la empresa en reestructuración. --------. Oficio 2001-01-001469 de enero 22 de 2001. Tema: Pago de honorarios adicionales al promotor. --------. Oficio 2001-01-005379 de febrero 13 de 2001. Tema: Prelación de créditos. --------. Oficio 2001-01-007068 del 21 de diciembre de 2000. Tema: Artículo 42 de la ley 492 550 de 1999. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 2001-01-008700 del 1 de marzo de 2001. Tema: La unidad de empresa según el artículo 194 del Código Sustantivo del Trabajo y la promoción simultanea de varias negociaciones respecto de las diferentes compañías que conforman tal unidad. --------. Oficio 2001-01-051147 del 13 de junio de 2001. Tema: La causal de disolución por pérdidas prevista en el artículo 18 de la ley 550 de 1999. --------. Oficio 20386 de Marzo 13 del 2000. Tema: Decisión del órgano competente para acogerse a la ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-040570 del 3 de octubre de 2001. Tema: De la interpretación del acuerdo de Reestructuración y efectos frente a terceros obligados. --------. Oficio 220-041368 del 9 de octubre de 2001. Tema: De la determinación de acreencias laborales en la negociación de un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 220-048785 del 21 de noviembre de 2001. Tema: De la interpretación de las cláusulas de un acuerdo de reestructuración y del plazo para su celebración. --------. Oficio 220-049859 del 20 de noviembre de 2001. Tema: Alcance de los derechos de voto otorgados a los acreedores en la negociación de un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 220-2001-01-089004 del 24 de septiembre de 2001. Tema: Efectos de la celebración del acuerdo respecto de las obligaciones reestructuradas. --------. Oficio 220-23729 del 8 de junio de 2001. Tema: Suspensión de procesos ejecutivos por la promoción de un acuerdo de reestructuración a la luz de la Ley 550 de 1999. 493 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 220-40224. Tema: Tratamiento de garantías otorgadas con anterioridad a la vigencia de la ley 550 de 1999, en el marco de los acuerdos de reestructuración. --------. Oficio 220-41325 julio 21 de 2000. Tema: Aplicación de la ley 550 a una sociedad civil. --------. Oficio 220-42031del 28 de junio de 2000. Tema: Formalidades previstas en el numeral 3º, artículo 34 de la Ley 550/99 respecto de las garantías. --------. Oficio 220-43306 julio 5 de 2000. Tema: Los acreedores internos de la empresa no están legitimados para solicitar la promoción de un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 220-43871 de julio 7 de 2000. Tema: Las deudas a cargo de los asociados no afectan la determinación de los derechos de voto como acreedores internos (artículo 22, numerales 2 y 5 de la Ley 550/99). --------. Oficio 220-48744 de Julio 28 de 2000. Tema: Ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-50334 Agosto 9 de 2000. Tema: Lugar de promoción de los acuerdos de reestructuración. --------. Oficio 220-50439 Agosto 9 de 2000. Tema: Ley 550 de 1999 – Presentación de Créditos – Término para hacerse parte – Manejo de expedientes – Infraestructura del Promotor. --------. Oficio 220-53338 Agosto 25 de 2000. Tema: Ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-6012 de febrero 28 de 2001. Tema: Prelación de créditos en los 494 acuerdos de reestructuración. COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 220-62035 de septiembre 21 de 2000. Tema: Restablecimiento de la exigibilidad de garantías personales preexistentes a la vigencia de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-62035 Septiembre 21 de 2000. Tema: Restablecimiento de la exigibilidad de garantías y gravámenes preexistentes a la vigencia de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-64516 Octubre 5 de 2000. Tema: No es obligación del promotor liquidar los intereses de las obligaciones para la fecha de la reunión de determinación de acreencias y votos. --------. Oficio 220-67772 de octubre 24 de 2000. Tema: Determinación de los derechos de votos de las acreencias que se denominan en moneda diferente a la legal y de las que no tengan por objeto una suma de dinero (numerales 6 y 7, artículo 22 de la Ley 550/99). --------. Oficio 220-69545 de noviembre 1 de 2000. Tema: El acuerdo de reestructuración supone las medidas para enervar la causal de disolución por pérdidas. --------. Oficio 220-75567 de diciembre 18 de 2000. Tema: Actividad del empresario durante la negociación del acuerdo de reestructuración. Artículo 17, Ley 550 de 1999. --------. Oficio 220-8808 de marzo 14 de 2001. Tema: Si en un acuerdo de reestructuración se requiere de la autorización previa de que trata el artículo 17 de la ley 550 de 1999, para el pago de las obligaciones postconcordatarias. --------. Oficio 400-30034 abril 28 de 2000. Tema: Prestación de Servicios de Salud a empresa que adelantaba la promoción de un acuerdo de reestructuración. 495 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 400-30099 del 2 de Mayo de 2000. Tema: Suspensión de procesos ejecutivos como consecuencia de la iniciación de la promoción de un acuerdo de reestructuración y sus efectos sobre las medidas cautelares decretadas. --------. Oficio 400-45740 del 19 de julio de 2000. Tema: Acreedores que son materia de la determinación de los derechos de voto. Si son únicamente los acreedores contenidos en el inventario que elaboró la empresa con la solicitud de reestructuración o si se incluye a todos los acreedores anteriores a la negociación. --------. Oficio 400-50707 Agosto 10 DE 2000. Tema: Pasivos Laborales. --------. Oficio 400-60711 Septiembre 15 de 2000. Tema: Causal de disolución por pérdidas. --------. Oficio 409-61373 septiembre 19 de 2000. Tema: Efectos y alcances de la providencia de calificación y graduación de créditos para efecto de la fijación de derechos de voto y la determinación de acreencias en un acuerdo de reestructuración. --------. Oficio 410-66793. Tema: Aspectos de la Ley 550 de 1999 y su aplicación frente a una empresa que se encontraba tramitando un concordato. --------. Oficio 411-32563 del 17 de mayo de 2000. Tema: Determinación de votos y acreencias. --------. Oficio 411-38006 Junio 6 de 2000. Tema: Una empresa unipersonal puede acceder al trámite de un acuerdo de reestructuración? --------. Oficio 411-43959 Julio 7 de 2000. Tema: Procedencia de acciones revocatorias y de simulación. 496 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Oficio 411-49079 Julio 31 de 2000. Tema: La interpretación que debe darse al parágrafo primero del artículo 14 de la Ley 550 de 1999. --------. Oficio 411-55054 Febrero 1 de 2000. Tema: Ejecución anterior a la promoción de un acuerdo de reestructuración en contra del mismo empresario y sus codeudores, a la luz del artículo 14 de la Ley 550 de 1999. Garantías y Acuerdos de reestructuración. --------. Oficio con número de radicación 2001-01-001978 del 25 de enero de 2001. Tema: Determinación de los derechos de voto de la DIAN. --------. Oficio con número de radicación 2001-01-0098. Tema: Se declare la terminación del acuerdo de reestructuración. --------. Oficio con número de radicación 2001-01-0098. Tema: Terminación del acuerdo de reestructuración. --------. Oficio con número de radicación 482-254-0 del 9 de noviembre de 2000. Tema: Requisitos para que un acreedor presente sus acreencias ante el promotor de un acuerdo de reestructuración de empresas, si es ante él o ante la Superintendencia. --------. Oficio con número de radicación 498-442 del 3 de abril de 2001. Tema: Algunos de los efectos de la ley 550 de 1999 en el tema de la prelación de créditos. --------. Oficio con número de radicación OR. 155-6351 del 2 de marzo de 2001. Tema: Fracaso de la negociación y viabilidad de la empresa en reestructuración. --------. Resolución No. 100–122 del 18 de febrero de 2000. 497 COLOMBIA. SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. Resolución No. 100888 de 2000 de la Superintendencia de Sociedades. CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA. Exposición de motivos de la ley de intervención, Ley 550 de 1999. Consideraciones entorno a la reestructuración empresarial. En: Revista de la Contraloría. Subgerencia de Estudios Económicos del Banco de la República. Bogotá, diciembre de 1999. Constitución Política de Colombia. CUBIDES CAMACHO, Jorge. Obligaciones. Ciencias Jurídicas. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Colección Profesores No. 3. 3 ed. 1996. Decreto 090 de 2000. Decreto 1000 de 1997. Decreto 101 de 2000. Decreto 1259 de 1994. Decreto 1260 de 2000. Decreto 1608 de 2000. Decreto 1838 de 2002. Decreto 222 de 2000. 498 Decreto 2249 de 2000. Decreto 2250 de 2000. Decreto 2267 de 2001. Decreto 2453 de 1993. Decreto 257 de 2001. Decreto 2649 de 1993 Decreto 380 de 1996. Decreto 419 de 2000. Decreto 422 de 2000. Decreto 467 de 2000. Decreto 548 de 1995. Decreto 628 de 2002. Decreto 63 de 2002. Decreto 694 de 2000. Decreto 751 de 2000. 499 Decreto 850 de 2002. Decreto 906 de 2000. ESCANDÓN VILLOTA, Alberto. Aspectos laborales de la intervención económica para la reactivación empresarial y acuerdos de reestructuración. Bogotá: 2000. Estatuto Orgánico del Sistema Financiero. Estatuto Tributario. GÓMEZ SARMIENTO, Juan Manuel. Ley 550 de 1999. En: Revista Universitas No. 99 de 2000. 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Reforma al régimen de sociedades y concursos, 2 ed. www.anif.com.co www.archivogeneral.gov.co www.banrep.gov.co www.ccb.org.co www.confecamaras.org.co www.dane.gov.co 501 www.dian.gov.co www.dnp.gov.co www.imprenta.gov.co www.ley550.com www.mindesa.gov.co www.minhacienda.gov.co www.minjusticia.gov.co www.minsalud.gov.co www.presidencia.gov.co www.secretariasenado.gov.co www.sic.gov.co www.superbancaria.gov.co www.supersalud.gov.co www.superservicios.gov.co www.supersociedades.gov.co 502 www.supersolidaria.gov.co www.supertransporte.gov.co www.supervalores.gov.co www.uncitral.org 503 PARTE TERCERA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA CAMILO ANDRÉS VARGAS 504 CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN 471 1. ASPECTOS GENERALES DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 473 1.1 DEFINICIÓN 473 1.1.1 Naturaleza jurídica 473 1.1.2 Principios rectores de la Liquidación Obligatoria 474 1.2 FINALIDAD 475 2. SUJETOS PASIVOS DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 477 2.1 COMERCIANTES PERSONAS NATURALES 477 2.2 SOCIEDADES COMERCIALES 479 2.3 PERSONAS JURÍDICAS DISTINTAS DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES 480 3. LOS PROTAGONISTAS DEL PROCESO LIQUIDATORIO 481 3.1. LA SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES 481 3.1.1 Atribuciones de la Superintendencia de Sociedades 483 505 3.1.2 Funciones de la Superintendencia de Sociedades en la liquidación obligatoria 487 3.2 EL LIQUIDADOR 490 3.2.1 Definición 490 3.2.2 Naturaleza 491 3.2.3 Designación 492 3.2.4 Requisitos de elegibilidad 495 3.2.5 Notificación y aceptación del cargo 498 3.2.6 Inhabilidad para ser liquidador 499 3.2.7 Remuneración 499 3.2.8 La caución 507 3.2.9 Funciones y deberes 508 3.2.10 Cesación de funciones 512 3.2.11 Acciones procedentes contra el liquidador 513 3.2.12 Responsabilidad 514 3.3. LA JUNTA ASESORA DEL LIQUIDADOR 515 506 3.3.1 Miembros 515 3.3.2 Funcionamiento 518 3.3.3 Funciones 521 3.3.4 Remoción 525 4. TRÁMITE DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 526 4.1 SOLICITUD DEL TRÁMITE LIQUIDATORIO 526 4.1.1 Legitimación activa 526 4.1.2 Requisitos de la solicitud 527 4.1.3 Admisión de la solicitud 529 4.2 PROVIDENCIA DE APERTURA 530 4.2.1 Cuándo se genera la apertura del proceso liquidatorio 530 4.2.2 Contenido de la providencia de apertura 533 4.2.3 Notificación e inscripción de la providencia de apertura 535 4.2.4 Recursos 539 4.3 EFECTOS DE LA APERTURA 540 4.3.1 La separación de los administradores de la entidad deudora, 507 en los casos previstos en la ley 540 4.3.2 La exigibilidad de todas las obligaciones a plazo 552 4.3.3 La disolución de la persona jurídica 552 4.3.4 La apertura del trámite liquidatorio implica la obligación de anunciarse ante terceros con la expresión “en liquidación obligatoria”, para dar publicidad y seguridad jurídica 553 4.3.5 La formación de los activos que componen el patrimonio a liquidar 553 4.3.6 La remisión e incorporación al trámite liquidatorio de todos los procesos de ejecución que se sigan contra el deudor 554 4.3.7 La preferencia del trámite liquidatorio 554 4.4 POSIBILIDAD DE CONTINUACIÓN DE LOS ÓRGANOS SOCIALES 554 4.4.1 Responsabilidad de los administradores 557 4.5 OPORTUNIDAD PARA HACERSE PARTE 558 4.5.1 Plazo para hacerse parte del proceso liquidatorio 558 4.5.2 Forma de hacerse parte 561 4.5.3 Finalidad 561 4.6 AUTO DE CALIFICACIÓN Y GRADUACIÓN DE CRÉDITOS 562 508 4.6.1 Definición 562 4.6.2 Clases de créditos 563 4.6.3 Recursos contra el auto de calificación y graduación de créditos 571 4.7 PATRIMONIO A LIQUIDAR 572 4.7.1 Bienes que lo integran 572 4.7.2 Bienes excluidos 573 4.8 ELABORACIÓN Y APROBACIÓN DEL INVENTARIO 574 4.9 AVALÚO 575 4.9.1 Contradicción del avalúo 576 4.9.2 Cuándo no hay lugar al avalúo 577 4.10 ENAJENACIÓN DE ACTIVOS 578 4.11 PAGO DE LAS ACREENCIAS 578 4.11.1 Requisito esencial para el respectivo pago 579 4.11.2 Acciones de reembolso 580 4.11.3 Otras alternativas que legitiman al liquidador 580 4.11.4 La prelación de créditos 581 509 4.11.5 Acreencias no dinerarias 586 4.12 LEVANTAMIENTO DE GRAVÁMENES Y MEDIDAS PREVENTIVAS 586 4.13 TERMINACIÓN DE LA LIQUIDACIÓN 587 4.13.1 Por pago del pasivo externo e interno 588 4.13.2 Por agotamiento del activo 589 4.13.3 Por concordato dentro del trámite liquidatorio 591 4.13.4 Por acuerdo de reestructuración 593 5. RESUMEN DEL PROCEDIMIENTO 595 6. FLUJOGRAMA DEL PROCEDIMIENTO 602 7. ACCIONES PARA LA REINTEGRACIÓN DEL PATRIMONIO 603 7.1 Acción revocatoria concursal 603 7.2 Acción de simulación contractual 603 7.2.1 Competencia y trámite 604 7.2.2 Legitimación activa 604 7.2.3 Legitimación pasiva 604 510 7.2.4 Oportunidad 604 7.2.5 Actos susceptibles de estas acciones 604 7.2.6 Efectos de la sentencia 605 7.2.7 Recompensa 606 7.2.8 Medidas cautelares 606 8. OTROS ASPECTOS DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 607 8.1 ASPECTOS LABORALES 607 8.1.1 Créditos laborales 607 8.1.2 Atención de las obligaciones laborales 608 8.1.3 Seguridad Social 609 8.2 ASPECTOS TRIBUTARIOS 610 8.2.1 Deberes tributarios de las empresas en liquidación 611 8.2.2 Extinción de la obligación tributaria 614 8.3 OBLIGACIONES PROPTER REM 615 9. REGLAS COMUNES A LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA Y AL CONCORDATO 617 511 10. DIFERENCIAS DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA CON OTRAS FIGURAS 619 10.1 CON LA QUIEBRA 619 10.2 CON LA LIQUIDACIÓN PRIVADA 621 CONCLUSIONES 624 BIBLIOGRAFÍA 626 512 INTRODUCCIÓN La función social que cumple la empresa como generadora de empleo y como base del desarrollo socioeconómico de un país exige por parte del legislador una especial atención, sea para procurar su recuperación y mantenimiento en casos de crisis, o para lograr la liquidación ordenada y rápida de su patrimonio en el evento en que su recuperación no sea viable, evitando así mayores traumatismos en el trafico jurídico y económico. De acuerdo con esto y atendiendo a la necesidad de establecer instituciones jurídicas que permitieran a las empresas ajustarse a los cambios en las concepciones económicas y sociales dados por la apertura económica, el Congreso de la República expidió la Ley 222 de 1995, contentiva del nuevo régimen concursal que unifica procesalmente los trámites de concordato preventivo, quiebra, concurso de acreedores y cesión de bienes355. Una de las innovaciones más importantes que trajo consigo la Ley 222 al derecho concursal colombiano es, indudablemente, el reemplazo de la quiebra por la Liquidación Obligatoria. Como es bien sabido la quiebra además de ser un proceso de naturaleza concursal tenía una connotación altamente sancionatoria; ésta contemplaba entre sus normas un régimen penal que partía de la presunción de que la difícil situación de una empresa proviene de la actuación deshonesta o negligente del empresario o de los administradores. De esta manera la declaración de quiebra de una empresa implicaba consecuencias nefastas para estos sujetos, ya que no sólo generaba la inhabilidad para ejercer el comercio, sino también determinaba el inicio de procesos penales en su contra para establecer si sus conductas en el desarrollo de la empresa buscaban, de manera directa o indirecta, defraudar a los acreedores. 355 REYES VILLAMIZAR, Francisco. Reforma al régimen de sociedades y concursos. Bogotá: Editorial Temis, segunda ed., 1999. p. 332. 513 Este régimen sancionatorio si bien pretendía proteger el sistema económico y sobre todo los intereses de los acreedores del empresario no resultó ser la herramienta más idónea para ello, ya que como señaló la Superintendencia de Sociedades356, la quiebra “no ha traído ninguna solución al empresario falente, sino por el contrario, ha causado grandes lesiones al sistema económico, convirtiendo a los establecimientos de comercio en una masa de bienes que por causa de la inoperatividad pierden todo su valor intrínseco, crean unas reacciones en cadena que arrastran a otras empresas que de una u otra forma subsistían de la quebrada, y las grandes repercusiones en el campo social de la eliminación de una fuente de empleo”. Con la adopción del trámite de la Liquidación Obligatoria, en sustitución de la quiebra357, surgen ostensibles cambios en materia concursal, entre ellos el inherente a las herramientas brindadas para la agilidad en la realización de los bienes del concursado permitiéndose de ésta manera una pronta atención de sus compromisos, aspecto que contrasta con el anterior proceso, inoperante y demorado, en el que su fin último era el de sancionar al comerciante hasta llevarlo prácticamente a una “muerte civil”. El presente texto pretende desarrollar de manera dinámica la normatividad relativa a la liquidación obligatoria, así como unificar el tratamiento doctrinal y jurisprudencial en la materia para mostrar las bondades y eventuales defectos que ha presentado esta legislación al momento de ponerla en práctica por los empresarios colombianos. 356 Proyecto de Ley por medio del cual se reforma el régimen de concordatos preventivos. En: Biblioteca Jurídica. Bogotá: Superintendencia de sociedades, 1986. p. 26. Citado por REYES VILLAMIZAR, Francisco. Reforma. Op. cit., p. 335. 357 Bajo el concepto que el proceso liquidatorio se instituyó como sustituto del juicio de quiebra, conviene traer a colación el concepto emitido por el profesor García Martínez Francisco “…el desapoderamiento del fallido, que es el efecto inmediato del auto de apertura del juicio de quiebra. El desapoderamiento produce un cambio en la personalidad jurídica del fallido, pues este queda en estado de quiebra e inhibido con carácter general…”. MARTÍNEZ GARCÍA, Francisco. El concordato y la quiebra. Vol. 1. Buenos Aires: Ediciones Depalma, cuarta ed. Auto No. 441-020291. 2002/12/04. Superintendencia de Sociedades. Proceso de Liquidación obligatoria de Ladrillera Los Molinos Ltda. p. 13. 514 1. ASPECTOS GENERALES DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 1.1 DEFINICIÓN La doctrina concibe la Liquidación Obligatoria como: “un proceso de liquidación que se dirige a la realización ordenada de los bienes del deudor y, al mismo tiempo, de ejecución universal, pues con él se pretende atender en forma ordenada el pago de las obligaciones a su cargo”358. A partir de esta definición se puede identificar la naturaleza jurídica del trámite, sus características fundamentales y principio rectores: 1.1.1 Naturaleza jurídica. Como bien señala la definición, la liquidación obligatoria tiene un carácter eminentemente procesal, ya que implica la ejecución de un conjunto de actos con una vinculación causal que se desarrollan en estricto cumplimiento de la ley, con miras a concretar un fin particular, que en este caso es la realización de los bienes que constituyen el patrimonio del empresario deudor. Las normas que regulan la liquidación son de orden público, lo que indica que no pueden ser modificadas por los particulares. De esta misma manera, cada etapa del proceso tiene una oportunidad, es decir, un momento y tiempo determinados para su realización que de no verificarse de acuerdo a la ley pueden acarrear no sólo la nulidad de la actuación sino del proceso en su integridad. Dado que en el trámite liquidatorio intervienen órganos administrativos y jurisdiccionales del Estado, órganos auxiliares y específicamente el liquidador, se puede decir que este es un proceso “complejo” desde un punto de vista objetivo, lo que implica que hay actuaciones 358 FONSECA RAMOS, Marco Antonio. Procesos concursales: Concordato y Liquidación obligatoria. Colección jurídica, Ediciones Uninorte, 1996. p. 374. 515 que sólo pueden realizar sujetos determinados para que sean válidas y den efectividad al trámite para el cumplimiento de sus fines. 1.1.2 Principios rectores de la Liquidación Obligatoria. a. Universalidad: Este principio se manifiesta en la medida en que en el proceso se afectan todos los bienes que conforman el patrimonio del deudor para la satisfacción de las acreencias a su cargo. b. Colectividad: Este principio esta relacionado con la obligación de citar a “todos” los acreedores del deudor para que hagan valer sus créditos dentro del proceso. c. Igualdad: Respecto al tratamiento que debe brindársele a los acreedores, quienes por derecho propio se constituyen en parte dentro del concurso. d. Fuero de Atracción: Este principio indica que “todas las acciones relacionadas con los bienes de naturaleza patrimonial del deudor, iniciados contra el fallido, y posteriormente las que se deduzcan contra la masa de acreedores sean atraídas por el juez que interviene en el proceso concursal”359. De acuerdo con este principio es necesaria la remisión al proceso concursal de los procesos ejecutivos iniciados contra el deudor360, pues si bien la posible insolvencia del deudor merece, por obvias razones, atención y control especial por parte del Estado, no debe aterrizarse en el extremo de entenderse que la liquidación obligatoria constituya una herramienta válida para la satisfacción de cualquier obligación que no haya sido atendida 359 ARGERI, Saúl citado por REYES VILLAMIZAR. Reforma. Op. cit., p. 402. “Debe dejar sentado el juez del concurso que la regla de la colectividad o plenitud que se ha expuesto, impide la intervención de la justicia ordinaria en aquellos que son propios del proceso concursal, como hacer valer las acreencias (procesos ejecutivos o de jurisdicción coactiva”. Ver Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 440- 8745. 2001/05/29. Proceso de liquidación obligatoria de la sociedad Transmarca. p. 18. 360 516 en tiempo por el deudor, pues para ello existen los mecanismos generales contemplados en la jurisdicción ordinaria. La liquidación obligatoria tiene un carácter excepcional, y sólo se da cuando se verifiquen los supuestos consagrados en la ley para tales efectos, pues “resultaría contrario a la lógica ordenar la apertura de la liquidación obligatoria, cuando por ejemplo, no existen obligaciones a cargo del deudor que hagan imperiosa la apertura del proceso, así como continuar un proceso cuando las obligaciones ya fueron satisfechas o cuando no podrán ser atendidas aunque sea parcialmente”361 . Por lo anterior, al proceso de Liquidación Obligatoria se debe llegar cuando “se concluya que no es factible colocar a la sociedad en crisis en posibilidad de desarrollar su objeto social, ni aún aplicando los mecanismos de salvamento de un acuerdo privado o preconcursal o en un proceso concordatario propiamente dicho”362. 1.2 FINALIDAD La ley 222/95 en su artículo 95 establece que “mediante la liquidación obligatoria se realizaran los bienes del deudor para atender, con su producto, en forma ordenada el pago de las obligaciones a su cargo”. A partir de esta disposición se puede concluir que la finalidad del trámite liquidatorio es fundamentalmente la protección de los derechos de los acreedores del deudor insolvente, a quienes se deben garantizar el cumplimiento de sus acreencias de manera equitativa y proporcional; teniendo en cuenta tanto la prelación legal como los privilegios otorgados por la ley, como señala la Superintendencia de Sociedades363, pues de lo contrario se desdibuja 361 Superintendencia de Sociedades, Memorando 220-160 Julio 6 de 1997. MOJICA, Esperanza y CASTILLO, Ignacio. Procesos de disolución y liquidación de sociedades comerciales. Bogotá: Editorial Legis, 1999. p. 217. 363 Superintendencia de Sociedades. Módulo II, Satisfacción de acreencias, Abril 2002. p. 8. 362 517 el fin último del proceso, el que radica en el pago de las acreencias de la sociedad concursada y por ende en la extinción, en lo posible, total de las obligaciones. Cabe señalar que cuando se trata de una sociedad, si una vez pagado el pasivo externo queda aún un remanente, este debe ser restituido a los socios o accionistas de acuerdo a sus respectivas participaciones. 518 2. SUJETOS PASIVOS DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 2.1 COMERCIANTES PERSONAS NATURALES Una persona natural es comerciante cuanto ejecuta de manera habitual actos de comercio. La legislación mercantil no define los actos de comercio; esta ha optado por señalar taxativamente las actividades que determinan que una persona natural o bien una persona jurídica sean consideradas comerciantes. De acuerdo con esto las personas naturales estarán sujetas al trámite liquidatorio siempre que realicen cualquiera de las siguientes actividades364: 1. La adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma, y la enajenación de los mismos. 2. La adquisición a título oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el arrendamiento de los mismos; el arrendamiento de toda clase de bienes para subarrendarlos, y el subarrendamiento de los mismos. 3. El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en préstamo, y los préstamos subsiguientes, así como dar habitualmente dinero en mutuo a interés. 4. La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio, y la prenda, arrendamiento, administración y demás operaciones análogas relacionadas con los mismos. 5. La intervención como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los actos de administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes de interés, cuotas o acciones. 364 Código de Comercio, artículo 20; Ley 256 de 1996 artículo 5°, Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, artículo 11 y Ley 527 de 1999, artículo 2°, literal b. 519 6. El giro, otorgamiento, aceptación, garantía o negociación de títulos-valores, así como la compra para reventa, permuta, etc., de los mismos. 7. Las operaciones bancarias, de bolsas, de martillos. 8. El corretaje, las agencias de negocios y la representación de firmas nacionales o extranjeras. 9. La explotación o prestación de servicios de puertos, muelles, puentes, vías y campos de aterrizaje. 10. Las empresas de seguros y la actividad aseguradora. 11. Las empresas de transporte de personas o de cosas, a título oneroso, cualesquiera que fueren la vía y el medio utilizados. 12. Las empresas de fabricación, transformación, manufactura y circulación de bienes. 13. Las empresas de depósito de mercaderías, provisiones o suministros, espectáculos públicos y expendio de toda clase de bienes. 14. Las empresas editoriales, litográficas, fotográficas, informativas o de propaganda y las demás destinadas a la prestación de servicios. 15. Las empresas de obras o construcciones, reparaciones, montajes, instalaciones u ornamentaciones. 16. Las empresas para el aprovechamiento y explotación mercantil de las fuerzas o recursos de la naturaleza. 17. Las empresas promotoras de negocios y las de compra, venta, administración, custodia o circulación de toda clase de bienes. 18. Las empresas de construcción, reparación, compra y venta de vehículos para el transporte por tierra, agua y aire, y sus accesorios. 19. Las operaciones de consultoría y de ingeniería. 20. La concesión de licencias en general. 21. Los acuerdos de concesión o explotación de un servicio público. 22. Las operaciones de cooperación industrial o comercial. “La liquidación de estas personas puede suceder sea durante el ejercicio de la actividad comercial, cuando se han retirado de ella e incluso después de fallecida. La primera 520 situación es apenas obvia, ya que es durante la práctica del comercio donde se presentan en su gran mayoría los eventos de cesación de pagos que conllevan a la liquidación. En cuanto a las demás circunstancias, es preciso aclarar que la muerte del deudor o su retiro del comercio, hallándose en cesación de pagos no impide la declaración de liquidación, sólo que esta no podrá pedirse sino dentro del año siguiente a su muerte”365. 2.2 SOCIEDADES COMERCIALES Para que estas sociedades estén sujetas a la ley 222 es necesario que hayan sido constituidas de acuerdo con las normas legales y en consecuencia hayan adquirido personalidad jurídica. Esto implica que una vez celebrado el contrato de sociedad, éste se haya elevado a escritura pública y se haya registrado en el registro mercantil. A partir de lo anterior resulta claro que las sociedades de hecho no pueden ser objeto de liquidación obligatoria pues carecen de la personalidad jurídica requerida para estos fines. Bien señala la Superintendencia de Sociedades que “si bien la legislación mercantil, le da en términos generales a la sociedad de hecho un tratamiento normativo, es claro que al no formarse dicha sociedad por escritura pública, no constituye una persona jurídica y en consecuencia, carece de posibilidad alguna de acceder, frente a la Superintendencia de Sociedades o ante los jueces civiles, al tramite de un proceso concursal (Concordato o Liquidación Obligatoria) en los términos de la Ley 222 mencionada”366. Cabe aclarar que la ley 222 no se aplica a las sociedades comerciales que estén sujetas a un régimen especial, tal es el caso de los establecimientos financieros y compañías aseguradoras sometidas al Estatuto Financiero, que señala como procedimiento especial la Toma de Posesión. 365 LEAL PÉREZ, Hildebrando. Los acuerdos concursales y los acuerdos de reestructuración empresarial. Bogotá: Editorial Leyer. p. 188. 366 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-23392 de junio 29 de 2001. 521 2.3 PERSONAS JURÍDICAS DISTINTAS DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES Todas las demás personas jurídicas diferentes de sociedades comerciales como las sociedades civiles, cooperativas, fundaciones, sucursales de sociedades extranjeras, etc., también pueden ser objeto de liquidación obligatoria, salvo que exista un régimen especial aplicable, donde la autoridad competente es la Superintendencia de Sociedades. 522 3. LOS PROTAGONISTAS DEL PROCESO LIQUIDATORIO Los protagonistas de la liquidación obligatoria son los diferentes entes que intervienen en este. Tales protagonistas tienen diversas funciones entre las cuales se destacan, la de dirección y vigilancia (en cabeza de la Superintendencia de Sociedades) y la de administración y representación (en cabeza del liquidador); así mismo, se encuentra en el proceso de liquidación un órgano deliberante (la Junta Asesora del liquidador)367. A continuación se estudian con mayor detalle cada uno de estos protagonistas. 3.1 LA SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES La Superintendencia de Sociedades fue creada mediante la ley 58 de 1931, bajo el nombre de “Superintendencia de Sociedades Anónimas”, siendo una sección comercial del gobierno cuyas funciones eran principalmente ejecutar las leyes y decretos relacionados con las sociedades anónimas y vigilar estas mismas sociedades y las sucursales de sociedades extranjeras, salvo las vigiladas por la Superintendencia Bancaria. Sólo hasta 1939 entró en funcionamiento la Superintendencia, ya que la ley que permitió su creación fue suspendida indefinidamente por la ley 134 de 1931; posteriormente, la ley 128 de 1936 le dio nuevamente vigencia a la ley 58 de 1931. El Decreto 1984 de 1939 estableció que la Superintendencia de Sociedades Anónimas era una dependencia del Ministerio de Economía Nacional. Entre 1952 y 1967 se extiende su vigilancia a las demás sociedades comerciales y a cualquier sociedad siempre que a ellas estuviera vinculada como socia una sociedad anónima, directamente o por medio de otra compañía, con participación de capital del 33% o más; adicionalmente, entraron bajo su 367 Cfr. URÍA, Rodrigo. Derecho Mercantil. Madrid: Marcial Pons ediciones jurídicas y sociales S.A., vigésimo octava edición, 2001. p. 1033. 523 vigilancia las sociedades comerciales con participación de inversión extranjera en su capital. Es por esta ampliación de sus vigiladas que, mediante el Decreto 3163 de 1968 se le cambió el nombre a “Superintendencia de Sociedades”. En posteriores años, con la expedición de diversas normas, entre ellas el Código de Comercio, por ejemplo, se va ampliando cada vez más el rango de entidades vigiladas por la Superintendencia de Sociedades, siempre teniendo en cuenta el objeto social de éstas. Posteriormente, con la ley 44 de 1981, se sustituye el criterio subjetivo por el objetivo para determinar qué entidades debían sujetarse al control de esta Superintendencia, estableciendo para ello criterios como la potencialidad económica, la importancia de la actividad económica desarrollada, la generación de empleo, etc. Además, se sometió a su vigilancia a las entidades que no estuvieran vigiladas por la Superintendencia Bancaria. Y, con el Decreto Reglamentario 2059 de 1981, se determinó que el control debía ser ejercido por la Superintendencia en razón al monto de sus activos y a la actividad económica de la sociedad. Entre las leyes que posteriormente fueron expedidas, cabe resaltar la ley 222 de 1995 mediante la cual se precisaron los alcances y funciones a desarrollar en virtud de las atribuciones de inspección, vigilancia y control por la Superintendencia de Sociedades, se atribuyen a ésta entidad funciones de conciliador en los conflictos entre los socios y la sociedad, y se cambia el proceso de quiebra por el de liquidación obligatoria dando exclusiva competencia a la Superintendencia de Sociedades. En la actualidad, la Superintendencia de Sociedades es un organismo técnico, adscrito al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, mediante el cual el Presidente de la República ejerce la 524 inspección, vigilancia y control de las sociedades mercantiles, así como las facultades que le señala la Ley en relación con otras personas jurídicas o naturales368. 3.1.1 Atribuciones de la Superintendencia de Sociedades. Las atribuciones de la Superintendencia de Sociedades son las de inspección, vigilancia y control, cada una con un ámbito subjetivo de aplicación diferente. En principio, estas atribuciones son ejercidas sobre las sociedades comerciales y sobre las determinadas legalmente y que no tengan ésta característica369. Por su importancia y por ser el fundamento esencial de su existencia, consideramos imprescindible realizar un esquema descriptivo y analítico que posibilite concretar el fundamento de cada una de las tres siguientes atribuciones: a.- La facultad de inspección370, que está orientada a obtener, confirmar y analizar información sobre la situación jurídica, contable, económica y administrativa de cualquier sociedad comercial no vigilada por la Superintendencia Bancaria o sobre operaciones específicas de la misma371, corresponde a una “supervisión simplemente potencial” realizada de manera ocasional y con fundamento en la injerencia que sobre las sociedades comerciales y las sucursales de las sociedades extranjeras con domicilio en el país tiene la Supersociedades (artículo 4º del Decreto 2155/92). Mediante esta atribución puede la Superintendencia, por ejemplo, pedir suministro de informaciones, interrogar bajo juramento y realizar visitas de inspección. 368 La historia de la Superintendencia de Sociedades puede consultarse en: www.supersociedades.gov.co 369 Ley 222/95. Art. 82.- COMPETENCIA DE LA SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES. El presidente de la República ejercerá por conducto de la Superintendencia de Sociedades, la inspección, vigilancia y control de las Sociedades comerciales, en los términos establecidos en las normas vigentes. También ejercerá inspección y vigilancia sobre otras entidades que determine la ley. De la misma manera ejercerá las funciones relativas al cumplimiento del régimen cambiario en materia de inversión extranjera, inversión Colombiana en el exterior y endeudamiento externo. 370 Ver Art. 83 de la Ley 222/95. 525 Tiene esta atribución las características de ser débil, ya que mediante ella el Estado solamente puede investigar e informarse, y, al mismo tiempo, de ser muy amplia respecto de los entes comerciales sometidos (toda sociedad comercial menos las financieras). Es por ello que la doctrina le ha atribuido a la facultad de inspección las características de ocasionalidad, debilidad y omnicomprensión372. Para concluir podemos decir que esta facultad de intervenir en la situación interna de una sociedad por parte del Estado a través de la Superintendencia de Sociedades tiene como característica principal su carácter facultativo, siendo por ende la más simple y primaria en aras de una evaluación precisa que determine en últimas la procedencia o improcedencia de un mecanismo supervisivo de mayor raigambre como los que en adelante se detallan. b.- La facultad de vigilar373, que en esencia tiene un carácter permanente, aspecto que la diferencia de la inspección, consiste “en la atribución que toma la Superintendencia de Sociedades de velar porque las sociedades no sometidas a la vigilancia de otras superintendencias en su formación, funcionamiento y en el desarrollo de su objeto social, se ajusten a la ley y a los estatutos374. El artículo 84 de la Ley 222/95 es claro al precisar que, a diferencia de lo que ocurre con la inspección, la facultad de vigilancia no puede ejercerse en concurrencia con otra entidad del Estado, “ello quiere decir que, salvo lo previsto en el artículo 228 de la misma ley [que establece la competencia residual en cabeza de la Superintendencia de Sociedades], las facultades de vigilancia sólo se desempeñan respecto de aquellos sujetos definidos previamente en la ley o en los señalados, en forma general o especial, por los funcionarios administrativos facultados para determinar la vigilancia”375. 371 LÓPEZ VARGAS, Ángela Consuelo et al. La inspección, vigilancia y control del estado a las sociedades mercantiles a través de la Superintendencia de Sociedades. Tesis de especialización. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1999. p. 31. 372 Ibid. 373 Véase Art. 84 de la Ley 222/95. 374 LÓPEZ VARGAS, Op. cit., p. 31. 526 Como se puede observar, la intervención del Estado mediante la vigilancia tiene mayor fortaleza que la inspección, pues es de carácter permanente y tiene un alcance jurídico, ya que se ejerce con el fin de verificar que la sociedad, en el ejercicio de su actividad cumpla con la ley y sus estatutos. Están sometidas a la vigilancia de la Superintendencia de Sociedades todas aquellas sociedades que determinen el Presidente de la República y la Superintendencia de Sociedades, teniendo ésta última límites en dicha determinación, que señalan que solamente podrá determinar que una entidad sea sometida a la vigilancia si se presenta una de estas situaciones: • Cuando hayan abusos de los órganos sociales de dirección, administración y control, que sean graves por desconocer derechos de los socios o la violación severa o reiterada a la ley o estatutos; • Cuando haya suministro de información irreal al público o al Estado; • Cuando la contabilidad no sea llevada de acuerdo con la ley; y, • Cuando realice operaciones no incluidas dentro de su objeto social. Las funciones derivadas de la atribución de vigilancia son, por ejemplo: 1. Autorizar la emisión de bonos según lo establecido en la Ley y verificar que se realice de acuerdo con la misma. 2. Enviar delegados a las reuniones de la asamblea general o junta de socios cuando lo considere necesario. 3. Autorizar las reformas estatutarias de fusión y escisión. 375 REYES VILLAMIZAR. Reforma. Op. cit., p. 288. 527 4. Convocar a reuniones extraordinarias a la asamblea o junta de socios en los casos previstos por la Ley. 5. Autorizar la colocación de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto y de acciones privilegiadas. Lógicamente, la facultad de vigilar incluye adicionalmente las facultades derivadas de la inspección. c.- La facultad de control376 consiste en una exhaustiva y más fuerte injerencia en la sociedad por parte de la Superintendencia, ya que según doctrina “es la facultad más intensa sobre las sociedades. Se trata de una atribución de gran entidad policiva que se ejerce sobre compañías que se encuentran en una situación crítica, de carácter jurídico, económico o administrativo” 377. El artículo 85 de la ley 222/95 establece que el control consiste en la atribución de la Superintendencia de Sociedades tendiente a ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación crítica de orden jurídico, contable, económico o administrativo de cualquier sociedad comercial no vigilada por otra Superintendencia, cuando así lo determine el Superintendente de Sociedades mediante acto administrativo de carácter particular. Esta atribución incluye por ejemplo la facultad de la Superintendencia de ordenar medidas e imponer multas por el incumplimiento de normas u órdenes. Esta atribución incluye, obviamente, las facultades de vigilancia e inspección. De la anterior definición legal podemos deducir que, a diferencia de la facultad de inspección, pero al igual que la de vigilancia, el control no puede ser ejercido en concurrencia con otra entidad estatal. Para que sobre una entidad se ejerza el control, es necesario que exista una disposición expresa del superintendente, en la que éste determine 376 377 Véase Art.85 de la Ley 222/95. REYES VILLAMIZAR. Reforma. Op. cit., p. 303. 528 su necesidad de ejercer el “control” sobre dicha entidad sustentado en los fundamentos serios que se deducen de la situación crítica institucional, es decir, no existe compañía que esté sometida a control por parte de la Superintendencia por expresa disposición legal. A través de la facultad de control la Superintendencia de Sociedades ejerce funciones como las siguientes: • Ordenar la remoción de administradores, revisor fiscal y empleados, cuando se presenten irregularidades que así lo ameriten. • Conminar, bajo apremio de multas, a los administradores para que se abstengan de realizar actos contrarios a la Ley, los estatutos, las decisiones del máximo órgano social o junta directiva, o que deterioren la prenda común de los acreedores u ordenar la suspensión de los mismos. • Convocar a la sociedad al trámite de un proceso concursal. • Convocar a la entidad a trámite concursal. Es necesario aclarar que las funciones de la Superintendencia de Sociedades en virtud de una liquidación obligatoria son funciones jurisdiccionales, a pesar de ser una entidad que pertenece a la rama ejecutiva. Esto es posible debido a que el artículo 116 de la Constitución Política permite que la ley otorgue excepcionalmente funciones judiciales a determinadas autoridades administrativas, siempre y cuando se trate de materias precisas, como es el caso de la liquidación obligatoria. 3.1.2 Funciones de la Superintendencia de Sociedades en la liquidación obligatoria. 1. Declarar de oficio o a petición de parte la liquidación obligatoria de las sociedades comerciales, sucursales de sociedades extranjeras y empresas unipersonales, que no estén sujetas a un régimen especial de intervención o liquidación; 529 2. Emplazar a las personas que se crean con derecho a intervenir en el proceso liquidatorio; 3. Fijar términos, cuantía y forma de la caución que debe prestar el liquidador para el ejercicio de sus funciones; 4. Preparar, cuando a ello hubiere lugar, el auto mediante el cual se designe a los liquidadores y fije los honorarios correspondientes, así como la forma y períodos de pago de los mismos; 5. Proyectar el auto para remover, decretar inhabilidades y rehabilitar a los administradores de las empresas en proceso de liquidación obligatoria en los casos previstos en la ley; 6. Nombrar y remover al liquidador; 7. Hacer los análisis pertinentes para designar y reintegrar total o parcialmente la Junta Asesora del Liquidador, según el caso; 8. Analizar y realizar los trámites pertinentes para aprobar los inventarios del patrimonio social que deben presentar los Liquidadores en el caso de la Liquidación Obligatoria; 9. Adelantar los estudios necesarios para aprobar el avalúo de los bienes de que tratan los artículos 181 y 182 de la Ley 222 de 1995; 530 10. Elaborar la ponencia a efecto de exigir a los Liquidadores la rendición de cuentas, cuando a ello hubiere lugar, hacer su análisis y emitir concepto sobre ellas; 11. Realizar las acciones pertinentes con el fin de decretar las medidas cautelares necesarias, levantarlas y cancelar los gravámenes, conforme a la ley; 12. Preparar la ponencia tendiente a declarar terminada la liquidación obligatoria y disponer el registro de la providencia correspondiente; 13. Convocar a la audiencia, de que trata el artículo 200 de la Ley 222 de 1995, cuando, en la oportunidad y por las personas a que se refiere la misma norma, se solicite la celebración de un concordato, y aprobar los acuerdos a que se llegue, declarar la suspensión del trámite liquidatorio y poner en vigor las medidas que, de conformidad con el artículo 201 de la mencionada ley, se adopten; 14. Convocar a la Junta Asesora del Liquidador; 15. Adelantar los estudios necesarios para aprobar los acuerdos a que se llegue por fuera de la audiencia, con los requisitos del artículo 205 de la Ley 222 de 1995, y disponer su registro; 16. Vigilar, en lo de su competencia, el cabal cumplimiento de las funciones a cargo de los Liquidadores; 531 17. Preparar, para su envío al funcionario competente, las copias que acrediten hechos punibles de conformidad con lo dispuesto en el artículo 212 de la Ley 222 de 1995; 18. Proyectar el auto de calificación y graduación de créditos presentados a la liquidación obligatoria, conforme al artículo 133 de la Ley 222 de 1995, en concordancia con el 208 de la misma ley; 19. Autorizar los pagos de obligaciones a cargo de la sociedad concursada, antes de la providencia de calificación y graduación de créditos, conforme a lo establecido en el numeral 8º, del artículo 178 de la Ley 222 de 1995; 20. Cumplir con las funciones previstas en el artículo 178 de la Ley 222 de 1995, para la Junta Asesora del Liquidador, cuando quiera que por cualquier motivo ésta no se encuentre funcionando; 21. Decidir de plano sobre las solicitudes de exclusión de bienes del patrimonio de la concursada, en los términos del parágrafo del artículo 193 de la Ley 222 de 1995; 22. Disponer la expedición de copias, certificaciones, desglose de documentos y entrega de títulos, cuando a ello haya lugar; 23. Ejercer la facultad de inspección, a través de visitas o solicitud de información, de oficio o a solicitud de un interesado, en aquellas sociedades en trámite liquidatorio; 24. Colaborar en las negociaciones previas a la iniciación de liquidación obligatoria; 532 25. Efectuar los análisis y proyectar las providencias requeridas para aceptar el inicio de la negociación de un acuerdo de reestructuración de sociedades en trámite de liquidación obligatoria, en los términos de los artículos 65 y 66 de la Ley 550 de 1999; 26. Efectuar el diagnóstico jurídico, contable y financiero de las sociedades que soliciten admisión a liquidación obligatoria y proponer las decisiones que correspondan; y, 27. Evaluar los informes de los liquidadores. 3.2 EL LIQUIDADOR 3.2.1 Definición. Según la Superintendencia de Sociedades, “el liquidador es la persona que administra el patrimonio social durante el lapso liquidatorio, cuya actividad se encamina básicamente a las operaciones conducentes a distribuir el activo neto después de pagar el activo social, gozando según los términos del artículo 222 del C.Co., de amplias facultades para ejecutar todos los actos tendientes a la liquidación de la sociedad, entre ellos, el de enajenar (única persona habilitada para tal fin) los activos de la sociedad (muebles, inmuebles, etc.)” 378. El liquidador, al asumir la dirección de un proceso de liquidación obligatoria, automáticamente adquiere las calidades necesarias para poder adelantar de manera eficiente todas las funciones de asignación legal, las que por su esencia lo convierten en administrador (artículo 222 de la ley 222/95), pudiendo por lo tanto, ejercer plenamente los derechos y contraer las obligaciones, naturalmente con las respectivas responsabilidades y, en representante legal379 para adelantar el procedimiento de cierre de la empresa, si la 378 Ver circular externa de la Superintendencia de Sociedades No.220-69546. “Así mismo, es pertinente mencionar que el artículo 116 en concordancia con el 24 de la Ley 222/95 exige que los liquidadores como representantes legales que son de la nueva entidad que afronta el proceso concursal de liquidación obligatoria, promuevan acciones de responsabilidad civil o penal contra los asociados, 379 533 situación de ésta lo amerita. Igualmente por ser un auxiliar de la justicia en los términos del numeral 1 del artículo 9 del Código de Procedimiento Civil, debe tener un estrecho vínculo de colaboración encauzado a una recta administración de justicia. 3.2.2 Naturaleza. Mucho ha discutido la doctrina acerca de la naturaleza de las funciones del liquidador, elaborando varias teorías de las cuales caben distinguir380: a. La administración del liquidador deriva del deudor y por ende es un representante suyo. Se critica a esta postura en que el liquidador no es en realidad un representante del liquidador, pues no obtiene sus poderes ni deriva sus límites de aquél. Por el contrario, “la administración del síndico [léase liquidador] es originaria porque recibe su justificación de su fin, cual es, la satisfacción de los acreedores para la cual ha sido instituida la quiebra [léase liquidación]”381. b. El liquidador es un representante de los acreedores. Se critica esta postura porque la administración realizada por el liquidador recae sobre el patrimonio del deudor y se limita, simplemente, a “la realización de los bienes de la concursada para atender todas y cada una de las obligaciones a cargo [de la sociedad intervenida]”382. Por lo tanto, no se radica en cabeza del liquidador el derecho sustancial representado en los créditos, ejerciendo éste funciones simplemente para llevar a la conclusión el trámite concursal. 3.2.3 Designación. a. A quién corresponde la designación administradores y revisores fiscales y funcionarios de la entidad en liquidación y, en general, contra cualquier persona frente a la cual pueda derivarse responsabilidad”. Ver oficio de la Superintendencia de Sociedades No. 441-019571. 380 RICAURTE QUARZ, Manuel Ernesto. El síndico de la quiebra. Tesis de grado. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1974. 381 Ibid. 382 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-32581 de mayo 20 de 2003. 534 La designación del liquidador corresponde exclusivamente a la Superintendencia de Sociedades en la providencia que ordena la apertura del trámite liquidatorio; el liquidador deberá estar previamente inscrito en la lista elaborada para tal efecto. A nivel interno, debido a la organización administrativa misma de la Superintendencia de sociedades, la función de designar al liquidador corresponde al Comité de designación de los liquidadores, que se estudiará más adelante. b. Lista de liquidadores Para estar inscritos en la lista de liquidadores, los potenciales liquidadores deben elevar una solicitud a la Superintendencia de Sociedades, acompañada de los documentos exigidos383 la cual deberá radicarse en dicha Superintendencia en Bogotá o ante las intendencias regionales de esta entidad. Las correspondientes solicitudes se evalúan para verificar que las personas cumplan con los requisitos que más adelante se estudiarán, y puede la Superintendencia, eventualmente, solicitar aclaraciones o documentos adicionales, si se llega a considerar necesario. En caso de que se soliciten dichas aclaraciones o documentos y la persona no los suministre dentro de los dos meses siguientes, se entiende que desiste de la inscripción, sin perjuicio de que posteriormente vuelva a realizar una nueva solicitud (Art. 13 del Código Contencioso Administrativo y Art. 8 de la Resolución 100-003042 de la Superintendencia de Sociedades). Una vez evaluadas las solicitudes y por medio de un acto administrativo, el Superintendente de sociedades autoriza la inscripción de las personas. A las personas seleccionadas se les comunica su inscripción mediante comunicación enviada a la dirección que conste en los documentos. 383 Los documentos exigidos varían según se trate de personas naturales o de personas jurídicas. Estos documentos se hayan referenciados en el aparte de los requisitos de elegibilidad del liquidador. 535 La lista de liquidadores debe contener: nombre y apellidos de la persona autorizada por el Superintendente de Sociedades; número del documento de identificación; dirección; teléfono; profesión y área de actividad económica en la cual ha acreditado experiencia384. c. Comité de designación de liquidadores Para la evaluación de la idoneidad de la persona que va a desempeñar el cargo de liquidador existe al interior de la Superintendencia de Sociedades el Comité de designación del liquidador, ente conformado en Bogotá por el Superintendente de Sociedades o un delegado suyo, quien presidirá el comité, el Superintendente delegado para procedimientos mercantiles y los coordinadores de los grupos de liquidación obligatoria; en las intendencias regionales, el comité estará integrado por el intendente, un abogado designado por éste y el secretario administrativo de los procesos de liquidación obligatoria385. Este comité tiene como funciones: • Seleccionar y designar los liquidadores registrados en la lista para atender los procesos de liquidación obligatoria que se decreten en la Superintendencia de Sociedades; • Evaluar la idoneidad de la persona para desempeñar el cargo de liquidador; para estos efectos debe tener en cuenta: a. La experiencia acreditada en el manejo de empresas cuya actividad sea similar o afín con el objeto social de la sociedad sometida a liquidación obligatoria. Si las personas disponibles de la lista no tuvieran esta experiencia se designa como liquidador a la persona que siga en el orden estricto de lista. 384 Superintendencia de Sociedades. Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Artículo 7. Véase Artículo 9.1.1. de la Resolución 100- 3042. del 31 de Octubre de 2.002. de la Superintendencia de Sociedades. 385 536 b. Para los liquidadores que llevan más de seis meses de gestión, la evaluación se efectuará mediante diligenciamiento del "Formato Análisis de la Gestión del Liquidador". c. La infraestructura técnica y administrativa que posee la persona natural o jurídica. d. El conocimiento que la persona tenga acerca de la sociedad sometida a liquidación obligatoria, siempre y cuando no se encuentre incursa en alguna de las causales de inhabilidad establecidas en el artículo 164 de la Ley 222 de 1995386. En el evento en que la inhabilidad provenga de tener la calidad de acreedor o deudor, deberá acreditar ante la Superintendencia que enervó dicha calidad a través de cualquier figura legal. Este comité se reúne previamente al decreto de apertura de la liquidación obligatoria cada vez que haya necesidad de designar uno o varios liquidadores. Para estos efectos se realiza una convocatoria por escrito a cada uno de sus miembros, señalando día y hora de la reunión y los asuntos a discutir en la misma. La asistencia a estas reuniones es de carácter obligatorio para sus miembros y las decisiones se toman por voto unánime. d. Inscripción de la designación En el mismo auto de apertura del proceso de liquidación, la Superintendencia de Sociedades debe ordenar la inscripción del nombramiento del liquidador en el registro de la Cámara de Comercio correspondiente (num. 6 Art. 157 y Art. 162 Ley 222/95). En este sentido, basta la sola expedición del certificado respectivo para acreditar tal hecho, sin necesidad de certificaciones adicionales por parte de la Superintendencia de Sociedades. 386 Estas inhabilidades serán estudiadas más adelante, pero para claridad del tema, el Artículo 164 de la ley 222 de 1995 señala: “ARTÍCULO 164. INHABILIDADES. No podrá ser designado liquidador: 1. Quien sea asociado de la entidad en liquidación, o de alguna de sus matrices, filiales o subordinadas, o tenga el carácter de acreedor o deudor a cualquier título, de la entidad en liquidación. 2. Quien ejerza el cargo de revisor fiscal”. 537 De acuerdo con la Superintendencia de Sociedades, en el evento de no darse la inscripción del liquidador, debe procederse inmediatamente a realizar el nombramiento de un nuevo liquidador387. 3.2.4 Requisitos de elegibilidad388. Puede ser liquidador cualquier persona natural o jurídica que cumpla con los requisitos de elegibilidad. Incluso, a juicio del funcionario competente y si las circunstancias dan mérito para ello, podrá designarse liquidador a cualquiera de los administradores o al representante legal de la entidad deudora, que previamente a la apertura del trámite estuviere inscrito en la lista de liquidadores que lleva la Superintendencia de Sociedades (párrafo final del artículo 162 de la Ley 222/95). Una misma persona natural o jurídica puede ser designada como liquidador en dos o más procesos liquidatorios, pero ninguna podrá ser designada en más de cinco sociedades, directamente o como vinculado o socio de otras personas jurídicas inscritas en la lista de liquidadores, a menos que se trate de empresas en liquidación obligatoria que pertenezcan a un grupo, o sean accionistas entre sí, o empresas vinculadas entre sí como matrices y subordinadas. Este límite no se aplica para las sociedades fiduciarias-liquidadoras a menos que la persona natural designada para ejecutar el encargo en su nombre, sea liquidador en mas de cinco (5) sociedades, directamente o como vinculado o socio de otras personas jurídicas inscritas en la lista de liquidadores. a. Cuando es persona natural • Poseer título universitario; y, • Tener conocimientos y/o experiencia acreditada en el manejo de empresas. Para estos efectos, el manejo de las empresas incluye la administración, liquidación, control y/o supervisión o asesoría, en el respectivo campo profesional o laboral, de empresas 387 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-44611 y Concepto 220-69814. Artículo 163 de la ley 222/95 y Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002 de la Superintendencia de Sociedades. 388 538 pertenecientes o relacionadas con el sector económico en el cual considera el aspirante que puede desempeñarse como liquidador. La experiencia en el manejo de empresas implica haber desempeñado idóneamente cargos de nivel administrativo, directivo o ejecutivo, demostrando tal desempeño a través de certificaciones expedidas por las entidades en las que ha estado vinculado, donde se indique el tiempo de servicios prestados y se especifiquen las funciones desarrolladas. La experiencia en liquidación, control y/o supervisión de empresas, se demuestra con la certificación de la entidad nominadora o la copia del acto administrativo o judicial en donde conste su nombramiento como liquidador, o como funcionario de dirección y manejo en áreas de inspección, vigilancia o control; en ambos casos debe indicarse el tiempo de servicios prestados en dichos cargos. La experiencia en asesoría empresarial, es decir, estudios de viabilidad, recuperación, reorganización, transformación o fusión de empresas, se acredita mediante la copia de los respectivos documentos que demuestren la prestación de servicios en dicha asesoría empresarial. La persona natural que cumpla con los requisitos reseñados, debe adicionalmente presentar los documentos señalados por la Superintendencia de Sociedades, los cuales son389: (…) 4.1.1. Solicitud de inscripción y hoja de vida según formato suministrado por la Superintendencia de Sociedades. 4.1.2. Descripción de la infraestructura técnica y administrativa de que dispondrá la persona para desarrollar la gestión de liquidador. 4.1.3. Fotocopia del documento de identidad. 389 Superintendencia de Sociedades. Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Artículo 4.1. 539 4.1.4. Fotocopia de los certificados que acrediten la formación académica y profesional. 4.1.5. Fotocopia de los certificados que acrediten la experiencia, no inferior a dos (2) años, en el sector económico en el que aspira a desempeñarse como liquidador, con indicación del cargo desempeñado, tiempo y funciones asignadas. 4.1.6 Autorización para que la Superintendencia de Sociedades consulte sus antecedentes sobre comportamiento crediticio en la Central de Información del Sector Financiero (CIFIN) de la Asociación Bancaria o en cualquier otra central de riesgos. 4.1.7. Certificado de antecedentes profesionales con una vigencia no superior a un (1) mes, contado al momento de la presentación de la solicitud. 4.1.8 Certificado de antecedentes disciplinarios con una vigencia no superior a un (1) mes, contado al momento de la presentación de la solicitud. b. Cuando es persona jurídica • No menos de dos años de constitución; • Que tengan dentro de su objeto social la función de asesoría para la recuperación, reorganización, transformación, fusión y/o liquidación de empresas, lo cual debe ser acreditado través del Certificado de existencia y representación legal expedido por la entidad competente, con antigüedad no superior a quince (15) días; • Información precisa y completa de los socios o personas que desarrollarán las funciones de control sobre la sociedad en liquidación, así como del administrador, funcionario o asesor que en su nombre o por su cuenta desarrolle las funciones de liquidador, quien debe acreditar que cumple igualmente con los requisitos de los liquidadores-personas naturales. Cualquier cambio de información posterior a la solicitud debe ser informado a la Superintendencia de Sociedades para que ésta realice la correspondiente actualización. 540 Adicionalmente a estos requisitos, la Superintendencia de Sociedades ha determinado que es obligatoria la presentación de estos documentos390: (…) 4.2.1. Solicitud de inscripción según formato suministrado por la Superintendencia de Sociedades. 4.2.2. Descripción de la infraestructura técnica y administrativa de que dispondrá la sociedad para desarrollar la gestión de liquidador. 4.2.3. Todos los documentos requeridos (…) relacionados con las personas [naturales] que en su nombre o por su cuenta ejecutarán el encargo. 4.2.4. Fotocopia de los contratos, conceptos, estudios u otros documentos que demuestren la experiencia empresarial, no inferior a dos (2) años, en el desarrollo de su objeto social. 4.2.5. Autorización para que la Superintendencia de Sociedades consulte los antecedentes sobre comportamiento crediticio en la Central de Información del Sector Financiero (CIFIN) de la Asociación Bancaria o en cualquier otra central de riesgos de la sociedad, sus socios y administradores. Cuando se trate de sociedades fiduciarias, la resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002 indica que éstas solo requerirán del certificado reciente de existencia y representación legal. En adición a este requisito, deben las sociedades fiduciarias presentar la solicitud de inscripción según formato suministrado por la Superintendencia de Sociedades y la descripción de la infraestructura técnica y administrativa de la cual dispondrá la sociedad para desarrollar la gestión de liquidador. 3.2.5 Notificación y aceptación del cargo. Una vez hecha la designación ésta deberá ser comunicada al liquidador elegido por medio telegráfico precisándole que deberá informar su aceptación dentro de los cinco días siguientes a la notificación respectiva. Si guarda silencio o no acepta, sin tener excusa justificativa, debe ser reemplazado e iniciarse, dentro de los 10 días siguientes a la terminación del plazo para aceptar el cargo, un incidente para su exclusión de la lista de liquidadores, imponiéndosele una multa de 390 Superintendencia de Sociedades. Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Artículo 4.1. 541 hasta 10 salarios mínimos legales vigentes (artículo 9A del Código de Procedimiento Civil). La exclusión de la lista de liquidadores implica la remoción de la persona afectada con esta medida de todos los procesos liquidatorios en los que haya sido designado liquidador. Cuando hay aceptación ésta se “concreta” en el momento de la posesión, acto en el que bajo la gravedad del juramento deberá manifestar que no es socio, representante legal o miembro de la junta directiva de una sociedad que tenga el mismo objeto social que el de la sociedad concursada e igualmente que no se encuentra inmerso en ninguna de las causales del artículo 164 de la Ley 222/95391. 3.2.6 Inhabilidad para ser liquidador. La inhabilidad debe ser entendida como una condición determinada de una persona que lo torna no apto para desarrollar algún trabajo o para desempeñar algún cargo específico. En concordancia con ello, la ley 222 ha determinado que es inhábil para desempeñar el cargo de liquidador (Art. 164 ley 222/95): a. Quien sea asociado de la entidad en liquidación, o de alguna de sus matrices, filiales o subordinadas, o tenga el carácter de acreedor o deudor a cualquier título, de la entidad en liquidación; y, b. Quien ejerza el cargo de revisor fiscal. 3.2.7 Remuneración392. Está compuesta por dos clases de honorarios: los provisionales y los definitivos, que tienen lugar siempre y cuando el liquidador lleve a feliz término su encargo. Cuando el liquidador designado sea cualquiera de los administradores o el representante legal de la entidad deudora, deja éste de recibir el sueldo que venía devengando como administrador o representante legal, recibiendo inicialmente los 391 392 Artículo 9 de la Res. 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Art. 170 de la ley 222/95 y 10 de la Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. 542 honorarios provisionales de los liquidadores fijados por la Superintendencia de Sociedades, hasta tanto se establezcan los definitivos393. a. Honorarios provisionales Los honorarios provisionales son aquellos que pretenden compensar el esfuerzo que el liquidador despliega día a día en la búsqueda del objeto de la liquidación obligatoria. El artículo 170 de la Ley 222/95 establece que el monto total de los honorarios provisionales del liquidador serán fijados por la Superintendencia de Sociedades, en la providencia de apertura del trámite liquidatorio, teniendo en cuenta la naturaleza de la liquidación, el activo patrimonial y la complejidad de la gestión. El activo patrimonial liquidable se establece con base en el balance más reciente, es decir, aquel no superior a tres meses contados retroactivamente a partir de la fecha de designación del primer liquidador, que esté a disposición de la Superintendencia de Sociedades, excluyendo del mismo las partidas correspondientes a activos diferidos, valorizaciones y activos intangibles como, por ejemplo, crédito mercantil, derechos de autor, marcas, patentes y Know How. Si la Superintendencia no tiene balances recientes de la sociedad en liquidación, deben fijarse como honorarios provisionales el valor de un salario mínimo legal mensual vigente, salvo que el liquidador posteriormente acredite activos por mayor valor, presentando el Balance y el Estado de Ganancias y Pérdidas, debidamente certificados y dictaminados. Para determinar el valor de los honorarios provisionales se debe multiplicar por seis (6) el monto de los honorarios determinado para cada categoría de sociedades, definidas en la Resolución 100-003042 de octubre de 2002; la siguiente tabla clarificará el monto al cual puede ascender la remuneración del liquidador, según la categoría de sociedad a liquidar, teniendo en cuenta para ello el valor del activo patrimonial liquidable: 393 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-44611. 543 CATEGORIÁ Categoría A: Sociedades con recursos insuficientes. Se entienden por tales, aquellas que de conformidad con lo dispuesto en el parágrafo del artículo 1º del Decreto 850 del 30 de abril de 2002 no tienen activos o que, en caso de existir, éstos una vez avaluados en los términos del artículo 181 de la Ley 222 de 1995, no superan la suma de ciento sesenta y ocho (168) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría B: Sociedades con activo patrimonial liquidable superiores a ciento sesenta y ocho (168) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta setecientos (700) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría C: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a setecientos (700) salarios mínimos legales mensuales y hasta mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría D: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales y hasta dos mil quinientos (2.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría E: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a dos mil quinientos (2.500) salarios mínimos legales mensuales y hasta cinco mil (5.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría F: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a cinco mil (5.000) salarios mínimos legales mensuales y hasta diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría G: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta veinte mil (20.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría H: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a veinte mil (20.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría I: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta ochenta mil (80.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría J: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a ochenta mil (80.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta HONORARIOS PROVISIONALES Tienen derecho a recibir el subsidio a los liquidadores. La tarifa de honorarios provisionales será de uno punto cinco (1.5) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de dos (2) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de tres (3) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de cinco (5) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de quince (15) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de veinte (20) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de treinta (30) salarios mínimos legales mensuales vigentes. 544 ciento sesenta mil (160.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría K: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a ciento sesenta mil (160.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. La tarifa de honorarios provisionales será de treinta y cinco (35) salarios legales mensuales vigentes. Los honorarios provisionales deben pagarse como gastos de administración de la liquidación, entendiendo por tales “los estrictamente necesarios para atender las erogaciones que demande el cumplimiento expedito, efectivo y eficiente del objeto del trámite liquidatorio”394. Para el pago efectivo de los honorarios provisionales es obligatorio que el liquidador acredite ante la Superintendencia de Sociedades el cumplimiento de la etapa procesal correspondiente, determinadas por la Resolución 100-003042 de Octubre de 2002395 y obtenga del juez del proceso la previa autorización. En todo caso, el valor de los honorarios provisionales no puede en ningún caso superar el valor calculado de los honorarios definitivos. En caso de ser superiores, debe el liquidador solicitar su revisión a la Superintendencia de Sociedades. Las etapas procesales mencionadas son: • PRIMERA ETAPA. La aprehensión de los libros oficiales, presentación del cronograma de actividades (el cual debe contener como mínimo el plazo en que se considere se logrará la liquidación y el correspondiente a cada etapa del proceso, y las principales medidas y gestiones a realizar en las diferentes áreas de la empresa y el plazo de ejecución de las mismas), constitución de la caución previa y copia de las publicaciones y constancia de la emisora donde se difundió oportunamente el edicto de emplazamiento; para esta etapa se autoriza a pagar el 20% del total de los honorarios provisionales calculados en la providencia de apertura del trámite liquidatorio; 394 395 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-56281de noviembre 12 de 2002. Superintendencia de Sociedades. Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Artículo 11.1. 545 • SEGUNDA ETAPA. La presentación y aprobación del inventario; para esta etapa se autoriza a pagar el 30% del total de los honorarios provisionales calculados en la providencia de apertura del trámite liquidatorio; y, • TERCERA ETAPA. La presentación y aprobación del avalúo del inventario; para esta etapa se autoriza a pagar el 50% restante del total de los honorarios provisionales calculados en la providencia de apertura del trámite liquidatorio, siempre y cuando con este último porcentaje no se exceda el valor del cálculo de honorarios definitivos. La autorización previa del juez del proceso hace referencia a la providencia expedida de oficio por la Superintendencia de Sociedades mediante la cual se autoriza el pago de los honorarios provisionales, siguiendo las reglas expuestas. b. Honorarios definitivos396 El cálculo de los honorarios definitivos corresponde a la Superintendencia de Sociedades, entidad que, de oficio, los fija en la providencia que aprueba el avalúo de bienes, teniendo en cuenta la naturaleza y las características de la liquidación, la complejidad de la gestión, el cumplimiento que el liquidador haya dado a las etapas procesales mencionadas y el valor del activo patrimonial liquidable, que para este efecto está compuesto por el valor de los bienes avaluados (excluyendo las cuentas que representen activos intangibles tales como crédito mercantil, derechos de autor, marcas, patentes, know how, etc., pues estos activos son tenidos en cuenta por su valor de enajenación al momento de la liquidación de honorarios definitivos), más el valor de los activos enajenados que no requirieron avalúo y los valores efectivamente recuperados. El cálculo de los honorarios definitivos tiene como finalidad principal la constitución, por parte del liquidador, de la provisión respectiva. La Superintendencia de Sociedades puede autorizar el pago de honorarios con cargo a dicha provisión. 396 Superintendencia de Sociedades. Resolución 100-003042 del 31 de Octubre de 2002. Artículos 12 y 13. 546 Los honorarios definitivos se liquidan por la Superintendencia de Sociedades, previa aprobación de las cuentas finales de gestión del liquidador y con cargo a la provisión mencionada, cuando se termine el proceso de liquidación, se acepte la renuncia del liquidador o se le remueva de su cargo. ”En el evento en que el liquidador sea removido por incumplimiento grave en sus funciones, no tendrá derecho al pago de honorarios definitivos” 397. CATEGORIÁ Categoría A: Sociedades con recursos insuficientes. Se entienden por tales, aquellas que de conformidad con lo dispuesto en el parágrafo del artículo 1º del Decreto 850 del 30 de abril de 2002 no tienen activos o que, en caso de existir, éstos una vez avaluados en los términos del artículo 181 de la Ley 222 de 1995, no superan la suma de ciento sesenta y ocho (168) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría B: Sociedades con activo patrimonial liquidable superiores a ciento sesenta y ocho (168) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta setecientos (700) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría C: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a setecientos (700) salarios mínimos legales mensuales y hasta mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría D: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales y hasta dos mil quinientos (2.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría E: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a dos mil quinientos (2.500) salarios mínimos legales mensuales y hasta cinco mil (5.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría F: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a cinco mil (5.000) salarios mínimos legales mensuales y hasta diez mil (10.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría G: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a diez mil (10.000) salarios HONORARIOS DEFINITIVOS Tienen derecho a recibir el subsidio a los liquidadores. Hasta el once por ciento (11%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el siete punto cinco por ciento (7.5%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el seis por ciento (6%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el tres punto ocho por ciento (3.8%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta dos punto tres por ciento (2.3%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el uno punto treinta y cinco por ciento (1.35%) del valor del activo patrimonial 397 ISAZA UPEGUI, Álvaro. La Liquidación Obligatoria como sustituto del proceso de quiebra. En: Revista de la facultad de derecho y ciencias políticas, 96 de 1996. 547 mínimos legales mensuales vigentes y hasta veinte mil (20.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría H: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a veinte mil (20.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría I: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a cuarenta mil (40.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta ochenta mil (80.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría J: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a ochenta mil (80.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes y hasta ciento sesenta mil (160.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Categoría K: Sociedades con activo patrimonial liquidable superior a ciento sesenta mil (160.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. liquidable. Hasta cero punto ocho por ciento (0.8%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el cero punto cinco por ciento (0.5%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el cero punto treinta y cinco por ciento (0.35%) del valor del activo patrimonial liquidable. Hasta el cero punto uno por ciento (0.1%) del valor del activo patrimonial liquidable, sin exceder de un mil (1000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. Estas tarifas podrán ser incrementadas hasta en un veinticinco por ciento (25%) si la liquidación se termina durante los primeros 18 meses siguientes a la fecha de posesión del primer liquidador; y hasta en un quince por ciento (15%) si la liquidación se termina durante los dos años siguientes contados a partir de la posesión del primer liquidador. En caso de que el proceso de liquidación haya sido adelantado por varios liquidadores, los incrementos mencionados pueden reconocerse a favor del liquidador que a partir de su posesión concluya la liquidación dentro de los términos señalados, siempre y cuando durante su gestión haya tenido que practicar el avalúo de los activos, actualizar los libros contables y elaborar los estados financieros de ejercicios anteriores a la apertura del trámite liquidatorio, solucionar situaciones complejas tales como pasivo pensional a cargo de la sociedad, adelantar los trámites correspondientes a conmutación pensional, solucionar conflictos laborales, atender graves problemas de liquidez de la empresa o adelantar acciones administrativas o judiciales, entre otras actuaciones. Al valor liquidado por concepto de honorarios definitivos se deduce el monto de los honorarios que hubiere recibido el liquidador o liquidadores a título de honorarios 548 provisionales y los pagados con cargo a la provisión de honorarios definitivos, autorizados previamente por la Superintendencia de Sociedades. c. Subsidio a los liquidadores El subsidio a los liquidadores se paga a aquellos auxiliares de la justicia que demuestren que las sociedades en las cuales fueron designados para dicho cargo no tienen activos o que, en caso de existir éstos, una vez avaluados, no superen la suma de 168 salarios mínimos legales mensuales vigentes; es decir, son beneficiarios de este subsidio los liquidadores de las sociedades calificadas en la categoría A. Para recibir el subsidio, el liquidador deberá acreditar los supuestos mencionados ante la Superintendencia de Sociedades, mediante balance debidamente suscrito por contador y revisor fiscal, si lo hubiere. Una vez el Superintendente Delegado para los Procedimientos Mercantiles constate el cumplimiento de los supuestos fácticos para que haya lugar al subsidio, se solicita por escrito al Secretario General de la Superintendencia de Sociedades la expedición del correspondiente certificado de disponibilidad presupuestal, indicando en dicha solicitud el valor del subsidio y cómo se cancelará el mismo en forma proporcional mensualmente. El monto total del subsidio en ningún caso puede ser superior a 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes, por cada proceso liquidatorio en total. Una vez recibida la mencionada solicitud, el Secretario General de esta entidad procede a verificar la existencia de recursos para pagar el valor del subsidio solicitado. En caso de ser procedente, se expide el respectivo certificado de disponibilidad presupuestal con cargo al rubro que para este propósito maneja la Superintendencia de Sociedades dentro de su presupuesto de funcionamiento, el cual será remitido al Delegado para los Procedimientos Mercantiles. 549 Sólo cuando el Delegado para los Procedimientos Mercantiles reciba el respectivo certificado de disponibilidad presupuestal, podrá proferir la providencia a través de la cual se reconozca el valor del subsidio y cómo se cancelará el mismo en forma proporcional mensualmente. En firme la aludida providencia, el liquidador puede presentar las cuentas de cobro que sean del caso, con el propósito de que, previo a su pago, se evalúe la gestión del auxiliar de la justicia, constatando el cumplimiento de las diferentes etapas procesales. Si no hay reparo a la gestión del liquidador, el Superintendente Delegado para los Procedimientos Mercantiles remitirá al Grupo de Presupuesto de la Superintendencia de Sociedades la cuenta de cobro, acompañada de una certificación donde conste el cumplimiento de las funciones del liquidador, con el fin de que se continúe el trámite de pago. 3.2.8 La Caución. La caución prestada por el liquidador tiene como finalidad “responder por la gestión y los perjuicios que puede llegar a ocasionar en el desarrollo de la labor a los acreedores, asociados, terceros o la entidad deudora”398. La caución es un requisito de contenido sustancial para la permisibilidad operativa del liquidador y consiste en una póliza de manejo individual, otorgada por el liquidador y expedida por Compañía de Seguros debidamente certificada, a través de la cual éste garantiza, en el caso de ser necesario, la reparación o compensación de los perjuicios que, como consecuencia de una deficiente gestión, pueda causar. Por ley los términos, cuantía y forma deberán ser fijados por la Superintendencia de Sociedades al hacer la designación respectiva, aspectos que, acorde a las circunstancias 398 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220 –98695. Publicado en Noviembre 11 de 1999. 550 evolutivas, podrán igualmente ser objeto de reajuste, de acuerdo con lo previsto en el Código de Procedimiento Civil (artículo 165 de la Ley 222/95). Para efectos de fijar la caución, la Superintendencia “mira la naturaleza y características de la liquidación, así como la complejidad de la gestión. Igualmente, comprueba otros factores tales como carga pensional y si el liquidador debe iniciar trámites de conmutación pensional; la existencia de sindicatos; liquidez de la empresa y el estado y clase de los bienes que conforman el activo del deudor; la clase y complejidad de las acciones administrativas o judiciales que deba adelantar el liquidador”399. De acuerdo a tales criterios, la Superintendencia de Sociedades ordenaba, a noviembre 11 de 1999, prestar la caución en un porcentaje que alcanza al 0.3% del total de los activos de la sociedad deudora400. 3.2.9 Funciones y deberes. El artículo 166 de la Ley 222 de 1995, establece las funciones que debe cumplir el Liquidador en el ejercicio de su cargo. Con el fin de permitir el pleno cumplimiento del encargo que se le encomienda, el liquidador está investido de amplísimas facultades401. 399 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220 –98695. Publicado en Noviembre 11 de 1999. Superintendencia de Sociedades. Concepto 220 –98695. Publicado en Noviembre 11 de 1999. 401 ISAZA UPEGUI. Op. cit., p. 156-157. El autor Álvaro Isaza, agrupa las funciones del Liquidador de la siguiente manera: 1.- La de Administración: consistente en la elaboración del inventario, conservación y enajenación de los activos que conforman el patrimonio a liquidar, promoción de las acciones de responsabilidad contra los asociados, administradores, revisores fiscales y funcionarios de la entidad y todas aquellas relacionadas con la atención a la contabilidad del deudor y de sus archivos. (Dentro de esta categoría de funciones el autor incluye las contenidas en los numerales 1°, 3°, 4°, 7°, 10°, 11,12,14 y 15 del artículo 166 trascrito anteriormente) ; 2.- La de Gestión: Encauzada a la recuperación de los bienes y dineros que por cualquier circunstancia deben ingresar al activo a liquidar, bien sea que correspondan al capital suscrito y no pagado en su integridad, o, a los que constituyan prestaciones accesorias ó aportaciones suplementarias. (El autor en ésta categoría incluye los numerales 2°, 8°, 9°, 14 y 15 del artículo 166 de la ley 222/95). 400 551 Es importante señalar que de conformidad con el artículo 22 de la Ley 222 de 1995, el Liquidador es considerado como un órgano de administración de la sociedad. Por esta razón, la ley le asigna las funciones propias del representante legal, debido a que desde su nombramiento, debe comenzar a actuar en nombre de la sociedad y en general, debe cumplir las funciones que estaban en cabeza del representante. No obstante lo anterior, la función principal del Liquidador consiste en pagar los pasivos del deudor, de conformidad con el orden de prelación establecido en la providencia de graduación y calificación de créditos402. Para estos efectos, deberá presentar a consideración de la Junta Asesora -órgano al cual nos referiremos más adelante en este documento- un plan de pago de las obligaciones. Con este propósito, el Liquidador deberá administrar los negocios del deudor, recaudar sus acreencias y realizar sus bienes. A. Deberes accesorios del liquidador. De acuerdo a lo anteriormente expuesto, la ley le confiere una serie de deberes accesorios, encaminados al cumplimiento de dicha función principal, entre los cuales debemos señalar los siguientes: i. Deberes de administración de los bienes y negocios del deudor: 3.- La de Pago: Encaminadas a atender la cancelación del pasivo externo observando el orden de prelación establecido en la providencia de graduación y calificación de créditos. Para tal fin deberá presentar a la consideración de la Junta Asesora un plan de pagos. (Dentro de este punto ubica los numerales 8 y 16 del artículo 166 de la Ley 222/95). 402 Ley 222 de 1995. Artículo 166, numeral 8. 552 • Elaborar el inventario de los activos del deudor. conformado por la totalidad de los activos, excepto los bienes inembargables y los derechos personalísimos e intransferibles del deudor. • Promover acciones de responsabilidad civil o penal, en contra de cualquier persona de la cual pueda deducirse responsabilidad. • Continuar con la contabilidad del deudor o reconstruir la contabilidad e iniciar la contabilidad de la liquidación, si es del caso403. • Realizar, con la aprobación previa de la Junta Asesora, los castigos contables de activos que resulten pertinentes. ii. Deberes de conservación del patrimonio: • Ejecutar todos los actos que tiendan a facilitar la preparación y realización de una liquidación del patrimonio rápida y progresiva. • Ejecutar los actos necesarios para la conservación de los activos del deudor. • Mantener y conservar los activos del deudor. • Solicitar a la Superintendencia de Sociedades, el decreto y práctica del secuestro provisional de los bienes que constituyen el patrimonio del deudor. • Intentar con autorización de la Junta Asesora, todas las acciones necesarias para la conservación y reintegración de los bienes que conforman el patrimonio del deudor, lo mismo que atender y resolver las solicitudes de restitución de los bienes que deban separarse del mismo patrimonio. iii. Deber de rendición de cuentas: 403 A título de antecedente consideramos conveniente precisar que, contrario a lo que ocurría en la quiebra, en la liquidación obligatoria el liquidador debe continuar con la contabilidad del deudor, siempre que ésta esté debidamente registrada y con los libros al día, ya que, de no ser así, según lo establecido en el numeral 5 del 553 • Exigir cuentas comprobadas de su gestión a los liquidadores anteriores y a los secuestres designados en los juicios que se incorporen a la liquidación. • Rendir cuentas comprobadas de su gestión. Este último deber está plenamente justificado y cobra gran importancia debido a las "amplísimas" facultades de las que está investido el Liquidador, es decir, en contraprestación a sus facultades, el Liquidador debe rendirle cuentas a la Asamblea General de Accionistas o a la Junta de Socios, según sea el caso404, anualmente, a más tardar el 31 de Marzo y/o al término de la gestión405. La rendición de cuentas sólo se entiende cumplida con la presentación de los estados de liquidación junto con sus notas, bajo el sistema de efectivo, estados financieros básicos, junto con sus notas, por el sistema de causación y una Memoria detallada de las actividades realizadas durante el período sobre el cual se rinden las cuentas, explicados a continuación: 1.- Los estados de liquidación: Deben incluir un informe sobre la gestión realizada por el liquidador en el desarrollo de la realización de activos y cancelación de pasivos. Las respectivas notas explicativas sobre los hechos más relevantes, tanto en la venta de activos no consumibles, como en el pago del pasivo externo, con observancia de la prelación de créditos establecida en la providencia de graduación y calificación de los mismos. artículo 166 de la Ley 222 de 1995 se le asigna al liquidador la obligación de reconstruir la información contable, o, en su defecto, iniciar una nueva. 404 De conformidad con la Circular externa de la Superintendencia de Sociedades No. 21 de Noviembre 5 de 1997, excepcionalmente, en los casos de remoción o renuncia, el Liquidador tendrá un término de 30 días para hacer entrega del acta donde conste el informe detallado de su gestión al igual que la síntesis de las cuentas técnicamente comprobadas. 405 Ley 222 de 1995. Artículo 168. ISAZA UPEGUI. Ob. cit., p. 158. 554 2.- Los estados financieros básicos: Entre estos el Balance General, Estado de Resultados, Estado de Cambios en el Patrimonio, Estado de Cambios en la Situación Financiera y el Estado de Flujo de Efectivo, cada uno de estos con sus correspondientes notas explicativas. 3.- Memoria de las actividades: Tiene por objeto ilustrar a la Asamblea o a la Junta, de manera pormenorizada, sobre las diversas gestiones realizadas por el Liquidador en desarrollo de su función. También hace referencia a la elaboración del inventario de los bienes del deudor, a la enajenación de los bienes consumibles, al levantamiento de pruebas contra los administradores que perjudicaron a la sociedad que se está liquidando y la evaluación de la viabilidad de interponer la acción de simulación contra los actos celebrados por el deudor en detrimento del patrimonio de la compañía406. Dichos documentos contables deberán estar certificados por el Liquidador, un contador público y el revisor fiscal si lo hubiere, y deberán estar preparados y presentados de conformidad con las normas reglamentarias y técnicamente aceptadas. El informe de la gestión debe ser revisado previamente por la Junta Asesora, luego de lo cual será presentado ante la Superintendencia de Sociedades. Dicha entidad podrá hacer las objeciones del caso. Conforme al Artículo 169 de la Ley 222 de 1995 estas cuentas deben ponerse a disposición de los acreedores y socios como mínimo diez días previos a la fecha de realización de la respectiva reunión de informe anual, con el objeto de que puedan hacer valer sus derechos con la revisión, objeciones en caso de falsedad, inexactitud, error grave o por cualquier otra causa que pueda atentar contra su veracidad. Dichas objeciones serán decididas por la Superintendencia de Sociedades mediante el trámite de un incidente, sin que se suspenda la 406 Circular externa de la Superintendencia de Sociedades No. 19 del 31 de Octubre de 1997. 555 liquidación. En todo caso, la Superintendencia aprobará las cuentas que no fueren objetadas407. B. Facultades adicionales. Como habíamos mencionado anteriormente, el Liquidador es el nuevo representante legal del deudor. Para facilitar su labor, la ley le otorgó facultades para transigir, comprometer, novar, conciliar o desistir judicial o extrajudicialmente, siempre que no se afecte la igualdad de los acreedores de acuerdo con la Ley y esté previamente facultado por la Junta Asesora408. 3.2.10 Cesación de funciones. El Liquidador deja de ejercer sus funciones en los casos establecidos en la Ley409. Las causales de cesación de funciones se refieren a circunstancias de facto que impiden el cumplimiento de las funciones por parte del Liquidador, como en caso de muerte (si es persona natural) o disolución (si es persona jurídica) del Liquidador; a sanciones por incumplimiento o cumplimiento indebido de las funciones por parte del mismo o por renuncia del Liquidador debidamente aceptada. Las causales de cesación de funciones de carácter sancionatorio se refieren a la remoción del Liquidador y a los casos en los que se niegue a prestar caución o a reajustarla de conformidad con las disposiciones legales. En cuanto a la remoción es importante señalar que ésta podrá ser de oficio o a petición de la Junta Asesora y sólo tendrá lugar en los casos en los que se le demuestre efectivamente un 407 Esta providencia no tiene recurso. Ley 222 de 1995. Artículo 169. Ley 222 de 1995. Artículo 166. Parágrafo. 409 Ley 222 de 1995. Artículos 171 y 172. 408 556 incumplimiento grave del Liquidador en el desarrollo de sus funciones. El procedimiento de remoción es bastante expedito, pues la Ley le concede un plazo de sólo cinco días a partir de la solicitud para que el Liquidador presente su defensa. Finalmente, la Ley establece como sanción la pérdida por parte del Liquidador de sus honorarios en caso de que se haga efectiva la remoción. 3.2.11 Acciones procedentes contra el liquidador. Como lo mencionamos anteriormente, el Liquidador es considerado como administrador del deudor en razón a que es él quien debe dirigir la sociedad a partir de su nombramiento, por ello, al asignársele funciones encaminadas a tal fin resulta normal y lógico que, de no observar éste un comportamiento basado en la buena fe, la lealtad y la diligencia de un buen hombre de negocios, se convierta en sujeto pasivo de la acción social de responsabilidad consagrada en el artículo 25 de la Ley 222 de 1995. Las acciones contra el Liquidador caducan en un término de cinco años, contados a partir de la cesación de sus funciones y se promoverán ante la justicia ordinaria de conformidad con las disposiciones legales vigentes410. 3.2.12 Responsabilidad. A. Responsabilidad civil. El artículo 167 de la Ley 222de 1995 señala que el Liquidador responderá ante el deudor, asociados, acreedores y terceros y si fuere el caso ante la entidad deudora, por el patrimonio que recibe para Liquidar. 410 Ley 222 de 1995. Artículo 167 inciso final. 557 Para todos los efectos legales, los bienes inventariados y el avalúo de los mismos realizado conforme a las normas previstas, determinarán los límites de tal responsabilidad. Por el contrario, la responsabilidad que le incumbe por los perjuicios que ocasione por violación o negligencia en el cumplimiento de sus deberes a las mencionadas personas, será ilimitada. En estos casos, el Liquidador será responsable tanto por acción como por omisión. Dichas acciones deberán interponerse ante la justicia ordinaria. B. Responsabilidad penal. Existen igualmente posibilidades para que sobre el Liquidador recaiga una responsabilidad de índole penal cuando por sus actuaciones se tipifique una conducta punitiva, como por ejemplo cuando suministre datos contrarios a la realidad y ordene, tolere, haga o encubra falsedad en los inventarios remitidos a la Superintendencia de Sociedades411, entre otros. En conclusión el Liquidador es responsable de todas las irregularidades jurídicas, contables, económicas y administrativas en las que incurra durante el desarrollo del proceso y por ende es susceptible de que en su contra se ejerciten las acciones respectivas. 3.3 LA JUNTA ASESORA DEL LIQUIDADOR Es un órgano colegiado, elegido por la Superintendencia de Sociedades cuya función principal es asesorar y fiscalizar la gestión del liquidador, por lo cual tiene facultades de administración y revisión de cuentas412. Dicha elección tendrá lugar en la providencia de 411 Circular externa No. 22 del 6 de Noviembre de 1997 Superintendencia de Sociedades. Módulo I, Guía práctica de la Liquidación Obligatoria, Capítulo: La junta asesora. P.1. Octubre 2001. 412 558 apertura del trámite o antes de que precluya el término para que los acreedores se hagan parte413. 3.3.1 Miembros. La Junta Asesora encuentra su importancia y justificación en la calidad de sus integrantes. Dicha Junta deberá estar conformada por los siguientes interesados en el proceso, y sus respectivos suplentes que deberán representar los mismos intereses que el principal: • Un representante de las entidades públicas acreedoras; • Un representante de los trabajadores acreedores; • Un representante de las entidades financieras acreedoras; • Un representante de los acreedores con garantía real que no sean entidades financieras; • Un representante de los socios; • Dos representantes de los acreedores quirografarios414. Sus miembros pueden ser tanto personas naturales como jurídicas, de derecho público o privado, éstas últimas asistidas por su representante legal, principal o su suplente o por quien designe los Estatutos, en concordancia con lo establecido por los artículos 196, 310, 326, 358 y 440 del Código de Comercio. De conformidad con dichas disposiciones legales, la representación es indelegable debido a que se “supone la imposibilidad para éste de designar un apoderado o mandante que represente los intereses del rango o clase de acreedores en la junta asesora del liquidador”415. 413 FONSECA RAMOS. Op. cit., p. 385. Ley 222 de 1995, Artículo 173. 415 Superintendencia de Sociedades, Módulo I. p. 7. 2.001. 414 559 En cuanto a las personas jurídicas de naturaleza pública, no opera la tesis expuesta anteriormente, en vista del régimen especial que las cobija en relación a este tema, al igual como sucede con las entidades sometidas al control y vigilancia de la Superintendencia Bancaria. De la misma manera, en los casos de participación en la Junta Asesora de acreedores que hubieran realizado la presentación de su crédito por medio de un apoderado judicial, la Superintendencia de Sociedades considera que la representación no podrá ser delegada en el apoderado, sin que se desborden los límites del poder conferido416. Tampoco podrán los acreedores otorgar poder a una persona para que los represente en una reunión de la Junta ya que en ese caso los reemplazará el suplente. La Ley señala las siguientes reglas supletivas en caso de que exista algún conflicto o impedimiento al momento de la integración de la Junta: • Cuando no exista algún representante de alguna de las categorías establecidas en el Artículo 173 de la Ley 222 de 1995, la designación podrá recaer sobre un miembro de cualquiera de las otras. • Ante la imposibilidad de integrar la Junta Asesora o de que inicie su funcionamiento, el legislador previó que la Superintendencia de Sociedades realice dichas funciones temporalmente, “siempre y cuando a la solicitud se acompañen las pruebas que acrediten los intentos previos de integración de la misma por parte del interesado...”417, a través de prueba siquiera sumaria418. 416 Superintendencia de Sociedades, Módulo I. p. 8. 2.001. Ibid., p. 3. 418 La prueba sumaria “es aquella prueba que permite llevar al juez al convencimiento de un hecho, pero que no ha sido controvertida o debatida aún por la parte contra quien se pretende hacer valer”. Superintendencia de Sociedades. Módulo II, Satisfacción de acreencias, 2.002. p. 19. 417 560 • Los suplentes de los acreedores, son personales de sus principales, por lo cual únicamente surge su responsabilidad, cuando el principal se ausenta temporal o definitivamente, permitiéndose de ésta manera la consolidación del quórum necesario para la toma de decisiones válidas. • Los suplentes de los miembros principales pertenecen al mismo renglón del principal y por lo tanto, representan la misma categoría de créditos. • Los suplentes solo tienen voto dentro de las deliberaciones de la misma cuando actúan en reemplazo de su principal419. • La Superintendencia de Sociedades tiene la posibilidad de remover a los miembros de la Junta Asesora420 cuando existan causales justificadas para ello. De ésta manera asegura su adecuado funcionamiento y la imparcialidad en sus decisiones. Por vía de ejemplo, nos referimos a la decisión tomada por la Superintendencia de Sociedades en el proceso de liquidación obligatoria al que se sometió a la Cervecería Ancla S.A., en la que entre los miembros de la Junta Asesora se encontraban dos entidades que representaban, la primera, a las instituciones financieras y, la segunda, a los acreedores quirografarios, los que a su vez eran beneficiarios de fideicomisos, es decir, ostentaban una doble calidad. 419 Superintendencia de Sociedades. Módulo I. P. 6. 2.002.“Los miembros suplentes simplemente tienen una expectativa de tener voto dentro de la junta asesora, pues su vocación es la de asistir cuando no asista el principal, caso en el cual tienen el derecho y la obligación de estar presentes, a efectos de integrar el quórum necesario para tomar las decisiones a que haya lugar... La suplencia personal se explica en razón del interés que representa el renglón designado dentro de la junta y en la medida en que se presente la ausencia del principal, pues uno y otro representan el mismo interés; por ende es forzoso concluir que quien como representante principal se excusa, no podrá delegar lo delegado en él, pues por ministerio de la ley se impone que en tal evento deba actuar el suplente, ya que de lo contrario se haría nugatoria la existencia de la suplencia personal”. 420 Ley 222 de 1995. Artículo 176. 561 Esta circunstancia generó un evidente y real “conflicto de intereses” debido a que como miembros de dicha Junta debían decidir (en virtud del numeral 12 del Artículo 178 de la Ley 222 de 1995) sobre ciertos bienes que solicitaba el vocero de los fideicomisos. Al respecto la Superintendencia concluyó que “lo anterior implicaba un evidente conflicto de intereses toda vez que a los miembros citados los beneficiaba un concepto favorable sobre la devolución de los bienes que solicitaba el vocero de los fideicomisos… Lo anterior llevará a que esta Superintendencia remueva de sus cargos a las personas citadas haciendo uso de la facultad con el claro propósito de garantizar un adecuado funcionamiento de la junta asesora del liquidador y por sobre manera procurar que sus decisiones sean imparciales”421. 3.3.2 Funcionamiento. A. Formalidades. La Junta elige, de entre sus miembros, un presidente y un secretario. Las reuniones deberán efectuarse en el domicilio del deudor, en el lugar, fecha y hora que se indique en el aviso de convocatoria. B. Quórum, convocatorias y mayorías. La convocatoria se hará por cualquier medio escrito y con una antelación no inferior a tres días hábiles a la fecha de la reunión, existiendo excepción al respecto cuando en cualquier evento se encuentren reunidos la totalidad de sus integrantes y decidan consolidarse en sesión extraordinaria. 421 Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 440-13328. 1999/10/11. Proceso de liquidación obligatoria de la Cervecería Ancla S.A. 562 La Junta delibera y decide válidamente con el voto favorable de la mayoría de sus integrantes reunidos en sesión. La validez de las decisiones tomadas en las reuniones depende de que versen, generalmente, sobre el objeto señalado en la convocatoria y de que se adopten con el voto de la mayoría absoluta de sus miembros422. En cuanto a las mayorías es importante tener en cuenta que se ha establecido un mínimo de integrantes de la Junta para que ésta pueda entrar a sesionar, dicho número es el equivalente a la mitad más uno de sus integrantes, independientemente de que asistan o no a la reunión423. Si reunida la Junta no se logra la mayoría requerida para adoptar una decisión válida corresponde a la Superintendencia de Sociedades dirimir las diferencias y, en concordancia, proferir la determinación que a bien tenga. C. Clases de reuniones. Las clases de reuniones de la Junta Asesora son tres: a) Por derecho propio u ordinarias: No requieren convocatoria porque la ley ha establecido cuándo deben estas realizarse424. b) Extraordinarias: El liquidador, el presidente de la Junta, la Superintendencia de Sociedades o tres de sus miembros donde uno actúe como principal, están en la capacidad de convocar a esta clase de reunión. 422 “Para que la junta asesora del liquidador pueda sesionar, deliberar y decidir válidamente, se requiere el voto favorable de la mayoría de su integrante que como ya se anotó son siete por lo que la mayoría requerida para decidir se logra con el voto afirmativo de cuatro de sus integrantes”. Superintendencia de Sociedades, Módulo I, Guía práctica de la liquidación obligatoria, 2.001. p. 10. 423 Superintendencia de Sociedades. Módulo I. 2.001. p. 10. 563 Se diferencia de la anterior en que se convocan por un motivo o fin específico que debe tratarse de manera urgente y exige, para su válida realización, de la respectiva convocatoria por un medio escrito y con un mínimo de tres días de antelación a la fecha prevista para llevar a cabo la reunión. c) Universal: Se presenta cuando todos los miembros de la junta se encuentran reunidos y por el voto de todos, es decir por unanimidad, se decide llevar a cabo una reunión. Esta se diferencia de las dos anteriores, en que no es necesaria su convocatoria a los miembros, pues ellos decidieron por unanimidad llevarla a cabo, pudiendo realizarse en cualquier sitio. La Junta deberá sesionar en reuniones ordinarias y por derecho propio, al menos una vez al mes y en reuniones extraordinarias, cuando sea convocada por el liquidador, por el presidente de la misma, por la Superintendencia de Sociedades o por tres de sus miembros, cuando como mínimo uno actúe como principal. Como lo mencionamos anteriormente, es posible que la Superintendencia de Sociedades asuma temporalmente las funciones de la Junta Asesora cuando por cualquier causa no se integre o ésta no esté funcionando, circunstancia de temporalidad que, como lo explica el Dr. Fonseca, no significa que “pueda entenderse como una segunda instancia a las decisiones de la junta asesora, o, como un instrumento para obtener por parte de la Superintendencia la revocatoria de las decisiones de la junta... Una interpretación distinta de esta disposición, que implique la posibilidad legal de la Superintendencia de revisar cualquier decisión de la junta que signifique la negativa de alguna petición del liquidador, 424 Art. 174. Ley 222/95. “La junta se reunirá por derecho propio, por lo menos una vez al mes...”. 564 entrañaría la violación de lo dispuesto en el Art. 173 de la ley, que autoriza a la Superintendencia a asumir las funciones de la junta sólo temporalmente”425. En refuerzo del criterio anterior traemos la posición de la Superintendencia de Sociedades426 en la que queda claro que si bien, se halla dotada de funciones jurisdiccionales para tramitar los procesos concursales, de acuerdo con lo consagrado en el numeral 3 del artículo 116 de la Constitución Política, esta facultad no abarca la revisión de la legalidad de las decisiones de la junta ni de las reuniones de la misma, pues con ello excedería ampliamente el marco de las funciones legalmente asignadas. Finalmente el artículo 175 ibídem dispone lo referente a las actas, las cuales constituyen los documentos en los que, de manera concisa, debe registrarse el resumen de los aspectos importantes y trascendentes de la reunión, resaltando en ella las decisiones adoptadas, al igual que los aspectos discordantes de sus miembros cuando estos lo soliciten expresamente. Las actas deberán ser suscritas por el presidente y secretario y su contenido deberá consignarse en el libro que para el efecto deberá llevarse, siendo obligatorio el envío de una copia a la Superintendencia de Sociedades dentro de los diez días posteriores a la respectiva sesión. La Superintendencia de Sociedades ha determinado que estas “actas pueden aprobarse en la misma sesión ó en una posterior, caso en cual el plazo de los diez (10) días se cuenta a partir de la fecha de su aprobación”427. 425 FONSECA RAMOS., Op. cit., p. 386. Superintendencia de Sociedades. Módulo I. 2.001. P. 15. Auto 440-11335 del 9 de Julio de 2001 Compañía de Inversiones de la Flota Mercante en Liquidación Obligatoria. 427 Ibid., p. 14. 426 565 3.3.3 Funciones. Por el artículo 178 de la Ley 222/95 se establecen las funciones que debe cumplir la Junta Asesora y sobre el particular la Superintendencia de Sociedades ha manifestado que “la ley faculta a la junta para que asesore y fiscalice la gestión del liquidador, pero hay que entender que la asesoría conlleva funciones de administración, como es la de otorgar el concepto previo favorable o desfavorable sobre la entrega de bienes que no forman parte de los activos patrimoniales liquidables, cuando deba atenderse el reclamo que frente a los mismos hagan terceras personas”. En concordancia podemos distinguir los siguientes dos tipos de funciones: 1.- De Asesoría o de Administración: implican para los miembros tener la calidad de administradores428 y por ende el deber de cumplir con los deberes429 y con las obligaciones430 que les impone el hecho de tener dicha calidad. Son estas son: • Disponer el avalúo, nombrar los peritos que deban efectuarlo y fijar su remuneración. (Art. 178. Numeral 1º). • Autorizar la enajenación de bienes muebles o mercancías que se encuentren en estado de deterioro o se tema razonablemente que llegarán a deteriorarse o a perecer. (Art. 178. Numeral 3º). • Solicitar a la Superintendencia de Sociedades, el decreto, práctica y levantamiento de las medidas cautelares. (Art. 178. Numeral 7º). 428 Art. 22. Ley 222/95. “Son administradores, el representante legal, el liquidador, el factor, los miembros de juntas...” 429 Artículo 23 de la Ley 222/95. 430 Artículo 24 de la Ley 222/95. 566 • Autorizar castigos contables. (Art.178. Numeral 15). • Disponer la constitución de reservas para atender el pago oportuno de las obligaciones condicionales o sujetas a litigio, reconocidas en el auto de calificación y graduación de créditos. (Art.178. Numeral 16). 2.- De Fiscalización: es apenas natural que sean precisamente los acreedores quienes más interés tengan en velar porque el funcionario cumpla adecuadamente con sus funciones. Esta razón fundamental es la que justifica que a la Junta Asesora se le confíe la función de controlar y fiscalizar al liquidador. Mediante una previsión como la que aquí se analiza se logra, además, un excedente de eficiencia. En efecto, vinculando a los acreedores y disponiendo que sean ellos quienes vigilen al liquidador se ahorran los costos potenciales en que podría incurrirse constituyendo un órgano adicional de fiscalización. Entre las funciones de fiscalización podemos resaltar las siguientes: a. Requerir al liquidador para que presente cuentas comprobadas de su gestión. (Art.178. Numeral 10). b. Verificar el inventario. (Art.178. Numeral 14). c. Aprobar el plan de pagos de las obligaciones de la concursada presentado por el liquidador teniendo en cuenta el inventario y la providencia de calificación y graduación de créditos. (Art.178. Numeral 8). d. Dar concepto previo favorable o desfavorable al liquidador sobre la exclusión de bienes que no forman parte del patrimonio de la concursada”431(Art.178. Numeral 12.). 431 Ibid., p. 5. 567 Al analizar los numerales 4, 10 y 13 del artículo 178 de la ley 222 concluimos que se trata de una sola función ya que en todos estos lo que se persigue es que la junta asesora cite al liquidador para que rinda cuentas de su gestión. Sobre la obligatoriedad de la asistencia del liquidador a las sesiones de la Junta Asesora es bueno analizar que aunque la ley establece que los únicos que forman parte de ésta son los acreedores designados en el artículo 173 de la ley 222/95, el liquidador, aunque por derecho propio tiene la facultad de asistir, en nuestra consideración ésta debería ser de carácter obligatorio a efectos de que, en su condición de ejecutivo del proceso, aporte las ideas necesarias para llevar a feliz término la liquidación. “Esta perspectiva legal, reconoce el hecho de que la junta necesita del liquidador y éste de aquella, pues en los dos órganos descansa el desarrollo del proceso liquidatorio, razón por la cual y sin perjuicio de las diferencias que eventualmente llegaren a existir, deberán trabajar en armonía y en un clima agradable, pues de no ser así no será posible obtener el cumplimiento de las finalidades del proceso liquidatorio”432. La Ley 222/95 en los numerales 2,3 y 4 de su artículo 178 impone algunas funciones a la junta asesora respecto de la enajenación de bienes433, las que por su importancia registramos así: a) Definir los términos y condiciones dentro de los cuales el liquidador debe enajenar los activos del deudor. b) Autorizar al liquidador para enajenar los bienes muebles o mercancías que se encuentren en estado de deterioro o por las cuales razonablemente se teme que lleguen a deteriorarse o a perecer. 432 433 Superintendencia de Sociedades. Módulo I, 2.001, p. 14. Circular externa de la Superintendencia de Sociedades No. 06 del Julio 9 de 1997. 568 Al respecto la Superintendencia de Sociedades434 entiende por “deterioro” cualquier avería, daño, desperfecto, detrimento, falta, falla, menoscabo, merma, maca, perjuicio, estropeo, empeoramiento, que sufra un bien con ocasión de su uso, desuso, almacenamiento, paso del tiempo, o el acaecimiento de una contingencia que así lo provoque y que, en todo caso, depende de las características intrínsecas de su naturaleza misma. Del tipo de bien depende su propio deterioro, existiendo los que, por el solo paso del tiempo, así estén en depósito bajo buenas condiciones, se deterioran con gran facilidad y rapidez, ejemplo los cartuchos de impresora; otros pierden vigencia por el transcurso del tiempo en razón al dinámico desarrollo tecnológico, caso en el que no hablaríamos de deterioro sino de obsolescencia, aspectos estos de vital importancia a tener en cuenta cuando se decida enajenar los diferentes bienes del ente concursado. c) Requerir al liquidador para que de cuenta de los negocios realizados sobre los bienes consumibles del deudor. 3.3.4 Remoción. La remoción de los miembros de la junta asesora puede ser consecuencia de la solicitud de los interesados pero también puede ser una sanción que procede cuando el infractor incurra en alguna de las conductas descritas en el artículo 176 de la Ley 222 de 1995. A. Causales. La remoción de los miembros de la junta asesora se producirá: 1. Cuando lo soliciten acreedores que representen no menos del cincuenta por ciento (50%) de las acreencias de la misma categoría. 434 Ibid. 569 2. Por inasistencia a tres sesiones de la misma. 3. De oficio, cuando la Superintendencia de Sociedades considere necesario reintegrar, total o parcialmente la junta, con el fin de asegurar su adecuado funcionamiento”. En cuanto al reemplazo de alguno de los miembros de la Junta asesora del liquidador “la Superintendencia de Sociedades lo designará entre los miembros de la misma categoría y si no existiere ninguno, la designación podrá recaer en un miembro de cualquier otra”. 570 4. TRÁMITE DE LA LIQUIDACIÓN OBLIGATORIA 4.1 SOLICITUD DEL TRÁMITE LIQUIDATORIO 4.1.1 Legitimación activa. a. Deudor: Respecto al deudor, este puede ser “cualquier deudor”435, lo que nos permite colegir que no importa en sí la naturaleza de este, es decir, si es persona natural o jurídica, si es comerciante o no, si le asiste o no ánimo de lucro; en síntesis, lo que basta es la existencia de un crédito a favor de un acreedor y a cargo suyo. Es importante establecer el papel que juegan los acreedores en el desarrollo de la liquidación obligatoria. De la lectura del artículo 149 de la ley 222 y por sustracción de materia se puede concluir que los acreedores no están legitimados para iniciar la apertura del proceso liquidatorio; no obstante la actuación oficiosa de la Superintendencia puede provenir de la insinuación por parte de los acreedores acerca de la precaria situación económica de su deudor. A partir de la información suministrada por los acreedores la entidad, en desarrollo de su facultad de inspección y vigilancia, puede investigar la situación del empresario y determinar si es o no imperativa la apertura de la liquidación obligatoria. En este sentido la Superintendencia de sociedades señala que “aunque el acreedor no está directamente legitimado para solicitar a la Superintendencia la apertura del proceso concursal en la modalidad de liquidación obligatoria, estima este despacho, que ello no es óbice para que pueda informar a la entidad la configuración de los supuestos que dan lugar a la apertura del proceso concursal, a fin de que en ejercicio de las atribuciones a ella conferidas, la Superintendencia determine si hay lugar a la apertura de oficio de la liquidación obligatoria”436. 435 436 ISAZA UPEGUI. Op. cit., p. 146. Superintendencia de Sociedades, circular externa número 6 del 7 de septiembre de 1996. 571 b. Superintendencia de Sociedades: La Superintendencia de Sociedades es competente para iniciar de oficio437 el proceso de Liquidación obligatoria gracias a la atribución legal contenida en el articulo 90 de la ley 222 , al igual que en el numeral 17 del artículo 2º, y el artículo 23 del Decreto 1080 de 1996438. Para ello se le otorgan funciones jurisdiccionales439 que le permiten conocer de manera privativa y desarrollar todos los procesos sobre esta materia, siempre y cuando se trate de sociedades comerciales, sucursales de sociedades extranjeras y empresas unipersonales no sujetas a un régimen concursal de carácter especial440 . c. Jueces Civiles del Circuito: Serán competentes cuando se trate de personas naturales y personas jurídicas diferentes a las sociedades comerciales como señala el artículo 214 de la Ley 222/95 según el caso. 4.1.2 Requisitos de la solicitud. La Superintendencia de Sociedades en la Circular externa No. 06- Septiembre de 1996 estableció que en caso de adelantarse una solicitud de apertura del trámite liquidatorio por parte del deudor, dicha solicitud debe: 1) Ser presentada por el deudor o su apoderado, quien debe ser un abogado, en cuyo caso deberá anexar el poder original que le otorgó el deudor para que lo representara. 437 “La oficiosidad es el reconocimiento de que la crisis del deudor y la imposibilidad de atender las obligaciones trasciende de las relaciones entre deudor y acreedores, e impone en consecuencia la intervención del Estado a fin de procurar la satisfacción ordenada de las obligaciones a su cargo”. Ver Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 440-8745. 2001/05/29. Proceso de liquidación obligatoria de Transmarca Ltda. p. 15. 438 Artículo 2° # 17. “Funciones: Tramitar los procesos concursales de todas las personas jurídicas, llámense sociedades comerciales, sucursales de sociedades extranjeras, empresas unipersonales, empresas industriales y comerciales de Estado, cooperativas, fundaciones y corporaciones, que no estén sujetas a un régimen especial de intervención o liquidación”. Artículo 23. “Competencia Concursal: La Superintendencia de Sociedades será competente de manera privativa, para tramitar los procesos concursales de todas las personas jurídicas, llámense sociedades comerciales...”. 439 Constitución Política de Colombia, artículo 116 inciso 3°. 440 Superintendencia de Sociedades, Resolución 100-586/98, Artículo 5° numerales 1° y 5°# 1°. 572 2) La presentación debe ser personal ante la Superintendencia de Sociedades o ante cualquier despacho judicial o notaría, en la cual deberá sustentar el por qué de su decisión. La solicitud deberá ir acompañada de: a) El certificado de existencia y representación legal del ente que desea someterse a la Liquidación obligatoria expedido por la Cámara de comercio. b) Relación de todas las obligaciones tributarias, discriminadas por clase de impuesto, cuantía, forma de pago, intereses, sanciones y las declaraciones tributarias correspondientes. Así mismo deben señalarse las actuaciones administrativas de carácter fiscal o parafiscal y los procesos de jurisdicción coactiva que estén en curso. c) Relación de procesos judiciales o de cualquier actuación administrativa de carácter patrimonial que adelante el deudor, o que cursen contra él, indicando el juzgado o la oficina donde se encuentran radicados y el estado en que se hallen. En esta exigencia se manifiesta el fuero de atracción característico del proceso liquidatorio, ya que a partir de su iniciación todos los procesos ejecutivos que estén en curso sea en contra o a favor del deudor, deben ser remitidos a la autoridad llamada a adelantar dicho proceso concursal. d) El Inventario realizado dentro del mes inmediatamente anterior a la solicitud, en el cual previa comprobación de su existencia, se detallen y valoren los activos y pasivos, con indicación precisa de su composición y los métodos utilizados para su valuación. Este requisito permite que la Superintendencia pueda decretar el embargo, secuestro y avalúo de los bienes del deudor, dando así cumplimiento al mandato contenido en el artículo 157 numeral 1º de la ley 222. 573 e) Copia de la declaratoria de disolución anticipada autorizada por el máximo órgano social en el cual se autorice al representante legal para solicitar la liquidación obligatoria. Este requisito obedece al hecho de que la apertura de la liquidación implica la disolución de la persona jurídica, decisión que equivale a la declaratoria de la disolución anticipada. f) Estados financieros debidamente certificados correspondientes al último ejerció con el respectivo dictamen. g) Una relación completa de todos los acreedores del deudor indicando el nombre, domicilio, dirección, naturaleza y cuantía de los créditos, tasas de interés, documentos en que consten, fechas de origen y vencimiento, nombre, domicilio, y dirección de los codeudores, fiadores o avalistas. En caso de ignorar tales datos, el deudor deberá manifestarlo expresamente. 4.1.3 Admisión de la solicitud. La autoridad competente admitirá la solicitud del trámite liquidatorio cuando se encuentre que: a) El deudor está incumpliendo las obligaciones de contenido patrimonial. b) El deudor está en graves y serias dificultades económicas que le impidan el cumplimiento oportuno de sus obligaciones. c) Si surgen serios indicios que permitan concluir que las anteriores circunstancias puede llegar a presentarse. Estos supuestos no son otra cosa que “guías” que el legislador decidió establecer para que el juez, en uso de su buen juicio y basado en la razón, decida adelantar el trámite de la liquidación obligatoria. 574 4.2 PROVIDENCIA DE APERTURA La providencia de apertura es un acto procesal por medio del cual se ordenan una serie de medidas tendientes a consolidar el logro de las finalidades del proceso liquidatorio establecidas en el artículo 95 de la Ley 222/95. 4.2.1 Cuándo se genera la apertura del proceso liquidatorio. De acuerdo con el artículo 150 de la ley 222, la liquidación obligatoria se abrirá: a) Cuando la Superintendencia de Sociedades ó el Juez respectivo, tomen la decisión, de oficio. Como se dijo en su oportunidad, la competencia de la Superintendencia de Sociedades en materia concursal se circunscribe a tramitar y decidir de manera privativa la liquidación de las sociedades comerciales, siempre que no estén sujetas a un procedimiento de carácter especial. En este caso la Superintendencia está actuando en desarrollo de las funciones jurisdiccionales otorgadas por el artículo 116 de la Carta Política. Para el caso de las personas naturales o personas jurídicas de naturaleza civil la autoridad competente es, en primera instancia, el juez civil del circuito. Es pertinente precisar que la oficiosidad441, propia de la actuación de la Superintendencia, es una de las características de los procesos concursales en general, incluso de los acuerdos de reestructuración a pesar de su naturaleza contractual. Esta facultad implica que la autoridad administrativa puede actuar unilateralmente cuando verifique que se cumplen los supuestos fácticos que sustentan su actuación de acuerdo con los preceptos legales, sin necesidad de que medie solicitud de parte, e incluso en contra del querer de los particulares. 441 Superintendencia de Sociedades Auto No. 440- 8745. 2001/05/29. Proceso de Liquidación obligatoria de Transmarca Ltda. p. 15. 575 La oficiosidad además de ser un poder también representa un deber para la administración, ya que de su actuación depende que se dé efectiva aplicación a los principios rectores de la actuación administrativa tales como la economía, celeridad y eficacia, y con ello se procure el cumplimiento de los fines del Estado. b) Como consecuencia de la solicitud de apertura por parte del deudor. La autoridad competente admitirá la solicitud hecha de manera adecuada. Como se dijo en su oportunidad la solicitud debe ser presentada personalmente ante la autoridad competente por el deudor o por su abogado especialmente facultado para ello. El documento debe contener la información necesaria (estados financieros, inventario, etc.) que permita establecer a la Superintendencia o al Juez, según sea el caso, que se configuran las causales que determinan la necesidad de iniciar el trámite liquidatorio, así como los datos de los acreedores y la relación de los procesos ejecutivos que estos o el Estado estén adelantando en contra del deudor. d) Por terminación del trámite concordatario, por falta de acuerdo o por incumplimiento de éste. La Superintendencia de Sociedades en reiteradas oportunidades ha precisado que “el concordato lleva implícita la liquidación obligatoria de la empresa, pues ésta se produce cuando aquél fracasa o se incumplen los términos del acuerdo celebrado, lo que expresado en otros términos, se traduce en que los socios de la compañía al autorizar al representante legal para solicitar la apertura de un proceso concursal en su modalidad de Concordato, no sólo están en el deber de conocer los efectos de éste, sino además deben prever la posibilidad del decreto de Liquidación Obligatoria, así como sus efectos” 442. A partir de esto se pueden identificar dos supuestos de hecho que dan lugar a la apertura del la liquidación obligatoria: 442 Ibid., p. 24. 576 • Falta de acuerdo concordatario: Esto se presenta cuando tras haber fracasado una primera reunión para la celebración del concordato, se convoca a una segunda audiencia y en esta aún no se constituye el quórum necesario para los mismos efectos, de tal manera que la Superintendencia da por terminado el concordato y da inicio al trámite de liquidación obligatoria. Lo mismo sucederá en el evento en que la Superintendencia improbare el acuerdo concordatario, señalando las razones de tal decisión y el por qué se considera que la empresa no es recuperable443. • Incumplimiento del acuerdo concordatario: Se presenta cuando algún acreedor, el deudor, el administrador o cualquier persona con interés jurídico denuncia el incumplimiento del concordato ante la Superintendencia, y esta, previa investigación financiera de la entidad deudora, convoca al deudor y a los acreedores cuyos créditos no han sido satisfechos a una audiencia para adoptar decisiones que puedan resolver la situación. Si no se puede llegar a una solución, la Superintendencia declarará terminado el concordato y ordenará la apertura del trámite liquidatorio444. d) Por la ausencia permanente y abandono de los negocios por parte del deudor. “Ausentarse es alejarse o separarse de algún lugar, en este caso, de su domicilio o domicilios. En tanto que abandonar es dejar sin la debida atención o cuidado los negocios. No basta, entonces, cualquier ausencia del deudor para que se configure la causal de liquidación obligatoria, sino que ésta debe ser total, es decir, que el deudor no hubiese dejado persona que legalmente pueda atender sus negocios y cumplir sus compromisos”445. e) Como producto del fracaso en la celebración del acuerdo de reestructuración o del fracaso de la negociación en los eventos previstos por la Ley 550 de 1.999. Otro motivo válido de apertura del proceso de liquidación obligatoria lo constituye el fracaso en los 443 Congreso de la República, Ley 222 de 1995, artículos 127 y 140. Ibid., artículo 132. 445 FONSECA RAMOS. Op. cit., p. 375. 444 577 programas de reestructuración previstos por la Ley 550 de 1.999, por la cual se establece el régimen de facilidades para la reactivación y reestructuración empresarial y de los entes territoriales para asegurar la función social de las empresas y lograr el desarrollo armónico de las regiones. El artículo 27 de la ley en mención precisa que: “los acuerdos deberán celebrarse dentro de los cuatro (4) meses contados a partir de la fecha en que queden definidos los derechos de voto, mediante decisión del promotor o mediante la ejecutoria de la providencia de la Superintendencia de Sociedades que resuelva las objeciones que llegaren a presentarse. Si el acuerdo no se celebra dentro del plazo antes indicado, o si fracasa446 la negociación, el promotor dará inmediato traslado a la autoridad competente para que inicie de oficio un proceso concursal de liquidación obligatoria o el procedimiento especial de intervención o liquidación que corresponda, sin perjuicio de las demás medidas que sean procedentes de conformidad con la ley”. También habrá lugar a la liquidación obligatoria en el caso en que el acuerdo de reestructuración haya sido incumplido por sus suscriptores de manera insubsanable447. 4.2.2 Contenido de la providencia de apertura. La providencia de apertura, según el artículo 157 de la ley 222, ordenará: A. El embargo, secuestro y avalúo de todos los bienes embargables del deudor. Para garantizar que durante el proceso liquidatorio los bienes del deudor, que están afectados a la satisfacción de las obligaciones con terceros, no se deterioren ni sean enajenados, en la providencia de apertura se ordenará el embargo y secuestro de todos ellos. 446 447 Ley 550 de 1999 artículo 28. Ibid., artículo 35 numeral 3. 578 Estas medidas prevalecerán sobre los embargos y secuestros decretados y practicados en los procesos ejecutivos iniciados con anterioridad al concurso en los cuales se persigan bienes del deudor, procesos que en virtud del fuero de atracción se han remitido al trámite de la liquidación obligatoria. B. La aprehensión inmediata de sus libros de cuentas y demás documentos relacionados con sus negocios. Resulta “bastante claro y no es objeto de controversia en derecho comercial el que una vez se decreta la apertura del mencionado proceso jurisdiccional, dicha providencia inicial ordene la aprehensión inmediata de sus libros y demás documentos relacionados con sus negocios…”448, acto al cual nadie puede oponerse. Esto es completamente razonable ya que los libros constituyen la base para determinar cuáles son las acreencias a cargo del deudor y establecer qué bienes hacen parte del patrimonio a liquidar, entre otras cosas, donde la aprehensión se hace necesaria para evitar cualquier tipo de alteración que pueda perjudicar a los acreedores. Esta orden surte efectos, frente al concurso y los terceros, en el lugar indicado por el deudor como domicilio de la sociedad del solicitante. C. La inscripción de la providencia de apertura en el registro mercantil de la Cámara de Comercio del domicilio principal del deudor y demás lugares donde tenga sucursales, agencias o establecimientos de comercio, o en el registro correspondiente. A partir de la inscripción de la providencia se da publicidad a la iniciación del trámite liquidatorio siendo este oponible a todos los terceros, de ahí que todo pago o extinción de obligaciones se sujetará a las reglas establecidas en la ley 222 de 1995. 448 Superintendencia de Sociedades, Auto No. 440-0156006. 2001/09/11. Proceso de liquidación obligatoria contra Transmarca Ltda. p. 24. 579 D. La prevención a los deudores del deudor de que sólo pueden pagar al liquidador, advirtiendo la inoponibilidad del pago hecho a persona distinta. Esta orden es consecuencia directa de la separación de los administradores de la entidad deudora establecida en el numeral 1 del artículo 151 de la Ley 222/95, ya que, en adelante, el liquidador, como representante legal, es quién asume todas las funciones que tenía el administrador removido, y por tanto es el único legitimado para recibir el pago de los créditos a favor del deudor. E. La prevención a todos los que tengan negocios con el deudor, inclusive procesos pendientes, de que deben entenderse exclusivamente con el liquidador, para todos los efectos legales. El liquidador como representante legal de la entidad concursada es la única persona que tiene la capacidad de vincular válidamente a la misma; por ello quien pretenda convenir cualquier asunto con la sociedad debe entenderse directamente con el liquidador so pena de que todas sus actuaciones sean inexistentes (por ausencia de manifestación de la voluntad) y por lo tanto no puedan hacerse exigibles de ninguna manera. F. El nombramiento y la inscripción en el registro mercantil o en el registro correspondiente, de la persona designada como liquidador. Esto es esencial, ya que a partir de la apertura el liquidador es el representante legal de la entidad concursada y como tal es el único facultado para actuar en su nombre; por ello es lógico que todos los terceros sepan con quién deben entenderse durante la liquidación para que sus actos sean completamente válidos. G. El emplazamiento de los acreedores por medio de edicto que se fijará al día siguiente de proferida la providencia de apertura, por el término de diez días, en la Superintendencia de Sociedades. Durante el término de fijación del edicto, éste se publicará por el liquidador o cualquier acreedor en un diario de amplia circulación nacional y en otro del domicilio principal del deudor, si lo hubiere, y será radiodifundido en una 580 emisora que tenga sintonía en dicho domicilio. Las publicaciones y la constancia de la emisora deberán allegarse dentro de los diez días siguientes al vencimiento del término de fijación del edicto. 4.2.3 Notificación e inscripción de la providencia de apertura. De acuerdo con la doctrina “la palabra notificación proviene de notis, que a su turno se deriva del verbo nosco que significa conocer, de modo que notificar equivale a hacer conocer, participar el conocimiento. Está basada la notificación en el principio de derecho de que nadie puede ser condenado sin ser citado”449. En el ámbito del derecho procesal, notificar implica “que se ha comunicado a las partes y terceros autorizados para intervenir en el proceso las providencias judiciales que dentro de él se profieren"450. Tratándose de la notificación a personas indeterminadas, y particularmente en el caso de la liquidación obligatoria, “los efectos queridos por el legislador, entre ellos el de la oponibilidad de la correspondiente decisión, se cumplen a cabalidad cuando se ha surtido en legal forma el emplazamiento por edicto, su fijación, publicación y radiodifusión, independientemente de que el deudor en su solicitud de admisión al proceso concursal liquidatorio haya omitido relacionar alguno o algunos de sus acreedores”451. En este sentido y tal como se ha mencionado, el artículo 157 de la ley 222/95 establece que la providencia de apertura se notifica a los acreedores del deudor a través de un edicto emplazatorio que debe ser fijado al día siguiente de proferida la providencia de apertura y por el término de 10 días, en la Superintendencia de Sociedades, y una publicación del edicto realizada por el liquidador o cualquier acreedor, durante el término de fijación del mismo, en un diario de amplia circulación nacional y en otro del domicilio principal del deudor, si lo hubiere, el cual será igualmente radiodifundido en una emisora que tenga sintonía en dicho domicilio. Las publicaciones y la constancia de la emisora deben 449 MORALES MOLINA, Hernando. Curso de derecho procesal civil- parte general. Novena edición. p. 537. Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-27207. Disponible en: www.supersociedades.gov.co 451 Ibid. 450 581 allegarse, dentro de los diez días siguientes al vencimiento del término de fijación del edicto. Cuando se notifique a los representantes legales del deudor esta notificación debe hacerse de forma personal, de acuerdo con el parágrafo del artículo 157 de la ley 222/95, que remite a la notificación personal para el deudor en el concordato (parágrafo del artículo 98 de la ley 222/95). El parágrafo del artículo 29 de la Ley 794 de 2003 estableció en materia de notificaciones la obligación, para los comerciantes inscritos en el registro mercantil al igual que para las personas jurídicas de derecho privado con domicilio en el país, de registrar en la Cámara de Comercio o en la oficina de registro correspondiente del lugar donde funcione su sede principal, sucursal o agencia, una dirección electrónica con el propósito de permitir la notificación por esta vía. Debe emplazarse a todos los que se consideren con derecho a intervenir en el proceso, que serán “aquellos a quienes afecte el procedimiento y la solución de la quiebra [léase liquidación]”452. Esta etapa procesal de notificaciones materializa el principio de publicidad, “según el cual, las decisiones del juez deben ser comunicadas a las partes y conocidas por éstas con el fin de que puedan ejercer los derechos que la ley concede ya sea para impugnarlas o, simplemente, para que se dispongan a cumplir lo ordenado en ellas”453. El sistema de notificaciones de los acreedores establecido en el régimen de la liquidación obligatoria tiene su fundamento en la “naturaleza universal, preferente y colectiva [del proceso]…, [involucrando] la necesaria participación de la totalidad de los acreedores y 452 SALAZAR ORTEGA, María Claudia. Participación de los acreedores en el concordato, quiebra y toma de posesión. Tesis de grado. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1986. 453 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-27207. Disponible en: www.supersociedades.gov.co 582 deudores del concursado. [La notificación] corresponde al llamado que hace el juez del concurso a todos aquellos que se crean con legitimación para comparecer a la causa que se abre”454. En conclusión, este tipo de notificación tiene su fundamento en la variedad de acreedores e interesados en el proceso455. En general, la notificación es de suma importancia porque a partir de la providencia de apertura se empieza a contar el término en que los acreedores del deudor pueden constituirse en parte para hacer valer sus derechos al interior de la liquidación, término que es perentorio y preclusivo que determina los acreedores que quedan cobijados por las prerrogativas otorgadas por la ley. Frente a este tema cabe señalar que dentro del proceso concursal existen requisitos previos para la cancelación ó pago de las obligaciones y estos radican en la ejecutoria de la providencia de calificación y graduación de créditos y en la firmeza de los avalúos de los bienes inventariados, siempre y cuando el titular de los créditos se haya hecho parte dentro del proceso en la debida oportunidad, según lo dispuesto en los artículos 198 y 158 de la Ley 222/95 respectivamente. De no cumplirse con estas formalidades, y de conformidad con el numeral 1 del artículo 899 del Código de Comercio, el pago estará viciado de nulidad absoluta456, ya que, siendo la liquidación obligatoria un proceso de carácter jurisdiccional, deben cumplirse los aspectos y términos procesales en sujeción al principio de eventualidad457; de no ser así, la 454 Ibid. Cfr. FONSECA ARCHILA, Silvia Carolina. Toma de posesión y liquidación forzosa administrativa. Parte IV de este mismo trabajo. 456 Véase Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 441-020291. 2002/12/04. Proceso de liquidación obligatoria contra Los Molinos Ltda. p. 14. 457 “El principio de eventualidad, también llamado de la preclusión. Tiende a buscar orden, claridad y rapidez en la marcha del proceso, es muy riguroso en los procedimientos escritos, y sólo muy parcialmente en los orales. S e entiende por tal división del proceso en una serie de momentos o períodos fundamentales, que algunos han calificado de compartimentos estancos, en los cuales se reparte el ejercicio de la actividad de las partes y del juez, de manera que determinados actos deben corresponder a determinado período, fuera del cual 455 583 etapa se dará por precluida. Igualmente el juez del concurso “está facultado para decretar la nulidad de los actos o negocios celebrados en contravía o violación de las normas propias del concurso, que se reitera, por ser procesales son de orden público y por ende de obligatorio cumplimiento”458. Finalmente, la providencia de apertura deberá inscribirse en la Cámara de Comercio del domicilio principal del ente deudor y demás lugares donde tenga sucursales, agencias y establecimientos de comercio, con el fin de dar cumplimiento al principio de publicidad459. 4.2.4 Recursos. Contra el auto de apertura del trámite liquidatorio no procede ningún tipo de recursos, esto quiere decir que está ejecutoriado desde el momento mismo de su expedición; por el contrario, la providencia que niega la apertura sí es susceptible del recurso de reposición, según establece el artículo 93 de la ley 222. El auto que resuelve el recurso de reposición y que nuevamente niega la apertura de la liquidación en principio no puede ser recurrido, esto sólo es posible en el evento en que en la providencia surjan “puntos nuevos”; es decir que “por primera vez aparecen en la parte resolutiva”460. De no ser así “se alargaría demasiado el procedimiento, lo que iría en últimas en desmedro de la seguridad social y por ende del orden público”461. Sobre el particular el Dr. Hernando Devis Echandía ha señalado que “cuando el auto que falla la reposición se limita a revocar total o parcialmente el anterior, no puede alegarse punto nuevo para una nueva deposición”462 de no tener nuevos puntos, es decir, no no pueden ser ejercitados y si se ejecutan no tienen valor…”. DEVIS ECHANDIA, Hernando. Compendio de derecho procesal. Tomo I: Teoría general del proceso. Bogotá: Editorial ABC-Bogotá, Novena edición, 1983. p. 48 y 49. 458 Cfr. Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 441-020291. 2002/12/04. Proceso de liquidación obligatoria contra la sociedad Los Molinos. p. 16. 459 Superintendencia de Sociedades. Concepto 440-45853 de agosto 29 de 1997. 460 Cfr. Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 440-8745. 2001/05/29. Proceso de liquidación obligatoria contra Transmarca Ltda. p. 10. 461 Ibid. 462 DEVIS ECHANDIA, Hernando. Teoría General del proceso. Tomo I. 1972. p. 45 y 48. 584 incluidos dentro del anterior, pues de lo contrario sería entrar en el campo de la inseguridad jurídica. Dentro de la estructura administrativa del Estado, las Superintendencias hacen parte del sector descentralizado por servicios, esto significa que tienen personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa y financiera. Estas entidades están adscritas463 a alguna dependencia del sector central, como a los Ministerios, no obstante tienen total autonomía en todas sus actuaciones y sobre ellas no recae ningún tipo de control jerárquico; esto implica que el jefe de la entidad – Superintendente - no tenga superior jerárquico y por tal razón contra sus actos no proceda el recurso de apelación. Sobre este aspecto el ordenamiento contencioso administrativo es claro cuando taxativamente señala la improcedencia del recurso de apelación de las decisiones de los superintendentes464. 4.3 EFECTOS DE LA APERTURA El artículo 151 de la ley 222 señala establece los siguientes efectos: 4.3.1 La separación de los administradores de la entidad deudora, en los casos previstos en la ley. La ley no señala el momento en que se produce este efecto, no obstante por cumplimiento del principio de publicidad debe entenderse que se produce a partir de la notificación del auto de apertura. Este efecto atiende a la especial naturaleza de este trámite, donde se busca primordialmente que el administrador de la entidad “ahora concursada”, cese en sus funciones de manera inmediata, con el fin de evitar la continuidad en la 463 464 RODRÍGUEZ, Libardo. Derecho Administrativo. Bogotá: Editorial Temis, Novena Edición, 1996. p.75. Artículo 50. numeral 2ª. CCA. 585 realización de actos que perjudiquen más a la sociedad deudora, cuya gestión a partir de este evento estará a cargo del liquidador. De acuerdo con la ley, los administradores son los representantes legales y los miembros de la junta directiva465, y su remoción se produce en los eventos previstos por la ley. De acuerdo con el artículo 151 y 152 de la ley 222/95, la separación o remoción de los administradores no procede como efecto natural de la apertura de la liquidación obligatoria, sino que existen precisas y taxativas causales, sin cuya presencia no es procedente la remoción. Esto se debe a que, por una parte, la realidad práctica demuestra que no todos los procesos liquidatorios surgen de un manejo fraudulento por parte de los administradores, sino que en ocasiones la inestabilidad operativa, técnica y financiera de las entidades obedece a factores externos y ajenos al resorte de sus propios conductores; y, por otra parte, la ley ha querido que durante el proceso de liquidación obligatoria los órganos sociales de la sociedad sigan funcionando (artículo 116 de la ley 222/95), sin perjuicio de las atribuciones que correspondan al liquidador y a la junta asesora de éste. Es por esta razón que para la remoción de los administradores debe existir la evaluación de la conducta individual de los mismos, pues es posible que no hayan actuado en forma ilícita. A. Causales. La ley ha determinado que la remoción de los administradores procede en los mismos casos en que procede la remoción de éstos en el proceso del concordato (Art. 152 ley 222/95). De las causales que a continuación se estudiarán puede concluirse que la remoción de los administradores es concebida como una medida sancionatoria, consecuencia del incumplimiento de sus obligaciones. 465 Superintendencia de Sociedades. Circular Externa 011 de Julio 22 de 1997. 586 En tal sentido, son causales que generan la remoción de los administradores de una entidad en liquidación (Art. 117 ley 222/95): i. Cuando por su negligencia la sociedad no esté cumpliendo los deberes del comerciante Para que haya lugar a la remoción de un administrador con fundamento en esta causal, debe, en primer lugar, presentarse un incumplimiento de los deberes que la sociedad tiene como comerciante; en segundo lugar, debe existir una actitud negligente del administrador; y, en tercer lugar, debe existir un nexo de causalidad entre el segundo y el primer presupuesto, es decir, que la conducta negligente del administrador haya ocasionado el incumplimiento de la sociedad a uno o varios de sus deberes como comerciante. En este sentido, la sociedad debe incumplir uno o varios de los deberes que la ley ha atribuido a los comerciantes, como son466: matricularse en el registro mercantil, inscribir en el registro mercantil todos los actos, libros y documentos respecto de los cuales la ley exija tal formalidad, llevar la contabilidad regular de los negocios conforme a las disposiciones legales, conservar la correspondencia y demás documentos relacionados con sus negocios o actividades, y abstenerse de ejecutar actos de competencia desleal. Así mismo, la conducta del administrador debe ser descuidada, falta de cuidado467, y generar por si misma el incumplimiento a alguno o varios de los deberes anteriormente mencionados. 466 Código de Comercio, Art. 19. 467 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Edición 2001. Disponible en: www.rae.es 587 ii. Cuando estén inhabilitados para ejercer la función de administración o el comercio Las disposiciones que contienen la inhabilidad para ejercer el comercio se encuentran dispersas en diferentes normas. Así por ejemplo, el artículo 14 del Código de Comercio señala que son inhábiles para ejercer el comercio, directamente o por interpuesta persona, los funcionarios de entidades oficiales y semioficiales respecto de actividades mercantiles que tengan relación con sus funciones; así mismo, el Código Penal en su artículo 46 permite la imposición de la inhabilitación para el ejercicio de profesión, arte, oficio, industria o comercio, como sanción a la conducta realizada con abuso del ejercicio de cualquiera de tales actividades, o contraviniendo las obligaciones que de su ejercicio se deriven. De manera general, la inhabilitación para ejercer la función de administración o el comercio provienen de la ley y de sentencias judiciales. iii. Cuando sin justa causa incumplan las obligaciones que les impone la ley En el artículo 23 de la ley 222/95 se señalan los deberes de los administradores; de acuerdo con tal artículo, los administradores tienen la obligación general de obrar de buena fe, con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios, teniendo siempre en cuenta el interés de la sociedad y los intereses de sus asociados. El artículo mencionado también establece deberes específicos a los administradores entre los cuales se encuentran, por ejemplo, realizar los esfuerzos necesarios para lograr un adecuado desarrollo del objeto social, velar por el estricto cumplimiento de las disposiciones legales o estatutarias, guardar y proteger la reserva comercial e industrial de la sociedad, abstenerse de utilizar indebidamente información privilegiada, y dar un trato equitativo a todos los socios y respetar el ejercicio del derecho de inspección de todos ellos. 588 La causal en estudio permite que en determinados casos, cuando exista justa causa, se excuse el administrador del cumplimiento de sus obligaciones legales; es decir, no se trata de obligar al administrador a que cumpla ciegamente la ley, sino que por el contrario, tome la decisión que concilie la buena fe, la lealtad y la diligencia de un buen hombre de negocios, con las cuales debe obrar, con los intereses de la sociedad y sus asociados. iv. Cuando no denunciaron oportunamente la situación que generó la apertura del trámite concursal, o habiéndolo hecho, no aportaron los documentos necesarios La causal en estudio presenta dos hipótesis distintas: de un lado, que los administradores no denuncien la difícil o grave situación para el cumplimiento de las obligaciones de la sociedad, sea tal situación efectiva o que razonablemente se presentará en el futuro; de otro lado, que una vez haya sido denunciado tal estado, los administradores no hayan aportado los documentos necesarios para verificar tal situación. v. Cuando debidamente citados, dejen de asistir a las reuniones de la Junta Asesora del liquidador Existen varias dudas respecto de esta causal, ya que en el régimen de la Junta asesora del liquidador solamente en el artículo 173 de la ley 222/95 se hace referencia a los representantes de los socios, al indicar que debe existir un representante de los socios en la Junta Asesora del liquidador; así mismo, el artículo 176 de la ley 222 señala las causales de remoción de los integrantes de la Junta Asesora, una de las cuales es la inasistencia a tres sesiones de la misma. Pero, ¿es realmente a esta remoción a la que se hace referencia en la causal en estudio? Una respuesta afirmativa no es razonable, pues la causal de remoción que se estudia hace referencia a la remoción de una persona como administrador y no como miembro de la Junta Asesora. Para analizar la causal es necesario recordar que la ley 222 en el caso de la remoción de administradores en la liquidación obligatoria simplemente se limitó a remitir a las mismas 589 causales previstas para la remoción de los administradores en el concordato. Es por ello que, analizando las funciones de la Junta Provisional de Acreedores, órgano propio del concordato, se encuentra la de “citar a los administradores por lo menos con dos días de antelación, indicando los puntos que se vayan a tratar y sobre los cuales deban rendir informes escritos o verbales” (Art. 115 num. 7 Ley 222/95). Semejante atribución no se encuentra expresa en el artículo 178 de la ley 222 que señala las funciones de la Junta Asesora, órgano propio de la liquidación; aun cuando no esté expresa, el numeral 17 del artículo 178 de la mencionada ley señala que también son funciones de la Junta Asesora “todas las demás previstas en ésta [ley 222/95] u otras leyes, tratados o convenios internacionales”. Es por ello que la presente causal debe ser entendida en este último sentido, es decir, que una vez la Junta Asesora haya citado, con dos días de antelación, a los administradores, indicando para ello los puntos que se vayan a tratar y sobre los cuales deben éstos rendir informes verbales o escritos, los citados no se presentan, debe producirse la remoción de su cargo como administradores. vi. Cuando incumplan las órdenes impartidas por la Superintendencia de Sociedades La Superintendencia de Sociedades, de acuerdo con sus facultades de vigilancia, puede impartir órdenes, por ejemplo, para que se subsanen las irregularidades en la suscripción y enajenación de acciones que se adelanten pretermitiendo los requisitos o condiciones consagrados en la ley, en los estatutos sociales o en el reglamento respectivo; o, para que se reformen las cláusulas o estipulaciones de los estatutos sociales que violen normas legales; o, finalmente, para que se inscriban las acciones en el Libro de Registro correspondiente, cuando la sociedad se niegue a efectuarla sin fundamento legal. vii. Cuando hagan enajenaciones, pagos, arreglos relacionados con sus obligaciones o reformas estatutarias, sin la autorización de la Superintendencia de Sociedades 590 La causal en estudio implica la existencia de un proceso concursal, ya que, por ejemplo, la prohibición de realizar pagos o arreglos relacionados con las obligaciones respecto de las cuales es titular el administrador, tiene su fundamento en la sujeción de todos los créditos al proceso concursal de la liquidación obligatoria. viii. Cuando sin justa causa no adopten las medidas que les hubiere solicitado la Junta Asesora del liquidador Al igual que la causal e) estudiada, esta función debe ser analizada respecto de las causales de remoción de los administradores en el concordato. Así, el artículo 115 numeral 3 de la ley 222 establece como función de la Junta Provisional de Acreedores, órgano propio del concordato, “solicitar al deudor la adopción de concretas medidas que considere indispensables para evitar la extensión de la situación de crisis o el deterioro de su patrimonio, pudiendo en caso de que el deudor no las adopte o realice sin justa causa, solicitar a la Superintendencia la remoción del administrador”. Ahora bien, frente a la Junta Asesora del liquidador, órgano propio de la liquidación obligatoria, no existe en el artículo 178 de la ley 222 ninguna referencia expresa a semejante función, la cual, por demás, resulta casi irrealizable en la liquidación si se tiene en cuenta que, por una parte, la administración recae en cabeza del liquidador y no en los administradores de la sociedad, y que, por otra, la adopción de medidas concretas e indispensables para evitar la extensión de la situación de crisis o el deterioro del patrimonio de la sociedad concursada es una función que la ley atribuye al liquidador cuando señala que son atribuciones del mismo, entre otras, gestionar el recaudo de los dineros y la recuperación de los bienes que por cualquier circunstancia deban ingresar al activo a liquidar (Art. 166 num. 1 ley 222); ejecutar los actos necesarios para la conservación de los activos (Art. 166 num. 4 ley 222); solicitar a la Superintendencia de Sociedades, el decreto y práctica del secuestro provisional de los bienes que constituyen el patrimonio a liquidar (Art. 166 num. 13 ley 222); e, intentar con autorización de la junta asesora, todas las 591 acciones necesarias para la conservación y reintegración de los bienes que conforman el patrimonio a liquidar (Art. 166 num. 15 ley 222). ix. En los demás casos previstos por la ley Tal como se había mencionado, las causales de remoción de los administradores deben ser situaciones taxativas previstas por la ley, pues se trata de la imposición de una sanción específica: la remoción del cargo. Pero este último numeral abre la posibilidad de que existan otras causales, no enumeradas en el artículo 117 de la ley 222, creando de esta manera dispersión legislativa en una materia tan importante como la remoción de los administradores. En este sentido, la ley amplia inconvenientemente las causales de remoción, que debería ser un tema tratado de manera unificada y taxativa. B. Oportunidad e inscripción de la remoción. En caso de encontrarse demostrada la existencia de alguna de las causales estudiadas, la Superintendencia de Sociedades en cualquier etapa del proceso liquidatorio, de oficio o a solicitud de cualquier acreedor o del liquidador, puede decretar, mediante providencia, la remoción. Una vez se encuentre ejecutoriada, la providencia debe ser inscrita en el registro mercantil o en el registro correspondiente. En la providencia que ordena la remoción debe igualmente convocar la Superintendencia al órgano social encargado de efectuar la designación de los administradores para que proceda a nombrar a quien reemplazará al removido. 592 C. Efecto secundario de la separación o remoción de los administradores: la inhabilidad. Señala el artículo 153 de la ley 222 que adicionalmente a la remoción debe sancionarse a los administradores con la inhabilidad para ejercer el comercio cuando se presenten uno de los eventos señalados en tal artículo. Para estos efectos, es competencia de la Superintendencia de Sociedades decretar, de oficio o a solicitud de cualquiera de los acreedores o del liquidador, la inhabilidad del administrador afectado con la medida, en caso de verificarse la existencia de una de estas conductas: i. Constituir o utilizar la empresa con el fin de defraudar a los acreedores Esta causal plantea dos situaciones diferentes: de un lado, la constitución de la sociedad con el fin de defraudar a los acreedores, y, de otro lado, la utilización de una sociedad, constituida para un fin legítimo, como medio para lograr defraudar a los acreedores. Esta causal implica que se haya constituido o utilizado la sociedad para privar a los acreedores, con abuso de su confianza o con infidelidad a las obligaciones propias de la sociedad, de lo que les corresponde por derecho. ii. Llevar la empresa, mediante fraude, al estado de crisis económica Esta causal es diferente de la causal de remoción de los administradores por no denunciar oportunamente la situación que generó la apertura del trámite concursal, o denunciarla y no aportar los documentos necesarios. La causal en estudio implica una conducta activa (fraude) por parte de los administradores, un resultado (la crisis económica de la empresa), y un nexo de causalidad (que el fraude haya sido causa de la crisis económica). 593 En concordancia con los supuestos fácticos para la iniciación de un proceso liquidatorio (Art. 91 Ley 222), la crisis económica está determinada por las graves o serias dificultades que tenga la sociedad para cumplir sus obligaciones. iii. La destrucción total o parcial de los bienes que conforman el patrimonio a liquidar No debe olvidarse que el patrimonio del deudor es la prenda general de los créditos de los acreedores, y que, a través del proceso de liquidación obligatoria, se realizarán los diferentes bienes que integran la masa a liquidar con el fin de que sean pagados estos créditos. Es por ello que en el evento de decretarse la liquidación de una sociedad, los bienes que conforman la masa son de suma importancia para los acreedores, pues a través de su realización conseguirán estos el pago de sus créditos. Así, la ley ha determinado que cuando un administrador de una sociedad intervenga en la destrucción de los bienes que conforman la masa a liquidar, independientemente de que tal destrucción sea total, perdiéndose el activo para los acreedores, o parcial, disminuyéndose el valor del activo, procede la declaratoria de inhabilidad para ejercer el comercio frente a ese administrador. iv. La malversación o dilapidación de bienes que conduzcan a la apertura del trámite liquidatorio Esta causal implica la actuación del administrador encaminada a apropiarse o destinar los bienes propiedad de la sociedad a un uso ajeno a su función, generando la apertura de la liquidación. 594 A diferencia de la causal anterior, no se trata de una pérdida física o material de los bienes, sino de una pérdida jurídica, pues no se han destruido los bienes sino que, por el contrario, han sido destinados a otro fin o no pertenecen a la sociedad. v. El incumplimiento sin justa causa del acuerdo de recuperación suscrito con sus acreedores El acuerdo de recuperación permite a la sociedad seguir desarrollando sus actividades con el fin de que se recupere económicamente, adoptando los correctivos necesarios para tal efecto, y a los acreedores lograr conseguir finalmente el pago de sus acreencias; mediante dicho acuerdo se están regulando las relaciones entre la sociedad y sus acreedores y es por ello que es de suma importancia para la ley que se cumpla con el mismo. Pero la ley considera igualmente que pueden existir justas causas que excusen su cumplimiento, siempre y cuando se encuentren los administradores frente a un interés superior a aquel de los involucrados en el acuerdo. vi. La especulación, antes o después de la apertura del trámite, con las obligaciones a su cargo adquiriéndolas a menor precio La especulación implica “efectuar operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios”468. En el presente caso se trata entonces de las operaciones comerciales o financieras realizadas por el administrador, antes o después de iniciado el proceso liquidatorio, sobre obligaciones a su cargo y cuyo beneficio consiste en obtenerlas a menor precio. Esta causal es esencialmente diferente de la mencionada en el literal d). Así, mientras que la malversación o dilapidación se refiere a los bienes, la especulación hace referencia a las obligaciones a cargo del administrador; y, por otro lado, la malversación o dilapidación de 468 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Edición 2001. Disponible en: www.rae.es 595 los bienes por parte del administrador debe necesariamente ocurrir con anterioridad a la iniciación del proceso de liquidación, pues la ley señala que para ser aplicable al administrador la sanción de inhabilidad para ejercer el comercio es necesario que tal malversación o dilapidación haya sido la causa de la apertura del proceso liquidatorio; no ocurre lo mismo con la especulación, pues la ley aclara que será ésta una causal de inhabilidad, sea que se presente antes o después de iniciado el proceso. vii. La distracción, disminución u ocultamiento total o parcial de bienes; Esta causal es diferente a la anterior pues aquella se refiere a las obligaciones y esta a los bienes de la sociedad. Pero la presente causal está relacionada con la causal del literal e), ya que, de un lado, se habla de distracción y malversación, términos que son identificables469, y de otro lado, la dilapidación de bienes genera finalmente la disminución de bienes a liquidar. Es necesario recalcar que la distracción, disminución u ocultamiento de bienes que sanciona el presente literal, puede ser total o parcial para generar la inhabilidad para los administradores de ejercer el comercio. viii. La realización de actos simulados, o la simulación de gastos, deudas o pérdidas Los gastos consisten en las erogaciones realizadas por la sociedad; las deudas son aquellas obligaciones a cargo de la sociedad; y las pérdidas son los menoscabos o deterioros a la situación económica de la empresa. Es claro que cualquiera de estos elementos genera una disminución de los activos en cabeza de la sociedad que deben responder a las obligaciones de la misma. 469 Distraer: Apartar la atención de alguien del objeto a que la aplicaba o a que debía aplicarla; malversar fondos, defraudarlos. En: Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Edición 2001. Disponible en: www.rae.es. 596 Por su parte, los actos simulados son aquellos actos jurídicos en los cuales la voluntad expresada no representa el querer real de las partes involucradas; es decir, las partes están aparentando una situación jurídica diferente a la querida por ellos. Será simulado el acto en el cual las partes fingen una convención ante el público (una compraventa, por ejemplo), con el entendido de que tal convención no producirá, en todo o en parte, los efectos aparentados; o también, será simulado el acto que pretenda disfrazar una convención realmente celebrada bajo el ropaje de otro negocio diferente470. ix. Cuando sin justa causa y en detrimento de los acreedores, hubieren desistido, renunciado o transigido, una pretensión patrimonial cierta Esta causal contiene varios presupuestos: en primer lugar, que el administrador haya desistido (abdicado o abandonado un derecho o una acción procesal), renunciado (dimisión voluntaria), o transigido (ajustado algún punto dudoso o litigioso, conviniendo las partes voluntariamente en algún medio que componga y parta la diferencia de la disputa) una pretensión patrimonial; en segundo lugar, que se trate de una pretensión patrimonial cierta, es decir, una pretensión patrimonial verdadera, segura, indubitable; y, en tercer lugar, que dicha actuación no se encuentre justificada y haya causado detrimento a los acreedores, el cual puede consistir, por ejemplo, en la pérdida del bien inmueble sobre el cual recae un crédito hipotecario. x. La ejecución de cualquier acto similar, con el cual se cause perjuicio a la entidad deudora, a sus asociados o en general a los terceros. Al igual que en el literal i) de las causales de remoción de los administradores, se debe advertir que esta última causal para decretar la inhabilidad de un administrador para ejercer el comercio es inapropiadamente amplia, más aún si se tiene en cuenta que se trata de una sanción, y por ende, debe ser taxativa la enumeración legal de sus causales. 470 FERRARA, Francisco. La simulación de los actos jurídicos. Madrid: Revista de derecho privado, 1960. p. 112. 597 En caso de que se vaya a decretar una inhabilidad con fundamento en la causal que se estudia, es necesario tener en cuenta el lineamiento de las demás causales, ya que debe tratarse de un acto similar. En este sentido, debe tratarse de actos reprochables por sí mismos y que causen adicionalmente un perjuicio a los acreedores, asociados, entidad deudora, y en general, terceros. D. Rehabilitación de los administradores. De acuerdo con el artículo 155 de la ley 222, existe para los administradores sancionados con la inhabilidad para ejercer el comercio la posibilidad de solicitar su rehabilitación. Es procedente dicha rehabilitación en tres casos: a. Una vez se haya cumplido con el acuerdo celebrado en el trámite de la liquidación obligatoria; b. Una vez haya sido cancelada la totalidad de las obligaciones reconocidas en la providencia de calificación y graduación de créditos; y, c. Cuando hayan transcurrido diez años desde que fue decretada la inhabilidad. 4.3.2. La exigibilidad de todas las obligaciones a plazo471. En este efecto se refleja el carácter ejecutivo y universal del proceso liquidatorio. Como se ha reiterado, en el proceso de liquidación obligatoria es necesario que se constituyan en parte todos los acreedores del deudor para hacer valer sus derechos, incluso cuando el plazo aún no se ha vencido. Este es un efecto lógico que busca salvaguardar los derechos de este tipo de acreedores, ya que de 471 Cabe recordar que las obligaciones sometidas a plazo ya existen, así que su titular ya ostenta la calidad de acreedor, lo que sucede es que éste sólo puede exigir el cumplimento hasta que se cumpla el término pactado con el deudor. 598 no ser así se verían terriblemente afectados pues al momento en que su crédito se haga exigible, la garantía general (patrimonio del deudor) estaría completamente disminuido e incluso puede haber desaparecido. 4.3.3 La disolución de la persona jurídica. Desde la apertura del trámite de la Liquidación Obligatoria el objetivo final y esencial es la realización del patrimonio del deudor para, con su producto, atender ordenadamente el pago de las obligaciones que éste tiene con sus acreedores. La excepción a esto se presenta cuando, por medio de una autorización del juez del concurso, por la celebración de un acuerdo de reestructuración472 ó de un acuerdo por fuera de audiencia473, la sociedad continúe desarrollando su objeto inicial. Cuando se está frente a una autorización judicial, el deudor concursado deberá realizar todos sus actos bajo las “condiciones y para los efectos que demande el objeto sustancial del trámite liquidatorio, cual es la realización de los bienes para atender en forma ordenada el pago de las obligaciones a su cargo”474. Esta restricción no se presenta cuando se actúa en virtud de la celebración de un acuerdo concordatario o un acuerdo por fuera de audiencia donde la sociedad continúa desarrollando su objeto social inicial de manera pura y simple. Cabe anotar que este evento se presenta cuando durante el trámite liquidatorio la sociedad concursada decide revocar la causal de disolución donde se pacte la continuación de la entidad, en cuyo caso la disolución queda sin efectos. 472 El artículo 200 de la ley 222 se refiere a acuerdo concordatario, no obstante se debe hacer referencia a Acuerdos de Reestructuración teniendo en cuenta que el trámite concordatario se encuentra suspendido por la ley 550 de 1999. 473 Ley 222 de 1995, artículo 205. 474 Oficio de la Superintendencia de Sociedades No. 440-4247 de Julio 31 de 1997. 599 Esto permite concluir que la liquidación obligatoria no implica necesariamente la disolución de la entidad, sino que esta puede ser subsanada por las partes cuando se deduzca que la sociedad por virtud de un acuerdo entre estas aún puede ser viable. 4.3.4 La apertura del trámite liquidatorio implica la obligación de anunciarse ante terceros con la expresión “en liquidación obligatoria”, para dar publicidad y seguridad jurídica. Este mandato legal pierde vigencia cuando durante el trámite se pacte la continuidad de la empresa sea en un acuerdo de reestructuración o en un acuerdo por fuera de audiencia. 4.3.5 La formación de los activos que componen el patrimonio a liquidar. El legislador al respecto hizo alusión al principio de universalidad, el cual se concreta en que la totalidad del patrimonio del deudor está afecto a la atención de todas y cada una de las obligaciones, para cuyos efectos, cualquier maniobra fraudulenta previa legitima para incoar las acciones revocatorias pertinentes. Asimismo, como la función específica de la liquidación es la de atender el pago de las acreencias, es de importancia resaltar lo inherente al principio de colectividad, a través del cual se llama a todos los acreedores del deudor y se les establece una única oportunidad para hacerse parte del proceso y un único escenario para hacer valer las acreencias a cargo del deudor a través del trámite respectivo. 4.3.6 La remisión e incorporación al trámite liquidatorio de todos los procesos de ejecución que se sigan contra el deudor. Este efecto es la manifestación del principio de fuero de atracción, donde todos los procesos que cursen contra el deudor deben ser remitidos a la autoridad que está adelantando el trámite liquidatorio, pues dada la naturaleza 600 universal y ejecutiva del trámite es necesario que todos los acreedores se constituyan en parte para satisfacer sus acreencias de manera igualitaria y atendiendo a las prelaciones legales. Si esto no fuese así y los procesos ejecutivos continuaran su curso, se vería menguado el patrimonio que constituye la garantía de los demás acreedores, perjudicando a quienes no han iniciado ningún proceso y sobretodo a aquellos cuyos créditos ni siquiera son exigibles475. Para llevar a cabo esta remisión se debe oficiar a todos los jueces que conozcan de procesos ejecutivos contra el deudor, de acuerdo con la información allegada por el deudor en la solicitud. 4.3.7 La preferencia del trámite liquidatorio. A partir de la providencia de apertura y durante el trámite liquidatorio no podrá admitirse petición en igual sentido, ni proceso de ejecución singular o de restitución del inmueble donde desarrolle sus actividades la empresa deudora, de acuerdo a lo previsto en el artículo 99 de la Ley 222 de 1995 relativo al concordato que debe aplicarse según lo dispuesto en artículo 152 numeral 6 de la misma ley. 4.4 POSIBILIDAD DE CONTINUACIÓN DE LOS ÓRGANOS SOCIALES De acuerdo con la circular Externa de la Superintendencia de Sociedades No. 11 de Julio 22 de 1.997, lo órganos sociales de una compañía mercantil sometida al proceso de Liquidación obligatoria que deben seguir operando son : Por un lado la asamblea general o 475 Porque sus acreencias están sometidas a plazo y éste al momento de la apertura del trámite aún no ha acaecido. 601 junta de socios , la cual deberá ejercer sus funciones de acuerdo a los lineamientos establecidos en la Ley y/o en los estatutos, sin que interfiera con el proceso concursal que se adelanta; y por otro el órgano de fiscalización en cabeza del revisor fiscal. En cuanto a los órganos de ejecución y gestión interna (gerente o representante legal) y de administración (junta directiva) sus funciones se suspenderán dentro del proceso de Liquidación obligatoria. La Superintendencia de Sociedades establece que los órganos de dirección y de fiscalización de la sociedad concursada continúan desarrollando sus funciones, sin embargo hace especial énfasis en la importancia de que estos no interfieran con la Liquidación obligatoria para no entorpecer el proceso; a pesar de lo anterior, La Ley en algunas de sus disposiciones parece abrir el espacio para que no se cumpla con lo dispuesto por la entidad mencionada; por ello a manera de ilustración académica, en razón a que, según nuestro criterio, existe proliferación de normas sobre los mismos aspectos, a través de las cuales se asignan funciones similares a órganos diferentes, lo que en la práctica puede ocasionar perjuicios en el desarrollo operativo y por qué no decirlo de posibles confrontaciones entre los distintos estamentos de la entidad, con sus obvias y negativas repercusiones, registramos nuestro criterio al respecto en los numerales que desarrollamos a continuación: 1.- Comparando los contenidos del artículo 207 del código de comercio y del artículo 178 de la Ley 222/95 (funciones de la junta asesora del liquidador) podemos concluir que éste último, en su primer inciso, decreta que la junta tendrá como atribución general la de asesorar y fiscalizar la gestión del liquidador, lo que en la práctica constituye una atribución general de fiscalización, la que guarda gran sinonimia con las funciones establecidas para el revisor fiscal en los numerales 1º, 2º, 3º y 4º del artículo 207 del Código de Comercio, razón por la cual no hallamos justificación valedera para que sobre un mismo aspecto exista una duplicidad de funciones a cargo de dos órganos diferentes, lo que en el desarrollo operativo puede acarrear traumatismos a nivel institucional. 602 2.- El numeral 4º del artículo 207 del código de comercio, presenta gran similitud con los numerales 4°,5°, 6°,10° y con el inciso 1º del artículo 178 de la Ley 222/95, porque la función que se le establece al revisor fiscal de velar por la regularidad en la elaboración de la contabilidad igualmente la tiene la junta asesora cuando se le permite revisar previamente cuentas, exigir estados financieros, etc. al liquidador. Lo que nos permite concluir que sobre el liquidador existen demasiados “controles” en el desarrollo de su función, con lo que consideramos que el mismo legislador propende por desconocer su condición de experto en el tema, no obstante los grandes requisitos establecidos por medio del artículo 163 de la Ley 222/95 y la Resolución 100-003042. 3.- Así mismo el numeral 5º del artículo 207 del código de comercio impone al revisor fiscal la función de inspección e igualmente la de velar porque se tomen las medidas de protección sobre los bienes de la sociedad, mandato de amplia relación respecto a los atribuidos a la Junta Asesora por medio de los numerales 7° y 14 del artículo 178 y con el 193 de la Ley 222/95. 4.- El numeral 6º del artículo 207 del código de comercio alude a las instrucciones que debe impartir y las solicitudes de informes para el control de los valores sociales que competen al revisor fiscal, las que igualmente se asignan a la Junta Asesora mediante los numerales 2°, 3°, 4°, 5°, 6° y 10° del artículo 178 de la Ley 222/95 al hacer referencia a las informaciones que la junta asesora debe exigirle al liquidador frente a la gestión por éste adelantada. 5.- El artículo 207 del código de comercio en su numeral 7° trata sobre la función del revisor fiscal relacionada con la autorización del balance y por su lado el numeral 5º del artículo 178 de la Ley 222/95 establece a la junta asesora la función de revisar las cuentas que le presente el liquidador, asimismo el artículo 168 es una reiteración de lo estatuido por el numeral 7 del artículo 207 del Código de Comercio sobre rendición de cuentas a las que está obligado el liquidador. 603 En conclusión, los órganos sociales “se consideran implícitos en la organización de todo ente asociativo y surgen en el mismo instante en que éste se constituye y nace la persona jurídica”476, lo cual los hace indispensables para el ente societario; por tal razón se considera que los que continúen funcionado dentro del trámite liquidatorio deberán seguir cumpliendo adecuadamente las funciones que se les asignaron, respetando el radio de acción de los otros; pues de lo que se trata es de lograr una armonía entre todos estos para poder llevar a feliz término el proceso concursal al cual fue sometida la sociedad, así la Ley en ocasiones les asigne funciones similares. 4.4.1 Responsabilidad de los administradores. Por su parte el artículo 200 del Código de Comercio se ocupa de normar lo inherente al tema de la responsabilidad de los administradores, la cual es de índole solidaria e ilimitada, por los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros. En cuanto a la culpa “se considera en abstracto, es decir, en relación con un modelo de conducta cual es el del buen hombre de negocios”477, y en razón a que por su labor recibe una contraprestación, derivada de su vínculo con la sociedad, debe responder hasta por la culpa leve. A su turno, la Ley 222 de 1995 ha establecido –tal como se reconoce en la doctrina- un verdadero estatuto de los administradores. En las normas respectivas (Art. 22-25) se establecen quiénes son administradores, cuáles son sus deberes (tanto genéricos como específicos), cuál es la índole de su responsabilidad, las acciones procedentes, etc. En concordancia con este régimen, al ser los liquidadores administradores del ente concursado dentro del proceso de liquidación obligatoria478, según lo expresado por el artículo 22 de la Ley 222/95, resulta lógico deducir que igualmente podrán ser sujetos de la acción social de 476 NARVÁEZ GARCÍA, José Ignacio. Teoría General de las sociedades. Derecho Mercantil Colombiano. Octava Edición. Editorial Legis, 1998. p. 281. 477 ESCOBAR, Luz Adriana y LANDAZABAL, Claudia Soraya. La responsabilidad de los administradores de sociedades. Tesis de grado. Director: Dr. Hernando Bermúdez. 1997. p. 115. 478 Aunque durante mucho tiempo la doctrina se debatió entre si los liquidadores eran administradores o no, la Ley 222 zanjó definitivamente la controversia al establecer positivamente que los liquidadores efectivamente tenían esta calidad. Cfr. el apartado 2.2.1 del capítulo “Responsabilidad Empresarial” contenido en esta investigación. 604 responsabilidad al tenor de lo dispuesto en el artículo 25 de dicha ley, y quedan sometidos a la especial normatividad que rige la conducta de los administradores, lo cual exige de ellos –profesionales como son- una conducta más diligente, prudente, perita e informada. Como es bien sabido, el liquidador es de vital importancia para el proceso liquidatorio, pues sus funciones “son mucho más complejas que las encomendadas a los demás auxiliares del juez, en cuanto la ley, por razón de las facultades administrativas de que lo inviste y en relación con ellas, le confía o impone funciones que trascienden la gestión del patrimonio sometido a la ejecución forzada, como la de colaborar con el juez en la verificación del pasivo de la quiebra [entiéndase liquidación], o la de indagar acerca de la responsabilidad del quebrado y de los terceros e informar sobre ello…”479; por esto, quien se invista de la calidad de liquidador dentro de un proceso concursal, deberá ser “un verdadero órgano de la quiebra [entiéndase liquidación], llamado a ser colaborador inmediato del juez, un representante del quebrado y un administrador de la masa de la quiebra…”480; pues el legislador al ver la versatilidad, utilidad y necesidad del liquidador decidió incluirlo dentro de los administradores y darle el respectivo estatus que tal rol merece. 4.5 OPORTUNIDAD PARA HACERSE PARTE 4.5.1 Plazo para hacerse parte del proceso liquidatorio. En su artículo 158 la Ley 222/95 decreta que a partir de la providencia de apertura del trámite liquidatorio y hasta el vigésimo día siguiente al vencimiento del término de fijación del edicto, los acreedores podrán hacerse parte en este proceso, de manera personal o por medio de apoderado, caso 479 PINZÓN MARTÍNEZ, José Gabino. Derecho comercial. Volumen 1. Bogotá: Editorial Temis. p. 435. 1957. 480 PINZÓN MARTÍNEZ, José Gabino. La reforma del código de comercio, el proyecto sobre quiebras. En: Universitas, Ciencias Jurídicas y socioeconómicas. No. 12. 1957. p. 184. 605 en el cual estos deberán ser abogados, presentando prueba sumaria481 de los créditos a su favor, los cuales deben ser registrados en la Superintendencia de Sociedades. Aunque resulta de elemental deducción, es importante recalcar que los apoderados, por su condición específica de mandatarios, están facultados para la toma de cualquier decisión relacionada con la situación de su poderdante respecto de la liquidación, al tenor de lo dispuesto en el artículo 211 de la ley 222. Igualmente se debe precisar que el mencionado registro de créditos no es obligatorio frente a los créditos que hayan sido presentados dentro del concordato fallido que haya ocasionado la posterior liquidación, sin incurrir por ello en aspectos nugatorios procesales, pues tales créditos se entienden presentados en tiempo por efectos del mecanismo de atracción. Se persigue que en el proceso se constituyan en parte todos los que tengan créditos contra el deudor concursado, con lo que, además de obtener una mayor agilidad en la marcha del proceso se garantiza una óptima salvaguarda de los principios de igualdad y universalidad subjetiva. La importancia de hacerse parte en la oportunidad establecida en la ley tiene su fundamento en que “mediando un procedimiento concursal todas las acreencias sin distingo de cuantía, clase y apetito, deben someterse a una clasificación legal que redefine el orden de privilegios y que les impone a todos hacerse parte en el proceso por el simple hecho de ser acreedores, negándoles la posibilidad de acudir a métodos o sistemas de recaudo que les excuse de participar en el proceso universal…”482. De no presentarse en la oportunidad mencionada, el acreedor deberá satisfacer su crédito con el remanente de la masa de la liquidación, si lo hay, y sobre los bienes que adquiera el 481 “La prueba sumaria es aquella que permite llevar al juez al convencimiento de un hecho, pero que no ha sido controvertida o debatida aún por la parte contra quien se pretende hacer valer”. Módulo II, Créditos, 2002. p. 19. 606 deudor con posterioridad a la terminación del proceso de liquidación. Así lo señala la Superintendencia de Sociedades, al indicar que: los créditos que no se hicieron parte dentro del proceso deben esperar a la cancelación de todas las acreencias afectas a la masa concursal, para posteriormente perseguir los bienes de la sociedad deudora una vez el proceso haya terminado, es decir, cuando se haya efectuado la cancelación del pasivo de aquella, se ordene el levantamiento de las medidas cautelares, si las hubiere, y el archivo del expediente correspondiente por el juez del proceso. Pensar lo contrario, sencillamente estaría contraviniendo el derecho al debido proceso establecido en el artículo 29 C.N., al privilegiar a quienes no se hicieron parte dentro de la oportunidad debida483. Es decir, el deber de presentación del crédito al concurso es una verdadera carga procesal, y en este sentido, al no cumplir con dicha carga se hace imposible perseguir el reconocimiento y pago de los créditos y sus correspondientes garantías y seguridades por cualquier otra vía jurídico procesal, “pues, de hecho, una vez admitido o convocado el deudor al trámite concursal, por virtud de su preferencia y del fuero de atracción, no podrán promoverse ejecuciones singulares y particulares contra el deudor y las ya iniciadas deberán remitirse al proceso liquidatorio”484. Deberá el acreedor esperar a que el pasivo externo a cargo de la concursada, es decir, las obligaciones reconocidas en la providencia de calificación y graduación de créditos, sea cancelado en su totalidad. En ese orden de ideas, puede concluirse sin asomo de duda, que la relación de acreedores presentada por el deudor en la solicitud de apertura del concurso, no exime a aquellos del deber de hacerse parte en el proceso, entre otras razones, porque el deudor no tiene legitimación ni interés jurídico para reclamar el pago de las obligaciones a su cargo. Lo anterior no obsta para que, verificados los supuestos de hecho y de derecho del caso, pueda y deban imponerse sanciones tales como multas, remoción e incluso inhabilidad para ejercer el comercio, a los administradores que incurran en conductas que así lo ameriten, sin perjuicio de las 482 Ver oficio de la Superintendencia de Sociedades No. 220-13661. Abril 1 de 1998. Superintendencia de Sociedades. Concepto No. 220-32581 de mayo 20 de 2003. 484 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-27207. Disponible en: www.supersociedades.gov.co 483 607 acciones ordinarias de responsabilidad e indemnización de perjuicios que contra ellos puedan incoar quienes los sufran, así como las correspondientes acciones penales y disciplinarias que eventualmente puedan ejercerse contra los revisores fiscales485. 4.5.2 Forma de hacerse parte. Hecha la publicación respectiva, dentro del tiempo legal, cada acreedor personalmente, o por medio de apoderado, deberá realizar la respectiva solicitud en la que especifique el monto de la acreencia al igual que los frutos civiles causados sobre los mismos; igualmente se puede presentar la figura jurídica de la agencia oficiosa, siempre y cuando el agenciado posteriormente ratifique lo actuado por el agenciante (Auto No. 441-012143. Supersociedades). Usualmente y por aspectos prácticos, las mismas entidades en liquidación suministran un formato que para el efecto ha sido previamente diseñado bajo parámetros suministrados por la misma Superintendencia. Es de entenderse que al hablar de acreedores deben entenderse involucrados dentro de su contexto todas aquellas personas, naturales o jurídicas que tengan el derecho de ver satisfecha una obligación por parte de la entidad en liquidación, tales como: los de garantía real, titulares de obligaciones condicionales, extranjeros, de créditos laborales, fiscales y parafiscales, terceros que hayan pagado parte o la totalidad de obligación a cargo del concursado y como ya mencionamos igualmente los extemporáneos en el Concordato (se refiere a aquellos que no hicieron parte dentro del trámite concordatario). Para una mayor claridad debe precisarse cuál es el concepto de “crédito”, el cual constituye obligación a cargo de una persona y a favor de otra, en términos generales concedidos de acuerdo a la solvencia del deudor y en el caso particular de las entidades en liquidación, “un crédito es cualquier tipo de obligación a cargo de la sociedad concursada y a favor de un acreedor"486. 485 486 Ibid. Ibid., p. 8. 608 4.5.3 Finalidad. El trámite de la presentación de las solicitudes de las acreencias, dentro de los términos legales, tiene como finalidad específica, no obstante preverse que esto debe ser de conocimiento pleno de la entidad, la de establecer con la mayor precisión el monto de las obligaciones que deben ser satisfechas con el producto de la realización de activos al igual que la característica de los mismos para su ceñimiento a los órdenes o privilegios establecidos para su cancelación. 4.6 AUTO DE CALIFICACIÓN Y GRADUACIÓN DE CRÉDITOS La Ley 222, para regular todo lo relativo al auto de graduación y prelación de créditos remite a lo establecido para el trámite concordatario. El artículo 208, en efecto, así lo estipula. Por este motivo en este trabajo también se remite a lo que sobre el particular y con mayor detalle se dice al respecto. Confróntese para tal efecto el capítulo 4.5 de la parte titulada “El Concordato”. Aquí basta con hacer unas anotaciones generales, referidas a su definición y los recursos que proceden en su contra. 4.6.1 Definición. Respecto del auto de calificación y graduación de créditos la Superintendencia de Sociedades lo define como una providencia judicial, en la que el juez del concurso, con base en las pruebas aportadas, se pronuncia frente a cada crédito presentado y en el cual, además, resuelve las objeciones formuladas487, por medio de éste el juez decide sobre la suerte de los créditos conocidos y su clasificación según la naturaleza de cada uno de ellos. En nuestro criterio este auto constituye una herramienta importante de planeación mediante la cual se posibilita establecer con precisión, además de un probable y futuro orden de cancelación, un monto aproximado de las obligaciones a satisfacer, aspectos que viabilizan un más acertado manejo administrativo del proceso liquidatorio. La Superintendencia ha caracterizado esta figura en los siguientes términos: 487 Ibid., p. 21 y 22. 609 A la autoridad conocedora del concordato, por su parte, le compete entre otras calificar los créditos presentados oportunamente, reconocidos y admitidos; graduarlos de acuerdo con la prelación legal, y establecer las bases para su liquidación, tomando en cuenta los elementos de que disponga para ello, tales como la relación que debe aportar el deudor con su solicitud de apertura del trámite, la prueba allegada por el acreedor al hacerse parte en el concurso, y aquellos otros que ayuden a formar su juicio, pudiendo decretar pruebas y ordenar su práctica; así mismo deberá decidir las objeciones que hayan sido formuladas488. No obstante ello, la ley no ha querido extender las facultades jurisdiccionales de la Superintendencia a la decisión acerca de la nulidad relativa, la simulación y la lesión enorme. Esto es lo que clara y taxativamente dispone el parágrafo del artículo 133 de la citada Ley. Para la resolución de las objeciones que versan sobre estos temas deberá acudirse a la justicia ordinaria. A decir verdad, el extremado celo que en esta materia ha mostrado el legislador no parece tener fundamento real. ¿Por qué limitar las facultades jurisdiccionales de la Superintendencia para estas específicas materias y no para otras que son de igual magnitud, como por ejemplo la nulidad absoluta o la prescripción extintiva? Que no se diga que es por una cuestión probatoria, pues la Superintendencia tiene facultades en ese sentido. En fin, no se ve justificación alguna (por lo menos aparente) para haber hecho esta excepción. Por lo demás, hay que señalar que el auto de graduación y calificación de créditos, una vez en firme, es la base que determinará el privilegio y preferencia que tienen los acreedores para perseguir el patrimonio del deudor, así como el monto de sus créditos reconocidos. 4.6.2 Clases de Créditos. A. Clasificación de créditos para la elaboración del auto de calificación de los mismos. Para efectos de la elaboración del Auto de calificación la Superintendencia de Sociedades489 ha establecido la siguiente clasificación de créditos: 488 489 Concepto 220 – 81990 de 1999 Ibid. 610 • El crédito reconocido: es crédito reconocido el que: 1. Se presentó durante el plazo que la Ley concede (Art.158 Ley 222/95). 2. Se probó adecuadamente y esto le permitió al juez determinarlo, aceptarlo y consignarlo en el auto de calificación y graduación de créditos. • El Crédito rechazado: es rechazado por el juez del concurso cuando ocurre alguna de las siguientes circunstancias: 1. No es presentado oportunamente durante el plazo prescrito en el artículo 158 ibídem; 2. Cuando de presentarse una objeción al crédito esta prospera; 3. Su insuficiencia probatoria hace que el juez no lo acepte y lo excluya del auto de graduación y calificación de créditos. Tal es el caso, por ejemplo, del crédito diferente a una suma de dinero que no figura en título alguno y no se estima bajo juramento, o de aquel que se presenta sin prueba siquiera sumaria. En lo concerniente a la insuficiencia probatoria se le consultó a la Superintendencia de Sociedades si los titulares de créditos que fueron rechazados por no haber presentado prueba siquiera sumaria de su existencia, en el trámite de una liquidación obligatoria, tienen derecho sobre los remanentes y, de otra, si tal derecho es mejor que el de aquellos acreedores de la sociedad que ni siquiera se presentaron dentro del término legal al concurso y que persiguen los remanentes por vía ejecutiva. La Superintendencia se pronunció en concepto 220 – 0409 de 1999 de la siguiente manera “Pero debe también ponerse de presente que quien como acreedor se sustrajo de la carga procesal de hacerse parte al concurso liquidatorio de su deudor, o quien habiéndolo hecho no logró perfeccionar la prueba que da cuenta de la existencia de la obligación, en la oportunidad prevista en la ley para el efecto, no por esas circunstancias, en estricto rigor procesales, queda irremediablemente sin posibilidad alguna de procurar el pago de sus créditos, pues, nada impide que una vez cancelado en su totalidad el pasivo externo reconocido en la providencia de calificación y graduación de créditos, puedan los titulares 611 de créditos aún insolutos perseguir y obtener su pago con cargo a los activos remanentes de la masa de la liquidación, si los hubiere, y siempre y cuando se haya obtenido la suficiencia probatoria que lo permita”. La Superintendencia explica la tesis fundada en los siguientes puntos: 1. “Es norma imperativa de todo proceso liquidatorio de sociedades comerciales, ya sea voluntario u obligatorio, la prohibición de distribuir remanentes de activos sociales entre los asociados o accionistas hasta tanto no se haya cancelado en su totalidad el pasivo externo de la sociedad. Así lo disponen, para la liquidación voluntaria, los artículos 241 y 247 del Código de Comercio y 198 y 199 de la Ley 550 de 1999, para la obligatoria. 2. Mediante la providencia de calificación y graduación de créditos el juez del concurso establece los titulares, el grado, la cuantía y el orden de preferencia al pago de las obligaciones a cargo del concursado, cuya causación es anterior a la apertura del trámite, pues, las originadas con posterioridad no estarán sujetas a calificación y serán pagadas como gastos de administración, es decir, inmediatamente y a medida que se vayan causando. Conforme a lo establecido en el artículo 133 de la Ley 222 de 1995, para su expedición el juez deberá tener en cuenta la relación de obligaciones presentada por el deudor, y los demás elementos de juicio de que disponga, para lo cual podrá decretar pruebas oficiosamente o a solicitud de parte, siempre que sean legales, conducentes, pertinentes y necesarias. Esto con el fin de formarse pleno convencimiento acerca de la decisión que tome. 3. Teniendo en cuenta que el objeto de la liquidación obligatoria es la realización de los bienes del deudor para atender en forma ordenada el pago de las obligaciones a su cargo, sin duda alguna la citada providencia constituye una de las principales que se dictan en el proceso, como quiera que es con base en ella y los bienes inventariados y avaluados que habrá de proyectarse el correspondiente plan de pagos, de cara al cumplimiento de la referida finalidad. 612 4. En ese orden de ideas, y por las decisiones que en él se toman, se ha de concluir que la providencia en virtud de la cual se realiza la de calificación y graduación de créditos es un auto interlocutorio que resuelve sobre las pretensiones de los acreedores por hacer valer sus derechos de crédito, pero no sobre el objeto mismo del trámite; éste solamente resuelve una parte de la materia del proceso concursal, mas no le pone fin al mismo. Es una actuación procesal previa y necesaria para conseguir la finalidad propuesta en la ley, es decir, la realización de los bienes y el posterior pago de sus obligaciones. 5. Así como en la citada providencia, en estricta juridicidad, no se hace reconocimiento de obligaciones, pues es claro que el trámite concursal no tiene connotación de un proceso declarativo sino más bien de una ejecución universal, mucho menos significa que ella constituya un medio idóneo para extinguirlas, ni siquiera aquellas que allí fueron objeto de calificación y graduación, ya que los modos de extinción de las obligaciones son taxativos y expresamente señalados en la ley. 6. Es que una cosa es la calificación y graduación de la obligación en el concurso y otra muy diferente su extinción. Piénsese, por ejemplo, que habiéndose calificado, su pago no logra hacerse porque los bienes a liquidar no fueron suficientes; en tal caso, deberá procederse conforme lo establece el inciso segundo del artículo 199 de la Ley 222 de 1995, es decir, se declarará insoluto el crédito y terminado el trámite, pero bajo ningún argumento jurídico puede considerarse que la obligación se extingue. 7. De igual forma, no puede caerse en la absurda conclusión de que las obligaciones cuyos acreedores no se presentaron al concurso, o los que lo hicieron extemporáneamente, o los que fueron allí rechazados por falta de prueba sumaria, se entiendan extinguidas, pues, se reitera, una cosa es la calificación y graduación y otra la extinción. Aquella es una figura netamente procesal y ésta tiene una connotación sustancial”. 490 613 • El crédito litigioso: se caracteriza por lo siguiente: 1. Es aquel incorporado al trámite de la liquidación obligatoria proveniente de un litigio que se está adelantando en otras jurisdicciones. 2. Su efectividad dentro del trámite liquidatorio está sujeto al resultado del proceso pendiente. 3. Una vez reconocido por la Superintendencia de Sociedades, se le ordena al liquidador que hago una provisión para poder cumplirle al acreedor en caso de una decisión desfavorable para el fallido. Una vez la Superintendencia lo reconozca, se le ordena al liquidador que haga una provisión para poder cumplirle al acreedor si le es favorable la decisión. Se trata en este caso de una Provisión y no de apropiación ni reserva, ya que se trata de la destinación específica de recursos de los activos para atender una futura contingencia, es decir que puede o no presentarse, ya que su suerte se haya sujeta a la decisión judicial. La Superintendencia de Sociedades en Concepto 220-44406 se refirió al crédito litigioso en los siguientes términos: 1. “En desarrollo del principio de colectividad, a los procesos concursales de concordato y liquidación obligatoria, deberán concurrir todos los acreedores del deudor concursado, lo cual incluye a los acreedores de obligaciones ciertas y exigibles, las sujetas a plazo o condición, así como las litigiosas. 2. Si el acreedor se hace parte alegando la existencia de un litigio, se deberá constituir la reserva respectiva, para lo cual se dará dar aplicación a las normas que establece el Decreto 2649 de 1.993 sobre contingencias y al artículo 178 numeral 16 de la ley 222 de 1.995. 3. Cuando quede en firme la sentencia que reconoce el derecho al acreedor que se hizo parte dentro del concurso como acreedor litigioso, su acreencia ya no será litigiosa sino que tendrá la condición de cierta, habida consideración que las sentencias de condena una vez ejecutoriadas prestan mérito ejecutivo”. 490 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220 – 0409 de 1999. 614 • El crédito contingente: está sujeto a una condición, de índole suspensivo, en razón a que por su carácter de contingente aún la obligación no ha nacido, solamente existe la expectativa de su posible pago en el evento en que se llegue a la ocurrencia de una evento determinado, para lo cual igualmente debe realizarse la provisión respectiva. Este crédito se caracteriza por: 1. Es aquel sometido a una condición, es decir a un hecho futuro e incierto. 2. Al igual el crédito litigioso debe hacerse parte del proceso concursal, so pena de quedar sujeto a los efectos anteriormente explicados para los extemporáneos. 3. Se deberá hacer la reserva correspondiente una vez el acreedor se hace parte del proceso. Acaecida la condición el crédito no se tendrá por contingente sino será cierto y exigible. • El crédito extemporáneo: corresponde a los presentados por fuera del plazo establecido por la Ley, es decir, después de los veinte días siguientes a la desfijación del edicto emplazatorio ó en el caso de los procesos o demandas ejecutivas ó de jurisdicción coactiva cuando su incorporación se surte con posterioridad al traslado de créditos, recuérdese que aquellos créditos presentados en el concordato que por fracasar ha dado lugar a la liquidación obligatoria, no tienen la obligación de presentarse nuevamente en este último proceso. B. Otra clasificación. Debido a que dentro de la liquidación obligatoria no se presenta una sola clase de créditos, sino por el contrario, surgen una amplia gama de obligaciones a ser satisfechas, la Superintendencia de Sociedades ha decidido establecer una clasificación: de acuerdo a su fecha de causación, y, a la certeza de derecho reclamado. • De acuerdo a la fecha de causación: i. Créditos concordatarios: sus características son: 615 a- Surgen con anterioridad a la apertura del concordato; b- Deben presentarse al trámite concordatario sean o no exigibles para ser satisfechos en el proceso; c- Se reconocen en el auto de graduación y calificación de créditos propio del concordato; d- El fracaso del concordato por no cumplirse el acuerdo concordatario se debe, por lo general, al incumplimiento en el pago de estas acreencias, lo que conduce a la apertura de la liquidación obligatoria. ii. Créditos posconcordatarios: sus características son: a- Surgen durante el trámite concordatario. b- Deben presentarse al trámite liquidatorio como cualquier otro crédito en aplicación al principio de colectividad. c- Tienen preferencia frente a los créditos concordatarios y se hacen exigibles inmediatamente. d- De iniciarse el trámite liquidatorio por causa del fracaso o incumplimiento del concordato, los gastos de administración originados en dicha etapa, deberán graduarse y calificarse para que sean cancelados de manera preferente, en relación con cualquier otro crédito presentado en la liquidación. “En consecuencia, el liquidador una vez cancele estas acreencias, procederá a pagar las demás atendiendo el orden y la prelación definidos en la providencia de graduación y calificación” (Art. 161 Ley 222). Ha dicho la Superintendencia de Sociedades respecto a los créditos posconcordatarios: “Ahora bien. El calificativo de concordatario o postconcordatario de un crédito dice relación a su causación respecto al tiempo de la apertura del proceso concursal, es decir, será concordatario el crédito causado y exigible con anterioridad a la fecha de apertura del concordato y postconcordatario el causado con posterioridad a aquella, durante el trámite del concordato y la ejecución del acuerdo concordatario y, a su vez, conforme a lo 616 establecido en los artículos 147, 161 y 197 de la Ley 222 de 1995, los últimos gozan de una preferencia respecto de los primeros, en el sentido de que no estarán sujetos al sistema que para el pago se establezca en el acuerdo concordatario, pudiendo sus titulares acudir a la justicia ordinaria para su cobro, como excepción al fuero de atracción que también caracteriza a los procesos concursales. Por su parte, cuando la eventual liquidación obligatoria tenga por causa el fracaso o incumplimiento del acuerdo concordatario, los créditos postconcordatarios se califican y gradúan para ser cancelados de manera preferencial en relación con cualquier otro crédito presentado en la liquidación”491. iii. Créditos generados por gastos de administración: sus características son: a- Son aquellos créditos que se causan durante el trámite de la liquidación obligatoria por ser gastos emanados de la liquidación propiamente tal. b- Deben pagarse inmediatamente se causen; claro esta, si el liquidador dispone de los medios suficientes para cancelarlos. iv: Créditos anteriores a la fecha de iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración: a- Son aquellos que dan origen a la apertura de un acuerdo de reestructuración; b- Su incumplimiento genera la adopción del trámite de liquidación obligatoria; c- Se deben reconocer dentro del trámite de liquidación obligatoria en el auto de calificación y graduación de créditos. v. Créditos posteriores a la iniciación de la negociación de un acuerdo de reestructuración: a- Surgen durante el desarrollo del acuerdo de reestructuración; b- Gozan de preferencia frente a los créditos anteriores al procedimiento señalado en la ley 550 de 1999; 491 Superintendencia de Sociedades. Concepto 220- 107133 de 1999. 617 c- Se deben presentar al trámite de la liquidación obligatoria para que sean reconocidos en el auto de graduación y calificación de créditos. • De acuerdo a la certeza del derecho reclamado: i. Créditos Ciertos: Se caracterizan porque no hay lugar a discusión frente a la obligación que contienen, pues ésta es lo suficientemente clara. ii. Créditos litigiosos: Se caracterizan por: a) En estos hay discusión sobre la existencia, exigibilidad o cuantía del crédito, o se haya pendiente una decisión administrativa con carácter vinculante para las partes en litigio. b) Los titulares de estos créditos deben presentarse al proceso de liquidación obligatoria para que sus créditos sean satisfechos, si la decisión del proceso los favorece. iii. Créditos contingentes o condicionales han sido definidos por la Superintendencia de Sociedades como: “aquellos cuya concreción del derecho reclamado depende de un hecho futuro e incierto que puede presentarse o no”492. 4.6.3 Recursos contra el auto de calificación y graduación de créditos. Contra el auto de calificación y graduación de créditos procede el recurso de reposición ante la Superintendencia de Sociedades, pues con este se busca que la decisión que profirió sea nuevamente estudiada por dicha entidad, con el fin de reconsiderar en forma total o parcial lo dispuesto en dicha providencia. Es de anotar que dicho recurso debe ser motivado; al respecto el profesor y tratadista Hernán Fabio López Blanco asevera que: “es requisito necesario para su viabilidad, …, 618 que se motive el recurso al ser interpuesto, esto es, que por escrito o verbalmente si es audiencia o diligencia, se le exponga al juez las razones por las cuales se considera que su providencia está errada, a fin de que proceda a modificarla o revocarla, por cuanto es evidente que si el juez no tiene esa base, le será difícil, por no decir imposible, entrar a resolver”493; una vez resuelta la reposición éste quedará en firme, a menos que surjan “puntos nuevo”, es decir que aparezcan por primera vez en la parte que resuelve el recurso, de no ser así, se entraría en un circulo vicioso que generaría inseguridad jurídica, y violaría la regla de que no cabe reposición de la reposición establecida en el código de procedimiento civil. 4.7 PATRIMONIO A LIQUIDAR Para desarrollar este punto, es necesario retomar la parte relacionada con el objeto de la liquidación obligatoria contenido en el artículo 95 de la Ley 222/95 y que la Superintendencia de Sociedades condensa de la siguiente manera: “Lo que se pretende con el trámite liquidatorio es el pago de las acreencias que adeuda la sociedad concursada y por ende la extinción de las obligaciones a su cargo”494, lo que es posible si se logran vender los bienes (susceptibles de serlo) de dicha sociedad para cancelar los pasivos que el ente en liquidación tiene. 4.7.1 Bienes que lo integran. Está conformado por la totalidad de los activos y pasivos que tengan un valor económico, de los cuales se exceptúan los bienes inembargables y los derechos personalísimos e intransferibles. Es necesario recordar que el deudor debe responder frente a sus acreedores con su patrimonio, pero que no siempre es posible la satisfacción total de los mismos, en razón a 492 Ibid. p. 11. LÓPEZ Blanco, Hernán Fabio. “Instituciones de derecho procesal Civil Colombiano”. Parte general. Tomo I. Octava Edición. Ediciones DUPRE. Bogotá. Pág. 753. 2002. 493 494 Superintendencia de Sociedades. Módulo II. Satisfacción de acreencias. Abril 2002. p. 8. 619 que por la calidad que ostentan la misma ley precisa una jerarquía o subordinación entre estos acorde a la garantía que los mismos ofrecen. “En desarrollo del principio jurídico universal de que el patrimonio del deudor constituye prenda común de sus acreedores, la persona obligada responde con todos sus activos al cumplimiento de sus obligaciones. La afectación del patrimonio del deudor al pago de sus deudas resulta sin duda benéfico para el acreedor, quien al contraer el vínculo obligatorio lo hace con una legítima expectativa de ser satisfecho. Es una garantía que, tratándose de acreedores quirografarios, es flotante porque no descansa sobre ciertos y determinados bienes sino sobre una universalidad cuya composición varía constantemente y es potencial porque se extiende no solo a los activos presentes sino también a los futuros que adquiera el deudor, todo lo cual se desprende de lo indicado en el artículo 2488 del Código Civil”495. 4.7.2 Bienes excluidos. El artículo 192 de la Ley 222/95 presenta una lista taxativa de algunos bienes que no ingresan dentro del patrimonio del deudor para la liquidación, entre los cuales encontramos los que han sido objeto de fiducia, porque en concordancia con el artículo 1227 C.Co., estos no forman parte de la garantía general de los acreedores del fiduciario, ya que por la esencia misma de este sistema, estos no pertenecen al deudor, sino al patrimonio autónomo y por lo tanto legalmente no pueden mezclarse con los que sí ingresan dentro del proceso para satisfacción de los acreedores. La Superintendencia de Sociedades ha sostenido, con demasiada claridad, que los bienes que pertenecen al patrimonio autónomo no pueden ser perseguidos por los acreedores del deudor, es decir, que con tales bienes no se pueden pagar deudas del fallido, lo cual significa que todos los acreedores, cualquiera sea la naturaleza de su derecho, su clase, su cuantía, su nacionalidad, su garantía, o la antigüedad de su acreencia, deben hacerse parte en el proceso liquidatorio, so pena de quedar excluidos del plan del pagos, ya que después de abierto el proceso concursal no puede pagársele a ningún acreedor por fuera del concurso. Lo anterior en clara sujeción a la esencia misma de la fiducia, en la que los bienes fideicomitidos no pertenecen al deudor en concurso, porque precisamente con estos se ha constituido el patrimonio 495 ISAZA UPEGUI. Op. cit., p. 164. 620 autónomo al que hacemos alusión y, en concordancia a él solo le pertenecen los derechos fiduciarios que deben tener un valor idéntico al neto establecido en el fideicomiso. El liquidador será el encargado de entregar los bienes que no forman parte del patrimonio a liquidar a aquellas personas que se lo soliciten por escrito, siempre y cuando, además de constatar la calidad de los mismos, prueben el derecho que tienen sobre estos y se obtenga concepto favorable de la junta asesora respecto a su entrega, actuación de la cual se levantará acta, que deben firmar tanto liquidador como quien recibe, en la que conste la descripción detallada de los bienes que se excluyen. Si por alguna circunstancia el Liquidador o la Junta Asesora se imposibilitaren de dar trámite a la solicitud de entrega de los bienes, deberán dar traslado de tal decisión a la Superintendencia de Sociedades, la que decidirá de plano. 4.8 ELABORACIÓN Y APROBACIÓN DEL INVENTARIO El inventario es “el punto de partida para la liquidación del patrimonio”496, pues es en este donde el liquidador “dentro de los treinta días siguientes a la fecha de aceptación del cargo”, según el artículo 180, inciso primero ibídem, debe incluir todos los bienes (activos) del deudor, mediante una descripción precisa y detallada de cada uno de ellos a efectos de posibilitar la individualización de los mismos y de un mejor sistema operativo y de control de gestión. El artículo 180 de la Ley 222/95 hace referencia al inventario que deberá elaborar el liquidador de todos y cada uno de los activos del deudor, incluyendo los nuevos, así como los incrementos que estos tengan, el que además deberá someter previamente a la 496 Ibid., p. 165. 621 verificación de la junta asesora para su posterior envío a la aprobación respectiva por parte de la Superintendencia de Sociedades. Para su elaboración, en primer lugar se tomará como referencia el último balance presentado ante la Superintendencia de Sociedades, siempre y cuando estén certificados y dictaminados de acuerdo a lo establecido en los artículos 37 y 38 ibídem respectivamente; en segundo lugar, se asignarán y presentarán clasificando los bienes en grupos homogéneos (clase, denominación de artículos, número de unidades, estado en que se encuentran, clase y denominación de los bienes, bienes muebles, bienes inmuebles junto con las memorias detalladas de estos) y, en tercer lugar, la información que contienen se debe adecuar a la estructura del PUC. Deberá ser presentado por el liquidador a la Superintendencia de Sociedades dentro de los 30 días siguientes a la aceptación del cargo, en sujeción a lo establecido en el numeral 3 del artículo 166 de la Ley 222/95, así la junta asesora no se hubiere integrado ( circular externa No. 22 del 6 de Noviembre de 1997). Aunque se sabe que le corresponde a los acreedores del deudor presentar sus créditos al proceso en concordancia con el artículo 158 de la Ley 222/95 nada impide que el liquidador incluya “a mero título informativo aquellos sobre los cuales tenga noticia, pero este aspecto no puede ser materia de aprobación judicial, como que el tema de verificación del pasivo deberá ser decidido y definido en la providencia de calificación y graduación de créditos, debiendo los acreedores allegar prueba siquiera sumaria de los mismos al expediente, para la consideración de la Superintendencia y no del liquidador”497. Según el artículo 180 de la Ley 222/95, en su tercer inciso, la aprobación del inventario estará a cargo de la Superintendencia de Sociedades, siendo requisito de procedibilidad la previa verificación de la junta asesora. 497 FONSECA RAMOS. p. 393. 622 4.9 AVALÚO El artículo 181 ibídem decreta que una vez aprobado el inventario, la junta asesora ordenará el avalúo de los bienes, para lo cual designará las personas naturales o jurídicas que, a su juicio, sean idóneas para llevarlo a cabo, a quienes les señalará el término dentro del cual deben cumplir el encargo. Tratándose de bienes cotizados en bolsa o de la enajenación especial, no se requerirá el avalúo. Una vez aprobado el avalúo se procederá a la enajenación de los bienes. La junta asesora tiene la facultad de disponer que el avalúo de los bienes que constituyen el patrimonio a liquidar, dentro de las opciones racionales, se repita cuantas veces ello sea necesario y podrá nombrar y asignar la correspondiente remuneración a los peritos que deban efectuarlo. El liquidador no tiene mayor injerencia en el desarrollo del avalúo pues lo que se busca con ese servicio es establecer el valor real de los bienes para facilitar su futura enajenación y la satisfacción de todas las acreencias. Para efectos de la presentación del avalúo la Superintendencia de Sociedades ha determinado unas reglas técnicas que permiten una exposición clara y precisa de este. Acorde a esto el avalúo debe: 1.- Prepararse de manera neutral y por escrito. 2.- Presentar el valor discriminado por unidades o por grupos homogéneos. 3.- Dar trato coherente a los bienes de una misma clase y característica. 623 4.- Quien lo realice, tener una comprobada idoneidad profesional, solvencia moral, experiencia e independencia (circular externa Superintendencia de Sociedades No. 012. de Julio 23 de 1997). 4.9.1 Contradicción del avalúo. La Ley, en desarrollo del tema ha establecido que el avalúo se presentará a la Superintendencia de Sociedades, la que lo pondrá a disposición de las partes por el término de diez días, a fin de que las mismas soliciten su aclaración, adición o lo objeten por error de fondo, es decir de aquellos con los cuales se cambia de manera sustancial la verdadera real del mismo. Al escrito de objeciones deberán acompañarse las pruebas que el objetante pretenda hacer valer. Surtido lo anterior, la Superintendencia decidirá de plano, es decir que para ésta no hará uso de otros elementos o soportes distintos a los hasta aquí allegados. La Superintendencia de Sociedades aprobará el avalúo si dentro del término del traslado no se formulan solicitudes de objeción, aclaración o adición. En la doctrina han surgido diversas tesis frente a quien debe presentar el avalúo a la Superintendencia de Sociedades. Por un lado el Doctor Marco Antonio Fonseca Ramos en su obra titulada “Procesos Concursales: Concordato y Liquidación Obligatoria” sostiene que deben ser los peritos designados por la junta asesora del liquidador sobre el sustento de que esto permitiría una independencia entre estos y la junta y por otro existe la postura del doctor Álvaro Isaza Upegui en su obra “La Liquidación Obligatoria como sustituto del proceso de quiebra” que sostiene que debe ser el liquidador. Como la ley no precisa quién debe hacer la remisión del avalúo a la Superintendencia de Sociedades, ambas tesis pueden tener cabida, ya que, lo importante es que tanto acreedores como deudor puedan, además de objetar el avalúo por error grave, solicitar las aclaraciones o adiciones razonables de conveniencia a todos los partícipes, dentro de los términos legalmente establecidos. 624 No existe un trámite especial para la práctica de pruebas en razón a que la ley solo precisó que “se harán valer las que se aportaron en el trámite de la objeción por error grave”, pero estas a su vez deben ser documentales498 para que pueda la Superintendencia decidir sobre las mismas. 4.9.2 Cuándo no hay lugar al avalúo. El artículo 181 de la Ley 222/95 establece en su inciso final que: “Tratándose de bienes cotizados en bolsa o cuando se trate de la enajenación especial, no se requerirá el avalúo”, por tal razón para esta clase de bienes no opera un procedimiento de avalúo como el que tratamos anteriormente, sino una forma especial dada la naturaleza de los mismos; por ejemplo, en el caso de los bienes cotizados en bolsa, el valor de estos será el que tengan a la fecha de su venta por el respectivo comisionista escogido por la junta asesora del liquidador, ó, cuando se trate de bienes que presenten deterioro significativo o que amenacen con tenerlo, el liquidador, previa autorización de la junta asesora, podrá enajenarlos sin que exista un procedimiento de avalúo propiamente dicho o sin que el avalúo preexistente se convierta en atadura porque bien puede la Junta autorizar la enajenación por menor valor. 4.10 ENAJENACIÓN DE ACTIVOS Existen parámetros legales que debe observar detenidamente quien se encargue de esa labor (puede ser el propio liquidador o una entidad especializada) para lograr el fin encomendado, cual es el de volver líquidos los activos del deudor para satisfacer con su producto los créditos contraídos por éste. Para llegar a esta etapa es necesario haber surtido las etapas preparatorias, a saber: la confección y aprobación del inventario, la aprobación del avalúo y el levantamiento de todas las medidas cautelares con la respectiva cancelación de los gravámenes. 498 Artículo 251 del Código de procedimiento civil. 625 Según el numeral 1º del artículo 194 Ibídem, al momento de la enajenación será necesario preferir la que se “realice en bloque, o en estado de unidad económica...”, pero, como en la práctica comercial esta posibilidad es de poca o casi nula ocurrencia, por disposición legislativa se previó que “si no pudiere hacerse en tal forma, se efectuará la enajenación separada de los distintos elementos”. 4.11 PAGO DE LAS ACREENCIAS Corresponde al liquidador de acuerdo a lo establecido en el artículo 166 numeral 8 de la Ley 222/95 que expresa: “el liquidador tendrá la representación legal de la entidad deudora y como tal desempañará las funciones que adelante se le asignan y, en ejercicio de ellas deberá concluir las operaciones sociales pendientes al tiempo de la apertura del trámite y en especial las de atender, con los recursos de la liquidación, todos los gastos que ella demande, cancelando en primer término el pasivo externo, observando el orden de prelación establecido en la providencia de calificación y graduación ” . Por regla general el liquidador es quien debe cancelar las acreencias de este, pero es importante preguntarnos: ¿qué pasaría si una persona diferente del deudor cancela las obligaciones por él? No cabe duda que es válido el pago que un tercero haga por el deudor del concurso, pero, al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que la validez de ese pago depende muchas veces de la relación jurídica previa que existe entre el deudor concursado y ese tercero. Para mayor claridad nos parece importante registrar la posición de la Superintendencia de Sociedades frente a esta caso cuando precisa que “las obligaciones contraídas por la sociedad deudora, deben ser pagadas por ésta, pero puede ocurrir que estén a cargo de otras personas subsidiariamente, como es el caso de los codeudores solidarios, o, por quienes acceden a la obligación principal ajena como fiadores o como propietarios de los bienes que garantizan la obligación. Igualmente puede ocurrir que quien 626 paga sea un acreedor de grado inferior que al pagar por el deudor otra obligación privilegiada, mejora la situación de su crédito”499 4.11.1 Requisito esencial para el respectivo pago. Para la conducencia del pago, los avalúos de los bienes del ente en liquidación deben estar en firme, pues es ésta la única forma de conocer con precisión el monto de los recursos con que cuenta el liquidador para poder cumplirle a los acreedores de la entidad por él representada. 4.11.2 Acciones de reembolso. Frente a los propietarios de bienes que garantizan la obligación500 podemos sustentar que opera para estos la legitimidad para una obligación de reembolso, debiendo acudir al trámite concursal para que se le gradúe y califique su crédito. Por último existe el caso en el cual un acreedor de grado inferior efectúa el pago, caso en el cual este obtiene automáticamente un derecho a subrogarse, lo cual implica que éste mejore su posición frente a otros acreedores. Puede suceder que una persona que no tiene interés alguno en la solución de la deuda efectúa el pago lo que trae como consecuencia que se le devuelva lo pagado, pues no tiene efectos subrogatorios a menos que el mismo acreedor le ceda voluntariamente la acción501. 4.11.3 Otras alternativas que legitiman al liquidador. Con el artículo 1627 del C. Civil surge una excepción en cuanto a que el acreedor, así no esté obligado a recibir por parte del deudor algo diferente a lo que este se obligó a pagarle, por la esencia misma del proceso liquidatorio, debe recibir del liquidador puede bienes del deudor en dación en pago en el evento en que sea imposible el cumplimiento de la obligación en las condiciones inicialmente pactadas502. 499 Superintendencia de Sociedades Módulo II, Satisfacción de acreencias, Abril 2002. p. 18. V. gr. El propietario de una cosa que fue hipotecada o pignorada. 501 Superintendencia de Sociedades, Módulo II, Satisfacción de acreencias, Abril 2002. p. 19 y 20. 502 Frente a este punto es importante decir que “esta modalidad del pago requiere para su aplicación del consentimiento del acreedor, teniendo en cuenta que se trata de una excepción al principio consagrado en el 500 627 Asimismo es bueno analizar que cuando el deudor no pueda cumplir con la(s) obligación(es) frente a sus acreedor(s) en los términos pactados gana vigencia el artículo 68 de la Ley 550 de 1999 siendo entonces posible que en el proceso de liquidación obligatoria operen las figuras de la cesión de bienes503 y por excepción de la dación en pago504, para cuya procedibilidad es de imprescindible y secuencial ocurrencia que: a.- Se haya “agotado el procedimiento de la pública505 subasta sin que se hubiera producido la correspondiente venta; b.- El liquidador implore el pago por cesión de bienes de que trata el artículo 1672 del C. Civil.”506; y, c.- La Superintendencia de Sociedades, en su condición de juez del concurso, admita la cesión de bienes y corra traslado a los acreedores del deudor para que estos observen las causales del artículo 1675507 del C. Civil referentes a la improcedencia de esta figura, para que, si la conducta del deudor encaja dentro de algunas de estas causales, opten voluntariamente por prescindir de ella ó de lo contrario deban aceptarla. C.Civil. por cuanto se soluciona la obligación con una prestación distinta”. Ver Superintendencia de Sociedades. Módulo II, Abril 2002. Satisfacción de acreencias. p. 56 y 57. 503 En cuanto a la cesión de bienes, el artículo 1672 C. Civil establece: “La cesión de bienes es el abandono voluntario que el deudor hace de todos los suyos a su acreedor o acreedores, cuando a consecuencia de accidentes inevitables, no se halla en estado de pagar sus deudas”. 504 “Hay dación en pago cuando el deudor, con el consentimiento del acreedor, se libera pagando una cosa distinta de la debida”. CUBIDES CAMACHO, Jorge. Obligaciones 3ª Edición, Pontificia Universidad Javeriana, profesores 3, 1996. p. 361. 505 Artículo 67 de la Ley 550 de 1999. 506 Superintendencia de Sociedades, Módulo II, Satisfacción de acreencias, Abril 2002. p. 59. 507 1. 2. 3. 4. 5. “Los acreedores serán obligados a aceptar la cesión, excepto en los siguientes casos: Si el deudor ha enajenado, empeñado o hipotecado como propios los bienes ajenos a sabiendas. Si ha sido condenado por hurto o robo, falsificación o quiebra fraudulenta. Si ha obtenido quitas o esperas de sus acreedores. Si ha dilapidado sus bienes. Si no ha hecho una exposición circunstanciada y verídica del estado de sus negocios, o se ha válido de cualquier otro medio fraudulento para perjudicar a sus acreedores”. 628 En nuestro concepto estas figuras adquieren extrema utilidad ante la gran dificultad que en la práctica se presenta para la realización ó venta de los bienes. 4.11.4. La prelación de créditos. “Consiste en la preferencia que debe respetarse para efectos del pago de los créditos calificados y graduados, de acuerdo a la causa que dio origen a la obligación, o, al tipo de garantía que la respalda”508. Para tratar este tema es necesario hacer uso de las normas civiles en razón a que son las encargadas de su desarrollo. Por su parte el artículo 2493 del Código Civil establece que las causas de preferencia son solamente el privilegio y la hipoteca. De acuerdo a lo anterior, podemos concluir que la Preferencia: “obedece a las consideraciones de fondo que la ley tiene en cuenta para asignar el lugar que deben ocupar los créditos concurrentes, consideraciones que unas veces miran a la persona del acreedor, otras al origen de los créditos y otras a sus garantías específicas”509. Respecto al Privilegio podemos anotar que corresponde a las connotaciones de favorabilidad que, perteneciendo al mismo orden, unos tengan frente a otros, en razón a cierto tipo de garantías que para su concesión hayan sido ofrecidas: por ejemplo, dentro de los créditos de un mismo orden gozan de privilegio los que cuenten con respaldo hipotecario respecto a los de garantía personal. Las preferencia de los créditos guardan estrecha, íntima y exclusiva relación con la naturaleza de los mismos y no con las connotaciones de su tenedor, por lo cual es necesario precisar que no obstante sus formas de adquisición, ya sea por cesión, subrogación, etc., no cambia ni se deteriora el privilegio del que gozan. A su vez, el artículo 2494 ibídem, decreta que “Gozan de privilegio los créditos de la primera, segunda y cuarta clase”, lo que 508 Ibid. p. 23. OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo. Régimen General de las Obligaciones. Bogotá: Editorial Temis, sexta edición, 1.998. p. 63. 509 629 significa que estos, para efectos del pago, desplazan a otros que por su naturaleza el legislador decidió subordinarlos como es el caso de los de quinta clase. A. Créditos de primera clase: (artículo 2495 ibídem): 1. Las costas judiciales que se causen en el interés general de los acreedores. 2. Las expensas funerales necesarias del deudor difunto. 3. Los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor. Si la enfermedad hubiere durado más de seis meses, fijará el juez, según las circunstancias, la cantidad hasta la cual se extienda la preferencia. 4. Los salarios, sueldos y todas las prestaciones provenientes de contrato de trabajo. 5. Los artículos necesarios de subsistencia, suministrados al deudor y a su familia durante los últimos tres meses. 6. Los créditos por alimentos a favor de menores pertenecen a la quinta causa de los créditos de primera clase... 7. Los créditos del fisco y los de las municipalidades por impuestos fiscales o municipales devengados”. El artículo 2496 ibídem establece que los anteriores créditos afectan la totalidad de los bienes del deudor y que el orden que se les da prevalecerá en caso que los bienes del deudor no alcancen a cubrir todos estos créditos; es decir, el primero desplaza a los otros cinco y para efectos del pago no importa la fecha, pero si concurren varios créditos dentro de una misma categoría entre ellos se repartirá a prorrata. Lo anterior sufrió una modificación por efectos de la Ley 50/90 la que en su artículo 36 dispuso que: “Los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios, cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales pertenecen a la primera clase que establece el artículo 2495 del Código Civil y tienen privilegio 630 excluyente sobre todos los demás”510; lo que significa que estos desplazan a las costas judiciales y demás créditos pertenecientes al mismo orden. B. Créditos de segunda clase: (artículo 2497 ibídem): La segunda clase de créditos establecidos por el artículo 2497 ibídem tienen la particularidad de pertenecer a unas personas determinadas, por ejemplo, en el inciso primero se habla del derecho que le asiste al posadero sobre los bienes de su inquilino, deduciéndose que el crédito surge de esa relación jurídica y no de otra, lo que a su vez hace que no exista un orden de prelación de créditos dentro de esta clase como en la primera, donde el primero desplaza al segundo, a su vez éste al tercero y así sucesivamente. C. Créditos de la tercera clase: La tercera clase de créditos de que trata el artículo 2499 ibídem corresponden a los hipotecarios que afectan un determinado bien, para los cuales al respecto se ha puntualizado: “Si el valor del crédito excede el valor del inmueble o de la cuantía límite estipulada en el contrato de garantía, aquel exceso pertenece a la quinta categoría de créditos y no a la tercera”511. El inciso tercero de este artículo establece que si sobre un mismo bien inmueble existen varias hipotecas, prima para el respectivo pago la primera en el orden de inscripción en el folio de matrícula inmobiliaria. D. Créditos de la cuarta clase: Frente a los créditos de cuarta clase que se encuentran en el artículo 2502 ibídem, estos afectan todos los bienes del deudor, pero si se han cancelado previamente todos los créditos de las tres clases anteriores. De una lectura rápida del artículo puede deducirse que esta clase de créditos casi nunca se presenta dentro de un trámite de liquidación obligatoria. 510 511 Superintendencia de Sociedades. Módulo II, Créditos, Abril 2002. p. 25. Ibid., p. 26. 631 El artículo 2509 ibídem propone que La quinta y última clase comprende los bienes que no gozan de preferencia. E. Créditos de la quinta clase: Los créditos de la quinta clase se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada, sin consideración a su fecha. Estos créditos son los llamados quirografarios y se satisfacen cuando todos los anteriores créditos de las diferentes clases se han satisfecho. Consideraciones de la Superintendencia respecto a posibles controversias surgidas de la relación crediticia: a.- ¿Qué sucede con las objeciones en cabeza de la concursada que se encuentran en cobro ejecutivo o coactivo en la jurisdicción ordinaria? La posición de la Superintendencia sobre el particular es que el proceso de liquidación obligatoria es de carácter preferente y universal, razón por la cual una vez decretada su apertura no podrá admitirse petición en igual sentido o proceso de ejecución alguno en contra de la sociedad en liquidación ante la jurisdicción ordinaria. Los procesos ejecutivos o de ejecución coactiva que se encuentren en curso deberán incorporarse al trámite concursal512, con lo que se configura claramente el fuero de atracción (Artículos 99 y 100 de la ley 222/95) característico de los procesos concursales. Para lograr la incorporación de estos procesos al trámite liquidatorio la Superintendencia de Sociedades debe librar un oficio a todos los jueces y funcionarios administrativos que puedan tener conocimiento de algún proceso o actuación administrativa contra el deudor para que estos informen si efectivamente están conociendo de algún proceso en su contra y si resulta positivo, el funcionario debe enviar a la Superintendencia de Sociedades el expediente dentro de los tres días siguientes al recibo del oficio. 632 b.- ¿Qué sucede cuando existen procesos ejecutivos contra la concursada y otros demandados? La superintendencia de Sociedades sostiene que si el demandante en el proceso ejecutivo no prescindiere de la actuación contra los otros deudores, deberá hacerse parte al interior del proceso liquidatorio en las mismas condiciones que los demás acreedores”513. El plazo para que el demandante se haga parte es el del artículo 158 de la Ley 222/95, asistiéndole igualmente la obligación de anexar una certificación que acredite la deuda, para conocer el estado en el que se encuentra el proceso, además de los títulos que pretende hacer valer. 4.11.6 Acreencias no dinerarias. Por su parte el artículo 159 ibídem, propone la forma Procedimental en el caso del surgimiento de obligaciones diferentes a la del pago de sumas de dinero por parte del deudor, las cuales deben igualmente ser incluidas dentro del trámite de la liquidación obligatoria, para lo cual es indispensable que el acreedor solicite los perjuicios compensatorios, cuya especificación y estimación, de no tenerse claramente establecidas en el título en una cantidad principal y en otra accesoria correspondiente al interés pertinente, se entenderá hecha bajo la gravedad del juramento. Cuando el acreedor especifica bajo juramento el monto de los perjuicios, solamente tiene como limite la realidad económica del momento, lo que permite resaltar que, la buena fe del acreedor, cumple un papel importante, constituyendo fundamento para que el juez del concurso reconozca tal acreencia en el auto de calificación y graduación de créditos en el evento en que su monto no hubiera tenido objeción alguna.514. 4.12 LEVANTAMIENTO DE GRAVÁMENES Y MEDIDAS PREVENTIVAS 512 Ibid., p. 13. Ibid., p. 14. 514 Ibid., p. 30. 513 633 La Superintendencia de Sociedades, a solicitud de la junta asesora o del liquidador, levantará las medidas cautelares y ordenará la cancelación de los gravámenes que afecten los bienes objeto de la enajenación, al tenor de lo establecido por el artículo 196 inciso primero de la ley 222. Al respecto la Superintendencia de Sociedades indicó: “Dispone el artículo 196 de la Ley 222 de 1995 que la Superintendencia de Sociedades, a solicitud de la junta asesora o del liquidador, levantará las medidas cautelares y ordenará la cancelación de los gravámenes que afecten los bienes objeto de la enajenación. Como quiera que es una materia íntimamente relacionada con la enajenación de los activos, pues constituye la razón para el levantamiento de las medidas cautelares o cancelación de gravámenes que sobre ellos pesa, esta Superintendencia estima necesario que la solicitud se acompañe también de la motivación detallada y de una noticia sobre el destino final que se dará a los bienes o dineros cuya liberación jurídica se pretenda, poniendo de presente, en todo caso, que el levantamiento de las medidas cautelares o la cancelación de gravámenes por parte de esta Superintendencia, no implica per se autorización para la enajenación o disposición de los mismos bienes. Para ello deberá estarse a lo dispuesto en los puntos anteriores”.515 Por su parte, los acreedores a favor de los cuales se encontraban constituidos los gravámenes sobre los bienes enajenados, conservarán la prelación para el pago hasta el valor de la enajenación, y por el excedente concurrirán como acreedores quirografarios, conforme a lo preceptuado por el artículo 196 de la ley 222 en su segundo inciso. La Superintendencia de Sociedades reitera lo antedicho, en efecto señala “ los acreedores a favor de los cuales se encontraban constituidos los gravámenes, conservan su prelación para el pago, más cuando la prelación es calificada en el auto de graduación de créditos, teniendo como límite en la determinación de la garantía el valor de los bienes dados en garantía”. Finalmente cabe señalar que, el levantamiento de las medidas cautelares y la cancelación de los gravámenes son necesarios para que el liquidador pueda cumplir con las funciones establecidas por el artículo 166 ,numerales 6º y 7º ibídem. 515 Superintendencia de Sociedades. Circular externa 006 de 1997. 634 La Superintendencia de Sociedades estima que los acreedores que tenían a su favor los gravámenes que luego fueron cancelados, no pierden prelación para el pago de su acreencia porque ” los acreedores a favor de los cuales se encontraban constituidos los gravámenes, conservan su prelación para el pago, más cuando la prelación es calificada en el auto de graduación de créditos, teniendo como límite en la determinación de la garantía el valor de los bienes dados en garantía”516. 4.13 TERMINACIÓN DE LA LIQUIDACIÓN El proceso de liquidación obligatoria se culmina por una de varias circunstancias: por pago del pasivo externo e interno, por agotamiento del activo, por concordato dentro del trámite liquidatorio y por llegar a un acuerdo de reestructuración. Estas posibilidades son estudiadas a continuación. 4.13.1 Por pago del pasivo externo e interno. El objeto de la Liquidación Obligatoria consagrado en el artículo 95 de la Ley 222/95 es el lograr pagar las acreencias de la sociedad, por esto, el pago se constituye en el fin esencial de este tipo de procesos. El artículo 198 ibídem en referencia al tema del pago plantea: “Solución de las obligaciones: Ejecutoriada la providencia de calificación y graduación de créditos y en firme los avalúos practicados, el liquidador procederá a pagar, con el dinero disponible y atendiendo lo dispuesto en la graduación. No obstante, previa autorización de la junta asesora y respetando la prelación y los privilegios de la ley, podrá cancelar obligaciones mediante daciones en pago”. Es decir que, una vez proferida la providencia de apertura de la liquidación y posteriormente inscrita ésta en la Cámara de comercio en el respectivo registro mercantil (del domicilio principal del deudor y en los otros lugares donde este 516 Superintendencia de Sociedades. Módulo II, Satisfacción de acreencias, Abril 2002. p. 50. 635 tenga sucursales, agencias o establecimientos de comercio) todo pago o extinción de las obligaciones a cargo del ente en liquidación, deberá darse dentro del trámite de la liquidación obligatoria. (Ver artículo 157 numeral 3º ibídem). En concreto, todas las obligaciones exigibles a cargo de la sociedad deudora en concurso, deberán cobrarse en el trámite liquidatorio, atendiendo los principios de universalidad subjetiva517 y procesal518 para que los créditos que se presentaron oportunamente al proceso sean cancelados de acuerdo a la clase y categoría a la que pertenecen. Un pago realizado fuera del proceso liquidatorio “de conformidad con el numeral 1 del artículo 899 del Código de Comercio, constituye el supuesto de hecho para que los actos ejecutados en contravía de lo dispuesto estuvieran viciados de nulidad absoluta…”519. A. Por pago del pasivo externo debemos entender la satisfacción, en lo posible de todas ó si no de la gran mayoría, de las deudas que tiene el ente en liquidación con los terceros acreedores, al respecto señala el Dr. Francisco Reyes “En realidad, el principio cardinal que rige la totalidad del proceso liquidatorio consiste en que debe cancelarse primero el pasivo externo y si existe algún remanente se distribuirá entre los asociados. Este orden de pagos obedece a la más elemental justicia, pues de otra forma los acreedores sociales no tendrían ninguna garantía para el pago de lo que les corresponde”520. 517 “Supone que al trámite concursal, en cualquiera de sus dos modalidades, los acreedores titulares de derechos de crédito a cargo del deudor concursado deberán concurrir a aquel para hacer valer estos, no como una obligación en estricto sentido sino como una carga procesal de cuyo accionar dependerá que sus créditos sean admitidos, reconocidos, calificados y pagados”. Superintendencia de Sociedades. Satisfacción de acreencias, Módulo II, Abril 2002. p. 15. 518 “Implica que sea en torno de un único juez competente que se resuelvan las vicisitudes jurídico procésales inherentes a la crisis de insolvencia del deudor concursado y la forma en que harán de pagarse las obligaciones a su cargo”. Superintendencia de Sociedades. Satisfacción de acreencias, Módulo II, Abril 2002. p. 15. 519 Auto de la Superintendencia de Sociedades No. 4441-020291. 2002/12/04. Proceso de liquidación obligatoria de la Ladrillera Los Molinos. p. 14. 520 REYES VILLAMIZAR, Francisco. Disolución y Liquidación de sociedades comerciales. 2º Edición, Ediciones doctrina y ley, 1994. p. 174. 636 B. Por su parte, por pago del pasivo interno, podemos decir que son las deudas que el ente en liquidación tiene para con sus propios socios, factibles de realizar una vez cancelado el pasivo externo y hechas las reservas correspondientes, lo que se sustenta con el siguiente criterio doctrinal: “Una vez pagado el pasivo externo en su integridad, y hechas las reservas a que haya lugar, el liquidador debe proceder a distribuir el remanente de los activos sociales de acuerdo con las normas legales y con lo que se haya estipulado sobre el particular en los estatutos de la sociedad”521. 4.13.2 Por agotamiento del activo. Como lo dice el artículo 199 de la ley 222 de 1995 en su inciso 2, “Si quedaren créditos insolutos, después de agotados los bienes que conforman el patrimonio a liquidar, incluyendo el producto de las acciones de reintegración del patrimonio, la Superintendencia de Sociedades declarará terminado el trámite y ordenará archivar el expediente”. En la parte final del inciso primero del artículo anteriormente mencionado se establece la posibilidad de instaurar denuncia penal contra el deudor, los administradores y el liquidador, con sustento en la manifiesta irresponsabilidad en el manejo de la empresa concursada, lo cual es muy útil cuando se cumple con dicha condición, pues desafortunadamente el mundo comercial no se escapa de las personas de escasos principios éticos y morales. Cuando los activos que conforman el patrimonio del deudor no son suficientes para cancelar el pasivo externo lo primero que debe hacer el acreedor es adelantar las acciones de reintegración del patrimonio (como la revocatoria522 y la de simulación523), que buscan que ciertos actos celebrados por el deudor del ente en liquidación se anulen en razón a su matiz fraudulento o defraudatorio con el fin de lograr legalmente que el ente pueda volver a 521 Ibid., p. 178. Véase artículo 183 de la Ley 222/95. 523 Artículo 184 de la Ley 222/95. 522 637 tener recursos que le permitan cancelar las deudas con los acreedores. No obstante, si al intentar dichas acciones el activo sigue siendo insuficiente la Superintendencia de Sociedades mediante providencia declarará terminado el trámite liquidatorio y ordenará archivar el expediente. Una copia de dicha providencia se debe inscribir en el registro mercantil y trae como consecuencia la extinción de la empresa en liquidación. • Responsabilidad de los administradores524: Cuando la existencia de créditos insolutos sea por actos (acciones u omisiones), imputables a los administradores, estos responderán solidariamente frente a los daños ocasionados a los socios y a terceros, cuando por dichos actos los bienes del ente fueran insuficientes para atender el pasivo externo y se hubiere entorpecido su pago. • Responsabilidad de los socios525: Cuando los bienes de