Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica

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Política macroprudencial:
en qué consiste y cómo
ponerla en práctica
Luis I. Jácome H.
I. Introducción
L
a crisis en el mundo industrializado ha puesto
en evidencia las debilidades del marco tradicional de política financiera y monetaria. La
regulación financiera vigente estuvo concentrada
en preservar la estabilidad del sistema financiero
desde una perspectiva idiosincrásica, es decir, a
partir de la suma de las instituciones vistas en lo
individual, sin mirar los riesgos que se cernían para
el sistema financiero como un todo. En palabras
simples, por ver el árbol se perdió de vista el bosque. A su vez, la política monetaria estuvo enfocada en manejar la tasa de interés de corto plazo y,
por medio de ella, influir en las tasas de mediano
y largo plazos, para con ello llevar el consumo y la
inversión a niveles compatibles con una tasa de
inflación baja y estable. Mientras tanto en varios de
estos países se fueron acumulando vulnerabilidades –como el aumento excesivo del precio de los
bienes raíces, generalmente asociado a un rápido
crecimiento del crédito– que terminaron mermando
la estabilidad del conjunto del sistema financiero.
Dado que estas vulnerabilidades no amenazaban
el objetivo de estabilidad de precios, la política monetaria tampoco tomó acciones para corregirlas.
La crisis subsiguiente es histórica, la mayor desde
la Gran Depresión de los años treinta. Comenzó en
Estados Unidos y se propagó rápidamente a través
del Océano Atlántico hacia los países europeos,
pero sus efectos se resintieron en escala global.
Los costos económicos y sociales han sido cuantiosos y aún se sienten cinco años después en los
países directamente afectados.
El costo elevado de la crisis y las falencias que llevaron a ella han generado un consenso entre políticos, técnicos y académicos acerca de la necesidad
de desarrollar una dimensión macro de la regulación financiera, o regulación macroprudencial.1
1
También hay opiniones que difieren de este consenso. Ellis (2012) considera que no es necesario contar con una política macroprudencial sino tener una
eficaz regulación y supervisión financiera en el sentido tradicional. Por otro lado, antes de la crisis ya se
debatía si la política monetaria debía o no ocuparse
de los precios de activos importantes en la economía
y, en general, del aumento de burbujas especulativas
Subjefe de la División de Banca Central del Fondo Monetario Internacional ([email protected]) y Centro de Estudios
para América Latina (clas), School of Foreign Service, Georgetown University. El autor agradece los comentarios de
María Elisa Farías, Fabián Valencia y Francisco Vázquez. Los errores existentes son de su entera responsabilidad.
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
93
Con ello se busca llenar el vacío entre el ejercicio
de la regulación prudencial tradicional –o microprudencial para diferenciarla de la anterior– y el
de la política monetaria, concentrando el ejercicio de la regulación macroprudencial en prevenir
la acumulación de riesgos que afectan al sistema
financiero en su conjunto y así ayudar a preservar
la estabilidad financiera de los países.
El término macroprudencial no es nuevo pues
se utilizaba ya aisladamente a finales de los años
setenta, aunque no con el sentido que este entraña actualmente. 2 Luego, con la entrada del nuevo
siglo, se comenzó ya a hablar –aún de forma aislada– de la necesidad de una política macroprudencial como parte de la discusión del mejoramiento
de las políticas para mantener la estabilidad financiera. 3 Pero es a raíz de la reciente crisis en los
países avanzados que esta visión de la regulación
prudencial ha adquirido aceptación generalizada.4
La necesidad de contar con una efectiva regulación
macroprudencial también ha ganado importancia
debido a los cambios que han experimentado los
sistemas financieros. Estos cambios se refieren
2
3
4
(ver, por ejemplo, Bordo y Jeanne, 2002, y Roubini,
2006). Recientemente hay menos insistencia en expandir el papel de la política monetaria debido en gran
parte a que esta responsabilidad ha sido asignada a
la política macroprudencial.
El término macroprudencial se utilizó en 1979 durante las reuniones del Cook Committee (antecesor del
actual Comité de Supervisión Bancaria de Basilea) y
se refería a la necesidad de que las políticas prudenciales tomen en cuenta los efectos negativos de las
tendencias macroeconómicas (Clement, 2010).
Crockett (2000) habla de diferenciar entre lo microprudencial y lo macroprudencial, pero al mismo tiempo
resalta su complementariedad para el logro del objetivo de la estabilidad financiera. Posteriormente, Borio (2003), Knight (2006) y White (2006), entre otros,
profundizan la discusión sobre el papel de la política
macroprudencial frente a la política microprudencial.
Como medida del creciente interés en el término
macroprudencial, Clement (2010) menciona que las
consultas en internet sobre este término subieron de
5,000 entre 2000 y 2007 a más de 123,000 en 2008 y
2009.
94
no sólo al gran tamaño que han adquirido algunas
instituciones en lo individual, sino también a la dimensión de los sistemas financieros, a su internacionalización e integración, y a la complejidad de
las transacciones que realizan, muchas de ellas
de manera opaca, en un ambiente dinámico pero
volátil de los flujos internacionales de capital.
Por estas razones, el Grupo de los 20 (G20), en
la reunión que tuvo lugar en noviembre de 2010 en
Seúl, decidió agregar a su agenda de reformas la
implantación de políticas macroprudenciales con
el fin de evitar la acumulación de riesgos sistémicos.5 Esta tarea fue encargada al Fondo Monetario
Internacional (fmi), al Consejo de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board, conocido como
fsb por sus siglas en inglés) y al Banco de Pagos
Internacionales (bpi) para que trabajaran en forma
conjunta. A estas entidades se les pidió establecer
los fundamentos institucionales, de política y operativos de la política macroprudencial, vista esta
como una herramienta vital y complementaria de
la regulación tradicional, o microprudencial, para
lograr el objetivo de mantener la estabilidad financiera en los planos interno y mundial.
Hoy, un creciente número de países está incorporando la visión macroprudencial a la regulación
financiera posterior a la crisis. Algunos ejemplos
son las reformas legales aprobadas recientemente en Estados Unidos, Irlanda, el Reino Unido y
la Unión Europea. Dos rasgos importantes de estas reformas son la tendencia a concentrar en el
banco central responsabilidades de orden macroprudencial y la creación de comités de estabilidad
financiera con fines macroprudenciales, presididos en unos casos por el ministro de Hacienda y
en otros por el gobernador del banco central. Así,
por ejemplo, la nueva legislación entregó al Banco Central de Irlanda (bci) la responsabilidad de
la regulación financiera, incluyendo aquella macroprudencial, según los lineamientos del directorio del bci, presidido por su gobernador. En el
5
Ver el párrafo 41 de la declaración oficial de la Cumbre de Seúl del G20 de noviembre de 2010.
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
Reino Unido, se aprobó una nueva legislación que
restablece el poder de regulación financiera en el
Banco de Inglaterra y crea el Comité de Política
Financiera (Financial Policy Committee) presidido por el gobernador del Banco de Inglaterra. Estados Unidos también creó un comité similar, el
Consejo de Vigilancia de Estabilidad Financiera
(Financial Stability Oversight Committee, fsoc),
pero presidido por el secretario del Tesoro, con un
mandato para actuar frente a riesgos sistémicos.
En Europa, la Junta Europea de Riesgo Sistémico
(European Systemic Risk Board, esrb) está presidida por el presidente del Banco Central Europeo y requiere el establecimiento de organismos
similares en los países miembro de la Unión Europea. En América Latina se han dado pasos en
la misma dirección. En México, Chile y Uruguay
se crearon consejos de estabilidad financiera en
2010 y 2011, presididos en todos los países por el
ministro de Hacienda.
Pero, ¿en qué consiste la política macroprudencial? Este estudio tiene el objeto de discutir de
manera simple la naturaleza y el alcance de la política macroprudencial, las bases institucionales
que se requieren para la toma de decisiones, el
marco analítico necesario para su ejecución y los
instrumentos que típicamente involucra. También
se identifican los desafíos más importantes que
enfrentan los países a la hora de implantar la política macroprudencial. La motivación del estudio
no son sólo la actualidad e importancia del tema
sino, además, lo poco que se conoce sobre esta
política y hasta la confusión conceptual y el debate
sobre ella. Además, la política macroprudencial se
encuentra por ahora en una etapa incipiente respecto a su implantación y, por tanto, es necesario
tener un claro entendimiento de la misma.
Este documento se organiza de la siguiente
manera. En la segunda sección se discute en
qué consiste la política macroprudencial. A continuación se analizan las bases institucionales,
el marco de política y los aspectos operativos de
la política macroprudencial. La cuarta sección
identifica, a manera de conclusión, los principales
desafíos de política que implica el uso de las políticas macropudenciales. Si bien el documento
alude a países de todo el mundo, se enfoca en los
de América Latina.
II. ¿Qué es la política
macroprudencial?
En este documento se utiliza la definición de política macroprudencial acordada por el fmi, el fsb
y el bpi. Estas instituciones definen la política macroprudencial como “aquella que usa instrumentos prudenciales para prevenir la acumulación de
riesgos sistémicos, limitando de esta manera su
incidencia sobre la economía real a través de posibles interrupciones en la provisión de servicios
financieros”. A su vez, estas instituciones definen
el riesgo sistémico como “el riesgo de interrupción
en la provisión de servicios financieros causada
por deficiencias de una parte o de la totalidad del
sistema financiero que puede tener un efecto importante en la actividad económica”.6
El objetivo de dar seguimiento a los riesgos sistémicos responde al criterio de que no es suficiente con asegurar la fortaleza de los intermediarios
financieros individualmente para evitar una crisis bancaria, sino que hay amenazas que se ciernen sobre el sistema en su conjunto y que pueden
materializarse en una crisis. La experiencia de la
reciente crisis muestra, además, que las vulnerabilidades del sistema financiero pueden desplazarse
a través de diferentes sectores de la industria financiera. Es por eso que la regulación y la política
6
Por su parte, Pereira da Silva et al. (2012) definen
el riego sistémico como “la probabilidad de trastornos en la provisión de servicios financieros cuando
el sistema está sometido a choques relacionados con
vulnerabilidades tales como inadecuados niveles de
endeudamiento y de liquidez, y por comportamientos correlacionados de activos en el balance de las
instituciones financieras, amplificados por su interconexión y que ocurren a pesar del cumplimiento de la
regulación prudencial por parte de cada una de estas
instituciones”.
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
95
macroprudencial se deben aplicar también a las
compañías de seguros, a las entidades que operan
en el mercado de valores y a las demás instituciones que captan ahorros e inversiones financieras,
como los fondos mutualistas y de cobertura (hedge
funds), en caso de que estas instituciones fueran
importantes en un país.7
Desde un punto de vista teórico, la política macroprudencial se justifica por la presencia de externalidades –o fallas de mercado– asociadas
al funcionamiento del sistema financiero. 8 Una
primera externalidad se refiere a la tendencia intrínseca de los sistemas financieros a amplificar
el efecto de choques exógenos. Ejemplo de esta
externalidad es el remate de activos (fire sales)
que las instituciones financieras llevan a cabo a
fin de generar liquidez en situaciones de restricción fuerte de la liquidez. En esta situación el precio de los activos se deprime y la solvencia del
sistema financiero se deteriora. Una segunda
externalidad es la retroalimentación endógena
entre el precio de los activos y el crédito, de manera que, por ejemplo, un aumento en el flujo de
capitales externos tiende a incrementar el precio
de los activos (como los bienes raíces) y el crédito del sistema financiero que se retroalimentan
el uno con el otro. Esta situación se revierte ante
la presencia de un choque externo o por la caída
del precio de los activos, en detrimento de la solidez de las instituciones financieras. Un tercer
tipo de externalidad se deriva de la presencia de
instituciones que son no sólo muy grandes sino
que también están muy interconectas para caer.
Estas instituciones pueden llegar a ser tan importantes para el funcionamiento del sistema de
pagos en la economía que su caída constituye un
7
8
El desconocimiento de los riesgos financieros en que
habían incurrido la compañía de seguros aig y los
bancos de inversiones en Estados Unidos ilustran la
importancia de llevar a cabo una vigilancia consolidada del sistema financiero y los riesgos de no hacerlo.
Este papel de las externalidades y su justificación
para el uso de regulación y política macroprudencial
se discute en fmi (2013c).
96
riesgo sistémico y, por tanto, gozan de una garantía de depósitos implícita que menoscaba la
disciplina de mercado.
En la práctica, los riesgos sistémicos pueden
surgir bien sea por razones asociadas al entorno macroeconómico –a lo largo del tiempo– o por
causas estructurales del sistema financiero. Los
riesgos de naturaleza temporal están vinculados
a la trayectoria del ciclo de crédito o financiero. Dichos riesgos se acumulan principalmente cuando
el crédito crece a tasas muy elevadas, frecuentemente a la par de un periodo de rápido crecimiento
económico, y se materializan en una crisis financiera en la fase declinante del ciclo del crédito.9 Los
riesgos sistémicos también están originados en la
estructura misma del sistema financiero y, por tanto, su propagación es de naturaleza transversal.
El alto grado de interconexión de las instituciones
financieras, en el ámbito nacional y con relación a
instituciones en el exterior, constituye una fuente
de riesgo sistémico. Igualmente riesgoso es el tamaño elevado que puede alcanzar un intermediario financiero en la medida que su caída arrastra
consigo a otras instituciones y pone en riesgo el
funcionamiento del sistema de pagos de la economía: efecto dominó.
La historia muestra que muchas crisis financieras estuvieron precedidas de ciclos de auge y
contracción brusca del crédito, en los que el carácter procíclico de los sistemas financieros ha
desempeñado un papel muy importante.10 La acumulación de riesgos sistémicos asociados a periodos de expansión rápida del crédito se ilustra
claramente a la luz de la reciente crisis en Estados Unidos y otros países avanzados. A comienzos de los años 2000, el auge del crédito empezó
a generar una burbuja en el precio de los bienes
9
El crédito, al igual que la actividad económica, tiene
una trayectoria cíclica, es decir, crece durante un
tiempo, a continuación se contrae, y luego vuelve a
expandirse y a caer, y así sucesivamente.
10
Ver, por ejemplo, Schularick y Taylor (2009) y Jordá
et al. (2011) para un análisis de esta vinculación a lo
largo de 140 años.
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
inmobiliarios, que luego reventó bruscamente y
provocó una gran contracción del crédito y de la
liquidez sistémica.11 Los peligros derivados de la
trayectoria del ciclo financiero se explican porque
en los periodos de auge el crédito bancario crece
a tasas muy altas y los agentes económicos están dispuestos a asumir más riesgos que potencialmente dañan los balances de las instituciones
financieras. En cambio, en la fase declinante del
ciclo se desata un sentimiento colectivo de aversión al riesgo, que lleva a los bancos a contraer
bruscamente la entrega de crédito y esto deriva en
una contracción de la liquidez sistémica que interactúa con la caída de la demanda de la economía.
Como consecuencia, la economía se desacelera
–y hasta cae en recesión– y bajan el consumo y
la inversión. En este caso, se produce una caída
brusca del precio de los activos que garantizan
el crédito bancario, y la morosidad de los préstamos aumenta sin que muchas veces los bancos
hayan acumulado provisiones adecuadas para
protegerse ante esta falta de pago.12 Frente a las
dificultades para recuperar sus créditos y para
financiarse, las instituciones financieras se ven
obligadas a vender a un precio bajo de sus activos, con lo que dichos precios se deprimen aún
más. En este desenlace crítico se encuentra subyacente la naturaleza procíclica de los sistemas
financieros que desempeñan un papel amplificador de la toma de riesgos durante los periodos de
auge y declinación del ciclo de crédito.
En los países emergentes y en desarrollo, las
consecuencias adversas asociadas a los riesgos
11
Las causas y el desencadenamiento de esta crisis
han sido ampliamente tratados en la literatura reciente según diferentes perspectivas. Ver, por ejemplo,
Rajan (2010), Stiglitz (2010) y el informe de la Financial Crisis Inquiry Commission (2011).
12
Incluso si los bancos crean provisiones para ser usadas en la fase declinante del ciclo –como lo hizo España en los primeros años de este siglo–, estas provisiones pueden resultar insuficientes para cubrir las
pérdidas futuras, como las que sobrevinieron durante
la crisis.
sistémicos vinculados con los ciclos de auge y
contracción del crédito frecuentemente se desencadenan por el efecto de choques externos que
causan salidas bruscas de capital y contracciones
de la liquidez y el crédito. La persistencia de agudos desequilibrios macroeconómicos –ya sea en
el sector externo, o que se manifiestan en altos niveles de endeudamiento público o privado – y la
existencia de descalces en las hojas de balance
de las empresas y las personas exacerban el impacto de dichos choques.
En la medida que la política macroprudencial
tiene como objetivo evitar o contener la acumulación de riesgos que potencialmente pueden dar
lugar a una crisis financiera, su enfoque es primordialmente preventivo y no se aplica de manera
directa al manejo de las crisis financieras. Como
consecuencia, esta política es muy importante para
países como los de América Latina, y de otras regiones, que son vulnerables a choques externos,
como son el efecto de la volatilidad de los precios
de sus productos de exportación y las entradas y
salidas bruscas de flujos externos de capital, en
gran parte responsables de la historia de recurrentes crisis financieras en las economías latinoamericanas (ver el recuadro 1). Por otro lado, la política
macroprudencial, aunque preventiva, difiere de las
acciones de corrección temprana que típicamente
utiliza la regulación tradicional para enfrentar problemas idiosincrásicos y que apuntan a contener
la crisis –ya en marcha– de esa institución. Los
instrumentos macroprudenciales tampoco son
parte del menú de opciones para manejar crisis
financieras y para sanear el sistema financiero.
Por el contrario, muchos instrumentos macroprudenciales típicamente se utilizan durante periodos
de desempeño positivo de la economía: en la fase
ascendente del ciclo.
En suma, la política macroprudencial incorpora
a sus decisiones aspectos que vinculan el comportamiento macroeconómico de un país y del precio de los activos en la economía y los asocia con
la trayectoria del crédito y la estructura del sistema financiero a fin de identificar posibles riesgos
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
97
sistémicos. En particular, toma en cuenta para el
análisis y la toma de decisiones la trayectoria del
ciclo financiero y del ciclo económico, es decir, los
riesgos que se generan a lo largo del tiempo, así
como también aquellos que se propagan de forma transversal debido al elevado tamaño de las
instituciones financieras y su alto grado de interconexión con otros intermediarios financieros y con
el resto del mundo. En los dos casos, la consideración para adoptar medidas correctivas es la amenaza de una crisis con efecto sistémico, asociada
en particular a la dimensión temporal del riesgo
Recuadro 1. Vulnerabilidades externas y crisis financieras en América Latina
A lo largo de las últimas tres décadas, América Latina ha registrado entradas y salidas de capital que
fluyeron en montos significativos y se convirtieron en un factor de potencial volatilidad de las economías (gráfica 1). Además, sus países también estuvieron expuestos a grandes fluctuaciones en los
precios de muchos de sus productos de exportación; en particular, alimentos, minerales y materias
primas, también conocidos como commodities (gráfica 2). Como consecuencia, los países de la región tuvieron periodos de auge en el crédito bancario (gráfica 3) y posteriores contracciones bruscas
que derivaron en restricciones en la liquidez sistémica y exacerbaron las variaciones en el ciclo económico. Estos ciclos de auge y contracción desembocaron en numerosas crisis sistémicas, más frecuentes que en la mayoría de las otras regiones del mundo (gráfica 4).
Gráfica 1
Gráfica 2
FLUJOS DE CAPITAL, 1991-2010
(Variación anual promedio en seis países)
VOLATILIDAD DE PRECIOS DE PRODUCTOS
BÁSICOS
(12m desviación estándar, 1997-2000)
Porcentaje
25
15
20
10
15
5
10
0
Corto plazo
Flujos totales
0
1970M1
1971M8
1973M3
1974M10
1976M5
1977M12
1979M7
1981M2
1982M9
1984M4
1985M11
1987M6
1989M1
1990M8
1992M3
1993M10
1995M5
1996M12
1998M7
2000 M2
2001M9
2003M4
2004M11
2006M6
2008M1
2009M8
1991T1
1992T1
1993T1
1994T1
1995T1
1996T1
1997T1
1998T1
1999T1
2000T1
2001T1
2002T1
2003T1
2004T1
2005T1
2006T1
2007T1
2008T1
2009T1
2010T1
–5
5
Alimentos -índice
Metales -índice
Texas precio spot -índice
98
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
Gráfica 3
Gráfica 4
CRECIMIENTO DEL CRÉDITO
(Porcentajes anuales, 1961-2010)
CRISIS BANCARIAS EN TODO EL MUNDO
(Número de crisis por regiones, 1997-2000)
40
0.3
35
0.2
30
0.1
25
0
20
–0.1
15
–0.2
10
–0.3
5
1961A1
1963A1
1965A1
1967A1
1969A1
1971A1
1973A1
1975A1
1977A1
1979A1
1981A1
1983A1
1985A1
1987A1
1989A1
1991A1
1993A1
1995A1
1997A1
1999A1
2001A1
2003A1
2005A1
2007A1
2009A1
0.4
Crisis bancarias
0
África
América del Sur
Seis países: Argentina, Brasil, Chile, Guatemala, México
y Perú.
sistémico, dado que las instituciones financieras
tienen un comportamiento procíclico.13
III. El marco de política
macroprudencial
La política macroprudencial es una parte integral
de los esfuerzos de los países por mantener la estabilidad de sus sistemas financieros y prevenir
futuras crisis. Sin embargo, esta política no opera
de manera aislada. Apunta a llenar un vacío que
existía antes de la crisis –y existe aún en muchos
países– entre la política monetaria y la regulación
prudencial tradicional y se interrelaciona con cada
una de ellas (diagrama 1). Más aún, su aplicación
da lugar a sinergias pero también a conflictos con
cada una de ellas, tal como se analiza brevemente
en la siguiente sección de este trabajo.
Asia
Europa América
Latina
Fuente: Leaven y Valencia (2010).
Oriente
Medio/
Asia
Central
Como toda política económica, la política macroprudencial debe tener fundamentos institucionales, un marco analítico para la toma de decisiones
e instrumentos para operar y cumplir el objetivo de
política. Esta sección explica cada uno de estos
tres componentes de la política macroprudencial.
El análisis que se realiza es de naturaleza conceptual dado que es poca la experiencia real con que
se cuenta para poder identificar lo que se podría
denominar mejores prácticas y tampoco existe
evidencia suficiente para calificar empíricamente
la eficacia de una u otra modalidad de esta política económica.14
A. Fundamentos institucionales
La definición de una arquitectura óptima para preservar la estabilidad financiera y para un buen
funcionamiento de la política macroprudencial
no sigue un patrón definido. La regulación y la
14
13
Claessens et al. (2011) ofrecen evidencia empírica
sobre el papel procíclico de los sistemas financieros.
Una exposición amplia e integral de la naturaleza y el
alcance de la política macroprudencial se encuentra
en fmi (2011a).
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
99
Diagrama 1
ESTABILIDAD MACROECONÓMICA Y ESTABILIDAD FINANCIERA:
ANTES Y DESPUÉS DE LA CRISIS
Antes de la crisis
Regulación
prudencial
Política
monetaria
Estabilidad de precios/
actividad económica
Estabilidad de las
instituciones financieras
Después de la crisis
Política
macroprudencial
Política
monetaria
Estabilidad de precios/
actividad económica
Estabilidad del sistema
financiero
supervisión financiera la realizan varias instituciones en la mayoría de los países, y en pocos casos dichas responsabilidades están a cargo del
banco central. En América Latina se distinguen
dos modelos institucionales principalmente, el modelo Atlántico y el modelo Pacifico (Jácome et al.,
2012), dependiendo de qué institución –el banco
central u otra dependencia– realiza la supervisión
bancaria (recuadro 2).
En los últimos cinco años, un creciente número
de países reformaron su legislación y crearon nuevas instituciones o adaptaron las existentes para
dar cabida a las responsabilidades macroprudenciales. Estas reformas han sido necesarias puesto que ni el banco central ni las superintendencias
financieras contaban con un mandato explícito de
política macroprudencial y tampoco había una instancia formal de coordinación de dichas políticas
para el caso en que las decisiones las adopten las
dos instituciones por separado. Características
100
Regulación
prudencial
Estabilidad de las
instituciones financieras
importantes de estas reformas institucionales es
la mayor participación del banco central en las decisiones de política macroprudencial y la creación
de comités de estabilidad financiera, en aquellos
países en que varias dependencias tienen responsabilidades sobre estabilidad financiera. El nuevo
papel de los bancos centrales contrasta con el enfoque previo a la crisis según el cual, en la mayoría
de países (incluyendo a los de América Latina), se
asignaba a los bancos centrales el objetivo – exclusivo en algunos casos– de preservar la estabilidad de la moneda, tarea que hasta ahora ha sido
cumplida con gran eficacia.15
En América Latina se han dado ya reformas de
naturaleza macroprudencial. A pesar de que esta
15
Un análisis del papel de los bancos centrales en el
periodo anterior a la crisis y los nuevos desafíos en
la era que le siguió se encuentra, por ejemplo, en fmi
(2010) y en Borio (2011).
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
Recuadro 2. La estructura institucional de regulación y supervisión financiera en América Latina
En América Latina, se distinguen principalmente dos estructuras institucionales asociadas con el objetivo de estabilidad financiera: el modelo Atlántico y el modelo Pacifico (Jácome et al., 2012). En el
primer modelo, el banco central está a cargo no sólo de la política monetaria sino también de la regulación y supervisión bancaria (Argentina, Brasil, Uruguay). En el modelo Pacifico (Chile, Colombia,
Ecuador, México, Perú, entre otros países) esas dos tareas las realizan por separado el banco central
y la superintendencia bancaria. Si bien en América Latina se mantuvo la separación del banco central
y de la superintendencia de bancos, no obstante las crisis bancarias recurrentes –como ocurrió en algunos países de Asia y Europa–, sí ha habido cambios en la estructura institucional para la regulación
de otras actividades de la industria financiera. Así, por ejemplo, en Colombia la dependencia que se
encarga de la supervisión bancaria y de seguros absorbió hace unos años la regulación de los mercados de seguros y de valores, mientras que en Perú esa institución tomó a su cargo las compañías
de seguros. En general, la regulación del funcionamiento de las empresas de seguros y del mercado de valores no tiene un patrón único sino que varía para cada país, según se ilustra a continuación.
Supervisión de bancos, seguros y valores
(muestra de países en América Latina)
Bancos
Seguros
Valores
Argentina
bc
s
v
Brasil
bc
s
v
Chile
b
sv
sv
bsv
bsv
bsv
b
s
v
México
bv
s
bv
Perú
bs
bs
v
Uruguay
bc
bc
bc
Colombia
Costa Rica
bc: banco central; b: superintendencia bancaria; s: superintendencia de seguros; bs: superintenden-
cia de bancos y seguros; v: superintendencia de valores, bv: superintendencia de bancos y valores;
sv: superintendencia de seguros y valores; bsv: superintendencia de bancos, seguros y valores.
Fuente: How Countries Supervise their Banks, Insurers, and Securities Markets 2010, Central
Banking Publications, Londres, 2010.
región logró sortear con éxito la crisis financiera en los países avanzados y ha restablecido el
crecimiento económico,16 algunos países han
dado pasos hacia la aplicación de una política
16
Un análisis sobre las acciones tomadas por los bancos centrales para enfrentar la crisis financiera originada en el mundo industrializado se encuentra en
Jara et al. (2009) y Canales et al. (2010).
macroprudencial para con ello fortalecer la prevención de crisis financieras. Aunque no ha habido
cambios en la estructura institucional básica –entre
banco central y superintendencias financieras–, se
han creado comités o consejos de estabilidad financiera, presididos por el ministro de Finanzas y
con la participación de las cabezas de dichas instituciones. A diferencias de otras reformas, como
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
101
en el Reino Unido, en América Latina, a estos comités se les ha otorgado exclusivamente poderes
de recomendación de acciones de política, y no
de toma de decisiones, a fin preservar la autonomía del banco central y de las superintendencias
financieras (ver recuadro 3).
En la práctica, hay una gama de estructuras institucionales para el logro del objetivo de estabilidad
financiera alrededor del mundo. Desde una perspectiva de política macroprudencial, a continuación
se señalan algunos pros y contras de tres grandes
modelos, con sus variaciones, que se aplican en
la mayoría de países: i) el modelo integrado; ii) el
modelo multiagencia, en el que la regulación bancaria, de seguros y de valores se realiza fuera del
banco central; y iii) el llamado modelo twin peaks,
en el que el banco central conserva la función de
regulador bancario.17
Este modelo se caracteriza porque la regulación
financiera y, en algunos casos, la responsabilidad
de supervisión financiera, las realiza una sola institución, típicamente el banco central. Este modelo es el menos común en el mundo. Se encuentra
en países como Irlanda, luego de la reforma del
banco central aprobada en 2010,18 en la República Checa y en Singapur. En América Latina, lo tiene solamente Uruguay, donde el Banco Central de
Uruguay tiene a cargo la regulación y supervisión
de los bancos, de las empresas de seguros y de
los mercados de valores (ver recuadro 2).
La principal ventaja de este modelo es que todos
los elementos necesarios para hacer un seguimiento efectivo de la acumulación de riesgos sistémicos
(recursos humanos, datos e información de las diferentes actividades de la industria financiera) se
encuentran en la misma institución y, por tanto, no
se requiere crear instancias de coordinación para
la toma de decisiones ni tampoco para la ejecución
de la política macroprudencial. Asimismo, al tomarse decisiones bajo un mismo techo no hay peligro
de erosionar la autonomía de otras instituciones
que, de otra forma, tendrían a cargo la ejecución de
la política macroprudencial. Como desventaja, al
entregar poderes tan amplios al banco central –la
política monetaria y la política macroprudencial–
se corre el riesgo de consolidar una visión unívoca
en la toma de decisiones y, por tanto, sin que haya
visiones alternativas que enriquezcan un debate
constructivo que en algún momento pudieran limitar el abuso de instrumentos macroprudenciales.
También puede haber lugar para una crítica por el
denominado déficit democrático, en la medida que
se concentra un gran poder en una sola institución,
y los comités a cargo de las decisiones no son elegidos democráticamente sino que son designados
por diferentes instancias del Estado.
17
El modelo multiagencia
El modelo integrado
Dependiendo de qué tan diferenciada se quiere hacer la caracterización de tales modelos, el número de
grupos puede expandirse. Así, por ejemplo, Nier et
al. (2011), distinguen ocho modelos diferentes, incluyendo el que existe en la Unión Europea (el esrb), de
naturaleza multinacional.
18
Con la nueva legislación el Banco Central de Irlanda
tiene un mandato de velar por la estabilidad de todo el
sistema financiero y, por tanto, concentra las responsabilidades que antes se distribuían conjuntamente
con la Autoridad Regulatoria de los Servicios Financieros de Irlanda. La única tarea que quedó fuera del
mandato del bci es la de protección al consumidor, es
decir, proveer información y educar a los usuarios del
sistema financiero, cuya responsabilidad se mantuvo
en otra dependencia.
102
Este modelo institucional está presente en varios
países, tales como Canadá, Corea del Sur, Israel,
Líbano y Suiza y, en América Latina, Chile, Colombia, México y Perú, entre otros. En ella, las decisiones de política macroprudencial, típicamente,
son responsabilidad de varios organismos, incluyendo, en algunos casos, al banco central, que
tiene poderes sobre el uso de algunos instrumentos. Por consiguiente, en este modelo, la coordinación desempeña un papel fundamental. En unos
países, la coordinación se da mediante un comité
legalmente establecido y en otros por medio de
mecanismos informales.
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
Recuadro 3. Reformas macroprudenciales recientes en América Latina
Con el fin de fortalecer su institucionalidad para prevenir crisis financieras, algunos países de América Latina han hecho reformas legales. Estas reformas han significado, en esencia, la creación de comités de estabilidad financiera.
México fue el primer país en América Latina en implantar dicha reforma mediante la expedición de un
decreto del poder ejecutivo que creó el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero en julio de 2010.
Este Consejo se instituyó como una “instancia de evaluación, análisis y coordinación de autoridades
en materia financiera, cuyo objeto es propiciar la estabilidad financiera”. El Consejo tiene capacidad
para recomendar la adopción de las medidas correctivas que considere para preservar la estabilidad
financiera, pero respeta las facultades y atribuciones que la ley otorga a las instituciones. El Consejo está integrado por nueve miembros: el secretario de Hacienda (quien lo preside); el subsecretario
de Hacienda; los presidentes de la Comisión Nacional Bancaria, de Seguros y del Sistema de Ahorro
para el Retiro; el Secretario del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario, y por el gobernador
y dos subgobernadores del Banco de México. El Consejo se reúne trimestralmente y está obligado a
emitir un informe anual.
Una institución similar se creó en Chile en julio de 2011. Mediante decreto ejecutivo, se estableció
el Consejo de Estabilidad Financiera, como una comisión asesora del Ministerio de Hacienda en el
ámbito de la estabilidad financiera. La misión del Consejo es ser una instancia de coordinación y
proponer medidas que velen por la integridad y solidez del sistema financiero, así como efectuar un
manejo preventivo del riesgo sistémico y la resolución de situaciones críticas. El Consejo lo componen: el ministro de Hacienda (quien lo preside), y los superintendentes de Valores y Seguros, de
Bancos e Instituciones Financieras, y de Pensiones. El presidente del Banco Central de Chile no
forma parte de este organismo pero actúa en calidad de asesor. El Consejo debe sesionar, al menos, mensualmente.
En Uruguay, el Comité de Estabilidad Financiera, creado en junio de 2011, tiene responsabilidades similares a los dos anteriores pero, además, tiene un mandato explícito de manejo de crisis financieras.
El Comité lo conforman el ministro de Economía (quien lo preside), el presidente del Banco Central de
Uruguay, el superintendente de Servicios Financieros y el presidente de la Corporación de Protección
del Ahorro Bancario. Entre sus cometidos están intercambiar información con un enfoque sistémico
macroprudencial, promover la realización de estudios para identificar los riesgos sistémicos que afecten al sistema financiero, proponer estrategias para manejar dichos riesgos, apoyar el uso de instrumentos para prevenir y gestionar eficazmente las crisis y propiciar la coordinación con organismos
internacionales en materia de estabilidad financiera. El Comité se reúne una vez por año.
En Brasil se creó el Comité de Estabilidad Financiera en mayo de 2011, aunque este tiene una personalidad jurídica menor que los tres anteriores debido a que fue creado por una circular interna del
Banco Central de Brasil. Su objetivo es prevenir la posible acumulación de riesgos sistémicos y recomendar medidas correctivas a fin de velar por la estabilidad del sistema financiero. Este comité
está conformado por todos los miembros del directorio del Banco Central de Brasil y se reúne una
vez cada dos meses.
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
103
Si bien no se puede generalizar para todos los
países, sí se puede decir que el modelo multiagencia tiene que enfrentar mayores desafíos para funcionar con eficacia en comparación con el modelo
integrado. Un potencial problema importante se da
con la identificación de los riesgos sistémicos debido a la separación de dependencias que, muchas
veces, no tienen un mandato claro para realizar
esta tarea. Como consecuencia, puede ocurrir que
la generación de algunos de estos riesgos pase inadvertida. Asimismo, puede darse una situación en
la que varias dependencias tienen algún grado de
responsabilidad ligada a la estabilidad sistémica.
Frente a esta implícita responsabilidad colectiva,
establecer mecanismos de rendición de cuentas
se vuelve más difícil y esto, naturalmente, implica
menores incentivos para la toma de decisiones,
en detrimento de la eficacia de este modelo. Otra
dificultad podría presentarse porque ninguna dependencia cuenta por sí misma con toda la información que se necesita para evaluar la generación de
riesgos sistémicos y, mientras tanto, el intercambio
de información no se da a tiempo ni al nivel que se
requiere debido, por ejemplo, a la ausencia de un
mandato legal para el intercambio de información,
o por simple rivalidad institucional. Por el lado positivo, el modelo multiagencia permite a cada una de
ellas ejercer su mandato –los bancos centrales preservar la estabilidad de precios, y los organismos
de supervisión financiera velar por la seguridad y
la salud de las instituciones financieras – conforme a reglas más definidas y, por tanto, someterse
a mecanismos más claros de rendición de cuentas
en relación con estas responsabilidades.
Las falencias del modelo de regulación financiera basado en una multiplicidad de dependencias
han sido atenuadas en varios países mediante la
creación de comités de estabilidad financiera. Estos comités están compuestos por representantes de las diferentes agencias que cuentan con
potenciales responsabilidades macroprudenciales (Canadá, Turquía y, en América Latina, Chile
y México). Generalmente, estos comités tienen
poderes solamente para recomendar la adopción
104
de políticas a las instituciones responsables para
preservar la autonomía de las mismas. También
hay países que no tienen una instancia de coordinación de decisiones formalmente establecida,
sino que solamente se han definido mecanismos
de cooperación para el intercambio de datos e información (Islandia, Suiza y, en América Latina,
Costa Rica y Perú). Esta es una alternativa subóptima que, en principio, limita la eficacia del modelo
multiagencia.
Modelos parcialmente integrados
Los modelos intermedios respecto a los dos anteriores pueden ser vistos desde dos ángulos; por una
parte, el llamado modelo twin peaks y, por otra, los
modelos en los que el banco central también está a
cargo de la supervisión bancaria. La característica
institucional del modelo twin peaks es que el banco central está cargo de la regulación prudencial,
mientras que la supervisión y el papel de protector
del consumidor son responsabilidad de otra dependencia.19 El modelo twin peaks prevalece en países
como, Bélgica, Francia, los Países Bajos y el Reino
Unido. A manera de ilustración, la recientemente
creada organización institucional para preservar la
estabilidad financiera en el Reino Unido está conformada por tres comités: el Comité de Política Financiera (fpc, por sus siglas en inglés), el Comité de
Política Monetaria (mpc, por sus siglas en inglés); y
la Autoridad de Regulación Prudencial (pra, por sus
siglas en inglés), que funcionan adscritos al Banco
de Inglaterra y la Autoridad de Conducción Financiera (fca, por sus siglas en inglés) que funcionan
separadamente. La política macroprudencial es
responsabilidad del fpc que está conformado por
11 miembros: cuatro del Banco de Inglaterra (tres
de ellos que también son parte del mpc), quienes
dirigen el pra y el fca, cuatro delegados externos
y un representante del Tesoro (sin voto).
El segundo modelo es más común en los países
emergentes y en desarrollo (Bulgaria, las Filipinas,
19
El modelo twin peaks tiene sus orígenes en aquel establecido en los Países Bajos en 2002.
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
Indonesia, Jordania, Mongolia, Nigeria, Rumania
y Tailandia, son algunos ejemplos). En estos países, el banco central es responsable tanto de la regulación como de la supervisión bancaria, pero la
regulación y supervisión de otras actividades de la
industria financiera, como el mercado de valores y
las empresas de seguro, las realizan otras dependencias. Esta estructura institucional es similar al
modelo Atlántico en América Latina, en Argentina y Brasil, donde el banco central también tiene
a su cargo la supervisión de la banca –el sector
que domina en aquellos sistemas financieros– y
otras agencias tienen la responsabilidad de regular y vigilar al resto de la industria financiera. Así,
por ejemplo, en Brasil, el banco central supervisa
al sistema bancario, en tanto que el Consejo Monetario Nacional (presidido por el ministro de Hacienda y compuesto por el gobernador del Banco
Central de Brasil y el ministro de Planeación) emite las regulaciones de política relacionadas con la
estabilidad del sistema bancario y con el mercado de valores.
El modelo parcialmente integrado conserva la
ventaja de que logra concentrar en una sola institución el acceso a la información y el seguimiento
de la posible acumulación de riesgos sistémicos,
y no se requiere coordinación para la toma de decisiones macroprudenciales, en la medida en que
los bancos sean la actividad dominante en el sector
financiero. En aquellos países en los que el mercado de valores o las empresas de seguros tienen
una dimensión importante y pueden representar
una amenaza para la estabilidad del sistema financiero en su conjunto, aún hay necesidad de coordinación para identificar los riesgos en la totalidad
del sistema y para tomar decisiones macroprudenciales. En ese sentido, en el modelo multiagencia
no es posible establecer un claro mecanismo de
rendición de cuentas. Asimismo, la información
fluye menos que en el modelo integrado.
¿Qué modelo es más eficaz?
No hay una respuesta clara para la pregunta de cuál
modelo funciona mejor. Las bases institucionales
para una ejecución eficaz de la política macroprudencial dependen en gran medida de las especificidades de cada país. Por ejemplo, hay países
en donde es difícil cambiar la distribución de responsabilidades para la regulación y supervisión
financiera, bien sea porque están establecidas
en la Constitución o porque están enraizadas en
la historia de los países, o porque hay una tradición de concentración o división de poderes para
la decisión de políticas públicas. De hecho, aún
no es posible tener evidencia clara sobre qué modelo es más eficaz para prevenir crisis sistémicas.
Sin embargo, sí se pueden identificar características importantes que favorecen un mayor éxito.
Como se analiza en Nier et al. (2011), para que las
bases institucionales de un modelo de estabilidad
financiera conduzcan a una política macroprudencial eficaz, es decir, que pueda mitigar efectivamente los riesgos sistémicos, se deben generar
incentivos para lograr tres objetivos (diagrama 2).
Primero, identificar, analizar y dar seguimiento de
modo eficaz a la acumulación de riesgos sistémicos. Para ello, es necesario poner al alcance de la
institución a cargo de estas tareas toda la información relevante y facilitarle los recursos humanos
que tengan las destrezas necesarias. Segundo,
utilizar oportuna y eficazmente los instrumentos
macroprudenciales apropiados. Cumplir con esta
tarea implica que la institución responsable de la
toma de decisiones cuente con un mandato claro de
política macroprudencial y que tenga los incentivos
para actuar oportuna y decididamente. Además, es
necesario establecer los mecanismos para que la
institución responsable rinda cuentas respecto al
mandato otorgado. Y, tercero, coordinar las políticas dirigidas a enfrentar la acumulación de riesgos sistémicos. Esto implica contar con un marco
institucional en el que no haya vacíos ni tampoco
responsabilidades sobrepuestas para la toma de
decisiones macroprudenciales.
Si bien todos estos incentivos son importantes,
es fundamental que la institución a cargo de la regulación macroprudencial tenga un mandato claro
y cuente con el adecuado respaldo jurídico para
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
105
Diagrama 2
OBJETIVOS Y REQUISITOS DE APOYO PARA UN MARCO
MACROPRUDENCIAL EFECTIVO
Identificación efectiva,
análisis y seguimiento
del riesgo sistémico
Acceso a información
relevante
Uso del conocimiento
y las destrezas disponibles
Mandato fuerte y claro
Uso oportuno y efectivo
de instrumentos
macroprudenciales
Incentivos para actuar
Rendición de cuentas
Coordinación efectiva
entre las agencias
a cargo de la regulación
macroprudencial
cumplir a cabalidad sus funciones. La razón para
ello es que las medidas macroprudenciales son
particularmente necesarias en periodos en que
la economía muestra un buen desempeño, o está
creciendo rápidamente, y esto vuelve impopular
la adopción de las políticas macroprudenciales. 20
Tener un mandato claro y respaldo jurídico es, además, necesario para evitar disputas jurídicas por
parte de las instituciones financieras afectadas
por las políticas macroprudenciales adoptadas. La
necesidad de fortaleza jurídica es particularmente
20
Borio y Drehmann (2009) caracterizan esta situación
con el nombre de la “paradoja de la estabilidad financiera” en el sentido de que los sistemas financieros
lucen más fuertes, precisamente, cuando en realidad
están más vulnerables. Así, mientras el crédito crece
fuertemente, los precios de los activos están altos y
los indicadores de riesgo son satisfactorios, los riesgos sistémicos y las vulnerabilidades podrían estar
subiendo.
106
Reducción de brechas
y de sobreposición
de responsabilidades
Preservación de la autonomía
de las instituciones
importante en América Latina, donde la tradición
de derecho continental (civil law tradition) obliga a
encuadrar la toma de decisiones en lo que se establece explícitamente en la ley. Además, porque
el poder judicial muestra un sesgo hacia responsabilizar de fraude a las autoridades que están al
frente del banco central y de las dependencias
de supervisión al momento que estalla una crisis
financiera.
Por otro lado, es crítico conferir autonomía a las
instituciones a cargo de la política macroprudencial. Contar con autonomía es vital para que las
instituciones a cargo de la política macroprudencial no tengan ningún tipo de conflicto de interés
que distorsione o detenga la toma de decisiones.
Las instituciones deben ser autónomas en relación con el gobierno pues las políticas macroprudenciales pueden ir en contra del interés de corto
plazo de aquel en la medida en que pueden frenar
el crecimiento económico. Esto no quiere decir
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
que el ministro de Finanzas no debe participar en
el análisis y la toma de decisiones de la política
macroprudencial sino, simplemente, que no debe
tener un papel de privilegio en las decisiones, incluyendo en lo posible que no presida el comité de
estabilidad financiera, si es que este existe. La autonomía de la regulación macroprudencial también
es importante porque las instituciones a cargo de
ella están expuestas a influencias de la industria
financiera, cuyos beneficios puede perjudicar la
imposición de regulaciones macroprudenciales.
Frente a esta autonomía, es necesario que las
instituciones a cargo de la regulación macroprudencial estén legalmente obligadas a rendir cuentas ante la sociedad respecto al mandato que se les
ha entregado. Para ello, es crítico que la autoridad
macroprudencial tenga control sobre la decisión
y el ejercicio de los instrumentos macroprudenciales. Sin embargo, los aspectos prácticos de la
rendición de cuentas entrañan dificultades en la
medida en que no es posible establecer criterios
medibles sobre el éxito o el fracaso de la prevención de crisis financieras. Para los casos en que
existe un comité de estabilidad o de vigilancia financiera, la rendición de cuentas tiende a quedar
diluida. La alternativa es establecer una comunicación clara y transparente en relación con el estado de salud del sistema financiero, sin que con
ello se ponga en riesgo la estabilidad del sistema
financiero, incluyendo la identificación de riesgos
sistémicos, y con respecto de la toma de decisiones macroprudenciales. Frente a la dificultad de
establecer mecanismos de rendición de cuentas
cuando el comité o consejo de estabilidad financiera no tiene capacidad de decisión, sino solamente
poderes de recomendación, como en Chile y México, Jácome et al. (2012) proponen que se estipule una exigencia de cumplir o explicar por parte
de la dependencia que finalmente decide, como
en el Reino Unido. Bajo la exigencia de cumplir o
explicar, el comité de estabilidad financiera recomienda la adopción de una determinada política
macroprudencial y la superintendencia de bancos
la ejecuta. Si esta no está de acuerdo en ejecutar
dicha recomendación, entonces tiene que exponer públicamente los argumentos que lo motivan.
En la práctica, cuando las reformas aprobadas
han implicado cambios en la estructura institucional, se observa una tendencia hacia un papel más
prominente del banco central, al entregarle mayores poderes regulatorios para prevenir crisis financieras (Bélgica, Irlanda y el Reino Unido), con
la única excepción de Indonesia. Cuando esta separación institucional ya existe, se observa un creciente número de casos en que los países crean
un comité de estabilidad financiera, como se indicó. Cualquiera que sea la estructura institucional
adoptada, lo crítico es cuáles son los poderes con
que cuenta la autoridad macroprudencial para enfrentar la acumulación de riesgos sistémicos, bien
sea poderes para tomar decisiones específicas de
naturaleza macroprudencial, como identificar instituciones financieras y no financieras de naturaleza
sistémica y requerirles el cumplimiento de estándares elevados de manejo de riesgo, o sólo para
recomendar la adopción de tales medidas acompañadas de un requerimiento de cumplir o explicar.
B. Marco analítico
La toma de decisiones para regular y ejecutar la
política macroprudencial es más eficaz si se apoya
en una estructura analítica que permita identificar
tempranamente los riesgos sistémicos y luego darles seguimiento. El marco analítico debe proveer
también la información adecuada para saber cuándo actuar y qué decisiones tomar y para contar con
los indicadores apropiados para la medición de los
riesgos sistémicos. Construir este marco analítico es una tarea compleja en la que los países están comenzando a trabajar. Hay una variedad de
modelos que se pueden aplicar, y la selección de
los más apropiados depende de las especificidades del sistema financiero en cada país: por ejemplo, si el sistema financiero está compuesto casi
exclusivamente por instituciones de depósito o si
hay una multiplicidad de intermediarios financieros. El tipo de modelo depende también de si en
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
107
esa economía se han desarrollado instrumentos
financieros complejos y de la capacitación técnica de las instituciones a cargo de la política macroprudencial.
Conceptualmente, la perspectiva macroprudencial para dar seguimiento a los riesgos que afectan
al sector financiero se apoya en una visión diferente de aquella tradicional o microprudencial. Estas
diferencias se enuncian en el cuadro 1. En este se
advierte el objetivo disímil que se persigue, la diferente idea de la naturaleza de los riesgos –endógenos o exógenos al sistema financiero–, al igual que
la motivación para el uso de medidas prudenciales.
En todo caso, identificar y dar seguimiento a los
riesgos sistémicos de la industria financiera requiere contar con los datos y la información apropiados.
Las brechas de datos e información menoscaban
la capacidad de realizar esta tarea, impide una
eficaz formulación de la política macroprudencial
y dificulta la definición del perímetro regulatorio y
su capacidad para exigir el cumplimiento de las
normas macroprudenciales. Además, los datos y
la información deben ser compartidos en el plano
internacional. En la práctica, muchos países no
cuentan con estos datos o no son comparables internacionalmente. Para enfrentar este problema,
el G20 ha extendido un mandato al fmi / fsb para
guiar a los países para que recopilen datos e información relevantes y comparables y para que,
además, estén disponibles de manera oportuna.
Identificación del riesgo sistémico
Tal como se discutió antes, los riesgos en el sistema financiero pueden ser identificados en relación
con el ciclo financiero de los países o con la estructura del sistema financiero. En el primer caso, las
vulnerabilidades del sistema financiero se generan
durante los periodos de auge crediticio en que ni
el prestatario ni el prestamista miden adecuadamente el riesgo frente a la posibilidad de un cambio desfavorable en el entorno macroeconómico o
externo. En el segundo caso, los riesgos se distribuyen a través de las instituciones financieras en
un determinado momento del tiempo. Los riesgos
de naturaleza transversal o de carácter estructural pueden ser mayores o menores, dependiendo
fundamentalmente del tamaño de las instituciones
financieras y del nivel de interconexión de dichas
instituciones, así como de ellas con instituciones
internacionales.
En la práctica, las autoridades macroprudenciales deben evaluar los riesgos a los que está
Cuadro 1
Seguimiento de riesgos desde una perspectiva macroprudencial y microprudencial
Macroprudencial
Microprudencial
Objetivo intermedio
Limitar la acumulación de riesgos
sistémicos
Limitar la acumulación de riesgos
idiosincrásicos
Objetivo final
Evitar pérdidas de bienestar de la
sociedad (impacto en el pib)
Protección al consumidor
(inversionista/depositante)
Modelo de riesgo
Endógeno al sistema financiero (al
menos parcial)
Exógeno al sistema financiero
Correlaciones y exposiciones
comunes a las instituciones
financieras
Importante
Irrelevante
Calibración de los instrumentos
prudenciales
En términos de una visión sistémica
(de arriba abajo)
En términos del riesgo de
instituciones individuales (de
abajo a arriba)
Fuente: Borio (2003).
108
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
expuesto el sistema financiero, en primer lugar,
como consecuencia de la estructura misma del
sistema financiero y, segundo, en relación con sus
diferentes contrapartes de negocios (diagrama 3).
En particular, se debe vigilar la acumulación de
riesgos que conllevan una amenaza a la estabilidad sistémica, que se podrían acumular por la interconexión de las instituciones financieras o por
el tamaño que han alcanzado algunas de ellas, o
como consecuencia de las transacciones que estas realizan con el gobierno, el resto del mundo y
con las empresas y los hogares. La vulnerabilidad
con respecto al gobierno se refiere típicamente a
la exposición de las instituciones financieras a la
deuda soberana del propio país y en relación con
el resto del mundo: a la de instituciones financieras internacionales y a deuda soberana de otros
países. Asimismo, la autoridad macroprudencial
debe evaluar la exposición de los intermediarios
financieros frente al desempeño de las empresas
y los hogares del país, por ejemplo, considerando
sus niveles de endeudamiento.
Diagrama 3
EVALUACIÓN DEL RIESGO SISTÉMICO
Sector
financiero
Gobierno
Resto
del mundo
Empresas
Hogares
El riesgo sistémico puede ser visto desde un
ángulo alternativo, que lo asocia con dos tipos de
debilidades del sistema financiero: las que afectan
adversamente al conjunto del sistema y aquellas
de carácter idiosincrásico. El primer tipo de debilidades son las que importan a la política macroprudencial. Las vulnerabilidades que amenazan
al sistema financiero en conjunto se presentan
cuando la mayoría de las instituciones financieras están expuestas a riesgos comunes, bien sea
riesgo de crédito (por ejemplo, el pago de las deudas a los bancos disminuye y aumenta la cartera
vencida), riesgo de mercado (el valor de las garantías disminuye, por ejemplo el valor de las casas,
como en la reciente crisis en Estados Unidos), y
riesgo de liquidez (cuando el financiamiento de los
bancos se restringe, por una salida de capitales
brusca e imprevista) y tal situación puede derivar
en una crisis sistémica. Por otro lado, el sistema
financiero en conjunto también es vulnerable a la
caída de una institución de gran tamaño o de dimensión sistémica, en la medida que la caída de
esa institución tiene impacto en otras instituciones
financieras, con lo que se genera un efecto dominó.
La caída de Lehman Brothers en 2008 en Estados
Unidos es quizás la mejor ilustración reciente de la
repercusión del cierre de una institución financiera lo suficientemente importante en relación con
el resto del sistema financiero. 21 Este efecto ocurre, por ejemplo, cuando otras instituciones financieras son acreedoras del banco en problemas,
y este no puede cumplir sus obligaciones. Como
consecuencia, se generan pérdidas en cadena en
otras instituciones y, en general, graves perturbaciones en el resto del sistema y contagio generalizado. En el caso de instituciones de depósito, el
cierre de un banco grande provoca interrupciones
en el funcionamiento del sistema de pagos, que se
manifiesta en ocasiones por la devolución de un
elevado número de cheques que puede alcanzar
a varias instituciones, en detrimento de la confianza en los bancos en general. Esta desconfianza
puede conducir al retiro de dinero de los bancos
por parte de los depositantes y hasta convertirse
en corridas bancarias. 22
21
En América Latina, la caída del Banco Latino en Venezuela en 1994, o de Baninter en República Dominicana en 2003, son ejemplos relevantes de caídas de
bancos de tamaño sistémico que provocaron contagio
en otras instituciones y redundaron en una crisis sistémica (ver Jácome, 2008).
22
Este retiro masivo de depósitos puede ir acompañado
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
109
¿Cómo medir el riesgo sistémico?
Frente a la posibilidad de que los riesgos sistémicos se materialicen en una crisis financiera, óptimamente las autoridades macroprudenciales
deberían contar con un indicador de alerta temprana que les lleve a tomar decisiones oportunas
para contener la acumulación de dichos riesgos
que amenazan la estabilidad del sistema financiero. Tal indicador ayuda a establecer reglas sobre
cuándo introducir medidas macroprudenciales y
contribuye a facilitar operativamente la rendición
de cuentas de las autoridades de política macroprudencial. Sin embargo, en la práctica es muy
difícil construir un indicador cuantitativo que por
sí solo recopile las diversas vulnerabilidades, las
posibles manifestaciones de riesgo sistémico y, en
general, que provea toda la información necesaria
para la toma de decisiones macroprudenciales. De
hecho, ningún país ha podido por ahora construir
tal indicador único.
Los países que han puesto en vigencia políticas macroprudenciales usan un conjunto de indicadores como instrumentos de medición de la
acumulación de riesgos sistémicos. Este es un reconocimiento tácito de que el riesgo sistémico es
multidimensional. Dar seguimiento a distintos indicadores permite examinar más información para
la toma de decisiones y asociar las vulnerabilidades identificadas con un determinado instrumento
macroprudencial, aquel que resulte más apropiado para corregir el problema identificado. Como
desventaja, el uso de una multiplicidad de indicadores da lugar a la discrecionalidad en la toma de
de una creciente demanda de divisas y, por tanto, de
una depreciación acelerada de la moneda –sobre todo
en países que no emiten una moneda de reserva– generándose así las llamadas crisis gemelas, es decir,
una crisis bancaria y cambiaria (Kaminski y Reinhart,
1999). En el caso de economías financieramente dolarizadas, la crisis cambiaria tiende a agravar los problemas bancarios, al aumentar el riesgo de crédito del
sistema en general, en la medida que existe un alto
monto de préstamos denominados en divisas sin que
los deudores perciban ingresos en la misma moneda.
110
decisiones, es decir, no permite contar con una
regla de intervención. Esta situación plantea un
desafío para la transparencia de la política macroprudencial y hace más difícil evaluar la rendición de cuentas de las autoridades responsables
de esta política.
Dentro de la multiplicidad de indicadores que
alertan sobre la presencia de riesgos sistémicos,
los países utilizan indicadores que detectan la acumulación de riesgos en el sistema financiero y su
propagación a la economía real de manera parsimoniosa e indicadores de mercado de alta frecuencia que permiten predecir la inminencia de una
crisis. Como ejemplos de los primeros se deben
mencionar los indicadores de salud financiera, o el
crecimiento del crédito en el sistema financiero en
conjunto, medido de diferentes maneras (en valor
nominal o en relación con el pib, por ejemplo). Los
segundos incluyen los modelos de valor en riesgo
(VaR) que estiman la probabilidad de pérdidas en
una determinada institución o de parte de su cartera, o de distancia al incumplimiento también referidos a una institución, así como otros modelos más
refinados que evalúan el efecto sobre el conjunto
del sistema financiero. También están los modelos
que se basan en los nexos macrofinancieros de la
economía, como los modelos de equilibrio general
dinámicos estocásticos (dsge). 23 Más allá de estos modelos e instrumentos, la mayoría de países
privilegian el uso de pruebas de resistencia para
identificar los riesgos sistémicos en la industria financiera. Una encuesta a más de 60 países elaborada por el fmi en 2010 muestra que casi un 70%
de ellos se apoyan en algún modelo o usan algún
instrumento para detectar la acumulación de riesgos sistémicos. 24
También es importante determinar el perímetro en el que se vigila el riesgo sistémico al que se
aplica la regulación macroprudencial. Más allá de
la visión tradicional que se concentra sobre todo
23
El uso y la respectiva utilidad de estos dos grupos de
modelos se discuten en fmi (2011b).
24
Ver fmi (2011a).
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
en los intermediarios financieros que reciben depósitos y vigila de manera separada el desempeño
de las diferentes industrias del sistema financiero
(bancos, seguros, valores, fondos de pensiones,
etcétera), el enfoque macroprudencial demanda
una visión integrada y, dentro de ella, una regulación extraordinaria de todas las instituciones
financieras de importancia sistémica sean o no
instituciones de depósito. Con ello se busca evitar
la falta de vigilancia de aquellas instituciones con
un elevado apalancamiento que no reciben depósitos, como los bancos de inversión o los fondos
de cobertura, por ejemplo, cuya quiebra puede generar un alto grado de contagio, como ocurrió con
Lehman Brothers en Estados Unidos. En algunos
países, el perímetro de regulación también debe
incluir empresas de seguros de gran tamaño dedicadas a proveer coberturas para transacciones
financieras realizadas por instituciones bancarias
y no bancarias, puesto que su caída puede tener
un impacto sistémico, como ocurrió con el colapso de aig en Estados Unidos en 2008. En cambio,
en los países en desarrollo, donde los sistemas financieros están dominados por los bancos, la vigilancia debe concentrarse en tales instituciones.
C. Los instrumentos de política
Una vez que identifica la acumulación de riesgos
sistémicos, la autoridad macroprudencial debe decidir cuándo actuar y qué instrumentos utilizar. La
respuesta a cada una de estas dos preguntas no
es automática y depende en gran parte del tipo de
vulnerabilidad que se encuentra en gestación o que
se ha acumulado, del tipo de choque que estaría
resintiendo la economía y también de las características del sistema financiero. Dar una respuesta
exhaustiva para los varios posibles escenarios está
más allá del alcance de este trabajo. Sin embargo,
a manera de ilustración, a continuación se discuten las consideraciones que debe hacer la autoridad macroprudencial en relación con la trayectoria
del ciclo económico y a sus posibles implicaciones
para la estabilidad del sistema financiero.
Con el fin de enfrentar la acumulación de estos
riesgos sistémicos, la política macroprudencial utiliza una gama de instrumentos. Muchos de estos se
han usado desde años atrás, aunque no siempre
con fines macroprudenciales. Por ejemplo, los requerimientos de reservas bancarias han sido usados desde los años treinta en América Latina pero
con propósitos de política monetaria. Igualmente,
algunos países emergentes usaron instrumentos
macroprudenciales a lo largo de la década de los
años dos mil, como parte del trabajo ordinario de
regulación y supervisión financiera, con el fin principal de enfrentar situaciones en que el crédito bancario estaba creciendo en exceso y para corregir
problemas de instituciones individuales. Por tanto, no hubo un enfoque macroprudencial, es decir, una concepción de estabilidad sistémica, sino
simplemente el enfoque tradicional de estabilidad
individual de las instituciones.
Los instrumentos macroprudenciales pueden
clasificarse en función del tipo de riesgo sistémico
que se quiere contener o en función de cómo estos
afectan al balance de las instituciones financieras.
Así, hay múltiples instrumentos que se utilizan para
limitar los riesgos para el sistema financiero en la
dimensión temporal, es decir, a lo largo del ciclo
de crédito, y hay otros que se usan para reducir las
vulnerabilidades asociadas con la estructura misma del sistema financiero. Desde una perspectiva
un tanto diferente, esos mismos instrumentos macroprudenciales pueden clasificarse ya sea que
afecten la base de capital, los niveles de liquidez
o el endeudamiento de las instituciones financieras (cuadro 2).
En la práctica, es necesario hacer operativa la
política macroprudencial. Hacerlo demanda tomar
en cuenta dos consideraciones prioritarias. Primero, saber cuándo aplicar medidas por medio de
algún instrumento macroprudencial. Y, segundo,
conocer la eficacia de los instrumentos macroprudenciales que se pueden utilizar. 25 Estas dos consideraciones se discuten a continuación.
25
El Banco de Pagos Internacionales (2012) sugiere
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
111
Cuadro 2
Tipología de instrumentos macroprudenciales
Los instrumentos macroprudenciales pueden clasificarse de acuerdo con al menos dos criterios. El
primero se refiere a si el uso de dichos instrumentos busca corregir riesgos sistémicos que se acumulan
a lo largo del tiempo (dimensión temporal) o vulnerabilidades asociadas con la estructura misma del
sistema financiero (dimensión transversal). A continuación se ilustra esta clasificación con una muestra
de instrumentos macroprudenciales.
Dimensión temporal
Relación préstamo-activo (ltv)
Relación deuda-ingreso (dti)
Requerimientos de encaje bancario
Provisiones dinámicas anticíclicas
Requerimientos extraordinarios de capital anticíclicos
Requerimientos de capital por sectores
Requerimientos de liquidez anticíclicos
Límites a la concesión de crédito
Dimensión transversal
Límites a la exposición de los bancos en el mercado interbancario
Límites a las posiciones abiertas en moneda extranjera
Límites a la concentración de instituciones en el mercado
El segundo criterio se refiere al efecto de los instrumentos macroprudenciales en el balance de las
instituciones financieras. Estos afectan bien sea a la posición de capital de las instituciones financieras,
su nivel de liquidez o el activo de los intermediarios financieros.
Instrumentos que afectan el capital Provisiones dinámicas anticíclicas
Requerimientos extraordinarios de capital anticíclicos
Requerimientos de capital por sectores
Instrumentos que afectan la
liquidez de las instituciones
Requerimientos de liquidez anticíclicos
Requerimientos de encaje bancario
Instrumentos que afectan el activo
de las instituciones
Relación préstamo-activo (ltv)
Relación deuda-ingreso (dti)
Cuándo actuar
Una vez identificado el riesgo que se cierne sobre
el sistema financiero, es necesario decidir cuándo
actuar. Esta no es siempre una decisión simple. Así,
por ejemplo, la autoridad macroprudencial enfrenta un primer dilema que consiste en identificar si
el comportamiento observado del ciclo de crédito
una tercera consideración, que se refiere a la eficiencia de los instrumentos macroprudenciales, medida
en términos de los costos y beneficios que su uso implica.
112
sería capaz de generar vulnerabilidades en el sistema financiero que conduzcan a una posterior crisis sistémica. Este dilema tiene que ser resuelto
porque no todo crecimiento dinámico del crédito
es negativo. Puede tratarse, por ejemplo, de una
situación en la que la población de menores recursos está accediendo de manera creciente al crédito
bancario, por un mejoramiento en sus condiciones
de vida y, por tanto, no necesariamente se trata de
un aumento del crédito que tiene un carácter negativo. Se requiere, entonces, hacer un análisis
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
empírico que dé elementos de juicio sobre si establecer o no limitaciones al crecimiento del crédito
a fin de evitar una posible crisis financiera, sin que
con ello se esté limitando el desarrollo normal del
sistema financiero. 26
Por otro lado, la respuesta de la política macroprudencial frente a la trayectoria del ciclo económico es diferente dependiendo de si la economía
está en la parte ascendente o descendente del
ciclo. La necesidad de tomar medidas está dada
porque la actividad financiera es intrínsecamente
procíclica. Esto quiere decir que, en la parte ascendente del ciclo económico, la entrega de crédito crece a tasas altas y esto, a su vez, agudiza la
expansión de la economía. De la misma manera,
cuando la economía está en la parte descendente de su trayectoria cíclica, la entrega de crédito
se desacelera y hasta se contrae, causando un
efecto multiplicador negativo que puede llevar a
la economía a una recesión. El resultado de este
comportamiento procíclico de la actividad financiera es una mayor volatilidad de la economía, con
consecuencias adversas para la inversión, el empleo y el bienestar en general. En los hechos, dicho
comportamiento procíclico contribuyó a la gestación de crisis financieras. Debido a que el rápido
crecimiento del crédito no estuvo acompañado de
las debidas salvaguardias, se acumularon debilidades que se materializaron en pérdidas cuando
el crédito se contrajo bruscamente a causa de un
choque externo o, simplemente, cuando la economía entró en la fase descendente del ciclo.
Suponiendo que la autoridad macroprudencial
ha determinado que el rápido crecimiento del crédito no es sano y que encierra un posible riesgo
sistémico, el auge del crédito debe ser frenado.
Específicamente, en la parte ascendente del ciclo, el objetivo de la autoridad macroprudencial es
26
Entre otros, Mendoza y Terrones (2008), Jordá et al.
(2011) y Gourinchas et al. (2001), estos últimos con
atención en América Latina, definen criterios para calificar si el crédito bancario está creciendo de manera
extraordinaria en una economía y, por tanto, si podría
ser negativo.
doble: primero, evitar la acumulación de vulnerabilidades en el sistema financiero y, segundo, requerir que las instituciones financieras creen un
fondo extraordinario de provisiones o de capital
adicional, para ser utilizado en la etapa descendente del ciclo. Un estudio reciente del fmi sugiere que un crecimiento anual en la relación crédito/
pib por encima de cinco puntos porcentuales es
el umbral que marca la necesidad de moderar el
crecimiento del crédito. Sin embargo, para minimizar la probabilidad de cometer un error al frenar el
crecimiento del crédito o de no tomar decisiones
no obstante que la expansión del crédito comporta riesgos sistémicos, es aconsejable evaluar si el
comportamiento expansivo del crédito va acompañado de aumentos desmesurados en los precios en
ciertos mercados, como el de los bienes raíces o el
de valores, entre otros. En este sentido, el mismo
estudio del fmi analiza el crecimiento del crédito
conjuntamente con el aumento del precio de las
acciones en la bolsa de valores y encuentra que,
si el aumento de esos cinco puntos porcentuales
mencionados va acompañado de un aumento en
el precio de las acciones en bolsa de 10%, la probabilidad de que ocurra una crisis bancaria en los
siguientes dos años aumenta en 15%, todo ello sujeto a variaciones asociadas a las especificidades
de cada país. 27
Durante la fase descendente del ciclo económico tomar la decisión es más complejo. En principio,
la autoridad macroprudencial debe procurar que
se mantenga el flujo de crédito para contrarrestar
los efectos de la desaceleración económica. Para
ello, debería simplemente liberar las reservas que
requirió que acumularan las instituciones financieras durante la fase expansiva. El problema es que
la mayoría de países no han requerido la acumulación de provisiones o capital extraordinarios y,
por tanto, no hay espacio para tomar dicha decisión de manera anticíclica. Además, en la práctica, no es evidente cuál es el indicador que se debe
utilizar para tomar la decisión de actuar en la fase
27
Ver fmi (2011b).
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
113
descendente del ciclo, pues la trayectoria del crecimiento del crédito con relación al pib –utilizado
durante la fase ascendente del ciclo– provee información de manera lenta y hasta rezagada, por
lo que es más difícil ser oportuno en tomar la decisión y saber en qué magnitud se deben revertir
las medidas tomadas anteriormente. Tampoco hay
mucha experiencia práctica en los países a partir
de la cual se pueden sacar recomendaciones generales, de manera que esta es un área fértil de
investigación hacia delante.
Qué instrumentos utilizar
Existe una amplia gama de instrumentos de política macroprudencial (cuadro 2). Los más populares
son aquellos que buscan contener la acumulación
de riesgos sistémicos que se agregan a lo largo del
tiempo. También hay otro grupo de instrumentos
que apuntan a corregir las vulnerabilidades sistémicas que se presentan transversalmente en el
sistema financiero. El uso de instrumentos macroprudenciales ha sido más frecuente en países
emergentes que en los países avanzados. Esto
se debe, en gran parte, a que esas economías
han sufrido con más frecuencia crisis bancarias,
originadas precisamente en periodos o ciclos de
auge y contracción del crédito. Esta mala experiencia ha llevado a algunos países emergentes a
acortar el ciclo de crédito mediante el uso de instrumentos macroprudenciales. En América Latina, varios países han usado desde hace algunos
años una multiplicidad de instrumentos macroprudenciales (ver estos instrumentos por país en
Terrier et al., 2011).
Para mitigar la tendencia procíclica de los sistemas financieros, los instrumentos que típicamente utilizan algunos países son la acumulación de
provisiones y los requerimientos extraordinarios
de capital. El primero de estos mecanismos consiste en requerir de las instituciones financieras un
aumento de provisiones durante los periodos de
auge para ser usadas durante la fase contractiva
del ciclo, cuando típicamente la recuperación de
los préstamos es menor. España fue el primer país
114
en establecer un mecanismo de provisiones anticíclicas en 2000. 28 Posteriormente, varios países en
América Latina también lo han hecho (ver cuadro
3). Un instrumento similar es el establecimiento de
montos de capital –por encima de los mínimos exigidos legalmente– en situaciones en que el crédito
está creciendo de forma excesiva. En este caso,
el monto de capital extraordinario también sirve
para compensar posibles pérdidas durante el periodo bajo del ciclo económico, cuando el crédito
se desacelera o se contrae y la recuperación de
los créditos otorgados es menor. 29
Otros ejemplos de instrumentos macroprudenciales dirigidos a moderar la tendencia procíclica
de los mercados financieros son el establecimiento de límites al otorgamiento de crédito, los cuales pueden tomar varias formas. Una modalidad
crecientemente popular es el establecimiento de
límites en la relación entre el préstamo otorgado y
el valor del activo que se financia (conocido como
ltv por sus siglas en inglés). En la medida que el
préstamo financia una proporción menor del activo
que se busca adquirir, la demanda de crédito cae y
con ello baja el endeudamiento de las personas y
las empresas. Como consecuencia, se desacelera
la concesión de crédito y lo mismo sucede con el
aumento del precio de los activos, por ejemplo, los
bienes raíces.30 Un instrumento similar que sirve el
mismo propósito es el establecimiento de límites
a la relación entre deuda e ingreso del prestatario
(conocido como dti por sus siglas en inglés). El
tipo de limitaciones descritas pueden imponerse
sobre la totalidad del crédito o para desacelerar el
aumento del crédito de determinadas actividades,
28
Fernández de Lis et al. (2000) ofrecen una explicación pormenorizada de las provisiones establecidas
inicialmente en España.
29
Los requerimientos anticíclicos de capital son parte
de las recomendaciones de Basilea iii, es decir, del
tercero y más reciente de los llamados acuerdos de
Basilea.
30
Fuera de América Latina, algunos de los países que
usan relaciones ltv son Corea del Sur, Canadá, Rumania, Suecia y Turquía.
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
como el crédito de consumo o para la compra de
bienes raíces. Tanto los ltv como los dti están
siendo utilizados en varios países de América Latina (cuadro 3).
Cuadro 3
Instrumentos de política
macroprudencial en países
de América Latina
Límites
Límites
a la
a la
posición Límites exposición Provisiones
en
en ltv interban- dinámicas
divisas y dti
caria
anticíclicas
Argentina
X
X
Brasil
X
X
Chile
X
X1
Colombia
X
X
X
Costa
Rica
X
X
X
México
X
Perú
X
Uruguay
X
X
X
X
X1
X
X
X
X
Fuente: respuestas no oficiales de los bancos centrales.
ltv : relación entre el préstamo otorgado y el valor del
activo que se financia. dti: relación entre deuda e ingreso
del prestatario.
1
Las provisiones se calculan con base en las pérdidas
esperadas.
En cuanto a los instrumentos macroprudenciales de naturaleza transversal se pueden mencionar como ejemplos los recargos de capital
exigibles a instituciones sistémicamente importantes y los recargos de liquidez requeridos al
mismo tipo de instituciones, más allá de aquellos
exigidos al resto de instituciones financieras. 31
Los dos instrumentos tienen la finalidad de fortalecer la solidez de las instituciones de gran tamaño, cuya caída amenaza la estabilidad de otras
instituciones y, en general, de todo el sistema
31
Estos requerimientos están definidos en los acuerdos
Basilea iii aprobados por el Comité de Supervisión
Bancaria de Basilea en 2010.
financiero, con lo que se busca prevenir el uso de
medidas extremas destinadas a evitar la caída de
estas instituciones y sus consecuencias devastadoras. Otro instrumento macroprudencial que
opera en el plano transversal es la imposición de
limitaciones a la exposición de una institución financiera con respecto al resto del sistema, por
ejemplo, en el mercado interbancario.
Si bien existen un sinnúmero de instrumentos macroprudenciales, su selección y aplicación
demanda importantes especificaciones. Lo fundamental es escoger cuál es el instrumento más
apropiado en términos de eficacia. Esta selección
depende primeramente del riesgo sistémico que
se quiere contener o corregir. Una vez elegido
el instrumento, se tiene que definir los parámetros aplicables a este instrumento, por ejemplo,
el monto relativo de las provisiones anticíclicas o
la relación máxima que se establece para los ltv.
Sin embargo, aún no se puede hablar de modo
concluyente de la eficacia de los instrumentos
macroprudenciales puesto que depende de las
especificidades del sistema financiero en cuestión
y de consideraciones macroeconómicas, como la
fase del ciclo en que se encuentra la economía.
Sin embargo, hay ya indicios sobre la eficacia de
algunos de ellos. Así lo sugieren los pocos trabajos empíricos que se han realizado. Por país, Igan
y Kang (2011) prueban la eficacia del uso del ltv
y el dti en el sector de bienes raíces con datos de
Corea del Sur, y Craig y Hua (2011) evalúan el impacto del uso de impuestos y de ltv en el mismo
sector en Hong Kong. Con información de casi 50
países Lim et al. (2011) prueban la eficacia del uso
de ltv, dti, encajes bancarios, requerimientos de
capital anticíclicos y provisiones dinámicas, para
moderar el crecimiento exagerado del crédito y
el endeudamiento. Los resultados de estos estudios muestran, en general, que los instrumentos
macroprudenciales son eficaces. En América Latina, el análisis se ha concentrado en el uso de requerimientos de encajes bancarios y el efecto que
estos tienen en el crédito (por ejemplo, Montoro y
Moreno, 2011, y Tovar et al., 2012).
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
115
IV. Retos en la aplicación de la
política macroprudencial
Además de las complejidades que involucra contar
con un marco adecuado de política macroprudencial, el análisis desarrollado en la sección anterior
sugiere que dicho marco de política, para que sea
eficaz, debe tomar en cuenta las especificidades
de cada país. Así, las bases institucionales, el nivel de complejidad de los sistemas financieros, los
datos y la información relevantes y hasta la capacitación técnica de los países, son pilares importantes para lograr un ejercicio eficaz de la política
macroprudencial. Más allá de estos pilares, hay
retos adicionales, principalmente en cuanto a la
relación de la política macroprudencial con otras
políticas económicas –como la monetaria y la microprudencial– y a la necesidad de coordinar entre
ellas, a la conveniencia de que esta coordinación
se extienda en el ámbito internacional, y a que se
minimicen los potenciales costos que la regulación
macroprudencial puede ocasionar en el desenvolvimiento de la economía. Frente a estos desafíos,
los países están haciendo camino al andar puesto
que no hay suficiente experiencia práctica internacional y, por tanto, es un campo que será objeto de
estudio profundo en los próximos años.
Un primer desafío es entender la relación entre
la política macroprudencial y la monetaria para lograr un ejercicio eficaz de cada una de estas políticas. La interrelación de estas dos políticas tiene
también implicaciones para el diseño institucional
detrás de la ejecución de las políticas monetaria
y macroprudencial. Para entender esta interrelación y sus consecuencias, en varios países, en la
academia y en organismos multilaterales se están
construyendo marcos analíticos que incorporan el
uso de instrumentos macroprudenciales conjuntamente con instrumentos de política monetaria.
Típicamente, estos toman la forma de modelos dinámicos estocásticos de equilibrio general, pero
queda por delante investigar más sobre las implicaciones de la interacción de estas dos políticas,
sus posibles conflictos y sinergias, y cómo usarlas
116
de mejor manera para alcanzar los objetivos de estabilidad de precios (asociado con la política monetaria) y de estabilidad financiera (asociado con
la política macroprudencial). El resultado de este
análisis permitiría responder a la pregunta de cómo
afecta la política monetaria el uso de instrumentos macroprudenciales y, viceversa, cómo afecta
la eficacia de la regulación macroprudencial el uso
de instrumentos monetarios.
El estudio de la interrelación entre la política
macroprudencial y la monetaria casi no ha sido
tratado en la literatura hasta el momento.32 No obstante, los primeros análisis sugieren que estas dos
políticas deben usarse de forma complementaria,
aunque preservando, en lo posible, el uso de instrumentos monetarios –la tasa de interés– para
influir en la demanda agregada y, por tanto, perseguir el objetivo de estabilidad de precios, y el uso
de instrumentos macroprudenciales –por ejemplo, provisiones anticíclicas– para alcanzar el objetivo de estabilidad financiera. En el caso de que
ambas responsabilidades estén a cargo del banco
central, este análisis también tiene implicaciones
sobre cuál debe ser el objetivo prioritario de política de un banco central. Por ejemplo, si solamente
debe ser la estabilidad de precios, o si se le debe
asignar un objetivo de estabilidad financiera y de
precios y, en este segundo caso, si los dos objetivos deben tener la misma importancia o debe haber preeminencia del uno sobre el otro. En el caso
de un mandato dual, conviene establecer en la legislación que el objetivo primordial de la política
monetaria es la estabilidad de precios y vincular a
este objetivo el uso de la tasa de interés, y que el
objetivo de la política macroprudencial es la estabilidad financiera mediante el uso de instrumentos
macroprudenciales.
También es importante considerar que la relación
entre estas dos políticas no es la misma para todos
los países y, además, que hay atributos de cada
32
Entre los estudios pioneros en este campo, ver Borio
y Shim (2007) y fmi (2013a), además del documento
de apoyo a este estudio que incluye varios estudios
de caso (fmi, 2013b).
Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
economía que son determinantes en la interrelación
de la política monetaria con la macroprudencial y
que influyen en la eficacia de cada una de ellas. Por
ejemplo, dependiendo de si el régimen cambiario de
un país es flexible o fijo, el papel de la política macroprudencial es diferente. En un ambiente de tasa
de cambio fija la política monetaria se vuelve endógena, con lo que la política macroprudencial puede
usarse más intensamente para afectar la demanda
agregada. Otro factor relevante es si la cuenta de
capitales del sector externo en un país es abierta
y, por consiguiente, los capitales pueden circular libremente, o si existen restricciones a la entrada o
la salida de capitales. Cuando hay apertura de la
cuenta de capital, hay una tendencia creciente en los
países emergentes y de reciente industrialización a
usar instrumentos macroprudenciales para moderar el ingreso de flujos de capital de corto plazo, a
fin de minimizar la volatilidad cambiaria y prevenir
los riesgos para el sistema financiero (Brasil, Corea
del Sur y Perú son algunos ejemplos). Esta política
ha quedado de manifiesto recientemente debido a
que la política monetaria ultra expansiva vigente en
los países avanzados ha impulsado la huida masiva de capitales hacia los países emergentes. Para
aquellos casos en los que la regulación macroprudencial no está a cargo del banco central, también
es un reto lograr eficacia en el ejercicio de la política macroprudencial y, al mismo tiempo, respetar la
autonomía del banco central.
Un segundo reto consiste en alcanzar una adecuada coordinación de la regulación macroprudencial con la microprudencial, pues estas están aún
más interrelacionadas que en el caso anterior. Se
trata de definir la mejor forma de aplicar de manera
simultánea estas dos regulaciones, cuya frontera
de separación no es clara, dado que los instrumentos que usan las dos regulaciones son similares. Al
igual que en la relación con la política monetaria,
las políticas macroprudencial y microprudencial tienen, en principio, diferentes objetivos (estabilidad
del sistema financiero en su conjunto y protección a
los depositantes, respectivamente) y, si bien tienen
complementariedades, ambos objetivos pueden
entrar en conflicto en un determinado momento.
Así, por ejemplo, un país podría verse ante la necesidad de introducir una medida macroprudencial,
como la desacumulación de provisiones extraordinarias en los bancos para mantener el flujo de crédito en la fase declinante del ciclo económico. En
cambio, la autoridad microprudencial puede estar
a favor de una política más conservadora y considerar que la regulación macroprudencial podría
poner en riesgo la seguridad de los depósitos en
el corto plazo o la solvencia de una institución individual. Asimismo, puede darse una situación en la
que es necesario limitar el crecimiento del crédito
–que está aumentando en montos que representan
una amenaza para la futura estabilidad del sistema financiero –, no obstante que las instituciones
financieras están individualmente cumpliendo con
los requerimientos prudenciales vigentes. El desafío consiste no solamente en diseñar un marco
institucional que sea eficaz para la coordinación
de las dos políticas y para la aplicación de la política macroprudencial sino que, al mismo tiempo,
preserve la autonomía de la institución a cargo de
la política microprudencial.
En un mundo crecientemente globalizado, un
tercer desafío se refiere a la necesidad de que
exista cooperación internacional en el diseño de
la política macroprudencial. El trabajo coordinado
entre países debe involucrar no sólo los aspectos
regulatorios, sino también el intercambio de información. La necesidad de esta cooperación quedó
en evidencia durante la reciente crisis financiera en
los países avanzados frente al alto grado de interconexión de la industria financiera a través de las
fronteras. En la práctica, la falta de cooperación
internacional en el diseño de la regulación macroprudencial puede abrir espacio para que las instituciones financieras, especialmente aquellas con
presencia multinacional, obtengan beneficios por
la realización de arbitrajes regulatorios, aprovechando la falta de coordinación en la regulación de
los dos países. Si bien muchas veces tal coordinación no es fácil que sea aceptada por los agentes
económicos locales, puesto que toma en cuenta
Política macroprudencial: en qué consiste y cómo ponerla en práctica
117
aspectos ajenos al mercado nacional, el diseño de
estándares internacionales y la existencia de instituciones multilaterales para su ejecución –como
el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y el
Consejo de Estabilidad Financiera (fsb)– ayudan
mucho en la adopción de normas parejas y aceptadas en el plano internacional.
Por otro lado, más allá de sus beneficios, la política macroprudencial, al igual que todas las políticas
económicas, no está libre de potenciales costos,
muchos de ellos no deseados. Así por ejemplo, un
uso excesivo de la política macroprudencial podría
limitar el desarrollo del sistema financiero y la provisión de servicios al resto de la economía y, por
tanto, generar un efecto negativo en el crecimiento económico. Es necesario, entonces, encontrar
un equilibrio entre la estabilidad y la eficiencia del
sistema financiero. Esto depende tanto de los instrumentos macroprudenciales que se usan en la
búsqueda de la preservación del sistema financiero como de los parámetros que se utilizan para
calibrar dichos instrumentos.
Por último, las autoridades macroprudenciales
y los países deben estar conscientes de que la regulación macroprudencial, por sí sola, no puede
lograr el objetivo de prevenir las crisis financieras.
Tiene que ir acompañada necesariamente de una
regulación microprudencial fuerte y de una vigilancia y exigencia del cumplimiento de las regulaciones micro y macroprudenciales. Además, para
cumplir plenamente su objetivo de prevenir crisis
sistémicas, la política macroprudencial debería estar respaldada por un manejo responsable de las
finanzas públicas. La experiencia demuestra que,
en varias ocasiones, una crisis fiscal terminó resquebrajando la estabilidad del sistema financiero
y provocando una crisis en este sector. Ejemplo de
ello son la crisis de Argentina de comienzos del decenio anterior y, en la actualidad, la crisis en Grecia.
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Boletín del cemla | Abril-junio de 2013
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