A-P-N-D-P-160-12 Cámara de la Tercera Sección de Occidente

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A-P-N-D-P-160-12
Cámara de la Tercera Sección de Occidente: Ahuachapán, a las dieciséis horas del día
veinticuatro de agosto de dos mil doce.
El presente proceso penal es instruido contra MISAEL OSORIO LAGUAN, de […]; por
las infracciones penales de AMENAZAS CON AGRAVACION ESPECIAL y LESIONES,
tipificadas respectivamente en los arts. 154 relc. 155. 1 y 142, todos del Código Penal, en
menoscabo de la autonomía e integridad personal de AZUCENA NOHEMI ZUNIGA DE LA
ROSA, de […].
Tal legajo ha sido remitido por el Juzgado Segundo de Paz de esta ciudad, por recurso
de apelación interpuesto por el licenciado Juan Manuel Chávez, defensor particular del sindicado,
contra la decisión judicial en la que se impone la medida precautoria de detención provisional a
su patrocinado.
Habiendo verificado el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad requeridos en los
dispositivos legales 452, 453, 464 y 465 CPP, por parte del impetrante, admítese.
RESOLUCION APELADA:
Imposición de la detención provisional en audiencia inicial de las ocho horas con treinta y
dos minutos del día
veintiuno de agosto del corriente año, la que fue sustentada por la
administradora de justicia inferior en las razones subsecuentes:
Que se han acreditado los hechos delictivos como la probable participación del imputado,
con los actos de investigación siguientes: entrevista de la víctima Azucena Nohemí Zúniga de la
Rosa, de fs. 17, reconocimiento médico de fs. 22, acta de detención en flagrancia; y, entrevistas
de los agentes captores […], de fs. 19 y 20 respectivamente.
Que los delitos en su conjunto están sancionados con pena de prisión cuyo límite máximo
excede los tres años. Existe peligro de fuga, pues se trata de delito grave, ya que de ser
encontrado culpable, podría enfrentar una pena de prisión bastante gravosa, de lo cual se infiere
la probabilidad que se sustraiga de la acción de la justicia y es difícil que se someta al proceso.
De conformidad con el art. 330. 3 CPP, el imputado puede influir para que la víctima se retracte
de los hechos.
FUNDAMENTO DEL RECURSO:
El licenciado Juan Manuel Chávez, disconforme con la medida cautelar impuesta a su
defendido, en el libelo de apelación entre cosas refirió:
Que los delitos por los cuales se procesa a su cliente son aquellos en los que no existe
prohibición expresa por parte del legislador, para aplicar una medida menos gravosa,
especialmente cuando se ha establecido los arraigos laborales, familiares y domiciliares de su
representado.
Que no existe evidencia que su cliente pueda entorpecer un acto de investigación, ni
mucho menos darse a la fuga, ya que posee arraigos suficientes que lo vinculan a este país.
VISTO LOS AUTOS Y CONSIDERANDO:
I-De acuerdo a la jurisprudencia de nuestra Sala de lo Constitucional los presupuestos
procesales que deben concurrir para la imposición de la detención provisional son el fumus boni
iuris y el periculum in mora, conforme a una mínima actividad probatoria que se enfoque en
tales recaudos y se plasme en la motivación judicial, es lo que permite justificar una decisión que
prive de libertad al imputado dentro de un proceso penal.
II- En cuanto a los indicados presupuestos, es de señalar, que el promotor del recurso no
ha rebatido el primero de ellos, sino que únicamente ha refutado el riesgo de fuga, por lo que la
competencia de esta Curia estará ajustada al examen de este último presupuesto.
EXAMEN DEL PERICULUM IN MORA:
Aquí debe tenerse en cuenta tanto criterios objetivos –referidos al presunto delito
cometido- como subjetivos-relacionados con la persona imputada-, tomando en cuenta los
cánones de cada caso concreto.
En el caso sometido a conocimiento, la Jueza inferior basó escuetamente este presupuesto
en el criterio de la gravedad del delito, y en que el sindicado puede influir en la víctima.
Discordando con lo anterior, el impetrante licenciado Chávez expresa que los delitos por
los cuales se procesa a su cliente son aquellos en los que no existe prohibición expresa por parte
del legislador para aplicar una medida menos gravosa, especialmente cuando ha establecido los
arraigos laborales, familiares y domiciliares de su representado; y, que no existe evidencia que su
cliente pueda entorpecer un acto de investigación, ni mucho menos darse a la fuga, pues posee
arraigos suficientes que lo vinculan a este país.
Perteneciente a ello los suscritos estimamos:
En el caso sub júdice, los delitos que se le imputan al encartado Misael Osorio Laguan son
los de amenazas con agravación especial y lesiones, los cuales se encuentran previstos y
sancionados correspondientemente en los arts. 154 relc. 155. 1 y 142, todos del Código Penal,
teniendo una consecuencia jurídica el primero: de tres a seis años de encarcelamiento; y, el
segundo de uno a tres años de prisión, siendo el primero de naturaleza formalmente grave y el
siguiente menos grave, ello a la luz del art.18 CP.
Ciertamente el primero de los ilícitos que se atribuye al sindicado Osorio Laguan, reviste
de una gravedad formal, y se pudiera especular que la sumatoria de ambas penas resultaría
bastante grave, empero, ni la Jueza Segundo de Paz como el ente fiscal han razonado de qué
manera este criterio objetivo puede influir en la psiquis del procesado para decantarse a la huida
antes que enfrentar el proceso penal en su contra.
De conformidad al art. 6 CPP parte final, “…La carga de la prueba corresponde a los
acusadores”, es decir, que es el Ministerio Público Fiscal, quien tiene la obligación de probar el
peligro de fuga o riesgo real de obstaculización, no obstante ello, al examinar el expediente
principal, hasta el momento no existe ninguna evidencia ni elementos que hagan dudar de la
presencia del justiciable al juicio, pues no se ha demostrado por parte del fiscal del caso que el
acusado tenga recursos económicos suficientes para sufragar sus gastos en caso de fuga, ya sea en
el extranjero o para ocultarse en el interior del país; de igual forma no consta que tenga
antecedentes penales o delincuenciales que indiquen que se dedique habitualmente a este tipo de
actividades ilícitas o que hagan presumir que el imputado adopte una conducta indiferente ante
el llamado judicial; ni otros elementos de valoración para sostener el peligro de fuga y de existir
sería mínimo el cual puede ser evitado imponiéndole medidas alternas a la detención en virtud del
principio pro libertatis y de proporcionalidad, que rige las medidas cautelares, en el sentido que
se debe elegir la medida menos lesiva, para la restricción de los derechos fundamentales, es
decir, la que permita alcanzar la finalidad perseguida, con el menor sacrificio de los derechos e
intereses del afectado.
El criterio objetivo de gravedad del hecho cometido y el tanto de la pena, que fue tomado
en cuenta por la Jueza inferior para imponer la medida, puede ser tomado en consideración para
establecer que el encausado podrá atentar contra los intereses del proceso, pero, por sí solo,
resulta insuficiente, por lo que debe acompañarse de otras circunstancias que lo apoyen.
No puede tenerse la gravedad del delito como regla general para decretar la medida
gravosa de detención provisional, porque ello implicaría aplicar la prisión preventiva de manera
automática y como la regla general para todos los delitos graves y no habría posibilidad de
medidas alternativas, lo que contraría a la Constitución y Tratados Internacionales tales como: 7.5
del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y 9.3 de la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos, que refieren la libertad de una persona procesada como regla general y
como excepción el encarcelamiento preventivo. En ese sentido, jurisprudencia de la Sala de lo
Constitucional ha referido que es contrario al espíritu de la Constitución la imposición automática
de la detención provisional, sea por mandato legislativo o por medio de decisiones judiciales
inmotivadas, y donde se carezca de razonamientos derivados de un juicio de ponderación entre
salvaguardar los fines del proceso y los derechos fundamentales involucrados.
Por otra parte, el argumento utilizado por la Jueza a quo de que el imputado puede influir
en la víctima, carece de fundamento, pues no ha externado de qué manera el sindicado puede
obstaculizar la investigación, ni porqué tiene esas sospechas, es decir, en base a qué evidencias o
datos objetivos tiene tales apreciaciones; el estimar algún riesgo en la investigación de que el
acusado puede influenciar en la víctima puede neutralizarse imponiéndole la medida reglada en el
art. 332. 6 CPP, que en caso de ser incumplida hace posible el gravamen de la detención
preventiva.
De autos aparece, que aunque sea minimamente existen indicios de arraigo domiciliar y
laboral de procesado que evidencia cierto raigambre en este país, como lo ha sostenido el
recurrente.
Referente a las alegaciones del impetrante concernientes a la prohibición del art. 331 inc.
2° CPP, no se hará estimación alguna, pues no fue tomada en cuenta por la funcionaria judicial al
momento de imponer la medida gravosa.
En virtud de lo expuesto, esta Curia estima que en el caso sub examine la detención
provisional resulta muy gravosa por lo que debe revocarse, empero, por el riesgo que de por sí
origina la concurrencia del criterio objetivo de gravedad del hecho atribuido por el monto de las
penas y para asegurar las resultas del proceso, resulta necesario la aplicación de medidas alternas
a la detención, como las establecidas en el art. 332 .3, 4, 6 CPP.
Por las razones de hecho y derecho citadas, y los arts. 332, 341, 452, 453, 464, 465 CPP,
esta Cámara RESUELVE: a) Revócase la medida cautelar de detención provisional impuesta al
encartado MISAEL OSORIO LAGUAN, por las infracciones penales de AMENAZAS CON
AGRAVACION ESPECIAL y LESIONES, tipificadas respectivamente en los arts. 154 relc. 155.
1 y 142, todos del Código Penal, en menoscabo de la autonomía e integridad personal de
AZUCENA NOHEMI ZUNIGA DE LA ROSA, b) impóngasele las medidas alternas a la
detención preventiva siguientes: 1- la obligación de presentarse al tribunal de la causa cada
semana; 2- la prohibición de salir del país por cualquier vía; y; 3- la prohibición de comunicarse
con la víctima AZUCENA NOHEMI ZUNIGA DE LA ROSA; c) Certifíquese la presente
resolución al juzgado de su origen, al juzgado de instrucción de esta ciudad; y, al Juzgado
Segundo de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena de la ciudad de Santa Ana. Hágase
saber.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN.
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