Sentencia Absolutoria. Sent. nº 10/11 de

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TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA
Sala Civil y Penal
PROCEDIMIENTO ABREVIADO NÚM. 2/2010
QUERELLA NÚM. 40/2009 - DILIGENCIAS PREVIAS NÚM. 1/2009
SENTENCIA
N Ú M. 10
Excmo. Sr. Presidente:
D. Miguel Ángel Gimeno Jubero
Ilmos. Sres. Magistrados:
D. José Francisco Valls Gombau
D. Carlos Ramos Rubio
En Barcelona, a 28 de abril de 2011
Visto por la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia
de Cataluña, integrada por los Magistrados al margen expresados, en
juicio oral y público, el presente procedimiento abreviado núm.
2/2010 dimanante de querella interpuesta por el Ministerio Fiscal
contra el Sr. D. Manuel F. F., juez de ****** de ***** (******).
El Ministerio Fiscal ha sido representado en el acto de la vista
del juicio oral, celebrado el 14 de abril de 2011, por el Ilmo. Sr. Fiscal
D. José Mª R. de T.y el acusado, Sr. D. Manuel F. F. ha sido defendido
en el mismo acto del juicio por el letrado Sr. D. David Doménech
Forcadell no habiendo asistido su representación procesal.
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I.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Ministerio Fiscal calificó los hechos como
constitutivos de un delito del artículo 449, párrafo primero del Código
Penal, siendo responsable el acusado Sr. D. Manuel F. F. en concepto
de autor, no concurriendo circunstancias modificativas y procediendo
imponerle la pena de inhabilitación para cargo público de dos años y
el pago de costas.
SEGUNDO.-
La
defensa
del
acusado
mostró
su
total
disconformidad con la correlativa del Ministerio Fiscal, no constando
acreditada en el procedimiento la comisión de ningún delito por parte
del Sr. D. Manuel F. F..
Asímismo manifiesta que la actuación de su representado no es
constitutiva de ningún delito y, en consecuencia, sin delito, no hay
autor ni circunstancias modificativas, procediendo la libre absolución
del Sr. D. Manuel F. F. con todos los pronunciamientos favorables.
II. HECHOS PROBADOS
El acusado MANUEL F. F., mayor de edad y sin antecedentes
penales, fue nombrado Juez de
***** de la población de
******
(******), cargo que desempeñó hasta fecha no precisada, en todo
caso posterior a 17 de septiembre de 2009.
En 2 de agosto de 2007, el Secretario del Juzgado de ***** de
esa Población, recibió del abogado José María Aixalà una demanda de
conciliación que interponía D. Manuel U. V. contra la comunidad de
propietarios de la finca sita en el nº ***** de la calle
******,
comunidad de la que formaba parte el acusado como propietario de
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una de las viviendas.
El secretario receptor de la demanda cesó en su cargo en el
mes de octubre del mismo año, sucediéndole otra secretaria que sólo
permaneció en el cargo durante unos meses, hasta enero de 2008.
Durante ese tiempo advirtió que había mucho descontrol en el
Juzgado de
***** y quejas por falta de tramitación. Como ésta
había recibido queja del abogado Aixalá preguntó sobre el expediente
al Juez, quien le señaló que
se consideraba “incompatible” con la
resolución del expediente pues tenía relación con la comunidad
demandada y pensaba remitirlo al Juzgado de
*******. Al cesar
esta secretaria en enero de 2008, se incorporó en tal cargo la Sra. B.,
sin que encontraran el expediente de la demanda de conciliación
aludida, que finalmente fue encontrada en una caja de la secretaria
anterior.
El abogado demandante, se interesó en varias ocasiones sobre
el estado de su demanda de conciliación, sin que en el Juzgado de
***** le dieran razón alguna. Finalmente, en mayo de 2008 presentó
queja ante el Juzgado Decano de *******, que requirió alegaciones
al Juez de *****, instándole en julio de 2008 a que presentara su
escrito de abstención. En 24 de julio de 2008 (21) el Juez de *****
Manuel Faneca dictó auto por el que se abstenía en el conocimiento
de la demanda indicada, abstención, que fue aceptada por auto de 29
de octubre del Juzgado de Primera Instancia nº 4 de *******.
Es ponente el Excmo. Sr. Magistrado D. Miguel Ángel Gimeno
Jubero.
III. FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Cuestiones previas
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La defensa del acusado, en el trámite previsto por el art. 780
de Lecrim, planteó como cuestión previa la incompetencia de este
Tribunal para enjuiciar los hechos objeto de la acusación.
Sustenta su alegación sobre el dato fáctico de que el acusado
perdió la condición de Juez de
***** antes de celebrarse el juicio
oral, lo que a su juicio debe dar lugar a su desaforamiento, no siendo
de aplicación lo previsto en el art. 73.3.b) de LOPJ.
Como se señaló en la vista del juicio y consta en acta, la
alegación debe rechazarse.
La conducta imputada, que es calificada como delito de retardo
malicioso en la Administración de Justicia, tipificado en art. 449 del
Código Penal, es ilícito realizado en el ejercicio del cargo. Como
consta en la calificación acusatoria se realizó por su supuesta
inactividad desde la presentación de demanda de acto de conciliación
en agosto de 2007 y se prolongó hasta septiembre de 2009. Por otra
parte, señala la defensa que cesó en el cargo en 15 de diciembre de
2010, fecha en la que el Ajuntament de B. propuso para el cargo a
otra persona.
Dejando de lado que el documento aportado carece de toda
eficacia probatoria, pues se trata de una fotocopia a la que de ningún
modo se le ha dado fehaciencia, su propio contenido ideológico
tampoco produce el efecto que pretende, pues la proposición por
parte del Ajuntament de B. de un nuevo Juez de ***** no determina
el cese del anterior, al menos hasta que no se efectúe su
nombramiento por la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de
Justicia. Sin embargo, como se dirá, tal circunstancia carece de
interés pues el aforamiento no se pierde en este caso por la pérdida
de la condición de juez.
Aunque la jurisprudencia no ha sido todo lo uniforme que sería
deseable, si hay unanimidad en afirmar que el aforamiento en los
supuestos de realización de un delito en el ejercicio del cargo no es
un privilegio personal, ya que su pretensión es la de salvar la
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independencia judicial, la independencia de la función judicial. Así el
aforamiento debe ser tenido como una garantía que sin duda
perdurará aunque el juez haya perdido tal condición, pues como
señala ATS, Sala 2ª, la competencia debe mantenerse aunque el juez
o magistrado haya perdido su condición de tal, porque lo que está en
juego es el correcto o incorrecto actuar de quienes titularizan ese
poder. Esta tesis es acogida en STS Sala 2ª de 5 de noviembre de
2001, que de modo expreso la traslada a las Salas Civil y Penal de
los Tribunales Superiores de Justicia, cuando de reprimir delitos de
magistrados cometidos en el ejercicio del cargo se trata, que
obviamente se perpetua y dura tras la cesación en el cargo. Así, en
este caso la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de
Catalunya es el juez ordinario predeterminado por la Ley, no ya por la
condición del acusado sino por razones objetivas del delito que se
enjuicia.
Por las razones expuestas se desestima la cuestión previa
planteada por la defensa de Manuel F. F., debiendo conocerse sobre
el fondo del asunto.
SEGUNDO.- La actividad probatoria desarrollada en el acto del
juicio oral
ha permitido acreditar de manera indubitada que el
acusado Manuel F. F. era Juez de ***** del municipio de ******
(******) durante el periodo comprendido entre agosto de 2007 y
septiembre de 2009, como lo constata la certificación emitida por la
Sra. Secretaria de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de
Catalunya (f. 75). Por otra parte ese dato ha sido admitido por el
propio acusado, que durante el acto del juicio oral hizo frecuentes
alusiones a su actividad como juez en el municipio señalado.
De igual modo se ha constatado, a través de los testimonios de
las personas afectadas, que tal órgano judicial presentaba una
deficiente gestión de la secretaría, derivado de los cambios de la
persona responsable, de su interinidad e incluso de la necesidad de
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compatibilizarla con otra actividad. Durante el periodo indicado en el
relato de hechos probados hubo tres personas diferentes haciendo las
funciones de Secretario Judicial; la primera, como dijo, había sido
alguacil en el Ayuntamiento, trabajo que siguió desarrollando pocos
meses después de recibir la demanda, sin que conste que diera
cuenta de la misma al Juez de *****; la segunda era Secretaria del
Ayuntamiento de B. y señaló se le pidió que compatibilizara su
actividad con la de Secretaria del Juzgado de *****, lo que hizo de
octubre
de
2007
a
enero
de
2008,
cesando
por
no
recibir
remuneración alguna por esa actividad; y la tercera, Sra. Bayot,
expuso al Tribunal la gran cantidad de trabajo que encontró,
debiendo buscar la demanda de conciliación objeto de examen, que
se encontraba en una caja con documentos de la anterior Secretaria
y finalmente se encontró.
Por otra parte, la segunda persona que ocupó la secretaría del
Juzgado de *****, Sra. Ardit, señaló que habló de esta demanda de
conciliación con el Juez, y que éste le dijo que "se consideraba
incompatible" por formar parte de la comunidad de propietarios
demandada, y que pensaba enviarla al Juzgado de *******.
TERCERO.- La acusación pública, que elevó a definitivas sus
conclusiones provisionales, calificó los hechos como constitutivos de
un delito de retardo malicioso en la Administración de Justicia,
tipificado en el párrafo primero del art. 449 del C *****
El tipo penal por el que se acusa requiere la producción de un
retraso irrazonable en la Administración de Justicia. No se trata de
que se incumplan los plazos procesales sino que el retraso sea a toda
luz irrazonable, calificación que deberá tener en consideración la
complejidad del caso, el comportamiento procesal de las partes y
cualquier otra circunstancia que deba ser atendida.
No es aceptable bajo ningún punto de vista que una simple
demanda de conciliación, carente de otro trámite que la citación a las
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partes, pueda ser dilatada durante más de un año, sin que, por otra
parte, el órgano judicial tuviera una carga de trabajo que lo pudiera
explicar. No obstante, lo constatado en juicio oral, pese a dejar
patente que hay retardo irrazonable, pone de relieve que el Juzgado
de
***** carecía de organización, teniendo como circunstancia
añadida una sucesión de Secretarios, sin que haya la mínima
constancia de que el saliente diera cuenta al entrante de los
expedientes pendientes. Por último, antes de entrar en valoraciones
sobre la concurrencia de elementos subjetivos, nada se ha acreditado
que permita afirmar que la oficina judicial fuese controlada por el
Juez de
*****. Es más, el hecho de no encontrar la demanda y
hallarla en una caja, entre papeles de la secretaria saliente, sugiere
que la deficiencia no era atribuible al Juez de *****.
Sin
perjuicio
de
las
responsabilidades
disciplinarias
que
pudieran corresponder, pues el Tribunal no desconoce que la
secretaria Sra. Ardit si le dio cuenta verbal de la existencia de la
demanda, el dato objetivo del retardo carece de relevancia penal si
no va asociado a la voluntad de ocasionar un resultado ilegítimo.
Este es el punto clave para determinar la tipicidad de la
conducta
en
el
caso
enjuiciado,
pues
la
actividad
probatoria
desplegada en juicio oral no ha aportado, más allá de conjeturas, que
el acusado omitiera el trámite correspondiente con la finalidad de no
aplicar el derecho al caso que se le demandaba.
Tal como ha
señalado la Sala 2ª del TS (ATS 8-10-2002, STS 19-10-1995) debe
existir una voluntaria y consciente decisión de sustraer un asunto de
su curso natural, para retenerlo y apartarlo, con la intención de
causar un perjuicio a los interesados en su tramitación y, al mismo
tiempo lesionar el buen funcionamiento y crédito de la Administración
de Justicia. El calificativo malicioso exige voluntariedad perversa en el
aparcamiento del asunto, en dejar de darle el trámite correspondiente
y por ello ocultarlo al control propio del proceso.
Ya se ha señalado que la acusación no ha aportado prueba
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suficiente de la que pudiera inferirse esa voluntad perversa. La tesis
acusatoria se sustenta en el dato objetivo de que no se haya
realizado la comparecencia propia de la demanda de conciliación
durante un exceso de tiempo. Pero tal reproche, contenido en la
calificación acusatoria, no puede hacerse más allá del momento en
que el acusado dictó su resolución de abstención, pues perdió así su
competencia sobre el asunto. Y si examinamos la omisión de trámite
durante el período comprendido entre la presentación de la demanda,
2 de agosto de 2007 (f.7), y la del auto de abstención 24 de julio de
2008 (f. 21), advertimos que hubo sin duda negligencia de todos los
responsables del órgano judicial, pero no que el acusado pretendiera
la ocultación de la demanda. En los primeros meses fue informado
por la Secretaria Judicial de la carencia de trámite y él dijo – y así lo
afirmó la testigo en juicio oral – que se consideraba “incompatible”
por ser titular de una vivienda en la comunidad demandada. Es
palmario que no ocultó la demanda, que no ocultó su interés y que,
equivocadamente
o
no,
hizo
manifestación
de
su
causa
de
abstención. Si a lo anterior añadimos que no consta que se le diera
cuenta formal de la demanda y que ésta estuviese entre otros
“papeles” de la secretaría, no podemos estimar que el innegable
retardo
se
produjera
por
la
voluntad
maliciosa
del
acusado,
careciendo su conducta de tipicidad penal.
Es por ello que debe absolverse al acusado Manuel F. F. del
delito de retardo malicioso en la Administración de Justicia, del que
era acusado.
CUARTO.- No atribuidas responsabilidades criminales, por mor
de lo establecido en los arts.
123 del CP y 240 de LECrim, deben
declararse de oficio las costas del proceso.
Vistos los artículos de general y pertinente aplicación,
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FALLAMOS
LA SALA DE LO PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE
JUSTICIA DE CATALUÑA, HA DECIDIDO:
Debemos absolver y absolvemos a D. Manuel F. F. del
delito de retardo malicioso en la Administración de Justicia del que
era acusado, declarando de oficio las costas del proceso.
Déjense sin efecto todas la medidas cautelares, personales y
reales, adoptadas.
Notifíquese
la
presente
resolución
a
todas
las
partes
personadas, haciéndoles saber que contra la misma cabe recurso de
casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo en los términos
que previene el artículo 847 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Así por esta sentencia, lo pronuncian, mandan y firman el
Presidente y los Magistrados expresados al margen.
PUBLICACIÓN. La anterior Sentencia fue leída, firmada y publicada
en el mismo día de su fecha. Doy fe.
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