BOLIVIA, BARÓMETRO ESTRATÉGICO DEL CONO SUR Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires Como Estado Nación, el boliviano está construido sobre tres grupos sociales separados por idiomas, usos, costumbres y valles: aimaraes, quechuas y guaraníes. Aun así, Bolivia es la “rosa de los vientos” subcontinental. Allí está el eje de las comunicaciones Norte–Sur y Este-Oeste de Iberoamérica. Más allá está la impenetrable selva amazónica. En el año 1952 Bolivia tuvo su propia Revolución, basada en la alianza coyuntural de la clase obrera -encuadrada en la leninista y legendaria C.O.B. (Central Obrera Boliviana), hoy bloqueando calles y rutas del país- y las masas campesinas tradicionales. Por ello, la “reforma agraria” allí ya fue realizada y por ello fue un enorme absurdo político pretender instalar una guerrilla-ideológica “campesina” entre culturas estratificadas y entonces estables. Ello les costó la vida al Che Guevara y a los revolucionarios que le seguían. Miraron a la geografía y olvidaron considerar a la sociología que la cubría. El actual acierto político de Evo Morales radica en que encontró -en la historia boliviana- todo lo que busca un “leninista” de ley -en éste caso leninista sui generis-: “La fórmula mágica de canalización del odio de masas, que emana de una frustración sempiterna”. Tal es la famosa “consigna” que Trotsky teoriza en el “Programa de Transición de 1938” y Lenin -que corría más adelante que aquél- ya había explicado desde el “¿Qué Hacer?: Problemas Candentes de Nuestro Movimiento”, en 1905, en las famosas “Tesis de Abril”, de 1917 y en la mayoría de sus escritos que -obsesivamente- machacan sobre este asunto. ¿Cuál es la situación política boliviana? Claramente, es una situación revolucionaria. El gobierno del Presidente Mesa, es el de un simple Kerenski. La caída de Sánchez de Losada ha sido la “revolución de febrero”: la antesala del mazazo final. Subido al Palacio del Quemado por la cresta de la ola, la desactivación de la misma es una tarea para genios de la Conducción Política, en donde no creemos que reviste este intelectual. El Presidente Mesa agita la consigna de Evo Morales y Solares (COB), prestada por Fidel y Chávez: “la salida soberana al mar para Bolivia”. Pero todos ellos lo hacen con fines políticos distintos: 1 Evo Morales la quiere para traficar la cocaína hacia los mercados del Pacífico, a partir de la creación de un Estado Indigenista Narcotraficante, a la usanza de los talibanes de Afganistán, que trafican la amapola y el opio. El Presidente Mesa -en cambio- agita la consigna para satisfacer a las masas, lograr su “actitud hostil”, ganar ascendiente y, finalmente desactivar la Revolución Indigenista-Narcotraficante. Chávez, por disposición de su Maestro Fidel y éste para cumplir con su sueño: la internacional socialista iberoamericana. La frustración de la sociedad boliviana desata naturalmente violencia, desde un privilegiado eje geopolítico continental. Existe allí un problema cultural complejo, inserto en la esencia del espíritu boliviano, encerrado en los valles, mediterráneo y socialmente milenarista, que despertó después de Ayacucho. La pérdida del mar, como “mito explicativo” de la pobreza, vino con la extemporánea “guerra del guano”. La conquista de “la salida al mar” es la evasión. La utopía salvadora de la ausencia de una Gran Política. Bolivia va de la Utopía al Mito, sin producción conceptual ni acceso a su realidad empírica y circunstancial de este tiempo. Para Fidel y Chávez es el “motivo necesario”, la chispa para incendiar al “mal ejemplo”, el “modelo incorrecto” regional: el Chile expansivo, con un estado-nación consolidado y confiable y desde Enero del 2004, en el ALCA. En Bolivia pasa -agravado- el mismo y crítico fenómeno cultural-político que en Venezuela, Cuba y Argentina. Son paradigmáticas transiciones “negativas”, “regresivas” y necesariamente “violentas”, bajo el palio del “progresismo”, del “garantismo” y de los pseudo “derechos humanos”, como cobertura de una fatal fractura moral de la sociedad, la deserción de los intelectuales en la búsqueda de la verdad y la negación cobarde de los dirigentes frente a la libertad, la competitividad y la “civilización del conocimiento”, evadiendo al “tabú” del verdadero desarrollo social, político y económico que la circunstancia y la confundida sociedad reclaman, desde su inconsciente colectivo. ¿O acaso Evo Morales va conducir a la juventud boliviana por la senda de la alfabetización, del conocimiento y el progreso?, ¿O acaso Chávez y su famosa “revolución bolivariana” fue capaz de mejorar la gestión de su Estado, hacer crecer la economía e instaurar el orden público en las calles de Venezuela?, ¿O es quizás Fidel Castro, el que negando el acceso a Internet le va a dar a las juventudes y a los niños de América un futuro abierto, sano, libre y esperanzador, en este mundo interdependiente y en proceso de posindustrialización. La estrategia y la maniobra para una “Nueva Guerra del Pacífico”, está lanzada. Veamos sus agentes eficientes: Fidel Castro está políticamente muerto, desde hace años. En su megalomanía de tirano- busca una muerte heroica que lo estampe en una bandera. (Pronosticamos que la “Revolución Cubana” no va a sobrevivir más de tres meses a su 2 desaparición física.). La ansiada “invasión norteamericana”, no se produjo. Fidel está “Esperando a Godot”. En su afán de inmortalidad, sólo trabaja para perpetuarse en la memoria de los que lo sobrevivan. Le caben las palabras del Eclesiastés: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”. Hugo Chávez está políticamente empantanado y en una ciénaga. Su famosa “revolución” no fue más que la reiteración obsesiva y verbal del “barroquismo juridicista y democratista”, improductiva y tradicional de las ciudades caribeñas y suramericanas. Por ello busca -con los recursos del Petróleo- financiar una nueva guerra entre Bolivia, Perú y Chile, que escale rápidamente, transformándose en un “todos contra todos”. Es decir, un nivel de crisis violenta y generalizada, que lo autorice a fusilar a sus propios conciudadanos y que lo coloque mentalmente en algún campo de batalla; que lo distraiga de las tareas racionales de gobierno, para las que no está dotado. Ellos son los que alientan la “Nueva Guerra del Pacífico”. Y lo hacen empalmando a esta con la “Guerra Mundial Antiterrorista” en curso. Justamente la que corresponde al paso hacia una nueva civilización, en el concepto de Bouthoul. Por ello Evo Morales comparó a Chile con Israel y dijo que América Latina sería un nuevo Vietnam para los Estados Unidos. No otro es el sentido de estas declaraciones. El Plan Estratégico de los narcoterroristas, adheridos a revolucionarios domésticos fracasados, está allí: lo expresan, lo anuncian, lo escriben. Es el “Mi Lucha” de los “revolucionarios sociales”. El que sepa ver que lo vea y que se prepare, pues hay olor a pólvora. Claro está. No es una novedad que tenemos dirigentes que no ven, no huelen y más aun: no perciben. ¿De qué lado de la tapia están nuestros criollos Condes de Lampedussa? El objetivo replanteado de una “salida soberana al Océano Pacífico”, entre países que carecen de relaciones diplomáticas desde hace muchos años, implica como mínimo una hipótesis de guerra, que por supuesto es absolutamente ajena a nuestro “Paraíso Social” del Plata. Bolivia tiene una salida al Pacífico otorgada por la República del Perú, bajo la presidencia de Fujimori. Esa playa hoy languidece en el más abierto abandono. Lo mismo ocurre con el espacio que le concedimos hace décadas en el Puerto de Rosario. También Chile le otorgó alternativas al respecto, que fueron descartadas. Lo que no va a hacer el único Estado-Nación en pie de América del Sur, es resignar su integridad territorial, por la vía en la que se la están buscando. En Santiago subsiste una Capitanía General, aunque la conduzca un ex - comunista. Es en éste cuadro situacional del Cono Sur en el que debemos localizar la acción política que explota al “negligente” tratamiento dado al deterioro institucional, al petróleo, al gas, a la inseguridad estratégica y pública o a la reestatización energética regional, todas ellas interrelacionadas teleológicamente con las redes criminales 3 internacionales organizadas y colusionadas con los pares ideológico-revolucionarios del viejo terrorismo remanente iberoamericano. No hay otros fines “revolucionarios” que el aniquilamiento de lo resta de las instituciones. No se busca ocupar el Estado. Se busca su destrucción. En la guerra mundial en curso, los “santuarios” son esenciales y ello exige un Estado “feudalizado” o “burocratizado”. Sin Instituciones. En toda Iberoamérica el riesgo estratégico central es la pérdida “cuasi-total” del Estado-Institucional. En el caso de que la “Nueva Guerra del Pacífico” se produjese, habría graves efectos inmediatos en la República Argentina. Buenos Aires ya esta presente en el campo de juego, accionando peligrosamente con su “política exterior”, como lo señala “La Tercera” de Santiago, a fines de abril del 04. La comunidad boliviana residente en Argentina -integrada por más de un millón de personas- desataría un proceso de agitación y movilización nacionalista. El gobierno argentino y su “Revolución Confusa”, tendrían bajo sus pies un caos de piqueteros, movilizaciones, reclutamiento de voluntarios, etc. azuzados por las pequeñas y múltiples células extremistas conducidas desde el exterior. Sería, a la vez, una salida de la “confusión” y “colusión” inter e intrapartidaria, a través del encuentro violento de los aparatos partidarios fragmentados, por el resto del botín. Es decir que, para nosotros, la “Nueva Guerra del Pacífico” significa una nueva campaña de la hibernada y permanente guerra civil. ¿Se producirá finalmente la “Nueva Guerra del Pacífico”? No lo sabemos, aunque las nubes se divisan, incluso sobre un débil Perú, cuya crisis propia también necesita desplazar sus fuerzas centrípetas hacia el exterior. ¿Cuál sería el resultado en caso de producirse? Militarmente no hay mayor problema en anticipar que Chile ganaría rápidamente esa pugna y forzaría la intervención militar de los Estados Unidos de Norteamérica -(¡qué hará Francia en el Consejo de Seguridad, esta vez?)- en Bolivia, Perú y Colombia, escalando -ahora sí- la guerra contra el narcoterrorismo en nuestra Región, enmarcada por la “Guerra Mundial Antiterrorista” y seguramente con un nuevo e imprescindible status legal internacional. ¿Cómo responderá nuestro electorado urbano, ante estas anunciadas “sorpresas”, toda vez que ha votado a los gobiernos que hemos sufrido en las últimas décadas y que actualmente vota la negación de los derechos humanos al pueblo cubano, bajo una dictadura y aquí, en la “democracia”, se los niega a Juan Carlos Blumberg ?... Con qué mano vota y con qué mano aplaude...la “mayoría”. ¿Resolverá la sociedad urbana la desconexión del sistema social con el sistema político? ¿Tenderá un puente entre sus emociones momentáneas y su razonabilidad política? Hasta ahora, no lo hizo. 4 La sangre que ha corrido no fue suficiente para interpretar la verdad, la realidad circunstancial...para recuperar el ser... o permanecer en el no ser. En el solo estar, sin saber adónde vamos... 5