valor formativo del minideporte

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VALOR FORMATIVO DEL MINIDEPORTE
Autor: Luis F. Muchaga Flores
EL DESARROLLO DE LA MOTRICIDAD
DEL NIÑO
Para poder adaptar cuantitativa y cualitativamente la actividad motriz al niño, es necesario
conocer ocurre el desarrollo de la motricidad en las primeras etapas de la vida.
El control de los movimientos, el lenguaje, el control de los esfínteres, etc., siguen líneas
de desarrollo muy diferentes. Sin embargo, cada una de estas líneas evolutivas y, por
consiguientes también el desarrollo motor, recorre una serie de etapas cuya sucesión temporal, en
algunos casos puede ser retrasada, en otros acelerada, pero no invertida. Por ejemplo, nunca
sucede que un niño sano salte con un solo pie antes de que sea capaz de coger los objetos con las
manos.
La evolución de los comportamientos de postura y motores se presenta, por lo tanto, en
dos direcciones de acuerdo con un esquema prefijado: céfalo-caudal (cabeza-cola) y próximo
distal (centro-periferia). El desarrollo del SNC en cambio lleva un camino inverso: caudalcefálico (primero las estructuras jerárquicamente inferiores como la médula y los centros
subcorticales, y luego las estructuras corticales superiores, responsables de la elaboración táctica.
El desarrollo coordinativo, o sea la posibilidad de realizar movimientos procede de la
cabeza al tronco, luego los miembros superiores y por último a los miembros inferiores. Además,
sobre la base de la dirección próximo-distal, las estructuras que se hallan cercanas al eje medio
del cuerpo, se desarrollan primero que las alejadas. Al acercarse un objeto y querer atraparlo, un
niño mueve primero los hombros y el codo, y solamente más tarde las muñecas y los dedos.
Análogamente, en la locomoción prona, el niño controla primero las rodillas antes que la
pantorrilla y el pie.
Como vemos, la motricidad humana es un proceso articulado de forma variada, en el cual
intervienen y cooperan varios sistemas que empiezan a trabajar ya en la vida fetal. En estos
primeros momentos de la vida fetal, y más tarde en la vida neo-natal, la motricidad viene
estructurada sobre la base refleja, según comportamientos guiados por la memoria genética.
La memoria genética contiene datos relativos al comportamiento que son características
de la especie humana y viene trasmitida a través del genotipo al nuevo individuo. De estas
formas elementales, la motricidad humana pasa después a formas más complejas a medida que
adquiere mayor importancia en el sujeto la fase de elaboración y los sistemas de re-aferencia y
memoria (histórica).
La memoria histórica es el almacenamiento de datos relativos a la vida vivida; es por
tanto original y comienza a formarse a partir del momento que se realizan las primeras
experiencias.
La evolución de la motricidad humana puede atribuirse, por lo tanto, en parte a las
transformaciones biológicas del organismo (en particular de las estructuras nerviosas y
musculares) ligadas al crecimiento, y en parte a las solicitudes planteadas por la vida de relación,
en todas sus formas.
A través de la práctica deportiva, se realizan las solicitudes relacionadas a promover las
manifestaciones motoras de más alto nivel y perfección. En esto está gran parte del valor
formativo de la práctica deportiva. Claramente, estos altos niveles de prestación motora, no
podrían alcanzarse si las solicitaciones de los diversos sistemas que intervienen no estuvieran
integrados en estructuras responsables de la guía y la regulación del movimiento.
Las premisas de las prestaciones motoras reciben el nombre de factores coordinativos
fundamentales, operan en conjunto, pero les analizaremos por separado:
Los factores coordinativos fundamentales son:
•
Capacidades coordinativas potenciales
•
Funciones sensorio-motoras
•
Automatismos motores
CAPACIDADES COORDINATIVAS POTENCIALES:
Al momento de nacer, el sujeto presenta desde el punto de vista motor un bagaje de
posibilidades, aún latentes, pero que ya lo caracterizan. Son un patrimonio genético y el adjetivo
potenciales indica que si bien aún no se expresan, son premisas para ulteriores posibles
desarrollos que pueden ocurrir en un sentido u otro, y en última instancia faltar.
Representan el presupuesto para la guía y la regulación motora. Es la capacidad de
integrar los datos emitidos por uno o más analizadores en una síntesis lo suficientemente precisa
y al mismo tiempo prefigurar un abanico o espectro de posibles coordinaciones motoras. La
intervención pedagógica, sobre estas capacidades potenciales, es nula.
Son múltiples: Capacidad de ritmo, de equilibrio, de reacción, de diferenciación espacial,
de diferenciación temporal, de frecuencia de movimiento, etc. solo por citar algunas.
CAPACIDADES COORDINATIVAS CONDICIONALES
A partir del nacimiento, el sujeto comienza a ser bombardeado con una sinfín de
estímulos del medio ambiente, que van estimulando su coordinación y acumulándose en ese
gran saco que denominaremos la memoria condicional. Es la capacidad de modular, sobre la base
de las señales precedentes de los receptores periféricos, el tono y la contracción de todos los
distritos musculares, adaptándolos continuamente a las exigencias de postura y de movimiento
del sujeto.
La capacidad coordinativa depende por lo tanto, de la cooperación directa entre el
sistema perceptivo y el sistema de ejecución neuromuscular (y como ambos son capaces de
integrarse, con independencia del sistema de elaboración táctica).
FUNCIONES SENSOREO MOTORAS
Son las más altas expresiones de la motricidad, y por medio de ellas el individuo realiza las
adaptaciones o las modificaciones requeridas en la vida de relación. Podemos definirlas como el
acto técnico-táctico elemental, en cuanto para su realización:
9 Se reciben y analizan una serie de estímulos del ambiente exterior.
9 Se hecha mano a una pequeña capacidad coordinativa potencial y se analiza en función de
las experiencias motrices precedentes.
9 Se elabora la coordinación motora más apropiada al objetivo
9 Se concretan por medio de las capacidades condicionales.
El desarrollo de las funciones sensorio motoras realiza por tanto la expansión y el
perfeccionamiento de las capacidades condicionales. Tal actividad cubre un arco de tiempo muy
amplio y en función de la disciplina deportiva que se trate, tiende a comenzar a muy temprana
edad.
AUTOMATISMOS
Para comprender mejor el significado de la expresión automatismos, cabe recordar como
las primeras ejecuciones de un movimiento, son inseguras porque, en el ámbito de la corteza
cerebral, todavía no se ha definido bien el "sendero" de neuronas a lo largo del cual debe avanzar
el estímulo responsable de la correcta secuencia de contracciones musculares que requiere el
mismo. Sin embargo, con las repeticiones, los vínculos funcionales temporáneos entre las células
que forman el "sendero" se fortalecen y se amplía la zona de inhibición en la corteza circundante,
delimitando cada vez mejor el camino que el estímulo debe recorrer. De esta manera se forma un
automatismo, es decir un movimiento caracterizado por un circuito (sendero) neuronal bien
definido.
Los automatismos, por tanto, son gestos voluntarios de alta precisión que, necesitando el
control consciente de la voluntad para decidir el arranque del movimiento o para interrumpirlo,
hacen que la atención esté disponible para la solución de funciones sensorio motoras (tácticas)
superiores o para la ejecución contemporánea de gestos adicionales.
EL MINIDEPORTE COMO PROCESO FORMATIVO
Concepto:
En función de una evolución orgánica del proceso de entrenamiento en sentido curricular,
individualizaremos cuatro períodos fundamentales:
1. El período del desarrollo de los factores coordinativos fundamentales (6-12 años)
2. El período de la preparación deportiva de base (12-16 años)
3. El período del perfeccionamiento deportivo (16 -28 años)
4. El período de la longevidad deportiva (+ 28 años)
Antes de estos períodos (0-5 años), el desarrollo de la motricidad por imperio de los
convencionalismos sociales está en general reservado al ambiente familiar y solo en pocos casos
es objeto de una atención definida.
En nuestro caso interesa el análisis del primero de estos períodos (6-12 años), que es donde
comienza la problemática del desarrollo motor de los niños que son el objetivo de este trabajo.
El Minideporte es una actividad lúdica, que tomando como base los principales
conceptos del deporte de referencia, es utilizada como medio para el desarrollo integral del
niño.
El niño es el centro y causa del proceso educativo. Por ello, el planteo del Minideporte
tomado como camino para llegar al deporte, es erróneo desde el punto de vista pedagógico, ya
que sería invertir el objetivo del proceso educativo, pues la idea no es la de supeditar el niño al
deporte, sino el deporte al niño. La idea de utilizar el juego como medio de formación, solo puede
nacer de la firme voluntad de adaptar la educación a lo que es el niño y no el niño a lo que
requiere el juego.
Si el punto de partida fuera el deporte, para llegar a la enseñanza de los mismos en los
niños, podríamos llegar a reemplazar la enseñanza de la Educación Física por una actividad
deportiva, que se concreta la mayoría de las veces en la reducción de los aspectos reglamentarios
como ser: duración, dimensiones del terreno, medida y peso de los elementos, número de los
jugadores, etc. y lo que es más grave en mi opinión, se fomenta la necesidad de ser el ganador.
Coincido con Timoty Galway cuando dice: " ... ganar es vencer obstáculos para alcanzar
una meta, pero el valor de ganar es tan grande como el valor de la meta alcanzada. No es a la otra
persona a quien estamos venciendo, es simplemente cuestión de vencer los obstáculos que ella
representa". El niño antes de llegar a competir contra los demás, debe aprender a competir
contra sí mismo, contra su propio error, por ello el planteamiento del Minideporte es
constantemente minimizado cuando se lo considera como un camino para llegar al deporte.
Los Minideportes son estructuras pedagógicas, que aprovechando los principales
requisitos psicomotores y coordinativos de los deportes formales, contribuyen al desarrollo
motor de la niñez.(mediante la disminución y adecuación de las solicitudes psicomotoras y
coordinativas)
El valor del Minideporte no está en su expresión competitiva, ni en la facilidad de su
práctica, ni en lo apropiado de sus materiales, sino en la solicitud de respuestas motrices
adecuadas a las capacidades coordinativas de cada edad y en la calidad del proceso didáctico de
enseñanza.
El Minideporte está incluido dentro de una organización curricular, que contempla una
preparación general y especial, que la antecede y otra que la sucede. Aquí aparece en toda su
magnitud la temática del juego, especialmente los llamados juegos menores. En el juego se dan
constantemente situaciones de opción y elección, por lo que en los juegos menores se ve
constantemente evidenciado el concepto de movimiento como fenómeno de adaptación.
El proceso de aprendizaje técnico-táctico a través de los juegos menores es el paso previo
al desarrollo de los Minideportes y el tránsito entre ambos debe ser casi inadvertido.
El Minideporte debe observar, desde el punto de vista pedagógico, los siguientes aspectos:
•
Los distintos estadios evolutivos del niño
•
La aplicación de los métodos activos, con planteos metodológicos inductivos-deductivos
•
Debe ser multilateral, entendido como formador de una amplia gama de funciones
sensorio motoras diversas, evitando humillar amplios sectores de la motricidad.
•
Priorizar el desarrollo de los aspectos invisibles del movimiento (percepción, análisis y
elaboración motora), sobre los aspectos de ejecución (manifestaciones energéticas y
biomecánicas)
El afirmar que el problema técnico-táctico es la expresión jerárquicamente más elevada de
la motricidad humana implica que, para posibilitar el acceso del niño a los máximos niveles que
sus capacidades potenciales permiten, habría que estudiar cuales son los contenidos del período
más intenso del desarrollo ontogenético de los factores coordinativos fundamentales, basándose
en las características que en cada edad tiene la problemática del esquema corporal, del
conocimiento del tiempo y del espacio, y la relación con los elementos y con los demás seres
(compañeros y rivales).
Objetivos:
De 6 a 9 años:
Conocimiento y dominio del espacio, de las distancias y del tiempo y las relaciones con un
compañero. Reconocimiento y control del esquema corporal y desarrollo coordinativo de las
habilidades motrices básicas
Se comienza el conocimiento del elemento "balón".
Método: tareas y juegos que impliquen el dominio de la misma con distintas partes del cuerpo y
diferentes técnicas de movimiento. La solución de los juegos implica la colaboración de
compañeros.
De 9 a 12 años:
Determinación y manejo de las distancias, la utilización y división del espacio y del tiempo,
relaciones más complejas con compañeros y oponentes a través del elemento "balón", control y
dominio de la motricidad en situación variable.
Métodos: Minideportes
Ejemplos:
Voleibol: prioridades de aprendizaje (acorde con las características de la especialidad
deportiva)
9 Reconocimiento y ocupación del espacio
9 Control del ritmo propio, del compañero y del oponente
9 Contactos con el balón: pasar y recibir, rechazar, botar y golpear
9 Generar e interceptar trayectorias de balón con diferentes técnicas de golpeo.
9 Calcular el punto de caída del balón, diferentes tipos de desplazamientos
9 Relación con el compañero, pases y acomodaciones
9 Correr, stop, giros y saltos
9 Visión frontal y periférica
9 Extremos distales, ambidestría y cinestesia
9 Sensibilización propioceptiva.
Balonmano: prioridades de aprendizaje (acorde a las características de la especialidad
deportiva)
9 Reconocimiento y ocupación del espacio.
9 Control del ritmo propio, de compañeros y oponentes.
9 Conducción del balón: pasar y recibir, botar y lanzar.
9 Generar e interceptar trayectorias de balón y de rivales.
9 Engaño y esquive del adversario.
9 Superioridad numérica.
9 Lanzamientos de precisión y finta.
9 Correr, stop, giro, saltos.
9 Visión frontal y periférica.
9 Extremos distales, ambidestría, cinestesia.
Fundamentación y citas textuales: Prof. Enrique Pisani, Conferencia sobre Minideporte, U.C.A.,
1984.
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