LESIONES FIBRO-ÓSEAS BENIGNAS CRANEOFACIALES. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EN PALEOHISTOPATOLOGÍA Mas, Mªa (1); Herrerin, J(2); Baxarias, J (3); Canos, J.C (1);. Borondo J.C (1) (1) Servicio de Histopatología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona; (2) Departamento de Antropología. Universidad Complutense de Madrid; (3) Museo de Arqueología de Cataluña (Barcelona). [email protected] Resumen Las lesiones fibro-óseas benignas de los huesos craneofaciales, representan un grupo diverso y numeroso de trastornos del hueso con características histopatológicas similares. La nomenclatura y clasificación actual de estas lesiones fijada por la OMS, se agrupan en tres categorías: La displasia fibrosa, displasia ósea y fibroma cimentanteosificante. Estas entidades son muy complejas y plantean dificultades en el diagnóstico diferencial entre ellas y con otras lesiones tumorales y pseudotumorales como el osteosarcoma, ameloblastoma, queratoquiste gigante y la enfermedad de Paget. La paleohistopatología es una ciencia que se encarga de aplicar la histología a los tejidos antiguos (principalmente momificados y hueso), para poder entender mejor los procesos paleopatológicos. La aplicación de esta técnica nos proporciona no solo una mera descripción macroscópica sino también microscópica de las lesiones que ocurren en los tejidos estudiados. En este trabajo exponemos una breve introducción de las ventajas e inconvenientes que aparecen en la aplicación de esta técnica en el tejido óseo antiguo. Palabras clave: Displasia ósea, displasia fibrosa, enfermedad de paget, paleohistopatología. Abstract The fibro-osseous lesions from benign craniofacial bones, they represent a large and diverse group of bone disorders with similar histological features. The current nomenclature and classification of these injuries set by WHO, are grouped into three categories: The fibrous dysplasia, skeletal dysplasia and cimentante-ossifying fibroma. These entities are very complex and pose difficulties in the differential diagnosis between them and with other tumor lesions and pseudo-like osteosarcoma, ameloblastoma, keratocyst giant and Paget’s disease. The paleohistopatologie is a science that is responsible for histology to the ancient tissues (mainly mummified and bone), in order to better understand the processes paleopatologics. The application of this technique not only provides us with a simple macroscopic but also microscopic description of the injuries that occur in the tissues studied. In this work we expose a brief introduction of the advantages and disadvantages that appear in the application of this technique in the ancient bone. Key words Osseou dysplasia, fibrous dysplasia, paget disease, paleohistopatología. 313 LESIONES FIBRO-ÓSEAS BENIGNAS CRANEOFACIALES. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EN PALEOHISTOPATOLOGÍA Introducción Las lesiones fibro-óseas benignas, representan un grupo de lesiones con características histológicas similares que se agrupan con el termino descriptivo de lesiones benignas fibro-óseas (Brannon y Fowler, 2001). Estas enfermedades presentan en común el reemplazo del hueso normal por un tejido nuevo, compuesto de fibras de colágeno y fibroblastos, que contienen cantidades variables de sustancia mineralizada, que puede ser ósea o cemento dental. Estas lesiones aparecen fundamentalmente en el complejo craneofacial, sobre todo en el hueso mandibular y en las regiones sinonasales. En la Displasia fibrosa, se encuentran tres formas, la forma monostótica, la forma poliostótica y la forma poliostótica con endocrinopatia (Síndrome de McCune-Albright). La clasificación más aceptada y utilizada es la de la OMS del año 2003 (Barnes et al., 2005), que las engloba dentro de las lesiones óseas relacionadas y son: Fibroma osificante, Displasia fibrosa, Displasia ósea, Lesión central de células gigantes, Cherubismo, Quiste óseo aneurismático y Quiste óseo simple. Ante estas lesiones debemos valorar la localización, delimitación, distribución por edad, sexo, aspecto histológico y si están asociadas a síndromes. La displasia fibrosa, también llamada displasia ósea fibrosa de Jaffé-Lichtenstein, es un trastorno osteofibroso no neoplásico, que consiste en el reemplazo del hueso normal por un tejido fibroso celular irregular que contiene hueso displásico (Slootweg, 1996). Puede afectar a cualquier hueso del organismo, siendo el cráneo una de las localizaciones más frecuentes. Esta alteración puede causar crecimiento no uniforme, fragilidad y deformidad en los huesos afectados. Para su diagnóstico definitivo se requiere una correlación histopatológica con análisis radiográficos/imagen que nos proporcionan un acercamiento sistemático a la interpretación y a un mejor conocimiento de estas lesiones (Slootweg, 1996). Esta displasia tiene una etiología desconocida, se cree que es producida por la mutación somática de un gen, que produce la síntesis de una proteína, por eso se considera hoy a la displasia fibrosa una enfermedad congénita. Al principio se estableció una nomenclatura y clasificación de estas lesiones, la primera fue Waldron en 1993, debido a su dificultad estuvo sometida a diversas controversias durante un periodo de tiempo aproximado de 10 o 15 años. Hoy se sigue utilizando pero con las modificaciones realizadas a posteriori en base a criterios diagnósticos, realizadas por Slater, Slootweg, Eversole y Melrose. A nivel clínico se pueden presentar en cuatro formas, si afecta a un solo hueso -forma monostótica-, si afecta a varios huesos –forma poliostótica- permaneciendo éstas más activas o agresivas y por último las lesiones poliostóticas que se hallan asociadas al Síndrome de McCune-Albright –es la multiplicación de lesiones diseminadas de hueso que se acompaña con pigmentación y alteraciones endocrinas como son la pubertad precoz y/o hipertiroidismo- (Brannon y Fowler, 2001). Las lesiones fibro-óseas, son entidades que se hallan en la misma localización y se caracterizan por ser muy complejas y plantear dificultades diagnósticas. La clasificación de las lesiones Fibro-óseas benignas cráneo-faciales de Waldron (Brannon y Fowler, 2001) modificada es la siguiente: La Displasia ósea, se subdivide en no-hereditaria (periapical, focal y florida) y hereditaria (cementoma forma-giganto familiar y otras). Dentro de las neoplasias fibro-óseas se hallan el fibroma osificante convencional y el fibroma osificante juvenil (Kramer, 1992). 314 La forma craneofacial afecta a los huesos del complejo craneofacial -es la cuarta localización más frecuente-. Las características generales de la displasia fibrosa es que tiene una predilección por niños y adultos jóvenes, con igual proporción entre hombre y mujer, se considera una lesión mal delimitada, es decir sin límites aparentes desde el punto de vista radiológico como morfológico. Mas, Mªa; Herrerin, J; Baxarias, J; Canos, J.C;. Borondo J.C Histológicamente, la displasia fibrosa, presenta varias formas: lesión quística -cavidades quísticas y sin trabéculas en su interior-, lesiones pagetoides –con patrón trabecular más denso que el hueso normal-, la forma esclerótica clásica “de letras chinas” -formación ósea que dibuja diversas formas dentro de un estroma fibroso y que consiste en trabéculas inmaduras que reemplazan al hueso normal- con escasos y en algunos tramos ausencia de osteoblastos, no contiene líneas de cemento; el tejido fibroso es desorganizado y reemplaza a la medula normal. Si predomina el componente fibroblástico, el estroma es muy celular arremolinado con poca metaplasia ósea y escaso ribete de osteoblastos. La malignización es rara, sobretodo de la forma poliostótica y el tumor maligno más frecuente es el osteosarcoma, seguido del fibrosarcoma y el condrosarcoma (Barnes et al., 2005). La displasia ósea, llamada también displasia cementoósea, es una lesión que se origina en las áreas productoras de dientes de la mandíbula. Consiste en el desarrollo anormal y en la producción desordenada de hueso, así como de cemento (Brannon y Fowler, 2001). inflamatorias (Brannon y Fowler, 2001). El tejido lesional se mezcla con hueso cortical, lo que indica la mala delimitación de estas lesiones, no obstante este puede tener una capsula que envuelve la lesión y facilitando así su diagnóstico (Slootweg, 1996). En fases más avanzadas el tejido mineralizado esta constituido por hueso lamelar y cemento fusionandose en masas dando un aspecto pagetoide. El fibroma osificante, llamado fibroma cimentante-osificante, es un tumor compuesto de hueso, tejido fibroso y cemento (Samir y El-Mofty, 1999). Tiene un origen odontogénico de las células mesenquimales del periodontum que rodea los dientes. La localización más frecuente es en la mandíbula (Mubtar Gurol et al., 2001) y en su región horizontal (zona molar-premolar) y maxilar (Granizo-Martin et al., 2000), con presentación menos frecuente en el hueso temporal (Vlachou et al., 2001), seno etmoidal y en la cavidad nasal (Young-Chul Choi et al.,2000). Su etiología y patogénesis es desconocida y suscita controversia entre diversos estudiosos del tema. Se puede asociar a diversos síndromes, entre ellos displasia ósea de tipo Azouz… Predomina en mujeres de 20-40 años de edad, se trata de una lesión bien delimitada y consiste en una sustitución de tejido óseo normal por tejido fibroso con contenido de material nuevo; constituido por osteoide, hueso reticular y lamelar, conteniendo un ribete osteoblástico y presencia de cemento dentario (El-Mofty, 1999). Es más frecuente en mujeres, en la 4ª-5ª década de la vida. Se han descrito tres tipos: periapical, focal y florida, se admite hoy que estos tres tipos de displasias óseas, representan variantes del mismo proceso patológico (Carrillo, 1998), es decir forman fases evolutivas de una misma enfermedad que son indistinguibles por la histología y que están separadas en base clínica y radiológica. Existe una variante del fibroma osificante que es el fibroma agresivo-juvenil, que se caracteriza porque aparece antes de los 15 años de edad, con presencia de una mayor cantidad de tejido fibroso y con menos presencia de mineralización (Leimola-Virtanen, 2001). Puede contener cemento -tejido dental mineralizado- que cubre las raíces dentarias, es acelular y nos puede orientar en el diagnóstico por su forma esférica o trabecular. La histología de la displasia ósea consiste en el reemplazo de tejido fibroso de la trabécula ósea existente con la subsecuente formación de los depósitos del hueso inmaduro y de cemento. Estas trabéculas de tejido óseo inmaduro son irregulares con osteoblastos y pueden tener esférulas de tejido similar a cemento, formando conglomerados en “raíz de genjibre”, separadas por un estroma fibroso, que contienen numerosos vasos sanguíneos de pequeño calibre y con escasas células Diagnóstico diferencial de las lesiones fibro-óseas: El diagnóstico diferencial se realizara con las lesiones que tienen en común una misma localización y su clasificación se basa en lesiones tumorales -osteosarcoma, ameloblastoma y queratoquiste gigante- y las lesiones pseudotumorales -Enfermedad de Paget, osteomielitis esclerosante difusa crónica, cherubismo, granuloma celular gigante central y otras-. 315 LESIONES FIBRO-ÓSEAS BENIGNAS CRANEOFACIALES. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EN PALEOHISTOPATOLOGÍA El osteosarcoma es una neoformación maligna de estroma, osteoide y hueso. Esta neoformación ósea presenta núcleos hipercromáticos, mitosis frecuentes y sin estructura trabecular distintiva. Son lesiones mal diferenciadas, porque no se puede determinar sus límites y presenta destrucción ósea, rompiendo la cortical ósea e infiltrando partes blandas. Se acompaña de zonas de fibrosis, de formación cartilaginosa y ósea, focos de necrosis y hemorragias, a veces presenta cavidades seudoquísticas. El problema diagnóstico que se nos plantea con este tipo de tumor, es una variante del mismo denominado osteosarcoma central de bajo grado, ya que presenta pocas variaciones con la normalidad y solo la extensión a los tejidos vecinos nos puede dar la clave diagnóstica. Muy frecuente, más en hombres y entre 10-25 años, y en mayores de 40 años de edad que se asocia a degeneración de la enfermedad de Paget. Se localiza más en metáfisis de huesos largos –rodilla-. Según el aspecto histopatológico, es un tumor maligno caracterizado por la formación directa de tejido óseo y osteoide de estas células. Existen tres variedades: Osteoblástico, condroblástico y fibroblástico. La microscopía de esta neoplasia presenta células con atipias y mitosis, núcleos voluminosos, irregulares y atípicos y formación de cartílago hialino inmaduro con hueso osteoide (Barnes et al., 2005). El ameloblastoma, es un tumor odontogénico epitelial, que produce desplazamiento de las piezas dentarias y revestimiento epitelial de tipo células cilíndricas. El estroma esta formado por tejido conjuntivo fibroso y se acompaña de abundante tejido fibroblástico, no obstante las células epiteloides son características y diagnósticas (Barnes et al., 2005). El queratoquiste gigante es un quiste odontogénico, multilocular y grande, que presenta recidivas en un 60%. Se trata de una lesión quística y recubierta de epitelio escamoso y presencia de queratina, el diagnóstico diferencial se deberá realizar con las afectaciones que presenten un patrón quístico (ejemplo: la displasia fibrosa quística). La enfermedad de Paget consiste en una remodelación esquelética focal acelerada y anárquica. La patogenia de esta enfermedad es compleja y consiste básicamente en 316 una remodelación esquelética. Se presenta en mayores de 50 años y afecta principalmente cráneo, pelvis y fémur. La remodelación alterada pasa por fases asincrónicas en los distintos huesos. Presenta cuatro fases, siendo dos las más importantes y asincrónicas. En la fase precoz, fase destructiva u osteoporótica, se observa un aumento de la resorción, lo que ocasiona una pérdida ósea en el número y tamaño de los osteoclastos y en la radiología nos mostrará imágenes líticas. En esta fase inicial de reabsorción es relativamente rápida y puede haber fracturas; la inmovilización acelera la reabsorción ósea. El tejido óseo presenta abundantes, grandes y monstruosos osteoclastos con trabéculas adelgazadas y vascularización exagerada (Pardo, 2000). La fase tardía es en la que se forma hueso nuevo con predominio de osteoblastos, pero este hueso nuevo es desestructurado y forma líneas de cemento entrecortadas que se disponen en forma de mosaico y la radiología nos dará imágenes de lesiones blásticas. En esta fase predomina la neoformación con aumento de las trabéculas y prominencia de estas líneas de cemento -signo de olas de mineralización exagerada- con abundantes osteoblastos. Finalmente, el hueso se aprecia engrosado, algo irregular, ensanchado y muy aumentado de consistencia. La importancia de este cuadro estriba en la posibilidad de que degenere hacia un sarcoma (osteosarcoma o fibrosarcoma), que generalmente son muy agresivos. Hay escasas publicaciones en paleopatología sobre esta enfermedad, una de ellas hace referencia a dos esqueletos del siglo XVI, ambos de Inglaterra, con histomorfometría que determinó un aumento de la amplitud y anchura de las trabéculas, junto a una estructura normal, buena conservación ósea, con lo que se diagnosticó un trastorno del metabolismo óseo y de esclerosis compatible con enfermedad de Paget (Aaron et al., 1992). Histopatológia del hueso antiguo El hueso antiguo es un hueso que pertenece a la época antigua prehistórica o histórica. Los huesos antiguos que se hallan abandonados en cuevas tienden a la fosilización y a la remineralización convirtiéndose en masas de sales de calcio. Si se hallan en cuencas freáticas con tendencias a fuer- Mas, Mªa; Herrerin, J; Baxarias, J; Canos, J.C;. Borondo J.C tes lluvias, el agua penetra dentro del hueso y se produce la pérdida de sales óseas –desmineralización- o la aposición de elementos del terreno como fluor, que lo transforma en fluorapatita o hierro que tiñe al hueso de color rojo o color verde si existe cobre -anillos o monedas- (Reverte, 1991). Sobre estos huesos actúan una serie de factores que producen degradación química ósea, como el grado de conservación, que influye la acidez del suelo, condiciones del terreno -la vegetación, así las raíces ejercen un efecto mecánico-, factores medioambientales, humedad y temperatura. Con la acción de estos factores se producen la neoformación de cristales de fosfato cálcico y/o pirofosfato y fenómenos de recristalización -cristales de livianita- (Garland, 1993). Las lesiones post mortem, son otro factor que influye porque facilita la degradación ósea, que pueden ser internas o externas, las primeras son los fenómenos de diagénesis -el tejido óseo se va degradando perdiendo el colágeno-. Las externas consisten en la presencia de hongos que producen perforaciones en el hueso -tunelización fúndica- por fermentación de los azucares de la matriz ósea, lo cual crea confusión con los conductos de Havers óseos (Tamarit, 2003). Fig. 1. Microscopía óptica. Displasia fíbrosa con estroma fibroso y formación ósea en forma de “letras chinas”. Fig. 2. Microscopía óptica. Displasia ósea con predominio del componente fibroblástico arremolinado en el estroma. Fig. 3. Microscopía óptica. Hueso antiguo con área de adelgazamiento de la cortical y zonas de ruptura de la tridimensionalidad trabecular. Una muestra de hueso antiguo nos plantea diversas dificultades, entre otras la obtención de la muestra, déficit de conservación y presencia de lesiones post-mortem, que lo convierten en un hueso frágil y quebradizo. El procesamiento del hueso antiguo, requiere un tratamiento especial como es una dilución más precisa en la fijación, utilización de descalcificadores especiales -menos agresivos- y una mayor duración temporal en los pasos a realizar. Fig. 4. Microscopía óptica. Fragmento de cortical de hueso antiguo donde se observan los orificios irregulares con prolongaciones, que corresponden al lugar donde se alojaban los osteocitos. La valoración del hueso antiguo al microscopio óptico requiere la consideración de una serie de condiciones que no aparecen en el tejido óseo actual, como es la ausencia de partes blandas circundantes, pérdida de estructura ósea en el tejido esponjoso, adelgazamiento de la cortical, ausencia de médula ósea, pérdida de células del tejido óseo -osteoclastos, osteoblastos y osteocitos-, trabéculas óseas más finas y de menor grosor con pérdida de conexiones tridimensionales, no obstante conservan la estructura ósea y las líneas de cementación, que se puede ver con las tinciones de plata (Tamarit, 2003). Fig. 5. Microscopía óptica. Tinción de tricrómico de Masson. Hueso antiguo donde se observa hueso cortical y hueso trabecular. En el hueso cortical se aprecian las líneas de cementación. 317 LESIONES FIBRO-ÓSEAS BENIGNAS CRANEOFACIALES. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EN PALEOHISTOPATOLOGÍA Bibliografía AARON JE, ROBERS J Y KANIS JA. Paleohistology of Paget’s Disease in two Medieval Skeletons. 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