Búsqueda de la identidad sexual en El amante lesbiano de José Luís Sampedro Lurdes Llorens Ferret Curso de especialización en estudios literarios PEC instrumental Profesor: Carles Lindín Febrero de 2009 1 Ama y haz lo que quieras. San Agustín En julio de 2003, recién leído El amante lesbiano, tuve el privilegio de asistir al curso de José Luís Sampedro “Escribir es vivir”, dentro del programa “El autor y su obra” de la UIMP. La experiencia de compartir con Sampedro su visión de la vida, pues en esto consistió aquel curso, fue increíblemente intensa y enriquecedora. No obstante, la perplejidad y el impacto que había producido en mí la lectura de su novela, tan manifiestamente subversiva a mis ojos, a pesar de sus coincidencias con otras novelas suyas como Octubre Octubre y La vieja sirena, no han acabado de mitigarse y esclarecerse hasta esta segunda lectura de ahora, bajo la luz del estudio de las teorías de género, especialmente las teorías queer. El amante lesbiano es la historia de Mario, un hombre que, tras fallecer a la salida de la consulta de un cardiólogo, se ve trasportado a un lugar atemporal imaginario llamado “Las Afueras”, un espacio que pertenece al terreno de lo mental, del inconsciente, por el que desfilan los personajes y los escenarios claves de su vida, y en el que se produce una transformación sexual insospechada para el mismo protagonista, que había concluido su vida terrenal en la creencia de una identidad equivocada. En “Las Afueras” se es auténtico, o no se es. Durante este periplo por su vida anterior, Mario hará un balance de su existencia que le irá llevando gradualmente a un proceso de autentificación. En este proceso se encontrará con mamá y papá, “el ímpetu oscuro de la libertad” ella, “lo luminoso y la sumisión de los místicos”1 él. También con sus tíos Juan y Luisa que, al igual que sus progenitores, irán revelando aspectos personales y familiares desconocidos para el propio Mario; y con la enigmática psiquiatra de origen árabe Farida, que será su guía y Maestra póstuma. Todos ellos irán 1 Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p30 2 vertiendo luz en su intelecto de manera que él podrá finalmente encontrar su propio yo, su verdadera identidad sexual. Mario ha vivido condicionado por una concepción heterosexista de la sexualidad que le ha encasillado en vida en la condición de hombre heterosexual, la que se espera de él. Sin embargo él no se siente en su sitio ante esas expectativas2. De hecho, tampoco los otros miembros de su familia son en realidad fieles representantes del género que aparentemente ostentan. Mario se pregunta por el origen del género: ¿se nace, o se hace? “(Mamá) me quería distinto de como yo era... Somos complicados y aún más: nos complicamos. Nos creamos angustias. ¿Qué nos hace lo que somos? ¿La biología, dándonos unas tendencias innatas? ¿Las madres? ¿La sociedad? ¿La vida misma con todas sus circunstancias? ¡Y cuánto juega el azar, cuánto peso tiene a veces un pequeño acontecimiento!”3 Mario es un ser andrógino, con un lado masculino, y un lado femenino altamente desarrollado. Las normas de género culturalmente preestablecidas le impiden realizarse, ser él mismo. Se plantea aquí un conflicto de conceptos. Si Mario es aparentemente, “a ciencia cierta”, un hombre, ¿por qué siente “como” una mujer? Judith Butler sostiene que el género es lo cultural, se construye sobre el elemento “natural” del sexo. Sin embargo, qué es lo que nos hace definir “hombre” y “mujer” como los dos sexos naturalmente aceptados?. Según Butler, la propia cultura ha construido la categoría de “sexo femenino” y “sexo masculino” a partir de las diferencias biológicas. Sexo y género son, por lo tanto, igualmente constructos culturales que no tienen, en realidad, razón de ser catalogados como elementos diferenciados4. ¿Qué es un hombre y qué es “- Eres ya el hombre de la casa. - No, no lo fui. Ni entonces ni nunca” Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p 26 3 Op. Cit. p 41 4 “El género es lo cultural, una suerte de disciplinamiento (vamos a usar esa palabra), que se construye sobre el sexo. Lo que va a tomar Butler de Foucault es la idea de que no hay dos elementos que puedan distinguirse: el sexo como lo biológico y el género como lo construido. Lo único que hay son cuerpos que ya están construidos culturalmente. Es decir, no hay posibilidad de un sexo natural, porque cualquier acercamiento teórico, conceptual, cotidiano o trivial al sexo se hace a través de la cultura y de su lengua.” Femenías, M. Luisa (2003). “Aproximación al pensamiento de Judith Butler”. Comadres Feministas [confèrencia en linia]. p 4 2 3 una mujer, sino cuerpos que pueden sentir y organizar su sexualidad de múltiples maneras? No hay un solo camino de vivir la sexualidad 5, y Mario es un ejemplo de ello. Existe entonces una pluralidad sexual, lejos de los binomios sexo/género, hombre/mujer, hetero/homo, todos ellos basados en categorías culturales preformativas. Es necesario trascender estos constructos culturales para llegar a una identidad sexual propia. Según Butler, la identidad sexual es un proceso, un puro devenir6 que “la vida misma con todas sus circunstancias” va moldeando. En la novela, Mario va descubriendo realidades ocultas que vierten luz en su desorientación7, y le han de servir para definir su identidad. La revelación de la homosexualidad paterna es un punto de inflexión para Mario, que, aún creyendo saber cual es su sexo, sigue ignorando cual es su género, su tendencia, su posición. Ahora ve que hay un camino hacia la libertad. De hecho, siempre lo hubo: “La reveladora voz paterna ha demolido hasta el polvo, como en aquella imagen, unas murallas represoras, ofreciendo a mi vista una ciudad abierta al horizonte y a la vida, de calles doradas y anchas, luminosas y libres; ciudad donde todo y cualquier amor es Amor cuando lo legitima una pasión auténtica, cuajada en el tuétano de los amantes. Una ciudad donde se respira a fondo y se goza en libertad, donde cada uno ama según su propio ser y no según programas ajenos. Me dejo penetrar por esa verdad, que me empapa entero, mientras sigo en el sillón de papá, asombrado de que nadie me hubiese liberado antes de la camisa de fuerza oficial, preparándome para vivir mi vida verdadera.”8 Ahora sabe que es posible, pero sólo de la mano de Farida será capaz de dar el paso de dentro a fuera del corsé represor de sus deseos, “de salir de la Zajdermann, Paule (2006). “Judith Butler. Filosophe en tout genre” Arte France & Asocies [Documental en línia] 6 Zajdermann, Paule (2006). 7 “Siempre eché de menos una ayuda eficaz en mi desorientación, pero no la encontré en los libros ni en las personas” Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p97 8 Op. Cit. p88-89 5 4 farsa e instalarse en la verdad”9. Farida, por la que ya sintió una poderosa atracción en un breve encuentro durante su adolescencia, le ofrecerá el estímulo intelectual que producirá la transformación sexual en Mario, y con ella se “adentrará en la espesura”10 para experimentar la tendencia de su deseo verdadero desde la genitalidad: “Porque soy Maestra secreta de vocaciones y a ti te identifiqué bien temprano. Porque solitario empezaste ya a desgarrar la camisa de fuerza, porque estás cambiando, porque tienes el valor de estar aquí, porque los dos pertenecemos a la misma raza de vanguardia, de adelantados en la frontera de la vida. Aún estás lejos de ser tú, pero lo eres en potencia... Sin precipitación, sin artificios, sin simulacros.”11 Farida es de “raza de vanguardia”, rompe con lo preestablecido, deconstruye lo culturalmente impuesto, lo socialmente aceptado. Farida es una mujer amazona, dominante, con la fuerza y el poder tradicionalmente masculinos. Se dice que mató a su violador por venganza, i en realidad sólo puede amar a un hombre si éste es sumiso. Farida será el agente que vehicule la lucha de Mario por su identidad verdadera, hasta admitir la realidad: la afirmación de su verdadero género. Mediante la “Ipsoterapia”, Farida conseguirá ponerlo en el camino de la liberación que ha de destruir los viejos tabús y las viejas estructuras. Sin este proceso de demolición, no es posible la posterior reconstrucción de Mario en su nuevo yo auténtico. “No hay escuelas, pero esto es la Ipsoterapia. Enseñar a volar con las alas propias, las naturales prohibidas por el sistema, después de desacostumbrar las postizas, que no permitían alzar el vuelo”12. Del latín “ipse”, que indica la identidad de uno consigo mismo, la Ipsoterapia es una invención del autor para designar una terapia psicológica que persigue la asunción de la propia identidad, más allá de los condicionamientos y los clichés Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p75 “Entremos más adentro en la espesura.” San Juan de la Cruz, nota introductoria en El amante Lesbiano 11 Op Cit, p 145 12 Op. Cit. p105 9 10 5 que la sociedad ha implantado. Se trata de un proceso de desarrollo personal que ha de culminar en la aceptación de uno mismo tal como es. Es decir, la Ipsoterapia es un perfecto camino para salir del armario, sea cual sea el armario en el que uno estuviera encerrado. Sólo al final de este proceso Mario podrá ser quien realmente es. Fin de la representación impuesta por el disciplinamiento heterosexual aprendido culturalmente.13 “(Mamá) me quería deformado, vendó mis pies como a las chinas y me estropeó el andar para toda mi vida... Por eso con los demás todo fue fingimiento. Desempeñé el papel de novio, de marido, de amigo, de funcionario... ¡No viví nada de eso, ni gentes ni oficios, sólo representé!...”14 Las teorías queer nos proponen una nueva visión de la sexualidad más allá de los presupuestos que en el s XIX se instalaron y han prevalecido en la cultura como entidades incuestionables: hombre y mujer como elementos complementarios en el proceso de la reproducción, masculino y femenino como patrones de conducta, que pueden estar desviados y dar como resultado conductas homosexuales consideradas patologías. Como apunta Beatriz Preciado, la sexualidad ya no tiene como base y objetivo la procreación. La sexualidad es un campo de experimentación corporal, y la propia experiencia es la que nos da la definición de sexo, si es que tal definición es necesaria. El cuerpo es múltiple y propicia una pluralidad sexual que no queda encasillada en dos compartimentos genéricos masculino y femenino. Se impone el transgénero.15 Mario sufre esa transformación. “—A veces en mi vida llegué a preguntarme si era homosexual. Pero los hombres no me atraían y en cambio las mujeres sí; lo cual no me resolvía nada porque con ellas, frecuentemente, yo fallaba como hombre, sin poder explicármelo. Acabo de encontrar la respuesta. Mi sexo es masculino, pero mi 13 “De Adrianne Rich (Judith Butler) toma, como dijimos, la afirmación de que toda heterosexualidad es un disciplinamiento obligatorio o compulsivo. Porque la base biológica -y eso está en Freud- en cuanto tal no se define en cuanto a su elección de objeto sexual (de deseo), sino –insiste Rich- a partir de disciplinamientos o mandatos culturales.” Femenías, M. Luisa (2003). “Aproximación al pensamiento de Judith Butler”. Comadres Feministas [conferència en línia], p 3-4. 14 Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p212 15 Beatriz Preciado [enregistrament de vídeo] (2006). YouTube [vídeo en línia] 6 género es femenino, atraído hacia las mujeres y, para concluir, sumiso. Así es que resulto lesbiano.16 Y Farida puntualiza: “—Querrás decir lesbiana: Acepta tu género. Lo esencial es el modo de amar y tú amas a la mujer, pero sintiéndote mujer.”17 Sampedro nos ofrece un personaje paradigmático de la transexualidad. Desde su androginia, Mario ha desarrollado su lado femenino, pero no desde el género masculino, que aparentemente era el suyo, sino desde el auténtico, el femenino. Mario deviene Miriam, la mujer, la odalisca que ama a las mujeres, y, por lo tanto, lesbiana. No necesita cambiar de sexo, porqué su propio ser ya está lleno de femineidad, ya es femenino. Y así, ese “señor callado (…) ¡Pobre hombre!”18, muere completo y finalmente realizado en su identidad auténtica. El amante lesbiano es la historia de un viaje, el postrero, que finalmente llevará al protagonista al puerto definitivo y real al que no pudo llegar en vida. Quisiera terminar con las palabras de Judith Burtler “If we knew always what we would become, then we would be finished, we would be dead, we would be over. but I think that part of what it means to be a self is to be open to a future that one cannot know, and it’s to be open to a future of oneself, of what will this self be in the future. But that openness only comes about through the relations with others”19 16 Sampedro, José Luís, El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000, p158 Op. Cit. p160 18 Op. Cit. p 279-80 19 Zajdermann, Paule (2006). “Judith Butler. Filosophe en tout genre” Arte France & Associés. [Documental en línia]. 17 7 Fuentes Sampedro, José Luís. El amante lesbiano. Plaza & Jané Editores, S.A. Barcelona 2000 Selden, Raman et alii (2004). “Capítulo 10. Teorías gays, lésbicas y queer”. La teoría literaria contemporánea, Ariel, “Ariel Literatura y Crítica”, Barcelona, p. 293-320. Femenías, M. Luisa (2003). “Aproximación al pensamiento de Judith Butler”. Comadres Feministas [conferència en línia]. [Data de consulta: 07 de febrer de 2009]. <http://www.comadresfeministas.com/publicaciones/ enlaweb/femenias.pdf> Mira, Elvira (2006). “Manifiesto contra-sexual. Prácticas subversivas de identidad sexual”. A Parte Rei, núm. 48, novembre [article en línia]. [Data de consulta: 07 de febrer de 2009]. <http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/mira48.pdf> Wittig, Monique (sd). “La mente hétero”. Poesía De-géneros [article en línia]. 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